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Nueva

introducción a
las ideas de Bion

TECNIPUBLlCACIONES, S. A.
Nueva
introducción a
las ideas de ,Iion
Colección Continente/Contenido
DIRIGIDA POR LA DRA. MERCEDES VELO

LEÓN GRINBERG, DARía SOR


. Y ELIZABETH TABAK DE BIANCHEDI

Nu .,
in r d Ion
ideas e Bio

TECNIPUBLICACIONES, S. A .
FERNANDO VI, 27
28004 MADRID
ESPAÑA
\:

". "

© TECNIPUBLICACIONES, S.A.
Grupo Editorial Julián Yébenes.
Colección Continente/Contenido.
Dirigida por la Dra . Mercedes Velo.

LS.B.N.: 84-86104-34-3
Depósito Legal : M-?üü8-1991

Impreso por : Gr áficas Clarión , S.A. Valentín Llaguno , 14.


ÍNDICE

PRÓLOGO. ... .... ..... ..... ... .... .. .. ....... .. ............. ... ....... ... 9
PREFACIO A LA NUEVA , INTRODUCCI6N A LAS
IDEAS DE BION 11
PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN 13
PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN 15
RECONOCIMIENTOS 17

1. GRUPOS 19

El individuo y el grupo. ..... ... ........... ... ........... ....... . 19


Mentalidad grupal-cultura del grupo.. ........ ..... ....... ... 22
Supuestos básicos ... ..... ........... ..... .... ... ....... .... ...... . 23
Gru po de supuesto básico... .... .... ..... .. ..... ..... ... ....... 25
Grupo de trabajo .............. .. .. .... ... ............. .. ..... .... 30
Grupo especializado de trabajo..... .......... .... .. .. ... ..... 32
Cambio catastrófico . 33
El místico y el grupo... ... ..... ... ... ........... ..... ....... ..... 34

11. PSICOSIS. .. ...... ..... ........ ... ....... ..... ... .... .... ... ... ..... 37

El individuo y la psicosis .... .. .... .. .. .. ... ... .... ... .. ... .. .... 38
Personalidad psicótica 39
Pensamiento y lenguaje en los individuos con predo mi-
nio de la personalidad psicótica .. .... .... ...... ... .. .... ... 45
5
6 íN DICE

Manifestaciones clínicas tan sferenciales de la personali-


., '
d a d pSICOtICa .. 48
Cambio catastrófico en la crisis psicótica . 50

III . PENSAMIENTO 53

Origen y naturaleza del pensar. Teoría de las funciones . 55


Importancia de los modelos en la teoría y técnica psi-
coanalíticas. Su aplicación en la teoría del pensa-
miento .. 58
Una teoría del pensamiento. «Aparato para pensar los
pensamientos». Modelos continente-contenido e inte-
racción dinámica entre las posiciones esquizo-para-
noide y depresiva............. .... ..... ... .... ....... .. .. .... .. 60
La Tabla.... ........ .. .... .. ..... .. .. .... ...... ......... .... ........ . 66

IV . TRANSfORMACIONES .. ..... .. ..... ......... .. ... .. .... .... 73

Transformaciones e invariancia. Grupos de transforma-


ciones 73
Transformaciones de movimiento rígido y transforma-
ciones proyectivas.. 77
Transformaciones en alucinosis 81
Transformaciones de O y transformaciones en O ..... ... 82
Cambio catastrófico . Evolución e intuición. ...... ........ . 83

V. TRANSfORMACIONES EN ALUCINOSIS ............ 89

Transformaciones en alucinosis 90
Espacio y tiempo en el área psicótica de la personalidad. 93
Espacio mental en la alucinosis 96

VI. CONOCIMIENTO ............ ..... .. .. ............ .......... .. .. 99

Ví nculos L, H YK .. 100
Los mitos como modelos del vínculo K . 102
Nuevos relatos como modelos del vínculo K y -K . 104
'
Ob Jeto .
pstcoarta liItICO
. . 107
Vértices . Correlación y confrontación . 109
Verdad, falsedad y mentira . 110
ÍNDICE 7

VII . REFLEXIONE S SOBRE LA PRÁCTICA PSICOA-


NALÍTICA 115

l. . 115
II . 119
III . 120

VIll . «EL ÚLTIMO BION» . 129

Unicidad (A t-one-meru) . 131


Cesura . 131
Memoria del futuro. E nsayos autobiográficos .. 135
Una memo ria del futuro . 136
Libros auto biográfic os . 139
Una aproximación a los contenidos de la trilogía/auto-
biografías . 142
El concepto de «extensión» .. 143
Ex tensiones del concepto «mente» . 144
·
E xtenstones en et area
» espacia'1' . 144
Extensiones en el área temporal . 147
Extensiones en el área corporal .. 149

GLOSARIO DE SIGNOS . 153

LISTA CRONOLÓGICA DE LAS PUBLICACIONES DE


WILFRED BION . 157

RESÚMENES DE LAS OBRAS DE BION .. 159


PRÓLOGO

Cualquiera que contemple el cuadro de Vermeer Pequeña casa


en Delft puede estar consciente de recibir un impacto emocional
nunca experimentado antes . Yo mismo, leyendo este libro , sé que
no tenía idea o que, a lo sumo, tenía una idea tnuy remota de lo
que significa ser lector de mis libros. La paradoja del psicoanálisis
es que el estudiante espera aprender en el curso de su vida y a tra-
vés de su formación cómo son la mente y la personalidad humanas;
esto resultaría inútil si no aprendiera también a respetar los hechos,
o si no hubiera en él una disposición natural a hacerlo; y en este
campo en particular, el «hecho» es la personalidad humana. En este
sentido, tiene la esperanza de descubrir que su paciente es como to-
dos los demás seres humanos . La situación se complica porque debe
combinarla con el respeto por la singularidad del individuo como
tal y no como uno más entre una multitud . ¿Cómo evitar entonces,
por un lado, el peligro del hastío y la hostilidad y la monotonía del
lugar común y, por el otro, el riesgo de tomar un hecho «particu-
lar» como una «generalización» ampliamente significativa? Es difí-
cil admitir que el «descubrimiento» (debidamente formulado o «in-
terpretado», como solemos decir) puede tener una significación
«particular» pero no una importancia «general». Ello implica a su
vez la capacidad por parte del analista de tolerar (respetar) sus pro-
pios descubrimientos, sin atribuirles forzosamente una significación
o interés general. Tengo la esperanza de que este libro contribuya
al logro de tal capacidad.

WrLFRED R. Brox
9
PREFACIO
ALA
NUEVA INTRODUCCIÓN A LAS IDEAS DE BION

El libro Introducción a las ideas de Bion acaba de cumplir 18


años , cuatro ediciones en español, traducciones y re-ediciones en
distintos idiomas: inglés, francés , italiano, portugués, sueco y japo-
nés. Es un buen momento para que los autores reflexionemos so-
bre el camino recorrido por «nuestro pequeño gran viajero», como
solemos llamarlo.
Es claro que el éxito editorial del texto se debe fundamental-
mente a la cualidad penetrante de los temas que expresa la obra de
Bion. También, probablemente, a la claridad y estilo didáctico con
el que realizamos la obra , renunciando a interpretaciones persona-
les, dentro de lo posible , en aras a la fidelidad con los conceptos
expuestos. Pensamos que como intermediario con las ideas de Bion,
no funcionó como una pantalla que opacara el disruptivo lenguaje
de logro una y otra vez manifestado en los textos bionianos; en con-
versaciones con colegas-estudiantes hemos notado que no fue utili-
zado como sustituto de la lectura de la obra original, expectativa
que formulamos en nuestra introducción ala Introducción ...
Rememorando los momentos previos a la decisión de escribir
el libro, recordamos nuestras dudas e inquietudes sobre si seríamos
capaces de expresar y conservar la fuerza, pujanza y ambigüedades
del texto original; ¿podríamos conservar algo de su espíritu? Ade-
más , en ese momento Bion vivía, y en nuestra fantasía él era nues-
tro primer lector, nuestro primer crítico . También éramos conscien-
tes que el genio productivo de la mente de Bion estaba en pleno
desarrollo . Nuestro texto, además de contener una reducción, ten-
dría que ser, por fuerza , incompleto.
11
12 PREFACIO A LA NUEVA INTRODUCCIÓN A LAS IDEAS DE BION

Le enviamos una copia del libro antes de su edición . La res-


puesta fue una carta plena de generosidad. Este texto nos impre-
sionó profundamente y lo incluimos como prólogo en el libro cons-
tituyendo, en nuestra mente, un aval para la edición que estába-
mos por lanzar.
Inevitablemente , en aquel libro se produjeron errores , a veces
de conceptos, a veces de menor importancia. Fueron descubiertos
con el correr del tiempo. También hubo omisiones , que fueron de
dos clases: por déficit de comprensión nuestra de algunos aspectos
de la obra de Bion y por la evolución de las ideas elaboradas pos-
teriormente por Bion mismo.
Ahora nos encontramos ante un nuevo desafío: complementar
la Introducción .. . con algunos de sus ulteriores desarrollos . Entre
ellos consideraremos el último artículo sobre «La Tabla», el de «Ce-
sura» , los seminarios dados en Río de Janeiro , San Pablo y Nueva
York, su trilogía titulada A Memoir of the Future, sus autobiogra-
fías y algunos pequeños artículos como «Evidencia», «Turbulencia
emocional», etc .
Bion murió en Oxford, Inglaterra , en noviembre de 1979 y su
viuda, Francesca Bion, continúa recogiendo material de seminarios
clínicos y supervisiones brindándonos , casi cada año , nuevas publi-
caciones de material inédito .
En este nuevo libro, hemos introducido modificaciones en casi
todos los capítulos conservando, sin embargo, la estructura del li-
bro anterior.
El capítulo VIII, el último, es nuevo . En él introducimos algu-
nas ideas, algunas claves, algunas síntesis, para acompañar al lector
que se interne en A Memoir of the Future , atravesando cesuras y
profundizando el compromiso con las extensiones que Bion invita
a compartir.
Como ya dijimos en la introducción del libro anterior es nues-
tro anhelo, y nuestra fe, que esta «guía del viajero» acompañe al
lector en este viaje inefable e infinito que es compartir y desarro-
llar las ideas estimuladas por la obra de Bion.

LEÓN GRINBERG , DARÍO SOR ,


EUZABETH T ABAK DE BIANCHEDI
PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN

Dudamos mucho antes de lanzarnos a lo que nos parecía una


arriesgada y muy difícil aventura: escribir una introducción a las
ideas de Bion. Por una parte, nos animaba el pedido de muchos co-
legas y estudiantes que encontraban gran dificultad en la lectura de
las concepciones desarrolladas en sus libros. Pero, al mismo tiem-
po, nos detenía la responsabilidad que significaba tener que trans-
mitir en forma simplificada ciertas hipótesis muy complejas, cuyo
sentido profundo nos había demandado largas horas de elaboración.
El elevado interés despertado por los cursos, seminarios y grupos
de estudio que dictamos en distintos períodos y que permitieron un
mejor aprovechamiento de las principales ideas de la obra de Bion,
constituyó un aliciente importante que gravitó en nuestra decisión
de emprender la tarea. No describiremos todas las vicisitudes de la
misma. Diremos solamente que lo que nos resultó particularmente
impactante en esta experiencia fue el haber podido compenetrar-
nos de toda la profundidad del pensamiento de Bion y de su sor-
prendente coherencia, una vez que redescubrimos el hilo conduc-
tor de sus originales concepciones a través de sus diversos escritos
y de sus primeros trabajos sobre dinámica de grupos. Fue precisa-
mente este descubrimiento el que nos decidió a presentar la secuen-
cia de capítulos en el orden en que lo hacemos en este libro.
Uno de los mayores méritos de Bion es el de ubicar la teoría
y la práctica psicoanalíticas en una nueva dimensión que conserva,
sin embargo, lo más valioso de las contribuciones clásicas de Freud
y de M. Klein, encarándolas desde perspectivas (o «vértices») dife-
rentes. Les agrega frescura y originalidad, estimulando una actitud
13
14 PREFACIO A LA PRIMERA EDI CIÓ N

nueva en el analista y promoviendo el abando no de esquemas rígi-


dos y de viejos clisés, así como también aperturas hacia nuevas ma-
neras de pensar en psicoanálisis. La riqueza de sus hipótesis , la am-
plitud de sus teorías y la flexibilidad de sus modelos , agregados al
consejo de instalarse «sin memoria ni deseo » en la tarea observa-
cional e investigadora, ejercen un enorme atractivo que no deja de
provocar, al mismo tiempo , cierta inquietud. Todo esto apunta a in-
crementar la capacidad creativa, el sentido común y el desarrollo
de la intuición, ayudando al investig ador a colocarse en lo que lla-
maríamos «el estado de descubrimiento».
Uno de los escollos en la comprensión de las hipótesis plantea-
das por Bion reside en su estilo de exposición que , de algún modo,
es un reflejo de sus hipótesis mismas . Bion habla de las dificultades
para expresar con palabras conocidas ideas nuevas ; eso le lleva, a
veces, a introducir términos desprovistos intencionalmente de sig-
nificado o a utilizar palabras conocidas con significados estipulados
por él. En esta nuestra labor de revisi ón , síntesis y trasmisión de
sus ideas , hemos intentado zanjar esta dificultad , introduciendo con
mayor precisión algunos de sus conceptos. Es probable quc , al lo-
grar esta mayor claridad , se haya perdido cierta dimensión signifi-
cativa de las ideas tratadas.
Para modelizar un aspecto de la teoría de las transformacio-
ncs, Bion utiliza, en algún pasaje de su obra , el ejemplo del reflejo
de un árbol en la superficie de un lago , del que el observador pue-
de reconocer la forma , pero no los detalles de su estructura. Cree-
mos quc la experiencia emocional de leer los escritos de Bion está
solamente reflejada en estas páginas. Muchos aspectos y caracterís-
ticas de las ideas expuestas por nosotros son reflejos, y no mues-
tran todos los detalles de la riqueza original. Al leer a Bion se sien-
te , muchas vcces, que la fuerza y penetrabilidad de sus ideas equi-
valen a agitar la superficie del lago y alterar el reflejo. El lenguaje
de Bion contiene lo que parecen ser dudas , verdades a medias , mis-
terios, incertidumbres; transmitir estos aspectos de sus ideas es, en
la práctica, imposible.
Esperamos que este libro pueda despertar en el lector la curio -
sidad y el estímulo necesarios para pasar a la experiencia inefable
de la lectura de sus ideas originales.

LEÓN GRINBERG, DARía SOR ,


ELIZABETH T ABAK DE BIANCHEDI
PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN

Desde que apareció la primera edición de este libro, Bion dio


a conocer nuevos aportes, ricos en ideas y formulaciones estimu-
lantes. Una de ellas señala que el analista debe poder tolerar el uni-
verso en expansión que aparece frente a él en su relación con el pa-
ciente: cuando termina de interpretar, el universo se ha expandido
más allá de lo que puede percibir. Aplicando el mismo modelo po-
dríamos decir que cuando terminamos de escribir nuestra Introduc-
ción..., el universo de los conceptos propuestos por Bion continuó
expandiéndose gracias a su notable capacidad creativa.
Sin embargo, creemos que puede seguir siendo útil para los que
quieran iniciar el camino hacia el cual Bion apunta: el de los enor-
mes problemas que surgen cuando se investiga la mente con instru-
mentos tan rudimentarios como aquellos de los que disponemos; es
decir, la práctica del psicoanálisis como opuesta a «hablar de psi-
coanálisis». Por lo tanto, decidimos - para esta segunda edición-
no modificar su forma y estructura originales. Agregamos solamen-
te, a pie de página, algunas notas relacionadas con desarrollos ulte-
nares.
Reiteramos lo dicho· en el prefacio de la primera edición: es-
peramos que este libro no sea un sustituto sino un preludio a la lec-
tura de los textos originales y sin duda inquietantes de W. R . Bion .

LEÓN GRINBERG, DARía SOR,


ELIZABEHT T ABAK DE BIANCHEDI

15
RECONOCIMIENTOS

Los autores de este libro pertenecemos a un grupo de estudio


que desde hace años, y coordinado por lino de nosotros, se ha de-
dicado a estudiar sistemáticamente la obra de Bion. Sus integran-
tes, además de los nombrados, son los doctores J. A . Granel,
P. Grimaldi , A. G . de Kaplan, S. Lumermann y N. Schlossberg.
Queremos destacar y agradecer a nuestros colegas del grupo la dis-
cusión y elaboración de muchas ideas y comentarios que se efec-
tuaron antes de la redacción de la primera edición del libro. Nues-
tro recuerdo y gratitud también a quienes formaron parte del gru-
po de estudio en otros períodos , los doctores A. Aizenberg,
R. Avenburg, J. A . Carpinacci , L. A. Chiozza, G. S. de Foks,
J. A . Olivares, H. Pastrana Barrero, R . Palito y E . Rolla.

LEÓN GRINBERG, DARÍO SOR,


EUZABETH TABAK DE BIANCHEDI

17 ,
1

GRUPOS

En este capítulo se exponen algunas de las hipótesis sobre gru-


pos formuladas por Bion a lo largo de sus trabajos . Por lo tanto,
se incluyen las ideas expuestas en sus artículos sobre el tema, des-
tacando algunos. puntos que serán desarrollados ulteriormente.
Conceptos tales como continente-contenido, cambio catastrófico, el
místico y el grupo, etc., serán tratados únicamente en su relación
con el tema central del mismo : los grupos y la dinámica de su funcio -
namiento.

EL INDIVIDUO Y EL GRUPO

El ser humano es un animal gregario . No puede evitar ser


miembro de un grupo, aun en aquellos casos en que su pertenencia
al mismo consista en comportarse de un modo que da la sensación
de no pertenecer a grupo alguno. Las experiencias grupales son las
que permiten observar las características «políticas» del ser huma-
no; no porque éstas sean creadas en ese momento , sino porque hace
falta un grupo reunido para que se puedan poner de manifiesto y
convertirse en objetos de observación. Atribuir importancia al gru-
po reunido surge de la impresión equivocada de que una cosa co-
mienza necesariamente en el momento en que su existencia se hace
demostrable. Bion sostiene que ningún individuo, aunque esté ais-
lado, puede ser considerado como marginal respecto de un grupo,
o falto de manifestaciones activas de psicología grupal, a pesar de
que no existan condiciones para demostrar estas afirmaciones .
19
20 GR UP OS

Las teo rías de Fre ud, entre ellas la de l complejo de E dipo l ,


nos muestran la enorme importancia del grupo familiar en el de-
sarrollo del ser humano . Los trabajos de M . Klein , en particular
sus hipótesis sobre las primeras relaciones objetales, las ansiedades
psicóticas y los mecanismos de defensa primitivos", permiten enten-
der que el individuo no sólo pertenece desde el comienzo de su vida
a un grupo familiar, sino que sus primeros contactos con su madre
y las personas que lo rodean tienen cualidades de por sí peculiares
y de profunda importancia para su desarrollo ulterior .
Las ansiedades psicóticas surgidas en relación con los primeros
objetos son reactivadas en muchas situaciones adultas. El individuo
debe establecer contacto con la vida emocional del grupo , lo cual
le plantea el dilema de evolucionar y diferenciarse y enfrentar los
temores asociados a esta evolución . Las exigencias y complejidades
derivadas de la pertenencia a diversos grupos lo llevan a una regre-
sión que puede re lacionarse con la descrita por M . Klein en el con-
texto de la teoría psic oanalítica.
La observación de grupos por parte de un observador psicoa-
nalíticamente entrenado permite detectar situaciones que , con otra
perspectiva, pueden pasar inadvertidas. Las teorías psicoanaliticas,
entre ellas la del complejo de Edipo y las teorías kleinianas' de las
ansiedades psicóticas y los tempranos mecanismos de defensa , pue-
den ser utilizadas para explicar algunos de los fenómenos observa-
dos . La intuición psicoanalíticamente desarrollada permite hacer
observaciones en las que las reacciones emocionales del observa-
dor, incluido en la situación , son tomadas en cuenta en la descrip-
ción , comprensión e interpretación de los fenómenos .
Con este enfoque Bion se acerca al estudio de los grupos.
Una de sus primeras experiencias con grupos como objeto de
estudio fue como director del sector de rehabilitación de un hospi-
tal psiquiátrico militar durante la Segunda Guerra Mundial. Los pa-
cientes debían ser adiestrados para reintegrarse a sus tareas milita-
res. Bion se propuso considerar la rehabilitación como un proble-
ma grupal; por lo tanto organizó el sector a su cargo , compuesto
por varios centenares de hombres , de acuerdo con este enfoque. El
proyecto, desarrollado a lo largo de seis semanas , consistió en un
programa que reglamentaba que todos los hombres debían realizar

1 S. Fre ud (1923b), «El yo y el ello» , en Sigmund Freud. Obras completas, vol.


XIX, Buenos Aires, Am orrortu edi tores, 1976,
2 M , Klein, «Algunas conclusiones teóricas acerca de la vida emocional dellac-
tante», en Desarrollos del Psicoanálisis, Buenos Aires , Paidós .
3 M. Klein, loe. cit.
GRUPOS 21

una hora diaria de entrenamiento físico y ser miembros de uno o


más grupos destinados al estudio de un oficio. De acuerdo con los
intereses que surgieran, los individuos podían formar nuevos gru-
pos para el desarrollo de una actividad particular. Se realizaban reu-
niones diarias de todos los pacientes, personal encargado de ellos
y directores, para la discusión de los programas, pro blemas creados
y disposiciones a tomar. Este último punto del programa fue el pri-
mer paso pa ra la organización de seminarios terapéuticos.
Los resultados de esta experiencia, en la que comenzaron a ma-
nifestarse algunas características de los grupos en su relación con
las tareas planeadas , pusieron en evidencia la necesidad de un exa-
men más exhaustivo de la estructura e interacción dinámica dentro
de los grupos .
Más adelante, en la Tavistock Clinic, de Londres, Bion se ocu-
pó del tratamiento de pequeños grupos que le fueron encomenda-
dos como terapeuta. Con el propósito específico de ayudar a escla-
recer las tensiones que surgían en los mismos, y con una técnica
que consistía en la descripción de las situaciones creadas en el gru-
po que parecían oponerse a la realización de la tarea propuesta, ela-
boró algunas hipótesis acerca de los complejos fenómenos grupales
que se ofrecían a su observación.
Los hechos que en prirrier término llamaron su atención en el
trabajo con diversos grupos se relacionaban con la conducta de sus
integrantes en el contexto grupal y el clima emocional allí desarro-
llado. Los grupos reunidos para realizar una tarea específica evi-
denciaban actitudes y desarrollaban métodos que no parecían con-
ducentes al logro del objetivo propuesto. Esto se manifestaba por
una falta de riqueza intelectual en las conversaciones desarrolladas
durante las sesiones, con disminución del juicio crítico y perturba-
ciones en la conducta racional de los integrantes. Esta forma de pro-
ceder no concordaba, por lo general, con la inteligencia y habilidad
de sus integrantes fuera de la situación grupal. La solución de los
problemas dentro del grupo no era llevada a la práctica con méto-
dos adecuados a la realidad.
Las situaciones creadas en los grupos estaban intensamente car-
gadas de emoción. Estas emociones ejercían una poderosa influen-
cia sobre los integrantes y parecían orientar la actividad del grupo ,
sin que sus miembros se apercibieran de ello . El terapeuta partici-
paba de este clima emocional intenso y muchas veces caótico al que
todos los integrantes contribuían parcial o totalmente. El grupo no
parecía dispuesto a examinar estas situaciones.
En muchas oportunidades el grupo parecía funcionar como una
22 GRUPOS

unidad o como un todo , aunque esta unidad no se manifestaba a


través de los aportes individuales . Este funcionamiento se hizo más
evidente enfocando al grupo desde otra perspectiva: al observar al
grupo, y no a los individuos que lo componen, ciertos hechos ad-
quirieron nuevos significados.
En su participación activa como adulto en diversos grupos, el
ser humano dispone de diferentes modos de reacción. En la reu-
nión de varias personas para efectuar una tarea pueden discernirse
dos tipos de tendencias: una dirigida a la realización de la misma y
otra que parece oponerse a ella . La actividad de trabajo es obstrui-
da por una actividad más regresiva y primaria.
Para referirse a estos fenómenos, que considera típicos , Bion
introduce una terminología específica que da una cierta unidad a
los rasgos comunes observados en experiencias disímiles. Estos tér-
minos son: mentalidad grupal, cultura grupal , supuestos básicos,
grupo de supuesto básico y grupo de trabajo.

MENTALIDAD GRUPAL-CULTURA DEL GRUPO

La hipótesis de la existencia de una mentalidad grupal deriva


del hecho de que el grupo funciona en muchas oportunidades como
una unidad, aunque sus miembros no se lo propongan ni tengan
consciencia de ello.
El término designa, pues, la actividad mental colectiva que se
produce cuando las personas se reúnen en grupo. El término deli-
mita, también, un área de investigación sobre la cual se podrán ha-
cer nuevas observaciones e hipótesis . Como término, representa
una conjunción constante" que irá adquiriendo más significado en
la medida en que la investigacion continúe. La hipótesis de una
mentalidad grupal es una formulación básica para investigar los fe-
nómenos grupales.
La mentalidad grupal está formada por la opinión , voluntad o de-
seo unánimes del grupo en un momento dado. Los individuos contri-
buyen a ella en forma anónima o inconsciente. La mentalidad grupal
puede estar en conflicto con los deseos, opiniones o pensamientos de
los individuos, produciéndoles molestia, enojo u otras reacciones.

4 «Conjunción constante» es un término tomado de Hume, y se refiere al he-


cho de que ciertos datos de observación aparecen regularmente unidos. Bion utiliza
este término en sus hipótesis acerca del desarrollo del pensamiento. Un concepto o
una palabra son enunciados que ligan, bajo su nombre, los elementos observaciona-
les constantemente conjugados.
GRUPOS 23

La organización del grupo en determinado momento puede ser


vista como la resultante del interjuego entre la mentalidad grupal
y los deseo s del individuo. Esta organización , por más primitiva o
rudimentaria que sea , es llamada po r Bion cultura del grupo. Este
concepto incluye la estructura adquirida por el grupo en un mo-
mento dado, las tareas que se propone y la organización que adop-
ta para la realización de las mismas. La cultura del grupo es un he-
cho observable dentro del contexto de la situación grupal, que pue-
de ser descrita por el observador teniendo en cuenta la conducta de
sus integrantes, los roles que éstos desempeñan, los líderes que ac-
túan y el comportamiento del grupo como totalidad.
La cultura del grupo es~ción5 de la mentalidad grupal y de
los deseos del individuo, que son sus factores. La organización que
el grupo adopta en un determinado momento , o durante un perío-
do de tiempo , surge del conflicto entre la voluntad colectiva anó-
nima e inconsciente y los deseos y necesidades individuales.
Para dar mayor precisión al concepto de mentalidad grupal,
Bion introduce el de supuesto básico.

SUPUESTOS BÁSICOS

Supuesto básico, o suposición básica, es un término que califi-


ca el de mentalidad grupal. Como se recordará, este último con-
cepto se refiere a la existencia de una opinión común, unánime y
anónima del grupo en un momento dado . La mentalidad grupal es
el recipiente o continente de todas las contribuciones hechas por los
miembros del grupo . El concepto .de.supuesto bá sico nos dice algo
acerca del contenido de esta opinión , o de sus diferentes conteni-
dos posibles, permitiendo una comprensión más amplia de los fe-
nómenos emocionales en los grupos.
Las suposiciones básicas están configuradas por emociones in-
tensas de origen primitivo , consideradas como básicas por estos mo-
tivos. Su existencia determina en parte la organización que el gru-
po adopta y el modo en que encara la tarea que debe realizar; por
lo tanto la cultura del grupo mostrará siempre evidencias de los su-
puestos básicos subyacentes, o del particular supuesto básico activo
en ese momento.
Los impulsos emocionales subyacentes en el grupo , las suposi-

5 El término «función», tal como lo utiliza Bion , incluye el sentido matemáti-


co, el filosófico y el del lenguaje ordinario , con la expresa intención de que conser-
ve la penumbra de asociaciones derivada de estos campos.
24 GRUPOS

ciones básicas, expresan algo así como fantas ías grupa les, de tipo
omnipotente y mágico, acerca del modo de obtener sus fines o sa-
tisfacer sus deseos. Estos impulsos, que se caracterizan por lo irra-
cional de su contenido, tienen una fuerza y realidad que se mani-
fiesta en la conducta del grupo. Es importante destacar que las su-
posiciones básicas son inconscientes , y muchas veces opuestas a las
opiniones conscientes y racionales de los miembros que componen
el grupo.
El término grupo bajo determinado supuesto básico se refiere
a la particular estructura y organización adoptada por el grupo en
función del supuesto básico en actividad. Opuesta a esta estructura
está aquella basada en el grupo de trabajo, concepto que se expli-
cará más adelante.
Los supuestos básicos jerarquizados por Bion son tres. El pri-
mero de ellos es llamado supuesto básico de dependencia (sbD) y
puede ser reformulado en términos narrativos: el grupo sustenta la
convicción de que está reunido para que alguien , de quien el grupo
depende en forma absoluta , provea la satisfacción de todas sus ne-
cesidades y deseos. En una formulación más modelizada la creen-
cia colectiva es que existe un objeto externo cuya función es pro-
veer seguridad al grupo, «organismo inmaduro». En otra termino-
logía, es la creencia en una deidad protectora cuya bondad , poten-
cia y sabiduría no se cuestionan .
El supuesto básico de ataque-fuga (sbF) consiste en la convic-
ción grupal de que existe un enemigo, y que es necesario atacarlo
o huir de él. En otros términos , el objeto malo es externo, y la úni-
ca actividad defensiva frente a este objeto es su destrucción (ata-
que) o evitación (huida).
El supuesto básico de apareamiento (sbA) es, en términos
narrativos , la creencia colectiva e inconsciente de que, cualesquiera
que sean los problemas y necesidades actuales del grupo, un hecho
futuro o un ser no nacido los resolverá; es decir, hay esperanza de
tipo mesiánico . Esta esperanza irracional y primitiva es fundamen-
tal para definir el supuesto básico de apareamiento. Muchas veCeS
la esperanza está puesta en una pareja cuyo hijo , no concebido aún ,
será el salvador del grupo. Lo importante en este estado emocional
es la idea de futuro, y no la resolución en el presente. En términos
religiosos es la esperanza de la aparición de un mesías.
Resumiendo lo expuesto hasta ahora, podemos decir que los
supuestos básicos son el equivalente , para el grupo , de fantasías om-
nipotentes acerca del modo en que se resolverán sus dificultades .
Las técnicas que utilizan son mágicas. Todos los supuestos básicos
GRUPOS 25

son estados emocionales tendientes a evitar la frustración inherente


al aprendizaje por experiencia, aprendizaje que implica esfuerzo,
dolor y contacto con la realidad.
La conceptualización de los tres supuestos básicos permite or-
denar la muchas veces oscura situación emocional de los grupos. Al
delimitar tres grandes configuraciones emocionales específicas, el
observador dispone de un nuevo instrumento para la comprensión
de los fenómenos de los que participa. La similitud de los rasgos de
las suposiciones básicas con los fenómenos descritos por Melanie
Klein en sus teorías acerca de objetos parciales, ansiedades psicó-
ticas y defensas primitivas'' permite suponer que los fenómenos de
supuesto básico son reacciones grupales defensivas a las ansiedades
psicóticas reactivadas por el dilema del individuo dentro del grupo
y la regresión que este dilema le impone .

GRUPO DE SUPUESTO BÁSICO

¿De qué manera funciona un grupo en el cual predomina un


determinado supuesto básico? En cada caso es necesario analizar
las estructuras que se van configurando , tomando en cuenta el su-
puesto básico en actividad y las necesidades y opiniones individua-
les de los miembros del grupo , en coincidencia o no con el supues-
to básico.
Los individuos que participan en la actividad llamada supuesto
básico lo hacen en forma automática e inevitable, no necesitando
para ello ningún entrenamiento especial, ninguna experienciaemo-
cional ni madurez mental. La participación no requiere de los inte-
grantes capacidad de cooperación, capacidad que es un requisito
fundamental para la participación en la actividad mental denomi-
nada grupo de trabajo . Para diferenciar la participación espontánea
en el grupo de supuesto básico de la participación, inconsciente o
consciente, en el grupo de trabajo, Bion propone reservar la pala-
bra cooperación para esta última, y llamar valencia a la capacidad
primaria de participar en la actividad mental y el quehacer grupal
de acuerdo con los supuestos básicos.
Valencia, término tomado de la química, señala la mayor o me-
nor disposición del individuo para combinarse en la actividad de su-
puesto básico. Con esta analogía, Bion quiere jerarquizar su opi-
nión de que esta capacidad, si bien se manifiesta o.deduce de fenó-

6 M. Klein, loco cit.


26 GR UPOS

menos psicológicos, caracteriza un nivel de comportamiento más si-


milar al del tropismo de las plantas que a una conducta intencional.
El terapeuta del grupo también participa de este nivel de funciona-
miento, y enfrenta en el grupo el mismo o parecido dilema de to-
dos los integrantes.
Los grupos de supuesto básico, o grupos básicos, como tam-
bién los denomina Bion , tienen ciertas formas típicas de organizar-
se, en particular en lo que a comportamiento y liderazgos se refie-
re. Las descripciones que se hacen a continuación son tomadas pre-
dominantemente de situaciones de pequeños grupos terapéuticos
conducidos con la técnica propuesta por Bion. Los conceptos, sin
embargo, pueden también aplicarse a la comprensión de grandes
grupos humanos, como el ejército, las comunidades religiosas, las
clases sociales, o cualquier otra división de la sociedad que se con-
sidere grupo.
La cultura llamada grupo de dependencia, basada en el supues -
to básico del mismo nombre , se organiza buscando un líder que
cumpla con la función de proveer las necesidades del grupo. Este
rol, en el grupo terapéutico, es fácilmente atribuido al terapeuta
que lo coordina, observándose con frecuencia que la idea de «reci-
bir tratamiento» tiene un significado de expectativa que va mucho
más allá de lo que racionalmente parece lógico. El grupo de depen-
dencia se comporta frente al terapeuta como si estuviera convenci-
do de que toda la labor deberá ser emprendida por éste; la pérdida
casi total de juicio crítico , la pasividad u otras formas de conducta
evidencian esta configuración . El grupo puede organizarse como es-
colares frente a un profesor del cual esperan recibir instrucción, o
exigirle que la provea; puede también funcionar como un grupo de
adeptos a una idea o a una persona cuya bondad no se cuestiona ;
o como un grupo de niños que espera ser tratado por turno y en
forma individual.
El terapeuta comprometido como lo está en la situación emo-
cional del grupo, percibirá la molestia asociada a la frustración de
las expectativas grupales que no satisface al realizar su labor inter-
pretativa. Si, a través de su señalamiento de la fantasía grupal, des-
miente su rol de proveedor o sugiere la necesidad de esclarecer las
situaciones subyacentes -sugerencia que representa para el grupo
una negativa por parte del terapeuta a asumir el rol que se le ha
adjudicado y la exigencia a funcionar en un nivel más adulto- el
grupo puede reaccionar, ante el peligro que lo amenaza , de modos
muy diferentes.
Una posible respuesta es que el grupo, manteniendo su supues-
GRUPOS 27

to básico, busque en otra persona o idea el líder deificado. A ve-


ces, es el miembro más enfermo del grupo el que reemplaza como
líder la figura del terapeuta. En otras oportunidades, el liderazgo
se coloca en la historia del grupo, la «biblia» del grupo, dedicándo-
se mucho tiempo a su confección y enseñanza . Esta actividad, que
consiste en un recordar o apelar a las tradiciones del grupo, actúa
como una «memoria» que se opone a la evolución de cualquier idea
nueva.
Otra vicisitud es la sustitución del supuesto básico de depen-
dencia por otro supuesto básico con el correspondiente cambio del
clima emocional, liderazgos y roles. En casos extremos de conflicto
con la idea nueva (en nuestro ejemplo la idea propuesta por el te-
rapeuta con su interpretación de la mentalidad grupal), el grupo
puede reaccionar produciendo una nueva forma de organización,
que necesita de la participación de algún grupo externo. Esta for-
ma de reacción llamada forma aberrante, consiste, en el caso del
grupo de dependencia, en el intento de presionar a través de la ac-
ción sobre algún grupo externo, para influirlo o ser influido por éste.
Debído a su propia valencia el terapeuta del grupo está siem-
pre expuesto a funcionar en el nivel del supuesto básico. Esto se
pone en evidencia a través de cambios en su actitud, o modificacio-
nes de su técnica; por ejemplo, dar interpretaciones al individuo
dentro del grupo, en lugar de mantener su enfoque sobre el grupo
como totalidad. Con esta conducta ayuda a dar cuerpo a la creen-
cia colectiva de que es una especie de deidad, reforzando así el rol
. que se le atribuye. Estas y otras respuestas emocionales del tera-
peuta pueden ser vistas como fenómenos relacionados con la difi-
cultad de mantener un nivel científico de trabajo en un campo tan
perturbado como es el grupo de supuesto básico.
La cultura llamada grupo de ataque-fuga encuentra su líder en
personalidades paranoides. El líder debe dar sustento a la idea de
que existe un enemigo dentro o fuera del grupo del que es necesa-
rio defenderse o huir. En los grupos terapéuticos el enemigo puede
ser un miembro del grupo , la persona del terapeuta, sus palabras,
la enfermedad física o mental, etcétera.
El grupo puede adoptar una organización en la que se destaca
la actividad evitativa de cualquier manifestación del «enemigo», o
responsabilizar a cualquier persona o subgrupo y atacarlo en con-
secuencia. Cuando el terapeuta es considerado el «enemigo», el gru-
po se comporta ignorando sus intervenciones, o demostrando su
desprecio a través de palabras o actos. La hostilidad, así como en
el caso anterior la dependencia, puede asumir diferentes formas; la
28 GRUPOS

forma aberrante de este tipo de cultura son actividades tendentes a


tomar posesión de la persona del terapeuta , o de grupos externos ,
o a ser poseídos por un grupo exterior, sus ideas u opiniones.
En la cultura llamada grupo de apareamiento, el liderazgo está
relacionado con una pareja que promete un hijo, o alguna idea re-
lacionada con el futuro; el líder es algo o alguien que no ha nacido
aún . La pareja puede establecerse entre dos integrantes que dialo-
gan; el resto del grupo no sólo to lera sino que estimula esta rela-
ción. No reacciona con celos ni con rivalidad , ya que esta pareja es
considerada como conteniendo la esperanza del nacimiento de un
futuro líder que salvará al grupo . Se tra ta de la esperanza mesiáni-
ca de que una idea o una persona librará al grupo de sus sentimien-
tos de odio , destrucción o desesperación. Es claro que , para que
esto suceda, la esperanza mesiánica no debe verse realizada nunca.
En la cultura dominada por este supuesto básico , el terapeuta, con
su curiosidad altamente estimulada, puede también participar de la
esperanza mesiánica, con la consiguiente pérdida de su eficacia
como observador. La forma aberrante de este tipo de grupo es la
tendencia a la escisión.
Frente a la amenaza de la evolución de la idea nueva (que Bion
llama, en otro contexto , idea mesiánica y que debe diferenciarse de
la esperanza mesiánica) el grupo puede , defensivamente , escindir-
se. Producida la escisión, una parte del grupo seguirá conteniendo
la esperanza mesiánica , es decir , continuará bajo el supuesto bási-
co de apareamiento. Las vicisitudes de la otra parte dependerán de
una serie de factores, entre ellos su tolerancia a la idea nueva y su
tendencia a funcionar nuevamente como grupo de supuesto básico .
Es importante destacar que la forma aberrante de cultura apa-
rece siempre que el grupo tenga que encarar una idea nueva que
promueve evolución y que no puede instrumentar en una cultura
de grupo de trabajo, ni neutralizar en una cultura de supuesto bá-
sico. La idea nueva, en su evolución, amenaza la estructura del gru-
po básico, trayendo aparejada la posibilidad de la situación deno-
minada por Bion cambio catastrófico.
Los supuestos básicos pueden alternar dentro de una misma se-
sión, o mantenerse durante muchos meses; nunca coexisten. Las
emociones asociadas a ellos pueden ser descritas en los términos ha-
bituales de angustia, miedo , amor, sexo, odio, etc .; sin embargo la
angustia en un grupo de dependencia tiene una cualidad diferente
de la angustia en un grupo de ataque-fuga o de apareamiento; y lo
mismo sucede con las otras emociones.
A través de las descripciones que hemos hecho , queda clara-
GRUPOS 29

mente en evidencia que los métodos con los cuales el grupo se ma-
neja cuando está funcionando bajo un determinado supuesto son
primitivos y muy alejados de la realidad. La tenacidad con que el
grupo básico se adhiere a estos métodos primitivos se debe a la in-
tensidad de los sentimientos que están en juego y a los mecanismos
de identificación proyectiva que utiliza para defenderse de las an-
siedades psicóticas.
Una característica común a todos los grupos de supuesto
básico es la hostilidad con que se oponen a cualquier estímulo
hacia el crecimiento o desarrollo . En el grupo terapéutico, el
estímulo hacia el crecimiento está en directa relación con el
insight; el grupo de supuesto básico se opone hostilmente a esta
posibilidad.
Otra característica se refiere al lenguaje y a su uso. En el gru-
po básico, el lenguaje no aparece desarrollado como una forma de
pensamiento sino utilizado como una forma de acción. Puede de-
cirse que es un lenguaje despojado de su cualidad comunicativa,
cualidad que depende en parte de la formación y utilización de sím-
bolos . El lenguaje del grupo básico tiene, en este sentido , más se-
mejanzas con el lenguaje del psicótico que con el lenguaje del neu-
rótico . El grupo de supuesto básico no incluye la noción de tiempo,
y por lo tanto no tolera la frustración. Esta situación está estrecha-
mente relacionada con su incapacidad para desarrollar un lenguaje
simbólico que sea un preludio a la acción, o lenguaje de logro, como
también lo llama Bion .
Para Bion los supues tos básicos son construcciones crudas, fun-
damentales y primitivas. Así, por ejemplo , el de lucha-fuga podría
expre sarse tambi én en términos de la química de la adrenalina o de
las relaciones glandulares , el de dependencia, con la imagen de la
boca cerca del pecho o succionando del mismo, etc . Por otra parte ,
afirma que para que una teoría sobre la «dependencia» sea consi-
derada buena debe evocar algo que uno pueda ver en el mundo en
que uno vive. La teoría general puede resultar adecuada para una
aplicación amplia , pero en la práctica, en el mundo de la realidad,
nos encontramos siempre con la situación precisa y particular, no
con la general.
Hubo una evolución en el pensamiento de Bion con respecto
a la dinámica y al funcionamiento de los grupos, si consideramos el
período transcurrido desde 1961 a 1970. El modelo bipolar propues-
to inicialmente (el grupo con predominio de los supuestos básicos
en contraposición dialéctica con el grupo de trabajo) sería sustitui-
do por la relación entre el místico (genio) y el grupo .
3D GRUPOS

Según Gaburri (1981)7 , resulta convincente la analogía entre


los tres supuestos básicos con las tres figuras que el pensamiento psi-
coanalítico ha establecido como fantasías originarias: la fantasía ori-
ginaria de seducción (confianza) es equiparable al supuesto básico
de dependencia; la fantasía originaria de la castración (persecución)
se puede comparar con el supuesto básico de lucha-fuga ; y la fan-
tasía originaria de la escena primaria (esperanza) correspondería al
supuesto básico de apareamiento. En el segundo modelo bioniano
de 1970, la unidad afectiva entre los miembros del grupo de traba-
jo es comparable con la relación de reciprocidad entre el místico y
el grupo . Los grupos especializados de trabajo (iglesia, ejército ,
aristocracia, etc.) se encontrarían transformados en el segundo mo-
delo de Bion en el «grupo institución» .
Así como Freudpuso más el acento en el aspecto introyectivo
de la figura del líder por parte de los miembros del grupo, Bion pos-
tuló que en el grupo de supuestos básicos , éste se forma en función
de una necesidad proyectiva de los miembros hacia el líder.
Estos modelos grupales han jugado en la mente de Bion un rol
importante en la evolución de sus ideas, enriqueciendo su compren-
sión de los pacientes psicóticos .

