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LIDERAZGO BASADO EN
VIRTUDES
8 de Enero de 2018
Agradecimientos
A Pedro Borda Hartmann, Presidente Ejecutivo de la Asociación Mexicana en Dirección en
Recursos Humanos, por su apoyo incondicional y guía experta en la aplicación de conceptos
de liderazgo a la correcta gestión del recurso humano, y por su valiosa contribución en el
prólogo de este libro.
A Ángeles de Gyves Preciado, Presidente del Consejo Empresarial de Salud y Bienestar, por
su apoyo en la difusión y aplicación de los conceptos de Liderazgo Basado en Virtudes
dentro del Consejo, así como las empresas asociadas al Workplace Wellness Council.
A Juan Carlos Sánchez, Director General de Impresiones Romano, por su constante apoyo
en diseño, formateo y guía para la publicación de esta obra.
A Kyra Camero Frontado, Pamela Almeida Bravo, Fernanda Orozco Barrón y Laura Córdova
Cruz, consultoras y diseñadoras en AXIUS, y por sus contribuciones en diseño gráfico,
conceptos y difusión de Liderazgo Basado en Virtudes
A Adriana Urgelles Scull y María Gómez Aguilar, Socias Consultoras de PlanV y Socias
Directoras de AXIUS, por su dedicación a la difusión e impartición de mensajes de Liderazgo
Basado en virtudes.
A Adriana Rodrigo Yáñez, Socia Directora de PlanV y Socia Fundadora de AXIUS, por su
liderazgo personal y constante dedicación a la difusión de mensajes, impartición de
conceptos, desarrollo de consultores y apoyo estratégico de Liderazgo Basado en Virtudes.
A todos esos admirables líderes que de manera natural y espontánea guían sus decisiones y
rigen su conducta basados en virtudes, y que han dejado una marca positiva y de
crecimiento en miles de colaboradores. En ustedes está inspirada esta obra.
A todas esas maravillosas organizaciones y líderes que nos han permitido acompañarles en
su viaje de transformación cultural y obtención de resultados superiores. ¡Gracias por
aplicar Liderazgo Basado en Virtudes con sus colaboradores!
9. Epílogo
a. Descripción de un líder basado en virtudes
b. Cómo convertirse en líder basado en virtudes
Prólogo
Por: Lic. Pedro Borda Hartmann,
Presidente Ejecutivo de la Asociación Mexicana en
Dirección de Recursos Humanos (Amedirh)
A través del espléndido trabajo de investigación y análisis realizado en esta obra,
José Luis Quintero nos brinda el acceso, con inestimable cercanía, a los rasgos que
delinean el perfil y el carácter de los líderes que México necesita.
“Son esos líderes los que se convierten en leyendas en las organizaciones y cuyo
recuerdo permanece generación tras generación” y quienes los conocen “recuerdan
su impacto mediante su conducta” y quienes no, “los conocerán entonces por sus
creaciones y su legado”.
Las implicaciones no son pocas y, dicho sea de paso, en verdad pueden alcanzar
gran profundidad. A lo largo de esta obra, construida con conocimiento y
experiencia de la mejor cosecha, José Luis Quintero evidencia y demuestra que la
cultura organizacional conforma el destino de las empresas y de los recursos
humanos que interactúan en ellas.
El líder basado en virtudes “tiene una visión clara del futuro y la comparte con su
gente”, nos reitera José Luis Quintero. Esta parece una verdad de Perogrullo porque
se ha repetido hasta decir basta y se ha convertido en una expresión de uso y lugar
común. Sin embargo, en este libro, el autor ha sido capaz de dotar de gran
vitalidad este postulado, toda vez que la creatividad y la innovación se han puesto
en valor. Es ahí donde la máxima expresión de la confianza en el talento del recurso
humano cobra mayor fuerza y protagonismo, con apertura, sin prejuicios y con un
método sólido.
Los razonamientos vertidos por el autor son claros, concisos, precisos y, sobre
todo, basados en la observación constante en el campo de la vida real. En estas
páginas no hay supuestos ni predicciones ajenas a la veracidad de lo que se
experimenta en las empresas e instituciones. Sin dudarlo, esta es una de las
mejores propiedades del libro.
Para José Luis Quintero y sus editores, deseo el mayor de los éxitos con esta obra
de gran calidad que, con toda seguridad, habrá de convertirse en una referencia
para la formación de las nuevas generaciones de líderes; así como para quienes
están buscando la transformación en sus equipos y la consiguen guiados por las
más altas virtudes y aspiraciones.
Prólogo
C.P. Carlos M. de La Fuente Aguirre
Socio Director
People Advisory Services
EY México
El desarrollo de este libro muestra de manera clara cómo entender que cada
persona tiene ciertas virtudes innatas, y otras tantas menos fuertes que hay que
desarrollar para redondear el perfil de liderazgo individual. Sin embargo, no se
limita a solamente el perfil del líder como individuo, sino que analiza las
organizaciones como entes que trabajan como un solo organismo y que también
tienen virtudes fuertes y débiles. Con igual claridad este libro ilustra cómo esas
virtudes impactan el desempeño general de una empresa. Desde el punto de vista
individual u organizacional, PlanV plantea las ventajas competitivas de desarrollar
las virtudes débiles para poder aplicar las que ya existen en una persona u
organización.
La lectura, o tal vez el estudio de este libro, es una experiencia única de abandono
de paradigmas. Cada página, cada párrafo y cada tabla posee una inmensa
cantidad de razonamientos lógicos y ejemplos útiles para percibir el liderazgo desde
un nuevo y muy útil punto de vista. La riqueza de experiencia reflejada en cada
capítulo le brinda un altísimo grado de aplicabilidad y efectividad. Tal vez el más
revelador concepto de esta obra es la forma en que se plantea la criticidad de las
virtudes en la inclusión de diversidad, y cómo la inclusión de diversidad desarrolla
Vicepresidente
Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas Grupo CDMX
Prefacio
Es común en las empresas pensar que las habilidades y el conocimiento adquirido por un
líder y sus colaboradores será suficiente para alcanzar los resultados esperados. También es
muy frecuente pensar que la experiencia logrará la madurez necesaria para enfrentar los
retos que se presentan. Sin embargo, ninguna de estas creencias es absolutamente cierta.
Existen personas con la habilidad y con el conocimiento necesario, pero su actitud poco
madura bloquea la capacidad de alcanzar resultados positivos. Existen personas con mucha
experiencia y poca madurez que no alcanzan a vencer los retos asignados, y también hay
personas con poca experiencia y mucha madurez que aprenden y crecen de manera
acelerada.
Una empresa comercial muy exitosa, pero con poca cultura de inclusión, decidió
lanzar un programa integral de diversidad para fomentar el respeto a las diferencias
y antecedentes individuales. Al no contar con una persona interna disponible y
preparada para liderar este esfuerzo, procedió a reclutar a alguien con la experiencia
y la habilidad necesaria. Después de evaluar a varios candidatos, decidió contratar a
alguien que causó una excelente impresión durante las entrevistas. Se le propuso
que se diera su debido tiempo para conocer la cultura de la empresa y que
desarrollara un plan con indicadores de desempeño organizacional para evidenciar el
progreso del programa. Le indicaron también que dos meses después se realizaría un
evento de lanzamiento del programa a toda la organización, que en ese momento
constaba de más de mil colaboradores.
Tal como se le solicitó, este nuevo gerente se dio a la tarea de conocer la empresa y
de crear el programa el cual presentó ante el Comité Directivo con gran destreza. La
percepción de la Dirección era que se había tenido un gran acierto al contratar a este
gerente tan experimentado. Para su mala fortuna, dos días antes del evento de
lanzamiento caminó junto a un grupo de colaboradores y escuchó que estaban
Dos días después en el evento, y durante el discurso del Gerente de Inclusión sobre
la importancia del respeto y aprovechamiento de las diferencias individuales, los
mismos colaboradores que hicieron el chiste discriminatorio comenzaron a reírse y a
faltar al respeto al evento. El gerente trató de controlar la situación en el auditorio
pero no lo logró; el daño estaba hecho. La impresión general de la organización y de
la Dirección fue que iba a ser imposible e inútil tratar de cambiar la cultura de la
empresa. Pasó poco tiempo para que el Comité Directivo se arrepintiera de la
contratación del muy experimentado Gerente de Inclusión.
Todos estos hechos evidenciaron que la persona seleccionada tenía las habilidades
necesarias para el puesto, pero también se descubrió que no contaba con la madurez
necesaria para enfrentar el reto asignado. Este gerente sabía qué había que hacer y cómo
hacerlo, pero la magnitud del desafío lo sobrepasó dramáticamente. El Comité Directivo se
preguntaba qué opciones habría para que esta persona madurara rápidamente y así no
tener que despedirle. El mercado laboral no les había brindado mejores opciones, y la
opción seleccionada era insuficiente. Presentaba la habilidad, no obstante carecía de la
madurez necesaria y del conocimiento de la empresa; un problema laboral que se creó por
colocar a una persona en un nivel muy superior a sus competencias.
¿Qué habría sucedido si esta persona hubiera contado no solamente con las
habilidades sino también con la madurez que ciertas virtudes personales le podrían
haber brindado?
Es imposible saber qué habría sucedido de haber actuado con tal madurez. Lo que sí
se puede asegurar es que sería más difícil para los colaboradores faltarle al respeto
durante su discurso. Una exhibición de tal nivel de madurez habría al menos
sembrado una inquietud en esos colaboradores sobre los daños que causa la
discriminación en su empresa. Muy probablemente también estarían más conscientes
de las consecuencias que ellos mismos podrían sufrir si continuaban exhibiendo
comportamiento discriminatorio.
En ocasiones se piensa que una persona que tiene la habilidad también cuenta con la
madurez personal para enfrentar de manera exitosa el reto asignado. Asimismo, es común
pensar que el tiempo, la antigüedad y la experiencia le darán con rapidez esa madurez
requerida; no siempre se da así. En otros casos y de manera absurda se trata de lograr más
madurez mediante una exagerada capacitación. Insistir en las habilidades sin acelerar el
desarrollo de la madurez de las personas limita la velocidad a la que se entregan resultados
de excelencia.
Autenticidad y
Aceptar que ha cometido ese mismo error en el pasado.
Humildad
El caso descrito se presenta con suma frecuencia en todos niveles y áreas de las empresas.
Los colaboradores saben qué y cómo hacer lo que deben hacer, aunque no siempre logran
hacerlo. En muchos casos la empresa requiere de comportamientos de colaboración, lealtad
y disciplina, pero no se sabe qué hacer para que la gente actúe con ese nivel de madurez.
• Habilidad. Las habilidades de una persona son aquellas destrezas que se pueden
aplicar en cualquier tipo de puesto en cualquier área de la empresa. Entre estas se
encuentran: capacidad de negociación, priorización, análisis y solución de problemas,
comunicación y planeación, entre otras.
Al analizar cada uno de los casos de este modelo se pueden observar los 6 diferentes casos
de desempeño individual:
tampoco exhibe una actitud positiva y productiva es un gran problema laboral. Esa
persona líder es quien incita a los colaboradores a reducir la lealtad y compromiso
por la causa de la empresa.
Ancla: Una persona que solamente tiene conocimiento del rol y de la empresa, sin
habilidades y tampoco una actitud positiva y productiva, evitará compartir
información crítica, se rehusará a entrenar a otras personas y se convertirá en una
limitante de crecimiento para la empresa.
Nueva contratación: Con muy positiva y productiva actitud, una nueva contratación
puede no tener ni la habilidad necesaria ni tampoco el conocimiento requerido para
poder contribuir al propósito de la empresa. Su buena actitud le permitirá desarrollar
habilidad y conocimiento, y con el tiempo podrá marcar una diferencia positiva.
Alto potencial: Una persona con excelente actitud y habilidad, sin conocimiento de la
empresa, es un recurso de alto potencial que dependiendo de su experiencia podrá
conocer a la empresa de manera más o menos rápida.
Alto desempeño y alto potencial: Una personal que exhibe los tres atributos,
habilidad, conocimiento y actitud positiva, se convierte en un líder de cambio que
crece y provoca el crecimiento de otros. Esta persona es un detonador de mejoras y
crecimiento también para la empresa.
Imaginemos una empresa de consultoría que capacita de manera muy eficaz a sus
consultores. Veamos el comportamiento y resultados que se pueden lograr con un programa
de desarrollo de virtudes:
Es una creencia muy arraigada tener que esperar a que las personas maduren para entregar
mejores resultados. También es común pensar que exclusivamente con entrenamiento se
El reconocimiento de una carencia es el primer paso para el desarrollo. Una vez que una
persona o una organización reconoce que carece de cierta virtud, y que a través del
desarrollo de dicha virtud obtendrá muchos mejores resultados, será inevitable que la
persona o empresa se avoquen a practicar diariamente la virtud en cuestión.
Una empresa con poca dignidad, que se coloca en desventaja en las negociaciones, se
beneficiará dramáticamente al darse su debido lugar en el momento de negociar. Una
compañía que carezca de identidad definida obtendrá acelerados beneficios de lograr el
posicionamiento correcto de sus marcas.
1. Reconocer las virtudes individuales y organizacionales con las que sí, y con las que
no se cuentan.
Toda empresa debe invertir de manera balanceada en el desarrollo de sus sistemas las
habilidades de su personal, así como de manera muy sustentable en el desarrollo individual
y colectivo de sus virtudes.
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Introducción
Existen hoy en día una inmensa oferta de métodos de desarrollo de liderazgo que modifican
el programa del líder. Liderazgo Basado en Virtudes trabaja directamente con el
programador, el líder mismo. Este modelo persigue que el líder trabaje constantemente
sobre sí mismo y detone crecimiento en madurez en cada pensamiento, decisión, palabra y
acción. Liderazgo Basado en Virtudes sostiene que la madurez que le brinda efectividad a un
líder proviene del desarrollo de sus virtudes personales, lo cual le permitirá entonces exhibir
un abanico amplio de técnicas de liderazgo.
Liderazgo Basado en Virtudes es una guía práctica dedicada a todas las personas en
posiciones de liderazgo que buscan una solución reveladora capaz de catapultar su
efectividad al intentar influenciar positivamente a otras personas. Esta obra se enfoca en
mucho mayor medida en las razones intrínsecas del líder en su actuar, más que en las
técnicas que pueda utilizar. Será la razón correcta lo que habilite el alcanzar resultados y
crecimiento. Mientras que este modelo sí ofrece métodos claros para cada paso del
desarrollo de la destreza del Liderazgo Basado en Virtudes, su enfoque se centra en la
aceleración de madurez individual y organizacional.
Se sugiere a todo líder que se embarque en un viaje de Liderazgo Basado en Virtudes que lo
haga con una constancia de propósito de duración indeterminada. El desarrollo de las
virtudes, al igual que el de la madurez, es una tarea de toda la vida. Solamente mediante la
madurez incremental será posible vivir un mejor día cada día, así como crear un mejor día
cada día para las personas a quienes se pretende liderar.
Se invita a todo líder que establezca el compromiso consigo mismo de detonar e impulsar su
Liderazgo Basado en Virtudes, que lo haga de la forma y en el momento correcto y, sobre
todo, por la razón correcta. Liderazgo Basado en Virtudes es una herramienta de inmenso
poder que debe ser utilizada con suma responsabilidad y deseo de impacto positivo.
En esas mismas épocas, estas etapas se daban más o menos en orden y con cierta cantidad
de traslape entre una y otra, lo cual fomentaba la lealtad de los colaboradores a la empresa.
Se podía crecer y, por eso mismo, aprender; por lo tanto, se podía crecer debido al
aprendizaje adquirido. Mientras más habilidades y conocimiento se adquirieran, más
estabilidad se alcanzaría. El nivel, la antigüedad, el conocimiento y la habilidad daban valor
al empleado ante la empresa, dejando en un segundo término el liderazgo inspirador y
virtuoso. Quienes exhibieran ese tipo de liderazgo inspirador obtenían extraordinarios
resultados y serían por convicción e inclinación personal, no porque fuera un requisito para
el crecimiento.
Muy común en esas épocas también era el sacrificio personal y de salud con tal de no fallar
en la responsabilidad asignada, así fuera ésta una imposible de cubrir o ajena al propósito y
valores de la empresa. Los títulos, el tamaño de la oficina del funcionario, en dónde
estacionaba su auto o cuánto tiempo llevaba la persona en la empresa eran los factores más
importantes para ejercer poder dentro de la organización. Eventualmente esos
comportamientos autoritarios e inmaduros se transmitían a la organización convirtiéndola
en una copia de sus líderes.
Tiempos modernos que presentan un panorama laboral diferente también demandan nuevos
requisitos para que el empleado vea su futuro dentro de su actual empresa.
Liderazgo inspirador:
o Líderes que se distinguen por sus virtudes individuales
o Personas que utilizan su autoridad para impactar de manera positiva
o Constante aprendizaje para crecimiento mediante ejemplo personal
Estos tres aspectos de una nueva carrera profesional atractiva y estimulante logran que los
colaboradores proyecten su futuro en sus líderes y vean su carrera dentro de la empresa.
Un estudio publicado por Forbes, en el que se encuestó a 7,700 colaboradores jóvenes,
arrojó los siguientes datos:
77% de los encuestados perciben que las empresas tienen un alto impacto en la
sociedad. Esto es evidencia de que la empresa es un excelente lugar para lograr un
impacto positivo.
63% sostienen que sus capacidades de liderazgo no están siendo desarrolladas.
71% piensa dejar su actual empleo en los siguientes dos años, independientemente
de que estén a gusto en sus actuales empleos.
En resumen, un buen líder debe conocer muy bien a sus colaboradores, mantenerlos en un
nivel de estrés equilibrado y proveerles suficientes desafíos que eviten el aburrimiento y
prevengan, al mismo tiempo, que sus colaboradores caigan en un nivel de ansiedad.
El fino arte de mantener en los colaboradores un nivel sano de estrés que provenga de los
retos del rol o de la oportunidad de aprender, y no del estado de ánimo del jefe, es una
ventaja competitiva que distingue a las empresas que crecen de manera constante y
sustentable.
Un líder que ha desarrollado su propio Liderazgo Basado en Virtudes sabe cómo manejar
esos cinco factores para sí mismo, para su equipo de trabajo, para su área y para su
empresa. Ese líder basado en virtudes sabe cómo hacer depósitos constantes en el salario
emocional de sus colaboradores fomentando el trabajo en equipo, la interdependencia y los
comportamientos productivos esperados.
Vivir un mejor día cada día es función directa de la madurez personal. Eventos agradables y
desagradables son inevitables. La diferencia en la calidad de vida la determina la madurez
que se haya desarrollado cuando se requiere enfrentar el evento que se presente. Cuando a
un niño se le enseña a andar en bicicleta, se le puede decir rápidamente que tiene que girar
el manubrio hacia el lado al que se está inclinando la bicicleta para mantener el equilibrio.
La instrucción puede ser entendida fácilmente por el niño, pero aun así probablemente no
pueda evitar caerse hacia un lado o hacia el otro. La instrucción es clara y el niño la
entiende a la perfección. Las caídas no se presentan por falta de entendimiento. El problema
es que la capacidad del niño para detectar la desviación contra la posición vertical no está
desarrollada. De la misma forma, la capacidad de detectar si una persona está madurando
puede no estar desarrollada.
Imaginemos que dos amigos van manejando en una carretera con una dirección
clara hacia un destino al que hay que llegar a tiempo. El auto tiene más gasolina de
la que se va a necesitar; manejan sin esfuerzo y disfrutan la conversación, ambos
se sienten sanos y entusiasmados. Después de una hora de avance hacia el destino
se encuentran una desviación que los obliga a tomar un camino rural. Las señales
están confusas y terminan perdidos entre plantíos de maíz que no les permiten ver
dónde se encuentra la carretera. Inmediatamente ese sencillo viaje se convierte en
una pesadilla. La misma cantidad de gasolina que antes era suficiente ahora ya no
lo es. De alguna manera se sienten pobres porque piensan que no les va a alcanzar.
La conversación estimulante que venían disfrutando, ahora se ha convertido en una
discusión acerca de dónde cada quien piensa que está la carretera. Se sienten solos
porque ya no están disfrutando la compañía que antes sí disfrutaban. No han
contraído enfermedad alguna o sufrido ninguna lesión; sin embargo, los mismos
cuerpos que les hacían sentir sanos y entusiasmados, ahora les hacen sentir
ansiosos y desesperados. Se sienten pobres, solos y enfermos porque han perdido
su camino. Después de varios minutos se les hace más tarde y se desesperan aún
más. Comienzan a acelerar más rápido en las angostas veredas gastando más
combustible, sin que esto les ayude a encontrar la carretera. Discuten más
acaloradamente tratando de acordar qué dirección tomar, y se sienten más ansiosos
y más desesperados.
Cuando alguien está perdido, no importa qué tan bien sepa manejar o cuán potente sea el
auto, los esfuerzos serán completamente inútiles para acerarse a donde se requiere llegar.
Cuando se pierde el rumbo en la vida también los esfuerzos se vuelven estériles. El esfuerzo
cada vez produce menores resultados y se sigue apretando el paso ignorando que el
mecanismo esfuerzo-resultado se ha fracturado. No importa cuánto ímpetu, compromiso y
dedicación se dedique a alcanzar éxito, a cultivar relaciones personales y al cuidado de la
salud, cuando el mundo mecánico se rompe no habrá esfuerzo suficiente que entregue
resultados positivos. Si se permite permanecer fuera del camino de desarrollo de madurez y
se trata de reconstruir ese mundo mecánico fracturado, eventualmente las sensaciones de
soledad, pobreza o fracaso, y malestar o enfermedad se harán aún más intensas.
Con la intención de saber si, en efecto, un líder determinado está logrando mantener su
propio estrés y el de su equipo de trabajo en nivel ideal, se requiere un sistema que lo
pueda medir. Para tener una lectura integral de calidad de vida, se tendrán que tomar en
cuenta aspectos laborales, así como aspectos personales. En repetidas ocasiones un buen
líder basado en virtudes deberá considerar factores ajenos al trabajo como causantes de
estrés en sus colaboradores. Las relaciones personales, la situación financiera, aspectos de
salud propios o de sus familiares también deberán ser tomados en cuenta.
Para estructurar correctamente un Índice de estrés versus calidad de vida se deben tomar
en cuenta los siguientes factores en cuatro importantes bloques. En general, la calidad de
vida se puede medir por el éxito profesional, las relaciones interpersonales, la salud y
bienestar, y el nivel de esfuerzo que se necesita imprimir para mantener esos tres aspectos
importantes de vida:
2. Relaciones interpersonales
a. Qué tanto se disfruta la compañía de los demás (trabajo, familia, amistades,
sociedad)
b. Si la situación actual de relación de pareja, sea la que sea, brinda o roba paz
y entusiasmo
c. Personas nuevas o del pasado que son fáciles de querer o admirar
d. Capacidad de combinar esfuerzos propios con otras personas y colaborar
3. Salud y bienestar
a. Nivel de motivación y entusiasmo
b. Facilidad para concentrarse, crear, resolver
c. Capacidad de descansar y lograr esparcimiento
d. Ausencia de enfermedades, dolores, lesiones o adicciones
4. Esfuerzo
a. Balance entre esfuerzo y resultados obtenidos en todos los aspectos de la
vida
b. Rendimiento de tiempo
c. Crecimiento de nuevas habilidades físicas, mentales, espirituales
d. Tendencia de satisfacción de calidad de vida del día pasado versus el día
presente
Analizar la calidad de vida frente al esfuerzo que se requiere para mantenerla debería ser un
hábito diario. La creencia común es pensar que existen días difíciles y también días mejores.
Y mientras que esa creencia es verdadera, se debe poder reducir la variabilidad de la
calidad de vida logrando, en promedio, vivir un mejor día cada día.
Puntaje Interpretación
De las mejores épocas de la vida. Inolvidable y muy
3-5 difícil de mantener. Riesgo de complacencia por falta
de desafío que desarrolle madurez.
