Este documento presenta un resumen de los rasgos fundamentales del Formalismo Ruso. El Formalismo surgió en Rusia en la década de 1910 como un movimiento que buscaba estudiar la literatura como un objeto autónomo, centrándose en los aspectos formales y materiales de los textos más que en su contenido o contexto histórico. El documento describe las principales figuras y etapas del movimiento formalista y sus aportes al estudio científico de la literatura.
Este documento presenta un resumen de los rasgos fundamentales del Formalismo Ruso. El Formalismo surgió en Rusia en la década de 1910 como un movimiento que buscaba estudiar la literatura como un objeto autónomo, centrándose en los aspectos formales y materiales de los textos más que en su contenido o contexto histórico. El documento describe las principales figuras y etapas del movimiento formalista y sus aportes al estudio científico de la literatura.
Este documento presenta un resumen de los rasgos fundamentales del Formalismo Ruso. El Formalismo surgió en Rusia en la década de 1910 como un movimiento que buscaba estudiar la literatura como un objeto autónomo, centrándose en los aspectos formales y materiales de los textos más que en su contenido o contexto histórico. El documento describe las principales figuras y etapas del movimiento formalista y sus aportes al estudio científico de la literatura.
Documento de cátedra: Brevísima introducción a los rasgos fundamentales del Formalismo ruso. Para tener en cuenta: La lectura de este documento puede ser útil para la comprensión de los artículos de lectura obligatoria, pero de ningún modo los reemplaza.
FORMALISMO RUSO
El Formalismo surgió a partir de dos grupos diferenciados: el Círculo
Lingüístico de Moscú, fundado en 1915, y el OPOJAZ (o Sociedad para el Estudio de la Lengua Poética) que funcionaba en San Petersburgo desde 1916 hasta su disolución en 1925 aproximadamente. El primero, liderado por Roman Jakobson (1896-1982), realizó estudios sobre la lengua poética y métrica; el grupo se vio desarticulado en 1927, año en que algunos de sus integrantes se trasladan a Praga dadas las condiciones de precariedad en las que trabajaban bajo el régimen stalinista. El OPOJAZ estaba constituido por profesionales del lenguaje y teóricos como Viktor Shklovski (1893-1984) o Boris Eichenbaum (1886-1959).
“El formalismo ruso [...] trata de constituir la literatura en el objeto de
conocimiento específico de una determinada disciplina científica, una poética formal, que, desde principios metodológicos propios, dé cuenta de las cualidades estéticas esenciales de la obra literaria. Desde este punto de vista, consideran que la literariedad („literaturnost‟) constituye el objeto principal de estudio de la ciencia literaria, al ser lo que confiere de forma específica a una obra su calidad literaria, lo que constituye el conjunto de los rasgos distintivos del objeto literario.” Jesús G. Maestro Introducción a la teoría de la literatura. En otros términos, los formalistas buscan y reconocen leyes generales de comportamiento, de funcionamiento y “principios teóricos sugeridos por el estudio de una materia concreta y de sus particularidades específicas” (Eichenbaum 21). El formalismo supuso una revitalización de la Poética y la Retórica de la tradición clásica en la medida en que su enfoque del texto literario evidencia un interés por las cuestiones formales, es decir, materiales y compositivas de la obra. El punto de partida del formalismo supone, según Roman Jakobson (1921), una reacción, una ruptura con la historia de la literatura precedente, en la que los historiadores “se servían de todo: vida personal, psicología, política, filosofía. En lugar de una ciencia de la literatura, se creaba un conglomerado de investigaciones artesanales […] Si los estudios literarios quieren convertirse en ciencia, deben