GRUPO DE TRABAJO

Al hablar de los supuestos básicos nos hemos referido predo-


minantementeal nivel emocional primitivo que se manifiesta en
todo grupo . Es necesario entender que este nivel primitivo coexiste
siempre con otro nivel de funcionamiento, que es el del grupo de
trabajo.
Grupo de trabajo es un término utilizado por Bion para refe-
rirse a un tipo particular de mentalidad grupal, y a la cultura que
de éste se deriva. El grupo de trabajo (gt) requiere de sus miem-
bros capacidad de cooperación y esfuerzo; no se da por valencia
sino por una cierta madurez y entrenamiento para participar en él.
Es un estado mental que implica contacto con la realidad , toleran-
cia a la frustración, control de emociones; es análogo , en sus carac-
terísticas, al Yo como instancia psíquica descrito por Freud8 .
La organización del grupo (cultura grupal) en función de la
mentalidad grupal grupo de trabajo es distinta de la organización

7 E . Ga burri y A. Fer ro, Gli sviluppi K íeiniani e Bion (imprimiéndose).


~ S. Fre ud , «E l yo y el ello», loco cit.
GRUPOS 31

(cultura grupal) resultante del supuesto básico. En este nivel de fun-


cionamiento del grupo de trabajo la tarea realizada por el grupo su-
pone la utilización de métodos racionales y científicos en su abor-
daje. El líder es aquella persona capaz de ser eficiente en propor-
cionar una posibilidad para que dicho abordaje se realice . La ta-
rea, que puede ser dolorosa, promueve crecimiento y maduración
en el grupo y en sus miembros. En el grupo terapéutico , el tera-
peuta es un líder de esta función.
El intercambio verbal es una función del grupo de trabajo, y
la acción que de ella resulta también lo es. El grupo de trabajo,
que tolera la frustración , permite la evolución de ideas nuevas; és-
tas no son deificadas, ni negadas, ni expulsadas, ni su avance es obs-
truido, como sucede en el grupo de supuesto básico.
La coexistencia del grupo de supuesto básico y del grupo de tra-
bajo determinan un conflicto permanentemente planteado y siem-
pre recurrente dentro del grupo. La actividad del grupo de trabajo
es perturbada por el grupo de supuesto básico; la tendencia a la di-
ferenciación del individuo se contrapone a su tendencia regresiva a
no hacerlo. El conflicto puede formularse de diversas maneras:
como conflicto entre la idea nueva y el grupo, entre el individuo
como persona y como miembro del grupo, entre el grupo de traba-
jo y el de supuesto básico. El grupo de supuesto básico se opone a
la idea nueva en la forma expresada en todas las consideraciones
anteriores sobre el tema; el grupo de trabajo y el individuo dentro
del grupo enfrentan el dolor de contraponer ambas tendencias. El
individuo como persona dentro del grupo de trabajo está expuesto
al inevitable componente de soledad, aislamiento y dolor asociados
al crecimiento y a la evolución",

9 Un punto que no incluimos en nuestra edición anterior y que Bion expone


en su libro Experiencias en grupo (Buenos Aires , Paidós, 2.' ed., 1972) se refiere al
concepto de sistema protornental.
Bion subraya que la estructura psicológica del grupo complejo, como ha sido
denominado , del grupo de trabajo (gt) es muy poderosa; es una estructura muy vi-
tal , pero los individuos en el grupo temen en forma completamente desproporcio-
nada ser ahogados o invadidos por los estados emocionales del supuesto básico. El
empeño puesto en esta lucha mide la fuerza de las emociones del supuesto básico.
A estos temores hay que añadir el provocado por el desconocimiento de las fuerzas
con las que el grupo tiene que enfrentarse.
Cuando en un grupo las fuerzas en conflicto pueden ser caracterizadas como,
por ejemplo , grupo de trabajo (gt) versus supuesto básico de dependencia (sbD), po-
demos preguntarnos por el destino del supuesto básico de apareamiento (sbA) y por
el de ataque-fuga (sbF). Asimismo, podemos vincular esta pregunta con otra: ¿a qué
se debe que las emociones ligadas a un supuesto básico se mantengan unidas entre
sí con tal tenacidad?
32 GRUPOS

GRUPO ESPECIALIZADO DE TRABAJO

La sociedad como grupo también presenta fenómenos de su-


puesto básico. En su crecimiento, los grupos sociales han resuelto
en parte este problema delegando, por así decirlo, en determina-
dos subgrupos, la función de contenerlos e instrumentarlos. Bion
llama grupo especializado de trabajo a estas organizaciones e institu-
ciones.

A fin de dar respuesta a estas dos preguntas (destino de los supuestos básicos
no operativos y tenacidad de emociones de supuesto básico), Bion propone postular
la existencia de fenómenos «protomentales».
Este concepto trasciende la experiencia pero Bion lo considera necesario para
exponer sus ideas.
El estado o actividad protomental no puede ser caracterizado ni como psíquico
ni como físico; cuando evoluciona da lugar a fenómenos psíquicos o físicos. Es un
sistema donde lo psíquico y lo físico se hallan indiferenciados; es una matriz de la
que surgen los fenómenos.
De esta matriz (sistema protomental) parten las emociones propias de un su-
puesto básico, que en determinado momento y tenazmente domina la vida mental
del grupo. Los supuestos básicos no operativos quedan confinados en el sistema pro-
tomental.
Estos niveles protomentales son los que dan origen a las enfermedades de grupo.
En síntesis , la matriz de las enfermedades debe buscarse en : 1) la relación del
individuo con un determinado supuesto básico , ya sea que trate de preservarlo o
que luche contra él, y 2) en las etapas protomentales de los otros supuestos básicos
no operativos o activos en ese momento.
Ambos conceptos, el de sistema' protomental y las teorías de los supuestos bá-
sicos, pueden ser usados a fin de proveer un nuevo enfoque de las enfermedades fí-
sicas. Recordemos que los sistemas protomentales (pmA, pmD, pmF) forman una
base o matriz de los grupos y que al evolucionar aparecerán, ya sea como fenóme-
nos psíquicos vinculados al supuesto básico activo o como fenómenos físicos. Clasi-
ficar las enfermedades físicas llamadas también psicasomáticas por su origen en un
determinado sistema protomental conjuntamente con la estructura emocional aso-
ciada, es abrir una perspectiva de investigación en medicina psicosomática que des-
borda los conceptos psicosomáticos actuales, otorgando a la enfermedad física una
dimensión grupal todavía no explorada.
Asimismo, el campo de aplicación del concepto de sistema protomental puede
ser continuado en forma especulativa en la esfera del dinero y su uso. Bion parte
de la idea de que el valor del dinero no tiene sólo un origen comercial derivado del
valor de los objetos y de la necesidad de intercambio, sino que es posible detectar
un origen grupal vinculado a un supuesto básico particular, evolucionado del siste- ,
ma protomental.
La moneda no habría nacido por la necesidad de trueque sino que, por el con-
trario, el comercio en su necesitada búsqueda de un valor aceptado grupalmente, en-
contró en la moneda un elemento que era utilizado por los grupos como, por ejem-
plo, el «precio de la novia» y también como medio de compensar a un grupo por la
pérdida de uno de sus miembros.
La idea no es suscribir el uso de moneda o las fluctuaciones monetarias a nin-
GRUPOS 33

Aplicando estas hipótesis es posible considerar ciertas institu-


ciones como la Iglesia, el ejército, etc ., como subgrupos que cum-
plen la función de grupo especializado de trabajo para el resto de
la sociedad. Desde este punto de vista, la Iglesia, con su organiza-
ción y estructura, se especializa en la instrumentación del supuesto
básico de dependencia; el ejército, en la instrumentación del su-
puesto básico de ataque-fuga, ahorra al resto de la sociedad la la-
bor de contener este supuesto básico. Pueden encontrarse grupos
especializados en el supuesto básico de apareamiento; la aristocra-
cia como clase social, con sus ideas de raza y nacimiento, podría
ser un ejemplo.
El fracaso de uno de estos subgrupos institucionalizados en con-
tener eficazmente el supuesto básico -porque éste se halla espe-
cialmente activo o porque por algún motivo es sustituido por otro-s-
provocará reacciones en el subgrupo o en la sociedad de la que for-
ma parte . Se producirá entonces una nueva y diferente estructura-
ción, que podrá evolucionar hacia el cambio o bien reactivar las ten-
dencias a evitarlo. El concepto de grupo especializado de trabajo
aporta una nueva perspectiva para la comprensión de los comple-
jos fenómenos de la sociedad en general.
Bion señala también que es necesario desarrollar una sensibi-
lidad capaz de detectar cuál es la emoción común a la mayoría de
los miembros de un grupo. El análisis grupal dependería entonces
de la evaluación de lo esencial de una emoción manifiesta.

CAMBIO CATASTRÓFICO

Cambio catastrófico es un término elegido por Bion para seña-


lar una conjunción constante de hechos , cuya realización puede en-
contrarse en campos diversos, entre ellos la mente, el grupo, la se-
sión psicoanalítica y la sociedad. Los hechos a los que la conjun-
ción constante se refiere pueden ser observados cuando aparece una
idea nueva en cualquiera de las áreas anteriormente mencionadas.

gún supuesto básico en particular, aunque es posible detectar un particular tipo de


relación, dado que el dinero no es el mismo en un grupo o sociedad en guerra bajo
el supuesto básico de ataque-fuga (sbF) , que en sociedades religiosas, sino que así
como los conceptos de sistema protomental pueden ser usados para añadir compren-
sión a la enfermedad física y psíquica, se puede agregar conocimiento a la ciencia
económica considerando la enfermedad de los mecanismos de intercambio .
La fluctuación en el valor de la moneda estaría fuertemente ligada al supuesto
básico activo y dependería del sistema pro tomental.
34 GRUPOS

La idea nueva contiene para Bion una fuerza potencialmente dis-


ruptiva, que violenta en menor o mayor grado la estructura del cam-
po en el que se manifiesta. Así un nuevo descubrimiento violenta la
estructura de una teoría preexistente , un revolucionario la estructura
de la sociedad, una interpretación la estructura de la personalidad.
Refiriéndola en particular a los hechos tal como suceden en los
pequeños grupos terapéuticos, la idea nueva expresada en una inter-
pretación o representada por la persona de un nuevo integrante , pro-
mueve un cambio en la estructura del grupo. Una estructura se trans-
forma en otra a través de momentos de desorganización, dolor y frus-
tración; el crecimiento estará en función de estas vicisitudes.
Utilizando el modelo de continente y contenido , es posible es-
tudiar estas vicisitudes sin referirse cada vez al campo particular en
el que se producen . Es posible referirse a la idea nueva como un
contenido y al grupo , la mente, la sociedad , como continente, y es-
tudiar sus interacciones posibles (ver cap . lII) .
Estamos ahora en condiciones de especificar los hechos que
Bion liga con el término cambio catastrófico. Éstos son violencia,
invariancia y subversión del sistema; elementos que , por otra parte,
considera inherentes a toda situación de crecimiento. El término in-
variancia se refiere a aquello que permite reconocer en la nueva es-
tructura aspectos de la anterior (ver cap. IV) .
Las vicisitudes de la idea nueva-contenido dentro del grupo -
continente ya han sido en parte relatadas al describir las tendencias
evitativas del grupo de supuesto básico frente a todo lo que impli-
que evolución. Las tentativas de expulsión, deificación, dogmatiza-
ción de la idea son reacciones defensivas ante el cambio catastrófico .
Podemos aplicar este modelo a cualquier grupo científico , re-
ligioso, terapéutico, social. Freud, por ejemplo, fue portador de una
idea nueva y revolucionaria; hubo grupos que rechazaron y expul-
saron sus ideas y otros grupos, en cambio , se organizaron alrede-
dor de su persona, formando instituciones que cumplieron con la
función de contener sus ideas y transformarlas. En un contexto muy
diferente, Cristo y sus ideas provocaron reacciones defensivas y de
escisión en grupos en los que puede encontrarse la misma configu-
ración subyacente.

EL MÍSTICO Y EL GRUPO

El individuo excepcional puede ser descrito de diferentes ma-


neras ; se le puede llamar genio, místico O mesías. Bion utiliza pre-
GRUPOS 35

ferentemente el término místico para referirse a los individuos ex-


cepcionales en cualquier campo, sea éste el científico, el religioso,
el artístico u otro. Utiliza la palabra Establishment (término actual-
mente en boga que designa a las personas que ejercen el poder y
la responsabilidad en el Estado o en otras instituciones) para deno-
tar todo aquello que, por extensión, ejerce estas funciones en la per-
sonalidad o en el grupo.
El místico o genio, portador de una idea nueva, es siempre dis-
ruptivo para el grupo; el Establishment trata de proteger al grupo
de esta disrupción. El problema planteado por la relación entre el
místico-genio y la institución tiene una configuración emocional que
se repite a lo largo de la historia en formas muy variadas. El mís-
tico necesita del Establishment, y éste del místico-genio; el grupo
institucionalizado (grupo de trabajo) es tan esencial al desarrollo
del individuo como éste lo es al primero .
El místico-genio puede presentarse ante el grupo como revo-
lucionario , o sostener, por el contrario, que está en un todo de
acuerdo con las leyes que rigen el grupo. Puede ser creativo o ni-
hilista, y seguramente será considerado, en algún momento, o por
una parte del grupo , como tal. De hecho, todo genio, místico o me-
sías es ambas cosas, ya que la naturaleza de sus contribuciones será
seguramente destructiva de ciertas leyes, convenciones, cultura o
coherencia de algún grupo, o de un subgrupo dentro de un grupo.
La fuerza disruptiva del místico-genio queda limitada por el medio
de comunicación en el que se vehiculiza su mensaje; y dependerá
del lenguaje de logro su cualidad creativa y promotora de cambios.
El Establishment tiene como una de sus funciones lograr una ade-
cuada contención y representación de la idea nueva, creativa o ge-
nial, limitando en parte su poder disruptivo y al mismo tiempo ha-
ciéndola accesible a los miembros del grupo que no son geniales.
El lector puede encontrar múltiples ejemplos de estas configuracio-
nes en campos tan variados como la historia de las religiones, el des-
cubrimiento del psicoanálisis y su institucionalización, los descubri-
mientos en ciencia, etcétera.
La relación entre el místico-genio y el grupo puede pertenecer
a una de tres categorías. Puede ser comensal, simbiótica o parasi-
taria. En la relación comensal, el místico-genio y el grupo coexisten
sin afectarse mutuamente; no hay confrontación ni cambio, aunque
éste puede producirse en cuanto la relación se modifique. En la re-
lación simbiótica hay confrontación que, en último término, será be-
neficiosa para ambos: las ideas del místico-genio son analizadas y
tenidas en cuenta, sus contribuciones generan hostilidad o benevo-
36 GRUPOS

lencia. Esta relación produce crecimiento , tanto en el místico-genio


como en el grupo , aunque este crecimiento no es siempre fácilmen-
te discernible. Las emociones predominantes son amor , odio y co-
nocimiento (ver cap. VI). En la relación parasitaria, donde la en-
vidia es un factor central , el resultado de la asociación es la des-
trucción y el despojo de ambos, del místico-genio y del grupo. Un
ejemplo, entre muchos posibles, es el de un grupo que promueve
a un individuo, excepcional por su rol creativo-disruptivo, a una po-
sición en el Establishment donde su fuerza es absorbida en funcio-
nes administrativas.
La configuración recurrente en estas descripciones es la de una
fuerza explosiva con un marco que intenta contenerla . En el caso
del grupo, la configuración se da entre el místico-genio y el Esta-
blishment, con sus funciones de contener, expresar e institucionali-
zar la idea nueva aportada por aquél , y proteger al grupo del poder
disruptivo de la idea.
II

PSICOSIS

En este capítulo se exponen algunos conceptos sobre la psico-


sis, sus manifestaciones clínicas y algunas hipótesis acerca de su ori-
gen y desarrollo. Para Bion es de fundamental importancia, en la
comprensión de los fenómenos asociados al proceso psicótico, la
conceptualización de personalidad psieótiea, estado mental cuyas ca-
racterísticas dan lugar a todas las manifestaciones que, de algún
modo, son susceptibles de observaciones en forma predominante
en pacientes seriamente trastornados
Los trabajos publicados por Bion sobre temas relacionados con
la psicosis son cronológicamente posteriores a sus trabajos sobre
grupos. Algunos de estos trabajos son predominantemente clínicos,
con presentación de material clínico de pacientes. Otros, más teó-
ricos, desarrollan hipótesis acerca del lenguaje y el pensamiento en
el esquizofrénico . Los trabajos de esta época (1950-1962) han sido
reunidos posteriormente por Bion en su libro Seeond Tho ughts 1 ,
son discutidos en conjunto y en particular en el comentario final.
Los pacientes de cuyo tratamiento surgen algunas de las hipó-
tesis presentadas en este capítulo fueron tratados por Bion con un
encuadre psicoanalítico no diferente del empleado habitualmente
con pacientes neuróticos, aunque en algunos casos los pacientes te-
nían diagnóstico de esquizofrenia. La técnica utilizada fue siempre
exclusivamente interpretativa, tomando en cuenta tanto la transfe-
rencia positiva como la negativa; y con la aplicación, para la com-

1 W. R . Bion (1967), Second Thoughts, Londres, W. Heinemann, 1967.

37
38 PSICOSIS

prensión del material, de las teorías kleinianas de las relaciones par -


ciales de objeto, las posiciones esquizo-paranoide y depresiva , la
teoría de la envidia y los mecanismos de defensa primitivos , espe-
cialmente los de splitting e identificación proyectiva. Las descrip-
ciones clínicas muestran un sello de originalidad y singularidad en
su presentación, muchas veces basadas en descripciones sutiles de
conductas, movimientos corporales, tonos de voz y respuestas ver-
bales del paciente.

EL INDIVIDUO Y LA PSICOSIS

El individuo, en cualquier etapa de su desarrollo en que lo con-


sideremos, enfrenta fenómenos emocionales de naturaleza diversa,
y los resuelve en forma particular. Dispone para ese enfrentamien-
to de la conciencia, que por analogía con los órganos de los senti -
dos es considerada por Freud como «el órgano sensorial para la per-
cepción de las cualidades psíquicas-". Bion postula su existencia
desde el comienzo de la vida , aunque sólo en forma rudimentaria .
. Su desarrollo requiere estímulos, que son los sentimientos en un co-
mienzo y, posteriormente , toda la gama de fenómenos mentales . El
contacto con la realidad, interna y externa, está estrechamente re-
lacionado con este «órgano» ; el modo de encarar dicha realidad de-
pende de su funcionamiento . Las múltiples experiencias del indivi-
. duo en su contacto consigo mismo y con los demás implican una con-
frontación ineludible entre su tendencia a «tener conciencia» y «no
tenerla»; entre su tendencia a tolerarla o a evadirla. Esta confron-
tación y sus consecuencias configuran las diferentes mentalidades in-
dividuales , una de las cuales es la personalidad psicótica o parte psi-
cótica de la personalidad .
En este contexto , personalidad psicótica no equivale a un diag-
nóstico psiquiátrico , sino a un modo de funcionamiento mental ,
coexistente con otros modos de funcionamiento . Del predominio
de un modo de funcionamiento sobre otro resaltarán a la observa-
ción conductas que podrán, ellas sí, determinar un diagnóstico de
psicosis o neurosis en el senti do clínico. Para el psicoanalista, el
diagnóstico psiquiátrico tiene un valor relativo ; la importancia del
diagnóstico existe para aquellas personas que se ocupan de la inter-
nación o cuidado físico de los pacientes: psiquiatras, enfermeras,

2S. Freud (1900a [1 899]), «La interpretación de los sueños », en Sigmund Freud.
Obras completas, vals. IV y V, Buenos Aires, Amorro rtu edit or es, 1976.
PSICOSIS 39

personal especializado. El enfoque psicoanalítico es diferente, so-


bre todo si supone, como lo hace Bion, que todo individuo, aun el
más evolucionado, contiene potencialmente funcionamientos men-
tales y respuestas derivadas de la personalidad psicótica y que se ma-
nifiestan como una seria hostilidad contra el aparato mental, la con-
ciencia de sí mismo y la conciencia de la realidad interna y externa .
El objetivo esencial del analista es comprender e interpretar tales
fenómenos que se presentan a su observación.

PERSONALIDAD PSICÓTICA

El concepto de personalidad psicótica se refiere más a un es-


tado mental que a un diagnóstico psiquiátrico; el término delimita
un modo de funcionamiento mental cuyas manifestaciones se evi-
dencian en la conducta, en el lenguaje y en el efecto que tienen so-
bre el observador. Bion considera que este estado mental coexiste
siempre con otro estado mental que es conceptualizado como "per-
sonalidad no psicótica"; el individuo en análisis presentará eviden-
cias de ambos, con predominio de uno ode otro, y con diferentes
grados de estructuración y estabilidad.
Es posible abordar la investigación de la personalidad psicóti-
ca desde diferen tes ángulos: a través de sus manifestaciones en la
conducta o en el lenguaje, o bien a partir de ciertas hipótesis gené-
ticas que estudian su origen , su estructuración y su actividad. Es im-
portante discriminar los mecanismos mentales que intervienen en
su organiz ación y estructura , y correlacionar estos mecanismos con
los utilizados por la personalidad no psicótica o parte neurótica de
la personalidad.
Entre los rasgos destacados de la personalidad psicótica está la
intolerancia a la frustración junto con el predominio de los impul-
sos destructivos, que se manifiestan como un odio violento a la rea-
lidad tanto interna como externa, odio que se hace extensivo a los
sentidos , a las partes de la personalidad y elementos psíquicos que
sirven para el contacto con dicha realidad y su reconocimiento, a
la conciencia y a tod as las funciones asociadas con la misma"; en sín-
tesis a todo lo que tiene la función de vincular.

3 Estas funciones fueron especialmente descritas por Freud en su artículo «For-


mulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico» (1911b), en Sigm und Freud.
Obras completas, vol. XII. Buenos Aires, Amorrortu editore s, 1976; correspo nden
a las funciones de consciencia ligadas a órga nos sensoria les: not ación , atención , jui-
cio. pensamiento, etcéte ra.
40 PSICOSIS

Debido a la intensidad de los impulsos destructivos, el amor se


torna en sadismo y el conflicto entre instintos de vida y de muerte
no alcanza a solucionarse. La personalidad psicótica se caracteriza,
además, por el temor a una aniquilación inminente , lo cual confi-
gura el tipo específico de relaciones objetales -entre ellas la trans-
ferencia analítica- que tiende a est ablecer; se trata de relaciones
precipitadas y prematuras que, a la vez que se instalan con tenaci-
dad , son sumamente precarias y frágiles.
El ataque dirigido contra aspectos del self determina que las
princip ales actividades mentales , en especial el aparato de percep-
ción, así como también los vínculos con los objetos , aparezcan mu-
tilados y transformados en pequeñas partículas o fragmentos que
son expulsados violentamente. Estas partículas así evacuadas pue -
den ser experimentadas como poseyendo vida independiente e in-
controlada , que amenazan peligrosamente desde afuera. La evacua-
ción de dichas partículas se realiza por medio de la identificación
proyectiva .
El mecanismo de la identificación pro yectiva fue descrito por
M. Klein 4 e incluido en sus hipótesis acerca del desarrollo emocio-
nal en los primeros meses de vida. La identificación pro yectiva con-
siste en la fantasía omnipotente de que partes no deseadas de la per-
sonalidad y de los objetos internos pueden ser disociadas, proyec-
tadas y controladas en el objeto en el que se han pro yectado . Este
mecanismo , que forma parte de las defens as primiti vas en los pri-
meros meses de vida , adquiere otra modalidad de funcionamiento
en el pasaje de la posición esquizo -paranoide a la depresiva. El fun-
cionamiento normal de la identificación proyectiva constituye uno
de los factores principales en la formación de símbolos y en la co-
municación humana y determina la relación de empatía con el ob-
jeto, por la posibilidad de situarse en el lugar del otro y compren-
der mejor sus sentimientos .
El mecanismo de identificación proyectiva descrito se caracte-
riza porque las partes del Yo y del objeto interno escindidas y pro-
yectadas en el objeto hacen que se lo experimente como controla-
do por los aspectos proyectados; el objeto es vivido, en consecuen-
cia, como aquello que se proyectó en él. Este mecan ismo actúa in-
tensamente en las primeras épocas de la vida y tiene por función
aliviar al Yo de partes malas , preservar partes buenas protegiéndo-
las de un mundo interno malo, atacar y destruir al objeto , etc. Una

4 M. Klein , «Notas sobre meca nismos esquizoides», Rev. de Psicoanálisis,


vol. 6, 1, 1948-1949.
PSICOSIS 41

de las consecuencias de este .proceso es que, al proyectar las partes


malas (fantasías y sentimientos malos) en un pecho bueno, ellac-
tante podrá --en la medida en que su desarrollo lo permita- rein-
troyectar lo proyectado en forma modificada, es decir, en forma
más tolerable.
Bion jerarquizó este mecanismo considerándolo como el ori-
gen de la actividad que luego se expresará como la capacidad para
pensar (ver cap. IlI). Por otra parte describió la identificación pro-
yectiva patológica, mecanismo utilizado por la personalidad psicó-
tica . La describió como consistiendo en una fragmentación violenta
del aparato psíquico en múltiples y diminutos trozos o fragmentos.
Esta expulsión o evacuación violenta conlleva a veces el depósito
de esos fragmentos en objetos del mundo exterior, formándose así
los llamados objetos bizarros . Éstos están constituidos por un con-
glomerado no armoniosamente articulado de fragmentos del apara-
to psíquico, objetos internos, partes del Yo, partes del Superyó y
aspectos de los objetos reales. Para la creencia del paciente, estos
objetos bizarros enquistan en los objetos reales, poseyéndolos. El
objeto poseído ataca a su vez la parte de la personalidad que le ha
sid_o proyectada, despojándola de vitalidad. El resultado será una
relación continente-contenido llena de voracidad y envidia que des-
poja de significado y vitalidad al objeto y a la relación . La partícula
de personalidad se ha transformado en una «cosa».
En términos de la teoría del desarrollo del pensamiento el ob-
jeto bizarro está formado por elementos beta, más restos del Yo,
del Superyó y de objetos externos. Los objetos bizarros, a la vez
primitivos y complejos, son de naturaleza muy diversa, ya que de-
penden de los aspectos yoico y superyoico fragmentados y proyec-
tados que invaden el objeto real. El intento del paciente psicótico
de utilizar estos elementos para pensar lo lleva a confundir objetos
reales con pensamientos primitivos y tratar a los objetos reales de
acuerdo con las leyes del funcionamiento mental, encontrándose
luego confundido cuando éstos obedecen a las leyes de la natura-
leza. La parte psicótica de la personalidad tiene ubicado en el mun-
do real lo que la persona no psicótica ha reprimido; su inconsciente
parece haber sido reemplazado por un mundo de objetos bizarros.
Bion señala que el paciente psicótico se mueve «no en un mundo
de sueños» sino en un mundo de objetos bizarros que son análogos
a los que para la personalidad no psicótica constituyen «el moblaje
de los sueños» . Se siente encerrado en este mundo pues debe uti-
lizar estos objetos bizarros en lugar de usar lo que para la persona-
lidad no psicótica serían pensamientos. Sus dificultades provienen
42 PSICOSIS

del daño en su formación simbólica. Disponer de símbolos y de la


posibilidad de fabricarlos sería la llave para el desa rrollo del apa -
rato de pensar pensamientos (ver cap. III).
Esta descripción permite entender que la perso nalidad psicó ti-
ca carece de los medios esenciales para el desarrollo del pensamien-
to verbal.
Bion abstrajo un modelo, el de la relación «continente-con-
tenido », a partir de un aspecto particular del funcionamiento de
la ide ntificación proyectiva , que permitió un avance en el cono-
cimiento de dicho mecanismo. Según ese modelo, el lactante pro-
yecta una parte de su psiquismo, en especial sus emociones incon-
trolables que funcionan como contenido , en el pecho bueno-con-
tinente , para rec ibirlas de vuelta desintoxicadas y poder tolerar-
las. Utilizó los signos 2 y O' para representar el continente y el
contenido respectivamente; estos signos , a su vez , denotan y re -
presentan.
Este modelo continente-contenido (20') es aplicable a múlti-
ples situaciones, como lo veremos al estudiar los distintos temas de-
sarrollados en este libro. Pero lo que queremos destacar ahora es
el uso del modelo como uno de los rasgos esenciales de la identifi -
cación pro yectiva que.representa la relación dinámica de «continen-
te-contenido». Esta relación puede ser de crecimiento o de decre-
cimiento. Es la calidad de la emoción que impregna la relación la
que determinará una u otra consecuencia . Así, por ejemplo , si la
relación está impregnada por la envidia, los elementos continente
y contenido son despojados de sus cualidades esenciales (significa-
do, vitalidad) y configuran un modelo que es la antítesis del mode-
lo utilizado para el crecimiento . Bion utiliza el signo menos - (2 0' )
para representar esta última descripción . La relación psicoanalítica
provee experiencias emocionales que se aproximan a esta descrip-
ción.
Por contraste , 2 O' configurando un conjunto creciente es re-
presentado como + (2 0' ). La diferencia esencial de + (2 0' ) y
- (2 0' ) reside en el hecho de que +(20') tiene posibilidades de
desarrollo y crecimiento, sobre la base de la tolerancia de la duda
y de la de un sentido de infinito . Bion caracterizó por un . (punto)
estas emociones. La fórmula de crecimiento quedaría así + (2·0').
En cambio - (2 0' ) no se desarrolla; por el contrario , sufre per-
manentes ataques despojantes que pueblan el espacio mental de los
objetos bizarros-cosas en sí mismas . Bion caracterizó esta fuerz a
con el signo ~ i . La fórmula en este caso del funcionamiento de
la parte psicótica quedaría así - (2~ id).
PSICOSIS 43

La parte psicótica de la personalidad que funciona bajo el do-


minio de - ( ~ d' ) tiende a organizar un «Supere-yo, que se opone
por sus cualidades a todo aprendizaje por la experiencia. Este «Su-
per--yo, como lo denomina Bion, se opone a todo desarrollo cien-
tífico y se rige por normas morales que ni siquiera incluyen la no-
ción de bien y de mal; surge de las consecuencias confusionantes
de la identificación proyectiva excesiva y patológica, y su criterio
«moral» podría definirse como afirmación de superioridad destruc-
tiva, determinación a poseer para evitar que lo poseído posea exis-
tencia propia.
El Superyó, tal como se lo entiende habitualmente, tiene el po-
der de despertar sentimientos de culpa. El «Supere-yo descrito por
Bion retiene este poder, pero con la característica de que la culpa
despertada es de calidad de culpa persecutoria extremas. La perso-
nalidad psicótica utiliza este poder, como se puede observar en la
expe riencia clínica con pacientes seriamente trastornados .
En síntesis , el factor central que diferencia la personalidad.psi-
cótica de la no psicótica , si es que es posible aislar tal factor , es el
ataque sádico al Yo y a la matriz del pensamiento , junto con la iden-
tificación proyectiva de los fragmentos, que tiene lugar en el co-
mienzo de la vida del paciente. La personalidad psicótica, a partir
de este punto, difiere más y más de la no psicótica; la primera no
evoluciona , la segunda sí. En la personalidad psicótica, el ataque
se va repitiendo y complejizando, no hay síntesis posible sino aglo-
meración; la identificación proyectiva así como el splitting son usa-
dos como sustitutos de la represión; los sentimientos envidiosos y
crueles hacen que los procesos de incorporación de objetos (obje-
tos bizarros en este caso) se den como una «identificación proyec-
tiva en reverso», es decir, que los objetos vuelven por la misma vía
por la que fueron expelidos, y con tanta o mayor hostilidad.
La personalidad psicótica puede ser modelizada como un esta-
do mental destructivo , como una fuerza violenta que, por analogía
con un objeto, puede describirse como voraz, envidiosa, cruel y ase-
sina. La existencia de esta fuerza está determinada por una dispo-
sición innata; su desarrollo está ligado con el de las primeras rela-
ciones objetales.
Para comprender cómo se instala y desarrolla la personalidad
psicótica, debemos considerar una disposición congénita, un senti-
miento de envidia y una disposición destructiva primaria, así como

5 Tal com o lo describe L. Grinbe rg en su libro Culpa y depresión, Buenos


Ai res. Paidós. 2.' ed ., 1972.

(
44 PSICOSIS

también la relación con una madre que ha sido incapaz de realizar


su función de recibir, contener y modificar las violentas emociones
proyectadas por el niño",

6 Según Bion, la identificación proyectiva ha sido formulada en términos deri-


vados de una realización de la idea común del espacio tridimensional del individuo .
De acuerdo con dicha formulación kleiniana habría objetos en ese espacio donde se
supone que los pacientes proyectan partes de su personalidad que han sido disocia-
das previamente. El grado de fragmentación y la distancia a la cual los fragmentos
son proyectados serían un factor determinante del grado de trastorno mental que el
paciente despliega en su contacto con la realidad. La experiencia de Bion con pa-
cientes más trastornados lo convenció de la necesidad de nuevas hipótesis que per-
mitieran una comprensión más profunda acerca de la conducta y reacciones de estos
pacientes. Se trata especialmente de aquellas personalidades con gran intolerancia
a la frustración y al dolor psíquico ; sienten el dolor pero no lo pueden «sufrir». El
paciente que no puede padecer el dolor fracasa también en experimentar o «sufrir>.
el placer, no tiene capacidad para la simbolización y la abstracción: las palabras sue-
len ser para él indistinguibles de una cosa-en-sí-misma; no son representaciones sino
elementos concretos o elementos beta.
De manera que estos pacientes muy regresivos carecen del equipo que los ayu-
daría a «mapear. la realización del espacio mental y a tener una noción discrimina-
da de la existencia del espacio exterior. Frente a una experiencia en que pacientes
menos regresivos usarían la identificación proyectiva para ubicar los aspectos frag-
mentados del self en los objetos externos , estos otros pacientes se sienten impedidos
de proyectar las partes escindidas de su personalidad porque no tienen la noción de
continentes en los que pueda tener lugar esa proyección. En cambio, surgirá en ellos
la «identificación proyectiva explosiva» en un espacio vasto , sin límites , que no pue-
de ser representado de ningún modo. Sus emociones son vividas como si se hubie-
ran drenado y perdido en la inmensidad. Lo que debería aparecer ante el observa-
dor como pensamientos, imágenes visuales y verbalizaciones es considerado por el
paciente como escombros de lenguaje y experiencias emocionales dispersos en un
espacio cuyos confines temporales y espaciales no tienen definición. Todo esto ge-
nera un miedo muy intenso, un pánico psicótico o una catástrofe psicótica.
Bion diferencia por otra parte la identificación proyectiva de otro conjunto de
realizaciones que adquieren una determinada configuración a la que denomina «hi-
pérbole». Este término corresponde al sistema de las teorías de la observación y re-
presenta un conjunto de enunciados clínicos en los que se encuentran la proyección ,
la rivalidad, la ambición, la violencia y la distancia a la que se proyectó un objeto
o aspectos del mismo. A modo de ilustración, podemos citar parte de un ejemplo
descrito por Bion de los enunciados de un paciente : 1) «Siempre creí que usted era
muy buen analista», 2) «Conocí una mujer en Perú, cuando era niño, que era vi-
dente». Vemos cómo la «bondad» del analista, por rivalidad, ha sido proyectada a
una larga distancia en tiempo y lugar.
En otro tipo de pacientes, la personalidad psicótica ofrece características simi-
lares en lo que se refiere a la intolerancia a la frustración. Pero se diferencia por la
utilización de un mecanismo de splitting diferente del descrito por Bion y que con-
duce a la formación de los «objetos bizarros». En estos casos , el tipo particular de
disociación ocurre más pasivamente, dando lugar a lo que Meltzer denominó el «des-
mantelamiento» de la personalidad que queda reducida a sus capacidades percep-
tuales primitivas . El paciente parece quedar reducido a un estado de «desrnentali-
PSICOSIS 45

PENSAMIENTO Y LENGUAJE EN LAS PERSONAS CON


PREDOMINIO DE LA PERSONALIDAD PSICÓTIC A

Bion supone que los trastornos de pensamiento , tan evidentes


en el psicótico y a veces discernibles en personalidades aparente-
mente mejor integr adas , se basan en la intolerancia a la frustración
y en la persistencia del mecanismo de identificación pro yectiva pa-
tológica, tal como acaba de ser descrito . Un aspecto importante en
el funcionamiento de la modalidad patológica de este mecanismo
utilizado por la personalidad psicótica es el determinado por su in-
capacidad para tolerar la frustración. Se trata de evitar la frustra-
ción', produciéndose entonces elementos beta (ver cap. III) no di-
ferenci ables de la «cosa-en-sí-misma», en lugar de buscar modificar
la frustración, con producción de elementos alfa que llevan a la re-
presentación de la cosa-en-sí-misma (ver cap . III). En tales casos,
ocurre una perturbación en el desarrollo del aparato para pensar
pensamientos, con un incremento hipertrófico de la identificación
proyectiva en forma tal que resulta una permanente evacuación de
todo aquello que se relaciona con la frustración, el dolor y la cons-
ciencia de esa situación. La evasión de la frustración y del dolor se
logran atacando destructi vamente la parte del aparato mental ca-
paz de percibirlo s. Los límites entre el self y el objeto externo que-
dan borrados y las funciones de comunicación quedan teñidas por
la tendencia a la evacuación. Si la intolerancia a la frustración no

zación», es decir , como si hubiera una care ncia de «mente», característica de la per-
so nalida d autis ta, co n dificultade s para discriminar entre lo anim ad o y lo inanima-
do , etc. (D . Meltzer. J. Brernner , Sh . Hxter, D . Weddell, 1. Witt enberg, Explora-
tions in A utis m, Londres, Clunie Press, 1975).
Debido a la falta de un obj eto materno que funcionara adecuadamente con la
capacidad de conte nción de las evacuaciones y proyecciones, no hub o posibilidad
para estos pacien tes de poder aprehe nder la noción de espacio interior tanto del self
como de los objetos. Durante cier tos períodos no alcanzaron a distinguir entre estar
adentro o estar afuera de los objetos; por lo tanto tuvieron serias dificultades en el
uso de los mecanismos de proyección e introyección. Por lo mismo , no podrían uti-
lizar la identificación pro yectiva que funciona en un mundo concebido como tridi -
mension al. Es por esta razón qu e este tipo de pacientes parece utilizar un mecanis-
mo de identificación narcisista diferente. el de la «identificació n adhesiva », descrita
por E . Bick (E . Bick , «The Experience of the Skin in Early Object Relations», lnt.
J. Psych o-anal., 49, 1968). Este tipo de identificación puede producir una depen-
. dencia extrema de los objetos estimulando la fantasía de estar pegados o adheridos
a la superficie del objeto com o una estampilla, por ejemplo, con lo cual devienen
una parte de ese objeto, imitando su apariencia y su conducta.
La historia de la muerte de Palinurus , descrita en La Eneida de Virgilio (y que
ser á com entada en las notas del cap. VI) provee un modelo para la representación
de la parte psicótica de la personalidad .
46 PSICOSIS

es tan grande como para ut ilizar los mecanismos de evasión, pero


lo suficientemente intensa como para predominar sobre el princi-
pio de realidad, la personalidad desarrollará omnipotencia y omnis-
ciencia como sustituto del proceso de aprendizaje por la experien-
cia emocional y no existirá una función o una actividad psíquica que
pueda discriminar entre lo verdadero y lo falso; tampoco habrá un
tipo de pensamiento capaz de auténticas simbolizaciones .
Bion también señaló que lo patológico de la identificación pro -
yectiva podría estar dado en lo que denominó «exceso». Lo carac-
terizó como exceso en la omnipotencia, o en la distancia a la cual
se arrojen los fragmentos o en la frecuencia de su repetición. Coin-
cidentemente y contrastando conla identificación proyectiva pato-
lógica y/o excesiva, describió la identificación proyectiva realista.
Ésta consiste en la utilización de este mecanismo haciendo coinci-
dir el contenido proyectado, en un continente acorde con lo eva-
cuado y capaz de devolverlo modificado .
La constitución de un lenguaje verbal capaz de ser utilizado en
el desarrollo del pensamiento depende -entre otros factores- del
desarrollo y formación de verdaderos símbolos .
La constitución de los objetos bizarros con la confusión inhe-
rente al uso extensivo de los mecanismos descritos anteriormente
genera muy serias dificultades en la constitución y estructura del len-
guaje . Hablando ahora del paciente psicótico o severamente per-
turbado observaremos evidencias de su peculiar utilización del len-
guaje .
Las partículas evacuadas, como consecuencia del splitting y de
la identificación proyectiva patológica, contienen ----{;omo se ha se-
ñalado- partes yoicas, partes de objetos, vínculos y partes del apa-
rato perceptual , y configuran los obj etos bizarros anteriormente ex-
plicados. Estas partículas deben ser puestas nuevamente bajo con-
trol , para que la personalidad psicótica pueda intentar el desarrollo
de un lenguaje verbal.
El paciente, careciendo de auténticos símbolos, pasará a de-
pender de esos objetos bizarros para formar una matriz de palabras
inadecuadas para ser usadas en el intento de comunicación. Otro
problema se agrega por estar dotados de un manejo inapropiado
de su destructividad , que ataca los eslabones de los pensamientos
incipientes de la parte no psicótica de la personalidad y también los
eslabones de las impresiones sensoriales junto con la consciencia de
los mismos . El resultado es que los objetos no pueden ponerse nun-
ca en contacto de manera que sus cualidades intrínsecas queden in-
tactas y con capacidad de producir un nuevo objeto mental. Es de-
PSICOSIS 47

cir, no pueden formar símbolos: no pueden sintetizar objetos ni


combinar palabras; sólo pueden yuxtaponerlas o aglomerarlas. El
ataque contra el lenguaje se manifiesta -a veces- como un des-
pojar a las palabras de su significado. Se trata de una verdadera de-
nudación . En síntesis, se trata tanto de la destrucción del lenguaje
formado como de su matriz. Estos procesos son el factor importan-
te en la diferenciación de la parte psicótica de la no psicótica de la
personalidad. Los ataques sádicos sobre la matriz del pensamiento
y del lenguaje, junto con la identificación proyectiva patológica de
los fragmentos , determinarán que la divergencia entre estas dos par -
tes de la personalidad sea cada vez mayor, hasta que finalmente la
separación se sienta como insalvable.
El paciente dominado por la parte psicótica de su personalidad
se siente prisionero de su estado mental. Es incapaz de liberarse,
porque siente que le falta el aparato de la consciencia de la reali-
dad que representa tanto la llave del escape como la libertad mis-
ma que añora. La fantasía de estar encarcelado se intensifica por
sentirse rodeado de la amenazadora presencia de los fragmentos
evacuados. Cualquier tentativa de síntesis resulta muy difícil: el pa-
ciente puede comprimir los objetos, pero no puede correlacionar-
los (ver cap. VI).
El esquizofrénico es el tipo de paciente en el que el predomi-
nio de la parte psicótica de la personalidad aparece más evidente.
El lenguaje es utilizado por el esquizofrénico de diferentes ma-
neras. Tiende a recurrir a la acción en ocasiones en que otros pa-
cientes usan el pensamiento, y utiliza el pensamiento omnipotente
frente a aquellos problemas cuya solución depende de una acción.
En el primer caso, emplea la identificación proyectiva patológica
para tratar a las palabras como cosas concretas o bien intenta diso-
ciar la mente del analista, sugiriéndole posibilidades interpretativas
incompatibles, e impedir toda integración en su labor. El paciente
esquizofrénico hace uso de una modalidad de funcionamiento de su
«pantalla beta» (ver cap. III) para depositar en el analista «elemen-
tos beta» que despertarán en él las respuestas específicas que el pa-
ciente busca. Estas respuestas no son totalmente explicadas por la
teoría clásica de la contratransferencia.
Como los pensamientos verbales dependen de la elaboración
de la posición depresiva, involucran un mayor conocimiento de la
realidad psíquica y enfrentan al paciente con el sufrimiento doloro-
so de la depresión y de la pérdida de objetos. Si en una etapa del
análisis el paciente recupera su capacidad simbólica en base a la apa-
rición de elementos alfa, adquiriendo consciencia de que la comu-
48 PSICOSIS

nicación está perturbada por su incapacidad para unir las palabras


en forma adecuada, puede sentirse encerrado dentro del análisis,
del analista, o de su propio estado mental de locura. Siente que cual-
quier progreso lo confronta con el dolor del conocimiento de su «lo-
cura». Pero tampoco se atreve a hacer uso de la regresión por mie-
do a verse aprisionado y sin esperanzas de recuperación. De ahí
que intente recurrir de nuevo a la identificación proyectiva patoló-
gica para colocar las temidas palabras , el temido lenguaje y la te-
mida consciencia adquirida dentro del terapeuta. Este dilema se re-
pite una y otra vez en el curso de un tratamiento.
Al analizar la evolución del paciente esquizofrénico , se com-
prueba que cuando reintroyecta la capacidad para el pensamiento
verbal se da cuenta de su estado psíquico y de sus alucinaciones.
Puede reaccionar con una agravación que, a veces, requiere inter-
nación. Sabe ahora que está insano y acusa con odio al analista por
haberlo llevado a reconocer su insanía.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS TRANSFERENCIALES


