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y el Psicoanalista
David Rosenfeld
El Alma, la Mente
y el Psicoanalista
La creación del encuadre psicoanalítico
en pacientes con rasgos psicóticos
EDEN Publishinig.com
Rosenfeld, David
El alma, la mente y el psicoanalista. La creación del encuadre
psicoanalítico en pacientes con rasgos psicóticos / David Rosenfeld. -
1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : David Rosenfeld, 2018.
260 p. ; 22 x 15 cm.
1.Psicoanalisis
Mail: eden_publisher@gmail.com
David Rosenfeld
Sobre el autor
Prólogo
Thomas Ogden
(Director del Centro de Investigación Psicoanalítico
sobre Psicosis de San Francisco, California, U.S.A.)
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en la vida del paciente fuera de los videojuegos y viceversa. Esta era "la piedra
de Rosetta" que permitió a Rosenfeld comprender la manera en que él y los
personajes de la pantalla pueden transformarse y fragmentarse en
innumerables objetos persecutorios.
Después de un período de trabajo analítico basado en estos
entendimientos de la manera como operaba el mundo delirante de Lorenzo,
Rosenfeld y él jugaron un videojuego en 3-D en una galería de videojuegos.
El juego creaba la ilusión de imágenes volando fuera de la pantalla. Esta
experiencia lanzó al paciente en un estado de terror. Lorenzo y Rosenfeld —
junto con el psiquiatra que le prescribió los medicamentos— fueron a una
cafetería cercana, donde tomaron té. "Sólo después de que le preguntamos
nos explicó con más detalle lo que sintió". Esta experiencia sirvió de base para
que Lorenzo desarrollara —por primera vez— la capacidad para diferenciar
entre las dos dimensiones del personaje en la pantalla y las tres dimensiones
de las personas fuera de la pantalla. En otras palabras, Lorenzo empezó a ser
capaz de crear un espacio entre el símbolo y lo simbolizado, entre lo animado
y lo inanimado, entre la realidad y la fantasía.
El comentario detallado de Rosenfeld de esta experiencia clínica
proporciona al lector la oportunidad de acompañarlo paso a paso en su
trabajo psicoanalítico con su paciente psicótico: "Lo importante es ser
capaces de pensar psicoanalíticamente acerca de la transferencia, la
contratransferencia y el mundo interno del paciente. Nadie me impide pensar
como psicoanalista, ya sea que esté caminando por el hospital con el paciente,
o si voy a un centro comercial a jugar videojuegos. Aquí, lo importante es
crear un espacio mental en común que sea apropiado para el holding y el trabajo
psicoanalítico".
Aquí también está el núcleo de lo que para mí es extraordinario de la
manera en que Rosenfeld se conduce como analista: intuye y se convierte en
el analista que el paciente necesita en cualquier momento dado del análisis.
Rosenfeld analiza prácticamente en cualquier encuadre, y el tipo de análisis
está determinado por la situación analítica. En el análisis de Lorenzo, a veces
fue un analista que viajó con él a un mundo delirante y psicótico,
transformándose en una interminable serie de personajes que se movían
dentro y fuera de una pantalla de video; y otras veces fue un psicoanalista que,
en un café, lo sostuvo —metafóricamente— cuando él mismo se reconstituyó
después de un período de desintegración psicótica; y en otras ocasiones, hacía
interpretaciones transferenciales que indicaban el mecanismo de la
identificación proyectiva que el paciente usaba para descargar en Rosenfeld
su mente, y como consecuencia Rosenfeld experimentó —en la forma del
chofer de autobús— que Lorenzo intentaba enloquecerlo. Ninguna de estas
formas de análisis es inadecuada, aunque estén aisladas de las maneras
tradicionales. Rosenfeld demuestra la manera en que intuitivamente se movía
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Presentación
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Prefacio
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1 William Shakespeare, "Sonnet 75", en The globe illustrated Shakespeare: The complete works
annotated. Nueva York, Greenwich House/Crown, 1979. ("Soneto 75", en Sonetos. Madrid,
Hiperión, 1993, p. 165).
2 W. Shakespeare, op. cit.
3 Jorge Luis Borges, Historia de la eternidad. Buenos Aires, Emecé, 1953, pp. 105-106.
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psicoanálisis. El poeta escribe que las palabras nunca expresan la totalidad del
pensamiento y del sentimiento. Shakespeare escribió sobre esta diferencia:
4W. Shakespeare, "Sonnet 23", en op. cit. ("Soneto 23” en Sonetos. Madrid, Hiperión, 1993, p.
61).
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Capítulo 1
11 de septiembre de 1973:
dictadura militar y episodio psicótico
Aun en el caso de estados que se han distanciado tanto de la realidad efectiva del
mundo exterior como ocurre en una confusión alucinatoria [...] en un rincón de su
alma se escondía en aquel tiempo una persona normal.
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ABELARDO
Problemas metodológicos
5 Gregorio Klimovsky, El método científico en psicología y psicopatología. Buenos Aires, Nueva Visión,
1971 y "Estructura y validez de las teorías científicas", en David Ziziemsky (ed.), Métodos de
investigación en biología y psicopatología. Buenos Aires, Nueva Visión, 1980.
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6 David Rosenfeld, The psychotic: Aspects of the personality. Londres, Karnac, 1992.
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paciente. También se relaciona con el papel del padre, como veremos en las
conclusiones teóricas.
Somos psicoanalistas y también maestros, ya que enseñamos al
paciente otros aspectos del mundo y de la realidad y, por supuesto, de la
realidad interna.
El psicoanálisis, además de interpretar, enseña a los pacientes a que
sean epistemólogos de sí mismos.
EL TRATAMIENTO
La primera entrevista
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El paciente dice que caminó por una avenida muy conocida del centro, y
aunque prefirió hablar del libro de poesía que compró para calmarse, el
terapeuta pensó que se trataba de la narración de una persona que tuvo una
pesadilla que no podía quitarse de encima. Fue sólo un sentimiento
contratransferencial. Al final de la sesión, le digo que es una buena señal el
que haya pensado en venir y obtener un tratamiento conmigo, y que si se
despierta alguna vez de una pesadilla, sería bueno para él que viniera o me
llamara por teléfono. El paciente responde: "Sí, yo podría hacer eso, me va a
ayudar".
Después menciona extractos del libro que compró, que considero
narraciones en forma de poesía, escritos por personas que han sufrido. No
interpreto esto, trato de ser muy prudente y discreto con este paciente tan
frágil.
Entonces Abelardo dice que el libro se deshojó. Interpreto que puede
arreglarse y encuadernarse otra vez. Pero él también está hablando de su
cabeza, de su yo, de querer otra vez unir, ligar, solidificar su cabeza y su yo:
"Con el libro que me traes, lo que pasa dentro de tu cabeza, dentro de ti
mismo, deshojado y derrumbado, quieres que yo te integre y te arregle". El
paciente responde directamente. Pregunta: "¿Así que si algo se rompe se
puede arreglar?"
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7William Shakespeare, The globe illustrated Shakespeare: The complete works an-notated. Nueva York,
Greenwich House/Crown, 1979.
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En los primeros seis meses, era común que el paciente preguntara por el tipo
de relación que tenía con su padre y, sobre todo, trató de averiguar qué estaba
pasando con su madre.
Usó una anécdota para describir el modelo o tipo de relación que su
padre tenía con él: "Me habla por teléfono, habla rápido y cuelga de inmediato.
Él es así... habla rápido y cuelga". Agregó: "Yo era joven y mi papá me dejaba
notitas con direcciones de prostitutas para que fuera... Yo no estaba listo".
Mientras el tratamiento continuó, él repasó otras anécdotas cuando su
padre mostró una actitud similar en su niñez y adolescencia. Redescubrió y
reconstruyó el papel de su padre quien, en el pasado, a menudo desaparecía
súbitamente justo cuando su hijo más lo necesitaba. Pero al mismo tiempo,
en la adolescencia, Abelardo tenía la imagen interna de su padre lleno de
bondad, asumiendo un papel de guía y protector. Como suele suceder en
algunos casos, el padre abandonó al niño: desilusiones repentinas causadas
por alguien en quien confiamos causan depresiones graves.
En otras sesiones, interpreté que su estado de confusión era provocado
por su incapacidad para lograr una disociación o una división útil que le
ayudara a preservar una parte de su padre, quien también era una buena
persona que en casa no causó problemas. En otras palabras, el rol del padre
sólo existía si el hijo se portaba bien; en caso contrario, el hijo sentía la
desaparición no sólo del rol del padre externo, sino también de la imagen
interna del padre. Esta reevaluación de su relación con la imagen interna del
padre fue útil para comprender los momentos de desaparición y pérdida de
objetos internos que experimentó como un vacío total. Esto ocurrió de nuevo
cuando el padre consiguió el divorcio.
En lo que respecta a su madre, Abelardo dice: "Me dijo que amenazó con
suicidarse si seguían torturándola".
A: Esto se fijó en tu mente, que debías tener cuidado con ella porque podría
suicidarse, incluso hoy en día. Tú crees que incluso hoy.
P: (Silencio muy largo).
A:. Creo que estás pensando acerca de lo que dije, la forma en que la apoyas,
la acompañas y la cuidas, y lo que me dijiste hace unos días también sucede,
que te vistes con la ropa de tu madre.
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El miedo en la transferencia
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cuello, para mí era bueno. Una vez me dijo: "Te voy a dar un masaje en la
espalda". Me bajó los calzoncillos y me asusté. Me tocó el culo... Me pregunto
qué quería hacerme.
A. ¿Qué pensaste? P: No sé, me
asusté.
A: Te baja los calzoncillos, te masajea. Dime, ¿pensaste que iba a tener una
relación homosexual? P: Bueno... Sí...
A. Me estás hablando acerca de tu miedo de que si vienes dos veces al día y
me necesitas, necesitas un psicoanalista varón, tal vez pienses que vas a dejar
de ser un chico. ¿No te parece que estás hablando de tu miedo a no ser un
chico, o de temores homosexuales acerca de mí? No confundas sentir afecto
por mí con ser homosexual. Eres sólo un niño pequeño que necesita ayuda.
8Cf. Sigmund Freud, "Some neurotic mechanisms in jealousy, paranoia and homosexuality",
en The standard edition of the complete psychological works of Sigmund Freud, vol. XVIII. Londres,
Hogarth Press, 1955. ("Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la
homosexualidad", en Obras completas, t. XVIII. Trad. de José L. Etcheverry. Buenos Aires,
Amorrortu, 1986, pp. 213-226).
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9 L. Bryce Boyer, Countertransferenceand regression. Northvale, Nueva Jersey, Jason Aronson, 1999;
Harold Searles, Countertransference and related subjects. Nueva York, International Universities
Press, 1979; Vamik Volkan, The Seed of Madness. Madison, Connecticut, International
Universities Press, 1997; Robert Wallerstein, "Between chaos and petrification: A summary of
the Fifth IPA conference of training analysts", en International Journal of Psychoanalysis, núm. 74,
1993, pp. 165-178 y R. Wallerstein, "One psychoanalysis or many?", en International Journal of
Psychoanalysis, núm. 69 (l), 1998, pp. 5-21.
10 John Steiner, "Interpretative enactments and the analytic setting", en International Journal of
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12 Francés Tustin, The protective shell in children and adults. Londres, Karnac, 1990. (El cascarón
protector en niños y adultos. Buenos Aires, Amorrortu, 1992).
13 Hanna Segal, "Fantasy and reality", en International Journal of Psychoanalysis, núm. 75 (2), 1994,
pp. 395-401.
14 D. Rosenfeld, op. cit.
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Entonces interpreto:
A: Reconoces este mueble, cada rincón de mi consultorio... Es como si
estuvieras diciendo: "¿Dónde estoy?... ¿En qué país? ¿Chile, la abadía en
Brasil... Argentina...? ... ¿Y quién eres tú, doctor?"
Me miras para saber con quién estás... con papá, mamá... ¿O soy el vecino
que te acogió cuando tenías año y medio? Estás reviviendo tu año y medio...
haciendo conmigo lo que pasó cuando perdiste las caras y sonrisas de papá,
mamá y abuelo...
Hoy estás reviviendo eso...
P (se recuesta sobre las almohadas en el suelo... silencio): Tampoco sabía
quién era el vecino. (Silencio.)
P-. Todos esos cambios son terribles.
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"Abelardo y Eloísa"
P: Soñé que estaba con una chica, Eloísa... una amiga de la secundaria que estaba un año
arriba de mí... pero vestida, y bailamos... Es mi primer sueño de tipo erótico.
(Silencio.)
Enseguida dice que vio un partido de fútbol con amigos, dice que tuvo
bastante miedo cuando hubo una pelea... "los aficionados estaban tirando
cosas... la policía, con sus perros, sacaron sus macanas para separar a la gente...
los aficionados... con las macanas de la policía y los perros ladrando cerca de
las personas... Me asusté..."
A: Eso ocurrió, es verdad, pero lo más importante es lo que tienes en tu
mundo interno... dentro de tu mente desde que eras niño... Esa escena que
tienes todo el tiempo, día y noche... esa cosa de que todo sexo es tortura,
perros que muerden y violan... la picana eléctrica, golpes con macanas...
Todas esas terribles fantasías sádicas de que así es una relación sexual te
contienen... te inhiben, te detienen, te paralizan... y esa creencia de que coger
es una tortura, las palizas, la picana eléctrica o las bombas que matan, todavía
están dentro de ti... ése es tu mundo interno, Abelardo... ése es el objetivo de
las fantasías, inhibirte para tener relaciones sexuales.
(Silencio.)
A: La semana pasada te dije algo que te angustió y me respondiste gritando,
"¡Vamos, doctor, no me trates mal!", como si creyeras que soy un torturador,
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y tú gritando como bien sabes que tu madre gritó cuando ellos la torturaron...
los militares...
P: Esto es demasiado, todo esto es demasiado...
(Silencio.)
P: Es más fácil ir al estadio a ver fútbol... Necesito un poco de
entretenimiento... ¿sabes?
La escena primaria es sólo una fantasía que puede dominar al yo. Así como el
niño imagina que su mente está llena de objetos en movimiento, también
imagina que el interior de otras personas está lleno de objetos. Proyecta lo
que sucede en su mente, y cree que sucede en el cuerpo de su madre. Esto
sólo ocurre si el niño encuentra un espacio receptivo, en otras palabras, una
madre que le ofrezca un espacio en su interior.
Si ese espacio falta, entramos al recién descubierto mundo de niños sin
identificación proyectiva, es decir, el mundo del autismo.16
Eros
P: Anoche soñé que una niña estaba sentada desnuda en mi regazo. To estaba
muy caliente, excitado, con el pene erecto.
¿Es mejor tener relaciones sexuales o masturbarse que tener sueños
eróticos?
Le digo que este sueño es una señal muy importante de que, incluso en medio
del terror que permanece en su mente infantil, el sexo puede aparecer.17
A: No tuviste una adolescencia sana, ni una sexualidad sana. Es que, para
encubrir las cosas tristes como las torturas, las migraciones, la desaparición de
tus padres, el asesinato de tu abuelo, el abandono de tu papá, la hospitalización
psiquiátrica... Para encubrir las cosas tristes, también tapaste los buenos mo-
mentos de tu vida...
(Llora en silencio.)
16 E Tustin, Autistic barriers in neuroticpatients. Londres, Karnac, 1986. (Barreras autistas en pacientes
neuróticos. Buenos Aires, Amorrortu, 1989).
17 André Green, Les chames d'Éros. París, Odile Jacob, 1997. (Las cadenas de Eros. Buenos Aires,
Amorrortu, 1997).
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Considero que la etapa final del tratamiento inició cuando el paciente, junto
con su abuela, decidió regresar a vivir a su país de origen. Debo explicar que
su padre, así como su madre y su pareja nueva, regresaron a Chile y
encontraron trabajo. En las sesiones de los meses siguientes, el material aludía
a que su vida, su trabajo y sus estudios fueran en un país diferente, pero
también, especialmente, en cómo se las arreglaría para mantener contacto
conmigo.
Cuando se fijó la fecha de regreso a Chile, Abelardo frecuentemente
me preguntaba cuántos días quedaban antes de su partida. Nos pusimos de
acuerdo en que cada dos o tres meses volvería para controlar su medicamento
con el doctor V. Y para tener sesiones conmigo.
Lo importante en esas fases finales es que el paciente podía hablar de la
separación, despedirse, expresar con palabras o canciones el dolor físico y
mental.
Mis emociones contratransferenciales acerca de la despedida y el fin
del tratamiento me hicieron pensar de nuevo sobre la fragilidad "mariposesca"
(butterflyliké) de Abelardo en las sesiones anteriores. Pensé que siempre tendría
necesidad de algún tipo de apoyo y tratamiento.
Después de la despedida, recordé y tarareé durante muchos días una
hermosa canción brasileña. La letra dice:
Esta sesión representa bastante bien la etapa final del tratamiento, describe
los cambios estructurales en la mente y en el cuerpo de Abelardo, así como
en su imagen corporal:
El paciente, al igual que otras veces, está caminando y deambulando alrededor
del consultorio. En un momento dado pasa por mi librero y toma el libro
Pinocho, de Collodi, en versión original. Observa los dibujos originales y se da
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cuenta que en uno de ellos Pinocho está tirado, arrojado al suelo, esparcido.
Señala con el dedo el dibujo, sin hablar.18
Interpreto: "Quieres mostrarme, sin palabras, lo que le sucedió al pequeño
Abelardo cuando tenía 18 meses de edad: lo echaron de una ventana a la
casa del vecino para salvarlo de los militares que arrasaron con la casa de tus
padres. En el dibujo también ves lo que sentiste cuando te arrojaron al suelo
de esa manera y te llevaron a la casa de tu abuela".
Abelardo sigue hojeando el libro y ve un dibujo de cuando Pinocho muere
y revive. Su dedo señala el dibujo donde aparece el hada protectora,
reviviéndolo y curándolo.
A: Con el dibujo y tu silencio me estás mostrando cuan terrible se siente
que algunas partes de Abelardo han estado muriendo desde que tenía 18
meses de edad. Es como si hubieran matado el desarrollo de un niño. Esa es
la parte del niño Abelardo, de ti mismo, que ves en el dibujo, las cosas que
murieron durante tu vida. Pero también me muestras que es posible revivir y
hacer que un cuerpo de madera vuelva a la vida —un cuerpo desgarbado
tirado al suelo de la casa de un vecino— y hacer un niño de carne y huesos
para que renazca, que sienta su cuerpo, sus emociones, sus alegrías y su
erotismo.
(El paciente permanece en silencio con los ojos tristes.)
A: Abelardo, escúchame: cuando bloqueas estas cosas tristes que sufriste,
congelas cosas felices de tu vida. Porque también tuviste cosas felices en tu
vida.
P: Es como si yo no sintiera mi cuerpo. Como que mi adolescencia pasó y
nunca sentí mi cuerpo, como si mi cuerpo no existiera.
(Después de algunas asociaciones del paciente, interpreté): A: Lo que me
estás diciendo es cómo bloqueaste y congelaste tus experiencias físicas y
sexuales. Y lo que es peor, dejaste de sentir que había un cuerpo, que el
cuerpo de carne y huesos desapareció. Lo que hiciste con tu cuerpo fue lo
mismo que hiciste con muchas cosas felices y hermosas de la vida, que
también has tenido. Ahora tienes sueños sexuales con el pene erecto.
Eres como Pinocho, que pasa de ser un muñeco de madera y termina por
convertirse en un ser humano, un niño de carne y huesos.
Eso es Pinocho hoy, en la sesión.
CONCLUSIONES I
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Contratransferencia
El abuelo asesinado es una persona que existió como un ideal en las mentes
de la abuela y el nieto. Por otra parte, es como si al ser recordado y admirado
por tanta gente en su país, ellos tuvieran que mantener viva a su figura. Esta
figura ideal sustituye la figura del verdadero padre y sirvió como un buen
modelo de identificación.
19 Cf. Didier Anzieu, A skin for thought. Londres, Karnac, 1986; A. de Mijolla, op. cit; Jean
Laplanche y Jean Baptiste Pontalis, The Language of Psychoanalysis. Londres, Hogarth Press, 1973.
(Diccionario de psicoanálisis. Barcelona, Labor, 1981). Publicado por primera vez como Vocabulaire
de la psychanalyse. París, puf, 1967; David Liberman, Lingüística, interacción comunicativa y proceso
psicoanalítico. Buenos Aires, Nueva Visión, 1972; Thomas Ogden, Subjects of Analysis. Northvale,
Nueva Jersey, Jason Aronson, 1994 y Bent Rosembaum y Harly Sonne, The Language of Psychosis.
Nueva York, NYU Press, 1988.
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El poema al final del capítulo cita a don Quijote, el caballero que lucha
por sus ideales contra los molinos de viento... lo que hizo el abuelo de
Abelardo.
La agresión y la técnica
1998.
23 F. Tustin, "L'autisme psychogénétique", en D. Houzel y C. Geissmann (eds.), op. cit.
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24 Julia Corominas, Psicopatología arcaica y desarrollo: ensayo psicoanalítico. Barcelona, Paidós, 1998;
Pierre Ferrari, "Modele psychanalytique de compréhension de l'autisme et des psychoses
infantiles precoces", Conferencia presentada en el Congreso Internacional de Autismo, Buenos
Aires, 1997 y C. Geissmann y P. Geissmann, "Croissance d'une pensée: Psychanalyse d'une
enfant autiste", en D. Houzel y C. Geissmann (eds.), op. cit.
25 Anne Álvarez y Susan Reid, Autism and Personality. Londres, Routledge, 1999.
26 W. Shakespeare, op. cit.
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tiempo es lo que nos quiere transmitir. Esto demuestra lo que Abelardo pudo
haber sentido cuando tenía 18 meses de edad.
Houzel27 describe cómo un niño, con los medios psíquicos que posee
en ese momento, a veces es incapaz de enfrentar pérdidas y separaciones
bruscas. Señala que cuando los niños autistas expresan estas experiencias
dolorosas de amputación, casi siempre las ubican en la boca.
Houzel también dice que, con el fin de evitar catástrofes y colapsos
mentales, cuando hay separaciones bruscas, un sustituto maternal es capaz de
detener lo que Houzel llama "angustias de caída". Usa una metáfora espacial
para explicar que cuando la comunicación del bebé es exitosa, es como si un
alpinista asegurara un lugar en el hielo para colgarse y ascender, evitando una
caída mortal desde lo alto de la montaña. Esto también se relaciona con la
descripción de Winnicott de lo que él llama "depresión psicótica".28
27 D. Houzel, "Le traumatisme de la naissance", en D. Houzel y c. Geissmann (eds.), op. cit., pp.
447-458
28 D. Winnicott, "Transitional objects and transitional phenomena", en op. cit., pp. 229-242.
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CONCLUSIONES II
Manejo técnico
Puesto que no hay pérdida del sentido de realidad, no hay ideas delirantes, ni
alucinaciones.
En algún momento del análisis se volvió técnicamente importante
decirle a Abelardo que yo no era una persona depresiva y que podía recibir
todo su sufrimiento. En otras palabras, durante el tratamiento le permití
desplegar y repetir en la transferencia toda su historia infantil con su padre y
madre. Con base al material transferencial, podemos decir que el paciente era
un niño que siempre trataba de cuidar a sus padres deprimidos, débiles y
frágiles. Así como Freud nos dice,29 en todo el tratamiento le permití que ese
lazo infantil se desarrollara en la transferencia. El terapeuta representó en la
transferencia los lazos de un niño tratando de cuidar a sus padres depresivos
y frágiles.
Desde el punto de vista técnico, prefiero trabajar con esos lazos sólo
dentro de la transferencia. En otras palabras, en el tratamiento con pacientes
que pueden pasar meses sin mencionar las palabras "madre" o "padre",
primero hago que revivan en la transferencia conmigo esos intensos lazos y
afectos. Esto sucedió sólo cuando estuve en condiciones de interpretarle al
paciente que "no soy una persona depresiva, melancólica y suicida que tienes
que cuidar..." Más tarde el paciente descubrió por sí mismo —con ayuda de
mis interpretaciones— que no soy una madre depresiva, ni alguien que va a
cometer suicidio. A través del análisis de la transferencia le hice comprender
que yo estaba allí para cuidarlo, comunicándole la imagen de un analista firme,
proporcionando seguridad y contención con una voz fuerte.
Al utilizar determinada voz, fuerte y firme, es posible comunicar, a
través de la música de la voz, una imagen de seguridad y contención.30
Probablemente la melodía de la voz o fonología, como se llama en
teoría de la comunicación, es el elemento más importante que tenemos para
transmitir una imagen fuerte y sólida del analista. Es un aspecto técnico del
tratamiento que sugiero a mis colegas tengan en cuenta.
29 S. Freud, "Some reflections on schoolboy psychology", en op. cit., vol. xm. ("Sobre la
psicología del colegial", en op. cit., t. XIII, pp. 243-250).