reconocer el procedimiento como su „personaje‟ único.” (Jakobson, Questions de poétique) Lo que demuestra claramente esta cita de Jakobson es que los formalistas se interesaron no tanto por los contenidos históricos, filosóficos, biográficos o psicológicos de los textos literarios, sino más bien por los aspectos formales, por los procedimientos. Por ejemplo: Consideremos “El gato negro”, el célebre cuento de Edgar Allan Poe. Podemos referirnos a sus temas, a la visión del mundo que expresa el narrador en el relato, a los aspectos sociales y económicos que se pueden detectar en el cuento, a las cuestiones filosóficas que se plantean... y todo eso está en el texto, desde luego. Pero los formalistas van a prestar atención no tanto a esas cuestiones, sino a los aspectos compositivos o “formales” del texto, como: (1) El punto de vista del narrador en primera persona (narrador personaje) es un procedimiento que determina efectos de sentido. No es lo mismo un cuento narrado en primera persona que en tercera. Cambia la distancia del hablante respecto de los hechos narrados, y en consecuencia la percepción que el lector tiene de ellos. (2) El tratamiento del tiempo narrativo. Si leemos con atención, el texto no ordena cronológicamente los hechos, sino que empieza por el último tramo de la acción: desde el presente de su estado actual, el protagonista narra en primera persona narra lo sucedido con anterioridad a ese presente, es lo que llamamos un tiempo narrativo quebrado. (3) El tono confesional de ese relato en primera persona, que se dirige a un interlocutor (mudo en este caso), que puede ser el tribunal que lo ha juzgado, o bien alguien ante quien el narrador se quiere justificar, o bien el lector. Estos aspectos (y muchos otros que no estamos enumerando aquí) son de orden formal, compositivo, y no temático-argumental, ni filosófico, ni biográfico. Del mismo modo en poesía el formalismo le presta mucha atención a la fluidez del habla, a los aspectos sonoros y rítmicos del poema como vehículos de significación. Esos aspectos materiales del texto poético serán el objeto central de su observación crítica.
ETAPAS Y FIGURAS MÁS DESTACAS DEL FORMALISMO RUSO
Primera etapa formalista. (1915-1921)
Los documentos más importantes de esta etapa son: -Estudios sobre la teoría del lenguaje poético, que son colecciones de artículos, una de 1916 y otra, ampliada, de 1917. -Poética (1919), grupo de artículos que incluye, por ejemplo, trabajos de Boris Eichenbaum, y “El arte como artificio” o “El arte como procedimiento”, según las traducciones, de Viktor Shklovski (1917), verdadero manifiesto de la estética del formalismo, donde se explica que la imagen poética no hace más asequible la realidad, sino al contrario. La finalidad del arte es “dar una sensación del objeto como visión y no como reconocimiento; el procedimiento del arte es el proceso de singularización de los objetos y el procedimiento que consiste en oscurecer la forma, en aumentar la dificultad y la duración de la percepción. El acto de percepción en arte es un fin en sí y debe ser prolongado.” (en Teoría de la literatura de los formalistas rusos, T. Todorov, 1965) -La nueva poesía rusa, de Roman Jakobson, (1921) (autor que estará unido al formalismo ruso, al Círculo Lingüístico de Praga y al estructuralismo de los años 60), en el que expone con claridad el ideal del formalismo: “el objeto de la ciencia literaria no es la literatura, sino la literariedad (“literaturnost”)”. En esta primera etapa es clave el término „literariedad‟, porque la proclaman el objeto específico del estudio de la Literatura. La „literariedad‟, es decir, la especificidad formal del lenguaje literario, y no la Literatura como tal en conjunto, era para los formalistas el objeto de sus investigaciones y análisis críticos y teóricos.
Segunda etapa formalista (1921-1927).