DE LA PERSONALIDAD PSICÓTICA

En el paciente psicótico hay un permanente ataque a todo vín-


culo con el analista que lleve al progreso en cualquier dirección.
Las consecuencias del «ataque al vínculo» dejan al paciente despro-
visto del estado mental necesario para el establecimiento de una re-
lación mental de crecimiento.
Bion enfatizó la cualidad del pecho y el pene, como objetos
con funciones vinculares. El psicótico tiende a atacar fundamental-
mente el vínculo con el objeto y los vínculos entre distintos aspec-
tos de su self, el vínculo con la realidad externa e interna y los apa-
ratos que perciben dichas realidades. Como consecuencia de este
tipo de «ataques al vínculo», en la parte psicótica quedan --en for-
ma preeminente- relaciones aparentemente lógicas, casi matemá-
ticas, pero nunca emocionalmente razonables. Estos vínculos muti-
lados son de carácter perverso, cruel y estéril, y están asociados con
arrogancia, estupidez y curiosidad.
En la personalidad psicótica, en la que predomina el instinto
de muerte, el orgullo suele convertirse en un sentimiento denomi-
nado por Bion arrogancia. En cambio, en la personalidad no psi-
cótica, con predominio del instinto de vida, el orgullo se manifiesta
como autovaloración. La asociación del sentimiento de arrogancia
co~ una obstinada curiosidad y estupidez, manifestadas a veces por
PSICOSIS 49

alusiones, referencias o actitudes, configura una tríada que es im-


portante detectar en la clínica. Bion refiere estos sentimientos a la
influencia de un objeto interno, con características del «Super»-yo
primitivo, que niega y obstruye el empleo normal de la identifica-
ción proyectiva, mecanismo que es el prototipo de todo vínculo. La
aparición de estos sentimientos no necesariamente juntos en el tiem-
po, en una sesión o en un material clínico, constituye un indicio im-
portante de la existencia de un desastre psíquico que el observador
percibe como restos diseminados.
El paciente psicótico parece no poder soñar, o por lo menos,
no trae sueños al análisis hasta un período bastante avanzado del
tratamiento . Es necesario diferenciar el uso de la represión del fe-
nómeno onírico en los casos de olvido de sueños en pacientes neu-
róticos, de la incapacidad para soñar (por ausencia o déficit de la
función alfa) que se observa en el paciente psicótico. Cuando un pa-
ciente psicótico manifiesta haber tenido un sueño, lo más probable
es que se esté refiriendo a una alucinación tenida durante la noche '
y no a un fenómeno onírico. Otra característica es la falta de aso-
ciaciones a los elementos del «sueño» relatado.
Precisamente, la alucinación es otro de los síntomas clínicos
que caracterizan la personalidad psicótica. Se trata de un fenóme-
no típico.consistente en la evacuación, en el mundo externo, de par-
tes escindidas de la personalidad, a través de los órganos de los sen-
tidos. Cuando las partes escindidas de la personalidad han sido vio-
lentamente fragmentadas en partículas diminutas, su evacuación no
llega a configurar una alucinación (en el sentido habitual del térmi-
no) ya que las partículas están desprovistas de todo componente
sensorial objetivable. Bion llama a estas alucinaciones «alucinacio-
nes invisibles», difícilmente detectables en la clínica, y sólo sugeri-
das por algún gesto, actitud , o sacudida muscular en el paciente.
Los conceptos planteados sobre alucinación y otras manifesta-
ciones de la personalidad psicótica están incluidos en la categoría
más amplia de «transformaciones en alucinosis», que el lector en-
contrará en el capítulo V.
Otra configuración clínica que puede poner de manifiesto la
personalidad psicótica es el fenómeno llamado por Bion reversión
de la perspectiva. Esta denominación fue tomada de un conocido ex-
perimento de la psicología de la percepción, que consiste en la ob-
servación de una lámina que tanto puede representar un jarrón
como dos perfiles. Bion toma este experimento como modelo de
toda situación de insight, en la que la personalidad es capaz de pa-
sar de un punto de vista a otro acerca de lo que sucede. Esto le brin-
50 PSICOSIS

da «visión binocular», y sienta las bas es para la confrontación y


correlación , tan necesarias pa ra el des arrollo me ntal. Por el contra-
rio, la reversión de la perspectiva es un fenómeno patológico com -
plejo , por el cua l el paciente tiende a quedarse en una sola pe rs-
pectiva, desde la cual «ve» las interpretaciones y todo el análisis .
Esta actitud no es manifiesta : por el contrario , se esconde detrás
de un aparente acuerdo y comprensión de la per spectiva que el ana-
lista le muestra .
Revertir la perspe ctiva es un fenómeno activo e intencional, .
que logra conv ertir en estática una situación dinámica (splitting es-
tático) . Toda evolución es detenida a través de este mec anismo, que
es evidencia de dolor psíquico. El dolor del cual el paciente se pro-
tege puede ser el de saberse «loco» . Si fracasa en su método de obs -
truir e inmovilizar el an álisis a través de la reversión de la perspec-
tiva, recurre a alucinaciones fugaces y evanescentes, que con sisten
en un act ivo «ver mal» «oír mal» o «entende r mal».
Quisiéramos mencionar aún ot ra manifestación clínica de la
personalidad psicótica que es la del splitting forzado. Se basa en el
tipo particular de splitting descrito por Bion para caracterizar la con -
ducta del lactante con envidia muy intensa haci a el pecho gratifica-
dor, hasta tal punto que deja de mamar. Para no morirse de inani-
ción , reanuda la succión del pecho pero sobre la base de una esci-
sión forzada entre la satisfacción material (leche y bienestar corpo-
ral) y la gratificación psíquica (amor, comprensión, etc.). Los pa-
cientes qu e usan este tipo de splitting temen las consecuencias del
odio y de la envidia , y por lo tanto evitan toda clase de sentimien -
tos . Tratan de conseguir comodidades materiales en forma insacia-
ble sin gozar de ellas ni reconocer la existencia de los seres vivos
de qui enes dependen para obtener tales beneficios . No pueden ex-
perimentar gratitud ni interés por ello y los tratan como objetos ina-
nimados.

CAMBIO CATASTRÓFICO EN LA CRISIS PSICÓTICA

En el capítulo anterior incluimos el concepto de cambio catas-


trófico, caracterizado por la violencia, la sub versión del orden y la
. . .
invanancra.
El cambio catastrófico es un momento inevitable en todo pro -
ceso de evolución y cre cimiento, como se verá en los capítulos IV
y VI ; pero aquí queremos referirnos al particular tipo de cambio ca-
tastrófico que se manifiesta en el an álisis de ciertas personalidades
PSICOSIS 51

regresivas o borderline, con predominio de la personalidad psicó-


tica.
En el análisis de un paciente con estas características, la evo-
lución es lenta y difícil, Ypuede, en ocasiones, pasar por una crisis
psicótica. Esta crisis, que en el mejor de los casos estará contenida
y controlada en el encuadre de la situación analítica, puede llegar
a desbordar dicho encuadre y pasar a exteriorizarse ruidosamente
en el ambiente externo. La crisis misma , contenida o no en el mar-
co del tratamiento, es considerada por Bion como ejemplo de cam-
bio catastrófico. Naturalmente, el analista deberá prestar particular
atención a las reacciones emocionales que aparecen durante las se-
siones, procurando determinar la participación de su propia pato-
logía en una situación que es peligro sa y difícil para ambos .
El cambio que se produce es catastrófico en el sentido restrin-
gido de un acontecimiento que determina una subversión del orden
o sistema de cosas; es catastrófico porque despierta sentimientos de
desastre en los participantes y porque aparece en forma brusca y
violenta.
En el caso de una crisis psicótica controlada , los elementos que
configuran el cambio catastrófico se hacen menos evidentes y hasta
pueden pasar inadvertidos, a menos que se los tenga presentes y
puedan ser detectados en la transformación operada en la actitud
del paciente , en el contexto del material verbal y no verbal, yen el
efecto que despierta en el analista (ansiedad, preocupación, sueños
conectados con la problemática transferencial, etc.) . Si la crisis psi-
cótica queda delimitada dentro de los confines del tratamiento ana-
lítico sin repercusión ni participación de agentes externos y es pau-
latinamente superada , el cambio catastrófico posibilitará un genui-
no progreso en la integración de la personalidad.
Otras veces , la crisis psicótica se presenta con mayor violencia
en sus expresiones y puede desbordar los límites de la tarea analí-
tica. En lugar de quedar restringida a la participación exclusiva de
la pareja analítica , intervienen los familiares que interfieren en el
análisis del paciente con llamadas telefónicas, peticiones de inter-
nación , movilización de psiquiatras, abogados, etc . Bion señala la
dificultad para el analista de mantener el vértice psicoanalítico en
circunstancias tan perturbadoras que implican riesgo para su pacien-
te y para él.
Destaca la utilidad de distinguir las invariantes entre la etapa
precatastrófica y la postcatastrófica . Por ejemplo, en el caso de un
paciente fronterizo con síntomas hipocondríacos en el período pre-
catastrófico la violencia parece quedar circunscrita al plano teórico.
52 PSICOSIS

En franco contraste, en la etapa postcatastrófica , la violencia se


hace patente de manera explosiva , provocando reacciones en el ana -
lista y en las demás personas del ambiente, a través de «ondas de
expansión». La emoción se exterioriza claramente y el cambio se
produce en forma brusca y a través de una evidente alteración del
orden establecido que ni el paciente ni el analista pueden evitar.
La invariancia puede detectarse , por ejemplo , en el hecho de que
los factores externos que apa recen como familiares ansiosos , psi-
quiatras, certificados de internación y enfermeros , corresponden a
los mismos factores internos (dolores hipocondríacos y objetos in-
ternos) que , en la etapa precatastrófica, intentaban proteger al pa-
ciente del cambio catastrófico en su forma de crisis psicótica.
III

PENSAMIENTO

El desarrollo del pensamiento, de su naturaleza y de sus con-


tenidos a partir de sus orígenes más primitivos ha dado lugar a nu-
merosos estudios realizados por psicólogos, filósofos, lingüistas, et-
cétera.
Freud fue el primero que se ocupó de las perturbaciones del
pensamiento desde el punto de vista psicoanalítico. A través de toda
su obra se desprende la importancia que otorga a la fantasía incons-
ciente y al deseo, en la génesis, evolución y contenido del pensa-
miento. En «Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psí-
quico» l reflexiona sobre el origen del pensamiento, señalando ade-
más que provee el medio adecuado para restringir la descarga mo-
tora y aliviar el incremento de tensión producido por el aplazamien-
to de dicha descarga.
Hay ciertos párrafos significativos que nos parece útil reprodu-
cir aquí:
Al aumentar la importancia de la realidad exterior co-
bró relieve también la de los órganos sensoriales dirigidos
a ese mundo exterior y de la conciencia acoplada a ellos,
que, además de las cualidades de placer y displacer (las úni-
cas que le interesaban hasta entonces), aprendió a captu-
rar las cualidades sensoriales. Se instituyó una función par-
ticular , la atención, que iría a explorar periódicamente el

1 S. Freud (1911), «Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíqui-
co», en Sigmund Freud. Obras completas, vol. XII, Buenos Aires, Amorrortu edi-
tores, 1976.

53
54 PE NSAMIENTO

mundo exterior a fin de que sus datos ya fueran consabi-


dos antes que se instalase una necesidad interior inaplaza-
ble. [... ]
La descarga motriz, que durante el imperio del princi-
pio de placer había servido para aligerar de aumentos de
estímulo al aparato anímico, y desempeñaba esta tarea me-
diante inervaciones enviadas al interior del cuerpo (mími-
ca, exteriorizaciones de afecto) , recibió ahora una función
nueva , pues se la usó para illterar la realidad con arreglo
a fines. Se mudó en acción.
La suspensión , que se había hecho necesaria, de la des-
carga motriz (de la acción) fue procurada por el proceso
del pensar, que se constituyó desde el representar. El pen-
sar fue dotado de propiedades que posibilitaron al aparato
anímico soportar la tensión de estímulo elevada durante el
aplazamiento de la descarga. [.. .] Para ello se requirió un
transporte de las investiduras libremente desplazables a in-
vestiduras ligadas , y se lo obtuvo por medio de una eleva-
ción en el nivel del proceso de investidura en su conjunto.
Es probable que en su origen el pensar fuera inconciente,
en la medida en que se elevó por encima del mero represen-
tar y se dirigió a las relaciones entre las impresiones de ob-
jeto; entonces adquirió nuevas cualidades perceptibles para
la concien cia únicamente por la ligazón con los restos de pa-
labra (la cursiva es nuestra).

Resulta significativo comprobar que ya entonces , en 1911, Freud ha-


bía destacado que el comienzo del dominio del principio de reali-
dad es sincrónico con el desarrollo de una habilidad para pensar
que llena el hueco entre la frustración surgida en el momento en
que apa rece la necesidad y no es satisfecha, y el momento en que
una acción apropiada satisface dicha necesidad.
Bion enfocó el estudio de los trastornos del pensamiento bási-
camente a través de la experiencia de la práctica psicoanalítica. En-
caró dichas perturbaciones tal como aparecen en el consultorio , en
especial en el psicoanálisis de pacientes severamente perturbados,
en sus múltiples manifestaciones preverbales y verbales, a través de
la comunicación con el paciente. Es necesario no perder de vista
este hecho , en especial cuando en distintos momentos de la evolu-
ción de sus ideas aparecen conceptualizaciones aparentemente ale-
jad as del campo psicoanalítico y más apropiadas para discusiones
epistemológicas o filosóficas. Ello ocurre, por ejemplo, con aquella
PENSAMIENTO 55

afirmación en que postula la existencia del «pensamiento» sin que


resulte esencial la presencia de un pensador para pensarlo , y la de
que todo «pensamiento» es verdadero mientras no esté formulado
por un pensador. La intervención del pensador determina automá-
ticamente que los pensamientos formu lados resulten expresiones
falsas sin que signifiquen necesariamente mentiras. Estos proble-
mas son retomados en el capítulo VI.
Nos ocuparemos a continuación de las ideas de Bion acerca del
pensar, de los pensamientos, de su evolución y transformación, y
de sus usos y niveles en el individuo normal y en el individuo se-
riamente trastornado.

ORIGEN Y NATURALEZA DEL PENSAR. TEORÍA


DE LAS FUNCIONES

Bion reformuló las teorías existentes acerca del proceso del


pensar postulando concepciones originales a partir de la considera-
ción del «pensar» como una función de la personalidad que surge
de la interacción de una variedad de factores. Para poder desarro-
llar su hipótesis propuso una «teoría de las funciones», que , articu-
lada con la utilización de modelos, puede ser aplicada a situaciones
analíticas de muy diversa índole , otorgando una mayor flexibilidad
a la teoría y a la práctica psicoanalíticas. Bion usa los términos «fun-
ción» y «factor» para definir características de las funciones de la
personalidad, sin el sent ido estricto con que estos términos son uti-
lizados en las matemáticas o en la lógica simbólica (ver cap . 1). Tan-
to la teoría de las funciones como la de la «función alfa» en parti-
cular deben ser consideradas como instrumentos de la labor psicoa-
nalítica que permiten que el analista pueda trabajar sin la necesi-
dad de proponer prematuramente teorías nuevas.
El área de investigación en la que se aplica el concepto de «fun-
ción alfa» (intencionalmente desprovisto de significado) incluye los
procesos de pensamiento tal como se manifiestan en sus productos
finales , sean gestos , palabras o formulaciones más complejas. La
teoría de la función alfa incluye las hipótesis (factores) que expli-
can cómo se producen estos procesos, y es aplicada al estudio y com-
prensión de la capacidad de pensar y de los trastornos del pensa-
miento. Durante la práctica clínica, el terapeuta puede observar las
diferentes funciones que están en juego en la conducta verbal y no
verbal de su paciente y deducir los factores que participan en cada
una de ellas. Los «factores» son elementos que forman parte de una
56 PENSAMIENTO

función; las teorías e hipótesis que aparecen como factores deben


ser expresadas y aplicadas con una precisión rigurosa.
Algunas funciones pueden ser factores , a su vez, de otras fun-
ciones que operan en otros niveles más complejos de la vida men-
tal del paciente. Como ejemplo de formulación podríamos decir que
ciertas características observadas en la conducta de un paciente,
corresponden a un «exceso de identificación proyectiva» y «exceso
de objetos malos» que constituyen los factores fijos de la función
de la personalidad de ese paciente.
La teoría de la función alfa postula la existencia de una fun-
ción en la personalidad, denominada función alfa, que opera sobre
las impresiones sensoriales y las experiencias emocionales percibi-
das, transformándolas en elementos alfa. Éstos, a diferencia de las
impresiones percibidas, pueden ser utilizados en nuevos procesos
de transformación , almacenados , reprimidos, etc. Los elementos
alfa son, pues, aquellas impresiones sensoriales y experiencias emo-
cionales transformadas en imágenes visuales, o imágenes que res-
ponden a modelos auditivos, olfativos , etc., en el dominio de lo
mental; son utilizados para la formación de pensamientos oníricos ,
el pensar inconsciente de vigilia, sueños y recuerdos. Las impresio-
nes sensoriales y las experiencias emocionales no transformadas,
son denominadas por Bion «elementos beta» . Estos elementos no
resultan apropiados para pensar, soñar , recordar o ejercer funcio-
nes intelectuales, generalmente adscritas al aparato psíquico . Estos
elementos son vividos como «cosas-en-sí-mismas» (de acuerdo con
la denominación de Kant) y generalmente son evacuados a través
de la identificación proyectiva.
Aunque parezca obvio, queremos aclarar que estos elementos
alfa y beta son términos teó ricos que permiten explicar ciertos he-
chos clínicos y, por lo tanto, no son elementos observables en la
práctica analítica .
Bion propone además el término barrera de contacto para el
conjunto formado por la proliferación de elementos alfa que se ad-
hieren entre sí para marcar el contacto y la separación entre cons-
ciente e inconsciente, con un pasaje selectivo de elementos de uno
a otro. Esta barrera de contacto , en continuo proceso de forma-
ción, cumple la función de una membrana semipermeable que se-
para los fenómenos mentales en dos grupos. De este modo , otorga
la capacidad de estar dormido o estar despierto , de estar conscien-
te o inconsciente, y de tener noción de pasado y de futuro.
La barrera de contacto puede compararse con algo que se pa-
rece al acto de soñar como protector del dormir; impide que las fan-
PENSAMIENTO 57

tasías y los estímulos endopsíquicos sean interferidos por la visión


realista. Recíprocamente, protege el contacto con la realidad evi-
tando que sea distorsionada por las emociones de origen interno .
Aunque nos estamos manejando en un terreno de abstraccio-
nes, creemos que se facilitará su comprensión si consideramos a la
barrera de contacto como una estructura, tal como lo sugiere Bion.
Sería entonces una parte del aparato mental producida por la fun-
ción alfa. Parte de estos enunciados fueron reformulados en sus
ideas sobre la cesura (ver cap. VIII).
En el contexto de la misma teoría, Bion introduce otro con-
cepto, el de pantalla de elementos beta, que utiliza para explicar
aquellos estados mentales en los que no existe diferenciación entre
consciente e inconsciente, estar dormido o estar despierto. Por ana-
logía con la barrera de contacto, la pantalla beta está formada por
elementos beta. Los elementos beta, considerados «cosas-en-sí-mis-
mas», no tienen la capacidad de establecer vínculos entre sí. Por lo
tanto, la pantalla beta es producto de la aglomeración de elemento
beta, más parecida a una aglutinación que a una integración. Sin
embargo, pueden alcanzar una cierta coherencia entre sí, que se ma-
nifiesta por la cualidad de provocar en el objeto determinadas res-
puestas emocionales, siendo esto último un hecho de observación
clinica/.
La barrera de contacto es la base de la relación normal con la
realidad y el mundo interno y externo, mientras que la pantalla beta
constituye la característica del vínculo psicótico .
La barrera de contacto puede llegar a destruirse, en cuyo caso
los elementos alfa quedan despojados de sus características y se con-
vierten en elementos beta a los que se agregan vestigios del Yo y
del Superyó, configurando los «objetos bizarros» (ver cap. I1).
Detengámonos un momento para reflexionar sobre el fascinan-
te modelo que nos propone Bion acerca del funcionamiento nor-
malo patológico de la mente humana. Elementos alfa, barrera de
contacto, elementos beta y pantalla beta serán el resultado de las
distintas vicisitudes seguidas por las sensaciones y emociones pro-
venientes de la experiencia inmediata, de acuerdo con el grado y la
forma de operatividad de la función alfa. Los pacientes que presen-

2 Esta hipótesis guarda muchos puntos en común con el concepto desarrollado


por uno de nosotros bajo el término de «contraidentificación proyectiva». Véase
L. Grinberg, «Sobre algunos problemas de técnica psicoanalítica determinados por
la identificación y contraidentificación proyectivas», Rev. de Psicoanálisis, 13, 4,
1956; «Psicopatología de la identificación y contraidentificación proyectiva y de la
contratransferencia», Rev. de Psicoanálisis, 20, 1963.
58 PENSAMIENTO

tan serios trastornos en su capacidad de pensar son considerados ,


a la luz de este modelo , como poseyendo una función alfa deterio-
rada o insuficientemente desarrollada, que fracasa en la producción
de elementos alfa. En su lugar , predominarán los elementos beta
que subyacen a la tendencia a las actuaciones y a usar el pensa-
miento concreto , debido a la incapacidad de simbolizar y de hacer
abstracciones. El déficit de función alfa determina el estado de cier-
tos pacientes psicóticos que no pueden estar «ni despiertos ni dor-
midos». Sin duda, este déficit es el responsable de la falta de capa-
cidad de soñar o de recordar los sueños que tan a menudo obser-
vamos en nuestra experiencia clínica con pacientes psicóticos. Hay
un hecho innegable: los pacientes psicóticos presentan una enorme
dificultad para soñar que coincide con sus trastornos de pensamien-
to . En los casos en que este tipo de pacientes relatan «sueños» , po-
demos suponer que no se trata realmente de sueños constituidos
por pensamientos oníricos formados por elementos alfa, sino de fe-
nómenos alucinatorios , o lo que con mayor propiedad Bion deno-
mina «transformaciones en alucinosis» (ver cap. V) , caracterizadas
por la presencia abrumadora de elementos beta. Puede ocurrir que
el paciente psicótico en análisis adquiera elementos alfa y, por lo
tanto, su capacidad de soñar, pero aún siga sin haber recuperado
plenamente su función alfa y continúe siendo incapaz de pensar. En
tal caso, utiliza la identificación proyectiva para «tratar» a sus pen-
samientos y sueños . Finalmente , cuando su mejoría sea franca, po-
drá pensar, además de soñar , gracias al desarrollo y consolidación
del aparato para pensar sus pensamientos , como veremos más ade-
lante .

IMPORTANCIA DE LOS MODELOS EN LA TEORÍA


Y TÉCNICA PSICOANALÍTICAS. SU APLICACIÓN
EN LA TEORÍA DEL PENSAMIENTO

La inclusión de modelos en el campo del psicoanálisis presenta


muchas veces ventajas desde el punto de vista de su operatividad .
Bion fundamenta y explicita las razones por las que considera con-
veniente su uso, destacando su flexibilidad en contraste con la rigi-
dez de las teorías . Por otra parte, si el analista puede construir mo-
delos adecuados, evitará caer en la tendencia a crear nuevas teorías
ad hoc cada vez que tropiece con dificultades serias en el ejercicio
de su tarea . El modelo hace posible encontrar la correspondencia
entre los problemas específicos que plantean los pacientes y el cuer-
PENSAMIENTO S9

po principal de la teoría psicoanalítica. Los modelos pueden ser su-


geridos por el material proporcionado por los pacientes y cumplen
una función muy valiosa siempre y cuando no se los confunda con
las teorías. El uso de los modelos es efímero, ya que pueden ser des-
cartados no bien hayan cumplido su propósito o fracasado en el mis-
mo. Si demuestran ser útiles en distintas ocasiones, entonces se po-
drá considerar la posibilidad de su transformación en teorías.
El uso de los modelos resulta útil también, entre otras cosas,
porque permite la recuperación del sentido de lo concreto en una
investigación que puede haber perdido contacto con su origen de-
bido a la abstracción empleada durante la misma.
El modelo se construye con elementos relacionados con la ex-
periencia sensorial y permite establecer el puente entre los hechos
observados en la clínica y la o las teorías abstractas con las que el
analista se acerca a estos hechos. La cualidad de lo concreto, deri-
vada de lo sensorial, tiene la virtud de limitar el grado demasiado
alto de abstracción alcanzado por una investigación; pero presenta
el riesgo de una excesiva concretización asociada con la cualidad
narrativa y causal inherente al modelo que le otorga una convicción
de «realidad concreta»,
En la práctica clínica, al construir su modelo el analista deberá
tener en cuenta también cuál es el modelo utilizado por su paciente
y ponerlo en descubierto. El modelo usado por el analista deberá
ser tal que le permita llegar a una interpretación de los hechos que
se presentan para ser examinados. El analista crea el modelo como
un paso en la elaboración de la interpretación y no constituye en sí
mismo una interpretación . A partir del material del paciente, el ana-
lista debe determinar por qué lo está produciendo y cuál debería
ser la interpretación correcta . Equipara lo que dice el paciente con,
por ejemplo, la teoría del complejo de Edipo . El modelo pone de
relieve dos grupos de ideas : aquéllas relacionadas con el material
del paciente y las vinculadas con el cuerpo de la teoría psicoanalí-
tica. Bion señala también la analogía que presenta el papel desem-
peñado por el mito en el contexto grupal de la sociedad con el que
tiene el modelo en la teoría científica del individuo.
Cuanto más complejo resulta ser el problema, como ocurre en
el estudio de las características del crecimiento mental, mayor será
la necesidad de usar modelos adecuados. Supongamos que el ana-
lista está tratando a un paciente que presenta perturbaciones serias
de su pensamiento. Necesitará entonces valerse de un modelo que
corresponda al modo de pensar de ese paciente, a la vez que le será
útil contar con un modelo y una teoría propios acerca del proceso
· 60 PENSAMIE NTO

de pensar que comparará con los modelos construidos por el pa-


ciente . La teoría del pensamiento propuesta por Bion , junto con la
utilización de ciertos modelo s, trata de esclarecer algunos de estos
problemas.
Un peligro implícito en el uso de mode los es que éstos usur-
pen en la mente del analista la capacidad necesaria para la obser-
vación.
Esta última cualidad es básica y esencial para el desarrollo de
la función psicoanalítica de la personalidad. Si el modelo sustituye
la observación, se obstruye la comprensión e investigación de los
elementos relacionados .

UNA TEORÍA DEL PENSAMIENTO ,


«APARATO PARA PENSAR LOS PENSAMIENTOS»,
MODELOS CONTINENTE-CONTENIDO E
INTERACCIÓN DINÁMICA ENTRE LAS POSICIONES
ESQUIZO-PARANOIDE y DEPRESIVA

La teoría del pensamiento propuesta por Bion comienza por


plantear la existencia de pensamientos y de un «aparato para pen-
san> . La actividad del pensar fue , en su origen, un procedimiento
destinado a librar al psiquismo del exceso de estímulos que lo abru-
maban . En la conceptualización de Bion , los pensamientos son con-
siderados como genética y epistemológicamente previos a la capa-
cidad para pensar. En las etapas más tempranas del desarrollo , los
pensamientos no son más que impresiones sensoriales y experien-
cias emocionales muy primitivas (<<protopensamientos») relaciona-
das con la experiencia concreta de una «cosa-en-sí-misma».
Bajo el término pensamiento Bion incluye las pre-concepcio-
nes , las concepciones, los pensamientos propiamente dichos y los
conceptos. Duda si incluir o no los elementos beta como formas pri-
mitivas de pensamiento .
Para entender los alcances de cada una de estas categorías, to-
maremos como modelo la relación existente entre la madre y el
bebé . Para el bebé, incorporar leche, calor y amor, equivale a in-
corporar el pecho bueno. El bebé que Bion supone teniendo una
pre-concepción innata de pecho, no tiene , sin embargo, conciencia
de la necesidad del pecho bueno. Presionado por su hambre , expe-
rimenta la necesidad no satisfecha (pecho malo) de la cual intenta
deshacerse .
Para Bion, todos los objetos que se necesitan son sentidos como
PENSAMIENTO 61

objetos malos; se los necesita porque no se los posee si no no ha-


bría carencia. De modo que los pensamientos primitivos o proto-
pensamientos o elementos beta son objetos malos de los que el bebé
necesita liberarse.
La experiencia real con el pecho presente provee al bebé de
una oportunidad para deshacerse de este pecho malo. La madre no
solamente suministra el alimento, sino que sirve de continente para
todos los sent imientos displacenteros (pecho malo) del bebé. La eli-
minación del pecho malo dentro de la madre constituye la evacua-
ción de un elemento beta a través del mecanismo de identificación
proyectiva .
En términos de la teoría del pensamiento, Bion plantea que ,
en este caso, se ha producido una situación compleja. Por un lado,
puede decirse que una pre-concepción (expect ativa innata del pe-
cho --comparable con el concepto kantiano de «pensamiento va-
cío--c-) se ha apareado con una realizacián.L experiencia real con el
pecho), y. de esta combinación nace la concepción . Cuando la pre-
concepción no se encuentra con el pedía real (situación que Bion
denomina realización negativa) que, dicho en otros términos, equi-
vale a la combinación de una pre-concepción con una frustración ,
puede darlugar a la aparición del pensamiento propiamente dicho.
En relación con esto último , es necesario destacar que Bion
considera la tolerancia a la frustración como un factor innato de la
personalidad del bebé y, por lo tanto, de gran importancia en el pro-
ceso de formación de pensamientos y de la capacidad de pensar.
Frente a la frustración, la personalidad tiene varias opciones .
Si la intolerancia a la frustración es grande, la personalidad tiende
a evadirla a través de la evacuación de elementos beta (cosas-en-sí-
mismas); mientras que una más adecuada tolerancia a la frustración
pone en marcha mecanismos tendientes a modificarla que, en el
caso del bebé resultan en la producción de elemento alfa y pensa-
mientos, que representan a la cosa-en-sí-misma. Esta modificación
puede ser de dos formas : 1) desarrollando un rudimentario sentido
científico con distinción entre verdadero y falso, y 2) sustituyendo
el enfoque científico por el enfoque moral , con desarrollo de omnis-
ciencia.
La capacidad de formar pensamientos dependerá entonces de
la capacidad del niño para tolerar la frustración . Si dicha capacidad
es suficiente el «no pecho » deviene un pensamiento y se desarrolla
un «aparato para pensar». En cambio, su intolerancia a la frustra-
ción hace que tienda a evadir la frustración en lugar de modificar-
la, y lo que debería ser un pensamiento queda como un objeto malo,
62 PENSAMIENTO

indistinguible de una cosa-en-sí-misma, adecuado sólo para ser eva-


cuado .
Con el término pensar Bion designa dos procesos que en rea-
lidad son diferentes: hay un pensar que da origen a los pensamien-
tos y otro pensar que consiste en usar los pensamientos epistemo-
lógicamente pre-existentes. Para el funcionamiento de este último
tipo de pensar, es necesaria la diferenciación dentro del psiquismo
de un aparato especial para «pensar los pensamientos».
Dos mecanismos principales participan en la formación de di-
cho aparato: el primero está representado por la relación dinámica
entre algo que se proyecta , un contenido, d , y un objeto que lo con-
tiene, continente, ~ , (d +7 ~). El segundo es el representado por
la relación dinámica entre las posiciones esquizo-paranoide-y de-
pr,esiva-(Ps _~-D ).
Con la intervención de estos mecanismos , se va formando en
la mente del bebé el aparato para pensar los pensamientos. En pri-
mer término , el bebé internaliza buenas y repetidas experiencias de
su relación con la madre . Esto significa que en la mente del bebé
ha quedado internalizada una «pareja feliz» constituida por una ma-
dre (continente) receptiva y metabolizadora , a través de la función
alfa de los sentimientos proyectados por el niño , y por este último ,
con sus distintas emociones (contenido) ubicadas por identificación
proyectiva dentro de aquélla.
¿ Cuáles son los destinos posibles de estos contenidos evacua-
dos? En el mejor de los casos estos contenidos son evacuados en
un pecho externo real en ese momento (la madre que está para ali-
ment ar al lactante y que percibe dentro de ella la necesidad del
bebé). La madre funciona como un continente efectivo de las sen-
saciones del lactante, y con su madurez logra transformar exitosa-
mente el hambre en satisfacción, el dolor en placer, la soledad en
compañía, el miedo de estar muriendo en tranquilidad. Esta capa-
cidad de la madre de estar abierta a las proyecciones-necesidades
del bebé es lo que se denomina capacidad de reverie (ensoñ ación) .
Nos ocuparemos ahora del segundo mecanismo : el de la inte -
racción dinámica de las posiciones esquizo-paranoide y depresiva
(Ps +7 D) . M. Klein describió la posición esquizo-paranoide como
la situación del bebé que, expuesto al impacto de la realidad exter-
na y a la ansiedad provocada por su instinto de muerte, utiliza los
mecanismos de disociación, negación , omnipotencia , idealización e
identificación proyectiva para defenderse. El resultado es la diso-
ciación de los objetos en idealizados y perseguidores . También pue-
de suceder que estos mecanismos, por ser extremos, lleven a situa-
PENSAMIENTO 63

ciones de dispersión y fragmentación del Yo y de los objetos.


La posición depresiva constituye el proceso de integración de
la disociación anteriormente descrita, con la aparición de sentimien-
tos de ambivalencia. Existen asimismo mome ntos de integración de-
presiva aun durante la etapa paranoide-esquizoide.
Bion conceptualiza los momentos de desintegración e integra-
ción, como un permanente oscilar entre amba s situaciones y sim-
boliza esta relación con el signo Ps ++ D que denota además lo que
Poincaré describió como el descubrimiento del hecho seleccionado.
Un hecho seleccionado es una emoción o una idea que da co-
herencia a lo disperso e introduce un orden en el desorden. El he-
cho seleccionado es el nombre de una experiencia emocion al, de
un sentimiento de descubrimiento, de coherencia, y puede tr adu-
cirse en la denominación de un elemento que es utilizado para parti-
cularizarlo.
En la formación y utilización de pensamientos, así como en la
integración del objeto, ambos procesos (2 ++ 0') y (Ps ++ D) ope-
ran conjuntamente sin que pueda adjudicársele mayor importancia
a uno o a otro.
Esquemáticamente , aún a riesgo de ser repetitivos , resumire-
mos las experiencias que conducen a la formación de la capacidad
de pensar los pensamientos de la siguiente manera:

1. El bebé llora porque tiene hambre , pero la madre no está


para satisfacerlo. En este caso se trata de la unión de una pre-con-
cepción y de una realización negativa (ausencia del pecho) . El lac-
tante lo experimenta como un pecho malo presente o no-pecho, in-
distinguible de una cosa-en-sí-misma, o elemento beta, y tiende a
su evacuación.
2. El bebé llora porque tiene hambre que se satisface con el
contacto gratificador con el pecho de S\:l madre. Podemos represen-
tar esta situación como la de la unión de una pre-concepción (ex-
pectativa innata del pecho) con una realización (presencia del pe-
cho bueno gratificador) que da lugar a una concepción, caracteri-
zada por su calidad sensorio-perceptiva.
3. Se produce la evacuación del «pecho malo» en el pecho
real externo , a través de una .identificación proyectiva realista. La
madre, con su capacidad de reverie, transforma las sensaciones de-
sagradables ligadas al «pecho malo» y procura alivio al bebé. El
bebé reintroyecta la experiencia emocional modificada y mitigada,
es decir, adquiere la base para su propia función alfa, aspecto no
sensorial del amor de la madre.
64 PENSA MIE NTO

4. Si el bebé tiene tolerancia innata a la frustración y su mon-


to de envidia no es demasiado intenso, frente a una nueva expe-
riencia de realización negativa surgirá en él la primera noción de au-
sencia de objeto y de frustración (equivalente a un «problema a so-
lucionar ») que es para Bion , el pensamiento propiamente dicho.
Este pensamiento se apareará con una nueva realización, dando ori-
gen a la matriz de un nuevo pensamiento y así sucesivamen te.
5. Si el bebé presenta una intolerancia innata a la frustración
originada en una envidia muy intensa (tal como M. Klein 3 utiliza ¡
este término) , tenderá a la evitación de la frustración mediante el
desarrollo hipertrófico del aparato para la identificación proyecti -
va, tornándola más omnipotente y menos realista (sin tener en cuen-
ta la presencia real del objeto-continente) . El bebé desarrollará en-
tonces un tipo de personalidad en la que no se formará el aparato
para pensar los pensamientos . En su lugar , utilizará la descarga eva-
cuación permanente a través del mecanismo de identificación pro -
yectiva con las características anteriormente descritas . Su mente
funcionará como un músculo que descarga continuamente elemen-
tos beta.
Resultará útil aclarar que el modelo continente-contenido
(2 0') puede ser utilizado para representar tanto una identificación
proyectiva exitosa como una fallida. Un lactante que llora de an-
siedad por temor a morir encuentra una madre afectuosa y com-
prensiva que levanta al niño, le sonríe y le dice «bueno , bueno , no
es para tanto». El niño se calma , porque ha logrado - según el mo-
delo- colocar en la madre , a través de la identificación proyectiva ,
su temor a la muerte; y ese temor queda desintoxicado y devuelto
al niño como un temor leve y soportable. Un segundo ejemplo es
aquél en que la madre reacciona con ansiedad e incomprensión y
dice «no sé qué le pasa a este chico» y pone distancia afectiva entre
ella y el bebé que llora . La madre ha rechazado la proyección del
niño y le devuelve su temor a morir sin modificarlo. En un tercer
ejemplo , puede ocurrir que se trate de un bebé muy perturbado ,
psicótico, o de una madre muy perturbada. En este caso, la fanta-
sía subyacente a la de identificación proyectiva es que la madre , en
lugar de desintoxicar el temor a morir proyectado por el niño , ac-
túa como un objeto malo que despoja a la pro yección del bebé de
su significado en forma ávida, envidiosa y hostil, y le devuelve un
terror sin nombre (este último ejemplo correspondería al modelo

3M. Klein, «Envidia y gratitud », en Las emociones básicas del hombre, Bue-
nos Aires, Nova, 1960.
PENSAMIENTO 65

«menos continente-contenido» [- 2 ++ d']; ver cap. VI) .