Debido a que la vida demanda siempre una madurez incremental, los mejores momentos de
la vida pueden no representar el estado ideal. Con frecuencia, personas que han estado en
momentos de baja demanda de desarrollo de madurez por periodos prolongados enfrentan
después crisis que les hacen crecer de manera acelerada y con mucho dolor. Por esta razón,
Cada uno de los niveles de calidad de vida se puede ilustrar con ejemplos en cada una de
las dimensiones de la vida:
Relaciones
Éxito Salud y bienestar
interpersonales
Primeros días Primeros días de
La mejor época de Alivio de una
después de un una relación de
vida enfermedad grave
ascenso pareja
Proyectos que Colaboración en
Ejercicio y descanso
Zona ideal avanzan de acuerdo armonía con el
constante
con el plan equipo de trabajo
Ventas nuevas que Efectividad Estrés en días de
Altas y bajas se cancelan o intermitente con el semana. Descanso
retrasan equipo de trabajo en fin de semana
Pérdida de empleo Fricciones Insomnio, ansiedad,
En crisis Ausencia de ventas constantes en la depresión, cirugía,
Crisis financiera relación de pareja adicciones
Mientras más frecuentes sean los análisis de Calidad de Vida vs. Estrés, más tempranas
serán las correcciones y, por lo mismo, serán más discretas. De la misma forma que al
manejar en carretera, las correcciones para mantener avance en la dirección correcta son
muy leves debido a que se realizan con frecuencia. Cada persona debe poder medir la
calidad de su vida con constancia utilizando un método que le ayude a detectar de manera
temprana sus desviaciones. Fallar en identificar de manera oportuna las desviaciones podría
llevar a la persona a la fractura de su mundo mecánico.
Es muy común pensar que el mundo en que vivimos es un mecanismo que permanecerá
funcional toda la vida. Durante años se ha oído, practicado y predicado que hacer un gran
esfuerzo, desarrollar mucha habilidad y hacer lo correcto garantizará los resultados
positivos esperados. Esta creencia existe porque durante una época temprana de la vida
suele funcionar así. Existe un mundo mecánico de esfuerzo, habilidad y método que
funciona, pero por su uso se deteriora y se fractura como cualquier otro mecanismo
conocido. Se estudia mucho y se obtienen buenas calificaciones. Se practica con constancia
un deporte o un instrumento musical y se obtienen trofeos y reconocimientos. Sin embargo,
la experiencia de décadas prueba que esfuerzo, habilidad y método correcto no siempre
entregan el resultado esperado. Llega un momento en la vida en que, por más esfuerzo
experto que se imprima haciendo lo correcto, los resultados simplemente no se obtienen.
Es obvio que en esta ecuación hace falta una variable que normalmente se pasa por alto
porque la obtención de resultados se sobrepone erróneamente al desarrollo de madurez
personal. Entonces, cuando el resultado esperado no se alcanza, lo normal es incrementar
el esfuerzo, desarrollar más habilidad o cambiar el método utilizado. Y mientras que lo
anterior es necesario, tampoco garantiza el resultado esperado. A esta situación se le llama
"La fractura del mundo mecánico".
Como dos ciegos que no se dan cuenta de que subieron a la escalera eléctrica en
dirección contraria, madre e hijo siguen tratando de avanzar en su camino de
madurez personal, pero se niegan a aprender. Mientras más se esfuerzan, más se
cansan; mientras más se cansan, menos avanzan. Tarde o temprano alguno de los
dos tendrá que ceder y dejará de tratar de controlar. Solo así podrá romperse este
contrato basado en expectativas de mutuo control. Uno se siente presionado, la otra
está desesperada; emociones de identidad diferente, ambas muy desagradables.
Después de varios días internada, esta mujer ha aprendido que la paciencia es tan
valiosa como la perseverancia, y ahora sabe que necesita ambas. Tendrá que
perseverar en lo que puede cambiar, y tendrá que aceptar con paciencia lo que no
se puede acelerar. Al regresar a su casa, en vez de perder la paciencia porque su
hijo no ha aprendido a comer, opta por agradecer la bendición de tener un hijo sano
que aprenderá a comer el día que aprenda a comer. Con paciencia le prepara la
comida a su bebé y se sienta a comer con él. En el momento en que trata de darle
la comida su hijo, él se comporta según lo acostumbrado. No abre la boca y escupe
la comida, pero esta nueva mujer no pierde la paciencia y acepta que lo único que
puede hacer es seguir practicando hasta que llegue el momento en que finalmente
él aprenda a comer. Ella no se sorprende de que su bebé se comporte así; sin
embargo, él sufre una terrible decepción. El juguete mecánico al que se hizo adicto
se ha roto y ya no logra desesperar a su madre mediante su falta de modales en la
mesa. ¡Anteriormente podía obtener la desesperada atención de su madre cada vez
que él escupía la comida y ahora ya no funciona! Continúa escupiendo la comida sin
obtener el resultado esperado. Tendrá que seguir luchando y buscar otras opciones.
Ahora, sin saberlo, le toca aprender perseverancia con lecciones más desagradables.
Tira la cuchara y se ensucia la cara con la papilla, pero tampoco funciona; su mamá
no pierde la paciencia. La situación alcanza un nivel de crisis. El bebé comienza a
gritar, le pega a la mesa y patea su propia silla, pero nada de esto logra desesperar
a esta nueva y paciente madre. El bebé desconoce a esta persona que no reacciona
de la forma que él quiere y sigue perseverando. Ahora es él quien recibe la
sobredosis de emociones negativas que le enseñarán una nueva virtud, la
perseverancia.
Pasan varios días mientras el bebé se comporta cada vez peor y continúa buscando
la forma de desesperar a su madre sin lograrlo; ella se ha vuelto inmune a la
desesperación. Finalmente, el bebé se cansa de no poder controlar a su mamá y
decide abrir la boca para tragar la comida que se le está brindando. Resistirse a
comer y escupir la comida ya no tiene el efecto esperado y hubo que buscar una
acción que sí lo tuviera. Al mostrar modales correctos en la mesa recibe un nuevo
tipo de atención de esta nueva madre. Ella lo felicita, le da un beso y lo toma en sus
brazos al final de la comida. Una más paciente y por ende una versión más madura
de esta madre ha establecido un nuevo contrato con un más perseverante y mejor
versión de su hijo. Este nuevo contrato basado en virtudes ha reemplazado al
contrato anterior de mutuas expectativas.
Un niño de dos años de edad, con su correspondiente madurez incipiente, quiere lo que
quiere, como lo quiere, cuando lo quiere, cuantas veces lo quiere, de quien lo quiere, y si no
lo puede tener de esa manera, se da a sí mismo el derecho de ser infeliz. No importa si lo
que obtuvo fue lo que quería; si no lo obtuvo en el momento que lo deseaba, será infeliz.
Como el empleado que obtiene un ascenso y se frustra porque le llegó tiempo después de lo
que lo deseaba, o como el dueño de una empresa que obtuvo un mejor proyecto de un
cliente nuevo y no del cliente con el que él deseaba cerrar una buena venta; las
expectativas específicas son signos de inmadurez personal. Utilizar virtudes como razones
para hacer lo que se va a hacer logrará detonar el desarrollo de la madurez requerida para
exhibir un crecimiento integral y sustentable, personal y empresarial.
Esta última declaración puede causar una gran inquietud. Si lo mejor que se puede hacer es
utilizar una virtud como razón para imprimir el esfuerzo, aplicar la habilidad necesaria,
hacer lo correcto y esperar el mejor resultado posible, ¿en dónde queda la responsabilidad
individual del líder sobre los resultados obtenidos?
Es un fino arte para un líder tratar de responder por el resultado esperado mientras intenta
desarrollar la madurez propia y la de su organización. ¿Si un líder falla en entregar el
resultado esperado pero logró un inmenso progreso en la capacidad de entregar resultados
a mediano y largo plazo, realmente falló? Es cierto que toda falla es una falla de liderazgo;
no obstante, cuando un líder está logrando su propio desarrollo de madurez y también el de
su organización, ¿las nuevas oportunidades de crecimiento que se hacen evidentes se
pueden considerar como fallas?
Para explicar con más claridad cómo alcanzar un resultado positivo cuando se tiene una
meta específica, se puede seguir el siguiente proceso:
Con claridad se puede apreciar que la labor del líder no es controlar el resultado, aunque sí
sea responsable del mismo. La labor del líder es construir las condiciones que entreguen
resultados superiores. Construir las condiciones sin tratar de controlar el resultado es un
signo de madurez personal que se hace evidente en líderes que sí saben escoger, controlar
y apegarse a sus decisiones basadas en virtudes.
Momento. Una buena noticia que llega más tarde de lo que marcaba la expectativa
(una oportunidad de crecimiento en responsabilidad y nivel que llega tiempo después
del esperado).
Contexto. Una circunstancia que hace que un resultado positivo pierda valor (un
ascenso que se le brinda también a otra persona y hace que el ascenso recibido sea
menos atractivo).
Estos factores son apenas algunos de los que pueden existir en expectativas muy
específicas. Mientras más inmadura sea la persona, más específicas serán sus expectativas,
contando con aún más factores o condicionantes que la definan. Bajo esta declaración es
fácil pensar que tener expectativas es tan nocivo que es mejor no tener ambiciones de vida
como pueden ser crecer un negocio, formar un patrimonio personal y aspirar a una carrera
ascendente. En ningún momento se está declarando tal situación. Lo que se declara aquí es
el hecho de que expectativas muy específicas limitan el crecimiento y el desarrollo de
madurez, a la vez que limitan opciones de resultados positivos alternos a la meta
originalmente planteada. Querer convertirse en piloto para conocer el mundo puede
convertirse en una tortura cuando al principio de la carrera se vuela de ida y vuelta tres
veces diarias entre las mismas dos ciudades pequeñas. La razón correcta para aprender a
volar debe ser el placer de volar. Querer ingresar en una corporación para ascender a altos
niveles puede ser intolerable cuando las tareas asignadas sean diferentes de las esperadas.
La razón correcta para ingresar a una corporación debe ser poder aprender de experiencias
variadas con clientes, líderes, soluciones y geografías.
Las expectativas como razones para hacer lo que se va hacer se pueden identificar porque
contienen la palabra "para". Volar aviones "para" conocer el mundo o ingresar en una
corporación "para" ascender rápidamente. Ambas expectativas denotan una intención de
causalidad. Si se aprende a volar aviones "entonces" se conocerá el mundo, esto no se
puede garantizar. Si se ingresa en una corporación "entonces" se ascenderá rápidamente,
esto tampoco es una garantía.
Una empresa de ingeniería civil fue contratada para construir una carretera en una
zona montañosa. La muy alta humedad del terreno les dificultó la construcción de
túneles a través de montañas nevadas usando sus métodos habituales. Había tanta
agua en el terreno que les impedía hacer el trabajo de la manera que lo sabían
hacer y, mientras más dificultad enfrentaban, más se aferraban a su método
habitual de construcción. Los costos y tiempos se proyectaban excesivos. La razón
para el proyecto era: "¡Tenemos que construir esta carretera de la manera que
sabemos hacerlo, en tiempo y con el costo presupuestado!". Claramente se puede
identificar la especificidad de esta expectativa; contiene método específico,
momento específico y costo específico.
Carreteras que generan beneficios a las comunidades que atraviesan, o tiendas que proveen
oportunidades de momentos memorables a sus visitantes compren o no compren, son
evidencia de que cuando se abandonan las expectativas como razones es posible alcanzar
resultados sorpresivamente positivos. En ambos casos una razón más elevada permitió
alcanzar resultados que jamás se pudieron haber predicho. El gran secreto para identificar si
una meta se ha convertido en una expectativa son la palabra "para" y la palabra "entonces".
Si se sigue el mejor método de construcción, "entonces" se terminará el proyecto a tiempo
y en costo; esto no se puede garantizar. Obligar a revisar el resultado del día anterior
"para" mejorar el del día actual tampoco funciona.
¿Qué razones correctas, que no sean expectativas, se deben escoger entonces cuando se
vive en mundo lleno de expectativas de éxito, relaciones interpersonales y salud?
Fortaleza. ¿Qué hace a una persona exhibir la fortaleza? Podría ser su valentía para
enfrentar los riesgos necesarios. También podría ser su perseverancia para
continuar el esfuerzo aunque existan obstáculos. La fortaleza puede también
exhibirse a través de hacerse responsable de sus propios actos o tener la disciplina
de ponerse en acción en el momento correcto. La fortaleza como virtud está
compuesta en sí por una serie de virtudes más específicas.
Justicia. ¿Qué hace a una persona justa en mundo que por naturaleza es injusto?
¿Un líder que aplica consecuencias diferentes a los mismos comportamientos
improductivos es inevitablemente injusto? Ser un líder parejo podría ser justo o
injusto dependiendo del punto vista.
Templanza. La virtud que controla los impulsos y las cantidades, la templanza puede
exhibirse por esperar al momento justo para tomar la acción requerida, evidencia de
paciencia. La virtud de la aceptación puede ayudar a una persona a dejar que una
situación en su vida sea cómo es debido a que es imposible cambiarla. Aceptar una
situación que siempre será como es ahora es evidencia de templanza debido a que
una virtud más específica, en este caso la aceptación, permite esa actitud efectiva y
madura.
Adicionalmente, las virtudes permiten a las personas adquirir habilidades. Un potencial líder
puede tener una facilidad natural para comunicar, pero si carece de la virtud de la disciplina
para preparar sus discursos con anticipación se negará la oportunidad de llevar su habilidad
comunicadora a un nivel de excelencia. Un líder muy persuasivo que carezca de la virtud de
la humildad podrá convencer a unos pocos mucho tiempo, o a otros muchos poco tiempo,
pero tarde o temprano la gente se convencerá que ese líder está actuando por interés
propio.
Al mencionar que las virtudes acercan a las personas y empresas a su propia excelencia
existe implícito el hecho de que las virtudes son desarrollables. Una persona no disciplinada
puede desarrollar, por convencimiento o por conveniencia, la capacidad de actuar con
urgencia aunque no exista una crisis. Una persona que se da por vencida ante obstáculos
pequeños puede desarrollar su propia perseverancia practicando con obstáculos
gradualmente incrementales. Las personas que carecen de virtudes específicas pueden
lograr vivir un mejor día cada día desarrollando sus propias virtudes. Y por supuesto, los
líderes que carecen de ciertas virtudes mejoran notablemente su estilo de liderazgo
desarrollando sus virtudes.
Un líder justo, responsable, auténtico, valiente, compasivo, leal... será mucho más efectivo
con esas y otras muchas más virtudes, que si aplica consecuencias por favoritismo, culpa a
sus subordinados de sus propios errores, se comporta diferente en presencia de
autoridades, se acobarda ante los riesgos, trata con crueldad a su gente o traiciona los
compromisos que ha establecido. La razón correcta para actuar siempre es una virtud
porque hace del líder una persona inspiradora a la que la gente querrá seguir. Un líder que
exhibe virtudes logra su propio crecimiento y el de su gente. El crecimiento de su gente
promoverá entonces el crecimiento de su empresa.
Un líder con madurez usa virtudes como razones para actuar alcanzando
excelentes resultados. Un líder que usa virtudes como razones para actuar
desarrolla su propia madurez y la de su gente.
Este círculo virtuoso detona crecimiento individual y colectivo cambiando la cultura de las
empresas hacia una más productiva y positiva. En una empresa de cualquier tamaño y giro
de industria existen millones de micro-fenómenos individuales y colectivos que determinan
la productividad y el éxito de la misma. Estos pequeños fenómenos marcan si la empresa
evoluciona hacia una mejor versión de sí misma, o si involuciona perdiendo fortalezas y
diferenciadores que deteriorarán la preferencia de sus clientes.
Una empresa de consultoría que intente brindar servicios de múltiples disciplinas a sus
clientes podría enfrentar grandes problemas de crecimiento si sus consultores dejan de
crecer debido a un comportamiento alejado de las virtudes que ofrezcan una ventaja
competitiva. En cambio, una firma que fomenta el desarrollo constante de virtudes puede
gozar de inmensos beneficios en resultados y crecimiento. La siguiente tabla ilustra los
miles de micro-fenómenos diarios que suceden en una empresa en la que el liderazgo
exhibe, desarrolla y exige comportamientos basados en virtudes:
Si la persona y la
Logrará:
organización exhibe:
Suficiencia
Carencia
Afortunadamente existe un método para vencer esta barrera. Para empezar, debemos
ubicar a las organizaciones en cuatro diferentes niveles de madurez o Fases de Desarrollo
Integral SustentableR. En cada una de estas fases existe una intención de madurez por lo
cual el desarrollo de virtudes es particular para cada una de ellas:
2. Fase II. Desarrollo y sistematización. Una vez que la intención de la empresa y las
condiciones básicas están establecidas, comienza la etapa de desarrollo y
sistematización, tanto de la empresa como de los individuos. La cultura de la empresa
todavía se basa en que esfuerzo, habilidad y método correcto garantizarán resultados
positivos predecibles; sin embargo, el mecanismo comienza a deteriorarse y con
frecuencia falla en entregar resultados positivos. El nivel de esfuerzo individual y
colectivo es demasiado alto, por lo que es cuando más se requiere el desarrollo de
virtudes individuales y colectivas. En esta fase, el trabajo no planeado se convierte en
trabajo estandarizado y el desarrollo de virtudes se debe dar principalmente en el nivel
gerencial. Dado que es también cuando más se resiste la organización a desarrollar
virtudes, es crítico que el liderazgo basado en virtudes se afiance en la parte media de la
empresa.
Células y
Estructura basada Procesos de
Silos funcionales Equipos efectivos Centros de
en trabajo
Excelencia
Integración entre
Débil En desarrollo Avanzada Avanzada
funciones y áreas
Necesidad de
Dirección General Líderes de Toda la
Liderazgo Basado y Comité Directivo
Gerencia
interfase organización
en Virtudes
Es fácil observar cómo la madurez de una empresa tiene distintivos para cada una de las
fases. Así también la necesidad de imprimir Liderazgo Basado en Virtudes se adecúa a cada
una de ellas. La forma, la cantidad y el momento de imprimir virtudes en una organización
son secuenciales y graduales. Es entonces responsabilidad de la Alta Dirección diagnosticar
en qué fase se encuentra la organización y aplicar una cultura basada en virtudes adecuada.
El liderazgo de una organización debe tomar en cuenta que el desarrollo de virtudes causa
estrés como cualquier experiencia de crecimiento. La tarea del liderazgo de la empresa debe
ser mantener un nivel ideal de estrés, entre el aburrimiento y la ansiedad. En
www.tuplanv.com se puede encontrar un cuestionario con diferentes reactivos para
determinar el nivel de madurez de cualquier tipo de empresa y así definir la forma, la
cantidad y el momento de imprimir Liderazgo Basado en Virtudes en cada nivel de madurez
de la organización.
Una vez que se decreta que una organización va a ser liderada basada en virtudes, se
puede evaluar cómo las virtudes combinan con los valores de la empresa. Para tales efectos
es crítico que los valores de la empresa sean identificados.
A cualquier adulto joven que consigue su primer empleo le será fácil admirar las habilidades
de sus nuevos líderes expertos, y seguramente confundirá habilidades con virtudes. Pensará
que un gran estratega (habilidad) tiene mucha sabiduría (inclinación a investigar y
entender). Sin embargo, esa persona admirada por su capacidad estratégica puede tener
una fuerte aversión a investigar y se aferre con obstinación a sus convicciones (carencia de
sabiduría). Conforme este joven desarrolle esas mismas habilidades estratégicas, le será
cada vez más difícil admirar a los expertos que las utilicen por razones ajenas a virtudes.
Cada día buscará más maestros o líderes que tengan habilidades y también virtudes. A la
vez se decepcionará de aquellos maestros que le enseñaron habilidades y que no exhibieron
virtudes. Este joven será cada día más sabio y sabrá diferenciar el poder utilizado como
liderazgo responsable versus el poder utilizado para la manipulación. Podrá identificar
fácilmente a un excelente orador (habilidad) que busca efectos de control demagógico
(ausencia de virtud), de otro excelente comunicador que busca desarrollar la capacidad o la
identidad de un grupo de personas. Llegará un momento en el que se le dificulte admirar o
inclusive seguir a un jefe que utiliza el poder para su propio beneficio a costa del bienestar
de muchos (falta de lealtad).
Las habilidades son muy visibles y pueden opacar la necesidad del desarrollo de virtudes.
Una persona que toma un curso de oratoria podría estar ocultándose a sí misma la
necesidad de desarrollar la virtud de la identidad (actuar con autenticidad aunque sea
observada). La habilidad de hablar en público se puede desarrollar, pero eventualmente las
audiencias se percatarán de que el orador no está siendo auténtico, aun si sus discursos son
ejecutados con maestría.
Esta discusión persigue aclarar que es sumamente fácil confundir habilidades con virtudes.
Una organización típica de Fase II tiene un gran número de habilidades, con una madurez
todavía en desarrollo. Por esta razón el esfuerzo para alcanzar los resultados es tan alto en
esta fase. La organización es hábil pero todavía no muy madura. Tal como se explica en la
gráfica de tres círculos en el prefacio, tener la habilidad y el conocimiento de la empresa
puede convertir a cualquier colaborador experto y hábil en un ancla que detiene el
crecimiento debido a que no exhibe una actitud madura, positiva y productiva. Estas
personas aprovecharán cualquier falta de virtud en el liderazgo de la empresa para hacerse
de poder, retrasando el desarrollo cultural de la organización. Su supervivencia en la
empresa se amparará en su conocimiento y en su habilidad, no en su liderazgo basado en
virtudes.
Valores. Son aquellas virtudes que se han seleccionado y que marcan la cultura
distintiva de la empresa. Son diferenciadores y rompe-tratos que se aplican desde la
Fase I como requisitos de pertenencia a la empresa. Se utilizan para tomar
decisiones estratégicas, para reclutar y seleccionar, y también como criterios de
permanencia y crecimiento en la organización.
Los valores son particulares de las personas, lugares y costumbres. El valor que una
persona le da a una carrera ascendente es particular de la persona, su edad, su situación
financiera, sus intereses de carrera y muchos otros factores. En cambio, las virtudes son
universales. La lealtad, perseverancia y aceptación son aplicables durante toda la vida y en
cualquier aspecto de la misma. La perseverancia servirá de aliada en cualquier puesto o
nivel de responsabilidad al que se aspire llegar. Dado que las habilidades y el conocimiento
son producto de la experiencia, pero el desarrollo de madurez depende de la decisión
personal de utilizar dicha experiencia para madurar. Es crítico entonces conocer los mejores
métodos de desarrollo de virtudes.
Razones correctas
Virtudes esenciales
Esa manera de reaccionar o responder depende del inventario de virtudes con las que se
cuenta en el momento de enfrentar las situaciones. Estas virtudes esenciales pueden estar
en tres niveles de desarrollo:
Nivel de
Situación desafiante o
Desarrollo Actitud individual o colectiva
desagradable
de la Virtud
Nivel de
Situación desafiante o
Desarrollo Actitud individual o colectiva
desagradable
de la Virtud
Virtud a nivel Excelencia. La persona o empresa cuenta con esta virtud en un nivel
notable y alcanza para sentirse bien, y también hay suficiente para tratar de hacer
crecer a los demás. La virtud en excelencia detona un deseo auténtico de que las
demás personas y la organización cuenten con esa virtud. La respuesta a las
situaciones desafiantes ya no es ni negativa ni neutra. Las situaciones desafiantes se
toman como oportunidades de crecimiento y tienen un gran significado e impacto en
la esencia de personas y organizaciones. Las virtudes a nivel excelencia se utilizan
como diferenciadores de la operación y del servicio brindado a colaboradores y
clientes. Un ejemplo de sobresaliente liderazgo con excelencia de dignidad, virtud
que permite darse valor a sí mismo independientemente de los resultados o los
juicios de los demás, podría ser como sigue:
Nivel de
Situación desafiante o
Desarrollo Actitud individual o colectiva
desagradable
de la Virtud
Con gran claridad se pueden observar las tres diferentes actitudes presentadas ante una
misma situación. El nivel de madurez evidenciado cuando se tiene una virtud en carencia,
suficiencia y excelencia es completamente diferente, y el efecto del líder cuando presenta
una u otra actitud tiene un efecto profundo y duradero en la cultura de la empresa. Los
efectos del comportamiento de un líder cuando actúa debido a una carencia se convierte en
un deterioro instantáneo y duradero en su equipo y en la cultura de la empresa.