La etapa de desarrollo de la escuela formalista supone una ampliación de los temas tratados, que pasan, de centrarse exclusivamente en el significante poético, a consideraciones más amplias que tienen en cuenta la sintaxis y la semántica. Además, se perfilan los primeros enfoques sistémicos en su interés por la historia de la literatura, considerando la obra en un contexto amplio, un “sistema” en el que cada procedimiento tiene una función. En esta etapa es clave la figura de Iuri Tinianov quien recoge la crítica tanto del trotskysmo como de la escuela de Praga y asume que la serie literaria está en relación dialéctica con la serie social y con la serie histórica. Por esa interacción dialéctica, la literatura tiene, además de “forma” (aspecto central en los estudios de la primera etapa), una función que la liga al contexto histórico y social. Por ejemplo: Tinianov entiende que la epopeya es un género caído (en tanto no se produce más allá del siglo XI, en los casos más tardíos) porque ha dejado de cumplir la función de conservación de las tradiciones históricas (épicas) de una comunidad. Y esa pérdida de su función histórica y social lo convierte en un género caído, o muerto. Para pensar este mismo cambio en términos contemporáneos, pensemos el caso del periodismo literario. En los años 50 del siglo XX surge este nuevo género que combina de manera inédita la literatura y el periodismo, o bien podemos decir la literatura y los relatos no ficcionales o “verídicos” (Truman Capote en EE.UU. y Rodolfo Walsh en Argentina son considerados como los creadores del género). Aquí tenemos la creación de un género nuevo, ligado a una nueva función social “que no tenía forma”, diría Iuri Tinianov. La teoría del “método formal”, escrito por Boris Eichenbaum (1925) constituye un estudio en el que uno de sus más destacados representantes elabora una verdadera “memoria y balance” de lo que ha significado esta escuela. Para Eichenbaum, el Formalismo permitió un salto cualitativo en los estudios literarios, al enfocar su interés en los aspectos materiales y compositivos de la obra literaria, aspecto que había quedado relegado durante la mayor parte del siglo XIX.
Etapa final (1927-1930)
Los formalistas son conscientes de la necesidad de atender al aspecto exterior de la obra artística, lo que se refleja en la orientación social de Literatura y hábitos literarios de Eichenbaum y el ya mencionado “Sobre la evolución literaria” de Tinianov (ambos trabajos publicados en 1927); se intenta una concepción más dinámica de la literatura, que no puede ser independiente de su contexto. Tinianov, quien habla del “hecho literario vivo”, explica que el conjunto de las obras literarias, y la propia literatura, pueden calificarse como sistemas cada vez más complejos (porque cada obra literaria es un sistema dentro de un sistema más amplio), teniendo en cuenta la serie social, la serie histórica y la serie lingüística. Tinianov y Jakobson exponen su definición funcional de literatura y la necesidad de una perspectiva diacrónica en 1928 (Los problemas del estudio de la literatura y la lengua), y Vladimir Propp escribe su Morfología del cuento también en 1928. En 1930, V. Shklovski firma la disolución del grupo, pese a ello sus ideas se vieron recogidas y continuadas. Además, algunos de sus integrantes, tras la muerte de Stalin, publicarán nuevos trabajos sobre ficción narrativa, versificación, poética o estilística.
Difusión en las décadas del 50 y 60 del siglo XX
Victor Erlich difundirá las teorías del grupo en 1955 y Tzvetan Todorov realizará en 1965 la célebre compilación Teoría de la literatura de los formalistas rusos, cuya traducción a todas las lenguas occidentales hizo conocer el Formalismo ruso en Europa y América.
TEMAS PRINCIPALES
LA CIENCIA DE LA LITERATURA. El principal problema para los
formalistas, expuesto por Eichembaum en 1925, es la propia literatura como objeto de estudio, su carácter intrínseco, porque la ciencia de la literatura tiene que llegar al conocimiento de las particularidades específicas de los objetos literarios. Esto les lleva a preocuparse por la creación de una teoría de la literatura; así, en palabras de Jakobson, “el objeto de la ciencia de la literatura no es la literatura, sino la literariedad, es decir, lo que hace de una obra concreta una obra literaria” (Questions de poétique, 1973). Dicha “literariedad” se concreta a través de procedimientos literarios, que se justifican por cumplir una función. Para hacer ciencia literaria hay que fijarse en los rasgos formales que llevan a descubrir las cualidades intrínsecas de dichos materiales, hay que enfrentarlos con materiales que no puedan considerarse literarios pero que tengan en común con la literatura el lenguaje.