Desde el comienzo de la vida, el psiquismo del individuo se en-
cuentra ante la necesidad de optar entre dos alternativas posibles.
Estas alternativas dependerán de la calidad o naturaleza con que
son vivenciados los pensamientos primitivos y del grado de evolu-
ción alcanzado por el «aparato para pensar» . Si los protopensamien-
tos son considerados como «excrecencias indeseables» y el «apara-
to para pensar» tiene un desarrollo insuficiente, los pensamientos
primitivos serán evacuados como elementos beta a través de una
identificación proyectiva hipertrofiada . Si estos protopensamientos
pueden ser admitidos como «problemas a plantear», habrá una toma
de conciencia del estado de carencia que implican ya que se trata
de problemas no solucionados. La tolerancia al dolo r de la frustra-
ción y el «aparato para pensar» convenientemente fortalecido por
el funcionamiento exitoso de los mecanismos (2 . d') y (Ps ++ D)
permiten desencadenar una acción en el mundo externo e interno ,
tendiente a modificar el estado de carencia. Según Bion, ese tras-
lado a la acción involucra varios pasos denominados respectivamen-
te pub licación, comunicación y sentido común.
Como acabamos de ver, el desarrollo de los pensamientos y del
pensar dependen , pues, de dos grandes grupos de factores en inter-
juego . Existen factores innatos (tolerancia o no a la frustración) y
factores ambientales (capacidad de reverie de la madre) que deter-
minan el desarrollo y la posterior evolución de la capacidad para
pensar, capacidad que, en caso de evolución positiva, irá incremen-
tándose con la formación de conceptos, abstracciones , sistemas de
hipótesis, etc. La capacidad de combinar pensamientos entre sí, de
crear símbolos y lenguaje, incluye procesos donde la correlación, la
publicación y la comunicación tendrán un rol predominante. El de-
sarrollo descrito corresponde al de la parte no psicótica de la per-
sonalidad. En el polo opuesto está la personalidad psicótica, inca-
paz de representaciones y de simbolización , discernible al observa-
dor a través de sus alucinaciones, acting-out, falta de coherencia, et-
cétera.
La publicación corresponde, en su origen, a aquella función es-
pecífica del pensamiento que permite hacer conscientes los datos de
los sentidos , pero Bion prefiere reservar este término para el con-
junto de operaciones que trasladan los datos del mundo interno al
mundo externo. Por su parte, la comunicación se realiza primitiva-
mente por la identificación proyectiva realista y se desarrolla como
parte de la capacidad social del individuo t.por medio de la comu-
nicación se transmite el hecho de que ciertos fenómenos se encuen-
66 PENSAMIENTO

tren en conjunción constante . Si esta conjunción de datos traduce


una relación armónica, dará lugar a que se experimente una sensa-
ción de verdad.
La Tabla es un instrumento de registro y clasificación de for-
mulaciones verbales, gestos y situaciones vincular es de la sesión psi-
coanalítica . Como condición importante se requiere que la notación
y clasificación se realicen fuera de la sesión para no perturbar el con-

LA TABLA

Hipó-
tesis Nota- Aten- Inda-
1J' Acción
defi- ción ción gación
nitoria
1 2 3 4 5 6 .. .n.
A
Elementos Al A2 A6
beta

B
Eleme ntos Bl B2 B3 B4 B5 B6 ...Bn
alfa

e
Pensamien tos C4 ...Cn
oníricos, Cl C2 C3 C5 C6
sueños, mitos

D DI D2 D3 D4 D5 D6 ...Dn
Pre-conce pción

E El E2 E3 E4 E5 E6 ...En
Concepción

F Fl F2 F3 F4 F5 F6 ...Fn
Concepto

G
Sistema deduc- G2
tivo científico

H
Cálculo
algebraico
PENSAMIENTO 67

tacto emocional de analista y analizado en la sesión. Es un instru-


mento que puede ayudar al psicoanalista a pensar acerca de los pro-
blemas que surgen en la práctica clínica diaria. Ayuda también a la
ulterior comunicación y elaboración de los diferentes descubrimien-
tos y observaciones realizadas durante la sesión.
Como instrumento, está construida sobre la base de conceptos
y teorías pero no es una teoría en sí misma. Los enunciados que ca-
tegoriza, van desde elementos aparentemente simples como un ges-
to, una exclamación, una conducta corporal hasta formulaciones
complejas: ideas, pensamientos, conceptos, todos ellos, una vez que
han sido formulados . Puede utilizarse para clasificar los pensamien-
tos e interpretaciones del analista. Básicamente se aplica a todo lo
que forma parte de la comunicación entre analista y analizado.
La Tabla propuesta está construida sobre la base de coordena-
das, con dos ejes: uno vertical y el otro horizontal.
El eje vertical, llamado por Bion el eje genético, está construi-
do con letras mayúsculas: A, B, c... hasta H, dejando una hilera
en blanco por debajo .
En este eje se categorizan los enunciados de acuerdo a su es-
tado de desarrollo o complejidad en cuanto a nivel de abstracción.
Por ejemplo: un acto de percepción visual o auditiva se clasificaría
en la hilera B y no en las hileras más complejas.
El eje horizontal es llamado por Bion, el eje de los usos. Está
construido con números, desde el 1 hasta el 6. Deja explícitamente
una columna señalada por: ...n, para indicar la posibilidad de futu-
ras ampliaciones en el sentido de los usos, cuando los requerimien-
tos clínicos así lo demanden".
En entrecruzamiento de los dos ejes marca casilleros (finalmen-
te, en la Tabla hay 63 posibles, de los cuales 34 están nominados por
una letra y un número, y 29, están vacíos). Este entrecruzamiento,
donde cada enunciado configura un uso y un nivel de desarrollo, otor-
ga gran plasticidad a algo que parece rígido. Los casilleros vacíos es-
tán libres para ulteriores investigaciones psicoanalíticas.
Pasaremos ahora a una somera descripción de las categorías se-
ñaladas en cada uno de los ejes.

4 Uno de nosotros , el Dr. D. Sor, en colaboración con la Dra . M. R. Gazzano,


ampliaron la Tabla, desarrollando una columna 7. Le adjudicaron un valor negativo
(-7) para enunciados usados en forma fanática, dogmática o autoritaria. Reserva-
ron el valor positivo (7) para el uso de enunciados con responsabilidad y poder. Asi-
mismo desarrollan ejercicios de aplicación de material clínico en la Tabla (ver:
D. Sor y M. R. Gazzano, Cambio catastrófico. Psicoanálisis del darse cuenta,
págs. 330 y 343, Buenos Aires , Ed . S. Kargieman, 1988).
68 PENSAMIENTO

Se pueden considerar las dos primeras hileras del eje vertical


en forma conjunta: los elementos beta y los elementos alfa están
destinados a denotar niveles distintos de pensamiento. No son ob-
servables en la clínica; son términos teóricos útiles para pensar o ha-
blar acerca de los distintos fenómenos. Los elementos beta son pri-
mitivos y no representan pensamientos sino cosas-en-sí-mismas
(Kant). No hay en ellos diferenciación entre animado e inanimado ,
sujeto y objeto, mundo interno y mundo externo, símbolo y sim-
.balizado. Además, como están saturados , no pueden ser usados
como preconcepciones. Sólo pueden ser evacuados a través de la
identificación proyectiva. Los elementos alfa, resultado de la ope-
ración de la función alfa sobre las impresiones sensoriales y las ex-
periencias emocionales, pueden ser almacenados como pensamien-
tos incipientes. Posibilitan al individuo que tenga sueños sobre la
base de lo que Freud llamó «pensamientos oníricos ». La hilera e
representa los fenómenos compuestos por pensamientos oníricos,
imágenes visuales, sueños, alucinaciones y todas aquellas ideas com-
binadas en una forma narrativa, como pueden ser los mitos priva-
dos y públicos. La hilera D es la de la preconcepción; corresponde
a un estado mental de expectativa adaptado para recibir un restrin-
gido margen de fenómenos. Un ejemplo podría ser la expectativa
del lactante por el pecho. Si tal estado se integra con una experien-
cia de realización con un predominio de muchos elementos senso-
perceptivos, surge como consecuencia la concepción que ocupa la
hilera E. El concepto que define y caracteriza a la hilera F se deri-
va de la concepción por un proceso de abstracción que la ha libe-
rado de aquellos elementos senso-perceptivos. Representa una ca-
tegoría para enunciados ya existentes como por ejemplo las teorías
psicoanalíticas, teorías científicas generales, leyes de la naturaleza,
etc . La hilera G está representada por los sistemas deductivos cien-
tíficos. Se trata de una combinación de conceptos e hipótesis o sis-
temas de hipótesis vinculados entre sí en una relación lógica. Final-
mente, en la hilera H encontramos el cálculo algebraico, según el
cual varios signos pueden ser agrupados de acuerdo con ciertas re-
glas de combinación como ocurre en las matemáticas . Todas las hi-
leras, exceptuando la primera, representan categorías de enuncia-
dos que no están saturados, o sea que se encuentran capacitados
para acumular significado. Las últimas hileras (G y H) no tienen ma-
yor referente en la práctica analítica.
En cuanto al eje horizontal, referido a los usos posibles de las
distintas categorías expuestas más arriba, presentan una primera co-
lumna llamada hipótesis definitoria. Tiende a ligar los hechos que
PENSAMIENTO 69

se han descubierto previamente y que están en una conjunción cons-


tante . En un primer momento, el enunciado está vacío de signifi-
cado; es sólo significante y sirve para evitar pérdidas de experien-
cia emocional por dispersión . La hipótesis definitoria tiene dos cua-
lidades negativas: la primera se refiere al hecho de que al designar
algo con un nombre determinado, excluye todo aquello que no está
contenido en la designación; la segunda consiste en que el nombre
es una representación y no una cosa-en-sí-misma, Poder tolerar las
cualidades negativas de la hipótesis definitoria implica poder tole -
rar la frustración. La columna 2 corresponde a enunciados falsos,
usados con la intención de impedir los enunciados que pueden en-
gendrar angustia o turbulencia emocional o los desarrollos que in-
volucran un cambio catastrófico. La columna 3 es usada para regis-
trar los enunciados que cumplen la función de notación y memoria.
La columna 4 representa el uso descrito por Freud como la función
de la atención y de la atención flotante; sirve para explorar el me-
dio y es importante para la discriminación. La columna 5 se utiliza
para aquellos enunciados que permiten la exploración dirigida ha-
cia un aspecto particular de las cosas. Se la ha denotado también
como la columna de la indagación.
Las tres columnas en conjunto, 3, 4 Y 5, pueden ser conside-
radas como representando un espectro de curiosidad creciente: 3,
por su cualidad de registro; 4, por la atención flotante; y 5, como
indagación dirigida.
La última columna, 6, representa el uso de pensamientos rela-
cionados con la acción o con transformaciones en acción.
La columna 2, la columna 6 y la hilera C necesitarán futuras
extensiones para abarcar la amplia gama de fenómenos complejos
que se presentan a la observaciórr' .
Una regl a básica para clasificar una formulación consiste en
considerar que un mismo enunciado puede ser clasificado en cual-
quiera de las categorías de los usos (hilera horizontal). ¿Cuál es el
más adecuado? Se determina por el contexto. En cambio, no suce-

5 En un trabajo titulado «La Tabla», escrito en 1971 en Los Ángeles, Bion se-
ñala que tanto la hilera e como la columna 2 merece rían una extensión y hasta la
formación de una tabla propia.
La columna 2 fue pensada originalmente por Bion para proveer una serie de
categorías para enunciados reconocidos como falsos, tanto por el analizado como
por el analista. Un ejemplo en este sentido puede ser el enunciado «mañana te es-
pero a la salida del sol». Pero en la práctica clínica se hizo evidente la necesidad de
considerar el problema planteado por la mentira. Es útil distinguir entre enunciados
falsos y mentiro sos. Las formulaciones falsas se relacionan con la inadecuación del
70 PENSAMIENTO

de lo mismo con el eje genético (vertical) porque depende del nivel


de abstracción del enunciado .
Haremos un ejercicio simple de ubicación en la Tabla de un ma-
terial en el eje horizontal o de los usos. Tomaremos un enunciado
utilizado por Bion, de un paciente que le dice al analista: «Sé que
usted me odia ».
Ubicamos primero el enunciado en el eje genético o vertical.
No es un enunciado conceptual , no es un sueño , no es una pre-con-
cepción o expectativa. Convendría ubicarlo en la hilera de la con-
cepción (E por ser una creencia).
Ahora pasemos a ubicarlo en la hilera de los usos u horizontal.
La regla dice que este mismo enunciado podrá ser ubicado en 1, 2,
3, 4, 5 Y6, Yque esto dependerá del contexto .
- Si usa el enunciado «sé que usted me odia» en un contexto
de ligero asombro y curiosidad hacia lo que dijo , estará ubicado en
la columna de Hip ótesis Defin itoria y marca un comienzo de una
investigación de diferentes significados. Clasificación El.
- Si se usa el enunciado «sé que usted me odia» como un in-
tento de frenar la emergencia de otras ideas o sentimientos, por
ejemplo , ideas de cariño o sentimientos de gratitud , será conside-
rado resistencial y será ubicado en la columna 2. Clasificación E2.
- Si usa el enunciado «sé que usted me odia » como un inten-
to de estimular sucesos olvidados o recuerdos reprimidos, todos

ser humano , que no puede confiar en su capacidad de darse cuenta de la «verdad»


y formularla adecuadamente. Por el contrario , la personalidad mentirosa necesita es-
tar segura de su conocimiento de la verdad, y sus enunciados, enfáticamente «ver-
daderos» pero en realid ad mentirosos , están siendo usados para impedir un deter-
minado conocimiento ; por lo tanto, la columna 2 debería subdividirse y considerar-
se una columna 2' para ubicar en ella los enunciados mentirosos. Estos últimos tie-
nen la característica de que son usados para sustituir un enunciado «verdadero» que
provocaría un cambio catastrófico.
La hilera e merece también una extensión o posiblemente una tabla propia.
Una primera enumeración de los enunciados que se ubican en esta hilera com-
prende las imágenes generalmente visuales, tales como las que apa recen en sueños ,
mitos, narraciones verbales de imágenes visuales, alucinaciones.
La complejidad de la hilera e justificaría su extensión para abarcar transforma-
ciones de experiencias sensoriales distintas de las provenientes del sentido de la vista.
La Tabla puede también ser ampliada de otros modos . Si el analista desea in-
vestigar, por ejemplo, el área que hay entre los hechos corporales y los psíquicos,
podría interponer, entre las hileras A y B, toda la Tabla, como si dentro de la Tabla
misma pudieran verse muchas tablas en profundidad. Podría, de este modo , ampliar
la Tabla indefinidamente, siempre que explicara que esto es, de algún modo, un se-
gundo ciclo. Bion recalca que él puede visualizar la Tabla como repitiéndose a sí mis-
ma en forma helicoidal.
PENSAMI ENTO 71

ellos de muy diferente naturaleza, será ubicado en la columna de


Notación, Registro o Memoria. Clasificación E3 .
- Si usa el enunciado «sé que usted me odia» en un contexto
de estímulo a la asociación libre ya sea en sí mismo o en el anal ista
o como atención no dirigida , especialmente atención flotante , será
ubicado en la column a Atención. Clasificación E4.
- Si usa el enunciado «sé que usted me odia » como un estí-
mulo a algo especialmente ya conocido, ya sea un suceso u otras
concepciones que requieran de atención psicoanalítica, será ubica-
do en la columna Indagación. Clasificación E5.
- Si usa el enunciado «sé que usted me odia» en un contexto
de acción , como una creencia que precede a una acción , por ejem-
plo , irse del análisis, será ubicado como una Acción y clasificado
en la columna correspondiente. Clasificación E6.

Tom aremos ahora un ejemplo para hacer un ejercicio de cate-


gorizar en el eje genético. Supongamos un paciente que tiende a ata-
car el vínculo con el analista; se trataría de un acting-out por eva-
cuación de elementos beta , y por lo tanto categorizable en A6 . Por
el contrario , una actuación puede constituir una forma de comuni-
cación que tiende a despertar mayor comprensión en el analista , y
por lo tanto sería categorizable en D6 o E6. Las interpretaciones
form uladas en la sesión psicoanalítica , en tanto son equiparables a
las acciones en otras formas de la conducta humana, pueden ser
también ubicadas en esta columna, por ejemplo en F6.
Hacer estos ejercicios con la Tabla puede resultar muy útil para
el analista que trabaja solo sin recibir comentarios críticos sobre su
tarea o para comprobar las teorías analíticas que utiliza o de las que
debe ser su propio supervisor.
La utilidad de la Tabla es también la de facilitar la comun ica-
ción entre analistas ; aplicando el modelo propuesto por Bion, es po-
sible referirse al material de un paciente , o a un mito, indicando su
categoría en la Tabl a, ahorrando así la necesidad de explicaciones
acerca de la génesis y usos del material , mito o sueño en cuestión.
Bion propone otro nivel de utilización de la Tabla por los ana-
listas. Lo llama el juego psicoanalítico. Éste consiste en ubicar el ma-
terial que se está investigando en lugares «inadecuados» de la Ta-
bla en forma intencional. De esta forma , se recibe un fuerte impac-
to en la mente por lo «insólito» de la ubicación y sus implicaciones.
Más que trabajar con lo que pasó , se está trabajando sobre algo no
ocurrido , sobr e una sesión del futuro , la del «día siguiente». La Ta-
bla se constituyó así en un instrumento extremadamente afinado ,
72 PENSAMIENTO

que desarrolla el sistema intuitivo del analista. Bion lo hace equi-


valente a los ejercicios musicales que realiza un pianista con esca-
las, arpegios e improvisaciones, que lo colocan durante el concierto
en condiciones de entregarse a la ejecución de la obra musical, sin
pensar en la técnica interpretativa . El analista se volvería en la se-
sión más receptivo al material y a su interpretación .
Otra utilización de la Tabla para el analista, es la posibilidad
de clasificar sus propias investigaciones, trabajos o libros. Este re-
curso es utilizado por Bion en muchos de sus textos ; es convenien-
te para el lector de su obra estar familiarizado con la nomenclatura
y el uso de la Tabla, para una comprensión más profunda de los
mismos.
Finalmente, Bion sugiere que cada analista formalice sus teo-
rías más usadas en tablas propias, en espera de lograr una unifica-
ción futura con el avance de la disciplina psicoanalítica.

. .
IV

TRANSFORMACIONES

En este capítulo se introduce con el término «transformacio-


nes» una nueva perspectiva para el planteamiento de problemas en
el área del pensamiento, la psicosis y los grupos . Los términos «in-
variancia», «transformación» y otros, con significados ya existentes
en la filosofía, en matemáticas y en otras disciplinas, son utilizados
para hablar de los problemas específicos del psicoanálisis. Este
abordaje puede, por momentos, parecer extraño; el mismo Bion
dice en el prime r capítulo de su libro Transformations: «Su aparen-
te extrañeza radica en el método de abordaje y no en la experien-
cia descrita» 1 . En este capítulo, el lector encontrará una explicación
simplificada del abordaje, con algunas ejemplificaciones de su apli-
cación a los problemas psicoanalíticos.

TRANSFORMACIÓN E INVARIANCIA.
GRUPOS DE TRANSFORMACIONES

Transformación significa cambio de forma. Este concepto se


utiliza habitualmente en contextos muy diversos y es aplicable a mu-
chas situaciones . Así, decimos que el agua se transforma en vapor
en determinadas circunstancias; consideramos un mapa como una
versión transformada de una zona geográfica o un cuadro que re-
presente un paisaje como el producto de una serie de transforma-
ciones . En algunas ramas de la ciencia el concepto de transforma-

1 W. R . Bion, Transformations, Londres, W. Heinemann, 1965.

73
74 TRANSfORMACIONES

ción es utilizado más sistemáticamente; tal es el caso de la geome-


tría proyectiva , la teoría de los conjuntos y la gramática transfor-
macional. También la teoría psicoanalítica hace uso del concepto
de transformación. La teoría psicoanalítica considera el contenido
manifiesto de un sueño como resultado de un proceso (la elabora-
ción onírica) que transformó en imágenes visuales las ideas laten-
tes, los síntomas como expresión transformada de un conflicto y la
transferencia como una versión transformada - repetida en la rela-
ción con el terapeuta- de situaciones infantiles rep rimidas .
Bion propone una teoría de las transformaciones cuyo desarro-
llo no se refiere tanto al cuerpo central de la teoría psicoa nalítica ,
sino a la práctica del psicoanálisis y, sobre todo , a la observación
psicoanalitica. Nos llama la atención sobre el hecho de que perma-
nentemente estamos observando y realizando transformaciones . Las
asociaciones del paciente , formuladas en palabras , son producto de
una transformación de pensamientos y emociones; estos pen samien-
tos y emociones se refieren a hechos (externos e internos , pasados
o presentes) de los que, a su vez, son transformaciones . Del mismo
modo , la interpretación psicoanalítica es una transformación verbal
de los pensamientos del analista, y éstos son parte de un proceso
de transformación de una experiencia emocional en contacto con el
paciente.
Bion sugiere que la tarea del psicoanalista sea considerada , en
analogía con la del artista y la del matemático, como transforma-
ción de una realizac ión (la experiencia psicoanalítica real) en una
interpretación o una serie de interpretaciones. A través de la teoría
de las transform aciones , intenta describir un método de observa-
ción psicoana lítica que permite apreciar la transformación de he-
chos observables en pensamie ntos capaces de crecer y de adquirir
significado . Para Bion , estas tra nsformaciones serían producto del
amor a la verdad y de un sentido estético que son funciones de la
pers onalidad del analista, a las que se agrega su formación psicoa-
nalítica y su experiencia .
En todos los ejemplos presentados hasta ahora, y siempre que
se habla de una transformación, es posible distin guir o suponer un
hecho o estado inicial, un proceso de transformación realizada con
determinad a técnica o bajo ciertas cond iciones , y un producto final
resultado del proceso.
Bion propone llamar O al hecho original, T a la transforma-
ción, T-alfa (Ta) al proceso y T-beta (T~) al produ cto final. El sig-
no O está cargado de muchas implicaciones. Ha y una referencia bas-
tante sugestiva al punto de origen o punto de partida de las coor-
TRANSFORMACIONES 75

denadas de cualquier espacio. Es el punto en el cual están conden-


sadas y en el cual se desarrollan las infinitas posibilid ades del espa-
cio universal. A modo de anécdota recordamos que, en nuestros pri-
meros contactos con Bion (a través de sus seminarios en Argenti-
na), cuando hacía referencia al signo O, dudábamos si quería sig-
nificar la letra O (inicial de origen) o el número O (cero), por el do-
ble significado que tal signo tiene en inglés. El cero es también pun-
to de origen del espacio matemático (infinito). En las ediciones an-
teriores de nuestro libro aparecía con el significado de cero. Ahora
sabemos que O es utilizado por Bion, en este caso, para represen-
tar la letra inicial del origen del proceso de transformación.
Cada uno de estos signos y su aplicación serán discutidos con
mayor detalle m ás adelante . Es también importante determinar el
medio en el cual se realiza la transformación: por ejemplo, en el do-
minio de los objetos físicos, en el del lenguaje, en el del arte . El
agua, como estado o hecho inicial de un proceso de transformación,
dar á productos finales diferentes según el medio en el cual esa trans-
formación se realiza: en el medio físico, se transformará en hielo o
en vapor; si el medio es el del lenguaje verb al, se podrá transfor-
mar en un símbolo o una palabra; si es el del arte, en un cuadro ,
una obra musical, etc. En P~~EºªIlálisis es imp9rtante.determinar el
medio en el que ocurren las transformaciones, seaéstelamente, el
cuerpo o el mundo exterior.
Estrechamente relacionado con el concepto de transformación
está el de invariancia , que se refiere a aquello que queda inaltera-
do en el proceso de transformación. La invariancia es la que per-
mite reconocer, en el producto final , el original transformado. En
nuestro ejemplo anterior , la invariancia puede residir en la estruc-
tura molecular del agua, en el significado o en cualquier otro ele-
mento que variará según el medio en el que se efectúa la transfor-
mación y según el punto de vista con el que el observador del pro-
ceso se acerca al fenómeno.
Utilizando los signos propuestos por Bion, diremos que inva-
riancia se refiere a los aspectos no alterados de O después de ter-
minado el proceso (Tu) de transformación . Las invariantes son las
que permiten reconocer en el producto terminado (TB) el original
(O) transformado. Las invariantes dependerán, en gran medida, de
la técn ica empleada para efectuar el proceso de transformación (Tu)
y del grado de deformación que ésta implique .
Una analogía, tomada de otro campo, ilustrará estos concep-
tos . Supongamos un pintor que ve un paisaje y lo pinta. El paisaje ,
de acuerdo con nuestra terminología, será O; el cuadro , resultado
76 TRANSfORMACIONES

final de una serie de transformaciones , T~ . Si al observar el cuadro


reconocemos el paisaje que representa , a pesar de la enorme dife-
rencia entre un paisaje y los pigmentos esparcidos en la tela, es por-
que algún aspecto ha quedado sin alteración. A ese «algo» lo lla-
mamos invariante. El Ta del pintor es el proceso que se inicia con
su impresión visual del paisaje y se extiende hasta la elaboración
del cuadro . Puede ser importante conocer la técnica del artista para
interpretar correctamente el cuadro . Dos pintores pertenecientes a
diferentes escuelas (realista e impresionista, por ejemplo) represen-
tarán de manera diferente el mismo paisaje, y las invariantes detec-
tables serán, por ende, también diferentes. En la teoría de las trans-
formaciones se llaman grupos de transformaciones a los métodos o
técnicas empleados para efectuar las transformaciones.
En el campo de la práctica psicoanalítica podemos considerar
la conducta del paciente en la sesión , sus asociaciones , gestos , etc. ,
como equivalentes al cuadro del artista , es decir , como el TB, o
para especificar más, el T(paciente W, de hechos O que ha transfor-
mado de una determinada manera. También en este caso supone-
mos que podemos reconocer en su relato o conducta algo de aque-
llo que los originó. En general , damos por sentado que existen in-
variantes entre sus pensamientos y sus parabras que nos permiten
saber de qué nos está hablando; intentamos descubrir y esclarecer
los significados de su conducta a través de las invariantes que nues-
tra observación detecta. Puede también interesarnos conocer la o
las técnicas de transformación utilizadas por el paciente T(pacien-
te)a, el medio en que las efectúa y, en especial, los factores emo -
cionales intervinientes en el proceso.
Bion diferencia varios grupos de transformaciones en el plano
mental: las transf ormaciones de movimiento rígido, las transforma-
ci ánes proyectivas y las transformaciones en alucinosis.
Los hechos de la sesión son el O de las transformaciones del
analista . Las asociaciones del paciente , su conducta, sus gestos, todo
lo que sucede en la sesión es O para el analista. Sus procesos men-
tales a partir de estos hechos corresponden a T( analista)a y su in-
terpreta ción a 'I'(analist ajjl . La publicación de un material clínico
implicará un nuevo proceso de transformación, esta vez en un me-
dio distinto, cuyo T~ será también diferente.
Las teo rías psicoanalíticas pueden ser conceptualizadas como
grupos de transformaciones, ya que, en base a estas teorías, el ma-
terial del paciente es interpretado de determinada manera. Un ana-
lista freudiano dar á una interpretación diferente a un mismo mate -
rial clínico que un analista kleiniano, ya que cada uno de ellos de-
TRANSfORMACIONES 77

tectará y jerarquizará otras invariantes en el material presentado,


conforme a las teorías que utiliza. Ante el mismo material clínico
presentado en una reunión científica, el T( analista freudianojf y el
T(analista kleiniano Wserán seguramente diferentes, pero induda-
blemente menos diferentes entre sí que la hipotética interpretación
del mismo material hecha por un familiar del paciente en cuestión
T(familiar lego)~ .
Ya hemos dicho que los procesos de transformación en la men-
te de una persona se realizan con técnicas diversas. El mismo he-
cho puede ser transformado de modo distinto en diferentes momen-
tos , o por distintas partes de la personalidad. Es importante para
el analista tener en cuenta que un mismo producto final (Tpji), una
palabra, por ejemplo , puede ser una representación adecuada de
un pensamiento o una representación errónea, o tal vez ni siquiera
una representación (en el sentido habitual del término), como pue-
de suceder en el paciente psicótico en algunas oportunidades. En
este último caso, las palabras son utilizadas con fines evacuativos y
no como vehículos de significados.
La Tabla diseñada por Bion (ver cap. III) permite categorizar
las ideas y sus expresiones según los niveles de evolución de éstas
y según los modos en que se las usa. La clasificación de diferentes
grupos de transformaciones enriquece el uso de la Tabla y puede
llevar a una versión mejorada de la misma.

TRANSFORMACIONES DE MOVIMIENTO RÍGIDO


Y TRANSFORMACIONES PROYECTIVAS

Los términos «transformación de movimiento rígido» y «trans-


formación proyectiva» están tomados de la geometría proyectiva.
Incluimos una breve explicación de los mismos tal como son utili-
zados en dicho campo para luego trasladar estos conceptos, como
modelos , al campo psicoanalítico. La geometría proyectiva estudia
las propiedades de las figuras que quedan invariantes bajo distintos
grupos de transformaciones . Las transformaciones pueden ser pro-
yectivas, de movimiento rígido , continuo, etc., y para cada grupo
de transformaciones hay invariantes distintas. Las transformaciones
proyectivas en un plano o en el espacio son aquéllas que se realizan
por proyección y sección. Una transformación proyectiva , pues ,
transforma puntos en puntos y líneas en líneas, y preserva las pro-
piedades de incidencia de los mismos. No preserva la distancia ni
los ángulos; las figuras quedan muy deformadas en relación con la
78 TRANSFORMACIONES

original que queda poco reconocible . Sólo permanecen como inva-


riantes las propiedades geométricas más esenciales como «interno-
externo», «cercano-lejano», etc. Un modelo ilustrativo de la trans-
formación proyectiva podría ser el de la cinta de «Moebius» que des-
pués de una torsión de 180 mantiene la propiedad de poseer una
0
,

sola superficie continua, mientras que la original presentaba una su-


perficie de dos fases.
Las transformaciones rígidas , a saber, la traslación y la rota-
ción, dejan invariantes el tamaño y los ángulos de la figuras; la geo-
metría euclidiana elemental puede definirse como la que estudia las
propiedades que quedan invariantes bajo el grupo de estas transfor-
maciones.
Las transformaciones de movimiento rígido en la mente son,
por analogía , aquéllas que implican poca deformación. Dejan inva-
riantes en forma más o menos permanente ciertos significados y
otras características . Las transformaciones de pensamientos en pa-
labras que los representan , según códigos comunes a la mayoría de
las personas que utilizan un mismo idioma, son también transfor-
maciones de movimiento rígido. Su utilización y el hecho de que
las invariantes resaltan fácilmente permiten al interlocutor enten-
der (transformar) a su vez el significado incluido.
Un ejemplo clínico tomado del libro Transformationsi , ilustra
la aplicación de las transformaciones de movimiento rígido.
Un paciente adulto , de sexo masculino, relata un sueño en la
sesión previa al fin de semana. Había soñado con un tigre y un oso
que peleaban, y estaba aterrorizado ante la posibilidad de que los
animales tropezaran con él durante su lucha y lo mataran. Desper-
tó asustado. Asoció luego con un famoso cazador, cuyo nombre no
recordaba, que le había relatado una historia acerca de una lucha
entre un tigre y un oso , lucha en la que el oso había perdido la na-
riz. Continuó luego asociando con su ex novia , la interrupción del
noviazgo, su rabia frente a eso, etcétera.
El material transcrito se presta a interpretación con cierta fa-
cilidad. El lector psicoanalíticamente entrenado puede ver que la in-
terrupción del fin de semana pudo haber sido el estímulo del sueño
y de sus asociaciones. La interpretación formulada en la sesión de-
penderá de varios factores: entre ellos, los datos que el analista ya
posee del análisis del paciente, del clima emocional de la misma,
etcétera.
Para reformular estas situaciones en términos de la teoría de

2 Transf ormations, loe. cit.


TRANSFORMACIONES 79

las transformaciones se plantea la pregunta: ¿qué es el O (pacien-


te)?, o en otros términos : ¿de qué está hablando? Una respuesta
posible es que está hablando del fin de semana. Si se adopta esta
suposición, entonces O (paciente) será el fin de semana.: En este
caso particular puede reformularse en base a teorías psicoanalíticas
sobre la escena primaria, y entonces decir que O (paciente) es la
escena primaria con los matices de significados que las asociaciones
del paciente permiten comprender .
Interesa también saber algo sobre el estado mental del pacien-
te que le hace ver el fin de semana del modo particular en que lo
ve, su T(p )a, es decir, como una situación temida. Si se supone que
la transferencia juega un papel predominante, el T(pacientejf es lo
que el analista llamaría neurosis de transferencia.
El aspecto del fenómeno transferencial importante en la trans-
formación es lo que Freud describió como la tendencia a repetir
como experiencia actual algo que está reprimido en lugar de recor-
darlo como un fragmento del pasado". Esta transformación implica
poca deformación; el término transferencia, tal como Freud lo uti-
lizó, implica un modelo de movimiento de sentimientos e ideas de
una esfera de aplicabilidad a otra.
Cuando el analista supone que ciertas ideas y sentimientos corres-
pondientes a la sexualidad infantil y al complejo de Edipo se trasla-
dan o transfieren a la relación con el terapeuta conservando unacier-
ta coherencia y estructura, está aplicando un modelo de transforma-
ción de movimiento rígido en su comprensión del fenómeno .
En resumen , pues, las transformaciones de movimiento rígido
son consideradas como un grupo de transformaciones o técnica de
transformación en al área de las emociones, los pensamientos y las
palabras.
En la medida en que las transformaciones efectuadas con esta
técnica darán un Tp menos distorsionado que cuando se utilizan
otras técnicas de transformación (proyectivas o en alucinosis), el
analista que escucha al paciente podrá reconstruir con menos difi-
cultad el proceso que va desde O hasta Tp , y de este modo inter-
pretar el material. Además , en el caso de las transformaciones de
movimiento rígido, el analista a partir de su O analista (Oa) puede
llegar a saber cuál es el O paciente (Op) -en el ejemplo citado , el
fin de semana- , ya que ambos O , al intersectarse , forman un O
común para el paciente y el analista O (p ya).

3 S. Freud (1914g), «Recordar, repetir y reelaborar», en Sigmund Freud. Obras


completas, vol. xn, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1976.
80 TRANSFORMACIONES

Otro grupo de transformaciones en el área mental son las lla-


madas transformaciones proyectivas. Aquí el modelo utilizado es el
de una transformación que conserva como invariantes característi-
cas diferentes de las características de las transformaciones de mo-
vimiento rígido. Además utiliza métodos de transformación que di-
fieren de los empleados en estas últimas.
Otro fragmento de material clínico, también tomado del libro
Transformations, puede servir de ejemplo para este tipo de transfor-
maciones.
Se trata de un paciente seriamente trastornado , que está en
análisis desde hace varios años . El paciente llega a la sesión; pare-
ce estar algo desorientado y comienza a hablar aún antes de recos-
tarse en el diván . Sus palabras son aproximadamente algo así:
«Buen día, buen día, buen día ... , debe ser la tarde , realmente; su-
pongo que hoy no puede esperarse nada, quiero decir esta tarde ... ,
esta mañana. Debe ser algún tipo de broma. La chica dejó sus bra-
gas. ¿Qué le parece? Probablemente está mal , por supuesto , pero
¿qué le parece a usted?». El paciente se recuesta y sigue sus aso-
ciaciones aparentemente sin significado .
Este material difiere en muchos sentidos del anterior. Es más
complejo y no se presta tan fácilmente a interpretación: cualquier
reformulación contendrá un alto grado de especulación. No se pue-
de inferir de qué está hablando el paciente o qué es O (paciente).
Las teorías kleinianas del splitting y de la identificación proyectiva
pueden ser aplicadas en un intento de esclarecer el estado mental
del paciente y su aparente dificultad para distinguir adecuadamente
entre él y el analista. La dificultad de interpretación subsiste, sobre
todo, debido al clima emocional de la sesión misma.
Si se pretende entender este material partiendo de la suposi-
ción de que el lenguaje utilizado por el paciente conserva los sig-
nificados habituales, difícilmente se podrá entender. Un progreso
en la comprensión del mismo puede producirse si se supone , en
cambio, que las palabras, producto de transformaciones distintas de
las habituales pretenden transmitir un significado (Tpp) que es el
resultado de una experiencia emocional en la que los conceptos es-
pacio y tiempo son utilizados de un modo diferente del habitual.
La teoría kleiniana de la identificación proyectiva junto con la
teoría del splitting pueden explicar la desorientación del paciente y
su aparente dificultad para distinguir adecuadamente entre su per-
sona y la del analista. En este intento de comprensión estamos su-
poniendo que las transformaciones en la mente del paciente ocurrie-
ron por proyección, disociación e identificación proyectiva, proce-
TRANSFORMACIONES 81

sos que continúan luego en su verbalización. Es claro que el pro-


ducto final de tal tipo de transformación -que no respeta los lími-
tes témporo-espaciales habituales para la personalidad no psicóti-
ca- tendrá que ser tomado por el observador de un modo también
diferente .
En las transformaciones proyectivas, hechos muy alejados de
la sesión , tanto temporal como espacialmente, son considerados
como parte de la misma, o como aspectos de la personalidad del
analista.
Las «distancias y las épocas» no se respetan; hay una intensa
exageración y deformación de las mismas (<<hipérbole», como tam-
bién lo llama Bion) en este tipo de transformaciones.
En las transformaciones de movimiento rígido la relación con
O se establece con relativa facilidad, debido a que las invariantes
pueden ser detectadas con mayor claridad. En cambio , no ocurre
lo mismo en las transformaciones proyectivas, ya que las invarian-
tes correspondientes al Op y alOa difieren mucho entre sí.
Cuando predomina el funcionamiento de la parte no psicótica
de la personalidad las teorías habituales utilizadas por el analista (o
sea sus grupos de transformaciones) se adecúan al modelo de mo-
vimiento rígido. En cambio, para comprender el funcionamiento de
la parte más primitiva de la mente es necesario que el analista uti-
lice teorías en las que esta modalidad de transformación, más ar-
caica y menos lógica , adquiera significado y por lo tanto posibilite
su esclarecimiento. Las teorías kleinianas sobre los mecanismos de
defensa primitivos permiten un enfoque de este tipo de transforma-
ciones.

TRANSFORMACIONES EN ALUCINOSIS

Bion describe un tercer tipo de transformaciones: las transfor-


maciones en alucinosis. El producto final de este proceso puede ser
entre otras cosas una alucinación , manifestada clínicamente o no
por el paciente. Esta transformación es consecuencia de una catás-
trofe primitiva por la cual el individuo no ha podido incorporar una
función alfa. Predominan los mecanismos evacuativos y la identifi-
cación proyectiva omnipotente o excesiva. La diferencia fundamen-
tal con las otras dos transformaciones es la de la carencia de un con-
tinente que ha sido destruido y que le hubiera permitido contener
y metabolizar sus proyecciones. La conducta, el lenguaje y las ac-
ciones que caracterizan el funcionamiento de la personalidad psicó-
82 TRANSFORMACIONES

tica (ver cap. I1) son expresiones (en el contexto de la teoría de las
transformaciones) de transformaciones en alucinosis. La dificultad
para el observador de detectar y comprender este tipo de transfor-
maciones es aún mayor que en el ejemplo citado para transforma-
ciones proyectivas, ya que frecuentemente el analista ni siquiera tie-
ne acceso al producto final (T~). En el capítulo V el lector encon-
trará una discusión más amplia de los problemas inherentes a este
tipo de transformaciones, como así también del método específico
propuesto por Bion para ponerse en contacto con ellas.

TRANSFORMACIONES DE (O) Y TRANSFORMACIONES


EN (O)

En los tres grupos de transformaciones hasta ahora descritos


nos hemos referido a procesos de transformación cuyo punto de par-
tida es una experiencia o situación inicial, categorizada como el O
de la transformación .
El signo O requiere ahora una mayor clarificación. El O lo he-
mos referido a situaciones particularizadas , aunque siempre referi-
das a algún aspecto de la realidad física o psíquica. Queremos tam-
bién jerarquizar su carácter de incognoscible, ya que éste es el sen-
tido que Bion le atribuye . El signo O es aplicado por extensión a
todo aquello que , en otros marcos referenciales , puede llamarse la
«realidad última incognoscible», «la verdad absoluta», «la reali-
dad», «la cosa-en-sí-misma», el «infinito», lo «desconocido».
En psicoanálisis, al ocuparnos de la realidad psíquica o del in-
consciente, aplicaremos el signo O a todo lo desconocido del pa-
ciente, o sea su realidad psíquica que se manifiesta a través de las
múltiples transformaciones que efectúa.
Los tres tipos de transformaciones a los que nos hemos referi-
do hasta aquí, se relacionan con el «saber acerca de O»: son trans-
formaciones de O y pueden englobarse bajo el vínculo K (conocer)
y su cont raparte - K (menos conocer).
A estos tres modelos de transformaciones, Bion agrega las
transformaciones en O. Éstas contrastan con los otros tipos en tan -
to se relacionan con el cambio , el crecimiento, el insight y el deve-
ni r O.
La transformación en K está relacionada con un proce so de ex-
ploración y elaboración cognitiva asociada con la «pulsión episte-
mofílica» y que Bion denominó «tendencia a conocer» , «vínculo K »
o «estado mental de curiosidad». Pero esta forma de conocimiento
TRANSfORMACIONES 83

era insuficiente paQl- el w__


acercamiento..a.la.realidad
. psíquica . Por eso
Bion destacó la importancia de la transformación K ~ O , como la
que posibilita alcanzar el conocimiento más profundo y vivencial de
la realidad psíquica: el «devenir o ». Es llegar a «ser lo que se es».
Es por ese motivo que dicha transformación es temida y se le opo-
ne resistencia, y suele estar acompañada por la «turbulencia emocio-
nal».
Bion dice que la realidad no puede por definición ser conoci-
da , aunque sí puede ser «sida». Denomina a esto devenir O. «La
realidad psíquica tiene que ser sida ; debiera haber una forma tran-
sitiva del verbo ser para usarse expresamente en relación con dicha
realidad»4 • El analista se ocupa de la realidad de la personalidad
del paciente de un modo que va más allá del «saber acerca de ella»,
aunque este saber (vínculo K) es parte importante del proceso ana-
lítico. La transformación en O es algo así como «ser lo que se es»,
y esta transformación es temida y por tanto se le opone resistencia.
Los fenómenos resistenciales pueden entenderse como oposi-
ciones a los peligros que implica devenir O. En la medida en que
devenir O es equivalente a «ser uno mismo su propia verdad», con
la responsabilidad inherente, este devenir será una transformación
rechazada porque en otras cosas amenaza con el temor a la mega-
lomanía. Sin embargo , solamente las interpretaciones que logren
efectuar las transformaciones del «saber acerca de algo» al «ser ese
algo» (K ~ O) tendrán un efecto de cambio y maduración mental.