Por otro lado, existen también virtudes a nivel excelencia que hacen a un líder sumamente
efectivo. La adversidad y los momentos desafiantes se atacan con extrema destreza y con
un gran efecto positivo en la organización. Esas virtudes a nivel excelencia logran un
impacto constante y de largo plazo en la cultura de la empresa. Esas virtudes fuertes de un
líder son exigidas a la organización y distinguen su esencia.
Aceptado el hecho de que las virtudes a nivel carencia y a nivel excelencia forman parte de
la esencia de las personas o empresas, queda nada más analizar si las virtudes a nivel
suficiencia son o no parte de esa esencia. Las virtudes a nivel carencia detonan emociones
negativas, juicios y expectativas. Las virtudes a nivel excelencia producen entusiasmo por
impactar resultados y cultura organizacional. Las virtudes con las que se cuenta a nivel
suficiencia no producen ni emociones negativas ni entusiasmo, y no distinguen la esencia ni
del líder ni de la organización. Debido a estas propiedades, las virtudes con las que la
organización cuenta a nivel suficiencia, serán llamadas "no esenciales". Son necesarias y se
deben aplicar, pero no distinguen la esencia del líder o la empresa.
Las virtudes con las que cuenta un líder o una organización a nivel carencia
o a nivel excelencia definen su "perfil de virtudes esenciales".
Reconocidos los problemas causados por las virtudes esenciales a nivel carencia, lo lógico
será desarrollar dichas virtudes para evitar su efecto nocivo. Reconocido el efecto de
productividad y crecimiento de las virtudes a nivel excelencia se querrá aplicarlas siempre
que sea posible. Sin embargo, las virtudes débiles colapsan la capacidad de aplicar las que
se encuentran a nivel excelencia.
El Director General nunca culpó a los demás por lo que le correspondía a él mismo
hacer (evidencia de responsabilidad). Cuando finalmente le aplicó consecuencias al
comportamiento conflictivo de su asistente, estas fueron proporcionales y
conectadas a dicho comportamiento (evidencia de justicia). Cuando finalmente
aplicó la virtud de la disciplina, actuando en el momento ideal, recuperó el efecto de
su responsabilidad y su justicia, ambas virtudes que no le cuesta trabajo ejercer.
Una virtud carente, en este caso disciplina, había colapsado virtudes que
normalmente tiene en excelencia, responsabilidad y justicia.
En este caso, la disciplina, una virtud carente, simplemente se llevó a nivel suficiencia para
poder tomar la acción requerida con las virtudes a nivel excelencia. Es evidente entonces
que para poder aplicar las virtudes en nivel excelencia es necesario llevar las carencias a
nivel suficiencia.
Para poder aplicar las virtudes que se tienen a nivel excelencia es necesario
desarrollar las carencias a nivel suficiencia.
Parecería que cada virtud puede estar en un nivel de carencia, suficiencia o excelencia en un
momento dado, modificando constantemente el perfil de virtudes esenciales de un líder o de
una organización. El perfil de virtudes esenciales es fijo para un líder o una organización. Sin
embargo, el nivel de aplicabilidad de cada virtud puede variar dependiendo de las
situaciones que se enfrentan y de la madurez del líder o de su organización. Para explicar
esta declaración existen las siguientes definiciones:
Virtudes Esenciales a Desarrollar. Son virtudes con las que el líder o la organización
no cuentan de manera espontánea. Los eventos desafiantes detonan emociones
negativas debido a la carencia de estas virtudes, por lo que siempre se tendrán que
desarrollar conforme la vida demande madurez incremental. Estas virtudes estarán
siempre en el perfil de virtudes esenciales y siempre demandarán desarrollo para
evitar caer nuevamente en un nivel de carencia.
Virtudes Esenciales Desarrolladas Innatas. Son virtudes con las que el líder o la
organización cuentan de manera espontánea. Se utilizan para enfrentar la adversidad
y para detonar crecimiento. Estas virtudes se pueden llevar a un nivel de excelencia
cuando el líder o la organización ha llevado sus "Virtudes Esenciales a Desarrollar" a
un nivel de suficiencia.
Ninguna virtud trabaja por sí misma o de manera aislada. El Liderazgo Basado en Virtudes
está compuesto por la combinación de diferentes virtudes esenciales en un líder o en una
organización. Dado que las virtudes esenciales a desarrollar siempre se tendrán que
trabajar, ya sea que estén en nivel carencia o suficiencia, serán entonces las que
constituyan la sección de desarrollo de madurez individual o colectiva. Dado que las virtudes
esenciales desarrolladas innatas son parte de la esencia y se pueden colapsar, pero no se
pueden perder, será necesario tenerlas presentes para accionarlas como diferenciadores y
ventajas competitivas.
Responsabilidad Disciplina
Justicia Paciencia
Lealtad Dignidad
Entendido el concepto de virtudes esenciales, hay que descubrir cómo se determina el perfil
de una persona en particular. A su vez, las virtudes esenciales de una organización serán la
suma absoluta de las virtudes de las personas que laboran juntas.
En el siguiente cuadro y en el anexo A están listadas las virtudes esenciales que pueden
formar parte de cualquier perfil individual o colectivo.
Virtudes
Código de Conducta (Voy a…)
Esenciales
Aceptar que hay situaciones que siempre van a ser como son o que les toca
Aceptación
a otras personas cambiar
Admiración Admirar e inspirarse en las creaciones, logros y atributos de otras personas
Alegría Celebrar con alegría bendiciones y progresos que haya en mi vida
Valorar y agradecer la compañía de los demás tratando de ser yo también
Compañía
buena compañía
Compasión Darle valor al dolor propio y de los demás tratando de aliviarlo
Darme valor a mí mismo independientemente de mis resultados o los
Dignidad
juicios de los demás
Generosidad Darle valor superior a mis bendiciones compartiéndolas con los demás
Darle validez a la verdad de los demás sabiendo que puede ser diferente de
Humildad
mi verdad
Dado que las virtudes esenciales a desarrollar tienen la capacidad de colapsar el poder de
las virtudes desarrolladas innatas, es prioritario poder identificarlas primero para tener
presente que siempre se tendrán que trabajar. La actitud ante los desafíos está
determinada por el inventario de estas virtudes a desarrollar.
Lo primero que hay que aceptar es que cada persona tiene un nivel individual de desarrollo
de cada virtud, por lo cual el mismo evento vivido por varias personas provocará una
reacción diferente en cada quien. Un evento desafiante o desagradable, como puede ser la
falta de reconocimiento a un logro, produce emociones negativas y expectativas particulares
en cada persona dependiendo de sus carencias individuales. Un ejemplo típico podría ser un
líder que comete el error de reprimir a su equipo de manera injustificada y exagerada. En
este ejemplo cada integrante del equipo presenta una virtud específica a nivel carencia.
Así se ilustra que cada persona puede reaccionar de manera particular ante el mismo
evento de acuerdo con sus carencias individuales. Las virtudes esenciales a desarrollar,
cuando caen en nivel de carencia, provocan actitudes inmaduras que deterioran la cultura
de la empresa. Independientemente de la baja efectividad del líder al reprimir al equipo,
cada uno de los integrantes exhibió una actitud inmadura muy lejana a la ideal. La emoción
negativa y la expectativa generada son evidencia de esa actitud inmadura. Muy
probablemente la falla del líder en reprimir al equipo de manera injustificada y exagerada
también proviene de una o varias carencias en su propio inventario de virtudes.
Resulta importante resaltar que el evento desagradable detona pero no produce las
emociones negativas, los juicios de valor ni las conductas inmaduras. Esto se comprueba
porque ese mismo evento, ante un líder u organización con virtudes a nivel suficiencia no
ocasiona ninguno de esos efectos no deseados. Se requiere la carencia para que el evento
detone la actitud inmadura.
Si una carencia combinada con un evento desagradable o desafiante detona una emoción
negativa específica, entonces es posible identificar una carencia a través de las emociones
negativas más frecuentes, más intensas y más duraderas que experimenta una persona en
particular. Es imposible sentir rencor si se tiene la virtud del perdón, es imposible sentirse
derrotado si se tiene la virtud de la perseverancia, o menospreciado si se tiene la virtud de
la dignidad.
Envidia Admiración
Asqueado Compasión
Descomprometido Lealtad
Confundido Sabiduría
Abdicar Responsabilidad
Actuar sin lógica Sabiduría
Acusar de algo que uno mismo hizo Responsabilidad
Aislarse Compañía
Alejarse del dolor ajeno Compasión
Atropellar Educación o Respeto
Boicotearse Dignidad
Castigar sin razón o demasiado Justicia
Castigarse Dignidad
Causar dolor Compasión
Compararse Identidad
Competir de manera obsesiva Identidad
Controlar deteniendo progreso Libertad
Correr riesgos innecesarios Protección
Culparse, juzgarse Dignidad
Darse por vencido Perseverancia
Descalificar Humildad
Descalificarse Dignidad
Desear dolor Perdón
Despreciar Humildad
Detenerse por miedo Valentía
Empujar, jalar Paciencia
Esclavizar Libertad
Gritar Educación
Imponer Libertad
Incumplir compromisos Lealtad
Infidelidad Lealtad
Insultar Educación
Juzgar Humildad
Manipular Libertad
Menospreciarse Dignidad
Mentir Identidad
Obstinarse Aceptación
Preocuparse sin tomar acción Disciplina
Rescatar de consecuencias Justicia
Romper las reglas sin razón Educación
Tardar en arrancar, posponer Disciplina
Traicionar Lealtad
Vengarse Perdón
Las virtudes esenciales a desarrollar de un perfil en particular serán aquellas que más
incidencia presenten en emociones negativas o conductas dañinas frecuentes en los dos
listados anteriores. Esas virtudes esenciales a desarrollar seleccionadas estarán a nivel
suficiencia si se trabajan o a nivel carencia si se abandona su desarrollo. Con estas virtudes
esenciales a desarrollar se compone la primera mitad de un perfil de virtudes esenciales
individuales.
En este ejemplo se ilustran solamente tres virtudes a desarrollar. Sin embargo, un perfil
típico de virtudes individuales contiene entre cuatro y ocho virtudes esenciales a desarrollar.
En el siguiente ejemplo cada integrante del equipo identifica una oportunidad de impacto
relacionado con su particular virtud desarrollada a nivel excelencia.
Desafío.
Perseverancia "¡Venzamos estos obstáculos y otros
Impulso por
(Integrante B) tantos más!"
persistir
Así se ilustra cómo cada persona responde con una actitud madura y positiva ante la
adversidad dependiendo de sus muy particulares virtudes desarrolladas innatas llevadas a
nivel excelencia. Surge de manera inevitable la incógnita de porqué se les llama
"desarrolladas innatas" a estas virtudes fuertes.
Su equipo de trabajo opina que desde que ella llegó comenzaron a seguir
estándares y sistemas para ejecutar proyectos con suma atención al detalle.
Comentan que ella ha hecho al equipo mucho más disciplinado.
Su esposo opina que desde que era su novia, recuerda que todo lo tenía
ordenado y siempre ha sido muy puntual.
Una amiga de la infancia recuerda que sus apuntes eran impecables, hacía sus
tareas a tiempo, todo lo tenía ordenado y siempre llegaba temprano a la
escuela.
Con absoluta claridad se puede observar que esta mujer exitosa no tuvo que desarrollar su
disciplina, simplemente nació con disciplina. Sea disciplina u otra virtud, las personas nacen
con particulares virtudes que no les cuesta trabajo alguno desarrollar y aplicar. Hay
personas que nacen perseverantes y no recuerdan alguna vez haberse dado por vencidas.
Otras personas que nacen con la virtud de la sabiduría y desde muy pequeños sienten
curiosidad en vez de confusión cuando hay algo que no entienden. También nacen personas
con dignidad desarrollada innata que siempre se dan su lugar, solamente toleran trato
respetuoso y se sienten bien consigo mismos, aunque los demás los juzguen.
Es muy común considerar como virtud desarrollada innata una virtud que se ha trabajado
desde la carencia hasta la suficiencia. Se valora tanto tener suficiente de esa virtud que la
persona puede pensar que siempre la ha tenido. Este muy frecuente error puede llevar a
concluir que esa virtud en suficiencia será suficiente para el resto de su vida, lo cual no va a
ser así. Las virtudes a desarrollar se tienen que trabajar todos los días. Las virtudes
desarrolladas innatas solamente se requiere aplicarlas.
Es muy improbable que una persona pueda llevar sus virtudes a desarrollar a un nivel de
excelencia. Estas virtudes a desarrollar, cuando se encuentran a nivel carencia, crean
problemas, emociones negativas y expectativas muy específicas. Los líderes y las
organizaciones deben concentrarse en mantener las virtudes a desarrollar a nivel suficiencia
para que sus virtudes desarrolladas innatas sean exhibidas y aplicadas a nivel excelencia.
Para identificar las virtudes esenciales desarrolladas innatas se puede utilizar la siguiente
tabla seleccionando esas virtudes que se tienen fuertes desde edad muy temprana. Es
importante tener presentes esas virtudes y nunca, ¡nunca exhibir comportamiento
contrario a las virtudes desarrolladas innatas! Atreverse a abandonar esas virtudes,
que son parte de la esencia de la persona, tiene consecuencias inmediatas,
desproporcionadas y muy dolorosas. Una vez identificadas las virtudes desarrolladas innatas
es importantísimo siempre exhibir conducta en línea con la propia esencia.
Virtudes
Código de Conducta (Voy a…)
Esenciales
Aceptar que hay situaciones que siempre van a ser cómo son o que les toca
Aceptación
a otras personas cambiarlo
Admiración Admirar e inspirarse en las creaciones, logros y atributos de otras personas
Alegría Celebrar con alegría bendiciones y progresos que haya en mi vida
Valorar y agradecer la compañía de los demás tratando de ser yo también
Compañía
buena compañía
Compasión Darle valor al dolor propio y de los demás tratando de aliviarlo
Darme valor a mí mismo independientemente de mis resultados o los
Dignidad
juicios de los demás
Generosidad Darle valor superior a mis bendiciones compartiéndolas con los demás
Darle validez a la verdad de los demás sabiendo que puede ser diferente de
Humildad
mi verdad
Una persona que siempre ha decidido por sí misma su propia conducta, respeta la libertad
de los demás, y difícilmente se siente presa o controlada, puede decirse que tiene la libertad
como virtud desarrollada innata. Alguien quien tal vez nunca se ha sentido derrotado y que
se crece ante los obstáculos para vencerlos, muy claramente tiene la perseverancia como
virtud desarrollada innata. Un líder que siempre actúa con autenticidad, siempre dice la
verdad y jamás ha sentido vergüenza o la observación de los demás, es claro que tiene la
virtud de la identidad como desarrollada innata.
Libertad Disciplina
Perseverancia Paciencia
Identidad Dignidad
Con un perfil de virtudes esenciales individuales definido se pueden entender las reacciones
emocionales inefectivas ante situaciones demandantes debido a las carencias, y las
respuestas maduras ante esas mismas situaciones debido a las virtudes a nivel suficiencia o
excelencia. Ya se ha mencionado también que ninguna virtud trabaja de manera aislada y
depende del nivel de desarrollo de cada una de ellas el tipo de respuesta que se presentará.
Si un líder tiene la disciplina muy baja, aunque su responsabilidad sea una virtud
desarrollada innata, probablemente su reacción sea postergar lo que le corresponde hacer.
Si ese mismo líder tiene en ese momento la disciplina a nivel suficiencia, seguramente
exhibirá su responsabilidad de inmediato. El nivel de desarrollo de virtudes en un momento
dado depende del trabajo personal que se haya alcanzado en el momento en que se
demandan dichas virtudes.
Las virtudes esenciales a desarrollar se pueden llevar a nivel suficiencia. Virtudes esenciales
desarrolladas innatas pueden estar colapsadas, a nivel suficiencia o a nivel excelencia.
Independientemente del nivel de desarrollo de virtudes, el perfil de virtudes esenciales es
constante y por esa razón dura toda la vida. Una virtud a desarrollar siempre se tendrá que
trabajar. Una virtud desarrollada innata siempre será una fortaleza y estará disponible,
siempre y cuando las virtudes a desarrollar estén a nivel suficiencia. En resumen:
Ante esta situación acudió con su Director de Calidad quien tenía la virtud de la
protección a nivel excelencia, gracias a la cual se habían podido prevenir grandes
problemas y pérdidas por fallas de calidad. Este experto en identificación y
eliminación de riesgos le indicó al líder de proyecto que era inaceptable que se
usaran esos materiales. Esa decisión implicaría fallar en entregar el producto
prometido a muchos clientes.
¿Qué debía hacer este líder de proyecto? Por un lado, la valentía le invitaba tomar el
riesgo de recomendar la utilización de los materiales. Por otro lado, la protección lo
invitaba a rechazar los materiales y fallar en el servicio a los clientes. Parecía que no
había una solución que cubriera ambos requerimientos.
Esta escena ilustra que hay ciertas virtudes que trabajan hacia una dirección y otras que
trabajan en la dirección opuesta. A esta oposición de virtudes se le llama Polaridad de
Virtudes. La perseverancia, que imprime un alto sentido de urgencia, es opuesta a la
paciencia que invita a esperar hasta el momento ideal para actuar. La libertad, que sugiere
poder hacer lo que se quiere en el momento que se quiere, trabaja en dirección contraria a
la disciplina, virtud que invita a seguir una rutina establecida.
Combinar virtudes opuestas brinda la oportunidad de actuar con el punto medio ideal en
mente. Hacer lo que se quiere hacer y a la vez seguir rutinas establecidas que generen
crecimiento. Perseverar venciendo obstáculos y también esperar el momento ideal para
enfrentar el obstáculo. Pero, ¿qué sucede cuando una virtud muy fuerte que trabaja hacia
una dirección se combina con una opuesta que, por su debilidad, trabaja en la misma
dirección? En este caso se suman las influencias de esas virtudes opuestas creando grandes
problemas. La perseverancia sin paciencia crea impulsividad. La libertad sin disciplina crea
inestabilidad y falta de constancia. La disciplina sin inspiración crea rutinas que limitan el
crecimiento y la mejora continua.
Actuar siguiendo una virtud muy fuerte combinada con una opuesta muy
débil crea inmensos problemas.
Una persona muy perseverante y poco paciente seguramente gastará energías estériles al
ponerse en acción demasiado pronto. Un líder muy disciplinado con libertad débil limitará el
crecimiento de su equipo de trabajo tratando de planear todas las tareas. Un líder muy
paciente con disciplina débil puede perder importantes oportunidades de impacto a
resultados por esperar demasiado tiempo.
No existe una situación en la que se presente demasiado de una virtud. Las virtudes fuertes
nunca pueden crear problemas. La situación que con mucha frecuencia se presenta es que
se tiene mucho de una virtud y muy poco de una opuesta a la primera. No hay una
situación en la que exista demasiada perseverancia. Lo que puede existir es mucha
perseverancia y poca aceptación invitando a la persona a cambiar lo que no se puede
cambiar. Una persona con mucha lealtad y poca dignidad puede colocarse en una posición
desventajosa por tratar de cumplir con sus compromisos por encima de su valor propio. Un
líder con mucha justicia y poca compasión podría aplicar consecuencias exageradas y
crueles que deterioren la relación con su equipo.
Los problemas no se crean por aplicar demasiado de una virtud. Con mucha
frecuencia se presenta la aplicación de una virtud muy fuerte mientras se
falla en aplicar una opuesta que la nivele.
Sin embargo, tener dos virtudes paralelas fuertes opuestas a una o varias muy débiles
puede generar grandes problemas. Un líder muy valiente y perseverante con una protección
y paciencia muy débiles puede caer en riesgos innecesarios y exagerados que creen
inmensos problemas.
Los más grandes problemas se crean cuando existen dos virtudes muy
fuertes paralelas que sean opuestas a dos virtudes muy débiles.
Libertad Disciplina
Perseverancia Paciencia
Identidad Dignidad
Justicia Responsabilidad
Libertad Disciplina
Libertad Responsabilidad
Perseverancia Paciencia
En este ejemplo de polaridades se puede observar que la libertad tiene polaridades con
disciplina y con responsabilidad. Una persona con esas polaridades puede caer en siempre
hacer lo que quiere pasando por alto sus responsabilidades y fallando en tomar la acción
requerida a tiempo. Se pueden fácilmente pronosticar desastres constantes. También se
observa que la perseverancia puede crear grandes problemas si la paciencia está débil.
Mientras más polaridades existan en un perfil de virtudes, más probabilidad habrá de
crearse problemas. Un líder con justicia a nivel excelencia, combinada con una virtud de
compasión a nivel carencia, puede aplicar consecuencias con crueldad o demasiado severas.
Un líder con una compasión a nivel excelencia, combinada con justicia a nivel carencia,
probablemente evite aplicar consecuencias necesarias a la conducta de sus reportes
directos.
Un líder con justicia a nivel excelencia, combinada con compasión a nivel suficiencia,
aplicará consecuencias proporcionales a la conducta exhibida. Un líder con libertad en
excelencia, combinada con una disciplina suficiente, brindará el debido equilibrio entre
cumplimiento de estándares y amplitud para la creatividad. Cualquier virtud a nivel carencia
puede colapsar otras virtudes, pero una virtud en nivel carencia opuesta a una muy fuerte
crea inmensos problemas y deterioro de la cultura de una organización.
Para ilustrar de mejor manera la polaridad de las virtudes, existe un modelo circular que lo
explica con mayor claridad. En este modelo, las virtudes fuertes que se encuentran cercanas
a otras fuertes promueven actitudes similares. Las virtudes fuertes que se encuentran
enfrente de otras también fuertes promueven actitudes maduras y bien niveladas. Las
virtudes fuertes que se encuentra enfrente de virtudes opuestas débiles suman sus
influencias en una misma dirección y crean grandes problemas por su falta de nivelación.
Si la polaridad de las virtudes se elimina a través de llevar todas las virtudes a desarrollar a
nivel suficiencia y, si el colapso de las virtudes desarrolladas innatas también se elimina a
través de llevar todas las virtudes a nivel suficiencia, entonces se debe decidir actuar
siempre con virtudes como razones que gobiernen la conducta.
Varias teorías se pueden considerar para explicar la conducta individual pero sólo la
madurez individual se puede utilizar como referencia para predecir qué tan efectiva o
madura será dicha conducta. Aquí se describe cómo algunas creencias muy arraigadas
sobre el comportamiento humano pierden validez frente al hecho de que es la madurez
personal lo que gobierna la conducta. Esa madurez personal se determina por la cantidad de
virtudes que una persona o un líder ha trabajado desde la carencia hasta la suficiencia.
1. "La genética gobierna el comportamiento". Tal vez la más retrógrada creencia sobre el
comportamiento sugiere que las personas son gobernadas por la aleatoria serie de
combinaciones genéticas con las que se nacieron. Haciendo a un lado algunas
condiciones congénitas que sí pueden limitar o desviar ciertas conductas, cualquier
persona con uso de razón no está gobernada por su genética. Esta teoría del
comportamiento gobernado por la genética se comprueba falsa porque se sabe que
hermanos gemelos idénticos, con genética idéntica, son personas completamente
diferentes y responden también de manera distinta frente a la adversidad.
2. "La conducta está gobernada por las experiencias previas de vida". Muy ampliamente
aceptada, esta teoría sugiere que lo que se vivió anteriormente determina la respuesta
presente ante la situación actual. En definitiva, las experiencias dejan marcas en las
personas que pueden desviar su conducta, pero hay quienes las utilizan para madurar,
y también hay personas que las utilizan para retroceder en su madurez. Hijos de los
mismos padres viviendo experiencias similares reaccionan de manera completamente
diferente ante la adversidad de la vida. Empleados que atravesaron los mismos
eventos traumáticos pueden resultar unos fortalecidos y otros, debilitados.