LENGUA LITERARIA vs LENGUA COMÚN. La comparación más obvia
será con el lenguaje cotidiano, lo que orienta a los formalistas hacia la Lingüística para comparar la lengua en su funcionamiento literario y en su uso común. La finalidad del lenguaje será distinta cuando es usado poéticamente: si en el uso cotidiano la lengua tiene una función práctica y comunicativa, en su uso poético la comunicación no es la principal finalidad: los propios sonidos pueden tener una función autónoma, no vinculada al significado como lo entendemos en la comunicación social. (Es la línea de los poetas futuristas rusos que buscaban una poesía donde la palabra fuera autosuficiente, la “poesía transmental” o “transracional”). Esta concepción del lenguaje poético llevó a los formalistas rusos a desarrollar, en su primera etapa, una preocupación por el sonido y la grafía, con los problemas del metro y el verso. Como consecuencia, acabaron con la dicotomía entre el fondo y la forma, puesto que el sentido, cuando existe, es efecto de la forma, y la forma ya no es un “simple recipiente” del sentido. El término “forma” será sustituido por el de “estructura”. “Sobre las diferencias entre lenguaje poético y lenguaje estándar, V. Shklovski, en su artículo de 1917 sobre “El arte como artificio”, insiste constantemente en el concepto de automatización, al advertir que “si examinamos las leyes generales de la percepción, vemos que una vez que las acciones llegan a ser habituales se transforman en automáticas”. En el mismo sentido se manifiesta B. Eichenbaum, si bien desde presupuestos semánticos, al afirmar que el lenguaje poético modifica la dimensión semántica de la palabra, pues deja de ser comprendida en sus sentidos referenciales para adquirir un valor semántico válidamente operativo en los límites del discurso literario, determinado por su ambigüedad y polivalencia significativa.
LA DESAUTOMATIZACIÓN. Los formalistas postulan una concepción
estética cuyo principio básico es el de la desautomatización de la percepción: el receptor de la obra de arte debe percibirla deteniéndose en su materialidad formal, con atención en el proceso mismo de la impresión que provoca el lenguaje poético. En los análisis de los formalistas, el enunciado literario logra, merced a la peculiar tensión de las formas del texto, desautomatizar el valor de sugerencia del constituyente verbal desgastado por el hábito en su empleo práctico cotidiano. De esa manera el artificio formal aparece como la garantía más elocuente del arte literario en la famosa fórmula de Shklovski del arte como procedimiento o artificio (“priem”). (Crítica Literaria, García Berrio y Hernández Fernández, p. 60.) Ya Shklovski en 1917 había manifestado su oposición al concepto del lingüista Alexander Potebnia (1835-1891) de que la imagen poética hace más asequible la realidad y es un medio para “agrupar” los objetos y así hacerlos más aptos al entendimiento. Al contrario, para el formalista la imagen poética sirve al poeta como medio para singularizar y hacer extraño el objeto al que se refiere. Esta singularización y “desfamiliarización”, este extrañamiento (Ostranenie) hace que el receptor se fije en lo que dice y en cómo lo dice y, por tanto, provoca la desautomatización, crea una impresión máxima, mediante procedimientos como la metáfora, la comparación, el paralelismo, la hipérbole… Al reforzar la sensación, se combate el automatismo de la percepción, que es el enemigo del arte. Jakobson también ve los procedimientos literarios como medio para hacer más sensible al objeto. (“Los tropos nos vuelven el objeto más sensible y nos ayudan a verlo”, en Sobre el realismo artístico, 1921).
DINAMISMO DE LOS GÉNEROS LITERARIOS. Los formalistas, como
fundadores de la teoría de la literatura, fueron los primeros en desarrollar una teoría de los géneros literarios con una perspectiva “teórico-literaria”, abandonando las teorías psicologistas o metafísicas previas y acercándose más a perspectivas formales y constructivistas. Enfocan el problema como la posibilidad de agrupar las obras de acuerdo con la utilización de ciertos procedimientos, y dividen los géneros en dos campos: el verso y la prosa. En un segundo momento de su desarrollo, comprenden la necesidad de vincular la literatura con las “series vecinas” (la historia, la sociedad, el lenguaje) y adoptan una mirada diacrónica que les permite estudiar la literatura en su evolución, a partir de sus aspectos constructivos. En cualquier caso, ninguna clasificación de los géneros literarios puede ser cerrada ni válida para todas las épocas (puesto que la función de un procedimiento -y por lo tanto de los géneros- cambia en el tiempo). Tinianov habla de “género variable” según el sistema con el que se relacione, porque los rasgos del género cambian, y, en la misma línea, Eichembaum señala que un género elevado puede degenerar hacia lo cómico o lo paródico.