CA MBIO CATASTRÓFICO. EVOLUCIÓN E INTUICIÓN

Las transformaci ones en O tienen siempre un carácter disrup-


tivo modelizado por Bion como cambio catastrófico.
Este término liga una conjunción constante, una configuración
de hechos caracterizados como violencia, subversión del sistema e
invariancia en la relación continente-contenido. Las realizaciones
correspondientes a esta conjunción constante pueden encontrarse
en áreas muy diversas. Si el continente es la mente o la personali-
dad (con la estructura que la caracteriza en un momento dado), y
el contenido es O, su interacción, en el momento de devenir O, ten-
drá todas las características descritas , es decir , violencia, subversión
del sistema o estructura existente , e invariancia en cuanto proceso
de transformación .

.. Transformations, loe. cit.


84 TRANSfORMACIONES

Al hablar de cambio catastrófico , Bion quiso referirse a un tipo


peculiar de configuración inherente a estructuras diversas de cam-
bio . Ello determina la desorganización del sistema que estaba cons-
tituido antes del cambio, pero sin llegar a ser una catástrofe real si
dicho cambio tiene lugar en un medio K . Por el contrario , Bion le
otorga un sentido positivo , de evolución , como lo destaca especial-
mente en su libro Attention and Interpretation. Si el cambio ocurre
en un medio - K (menos K), se puede aproximar a una catástrofe
real, tipo calamidad. Sin embargo, Tustirr' --'-en una conversación
con Bion acerca de este tema- tuvo la impresión de que Bion no
descarta, aún en el cambio catastrófico positivo, que ·el paciente
pueda sentirlo, en un primer momento , como un desastre similar
al que pudo experimentar en sus experiencias primarias. R. Gaddi-
ni" señala también que, en su opinión, existen elementos comunes
entre el cambio catastrófico y el «miedo al derrumbe» (breakdown)
descrito por Winnicott. En forma más precisa, se lo podría consi-
derar como un desarrollo radical en la evolución de una estructura .
Algunos autores lo relacionaron con la «teoría de la catástrofe» de
René Thom 7 que estudia, en términos matemático-topológicos, la
discontinuidad , las crisis que son propias de cualquier forma, ina-
nimada o abstracta.
En términos de Bion, el cambio catastrófico constituye un fe-
nómeno evolutivo, de crecimiento mental. Se lo puede comparar a
una explosión que transforma un momento «pre-catastrófico» en
otro «post-catastrófico» (rico en emociones). Está asociado pues a
una transformación . No es un desastre, sino el punto de partida de
una evolución . Es una conjunción constante de elementos y hechos
observables entre un contenido y un continente, que se articulan al-
rededor de tres puntos: la violencia, la invariancia y la subversión
del sistema. Estos hechos tienen lugar en un momento de creci-
miento y de cambio . Aunque se trata de una situación emocional
profunda, se imbrica en un sentimiento de crisis que se puede apre-
ciar tanto en la vida psíquica, como en el grupo y en la sociedad.
Darío Sor y M. R. Senet de Gazzano" han hecho un estudio de-
tenido de este concepto y lo relacionan, entre otras cosas, con el
,
5 f. Tustin, citada por R . Gad dini, <di cambiamento catastrófico di W. R . Bion

e il " breakdown" di D. Winn icott- en Rivista di Psicoanalisi, XXVII, Roma, n. 3-4,


1981.
6 R. Gaddi ni, loe. cit.
7 René Thom, «Crise et catastrophe», Communications, 25, 1976.

8 D. Sor y M. R. S. de Gazzano , Cambio catastrófico , Buenos Aires , Ed. Kar-

gieman, 1988.
TRANSfORMACIONES 85

acto de «conocer», el acto de aprender de la experiencia emocional


que conlleva sucesivos cambios catastróficos que van acrecentando
el saber en el área de las relaciones interpersonales . Agregan que
cuando el hecho nuevo se aproxima a la mente , se genera una zona
a la que ellos aplicarían la denominación de Bion de «turbulencia
emocional» . Bion sostuvo precisamente que la mente humana pue-
de funcionar - a veces- como un obstáculo. Cita , como ejemplo ,
que resultaría imposible ver , debido a su propia transparencia, una
corriente de agua que fluye suavemente sin un obstáculo que inter-
fiera su curso . Pero, si al introducir una vara , se produce una tur-
bulencia, entonces la corriente se hará visible. Del mismo modo, la
mente humana puede producir una turbulencia, y otra mente sen-
sible e intuitiva, como lo fue la de Leonardo da Vinci, pinta imá-
genes de turbulencia que semejan una cabellera o agua.
La personalidad neurótica enfrenta problemas derivados de sus
conflictos infantiles reprimidos que pueden manifestarse en el tra-
tamiento analítico como fenómenos transferenciales y que están
abarcados comprensivamente, por ejemplo, por la teoría del com-
plejo de Edipo. En la teoría de las transformaciones, este área está
cubierta por la denominación «transformaciones de movimiento rí-
gido», y en este contexto devenir O es «ser» consciente de las ten-
dencias incestuosas con sus concomitantes ansiedades de castración.
Las resistencias que la personalidad opone a la transformación
K ---'? O incluye los fenómenos resistenciales clásicamente descritos
por Freud.
El área de la personalidad en la que priman las transforrnacio-
nesproyectivas ha sido abarcada en parte por las teorías kleinianas
de las fantasías inconscientes , las relaciones parciales de objeto, las
ansiedades psicóticas correspondientes a la posición esquizo-para-
noide y depresiva , y las defensas correspondientes, en especial, la
identificación proyectiva y el splitting patológicos. En este contexto
devenir O es, por ejemplo , «ser responsable» o «ser voraz» o «ser
sádico»; las resistencias opuestas a la transformación K ---'? O se en-
cuentran correlacionadas con estos fenómenos.
Si el área es la que corresponde a las transformaciones en alu-
cinosis, el devenir O se acerca más a lo que se conoce como «ser
loco» o «ser asesino» o «ser Dios». Las realizaciones de este tipo
pertenecen a un estado no abarcado por las teorías anteriormente
mencionadas y, probablemente, es necesario disponer de alguna
nueva formulación teórica que contenga tanto a las realizaciones
como al estado mental y emocional que las representa.
El cambio catastrófico tiene una cualidad peculiar en estos ca-
86 TRANSFORMACIONE S

sos, donde la violencia, junto con la falta de un continente-me nte


que lo contenga, puede producir efectos que trascienden el marco
de la situación psicoanalítica, expandiéndose explosivamente en
otras áreas , que pueden ser el grupo , la sociedad, etc . La resisten-
cia al cambio catastrófico , cuando está en juego la perso nalidad psi-
cótica , será proporcionalmente más violenta y tenaz, ya que la dis-
rupción a la que su enfrentamiento amenaza es también más inten-
samente dolorosa y violenta .
En su último libro Attention and Interpretation", Bion se ocupa
particularmente de estos problemas. Su enfoque está , en muchos
momentos, centrado en el analista durante la sesión, en la expe-
riencia psicoanalítica, en la difícil tarea de captar las transformacio-
nes de O para inte rpretarlas e intentar la transformación K ~ O
en el paciente .
Podemos decir que la realidad de la que nos ocup amos como
analistas, la realidad psíquica , es infinita y multifacética . No es ori-
ginariamente objeto de los sentidos. Bion propone utilizar el verbo
l/intuir, cuando se refiere a la realidad psíquica' en contraste con los
métodos de observación más utilizados en medicina (ver, tocar , oír ,
oler) .
El punto de vista psicoanalítico , o como prefiere llamarlo Bion ,
el vértice psicoanalítico, es O , es decir , lo desconocido , lo nuevo,
aquello que aún no ha evolucionado . Suponemos que puede evolu-
cionar hasta un punto en que nuestra intuición lo capta y le da co-
herencia. Los desarrollo s o evoluciones de O se presentan a la in-
tuición del anal ista y éste debe esperar que una tal evolución ocurra
para formularla en una in terpret ación 10 .
La interpretación y el proce so que le va dando forma, T(ana-
lista)B y T(analista)a, se dan en términos derivados de los sentidos
y clasificables como pensamientos.
La reunión por medio de una intuición súbita y precipitante de

9 W . R. Bion (1970), Attention and Interpretation, Londres , Tavistock , 1970.


10 El comienzo de la sesión tiene la configuración ya formulada en el concepto
de «divinidad», o en el del «infinito vacío y sin forma» según las palabras de Milton
expresadas en su Paraíso perdido. Desde allí evoluciona un pattern con el cual el ana-
lista busca establecer contacto. Est e pattern es objeto de sucesivas transformaciones
por parte del analista , y formulado en su interpretación Ta ]'. En el proceso de estas
transformaciones interviene , sin duda , su resistencia bas ada en la intolerancia y el
temor a lo incognoscible y, por lo tanto , al inconsciente en el sentido de lo no des-
cubierto o no evolucionado. La contrarresistencia, tal como surge en el analista , es
evidencia de un elemento de la columna 2, tendente a evitar la turbulencia . Bion
piensa que hasta que no aparezca este elemento en la mente del analista , no ha lle-
gado el momento de formular una interpretación.
TRANSfORMACIONES 87

una masa de fenómenos aparentemente dispersos entre sí, reu-


nión que da coherencia y significado a los fenómenos, es el pro-
ceso llamado evolución. Este proceso es análogo al que describe
Poincaré en la aparición del «hecho seleccionado», como factor
fundamental en el descubrimiento , y se produce - o debiera pro-
ducirse- en la mente del analista durante la sesión analítica si
éste se encuentra en un estado de ánimo apropiado. Este proceso
puede también describirse por analogía del pasaje de la posición
esquizo-paranoide a la depresiva , como el pasaje de tener «pa-
ciencia» a la fase de «seguridad». El analista que no ha pasado
por estas dos fases no ha hecho el trabajo requerido para dar una
interpretación.
¿Cuál es el estado mental adecuado para la captación intuitiva
de las evoluciones de O ? Bion propone la evitación sistemática del
recordar y del desear, ya que la «memoria» y el «deseo» con su
base sensorial interfieren con la intuición y, por lo tanto, con la po-
sibilidad de contacto con el O en evolución.
Este concepto es bastante parecido al de atención flotante , y
se comprende fácilmente si por «deseo» se entiende «el deseo de
que termine la sesión» o el furor curandi, y por «memoria», el re-
cuerdo tenaz del último trabajo psicoanalítico leído , con el cual se
intenta luego comprender el material del paciente. Es evidente que
estos deseos y recuerdos interfieren el contacto psicoanalítico con
el paciente. Sin embargo , Bion va más allá en su proposición. Ex-
tiende «recuerdo» a todo recuerdo ; nos propone olvidar lo que ya
sabemos del paciente, considerarlo un paciente nuevo en cada se-
sión para estar en mejores condiciones de descubrir lo que aún no
sabemos de él. También extiende «deseo» a todo deseo , incluso el
deseo de entender, admitiendo la dificultad de lograr este estado y
de mantenerlo. Justifica estos requerimientos con la hipótesis de
que la realidad psíquica no es sensorial y, por lo tanto, nuestro equi-
po sensorial interfiere en su captación. Jerarquiza la capacidad de
tolerar el sufrimiento y la frustración asociados con el «no saber»
y el «no entender». La no tolerancia a este tipo de frustración pue-
de llevar al analista a buscar rápidamente hechos y razones que lo
tranquilicen, y las interpretaciones derivadas de esta precoz búsque-
da de certeza, si bien pueden aumentar el conocimiento, se oponen
al descubrimiento y al insight que está íntimamente ligado con el de-
venir O.
Elle!!guaje del logro deriva de la posibilidad de tolerar la duda ,
los misterios, las verdades a medias. Es el lenguaje que es a la vez
un preludio para la acción y un tipo de acción en sí mismo. Es el
88 TRANSFORMACIONES

lenguaje que el analista debe lograr, y este lenguaje está vinculado


con el estado de no tener memoria ni deseo al estar en contacto
con el paciente durante la experiencia única e intransmisible que es
cada sesión psicoanalítica .
v

TRANSFORMACIONES EN ALUCINOSIS

Es posible enfocar la alucinación desde diversos ángulos. Su


estudio ha despertado siempre gran interés y controversia, espe-
cialmente desde el punto de vista de su génesis, dinámica y natura-
leza.
Freud" , en su teoría del aparato psíquico, explica el fenómeno
alucinatorio en el lactante como resultado de su tendencia a la sa-
tisfacción del deseo ante la ausencia del objeto gratificador. Llama
a esto «realización alucinatoria de deseos, bajo el dominio del prin-
cipio de placer».
El Yo del lactante, en su evolución normal, ante la evidencia
de que la realización alucinatoria de deseos no brinda una satisfac-
ción apropiada, renuncia a este método y lo sustituye por otros más
realistas, con la utilización de pensamientos bajo el dominio del
principio de realidad. La persistencia de este funcionamiento aluci-
natorio del aparato psíquico puede verse en el fenómeno onírico,
así como en los cuadros psicóticos, entre los cuales Freud'' describe
especialmente la psicosis alucinatoria aguda (amencia de Meynert),
que explica, en parte, como una regresión a ese método primitivo
de funcionamiento.
Bion plantea la hipótesis de que las alucinaciones son el pro-

1 S. Freud (1900a [1899]), «La interpretación de los sueños», en Sigmund Freud.

Obras completas, vals. IV y V, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1976.


2 S. Freud (1917 [1915]), «Complemento metapsicológico a la doctrina de los

sueños», en Sigmund Freud. Obras completas, vol. XIV, Buenos Aires , Amorrortu
editores, 1976.

89
90 TRANSfORMACIO NES EN ALUCINOSIS

dueto de la evacuación de elementos beta ; por lo tanto, correspon-


den a un nivel mental primitivo (hilera A de la Tabla). En cambio ,
ubica los pensamientos oníricos en un nivel genéticamente más evo-
lucionado (caracterizado por la existencia de elementos alfa) y pos-
tula la operación de la función alfa como prerrequisito para la for-
mación de estos pensamientos oníricos (hilera C de la Tabla) (ver
cap . IlI). Su conceptualización del fenómeno alucinatorio es dife-
rente de la del onírico , atribuyendo el primero a la parte psicótica
de la personalidad .
El término «alucinación» abarca una serie de fenómenos entre
los que se incluyen las alucinaciones francas (visuales, audi tivas, tác-
tiles, etc .) y otros fenómenos menos claramente evidentes desde el
punto de vista clínico, pero que , desde el punto de vista de su gé-
nesis, son equivalentes. Las alucinaciones «fugaces o evanescentes»
y las alucinaciones «invisibles», entre otras , corresponden a este tipo
de fenómenos .
Estas últimas , así como las alucinaciones francas y otros fenó-
menos se encuentran incluidos en un amplio proceso que Bion de-
nominó transformación en alucinosis.

TRANSFORMACIONES EN ALUCINOSIS

Las transformaciones en alucinosis son el resultadoY_e .ulliu::a-


tástrofe que ha destruido al continente , como hemos señalado en
el capítulo IV. De esta destrucción quedan aglomeraciones de ele-
mentos beta unidos a residuos de elementos alfa. Esta transforma-
ción estimula el contacto con una realidad despojada de vida y signi-
ficado.
Las transformaciones en alucinosis comprenden una amplia
gama de fenómenos , correspondientes a la parte psicótica de la per-
sonalidad. Recordamos al lector que en toda transformación (T) to-
mamos en cuenta los siguientes elementos : O, la experiencia origi-
nal (cosa-en-sí-misma), T-alfa (Ta), el proceso de transformación ,
donde es importante tener en cuenta el medio en el que la trans-
formación se realiza y las reglas utilizadas para efectuarla, y T-beta
(T~), el producto final o punto en que la transformación se presu-
me completada. Planteado así el problema , queremos destacar la
importancia del medio en el cual la tr ansformación se realiza, dado
que los productos finales del proceso, sean éstos palabras o enun-
ciados más complejos como pensamientos formulados, pueden ser
TRANSFORMACIONES EN ALUCINOSIS 91

indicadores tanto de una transformación en alucinosis como de una


transformación en pensamiento".
Bion supone que este nivel de funcionamiento mental existe en
todo ser humano, si bien en personalidades normales no constituye
un obstáculo en su desarrollo ni se manifiesta en su conducta. Sin
embargo, no hay personalidad que no tema en alguna ocasión que
este modo de funcionamiento mental se ponga en evidencia, sobre
todo si se encuentra en tratamiento psicoanalítico.
Las transformaciones en alucinosis están correlacionadas con
un «desastre» o «catástrofe» primitivos , en los que los contenidos
emocionales, cosas-en-sí-mismas, elementos beta, no encontraron
un continente (madre con reverie) que los contuviera y transforma-
ra. El «terror sin nombre» devuelto al lactante en estas condicio-
nes, o «pánico psicótico» , como también lo llama Bion, constituye
y configura un modo de funcionamiento mental en un área cuyas
dimensiones son infinitas y que no puede actuar como continente.
Frente a este estado la personalidad psicótica adopta defensas que
tratan de evitar el pánico, evacuando las funciones capaces de re-
gistrarlo o percibirlo.
La catástrofe emocional primitiva, que es el O de la alucinosis,
se tran sforma . El medio en el que esta transformación se efectúa
es el denominado «área psicótica de la personalidad» . Los factores
que operan en esta transformación son la envidia asociada con la
voracidad, factores que ya intervinieron en el desastre original, pero
que ahora proliferan a modo de «crecimiento canceroso». Los ór-
ganos de los sentidos, utilizados habitualmente en la percepción ,
aprehensión y reconocimiento de los objetos , funcionan como me-
dio de evacuación de los productos o fragmentos formados en el
proceso de transformación en alucinosis. Los músculos también
pueden cumplir con esta función evacuatoria. La evacuación por
medio de los órganos de los sentidos puede correlacionarse con la
presencia clínicamente evidenciable o no de alucinaciones visuales,
auditivas, olfatorias o táctiles; las evacuaciones por medio de los
músculos o por acciones resultantes de éstos pueden relacionarse
con el concepto clínico de acting-out. Las alucinaciones o las accio-
nes resultantes de este acting-out, o las palabras utilizadas en forma
evacuativa , pueden verse como algunos de los T (paciente) beta
(Tpñ) de las transformaciones en alucinosis.

3 Transformaciones en pensamiento son las transformaciones rígidas que pue-


den ser representadas por palabras y símbolos, y por lo tanto usadas en la comuni-
cación pública.
92 TRANSFORMACIONES EN ALUCINOSIS

Los procesos (Tu) de las transformaciones en alucinosis, al ser


descritos en términos narrativos (hilera e de la Tabla), pueden ex-
p~esarse como la creencia que sostiene la persona que utiliza este
tipo de transformaciones, de que sus «creaciones» son el resultado
de su capacidad de rodearse de un universo generado por él mis-
mo, que le brinda un método «infalible» para no tener que sufrir
el dolor de la frustración. El paciente «gee», además, que este mé-
todo (transformación en alucinosis) es superior a cualquier otro mé-
todo que le es propuesto para su ayuda , en especial al método pro-
puesto por el psicoanálisis o cualquier otra terapia. Puede también
formularse así: «completa libertad de la restricción impuesta por la
realidad», porque no hay tal realidad ; la «realidad» es la transfor-
mación en alucinosis.
En otras palabras , el paciente en estas condiciones tiene que
negar la existencia de una realidad externa que lo limita, lo oprime
y lo amenaza con el sufrimiento del dolor de la frustración. Por lo
tanto, la única «realidad» en la que él «cree» es aquella «realidad»
generada por sí mismo a través del método de la alucinosis.
Si utilizamos la Tabla (ver cap. III) para caracterizar el T beta
(T~) de estas transformaciones, veremos que corresponden a la ca-
tegoría A (AI-A6), aunque su formulación , cuando está hecha por
medio de palabras o pensamientos, tenga la apariencia de otras ca-
tegorías (hileras e, D , E , F, G , H).
La capacidad de tolerar el dolor de la frustración (planteado
en otros lugares de este libro como la tolerancia al cambio catas-
trófico) sienta las bases para el desarrollo de la personalidad no psi-
cótica y, por lo tanto , para el desarrollo de las transformaciones en
pensamiento o cualquier otro elemento con cualidad representativa
auténtica (música, pintura , matemática, etcétera).
Si consideramos a los pensamientos como «planteamiento de
problemas», estos pensamientos conducen a la búsqueda de accio-
nes para su solución; pero si la personalidad es incapaz de tolerar
el dolor de la frustración, efectuará la transformación en alucino-
sis, y sentirá y desarrollará todos los procesos hasta aquí descritos .
Un sistema de alucinosis se asienta, pues, en la intolerancia a
la ausencia del objeto con su concomitante intolerancia al dolor de
la frustración . La evacuación de elementos beta (alucinaciones en
el sentido amplio que le da Bion) crea el «dominio tle lo no exis-
tente», un mundo mental donde lo inexistente «existe» y, por lo tan-
to, lo que no existe es el sufrimiento doloroso de la frustración. La
«gratificación y libertad» que este sistema de alucinosis otorga es,
desde el punto de vista de un observador que usa transformaciones
TRANSFORMACIONES EN ALUCINOSIS 93

en pensamiento, una «libertad» que es en realidad un encierro y


una restricción. En cambio , desde el punto de vista de la persona-
lidad psicótica, lo obtenido por medio de la alucinosis es indistin-
guible de la «libertad», ya que ésta, para esa parte psicótica, reside
en la inmediatez del resultado , sin necesitar «limitarse» con la crea-
ción de símbolos, palabras, sueños o cualquier otra manifestación
que tenga la cualidad de representar algo.

ESPACIO Y TIEMPO EN EL ÁREA PSICÓTICA


DE LA PERSONALIDAD

La teoría psicoanalítica presenta la desventaja (como teoría)


de encontrarse formulada en un nivel muy cercano al hecho obser-
vacional; ello puede dar lugar a que en sus enunciados aparezcan
mezclados el nivel observacional con el nivel teórico . La teoría pue-
de parecer demasiado concreta y por lo tanto no apta para una ge-
neralización aplicable a las tan diversas experiencias emocionales
que se presentan en el transcurso de un tratamiento psicoanalítico.
Por otro lado, puede parecer muy abstracta y, por lo tanto , «ser sen-
tida » como no relacionable en una configuración contenido-conti-
nente cJ ++ 2 que refleje las sucesivas y cambiantes experiencias
emocionales que se presentan en un psicoanálisis. Estos problemas
se hacen más agudos y apremiantes cuando nos enfrentamos con la •
tarea de estudiar conceptos tan complejos como el desarrollo de las
concepciones de tiempo y espacio .
La propuesta de Bion al respecto es el empleo deliberado de
signos abstractos , para manipularlos en ausencia del objeto de in-
vestigación (la sesión analítica) . La categorización de enunciados
en la Tabla es un intento de investigación en ese sentido (ver uso
de la Tabla , cap. III)4.
Otra propuesta es el uso de signos abstractos tales como (.) y

~ Así como la geometría avanzó cuando se descubrieron las coordenadas cartesia-


nas. o las matemáticas cuando se pudieron incluir los números negativos primero y lue-
go los imaginarios, así necesitamos formulaciones que permitan el avance en la com-
prensión de la mente, para incluir problemas psicoanalíticos en ausencia del objeto.
Bion plantea también el ejemplo de la línea recta que puede cortar a un círculo
en dos puntos que son: 1) puntos reales y distin tos «<secantes»), 2) puntos reales y
coincidentes (cu ando la línea recta corta la circunferencia en un punto , o sea «tan-
gente»), y 3) complej os conjugados (cuando la línea está completamente «fuera del
círculo »). El círculo que puede ser útil para muchos individuos por ser una imagen
visual del «adentro y afuera », es para la «personalidad psicótica- una evidencia de
que no existe dicha membran a divisoria. Esta personalidad, al no poder tolerar la
94 TRANSfORMACIONES E N AL UCINOSIS

(-) línea para emplearlos como podría hacerlo un matemático en


sus formulaciones geométricas y algebraicas. En esta situación el
analista se alejaría excesivamente de las experiencias emoci onales
que intenta describir; pero , por otra parte, adquiere un a gran liber-
tad en su pensamiento , aunque con el peligro de un excesivo ale-
jamiento del paciente y de su experiencia clínica cotidiana. Por lo
tanto , este método será válido si se tiene presente este hech o y el
psicoanalista logra no perder el trasfondo emocional del cual el sig-
no fue abstraído . Con esta salved ad nos vamos a ocupar de esos
dos signos: el signo punto (. ) y el signo línea (-) . Ambos deben
ser considerados representando dos series de ideas.
En una, el punto (.) y la línea (- ) representan enunciados que
señalan una conjunción constante ; funcionan como una hipótesis
definitoria y su evolución dependerá del grado en que se tolere el
aspecto negativo de la hipótesis definitoria (así como algo «es», al
mismo tiempo señala que ese algo «no es»; el símbolo rep resenta
lo simbolizado pero no «es» lo simbolizado) . El punto y la línea ,
considerados así, señalan objetos y todas las consideraciones acer-
ca de las relaciones objetales desarrolladas por Melanie Klein les
son válidas. En la otra serie de ideas, el punto (.) y la línea (-) re-
presentan el tiempo y el espacio que simbolizan a la vez objetos y
relaciones objetales. En este caso (.) y (-) pueden expresar sim-
bólicamente la «posición que el objeto ocupaba en el espacio y en
el tiempo» como respuesta más elaborada del área no psicótica de
la personalidad a la ausencia de ob jeto.
En cambio la parte psicótica de la pe rsonalidad , por no tolerar
d~cha ausencia, «establece>~ ~ue el esp~cio .es una p~esencia que j en
virtud de una transformación en alucinosis, cambia el «aho ra-no-
está» , secuencia temporal, y el «aquí-no-está», secuencia espacial ,
en un «ahora-aquí-está».

no-cosa, siente que el círculo le denota una no-cosa que le impide discriminar entre
«un aden tro y un afuera".
Des de otro vértice, podríamos aplicar este modelo matemático a distintas situ a-
ciones de la teoría y clínica psicoanalíticas. En el primer caso , el círculo cortado por
la línea recta en dos pun tos (0, «secante») puede representar la discriminació n en-
tre sujeto y obje to , aden tro y afuera, realidad y fantasía, símbolo y simbolizado, et-
cétera; en el segundo caso, el círculo es tocado por la línea rect a en un solo punto
(O, «tangente») y puede represe ntar , por ejemplo, el estado de conf usión entre mun-
do interno y mundo externo , etc.; en el tercer caso , el círculo y la línea recta están
tota lmente sepa rados , sin ningún punto de contacto (O 1, «complejos conjugados»),
repr esentando a la «persona lidad psicótica» sin contacto con la realidad , la persona-
lidad psicótica completamente separada de la personalidad neuró tica, o la falta de
contacto entre el paciente y el analista, etcétera.
TRANSFORMACIONES EN ALUCINOSIS 95

Bion encara la transformación en alucinosis a partir de varia-


ciones múltiples acerca de la presencia o ausencia del objeto. Los
pacientes psicóticos utilizan el punto (.) o la línea (-), o los signos
correspondientes al círculo, a la pintura, a la música o al lenguaje
corriente como si se trataran de cosas. El punto (.) y la palabra
«punto», la línea (-) y la palabra «línea», son considerados como
un «no-pecho» y un «no-pene» respectivamente . Para esos pacien -
tes equivalen a la presencia o «existencia» de un «pecho» y de un
«pene» «inexistentes» . El lugar donde ha estado el pecho hereda
las características de un pecho hostil. La palabra «pecho» y el signo
que lo representa son considerados como un «no-pecho». Una pers-
pectiva tal impide utilizar el punto como lo haría un matemático
para construir un sistema geométrico, o para la elaboración de sis-
temas anatómi cos, fisiológicos o artísticos, a partir de la abstracción
del pecho . Estos signos podrían servir para pensar los objetos en
.su ausencia .
En las transformaciones en alucinosis , estos signos se refie-
ren a las posiciones «ocupadas» por el objeto. Pe ro estas posicio-
nes no quedan estáticas, ya que una fuerza destructiva continúa
operando después que todo ha sido aniquilado . El proceso está
representado po r el signo ( ~ i ) en el que predominan los senti-
mientos crueles, mentirosos, desprovistos de todo respeto por la
verdad, las personas o las cosas, con una conciencia totalmente
inmoral.
En razón de su envidia y de su avidez extrema, el objeto
«inexistente» aniquilará también al espacio-tiempo . Pero luego se
sentirá víctima del espacio devorado , o deviene su esclavo y satis-
face su insaciable apetito de destrucción. El psiquismo parece no po-
der ca-existir con ese «espacio». .
La transformación en alucinosis, particular forma de funciona -
miento del área psicótica de la personalidad , crea un espacio ocu-
pado por objetos inexistentes con alucinaciones francas, a veces, y
otras con fenómenos equiva lentes (alucinaciones evanescentes, alu-
cinaciones invisibles).
Este espacio «ocupado» está representado por los signos me-
nos punto - (.) y menos línea - (-) que son introducidos para re-
ferirse a un espacio-tiempo «ocupado» como método de sustitución
de un espacio-tiempo no ocupado . Esta última condición no es to-
lerada por la parte psicótica de la personalidad, que ataca con en-
vidia y voracidad ese estado de espacio-tiempo no ocupado y los
conceptos y símbolos que lo representan despojándolos de su fun-
ción representativa.
96 TRANSFOR!viACIONES E N ALUCINOSIS

ESPACIO MENTAL EN LA ALUCINOSIS

El modelo de aparato psíquico descrito por Freud", ilustrado


en el diagrama Yo, Superyó y Ello , está basado en una rea lización
de un espacio físico. Este modelo ha demostrado su utilidad para
la explicación de muchos hechos, pero es inadecuado para la inves-
tigación de pacientes con trastornos de orientación en el espacio y
en el tiempo. Para acercarnos a la comprensión de estos trastornos,
el modelo usado para investigarlos debe ser uno cuya realización se
aproxime al modelo utilizado por el paciente.
El espacio mental es postulado por Bion como una cosa-en-sí-
misma; por lo tanto, incognoscible.
El espacio mental puede ser representado por pensamientos ,
palabras, etc. Hacer esto es también limitarlo . La teoría kleiniana
de la identificación proyectiva está formulada en términos deriva-
dos de una realización del espacio tridimensional habitual; las for-
mulaciones kleinianas clásicas dependen de una imagen visual de
un espacio que contiene todo tipo de objetos; y es en estos objetos ,
en este espacio, donde se supone que el paciente proyecta las par-
tes escindidas de su personalidad. Sin embargo , el trabajo analítico
con pacientes seriamente trastornados ha llevado a Bion a intentar
una formulación más rigurosa de lo que puede ser el «espacio men-
tal», ya que , con cierto tipo de pacientes, se hace evidente que sus
nociones de espacio y tiempo obedecen más a realizaciones de fan-
tasías psicóticas que se basan en la realidad psíquica y no en la rea-
lidad física.
La experiencia emocional llamada pánico psicótico, el O de la
transformación en alucinosis, es una experiencia que puede ser con-
cebida como el fracaso de la función alfa para formar un continen-
te (S?) que dé «cabida» a violenta~ emociones . La imposibilidad de
formar un conten ido (d) que tolere la espera de un continente (S?),
junto con el fracaso de formar una conjunción constante asociada
a un hecho seleccionado (operación Ps ~ D) , lleva a que la rela-
ción (S? ++ d ) no se establezca o bien se establezca una relación
- (S? ++ d). Fracasa la identificación proyectiva realista y, en su
lugar, ocurre una «explosión proyectiva», que es una experiencia
de «espacio mental» sin nada que lo limite. Esta experiencia emo-
cional hace sentir al espacio como si fuera de una inmensidad tan
grande que ni siquiera puede ser representado por el espacio astro-

5 S. Fre ud (1923b), «El yo y el ello», en Sigmund Freud. Obras completas,


vol. XIX, Buenos Aires, Amorrortu editores , 1976.
TRANSfORMACIONES EN ALUCINOSIS 97

nómico ; simplemente , porque la relación entre el continente y el


contenido es tan explosiva y devastadora, que no admite nada que
la represente. No admite la formación de símbolos.
Bion nos aporta un modelo médico-biológico para comprender
, la experiencia emocional del espacio mental psicótico. Dice que po-
dría ser comparado al shock quirúrgico , ya que en éste la dilatación
de los capilares aumenta tanto el espacio por el cual puede circular
la sangre, que el paciente se desangra en su propio cuerpo.
El espacio mental surgido del área psicótica de la personalidad
es tan vasto, si se lo compara con el espacio tridimensional habi-
tual, que el paciente siente sus emociones perdiéndose en un infi-
nito vacío como la sangre en el modelo médico . Las palabras, imá-
genes , ideas y enunciados de estos pacientes, son restos , escombros
o fragmentos que flotan en un espacio que no tiene límites (espacio
mental de la alucinosis) o bien se agrupan en un intento de síntesis
formando un conglomerado cuyos límites tampoco quedan fijados.
Son productos evacuados, elementos beta, objetos bizarros que
marcan el «lugar donde el objeto debe estar» .
En resumen (.) y (- ), (~ ++ 0") , son atacados por la persona-
lidad psicótica con violentas emociones devastadoras, entre las que
se ha señalado como particularmente destructiva la asociación de
voracidad y envidia ; a esta fuerza se la representa como una fuerza
depredadora que despoja de significado a las incipientes formacio-
nes del concepto de espacio y tiempo.
El desarrollo de un concepto no psicótico de espacio y tiempo
parte de establecer una conjunción constante de hechos experien-
ciales, en relación a la presencia y la ausencia de objeto. Esta con-
junción ~ ++ o'est á impregnada de emociones tolerables y esto per-
mite señalarla como una hipótesis definitoria (.) y (-) que retiene
en forma no saturada su posibilidad de ser usada como una precon-
cepción. Nuevas experiencias emocionales conducirán a formulacio-
nes y conceptos cada vez más complejos, con tolerancia a la pre-
sencia-ausencia «ahora» y «no ahora», y «aquí» y «no aquí». Esto
lleva al crecimiento concebido como evolución.
Punto (.) y línea (-) son signos aptos (como hipótesis defini-
torias) para representar y no para sustituir. Funcionarán como pre-
concepciones que, en sucesivas realizaciones negativas (frustración,
ausencia de objeto), llegarán a configurar cada vez más toda la cons-
trucción de símbolos en el área del pensamiento y en el área de la
acción, sentando las bases para que las palabras constituyan el pre-
ludio de la acción y no un sustituto de la misma.
Algunos ejemplos ilustrarán estos conceptos: un paciente afir-
98 TRANSFORMACIONES EN ALUCINOSIS

ma ; reiteradamente, «que está perdiendo el tiempo». Esta formu-


lación, tomada en sentido figurado, tendrá una interpretación muy
diferente si logramos comprender que no es una transformación ver-
bal sino un hecho concreto y actual para la parte psicótica de su per-
sonalidad. De modo parecido palabras tales como «ayer», «des-
pués» o frases como «hace unos años», pueden no ser representa-
ciones, sino el residuo de ataques destructivos y dispersantes al
tiempo . Detectar esto en el material del paciente requerirá, por par-
te del observador, poder despojarse parcialmente de su modo ha-
bitu al de transformar, y acercarse a la comprensión del modo de
transformar del paciente. Otro ejemplo: un paciente hace en el cur-
so de su análisis menciones de un hecho, pero estas menciones , se-
paradas por meses o aun años , difícilmente pueden ser reconocidas
por un observador como fragmentos dispersos de una experiencia
emocional atacada. Para la parte psicótica de la personalidad , sin
embargo, son un presente «estirado», un momento de tiempo que
a la vez mide la distancia concreta en tre los fragmentos dispersos .
La comprensión del acting-out en relación con un «espacio mental»
disperso e infinito aporta una nueva perspectiva para el enfoque de
los problemas relacionados con el mismo.
Transformar en alucinosis implica realizar las transformaciones
del 0 , cosa-en-sí-misma, en un medio que no es el de la transfor-
mación verbal ni simbólica.
No se tolera el punto (.) ni la línea (-), por despojo envidioso
al incipiente concepto de espacio y tiempo , y se le sacan sus cuali-
dades representativas dejando solamente cosas-en-sí-mismas , ele-
mentos beta, evacuaciones. El punto (.) se convierte en menos pun-
to - (.), la línea en menos línea -( - ) y el espacio en un «no es-
pacio» que posee las características amenazantes con que se lo ha
investido.
VI

CONOCIMIENTO

La teoría de Bion acerca del pensamiento y del pensar es tam-


bién una teoría acerca del conocer, del aprendizaje por experiencia
y de sus trastornos. Desarrolla conceptos sobre la génesis y adqui-
sición de conocimientos en el ser humano, así como algunas formu-
laciones acerca del «conocer psicoanalítico». Toma en cuenta la evo-
lución del conocimiento del individuo acerca de sí mismo y de los
\
otros, las relaciones de aprendizaje del individuo en el grupo, y la
de los grupos entre sí.
La teoría del conocimiento que se puede derivar de las ideas
de Bion es una teoría que supone que todo conocimiento se origina
en experiencias primitivas de carácter emocional, en relación con
la ausencia de objeto . Algunas características inherentes a esta ex-
periencia emocional intervienen, en forma atenuada o no, en las
posteriores experiencias de descubrimiento, de aprendizaje y de for-
mulación de nuevas ideas en cualquier campo, sea éste el científi-
co, el estético, el psicoanalítico u otro. Propone descubrir configu-
raciones similares en experiencias muy disímiles, es decir, señalar
las invariantes o las estructuras equivalentes cada vez que el indi-
viduo , el grupo o la sociedad se ven enfrentados con un problema
de conocimiento.
Bion supone que la realidad última del objeto es desconocida
e incognoscible en el sentido kantiano del término. El objeto de co-
nocimiento en psicoanálisis es la realidad psíquica; la propia o la de
otra persona. Su investigación plantea problemas variados. Uno de
los problemas centrales se relaciona con el hecho de que el objeto
de conocimiento, la realidad psíquica, no es un objeto en el sentido
99
100 CO NOCIMIENTO

físico. La angustia, el amor , el miedo , el odio , emociones básicas


con las que el psicoanalista trata, no son asibles por med io de los
órganos de los sentidos (no se pueden tocar , oír, ni ver) , aunque
sus manifestaciones físicas a través de transformaciones verbales o
corporales sí lo son. El problema planteado por la experiencia psi-
coanalítica es, en un sentido, la falta de una terminología adecuada
para describirla, y se asemeja al problema que Aristóte les resolvió ,
al suponer que las matemáticas se ocup an de objetos mat emáticos .
Bion sugiere la conveniencia de suponer que el psicoanálisis se
ocupa de objetos psicoanaliticos" , El psicoanalista procura detectar-
los en el curso de un tratamiento psicoanalítico , y a través de su-
cesivas abstracciones y transformaciones intenta encontrar un me-
dio de comunicar la naturaleza de estos objetos.
Este proceso de intuición, abstracción y transformación puede
ser visto como semejante, en algunas de sus características , al pro -
ceso de descubrimiento y abstracción que Bion supone tiene lugar
en la mente del lactante durante su desarrollo . El lactante deriva
de sus primeras experiencias emocionales en forma sucesiva , y gra-
cias a su función alfa, modelos y conceptos que utilizará como hi-
pótesis en su contacto con la realidad interna y externa , en un cons-
tante interjuego evolutivo . De este interjuego surgirán sus concep-
ciones , sus conceptos, su vocabulario y su lenguaje, que interven-
drán en la modulación de diversos desarrollos y usos.

VÍNCULOS L, H , K

La encrucijada que se le plantea a la personalidad en el de-


sarrollo del conocimiento de sí misma y, por extensión, en el de-
sarrollo de otros conocimientos, es soportar o no la frustración in-
herente a la experiencia llamada vínculo K.
La palabra «vínculo» describe una experiencia emocional en la
que dos personas o dos partes de una perso nalidad están relaciona-
das una con la otra. Bion considera que existen emociones básicas
que son factores siempre presentes cuando hablamos de un víncu-
lo. Propone seleccionar tres grandes grupos de emociones que no-
mina : amor (lave) (L), odio (hate) (H) y conocimiento (knowl-
edge) (K) como intrínsecas al vínculo entre dos objetos, ya que una

I El término «objeto psicoanalítico» no guarda relación con el té rmino «obje- "


to» tal como es tratado en la literatura psicoanalítica. Aquí es utilizado con el sen- !
tido de «objeto de conoci miento».
CONOCIMIENTO 101

experiencia emocional no puede ser concebida aisladamente de una


relación.
El signo K, derivado de la primera letra de la palabra inglesa
knowledge, es utilizado para referirse al vínculo entre un sujeto que
busca conocer un objeto y un objeto que se presta a ser conocido.
El vínculo K representa un vínculo activo y se refiere a una expe-
riencia emocional con un tinte particular que difiere del tinte emo-
cional representado por el vínculo L o el vínculo H. Este particular
matiz emocional está expresado por el sentimiento doloroso que
puede discernirse en la pregunta «¿cómo puede X (el sujeto) cono-
cer algo?»; puede ser formulado como el dolor o la frustración in-
herentes al conocer.
El vínculo K puede representar al individuo que busca por in-
trospección conocer la verdad acerca de sí mismo . Representa tam-
bién una relación psicoanalítica entre un analista y un paciente en
la búsqueda del logro de este objetivo. Conocer la verdad acerca
de uno mismo es una función de la personalidad. Bion sugiere que
Freud" atribuyó implícitamente esta función a la consciencia, cuan-
do la definió como «el órgano para la aprehensión de las cualida-
des psíquicas». El desarrollo de esta función de la personalidad, se
va logrando a través de sucesivas y múltiples experiencias emocio-
nales en las que intervienen los mecanismos (Ps ++ D) y (2 0'),
como se ha descrito en el capítulo IlI. Esta función, relacionada
fundamentalmente con el conocimiento de la realidad psíquica, es
llamada por Bion función psicoanalítica de la personalidad. Esta
función existe desde el comienzo de la vida: el psicoanálisis consti-
tuye uno de los tantos factores que favorecen su desarrollo; es un
estímulo especialmente apropiado. Por analogía con la preconcep-
ción, el vínculo K se refiere a una expectativa, no realizada aún, de
saber algo. Utilizando el modelo continente-contenido, sugiere una
relación entre ambos , con un trasfondo emocional de duda tolerada.
La actitud llamada conocer es la actividad por la cual el sujeto
llega a ser consciente de la experiencia emocional y puede abstraer
de ella una formulación que represente en forma relativamente ade-
cuada esta experiencia. El proceso de abstracción es esencial a la ex-
periencia emocional de vínculo K, ya que los elementos abstraídos sir-
ven para el aprendizaje de esa experiencia y de la comprensión.