3. "La conducta puede ser gobernada si se trata de actuar de manera correcta". Esta
teoría ofrece una directriz poco específica. Como ya se explicó en el tema de "Virtudes,
habilidades y valores", la manera correcta obedece a ciertos valores o costumbres
particulares de un grupo de personas. Cuando en una organización se separa a alguien
de su empleo, así sea lo justo y más conveniente para todos, se puede percibir como
un acto muy injusto o también como lo más indicado. Esto depende de lo que
"conducta correcta" significa para cada persona u organización. Cuando alguien pone
en riesgo la integridad de otro colaborador, ¿merece la máxima consecuencia aplicable
o esa consecuencia es demasiado severa? La respuesta es "todo depende de las
creencias y valores de esa organización".
4. "La conducta debe ser gobernada por la madurez de las personas". Esta teoría sobre el
comportamiento es la más indicada porque le regresa al individuo la libertad y la
La opción número cuatro implica un absoluto compromiso por convertirse en una mejor
versión de uno mismo. Ese crecimiento personal se sobrepone al estricto afán de alcanzar
resultados. Irónicamente, ese crecimiento también eleva la probabilidad de alcanzar
resultados superiores. El compromiso de desarrollo personal tiene implícito también revisar
las razones detrás de cada pequeño pensamiento, decisión, palabra y acción.
Razones basadas en virtudes siempre harán que una persona desarrolle madurez, y el perfil
de virtudes individual le da a la persona las mejores razones sobre las cuales basar su
conducta. Las virtudes esenciales individuales son las razones correctas para la conducta de
la persona.
Imaginemos que dos personas que apenas se han conocido van en un automóvil. Al
detenerse en un crucero, un indigente se acerca al chofer a pedirle ayuda. El chofer
toma un poco de dinero de la consola de su auto y se lo entrega al indigente, quien
le da las gracias y le desea al chofer un buen día.
Por su parte, el chofer tuvo la opción de realizar el acto más puro de compasión por
alguien que tiene dolor o hambre, o también pudo ser un acto auténtico de lealtad
por un compatriota en problemas. Por otro lado, esta misma persona pudo haber
Exactamente la misma conducta, dar dinero a un indigente, puede ser el acto más
elevado, cuando está basado en virtudes, y también puede ser el acto más
inmaduro posible basado en razones incorrectas. La razón detrás de la conducta del
chofer solamente él la conoce. La razón correcta basada en virtudes lo hace más
compasivo y más leal. La razón incorrecta basada en emociones negativas y
expectativas lo hace más soberbio y cobarde.
Lo más lógico sería intentar desarrollar las virtudes necesarias utilizándolas como razones
para guiar la conducta. Esta práctica logra que esas virtudes formen parte de la esencia de
la persona, lo que le permitirá con madurez incremental afrontar la adversidad.
Normalmente se estudia una lección para presentar un examen. Sin embargo, parecería que
la vida se vive al revés. Primero se presenta el examen de madurez mediante una situación
adversa, y después tal vez se aprende la lección; esto siempre y cuando la persona logre
descifrar el aprendizaje que trae dicha experiencia adversa.
Esta manera de desarrollar madurez es absurda, muy dolorosa y, lo más grave de todo, no
garantiza crecimiento en madurez. Sólo si la persona decide desarrollar virtudes esenciales
a través de la experiencia adversa será ésta un vehículo de crecimiento en madurez.
Depende de la decisión personal si la experiencia adversa se utiliza o no para madurar.
Una mejor forma de madurar es decidir de manera proactiva desarrollar las virtudes
esenciales individuales a través de un código de conducta que cada persona o líder se
impone a sí mismo. Este código de conducta debe contener la razón correcta (perfil de
virtudes esenciales individuales) y debe contener también la conducta o actitud que se
asumirá de manera voluntaria ante cualquier situación. Se deben tomar entonces, en este
código de conducta, todo el perfil de virtudes esenciales: las virtudes a desarrollar y las
virtudes desarrolladas innatas. Construir un código de conducta basado en virtudes debe
comenzar con las virtudes a desarrollar debido a que son las que más requieren trabajarse
de manera constante. Desarrollar esas virtudes también permitirá que las virtudes
desarrolladas innatas se puedan aplicar.
Se debe mencionar la virtud como razón correcta para actuar y se debe comenzar
con una decisión voluntaria. Comenzar las frases con "Voy a...".
Siempre redactar las frases en positivo evitando negaciones. Este código se debe
concentrar en el comportamiento que sí se quiere exhibir sin mencionar el
comportamiento que se quiere evitar. En vez de "Voy a dejar de juzgar..." se puede
escribir "Voy a darle validez a la verdad de los demás, aunque sea diferente de mi
verdad".
Mientras menos palabras es mejor. Tratar de fusionar frases que hagan sentido y
evitar las redundancias.
Libertad Disciplina
Perseverancia Paciencia
Identidad Dignidad
Justicia Responsabilidad
Estos dos últimos bloques de texto constituyen un código de conducta particular para ese
también particular perfil de virtudes esenciales individuales. Como se puede observar, en la
sección de virtudes a desarrollar solamente se refiere a conductas y actitudes
primordialmente individuales o hacia uno mismo; se hace poca referencia a ayudar a otros a
desarrollar esas virtudes. Las virtudes a desarrollar cuando se llevan a suficiencia son
suficientes para uno mismo nada más. Es sumamente difícil brindar una virtud a desarrollar
a los demás cuando apenas se tiene suficiente de esa virtud para uno mismo.
El gran filósofo Emannuel Kant declaró que para que exista crecimiento y transformación
personal se requiere de libre albedrío, y dedujo que el libre albedrío se alcanza cuando uno
se apega a una ley que se ha impuesto a sí mismo. El código de conducta basado en
virtudes es exactamente eso: una ley de comportamiento que cada persona se impone a sí
misma en línea con sus propias virtudes esenciales. Llevar a suficiencia todos los días sus
virtudes a desarrollar brindará paz y eliminará emociones negativas; asimismo ofrecerá a
los demás las virtudes desarrolladas innatas y brindará entusiasmo. Paz y entusiasmo son
los dos componentes de la felicidad los cuales promueven vivir un mejor día cada día.
El código de conducta personal se debe imprimir y leer todos los días cuantas veces sea
necesario hasta memorizarlo. La calidad de la persona descrita en este documento es un
estado de desarrollo individual que se va a alcanzar de manera proactiva todos los días con
un mínimo de desviaciones dolorosas. Sin embargo, ese estado ideal de desarrollo se puede
alcanzar también de manera reactiva y forzada a través de crisis de éxito, compañía y salud
que obliguen a desarrollar las virtudes que se tienen débiles. Para lograr el crecimiento
constante es necesario revisar siempre las razones detrás de cada pensamiento, decisión,
palabra y acción.
¿Es fácil siempre revisar las razones detrás del comportamiento? ¿Es fácil actuar siempre
por razones correctas? ¿Mientras la vida demanda cada vez más madurez, está claro qué
tipo de madurez va a demandar? La respuesta a todas estas preguntas es un rotundo "NO".
No es fácil ni revisar las razones detrás de cada acción, ni tampoco tener siempre presentes
las razones correctas. Tampoco está claro qué tipo de madurez o qué virtud en específico la
vida va a demandar a futuro. Se requiere entonces analizar y conocer todos los factores de
vida que desvían a una persona de una conducta ideal que promueva su liderazgo basado
en virtudes.
Desviaciones a código de
conducta basado en virtudes
Expectativas, juicios y emociones negativas
Dado que es muy fácil olvidar revisar las razones detrás de cada pensamiento, decisión,
palabra y acción, existen otros síntomas que se pueden utilizar como indicadores de
desviación en razones. Las expectativas, juicios y emociones negativas son diferentes
manifestaciones de un mismo problema: razones incorrectas ajenas a virtudes. Cuando la
vida es percibida e interpretada a través de un filtro de razones incorrectas se presentan
esos síntomas en un orden muy específico.
La ironía se presenta cuando se obedece una emoción o un juicio como razón para actuar y,
lejos de aliviar esa emoción, ésta se hace más intensa. El rencoroso no alivia su rencor
cuando cobra venganza. El confundido no se siente aliviado, aunque haya encontrado la
respuesta.
Se genera una expectativa deseando que "¡Deberían darse cuenta de que estamos
la situación fuera diferente dando todo por esta empresa!"
Para poder identificar desviaciones en razones, se pueden aprovechar los juicios y las
expectativas como indicadores. Las emociones negativas se pueden identificar como la
existencia de adversidad, pero sólo se pueden utilizar como evidencia de necesidad de
desarrollo de madurez, no necesariamente como desviación en razones. Mientras la
madurez de un líder o una organización se desarrolla, existirán emociones negativas. La
diferencia entre madurez e inmadurez es la respuesta racional versus la reacción emocional.
La respuesta madura de una organización con liderazgo basado en virtudes podría ser como
sigue:
"¡Tenemos derecho a
Se emiten juicios de valor Se reconoce y se valida la sentirnos ignorados pero
sobre la situación emoción nunca hemos buscado
reconocimiento!"
Como el niño que no se percata que su bicicleta se está inclinando y falla en corregir el
manubrio para mantener el equilibrio, o como el adolescente que no percibe que el auto que
maneja se está desviando del carril que ocupa, mientras se aprende una técnica en
particular es común no percatarse de las desviaciones. Por esta razón es tan crítico practicar
dicha técnica hasta que la identificación de desviaciones se pueda realizar de manera
inconsciente. Así como el niño que aprende a dominar su bicicleta realiza correcciones
bruscas por ser éstas tardías, cuando una conducta individual o colectiva comienza a revisar
sus razones posiblemente lo haga de manera tardía y brusca. Con la práctica constante, el
ciclista experto realiza correcciones apenas perceptibles, y el líder experto en liderazgo
basado en virtudes corregirá desviaciones de manera temprana y muy discreta.
Crisis o transición
Un inmenso número de organizaciones se desvían gradualmente hasta estados de
improductividad dramáticos de los cuales es sumamente difícil recuperarse. Estas pequeñas
desviaciones tempranas son ignoradas, o se les resta valor porque ninguno de ellos por sí
mismos tienen efectos ni graves ni permanentes. Se interpretan como eventos aislados
cuando realmente son diferentes síntomas de una misma forma de operar. La suma de
estos cientos de micro-fenómenos organizacionales improductivos causa efectos graves y a
veces crónicos en la cultura de una empresa. El liderazgo de la empresa intentará mitigar
los efectos negativos de una cultura inmadura hasta que alcanza un equilibrio improductivo
que se mantiene a sí mismo.
Igual que una máquina que ha sufrido pequeñas averías que no le impiden funcionar pero sí
deterioran su eficiencia, la cultura de una organización se deteriora cuando se evita reparar
en el momento en que se presenta una desviación de actitud. Al dejar pasar esas pequeñas
desviaciones de actitud, la cultura de la empresa alcanzará un perfecto equilibrio de
imperfecciones que hará pensar que la situación es sostenible cuando realmente no lo es.
Ese aparente equilibrio de imperfecciones puede generar una gran crisis cuando uno de los
pequeños elementos que mantienen el equilibrio finalmente se rompe. La pérdida del
equilibrio se puede dar por diversos factores que parecerían completamente inocuos.
Una persona "ancla" que tiene mucho conocimiento y habilidad, pero con actitud
poco productiva, sale de vacaciones y se pierde una gran oportunidad de ventas
debido a que no dejó delegada información crítica sobre sus clientes.
Un colaborador de alto desempeño y alto potencial renuncia a la empresa cuando se
entera de que su jefe ha decidido promover a alguien menos preparado evidenciando
favoritismo.
Una revisión de contrato colectivo se complica y resulta mucho más cara debido a
acosos que se han dado de manera crónica en una de las áreas de una empresa
industrial.
Comunicación de valores y
Despliegue intensivo de Sistemas de seguimiento
declaración de intención de
Liderazgo Basado en de comportamientos
Liderazgo Basado en
Virtudes basados en virtudes
Virtudes
Una persona que ha vivido muchos años de sedentarismo y dieta nociva es quien más
necesita emprender un programa de bienestar integral, y a la vez es quien menos capacidad
tiene para realizarlo. Esa persona que decide comenzar a hacer ejercicio y dejar de comer
en exceso sufrirá la burla de sus conocidos cuando se vista con ropa de deporte. Esos
observadores conocidos serán también quienes lo invitarán a caer nuevamente en una dieta
dañina. Ésta es la naturaleza de la Fase I: la declaración de una nueva cultura enfrentando
una resistencia organizacional fuerte. Una organización muy alejada de comportamientos
maduros basados en virtudes es la que más los necesita y también la que menos capacidad
tiene de desarrollarlos. La organización se resistirá a modificar sus conductas y sus razones,
e intentará regresar a los líderes de la empresa a los comportamientos anteriores. En este
caso, la Fase I se distingue por la confirmación de la intención de realizar un cambio
estratégico cultural, pero el perfecto equilibrio de imperfecciones representará una inmensa
resistencia. Es en esta Fase cuando más se puede generar una crisis debido a que los
individuos que mantienen el equilibrio de imperfecciones serán las anclas que resistan el
avance.
Liderazgo basado en virtudes es inclusivo por esencia, y les brinda a todas las personas la
oportunidad de que, por voluntad propia asimilen su mensaje. Cuando los líderes de la
empresa se pronuncian a favor de los valor, se convierten en los embajadores emblemáticos
de la intención de liderar basándose en virtudes.
Una empresa que gozó del liderazgo basado en virtudes natural de su director de
producción, tuvo que enfrentar una situación adversa cuando este venerado
veterano de la industria anunció su retiro. Su liderazgo siempre fue sólido y justo, lo
que creó un equipo de gerentes de producción sumamente confiable. La gran
habilidad, conocimiento y experiencia de sus gerentes era complementada por las
grandes virtudes de su director. Sin embargo, la mayoría de estos gerentes habían
alcanzado sus posiciones gracias a sus conocimientos y habilidades; no todos se
distinguían por su actitud productiva y madura. Era conocido por toda la empresa
que era el liderazgo del director lo que los mantenía alineados y productivos.
Durante las primeras semanas parecía que la decisión había sido acertada. Ninguno
de los efectos no deseados se había presentado. Sin embargo, no pasó mucho
tiempo para que el liderazgo basado en virtudes del antiguo director de producción
se comenzara a extrañar. El nuevo director de producción comenzó a acumular
poder tratando de controlar cada tarea y cada decisión. Las horas de trabajo se
incrementaron mientras se alcanzaban resultados inferiores. La moral de la
organización se deterioró rápidamente ocasionando quejas constantes del sindicato.
La seguridad también declinó y los desperdicios aumentaron.
Al cabo de unos pocos meses, el equipo directivo se preguntaba por qué un experto
como el nuevo director de producción había deteriorado tanto los resultados. Un día
como cualquier otro el sindicato se acercó a la directora de recursos humanos para
reportar que existía un gran favoritismo entre las filas de los técnicos hacia las
personas que habían trabajado de cerca años atrás con el ahora director de
producción. Tiempos extras, promociones, compensaciones especiales en turnos y
roles preferenciales eran algunas de las quejas del sindicato (evidencia de una
carencia de justicia).
Enfrentando una mucho peor situación, el director general tenía que volver a
seleccionar a un director de producción. Optó por una opción más segura, contratar
a un experto de la industria con un sobresueldo y prestaciones exageradas.
Nuevamente utilizó expectativas como la razón para su decisión y obtuvo también
pésimos resultados. No se presentó nadie que cubriera el perfil de madurez y
trayectoria que quisiera aceptar, por esa compensación, el desastre que iban a
enfrentar. Los expertos que podrían y querrían sumergirse en un problema laboral,
de calidad, de confiabilidad y de costo no arriesgarían su reputación por la
compensación ofrecida. Los candidatos que sí aceptarían la oferta no contaban con
la madurez y trayectoria suficiente.
resultados, varios de ellos por encima de récords históricos. Una decisión que se
debió haber tomado basado en virtudes, y no en expectativas de resultados, pudo
haber ahorrado una gran crisis de la cual afortunadamente se pudieron recuperar.
Por supuesto que la decisión de asignar al gerente menos experto, pero más
maduro como director de producción, habría sido controversial. En su caso, el
director general utilizó la lealtad, la sabiduría y la valentía como razones para
finalmente tomar la mejor decisión. Sin poder asegurar el resultado, las virtudes le
otorgaron la mejor decisión posible y un resultado sorpresivamente positivo.
Uno de los más controversiales aspectos del liderazgo basado en virtudes es aceptar que el
resultado no se puede controlar. Los líderes deben aceptar que mientras son responsables
del resultado, no lo pueden controlar. Más aún, cuando el resultado se trata de controlar por
completo, se pierde por completo el control. La mejor decisión, independiente de su
resultado, siempre arroja el mejor resultado, aunque no sea el esperado. La mejor decisión
basada siempre en virtudes también provoca el máximo crecimiento. Ese crecimiento
elevará la probabilidad de mejorar el resultado futuro.
Adicciones
Cuando se menciona el término "adicción" de inmediato se piensa en sustancias que
definitivamente pueden convertirse en adicciones. Sin embargo, una persona se puede
hacer adicta a casi cualquier aspecto de vida. Cualquiera puede caer adicto a una sustancia,
un trabajo, un título, un ingreso o cualquier otro aspecto de vida que le brinda desde afuera
algo que debe desarrollar desde adentro de su misma persona.
Las adicciones son agentes externos que se utilizan para intentar llenar
vacíos que sólo se llenan con desarrollo de virtudes.
Las adicciones suelen desarrollarse cuando la vida demanda un nivel de ciertas virtudes
superior al que se tiene en ese momento. Cuando alguien carece de suficiente protección
para identificar y eliminar riesgos, se puede hacer fácilmente adicto de una persona que la
proteja. Cuando una empresa ha crecido exclusivamente con un cliente en su cartera,
fácilmente se hace adicta al ingreso proveniente de ese cliente. Ese ingreso puede hacer
crecer a la empresa pero no necesariamente le hace madurar. Para madurar, la empresa
necesita desarrollar su estrategia, sus habilidades y sus virtudes; solamente así podrá
afrontar la potencial pérdida de ese cliente sin quedar devastada.
Las adicciones son aspectos de vida que frenan o hacen retroceder el desarrollo de
madurez. Igual que una persona que cae en abuso de sustancias por no tener la madurez
para afrontar su realidad, las empresas caen en abusos de ciertos elementos por negarse a
desarrollar su madurez. Estas empresas inmaduras abusan de la disponibilidad de un
cliente, de la agenda de un colaborador, o de la vida útil de un producto con tal de evitar
desarrollar su madurez comercial, laboral o de portafolio. El abuso sobre cualquiera de esos
aspectos se puede dar por usarse en demasiada cantidad, de manera incorrecta o en el
momento incorrecto.
Una persona adicta a los lácteos intentará saciar su ansiedad comiendo queso, comerá
demasiado, o justo en el momento antes de sentarse a comer. Una persona adicta al alcohol
pensará que la bebida lo aliviará, tomará demasiado y en el momento incorrecto. En
cualquiera de estos casos, el alivio será temporal y cada vez menor.
Su adicción al tabaco era tan intensa que podía fumar 20 cigarros diarios y
acordarse de no más de tres de ellos. Siempre pensó que fumando el estrés de la
observación se aliviaría, pero no era así. Mientras más le exigía a su adicción una
expectativa de alivio, menos capaz era de lograrlo. Estaba fumando por razón
incorrecta (expectativa de alivio), en cantidad incorrecta (20 cigarros de los que la
mayoría no recordaba) y en el momento incorrecto (justo en medio de las
discusiones más complejas y relevantes). Su salud, las relaciones interpersonales
con sus directores y su efectividad como líder estaban profundamente afectadas
(éxito, compañía y salud). Poco a poco comenzó a aislarse y era percibido como un
líder "raro" que no se relacionaba con la gente.
Uno de sus directores, una persona muy madura y mucho mayor que él, decidió
intentar ayudarle. Se acercó a él y lo expuso a un estilo de liderazgo basado en
virtudes. Le comentó que veía cómo su adicción tomaba cada día más fuerza y le
sugirió que no intentara abandonarla; era tan fuerte que si luchaba contra ella la
adicción tomaría aún más fuerza. Para empezar, le sugirió que, en vez de exigirle
alivio al cigarro, fumara cada uno de ellos por gusto. Le comentó que cambiando la
razón para fumar al menos tal vez se acordaría de haberlos disfrutado.
Con el paso del tiempo, el director general se percató de que estaba fumando
menos de la mitad de cigarros que antes, que cada vez los disfrutaba más y los
recordaba con mayor claridad. Tiempo después llegó a pasar varios días sin fumar
y cada día sentía menos vergüenza durante las reuniones. El desarrollo de la virtud
de identidad redujo hasta casi eliminar su emoción de vergüenza. Llegó a controlar
el cigarro y disfrutarlo cada vez que lo decidía porque lo hacía por voluntad, no por
necesidad. El sentimiento de ser observado disminuyó también durante discusiones
complejas con su equipo de trabajo. Ese mismo año realizó un discurso memorable
en el evento de fin de año de la empresa durante el cual no se vio afectado por la
observación de la audiencia.
Con frecuencia, las adicciones son beneficios que, por su existencia, limitan el desarrollo de
madurez. Un cliente ideal suele opacar la necesidad de desarrollar una estrategia comercial
sólida que incluya otros segmentos de clientes. Un excelente director general puede pasar
por alto la genuina necesidad de un plan de sucesión para cuando él se retire. Un proveedor
ideal muy confiable puede minimizar la necesidad de un plan de continuidad de negocio.
Por supuesto que un extraordinario beneficio, como puede ser un producto único en el
mercado, hay que aprovecharlo y apoyarlo. El problema no es si el producto es benéfico o
no. El problema es cuando se piensa que el negocio no tendría éxito sin ese producto, como
si fuera la única forma de tener éxito. El pensamiento correcto, el cual demanda desarrollo
de virtudes, es agradecer el hecho de contar con ese producto y desarrollar una estrategia
de portafolio que genere aún más productos únicos en el mercado.
Se ha analizado a cabalidad lo nocivo que pueden ser las expectativas, principalmente las
que son muy específicas. Ahora procede clasificarlas por su origen. El primer tipo son las
que provienen de fuera de la persona. Muchas veces existen incluso antes de que la persona
exista o se entere. Las expectativas sobre el desempeño de una contratación existen antes
de que se seleccione a la persona ideal para el puesto. Las expectativas sobre el éxito de un
proyecto existen antes de que el equipo del proyecto sea asignado. Una empresa que
contrata al mejor candidato o los directores que forman un equipo de proyecto tienen
derecho a generar expectativas. Los roles tienen expectativas de éxito y los niveles
jerárquicos de una organización tienen expectativas de habilidades.
El problema de las expectativas de los demás no es que existan. Todos tienen derecho a
tener expectativas sobre los demás. El problema de las expectativas de los demás es que la
persona responsable de los resultados las convierta en las razones para esforzarse,
desarrollar habilidades o alcanzar resultados. Al desviarse en razones, la persona
responsable puede colapsar su capacidad de alcanzar resultados superiores si se enfoca en
cumplir con las expectativas de jefes, clientes, colaboradores o cualquier otra persona a la
que se le ha otorgado poder sobre las razones propias.
Nadie más que uno mismo debe gobernar las razones de la propia conducta.
Las razones individuales son de los aspectos personales más privados que existen. Más aún,
es odioso que alguien quiera atribuir razones al comportamiento de otros. Un jefe o un
cliente puede evaluar el desempeño de una gestión o producto, pero nunca se debe aceptar
que se atribuyan razones al comportamiento de uno mismo. "Estos productos llegaron tarde
porque no les importa el servicio al cliente", o "Esta persona no entrega a tiempo sus
reportes porque le tiene rencor a su compañero", estas declaraciones pueden ser ciertas
hasta la descripción de los hechos. Las razones detrás de los hechos no se deben atribuir.
Tal vez los productos llegaron tarde porque el mismo cliente falló en colocar el pedido o
entregar el anticipo a tiempo. Probablemente los reportes tardan mucho tiempo porque la
información llega tarde, con defectos o incompleta. Entonces, ¿qué hacer cuando no se
cumplen las expectativas de los demás?