30 D. Liberman, op. cit.
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31 Cf S. Freud, "Sexuality in the aetiology of the neuroses", en op. cit, vol. iii; "Extracts from the
Fliess papers", en op. cit., vol. I; "The interpretation of dreams", en op. cit, vol. V; "Three essays
on sexuality", en op. cit., vol. VII: "On the sexual theories of children", en op. cit.., vol. IX y
"Tótem and taboo", en op. cit., vol. XIII. ("La sexualidad en la etiología de las neurosis", en op.
cit, t. ni, pp. 251-276; "Fragmentos de la correspondencia con Fliess", en op. cit, t. I, pp. 211-
32S; "La interpretación de los sueños", en op. cit., t. V, pp. 354-611; "Tres ensayos de teoría
sexual", en op. cit., t. VII, pp. 109-222; "Sobre las teorías sexuales infantiles", en op. cit, t. IX, pp.
183-201 y "Tótem y tabú", en op. cit, t. XIII, pp. 1-162).
32 Melanie Klein, "The Oedipus complex in the light of early anxieties", en The writings of Melanie
Klein: Love, guilt and reparation and other works, vol. 1. Londres, Hogarth Press, 1975, pp. 370-419.
(Existe una reimpresión por Karnac, 1992). (Obras completas. Amor, culpa y reparación, t. I. Buenos
Aires, Paidós, 1990, pp. 372-421).
33 Idem.
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34 S. Freud, "Neurosis and psychosis", en op. cit, vol. xix y "On narcissism: An
introduction", en op. cit., vol. XIV. ("Neurosis y psicosis", en op. cit., t. XIX, pp.
151-159 e "Introducción del narcisismo", en op. cit., t. XIV, pp. 65-98).
35 S. Freud, "Group psychology and the analysis of the ego", en op. cit., vol. XVIII. ("Psicología
de las masas y análisis del yo", en op. cit., t. XVIII, pp. 63-136).
36 Ibid., p. 99.
37 Idem. (Las cursivas son mías).
38 S. Freud, "On narcissism: An introduction", en op. cit, vol. XIV. ("Introducción del
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39 S. Freud, "Mourning and melancholia", en op. cit., vol. xiv. ("Duelo y melancolía", en op. cit.,
t. XIV, pp. 235-255).
40 Cf. Jorge Ahumada, "On narcissistic identification and the shadow of the object"', en
International Review of Psychoanalysis, núm. 17, 1990, pp. 177-187; Guillermo Brudny, "Represión
primaria. Sus acepciones en la obra de Freud", en Cuarenta años de psicoanálisis en Chile. Santiago
de Chile, Asociación Psi-coanalítica Chilena/Ananké, 1991 y S. Freud, "Moses and
Monotheism", en op. cit., vol. XXIII. ("Moisés y la religión monoteísta", en op. cit., t. XXIII, pp.
52-132).
41 Wilfred Bion, Second thoughts. Londres, William Heinemann, 1967. (Existe una reimpresión
por Karnac, 1984). (Volviendo a pensar. Buenos Aires, Hormé-Paidós, 2006); Horacio
Etchegoyen, The fundamentáis of psychoanalytic tech-nique. Londres, Karnac, 1999. (Los fundamentos
de la técnica psicoanalltica. Buenos Aires, Amorrortu, 2003); S. Freud, "Group psychology and the
analysis of the ego", en op. cit., vol. XVIII. ("Psicología de las masas y análisis del yo", en op. cit.,
t. XVIII, pp. 63-136); S. Freud, "Neurosis and psychosis", en op. cit., vol. XIX. ("Neurosis y
psicosis", en op. cit, t. XIX, pp. 151-159); S. Freud, "The dissolution of the Oedipus complex",
en op. cit., vol. XIX. ("El sepultamiento del complejo de Edipo", en op. cit., t. xix, pp. 177-187).
42 Ricardo Avenburg, El aparato psíquico y la realidad. Buenos Aires, Nueva Visión, 1991.
63
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
43 S. Freud, "Neurosis and psychosis", en op. cit, vol. XIX. ("Neurosis y psicosis", en op. cit., t.
XIX, pp. 151-159).
44 D. Rosenfeld, "Identification and the Nazi phenomenon", en International Journal of
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48 Ernest Jones, Sigmund Freud: Life and Work. Londres, Hogarth Press, 1962.
49 S. Freud, "Leonardo Da Vinci and a memory of his childhood", en op. cit., vol. XI. ("Un
recuerdo infantil de Leonardo da Vinci", en op. cit., t. XI, pp. 53-127).
50 S. Freud, "Analysis terminable and interminable", en op. cit., vol. XXIII. ("Análisis terminable
e interminable", en op. cit., t. XXIII, pp. 211-254); Joseph Sandler, (ed.), On Freud's "Analysis
terminable and interminable". New Haven, Connecticut, Yale University Press, 1991.
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Capítulo 2
Trastornos de la alimentación:
técnica psicoanalítica
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53 Francés Tustin, The protective shell in children and adults. Londres, Karnac, 1990. ( E l cascarón
protector en niños y adultos. Buenos Aires, Amorrortu, 1992).
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EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
JULIA
Historia clínica
Los padres solicitan una entrevista para ellos y su hija de 16 años, que yo
acepto. La madre habla del comportamiento impulsivo y violento de su hija
hacia ella; dice que se dio cuenta que se provoca el vómito, otra razón por la
que me consultan. La madre habla más, mientras la chica le responde cortante
y amargamente, no acepta de buena gana el tratamiento conmigo. El padre
interviene en raras ocasiones. Cuando era joven, su padre fue enviado a la
costa de la Patagonia argentina a una gran industria pesquera escocesa para
organizar y establecer una fábrica de embalaje y exportación de pescados y
mariscos de alta calidad. Mientras estuvo ahí, conoció a su esposa, miembro
de la comunidad galesa del sur de Argentina. Ella era maestra en una ciudad
donde la mayoría de los habitantes eran descendientes de inmigrantes galeses,
además de ser directora del Museo de Cultura de Gales. La madre de la
paciente vivía con toda su familia, y su padre muy pronto envió boletos a sus
padres para venir de Europa.
Le sugerí a la chica que viniera a verme para una serie de entrevistas,
pero ella rompió el acuerdo en algún momento y dejó de venir.
Un año más tarde, recibí una llamada telefónica solicitando
tratamiento, y en esa ocasión la chica aceptó venir cuatro sesiones a la semana.
Después de la primera entrevista me dice, muy angustiada, que después
de cierto episodio tuvo que ser hospitalizada en una clínica psiquiátrica. Dice
que ocurrió después de que el muchacho que llama su novio (Adam) la dejó
en la acera y le dijo que no quería verla más.
Durante una entrevista conjunta, su madre explicó lo que sucedió
antes de la hospitalización psiquiátrica, ya que Julia borró y disoció una parte
de este recuerdo.
74
DAVID ROSENFELD
Lo que sucedió fue que Julia llegó a casa, rompió los muebles, destrozó
las ventanas y atacó a su padre, fracturándole los huesos, mientras estaba
poseída por un flujo imparable de palabras. Todo esto fue tan imposible de
controlar que decidieron hospitalizarla.
La paciente reconstruyó todos estos acontecimientos sólo más tarde.
Durante las primeras entrevistas es evidente una constante fantasía de
suicidio (que ya tenía al hospitalizarla). En ese momento insistí en que los
primeros meses el tratamiento tendría lugar todos los días, de lunes a sábado,
en vista de la ansiedad y fantasías suicidas de la paciente.
En las sesiones iniciales también me habló de sus crisis de bulimia,
seguidas de vómitos.
Voy a narrar partes del primer año y, especialmente, del segundo año
de tratamiento, el período de los sueños más frecuentes.
El caparazón lingüístico
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EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
54 Phillip Wilson, Charles Hogan, y Ira Mintz (eds.), Psychodynamic technique in the treatment of the
eating disorders. Northvale, Nueva Jersey, Jason Aronson, 1992.
76
DAVID ROSENFELD
En esta sesión, Julia habla de un libro de Spitz, con fotos de bebés que sufren
de depresión tras ser abandonados en hospitales y guarderías después de
nacer. Se muestra cómo los niños abandonados en guarderías, dejados allí por
sus padres muchas horas del día, empiezan a deprimirse cuando cambian a las
enfermeras, y sufren efectos secundarios en forma de trastornos físicos y
mentales, así como problemas de alimentación. Le digo que todavía está
hablando de sí misma.
La paciente grita: "¡No, no, eso no tiene nada que ver conmigo! ¡No! ¡No!
¡No!"
Le digo: "Lo que estás diciendo tiene que ver con lo que pasó cuando,
después de tu nacimiento, tu madre enfermó gravemente; por desgracia,
estuvo al borde de la muerte y fue obligatorio hospitalizarse y dejarte. Esto
quedó grabado en tu mente, como cincelado en piedra. Pero lo niegas. Haces
lo mismo con mis palabras. Las vomitas y las expulsas".
Entonces me cuenta un sueño: ella está en la cocina lavando cuchillos.
¿Quiere matar a su madre? ¿O tiene miedo que su madre la mate? En cualquier
caso, el sueño se asocia con el hecho de matar o ser matada por su madre.
Dice que, en otra escena, aparece su padre, con un cuchillo en la mano. Vuelve
a decir que lo que más temía (porque tenía miedo en el sueño) era que su
madre llegara por detrás con un cuchillo y la apuñalara.
Cuchillos, en el fregadero, cubiertos de sangre: le pido asociaciones y
pregunto sobre su menstruación. Sorprendida, me mira a los ojos y dice: "Sí,
claro. Tuve el sueño después de empezar mi periodo".
Ella tiene relaciones sexuales sin protección.
Dice: "Lo único que se me ocurre hablar es de ese tipo Adam, el único que
considero mi novio, quien me dejó en la cafetería, me dejó sola, corrí tras él
por la acera, pero me gritó y me dejó. En la banqueta sentí que era el fin del
mundo".
Él gritó que la dejaba, se fue y ella se quedó sola; esto fue el fin del mundo.
Ese día, cuando llegó a casa, destrozó todo.
Más tarde, en la sesión podemos escuchar y hablar un poco más en calma.
Le digo que revivió en la escena de la cafetería, cuando Adam la dejó
abandonada en la banqueta y le gritó que la dejaba... lo que todavía está
grabado en su mente, de sus primeros meses de vida: una mamá que tuvo una
hemorragia fatal y la dejó abandonada en la banqueta. Para ella, eso fue el fin
del mundo, porque no volvió a ver ese rostro, oír esa voz, o recuperar a su
mamá hasta varios meses más tarde (los meses cuando sus abuelas se hicieron
cargo de ella).55
La paciente no responde y cambia de tema.
Repito que lo que sintió fue ser abandonada en su primera infancia debido
a la repentina hemorragia de su madre. Y revivió esta experiencia una vez más,
fue el fin del mundo, la aniquilación, el abandono, y que desafortunadamente
77
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
expresó con gritos, violencia y locura lo que se quedó grabado en una bebé de
meses abandonada en la banqueta.
Agrego: "En tu mente o psique, en tu mundo interno, ese chico Adam
repitió en la banqueta exactamente lo que tu madre hizo cuando eras una bebé.
Mira, estás tratando de poner en palabras la historia del primer mes de vida
con tu madre. Estás tratando por primera vez de darle palabras". Le digo que
esto es importante. "El pasado nunca es el pasado".
Las siguientes dos semanas deja de ir varias sesiones, por supuesto, sin
avisar. Este comportamiento es típico de las personas que vomitan: vomitan
al terapeuta. A causa de su tristeza y dolor por la enfermedad de la abuela, no
puede tolerar sus propios aspectos tristes y enfermos. Esto es lo que hace:
56El ICQ ('I seek you') era un sistema de comunicación virtual muy popular en aquella época;
un tipo de messenger chat. (N. del edit.)
78
DAVID ROSENFELD
Repite que el alimento que acaba de masticar parece algo sucio; le digo que es
porque piensa que ese alimento se convierte en heces. Pienso en la relación
entre el bebé y la leche de la madre: en su fantasía, el bebé defeca en el pecho
materno, el cual está, por eso, invadido de heces. Por lo tanto, en el retorno
de lo proyectado ella bebe excrementos en vez de leche.
También en sus sueños proyecta odio por el pecho materno; por lo tanto,
en lugar de recibir leche, cree que está recibiendo cuchillos y serpientes.
Al comentar que está menstruando, regreso a la interpretación del sueño y
al punto en que ella también cree que su cuerpo está lleno de sangre, popó,
comida sucia y vómito, que conforman los kilos de más que la hacen muy
gorda. Las interpretaciones se centran en el hecho de que cuanto más se
engaña sobre este tema, el cual expresa sus fantasías hipocondríacas de
suciedad, más vómitos se provoca.
Repito que no venir a una sesión es equivalente a vomitar.
Julia dice que tuvo un sueño en el que ella es más grande, una mujer adulta, pero
sale con un chico de 12 años de edad.
Le pido que me ayude a comprender su sueño. Para mi gran sorpresa, la
paciente dice: "No sé, tal vez mentalmente tengo 12 años de edad, como
dices".
Le digo: "Tú misma te disfrazaste de una mujer madura y proyectaste tu
parte infantil en una niña de 12 años de edad. Pero en el sueño aparece un
aspecto masculino tuyo. Sabes que se trata de la historia de tu vida infantil:
presentas dos aspectos de tu mundo interior. Aquí apareces como un niño,
como si siempre tuvieras miedo de ser una niña femenina, una mujer". Le
recuerdo que tuvo un sueño en el que ella está en la cama con un travestí. "Era un
travestí, pero no sabía si se trataba de una mujer o un hombre vestido como
mujer". Tal vez el sueño de hoy es la continuación del otro, en el que no sabías
si en la cama estaba un hombre o una mujer contigo. Pero creo que eres tú,
con tus problemas de identidad, cuando tenías 10 o 12 años de edad no sabías
si eras niña o niño.
Entonces le explico mis ideas: hago la conexión entre la anorexia y la
omnipotencia infantil que la empuja a querer ser una adulta, o mejor dicho,
una pseudo-adulta: así no tendría necesidad de pecho o alimentos. Es la misma
omnipotencia la que hace que en su sueño tenga un pene, de modo que no
tendría necesidad de un hombre. Esto es lo mismo que decir: "Yo soy el pecho
y me amamanto, también tengo pene y no dependo de un hombre".
Tras un largo silencio, para mi sorpresa, ella se levanta, toma su bolso, saca
un álbum de fotos, y dice que quiere mostrármelo. Son fotos de su infancia,
79
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
fotos de gran belleza de cuando era niña. Me enseña una foto de su pequeña
prima, con quien solía jugar; jugaban al matrimonio: eran una pareja. Veo las
fotos de cuando tenía dos años, sonriendo, y en otra se ve muy triste, a la
misma edad...
En varias fotos su padre la abraza cariñosamente.
Durante cuatro días estuvo sin comer, luego se fue al otro extremo,
con episodios de atracones y bulimia, porque no podía escucharme y nutrirse
de mis interpretaciones.
Desde la perspectiva de la teoría psicoanalítica, creo que lo que la
paciente absorbía no era introyectado y su psique lo vomitaba, lo que
provocaba una grave perturbación en su capacidad para pensar y, en
consecuencia, de su entendimiento de la teoría del pensamiento. Por ejemplo,
no puede estudiar y aprobar con éxito sus cursos y exámenes.
En el sueño hay una bailarina de club nocturno, muy audaz y bien vestida, pero con un
pene enorme: es una mujer, pero tiene pene. Julia añade que tal vez es un vibrador.
Cuando le pido que me dé algunos detalles, agrega que tuvo el sueño después
de una cita con un hombre. Dice: "Sí, es cierto que Juan compró un vibrador,
lo usamos y tuve orgasmos con él".
A la semana siguiente hay una variante de este sueño: está en su
departamento con su pareja, pero ella tiene un pene real. Cree que tiene
relaciones sexuales con su pene y su pareja es pasiva.
Le pregunto si, después de todo, en su sueño, su pareja es un hombre, o si
pertenece a un género diferente. Dice que sólo recuerda que ella tenía un pene.
Luego dice que un primo de la infancia vivió en la misma casa con ella.
Recuerda muchas salidas juntos y anécdotas de su niñez y que él solía ponerse
celoso si ella jugaba con otros niños.
Le pregunto si cree que todo esto se relaciona con juegos sexuales que pudo
haber jugado con su primo menor. La paciente dice que sí, que acostumbraban
mostrarse uno a otro sus órganos sexuales, ella le preguntaba por qué él tenía
pene y ella no; también lo tocaba y se dejaba tocar por él. 57
80
DAVID ROSENFELD
Julia me dice que fue al bautizo del bebé de una amiga suya, una compañera
de la escuela, lo que le hizo pensar que hay compañeras de su edad que ya son
madres. Cambia de tema y me dice que estuvo sola el viernes en la noche y el
sábado en la mañana, ya que estuvo tan desesperada que soñó que se mataba.58
En mi contratransferencia, la reaparición de estas fantasías suicidas
provocó graves preocupaciones, tanto emocionales como de hombre de
ciencia.59
Trato de traducir en palabras su grave fantasía de suicidio; ésta ya había
aparecido al inicio del tratamiento, y de nuevo después de su hospitalización;
por lo menos esto es lo que su madre me dijo, que Julia tuvo tales
pensamientos cuando fue hospitalizada. La paciente, en una especie de
repudio, dice: "Bueno, para mí, era más importante enojarme en casa con mi
familia, quienes me daban mucho de comer, me obligaban a comer, así que
yo explotaba y vomitaba".
Le digo que tengo la intención de prescribirle un medicamento, y que
llamaré a sus padres para hablarles acerca de sus ideas suicidas. Incluso llamé
a mi equipo de colegas, pensando en términos de hospitalización. Le digo que
tiene que venir a verme dos veces al día toda la semana.
La psicopatología de la madre
1999; Harold Searles, Countertransference and related subjects. Nueva York, International
Universities Press, 1979 y Robert Wallerstein, "Borderline disorders: Report on the 4th IPA
research conference", en International Journal of Psychoanalysis, núm. 75, 1994, pp. 763-774.
81
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Dos semanas después, los vómitos se incrementaron, lo que hacía más difícil
que la paciente escuchara y pensara en las sesiones; vomitar es equivalente a
no escucharme, ser incapaz de absorber las palabras para pensar: lo que
significa no comprender.
Luego de unos días, se fue al extremo opuesto y presentó crisis de
bulimia. Cada evento de bulimia era un acting out que consistía en atracones
compulsivos cada que salía de la sesión, precisamente porque no era capaz de
escucharme y nutrirse de mis interpretaciones.
En diez días vino a cuatro sesiones, y cada vez, cuando llegaba a su
casa en la noche, se provocaba el vómito.
Le dije: "Trata de pensar conmigo: ¿qué vomitas? ¿Vomitas lo que te
digo? Piensa en la persona a la que vomitas, o quizá vomitas una parte de ti".
En el plano teórico, creo que lo que absorbía no era introyectado y su
aparato psíquico lo vomitaba causando una severa alteración en la capacidad
o habilidad para introyectar y pensar. Por eso no podía estudiar y aprobar sus
exámenes.
Herbert Rosenfeld. Impasse and interpretation. Londres, Tavistock, 1987. (Impasse e interpretación.
60
82
DAVID ROSENFELD
Sueño 1:
Este tuvo gran impacto en ella y en mí. En él, su madre muere e
inmediatamente después, ella también muere. Dice que está muy sorprendida,
cree que es el sueño más importante en su vida. Hacia el final, interpreto que
ya es capaz de traducir en sueños, simbolizar en sueños, lo que pasó con ella
en su temprana infancia. Cuando me fui por diez días, desaparecí, al igual que
su madre desapareció. La bebé experimentó la muerte y sintió que también
moría, desapareció, dejó de existir, se sintió aniquilada, y ahora su mente no
puede concebir la idea de que va a recuperarme.
Repito mis interpretaciones: la desaparición de la figura que conoce muy
bien, el olor y la voz familiar así como la niña que habita en ella, es lo mismo
que ver a su mamá gravemente enferma, que desapareció cuando fue
hospitalizada cuando Julia nació, y entonces la niña Julia también desapareció.
Insisto diciéndole que finalmente tiene la oportunidad de expresar todo esto
en un sueño, todo esto que se grabó en ella; por eso dice que es el sueño más
importante en su vida.62
Sueño 2:
Aquí, sueña con el joven que ella llama "Adam, el primer novio del que me enamoré".
No es por azar que aparece después del sueño en el que su madre y ella
mueren.
Interpreto: traes ahora la segunda parte del sueño, en la que tu madre te deja
en la acera.
Completo la interpretación diciendo que la experiencia se repite cuando este
novio la deja en la banqueta y le dice que no la ama; debemos tener en cuenta
que la hospitalizaron después de esto. Hoy lo expresa en el sueño, mientras
83
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
que antes no podía hacerlo porque tuvo una crisis psicótica. Insisto sobre todo
en la transferencia: este sueño también refleja la experiencia de mi ausencia.
Sueño 3:
Para mi sorpresa, en la siguiente sesión trae otro sueño con "el novio Adam".
Están en la cama desnudos, pero ella no piensa tener relaciones sexuales.
Dice que tenía un miedo terrible de perderlo y deseaba mucho que fuera a
verla, pero cuando fue a verla, ella cerró la puerta. Agrega: "De ese modo, él
no pudo salir el fin de semana, lo atrapé, lo encerré bajo llave dentro de mi
casa... Cuando sospeché que me dejaba para estar con otras chicas, también
lo engañé, me fui a la cama con dos compañeros de la escuela y con otro
tipo que conocí".
Julia dice: "Sueño que oigo la voz de mi abuela, yo estaba inmersa en un pantano, y ella
viene a salvarme".
Respondo: "Creo que en este sueño muestras cómo buscaste mi voz cuando
yo no estaba, tal y como buscaste la de tu abuela, quien te mecía y cantaba
canciones de cuna".
Vemos más claramente que ella me buscó y necesitó de mi voz, así como
necesitó la voz de su abuela.
Entonces le digo que para ella un día de ausencia es como un año de
abandono, si me voy por una semana, ella siente que nunca me encontrará de
nuevo. El concepto de reencontrarnos otra vez le parece inconcebible.
84
DAVID ROSENFELD
Ella estaba en la banqueta, con uno de sus amigos varones; no supo si era ese Adam que
la abandonó, cuando tuvo que ser hospitalizada, o si era otro amigo.
Dice: "En mi sueño, este chico pasó por la banqueta, pero no me saludó".
Le pregunto si no piensa que este sueño quizá evoca el hecho de que yo iba
a verla hoy, después de que perdió cuatro sesiones sin avisarme.
La paciente permanece en silencio.
En su sueño, Julia está tomando una siesta, y hay dos personas: la primera es ella, que
dice: "No voy a ir ahí, no voy a ir ahí". La otra dice: "Está bien, está bien, ve ahí, ve ahí".
Le digo que tal vez su sueño se refiere a una Julia eme quiere venir a su
sesión y ser confiable, y una segunda Julia que sospecha y tiene miedo de
contar lo que pasa con sus sentimientos y emociones. Pero, en cualquier caso,
es un sueño que tiene que ver conmigo, que concierne a la transferencia. Le
explico que se trata de dos partes de ella misma, una que es confiable y otra
que sospecha. Subrayo que ése es su mundo interior, su psique.
Este sueño fue muy importante para mostrarle que hay dos aspectos
en ella: uno que tiene miedo y sospecha, que no quiere venir, y otro, la parte
saludable, que dice que sí quiere venir. Tal vez este sueño explica por qué
pierde sesiones sin avisar. Es porque hay una lucha en su mundo interno,
dentro de su psique.
Cuenta un sueño impactante: está con su madre, quien es muy amigable, casi
como si se tratara de dos amigas o compañeras de la escuela, nada que ver con
una madre y una hija. Las dos van a dar un paseo con el mismo hombre. En
64 Sigmund Freud, "The dynamics of transference", en The standard edition of the complete
psychological works of Sigmund Freud, vol. XII. Londres, Hogarth Press, 1955. ("Sobre la dinámica
de la transferencia", en Obras completas, t. XII. Trad. de José L. Etcheverry. Buenos Aires,
Amorrortu, 1986, pp. 93-105).
85
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
el sueño, ella es la adulta, mientras que la madre es una niña débil, y las dos
comparten al padre. Interpreto que ella es la omnipotente, mientras que la
madre es la Julia débil, frágil e impotente. Se trata de la identificación
proyectiva de sus partes débiles e infantiles sobre su madre.
