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De esta manera la medicina no solo es una técnica que se puede practicar, sino que también
que se puede transmitir. Comienza así la educación médica occidental. La educación médica en
ese entonces se centraba en una relación muy estrecha entre el maestro con sus aprendices o
discípulos. Estos acudían recomendados desde edades muy tempranas, la educación se
centrada en la exposición teórica, con extensos diálogos y debates. La instrucción inicialmente
era filosófica y paulatinamente iba estableciéndose la educación médica. (Garrison, 1921) Se
formaba a un filósofo más que a un médico.
Ya no eran los dioses lo que transmitían la enfermedad, sino los malos hábitos y el ambiente.
La enfermedad ya no estaba localizada en una parte del cuerpo, afectaba a todo el enfermo. El
cuerpo humano era interpretado como un microcosmos dentro de un macrocosmos, de la
alteración de esta relación se producía la enfermedad y se alteraba el temperamento.
(Magner, 2018).
Luego del ocaso del mundo griego, la nefasta era medieval llevó al ocaso todos sus logros. Una
era marcada por el deterioro de la ciencia y de todo tipo de educación para ser reemplazada
por un discurso de charlatenería mítica sin ningún sustento teórico que llevo a la degradación
de la humanidad. Los médicos se diferenciaban por su origen étnico y por prácticas totalmente
empíricas con algún fundamento ancestral por lo que no se puede hablar de alguna forma de
educación médica en esta era. Sin embargo, al final de la edad media, surge la institución que
caracteriza a la educación en general y a la educación médica en particular hasta nuestros días,
la Universidad.
Las luces del Renacimiento llegaron tenues a la educación médica que se transmitía a través de
las universidades, los conocimientos y las prácticas eran impartidas en forma acrítica en un
contexto conservador de control y prohibiciones sin progreso alguno.
Enseñanza de la medicina moderna
De esta manera la medicina no solo es una técnica que se puede practicar, sino
que también que se puede transmitir. Comienza así la educación médica
occidental.
Ya no eran los dioses lo que transmitían la enfermedad, sino los malos hábitos y
el ambiente. La enfermedad ya no estaba localizada en una parte del cuerpo,
afectaba a todo el enfermo. El cuerpo humano era interpretado como un
microcosmos dentro de un macrocosmos, de la alteración de esta relación se
producía la enfermedad y se alteraba el temperamento. (Magner, 2018).
Bibliografía
Entralgo, L. (1985). Historia de la Medicina. Barcelona: Salvar.