Si no es aceptable que los demás cuestionen las razones de uno, no debe uno tampoco
cuestionar ni especular sobre las razones de los demás. Uno puede ver claramente las
prioridades de los demás a través de ver a qué le dedican tiempo y recursos, pero no se
puede saber si sus razones son unas u otras.
Las razones de los demás son tan privadas como los propias. Se pueden ver
las prioridades de los demás, pero no se deben atribuir razones al
comportamiento de los demás.
Las expectativas de los demás pueden ser específicas, inmensas, absurdas, imposibles,
cambiantes o simplemente desconocidas. Las expectativas de los demás son pésimas
razones para actuar o esforzarse porque están completamente fuera del control de la
persona responsable de tomar acción. La persona responsable debe tomar en cuenta las
necesidades de los demás y regresar a revisar sus propias razones.
El ejecutivo aceptó que sí, sí estaba haciendo su trabajo por cumplir con las
expectativas que se le habían impuesto. Esas razones eran completamente
diferentes de las que había utilizado durante previas experiencias de su exitosa
carrera. En asignaciones anteriores sus razones siempre fueron disfrutar su trabajo,
aprender todo lo que se pudiera y compartir todo su conocimiento. Al reconocer
este profundo descubrimiento, decidió regresar a sus razones originales y dejar
pasar las expectativas. Aceptó que sus jefes tenían derecho a tener expectativas
pero que sus razones eran suyas y privadas.
Sin reducir su esfuerzo, decidió disfrutar su trabajo y estar bien consigo mismo
dando lo mejor de sí. Si el resultado se daba, qué bien, y si no se daba el resultado
esperado, también qué bien; él no podía hacer más que su mejor esfuerzo, aplicar
toda su habilidad y seguir los métodos acordados. Poco a poco su depresión
desapareció y su efectividad se disparó. Los resultados de su desempeño mejoraron
a pasos agigantados y logró entender cómo fue que tratar de cumplir con las
expectativas de los demás lo hizo caer en un terrible momento de vida.
Irónicamente, comenzó a recibir una serie continua de reconocimientos positivos
por parte de directivos y clientes. Retomar sus razones correctas le permitió
entregar resultados sobresalientes, haciendo exactamente lo mismo que hacía por
cumplir expectativas y sin resultados positivos.
El puro hecho de eliminar las expectativas de los demás, y regresar a razones basadas en
virtudes para gobernar la conducta, es suficiente para incrementar la efectividad personal
en muy poco tiempo. Si los demás tienen derecho a generar cualquier tipo de expectativa
sobre uno, es una batalla imposible de ganar. Si es imposible ganar esa batalla, entonces no
vale la pena lucharla. La batalla que sí se puede ganar es retomar las razones correctas,
hacer el mejor esfuerzo posible, aplicar toda la habilidad existente y seguir los métodos
correctos mientras se permite que el mejor resultado posible se produzca.
Igual de nocivas que las expectativas de los demás, las expectativas que uno establece
sobre la vida son claras carencias y pésimas razones para pensar, decidir, hablar y actuar.
Algo de la vida o de los demás no es como uno quiere que sea y causa una emoción
negativa. En vez de desarrollar la virtud que neutraliza esa emoción negativa, se le exige al
mundo que sea diferente. La anterior declaración podría entenderse como dejar que el
mundo sea como es y renunciar a tener un impacto positivo. En ningún momento se está
declarando esto. Lo que se está declarando es que el deseo de cambiar eso de la vida que
disgusta, no debe tener como razón la expectativa de aliviar una emoción negativa. Cuando
cambiar algo externo causa un alivio de emociones negativas, no garantiza que la virtud
que la neutraliza se esté desarrollando. Una futura condición volverá a causar la misma
emoción, tal vez con mayor intensidad.
Las expectativas sobre la vida normalmente tienen como origen la combinación de una
virtud en nivel carencia con una virtud desarrollada innata que se desea aplicar. Un líder
muy disciplinado querrá que su equipo y empresa también lo sean; esto es un deseo natural
de aplicar una virtud desarrollada innata. Pero si ese líder carece de paciencia y se
desespera por la velocidad a la que la disciplina se está desarrollando en su equipo, aunque
sea al máximo ritmo posible, seguramente tratará de imponer disciplina más rápidamente
para aliviar su impaciencia. Si su organización está desarrollando disciplina al máximo ritmo
posible, toda su impaciencia, energía adicional y disgustos habrán sido estériles. Más aún, la
relación con sus asociados se habrá deteriorado debido a esas visibles desviaciones en su
estilo de liderazgo.
los contrató porque ellos contaban con una identidad muy fuerte, un caso frecuente
de una carencia de identidad que intenta tomar una identidad ajena.
Este empresario había contratado personal y servicios con mucha identidad pero no
necesariamente con mucha disciplina, precisamente lo que su empresa requería. Al
cabo de unos cuantos meses se habían desarrollado vistosos planes estratégicos y
de mercadotecnia, pero el alto costo de la organización empezaba a afectar los
resultados. En paralelo la atención a la estrategia de alto nivel dejó sin cobertura el
apego a sistemas y estándares creando problemas de calidad y confiabilidad en la
operación. Las entregas de productos comenzaron a retrasarse, se pagaron
penalidades a clientes por fallas de calidad, y por consecuencia los costos de
producción se elevaron.
Después de varios meses más, el empresario tuvo que dejar ir a varios de sus
nuevos ejecutivos, cancelar los servicios estratégicos de consultoría, y regresar a
los básicos: la disciplina de producir con calidad, tiempo y costo. Él mismo se dedicó
a revisar con los equipos de producción las variables de calidad y productividad,
actividad que le causaba cierto nivel de vergüenza por ser un rol muy básico. El
empresario tenía disciplina para sí mismo y para brindarles a los demás, y tuvo que
desarrollar la paciencia necesaria para aceptar que desarrollar disciplina en su
empresa tomaría tiempo. Con pasos firmes la confiabilidad, calidad y productividad
de su empresa se fueron recuperando.
En este caso podemos ver que el error se comete cuando se combinan una virtud muy
fuerte (disciplina) con dos virtudes muy carentes (paciencia e identidad). Obviamente este
empresario no hizo nada ni ilegal ni inmoral, simplemente utilizó razones incorrectas para
actuar. Sus razones incorrectas fueron expectativas sobre la vida que intentaba cumplir
para aliviar emociones negativas. Quería que su empresa fuera una institución para calmar
la vergüenza causada por la comparación con sus hermanos. También cayó en la trampa de
pensar que si lo lograba muy rápido calmaría su impaciencia. En ninguno de los dos casos,
tratar de tener un impacto positivo le otorgó la paz que buscaba porque sus razones eran
incorrectas. Fue el desarrollo de paciencia e identidad lo que lo impulsaron a él mismo a
revisar con los equipos de producción las variables de calidad y productividad lo que detonó
la mejora en resultados. El desarrollo de identidad y paciencia le brindaron la paz que
buscaba.
Cada vez que alguien quiere que algo de su mundo cambie para estar en
paz, es evidencia de una carencia de virtudes.
Cuando un líder carente de dignidad intenta mejorar sus resultados para calmar su
sentimiento de incompetencia, tal vez lo logre y así calme temporalmente su malestar. Sin
embargo, este alivio no será sustentable. El siguiente reto o resultado imperfecto volverá a
hacerle sentir incompetente. Lo mismo puede suceder con cualquier otra virtud. El alivio
que se siente por cambiar algo externo siempre será temporal. En cambio, es el desarrollo
de virtudes lo que brinda el alivio sustentable. Si el empresario industrial hubiera tenido
paciencia e identidad en nivel suficiencia, no habría querido acelerar el desarrollo de
disciplina de manera apresurada y con el costo en el que incurrió.
Las más comunes expectativas que se pueden tener son de uno mismo sobre uno mismo.
Todos aquellos logros de vida que roban la paz debido a que no existen, o no se han
alcanzado, son expectativas sobre uno mismo. Un puesto específico, una pareja en
particular, habilidades o dones que se anhelan y no se tienen, pueden convertirse en
expectativas sobre uno mismo si éstas crean emociones negativas por no poseerse.
Al igual que otro tipo de expectativas, las que se tienen sobre uno mismo son también
pésimas razones para pensar, decidir, hablar o actuar. Las expectativas que crean
emociones negativas pueden parecer idénticas a las ambiciones; sin embargo, las
expectativas se enfocan en la carencia, las ambiciones se enfocan en el crecimiento. Las
ambiciones que se pueden tener en la vida e impulsan el crecimiento personal son las
razones correctas para luchar por los beneficios. Muy diferente es anhelar un puesto de
trabajo y por esa razón decidir crecer en habilidades y virtudes, a perseguir ese puesto
anhelado por el sentimiento de vergüenza o incompetencia que detona no tenerlo.
Una carrera exitosa, un patrimonio o una familia pueden perseguirse por tratar de aliviar
una emoción negativa, eso sólo resultará en más de esa emoción negativa. Personas con
mucho dinero que se sienten pobres, líderes que luchan por tener éxito porque se sienten
insuficientes, o colaboradores que buscan promociones porque persiguen con eso una
identidad, son algunos ejemplos de cómo las razones incorrectas no proveen alivio a las
emociones negativas. El que se siente pobre perseguirá de manera exagerada la riqueza sin
saber cuánto será suficiente, líderes que persiguen el éxito sin saber hasta qué nivel será el
que les provea alivio, o personas que siempre persiguen ascensos que nunca proveerán
satisfacción suficiente, incrementan las emociones negativas porque se enfocan en lo que no
se tiene.
Las expectativas sobre uno mismo son aquellos logros propios a las que se
condiciona el bienestar.
Por supuesto que existen necesidades genuinas a las que sí están condicionado el bienestar
básico. Éxito, buenas relaciones personales y salud suelen estar entre estas condiciones. Sin
embargo, cuando se persigue el bienestar a través las condiciones externas, normalmente
Las expectativas sobre uno mismo, igual que las expectativas de los demás y las
expectativas sobre la vida, también se eliminan mediante el desarrollo de virtudes. Es
necesario entonces poder monitorear con frecuencia la suficiencia de las virtudes que se
tienen a desarrollar.
Para realizar el análisis de suficiencia de virtudes hay que tomar en cuenta las siguientes
consideraciones:
Las virtudes esenciales a desarrollar se deben analizar con frecuencia dado que cada
día la vida demandará un poco más de estas virtudes.
Se puede tener una virtud a nivel suficiencia en un aspecto de vida y al mismo
tiempo tener esa misma virtud en nivel carencia en otro aspecto de vida.
Si se tiene una virtud a nivel suficiencia en un aspecto de vida y en nivel carencia en
otro, es probable que tarde o temprano se falle en aplicar esa virtud en el aspecto de
vida en el que se tenía en suficiencia. Hay que trabajar cada virtud en todos los
aspectos de vida en los cuales aplique.
Las virtudes esenciales desarrolladas innatas se evalúan de la misma manera
tomando en cuenta que las desviaciones en esas virtudes crean muchísimo
sufrimiento.
Los diferentes aspectos de vida que pueden demandar la aplicación de virtudes con
frecuencia son condiciones propias, personas cercanas, personas lejanas, o simplemente
condiciones del mundo. Una persona puede tener la virtud de la humildad y evitar juicios
hacia sus más cercanos, y al mismo tiempo fallar en evitar juicios sobre el gobierno de su
país. Los juicios de valor que hace sobre el gobierno serán la plataforma de lanzamiento de
los juicios hacia sus más cercanos. Alguien podría tener suficiente perseverancia para
vencer obstáculos en el trabajo, y al mismo tiempo darse por vencido con facilidad en temas
de salud. La emoción de derrota por su salud puede provocar que también se sienta
derrotado por pequeños obstáculos en el trabajo. Por esta razón es necesario analizar la
suficiencia de virtudes para todos los aspectos de vida que apliquen.
Los aspectos de vida para los que se requiere analizar la suficiencia de virtudes vienen
directamente de los tres tipos de expectativas:
Expectativas de los demás: Listar las personas que tienen expectativas sobre uno
que detonan emociones negativas.
Expectativas sobre la vida: Listar todas las condiciones que disgustan y que detonan
emociones negativas.
Expectativas sobre uno mismo: Listar todas las condiciones o logros propios que por
no alcanzarse detonan emociones negativas.
Al usar una escala en la que un número más bajo quiere decir menor desviación a la virtud,
los valores a utilizar son:
Equipo Índice de
Virtudes a
Gobierno de Pareja Jefe Hijo Gente Tráfico suficiencia de
desarrollar
trabajo virtudes
Dignidad 1.0 1.0 1.0 3.0 3.0 2.3
Disciplina 3.0 2.5
Perseverancia 2.0
Humildad 3.0 2.0 3.0 3.0 2.0 2.7
Compañía 1.0 1.0 1.5 3.0 2.3
Generosidad 3.0 3.0 1.0 1.5 2.0 2.6
Compasión 1.0 1.0 1.0 1.0 1.0 1.0 1.0
Reporte Índice de
Virtudes Ex Colabor
Desarrolladas Pareja Vecino Hermana
pareja
Cuñado s
ador
excelencia de
directos virtudes
Innatas
Responsabilidad 1.0
Guía 1.0 1.0
Sabiduría 1.0
Libertad 1.0 1.0
Paciencia 1.0 1.0
Aceptación 1.8 1.0 1.4
Identidad 1.0 1.0
Las peores épocas de la vida se presentan cuando se violan esas virtudes desarrolladas
innatas. Alguien que tenga lealtad desarrollada innata se sentirá sumamente mal cuando se
atreva a hablar mal a espaldas de otra persona. Alguien con libertad desarrollada innata
pasará muy malos ratos cuando por voluntad propia colapse su capacidad de decidir por sí
mismo su conducta.
Reconocido el hecho de que las adicciones se generan y toman más fuerza cuando la vida
demanda un nivel superior de virtudes al existente, entonces las adicciones se pueden
utilizar para detectar carencias de virtudes. Si una adicción ya se creó, el impulso adictivo
toma más fuerza cuando una situación adversa rebasa el nivel actual de virtudes. Si una
situación adversa rebasa el nivel actual de virtudes, la persona se hace vulnerable a la
creación de adicciones.
Un actual exitoso ejecutivo con identidad a desarrollar tenía esta virtud a nivel
carencia durante su adolescencia. Su adicción al tabaco se creó cuando a sus 15
años de edad se sentía avergonzado con frecuencia y padecía un constante malestar
por no pertenecer a ningún grupo de amigos. Este estudiante exitoso y deportista
con personalidad tímida era blanco frecuente de adjetivos y burlas. Un día, durante
un descanso de clases, varios de sus compañeros populares le gritaron desde la
distancia para burlarse de él. Entre gritos y burlas le dijeron que si se fumaba un
cigarro con ellos se le quitaría lo torpe y lo infantil. Estas burlas le causaron una
terrible vergüenza y una extraña combinación de rechazo, con un deseo profundo de
que lo aceptaran como uno más de su grupo.
Durante varios meses siguió fumando, haciendo deporte y juntándose con sus
amigos populares. También incurrió en conductas poco admirables que le hacían
sentir muy mal consigo mismo, pero las aceptaba con tal de seguir perteneciendo al
grupo de compañeros de fuerte identidad. Sin percatarse, su adicción al cigarro y a
pertenecer a ese grupo se hizo más intensa. Paradójico pero cierto, mientras más
sentía que necesitaba pertenecer, menos sentía que pertenecía. Sus adicciones
estaban en su máximo nivel; haber renunciado al cigarro o al grupo de amigos, le
habría causado un gran sufrimiento.
Un día como cualquier otro, varios de sus amigos populares y abusivos lastimaron a
otro estudiante. Este hecho le llenó de indignación ya que él mismo era un
muchacho leal y compasivo. Su ansiedad lo empujó ese día a fumar una cantidad
exagerada de cigarros. El malestar moral y físico que experimentó fue profundo y
doloroso. Estuvo solo todo el día siguiente debatiendo consigo mismo qué estaba
haciendo realmente con esos amigos, y por qué se estaba haciendo daño con el
cigarro. Con mucha fuerza de voluntad se separó de sus abusivos amigos populares
y dejó el cigarro, el cual después de haber fumado tanto ese día ya le causaba
náuseas. Decidió que no los requería para sentirse bien consigo mismo, aunque
estuviera solo. Este inmenso salto de desarrollo de identidad le permitió dejar sus
dos fuertes adicciones. Ahora, el recordar que había pertenecido a ese grupo le
causaba un malestar constante. Podía ver claramente que había anhelado una
identidad distinguida y, para eso, había sacrificado su propia identidad y su paz. El
cigarro le daba también una falsa identidad y sacrificó su salud con tal de obtenerla.
Al final se dio cuenta de que había adquirido identidades ajenas que terminó por
rechazar. Haberse negado a desarrollar su virtud de identidad en su momento causó
que la indignación y el malestar le persiguieran durante mucho tiempo.
Entonces, se dedicó a practicar futbol durante los descansos entre clases, muchas
veces él solo ensayando contra la pared tiros a gol. Sus antiguos amigos populares
lo buscaban, pero él se resistía a frecuentarlos. El golpe moral de haber pertenecido
al grupo que hacía daño a los demás le había hecho alérgico a su compañía y a su
identidad, pero de una rara manera también los extrañaba. También el impulso de
fumar estaba presente, aunque le daba asco el cigarro. Aparentemente seguía
adicto a sus amigos y al cigarro, y al mismo tiempo estaba alérgicos a ellos.
Con el paso del tiempo dejó de extrañar a sus antiguos amigos y el impulso por
fumar también desapareció. Sin embargo, durante décadas aparecieron en su
mente sus amigos y el cigarro cuando la vida le demandaba identidad incremental.
Cada vez que, durante su exitosa carrera internacional, él se presentaba con su
nuevo equipo de trabajo, le venía un vago recuerdo de sus amigos y un débil
impulso por fumar. Nunca más volvió a verlos ni a tocar un cigarro, pero sí pudo
identificar una demanda incremental de identidad cada vez que los recordaba o
pensaba en fumar.
Claramente se puede observar que las adicciones se crean por primera vez y retoman fuerza
cuando se presenta una demanda incremental de virtudes. ¿Qué habría sucedido si el
ejecutivo de la historia hubiera tenido, a sus 15 años de edad, la identidad en nivel
suficiencia? Para empezar, no habría experimentado vergüenza ni tampoco una necesidad
de pertenecer a un grupo. Probablemente habría tomado la práctica del futbol más
temprano gracias a lo cual habría ignorado la invitación a fumar. Y por supuesto, habría
rechazado la invitación a pertenecer a un grupo de personas con quienes no compartía
valores personales. Desafortunadamente no fue éste el caso, se crearon adicciones que lo
llevaron a recibir una sobredosis de sustancias nocivas y de emociones negativas. Haber
tenido la virtud de identidad en su momento habría evitado todo este sufrimiento.
Similar a cuando una persona cae adicta al azúcar o a los lácteos cuando se siente mal, o al
alcohol cuando siente vergüenza o miedo, se puede caer adicto a prácticamente a cualquier
aspecto de vida. La adicción tomará cada día más fuerza mientras las carencias de virtudes
Esta gráfica ilustra cómo se crea y se mantiene el impulso adictivo, cuando se recibe la
sobredosis creando la alergia que reduce el impulso adictivo, cómo regresa una y otra vez el
impulso haciéndose cada vez menos frecuente, menos intenso y menos duradero. Esta
evolución se da siempre y cuando el desarrollo de virtudes se mantenga en ascenso. En
caso de caer nuevamente en el impulso adictivo debido al supuesto alivio que proveerá, el
ciclo se reanudará desde un principio y seguramente la adicción tomará más fuerza que
antes.
Aceptado el hecho de que las adicciones se crean cuando existen carencias de virtudes, es
lógico deducir que si se desarrollan las virtudes que se encontraban como carencias, se
podrán entonces controlar las adicciones. En capítulos anteriores se expuso la naturaleza
nociva de las adicciones, las cuales frenan el crecimiento al pensar que proveerán alivio
sustentable cuando realmente no lo logran. Ese alivio sustentable solamente se logrará a
través del desarrollo de virtudes.
Cuando una persona se priva de su estímulo adictivo y lo hace pensando que así lo va a
controlar, actúa por una expectativa: "Si se abstiene uno de su adicción, entonces, se va a
poder controlar". El problema con este razonamiento es que no se tocan en ningún
momento los temas de madurez y desarrollo de virtudes. Sin desarrollo de virtudes, la
adicción tomará más fuerza hasta que finalmente el malestar sea intolerable y la persona
vuelva a caer en el estímulo adictivo.
Afortunadamente existe una técnica probada para lograr controlar una adicción. Consiste en
utilizar la adicción en favor del desarrollo de virtudes. En lugar de luchar contra la adicción,
lo que procede es cambiar la razón para procurarla. Caer en el impulso adictivo esperando
un alivio o resultado específico es una expectativa y, por lo tanto, una razón incorrecta.
Además, si se le exige alivio al apego a esa adicción, esta pierde su capacidad de aliviar
debido a que no desarrolla madurez. La solución es reemplazar la razón incorrecta,
expectativa de alivio, por una razón correcta: cualquier virtud del perfil individual.
Si una persona siente un impulso adictivo como fumar, tomar azúcar o perder la paciencia
cuando la adversidad se presenta, puede recurrir a darse un cigarro o dulce como un regalo.
En este caso la dignidad, la cual se desarrolla dándose a uno mismo regalos de gusto
personal, hace desaparecer el malestar y la expectativa. Si un líder recurre a vociferar
cuando pierde la paciencia, comportamiento adictivo nocivo, puede mejor decidir por
disciplina, imprimir el sentido de urgencia requerido en su equipo. En ambos casos la razón
correcta y las virtudes del perfil individual lograrán que el comportamiento también se
exhiba de la manera, en la cantidad y en el momento correcto. Al darse un dulce o cigarro
por razones correctas se logra mayor alivio, por lo que mucho menor cantidad de esas
adicciones serán consumidas. Cuando un líder desesperado acude a la paciencia como razón
para imprimir sentido de urgencia, la forma en la que se expresa, la cantidad de
retroalimentación y el momento en que se exhibe el comportamiento también serán ideales.
Cuando se usa una virtud como razón para procurar una adicción se corrigen
la forma, la cantidad y el momento de exhibir el comportamiento adictivo.
razón correcta también sustituirá el impulso adictivo por una actividad más sana, más
productiva y más edificante.
Cuando un líder que por desesperación siente el impulso de fumar y decide darse un regalo
en la forma de cigarro, ese cigarro se convierte en una de muchas formas de darse un
regalo. Un regalo podría ser dar un paseo por la terraza, realizar unos estiramientos y
ejercicios en el piso de su oficina, o prepararse un café especial. Con suficiente práctica el
impulso por un cigarro se convierte en un impulso por un regalo. Ese regalo puede ser de
cualquier tipo, muchos de ellos muy constructivos, sanos y, por supuesto, por la razón
correcta también son acciones de desarrollo de virtudes y madurez. Esa madurez
incremental logrará hacer los impulsos adictivos muy esporádicos, muy débiles y muy
cortos.
Dado que cualquier persona normal prefiere desarrollar sus virtudes a través de la práctica,
y no de dolorosas lecciones y crisis, es necesario tomar la sección del código de conducta
que contiene las virtudes a desarrollar y ponerlas en práctica de manera proactiva.
Mientras que la definición de la conducta o actitud alineada con la virtud a desarrollar está
definida a manera de intención, se requiere de métodos específicos para desarrollar cada
virtud de manera gradual y constante. Dado que todas las virtudes a desarrollar pueden ser
demandadas por la vida en cualquier momento, lo indicado es tratar de mantenerlas
siempre a nivel suficiencia. Aunque que por más que se trabajen estas virtudes, no se
puede garantizar que siempre serán suficientes para afrontar cualquier nivel de adversidad.
Lo que sí se puede garantizar es que estarán en el mejor nivel posible para enfrentarla. Por
esta razón se deben practicar ejercicios de desarrollo de virtudes todos los días. Y para las
virtudes que más carentes se han tenido en la vida, se deben desarrollar proyectos que
duren toda la vida.
Los lineamientos para crear un proyecto de desarrollo de virtudes son como siguen:
Intentar hallar una forma de procurar esa Salir por el periódico en bata y leerlo
adicción y usar la virtud en cuestión como durante el desayuno aunque los vecinos
razón. Programarlo diariamente. puedan notarlo (Identidad).