Al final de una sesión del segundo año, después de un largo silencio, Julia dice
que escuchó algo de música, un tango titulado "Quejas del bandoneón", que
la hizo llorar, no sabe muy bien por qué. Le pido que me ayude a descubrir la
causa de su emoción. Me quiere decir algo más: dice que escuchó este tango
cuando estaba en casa de sus abuelos, y agrega: "acabo de acordarme, es el
tango que mi abuelo solía tocar y me lo cantaba cuando era niña, cuando viví
con ellos".
La paciente recuperó a través de esta música las canciones de cuna y canciones
de su infancia: es un tango que su abuelo hizo canción de cuna, quien la cuidó
junto con su abuela mientras su madre estaba en el hospital, hasta que tuvo 8
meses de edad. Este abuelo murió cuando Julia tenía 12 años. Habló de la
muerte de este abuelo muy querido.
La contratransferencia es de intensa emoción y gran contacto emocional con
la paciente.66
65 William Shakespeare, The globe illustrated Shakespeare: The complete works an-notated. Nueva York,
Greenwich House/Crown, 1979.
66 Thomas Ogden, "The music of what happens' in poetry and psychoanalysis", en Conversations
86
DAVID ROSENFELD
Creo que cuando la paciente recupera lazos a través de las canciones infantiles,
es capaz de acercarse a mí: con este material pide sesiones más frecuentes, es
decir, más alimento. En el teléfono, la paciente me dijo: "Quiero una sesión
extra".
pp. 395-401.
87
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Lágrimas y sollozos
En la siguiente sesión ocurre un evento muy intenso: Julia llora, solloza, habla
de formar una relación estable con su novio, que es sereno y cariñoso, y platica
sobre el embarazo.
Dice que lloró mucho la noche anterior y que, en medio de una crisis de
llanto, llamó a su madre y le dijo: "Mamá, ven, te necesito". Nada tan intenso
le había sucedido.
Después de un fin de semana Julia dice que soñó que su novio, Juan, estaba con
una amiga que trataba de seducirlo en la cama. Pero ella llegó, lanzó un grito y él se
levantó de la cama, asustado. De repente, su novio tenía el pelo blanco.
La paciente comenta: "un poco descabellado".
69C. Geissmann y P. Geissmann, "Croissance d'une pensée: Psychanalyse d'une enfant autiste",
en D. Houzel y C. Geissmann (eds.), op. cit.; D. Houzel, "L'alliance thérapeutique", ibid. y M.
Klein, op. cit.
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REFLEXIONES
70 James Grotstein, Who is the dreamer who dreams the dream? Londres, Routledge, 2000; Pere Folch
y Terttu Eskelinen, "Symbolisation, jen et transferí", en Revue Francaise de Psychanalyse, núm. 6,
1989, pp. 1829-1842.
71 F. Tustin, "L'autisme psychogénétique", en D. Houzel y C. Geissmann (eds.), op. cit.
89
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
que esta paciente, durante sus primeras semanas de vida, utilizó mecanismos
de defensa autistas para sobrevivir.
***
Y añade que:
72 Esther Bick, "The experience of the skin in early object relations", en International Journal of
Psychoanalysis, núm. 49 (3), 1968, pp. 484-486. Véase Meg Harria Williams (ed.), Collected paper of
Martha Harris and Esther Bick. Strathtay, Escocia, Clunie Press, 1987.
73 D. Meltzer, "Adhesive identification", en op. cit., pp. 289-310.
74 F. Tustin, Autistic barriers in neurotic patients. Londres, Karnac, 1986. (Barreras autistas en
Giovacchini (eds.), Master clinicians on treating the regressed patient. Northvale, Nueva Jersey, Jason
Aronson, 1990.
90
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***
76 T. Ogden, Subjects of analysis. Northvale, Nueva Jersey, Jason Aronson, 1994, pp. 36-38.
77 H. Rosenfeld, op. cit.
78 Otto Kernberg, Severe personality disorder. New Haven, Connecticut, Yale University Press,
91
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***
Psychoanalysis, num. 67, 1986, pp. 53-64; "Freud: An imaginary dialogue", en J. Sandler (ed.), op.
cit., pp. 142-162; The psychotic: Aspects of the personality; "Le role du pére dans la psychose", en D.
Houzel y C. Geissmann (eds.), op. cit.; "Psychotic addiction to computer and videogames", en
P. Williams (ed.), op. cit, pp. 175-198 y "Toxicomanie, addiction, et transferí psychotique", en
A. de Mijolla (ed.), op. cit.
92
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***
82 Donald Winnicott, "Ego integration in child development", en The maturational processes and
the facilitating environment. Nueva York, International Universities Press, 1965, pp. 53-63. (Los
procesos de maduración y el ambiente facilitador. Buenos Aires, Paidós, 1994).
83 Vamik Volkan, The infantile psychotic self and its fates. Northvale, Nueva Jersey, Jason Aronson,
93
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
***
METODOLOGÍA
153-213).
94
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sola teoría o explicación lineal no basta para explicar todos los fenómenos
clínicos que describimos en esta paciente.
Propongo varios modelos de interpretación: (1) la lingüística; (2) la
forma de "vomitar" al analista; (3) las dificultades para el desarrollo de la
memoria y el pensamiento, asociado a una incapacidad para recibir e
introyectar palabras con el fin de simbolizar y pensar; (4) la bulimia, que se
manifiesta con el acto de salir de su sesión para comer un objeto concreto, ya
que la paciente no puede absorber en el plano simbólico las palabras y los
pensamientos.
89D. Rosenfeld, "Psychic changes in the paternal image", en International Journal qf Psychoanalysis,
núm. 73, 1992, pp. 757-771 y D. Rosenfeld, The psychotic: Aspects qf the personality.
95
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96
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97
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Sin embargo, los modelos que uso están más cerca de la práctica clínica.
Hago hincapié en que los modelos que utilizo son de mediano alcance
y que algunos son más estables que otros. En otras palabras, algunos modelos
son útiles porque ayudan a explicar un hecho en la clínica psicoanalítica, o
como ocurre en la física nuclear, con el modelo inventado por Niels Bohr de
los electrones que giran alrededor del átomo. Los modelos son inventados
por mentes creativas y son útiles siempre y cuando expliquen los hechos.
Las hipótesis que propongo son "preponderantes" y pueden probarse
o corroborarse por medio de su utilidad para la psicoterapia.
También es bueno señalar que, a nivel metodológico, el cambio de
mecanismos de defensa depende del contexto y el momento de la
transferencia. Así, vemos cómo el terapeuta modifica sus modelos para
comprender e interpretar, en el camino hacia el descubrimiento de nuevos
laberintos de la mente.
Como ya he dicho, aunque el síntoma sea sólo uno, puede tener
explicaciones y motivaciones diferentes. Desentrañarlo depende de la
capacidad creativa del terapeuta para inventar nuevos modelos.
***
98
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99
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Esta viñeta breve es para mostrar que hay otros eventos que llevan a
las crisis de comida o bulimia; la sustitución de la sexualidad con atracones de
comida fue descrita ya en los primeros años del psicoanálisis.95
El método científico
95 Otto Fenichel, The psychoanalytic theory of neurosis. Nueva York, Norton, 1945. (Teoría
psicoanalítica de las neurosis. Buenos Aires, Paidós, 1986).
96 Gregorio Klimovsky, "Estructura y validez de las teorías científicas", en David Ziziemsky
(ed.), Métodos de investigación en biología y psicopatología. Buenos Aires, Nueva Visión, 1980.
100
DAVID ROSENFELD
RESUMEN
97S. Freud, "The unconscious", en op. cit., vol. XIV. ("Lo inconciente", en op. cit., t. XIV, pp.
153-213).
101
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
102
DAVID ROSENFELD
Capítulo 3
103
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Tipo A
Este grupo se compone de pacientes que necesitan sentirse envueltos por las
sensaciones que la droga les produce; están en busca de una envoltura o
sustituto de la piel. En estos pacientes, por lo general, encontramos menos
duelo patológico que en otros casos, y siempre que estén en tratamiento, su
pronóstico es más favorable.
Los pacientes de Tipo A traen sueños a las sesiones con más facilidad
que otros drogadictos. Algunos de sus sueños se relacionan con sustitutos de
la piel: ropa, abrigos, pieles de animales o pelo.
104
DAVID ROSENFELD
Por lo general, toman la droga por vía oral y rara vez se inyectan. En
sus fantasías, la droga se asocia con una impresión de calidez y brillo en su
piel, de modo que la sustancia parece proporcionarles la sensación de ser
sostenidos. Naturalmente, en la transferencia esto se convierte en agresión
contra el terapeuta, ya que al sentirse omnipotentes gracias a la droga, quieren
controlarse a sí mismos y rechazan el cuidado o el tratamiento que el terapeuta
les ofrece.
Los pacientes de Tipo A tienen una adaptación a la realidad más
neurótica que otros tipos. Muchos de estos casos son provocados por factores
internos reforzados por situaciones reales de luto. Por lo general, aceptan el
tratamiento analítico.
Tipo B
98Véase el caso Felipe en David Rosenfeld, The psychotic: Aspects of the personality. Londres,
Karnac, 1992.
105
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Tipo C
106
DAVID ROSENFELD
99 Susana Dupetit, La drogadicción y las drogas. Buenos Aires, Kargieman, 1985; André Green, On
private madness. Nueva York, International Universities Press, 1990. ( D e locuras privadas. Buenos
Aires, Amorrortu, 1990); Benito López, "Los afectos y el narcisismo", en Psicoanálisis, núm. 3
(5), 1983, pp. 26-46; Salomón Resnik, The theatre qf the dream. Londres, Tavistock, 1987. (Teatros
del sueño. Madrid, Tecnipublicaciones, 1986); Harold Searles, "Unconscious identification", en
L. Bryce Boyer y Peter Giovacchini (eds.), Master clinicians on treating the regressed patient.
Northvale, Nueva Jersey, Jason Aronson, 1990, pp. 21 1-226 y Francés Tustin, Autistic barriers
in neurotic patients. Londres, Karnac, 1986. (Barreras autistas en pacientes neuróticos. Buenos Aires,
Amorrortu, 1989).
100 F. Tustin, The protective shell in children and adults. Londres, Karnac, 1990. ( E l cascarón protector
107
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
piel, los músculos y el esqueleto. No hay más que una vaga noción de una
pared que contiene sangre o líquidos vitales.
A su vez, como se puede observar en las crisis asociadas con una
psicosis aguda, el paciente percibe que esta membrana que contiene a la sangre
se ha roto o se ha dañado, resultando en una pérdida de contenido corporal,
dejando el cuerpo vacío, sin contención y/o apoyo tanto interno como
externo. A veces la experiencia de estar vacío se expresa lingüísticamente
mediante un repentino e incesante flujo verbal: el paciente no puede dejar de
hablar.
La noción de una imagen corporal psicótica no se limita a los casos
clínicos que son, fenomenológicamente, psicóticos. Puede presentarse en
personas neuróticamente adaptados a la realidad; diría incluso que la imagen
corporal psicótica prevalece en personalidades que pueden estar muy bien
adaptadas a la realidad como, por ejemplo, en algunos casos psicosomáticos.
Esta concepción psicótica del cuerpo roto e invadido, que hasta ese momento
tuvo otro tipo de funcionamiento mental, en los trastornos psicosomáticos se
expresa a través de las palabras o bien de manera no verbal a través del
lenguaje corporal.
En este punto me gustaría añadir un comentario acerca de la
contratransferencia en el tratamiento de pacientes adictos a las drogas. En
estos casos, la mayoría de las dificultades serias que el terapeuta tiene que
enfrentar en su contratransferencia es evitar convertirse en una droga o un
objeto inanimado, ya que éste es el papel que los pacientes constantemente lo
obligan a jugar a través de la proyección. Cuando un terapeuta empieza a
sentir en la contratransferencia que responde de manera mecánica, que se
siente como un objeto inanimado o que descubre que habla y responde
cuando lo desea el paciente, se está enfrentando a signos contra-
transferenciales que debe ser capaz de utilizar para evitar errores y salvarse a
sí mismo, tanto como analista inteligente como ser humano sensible. Si el
terapeuta detecta estos sentimientos a tiempo, rescatará el tratamiento de la
monotonía, rigidez y falta de interpretaciones de los aspectos regresivos y
psicóticos que conducen a años de un pseudotratamiento ineficaz.
En la siguiente sección presento los aspectos clínicos y terapéuticos del
caso de un paciente de 34 años, adicto a las drogas, que llamaré Jorge.
JORGE
108
DAVID ROSENFELD
prescrito. Un año más tarde, sus padres solicitaron una cita en mi consultorio
privado.
109
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
había un proceso de duelo no resuelto y que sería bueno que pudieran venir
a la próxima entrevista.
No volvieron. Tres meses más tarde, ambos padres llamaron, muy
angustiados, diciendo que Jorge perdió el control: amenazó a su padre con un
cuchillo durante una pelea violenta. Después de esto, los visité y decidí enviar
a miembros especializados de mi equipo a la casa del paciente, quien aceptó
sumisamente la hospitalización.
La primera vez que lo vi en la clínica, Jorge estaba descuidado, sucio,
despeinado y con sobrepeso. A pesar de su actitud de rechazo violento hacia
mí y todos los que lo rodeaban, insistí con firmeza y calma en mantenerlo
hospitalizado a fin de realizar una revisión completa, e instituí un programa
de rehabilitación para que dejara la droga que había estado abusando desde
hace años. A pesar de su negatividad, Jorge parecía cumplir gustosamente con
mi decisión de tratarlo en un régimen de hospitalización con terapia
psicoanalítica intensiva. El primer mes tuvimos una sesión diaria, después dos,
ya sea porque yo lo considerara necesario o bien porque él mismo pedía la
sesión extra. Por otra parte, Jorge comenzó a integrarse con los pacientes
dentro del grupo terapéutico en la clínica, aceptó el medicamento específico
que se le prescribió y empezó una dieta para perder peso.
En las reuniones con el personal de la clínica presenté el caso y
comenté acerca de mis impresiones del paciente. Dije que sentía que el
paciente a veces me rechazaba, como cuando inició el tratamiento. Por otra
parte, durante ese mes, por momentos parecía estar muy bien adaptado y este
exceso de adaptación me parecía falso, meramente formal. Yo solía acumular
información de esas reuniones. También recibí información de la terapia
grupal en la que Jorge participó con los otros pacientes, así como de sus clases
de música y dibujo. Como ya mencioné, sentía la típica contratransferencia
con un paciente adicto a las drogas, cuando uno tiende a sentirse como si
fuera una droga, un objeto inanimado o una máquina siendo operada por el
paciente. Como terapeuta, nunca podía estar seguro si el paciente estaba
tratando de halagarme al cumplir con todos los reglamentos de la clínica al
actuar formalmente "bien".
No era la primera vez que tenía este tipo de sentimiento
contratransferencial con un paciente adicto. Durante los primeros meses del
tratamiento, estos pacientes a veces se disfrazan como sobreadaptados, por
una variedad de razones: a veces para aplacar al terapeuta, otras veces para
ocultar el consumo de drogas o guardar en secreto perversiones sexuales.
Cabe señalar que la hospitalización tuvo que hacerse cumplir con una
orden médica y judicial. Mi actitud firme tuvo un impacto muy positivo en
110
DAVID ROSENFELD
Jorge, que más tarde confirmó en una conferencia que le dio a otros
pacientes.103
Durante la primera semana de tratamiento, el tema central era la
aparente adaptación de Jorge a la hospitalización. En una reunión con
terapeutas, trabajadores sociales y otros, comenté sobre su excesiva buena
adaptación, parecía artificial y solamente para complacernos. Su cooperación
parecía una farsa.
Fue necesario mostrarle a Jorge el objetivo real de su hospitalización.
Cuando hospitalizo a un paciente de este tipo, mi objetivo es tratar sus facetas
locas y adictas, que a veces pueden llevarle al suicidio. La hospitalización le
garantiza al paciente atención adecuada las 24 horas al día, especialmente por
los aspectos psicóticos de su personalidad. También le permite expresar sus
partes normales y desarrolladas, como veremos más adelante en este caso. La
hospitalización significa contención y holding porque es necesario que el
terapeuta proteja y acompañe al paciente cuando sienta culpa, tristeza, dolor
o angustia catastrófica. En resumen, la hospitalización posibilita contener la
expresión del componente de salud, y proteger al paciente de la faceta
psicótica y adicta a las drogas que lo esclaviza. Además, en este caso, mi firme
decisión de hospitalizar al paciente demostró que yo era más fuerte que la
droga.104
En el transcurso de este periodo de tratamiento, en varias ocasiones
Jorge solicitó dos sesiones al día, debido a las crisis de ansiedad.
Jorge vivió los últimos años en un ambiente de desorden, abandono,
drogas y alcohol, en un espacio mental que nombró "la alcantarilla". Ese lugar
físico era un "pueblo miserable" donde abusó de drogas y vivió con
prostitutas, drogadictos y todo tipo de delincuentes. Durante una sesión que
solicitó en la clínica, le demostré que intentaba sepultarse en "la alcantarilla"
de la muerte, que cometía suicidio a través del uso de drogas con el objetivo
de enterrarse con su madre muerta. Así tuve la oportunidad de mostrarle que
quería o trataba de morir como su madre había muerto, en un intento de
reunirse con ella. Trabajé en dos niveles de su aspecto psicótico: la
identificación con su madre muerta relacionado con el uso de drogas para
sentirse vivo y el intento de suicidio para reunirse con ella en la tumba.
Descubrir este aspecto de la identificación fue muy importante para el
tratamiento. Jorge empezó a mostrar interés por las clases de dibujo y pintura
en la clínica.
Esa semana empezamos a trabajar en la desconfianza que Jorge sentía
hacia mí. También profundizamos en su historia infantil, de la cual recordó
sólo hechos nebulosos. Por ejemplo, señaló que nunca había visto una foto
111
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Dibujo 1. El ojo
afirmar que éstas no eran fantasías concebidas por el paciente, sino una
realidad confirmada posteriormente, de modo que lo que Jorge dijo era cierto.
El lector puede preguntarse cómo pude saber esto. Durante una entrevista
con el padre, la madrastra y Jorge, tuvieron lugar los siguientes deslices: les
pregunté si tenían una foto de la madre de Jorge, porque estaba muy
sorprendido de ver los dibujos de ojos y labios que Jorge había hecho. Tenía
la impresión de que dibujaba exactamente los labios y ojos de su madre, lo
cual se confirmó más tarde cuando, en la única foto que se pudo obtener, ella
tenía los mismos ojos y la misma sonrisa. (Esto se puede ver en los dibujos 1
y 2). Durante la entrevista que estoy describiendo, el padre de Jorge le dijo a
su esposa: "Pero tú rompiste todas las fotos", y ella respondió "No, yo no
rompí nada". Entonces el padre, en su débil respuesta acostumbrada, dijo con
tono conciliador: "No, no, por supuesto, probablemente se perdieron..."
Jorge miró a uno y a otro con los ojos desorbitados y en ese momento con-
firmé los hechos. (Dicho sea de paso, quisiera mencionar que la única foto
que finalmente se pudo obtener fue encontrada en los archivos de un
fotógrafo famoso en Argentina.)105
112
DAVID ROSENFELD
En una de las clases de arte a la que asistió Jorge, dibujó un cuadro que
mostraba meteoritos cayendo de derecha a izquierda. Tituló el dibujo
"Meteoritos que caen del cielo". La imagen transmite una gran sensación de
movimiento (como puede verse en el dibujo 3). En una de nuestras sesiones
Jorge dijo que los meteoritos venían del cielo. De repente, recordó que
cuando era niño, a menudo pensaba que su madre muerta estaba en el cielo.
Estos dos elementos y su dibujo vinculado a su memoria me llevó a
interpretar que él pensaba que era perseguido desde el cielo, acusado y
declarado culpable por la muerte de su madre. El dibujo era una especie de
radiografía o imagen de su propia mente. Así es como él pensaba que los
meteoritos o su madre lo perseguían desde el cielo.
113
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
superyó cruel (los meteoritos) que lo acosan y acusan, generando una intensa
culpa e impidiendo una elaboración normal de luto.
Jorge dibujó en otro cuadro objetos redondos y dijo que eran "ojos"
que lo miraban. Le pregunté: "¿Te miran o te persiguen?" Las imágenes de la
pintura evocan formas que el paciente asociaba con ojos y pechos, elementos
sobresalientes en el espacio visual de un bebé.106 Le dije que quizá estos
dibujos mostraban su imagen mental o la mayoría de las fantasías primarias
con su madre, que había guardado en su mente.
Estos dibujos parecían mostrar un aspecto de la estructura más
primitiva del mundo interior de Jorge: algo lo perseguía desde el cielo y caía
en su cabeza, o bien, unos ojos lo miraban o lo observaban.
106Esther Bick, "The experience of the skin in early object relations", en International Journal of
Psychoanalysis, núm. 49 (3), 1968, pp. 484-486. Véase Meg I larris Williams (ed.), Collected papers
of Martha Harris and Esther Bick. Strathtay, Escocia, Clunie Press, 1987 y Manuel Pérez Sánchez,
Observación de niños. Barcelona, Paidós, 1986.
114
DAVID ROSENFELD
realmente observa y siente el impacto de estos elementos que están fuera del
ámbito de la comunicación neurótica racional, normal, y verbal.
En el trascurso del tratamiento psicoanalítico con pacientes psicóticos,
los sentimientos contratransferenciales que surgen son de tal magnitud que
sólo pueden ser experimentados conscientemente. Los médicos que no están
acostumbrados a tratar pacientes severamente perturbados encuentran
dificultades al entender esos sentimientos contratransferenciales, porque ellos
mismos no han experimentado su intensidad emocional.
En ocasiones, me conmuevo mucho después de una sesión individual
con un paciente. En este caso en específico, así sucedió cuando lo vi llorando,
temblando y comunicando su dolor.
Lo que estoy tratando de señalar es el enorme esfuerzo que hace el
terapeuta cuando se enfrenta a situaciones extremas de violencia, dolor y
desintegración, el esfuerzo que sea necesario para decodificar la
contratransferencia a fin de interpretar con eficacia psicoanalítica.
El trabajo psicoanalítico con pacientes gravemente perturbados no es
una tarea fácil: puede, en ocasiones, invadir la mente del terapeuta e incluso
su vida familiar. Quiero subrayar la importancia de compartir y supervisar con
un colega estos asuntos. Las emociones que el paciente nos obliga a
experimentar son muy intensas, ya que no ha encontrado a alguien capaz de
recibirlas y contenerlas: el paciente proyecta en la mente del terapeuta muchos
de los sentimientos que jamás podría expresar. Por ejemplo, Jorge nunca pudo
llorar o mostrar su tremendo dolor y culpa, porque no tuvo una madre quien
lo pudiera sostener, o una abuela, ya que murió cuando él tenía 5 años.
La foto de la madre
115
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
con una sonrisa muy especial. Debemos recordar que empezó dibujando
meteoritos que lo perseguían desde el cielo, o nubes que se convertían en
monstruos y lo atormentaban. Fue recuperando imágenes, algún tipo de imá-
genes mentales de su madre, que casi había borrado y olvidado.
Es importante señalar que cuando le pedí una foto de su madre y él,
fue porque mi contratransferencia coincidió con lo que él y yo estábamos
observando en los cuadros. Cuando digo "observando en los cuadros", me
refiero a que a veces pasaba una hora o dos hablando de una de sus pinturas.
En este punto, quisiera expresar lo que sentí cuando Jorge me trajo una
foto. Fue una emoción intensa que me puso la piel china. Creo que él sintió
lo mismo cuando vio la foto y cuando me la mostró: tenía los ojos húmedos,
estaba a punto de las lágrimas. Me conmovió muchísimo, primero que todo
al verlo como un niño pequeño, ya que se parecía mucho a como él es ahora.
La sonrisa de su madre, sus ojos, sus labios, sus cejas, su manera tan amorosa
de mirarlo y sonreírle, la forma en que él miraba los ojos de su madre, en todo
esto hubo una estética y un impacto emocional en mí que me resulta difícil de
describir. Tal vez mi sensibilidad personal me hizo sentir todo esto, pero creo
que fui el receptor de los sentimientos de Jorge que proyectó sobre mí. A
muchos lectores les puede resultar difícil comprender por qué, cuando este
paciente me pidió que fuera con él para obtener una copia de una foto que
me quería dar, accedí. No era sólo una simple copia lo que me quería dar:
quería depositar en mí la imagen y el recuerdo más preciado que tenía en su
mente, el de su madre. En otras palabras, la técnica analítica es muy
importante, y también lo es el encuadre, pero si voy con un paciente a
conseguir una copia y pienso como psicoanalista en transferencia, todavía soy
un psicoanalista.
116
DAVID ROSENFELD
estaba muy agitado por ver por primera vez la foto de su madre con él, y
agregué: "Creo que los dos estamos muy conmovidos al ver que sus labios y
sus ojos grandes se parecen tanto a los que pintaste". El asintió con la cabeza
en acuerdo, todavía incapaz de hablar. Luego dijo que los dibujos de los ojos
de su madre se parecían a los de la foto.