Este proceso es realizado por la relación entre continente-con-


tenido (2 . 0') y la función de oscilación e interacción dinámica
2 S. Freud (1900a [1899]), «La interpretación de los sueños», en Sigmund Freud.
Obras completas, vals. IV y V, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1976.
102 CONOCIMIENTO

(Ps ++ D) (ver cap . III). Esta última operación describe los proce-
sos de dispersión e integración, más lo que H . Poincaré describió
como el descubrimiento del hecho seleccionado .
Es necesario enfatizar que cuando predomina el vínculo K, los
vínculos L y H están subordinados. Los factores emocionales que
impregnan la relación continente-contenido en K han sido nomina-
dos como: «duda tolerada» y «tolerancia a un sentido de infinito».
Continente-contenido en vínculo simbiótico pueden ser formu-
lados como la unión de dos ideas para formar una tercera , para be-
neficio de las tres . El crecimiento mental está vinculado a esta re-
lación modelizada por Bion como: + (~ . 0")0.
Es necesario distinguir la «adquisición de un conocimiento» como
resultado de la modificación del dolor en el vínculo K, en cuyo caso
el conocimiento obtenido servirá para nuevas experiencias de descu-
brimiento , de la «posesión de un conocimiento» utilizado para evitar
la experiencia dolorosa . Esta última situación es discernible en aque-
llas personalidades donde predomina la omnisciencia y donde queda
excluida la posibilidad del establecimiento de un vínculo K, y por lo
tanto , de un aprendizaje por experiencia emocional.
Esta evitación del dolor puede estar al servicio de la actividad
llamada «vínculo - K» (menos K), estado emociona l donde todos
los factores sugeridos para K están invertidos. Los factores en - K
(menos K) son , desde el punto de vista emocional , la envidia y la
voracidad , y en términos de continente-contenido constituyen una
relación mutuamente despojante y destructiva, donde los significa-
dos y las emociones son activamente despojados de vitalidad y sen-
tido; y, por lo tanto, no habrá descubrimiento ni crecimiento posi-
bles. El vínculo - K (menos K) sustituye el enfoque científico por
el moral; no habrá en este enfoque función de discriminación entre
verdadero y falso , entre cosa-en-sí-misma y representación . Es cla-
ro que , al describir este vínculo , estamos refiriéndonos al dominio
de la personalidad psicótica , o a la parte psicótica de la persona-
lidad. Este vínculo, que puede también llamarse parasitario , es el
de dos objetos que están relacionados de tal modo , que uno depen-
de del otro para producir un tercero que es destructivo para los tres .
. Esto último puede ser modelizado como: - (~ . 0")0.

LOS MITOS COMO MODELOS DEL VÍNCULO K

Los mitos han sido una fuente de conocimiento para las más
diversas disciplinas. El psicoanálisis ha encontrado en el mito de
CONOCIMIENTO 103

Edipo una fuente esclarecedora de las particularidades del desarro-


llo sexual del ser humano, tal como lo demuestra Freud con su teo-
ría del complejo de Edipo. La investigación de la situación edípica
en sus múltiples y cambiantes realizaciones, ha promovido el de-
sarrollo individual de pacientes en tratamiento psicoanalítico; tam-
bién permitió el desarrollo de la teoría psicoanalítica, entre los cua-
les la formulación del complejo de Edipo temprano es un claro
ejemplo. Los descubrimientos psicoanalíticos han permitido, a su
vez, enriquecedoras comprensiones del mito. En todos estos estu-
dios, el amor, el odio, el sexo y los celos (vínculos L y H) juegan
un papel predominante.
Bion propone aproximarse al mito de Edipo y a otros mitos,
buscando elementos relacionados con el vínculo K, es decir, con el
problema del conocimiento; tan básico en el ser humano como lo
son los vínculos L y H. Enfocados desde este punto de vista, en-
cuentra en tres mitos narrativamente muy diferentes (el del Edén,
el de Edipo y el de Babel) una estructura subyacente común en re-
lación con el vínculo K.
Los elementos comunes que se pueden encontrar en los tres mi-
tos son: un Dios omnisciente y omnipotente, un modelo para el cre-
cimiento mental, una actitud de curiosidad y desafío, y un castigo
relacionado con la curiosidad estimulada por las prohibiciones exis-
tentes y con la búsqueda del saber. En el mito del Edén, el desafío,
consistente en comer la manzana prohibida del árbol del conoci-
miento, es castigado con la expulsión del paraíso terrenal. En el
mito de Edipo, la curiosidad del hombre acerca de sí mismo está
representada por el enigma de la Esfinge; un desafío consiste en la
manera obstinada y arrogante con que Edipo lleva a cabo su inves-
tigación acerca del asesinato de Layo a pesar de las advertencias de
Tiresias. El castigo se asocia con ceguera y destierro. En el mito de
Babel , la curiosidad por alcanzar el conocimiento (llegar al cielo-
Dios) a través de la construcción desafiante de una torre y una ciu-
dad , es castigada con la confusión de lenguas y la destrucción de la
capacidad de comunicación. Significativamente, la curiosidad en los
tres mitos , tiene la cualidad de ser un pecado. Los modelos para el
crecimiento mental están representados por el árbol del conocimien-
to , el enigma de la Esfinge y la torre de Babel.
La configuración subyacente a estos mitos en relación al «sa-
ber» encuentra su expresión en el individuo, en cada etapa del cre-
cimiento y adquisición de conocimientos. La curiosidad estimulada
busca el conocimiento; la intolerancia al surgimiento del dolor y el
temor a lo desconocido estimulan acciones tendentes a evadir, anu-
104 CONOCIMIENTO

lar o contrarrestar la búsqueda y la curiosidad. La columna 2 de la


Tabla (ver cap. 111) permite ubicar los fenómenos resistenciales que
se oponen al descubrimiento de nuevas verdades. Los mitos dan
una versión narrativa del problema, donde los diferentes persona-
jes en su interrelación desarrollan el drama del hombre y del grupo
en su búsqueda de la verdad, sobre todo cuando la curiosidad y esa
búsqueda se refieren a conocimientos de uno mismo.
Sugiere Bion que el mito de Edipo es parte integrante de un
aparato primitivo que funciona como preconcepción en la mente
del lactante. Esta preconcepción se refiere a la relación existente
en la pareja parental, cuya realización se dará en el contacto con
los padres reales o sus sustitutos. La «preconcepción-mito edípico»
es precursora de una función importante del Yo para el conocimien-
to de la realidad psíquica. Por consiguiente, Bion postula la hipó-
tesis de un «mito edípico privado» formado por elementos alfa,
como parte esencial del aparato de aprendizaje en las etapas tem-
pranas del desarrollo. Esta preconcepción-mito edípico privado es
entonces, un factor de la función psicoanalítica de la personalidad.
Este mito privado, que permite al lactante comprender su re-
lación con la pareja parental, puede sufrir ataques destructivos de-
bidos a la envidia, voracidad y sadismo constitucionalmente presen-
tes. Las consecuencias del ataque destructivo son la fragmentación
y dispersión de esta preconcepción , impidiendo su constitución
como aparato de aprendizaje por experiencia, en sus dimensiones
intuitivas y evolutivas. En tales casos queda obstruido el desarrollo
de la función psicoanalítica de la personalidad.

NUEVOS RELATOS COMO MODELOS


DEL VÍNCULO K, - K

Los mitos (en la Tabla, formulaciones de la hilera C) son uti-


lizados por Bion para formar una «galería de cuadros» verbales que
puede utilizar de modelo para casi cualquier aspecto de las situa-
ciones emocionales que pertenecen al terreno donde intersectan el
psicoanálisis práctico con las teorías psicoanalíticas. A los ya cono-
cidos mitos de Edipo, de Babel y del Jardín del Edén, agrega aho -
ra, por lo menos, dos nuevos «cuadros» el del cementerio real de
Ur y el de la muerte de Palinurus.
Aproximadamente 3.500 años antes de Cristo, fue enterrado el
rey en el cementerio real de Uro De acuerdo con la reconstrucción
hecha por la expedición conjunta del Museo Británico y de la Uni-
CONOCIMIENTO 105

versidad de Pennsylvania, dirigida por Sir Leonard Wooley, en esta


ceremonia estaba incluida una procesión formada por las personas
más distinguidas de la corte que, vestidas con todo su esplendor,
descendían a un foso especialmente preparado y tomaban una po-
ción narcótica (supuestamente hachís). Luego, con pompa y acom-
pañamiento musical, el foso era llenado con tierra y sus ocupantes
enterrados vivos junto al monarca.
En relación con este cuadro, Bion se pregunta qué fuerzas
-emocionales, culturales, religiosas- llevaron a los hombres de
esa corte a una conducta que, sin duda, los conducía a la muerte,
sin que este hecho (tan obvio para nosotros) los desviara de su ca-
mino. Y plantea una pregunta aún más inquietante: ¿hay alguna
fuerza equivalente operando hoy en día que no nos permite ver que
estamos en caminos obviamente peligrosos para los ojos de nuestra
posteridad, como es para nosotros la conducta de los cortesanos de
Ur yendo al foso de la muerte, sin percatarnos de ello? ¿Y de qué
fuerza se trata? ¿Podemos llamarla «ignorancia»? ¿O deberíamos
pensar que se trata de alguna fuerza más dinámica, más descono-
cida? ¿Tal vez la «religión»? ¿Ola «omnipotencia»?
A este primer «cuadro», Bion agrega otro: el de los saqueado-
res de tumbas, cuyas actividades se desarrollaron en esos mismos
terrenos - santificados por los rituales y la magia- unos 500 años
después, cuando, el entonces cementerio real ya no era sino una es-
pecie de basural. Y ante este cuadro se pregunta nuevamente qué
fuerzas emocionales movieron a estos hombres a penetrar en un lu-
gar, seguramente todavía cargado de magia, venciendo su temor a
encontrarse con los espíritus de los muertos y la ira de los dioses .
Los saqueadores desafiaron los temores que seguramente tenían y
encontraron la tumba real, robando de allí muchos de los objetos
enterrados. ¿Sería la «curiosidad» la fuerza que los movió? ¿O tal
vez la «codicia»? Tal vez, sugiere Bion, debiéramos honrar a esos
saqueadores como pioneros de la ciencia ... o condenar a nuestros
científicos actuales por su afán de lucro.
Estos dos cuadros, que sugieren muchas analogías, pueden ser
utilizados - junto con el lapso que los separa en el tiempo- para
modelizar, de un modo enriquecedor, algunas de las situaciones y
conflictos que diariamente enfrenta el psicoanalista en su práctica .
Otro cuadro, esta vez tomado de La Eneida, de Virgilio, es el
de la muerte de Palinurus (La Eneida, libro V), cuyo contenido
transcribimos:
Tranquilizado Eneas por Neptuno después de un a tor-
menta. ordena a su flota que aproveche la quietud de las
106 CONOCIMIE NTO

aguas para continuar el viaje y encarga a Palinurus la di-


rección de la flota . El resto de los marineros se duerme, y
Palinurus queda al timón guiándose por las estrellas . So-
muus envía al inocente Palinurus tristes visiones. Disfraza -
do de Phorbas, toma asiento a su lado y le dice: " Palinu-
rus , hijo de Iasio , observa cómo las olas por sí mismas con-
ducen la armada ; serenos soplan los vientos ; ésta es la hora
de descansar; inclina la cabeza y sustrae al trabajo los fa-
tigados ojos. Yo te reemplazaré por un rato " . Alzando a
duras penas los ojos , le contesta Palinurus: " ¿Quieres que
ignore lo que es el mar en bonanza y lo que son las olas
apacibles? ¿Que me fíe de ese monstruo? ¿Que entregue
la suerte de Eneas a los falaces vientos después de haber-
me engañado tantas veces las insidias de un cielo sereno?
Esto diciendo , álzase con toda su fuer za y no suelta ni un
momento el timón , ni aparta los ojos de los astros , cuando
he aquí que el dios le arroja sobre una y otra sien los ro-
cíos del olvido Leteano, invadiéndole un invencible sopor,
por lo que, a pesar de sus esfuerzos, se le inundan de sue-
ño los ojos ... Apenas un esperado letargo empezó a apo-
derarse de sus miembros , reclinase el dios sobre él y lo pre -
cipitó en las líquidas olas, arrastrando Palinurus en su caí-
da una parte de la popa y del timón, y llamando en vano,
repetidas veces, a sus compañeros .. .
Mientras tanto, la armada sigue su rumbo seguro por
el mar, cual si nada hubiera sucedido , confiada en las pro -
mesas del padre Neptuno.. .
Eneas advierte que su nave iba errante a merced de
las olas , que había perdido a Palinurus, y toma él mismo
el mando en medio de las tinieb las, entristecido y lanzan-
do hondos gemidos , con su ánimo quebrantado por el de-
sastre de su amigo y dice: "¡Oh! Palinurus , por tu dema-
siada confianza en la serenidad del cielo y del mar , vas a
yacer insepulto en ignorada arena".

Esta historia es impact ante y también llena de sugerencias . Es im-


pactante por su cualidad narrativa y al mismo tiempo pictórica; lo
es también por su lenguaje, el de Virgilio, que , al igual que Sófo-
cles en la tragedia de Edipo Rey, da una forma dramática a la con-
junción constante expresada en el mito . En ella encontramos , como
en la del cementerio de Ur, fuerzas emocionales, dioses , drogas ;
violencia y arro gancia , omnipotencia y desvalimiento .
CONOCIMIENTO 107

El psicoanalista enfrenta, en la aparente tranquilidad de su con-


sultorio , la evolución de las partes más primitivas de la mente, la
acción omnipotente y real de la identificación proyectiva patológi-
ca, el ataque al vínculo, la psicosis. Como los saqueadores de tum-
bas , el psicoanalista no puede dejar de temer las consecuencias de
. su intento de penetrar en terrenos tan cargados de peligro; como
Palinurus, corre el riesgo de caer en el intento y ser condenado por
su irresponsabilidad.
Éstas son algunas de las posibles aplicaciones de los «cuadros»
que Bion ofrece. Cada lector puede hallar en ellos los significados
que su propia experiencia les sugiera.

OBJETO PSICOANALÍTICO

El psicoanálisis ha tratado de delimitar su objeto de estudio, y


los desarrollos psicoanalíticos alcanzados constituyen una evidencia
de que se ha logrado hasta cierto punto. Las dificultades inherentes
a la comunicación entre analistas con respecto a sus experiencias
muestran , sin embargo, la necesidad de una delimitación más es-
tricta acerca de la naturaleza del objeto de estudio.
En el capítulo III , al referirnos a la Tabla , señalamos que in-
volucra una serie de categorías que corresponden a lo que Bion ha
denominado elementos del psicoanálisis. Estos elementos son fun-
ciones de la personalidad constituidas por factores. Bion propone
considerar los elementos como fenómenos observables a través de
sus cualidades primarias y secundarias, y concebidos como tenien-
do dimensiones en los dominios de los sentidos, del mito y de la pa-
sión.
La primera dimensión se refiere a una experiencia sensible de
acuerdo con el criterio del sentido común . Bion denomina sentido
común a la impresión no sensorial , comparable a la que se obtiene
en el área sensorial cuando un objeto o una característica del mis-
mo puede ser confirmada por dos o más sentidos de una persona,
o por un solo sentido de varias personas. La extensión en el domi-
niodel mito se relaciona con una elaboración a nivel personal de
ciertos aspectos comprendidos en el bagaje personal de cada ana-
lista, y que ha sido equiparada por Bion a la utilización de modelos
en la práctica psicoanalítica. Finalmente, el término pasión repre-
senta la evidencia de que por lo menos hay dos mentes en juego y
que , entre estas dos mentes, surge una emoción que se experimen-
ta con intensidad y calidez, aunque sin violencia.
108 CONOCIMIENTO

Como ya hemos dicho , una característica de ese objeto de estu-


dio que Bion sugiere llamar «objeto psicoanalítico», es su cualidad
no sensorial, y su posibilidad de «crecer», «decrecer», «ser» y «deve-
nir». Sin embargo , estos términos presentan el inconveniente de arras-
trar un cúmulo de asociaciones inapropiadas para describir el objeto
psicoanalítico. Para disminuir este riesgo, Bion sugiere la utilización
de una fórmula-abstracción que implique una menor penumbra de
asociaciones. La fórmula que propone es: + y (¡.t) (s) ('\J).
La letra Y se refiere al factor crecimiento mental , pudiendo ser
éste positivo o negativo (+). ¡.t (mu) representa el carácter innato
de la personalidad. ~ (xi) es el elemento no saturado. de la precon-
cepción, '\(J (psi).
La teoría psicoanalítica supone una continuidad genética a par-
tir de primitivas experiencias emocionales, un desarrollo y una es-
tructuración. En su tarea, el psicoanalista se ocupa de revelar y des-
cribir , a través de interpretaciones , los sucesos emocionales primi-
tivos y sus derivaciones , en el «aquí y ahora» de la sesión. ¿Cuál es
el objeto psicoanalítico en cualquier sesión? ; ¿qué es lo que el ana-
lista trata de revelar con su interpretación? El analista está supo-
niendo un objeto que se manifiesta en las asociaciones, gestos y
emociones del paciente en contacto consigo mismo. Si aplicamos la
fórmula propuesta por Bion , encontraremos que este objeto tiene
elementos o factores que hacen al carácter innato de la personali-
dad del paciente (u), con la disponibilidad (~) de su preconcepción
('\(J)-expectativa, que puede saturarse en mayor o en menor grado
en la realización-experiencia de la sesión analítica. El objeto psi-
coanalítico discernible tendrá también una dirección , que puede ser
de progresión o de regresión o, dicho en otros términos, de creci-
miento o de-crecimiento (+ Y).
El objeto psicoanalítico que acabamos de describir como ma-
nifestándose en el material de un paciente en una sesión psicoana-
lítica tiene su historia genética en el desarrollo del pensamiento en
el individuo. Es posible describir, por lo tanto, ese objeto psicoa-
nalítico en sus etapas más primitivas, utilizando el modelo de la re-
lación lactante-pecho, tal como está explicado en el capítulo 1II; los
elementos que lo constituyen pueden ser representados por la fór-
mula descrita más arriba. En dicha fórmula, psi ('\(J) xi (~) repre-
senta la preconcepción-expectativa de pecho no saturada, con un ca-
rácter innato mu (u) que puede desarrollarse de distintas maneras
(+ Y) de acuerdo con las vicisitudes descritas en el capítulo 1II.
En la situación analítica, el analista en vínculo K con el pacien-
te abstrae una interpretación a partir del objeto psicoanalítico. De
CONOCIMIENTO 109

su experiencia emocional en contacto con el paciente, determina


los valores de ¡.t (mu) y ~ (xi) ; la formulación de la interpretación
incluirá estos elementos emocionales en una nueva dimensión, la di-
mensión mítica, el modelo que ha creado para la situación que in-
terpreta. En la medida en que la interpretación esclarezca este ob-
jeto psicoanalítico adquirirá dimensiones en el sentido del mito, del
significado y de la teoría .
El objeto psicoanalítico ha sido captado merced a lo que he-
mos llamado «estado de descubrimiento» , estado en el cual la in-
tuición es un factor primordial y el método para favorecerlo por par-
te del analista está expresado en la actitud de «no memoria, no de-
seo, no comprensión» señalada por Bion. Este estado facilita el ca-
mino hacia la interpretación psicoanalítica. Una vez interpretada la
realidad psíquica en evolución , ésta habrá cambiado . Cada nueva
interpretación deberá surgir de un proceso parecido de abstracción ,
teniendo en cuenta la nueva experiencia emocional y las múltiples
facetas de la realidad psíquica.

VÉRTICES. CORRELACIÓN Y CONFRONTACIÓN

El concepto de vértice se refiere al «punto de vista», «ángulo»


o «perspectiva» desde los cuales se trata de comprender, primero ,
y comunicar, después, una determinada experiencia; por ejemplo,
la experiencia psicoanalítica. Dicha experiencia puede ser descrita
de muchas maneras; sería útil disponer de un método para exponer
con precisión y claridad el vértice utilizado en la misma",
Cada uno de los integrantes de la pareja psicoanalítica tendrá
su propio vértice con respecto a la experiencia que comparten. Es-

3 El «punto de vista» implica visión . Es posible pensar que otros sentidos pue-
den ser el vértice desde el cual se desarrollan las transformaciones . Cuando se vi-
sualiza una línea. sin representarla en un papel, uno hace algo que ha sido descrito
como «usar el ojo interno», o «viendo en la imaginación», o «visualizando» . Esta
actividad depende de la contraparte mental del sentido visual. De modo análogo, la
«amargura» de un recuerdo depende de la contraparte mental del sistema alimenti-
cio: el «mal olor» de una situación, de la contraparte mental del sentido del olfato.
De esta manera. y por analogía con el ojo interno , es factible hablar de un vértice
olfatorio . auditivo , respiratorio. reproductor , etcétera.
De todos modos , la contraparte mental visual parece tener una supremacía so-
bre otras contrapartes mentales. debido a que las imágenes visuales se prestan me-
jor a transformaciones en otros medios, por ejemplo verbales. Por este motivo, Bion
pien sa que una posible solución para el problema de la comunicación psicoanalítica
puede encontrarse . por ahora. a través de elementos de la hilera C.
110 CONOCIMIENTO

tos vértices deben mantener entre sí una distancia útil sin ser abso-
lutamente coincidentes ni demasiado alejados entre sí. Cuando esta
distancia útil es lograda, surge una posibilidad de correlación y con-
frontación entre dichos vértices otorgando visión binocular al pro-
blema que se está tratando. Si la distancia es mínima, existe el ries-
go de que el vértice del analista no difiera del vértice del analizan-
do , fracasando en su intento de detectar y esclarecer el objeto psi-
coanalítico. Lo mismo sucede si los puntos de vista respectivos son
tan distantes entre sí que hacen imposible la correlación entre ellos.
La posibilidad de correlación entre dos vértices distintos no
sólo se plantea entre dos perso nalidades, sino que ocurre en una
misma personalidad, dando lugar a estados de confusión o bien de
visión binocular, según la medida de la distancia ent re ellos.
Los vértices o perspectivas pueden ser de muy diversa natura-
leza. Podemos mencionar, por ejemplo, los vértices social, políti-
co, educativo, financiero, científico, filosófico, moral, religioso,
sexual, superyoico, paternal , falso, verdadero , psicoanalítico , etc .
Gran parte de las conceptualizaciones de Bion intentan caracteri-
zar y precisar el vértice psicoanalítico.
Las dificultades de comunicación entre analistas pueden surgir
por distintos motivos. La diferencia de vértices puede ser un factor
importante en esas dificultades, independientemente de las teorías o
esquemas conceptuales sustentados. Dos psicoanalistas pertenecientes
a escuelas psicoanalíticas diferentes pueden comunicarse y compren-
derse entre sí, aunque sus teorías y esquemas conceptuales difieran,
si comparten un vértice psicoanalítico. En cambio, dos analistas de
una misma corriente de pensamiento psicoanalítico e idéntico esque-
ma conceptual pueden encontrar serias trabas en su comunicación
porque difieren en el vértice con que enfocan su tarea.

VERDAD, FALSEDAD Y MENTIRA

La complejidad del problema planteado por las ideas de Bion


acerca de la verdad, la falsedad y la mentira hace difícil su formu-
lación. Bion sostiene que todo pensamiento, una vez formulado, es
falso si se lo compara con la «verdad» del hecho que formula . Lo
que varía es el grado de falsedad, y aquí será necesario discriminar
entre verdad y mentira o, mejor dicho, entre falsedad y mentira.
Estos conceptos son de enorme importancia para el psicoanalista,
que puede encontrarse, y muchas veces se encuentra, con pacientes
mentirosos o con su propia tendencia a ser mentiroso .
CONOCIMIENTO 111

La verdad es esencial para el crecimiento mental. Sin verdad,


el aparato psíquico no se desarrolla, muere de inanición. Una ma-
dre con reverie intuye la verdad de los sentimientos de su bebé , y
se los devuelve en forma tolerable. Un bebé descubre que su ma-
dre es un objeto total, y este descubrimiento de correlación y con-
frontación constituye un jalón fundamental en su evolución men-
tal , en la adquisición del lenguaje y en la posibilidad de comunica-
ción, tal como lo expresa la teoría de la posición depresiva y la sim-
bolización de M. Klein. Las interpretaciones psicoanalíticas, al es-
clarecer algún aspecto de la realidad psíquica -Dbjeto analítico-,
suministran verdades parciales que ayudan al desarrollo y creci-
miento mental del paciente.
Es posible denominar a la verdad absoluta como un «pensa-
miento sin pensador». El pensamiento no pensado, en otros térmi-
nos un contenido sin continente , una idea sin forma, indicios que
no han sido articulados como indicios de «algo», convive con el pen-
sador sin entrar en contacto con él. Un ejemplo de esta situación
puede ser la de la sexualidad infantil , que existía indudablemente
antes de que Freud llamara la atención sobre ella y la formulara
como teoría. Los psicoanalistas están acostumbrados a convivir con
ciertos hechos del paciente, sus «verdades», sin descubrirlas. Ya nos
hemos referido al estado mental más apropiado para el descubri-
miento de esta realidad o verdad. Volveremos más adelante sobre
este aspecto .
La relación de un pensador con el «pensamiento» puede ser co-
mensal, simbiótica o parasitaria. En el primer caso , el estado co -
mensal entre la idea nueva y el pensador, es que ambos no se in-
fluyen entre sí y puede cambiar cuando la idea y el pensador se en-
cuentran en un momento de su mutua evolución. Cuando esto su-
cede tiene lugar un cambio catastrófico.
Del cambio catastrófico surgirá una relación simbiótica, que es
aquélla en la que pensamiento y pensador crecen y evolucionan en
una relación mutuamente benéfica. Emergen pensamientos formu-
lados que serán falsos por estar incluidos en la relación continente-
contenido en K, es decir «falsos», por expresar una restricción com-
parada COn la verdad original. Esa verdad , que sólo puede ser
«sida», es captada por la intuición y será objeto de transformacio-
nes de movimiento rígido o proyectivas que dan lugar a represen-
taciones, símbolos, nuevos conceptos o fórmulas.
Si la relación entre pensamiento no pensado y pensador es pa-
rasitaria, si el vínculo es - K, el resultado de la intersección será,
en algunos casos, la proliferación de mentiras a modo de barrera
112 CO NOCIMIENTO

contra la verdad. Bion considera que , para que haya mentira , es ab-
solutamente nece sario un pensador , mientras que el pensamiento
verdadero no necesita para serlo un pensador que lo piense . E n la
relación parasitaria , el pensamiento y el pensador se destruyen mu -
tuamente con pérdida de vitalidad y significado. Los mentirosos, en
los que los pensamientos han proliferado casi sin límites, requieren
verdades ; pero éstas, al ser incluidas en un vínculo parasitario , son
nuevamente despojadas de su calidad esencial y transformadas en
mentiras. Es fundament al que el psicoanalista detecte las mentiras
de sus pacientes .
Al mismo tiempo, parece que la capacidad del ser humano para
intentar tolerar verdades acerca de sí mismo , es precaria; la verdad
es una fuente permanente de dolor y el anhelo de conocimiento nun -
ca puede ser satisfecho o completado; por lo tanto la tendencia a
las acciones evitativas es grande , y la mente está siempre en con -
diciones de crear mentiras para oponerse a este dolor .
Transcribimos aquí una versión en forma de fábula que Bion
incluye en su libro Attention and Interpretation" para mostrar el pun-
to de vista o vértice mentiroso frente al enfoque científico , que se
supone da a la verdad un papel predominante .

Los mentirosos mostraron coraje y resolución en su


oposición a los científicos , que con sus perniciosas doctri-
nas trataban de arrancar cad a hebra de autoengaño de sus
disfraces. Los dejaban así sin ninguna de las protecciones
naturales necesarias para preservar su salud mental contra
el impacto de la verdad . Alg unos, sabiendo bien los ries-
gos que corrían , se jugaban, sin embargo , sus vidas en afir-
maciones de mentiras . Los débiles y dudosos quedaban
convencidos por el ardor con que los mentirosos defendían
la verdad de hasta sus más insólitas formulaciones. No es
demasiado decir que la raza humana debe su salvación a
esta pequeña banda de mentirosos dotados , que estaban
preparados a mantener la "verdad" de sus falsedades aun
frente a hechos qu e indudablemente los contradecían . La
misma muerte fue negada, y los argumentos más ingenio-
sos fueron aducidos para sostener enunciados obviamente
ridículos, por ejemplo, que los muertos vivían en un est a-
do de felicidad suprema .
Estos mártires de la no -verdad eran, a veces, de ori-

4 Attention and lnterpretation, loe. cit.


CONOCIMIENTO 113

gen humilde, y sus nombres han perecido. Pero si ellos y


los testigos apoyados en su «obvia sinceridad» no hubieran
existido, la cordura de la raza habría perecido por el peso
colocado sobre ella. Los mentirosos y sus testigos, sacrifi-
cando sus vidas, llevan la moral del mundo sobre sus es-
paldas. Sus vidas y las vidas de sus seguidores fueron de-
dicadas a la elaboración de sistemas de gran complejidad
y belleza, en los cuales un ejercicio de un poderoso inte-
lecto y un razonamiento sin fallas preservaban la estructu-
ra lógica de sus enunciados. Por contraste, los débiles pro-
cesos por los cuales los científicos, una y otra vez, inten-
taron sostener sus hipótesis , hacían que los mentirosos
mostraran la vacuidad de los científicos y por lo tanto po-
dían postergar y a veces impedir la difusión de doctrinas
cuyo efecto sólo podría haber sido el de inducir un senti-
miento de impotencia y de desvalorización en los mentiro-
sos y sus beneficiarios.
VII

REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA


PSICOANALÍTICA

El título de este capítulo puede despertar en el lector dudas


acerca de quién hace la reflexión. ¿Nos estamos refiriendo a Bion
y a su forma personal de encarar la práctica del psicoanálisis? ¿O
queremos plantear, más bien, nuestras propias conclusiones acerca
de cómo entender las ideas de Bion y su aplicabilidad en el terreno
de la clínica psicoanalítica?
Lo más probable es que ambas cosas se encuentren imbricadas
y que , en el desarrollo de los conceptos que expondremos a conti-
nuación , mostremos el producto final, T~ (de los autores de este li-
bro) , del proceso de transformación que hicimos del estudio de sus
libros , de lo escuchado en sus conferencias, seminarios y supervi-
siones y de lo que pudimos extraer del diálogo directo cuando co-
mentamos con él algunos problemas específicos.
Nos llamó reiteradamente la atención el énfasis puesto por
Bion en su obra en realizar una distinción entre hablar acerca del
psicoanálisis y practicar el psicoanálisis.
La actividad de psicoanalizar es considerada como un intercam-
bio dinámico Y vivo entre dos personas que se escuchan y hablan
de un modo particular y no de una manera intelectual y sofisticada.
Enfatiza asimismo que la práctica psicoanalítica confronta a analis-
ta y analizado con experiencias nuevas, sentidas como peligrosas
por su cualidad de desconocidas y a la amenaza de una ruptura de
la coherencia psíquica. Una consecuencia de esto es el desarrollo
de fenómenos resistenciales en el analista en forma de usos este-
115
116 REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA PSICOANALÍTICA

reotipados de pensamientos, respuestas de omnipotencia y una ten-


dencia a los a priori teóricos.
Lo que se deduce como indicaciones para la práctica del psi-
coanálisis en laobra de Bion , puede agruparse en dos grandes ítems:
1. Formulaciones sobre la observación en psicoanálisis.
2. Formulaciones sobre el método para recoger o lograr esas
observaciones.
Sobre la observación, ha señalado que sus ideas más que encami-
narse a una modificación de la teoría psicoanalítica , intentan expre-
sar y formalizar una teoría observacional de y en la práctica psicoa-
nalítica . Ya nos hemos referido en el capítulo III al desarrollo con-
ceptual de la Tabla , instrumento de registro de lo que ocurrió en
la sesión, para ser usado fuera de la sesión psicoanalítica y encami-
nado al logro y formalización de lo ocurrido en la sesión .
Por otra parte , Bion nos enfrenta con un problema trascenden-
tal cuando nos plantea de qué depende que la experiencia emocio-
nal de una determinada sesión analítica pueda ser considerada psi-
coanálisis y no otra cosa. En otras palabras, ¿cuáles de los elemen-
tos que la constituyen determinan la especificidad psicoanalítica de
dicha experiencia? Entre sus peculiaridades emocionales subraya es-
pecialmente la atmósfera de privación , el aislamiento y la soledad
en que ambos participantes deberán encontrarse . La privación debe
entenderse como la necesidad , por parte del analista, de resistir
todo impulso a gratificar los deseos de sus pacientes o sus propios
deseos; y, por parte del paciente, de resistir a su tendencia a la ac-
tuación. Tampoco debería privar a sus pacientes del sentido de ais-
'[amiento por el cual cierto tipo de responsabilidades no pueden ser
compartidas ni delegadas como aquéllas correspondientes a las cir-
cunstancias que lo llevaron al análisis y a las consecuencias que se
desprenden del mismo. El aislamiento en el analista implica tam-
bién que ciertas responsabilidades, como por ejemplo la decisión
de tomar al paciente en análisis, o la decisión de formular una in-
terpretación con las consecuencias que de ella se deriven, tampoco
pueden ser compartidas ni delegadas. La soledad aparece en la me-
dida en que cuando se están ocupando del objeto de indagación
- la realidad psíquica del paciente- , éste se siente abandonado en
lo referente a la satisfacción de sus necesidades físicas y emociona-
les más primarias. El analista experimenta la soledad como que «lo
están separando de la fuente o base de la que depende su existen-
cia»; esto significa que siente que debe separarse de aquellos obje-
tos externos e internos que constituyen sus vínculos, actividades y
·
REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA PSICOANALÍTICA 117

necesidades fundamentales. Este doloroso sentimiento es el que se


encuentra relacionado con la actividad de introspección.
Otra peculiaridad de la concepción de Bion sobre la práctica
psicoanalítica , se refiere a sus ideas sobre la transferencia. La con-
cibe como una fuerza emocional que va a emerger entre analizado
y analista. Insiste en tratar de detectarla en el vínculo entre esas
dos personas y no sólo en las personas vinculadas. Una de sus for-
mulaciones señala que la transferencia' puede encontrarse en todos
aquellos aspectos de la conducta del paciente que revelan que se da
cuenta de la presencia de personas u objetos que no son él mismo.
Bion señala la utilidad de que el análisis se desarrolle en forma
tal como para crear las condiciones que permitan al analista captar
por medio de sus «premoniciones» la aparición de estados emocio-
nales diferenciados de los contenidos ideacionales, representados
por preconcepciones. Recalca, sobre todo, la importancia para el
analista de poder contar con la capacidad de intuir la emoción an-
tes de que se haga «dolorosamente obvia» para el analizado. El ele-
mento a investigar, en este caso, es un precursor de la emoción. Evi-
tar el dolor innecesario constituye uno de los objetivos de la intui-
ción psicoanalítica.
Sin embargo, se impone establecer aquí una diferenciación muy
importante antes de seguir adelante. Hemos mencionado el dolor
innecesario, para discriminarlo precisamente del dolor inevitable
que surge en todo análisis . El tratamiento analítico ofrece al anali-
zado las condiciones necesarias para que pueda obtener el conoci-
miento acerca de sí mismo. Pero el intento de conocer implica su
sentimiento doloroso que es inherente a la experiencia emocional
misma del conocimiento. En todo caso, el dolor no puede estar
ausente de la personalidad del individuo. Si el análisis no detecta
ese dolor y, por ende , no lo trata, estaría perdiendo la posibilidad
de encarar una de sus funciones principales como es la de intentar
lograr una contención que lo capacite para una transformación en
crecimiento psíquico y no para formaciones sustitutivas.
Pero , para ello, hace falta que aumente la capacidad del pa-
ciente para tolerar el sufrimiento y el dolor. El progreso en psicoa-
nálisis es inseparable de la necesidad de tolerar las concomitancias
dolorosas del crecimiento mental. Análogamente a lo que sucede

1 La transferencia vista como una transformación de movimiento rígido


(cap . IV) equivale a la forma como Freud planteó la neurosis de transferencia. Las
transformaciones proyectivas (cap. IV) equivalen a la forma como M. Klein planteó
sus investigaciones sobre psiquismo temprano y el uso de la identificación proyecti-
va en el vínculo.
118 REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA PSICOANALíTICA

en la medicina, la desaparición de la sensibilidad para el dolor sería


desastrosa en cualquier circunstancia. El paciente tiende a evitar el
dolor antes que a modificarlo; pero una evasión muy intensa pone
en peligro su contacto con la realidad.
A diferencia del criterio corriente en medicina que considera
que la enfermedad debe ser reconocida casi exclusivamente por el
médico, en psicoanálisis dicho reconocimiento debe ser realizado
por los dos: el analista y el paciente. El médico, para ejercer su fun-
ción, dependerá más de su experiencia sensorial tratando de ver , to-
car y oler. El analista, en cambio, no se basa sólo en su experiencia
sensorial, ya que la ansiedad que deberá detectar, por ejemplo, no
tiene forma ni color ni sonido ni olor, tendrá que apoyarse tanto
en su intuición como en su observación , que registrará a través de
los órganos de los sentidos y en su bagaje teórico.
El «psicoanálisis» debe ser considerado como un término que
liga una conjunción constante; aunque es muy difícil precisar cuá-
les son los elementos constantemente conjugados. La situación psi-
coanalítica estimula sentimientos básicos y primitivos tanto en el
analizado como en el analista. Es por eso que emociones tales como
el amor, el odio y el miedo se agudizan hasta tal punto que pueden
hacerse casi insoportables para la pareja analítica. Es el precio que
se paga por la transformación de una actividad «acerca del psicoa-
nálisis», en otra actividad que «es psicoanálisis». Bion señala que
criticar, por ejemplo , una determinada labor psicoanalítica como
«no científica» sería tan absurdo como criticarla porque «no es re-
ligiosa» o «no es artística-". En todo caso, la formulación crítica
que podría corresponder a dicha labor sería decir de ella que «no
es psicoanálisis».
Por otra parte, Bion sostiene que el dominio de la personali-
dad es tan extenso que no puede ser investigado totalmente. Por
eso, no se puede decir que un análisis ya se ha «completado» . No
importa cuán largo sea un tratamiento psicoanalítico, de todos mo-
dos representa sólo el comienzo de una investigación que estimula
el crecimiento del área que se está investigando: la realidad psí-
quica.

2El término «ciencia», tal como se usa habitualmente para describir una acti-
vidad hacia los objetos de los sentidos, no es adecuado para una aproximación a las
realidades con las que trata la «ciencia psicoanalítica» , ni para aquel aspecto de la
personalidad humana que se ocupa de lo que es, en último término, desconocido e
incognoscible, el O. Esta crítica se aplica a cualquier vértice: todos ellos (con la po-
sible excepción del vértice del místico religioso) son inadecuados en relación a O por-
que no se adaptan a lo que no tiene base sensorial.
REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA PSICOANALÍTICA 119

Cuando una persona ha terminado su análisis, su conocimien-


to acerca de sí mismo es mayor que cuando lo empezó, pero si ob-
servamos la relación entre lo que sabe acerca de sí mismo y su rea-
lidad psíquica (que fue creciendo durante el proceso analítico) la
proporción relativa de su conocimiento es menor. Por lo tanto , Bion
aconseja no perder tiempo en lo ya descubierto, sino focalizar la
atención fundamentalmente en lo que no se conoce todavía.

11

Para Bion , el tratamiento psicoanalítico consiste en una tarea


donde se encaran los aspectos adultos e infantiles del paciente, de
quien interesa conocer, además, tanto su mundo interno y su psi-
copatología como los hechos reales externos en que interviene.
Siempre resultará útil hacer hablar al paciente del hecho exter-
no que le preocupa, manifiesta o latentemente, para no caer en el
riesgo de negar la importancia que tiene la realidad y la de las an-
siedades y depresiones relacionadas con dicho hecho externo. De
este modo se obtendrá más información . El hecho externo será usa-
do para llamar la atención sobre los elementos inconscientes que
contribuyen a la naturaleza dolorosa de las experiencias ocurridas.
El hecho externo ilumina además la neurosis , a la vez que es ilu-
minado por ésta: ambos interactúan entre sí.
La práctica del psicoanálisis, si bien tiende predominantemen-
te ala investigación del inconsciente del analizado, se desarrolla so-
bre la base de la participación consciente de ambos integrantes de
la pareja analítica. Conviene no pasar por alto que en el paciente
neurótico los elementos conscientes tienen tanto valor como los in-
conscientes. Ambos tienen que ser correlacionados, destacados y
ubicados en su verdadera significación dentro del contexto del pro-
ceso analítico, brindando de este modo una visión binocular .
En cambio , el paciente psicótico «es consciente» de cosas que,
para el paciente menos perturbado , están reprimidas. En este caso,
el análisis tiende a que el paciente logre formar su «barrera de con-
tacto», que le permitirá diferenciar sus experiencias en conscientes
e inconscientes, y por ende soñar , reprimir, olvidar, etcétera.
Precisamente , la importancia que Bion otorga a la colabora-
ción y participación consciente del paciente en el análisis se mani-
fiesta en algunas de sus reflexiones acerca de la primera e'ntrevista.
Así, por ejemplo , si un paciente dice: «Bueno , vengo porque mi pa-
dre o mi madre me lo aconsejaron, o porque mi esposa dice que
120 REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA PSICOANALíTICA

tengo que tratarme», se le podría observar: «Pero, ¿acaso hace todo


lo que su esposa le sugiere? ¿Obedece siempre a sus padres? Y si
no es así: ¿por qué hace ahora una excepci ón?». Resultará conve-
niente prestar debida atención al tipo de respuest a del paciente, ya
que si desde el comienzo repudia toda responsabilidad , no será un
punto de partida favorable para el análisis.
La consciencia de enfermedad también puede evaluarse en la
consideración del problema de los honorarios y lo que implica para
el paciente, más allá de su contenido real. Así , por ejemplo , puede
decir: «Eso no me preocupa», negándole todo valor al problema , o
bien: «Lo siento mucho , pero no tengo tiempo y mucho menos el
dinero necesario para pagar esos honorarios», cualquiera que sea
el monto de dichos honorarios. Lo que el paciente quiere significar
es que él puede permitirse una neurosis; pero tanto él como mu-
chos grupos humanos o sociedades no tienen idea del tremendo pre-
cio que esta persona paga por el «privilegio» de tener una neurosis.
Otros individuos , en cambio , han alcanzado un punto en el que sien-
ten que el estado de su mente no es una ventaja sino una carga , y
buscan la ayuda del análisis.
Bion no excluye la posibilidad de formular interpretaciones du-
rante la primera entrevista, para otorgar al paciente la oportunidad
de averiguar qué clase de persona es el analista y anticiparle - de
este modo- cómo se desarrollará el tratamiento .
Lo importante será, en cada caso , conocer la capacidad que
pueda tener el paciente para establecer correlaciones; como así tam-
bién la necesidad por parte del analista de tener en claro su capa-
cidad de tolerancia para un paciente determinado.