Si existe otra actividad que logre el desarrollo de la virtud seleccionada de mejor manera
que la actividad programada, sustituirla en el proyecto. Si salir por el periódico en bata ya
no causa ningún nivel de vergüenza, escoger otra actividad que sí la cause; podría ser un
buen sustituto hacer ejercicio frente a la casa o en el jardín del edificio.
Cada virtud tiene un método específico de desarrollo. Así como la identidad se desarrolla al
realizar actividades de gusto personal a solas mientras otras personas pueden observar, la
dignidad se desarrolla dándose regalos de gusto personal a uno mismo. A su vez, la
paciencia lo hace si se realiza diariamente unos pocos pasos de algo que tardará mucho
más tiempo en completarse.
Compasión Hacer algo por alguien que tiene dolor o necesita ayuda
Educación o Respeto Seguir alguna regla social acordada que fomente armonía
Compartir alguna bendición propia con alguien que la
Generosidad
requiere
Guía Analizar todas las opciones antes de decidir
Encontrarle valor a una opinión o atributo diferente de los
Humildad
propios
Realizar acciones de gusto personal mientras la gente
Identidad
puede observar
Inspiración Generar cambios en las rutinas
Hacerle llegar a alguien el producto de su esfuerzo y
Justicia
aplicar consecuencias
Lealtad Escoger y actuar en línea con un compromiso voluntario
Leer sólo 3
Avanzar en un Ordenar lo que Ahorrar para
páginas de un Avanzar en un
Paciencia libro rompecabezas
proyecto de se usa y tirar una mejora Ir a Alaska
largo plazo lo que no en la casa
interesante
Revisar
Trabajar por Revisar
Responsa- resultados con Realizar Declarar Hacer un
compromiso resultados del
bilidad voluntario
el equipo de pagos
negocio
impuestos testamento
trabajo
En este ejemplo de proyecto personal de desarrollo de virtudes se puede ver con claridad
que las actividades diarias deben ser más sencillas que las de frecuencia más extendida.
Esta técnica facilita la realización de actividades más demandantes cuando se presenten.
Hay también algunas actividades que se repiten entre una y otra virtud, lo cual permite
desarrollar varias virtudes mediante una misma actividad. Este proyecto personal de
desarrollo de virtudes se debe actualizar cuando las actividades listadas ya no causen
emoción negativa alguna o cuando se puedan realizar de manera espontánea. Una vez que
una actividad ya no causa emociones negativas tampoco son ya capaces de desarrollar
virtudes. Esas actividades deben ser reemplazadas por otras que sí demanden esfuerzo y
que causen una cantidad manejable de emociones negativas.
Una vez que se desarrolla el proyecto personal de desarrollo de virtudes, las virtudes
esenciales desarrolladas innatas apuntarán a nivel excelencia y toman un reforzado nivel de
impacto que requiere ser canalizado. Procede ahora complementar el proyecto personal de
virtudes incluyendo las virtudes desarrolladas innatas.
1. Sirven para realizar acciones y creaciones que impacten de forma positiva a uno
mismo y a los demás.
Para construir un proyecto de virtudes desarrollas innatas se deben tomar en cuenta los
siguientes factores:
No se requiere colocar acciones en todas las virtudes, solamente en las más fuertes.
Para la virtud más fuerte, colocar una acción en la frecuencia "Al menos una vez en
la vida". Esa será la creación que más impacte la vida de los demás.
Ayudar a
Perseve-
alguien a
rancia persistir
Apoyar a
Identidad alguien a decir
la verdad
Aplicar
reconocimiento Hacer un
Justicia y testamento
consecuencias
El contenido de esta tabla ilustra cómo las virtudes desarrolladas innatas se aplican mucho
más hacia los demás que hacia uno mismo. Algunas de esas actividades pueden funcionar
también para aliviar el malestar de una desviación difícil de leer. Si algún evento causa una
emoción negativa y no se puede identificar con facilidad la emoción y la virtud a desarrollar
correspondientes, se puede utilizar cualquier virtud desarrollada innata como razón para
actuar. Si bien no proveerá crecimiento, esa acción realizada por una virtud desarrollada
innata al menos sí proveerá bienestar temporal, y muy probablemente produzca un
resultado positivo. Si alguien con mucha compasión o lealtad ve un niño hambriento en la
calle, y eso le causa una emoción negativa no reconocida, se puede enfocar en sus virtudes
fuertes de compasión y lealtad como razón para ayudar a ese niño. Este evento no proveerá
crecimiento pero sí logrará alivio temporal de emociones negativas.
El más grande impacto personal positivo hacia los demás se dará a través de
las creaciones que se realizan apoyadas en las virtudes desarrolladas
innatas.
Las más grandes creaciones se basan en las virtudes desarrolladas innatas. A través de esas
virtudes el impacto del liderazgo personal será recordado. Las personas con las que se
convivió y trabajó recordarán el impacto personal relacionado con las virtudes esenciales
desarrolladas innatas que se les brindó. Los líderes basados en virtudes crean sus legados
usando sus virtudes desarrolladas innatas.
Aprender y desaprender
Para desarrollar Liderazgo Basado en Virtudes hay que estar dispuestos a desaprender
mucho de lo aprendido. Lo primero que hay que desaprender es que esfuerzo, habilidad y
método correcto no siempre garantizan los resultados esperados. Hay que desaprender a
tener expectativas como razones para actuar, hay que olvidarse de justificar con emociones
negativas el comportamiento propio, y se requiere desaprender a emitir juicios de valor
sobre uno mismo u otras personas cuando se presentan situaciones que causan disgusto.
Aprendizaje externo. Las dos primeras formas de aprender son llamadas externas. Se
consideran externas porque el aprendizaje se da de afuera hacia adentro. A través de ellas,
se aprende de las experiencias que el entorno proporciona. Estas formas de aprender son
de suma utilidad en etapas tempranas de la vida con lo que se adquieren habilidades y
conocimientos necesarios para conducirse con efectividad con los demás.
Asociación. Esta es una de las formas de aprender que más protección provee ante los
riesgos de la vida. Estos aprendizajes sirven para alejarse de los riesgos que han
causado daño en uno mismo o en los demás. Un líder de poca paciencia que ha
recriminado a su equipo en público generará un temor en otras personas asociado con el
Aprendizaje interno. Existen al menos tres formas de aprendizaje que tienen un mínimo
de estímulo externo. Mientras que sigue existiendo interacción con el exterior cuando se
aprende de esta forma, es uno mismo quien estimula el entorno para poder aprender.
Práctica. La instrucción para un niño que aprende a andar en bicicleta puede estar clara,
pero mientras su sentido de equilibrio no se desarrolle no podrá dominar dicha
disciplina. Sólo mediante la práctica constante podrá lograr percibir cuando se pierde la
vertical y realizar entonces la corrección indicada. Poner una virtud como razón detrás
de la conducta puede hacer mucho sentido, pero se requiere de mucha práctica para
poder dominarlo. La práctica permite desarrollar una habilidad hasta la capacidad de
aplicarla de manera inconsciente.
Análisis y deducción. Esta es la esencia del aprendizaje científico. Con este método se
pueden cuestionar muchos de los valores que se aprenden por autoridad, los cuales
promueven desarrollo de madurez solamente hasta cierto nivel. Con este método se
puede fomentar una cultura de mejora continua que se apoye en virtudes que permitan
cuestionar los valores existentes para reemplazarlos por otros valores más actuales que
promuevan mayor crecimiento. En una organización se puede valorar mucho la
autoridad del comité directivo sin cuestionarse, algo muy efectivo en niveles de madurez
organizacional incipiente. Una vez que la cultura tiene la suficiente madurez se deben
abrir foros en los que se fomente el debate y la participación de otros niveles de la
organización en la dirección estratégica del negocio.
Inspiración. Cualquier persona que lleve sus virtudes a nivel suficiencia podrá tener
acceso a crear nuevas formas de trabajo y solución de problemas. Sin la experiencia
necesaria, podrá proveer opciones variadas de soluciones que se requieren para
solucionar y prevenir problemas, detonar crecimiento y madurez. La inspiración se libera
en estado mental de flujo. Este estado mental se alcanza cuando una persona se
mantiene en un nivel de estrés constante entre la ansiedad y el aburrimiento. Sin
ansiedad ni aburrimiento se puede estar en paz y con entusiasmo. La paz se logra con
virtudes a desarrollar a nivel suficiencia, el entusiasmo se logra con virtudes
desarrolladas innatas a nivel excelencia. Un líder basado en virtudes puede lograr
niveles de inspiración muy profundos y crear impactos en crecimiento, resultados y
aceleración de la madurez de su organización.
Desintoxicación
Una vez que el antiguo comportamiento basado en emociones negativas, juicios y
expectativas se interrumpe y se comienza a gobernar la conducta mediante virtudes, la paz
y entusiasmo generados bien puede detonar una desintoxicación emocional y física en la
persona. Cuando alguien experimenta un evento prolongado de alto estrés sin oportunidad
de aliviarlo, atravesará una gran desintoxicación cuando el estrés sea reducido. Después de
un choque en automóvil, un día en un parque de juegos mecánicos de intensa emoción o
una época profesional de mucho estrés constante, el cuerpo compensará la gran cantidad
de hormonas secretadas no procesadas y tratará de procesarlas como si fueran toxinas. El
alto nivel de estrés durante momentos de intensa adversidad no siempre permite percatarse
del nivel de intoxicación que puede alcanzarse. Una vez que el estrés se nivela, la
desintoxicación resultante puede generar un gran cansancio y sensación de enfermedad
general con o sin dolor.
1. Creación masiva de células nuevas: Para ayudar al proceso de reparación del cuerpo
se deben seguir ciertos lineamientos cotidianos.
a. Descansar y dormir con tranquilidad. Las células antiguas serán las primeras que
atacará el sistema inmunológico. A razón de 10 millones de células inmunológicas por
minuto, ejércitos de defensa irán a destruir las células que ya no se requieren y se
reconocen como ajenas al cuerpo. También las bacterias de infecciones crónicas
anteriormente no reconocidas serán blanco de estos ejércitos de defensa del cuerpo.
La producción de esos miles de millones de nuevas células le demandará al cuerpo una
gran cantidad de nutrientes y de energía. Es normal y esperado que una persona que
haya experimentado prolongados periodos de estrés enfrente también periodos
intermitentes de cansancio y sueño cuando la tensión se nivele. Descansar y dormir
con tranquilidad les brindará la oportunidad a los órganos del cuerpo de desintoxicarse
y al sistema inmunológico de recuperar fuerza.
toxinas se asociarán con esas grasas y podrán entonces eliminarse. Una persona que
ha logrado nivelar su estrés puede esperar que su piel comience a sentirse grasosa o
que se le ensucie mucho el pelo o la nuca. Esto es una buena señal de desintoxicación.
Un fenómeno similar de desintoxicación son diarreas repentinas acompañadas con
punzadas en el área del hígado (costado derecho del abdomen alto). Este síntoma es
evidencia de que el intestino está acelerando su actividad para no permitir la
reabsorción de esas toxinas solubles en grasa. Ingerir aceite de oliva, aguacate,
semillas oleaginosas (girasol, ajonjolí, almendras) ayudan a la eliminación de toxinas
solubles en grasa.
c. Ingerir mucha agua. Muy poco conocido, el sistema linfático se encarga de recoger
los desechos del cuerpo y eliminarlos utilizando el líquido linfático como vehículo. Este
líquido linfático está compuesto principalmente de agua y proteínas, muchas de esas
proteínas son toxinas que deben ser desechadas. Todos los desechos provenientes de
la destrucción de células propias y ajenas, basura viral, los excesos de hormonas y
muchas otras toxinas serán recolectadas por el líquido linfático para ser desechadas
por diferentes vías. Para poder lograrlo se necesita que la linfa y la sangre sean
fluidas, para lo cual se necesita agua.
e. Tomar diferentes tipos de té y cocinar con sal de mar. Muchas de las toxinas que
son solubles en agua solamente se pueden filtrar en los riñones si están asociadas con
iones metálicos. Ingerir la máxima variedad de minerales a través del té y cocinar o
condimentar con sal de mar (contiene todos los minerales básicos necesarios) ayuda a
la eliminación de toxinas a través de los riñones y el sudor.
Una vez que se define un código de conducta basado en virtudes y se define un proyecto
personal de desarrollo de virtudes, se puede presentar una desintoxicación. Esta
desintoxicación, al igual que la eliminación de adicciones, se dará de manera intermitente.
Pasará mucho tiempo de práctica y depuración corporal para que esas toxinas dejen de
causar desviaciones, pero eventualmente se logrará. Con el paso del tiempo se recordarán
esas antiguas adicciones emocionales, y se hará imposible e ilógico entender por qué se
sentía uno de esa manera con tanta frecuencia, con tanta duración y con tanta intensidad.
Caminos cerrados
Con un código de conducta basado en virtudes y un proyecto personal de desarrollo de
virtudes, se genera crecimiento de madurez constante y se podría llegar a pensar que ya no
se enfrentará adversidad. Ninguna de las herramientas de Liderazgo Basado en Virtudes
garantiza una vida carente de adversidad. La adversidad es un aspecto natural de la vida y
estas herramientas logran una madurez incremental para enfrentarla con menor estrés y
con menor tiempo de recuperación. Situaciones favorables y desfavorables se presentarán y
las probabilidades sugieren que cada vez la adversidad será más demandante conforme se
avanza en la vida. Solamente madurez incremental logrará que mayor adversidad afecte en
menor grado la calidad de vida.
Existe una situación en particular en la que por más que se actúe por razones correctas, en
la forma, cantidad y momento correctos, no se logra obtener resultados positivos. Pasa el
tiempo y el esfuerzo se incrementa, se corrigen las razones y de todas maneras los
resultados no mejoran. A esta situación se le llama camino cerrado.
Un camino cerrado es una situación en la que, por más que se actúe por
razones correctas basadas en virtudes, no se logra obtener resultados
positivos.
Un camino cerrado puede ser un empleo, un negocio, una ciudad, una relación societaria o
cualquier otro contrato que se haya establecido. Estos contratos de mediano o largo plazo
se utilizan para el crecimiento en madurez, pero llega un momento en que agotan su
capacidad de desarrollo de virtudes. La forma de identificar un camino cerrado es hacer la
pregunta: ¿Este contrato o situación de vida ofrece todavía oportunidades de desarrollo de
virtudes mejores que cualquier otra opción disponible?
Estos contratos son acuerdos de vida que se establecieron con un nivel de madurez menor
al actual. Ya sean contratos personales o profesionales, cuando esas relaciones agotan su
capacidad de desarrollo de virtudes normalmente se enfrían, se rompen o caducan. Insistir
en mantener esos contratos causará que los resultados empeoren consistentemente. La
pregunta clave es entonces: ¿Cómo saber si este contrato que se está a punto de
establecer, se va a convertir en un camino cerrado? Desafortunadamente, no se puede
predecir si un contrato personal o profesional durará de por vida. Lo que sí se debe analizar
muy bien, entre todas las opciones disponibles, es cuál de todas ofrece la mejor posibilidad
de desarrollo de virtudes.
crecimiento en madurez que puede proveer una opción versus otra. Una opción de vida de
mediano o largo plazo que se convierte en un camino cerrado se toma obedeciendo una
adicción o debido a una expectativa. Personas que se casan con la persona incorrecta
porque tienen la adicción de pertenecer a una familia, o profesionales que se contratan en
una empresa de giro diferente del que les interesa por la adicción a tomar identidades
ajenas, pueden ser ejemplos de esas decisiones que se convierten eventualmente en
caminos cerrados.
Cuando se tiene que tomar una decisión entre un empleo u otro, o cuando se tiene que
establecer una relación con un proveedor o socio de largo plazo, o cuando se debe decidir si
se debe tomar un trabajo que implique relocalización, deben analizarse la posible existencia
de adicciones o expectativas que puedan estar desviando la razón de esa decisión. En
análisis de problemas sistémicos de organizaciones se pueden encontrar claramente cómo la
existencia de adicciones afectaron decisiones que durante los años se convirtieron en
caminos cerrados. Inmuebles adquiridos que después son limitantes de crecimiento, marcas
que se adquieren cuando ya no tienen valor comercial, o colaboradores que se mantienen
activos durante años aunque tengan una actitud improductiva y negativa, son situaciones
que ya nunca van a entregar resultados positivos porque se convirtieron en actuales
caminos cerrados.
1. En vez de preguntarse ¿por qué sucedió esto?, lo indicado es preguntarse ¿para qué
sucedió esto? ¿Cómo es que gracias a esta experiencia ahora se ha detonado
crecimiento y madurez en línea con virtudes esenciales individuales u
organizacionales?
Al determinar que uno se encuentra en un camino cerrado, lo que procede es construir una
transición hacia un nuevo curso de vida que sí ofrezca oportunidades de desarrollo de
virtudes. Lo más conveniente una vez determinado que se trata de un camino cerrado, es
ponerse en acción inmediatamente para construir dicha transición. Si el camino cerrado es
el actual empleo, hay que ponerse en acción de inmediato para buscar otro empleo o
actividad profesional. La naturaleza del camino cerrado que puede ser una hipoteca, una
casa, una pareja, un automóvil, una localidad, una amistad o una condición física, es menos
relevante que ponerse en acción lo más pronto posible.
Es muy probable que una vez que se encuentre el camino de proyecto de vida alterno que sí
ofrezca oportunidades de desarrollo de virtudes, las molestias del camino cerrado
comiencen a reducirse o desaparezcan. Con frecuencia el camino cerrado se abre
entregando resultados positivos nuevamente. Éste es un momento crítico en el cual uno
puede fácilmente engañarse a sí mismo. El alivio de las molestias causadas por el camino
cerrado que se abre no significa que se deba permanecer en ese camino. El alivio de las
molestias se presenta para que el esfuerzo se enfoque en construir la transición hacia el
nuevo camino. Si se llegara a cancelar la búsqueda del camino correcto simplemente porque
las molestias del camino cerrado han disminuido, las consecuencias negativas serán
inmediatas, inmensas y tan dolorosas que será forzoso entonces salir del camino cerrado.
Dado que es un camino cerrado que no ofrece oportunidades de desarrollo de madurez, se
debe salir de él temprano con cierta cantidad de dolor o más tarde con una inmensa
cantidad de dolor. A la buena o a la mala, se retomará el curso de vida que sí ofrezca
oportunidades de desarrollo de virtudes, mientras más temprano se haga esa transición
menos sufrimiento se atravesará.
Como cualquier otra técnica a aprender, en Liderazgo Basado en Virtudes existen también
etapas de desarrollo de esta destreza. Desde los pasos más básicos de autoconciencia para
poder identificar las emociones que detonan los eventos adversos, hasta poder identificar
para uno y para los demás la interacción de diferentes emociones y virtudes. Desarrollar
Liderazgo Basado en Virtudes requiere práctica y requiere una constancia de propósito. Es
sumamente fácil obtener resultados asombrosamente positivos con la aplicación inicial de
virtudes y, después, volver a tratar de obtener resultados mediante el estricto mecanismo
de esfuerzo, habilidad y método correcto. Al fallar ese mecanismo, la persona olvidará
revisar sus razones, detendrá su crecimiento y la adversidad le detonará emociones
negativas más intensas, más duraderas y más desagradables. Para evitar este fenómeno se
deben tomar en cuenta que existen etapas que se deben reconocer y dejar suceder.
En la antigüedad se creía en una ciencia que podía convertir cualquier metal en oro.
También se le atribuía a esta ciencia la capacidad de transformar una persona común en
alguien distinguido, como dice la leyenda que el mago Merlín logró transformar a un
campesino en el Rey Arturo. Creencias o leyendas, la alquimia brindó siete etapas de
crecimiento personal completamente consistentes con el desarrollo de Liderazgo Basado en
Virtudes. Similar al orden en que se deben desarrollar y aplicar las virtudes esenciales,
estas siete etapas son secuenciales y se dividen en dos bloques:
2. Ego. Poco tiempo después de que se llega a alguna asignación o empresa, hay que
accionar el ego. El ego es la etapa en la que se demanda atención de los demás.
Contrario a la creencia popular, el ego no es necesariamente dañino, el problema es
3. Logros. La etapa de logros es la natural posterior a la etapa de ego. Una vez que se
logra el apoyo de los demás para desempeñarse con efectividad, se presenta el impulso
de tener impacto en los resultados. Se querrá entonces aportar opiniones de valor en las
reuniones, se querrá también mejorar las decisiones propuestas, y aportar con
habilidades a los resultados del rol que se desempeña. Esta etapa de logros puede durar
mucho tiempo mientras el mundo mecánico de la persona continúe funcionando. Es
posible que la persona se vuelva adicta al mecanismo de esfuerzo, habilidad y método
correcto, y por lo tanto enfrente varias crisis de resultados hasta que se convenza de
que revisar razones es crítico para los mismos. Durante años, los logros pueden ser la
razón para perseguir resultados. Después de suficientes crisis y problemas, la persona
estará lista para buscar razones más elevadas como motivos de sus decisiones. En esta
etapa hay varias virtudes muy útiles: responsabilidad, disciplina, sabiduría, valentía,
perseverancia.
Como en muchos procesos de crecimiento, primero hay que darse a uno mismo para poder
después brindarles a los demás. Un niño se construye a sí mismo y después puede darle a
su mundo; el corazón se alimenta a sí mismo primero para después alimentar al resto del
cuerpo; primero se tiene uno mismo que convertir en una mejor versión de sí mismo para
poder entonces tratar de mejorar el mundo de los demás. Es crítico que la persona lleve sus
virtudes a desarrollar a nivel suficiencia para poder graduarse de esta etapa.
5. Buscar. Después de dar durante algún tiempo, se hace evidente que jamás se podrá
satisfacer la demanda de las virtudes desarrolladas innatas que se quieren brindar y que
el impacto se limita a lo que se puede hacer con el propio tiempo, habilidades y
7. Espíritu. Una persona que se ha graduado de todos los pasos anteriores no dejará de
realizar, dar, buscar o crear nuevas maneras de cambiar su mundo y el de las personas
que quiere impactar. En cada creación, en cada acción de realizar o dar, esta persona
deja una huella de naturaleza esencial en los demás. Esta persona estará presente en
las esencias de las personas que tocó y las que tocará a través de sus creaciones.
Muchas veces se habla del espíritu de una fundación o de un instituto, o del espíritu de
un libro. El espíritu de la persona que creó aspectos de vida fundamentados en un
propósito de impacto claro seguirá vivo en los demás a través de esas creaciones. Con
frecuencia será recordado y se actuará en su nombre. Muchas de las personas favoritas
impactadas por sus creaciones se preguntarán lo que él habría hecho cuando se
enfrentara a una situación como la que ellos viven en ese momento.
Estas siete etapas se vuelven a repetir en cada nueva experiencia trascendente de vida.
Cada vez que se cambia de trabajo, se toma una nueva asignación, o se establece una
nueva relación interpersonal, se vuelven a comenzar estas etapas desde la inocencia hasta
la etapa de espíritu. Conforme más se practica, más rápidamente se van abriendo y
cerrando estas etapas para cada una de esas experiencias.
Es crítico notar que las cuatro etapas avanzadas solamente se pueden alcanzar cuando la
persona mantiene sus virtudes a desarrollar a nivel suficiencia. Dado que las etapas de dar,
buscar, crear y espíritu se basan en virtudes desarrolladas innatas, éstas sólo se pueden
aplicar de manera efectiva cuando las virtudes a desarrollar se encuentran en nivel
suficiencia.
Impacto a favoritos
Hay que aceptar que todos en la vida tienen algún tipo de favoritos. Sin caer en favoritismo
dentro de una organización o en un grupo de personas, siempre existe una condición en
particular de otras personas que se desea cambiar o mejorar. Esta condición que se desea
cambiar es algún tipo de adversidad que están enfrentando personas cercanas o lejanas.
Las virtudes que uno tiene desarrolladas innatas crean una inclinación hacia cambiar esa
condición de adversidad. Los generosos querrán atacar la pobreza, las personas con
dignidad desarrollada innata querrán dignificar a los menospreciados, las personas con
identidad en excelencia querrán brindar un lugar propio a los inmigrantes o recién llegados.