Esto significó que estaba empezando a poner su confianza y afecto en mí, y
este cambio de papel en la transferencia demostró ser muy importante: dejé
de ser la madrastra del paciente en la que no se podía confiar y me convertí
en la madre que lo nutre y protege.
***
En otra sesión le dije a Jorge que trataríamos de recuperar al niño tranquilo y
sereno que estaba dentro de él, y respondió: "Nosotros irradiamos serenidad,
mi madre y yo..." Por un largo rato guardó silencio, mirando fijamente a la
pared blanca. Entonces dije: "Esto que estás viendo ahora, el vacío, la pared
blanca, es lo que siente un niño ante la desaparición de una madre sonriente y
feliz. Tal vez sentiste que en vez de la cara de tu madre, de su sonrisa y
expresión pacífica, verías una pared blanca". La cara de Jorge se puso tensa y
triste e interpreté: "Cuando miraste el vacío y pensaste en la desaparición de
tu madre, tal vez tu rostro se puso tenso y sombrío, como hace un momento".
Me dijo que repitiera la interpretación, y repetí: "Es como si ese niño
sonriendo hubiera desaparecido con la muerte de tu madre, y es lo que has
estado reviviendo desde entonces: la muerte de un niño sonriendo".
El lunes siguiente, Jorge me dijo que se enteró que su madre había muerto al
explotar un boiler: se quemó gravemente y estuvo en agonía durante dos
117
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
semanas. Dijo: "Debió haber sido terrible..." Y agregó: "Le dije a mi primo
que el primer muerto que vi fue a mi tía, a quien amaba tanto". Interpreté:
"Esta es la primera vez que realmente puedes enterrar a tu madre muerta, a tu
abuela y a tu tía". Sólo con la muerte de su tía trajo todo junto: el velorio, el
entierro y el duelo por su madre y abuela.
Luego me habló de otro paciente de la clínica, que fue a dar un paseo
acompañado por un miembro del personal, y que había pedido ir a una
cafetería a comer un postre. Este paciente, Luis, reconoció en el lugar a una
vendedora de drogas, y se escapó al baño para encontrarla y recibir un poco
de cocaína. Todo fue tan rápido que el psicólogo no vio nada. Jorge añadió
que tuvo la fantasía de pedir permiso para salir e ir al mismo lugar. Interpreté:
"Ten en cuenta que las ganas de ir a la cafetería para obtener un poco de
cocaína, son como si con las drogas escaparas de las cosas que has hablado.
Acabamos de decir cómo pudiste enterrar a tu tía, a tu abuela y a tu madre,
todas juntas. Y sentiste tanto dolor y angustia que pensaste que tu cabeza iba
a estallar de dolor. Debes darte cuenta que corres a buscar drogas
precisamente cuando estás en ese estado mental de sufrimiento. Es como si te
convirtieras en un niño, aplastado por el dolor, y trataras de ocultarlo tomando
drogas".
Cerca del final de la sesión surgió nuevo material que me dio la oportunidad
de interpretar otro aspecto de su búsqueda de drogas. Le dije que tal vez era
una venganza, una forma de menospreciarme porque no llegué el fin de
semana y lo dejé solo. Era como demostrar que no me necesitaba más, que
podía llevarse bien con la droga.107
Jorge negó esto diciendo que su deseo de ir a la cafetería para comprar
cocaína no tenía nada que ver con la venganza. La sesión estaba a punto de
finalizar cuando le dije: "No puedes tolerar la espera, no comprendes lo que
significa decir adiós o reunirte otra vez con alguien. Crees que decir adiós es
el final, como la muerte. Algo así te ocurrió ayer domingo, cuando perdimos
la sesión".
107 H. Garzoli, "Una revisión sobre los conceptos de drogadicción y adicción de transferencia",
Conferencia presentada en la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, marzo, 1991; S.
Resnik, op. cit. y Herbert Rosenfeld, Impasse and interpretation. Londres, Tavistock, 1987. (Impasse
e interpretación. Madrid, Tecnipublicaciones, 1990).
118
DAVID ROSENFELD
119
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Jorge se quedó en silencio, pensativo y sin moverse por largo tiempo, con
los brazos descansando sobre la mesa. Dijo: "¿Sabes doctor?, traté de
averiguar las fechas y me di cuenta que mi tía, quien fue el primer muerto que
toqué y enterré, en realidad murió muchos años después de lo que siempre
pensé. La toqué cuando estaba muerta, y ocurrió cuando yo tenía 25 años. De
seguro uno se confunde con las fechas, ¿no?"
Interpreté que es realmente difícil reconstruir una historia, un rompecabezas
que abarca tanto dolor, pena y muerte, con un niño que sufre a causa de la
muerte de sus seres queridos. Luego añadí una interpretación transferencial
diciendo que quizá armaría su historia porque sentía que yo lo contenía y le
proporcionaba holding, y porque yo no tenía miedo de las cosas que me decía.
Yo podía ser fuerte y soportar tanta tristeza.
Jorge se preguntó cómo pudo cometer un error con las fechas y eventos de
su vida.
Admito que contratransferencialmente me quedé absorto, tratando de
resolver las fechas de los duelos y el inicio de su hábito de abuso de las drogas.
Entonces dije: "Pero Jorge, estoy pensando que comenzaste a tomar drogas
hace nueve años. ¿Te das cuenta que empezaste a dragarte cuando murió tu
tía y la enterraron, exactamente a los 25 años, la edad que tenía tu madre
cuando murió?"
Jorge, estando en su silla, literalmente se cayó hacia atrás. Se desplomó sobre
su espalda, estuvo pálido y mudo los minutos restantes de nuestra sesión.
Contratransferencialmente, también sentí un fuerte impacto emocional, y
respeté el silencio y el insight de Jorge. Sólo cuando le dije que su tiempo había
terminado Jorge me dijo, muy suavemente, mientras me daba la mano: "Sí,
empecé con las drogas después de la muerte de mi tía", y le contesté: "Es muy
comprensible que mezcles fechas y épocas, ya que no sabías en realidad si
estabas enterrando a tu tía, a tu abuela o a tu madre. No sabías si tenías 2, 5 o
17 años... todo era un lío en tu cabeza".
120
DAVID ROSENFELD
El otro día, salimos de la clínica. Me pidió que fuera con él para conseguir sus
dibujos y una copia de la fotografía de su madre. Había dos motivos: el
primero era conseguir las fotocopias, y el segundo porque quería mostrarme
la casa donde vivió hasta los 8 años.
Durante el paseo hablamos de muchas cosas. Aproveché la ocasión para
interpretar que él había perdido al niño que sonreía con su madre en la foto y
que cuando tuviéramos las copias, buscaríamos a alguien para que cuidara a
ese niño. Así que al darme una copia de la foto, me pedía que cuidara de ese
niño y le proporcionara holding.
Jorge escuchó atentamente y pensativo. Agregué: "Para evitar el dolor que
sentiste cuando desapareció tu madre, expulsaste de tu mente al niño que
sufría, y también expulsaste al niño que sonreía". Jorge sintió el impacto;
entendió, sintió y experimentó (vivió) la interpretación con un impacto
emocional que rara vez sentía.
Jorge me llevó al edificio donde vivió con su madre los primeros años de su
vida, hasta que tuvo 8 años. Mientras estuvimos ahí, dijo: "¿Sabes?, me
acuerdo del reloj y la estatua, también del jardín". Luego añadió que le gustaría
vivir ahí otra vez, que averiguaría si había un departamento en renta.
Le comenté que el verdadero viaje se llevó a cabo dentro de su mente, un
viaje a su pasado y su infancia, y esto era más importante que vivir otra vez
donde vivió cuando era niño. Le dije que el reloj y el jardín indicaban que el
viaje se realizaba a través del tiempo: "Lo importante es el viaje interior".
En la siguiente sesión, Jorge leyó dos hermosos cuentos cortos relacionados
con su infancia. Después me contó un sueño:
Estaba tomando un tren directo de Roma a las pirámides de Egipto. Dijo
que el viaje fue algo fantástico porque no necesitó trasbordar. Era como si la
vía fuera de una sola pieza, yendo directamente y sin obstáculos a través de
las montañas, mares y desiertos.
Vimos que hizo el viaje a su pasado, trazando la historia de su familia. En la
vida real, su familia está relacionada con la región geográfica de las pirámides.
Ambos coincidimos en que este sueño era el viaje a su mundo interior, al
mundo de su infancia. También significó traer de vuelta la sesión que tuvimos
en nuestro paseo para ver la casa donde vivió cuando era niño. En su sueño,
Jorge trajo todas esas cosas que descubrió en su análisis conmigo: representó
121
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Uno de los días que podía recibir la visita de sus padres, la madrastra fue el
blanco de insultos verbales y violentos por parte de Jorge. En otra ocasión
hizo lo mismo con su padre.
Durante esos meses, yo era incapaz de comprender todos los
mecanismos que generaban tanta violencia. Durante varias semanas,
interpreté en la transferencia. Le dije que su agresión y odio violento contra
mí probablemente se debía al hecho de que lo había hospitalizado contra su
voluntad. Interpreté la violencia contra su madrastra y su padre como un acting
out, es decir, un sentimiento transferencial hacia mí era actuado y evacuado
sobre otra persona.
Comprendí algo de toda esa violencia cuando Jorge, con un pase
especial de la clínica para salir a caminar, se dirigía a casa. Comprendí las
reacciones que surgieron en la madrastra por los progresos realizados por
Jorge (especialmente por su salida de la clínica) de una manera muy directa y
simple, ya que se dirigían contra mí.
Explicaré esto ahora.
Después de varios meses, cuando Jorge fue dado de alta como paciente
interno, su madrastra comenzó a acosarme por teléfono, dado que me hacía
responsable del hecho de que Jorge estaba "molestando a todos en la casa", a
pesar de que ella me había suplicado que lo curara a fin de que regresara a
casa. Las cosas que decía la madrastra no justificaban sus quejas. Jorge
continuó su tratamiento en mi consultorio y asistía a la terapia de grupo en la
clínica.
Ante esta acusación, le dije que si Jorge estaba en casa era porque se
sentía mejor. Ella respondió: "Claro, usted está enojado. conmigo". Le dije:
"No, no estoy enojado con usted". Usaba dobles mensajes y paradojas
pragmáticas al decirme que "yo la estaba lastimando". Ella cambió todo y
ahora me acusaba.
Debo admitir que en mi contratransferencia sentí un fuerte impacto
emocional, porque descubrí el rostro oculto de su mente. Las cosas que dijo
122
DAVID ROSENFELD
108 David Liberman, "Affective response of the analyst to the patient's communication", en
International Journal of Psychoanalysis, núm. 59, 1978, pp. 335-340.
109 Sigmund Freud, "Mourning and melancholia", en The standard edition of the complete psychological
works of Sigmund Freud, vol. xiv. Londres, Hogarth Press, 1955. ("Duelo y melancolía", en Obras
completas, t. XIV. Trad. de José L. Etcheverry. Buenos Aires, Amorrortu, 1986, pp. 235-255);
123
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
A. Green, op. cit. y Thomas Ogden, The matrix of the mind. Northvale, Nueva Jersey, Jason
Aronson, 1986.
110 D. Rosenfeld, op. cit., p. 79.
111 L. B. Boyer, "Historical developmeat of psychoanalytic psychotherapy of the
124
DAVID ROSENFELD
La hospitalización de su padre
Mientras su padre estuvo en el hospital, Jorge tuvo este sueño: "Dos altavoces
están en llamas; yo estoy en otra habitación. Luego aparece una figura; quizá es mi padre o
mi terapeuta". Lo que es importante en este sueño es que hay altavoces, o
amplificadores, o algún dispositivo de ese tipo, y se están quemando. Jorge
asoció y dijo que la noche anterior salió de la casa luego de regañar a su
madrastra.
Durante esta sesión percibí que se sentía abrumado, que no podía soportar
la presión de ver a su padre enfermo. Luego me contó el episodio con su
madrastra: ella le dijo que no saliera de la casa en la noche, o lo "quemaría
vivo". Jorge se volteó contra ella y le gritó todo tipo de insultos, de modo que
ella se calló por primera vez en su vida. Respondí: "Esto es significativo,
porque tu madre se quemó viva... Creo que estás trayendo una explicación del
sueño de los altavoces... ¿Dónde murió tu madre?".
Jorge señaló el Hospital Rivadavia, frente a la calle donde estábamos.
Lo llevé a la ventana y le pregunté si conocía qué sala. Dijo que no.
112L. B. Boyer, "Countertransference and technique in working with the regressed patient:
Further remarks", en International Journal of Psychoanalysis, núm. 70, 1989, pp. 701-704 y Heinrich
Racker, Transference and countertransference. Nueva York, International Universities Press, 1968.
(Estudios sobre técnica psicoanalítica. México, Paidós, 1990).
125
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Jorge trajo un sueño acerca de una carrera entre un caballo y un toro. Dijo: "El toro
llevaba ventaja, estaba ganando. La pista era cuadrada, con ángulos rectos, lo que parecía
extraño. Yo estaba en un extremo de la pista, en el interior de una casa, viendo la carrera".
Cuando dibujó un diagrama del hipódromo, le pregunté por qué supuso que
había ángulos rectos. Entonces pensé que los ángulos podrían representar los
cambios abruptos en sus estados de ánimo en esta carrera analítica.
Entonces Jorge recordó otra parte del sueño: "No, creo que fue diferente. No
estaban en una carrera, estaban tirando de una diligencia, el caballo y el toro juntos".
El sueño se desplaza a otra escena: "El caballo se escapó, corrió fuera de control,
como un animal salvaje; corrió como loco hasta que un jinete saltó en su espalda y lo sometió.
Fue como una escena de un western de Tom Mix o una película del Zorro".
126
DAVID ROSENFELD
Jorge volvió a contar otro sueño. Viajaba en un autobús. Ahí un grupo de personas
comenzó una pelea con otro grupo. Uno de los individuos sacó un rifle 'cuerno de chivo' y le
disparó a un hombre. El hombre que murió y quien cayó al suelo, parecía ser alguien que
Jorge conocía. Luego el hombre que tenía el rifle le apuntó y disparó a Jorge.
Primero Jorge dijo que fue asesinado, pero inmediatamente agregó: "No,
realmente no me mató, porque otra persona en el mismo autobús le disparó
con una pistola Magnum; lo mató y se escapó".
El sueño continuó con una escena en la que Jorge escapó en un coche. En su
huida, descubrió que la policía lo seguía. Y agregó: "Yo estaba con un paciente de la clínica,
Marcos, el que tuvo un accidente automovilístico bajo la influencia de las drogas, y tuvo una
secuela neurológica; estaba casi descerebrado".
En otra escena, 15 policías pasaron a su lado y uno de ellos lo reconoció. "Entonces",
dijo, "tomé un arma y me disparé en la boca". Le pregunté si su sueño terminó ahí
y dijo que eso era todo. En cuanto al disparo en la boca, le pregunté si podría
ser una fantasía de suicidio, y dijo: "Cometer suicidio con una Magnum es
como tomar cocaína". Y agregó: "La pistola Magnum me recuerda el modelo
que utilizó uno de los policías".
Es importante que en el sueño Jorge no murió después de dispararse. Sólo
tenía un agujero en el paladar y la nariz. Así que le pregunté si no era como
aquel agujero o perforación de quienes se meten cocaína a su nariz. Asintió
con la cabeza, y agregué: "Eres, junto con Marcos, el paciente hospitalizado
que está 'casi descerebrado', porque en el sueño Marcos parece representar
una parte de ti (una parte de tu propio yo), una parte loca tratando de cometer
suicidio mediante el abuso de las drogas".
127
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
113 Cf. Wilfred Bion, Second thoughts. Londres, William Heinemann, 1967. (Existe una
reimpresión por Karnac, 1984). (Volviendo a pensar. Buenos Aires, Hormé-Paidós, 2006); Wilhelm
Eickhoff, "Identification and its vicissitudes in the context of the Nazi phenomenon", en
International Journal of Psychoanalysis, núm. 67, 1986, pp. 33-44; Otto Kernberg, "Technical
considerations in the treatment of borderline personality organization", en Joseph LeBoit y
Attilio Capponi (eds.), Advances in psychotherapy of the borderline patient. Nueva York, Jason
Aronson, 1979, pp. 269-305; O. Kernberg, Severe personality disorders. New Haven, Connecticut,
Yale University Press, 1984. (Trastornos graves de la personalidad. México, Manual Moderno, 1992);
O. Kernberg, Internal world and external reality. Nueva York, Jason Aronson, 1985; D. Rosenfeld,
"Psychic changes in the paternal image", en International Journal of Psychoanalysis, núm. 73, pp.
757-771; Lore Schacht, "La planéte imaginaire", en Journal de la Psy-chanalyse de L'enfant, núm. 5,
1988, pp. 235-262; Hanna Segal, "Some aspects of the analysis of a schizophrenic", en
International Journal of Psychoanalysis, núm. 31, 1950, pp. 286-278; H. Segal, The work of Hanna
Segal Londres, Karnac, 1986; John Steiner, "The defensive function of pathological
organizations", en L. B. Boyer y P. L. Giovacchini (eds.), Master clinicians on treating the regressed
patient. Northvale, Nueva Jersey, Jason Aronson, 1990, pp. 97-116 y Philip Wilson, "Family
psychopathology", en Philip Wilson e Ira Mintz, Psychosomatic symptoms. Northvale, Nueva
Jersey, Jason Aronson, 1989, pp. 63-82.
128
DAVID ROSENFELD
un pariente mío). Así que le dije: "Creo que el sueño también expresa algo
que sucede conmigo, o mejor aún, en contra de mí, porque te dejo plantado
por dos sesiones. (No lo vi un día y medio.) Tu reacción contra mí parece
venir de un niño agresivo y loco que se siente abandonado; quizá te sentiste
furioso, sentiste que me disparabas".
Luego asoció este sueño con uno posterior, en el que arrojó comida por la
ventana de un autobús en el que viajaba. Pensé que este material indicaba el alimento
analítico que vomita, escupe o tira por la ventana. Pensé que tirar la comida
significaba tirar el alimento analítico, en otras palabras, las interpretaciones del
terapeuta. También sentí, sin decirlo, que tirar la comida muestra sus
relaciones de objeto durante una primera fase oral en su infancia. Asocié esto
con el sueño del tiroteo en el autobús, sobre todo la parte donde se pegó un
tiro en la boca. Esto me llevó a la hipótesis de que en lugar de dispararme
porque lo abandoné dos sesiones, él mezcló el yo con el objeto.
Entonces sugerí una interpretación: "Parece que hay otra lectura de este
sueño. Te sentiste muy enojado, sentiste odio y deseaste dispararme a mí,
Rosenfeld, porque te abandoné dos sesiones".
Seguí: "Porque no comprendes y no puedes soportar las despedidas o
separaciones, ya que crees que todas las despedidas son la muerte final y
decisiva, así que tampoco puedes soportar la espera, no puedes tolerar la
demora". Agregué: "Me convertí en una madre que te abandona y muere, y te
convertiste en un niño que quiere dispararme. Pero te confundes, y en vez de
dispararle a Rosenfeld, te disparas a ti mismo".
Interpreté: "Me odias tanto que tienes miedo que tome alguna venganza
horrible. Y es por eso que, en tu sueño, me convierto en los policías que te
están persiguiendo. Es como si yo, persiguiéndote, me convierto en los
meteoritos y en la madre que te persiguen y acusan dentro de tu mente".
129
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
130
DAVID ROSENFELD
que nunca pude sentir antes, ya que siempre fui más bien eufórico o estaba
lleno de ansiedad, poco a poco la obsesión por la cocaína empezó a disminuir
lentamente, así como la constante necesidad de hablar de ella y la tentación a
usarla. Esto me sorprendió porque podía recordar que durante los primeros
días hablábamos sólo de drogas. Era como estar en las drogas sin drogas.
"Tenía todo el rompecabezas resuelto, pero realmente no podía sentir.
Pregunté si algún día yo sería capaz de llorar por la muerte de mi madre: era
difícil de creer. Pero sucedió: en el trascurso de una sesión, lloré con mi
terapeuta durante 40 minutos viendo la foto de mi madre, era una sensación
de descompresión que no podía... es muy difícil explicar lo que sentí en mi
pecho, como si mi pecho estuviera a punto de estallar, quería sentir lo que más tarde
mi terapeuta me dijo que era el dolor psíquico. Le expliqué la sensación y él
me habló del dolor psíquico. Me dolía realmente, como si alguien me hubiera
picado en el pecho. El dolor permaneció cuatro o cinco días. Creo que fue el
primer paso para realmente mejorar.
"Bueno, la última cosa que quería decirles es que, aunque la primera fase de
mi tratamiento acabó, siento que es sólo un cambio de habitat, ahora vivo fuera
de la pecera donde aprendí a nadar en el mar, por lo que ahora ellos me han
soltado a la calle. Regreso en un horario ordenado, personas expertas me
cuidan, y ahora tengo que empezar a cuidar de mí mismo, consciente de los
peligros que me rodean. Porque creo que estoy en el umbral de mi cura, ahora
todo es más fácil de lo que era cuando empecé aquí. Yo creo que cuando fui
hospitalizado, me estaba volviendo loco, y ahora tengo la oportunidad de no
volverme loco. Creo que todos... bueno, por lo menos tengo dos Jorges en mi
cabeza, el loco era Goliat y Jorge era David, ahora David está creciendo y Goliat
está perdiendo fuerza, de modo que ahora todo es más fácil, y al final yo puedo
ganar. Tengo la intención de seguir con mi análisis, vengo a terapia de grupo
una vez por semana, y de lunes a sábado tendré sesiones con mi analista. Estoy
construyendo un importante continente de afectos para mí. Estoy planeando
un calendario para mi próximo trabajo que me ayudará a tener orden, a fin de
no dispersarme. Estoy muy consciente de ciertos temores, por ejemplo, pensé
que habían desaparecido la semana pasada, pero ahora me doy cuenta de que
hay algunos miedos que se pueden controlar. Pero precisamente mi liberación
realmente significa una continuación de mi tratamiento como paciente
externo".
131
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
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CONCLUSIONES
Enrique Pichon-Riviére, Del psicoanálisis a la psicología social. Buenos Aires, Galerna, 1972.
114
115 H. Rosenfeld, op. cit. y H. Searles, "Unconscious identification", en L. B.
Boyer y P. L. Giovacchini (eds.), op. cit., pp. 211-226.
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116 Joyce McDougall, "Identification, neoneeds and neosexualities", en L. Bryce Boyer y Peter
Giovacchini (eds.), op. cit., pp. 189-210.
117 Anne-Marie Sandler, "Concluding discussion", en J. Sandler (ed.), Projection, identification,
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EPÍLOGO
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Capítulo 4
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EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
LORENZO
Primer encuentro
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DAVID ROSENFELD
violentas; rompía las ventanas, golpeaba puertas y armarios. Una vez, en una
galería de videojuegos, Lorenzo no pudo vencer al personaje que lo atacaba,
y no hubo manera de quitarlo de la pantalla. Finalmente rompió la máquina y
la ventana de la galería, y lo detuvimos con ayuda de otras personas. Los
propietarios de la tienda querían llamar a la policía". El padre añadió: "Un
muchacho con tantos problemas de aprendizaje y semejante violencia es
incurable: debe ser genético". Creo que el padre, en presencia de su hijo y en
la primera entrevista, transmitía una sensación de desesperanza. Como
veremos, en el trascurso del tratamiento la madre hacía lo que podía para
ayudar a su hijo, acompañarlo a sus sesiones, llevarlo a la escuela, etcétera.
Traté de hablar con el muchacho, pero él no podía fijar la mirada en
nada. Me recordó a un niño asustado y aterrorizado; el tipo de imagen que a
veces podemos observar en los bebés durante su primer año de vida. Le
pregunté qué pasaba en los videojuegos, qué sentía, si lo estimulaban. El
paciente se enfureció, se puso de pie, y me gritó: "¡Este psicoanalista está loco!
¡Mira lo que me está diciendo, está hablando de sexo, está loco, loco!" Mi
intervención provocó esta reacción: el hecho de que el paciente se pusiera de
pie y reaccionara tan violento me sugirió algún tipo de diagnóstico diferencial.
Le pregunté qué podía decirme acerca de su hospitalización, y respondió:
"¡Estoy enojado contigo, no confío en ti! ¡Estás loco!" En ese momento
recordé que es muy común que los pacientes psicóticos lleven a cabo una
poderosa identificación proyectiva de su locura en el terapeuta e insinúen que
el terapeuta está loco para creer que cuando éste habla le regresa su propia
locura. Es su propia locura, proyectada en la mente del terapeuta, lo que crea
la angustia.
Lorenzo me dijo una versión de su hospitalización: "Estaba jugando
en una galería de videojuegos y ellos querían hacer que yo me fuera. Grité
porque no tenían derecho a hacer que me fuera. No había terminado de jugar.