III

El análisis, al poco tiempo de comenzado , adquiere una singu-


laridad específica de esa pareja analítica, y para el analista, el pa-
ciente deviene una personalidad única, que irá conociendo si am-
bos miembros se avienen al método.
Una interpretación psicoanalítica formula en términos sencillos
las creencias que el paciente tiene del analista y del análisis.
Convendrá formular las interpretaciones de tal modo que no
cierren la discusión o el asunto que se está tratando , es decir, sin
dar lugar a saturaciones sino a posibilidades de desarrollo . Esto se
logrará especialmente cuando las interpretaciones «arrojen más luz
que calor» y el paciente colabore mediante su disposición a tolerar
REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA PSICOANALfTICA 121

el sufrimiento que produce la experiencia del insight frente a las si-


tuaciones temidas o rechazadas. Se podría aplicar a las interpreta-
ciones el concepto de serendipity de Walpole, referido a aquel tipo
de descubrimiento que surge cuando se tropieza con cosas que arro-
jan luz sobre las otras , de modo tal que permitan una comprensión
y un conocimiento sobre ellas que antes no se tenía.
La sesión analítica es un tipo de experiencia compartida entre
el analizado y el analista, y que no puede transmitirse a un tercero
en aquello que le es esencial. Esto ha llevado a que se sostenga que
las asociaciones libres y las interpretaciones, contienen una cuali-
dad inefable.
Toda comunicación de lo ocurrido en una sesión, sea para una
supervisión o para un trabajo científico, no es lo sucedido y debe
ser considerado un nuevo ciclo de transformación.
La relación existente entre los integrantes de la pareja analíti-
ca es de tal naturaleza que si uno tiene una idea habría que pre-
guntarse qué hizo el otro para sugerírsela.
Durante el transcurso de la sesión analítica siempre se presen-
tan situaciones nuevas. Si algo se interpretó antes ; ya cumplió su
propósito. Si vuelve a aparecer el mismo material, será en un con-
texto nuevo, diferente del anterior, y así convendrá interpretarlo,
a pesar de que el paciente intentará ser siempre la «misma depre-
sión», o la «misma fobia», por ejemplo, para evitar el doloroso in-
sight frente a lo nuevo y desconocido de su realidad psíquica.
Conviene permanecer atento a la aparición de los aspectos nue-
vos del material sin desaprovechar nada de lo que ocurre en la se-
sión , ya que es la única oportunidad que tenemos para estar con el
paciente. Los cincuenta minutos de la sesión son demasiado valio-
sos para desperdiciarlos en repeticiones de lo ya conocido.
Por analogía , tolerar la incertidumbre y la ansiedad del no co-
nacer , la incoherencia del material y la no comprensión, hasta des-
cubrir nuevas relaciones entre sus elementos y, de este modo, lo-
grar ver lo coherente y comprensible.
Bion aplicó a esta interacción el concepto de oscilación Ps ~ D
(cap. I1I). Agregó que en especial para el analista, si tolera el as-
pecto de dispersión (Ps de la función) sin fuertes ansiedades , el tér-
mino apropiado sería paciencia. Propone el término seguridad para
el estado mental que se experimenta después del descubrimiento
del «hecho seleccionado» que corresponde a un estado de menor an-
siedad, libre de peligros. Bion considera que sólo las interpretacio-
nes que surgen después del pasaje por estas dos fases emocionales
son indicadoras de una adecuada labor analítica.
122 REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA PSICOANALÍTICA

Las interpretaciones psicoanalíticas son el resultado de una se-


rie de transformaciones a partir de una determinada experiencia ori-
ginal entre analista y paciente , y ponen de manifiesto las invarian-
tes de dicha experiencia.
La experiencia psicoanalítica implica un saber acerca de sí mis-
mo y ser uno mismo. Las interpretaciones que efectúan la transi-
ción del «saber acerca de» la realidad psíquica (transformaciones en
K) a devenir cada una de las emociones que hacen a la realidad psí-
quica (transformaciones en O) son temidas y despiertan resistencia.
Para Bion, este pasaje de K a O (de conocerse a devenirse) es fun-
damental para el crecimiento de la mente. Estos pasajes incluyen
el atravesar cesuras (ver cap. VIII) y el correspondiente cambio ca-
tastrófico. Cuando las transformaciones en K amenazan la apari-
ción de transformaciones en O, surge lo que Bion denomina el te-
mor a la «turbulencia psicológica». Se produce entonces , una resis-
tencia ante el cambio de K a O por temor al sufrimiento doloroso
asociado con el insight.
El deven ir O implica asumir la responsabilidad acerca de los
propios sentimientos, cualquiera que sea la naturaleza de los mis-
mos (responsabilidad de sentimientos asesinos , de locura, incestuo-
sos, de genialidad , etcétera).
Otro motivo de resistencia frente a la transformación del de-
venir O es que en lugar de asumir la responsabilidad del sentimien-
to , el analizado teme convertirse en un «loco», «asesino», «inces-
tuoso», «genio», etcétera . Estos temores incluyen el peligro de la
megalomanía.
El analista podrá anticipar, hasta cierto punto, que una deter-
minada interpretación puede corresponder al tipo de interpretación
del devenir O por su dificultad y vacilación en formularla, debido
a la fuerte resistencia que supone provocará en el analizado .
Quisiéramos tratar ahora ciertos problemas conceptuales sobre
los que Bion llamó la atención y que están estrechamente relacio-
nados con el quehacer psicoanalítico.
En lo que se refiere a los acontecimientos de la experiencia psi-
coanalítica, Bion usa el signo O para denotar la realidad psíquica . .
Como ya hemos destacado (ver cap . IV), el O no puede llegar a
ser conocido sino que, en todo caso , puede ser «sido» (sólo puede
llegar al dominio de K una vez que evoluciona a través del conoci-
miento gana do por la experiencia) y sólo entonces podrá ser for-
mulado en términos de la experiencia sensorial. Hasta ese momen-
to , su existencia sólo puede ser conjeturada.
Bion otorga un valor muy especial a las formulaciones de los
REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA PSICOANALfTICA 123

sucesos analíticos realizadas durante el curso del análisis, a diferen-


cia de aquellas formulaciones hechas fuera de la sesión. Su valor te-
rapéutico es aún mayor si conducen a transformaciones en O en lu-
gar de transformaciones en K (ver cap. IV). Gracias a su análisis
previo, por el que debe pasar para lograr su formación psicoanalí-
tica, el analista está mejor preparado para remover los obstáculos
que encontrará durante su participación en la experiencia analítica.
Pero el bagaje de esquemas, creencias y convenciones establecidas ,
sumado a los ataques conscientes o inconscientes que el paciente
puede realizar contra la capacidad del analista de pensar analítica-
mente pueden atentar contra la eficiencia y libertad logradas por el
análisis del analista. .
El analista intentará dirigir su atención a O , lo desconocido e
incognoscible, manteniéndose en el punto de vista o vértice psicoa-
nalítico. En cuanto puede «ser O», estará en condiciones de cono-
cer los sucesos que son evoluciones de O. La interpretación misma
constituye un verdadero acontecimiento en una evolución de O que
es común tanto al analista como al analizado. Ambos dependerán
no sólo de sus sentidos respectivos , sino de las cualidades psíquicas
que son intuidas ~omo lo destacó Freud- por un equivalente
mental de los órganos sensoriales . Este equivalente lo atribuyó a la
función conciencia.
No se pueden establecer reglas para el momento en que la ex-
periencia emocional está madura para la interpretación porque exis-
te un componente inefable en la experiencia emocional analítica.
En cambio es posible , y Bion lo intenta , sugerir reglas para ayudar
al analista a lograr un estado mental que le permita captar las evo-
luciones de O o estar aunado con O.
Bion sugiere que el analista aprenda a trabajar «sin memoria»,
«sin deseo» y «sin comprensión». Más que un «olvidar» , lo que Bion
postula es una posición activa que refrene la memoria y el deseo ac-
tivos, y provea un estado mental que representa con el término «fe»,
que le permita acercarse a la realidad psíquica que no puede ser co-
nocida pero sí «sida». Va acompañado de un «acto de fe» (F) cien-
tífico cuando formula una interpretación, quedebe ser diferencia-
do del significado religioso que suele dársele en el lenguaje corrien-
te; tiene como trasfondo un hecho inconsciente y desconocido.
Bion utiliza los términos «fe», «acto de fe» y «misterio» en va-
rios de sus trabajos para referirse a una actividad mental que fun-
ciona en una dimensión no sensorial.
Plantea , por ejemplo , lo que ocurre con el fenómeno de la an-
siedad . Nadie abriga la menor duda acerca de su existencia ni de
124 REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA PSICOANALÍTICA

su realidad. Sin embargo, nos estamos refiriendo a algo que carece


de equivalente sensorial; carece de forma, color, olor, en síntesis,
no es accesible a los sentidos. Con verdadero rigor, nuestro cono-
cimiento de la ansiedad depende de algo más que de la experiencia
sensorial. Se relaciona más bien con una capacidad desarrollada en
nuestra práctica analítica que nos permite detectar, por ejemplo,
que detrás de la apariencia hostil de un paciente se oculta su an-
siedad.
Este algo diferente de la experiencia sensorial y específicamen-
te importante para la labor del analista es la intuición, que está ba-
sada en una experiencia que no tiene un trasfondo sensorial aun-
que puede expresarse, a veces, en términos derivados del lenguaje
sensorial. Suele decirse, por ejemplo, «ya veo», como una forma
de significar «yo intuyo»:'. La intuición consiste en la capacidad de
captar específicamente los estados emocionales y forma parte de la
función psicoanalítica de la personalidad". Cuando durante el curso
de un proceso psicoanalítico se produce un crecimiento de esta fun-
ción tanto en el psicoanalizado como en el psicoanalista, Bion se-
ñala que hubo «evolución» en ese análisis. La «evolución» puede
tener una semejanza superficial con la memori a, pero una vez que
se la ha experimentado resulta imposible confundirla con ella. El
término «memoria» se refiere a la experiencia relacionada predo-
minantemente con las impresiones sensoriales . Los recuerdos apa-
recen en forma fragmentaria y son buscados activamente. En cam-
bio la memoria oniroide o «evolución» puede compararse con la sus-
tancia de los sueños y corresponde a la realidad psíquica. Compar-
te con los sueños «la cualidad de estar totalmente presente o bien
inexplicable y súbitamente ausente». La evolución implica poder
reunir, por una intuición repentina, una serie de fenómenos inco-
herentes y aparentemente no relacionados que , de este modo , ad-
quieren la coherencia y el significado de que antes carecían.
La finalidad de un tratamiento psicoanalítico es el crecimiento

3 El sentido metafórico del «ya veo» no existe cuando el paciente psicótico-uti-


liza esta frase . «Ya veo», en lugar de significar «entiendo», puede querer decir que
la interpretación se le ha aparecido al paciente en forma visual o alucinatoria, y no
que la ha comprendido.
4 El término reverie, aplicado para referirse a una función importante en la ma-
dre en el contacto emocional con el bebé y sobre todo en lo que a elementos no sen-
soriales se refiere, puede hacerse extensivo a la función del analista , abierto a reci-
bir las identificaciones proyectivas de su paciente y a tomar contacto, a través de su
intuición, con los elementos no sensoriales de la realidad psíquica del mismo.
s Sigmund Freud y Lou Andreas Salomé, Correspondencia, compilada por
Ernst Pfeiffer, México, Siglo XXI, 1968.
REFLEXIO NES SOBRE LA PRÁCTICA PSICOANALÍTICA 125

mental. Éste es el vértice psicoanalítico desde el cual Bion encara


la práctica del psicoanálisis. En cambio, el paciente puede encarar
el psicoanálisis desde distintos vértices; por ejemplo, como antído-
to contra sus ansiedades psicóticas, como refugio en su psicopato-
logía para contrarrestar sus responsabilidades frente a la realidad,
como búsqueda de consejos y directivas para la solución de sus di-
ficultades cotidianas, y de muchas otras maneras. Sin embargo , el
paciente acude al análisis por su deseo de «curación». Bion dife-
rencia el sentido del vértice de la práctica del psicoanálisis, del ob-
jetivo de «curación» tal como se entiende en medicina , con sus aso-
ciaciones de aliviar el dolor , suprimir la enfermedad, etc. La cura-
ción, con su trasfondo sensorial , como así también el «deseo de cu-
rar o de curarse» interfieren con la capacidad de evolución dentro
del análisis.
Ahora bien , la afirmación de Bion acerca de la ventaja de tra-
bajar «sin memoria y sin deseos» puede producir confusión y des-
concierto , además del riesgo de prestarse a malentendidos que dis-
torsionan su verdadero espíritu. Se trata más de una actitud interna
por parte del analista que de una real modificación de la técnica
frente al paciente. Bion se refiere especialmente a una calidad tal
de funcionamiento por parte del analista (sevolución») como para
poder usar al máximo su intuición. Es en ese sentido que sugiere
la utilidad de poder «cegarse artificialmente» para trabajar mejor.
Se basa en un estado que Freud describió en una de sus cartas a
Lou Andreas Salorné'' en la que incluye la frase siguiente: «Sé que
me he cegado artificialmente en mi trabajo con el fin de concentrar
toda la luz en el único pasaje oscuro». Bion quiere significar con
ello que es preferible que el analista no se deje influir por sus co-
nocimientos previos ni por sus juicios a priori para que no conta-
minen lo que está ocurriendo en el «aquí y ahora» de la sesión ana-
lítica. De esta manera , es posible captar al máximo los elementos
y matices nuevos que siempre existen en cada experiencia de en-
cuentro entre paciente y analista. Ello implica la renuncia al uso
consciente de «recuerdos» y «deseos» vinculados o no con el pa-
ciente y rechazar la utilización defensiva de lo aprendido teórica-
mente.
Mientras el analista trata (activamente) de recordar qué le dijo
el paciente en la sesión anterior (memoria) , o piensa en cuánto fal-
ta para que termine la sesión, o en lo que "hará el próximo fin de
semana , o en que el paciente mejore y se cure de su neurosis (de-
seo) , pierde la posibilidad de observar y captar los hechos nuevos
que están ocurriendo en la sesión en esos momentos.
126 REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA PSICOANALÍTICA

Por supuesto, Bion no quiere dar lugar a la apreciación erró-


nea de que considera que el analista se beneficiará mutilando su per-
sonalidad al suprimir su memoria y su deseo , cosa que no es cierta.
Se trata de algo muy distinto. No duda que es esencial conservar la
capacidad para recordar sucesos y experiencias del pasado y para
alentar esperanzas y planes para el futuro . Pero cree que el analista
puede llegar a estar también suficientemente adiestrado como para
retener la capacidad de librarse transitoriamente de la «memoria»
y el «deseo» cuando aparecen como fenómenos mentales perturba-
dores que amenazan el buen aprovechamiento de la sesión analítica.
El análisis se hace siempre en el presente y no puede hacerse
en ningún otro momento. Aunque el analista o el paciente se refie-
ran a ideas relativas al pasado (nostalgias) o al futuro (anticipa-
ción), estas ideas implican sentimientos presentes y actuales muy
poderosos.
Resulta significativa la afirmación de Bion de que en el con-
sultorio debería haber dos personas que comparten una situación
angustiante, aunque la angustia sea distinta en cada una de ellas.
Si no ocurre así, se podría pensar por qué se molestan en tratar de
saber lo que todo el mundo sabe. Lo cual implica la tentación de
trabajar sobre lo ya conocido, tentación que es muy fuerte para los
analistas, ya que el análisis configura una situación en que seres hu -
manos corrientes se están dedicando a una ocupación muy angus-
tiante sin siquiera salir de sus casas .
El analista debe poder tolerar el universo en expansión que
aparece frente a él en su relación con el paciente, más rápido de lo
que él puede pensar . Podría pensar con la rapidez necesaria para
llegar de la nada a la interpretación pero, cuando termina de ha-
blar, el universo ya se ha expandido más allá de lo que puede per-
cibir. El problema es cómo poder ser lo suficientemente fuerte como
para soportarlo, lo cual es un objetivo mucho más modesto que tra-
tar de agregar algo nuevo al psicoanálisis.
La práctica del psicoanálisis depende de que el analista y tam -
bién el analizado sean capaces de establecer contacto con el hecho
psicoanalítico. El hablar de hechos psicoanalíticos es en sí mismo
una teoría; de modo que se hace necesaria una apreciación o com-
prensión clara del hecho psicoanalítico. En la práctica psicoanalíti-
ca realizada en el consultorio hay oportunidad de poder decir «esto
es lo que llamo un hecho».
Bion usa un modelo para ilustrar cierto tipo de experiencias
que ocurren en la situación analítica. Así, por ejemplo, señala que
si se encontrara con una corriente de agua que fluye suavemente
REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA PSICOANALíTICA 127

sin obstáculos, no podría verla porque resultaría demasiado trans-


parente ; ahora, si introduce una vara en el agua, entonces sí podría
ver la corriente porque aparecería turbulencia . En la misma forma,
señala, suponiendo que exista una mente humana, esa mente pue-
de originar turbulencia y ciertas otras mentes humanas son particu-
larmente sensibles , intuitivas, talentosas, como para poder poner
de manifiesto estas turbulencias como lo ha hecho Leonardo da Vin-
ci en sus dibujos de pelo yagua.
Bion dice que puede ocurrir que a veces hay tan poca tensión
entre dos personas que prácticamente no se estimulan. En el otro
extremo , las diferencias entre las actitudes o temperamentos son
tan grandes que se hace virtualmente imposible discutir. De modo
que la situación podría ser tan deficiente en tensión que faltaría es-
tímulo, o tan tensa que tampoco resultaría productiva.
Enfatizando sobre la observación del vínculo que une a analis-
ta y analizado, señala que en ocasiones, puede ocurrir una tenden-
cia bastante generalizada a eludir las situaciones nuevas, incompren-
sibles e incoherentes porque producen ansiedad y persecución. Esto
ocurre no sólo en el paciente sino también en el analista. Por lo mis-
mo, suele ser relativamente frecuente que ambos caigan en una
complicidad inconsciente para tratar las cosas ya conocidas y más
fáciles de comprender.
Su consejo de conside rar al paciente «como si lo viera por pri-
mera vez» y se tratara de un «paciente nuevo», implica precisamen-
te el poder embarcarse en la experiencia de cada sesión con la men-
te libre y no prejuiciada, para que la observación rinda al máximo
y la «evolución» o intuición se desarrolle .


VIII

«EL ÚLTIMO BION»

En el último capítulo del libro Attention and Interpretation t , ti-


tulado «Preludio al o sustituto del logro», Bion introduce la idea de
una «capacidad negativa». La capacidad negativa es la que tiene
una persona «...capaz de devenir en incertidumbres, misterios, du-
das, sin ninguna irritante búsqueda en pos de hechos y razones» .
La cita proviene de una carta de John Keats/ a sus hermanos Geor-
ge y Thomas, y en ella Keats habla de la cualidad que, en su opi-
nión, genera al «hombre de logro », especialmente en literatura y
en este caso en particular a Shakespeare. Esta capacidad , por otra
parte tan afín a la idea de Bion de «sin memoria, sin deseo, sin com-
prensión... » a la que nos hemos referido en el capítulo VII, se vin-
cula al área del psicoanálisis y del lenguaje que será contenida en
el concepto de «lenguaje de logro» .
El lenguaje de logro tiene ciertas cualidades. Es, a la vez, un
preludio ala acción y, en sí mismo, una especie de acción: mantie-
ne elementos no saturados promoviendo transformaciones y cam-
bios en evolución hacia el logro; tiene perdurabilidad, ya sea en el
tiempo o en el espacio. El encuentro del psicoanalista y el analiza-
do es en sí mismo un ejemplo de este lenguaje, como también lo
es el de las creaciones artísticas o científicas . Bion le opone el «len-
guaje de sustitución» que, por contraste, es aquél donde éste (el len-
guaje) es un sustituto para la acción y no un preludio de ella. Los

1 W. R. Bion, Attention and lnterpretation , Londres, Tavistock, 1970.


2 J. Keats (1817), Letters, ed. por M. B. Forman, Londres, Oxford University
Press. 1952.

129
130 «E L ÚLT IMO BION»

que dicen «las acciones dicen más que las palabras» se refieren al
lenguaje de sustitución.
El lenguaje de logro puede expresarse por un pensamiento o una
acción; en ambas situaciones, su característica está dada en el ser un
preludio a una modificación o cambio que significa evolución o cre-
cimiento y no ser el sustituto para un tal cambio. Presenta una cua-
lidad de perdurabilidad que va más allá del momento en el que es
utilizado. No está necesariamente ligado al espacio histórico o cultu-
ral en el que se lo enuncia y puede emerger con sus características
de promover cambios en otras culturas o épocas en las que se origi-
nó. Posiblemente estas características se deben a que está formulado
(por formulación entendemos la forma en que se expresa) de un modo
tal , que hace que tanto el emisor como el receptor de una tal comu-
nicación, permanezcan en grado de no-saturación, es decir, en un es-
tado de comprensión parcial con un fuerte estímulo para observar las
implicaciones de lo formulado o de lo hecho.
El lenguaje de logro se configura en y como una relación con-
tinente-contenido, y como tal , expresa una relación que puede tam-
bién ser investigada como una función . Queremos ahora deslindar
-algunos de los factores que hacen a esta función.
El primer factor (la secuencia numérica no debe entenderse
como un orden de prioridades, sino como la enumeración de un con-
junto) es la de un continente restaurado ·(la madre , Dios , el gru-
po , etc.). El segundo , la evolución del contenido (la divinidad , lo
«sin forma , infinito, inefable , no existente») . El tercero, la no-me -
moria, el no-deseo (es decir, la capacidad negativa) y la no-com-
prensión, siendo el cuarto, la matriz emocional en la que se gene-
ran, a saber: las pasiones, entendidas como emociones vivenciadas
con intensidad y calidez sin sugerencia de violencia; L, H YK en
una feliz combinación.
El lector notará que esta lista de factores , está relacionada con
lo que Bion había formulado previamente en sus descripciones de
la relación entre idea nueva y Establishment, o entre el místico y el
grupo. Retomando estos conceptos (ver cap. 1), podemos decir que
el lenguaje de logro se genera de una adecuada combinación entre
los vínculos simbiótico y comensal; el vínculo parasitario expresa,
por el contrario, los factores que se le oponen, ya que no permite
ni producir ni comprender un tal lenguaje . El lenguaje de sustitu-
ción surge de la inhibición de los objetos estimulantes de crecimien-
to y multiplica el impulso a inhibir. El lenguaje de logro, por el con-
trario, recibe y transforma los objetos estimulantes, dando por re-
sultado, crecimiento y logro.
«EL ÚLTIMO BION» 131

UNICIDAD (A T-ONE-MENT)

Creemos que el concepto de «unicidad» o «at-one-ment» debe


figurar entre aquéllos que han adquirido una importancia relevante
en la obra de Bion como la que corresponde a «lenguaje de logro»,
«cesura», «turbulencia», etcétera.
Ya hemos visto en el capítulo IV que Bion utiliza el signo O
para referirse al hecho original de una experiencia determinada
(queremos aclarar que el signo O que en ese capítulo aparece sig-
nificando «cero», como posible punto de partida de las coordena-
das de un espacio matemático, debe ser entendido, en realidad,
como equivalente a «origen» y no a «cero»). Bion usa el signo O
para representar el aspecto esencial de toda situación que debe en-
frentar el psicoanalista, y destaca específicamente que éste debe es-
tar en «unificación» con este rasgo central y que deberá identificar-
se con su evolución para poder formularla en una interpretación.
El signo O representa la verdad absoluta que no puede ser conoci-
da por ningún ser humano; sólo se puede deducir su presencia o,
en todo caso, se puede llegar a formar parte de ella, es decir, estar
en unicidad o at-one-ment con ella. Ningún descubrimiento psicoa-
nalítico sería posible sin el reconocimiento de su existencia, la uni-
cidad con ella y su evolución. El psicoanalista debería lograr alcan-
zar el marco mental en el cual pueda ser receptivo de O; y ello de-
penderá de su capacidad para estar en at-one-ment con dicho O . Lo
que se necesita, afirma Bion, no es una fundamentación para el psi-
coanálisis, sino una ciencia que no esté restringida por su trasfondo
sensorial; que sea una ciencia del at-one-ment. Una paciente de uno
de nosotros" usaba el término «convergencia» para manifestar su de-
seo de que su analista perteneciera a la categoría de personas que
«cuando están con uno, realmente lo están» . Tanto el término «con-
vergencia», como la frase «estar realmente con uno», se aproximan
al concepto del at-one-ment con la realidad psíquica O del analizado.

CESURA

Bion introduce la noción de «cesura» explícitamente en sus es-


critos en un artículo publicado en 19774 , que lleva este título. Parte

3 L. Grinberg, «Contraidentificación proyectiva- en Teoría de la identificación .


Madrid, Tecnipublicaciones, S.A., 1985.
4 W. R. Bion (1977), Two Papers: The Grid and Caesura, Brasil, Imago Edi-

tora. También en «On a Ouotation from Freud» en Clinical Seminars and Four Pa-
pers, ed. por Francesca Bion , Abingdon, Fleetwood Press , 1987.
132 «EL ÚLTIMO BION »

como modelo de una cita de Freud de «Inhibición, síntoma y an-


gustia» (Freud, 1926) que dice: «Vida intrauterina y primera infan-
cia constituyen un continuo , en medida mucho mayor de lo que nos
lo haría pensar la llamativa cesura del acto del nacirniento- ", y con
esta cita como trasfondo, jerarquiza en la noción de cesura dos as-
pectos: la separación (corte, pausa, barrera, pantalla... ) y la conti-
nuidad (extensión, totalidad ... ).
El énfasis puesto en la o las cesuras -de las que la del naci-
miento es sólo una- está en sostener, que en el curso del desarro-
llo emocional, la mente o personalidad crea o establece una serie
de brechas, escisiones o cesuras. Son lugares de separación entre
distintos estados mentales. La cesura entre inconsciente y conscien-
te es bien conocida por los psicoanalistas desde que Freud introdu-
jo estas nociones junto con las de represión y resistencia; la de es-
tar dormido/estar despierto son estados mentales conocidos por to-
dos. ¿Es lícito conjeturar una conexión entre pensamientos y emo-
ciones adultos y la vida prenatal? Bion piensa que sí aunque sus ves-
tigios se expresen solamente en forma tenue en la personalidad
adulta.
Bion señaliza una cesura con el signo «[» (barra inclinada) para
indicar la brecha entre dos estados mentales y también señalar que
hay un potencial cambio dinámico que puede establecerse entre los
estados separados por la barra, sin establecer la dirección del mis-
mo. Son ejemplos expuestos en su obra, en especial en A Memoir
af the Future (ver más adelante) : inconsciente/consciente , locu-
ra/cordura, sueño diurno/sueño, pasado/presente , presente/futuro ,
memoria/deseo, estar dormido/estar despierto, narcisismo /socialis-
mo, reverencia/adoración , explícito/implícito , pre-natallpost-natal.
La lista puede por supuesto, ampliarse.
La idea de cesura y sus funciones son a nuestro juicio una evo-
lución de sus conceptos (ya tratados en el cap . I1I) de pantalla beta,
barrera de contacto , vínculo y nombre que liga una conjunción cons-
tante.
Parte de la tarea analítica y también del crecimiento mental,
es lograr maneras de atravesar o de establecer un puente o posible-
mente, mejor expresado aún , trascender estas cesuras , pantallas o
barreras.
Cuando una persona logra hacerlo , penetra la barrera de in-
comprensión de sí mismo y de quien lo escucha. Puede ocurrir que

:; S. Freud (1926), «Inhibición, síntoma y angustia», en Sigmund Freud. Obras


Comp letas. vol. XX, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1979, pág. 131.
«EL ÚLTIMO BION» 133

logre pasar al otro lado de la barrera y entonces, verla, así como lo


que la misma separa. También puede ocurrir que mediante una ac- .
titud mental apropiada, básicamente constituida por instrumentos
disciplinadamente, la no-memoria, el no-deseo y la no-comprensión
(ya sea en forma conjunta o alternativa), logre hacer desaparecer
o disminuir transitoriamente la opacidad de la pantalla . El creci-
miento mental tantas veces mencionado en este texto, adq uiere con
esto nuevo empuje y la persona se deviene a sí misma, transfor-
mada .
En el párrafo anterior nos hemos referido a la opacidad de la
pantalla como un factor que puede dificultar su pasaje. A veces,
una luminosidad muy fuerte puede funcionar del mismo modo por -
que las «ideas. brillantes» pueden deslumbrar y funcionar como ce-
suras. En este sentido, Bion ha tomado en cuenta, en varias opor-
tunidades, una cita de una carta de Freud a Lou Andreas Salomé,
donde dice que «... he debido cegarme artificialmente para enfocar
toda la luz sobre un punto oscuro ... ». Esta idea, la de «bajar la luz
para detectar resplandores tenues», está relacionada con la de no-
memoria, no-deseo como regla técnica, puede extenderse por ana-
logía a «silenciarse artificialmente», para oír «los muy tenues soni-
dos» 6 .
Los instrumentos necesarios para trascender el diafragma, la
encrucijada, la pantalla, la resistencia , además de los ya nombra-
dos (no-memoria, no-deseo ... ) son la razón espe culativa, la conje-
tura imaginaria y la imaginación especulativa. Cuando esto se lo-
gra, se obtiene una experiencia de continuidad o de totalidad. Los
procesos continente-contenido en K y Ps ~ D (ver caps . Ill y VI)
que estructuran parte de la mente en crecimiento, constituyen tam -
bién parte del equipo mental necesario para un nuevo paso para el
logro de la experiencia de continuidad. El lector observará la rela-
ción de estos conceptos con el ya tantas veces mencionado cambio
catastrófico y su relación con el insight psicoanalítico .
Las cesuras son, por otra parte, necesarias para el desarrollo.
La sobrevivencia, la vida contractual en los numerosos grupos hu-
manos en los que la personalidad se desenvuelve , jerarquizan la ne-
cesidad de establecer y mantener ciertas cesuras. La segunda cesu-
ra descrita por Freud, nos protege de decir «cosas fuera de lugar»,
la barrera de la represión exitosa permite «estar dormido» o incons-
ciente de muchos contenidos mentales que perturbarían nuestro «es-
tar despierto». Pero también en tanto la cesura, la brecha, la opa-

h W . R . Bion (1977) . Two Papers: The Grid and Caesura, loe. cit.
134 «E L ÚLTIMO BION»

cidad (O brillantez enceguecedora) se profundizan y amplían, la per-


sonalidad deviene más y más escindida , se opaca , se marchita , de-
crece . Estamos aquí en el área ubicable en la columna 2 de La Ta-
bla (cap . III), cuyo efecto es más perjudicial o antagónico al creci-
miento si las transformaciones se realizan en - K (ver cap. VI). La
personalidad queda separada de «eso ot ro» , a veces de «lo que no
es». Sus símbolos se deterioran, perdiendo la fuerza provista por la
articulación de la cualidad negativa del nombre. Estaríamos en el
terreno del lenguaje de sustitución como opuesto al lenguaje de
logro .
Hasta aquí hemos señalado dos facetas de la cesura en su ca-
racterización como barrera, su necesidad y su patología. Señ alamos
también la importancia de su disolución que permite acceder a la
experiencia de continuidad. Queremos ahora llamar la atención so-
bre otro aspecto: la capacidad o habilidad de establecerlas, como
fuente de nuevos desarrollos y descubrimientos . Bion nos ha mos-
trado algunos ejemplos clínicos en fragmentos de ma terial expues-
tos en el capítulo II de Attention and Interpretation (ver ejemplo de
«ice cream» y «I scream») y en el artículo «Evidencia» (<<1 shaped
stair» y «why shaped stare»] ", Al escuchar un relato como una aso-
ciación libre, etc. , el oyente (en este caso, el analista) suele reali -
zar transformaciones de movimiento rígido (ver cap. IV) que le per-
miten, mediante cortes, separaciones impuestas al fluir del discur-
so, oír y comprender las palabras que el otro enuncia. Poner las ce-
suras en otro lugar permite a veces realizar descubrimientos insos -
pechados acerca del significado latente de un material, como en el
caso de los ejemplos citados y muchos otros que podrían colocarse
en su lugar.
Estos ejemplos ponen en evidencia un fenómeno mucho más
ampliamente conocido por los analistas: la necesidad de elegir en-
tre varias interpretaciones posibles de un mismo material. Elegir
una, supone inhibir las otras opciones y esta inhibición implica una
escisión , el establecimiento de una cesura. Bion llama a este tipo
de splitting «splitting no-patológico», al que supone que la mente en -
trenada del psicoanalista está acostumbrada a realizar en forma rá-
pida y ordenada. En términos más generales, el analista debe utili-
zar este método de splitting no-patológico , porque la situación total
que se le presenta está siempre más allá de su capacidad de darse
cuenta de la realidad presente, así como está más allá de la capa-

7 W . R. Bio n , «Ev idence», Bull. Brit. Psycho -Anal. Soc. , n. " 8, 1976 . Tambié n
en C/inical Seminars and Four Papers, loe. cit.
«EL ÚLTIMO BION» 135

cidad de un lactante el captar el mundo tal como lo conocemos como


adultos. Volviendo al analista, esta inadecuación , sin embargo, no
debe llevarnos a observar solamente lo que entendemos, porque al
hacer esto, nos negamos la materia prima de la que depende nues-
tro conocimiento presente y futuro .
Entonces, hay que establecer cesuras pero también trascender-
las, instalarlas y también pasar la brecha, o como dice el mismo
Bion en el final del artículo citado al comienzo de este apartado
«existe mucha más continuidad entre cuantos autonómicamente
apropiados y las ondas de sentimientos y pensamientos conscientes
que lo que la impresionante cesura de la transferencia y contratrans-
ferencia nos hace creer. .. ¿Entonces? Investiguemos la cesura ; no
al analista, no al analizado ; no al inconsciente , no al consciente ; no
la cordura, no la locura. Investiguemos la cesura, el vínculo, la si-
napsis , la (contra) transferencia, el modo transitivo-intransitivo».

MEMORIA DEL FUTURO . ENSAYOS


AUTOBIOGRÁFICOS

El subtítulo de este apartado merece una reflexión . Vamos aho-


ra a referirnos y a explorar los últimos libros escritos por Bion.
Pensamos que no se puede hablar de un «último Bion», salvo
si se le adscribe una escala cronológica temporal, convencional.
Bion piensa que los números son un límite que la mente humana
utiliza para poner orden en un infinito y en este sentido, hablar de
un «primer Bion» o de un «último Bion », son palabras que noso-
tros utilizamos, para dar la impresión de un límite : un inicio y un
final. Creemos más bien que sus ideas deben ser consideradas ideas
que circulan, ideas en tránsito, que permanentemente intentan tras-
cender cesuras para lograr nuevas comprensiones y abrir nuevos in-
terrogantes como preguntas , las más de las veces sin respuestas, que
expanden el infinito campo de lo cognoscible/incognoscible.
Desde esta perspectiva , sus trabajos y especialmente A Memoir
of the Future (sobre cuyo peculiar estilo, hablaremos en el aparta-
do correspondiente) constituyen un intento de transmitir el psicoa-
nálisis en lenguaje de logro . Recordamos que una de las caracterís-
ticas del lenguaje de logro es su perdurabilidad en el tiempo . Que-
remos agregar ahora que éste tiene por su forma y contenido, una
individualidad y singularidad muy importantes, que lo asemejan al
lenguaje de los grandes poetas y escritores. Contiene también una
«vacuna» (¿antídoto?) contra las transformaciones en -K o las ma-
136 «EL ÚLTIMO BION»

nifestaciones del vínculo parasitario (ver cap. 1), capaz de emerger


entre estas ideas y el grupo institucionalizado (Establishment) , ya
que pensamos que tienen menos posibilidad de ser achatadas o re-
ducidas a dogmas o leyes científicas.
Es posible que Bion haya intentado y -esperamos- logrado
que las ideas o verdades psicoanalíticas se conserven en su capaci-
dad de generar nuevos desarrollos en ese estilo y formulación que
él, como hombre maduro y con una larga vida ya vivida, encontró
para transmitir en sus últimos libros.

UNA MEMORIA DEL FUTURO

A Memoir of the Future es el títu lo de una serie de tres libros


escritos por Bion en 1975, 1977 Y 1979. Los nombres de sus tres
tomos son: «El sueño» 8 , «El pasado presentado» 9 y «El amanecer
del olvidos '" ,
Leyendo solamente los títulos de esta obra , el lector se encon-
trará seguramente sorprendido, porque no responden a lo que habi-
tualmente son los títulos de trabajos científicos o psicoanalíticos. En
conjunto tienen varias peculiaridades que queremos destacar: su es-
tilo, su forma de presentación y su contenido. Indudablemente, pre-
sentan una modalidad atípica para la presentación de ideas científicas.
Los libros están escritos como un relato novelado que, en for-
ma entretejida, sufre una transformación en escenas teatrales (in-
cluyendo a veces indicaciones acerca del «escenario», entradas y sa-
lidas de personajes, luces, sombras, etc .) , diálogos con formulacio-
nes estéticas o en lenguaje poético , utilizando los personajes, fra-
ses de textos de Shakespeare, Milton, Horacio y muchos otros lite-
ratos (más o menos conocidos); en otros pasajes hay parlamentos
y algunos diálogos que constituyen ensayos sobre fundamentales
conceptos psicoanalíticos desde el vértice de las ideas de Bion.
Otras veces , los personajes teatralizan funcionamientos men-
tales en los que se vislumbran aspectos de ideas psicoanalíticas , ex-
presando relaciones con la sociedad o el grupo que los alberga. A
esta estimulante estructura y, por momentos, apasionante y enig-

8 W. R. Bion (1975), A Memoir o[ the Future. Book One. The Dream, Brasil,
Imago Ed.
9 W. R. Bion (1977), A Memoir o[ the Future. Book Two. The Past Presented,

Brasil, Imago Ed .
10 W. R. Bion (1979), A Memoir of the Future. Book Three. The Dawn of Obli-
vion, Perthshire, Clunie Press.
«EL ÚLTIMO BION» 137

mático desafío a la comprensión, hay que agregar diálogos con jue-


gos de palabras, metáforas y analogías que forman, en ocasiones,
un verdadero criptograma psicoanalítico-literario.
Estas características hacen que su contenido no pueda ser re-
sumido en ninguna síntesis; cualquier intento en este sentido sería
traicionar el espíritu de la obra.
La novela , que transcurre como tal en los tres tomos, permite
ir desvelando historias y experiencias vitales de sus personajes. Co-
menzando como una novela costumbrista, va adquiriendo por mo-
mentos características de relato de ciencia-ficción.
El tomo I comienza la acción del relato novelado, en Inglaterra
en un tiempo indeterminado , en una granja o casa de campo . Se
sugiere una amenaza vaga, indeterminada, de enemigos, ejércitos
invasores, y se muestra la tensa espera que tienen Alicia y Rolando
(una pareja de clase media alta y educación privilegiada) . Compar-
tiendo la situación se encuentra su sirvienta Rosemary, con su pa-
sado de temor, sumisión y prostitución. Estos tres personajes inte-
ractúan intensas situaciones regresivas y emocionales con fuertes
cambios de identidad , mientras esperan la llegada del invasor. In-
tervienen en estas escenas también: Tom (trabajador de la granja ,
que representa la sexualidad carente de amor) y Robin (un compa-
ñero de Rolando y granjero a su vez) .
Con esta estructura de novela que deviene escenificación tea-
tral, los personajes van desvelando trozos de su historia, a través
de diálogos y opiniones. Bion (aunque expresado en todos los per-
< sonajes) aparece representado manifiestamente en tres formas:

como Bion (posiblemente encarnando esa parte de él visible como


identidad social o profesional), como Yo-mismo (personaje éste,
que parece expresar sus pensamientos más íntimos) y como P. A.
(abreviatura de psicoanalista, que posiblemente representa el cono- .
cimiento y la experiencia psicoanalíticas).
Como personajes transitorios, aparecen trozos de su vida, de
su historia, fragmentos de su autobiografía. Sus nombres incomple-
tos, porque la lista es muy amplia , son: Cap. Bion , Cuarenta años,
Catorce años, Veintiún años, etc. Todos estos personajes interac-
túan con los miembros de la novela, creando un conjunto complejo
en sus relaciones que producen nuevos pensamientos. Éstos requie-
ren ser encarnados en nuevos personajes; sus nombres nos hablan
de la multitud de vértices transformacionales en esta compleja obra,
que materializa, como ya dijimos , un psicoanálisis de logro , a tra-
vés de esta trama enigmática, inquietante y reveladora, si la mente
del lector se abre a la experiencia .
138 «EL ÚLTIMO BION»

La lista de nombres que daremos, tampoco será completa.