Los favoritos son aquellas personas a las que se desea impactar a través de las etapas
avanzadas de desarrollo de Liderazgo Basado en Virtudes. En las etapas de dar, buscar,
crear y espíritu se manifiestan las condiciones específicas que enfrentan las personas a
quienes se quieren impactar.
Los favoritos son aquellas personas que enfrentan una condición específica
de adversidad que se desea cambiar a través de crear usando las virtudes
que uno tiene a nivel excelencia.
Existen condiciones en los demás que a uno le pueden disgustar, todas ellas están
relacionadas con el propio perfil de virtudes esenciales. Si una persona tiene la dignidad a
desarrollar o desarrollada innata, le disgustará que otras personas toleren trato
irrespetuoso. Si un líder tiene la perseverancia a desarrollar o desarrollada innata, le
molestará que su equipo se dé por vencido.
Ya sea porque se sufrió una condición debido a que se carecía de una virtud, o porque se
tiene suficiente de esa virtud para uno mismo y para los demás, se creará un impulso por
eliminar las condiciones que se neutralizan mediante las virtudes del perfil personal. Una
persona con justicia en carencia o excelencia querrá eliminar los abusos y el favoritismo.
Una persona con sabiduría en carencia o excelencia querrá que se elimine la confusión. Las
virtudes esenciales crean un impulso espontáneo por cambiar las condiciones que esas
virtudes esenciales neutralizan.
Sin embargo, solamente será posible crear con las virtudes que uno tiene desarrolladas
innatas. Mientras que alguien puede brindar cualquier virtud a otras personas, solo las
virtudes desarrolladas innatas son suficientemente fuertes como para lograr creaciones que
perduren más allá de la presencia personal. Las virtudes a desarrollar demandan esfuerzo
para llevarse a suficiencia. Por esta razón, las creaciones que se quisieran lograr con
virtudes a desarrollar demandarán un esfuerzo desgastante en la persona. En cambio, las
virtudes desarrolladas innatas generan entusiasmo cuando se aplican y, por lo mismo, se
puede dedicar sin desgaste una gran cantidad de tiempo y talento en las creaciones que
estén relacionadas con esas virtudes.
Creaciones pueden haber de todo tipo, desde un equipo de trabajo efectivo hasta una
institución. Todo aquello que perdure más allá de la presencia personal y mantenga el
espíritu de impacto del individuo que lo construyó se puede considerar una creación. Una
vez existente, la creación puede brindar muchas más virtudes que estrictamente las que
tenía como espíritu de impacto la persona que las creó. Una institución educativa que
persigue proveer sabiduría también puede proveer identidad, perseverancia y disciplina.
Una empresa que pretende proveer protección mediante servicios de bienestar, puede
además proveer dignidad, compasión y alegría.
Las virtudes que uno provee a los demás pueden ser diferentes de las
virtudes que esas personas están recibiendo de uno.
Un empleado que se da por vencido podría ser porque su dignidad en nivel carencia está
colapsando su perseverancia. Cuando su líder perseverante se acerca para invitarlo a
perseverar, el empleado vencido recibe dignidad mediante la atención de su líder, lo cual
libera su perseverancia. El líder tenía la intención de proveer perseverancia, el empleado
recibió dignidad. Por esta razón, es suficiente con que uno piense que la adversidad que
enfrentan los demás es tan real como para querer impactarla. Es importante mencionar que
la intención de impacto es sobre la condición que enfrentan los demás. Se quiere cambiar la
condición, no se debe tratar de cambiar a las personas. Querer cambiar a las personas es
una falla de humildad que colapsa la capacidad de proveer virtudes que se tengan en
excelencia. Dado que las virtudes no se deben imponer, solamente brindar, se deben
generar creaciones con la intención de cambiar la condición que disgusta y dejar que los
demás aprovechen dichas creaciones.
La humildad marca la diferencia entre una persona obstinada y una persona perseverante;
la primera piensa que no va a fallar, la segunda simplemente sabe que va a seguir
intentando. La humildad marca la diferencia entre una persona arrogante y una persona
sabia; la primera piensa que su verdad es universal y que todos la deben aceptar como
propia, la segunda defiende su verdad y también respeta el derecho que tienen los demás
de estar en desacuerdo.
Debido a que las fallas de humildad son sumamente difíciles de identificar, aquí se brinda
una guía que contiene algunos de los pensamientos y acciones que denotan una necesidad
apremiante de desarrollar humildad:
Cuando se piensa que los propios favoritos son más importantes que los favoritos de
los demás.
Cuando se trata de controlar o manipular a los demás.
Cuando se piensa que ciertos eventos desagradables no deberían suceder.
Como se puede ver, la humildad es una virtud sumamente paradójica porque puede trabajar
de manera opuesta a todas las demás virtudes. Un gran líder puede llegar a pensar que solo
él tiene la capacidad de liderar un determinado equipo. Un gran sabio puede llegar a fallar
en su humildad al pensar que lo que él sabe, sólo él lo sabe. Una persona sumamente
perseverante puede confundir su intención de no darse por vencida con la creencia de que
es infalible. La humildad es una virtud cuya necesidad se incrementará conforme todas las
demás virtudes se desarrollan.
Debido a que la humildad es una virtud que puede actuar de manera opuesta a casi
cualquier otra virtud, tiene también el poder de balancear las propias polaridades. La
arrogancia de la inteligencia o de la constancia se balancea con humildad. La soberbia de
pensar que se puede guiar a todos los demás se balancea con humildad. La vanidad de una
identidad muy desarrollada se balancea también con humildad.
Dado que ninguna otra virtud puede ser virtud sin humildad, la humildad se considera la
virtud maestra del Liderazgo Basado en Virtudes.
Al analizar cada uno de los casos arriba descritos se pueden ver los diferentes efectos que el
estatus de las virtudes puede tener en la relación de trabajo. Nótese que la virtud en cada
ejemplo es irrelevante. Se podría utilizar prácticamente cualquier virtud en cualquier
ejemplo, el efecto sería el mismo:
1. Situación Sí, Sí, Sí. En este caso, la organización tiene esta virtud a nivel excelencia por
lo que querrá que sus colaboradores también la tengan al menos a nivel suficiencia.
Dado que la persona la ha llevado a nivel suficiencia y esto gracias a su trabajo en la
organización, habrá un gran agradecimiento y admiración de la persona hacia la
organización. Se reconoce también el crecimiento personal que se ha dado debido al
desarrollo de esa virtud.
2. Situación Sí, Sí, No. En este caso, la organización tiene esta virtud a nivel excelencia por
lo que querrá que sus colaboradores también la tengan al menos a nivel suficiencia.
Dado que la persona la ha desarrollado gracias a su trabajo en la organización, habrá
agradecimiento y admiración hacia la empresa al mismo tiempo que existirá
reconocimiento de crecimiento personal. Todavía falta llevar la virtud a nivel suficiencia
para que esta carencia no limite su desempeño. La organización otorgará un periodo de
tiempo para que la desarrolle a nivel suficiencia antes de que comience a afectar su
efectividad.
3. Situación Sí, No, Sí. En este caso, se genera admiración hacia la empresa porque la
persona tiene esta virtud a desarrollar. Dado que la persona ha llevado esta virtud a
nivel suficiencia, pero no por su trabajo en la organización, no habrá un agradecimiento
específico de la persona hacia la organización. Tener estar virtud en suficiencia le
permitirá a la persona tener un desempeño efectivo.
4. Situación Sí, No, No. Esta situación es de alto riesgo de desencanto de la organización
hacia la persona. La organización querrá que sus colaboradores cuenten con esta virtud;
la persona no la ha desarrollado y, por lo tanto, no la ha llevado a nivel suficiencia. La
persona tiene, en este caso, muy poco tiempo para comenzar a desarrollar rápidamente
esta virtud y con eso mejorar su desempeño.
5. Situación No, No aplica, Sí. En este caso, esta virtud no es crítica para la organización y
ya se ha desarrollado a nivel suficiencia. Esto le permite a la persona exhibir un
desempeño efectivo en línea con esa virtud específica.
6. Situación No, No aplica, No. En este caso la organización no tiene esta virtud en
excelencia, por lo que será imposible que la persona la pueda aprender por su trabajo.
Sin embargo, esa carencia le causa bajo desempeño aunque no sea una virtud crítica
para la organización. Debe incluir ejercicios específicos para esta virtud en su proyecto
personal de desarrollo de virtudes.
Reconocido el hecho de que existe el contrato entre la persona que trabaja y la organización
para la que trabaja para el mutuo apoyo hacia el desarrollo de virtudes, también se
requieren reconocer las virtudes que persona y organización comparten o que la
organización aprende de la persona. Estas virtudes serán las que la persona tenga a nivel
excelencia.
Al analizar cada uno de los casos arriba descritos, se pueden ver los diferentes efectos que
el estatus de las virtudes puede tener en la relación de trabajo. Nótese que la virtud en
cada ejemplo es irrelevante. Se podría utilizar prácticamente cualquier virtud en cualquier
ejemplo, el efecto sería el mismo:
1. Situación Sí, No aplica, No aplica. En este caso, la organización tiene esta virtud a nivel
excelencia al igual que la persona, por lo que será imposible que haya un aprendizaje
mutuo, ambos ya la poseen de manera espontánea. Al compartir esta virtud a nivel
excelencia, se crea un fuerte sentimiento de lealtad y pertenencia. Gracias a estas
virtudes en común, la persona siente que está en el lugar correcto y la organización
considera que tiene a la persona indicada.
2. Situación No, No, No aplica. En este caso, la organización tiene esta virtud a nivel
suficiencia, por lo que le permite establecer una relación de trabajo sana con la persona.
No existe necesidad de imprimir esta virtud por parte de la persona porque la
organización ya cuenta con suficiente de ella.
3. Situación No, Sí, Sí. En este caso, la organización sí tenía esta virtud en nivel carencia y
gracias a que la persona la imprime en la organización se ha podido llevar a nivel
suficiencia. Existe un gran reconocimiento y agradecimiento hacia la persona por haber
impactado la cultura y la efectividad de la organización.
4. Situación No, Sí, No. Esta situación es una gran oportunidad de impacto a la cultura de
la organización por parte de la persona. Se debe intentar imprimir esta virtud en la
organización dado que esta carencia le resta efectividad a la organización. Existe
también el riesgo de que la persona ya haya aprendido todas las virtudes que la
organización le puede enseñar, y aún así la organización se niegue a desarrollar la virtud
que tiene como carencia y la persona tiene en excelencia. Esta situación crea un gran
desencanto de la persona hacia la organización y comenzará a ver su futuro en otro
lugar.
Es sumamente improbable encontrar las razones correctas para escoger una actividad
profesional cuando tantas razones incorrectas nublan esta importante decisión; todas esas
razones incorrectas son socialmente aceptadas y muy admiradas. ¿Qué tiene de malo tratar
de hacer mucho dinero, lograr el éxito o seguir la tradición familiar? Definitivamente no
tiene nada de malo lograr cualquiera o todos esos beneficios; ése no es el problema. El
verdadero problema al escoger una profesión obviando el desarrollo de virtudes esenciales
es que será fácil hacerse adicto al fenómeno de esfuerzo-resultados y, eventualmente, se
caerá adicto a la actividad profesional seleccionada. Mientras más éxito se tenga sin
desarrollar virtudes esenciales, menos enfocado se estará en ver hacia adentro para tratar
de encontrar las carencias que requieren ser trabajadas. El éxito profesional produce placer
y alivio, y fomenta la adicción de buscar resultados producidos por el esfuerzo. Por el
contrario, encontrar y trabajar las carencias siempre produce un dolor o miedo inicial que
parece tan inoportuno como innecesario. Normalmente la inclinación es escoger una
actividad profesional por placer y evitar el dolor de mirar hacia lo que más podría detonar
crecimiento.
Es común escoger actividades profesionales que calmen los miedos y que den el placer de
producir el máximo dinero o la máxima estabilidad posible. Desafortunadamente, el mundo
mecánico algún día se va a romper y mientras más tarde se rompa, más dolor y confusión
va a causar. Con frecuencia se rompe cuando la adicción a la actividad profesional
seleccionada sea tan fuerte que el sobreesfuerzo que demanda tratar de alcanzar resultados
lleve a entrar en crisis en otras dimensiones de vida. Es frecuente que una persona que
escogió una actividad profesional por razones incorrectas, esté inclinada a trabajar en la
cantidad, en la forma o en el momento incorrecto. Trabajar demasiado, o durante los
momentos que deberían dedicarse a esparcimiento, son signos de adicción y esa adicción
frenará el crecimiento. Trabajar de la forma incorrecta, ya sea en el trato inadecuado a los
empleados o la falta de ética, también son signos de adicción. Alguien que trabaja
demasiado, en el momento incorrecto o de la forma incorrecta, eventualmente logrará
también descomponer sus dimensiones de compañía o salud. Si esta persona que trabaja
demasiado también tiene familia, con seguridad su relación familiar va a deteriorarse, muy
Entonces, ¿cómo se debe escoger una actividad profesional sabiendo que se requiere
generar un ingreso? La respuesta está en el balance entre el entusiasmo y el miedo que
causa esa actividad profesional, y también en el grado de alineación que tenga dicha
actividad con el tipo de impacto que se quieren lograr.
4. Si se va crear una sociedad es sumamente importante que los socios les sean
fieles a la causa. Es posible que los socios tengan favoritos diferentes a los propios,
pero de cualquier manera esos socios tienen que resonar con una causa en común. Una
sociedad tiene pocas probabilidades de perdurar si uno de los socios obtiene ganancias
como consecuencia natural de ser fiel a un código de conducta después de que su
mundo mecánico se rompió, y el otro socio genera expectativas de cierto nivel de
ganancias obviando o violando el código de conducta de la sociedad. Si alguien que
construye casas lo hace para tratar de darles dignidad y protección a las familias de su
estado se deberá asociar, si así lo quiere, con socios que el bienestar de las familias de
su estado lo consideren algo importante. Si las razones de un socio potencial son
exclusivamente de obtención de resultados, tarde o temprano esta sociedad sufrirá
tensión y ruptura. En el peor de los casos, los socios podrían llegar a traicionar el
espíritu de la sociedad en aras de conseguir resultados específicos de sus inversiones de
dinero, tiempo y esfuerzo. Por esta razón es tan importante que los socios se
encuentren en una situación similar dentro de las 7 Etapas de Liderazgo Basado en
Virtudes.
Este tipo de razonamiento podría llevar a pensar que establecer metas en un negocio es una
desviación porque se podrían generar expectativas de resultados específicos. Esto no es así
porque el establecer metas para un negocio es absolutamente necesario para definir el
ritmo y el rumbo de crecimiento del mismo. El problema no es establecer metas específicas
para un negocio, el problema es lo que se hace cuando se superan o cuando no se alcanzan
dichas metas. Si los resultados superan a las metas y esto sirve para hacerse adictos al
éxito, la sociedad pronto perderá su camino y enfrentará problemas precisamente de éxito.
Si los resultados se quedan cortos contra las metas y eso se utiliza para incrementar el
esfuerzo sin revisar cómo se está violando el código de conducta personal, la sociedad
pronto enfrentará también problemas de éxito.
Dado que los códigos de conducta son individuales para cada persona y muchas veces
invisibles para los demás (las razones por las que se actúa son muy privadas), será difícil
tratar de lograr que los socios sigan los códigos de conducta de los otros socios. Para lograr
la máxima alineación de los comportamientos y crear la esencia de un negocio o empresa,
es crítico definir un conjunto de principios de operación de definan a la empresa o negocio
en el que se quieren convertir mientras realizan las actividades del ramo en el que se opera.
Este código de conducta colectivo o corporativo define las fortalezas que se quieren
aprovechar para impactar favoritos, y las carencias que se desean desarrollar para
convertirse en la empresa o negocio que les gustaría ser.
Si algún día se escoge una actividad profesional con base en razones correctas (virtudes
esenciales), y por lo tanto se realiza esa actividad disfrutándola, se crece venciendo miedos
todos los días y las creaciones se realizan sin expectativa, pero con la esperanza de
impactar a favoritos, entonces la consecuencia natural de todo ese esfuerzo será el éxito
profesional.
El éxito profesional no debe ser la razón para trabajar o crear una empresa.
El éxito será la consecuencia del crecimiento en madurez mediante el
desarrollo de virtudes individuales y corporativas.
Hoy en día hay millones de negocios y profesionistas que no siguen un código de conducta,
ni individual ni corporativo, y aún así logran resultados fenomenales. Estos negocios están
formados por líderes y gente cuyos mundos mecánicos siguen vigentes. Obtienen resultados
a través de su esfuerzo y habilidades, pero tarde o temprano sus mundos mecánicos se
fracturarán y estos negocios desaparecerán, a menos que logren definir y alinear las
razones que utilizarán para impactar a sus favoritos.
Uno de los hombres más exitosos del mundo y accionista mayoritario en más de 200
empresas en el mundo no tiene una meta personal de dinero o de éxito; su razón ha sido
tratar de sacar a sus favoritos de la pobreza. Seguramente sus favoritos comenzaron siendo
los adultos sanos que podían trabajar y muy probablemente sus razones eran de compasión
o dignidad. Su impresionante éxito lo ha llevado a crear no solo empresas sino instituciones
que ayuden a los enfermos para que puedan trabajar (ampliando su definición de favoritos);
esto tal vez define más exactamente a sus favoritos como las familias de su país. Su código
de conducta lo ha llevado a vivir de una forma sumamente modesta, y todo su dinero lo
tiene activo creando empleos; ésa es la manera en la que él ve que se puede generar
bienestar y salud en sus personas favoritas. Si especulamos por un momento, podríamos
decir que después muchos años de éxito basado en un código de conducta personal,
algunas de sus virtudes esenciales más desarrolladas son compasión, identidad, dignidad,
perseverancia y sabiduría; sus favoritos son seguramente las familias del mundo
comenzando por las de su país y tal vez su continente. Sus creaciones son empresas e
instituciones que les den empleos y salud a millones de personas comenzando por sus
compatriotas. Un propósito de impacto claro, basado en virtudes esenciales y un proyecto
de desarrollo de virtudes que se actualiza constantemente, ha creado uno de los mayores
éxitos profesionales de la historia moderna. Un rotundo éxito que no se autoimpone una
meta de éxito; una paradoja que confirma que un código de conducta basado en virtudes
esenciales es mucho más poderoso que la aplicación de cualquier esfuerzo o habilidades,
“Liderazgo Basado en Virtudes” en su máxima expresión. El éxito profesional no es la meta,
el éxito es la confirmación de que el proyecto de desarrollo de virtudes está alineado con un
propósito personal de impacto.
Al reunirse con sus gerentes y con el ingeniero presente, le preguntó al grupo por
qué se estaba presentando tal resistencia a las observaciones del auditor; la sala
permaneció en silencio. Optó por relatarle al grupo algunos aspectos de la
trayectoria del ingeniero, la cual incluía diseño, construcción, operación y mejora de
todo tipo de maquinaria. Incluso algunas de las máquinas que él diseñó estaban
presentes en la fábrica. Las caras de los gerentes cambiaron de inmediato
proyectando sorpresa, vergüenza y asombro. Al continuar la auditoría durante la
tarde tanto gerentes como técnicos estuvieron tomando notas, haciendo preguntas
y respetando las expertas observaciones del ingeniero de recursos humanos.
1. Primer nivel de discriminación. Aspectos personales que no se pueden cambiar. Tal vez
el más primitivo modo de discriminación es la descalificación de otras personas debido
a factores que no se pueden cambiar. Entre los aspectos individuales que no dependen
de la persona y que más comúnmente se utilizan para discriminar son: tez, talla,
estatura, nacionalidad, raza, lenguaje materno, edad, género, preferencia sexual,
capacidad reproductiva y discapacidades físicas o mentales.
Una infinidad de ejemplos se pueden citar con respecto a los aspectos fijos de las
personas. Negar una oportunidad de empleo a una mujer recién casada por la
probabilidad de que se embarace, o negarle la oportunidad de crecimiento a la persona
correcta debido a su corta edad, son ejemplos de este tipo de discriminación. Los
aspectos permanentes de las personas jamás se deben tomar en cuenta para valorar
más o menos las aportaciones que puedan hacer como individuos.
Fácilmente discrimina a la
La persona con mucha:
persona que parece:
Perseverancia Derrotada
Paciente Desesperada
Identidad Avergonzada
Inspiración Rutinaria
Fácilmente discrimina a la
La persona con mucha:
persona:
Perseverancia Paciente
Justicia Perdonadora
Libertad Disciplinada
Valentía Protectora
Un líder basado en virtudes no dedica tiempo a especular sobre las razones que gobiernan
el comportamiento de los demás. Al contrario, ese líder virtuoso se dedica a revisar siempre
las verdaderas razones detrás de su propio comportamiento. El líder basado en virtudes vive
una vida interna tan intensa que no tiene tiempo para vivir su vida a través de los demás, y
mucho menos a desperdiciar su energía en juzgar las razones de otras personas. Esto no
quiere decir que se abstenga de aplicar consecuencias. Ese líder basado en virtudes sabrá
qué consecuencias aplicar al comportamiento inefectivo de los demás, y con mucha más
severidad al proceder discriminatorio exhibido por cualquier persona en su organización.
El contraste entre un líder inmaduro que atribuye razones al comportamiento de los demás,
versus el líder basado en virtudes que simplemente retroalimenta y aplica consecuencias, es
tan claro que llega a parecer absurdo que alguien se atreva a atribuir razones a la conducta
de los demás. El líder inmaduro se enfoca en su propia interpretación de las situaciones, el
líder basado en virtudes investiga las razones detrás de las opiniones y decisiones de las
personas. El líder virtuoso habla con las personas, les pregunta sus razones, las obliga a
identificar las razones si no las tienen claras, y filtra esas razones a través de las virtudes
que la empresa ha declarado como valores. A su vez logra validar las opiniones y decisiones
de las personas, y aplica las consecuencias pertinentes a la conducta exhibida.
En cada uno de sus diferentes niveles de discriminación, un caso de desacuerdo entre una
persona del equipo y su líder inmaduro se puede ver de la siguiente manera:
Existe una diferencia notable entre la conducta de un líder inmaduro que cae
constantemente en discriminación hacia una persona de su equipo con quien está en
desacuerdo, y la conducta del líder basado en virtudes en esa misma situación. El líder
basado en virtudes siempre tratará de validar las opiniones y razones de los demás, aunque
no siempre esté de acuerdo con esas opiniones y razones. Dado que el líder siempre es
responsable de los resultados de su equipo, y sabe que no se pueden controlar todos los
resultados, el líder se verá obligado a buscar las opiniones de su equipo y a la vez conservar
el derecho de utilizarlas o dejarlas pasar. La utilidad de las opiniones de los demás será
evaluada de acuerdo con:
La alineación de las opiniones versus los valores de la empresa y las virtudes que se
quieren reforzar
La alineación de las opiniones a la estrategia acordada
La calidad de la información utilizada para formular la opinión de cada quien
Para tales efectos, el líder debe procurar opiniones a favor y en contra de sus propuestas, y
hacer saber que se van a considerar para la toma de decisiones. A veces alguna decisión
será contraria a la opinión de algunos. Otras veces la decisión se tomará solo hasta que
todos estén de acuerdo.
Tipo de
Nivel de inclusión Ejemplos
decisión
“¡Vamos a ser una organización basada
“¡Escuchen bien, esto es lo que
1 Monárquica en virtudes, inclusiva y libre de
vamos a hacer!”
discriminación!”
Cada uno de estos niveles de inclusión tiene su propia validez y aplicabilidad. Es claro que
mientras más madura sea la organización, más rápidamente se pueden tomar decisiones
consensadas y algunas decisiones tácticas, como la promoción de un supervisor de turno no
requerirá la intervención del director. Los criterios de toma de decisión son tan claros y
conocidos que no se requiere mucho arbitraje en las decisiones. El sistema, los estándares y
la madurez de los involucrados lograrán tomar la mejor decisión.