No había ganado ni perdido. Y luego me sacaron de ahí, me llevaron a la
clínica, y no me dejaron jugar más". Le pregunté otra vez si ellos no lo dejaron
jugar, y Lorenzo respondió: "Los psiquiatras confiscaron la consola de
videojuegos que tengo en casa y me prohibieron que me acercara a los
videojuegos". Los padres explicaron que era una orden estricta del psiquiatra.
Después de unos meses de tratamiento, se comprobó lo que el paciente había
recordado, que uno de los psiquiatras fue a su casa acompañado por un abo-
gado y, con tal de que no hubiera duda acerca de la seriedad de la prohibición,
escribieron un documento notarial que afirmaba que serían confiscados
todos los videojuegos.
A partir de entonces, me di cuenta de que todos los personajes del
mundo interno de Lorenzo estaban presentes en la pantalla, pero eran
proyectados a un escenario exterior donde él podía matarlos, o ellos podían
perseguirlo. Cuando se enteró de que yo no iba a prohibirle jugar con sus
141
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
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DAVID ROSENFELD
Violencia y delirios
119Antonello Corréale, "Famiglia e psicosi", en Rivista Interazioni, núm. 1, 1994, pp. 136-139;
Antonino Ferro, Nella stanza d'analisi. Milán, Cortina Raffaello, 1996 y Enrique Pichon-Riviére,
Del psicoanálisis a la psicología social. Buenos Aires, Galerna, 1972.
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120 Véase L. Bryce Boyer, The regressed patient. Northvale, Nueva Jersey, Jason Aronson, 1983;
"Countertransference and technique", en L. Bryce Boyer y Peter Giovacchini (eds.), Master
clinicians on treating the regressed patient. Northvale, Nueva Jersey, Jason Aronson, 1990, pp. 303-
324; "Countertransference: Brief history and clinical issues with regressed patients", en L. B.
Boyer y P. Giovacchini (eds.), op. cit. y Countertransference and regression. Northvale, Nueva Jersey,
Jason Aronson, 1999.
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DAVID ROSENFELD
Nintendo vs Sega
121 Ana Maria Nicoló Corighiano y Francesco Borgia, "Tra l'intrapsichico e l'in-terpersonale.
La folie á deux: come ipotesi-modello di un funzionamento inter-personale", en Rivista
Interazioni, núm. 1, 1995, pp. 40-51.
122 Hanna Segal, "Fantasy and reality", en International Journal of Psychoanalysis, núm. 75 (2), 1994,
pp. 395-401
147
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Colaboración y transición
Durante una sesión Lorenzo comentó que jugó con un videojuego, pero era
la primera vez que el paciente elegía un juego sin decapitaciones, sin golpes de
kárate, sin sables y sin espadas. Dijo que eligió este juego "porque hay un
mono que tiene que saltar sobre un río para salvar su vida, y el mono se
encuentra con una rana gigante, tan grande como el escritorio de su con-
sultorio. La rana le dice al mono que se monte en su espalda y saltan a la otra
orilla del río. Luego viene otro animal, quien le da de comer al mono un
plátano". El paciente dijo que se fue temprano a la cama, pero que pensó por
horas en este juego. Yo interpreté que era la primera vez que jugaba un
videojuego donde había una colaboración y ayuda en lugar de peleas, golpes y
asesinatos. "En el juego que elegiste, se reúnen para ayudar a alguien", y
agregué, "lo que viste en el juego es como lo que pasa conmigo en la sesión.
Yo te apoyo, como la rana, te ayudo a saltar y cruzar el río. Te transporto en
mi espalda y te doy alimento mental, que en el juego es el plátano".
En esta sesión tuvimos una buena comunicación, tanto así que por un
momento él yacía en el diván como si éste fuera una rana grande que lo
apoyaba. Ésta era la primera vez que usaba el diván. Antes se quedaba parado
o caminaba alrededor del consultorio.
123Maria Grazia Cancrini y Massimo Pelli, "Lavorare con' le famiglie e lavorare 'sulle' famiglie:
alcune riflessioni tra approccio sistemático e intervento psicoeducazionale", en Rivista
148
DAVID ROSENFELD
era debido a que el psiquiatra y yo somos las dos personas que lo ayudamos.
"Tú nunca viste a dos personas trabajar juntas para ayudarte. Sobre todo,
hablas de discusiones y peleas". En ese momento el paciente recordó: "En mi
cumpleaños, mi madre cocinó comida china en una olla grande y justo antes
de cortar el pastel mis padres comenzaron a insultarse porque ella dijo que él
no la ayudaba en la limpieza, o a pagar mi tratamiento, o a preparar la cena
para mi cumpleaños. Terminaron arrojándose el sartén en sus cabezas".
Interpreté: "Te das cuenta de que cualquier niño se puede volver loco con
peleas como éstas, sobre todo si es su cumpleaños". Creo que el mundo real
exterior tiene un impacto e intensifica el trastorno mental del paciente.
Lorenzo sobrevivió a las peleas de sus padres proyectándolos en la pantalla
de videojuegos, así desalojaba de su mente las cosas que sucedían con los
objetos reales: vació su cabeza de los eventos reales en su casa. Desde mi
punto de vista, el nivel de violencia que mi paciente experimentó en su casa
fue alto y muy perturbador, por eso le indiqué a los padres que necesitaban
tener entrevistas periódicas con el psiquiatra, lo cual resultó útil porque la
familia decidió quedarse unos días en la ciudad.124 Ésta era la primera vez que
el paciente salía de excursión con su padre, quien lo llevó al cine y a dar un
paseo por la ciudad.
Lorenzo empezó a temer que sería hospitalizado otra vez y recordó la primera
vez que esto sucedió durante la Navidad. Dijo, "Los que me enviaron al
hospital deben haber sido judíos o ateos, porque no les importó". En ese
momento Lorenzo comentó cosas que su padre le dijo y que lo
desconcertaron (debo admitir que también me desconcertó a mí): "Mi padre
dice que si alguna vez me caso, tendré que pasar por lo que él está pasando,
está a punto de separarse de mi madre". Lorenzo saltaba y corría por todo mi
consultorio cuando gritó: "Por qué diablos me tuvo, si ahora no le interesa
este matrimonio. ¡Podría matarlo, podría matarlo, podría matarlo!" Interpreté
que hace esto en los videojuegos: proyecta en los personajes de la pantalla el
odio que siente por su padre. Subrayé que por primera vez era capaz de gritar
el odio hacia su padre, gritar que quiere matarlo. "Antes, todo esto era secreto
y era evacuado de tu mente en la pantalla del televisor. Es muy importante
que tengas fantasías de odio y muerte, esto no significa que' realmente lo
Interazioni, núm. 1, 1995, pp. 151-158 y Giuseppe Martini, "Dinamiche tra gli operatori dei
servizi di salute mentale e i genitori dei pazienti psicotici: un terreno che scotta", en Rivista
Interazioni, núm. 1, 1995. pp. 81-94.
124 Ezio Maria Izzo, "Más allá de la interpretación", Conferencia presentada en el congreso de
149
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
mates". Lorenzo siguió gritando y corriendo alrededor del consultorio, así que
repetí las palabras para estar seguro de que las escuchara.
Colaboración
Varios meses después, justo antes de que yo tuviera que salir de la ciudad por
diez días, Lorenzo parecía sereno al inicio de la sesión hasta que dijo: "Mi
madre rompió un transformador y no sé si se puede arreglar; no sé si el técnico
pueda hacer buenas conexiones... No sé si seré capaz de ponerme al día con
las clases que perdí en la escuela, tal vez me harán un examen del medio
ambiente y la salud... Pensé que estaría molesto porque hoy llegué un poco
tarde". Le comenté que quizá tiene miedo de los sustitutos —un psicólogo y
un psiquiatra— que tomarían mi lugar durante mi ausencia. Lorenzo se
preguntó si las conexiones humanas pueden ser reemplazadas y buenas, e in-
terpreté: "Tú crees que la comunicación conmigo se romperá, y no sabes si lo
que llamas un 'transformador roto' se puede arreglar". Después de permanecer
en silencio, me dijo que rentó algunas películas que planeaba ver con su abuela.
Le recordé que había una época en la que sólo rentaba videojuegos violentos,
llenos de monstruos, en los que no había seres humanos.
La semana antes de que yo saliera, Lorenzo fantaseó que tenía un orificio entre
el ano y los testículos. La fantasía acerca de la ausencia del terapeuta apareció
como un orificio en su cuerpo, o un vacío en sus relaciones objétales, y en un
nivel diferente podría representar una operación en los testículos que tuvo a
los 11 años, y quizá también el vacío que dejó la muerte de su abuelo.
Ausencia, vacío, muerte y pérdida de masculinidad se mezclan o igualan en la
fantasía del agujero. Además, podría representar una confusión en la identidad
sexual, en parte masculina y en parte femenina (posiblemente porque a
menudo su madre lo había convertido en partes de su cuerpo y su mente).
150
DAVID ROSENFELD
125 Vamik Volkan, The infantile psychotic self and its fates. Northvale, Nueva Jersey, Jason Aronson,
1996 y V Volkan, The Seed of Madness. Madison, Connecticut, International Universities Press,
1997.
126 Jean-Michel Quinodoz, “Female homosexual patients in analysis", en International Journal of
151
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Los sueños
El sueño con la L
127 Véase André Green, Le discours vivant. París, PUF, 1977. ( E l discurso vivo. Valencia,
Promolibro, 1998); A. Green, La folie privée. París, Gallimard, 1992. (De locuras privadas. Buenos
Aires, Amorrortu, 1990); A. Green, "La sexualité a-t-elle un quelconque rapport avec la
psychanalyse?", en Revue Francaise de Psychanalyse, núm. 60, 1996, pp. 829-848 y A. Green, Les
chames d'Éros. París, Odile Jacob, 1997. (Las cadenas de Eros. Buenos Aires, Amorrortu, 1997).
128 Sigmund Freud, "On narcissism: An introduction", en The standard edition of the complete
psychological works of Sigmund Freud, vol. XIV. Londres, Hogarth Press, 1955. ("Introducción del
narcisismo", en Obras completas, t. XIV. Trad. de José L. Etcheverry. Buenos Aires, Amorrortu,
1986, pp. 65-98) y S. Freud, "Remembering, repeating and working-through", en op. cit., vol.
XII. ("Recordar, repetir y reelaborar", en op. cit., t. XII, pp. 145-157).
152
DAVID ROSENFELD
Durante la siguiente sesión, el paciente dijo que una vez más su padre
le dijo que "hay cosas que no pueden cambiar". Añadió que su padre y sus
compañeros de la escuela piensan que es "raro" y un poco loco. Interpreté que
quizá él confundía a las personas reales con los personajes imaginarios de su
cabeza que lo llamaban "raro". Continuó diciendo que su hermana le gritó
"loco" y, entonces, la golpeó. Decidí darle una segunda sesión ese día, porque
yo tenía miedo de que se volviera violento contra sus hermanas. Esto es
cuando descubrimos que la violencia era su defensa contra la excitación sexual.
Lorenzo se sintió contenido por mí ese día, y en la siguiente sesión relató un
sueño: "Me veo como una mujer y busco un nombre como el mío, con una
L, como Lorenzo, y es Leonora. No sé si tengo un pene o no". Interpreté su
temor a perder su identidad sexual como varón; temía que si recibía afecto o
era atendido por su terapeuta (que es un hombre) él sería homosexual, o se
convertiría en una mujer. Agregué que él pensaba que esta era la única manera
en que podía ser aceptado y amado por mí. Lorenzo creía que para ser amado
por su padre, él tenía que ser una mujer, al igual que sus hermanas, porque
eran las consentidas de su padre. Lorenzo respondió a la interpretación con
un comentario sexual: "Mi compañera Carolina me excita". Y me dijo que
también se excitó cuando vio besándose en una motocicleta a una pareja de
estudiantes de su escuela.129 Al final de la sesión dijo que su abuela va a la casa
de sus padres cuando no hay peleas; a él le gustaría que su abuela fuera con
mayor frecuencia, así él podría venir más a menudo a las sesiones.
Creo que aquí podemos ver cómo él tenía miedo de no ser aceptado como
hombre por un terapeuta varón. Además, surgió la falta de diferenciación
primitiva con el cuerpo femenino de su madre. Tenía miedo de acercarse a su
médico, de descubrir que podía sentir afecto por él, y esto llevó a producir
sueños como el anterior. Ésta es una repetición transferencial de su historia
con su padre.
129 Salomón Resnik, "Erotizzazione e psicosi nella famiglia", en Rivista Interazioni, núm. 1, 1994,
pp. 73-81.
130 S. Freud, "The ego and the id", en op. cit., vol. XIX, pp. 49-50. ("El yo y el
ello", en op. cit., t. XIX, pp. 50-51) y S. Freud, "New introductory lectures on
psychoanalysis", en op. cit., vol. XXII, pp. 109-110 ("Nuevas conferencias de
introducción al psicoanálisis", en op. cit., t. XXII).
153
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
131 David Rosenfeld, The psychotic: Aspects of the personality. Londres, Karnac, 1992.
132 Harold Searles, "Transference psychosis in the psychotherapy of schizophrenia", en Collected
papers on schizophrenia and related subjects. Londres, Hogarth Press / Karnac, 1986.
133 Melanie Klein, The writings of Melante Klein: Love, guilt and reparation and other works, vol. 1.
Londres, Hogarth Press, 1975. (Existe una reimpresión por Karnac, 1992). (Obras completas.
Amor, culpa y reparación, t. 1. Buenos Aires, Paidós, 1988). M. Klein, The writings of Melanie Klein:
Envy and gratitude and other works, vol. 3. Londres, Hogarth Press, 1975. (Existe una reimpresión
por Karnac, 1993). (Obras completas. Envidia y gratitud, t. 3. Buenos Aires, Paidós, 1988).
154
DAVID ROSENFELD
Lorenzo intentaba sobrevivir a las peleas y gritos reales de sus padres tratando
de proyectar y vaciar su mente de ellos, ya sea en un videojuego o en un sueño.
El paciente continuó su relato: "Entonces yo estaba con mi tío y maté a la mujer, a
la grande, y la arrojé a las vías del tren: el golpe que se dio en los rieles la mató. Entonces
sugerí matar a la joven. Luego vino una mujer fea, como una bruja o una niñera delgada,
huesuda y fea. Estaba con una chica de mi edad que era tan malvada como ella". Le pedí
que explicara por qué había tantas mujeres, y exactamente quién estaba con
quién, y explicó: "Por la mirada en sus caras, creo que todas me querían derrotado,
querían golpearme, se defendieron bien, pero hubo un estancamiento. No podía hacer nada
por ellas y ellas no podían hacer nada por mí. Entonces me di cuenta de que me gustaba
una de las jóvenes". Un poco abrumado por la confusión de personajes, le
pregunté de qué joven estaba hablando, y respondió: "La veo con pelo rubio y
largo, una parte lacia, pero con algunos rizos, de piel blanca; y entonces pensé que esta chica
no valía la pena, pero aun así la obligué a estar conmigo esa noche. Puse mi brazo alrededor
de su cintura y nos fuimos caminando como si fuéramos una pareja. Luego el adulto en el
sueño cambió en mi abuelo y me dijo Ahora, todos nosotros lo estamos haciendo bien.
Mi abuelo nos siguió y nos cuidó".
Analista [A]: ¿Él te protegía de algún peligro?
Paciente [P]: Yo era un niño de 12 años; no me avergonzaba si mi abuelito
me cuidaba.
A: ¿Quizá yo era el abuelo?
P: No, no. El abuelo era mi abuelo. Lo extraño desde que murió. Sería
maravilloso tener a mi abuelo y a una novia como ella. (La voz de Lorenzo
cambió dramáticamente a medida que decía estas palabras; durante sus años
de tratamiento nunca mostró tanta emoción).
A: Háblame de tu abuelo.
P: Creo que tenía 11 años. Oh sí, él me quería mucho y yo también lo quería.
Luego dijo que en su sueño había un restaurante donde él iba con su novia, era un
lugar muy sencillo, pero servían buena comida. En la contratransferencia me sentí
conmovido y recordé vívidamente una escena importante de mi infancia con
mi querido abuelo. En mi contratransferencia deduje que Lorenzo se sintió
conmovido cuando habló de su abuelo a quien tanto amaba, y ahora encontró
en su tratamiento un lugar donde se sentía bien, un lugar sencillo, pero con
buena y abundante comida. "Al final, no entramos al restaurante, el abuelo nos llevó
a otro lugar porque tenía que trabajar", dijo.
A: Éste es el primer sueño en el que recuperas a tu abuelo, quien te amó
tanto. En tu sueño, te protege de tus miedos y lo recuperas; este personaje fue
tan importante cuando eras un niño, como cuando te sentiste protegido por
mí de tus pesadillas y monstruos que te persiguen en tu interior.
La sesión terminó en silencio, lo cual fue distinto para él, pero yo sentí que
Lorenzo estaba en el proceso de recuperar a sus objetos internos.
155
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
"Está bien doctor, entiendo que durante las sesiones debo responder por mí
mismo, y no a través de la mente de cualquier otra persona: (a) siento muchos
tipos de odios, pero me pregunto por qué todos mis odios deben dirigirse a ti;
(b) los videojuegos representan mi mente; (c) los rituales que realizo están
destinados a limpiar mis odios y (d) tengo miedo que me hagas algo en
venganza por mi odio hacia ti".
El siguiente punto en su carta es muy importante y lo cito literal: "El
desarrollo de mi mente depende del videojuego, pero sólo en parte. Tengo el
absoluto derecho a atacarte si te comportas como un imbécil de mierda".
Debemos recordar que una vez me enseñó cómo quería atacarme, lo que él
llamó defenderse a sí mismo, y mientras se paseaba por mi consultorio desde
atrás apretó mi cabeza y mi cuello para mostrarme lo que me liaría. Admito
que tuve miedo. En ese momento recordé que tuve un paciente esquizofrénico
que una vez me dio un puñetazo en la cara porque, como dijo, me parecía a
su padre, por mis lentes y el bigote. Pero una vez que me contuve, descifré su
actuación y comprendí que lo que hizo es lo que continuamente temía que yo
le haría a su mente. "Hay un videojuego que nunca puedo vencer; ¿cuándo
podré dejarlo de jugar, seré incapaz de detenerme una vez que lo empiece?
¿Acaso nunca se borrará el videojuego de mi mente?" Estas palabras que el
paciente pensó, habló y escribió, son una señal de que comprendió las
interpretaciones que indican que los personajes luchan y se matan unos a otros
en los videojuegos, y lo que a él tanto le fascinó estaba en su mente desde que
era un niño, ya que sus padres peleaban, se mataban uno a otro en un coito
sádico, con él en medio, en un videojuego mental aterrador. En la misma carta,
algunos fragmentos reflejan sus aspectos infantiles, necesitados de ayuda, con
más claridad que nunca, cuando escribió: "Conozco a un chico que, si eres
bueno, realmente te necesita, porque él lleva una vida miserable, no puede
encontrar la paz dentro de sí mismo". La lista pasó a otros temas relacionados
con su identidad masculina, lo que trajo a las sesiones bajo distintos disfraces:
"Creo que me quedaré chaparro... Ya no eyaculo más... ¿Acaso está muerto en
mí el hombre?"
CONCLUSIONES TEÓRICAS
156
DAVID ROSENFELD
157
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Identificación proyectiva
Ecuación simbólica
135 Peter Goldberg, "The holding environment. Conscious and unconscious elements in the
building of a therapeutic framework", en L. B. Boyer y P. Giovacchini (eds.), Master clinicians on
treating the regressed patient. Northvale, Nueva Jersey, Jason Aronson, 1990.
158
DAVID ROSENFELD
Transferencia e interpretaciones
Sensaciones autistas
Psychoanalysis, núm. 73, 1992, pp. 757-771 y D. Rosenfeld, "Toxicomanie, addiction, et transferí
psychotique", en Alain de Mijolla (ed.), Dictionnaire International de la psychanalyse. París, Calmann-
Levy, 2001. (Diccionario internacional de psicoanálisis. Madrid, Akal, 2007).
159
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
139 Francés Tustin, The protective shell in children and adults. Londres, Karnac, 1990. ( E l cascarón
protector en niños y adultos. Buenos Aires, Amorrortu, 1992).
140 D. Rosenfeld, "Primitive object relations in drug addict patients", en L. B. Boyer y P.
Giovacchini (eds.), Master clinicians on treating the regressed patient. Northvale, Nueva Jersey, Jason
Aronson, 1990 y D. Rosenfeld, "Le rôle du pére dans la psychose", en Didier Houzel y Claudine
Geissmann (eds.), L'enfant, ses parents et le psychanalyste. París, Bayard, 2000. ( E l niño, sus padres y
el psicoanalista. Madrid, Síntesis, 2006).
141 F. Tustin, op. cit.
142 Susan Reid (ed.), Developments in infant observation. Londres, Routledge, 1997.
160
DAVID ROSENFELD
143 Wilfred Bion, "Differentiation of the psychotic from the non-psychotic personalities", en
Second thoughts. Londres, Karnac, 1984. (Volviendo a pensar. Buenos Aires, Hormé-Paidós, 2006).
144 Thomas Ogden, "Analyzing the matrix of transference", en L. B. Boyer y P. Giovacchini
(eds.), op. cit. y T. Ogden, Subjects of analysis. Northvale, Nueva Jersey, Jason Aronson, 1994.
145 Cf. Los artículos de Jacqueline Amati Mehler, "Il bambino e la tecnología", en ULISSE
Enciclopedia della ricerca della scoperta, vol. 13. Milán, Riuniti, 1987; "Reflessione sul 'Bambino
Tecnológico'", en Rivista di Picoanalisi, 1992 e "Informazione e formazione della mente", en
Anna Panepucci y Teresa Corsi Piacentini (eds.), Individuo e societá nelpensiero psicoanalítico e filosófico
contemporáneo. Milán, Franco Angeli, 1997.
161
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
son introyectados cada vez más con una naturaleza imperturbable. Esto
conduce a una invasión masiva del campo perceptivo e influye en el tiempo y
en el modo de reacción a los eventos que, a fin de ser mentalizados y
elaborados, requieren de un espacio interior y tiempo adecuados.
Posteriormente, Amati Mehler dice:
162
DAVID ROSENFELD
163
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
CONCLUSIÓN
164
DAVID ROSENFELD
165
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
166
DAVID ROSENFELD
Capítulo 5
167
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
149 Sigmund Freud, "Splitting of the ego iri the process of defence", en The standardedition of the
complete psychological works of Sigmund Freud, vol. XXIII. Londres, Hogarth Press, 1955. ("La
escisión del yo en el proceso defensivo", en Obras completas, t. XXIII. Trad. de José L.
Etcheverry. Buenos Aires, Amorrortu, 1986, pp. 271-278).
150 S. Freud, "The dynamics of transference", en op. cit., vol. XII. ("Sobre la dinámica de la
dementia praecox", en Selected papers of Karl Abraham. Londres, Hogarth Press, 1973. ("Las
diferencias psicosexuales entre la histeria y la demencia precoz", en Psicoanálisis clínico. Buenos
Aires, Aguilar, 2008, pp. 55-69); "Notes on the psychoanalytic investigation and treatment of
manic-depressive insanity and allied conditions", en op. cit., pp. 137-156. ("Notas sobre la
investigación y tratamientos psicoanalíticos de la locura maníaco-depresiva y condiciones
asociadas", en op. cit., pp. 124-141) y "The first pregenital stage of the libido", en op. cit., pp.
248-279. ("La primera etapa pregenital de la libido", en op. cit., pp. 225-253).
152 S. Freud, "An outline of psychoanalysis", en op. cit., vol. XXIII, pp. 201-202. ("Esquema del
168
DAVID ROSENFELD
Las dos coexisten una junto a la otra".153 Insisto, entonces, que una parte sana
es necesaria para poder trabajar con un paciente psicótico. Como dice
Shakespeare:
CARLOS
El paciente, a quien llamaré Carlos, me fue referido para consulta seis meses
después de que tuvo un episodio psicótico. El cuadro psicótico fue percibido
por su familia cuando el paciente regresó de sus vacaciones, y se hizo más
agudo y exuberante mientras pasó un par de días en una casa de fin de semana.
Para entonces él y su novia decidieron finalizar su relación. En la actualidad
tengo buenas razones para creer que tuvo un episodio previo
aproximadamente un año antes, del cual su familia parecía no tener
Capponi (eds.), Advances in psychotherapy of the borderline patient. Nueva York, Jason Aronson, 1979,
pp. 485-510.
156 Otto Kernberg, "Technical considerations in the treatment of borderline personality
organization", en J. LeBoit y A. Capponi (eds.), op. cit., pp. 269-305 y O. Kernberg, Aggression
in personality disorders and perversions. New Haven, Connecticut, Yale University Press, 1992. (La
agresión en las perversiones y en los desórdenes de la personalidad. Buenos Aires, Paidós, 1997).
157 H. Rosenfeld. Impasse and interpretation. Londres, Tavistock, 1987. (Impasse e interpretación.
169
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
170
DAVID ROSENFELD
Después del quinto mes Carlos trajo su primer sueño, del que se despertó muy
agitado. Entró al consultorio sorprendido de que había soñado.
Carlos soñó que estaba cruzando un estacionamiento; su papá estaba detrás de
él y su mamá estaba detrás de su papá. Entraron a un gran edificio por la puerta principal.
En ese momento no sabía a dónde iba. Caminaron por un pasillo y tomaron el ascensor
hasta el piso superior: sus padres, el operador del ascensor y el abuelo se quedaron de pie
cerca de Carlos. A medida que el ascensor subía, el paciente sufría una transformación: ya
no era de carne y huesos, era como una muñeca hecha de cristal transparente. Cuando
llegaron al piso superior, Carlos estaba preocupado por su fragilidad. Cuando salieron del
ascensor, el abuelo desapareció, pero una enfermera los llevó a una sala y dijo que el abuelo
estaba ahí. En ese momento Carlos ya no era de cristal y sintió que iba a estar muy triste.
Cuando llegó a la cama de su abuelo, su madre estaba detrás de él, y pensó que su hermana
venía por el pasillo.
Le pedí que me aclarara y me diera más detalles del sueño. El paciente
cooperó y yo interpreté: "El hecho de que puedas soñar es una prueba de que
tienes más confianza en el tratamiento, por ahora tienes a alguien a quien
contarle tu sueño". Además, le dije, era la primera vez que traía un sueño en
el que estaba tratando de elaborar la muerte de alguien a quien amó
tiernamente en su infancia. El sueño también mostró una parte importante de
la personalidad del paciente. En realidad, Carlos (como se representa en el
sueño) estaba mostrando que era una persona frágil que, ante un
acontecimiento traumático como la muerte de su abuelo, se dio cuenta de su
fragilidad.
Le dije que estaba mostrando una parte de sí mismo en el sueño, una
persona frágil, de cristal, que podía tolerar —sin fragmentarse o romperse—
estar cerca de la cama de su abuelo enfermo. Mientras estuvo en el elevador
de pie junto a su abuelo, su cuerpo, su mente, y su yo eran frágiles, sin
embargo, no estaban fragmentados y parecía estar contenido por los per-
sonajes del ascensor —aquellos de su infancia— como si fueran una especie
de piel o contenedor.
171
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
La otra parte del sueño —cuando entró a la sala del hospital y vio a su abuelo
en la cama— implica traer al consultorio todo su dolor por la enfermedad de
su abuelo. Luego dije que el aspecto más importante del sueño era que él iba
a visitar a su abuelo y a despedirse de él por primera vez en su vida. El paciente
respondió: "Nunca le di importancia a la muerte de mi abuelo, y siempre pensé
que no me preocupé en absoluto. Nunca pensé que sentí algo".
Después le dije que tal vez nunca fue capaz de decirle adiós a su abuelo
porque nadie le ayudó a enfrentar su tristeza y dolor. Mencionamos el hecho
de que su madre sufrió una depresión grave y su padre se hizo depresivo y
aislado después de la muerte del abuelo. Entonces le dije: "Parece que aquí
encontraste un lugar desde el que puedes empezar a trabajar este doloroso
duelo infantil". Añadí que el sueño parecía reflejar su creencia de que él era un
ser frágil hecho de cristal, que podía fragmentarse en cualquier momento.
El lunes de ese mismo mes Carlos trajo un sueño muy importante, que
condensa la transferencia y su historia de vida, en particular lo que respecta a
la pérdida de la identidad personal. Entró desaliñado al consultorio. No se
había afeitado y tenía una expresión de asombro. Dijo que tuvo una pesadilla
de la que se despertó gritando y angustiado. Éste fue el sueño:
"Tú estabas en frente de mí, pero eras una especie de demonio, y con diferentes facciones.
Túpelo era tieso, largo y resaltaba sobre tu frente... tus ojos eran extraños. Entonces
hablamos de algo que me asustó. T aquí está la parte más aterradora: mi cara empezó a
cambiar, a transformarse, poco a poco fue cambiando y comenzó a ser otra cara. Mi cara
estaba cambiando, mis mejillas, mi boca, mi nariz, muy lentamente; el sentimiento fue
tan vivido, ese sentimiento de estar transformándome, que me desperté
gritando y sudando y desperté a toda mi familia. Todos corrieron a mi
158 Thomas Ogden, The matrix of the mind. Northvale, Nueva Jersey, Jason Aronson, 1986.
172
DAVID ROSENFELD
Una semana después Carlos narró un nuevo sueño. Él había escrito una
pieza de música y la llevó con su maestro de música. Se sintió feliz al componerla,
pero su maestro hizo tantas correcciones que la composición se transformó en algo
muy diferente. Al final, sólo se quedaron las correcciones hechas por el maestro de
música. Él estaba triste porque su propia composición musical desapareció. Le pedí
aclaraciones y más detalles de cada una de las diferentes partes del
sueño.
Interpreté que el sueño era una continuación del anterior acerca de la
transformación o del cambio de su cara. Aquí yo era el maestro a quien
le trajo pensamientos e ideas personales. Pero él tenía miedo de que yo
cambiara sus ideas, probablemente errando en una interpretación, la
cual le di para estimular su pensamiento, por las correcciones que
modificarían o acabarían con su forma de pensar, o lo que es más
importante, modificarían su identidad. Este fue el aspecto más urgente
o importante de lo que estaba sucediendo en la relación transferencial
conmigo. Trajo algo que formó parte de su propio pensamiento o
identidad personal y pensó que yo la corregiría o modificaría, o en
última instancia que yo lo convertiría en una parte mía. Él temía que
cuando saliera de mi consultorio no tendría su propio pensamiento
sino las correcciones; la personalidad y la identidad de Rosenfeld, su
173
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Vi platillos voladores acercarse desde lejos, desde el espacio. Seres extraterrestres como los
de la película E. T. (El Extraterrestre) caen.
Me sentí aterrorizado cuando vi acercarse los platillos voladores del espacio y más
aterrorizado cuando comenzaron a acercarse los extraterrestres.
Luego de pedirle aclaraciones y asociaciones, interpreté que los platillos
voladores y los seres extraterrestres son una parte desconocida de él mismo
que fueron previamente disociadas, proyectadas lejos de él, en otra galaxia o
un espacio muy alejado de su mente. Le sugerí que era una parte trastornada
o loca que él no reconocía como propia.
159 Melanie Klein, "The psychotherapy of the psychoses", en The writings of Melanie Klein: Love,
guilt and reparation and other works, vol. 1. Londres, Hogarth Press, 1975, pp. 233-235. (Existe una
reimpresión por Karnac, 1992). ("La psicoterapia en las psicosis", en Obras completas. Amor, culpa
y reparación, t. 1. Buenos Aires, Paidós, 1988, pp. 238-240). Hanna Segal, Introduction to the work
of Melanie Klein. Londres, Karnac, 1988. (Introducción a la obra de Melanie Klein. Buenos Aires,
Paidós, 2002).
174
DAVID ROSENFELD
Abrazando al padre
Esta etapa fue seguida de muchas semanas durante las cuales Carlos hacía
comentarios detallados y obsesivos. En varias ocasiones trajo cuadernos en
los que escribía sus ideas, reflexiones obsesivas acerca de una pregunta, una
idea o un problema. Otras veces leía lo que escribió en el trascurso del
episodio psicótico. El paciente venía regularmente a sus sesiones, con
frecuencia acompañado por un miembro de la familia, pero a veces solo.
Interpreté sus narraciones obsesivas como defensas lógicas contra la
desorganización.
175
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
la parte femenina que temes cada vez que te acercas a papá o a un hombre.
Yo, Rosenfeld, soy un hombre, y quizá lo que te pasó tiene que ver con el
miedo a acercarte a mí".
Parecía claro que intensas fantasías homosexuales se expresaban a través de
sensaciones corporales. Otro de los temas teóricos para discusión tiene que
ver con la técnica analítica para interpretar la aparición de niveles sexuales e
histéricos que coinciden con niveles pregenitales en muchos pacientes. Sin
embargo, otro tema de discusión teórica es la elección del analista del nivel de
desarrollo del paciente que interpretará en ese momento.
El resto de la sesión se le dedicó a demostrarle a Carlos que su expresión de
afecto hacia su padre era también una forma de comunicación conmigo, que
quería abrazarme, mostrarme su afecto, pero esto lo aterrorizaba. Le dije que
quizá incluso pensar en mí y recordarme con cariño fuera de la sesión podría
experimentarse como espantoso.
El episodio psicótico
Un día, el paciente pensó en voz alta, "le pedí a mi terapeuta familiar que me
matara, entonces que tomara mi cuello con fuerza". Le dije otra vez que lo
que quería realmente era matar a la parte loca dentro de él que lo controlaba,
pero debía tomar en cuenta que para hacerlo se lo pedía a un psicoanalista,
tanto en la noche anterior como en ese momento. "Además, lo que quieres es
matar la parte que crees que es una mujer si se acerca a mí, como cuando se
acercó a tu papá y lo abrazaste". Entonces agregué: "Pero yo trataré de curarte
con palabras. No hay necesidad de matar las partes locas y femeninas".
En los últimos minutos de la sesión el paciente recuperó un nuevo recuerdo
infantil. "¿Sabes una cosa, doctor? Cuando yo era un niño, me vestían de
esmoquin cuando había fiestas de cumpleaños de los niños de la escuela, y a
veces usaba guantes blancos para ir a la fiesta y no ensuciarme". Luego agregó:
"Me siento como si estuviera lejos de aquí, me siento tieso". Le dije: "Es como
si cada vez que me dices algo, te asustas y terminas alejándote, sientes que
estás muy lejos. Es como si repitieras conmigo la historia con tu papá".
La crisis
176
DAVID ROSENFELD
durante el sexo". (Quiero aclarar que hasta ese momento el paciente nunca
había mencionado sentimientos o relaciones sexuales.) "Las sensaciones
corporales que tienes ahora", le dije, "son similares al sueño con platillos
voladores y seres extraterrestres".
Al día siguiente, los padres de Carlos me llamaron por teléfono para
decirme que el paciente se desorganizó y estaba muy agitado. Esa mañana
Carlos llegó a mi consultorio aterrorizado y rígido, dijo: "Estoy delirando,
estoy psicótico". "Estoy controlado telepáticamente". "Tengo sensaciones
extrañas y estoy loco". "Afuera en la calle hay hombres que son mitad
hombres y mitad mujeres... Estoy delirando, estoy controlado telepáti-
camente desde el exterior y siento cosas extrañas en todo mi cuerpo, me
hacen sentir cosas raras..."
Le dije que se calmara, que días anteriores y en las últimas sesiones estuvo
bien, con comunicación afectiva conmigo, como quizá nunca la había tenido.
Le dije, "Quizá este es tu miedo". "Tienes una fantasía acerca de mí, un tipo
de delirio de lo que te pasa conmigo aquí, y entonces proyectas eso en la calle
y ves en los demás lo que te sucede aquí. Lo que ocurre es algo que se origina
exclusivamente en tus propias emociones hacia mí y lo que sientes aquí
conmigo. Nunca tuviste tales emociones intensas porque nunca permitiste que
sucediera... o bien, fuiste un niño forzado a disfrazarse en un esmoquin, todo
rígido teniendo que reprimir sus afectos. Crees que el mostrar afecto aquí
implica pérdida de control mental o algún otro tipo de locura. Además,
imaginas o supones que te convertirás en mujer si eres cariñoso".
En la misma sesión el paciente movió la silla y estiró las piernas, tenía sus
zapatos arriba de mi escritorio, casi frente a mi cara. Luego bajó sus pies,
caminó alrededor del consultorio, bastante enojado, y tomó algunos platos de
barro que estaban puestos en macetas y los arrojó violentamente contra el
suelo.
Después de romper los platos, el paciente dijo: "Tú me controlas". Intepreté,
"Tú crees que esto sucede cuando recuerdas o piensas en mis interpretaciones
después de la sesión". Enfático, "crees que recibir mis palabras es lo mismo
que recibir órdenes. Es por eso que sientes que estoy controlándote telepá-
ticamente desde la distancia. Crees que te dirijo telepáticamente, y quizá esto
es porque hubo una historia real con tu madre: ella dirigía todo lo que hacías
y terminaste pensando que yo haría lo mismo contigo". El paciente respondió,
"Si recibo una interpretación, entonces me convierto en la interpretación".
177
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
En la sesión conmigo la mañana siguiente, Carlos afirmó otra vez que era
influenciado y estaba convencido que era dirigido telepáticamente por el
exterior, "en la calle, los hombres son mitad hombres y mitad mujeres".
A lo largo de mis intervenciones continué la línea interpretativa adoptada
en las sesiones anteriores. Luego volvió a hablar de "penes y falos" y me leyó
un libro que trataba de esos temas. Expresó ideas suicidas, por lo que decidí
su hospitalización inmediata.
Hospitalización
178
DAVID ROSENFELD
***
179
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
sus manos y lee las cartas del Tarot". Dijo: "mi madre me prohibió..." [...]
"pero ella dice que este médico me curará mejor que tú..."
Por suerte pude guardar en silencio mi reacción emocional
contratransferencial (que traté de poner por escrito después de la sesión) y,
calmado, le dije al paciente que quería una entrevista con él y con sus padres
para hablar acerca de esto.
180
DAVID ROSENFELD
él puede tomar las declaraciones interpretativas como órdenes que tiene que
llevar a cabo; por ejemplo: "¿Crees que los platillos voladores que vienen del
exterior podrían ser una parte de tí? ¿Qué piensas? ¿Podría ser algo como
eso?"
Otro aspecto técnico a tener en cuenta es que el analista tiene que ser
cauteloso y debe evitar el anticipado uso de palabras que el paciente pueda
distorsionar, así como interpretaciones sobre niveles edípicos y sexuales.
Sugiero evitar palabras que el paciente pueda tomar como
definiciones de identidad, acusaciones o seducciones. El uso prematuro de
la palabra "homosexual" puede ser arriesgado. Al principio, el terapeuta debe
decir que el paciente se siente "débil o no muy fuerte si confía en el
terapeuta", "se siente frágil" o "femenino" o "menos varonil". Sólo después
de muchos meses utilizo la palabra "homosexual", y sólo si el paciente trae
material evidente en un sueño, fantasía o delirio. Lo mismo aplica para
fantasías agresivas o asesinas dirigidas al terapeuta u objetos internos,
paternos o maternos.
Es cierto que estos elementos —homosexualidad y agresión— están
allí desde el inicio del tratamiento, pero sugiero que debemos ser muy
cuidadosos al interpretarlos. Esperé mucho tiempo antes de hacer una
interpretación directa de la agresión del paciente, y lo hice sólo con base en
un sueño en el que el paciente chocaba y estropeaba el coche de su madre.
Por cierto, en ese momento me enteré de que el coche estaba a nombre de su
madre. En el sueño, el paciente estaba acompañado por un hombre.
Es importante señalar que a través de mi trabajo analítico con este
paciente traté de reunir los aspectos fragmentados, dispersos y proyectados
del yo, una tarea extremadamente difícil.
El analista hace un gran esfuerzo para integrar sus sentimientos
contratransferenciales con sus pensamientos y fundamentos teóricos. Como
señala Schafer,162 rara vez podemos dejar atrás todas las teorías en las que
fuimos entrenados; tenemos nuestro propio mapa interno y lo utilizamos en
el trascurso del análisis. Puedo agregar que aceptamos y utilizamos las teorías
con base en nuestros afectos e historia de vida, y probablemente nuestras
historias infantiles son tan importantes como lo que aprendimos de los libros
y de los maestros. Acepto las teorías y las utilizo como un mapa interno, pero
las acepto con base en mi experiencia afectiva y emocional. Quizá aprendí
más de mi abuela que de las teorías, a fin de construir un modelo y ser capaz
de escuchar, comprender y pensar acerca de un ser humano que habla de su
vida y sus sentimientos. Creo que mi historia personal determinó la forma en
que uso mi mapa teórico interno.
181
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
163 Harold Searles, Countertransference and related subjects. Nueva York, International Universities
Press, 1979.
164 André Green, On prívate madness. Nueva York, International Universities Press, 1990. (De
182
DAVID ROSENFELD
183
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
168 David Rosenfeld, The psychotic: Aspects of the personality. Londres, Karnac, 1992, p. 83.
184
DAVID ROSENFELD
Capítulo 6
Encapsulamiento autista
185
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
169 Cf. Los libros de Francés Tustin, Autistic barriers in neurotic patients. Londres, Karnac, 1986.
(Barreras autistas en pacientes neuróticos. Buenos Aires, Amorrortu, 1989) y Theprotective shell in
children and adults. Londres, Karnac, 1990. ( E l cascarón protector en niños y adultos. Buenos Aires,
Amorrortu, 1992).
170 F. Tustin, "To be or not to be': A study of autism", en Winnicott Studies, núm. 3, 1988, pp.
43-55.
186
DAVID ROSENFELD
TRASPLANTE DE ÓRGANOS Y
SENSACIONES CORPORALES AUTISTAS
Para este caso revisé mis ideas. Creo que, con los revolucionarios avances
quirúrgicos de los últimos años, los pacientes, en realidad, pierden partes
vitales de su propio cuerpo. Para cubrir esta pérdida, el paciente crea un
"escudo protector", al igual que hacen los niños autistas, para cubrir el
"agujero negro" que queda después del evento de la pérdida. Como
consecuencia, los pacientes con trasplantes a menudo presentan síntomas
hipocondríacos. Mi pensamiento hoy, después de tratar y supervisar un
número de casos de pacientes con trasplante de órganos, es que estos
pacientes repiten la misma evolución y los mismos mecanismos descritos por
Francis Tustin en sus estudios de casos de autismo infantil. Los niños autistas
sufren una terrible depresión después de su nacimiento porque tienen la
sensación de que perdieron una parte vital de su cuerpo y la parte vital que
perdieron se representó como un "agujero negro". El "agujero negro" es tan
terrorífico que necesitaron cubrirlo con un "escudo protector".
Cuando un adulto se somete a un trasplante de órgano vital, como
consecuencia necesita cubrir la pérdida, y lo hace desarrollando una
hipocondría, ésta siendo una especie de cubierta protectora mental que
mantendrá a la mente ocupada rumiando y repitiendo lo que le sucedió a la
parte del cuerpo que fue separada. Si no es exitoso este mecanismo para
cubrir el agujero, entonces, estos pacientes se vuelven psicóticos y delirantes.
Mi conclusión es que estos pacientes sometidos a trasplantes parecen repetir
las mismas maniobras y los mismos mecanismos de defensa que utilizan los
niños autistas que se trasladan del autismo a la psicosis.
En mi libro, The psychotic: Aspects of the personality,171 presenté el caso de
un paciente con trasplante de corazón sobre el que ahora tengo nuevos
pensamientos. Me gustaría establecer claramente dos aspectos que son
evidentes en el siguiente caso clínico: la psicosis de transferencia y los delirios
—expresados en la interacción transferencia-contratransferencia— y el papel
171 David Rosenfeld, The psychotic: Aspects of the personality. Londres, Karnac, 1992.
187
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
HAMLET
188
DAVID ROSENFELD
La siguiente sesión inició así: el paciente dijo que en el hospital, con los
médicos y las enfermeras, sentía que era cuidado, ya que acudían tan pronto
como él los llamaba. Utilizando las mismas palabras que el analista, agregó que
la expectativa de ir a casa lo hacía sentir impotente, sin protección y en peligro.
El terapeuta interpretó que la expectativa de volver a casa también significaba
que estaba bien y cada vez mejor, que se reuniría con su familia y, sobre todo,
que se reuniría con su pequeña hija, a quien extrañaba mucho.
En otra parte de la sesión, el terapeuta interpretó que la hija pequeña
representaba la parte infantil del paciente, la cual quedó desprotegida. El
paciente continuó diciendo que "el intruso estaba dentro de él y que tenía que
realizar ejercicios de inmovilización mental y enviar mensajes desde su mente
hacia su corazón enfermo a fin de lograr la armonía entre su mente y su
corazón". (Son notables las semejanzas con algunas fases del caso Schreber.)
El terapeuta le dijo al paciente que el corazón intruso era el corazón sano.
172Harold Searles, The nonhuman environment. Nueva York, International Universities Press,
1960.
189
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
El señor A
Uno de mis pacientes, el señor A, tenía una madre que sufrió de un grave
estado depresivo posparto. Luego sufrió otro estado depresivo después de la
190
DAVID ROSENFELD
191
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Mario
El paciente Mario, que tenía más de 40 años de edad, parecía más joven. Era
alto, de pelo oscuro y complexión atlética, a pesar de lo cual su miedo,
angustia y aislamiento eran evidentes. En la primera entrevista, habló de su
problema: había regresado un dolor de estómago. Su médico diagnosticó
úlcera gástrica y le aconsejó iniciar un tratamiento psicoanalítico. Él era un
típico representante de la comunidad sefardí judeo-española de la ciudad
búlgara en la que nació. Roustchouk, en el Bajo Danubio, era una ciudad
maravillosa para un niño. Personas de diferentes orígenes vivían ahí y
hablaban siete u ocho idiomas. Cuando le pregunté acerca de su padre, Mario
dijo que era un hombre amable y cariñoso, que todo el mundo lo amaba y
que con frecuencia jugaba con él. También recordó que su padre se burlaba
de él cuando no podía pronunciar correctamente ciertas palabras.
Sus primeros recuerdos temerosos se remontaban a sus 8 años, época
en que los alemanes bombardearon Roustchouk.
Mario recordó la sangre, los cuerpos mutilados, la muerte y el terror. Los
nazis buscaban a su padre, pero Mario y él salieron de la ciudad disfrazados
de musulmanes. Llegaron a la costa de Dalmacia, pero ahí detuvieron al
padre de Mario. Por suerte, él cayó en manos del ejército italiano y fue puesto
en libertad. Desde entonces, los italianos e Italia se convirtieron en un sím-
bolo de admiración. Mario y su padre huyeron a Trieste, donde los "hombres
de negro" los ataron con cadenas y los llevaron a la ciudad de Turín, donde
fueron puestos en libertad y luego les dieron hospedaje. Después de eso,
Mario vivió solo en un orfanato. Esos meses fueron como largos años para
él.175
Algún tiempo después llegó a Buenos Aires, donde un pariente
consiguió un trabajo para él en una pequeña fábrica. Mientras tanto se enteró
de que sus abuelos y dos hermanos de su madre habían sido asesinados en
192
DAVID ROSENFELD
Tres sesiones más tarde, algo completamente nuevo sucedió: el material que
trajo el paciente mostró qué tan importante era para él su identidad judía. Esto
no se había manifestado antes; parecía encapsulado y apartado, conservado
por el paciente, como mejor pudo dentro de su yo. En esta sesión, recordó la
época en que solía subirse en los hombros de su abuelo y se impregnaba del
olor peculiar de su cabello. Él fue tan lejos al decir: "Me parece olerlo en la
sesión". Luego le dijo al terapeuta que vio Holocausto en la televisión y describió
un episodio de la película en el que un padre de familia se reunía con un
hermano y caminaban juntos a lo largo de las vías del ferrocarril.
En ese momento, el paciente se detuvo. Su mente parecía estar en blanco,
permaneció en silencio, se saltó la siguiente escena y empezó a hablar de otra
parte de la película. El terapeuta, que había visto Holocausto, le señaló su error,
diciéndole que se detuvo, que permaneció en silencio y que luego continuó
hablando tras saltarse toda una escena en la que el padre caminaba con un
hombre llamado Moisés. El tono de voz del paciente sufrió un cambio
abrupto, y profundamente impresionado dijo: "Doctor, usted tiene razón.
Acabo de recordar que mi nombre es Moisés". El paciente vivía en Argentina
desde hacía más de 30 años, y en ese tiempo el nombre nunca había llegado a
su conciencia, ni había hablado de ello ni lo había mencionado en casa. Él
tenía 14 años cuando llegó, y fue como si desde entonces, parte de su identidad
se mantuviera encapsulada; ahora, después de una larga hibernación, surgió de
nuevo, bien conservada, en el trascurso de una sesión. Profundamente
conmovido y tratando de superar su propia sorpresa, su terapeuta le preguntó:
"Pero entonces, ¿tu nombre no es Mario sino Moisés?" "Doctor, acabo de
recordar que solían llamarme Misha, como diminutivo de Moshe".