La forma ideal de aplicar cada nivel de inclusión en una decisión es como sigue:
El líder basado en virtudes le dará importancia a situaciones que sugieren que ciertas
minorías no tienen las mismas oportunidades, y tomará acción para que esas minorías
gocen de las mismas oportunidades que la población general. Sin embargo, ese líder no
tomará decisiones para forzar las estadísticas de inclusión. Si existe un diferencial salarial
por género para desempeños iguales en puestos iguales, se dará a la tarea de regularizar
esa situación. Si existen personas con limitaciones de movimiento en la empresa, el líder
basado en virtudes facilitará los accesos para esas personas, pero no tratará de compensar
esas limitaciones asignando a personas con limitaciones de movimiento forzándolas a
puestos o en equipos de trabajo específicos.
El líder basado en virtudes toma en cuenta los aspectos personales fijos y facilita las
condiciones para que estos no sean una limitante para que las personas contribuyan a los
resultados de la empresa. Un líder basado en virtudes no forzará a una persona en un rol en
el que se requiere hablar inglés si la persona no lo habla. Colocará ahí a una persona que
tenga la habilidad. Ese líder virtuoso no regularizará los salarios de las mujeres debido a
que existe un diferencial salarial por género. Regularizará esa situación por justicia de
acuerdo con el desempeño de cada persona, independientemente de su género.
Al mismo tiempo, podrá identificar por qué algunas minorías no tiene las mismas
oportunidades que la población general. Si solamente personas extranjeras en la
organización hablan inglés representando una ventaja puntual en las oportunidades de
progreso, el líder virtuoso fomentará que más personas locales desarrollen la habilidad
requerida. Si su organización tiene una mayoría de hombres en puestos de liderazgo,
fomentará la atracción y desarrollo de talento femenino para que compita en condiciones
equiparables con la mayoría masculina.
El líder basado en virtudes toma en consideración los aspectos individuales de las personas,
pero sus decisiones se basan tomando en cuenta la esencia de ellas. Para el líder virtuoso
tiene más relevancia la actitud madura, las habilidades desarrolladas y el conocimiento con
el que se cuenta para hacer el trabajo de la manera más competente posible.
Es tan escasa la preparación para una relación de pareja duradera y plena que se generan
todo tipo de problemas de bienestar y productividad. Problemas de pareja se llevan al
trabajo y restan productividad, problemas de acoso sexual en el centro de trabajo, o
relaciones de pareja en el centro de trabajo que después de que se malogran crean
tensiones en los equipos, son algunos de los ejemplos de cómo las pobres relaciones de
pareja crean problemas en los resultados de una organización. Existen empresas que
cuentan con líneas telefónicas de ayuda emocional y reportan que más de la mitad de las
llamadas son con respecto a problemas de pareja.
En las relaciones de pareja también intervienen las virtudes esenciales de cada persona. Los
perfiles individuales se combinan en diferentes formas para crear atracción, admiración,
confianza y agradecimiento. Estos aspectos, a su vez, crean asimismo el compromiso que
requiere una relación de pareja duradera y plena.
Al describir cada una de las posibles relaciones interpersonales que se pueden establecer, se
observa que la relación de pareja es la más completa y, por lo mismo, la más compleja.
Solamente contando con los tres elementos críticos se puede lograr una relación integral.
Por supuesto que existen otros tipos de relaciones interpersonales valiosas y hasta
necesarias. Dado que la relación de pareja o, mejor dicho, la preparación para la relación de
pareja es tan compleja, y a la vez tan ausente, se pueden identificar cuatro requisitos para
que esta relación sea duradera y plena.
Muchas personas tratan de llenar mediante una relación de pareja los vacíos
internos que solo se pueden llenar con desarrollo de virtudes.
Los cuatro factores que promueven que una pareja sea duradera, provea paz y entusiasmo
son los siguientes:
1. Mantener todas las virtudes esenciales en suficiencia, comenzando por los que la pareja
tiene a nivel excelencia. Las virtudes a nivel excelencia provocan un impulso espontáneo
de que las demás personas también cuenten con esas virtudes. Cuando una persona se
rehúsa a desarrollar una virtud que su pareja tiene en excelencia, la relación se enfría y
se genera un gran desencanto. Cualquier persona debe llevar y mantener sus virtudes a
desarrollar a nivel suficiencia para vivir un mejor día cada día. Esto es todavía más
cierto para las virtudes que la pareja tiene a nivel excelencia.
2. Los propósitos de impacto deben ser de alcance similar. Hay personas que quieren
cambiar el mundo impactando incluso a desconocidos. Otras personas son felices
impactando a los más cercanos nada más. Una persona con propósito de impacto muy
grande hará sentir abandonada a una pareja de propósito de vida cercano. A su vez, la
persona de propósito de impacto grande se sentirá limitado por esa pareja de propósito
de impacto cercano. Ambos alcances de propósitos de impacto son igualmente válidos.
Lo importante es la compatibilidad de dichos propósitos.
Las diferentes situaciones que se pueden presentar en una relación de pareja con respecto a
sus virtudes son las siguientes:
Al analizar cada uno de los casos arriba descritos se puede ver los diferentes efectos que el
estatus de las virtudes puede tener en la relación de pareja. Nótese que la virtud en cada
ejemplo es irrelevante. Se podría utilizar prácticamente cualquier virtud en cualquier
ejemplo, el efecto sería el mismo:
1. Situación Sí, Sí, Sí. En este caso, la pareja tiene esta virtud a nivel excelencia por lo que
querrá que la persona también la tenga, al menos a nivel suficiencia. Dado que la
persona la ha llevado a nivel suficiencia y esto gracias a la relación, habrá un gran
agradecimiento y admiración de la persona hacia su pareja. Se reconoce también el
crecimiento personal que se ha dado debido al desarrollo de esa virtud. Este crecimiento
nutre y estrecha la relación.
2. Situación Sí, Sí, No. En este caso, la pareja tiene esta virtud a nivel excelencia por lo
que querrá que la persona también la tenga, al menos a nivel suficiencia. Dado que la
persona la ha desarrollado gracias a la relación, habrá agradecimiento y admiración
hacia la pareja al mismo tiempo que existirá reconocimiento de crecimiento personal.
Todavía falta llevar la virtud a nivel suficiencia para que esta carencia no deteriore la
relación. La pareja concederá un periodo de tiempo para que la desarrolle antes de que
comience a afectar su relación.
3. Situación Sí, No, Sí. En este caso, se genera admiración hacia la pareja porque la
persona tiene esta virtud a desarrollar y dado que la ha llevado esta virtud a nivel
suficiencia gracias a otras experiencias de vida, no habrá un agradecimiento específico
hacia la pareja. Mantener esta virtud en nivel suficiencia le permitirá a la persona
mantener una relación de pareja duradera y plena.
4. Situación Sí, No, No. Esta situación es de alto riesgo de desencanto de la pareja hacia la
persona. La pareja querrá que el otro cuente con esta virtud; si la persona no la ha
desarrollado, no la ha llevado por lo tanto a nivel suficiencia. La persona tiene, en este
caso, muy poco tiempo para comenzar a desarrollar rápidamente esta virtud y darle
oportunidad a la relación de que perdure.
5. Situación No, No aplica, Sí. En este, caso la virtud no es crítica para la pareja y se ha
desarrollado a nivel suficiencia. Esto le permite a la persona establecer una relación de
pareja madura que pueda perdurar con plenitud.
6. Situación No, No aplica, No. En este caso, la pareja no tiene esta virtud en excelencia
por lo que será imposible que la persona la pueda aprender gracias a la relación. Sin
embargo, esa carencia le causa problemas a la persona, aunque no sea una virtud crítica
para la relación. Esta carencia sí le representa una limitante a la persona. Debe incluir
ejercicios específicos para esta virtud en su proyecto personal de desarrollo de virtudes.
Reconocido el hecho de que en la relación de pareja existe la intención del apoyo mutuo
para el desarrollo de virtudes, se requiere entonces ver cuáles virtudes comparten los
integrantes y cuáles se aprenden de la otra persona. Estas virtudes serán las que la persona
tenga a nivel excelencia.
Al analizar cada uno de los casos arriba descritos, se pueden ver los diferentes efectos que
el estatus de las virtudes puede tener en la relación de pareja. Nótese que la virtud en cada
ejemplo es irrelevante. Se podría utilizar prácticamente cualquier virtud en cualquier
ejemplo, el efecto sería el mismo:
1. Situación Sí, No aplica, No aplica. En este caso, la pareja tiene esta virtud a nivel
excelencia al igual que la persona, por lo que será imposible que haya un aprendizaje
mutuo, ambos ya la poseen de manera espontánea. Al compartir esta virtud a nivel
excelencia, se crea un fuerte sentimiento de amistad, lealtad y pertenencia. Gracias a
estas virtudes en común la persona siente que está con la pareja correcta y la pareja
considera que está con la persona indicada.
2. Situación No, No, No aplica. En este caso, la pareja tiene esta virtud a nivel suficiencia
por lo que le permite establecer una relación de pareja sana con la persona. No existe
necesidad de imprimir esta virtud por parte de la persona porque la pareja ya cuenta
con suficiente de ella.
3. Situación No, Sí, Sí. En este caso, la pareja sí tenía esta virtud en nivel carencia cuando
comenzó la relación y gracias a que la aprendió de la persona la ha podido llevar a nivel
suficiencia. Esto genera un gran agradecimiento, atracción y admiración de la pareja
hacia la otra persona.
4. Situación No, Sí, No. Esta situación es una gran oportunidad de crecimiento para la
pareja. Las personas deben invitar a su pareja a desarrollar esta virtud sin imponerse.
Una manera efectiva de hacerlo es que la persona festeje a su pareja cada vez que
exhiba un comportamiento alineado con esa virtud. Existe también el riesgo de que la
persona ya haya aprendido todas las virtudes que la pareja le puede enseñar y aún así
la pareja se niegue a desarrollar una virtud que tiene como carencia y la persona tiene
Los tres elementos que componen una relación de pareja duradera y plena son confianza,
compromiso y atracción. La confianza se obtiene de conocerse mutuamente y también de
conocer la definición de las personas en las que cada integrante se quiere convertir. El
compromiso viene de la voluntad individual de cada quien de convertirse en una mejor
versión de sí mismos. Finalmente, en la relación de pareja debe existir atracción. La
atracción se logra cuando existen virtudes en nivel excelencia en la persona que son
opuestas a virtudes a nivel excelencia de la pareja. Es muy probable que una persona justa
se sienta atraída a una pareja compasiva. También se puede dar el caso de que una
persona muy perseverante se sienta atraída a hacia otra muy paciente. En el modelo de
polaridad de virtudes se pueden apreciar una gran cantidad de combinaciones de virtudes
opuestas que son capaces de crear atracción en la relación de pareja. Esta atracción se dará
de por vida debido a que son virtudes esenciales que no se pierden, aunque sí se pueden
colapsar si no se cuenta con humildad suficiente. La humildad es una virtud maestra que
permite que todas las demás virtudes también lo sean.
Al declarar que las virtudes esenciales tienen un impacto en la salud, Liderazgo Basado en
Virtudes se mantiene lejos de creencias que sostienen que determinados estados de
pensamiento pueden causar o curar enfermedades o condiciones específicas. Mucho menos
se pretende interpretar de manera categórica que ciertas carencias puedan estar
relacionadas con padecimientos específicos. Enfermedades y condiciones físicas limitantes
pueden ser provocadas por una infinidad de factores. Por eso mismo será aventurado
atribuir padecimientos específicos a virtudes específicas. Algunas personas tienen ciertos
órganos más fuertes que otras. El estrés agudo y constante podrá deteriorar esos órganos
débiles que ciertas personas en particular pudieran tener.
Alguien con un gran desarrollo de virtudes puede sufrir graves enfermedades, mientras
otras personas todavía en vías de desarrollo de virtudes podrán estar completamente sanas.
La salud, dígase el correcto funcionamiento del cuerpo, es un fenómeno tan complejo que
en este apartado se abordará de una manera lógica y general. Esta sección discutirá cómo
el estado general del cuerpo se ve afectado por utilizar razones correctas o incorrectas para
pensar, decidir, hablar y actuar, pero no declarará la causalidad específica de ciertas
virtudes sobre condiciones o padecimientos específicos.
Como todo mecanismo, el cuerpo humano sufre un deterioro natural por su uso y
funcionamiento normal. El deterioro natural puede ser compensado y reparado también por
los hábitos para los que ese cuerpo fue diseñado. Por otro lado, ese mismo cuerpo sufre un
deterioro forzado acelerado cuando se abusa de él o se utiliza de una manera diferente para
el que fue diseñado. Independientemente de una discusión evolutiva o de perfeccionamiento
aleatorio de la especie, el diseño del cuerpo humano posee suficientes elementos para
deducir qué alimentos debe consumir, qué movimientos debe realizar y qué hábitos debe
seguir.
El ser humano está diseñado para crecer en estados de estrés intermitente y manejable.
Cualquier persona que se dedique a una actividad deportiva o artística reconoce que
requiere periodos de práctica con estrés, intercalados con periodo de descanso. Solamente
así puede aspirar a desempeñar su disciplina con más destreza cada día. Desde un punto de
vista antropológico también hay una razón válida, la sangre abandona los órganos internos
en momentos de estrés para alimentar los músculos necesarios para perseguir presas y
procurar el alimento. Ya sea de cacería, trepando un árbol o nadando para pescar, el estrés
que representa procurar alimento logrará llevar nutrientes y oxígeno a los músculos. Una
vez obtenidos la presa o el alimento vegetal, el consumo de alimentos debe darse en un
ambiente libre de estrés. En ese momento de tranquilidad, la sangre abandona los músculos
y regresa a los órganos internos para absorber nutrientes y reparar cualquier deterioro
natural que haya sufrido el cuerpo mientras procuraba el alimento.
Por otro lado, el deterioro forzado se da cuando se presentan una o varias de las
siguientes condiciones:
3. Cuando no se ingieren los nutrientes necesarios para la reparación del cuerpo. Las
emociones negativas detonadas por eventos adversos y producidas por las carencias de
virtudes causan desviaciones en la dieta. Cuando una persona se siente menospreciada,
abandonada o avergonzada, fácilmente puede procurar la ingesta de azúcar. Ese
impulso, que no se satisface con azúcar, solamente se puede calmar con el desarrollo
de las virtudes que se tienen como carencia. Cuando una persona, debido a su dieta
desviada, se priva de los nutrientes que los alimentos correctos le deben proveer
impide la reparación del cuerpo produciendo deterioro forzado.
El estudio detallado de los tres factores de bienestar se puede realizar de manera individual:
1. Actividad física. El ser humano está diseñado para caminar y escalar. A diferencia de
otros mamíferos diseñados para correr, los cuales tienen la articulación de la rodilla
trasera apuntando hacia atrás, el ser humano con su rodilla apuntando hacia adelante
puede muy bien en dos extremidades recorrer largas distancias caminando y puede
escalar colinas de pendientes exageradas. El sistema linfático, encargado de recoger y
eliminar los desechos celulares, solamente funciona cuando los músculos se contraen. La
actividad física estimula la recolección y eliminación de desechos evitando el deterioro
forzado que sufren las células cuando sus desechos no son retirados. Para poder
mantener una rutina de actividad física se requiere de varias virtudes en al menos nivel
suficiencia. Disciplina, perseverancia, dignidad e identidad son virtudes muy útiles para
poder practicar actividad física con constancia, dándose valor a sí mismo y sin
experimentar vergüenza.
2. Nutrición. Es obvio que la dentadura del ser humano está diseñada para ingerir
alimentos que se puedan cortar y moler sin procesarse. Frutas, verduras, raíces y
semillas suelen ser alimentos que se pueden consumir con ese tipo de dentadura. Al
mismo tiempo, la ausencia de caninos prominentes sugiere que la carne roja difícil de
desagarrar y otros alimentos de origen animal no son el alimento ideal para el ser
humano, pero sí pueden ser ingerido en casos de ausencia de otras fuentes de proteína.
Epílogo
Descripción de un líder basado en virtudes
Un líder basado en virtudes deja una marca permanente en la esencia de las personas cuyas
vidas tiene la oportunidad de impactar. Son esos líderes que se convierten en leyendas en
las organizaciones y cuyo recuerdo permanece generación tras generación. Las personas
que los conocen recuerdan su impacto mediante su conducta. Los que no los conocieron en
persona los conocerán entonces por sus creaciones y su legado.
Un líder basado en virtudes proyecta paz y entusiasmo. Su mera presencia hace sentir
seguridad y desafío al mismo tiempo, e invita a hacer el mejor esfuerzo dando lo mejor de
uno mismo. Es alguien con quien se aspira poder compartir tiempo, experiencias y retos.
Verlo enfrentar problemas es una experiencia fascinante de aprendizaje. Su
comportamiento es siempre justo gracias a la congruencia entre sus palabras y sus
acciones, y, a la vez, es imposible saber qué va a decir o decidir ante una situación en
particular. Cada vez que decide hablar se convierte en una enorme y agradable sorpresa de
conocimiento y sabia toma de decisiones. Comparte perspectivas interesantes, objetivas y
libres de juicios, incluso sobre las situaciones más controversiales. Su disciplina le permite
tomar la acción correspondiente justo después de pronunciarse.
Ese líder que basa su conducta en sus propias virtudes esenciales persigue diariamente su
propio crecimiento y exige el crecimiento de los demás. Con frecuencia, el crecimiento
personal es una condición para poder colaborar con él. Su pura presencia demanda
desarrollo de madurez y cada oportunidad que existe para interactuar con él se convierte en
un reto personal. Mientras que tiene puntos de vista muy definidos, siempre está abierto al
debate incluso en temas en los que se considera experto. Cuando no cede ante una
situación, se debe a que lo que se propone viola claramente una o varias virtudes que
considera fundamentales.
El líder basado en virtudes no tiene tiempo para juicios y mucho menos para prejuicios.
Considera su tiempo una joya irremplazable que se debe tratar con máximo respeto.
Tampoco tiene tiempo para comunicación tóxica. Todo lo que dice lo filtra a través de tres
criterios. Si no se puede asegurar que lo que va a decir es absolutamente cierto, tiene una
intención positiva y es absolutamente necesario decirlo, mejor no lo dice. Las difamaciones
con él encuentran un alto rotundo y permanente. En ocasiones se le ve interrumpir de
manera categórica cuando alguien le comenta algo dudoso en veracidad o en intención. Su
palabra es impecable y solamente pronuncia declaraciones necesarias, comprobadas y con
una intención positiva.
Cuando tiene una diferencia con alguien, procede a buscar a esa persona con quien tiene la
diferencia. Prefiere hablar con la gente que hablar de la gente. No se dedica a la adulación
de otros, pero sí puede admirar los dones y virtudes de otras personas, las cuales usa para
su propia inspiración y crecimiento. Se considera a sí mismo responsable de sus resultados
mientras que acepta que no los puede controlar. Se dedica a revisar sus razones personales
e invita a los demás a hacer lo mismo. Mediante ese proceder logra el mejor resultado
posible, sea éste el que sea. Con frecuencia, obtiene beneficios no esperados de sus
decisiones, pero no toma crédito por esas sorpresas agradables que sabe que se dan debido
a su conducta. Él sabe que esos beneficios sorpresivos vienen de haberse conducido basado
en virtudes, y permite que se le atribuyan a la buena fortuna y al trabajo del equipo. Él sabe
y predica que es maravilloso no saber qué va a suceder, porque entiende que lo que va a
suceder es maravilloso. El líder basado en virtudes es un realista que cree en los milagros.
La intensa fe que proviene de mantener sus virtudes a nivel suficiencia puede ser
confundida con mero optimismo. Mientras que sí es una persona optimista, no se deja llevar
por la soberbia de pensar que puede resolver cualquier situación o que nunca va a fallar.
Reconoce que no siempre sabe todo lo que se necesita saber, por lo que siempre hace las
preguntas correctas. Se entrega por completo a los retos con su mejor esfuerzo, aplica toda
su habilidad y hace lo que considera correcto. Todo esto decidido y ejecutado por razones
correctas. Sabe reconocer cuando él mismo no es la persona indicada para liderar
determinado desafío, y sabe cómo transferir la responsabilidad de un reto que le
corresponde a alguien más enfrentar con mayor maestría que él.
El líder basado en virtudes es una persona inclusiva. Las características personales de los
demás que no se pueden cambiar no son barrera para valorar sus opiniones; ese líder se
concentra en la esencia de la gente. Disfruta trabajar con personas de diferentes géneros,
orígenes, antecedentes sociales, preparación académica, preferencias personales o cualquier
otro aspecto que no esté conectado al impacto que esas personas puedan tener en la
organización y en los resultados. Es un experto en identificar las diferentes virtudes y
habilidades de la gente para combinarlas entre sí creando asombrosos equipos de trabajo.
Colaborar en un equipo liderado por un líder basado en virtudes es una experiencia
memorable de carrera.
Tienen una visión clara del futuro y la comparte con su gente. Habla de los beneficios que
se alcanzarán como si ya se hubieran alcanzando y contagia su entusiasmo para que la
organización adopte los retos como propios. Siempre prefiere que la gente persiga la visión
por la lealtad a la causa que por la lealtad que le puedan tener a él como persona. Conoce
que la causa es tan elevada que siempre estará por encima de cualquier individuo, inclusive
él mismo.
A su debido tiempo, sabe cuándo cambiar crecimiento propio por impactos que pueda lograr
en los demás. Al principio de su carrera, se enfoca a aprender con humildad. Cuando le
llega el momento de ascender, toma sus nuevas responsabilidades como un privilegio y no
como una posesión. Al alcanzar su etapa de estabilidad sabe cómo desarrollar talento que
en algún momento pueda reemplazarle. Finalmente, identifica el legado que dejará en la
organización y se dedica enteramente a crearlo. En todas las etapas está más enfocado en
desempeñarse con excelencia que en perder tiempo y energía especulando sobre cuál será
su siguiente asignación o responsabilidad. Simplemente permite que esa siguiente etapa
llegue para tomarla como una nueva oportunidad de crecimiento.
Un líder basado en virtudes es admirado y respetado por eso mismo, por sus virtudes.
Mientras que puede exhibir abundantes habilidades, las personas que colaboran con él
suelen exaltar su calidad humana. Justicia, lealtad, disciplina, perseverancia, entre otras,
suelen ser características que se le celebran a estos líderes. Sea la combinación de virtudes
que sea, exhiben un interés genuino por el bienestar y promueven el crecimiento de su
gente.
A todos esos fenomenales líderes que exhiben derroches de virtudes en cada pensamiento,
decisión, palabra y acción, se les dedica esta obra y se les agradece por existir. Que la vida
les permita crear legados que perduren y que impacten muchas generaciones por venir. A
todas las afortunadas personas que tienen el honor de colaborar con un líder basado en
virtudes, se les invita a agradecer y aprovechar esos momentos que se convertirán en
experiencias únicas y memorables de vida. A todas las personas que no tienen la fortuna de
trabajar con un líder basado en virtudes, se le invita, se les exhorta, es más, se les recuerda
que la vida eventualmente les exigirá que se conviertan en un líder basado en virtudes.
Aquella persona que anhele trabajar con un líder inspirador, que se convierta en uno.
La claridad con la que se pueden describir estos 12 pasos podría hacer pensar que son
fáciles de ejecutar; no lo son. Igual que cualquier otra habilidad, se requiere de práctica
constante también dándose a sí mismo permiso de fallar en cualquiera de esos pasos. Tal
como describen los pasos 10 y 11, en los que uno se concentra en dar lo mejor de sí mismo
a los demás, es conveniente buscar la guía de personas que también quieren dar lo mejor
de sí mismos y que ya hayan intentado avanzar en el camino del desarrollo de sus propias
virtudes. Sus tropiezos y aciertos, unidos a una genuina intención de facilitar el camino de
otros, serán de gran utilidad para que el aprendizaje sea cada vez más satisfactorio.
Algunos eventos se tendrán que vivir y no habrá aprendizaje teórico que los pueda
reemplazar. Algunos otros eventos serán menos demandantes cuando se cuente con la guía
y compañía de alguien que ya ha tratado de avanzar bajo la luz de las virtudes que le ha
tocado desarrollar.
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