En otra sesión, el paciente informó que asistió a un evento importante en la
tradición judía: la celebración, conocida como Bar Mitzvah, del hijo de 13 años
de edad de su pareja. Evidentemente conmovido, el paciente dijo que se
encontró a sí mismo llorando en la sinagoga. Agregó que sintió miedo y que,
como en sus sueños, de repente se llenó de emociones y recuerdos:
193
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Clara
Para ilustrar esto, presentaré una corta viñeta: el caso de una paciente
que llamaré Clara. Esta paciente trataba de mantener un tenue "sentido de
ser" y un primitivo sentido de identidad provocándose sensaciones
corporales. Creo que ésta era la única manera en que era capaz de sentir que
existía.
176Elias Canetti, La provincia del hombre. Madrid, Taurus, 1982, p. 36. Canetti fue galardonado
con el Premio Nobel de Literatura en 1981.
194
DAVID ROSENFELD
195
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Dos meses más tarde, al inicio de una sesión Clara trajo un sueño. El sueño
era de una profesora de geografía de tez blanca de la escuela primaria de Clara. Clara fue
la única niña negra en su escuela en Buenos Aires. Recordó que esta profesora
era la única en quien podía confiar, especialmente, con respecto a sus
sentimientos de soledad. En su sueño, la maestra tenía la piel negra, al igual que
Clara y no la piel blanca como su familia adoptiva o su querida abuela. Con base en sus
asociaciones, le dije que en el sueño parecía transformar a su abuela —quien
vivía en ese momento, aunque anciana y enferma— en una mujer joven con
quien podía hablar con facilidad, tal como lo pudo hacer antes de los 11 años,
la edad que tenía cuando se trasladó a Buenos Aires. 177
Le pedí a Clara que recordara que en el sueño ella es una niña en la escuela
primaria, antes de mudarse a la ciudad. Sin embargo, también interpreté que
la maestra también podría ser su madre biológica, representada por la piel
negra, quien tenía el mismo color que Clara. Añadí que tal vez el sueño
apareció hoy por dos razones: la primera, porque la abuela estaba más enferma
que antes, y la segunda, porque sintió que encontró —en el terapeuta— una
persona a quien podía confiarle sus sentimientos y emociones.
177 Gilbert Kliman, "The cornerstone method: In-classroom therapy for seriously disturbed
preschoolers", Conferencia presentada en la American Academy of Child and Adolescent
Psychiatry, Chicago, octubre, 1998. (Abstract en: Saentific bulletin of the childrens psychological health
center, en www.cphc-sf. org). D. Rosenfeld, "Psychic changes in the paternal image", en
International Journal of Psychoanalysis, núm. 73, 1992, pp. 757-771 y D. Rosenfeld, "Toxico-manie,
addiction, et transfert psychotique", en Alain de Mijolla (ed.), Dictionnaire international de la
psychanalyse. París, Calmann-Levy, 2001. (Diccionario internacional de psicoanálisis. Madrid, Akal,
2007).
196
DAVID ROSENFELD
197
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
198
DAVID ROSENFELD
Capítulo 7
199
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
178 Sigmund Freud, "On narcissism: An introduction", en The standard edition of the complete
psychological works of Sigmund Freud, vol. XIV. Londres, Hogarth Press, 1955. ("Introducción del
narcisismo", en Obras completas, t. XIV. Trad. de José L. Etcheverry. Buenos Aires, Amorrortu,
1986, pp. 65-98).
179 Didier Anzieu, "Le moi-peau", en Nouvelle Revue de Psychanalyse, núm. 9, 1974, pp. 195-208
y D. Anzieu et al., Les enveloppes psychiques. París, Dunod, 1987. (Las envolturas psíquicas. Buenos
Aires, Amorrortu, 1990).
180 Esther Bick, "The experience of the skin in early object relations", en International Journal of
Psychoanalysis, núm. 49 (3), 1968, pp. 484-486. Véase Meg Harris Williams (ed.), Collectedpapers of
Martha Harris and Esther Bick. Strathtay, Escocia, Clunie Press, 1987 y E. Bick, "Further
considerations on the skin in early relations. Findings from infant observations integrated into
child and adult analysis", en British Journal of Psychotherapy, núm. 2, 1986, pp. 292-299.
200
DAVID ROSENFELD
psychoanalytic practice", en International Journal of Psychoanalysis, núm. 65, 1984, pp. 377-387;
"Distorsions des actes", en Nouvelle Revue de Psychanalyse, núm. 30, 1985, pp. 191-199;
"Identification and the Nazi phenomenon", en International Journal of Psychoanalysis, núm. 67,
1986, pp. 53-64 y Psychoanalysis andgroups. Londres, Karnac, 1988. Ver infra la transcripción de
Julián, p. 345.
183 Ver infra, p. 317.
201
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
TRASCRIPCIÓN 1
Inés
M. Harris (ed.), op. cit.; E. Bick, "Further considerations on the skin in early relations. Findings
from infant observations integrated into child and adult analysis", en op. cit., pp. 292-299 y
Francés Tustin, Autistic barriers m neurotic patients. Londres, Karnac, 1986. (Barreras autistas en
pacientes neuróticos. Buenos Aires, Amorrortu, 1989).
202
DAVID ROSENFELD
187Cf. Las obras de F. Tustin, Autism and chüdhood psychosis. Londres, Hogarth Press, 1972.
(Autismo y psicosis infantiles. Buenos Aires, Paidós, 1981); Autistic states in children. Londres,
Routledge, 1981. (Estados autísticos en los niños. Buenos Aires, Paidós, 1987) y Autistic barriers in
neurotic patients. Londres, Karnac, 1986. (Barreras autistas en pacientes neuróticos. Buenos Aires,
Amorrortu, 1989).
203
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
188 Margaret Mahler, On human symbiosis and the vicissitudes of individuation, vol. 1. Nueva York,
International Universities Press, 1968. (Simbiosis humana: Las vicisitudes de la individuación. México,
Joaquín Mortiz, 1980); y Harold Searles, Countertransference and related subjects. Nueva York,
International Universities Press, 1979.
189 Karl Abraham, Sekctedpapers on psychoanalysis. Londres, Hogarth Press, 1945; Paul
Schilder, "Psychoanalysis of space", en International Journal of Psychoanalysis, núm. 16, 1935, pp.
274-295 y Clifford Scott, "Some embryological, neuro-logical, psychiatric and psychoanalytical
implications of the body scheme", en International Journal of Psychoanalysis, núm. 29, 1948, pp.
141-155.
204
DAVID ROSENFELD
El primer sueño, seis años después del inicio del tratamiento, trata de un chicle
que la paciente tiene y guarda en su boca. Esta es la primera vez que hay una
representación de algo que ella guarda. Por otra parte, es semi-sólido —
diferente al fluido que rezuma a través de todos sus poros— y, además, se
centra en una zona erógena circunscrita: la boca.
190 Pierre Marty, Michel de M'Uzan y Christian David, L'investigation psychosomatique. París,
PUF, 1963, p. 355 y Marión Michel Oliner, Cultivating Freud's garden in France. Northvale, Nueva
Jersey, Jason Aronson, 1988.
191 David Liberman, Lingüística, interacción comunicativa y proceso psicoanalítico. Buenos Aires, Nueva
Visión, 1972.
205
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
la paciente soñó con "un pequeño vestido de lana, tejido y con agujeros, regalado a una
niña': fragmentos de la piel-vestido que la cubrían de forma incompleta. El
hecho de que el material del sueño mostrara que la pérdida o la vacuidad no
estaba relacionada con el líquido o la sangre y que los materiales más sólidos
que son más fáciles de retener —por ejemplo, las heces sólidas— comenzaran
a aparecer, es una pista muy importante que marca el comienzo —aunque
sólo sea el comienzo— de su funcionamiento con base en una imagen
corporal neurótica y muestra que la imagen corporal psicótica no era tan
dominante. En el contenido de este sueño el cuerpo también es vaciado de su
contenido, pero esta vez no son sólo líquidos o sangre, sino también heces
que son duras y que parecen un pene.192 Además de ser más sólidas, se
introducen dentro de un orificio (la vagina) en su propio cuerpo que las
contiene.
Con respecto a la imagen corporal psicótica, esto lo expresó a un nivel
de desarrollo diferente.
192 Sigmund Freud y Fiza Ribeiro-Hawelka, L'Homme aux rats: Journal d'une analyse. París, PUF,
1974.
193 E. Bick, "The experience of the skin in early object relations", en op. cit., pp. 484-486. Véase
206
DAVID ROSENFELD
194 D. Anzieu, "Le moi-peau", en op. cit., pp. 195-208; D. Anzieu et al, op. cit. y Donald Winnicott,
Collected papers: Through Paediatrics to Psychoanalysis. Londres, Tavistock / Hogarth Press, 1992.
(Existe una reimpresión por Karnac, 1992).
195 Antonio Santamaría, "El paciente, la enfermedad y la muerte en psicoanálisis", Conferencia
207
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
196 F. Tustin, Autistic barriers in neurotic patients. Londres, Karnac, 1986. (Barreras autistas en pacientes
neuróticos. Buenos Aires, Amorrortu, 1989).
197 E. Bick, "The experience of the skin in early object relations", en op. cit., pp. 484-486. Véase
208
DAVID ROSENFELD
más sólidas, como las heces. Creo que es sólo aquí cuando empiezan a
manifestarse las ideas, a un nivel retentivo-anal, sobre el control del objeto.
Por ejemplo, después de seis años de tratamiento con un paciente
esquizofrénico, y antes de las vacaciones, ya no sueña que se queda vacío de
líquidos o sangre, sino sueña que pierde heces sólidas, y esto se acompaña de
un periodo de masturbación anal. Por otra parte, en la imagen corporal
psicótica las nociones acerca de vaciarse corresponden a un nivel más
narcisista, y el paciente se vacía no a través de una zona erógena sino a través
de los poros.
Creo que sólo después de esta etapa, la masturbación anal tal como la
describió Meltzer,198 puede ser analizada. Sospecho que cuando prevalece la
imagen corporal psicótica, la función del recto, del ano, y de la masturbación
anal carece de la estructuración que tiene cuando se basa en la imagen corporal
neurótica. (Esta formulación es importante porque implica la necesidad de
enfoques técnicos a la masturbación anal, que involucren un timing sensible y
diferentes niveles de interpretación. Esto es diferente de la teoría de Meltzer.)
Avenburg199 nos ha hecho conscientes de la gran similitud entre lo que
describo aquí y el concepto del estancamiento (estasis) de la libido que
formuló Freud, quien habló como si lo que se estancara fuera un líquido. Es
pues, un proceso de fluidización, de pérdida de calidad, de indiferenciación,
similar a lo que sucede en la imagen corporal psicótica cuando un líquido se
mezcla con otro y en la que se pierde la diferenciación del yo. De acuerdo a
Avenburg, la palabra alemana Stauung utilizada por Freud se refiere
específicamente a detener el flujo de un líquido.
Con base en mi experiencia con pacientes regresivos, actualmente estoy
más convencido de la posible relación entre la hipertensión y el concepto de
imagen corporal psicótica. A través de sueños y fantasías traídas
sistemáticamente al material de análisis, un paciente reveló que se concebía a
sí mismo como que no poseía ni piel ni músculos, pero en cambio, imaginaba
que sus sensaciones de movimiento se producían exclusivamente por
contracciones y otros movimientos de las arterias. Los siguientes dos
ejemplos provienen de pacientes bajo supervisión.
209
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
200 Irvine Page y Harriet Durstan, "Persistence of normal blood pressure after discontinuing
treatment in hypertensive patients", en Circulation, núm. 25, 1962, p. 433.
201 P. Meadows, Modelos, sistemas y ciencia. Buenos Aires, UBA, 1969.
210
DAVID ROSENFELD
Pedro
202 Karl Popper, Conjectures and refutations. Nueva York, Basic Books, 1965. (Conjeturas y
refutaciones. Barcelona, Paidós, 1983). Ver infra cap. 8.
203 Ver supra el caso de Inés.
211
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
212
DAVID ROSENFELD
TRASCRIPCIÓN 2
Juan
204D. Rosenfeld, "Distorsions des actes", en Nouvelle Revue de Psychanalyse, núm. 30, 1985, pp.
191-199.
213
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
En la primera sesión Juan verbalizó otra fantasía del vaciamiento que ocurre
en presencia de la imagen corporal psicótica: "Vine al mundo a sangrarme por
el amor que le tengo a todos los seres humanos. Yo estoy pagando mi culpa
por mis pecados". Después agregó: "Me masturbo y la gente lo ve en mi cara".
Este material, es decir, que la gente del mundo exterior ve algo específico en
su cara, parece un intento de restitución a través de un delirio autorreferencial.
Relató un sueño: "To iba a la escuela. Me encontré con Miriam pero, doctor, incluso
si quisiera no podría amarla más. ¿Vas a ver la pelea de (Carlos) Monzón hoy?"
(Aquí podemos ver que el sueño y el material en vigilia se mezclan en la
descripción, que apuntan a un estado mental de ensoñación.)
Al parecer esto se retoma en la siguiente sesión: "El sufrimiento me impide
amar". La comprensión de este concepto es esencial para entender el
sufrimiento de un paciente psicótico. Luego describió otra fantasía de la
existencia vaciada en la imagen corporal primitiva o psicótica, hablando de
vacas que matan al carnicero que está a punto de masacrarlas. En ese mo-
mento entendimos este material como una fantasía retaliatoria en la que un
pecho-vaca se vuelve vengativo.
214
DAVID ROSENFELD
215
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
205 H. Searles, "The sources of anxiety in paranoid schizophrenia", en British Journal of Medical
Psychology, núm. 34, 1961, pp. 129-141.
206 Elsa Garzoli, "La interpretación y los sueños", en Simposio de la Asociación Psicoanalítica
216
DAVID ROSENFELD
relación con los horarios, etcétera. El nivel obsesivo era nuevo y proporcionó
pistas muy importantes para tener en cuenta y comprender cómo se comportó
en diciembre. Por primera vez sus fantasías pre-separativas no incluyeron
sangrado.
En julio pudo expresar a nivel verbal las fantasías de vaciamiento de su
imagen corporal psicótica: "Antes me sentía vacío, podría rechazarte al
masturbarme. Ahora no puedo". En ocasiones anteriores las crisis psicóticas
de pérdida de semen, líquidos o sangre se igualaban en su pensamiento y
causaban el vacío total. Además, ahora el paciente expresó en un aparente
nivel sexual genital cómo trataba de expulsar sus objetos persecutorios. Esto
es muy interesante desde el punto de vista clínico: si se hubiera quedado fijado
en el nivel de la sangre, el diagnóstico sería diferente. Por ejemplo, los
pacientes que tienen delirios de objetos persecutorios —la madre, por
ejem¬plo—» fijados al nivel de su imagen corporal psicótica, intentan
cortarse las venas a fin de deshacerse de los miles de objetos persecutorios
que tienen en la sangre.
Quiero dejar en claro que cuando hablo de objetos persecutorios en
pacientes muy perturbados, quiero decir que son auténticos delirios, a veces
no expresados plenamente al nivel verbal. Por ejemplo, algunos pacientes
toman dosis altas de diuréticos a fin de expulsar, a través de la orina, objetos
persecutorios que están fijados en líquidos corporales. Para ampliar la
observación anterior, llegué a la conclusión de que cada expulsión de los
objetos persecutorios a través de los líquidos corporales —como la sangre, la
orina, etcétera— debe alertarnos más acerca del potencial suicida del paciente.
Por ejemplo, en el caso de los adictos que toman anfetaminas, es interesante
observar si creen que la fantasía que acompaña a la ingesta de la droga les
ayuda a expulsar partes del cuerpo, tales como la orina o las heces que les
impiden pensar; se debe prestar especial atención a una posible fantasía
suicida oculta, o lo que es lo mismo, una propensión al suicidio o accidentes
inducidos por las drogas.207
Volviendo a Juan, llegó un momento en el que expresó su vacío en
todos los niveles posibles. Me gustaría agregar que la imagen corporal
psicótica, al quedarse vacía de líquidos o sangre, puede expresarse
verbalmente, pero cuando se expresa en el cuerpo sin ningún tipo de
simbolización verbal, nos enfrentamos con algún tipo de trastorno
psicosomático. Éste es un tipo muy peculiar de disociación descrito por
Liberman.208
207 L. Bryce Boyer, "Analytic experiences in work with regressed patients", en Peter
Giovacchini y L. Bryce Boyer (eds.), Technicalfaetón in the treatment of the severely disturbedpatient.
Northvale, Nueva Jersey, Jason Aronson, 1990, pp. 65-106 y The regressed patient. Northvale,
Nueva Jersey, Jason Aronson, 1983.
208 D. Liberman, op. cit.
217
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Pedro
218
DAVID ROSENFELD
Paciente [P]: Quiero orinar tres veces al día pero me da miedo. Voy a orinar.
Analista [A]: Tienes miedo de ir a orinar...
P: Me asusta porque... (tartamudea) ¿sabes? Puede ser que me moje,
¿verdad? En realidad, trato de no orinar mucho. Me aguanto.
A: ¿Qué dijiste? ¿Qué tienes miedo de orinar?
P (en lenguaje confuso y tartamudeando): Sí, tengo miedo de orinar, tengo
miedo de sangrar... que la sangre salga, ¿sabes? Que al orinar salga sangre
escurriendo y que podría sangrar hasta morir... Tengo miedo de que el tumor
se aloje en la vejiga, la próstata, los testículos... Creo que tengo metástasis en
la médula ósea.
En este y el siguiente material se hizo cada vez más claro que el paciente
estaba convencido de lo siguiente: 1. que no estaba extirpado el tumor; 2. que
había metástasis malignas; 3. que él era su padre con cáncer de médula ósea,
y 4. que yo lo estaba engañando así como su padre fue engañado.
Una sesión después en la semana, ocurrió el siguiente diálogo:
219
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
220
DAVID ROSENFELD
A: ¿El anatomopatológico?
P: El anatomopatológico, sí.
A: Hablas como si estuvieras convencido de que todavía tienes la
enfermedad, cáncer de médula ósea, y que los médicos no han solucionado
nada. Entonces, ahora has dejado de ser Pedro y te conviertes en papá, piensas
que eres papá con el mieloma y me haces tomar el lugar de Pedro quien está
engañándote, y piensas que eres papá... ¿Me entendiste? Y crees que te engaño
como engañaron a tu padre con el diagnóstico... y pretendes o crees ser el papá
al que engañaron...
TRASCRIPCIÓN 3
Julián
209 D. Rosenfeld, Psychoanalysis and groups. Londres, Karnac, 1988, pp. 65-77.
221
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
deseaba, a través del cual también se convirtió en un ideal del yo para sus
amigos, a quienes ayudaba y aconsejaba.
En las sesiones sutilmente menospreciaba el análisis. Él se oponía a
todo lo que yo le dijera y luego trataba de "cooperar" a fin de "ayudarme",
para que no me "sintiera mal". Como yo no lograba nada hasta ese momento,
él lo compensaba haciéndome el favor de ser mi paciente. De este modo, me
transformó en el necesitado y destructivo, y me ayudaba proyectando en mí
su propia parte destructiva. Esto era una defensa contra la envidia a través
de la identificación proyectiva de sus propios aspectos devaluados y
dependientes. Se convirtió en el pecho nutricio y negó su necesidad de ayuda,
una situación que parecía estar conectada con su experiencia de relaciones de
objeto tempranas. De acuerdo al paciente, su madre se "libró de él" en su
primer año de vida y lo amamantó una nodriza contratada. La nodriza
hablaba un dialecto diferente. En este sentido, se puede hacer una
construcción: a saber, la hipótesis de que su madre tuvo una psicosis
posparto. Del mismo modo, la lengua hablada por su nodriza corresponde al
lenguaje idiosincrásico de la madre durante ese periodo, que se refiere a ser
comprendido sólo por ella.
El padre parecía psicótico, con una fachada de adaptación social
bastante frágil. Habló de todo y nada y comentó hechos conocidos solamente
por él. Comenzaba una frase, se interrumpía él mismo y luego continuaba con
otra idea. De acuerdo al paciente, su padre a veces se volvía incoherente e
inundaba a su hijo con su propio caos. Por lo tanto, el padre parecía ser un
hombre incoherente y la madre tuvo que aguantarlo.
El paciente se esforzaba por convertirme en una especie de autómata
que daba las respuestas que él mandaba a través de su material. Estas
respuestas no eran una sorpresa para él, sino más bien, era lo que esperaba.
Yo parecía ser una nodriza contratada que apareció cuando él me llamó, no
para satisfacerlo, sino para gratificarme, como si yo fuera el necesitado. En
realidad, se trataba de una situación de esclavitud mutua, en la él decía lo que
él creía que yo quería escuchar y trataba de hacerme decir lo que él esperaba.
Al invertir su relación real de dependencia y haciendo que la nodriza lo
necesitara a él—una situación que incluyó algunos elementos de realidad, ya
que era una nodriza contratada— utilizó una defensa contra su herida
narcisista y el sentimiento de dependencia. Sin embargo, al mismo tiempo, en
última instancia establecía un vínculo mecánico con los demás.
Por primera vez en un lunes, Julián trajo un sueño después del fin de semana.
Entró, miró el diván y dijo: "Este diván de cuero se ve como un orinal, está
sucio, la piel luce arrugada por un lado: se ve como una sábana usada". Se
sentó, y añadió: "Mis brazos están hinchados por los piquetes de mosquitos,
me picaron en todo los brazos, aquí y aquí" (me mostró sus brazos y hombros
222
DAVID ROSENFELD
223
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
en mí, para robar las galletas, la comida, los pensamientos que tuviera, ya que
no lo sostuve y lo dejé caer.
Es necesario hacer hincapié una vez más que éste es el primer sueño
que trajo el paciente en lunes. Por otra parte, el sueño muestra evidencia de
las emociones que experimentó por primera vez después de un fin de semana.
La escalera de clavos representa mis brazos transformados en algo que
lo perfora. Tuvo que introducirse en mí, violenta e intrusivamente, a fin de
vaciarme de mis contenidos (las galletas que guardó) y vengativamente se
sintió rodeado de dientes. (En una comunicación personal, Esther Bick
agrega que los clavos realmente simbolizan sus uñas, las cuales representan
la primera expresión de un contacto agresivo anterior a los dientes. Estos
pueden volverse en contra de uno mismo: por ejemplo, cuando uno aprieta
los puños con furia. Encontramos en esto un ejemplo de un intento de
autocontención ilusoria, en la que el bebé cree que es su propia armadura,
antes de que los suministros reales de un objeto externo le permitan
proyectar. Los clavos representan las uñas en su doble rol —agresivo y de
autocontención— ya que también le ayudan a sostenerse, a apoyarse, a evitar
que se caiga y que suba.) En su fantasía Julián me transformó en la madre
que mantiene la valiosa comida analítica en una caja y que sólo se la da mucho
más tarde (un año más tarde, la siguiente semana), cuando ya está podrida.
Su ataque voraz incluyó elementos orales y excretores que utilizó para
desacreditarme.
Pero, como hemos visto, el interior se volvió en su contra, con clavos
que lo hirieron, que fueron los mismos dientes con los que me atacó, y así
corroboré una hipótesis por su referencia a la apariencia del diván y las heces,
ya que cambió elementos valiosos en algo repugnante. En el mismo sentido
están sus alusiones a los mosquitos-dientes que se vuelven en contra de él.
Por lo tanto, me convertí en un objeto que se volvía vengativo contra él, con
las mismas armas que utilizó para atacarme. Los clavos parecen ser
equivalentes a los dientes (por ejemplo, hay un dicho, "colgarse por diente y
uña" [To hang by tooth and nail]), y en este sentido el material clínico parece
indicar una búsqueda de autoayuda cuando experimenta una falta de
contención ambiental. Esta búsqueda consiste —como la del bebé que, al
estar solo, cierra los puños y clava las uñas en la palmas de sus manos— tanto
en la ilusión de autosuficiencia e independencia de los demás, y como un
ataque equivalente a lo que vivió el bebé al sentirse abandonado. Por otra
parte, en la siguiente sesión se aclaró otro aspecto en relación a las escaleras
de mármol en la superficie del pozo. Él relaciona esto a la entrada del edificio
donde está mi consultorio, es decir, con entrar a un mundo sólido y más
luminoso, el lunes, cuando sintió que había algo bajo sus pies. (Los últimos
diez años he llevado a cabo una investigación sobre ciertos trastornos
224
DAVID ROSENFELD
210Véanse las obras de Herbert Rosenfeld, Psychotic states. Londres, Hogarth Press, 1965.
{Estados psicóticos. Buenos Aires, Hormé, 1998) e Impasse and interpretation. Londres, Tavistock,
1987. (Impasse e interpretación. Madrid, Tecnipublicaciones, 1990).
225
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
211 D. Winnicott, "Le corp et le self", Nouvelle Revue de Psychanalyse, núm. 3, 1971, pp. 37-48.
226
DAVID ROSENFELD
cuando sufrió asma— vengativamente por mí. Tenía miedo de que, en lugar
de los cuidados y la buena comida, yo le devolvería excrementos, y al mismo
tiempo, quedaría atrapado dentro de mí, como con M, el equivalente de estar
dentro de una madre que lo indujo al asma, que cerró las ventanas, y que lo
rodeó de mal olor, moho y aire envenenado. Tenía miedo di' que yo le diera
algo no comestible, interpretaciones-galletas inútiles. Esto parece
corresponder a un momento de confusión en el que no diferenciaba entre
odio y afecto, así como cuando tuvo miedo de recibir una reintroyección
violenta de mi parte.212
227
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
TRASCRIPCIÓN 4
Juana
Ahora voy a considerar otro caso: una mujer que parecía tener menos
problemas significativos en relación a la piel. Juana, de 25 años, recurrió a una
intensa identificación proyectiva omnipotente a fin de introducirse en el
objeto. Con frecuencia ella se perdía dentro del otro, una situación que se
manifestó a través de los silencios prolongados en el trascurso de la sesión,
en formas catatónicas, o bien con una tensión física extrema.
Un día Juana trajo el siguiente sueño: "Varios ladrones entran en una casa,
desordenan todo y roban todas las gallinas y la ropa que encuentran en el
228
DAVID ROSENFELD
interior". El material clínico anterior tenía que ver con su deseo de restablecer
un vínculo con una madre que no fuera tan mezquina y acaparadora como la
suya. En la siguiente sesión entró y dijo, "Oh, pero este diván es un tenedor
para tallar en lugar de un inodoro". Desde sus asociaciones comprendimos
que vio filosos tenedores para tallar en el cuero del diván, en los cojines, y (pie
no había nada que pudiera recibir su defecación.
229
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Por ende, aquí encontramos una clara conexión entre los dos materiales. La
joven y el paciente consideran a la piel, por una parte, como generada por
ellos y por la otra, como si se tratara de la superficie de otro cuerpo. Por otro
lado, el "tesoro" de la madre del paciente, las galletas, tienen una connotación
anal, y lo mismo puede decirse de la sopa en la boda. Esto es similar a las
riquezas (monedas de oro) creadas por el asno a través de la defecación.
Otras similitudes se pueden encontrar en este estudio de caso. En el
cuento y en el material clínico observamos una pseudo-genitalidad precoz
como defensa contra la elaboración de las pérdidas. También encontramos
otro aspecto, por lo general, asociado con una pseudo-genitalidad precoz: la
hiperquinesia como la contención yoica y un intento de reestablecer la propia
identidad. Por lo tanto, la hiperquinesia funciona como una segunda piel que
contiene los sentimientos; pero al mismo tiempo, implica un intento
rudimentario por regular las distancias interpersonales, al servicio de atraer o
rechazar.
La paciente repitió en la transferencia varios aspectos de la historia de
la princesa, incluyendo el duelo y el uso de una segunda piel, que después
luchó por deshacerse de ella. Lo que se refiere al diván como un orinal o piel
arrugada indica que el conflicto y el sueño continúan en la sesión. Además, se
manifiestan los aspectos de una pseudo-genitalidad defensiva contra el
sentimiento de pérdida.
230
DAVID ROSENFELD
Capítulo 8
231
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
EL MÉTODO DE FREUD
David Rosenfeld [DR]: Iniciamos este seminario expresando las dudas que
tenemos sobre 'Análisis terminable e interminable".216
Gerardo: ¿Cuál fue el contexto personal y social de Freud al tratar este
tema?
Elsa: Freud expresó que el objetivo principal era repensar acerca de lo
que el psicoanálisis había logrado con los pacientes.
Goyo: Es un balance de su vida en 1937. Con los nazis ya en Alemania
quizá pensó que él, como científico, era incapaz de curar estas enfermedades:
cáncer, nazismo y guerra. Así que retoma los conceptos de instinto de
destrucción, pulsión de muerte y la posibilidad de un equilibrio entre Eros y
Tánatos.
Arturo: Freud trató de abordar la cuestión desde el campo de la
investigación con lo que él estaba familiarizado, con el psicoanálisis. En
particular, se interesó en situaciones donde no se alcanza una curación
completa, por lo que examinó los casos clínicos conocidos por él.
Elsa: También se pregunta si debería reducirse la duración del
tratamiento, si era posible una cura permanente y si el paciente podría ser
vacunado para no enfermar de nuevo.
Coco: ¡A pesar de que tenía mucho que decir acerca de la posibilidad de
reducir el tiempo, de hecho lo que Freud logró fue prolongar nuestro análisis
didáctico de tres semanas a seis años!
Elsa: Para mí es casi un testamento de su vida, su trabajo y sus dudas.
Aída: ...con el objetivo de localizar los obstáculos de la cura.
Goyo: En lugar de tratar de confirmar lo que cura, Freud buscó los
obstáculos. Su trabajo es un modelo de cómo un investigador y epistemólogo
de la ciencia debe explorar una zona desconocida de la que todavía es en gran
parte ignorante. Demuestra un enfoque específico de investigación en la
filosofía de la ciencia. La epistemología se ocupa de validar, verificar o refutar
las teorías y los modelos que creamos en la ciencia. Estudia cómo se producen
las teorías científicas y el conocimiento científico en general, e investiga los
criterios para aceptar o rechazar una teoría.
DR: Karl Popper presentó y defendió la idea de que lo más importante
en la ciencia no es tratar de verificar, sino de refutar una teoría. Si es errónea,
puede descartarse, pero si no está equivocada mostrará su fuerza al no dejarse
216 Sigmund Freud, "Analysis terminable and interminable", en The standard edition of the complete
psychological works of Sigmund Freud, vol. XXIII. Londres, Hogarth Press, 1955. ("Análisis
terminable e interminable", en Obras completas, t. XXIII. Trad. de José L. Etcheverry. Buenos
Aires, Amorrortu, 1986, pp. 211-254).
232
DAVID ROSENFELD
217 Karl Popper, Conjectures and refutations. Nueva York, Basic Books, 1965. (Conjeturas y
refutaciones. Barcelona, Paidós, 1983).
218 S. Freud, op. cit.
219 Ibid., p. 228. (p. 231).
233
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
220 S. Freud, "Studies on hysteria", en op. cit., vol. II. ("Estudios sobre la histeria", en op. cit., t.
II, pp. 1-313).
221 S. Freud, "The ego and the id", en op. cit., vol. XIX. ("El yo y el ello", en op. cit, t. XIX, pp.
1-66).
222 S. Freud, "Neurosis and psychosis", en op. cit., vol. XIX. ("Neurosis y psicosis", en op. cit., t.
223S. Freud, "On narcissism: An introduction", en op. cit., vol. XIV. ("Introducción del
narcisismo", en op. cit., t. XIV, pp. 65-98).
224S. Freud, "Leonardo Da Vinci and a memory of his childhood", en op. cit., vol. XI. ("Un
recuerdo infantil de Leonardo da Vinci", en op. cit., t. XI, pp. 53-127).
225 S. Freud, "Analysis terminable and interminable", en op. cit., vol. XXIII, p.
220. (p. 223).
234
DAVID ROSENFELD
TRAUMA
Coco: Me parece que la palabra trauma, como la utilizó Freud, aquí significa
algo externo.
Arturo: La concepción freudiana de trauma en la parte V de este artículo
no es la misma que en Más allá del principio de placer,227 donde se refiere a que la
excitación rompe la barrera contra estímulos.
Bruno: Yo creo que aquí no se habla de neurosis traumática en sentido
externo, sino de la descarga interna de una cantidad de libido. Desde este
punto de vista, el trauma puede ser una cantidad normal de libido que ingresa
al aparato psíquico y sorprende al yo débil. Cuando se refiere al factor traumático,
se refiere a la psiconeurosis.
Goyo: Para mí, trauma significa una relación entre la entrada de una
cantidad de libido y las defensas. Tiene lugar siempre que la cantidad de
excitación supera las barreras defensivas.
Arturo: Yo lo veo de otra manera. Creo que el trauma aquí se relaciona
no con los factores internos sino con los externos, como en los trabajos sobre
la histeria.
Bruno: Esta excitación puede provenir del interior o del exterior. Si
viene del exterior, estamos tratando con una neurosis traumática. Si proviene
de una fuente interna, estamos en el campo de las psiconeurosis de etiología
traumática.
Arturo: Me gustaría agregar que el concepto de trauma como se utiliza
en Más allá del principio de placer es visto como algo que provoca alteraciones en
el yo. Pero me gustaría destacar que Freud,228 en este artículo, dio mayor
sentido a su concepto de trauma de 40 años antes, cuando habló sobre la
histeria.
Coco: Dices que la cantidad de excitación viene solamente del exterior...
Arturo: Pero me pregunto si los desarrollos que tuvieron lugar en la
práctica fueron paralelos en la teoría. En este seminario estoy a favor de la
persona que duda que las teorías evolucionan con el paso del tiempo. ¿No
será que una teoría sufre regresiones en lugar de avanzar en línea recta?
226Ídem
227S. Freud, "Beyond the pleasure principie", en op. cit., vol. XVIII. ("Más allá del principio de
placer", en op. cit., t. XVIII, pp. 1-62).
228S. Freud, "Analysis terminable and interminable", en op. cit, vol. XXIII. ("Análisis
terminable e interminable", en op. cit, t. XXIII, pp. 211-254).
235
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Gerardo: En cambio, en este grupo yo soy el único que piensa que las
teorías evolucionan y crecen a lo largo de una línea recta de desarrollo.
DR: Creo que la gente olvida que hay argumentos de Freud que tienen
que ver con pensamientos, periodos y épocas diferentes.
Jean-Paul: Todo pensamiento pasa por diferentes periodos de
crecimiento y retroceso, el proceso es dialéctico.
Goyo: ¡Qué interesante problema metodológico! Creo que esta
discusión ilustra de manera concreta el flujo y reflujo de la historia de una
teoría y, en general, de la metodología de las ciencias...
DR: La fuerza del trauma y el yo es una relación dialéctica. El concepto
de estructuras y subestructuras relacionadas entre sí y la dialéctica dualista de
los conflictos son fundamentales en la obra de Freud.
PARA PENSARSE
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DAVID ROSENFELD
237
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
231 S. Freud, "Inhibitions, symptoms and anxiety", en op. cit., vol. XX. ("Inhibición, síntoma y
angustia", en op. cit., t. XX, pp. 71-161).
232 S. Freud, "Analysis terminable and interminable", en op. cit., vol. XXIII, p. 239. (p. 241).
233 Heinz Hartmann, Essays on ego psychology. Londres, Hogarth Press, 1964. (Ensayos sobre la
Londres, Hogarth Press, 1975. (Existe una reimpresión por Kar-nac, 1993). Obras completas.
Envidia y gratitud, t. 3. Buenos Aires, Paidós, 1988).
238
DAVID ROSENFELD
ANALIZABILIDAD
DR: ¿A qué tipo de pacientes se refiere Freud y en qué tipo de analistas piensa?
Gerardo: Los pacientes que veo en mi práctica hospitalaria —
borderline, psicóticos y adictos a las drogas— creo que son diferentes a los
que Freud alude aquí.
Arturo: Pero recordemos que Freud nos enseñó acerca de las patologías
graves con casos como los de Schreber, el Hombre de las Ratas y el Hombre
de los Lobos.
DR: ¿Qué concepto de analizabilidad tienen en mente cada uno de
ustedes?
Aída: Lo que Freud dice es que un paciente no es susceptible de análisis
si tiene una alteración estructural del yo.
Goyo: Además de los criterios de analizabilidad propuestos por Freud,
hoy tenemos la capacidad, 50 años después, de hacer nuevos y mejores
diagnósticos con los nuevos conocimientos teóricos que tenemos. No es lo
mismo un cuadro clínico psico-somático, una neurosis, un caso borderline y
una psicosis transitoria.
Aída: Me sorprende que aquí Freud no incluye los conceptos teóricos
de enfermedades psicosomáticas y el lenguaje no verbal.
Arturo: Me parece que en el trabajo sobre el presidente Wilson
desarrolló algo sobre enfermedades psicosomáticas.
DR: Volviendo al tema de la analizabilidad de un paciente, creo que
hoy en día sabemos más acerca de las nociones de conflicto intersistémico e
intrasistémico, debilidad del yo, reacción terapéutica negativa —sea verdadera
o falsa— y formas primitivas de transferencia, a veces llamadas transferencias
delirantes, psicóticas o altamente regresivas.
Aída: Al interesarme en el análisis de niños, me gustaría agregar que,
por ayudarnos a localizar o fechar los conflictos dentro del yo en el desarrollo
del paciente, este trabajo contribuyó al permitir que los análisis de niños
comenzaran a una edad más temprana. Esto cambió nuestras ideas sobre el
pronóstico y la analizabilidad.
Gerardo: Tuvo el mismo efecto en las psicosis.
Aída: Me gustaría preguntar sobre la parte donde Freud dice: "En
estados de crisis aguda, el análisis es poco menos que inutilizable".237
Coco: ¿Se refiere a estados internos agudos —por ejemplo, un yo
absorbido por el duelo— o situaciones externas agudas, o crisis psicóticas
agudas?
Arturo: En "Sobre la psicoterapia de la histeria" hay una referencia al
cuadro clínico de histeria aguda. Freud tenía la sensación de que todo lo que
237 S. Freud, "Analysis terminable and interminable", en op. cit., vol. XXIII, p. 232. (p. 234).
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238 Herbert Rosenfeld, Impasse and interpretation. Londres, Tavistock, 1987. (Impasse e interpretación.
Madrid, Tecnipublicaciones, 1990).
239 Harold Searles, Countertransference and related subjects. Nueva York, International Universities
Press, 1979.
240 Gregory Bateson y Don Jackson, "Some varieties of pathogenic organiza-don", en David
Rioch y Edwin Weinstein (eds.), Disorders of communication. Baltimore, Maryland, Williams &
Wilkins, pp. 270-283
241 Paul Watzlawick, Janet Beavin y Don Jackson, Pragmatics of human communication. Nueva York,
Visión, 1972.
243 S. Freud, "Analysis terminable and interminable", en op. cit., vol. XXIII, p. 239. (p. 241).
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6, 1961.
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ANTES Y DESPUÉS
Coco: En la época que Freud trabajó el caso del Hombre de los Lobos, ¿estaba
buscando el origen traumático del trastorno?
DR: Sí, pero también algo más. Buscó el síntoma como una transacción
que podría seguir investigando, paso a paso, en la infancia del paciente.
Describió los deseos sexuales infantiles, la escena primaria y las fantasías de
castración del Hombre de los Lobos. "Pulsiones y destino de pulsión"249 se
basó en parte de lo que Freud aprendió del Hombre de los Lobos.
Goyo: Aquí vemos otra vez cómo una teoría de alto nivel general es el
resultado de la observación con un paciente específico o un grupo de
pacientes.
Coco: ¿En 1937 cómo lo conceptualizó Freud?
Arturo: En Inhibición, síntoma y angustia replanteó la neurosis del Hombre
de los Lobos desde el punto de vista de su teoría de la angustia, su nueva
teoría del conflicto y una nueva teoría de las defensas. En 1937 se trasladó a
un nuevo concepto de psicopatología.
Bruno: Así que en 1937 Freud tenía más que decir acerca del yo en el
caso del Hombre de los Lobos. El intento de coordinar las demandas del ello,
del superyó y del mundo externo, y el fracaso del yo para lograr esta
coordinación, lo llevó a ubicar la falla en una etapa del desarrollo temprano.
Pasó de analizar los síntomas a estudiar la patología en relación con el yo.
Aída: Ahora estaba pensando en términos de pulsión de vida y de
muerte. Esta interacción entre Eros y Tánatos es uno de los factores
determinantes del pronóstico.
DR: Hemos visto cómo Freud modificó la descripción del conflicto
desde el punto de vista estructural y del conflicto pulsional. No habló de un
conflicto entre la libido narcisista y la libido objetal, sino de un conflicto entre
248S. Freud, "Analysis terminable and interminable", en op. cit., vol. XXIII, p. 249. (p. 250).
249S. Freud, “Instincts and their vicissitudes", en op. cit., v. XIV. ("Pulsiones y destino de
pulsión", en op. cit., t. XIV, pp. 105-134).
244
DAVID ROSENFELD
Eros y Tánatos. Él no dijo que la pasividad del Hombre de los Lobos dio
lugar a sus actitudes masoquistas, sino que habló de un masoquismo primario.
Arturo: En 1937, el masoquismo del Hombre de los Lobos parece estar
dentro de una base, es decir, relacionado con la intensidad de las pulsiones y
la estructura innata del yo. Es un aparente "obstáculo" para la cura.
Goyo: De esta manera se explica cómo pueden cambiar la
conceptualización y el pronóstico de un paciente a medida que cambian el
marco de referencia y las teorías, así como los nuevos conocimientos
adquiridos.
Jean-Paul. Doctor R, ¿hoy cómo estudiaría al Hombre de los Lobos?
DR: Preferiría mirar la relación transferencial entre paciente y
terapeuta, y estudiar las reacciones contratransferenciales de Freud (si pudiera
encontrarlas) en sus notas. Esto ya lo hice con el material del Hombre de las
Ratas en un artículo sobre el manejo de las resistencias.250 Un ejemplo de mi
enfoque podría ser la especulación de que la fantasía del Hombre de los Lobos
de tener una operación en la nariz se debió a que se confundió con Freud, al
querer someterse a una operación en su rostro en el momento en que Freud
se operaba un tumor en la boca.
William: La realidad podría ser peor que cualquier sueño.
TERMINACIÓN
245
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
EL PÉNDULO
Arturo: Me parece que cuando Freud habla de las alteraciones del yo, incluye
aspectos técnicos que sugirió antes: "Muchas veces el resultado es que el yo
ha pagado un precio demasiado alto por los servicios que ellos le prestan".251
Elsa: En el caso Dora, Freud dice que primero nos ocupamos del
inconsciente y luego del yo, mientras que en otras ocasiones nos ocupamos
de la resistencia. Poco a poco reconceptualiza todo el modelo, que es ni más
ni menos el psicoanálisis que crea y desarrolla dialécticamente.
Bruno: Es claro que aparecen defensas que no se oponen al yo o a lo
reprimido, sino más bien alteran la estructura del mismo yo. Este punto me
parece fundamental.
Coco: No entiendo eso del péndulo.252
Aída: Yo creo que dice que, en el mismo tratamiento y en el mismo
paciente, se procede de la resistencia a lo reprimido, de lo reprimido a la
resistencia, o si se quiere, a los mecanismos de defensa, que aparecen en la
superficie. Hay un flujo y reflujo.
Goyo: En un principio los protagonistas eran el ello y la sexualidad
infantil. Sin embargo, en 1937 tenemos una interacción entre el yo y el ello.
De ahí el péndulo. ¿Y el superyó?
251 S. Freud, "Analysis terminable and interminable", en op. cit., vol. XXIII, p.
237. (p. 239).
252 Ibid., p. 238. (p. 239).
246
DAVID ROSENFELD
253 S. Freud, "The ego and the id", en op. cit., vol. XIX. ("El yo y el ello", en op. cit., t. XIX, pp.
1-66).
254 S. Freud, "Neurosis and psychosis", en op. cit., vol. XIX. ("Neurosis y psicosis", en op. cit., t.
247
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
Aída: ¿Qué pasó con Ferenczi y sus reproches a Freud? ¿Qué fue? ¿Una
falla en el diagnóstico? ¿Una terminación prematura, ya que el análisis duró
poco tiempo? ¿Fue un problema típico de terminación no resuelta o una
reacción terapéutica negativa? Ferenczi parece muy confundido cuando
cuidó, acarició y besó a sus pacientes.
DR. Ferenczi padeció una grave confusión entre él y Freud, entre él y
sus pacientes, entre sus necesidades adultas y sus necesidades infantiles.
Confundió amor y odio, quién era él y quién era el otro. Algo similar a la
fusión de un bebé con su madre, o como estar enamorado. Un poeta lo
expresó mucho mejor: "La una mitad es vuestra, la otra a medias es vuestra,
Mía, quiero decir. Pero si mía, es vuestra, y de ese modo soy todo de vos". ("
'One half of me is yours, the other half mine own. I would say, 'but if mine, thenyours, and
so allyours").
El análisis de Ferenczi con Freud es un ejemplo de distorsión
semántica en el que la decisión de dar de alta a un paciente se considera
razonable para el analista. Sin embargo, el paciente la distorsiona y
experimenta como si su terapeuta lo rechazara o ya no lo amara.
Gerardo: La distorsión semántica es la distorsión que se produce del
significado del tratamiento.
Aída: En otras palabras, lo que es terminable para el terapeuta puede
ser recodificado por el paciente en un sentido totalmente diferente, a un nivel
más primitivo, infantil y oculto.
DR.: Podemos pensar en esto cuando llegamos al vago y ambiguo
término "fin natural", utilizado por Freud. Nos preguntamos: "natural" ¿para
qué parte del paciente? Para la parte adulta representa un significado muy
diferente que para la parte infantil, indiferenciada y simbiótica. Las partes de
la mente que viven en el nivel primitivo de indiferenciación, a nivel de
confusión y simbiosis, no pueden comprender el concepto de fin natural. Lo
encuentran incomprensible y en algunos casos incluso lo transforman
delirantemente en un ataque a sus necesidades infantiles.
Coco: Eso es lo que le sucedió a Ferenczi con Freud al final de su
tratamiento.
DR. Lo que es terminable para el terapeuta puede no serlo para el
paciente, quien en algunas partes de su mente desea cumplir o actuar
necesidades infantiles que no se resolvieron.
Elsa: ¿En la terminación del análisis del Hombre de los Lobos no
ocurrió lo mismo?
Gerardo: Es posible que se haya sentido bien cuidado por Freud, gracias
a las colectas de dinero organizadas para ayudarlo, y vemos desde este nuevo
punto de vista el hecho de que ocultó que recuperó su herencia y las joyas de
la familia. No es que fuera deshonesto o mentiroso. Estas son ideas éticas, no
psicoanalíticas. En términos psicoanalíticos, su acción expresa el deseo de
248
DAVID ROSENFELD
APRENDIZAJE
Aída: Me siento más cómoda si dispongo de una teoría firme con una
estructura sólida que me diga qué debo hacer.
Gerardo: Si puedo tolerar la idea de que hay cosas que no sé, me siento
más humilde ante el paciente y tengo un gran deseo de aprender.
Goyo: Una tercera solución puede ser modificar una de las teorías, pero
el punto es ser capaz de tolerar el cambio, de lo contrario uno se encuentra
en la postura de los opositores de Galileo cuando quiso cambiar una teoría: le
respondieron que se podía ver sin necesidad del telescopio, porque la
estructura del universo y la esfera celestial ya estaba totalmente explicada por
el maestro, Aristóteles.
DR. Cada uno de ustedes tres representa un modelo del movimiento
dialéctico del aprendizaje: uno lucha y desea una teoría más ordenada, estable
y rígida; otro es capaz de dudar o tener humildad ante el no saber; y otro es
capaz de buscar un nuevo enfoque, una nueva teoría. Cada uno de ustedes
expresa las diferentes fases del aprendizaje a través de la cual todos pasamos.
Es como lo que señaló Sartre acerca de la libertad: La libertad es un
proceso, una lucha constante, un objetivo que se pretende alcanzar. Decir que
249
EL ALMA, LA MENTE Y EL PSICOANALISTA
uno ya es libre, que uno tiene la libertad total, es tan precipitado como decir,
en la práctica del psicoanálisis, que uno ya lo sabe todo y que no hay nada
más que aprender.
Jean-Paul: Para volver a la cuestión de la teoría, creo que en psicoanálisis
una cosa es la teoría, mientras que otra es el uso clínico que pueda hacerse de
ella.
Elsa: Las explicaciones que brinda una teoría pueden ser muy amplias
y útiles pero una teoría es incapaz de explicar todos los pacientes a los que se
aplica.
DR. Es imposible explicar a todos los pacientes mediante una sola
teoría. Sin embargo, alguna teoría en particular puede ser más aplicable para
comprender a un mayor número de pacientes.
Coco: Así que en la práctica no es tan fácil aplicar una sola teoría a todos
los pacientes por igual.
DR. Yo diría que hay una teoría psicoanalítica general que sirve de base
para proponer nuevas hipótesis adicionales. Pero las hipótesis adicionales que
se crean para casos clínicos particulares, en general, no deben ser aplicables a
todos los casos clínicos.
Coco: No es tan fácil...
William: "[...] Si fuese tan fácil hacer como saber lo que es preferible,
las capillas serían catedrales; las cabañas de los pobres, palacios de príncipes
[...]" ("[...] If to do were as easy as to know what were good to do, chapéis had been churches,
andpoor men's cot-tagesprimes' palaces [...]" El mercader de Venecia, acto I, escena 2).
250
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Anexos
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Reconocimientos
253
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