Así en el texto escuchamos a Alberto Stegosaurio (probable con-
densación del pensamiento científico representado por Alberto
Einstein junto con un desarrollo defensivo); escuchamos a Adol-
fo Tyranosaurio (posiblemente representando a Adolfo Hitler y
el canibalismo no inhibido). Escuchamos también a los Pre-nata-
les, a los Post-natales, a Embrión maduro, Cura, Médico, Dios,
. Diablo , Sherlock Holmes, Watson , Horiarty , Voz , Leonardo ,
Schreber, Hombre, Somita 3, Posición Esquizo-paranoide, Posi-
ción Depresiva , Dn (posible representación de un sueño , una con-
jetura imaginativa , un futuro de un pasado la forma de la cosa
por venir) y a muchos otros.
Con respecto a la forma de presentación, nos encontramos con
curiosas singularidades, por ejemplo , en los tres tomos, el número
del capítulo es el de la página que corresponde. Es así que, sólo a
título de ejemplo , existe el capítulo ciento treinta y siete , que tiene
ese número por coincidir con la página 137. En cambio , no existe
el capítulo ciento treinta y ocho; el que le sigue, es el ciento cua-
renta y tres.
Otra curiosidad es que el primero y el tercer tomo presentan
al comienzo y al final, en páginas aparte, diálogos entre Bion como
vendedor del libro y un supuesto comprador-lector del mismo.
El Pro-logos, escrito de esta forma y su contenido, es otro lu-
gar donde el fluir caudaloso del pensamiento creativo de Bion hace
sentir su paso.
Pensamos que todos estos recursos técnicos comunicacionales,
alertan al lector acerca de mensajes codificados que requieren des-
cubrimiento para develar aspectos del pensamiento de Bion.
Bion, junto con su esposa, realizó un glosario llamado «Key»ll ,
en un intento de hacer más comprensibles aspectos oscuros de la
obra. Funciona como comentarios referenciales de cómo pensó
Bion los personajes o los términos técnicos que a veces usa. Ade-
más, unas citas bibliográficas permiten al lector interesado ir a las
fuentes de donde se extrajeron las frases. Esta experiencia suele
brindar la participación en las bases nutrientes del pensamiento de
Bion desde el vértice , muchas veces bíblico, y las más de las veces,
literario. El glosario contiene también necesarias aclaraciones de lu-
gares geográficos y hechos históricos enunciados por los personajes
en sus diálogos. Como hecho curioso , contiene también al comien-

11 W. R. Bion y F. Bion (1981), A Key lo A Memoir oj the Future, Perthshire,

Clunie Press.
«EL ÚLTIMO BION" 139

zo y al final un diálogo, en este caso, entre Bion y su esposa, Fran-


cesca Bion.
La trilogía no termina, no concluye; el grupo de personajes da
la impresión de suspender transitoriamente su intercambio. Una re-
flexión queda vibrando , generando turbulencia'f y llamando a ser
pensada: el psicoanalista al final del tomo 111 plantea la adverten-
cia que «... a no ser que el animal humano aprenda a devenir un ex-
perto en la discriminación estará en inminente peligro de elegir
equivocadamente». Alicia pregunta: «¿La guerra nuclear, por ejern-
plo?» y el psicoanalista responde : «No hay etiquetas para la mayo-
ría de las opciones; no hay sustituto para el crecimiento de la sabi-
duría. Sabiduría u olvido (oblivion) . No hay escape (release) de esa
guerra».
Parece hablarse de un desafío, el de desarrollar la «pre-con-
cepción Hombre», la que propone una mente «separada» 13, nueva
en su función, capaz de lograr discriminar pensamiento y acción.

LIBROS AUTOBIOGRÁFICOS

Nosotros inferimos que , en forma simultánea con la redacción


y publicación de los últimos tomos de A Memoir of the Future, Bion
escribe su autobiografía. Ella está constituida por dos tomos . El pri-
mero ti tulado «El largo fin de semana. Parte de una vida
1897-1919»14 fue publicado después de su muerte. El segundo tomo
consta de dos partes , una primera cuyo título es «Recordando to-
dos mis pecados. Otra parte de una vida»15 que continúa a la an-
terior y se extiende históricamente hasta la finalización de la Segun-
da Guerra Mundial y personalmente hasta los comienzos de su for-
mación psicoanalítica.
Este tomo es probablemente un borrador, casi no corregido y

12 En su artículo «Turbulencia emocional» (publicado en Clinical Seminars and


Four Papers, ed . Francesca Bion, Abingdon, Fleetwood Press, 1987), Bion se refie-
re a la reacción de turbulencia que aparece en ocasiones dramáticas como son las
del nacimiento, muerte, adolescencia o decaimiento de la senilidad. Agrega que se
requiere ser suficientemente toler ante par a percibir la turbulencia emocional. Y una
vez percibida , ¿qué debemos hacer con ella? ¿inhibirla? ¿investigarla? ..
13 E. T. de Bianchedi y D. Sor (1982), «La mente primordial, el mito de Babel
y la mente separada», Actas del V Symposium y Congreso Interno de APDEBA so-
bre «El desarroll o psíquico tempr ano», 2.' parte .
14 W. R. Bion (1982). The L ong Week·End, ed . por Francesca Bion , Abingdon ,
Fleetwood Press.
140 «EL ÚLT IMO BION»

que fue publicado por su esposa, Francesca Bion, en 1985 . Ella mis-
ma lo complementó con el agregado de cartas, pinturas y dibujos
realizados por el mismo Bion. Agrupó todo ese material bajo el tí-
tulo «El otro lado de la genialidads ". Su objetivo era mostrar una
faceta vital de Bion, llena de contacto emocional y alegría por la
vida, y atenuar así la impresión de pesimismo y desagrado de sí mis-
mo que se puede eventualmente desprender de esta segunda parte
de una vida.
Los dos tomos de la autobiografía están escritos en términos
de lenguaje coloquial, del hombre común, no usando términos teó-
ricos o formulaciones de conceptos psicoanalíticos.
Escrito en primera persona (solamente en una parte del segun-
do tomo hay un diálogo con una voz interior) relata a través de anéc-
dotas, episodios personales, descripción de escenas y personajes , re-
cuerdos y situaciones sociales.
Comienza desde su más temprana infancia y mantiene un or-
den cronológico , hasta su edad adulta. Así es que se recorren sus
primeros años de vida en la India, lugar donde nació , sus descubri-
mientos infantiles, el carácter y personalidad de su hermana que
tanto contribuyeron a estimular en él esa faceta que creemos le per-
tenece , observar lo insólito e inesperado. También relata las rela-
ciones sociales con amigos de los padres y las relaciones de la fa-
milia con el personal de servidumbre; su crianza bajo el cuidado de
su aya hindú y su relación con los «intocables», sus travesuras y sus
juegos infantiles.
Queremos enfatizar que la imagen que se desprende de Bion
es la de un niño con una especial capacidad para el asombro que,
asociada a la observación, recrea en el lector la experiencia de des-
cubrimiento. Parece como si lo que luego serían las penetrantes con-
ceptualizaciones de Aprendiendo de la experiencia y sus otros tex-
tos, estuvieran relatados vivencialmente. Asistimos también a los
problemas que quedaron en suspenso , en estado de no resolución.
Posiblemente , el estudioso de las formulaciones bionianas o de su
capacidad para plantear problemas y enigmas sin resolver, encon-
trará correlaciones con estas experiencias infantiles.
Está relatada su emigración a Londres , su ingreso a los ocho
años como pupilo en una escuela, la separación de su madre cuya
personalidad es pintada a través de sensibles trazos, diríamos , pin-
celadas que aparecen esparcidas en toda la obra. Algo similar ocurre

15 W. R. Bion (1985), All my Sins Remembered and The Other Side 01 Genius,
ed. por Francesca Bion, Abingdon, Fleetwood Press.
«EL ÚLTIMO BION» 141

con sus agudas observaciones acerca de la personalidad del padre,


que se desgranan articuladas con anécdotas en el transcurso de los
años y de sus experiencias vitales y vivenciales.
Los placenteros juegos infantiles, así como los crueles juegos
grupales, los juegos deportivos, el descubrimiento de las «relacio-
nes» de amistad, sus vacaciones con distintos compañeros, encuen-
tran su espacio en el texto y están relatados de tal forma, que ha-
cen que el lector acompañe al niño Bion en el descubrimiento del
sexo, de la orfandad, de la agresión, de la enfermedad y la muerte,
de la religión , de los intereses creados; hacen pensar que el con-
cepto de vértice transforrnacional, que tanto enfatizó, fue casi una
experiencia corriente en su vida.
Una gran extensión del primer tomo está dedicada a un relato
pormenorizado de sus experiencias en la Primera Guerra Mundial.
Se incorporó voluntariamente a los 18 años al ejército, en par-
te debido a la presión social; hace mención a un affiche en donde
Lord Kitchner, con un dedo acusador, decía: «El país lo necesita».
Cuenta también que recibió una pluma blanca , señal de cobardía,
de manos de una muchacha en una calle de Londres, por ir vestido
de civil.
Es entrenado para oficial del recientemente creado Cuerpo de
Tanques, siendo destinado a ser combatiente. Asistimos a sus ex-
periencias del contacto emocional con jefes y equipos de soldados
bajo su mando.
La muerte inútil, el horror, la arrogancia y la estupidez huma-
nas, alternan con estremecedores relatos de ternura, impotencia, in-
comprensión y descubrimiento de profundas vivencias de cobardía
y valentía . Las diferentes facetas del carácter humano están desnu -
dadas y relatadas desde este joven de veinte años , que recibió la
Cruz de la Victoria, el DSO (Distinguished Services Officers) y la
Legión de Honor Francesa.
El otorgamiento de la Cruz de la Victoria, máximo galardón
por acción en combate , está relatado desde varias perspectivas: trá-
gicas, cómicas y dramáticas , y desde la observación de una impli-
cancia. Era un equivalente a una sentencia de muerte, por dos mo-
tivos. El poseedor sería elegido para futuras acciones , generalmen-
te inútiles y peligrosas ; la otra consecuencia es que podría engañar-
se y considerarse valiente .
En todos los relatos de los episodios de guerra , se destaca para
el lector una mente que busca el sentido común, asociado a un agu-
do sentido de responsabilidad para tratar de evitar más daño y más
muerte. Posiblemente esto hace comprensible la frase expresada en
142 «EL ÚLTIMO BION»

Semínarios'<'? y en otro art ículo'f en donde sostuvo que para ser psi-
coanalista , no se requiere ser inteligente sino tener la capacidad de
un general de poder «pensar» mientras se está siendo bombardeado .
De 250 oficiales del curso inicial cuando se incorporó , sólo so-
brevivieron , Bion y otros dos.
Antes de ser desmovilizado con el grado de capitán, asistimos
a sus singulares observaciones de los cambios sociales en hombres
e ideas , al finalizar la horrorosa guerra .
El segundo tomo incluye su incorporación a la Facultad de Me-
dicina, su falta de dinero , sus estudios y sus relaciones con compa-
ñeros, maestros y profesores.
Pensamos que cada episodio relatado , refleja como un prisma
multifacetado , el carácter y la personalidad de Bion , como así tam-
bién muchas de las ideas que fueron cuna de sus evoluciones .
Los dos libros form an un pattern, una conjunción constante re-
currente , de su self psicoanalizado , una invariante transformacional
que , articulándose con las sucesivas anécdotas, empujan al lecto r ,
al descubrimiento de un hombre y sus «relaciones». Empujan tam-
bién a fecundas revelaciones de sus formulaciones teóricas.
Se cumple así el objetivo de esta singular biografía: «Lograr
aproximaciones a dos tipos de verdades; estéticas y psicoanalíticas
o a ambas como parte de la verdad científica».

UNA APROXIMACIÓN A LOS CONTENIDOS


DE LA TRILOGÍA/AUTOBIOGRAFÍAS

Ya hemos hecho un pasaje por la forma y el estilo de estos cin-


co libros, mencionando también algunos de sus contenidos , los nom-
bres de algunos de sus personajes, someras referencias a algunas
de las ideas que expresan , relato parcial de la trama de la novela y
menciones de episodios de la vida de Bion . H emos expresado nues-
tra idea acerca de las convicciones del autor , en transmitir un psi-
coanálisis vivo y no fácilmente «enterrable» en dogmas, leyes o idea-
lizaciones/expulsiones .

16 W. R. Bion (1973), Bion's Brazilian Lectures, 1, Sao Paulo, Río de Janeiro ,


Imago Editora Ltda., 1974.
17 W. R. Bion (1974), Bion's Brazilian Lectures, 2, Rio -Sao Paulo, Río de Ja-

neiro, Imago Editora Ltda., 1975. Traducido también al español en Seminarios de


Psicoanálisis, tomos 1 y 2, Buenos Aires, Editorial Paidós , 1978.
18 W. R. Bion (1979), «Making the Best of a Bad Job», in Clinical Seminars
and Four Papers, ed . por Francesca Bion, Abingdo n, Fleetwood Press, 1987.
«E L ÚLTIMO BION» 143

Queremos ahora brindar al lector de esta Nueva introducción


a las ideas de Bion una posible comprensión de algunas posibles
ideas subyacentes, líneas que pueden encontrarse «detrás» del con-
tenido manifiesto de estos sueños y de los que consideramos son al-
gunas asociaciones, es decir, su autobiografía.
Las siguientes reflexiones y pensamientos, como toda interpre-
tación, van más allá de lo dicho explícitamente en la trilogía. Se ba-
san en ciertas evidencias, por ejemplo, formulaciones explícitas de
los personajes de la trama, con modelizaciones de pensamientos
nuestros , que toman por base toda la obra de Bion, y en un con-
tacto «pasional» (en el sentido definido por el mismo Bion, como
una relación de dos mentes en contacto , sin sentido de violencia y
con equilibrio armonioso de L, H Y K) con el autor. Ésa es la re-
lación que hemos establecido con sus libros y sus ideas en muchos
años de discusión y estudio de su obra, entre nosotros, con colegas
y con el mismo Bion en algunas oportunidades.
La interpretación que haremos - y toda interpretación incluye
una decisión de excluir otras- tomará como vector principal la idea
de «extensiones»!", Creemos que la obra de Bion propone desde
sus primeras formulaciones , extender ciertos conceptos teóricos y
clínicos, para dar cabida a los nuevos fenómenos que permanente-
mente se nos presentan como personas, como científicos y como psi-
coanalistas.

El concepto de «extensión»

Con respeto al término «extensión» (ampliación, expansión)


que vamos a utilizar en estas reflexiones , queremos diferenciar bá-
sicamente dos niveles: uno de ellos es el de aumentar lo connotado
o denotado por un término . Así, por ejemplo , Freud extendió el
concepto de «mente» al incluir en él, un área inconsciente; exten-
dió el concepto de «sexualidad», al demostrar la existencia de una
sexualidad infantil no necesariamente adscrita a los órganos genita-
les, etc. El otro nivel es el del uso del concepto extendido por un
grupo de personas que , aplicándolo , encuentran las realizaciones
que se les aproximan (ver cap. I1I). Los psicoanalistas, por ejem-
plo, somos un amplio grupo que utiliza las extensiones propuestas

19 E. T . de Bianchedi y D . Sor, «Evocaciones y extensiones; reflexiones sobre


algunas ideas de Bion », Rev. Psicoanálisis (APDEBA), vol. III, n.OS 2/3, 1981. Pu-
blicado también en «Evocazioni ed estensioni; riflessioni su alcune idee di Bion»,
Grupo e Funzione Analítica , año Y , n ." 1, 1984.
144 «EL ÚLTIMO BION»

por Freud, en forma sistemática; otros grupos de otras disciplinas


también captaron y aplicaron en otras áreas (educación, sociolo-
gía, etc.) los conceptos de mente y sexualidad expandidos por
Freud.

Extensiones del concepto «mente»

Creernos que una de las configuraciones subyacentes a la trilo-


gía/autobiografías es la de extender aún más el concepto de «men-
te». Los psicoanalistas familiarizados con la obra de M. Klein uti-
lizan la extensión propuesta por ella , que formula la expansión con-
creta del «mundo interno», poblado por objetos vinculados y arti-
culados a través de fantasías inconscientes que estructuran una po-
lifacética y polimorfa vida mental. Pensarnos que Bion va mucho
más allá, e investigaremos ahora qué ampliaciones propone.
Pudimos detectar varias de estas extensiones en diferentes
áreas; las calificaremos corno «extensiones en el área espacial », «ex-
tensiones en el área temporal» y «extensiones en el áre a corporal» .
Todas ellas tienen expresión en A Memoir of the Future pero
hay claros antecedentes conceptuales en muchos de sus trabajos an-
teriores a la trilogía. Trataremos ahora de describir cada una de es-
tas extensiones, dejando abierto al lector interesado el descubri-
miento de otras.

Extensiones en el área espacial


Tan tempranamente corno en sus artículos sobre esquizofrenia,
la parte psicótica de la personalidad, los ataques al vincular, Bion
introduce la idea de identificación proyectiva realista. Este meca-
nismo, cuando es utilizado por el lactante en sus primeras manifes-
taciones de contacto con su ambiente (en especial con su madre) o
por el paciente severamente perturbado o regresivo en su relación
transferencial, produce efectos reales en el receptor, ya sea éste su
madre. el analista o cualquier otra persona en la cual se haya efec-
tuado este mecanismo'" , Aquí puede verse una primera extensión
espacial de la idea de la mente porque ésta ya no queda limitada
por la «anatomía» ni está restringida al interior físico de la persona
sino que se extiende, amplía y expande dentro de la mente de otro .

20El Dr. León Grinberg había det ectado esa extensión y el efecto real de la
identificación proyectiva en el receptor. en sus artículos sobre la «contraidentifica-
ción proyectiva- a partir del año 1956 (Rev. de Psicoanálisis, XIII. 4. 1956).
«EL ÚLTIMO BION» 145

También la formulación de «personalidad psicótica» o «parte


psicótica de la personalidad», propone una ampliación del diagra-
ma (modelo topográfico) de la mente propuesto por Freud, ya que
al suponer que existe una parte de la mente que funciona de este
modo, agrega al modelo clásico «algo más» que puede permanecer
así toda la vida o irse modificando para entrar a funcionar como lo
plantea el modelo del Yo -Ello-Superyó propuesto por Freud .
Un poco más adelante, en «Una teoría del pensar», al sugerir
la existencia de «pensamientos» previos a la capacidad para pensar-
los, imponiendo el desarrollo de esta función (<<aparato para pen-
sar los pensamientos», ver cap. 111), no sólo extiende el concepto
de «pensamiento» (generalmente considerado como producto del
«pensar») sino que prepara el camino para una nueva extensión del
concepto de mente, que serán los «pensamientos sin pensador».
Esta idea, formulada por primera vez en el artículo «Cambio
catastrófico» (1966)21.22 propone que el pensador no es esencial para
la existencia del pensamiento . En sus comentarios de 1967 (Vol-
viendo a pensar) a sus artículos sobre «Ataques al vínculo» y «Una
teoría del pensar», postula los «pensamientos sin pensador» y los
«pensamientos en búsqueda de un pensador» como útiles para una
mejor comprensión de los ataques al vínculo y promete tratar de de-
sarrollar estas formulaciones en futuros libros.
En Attention and Interpretation cumple en parte esta promesa,
con sus formulaciones y discusiones sobre el místico y el grup023.
Aquí empieza a proponer la idea que la historia de las religiones
(politeístas, monoteístas) muestra en las evoluciones de los dioses
(más humanos en la religión-mitología griega, más espirituales y se-
parados como Dios o deidad en el monoteísmo) que éstos ~on trans-
formaciones que, sin embargo, retienen una invariancia: el inalie-
nable elemento de la divinidad como una parte de la mente.
Esto nos parece otra y más abarcativa extensión espacial del
concepto de mente. La divinidad, el dios, los dioses - así como las
emociones del bebé, «dentro» de la mente de la madre- son áreas

"1 Inédito como tal. fue luego publicado con pocos agregados, como capítu-
lo XII en el libro Attention and Interpretation, loe. cit.
"" Este tem a fue desarrollado por uno de nosotros , ampliando la función
Ps ++ D. para incluir el «camb io catastrófico» ju nto con el insight. Ver D. Sor y
M. R. D . Gazzano. Cambio catastrófico. Psicoanálisis del darse cuenta , Buenos Ai-
res , Ed. Kargieman. 1988.
".' Ver L. Grinberg (1984), «Bion and the Psychoanalytic Vertex of Psycho-
therapy», en Bion and Group Psychothcraphy, editado por Malcolm Pines, Lo ndres ,
Routledge and Kegan Paul , 1985. pág . 397.
146 «EL ÚLTIMO EION»

de la mente, que los seres humanos han ubicado , y están «afuera» ;


concebir que la mente los abarca es trascender otra cesura y pro-
poner nuevos alcances. Lo divino - y Dios es una «pictorizaci ón»
(hilera C) de lo divino- es también la mente. Esto va mucho más
allá de la genial idea de Freud de los dioses como representantes
de las figuras parentales, en esta extensión bioniana , la divinidad
es parte de la mente extendida y se la podrá incluir si se logra tras-
cender la cesura impuesta por la institucionalización (Establishment)
necesaria para crear los límites de adentro y afuera. Los místicos
en diferentes épocas y lugares han sostenido tener «contacto direc-
to» (¿at-one-ment?) con la deidad ; ¿han logrado «hacer humano lo
divino» ?
En A Memoir of the Future la extensión espacial del concepto
de mente (incluyendo también lo infra y lo ultra-sensorial) aparece
muchas veces dramatizada o formulada por distintos personajes.
«Yo -mismo» pregunta por ejemplo, cuál es la realización que se
aproxima al término «mente», sugiere que la masa de teorías , his-
toriales, formulaciones psicoanalíticas, etc., son productos de la
mente pero que estos significados , estas hipótesis definitorias , tam-
bién limitan y restringen la confi guración . El «Hombre» del futuro
propone otras respuestas pero éstas parecen por momentos, cien -
cia-ficción o ficción -científica, del mismo modo que las formulacio-
nes de personalidades o personajes (mentes) del pasado histórico o
literario . La realidad de los personajes - y Bion es uno de ellos-
extiende la mente mucho más allá de los límites-cesuras que nos im-
pone nuestro pensamiento racional y científico. Las extensiones es-
paciales de la mente, incluyen aquélla que hemos denominado la ex-
tensión «divina» en nuestro comentario sobre la relación entre el
místico y el grupo, y se conjugan también con las extensiones en el
área temporal. Los rudimentarios alcances de. nuestra capacidad
para pensar br indan , sin embargo , un avance ; las descripciones en
lenguaj e científico (hilera F de la Tabla) carecen de la riqueza e im-
e
plicancias que permite el desarrollo artístico-mítico (h ilera de la
Tabla) de los personajes de la trilogía.
Pensando las extensiones del concepto de mente en el área es-
pacial, que creemos están implícitas (a veces explicitadas) en la obra
de Bion, podemos ver el área expandiéndose, desde la idea de iden-
tificación proyectiva realista (para abarcar algo que trasciende la
anatomía individual) siguiendo con los pensamientos sin pensador
(equiparables primero a problemas no reconocidos 'como tales yex-
tendiéndose luego a todo el mundo circundante) y continuando con
la inclusión de la deidad . Su expansión en el espacio se hace cada
«EL ÚLTIMO BION» 147

vez mayor, ¿hasta el infinito , para el cual hay que tener tolerancia?
(ver cap. XXVI de Aprendiendo de la experiencia).
De ser aceptada esta idea por los usuarios, de ser atenuada la
cesura o la opacidad que obstruye su visión, una de las consecuen-
cias implícitas es que no hay ideas que sean rechazadas a priori, por
más extrañas que ellas parezcan. Las ideas podrán ser examinadas
en su doble faz, lo manifiesto y el uso, agregándoseles el registro
de su implicancia como condición ineludible si el crecimiento y el
desarrollo de la mente son el objetivo.

Extensiones en el área temporal


,
Queremos destacar que ampliar el concepto de mente en el
área temporal, es ampliar el presente para incluir el pasado y el fu- .
turo. A primera vista, esto parece una reducción temporal. Esta im-
presión se atenúa sensiblemente si se comprende que es sólo en el
presente que ocurren los hechos y que los cambios y modificacio-
nes, sólo pueden darse en el presente.
El pasado puede estar reprimido u olvidado y el futuro es sen-
tido como desconocido, por no haber ocurrido. Muchas veces es te-
mido por ser desconocido pero ese intenso sentimiento es una emo-
ción presente. Bion acentúa que pasado y futuro son profundas vi-
vencias del presente.
Los analistas están familiarizados con que el pasado se haga
presente a través de la transferencia . Freud ya señaló que el pasa-
do infantil cuyas huellas mnémicas persisten, están activas en el in-
consciente y se actualizan en la transferencia. Bion incluye el con-
cepto de mente ampliada, como un aspecto ineludible del psicoa-
nálisis. Ya (en Elementos de Psicoanálisis) había llegado a la deci-
sión de que, junto con la función Ps ~ D, la relación continente-
contenido (S? ~ 0') y el dolor son los elementos básicos que sub-
yacen a una relación para que la misma pueda ser llamada «psicoa-
nálisis».
Las decisiones conllevan futuros elegidos y otros rechazados. .
El concepto de mente ampliada temporalmente, implica pensar el
presente como conteniendo pasados y también conteniendo futu-
ros. Estos últimos evolucionan y esa evolución intersecta a la men -
te sensible y observadora, manifestándose en la decisión.
En la trilogía , estos temas son frecuentemente retomados. El
título de la trilogía , ya llamó la atención a este punto; A Memoir
of the Future nos habla del futuro presentizado, de que las memo-
148 «E L ÚLTIMO BION»

rias contienen muchas veces, futuros no elegidos , rechazados. El se-


gundo libro «El pasado presentado» contiene la fuerte idea psicoa -
nalítica (repetición en la transferencia) de que el «presente» - agen-
cia (es agente de acciones) aquello que proviene del pasado infantil.
Bion va más allá e insinúa que ese presente contiene vestigios
de la vida intrauterina". Que el exoesqueleto de los dinosaurios
(que junto con otros factores contribuyeron a su extinción) está pre-
sente en la transferencia, como defensas exageradas, pesadas y per -
sistentes, en forma de resistencia . Que el canibalismo antropológi-
co puede vislumbrarse también en la transferencia, si el analista aca-
lla su memoria sensorial , sus deseos y su conocimiento; si borra ,
aunque sea transitoriamente , las cesuras que le impiden ver la vi-
gencia de la «continuidad» temporal. También están presentes He-
lena de Troya y su belleza , que desencadena fuertes acciones y res-
puestas emocionales; los impulsos y fuerzas que llevaron al cortejo
real a la muerte en Ur (ver cap. VI) o que empujaron a los saquea-
dores a desafiar el poder de la prohibición y la magia y a hallar
(¿bajo el pod er de la codicia?) el punto donde penetrar en las tum -
bas reales, siendo estos saqueadores, la posible base de la investi-
gación científica.
Estos temas, imbricados en la trilogía, muchas veces en forma
compleja, aparecen en los diálogos y en los nombres de los perso-
najes mismos . Pueden leerse y experimentarse , por ejemplo , en los
diálogos de las diferentes «somitas» con los «pre-natales», con los
«post-natales», con «ern.maduro» y con Bion mismo, un señor ma-
duro, psicoanalizado, de ochenta años, que se introduce con sus re-
flexiones en las conversaciones.
El futuro, generalmente , está expresado por dos personajes:
«Bion» y «Hombre».
«Hombre» , a veces , dice venir de un futuro de dos millones de
años y dialogando con «Bion», sostienen una revisión conceptual
de espacio y tiempo . Hablan de mentes «poderosas» entre las que
mencionan a Freud, Milton, la que transcribió (en forma anónima)
la relación entre Arjuna y Krishna, la de Newton, la de Leonardo
da Vinci, que ha tenido la experiencia emocional de mente amplia-
da; han unido lo separado y tuvieron la experiencia de unidad o ar-
monización en una totalidad .
Estos personajes expresan también que la mente que no acce-
de a esa experiencia de unicidad (at-one-ment) establece cesuras en
un afán de sostener un «principio de perpetuidad» y un «sentimien-

24 Estas ideas están menc ionadas también en su artículo «Evid encia» , loco cit.
«EL ÚLTIMO EraN» 149

to de permanencia», man iobras éstas, que entran en conflicto con


la naturaleza del objeto de estudio. El objeto de estudio del psi-
coanálisis no es ni sensorial ni temporal aunque se expresa muchas
veces en forma sensorial o temporal (tantos años de análisis, tantas
sesiones por semana ... ).
Concebir un espacio y tiempo mentales, como derivados del
tiempo y el espacio sensoriales , pone en peligro el crecimiento de
la vida mental.

Extensiones en el área corporal

Esta extensión tampoco es nueva dentro del psicoanálisis .


Freud la hizo parcialmente al referirse a los síntomas histéricos, que
explicaba con la hipótesis de las descargas por inervaciones somá-
ticas de deseos reprimidos, que retornaban a través de sus manifes-
taciones corporales, así como con sus aportes a la comprensión de
la hipocondría. El amplio campo de las enfermedades psicosomáti-
cas y su comprensión psicoanalítica , amplían más la extensión de la
mente, abarcando zonas corporales; la hipótesis kleiniana de la fan-
tasía inconsciente, como teniendo en los primeros momentos de la
vida un nivel donde lo físico y lo psíquico aún no están discrimi-
nados, es otro jalón que expande la comprensión de primitivos ni-
veles de funcionamiento y permite de este modo entender mejor
ciertas sensaciones y signos corporales en el niño y el adulto.
Creemos que aquí también Bion va más allá. Como primer pun-
to, el lector recordará las citas de Bion de «Formulaciones sobre
los dos principios del acaecer psíquico» (Freud; ver cap. 111) acerca
de la tendencia del aparato mental de desembarazarse de estímulos
y la utilización de esta idea freudiana para hablar de la mente, fun-
cionando «como un músculo», evacuando elementos beta. Explicar
esto con el modo de la primitiva comunicación del bebé con su ma-
dre, pero también las «alucinaciones» del paciente psicótico o bor-
derline que él ha descubierto a veces, como posteriores a un tem-
blor , en un movimiento convulsivo o brusco en el paciente . Aquí,
la mente es un músculo, realizando evacuaciones concretas .
Tal vez más tempranamente aún, al hablar de fenómenos «pro-
tomentales» (ver cap. 1) que pueden tener acceso directo a proce-
sos inmunológicos, humorales , etc., propone otra inquietante con-
jetura, donde la extensión de la mente en el tiempo - referida a si-
tuaciones pertenecientes a la vida intrauterina- se conjuga con la
relación mente-cuerpo como si ésta fuera otra cesura que debiéra-
mos poder trascender.
150 «EL ÚLTIMO BION»

«Psique» y «Soma», mente y cuerpo, dialogan en «El amane-


cer del olvido», también «corazón» y las muchas «semitas» así como
el «recién nacido» y el niño de «2», «3», «8», «12», «14» años , el
joven de «22», de «24», de «30», el hombre mayor de «60», «75», et-
cétera.
La conjetura va más allá aún . El plasma germinativo mismo po-
dría estar «afectado» por sentimientos de los padres del futuro bebé;
esto extiende el concepto de mente prácticamente hasta las células.
Freud 25 plantea esta misma conjetura en «Más allá del principio de
placer», al atribuir Eros y Tánatos a cada una de las células del or-
ganismo pero esta idea no se desarrolló en su obra.
La extensión hacia lo «infra-sensorial» y lo «ultra-sensorial», si
bien se parece a alguna idea freudiana acerca de lo inconsciente ,
sin embargo enfatiza la sugerencia que la vida mental se extiende
mucho más allá de lo que nuestros sentidos nos informan; la fuerte
implicancia de «sin memoria y sin deseo» es también la de extender
la posibilidad de captar estas expansiones manifestadas en el área
de los fenómenos corporales.
La propuesta de mente extendida en el área corporal, invita
también a ampliar nuestro uso de la «conciencia», el órgano senso-
rial de la cualidad psíquica. La observación de actitudes corpora-
les, rubores , temblores, jadeos, síntomas somáticos , etc ., desde este
extendido y extenso concepto de mente , permite al analista, un
abordaje más penetrante si lo logra conjugar con la imaginativa con-
jetura que experiencias tan pretéritas como la totalidad de la vida
intrauterina, pueden estarse expresando tenuemente en la conduc-
ta del niño y del adulto.
Hemos expuesto estas conceptualizaciones interpretativas del
contenido de las ideas de Bion en la trilogía/autobiografías. Cree-
mos que es posible que en sus formulaciones, un modelo que sub-
yace, sea el del origen del universo , como producido por una gran
explosión (modelo del Big-Bang).
La mente, originada de una manera posiblemente similar, se
fragmentó y se dispersó, configurando un universo en expansión,
que repite el modelo cósmico. Entre cada fragmento expandido y
dispersado, se originó una cesura, cuyo borramiento logra un acce-
so a la mente unificada, y por lo tanto , percibida como expandida.
Bion piensa que el psicoanálisis mismo está sufriendo un pro-
ceso similar , expandiéndose en forma constante en una gran canti-

S. Freud (1920), «Más allá del principio de placer», en Sigmund Freud, Obras
25
Completas, vol. XVIII , Buenos Aires , Amorrortu ediciones, 1970.
«EL ÚLTIMO BION» 151

dad de áreas y generando diferentes teorizaciones. Este proceso,


que además se da a gran velocidad, da por resultado lo que Bion
llama: la pérdida de la «comunicación lateral» (ver en qué direc-
ción se encamina un grupo de la propia disciplina y poder comuni-
carse con sus pares) . Creemos que los conceptos de mente amplia-
da , podrían ayudar a atravesar esta cesura.
GLOSARIO DE SIGNOS

sbD Supuesto básico de dependencia: representa una


mentalidad grupal que se caracteriza por la fanta-
sía colectiva de depender de un líder para su nu-
trición mental y física.
sbF Supuesto básico de ataque-fuga: representa una
mentalidad grupal que tiene como contenido la
fantasía colectiva de atacar o ser atacado.
sbA Supuesto básico de apareamiento: representa una
mentalidad grupal dominada por la esperanza me-
siánica de un líder por nacer .
gt Grupo de trabajo: es la actividad mental de un
grupo que se caracteriza por realizar sus tareas por
métodos racionales y científicos.
pm Designa el sistema protomental, en el cual los fe-
nómenos no están diferenciados en psíquicos y fí-
SICOS .
pmDA Designa un estado en que los supuestos básicos de
apareamiento y dependencia no son reconocibles
como fenómenos psíquicos sino que están confi-
nados en estado latente .
pmDF Designa un estado en que los fenómenos de apa-
reamiento y de ataque y fuga están en el sistema
pm en estado latente.
pmAF Designa un estado en que los fenómenos de de-
pendencia y ataque-fuga están en estado latente.
Representa la interacción dinámica entre un con-
153
154 GLOSARIO DE SIGNOS

tinente y un contenido. Simboliza el mecanismo


de la identificación proyectiva y es, a su vez, un
elemento de psicoanálisis.
Representa un conjunto creciente de contenido y
continente necesario en el aprendizaje por expe-
nencia.
- (S? + 0') Representa una relación continente-contenido pa-
rasitaria.
Ps~ O Representa la interacción entre la posición esqui-
zo-paranoide y la posición depresiva, así como la
, emergencia del hecho seleccionado.
R Simboliza la razón.
1 Simboliza las ideas y todo lo que se puede incluir
bajo la denominación «pensamiento».
+ y (u) (~) (\jJ) Representa el objeto psicoanalítico.
¡.t (mu) Representa el carácter innato de la persona-
lidad.
(xi) Representa el elemento no saturado presente
en la preconcepción y que está abierto a la reali-
zación que se le aproxime.
(psi) Representa la preconcepción y la función psi-
coanalítica de la personalidad.
y Representa un factor de crecimiento mental.
L Representa el vínculo de amor entre dos personas
o entre dos partes de una misma persona.
H Representa el vínculo de odio entre dos personas
o entre dos partes de una misma persona.
1 Representa objetos psicoanalíticos compuestos
por elementos alfa, los productos de la función
alfa.
K Representa el vínculo de conocimiento.
-K Representa el vínculo entre y destinado a des-co-
nocer; no significa ausencia de conocimiento sino
una situación activa donde se priva de significado
a la relación.
T Representa una transformación que incluye el he-
cho original, el proceso y el producto terminado .
Ta Representa el proceso de transformación .
T~ Representa el producto terminado en una trans-
formación.
T (paciente) a Representa el proceso de transformación en el pa-
ciente.
GLOSARIO DE SIGNOS 155

T (paciente) ~ Representa el producto terminado de una trans-


formación en el paciente.
T (analista) a Representa el proceso de transformación en el
analista.
T (analista) ~ Representa el producto terminado de una trans-
formación en el analista.
.y- (punto y línea) Representa, entre otras cosas, el
tiempo y el espacio que, a la vez, pueden simbo-
lizar objetos y relaciones objetales. El punto (.) y
la línea ( -) expresan «la posición que el objeto
ocupa en el espacio y en el tiempo» como respues-
ta más elaborada del área no psicótica de la per-
sonalidad frente a la ausencia del objeto.
O Representa la realidad última, la verdad absoluta
o la realidad psíquica incognoscible en el sentido
kantiano , que sólo puede ser conocida a través de
sus transformaciones.
F (acto de fe) Representa una actitud mental favo-
recida por el «no-recuerdo» , «no-deseo» y «no-
comprensión» , destinada a captar las evoluciones
de O .
~ i Representa una fuerza voraz , envidiosa, destina-
da a despojar a los objetos de su propia existencia.
LISTA CRONOLÓGICA DE LAS
PUBLICACIONES DE WILFRED BION

(1943) «Intra-Group Tensions in Therapy; Their Study as a Task


of the Group», Lancet, 2, 27 November.
(1946) «Leaderless Group Project», Bull. Menninger Clinic, 10.
(1948) «Psychiatry in a Time of Crisis», Brit. 1. Med. Psychol., 2l.
(1948) «Experiences in Groups», Human Relations, 1-4,
1948-195l.
(1950) «The Imaginary Twin», en Second Thoughts, 1967.
(1952) «Group Dynamics: a Review», Int. J.Psycho-Anal., 33.
También en New Directions in Psycho-Analysis, 1955.
(1954) «Notes on the Theory of Schizophrenia», Int. 1. Psycho-
Anal., 35. También en Second Thoughts, 1967.
(1955) «Language and the Schizophrenic», en New Directions in
Psycho-Analysis.
(1956) «Development of Schizophrenic Thought», Int. 1. Psycho-
Anal., 37. También en Second Thoughts, 1967.
(1957) «Differentiation of the Psychotic from the Non-Psychotic
Personalities», Int. 1. Psycho-Anal., 38. También en Se-
cond Thoughts, 1967.
(1959) «Attacks on Linking», Int. J. Psycho-Anal., 40. También
en Second Thoughts, 1967.
(1961) Experiences in Groups, Londres, Tavistock Publications.
(Reimpresión de los trabajos de Human Relations e Int. 1.
Psycho-Anal. )
(1962) «A Theory of Thinking», Int. J. Psycho-Anal., 43. Tam-
bién en Second Thoughts, 1967.
(1962) Learning from Experience, Londres, Heinemann.
157
158 LISTA CRONOLÓGICA DE LAS OBRAS DE BION

(1963) Elements of Psycho-Analysis, Londres , Heinemann .


(1965) Transformations, Londres, Heinemann .
(1966) «Catastrophic Change», Bull. Brit. Psycho-Anal. Soc .,
n." 5, 1966.
(1967) Second Thoughts, Londres, Heinemann .
(1967) «Notes on Memory and Desire», Psychoanal. Forum, n.
(1970) Attention and Interpretation, Londres , Tavistock Publica-
tions.
(1973) Bion's Brazilian Lectures, 1. Brasil: Imago Editora.
(1974) Bion's Brazilian Lectures, 2. Brasil: Imago Editora.
(1975) A Memoir of the Future. Book One: The Dream, Brasil:
Imago Editora.
(1976) «Evidence», Bull. Brit. Psycho-Anal. Soc., n." 8, 1976.
(1977) A Memoir of the Future. Book Two: The Past Presented,
Brasil , Imago Editora.
(1977) Seven Servants. Four Works by W. R. Bion, Nueva York ,
Jasan Aronson.
(1977) Two Papers: The Grid and Caesura, Brasil , Imago Editora.
(1977) «Emotional Turbulence», en P. Hartocollis (ed.), Border-
line Personality Disorders, Nueva York, Int. Univ. Press.
(1977) «On a Quotation from Freud: The Caesura», en Borderli-
ne Personality Disorders .
(1978) Four Discussions with W. R. Bion, Perthshire , Clunie
Press .
(1979) A Memoir of the Future. Book Three: The Dawn of Obli-
vion, Perthshire , Clunie Press.
(1979) «Making the Best of a Bad Job », Bull. Brit. Psycho-Anal.
Soc. , n." 2, 1979.
(1980) Bion's Brazilian Lectures, 3, Brasil, Imago Editora.
(1980) Bion's in New York and Stio Paulo, publicado por Fran-
cesca Bion, Perthshire, Clunie Press.
(1981) Bion , W. R. y Bion, F. , A Key to a Memoir to the Future,
Perthshire , Clunie Press.
(1982) The Long Week-End, publicado por FrancescaBion,
Abingdon , Fleetwood Press.
(1985) All my Sins Remembered y The Other Side of Genius, ed.
por Francesca Bion, Abingdon, Fleetwood Press.
(1987) Clinical Seminars and Four Papers, ed. por Francesca Bion,
Abingdon, Fleetwood Press.
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

«PSYCHIATRY AT A TIME OF CRISIS» (<<PSIQUIATRÍA


EN UN MOMENTO DE CRISIS»)l

Bion comienza diciendo que la visita al departamento de tera-


pia ocupacional de un hospital psiquiátrico militar durante la pri-
mera parte de la guerra le convenció de que los métodos emplea-
dos para tratar las neurosis respondían a una especie de equilibrio
de insinceridad que había sido logrado por los pacientes, los médi-
cos y la comunidad . Este equilibrio no había sido comprendido y
tal vez ni siquiera observado; pero esto le permitió concluir que la
única actividad que podía ser terapéutica era el estudio por el gru-
po mismo de la naturaleza de la aflicción de la cual sufrían indivi-
dual y colectivamente sus componentes.
Cita luego una expresión de Toynbee, quien dice que la civili-
zación que sufre paga la pena por su vitalidad inoperante, al verse
desintegrada en una minoría dominante que maneja con una opre-
sión creciente al resto del grupo, pero que en realidad ya no lo con-
duce; y, por otro lado, en un proletariado, interno y externo, que
responde a esa especie de desafío, se vuelve consciente de que tie-
ne un alma propia y se decide a salvarla.
No hay ningún cuerpo de conocimiento que haya hecho por el
estudio del grupo lo que el psicoanálisis ha hecho por el estudio del

1 Trabajo presentado el 22 de enero de 1947 como discurso de la presidencia

en la sección médica de la Sociedad Británica de Psicología. Publicado en el British


Joumal of Medical Psychology, XXI, 1948, págs. 81 y ss.

159
160 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

individuo. El material que existe hasta ahora en ese sentido está in-
corporado a la formación suministrada por disciplinas evidentemen-
te apartadas unas de otras.. Basándose como cita en la obra de Re in-
hold Niebuhr sobre la naturaleza y el destino del hombre, recuerda
que los clásicos se dedicaron sobre todo al estudio de la relación
hombre-naturaleza, apoyados en la idea de la supremacía de la in-
tegridad de la razón, mientras que los románticos se preocupaban
más por el componente emocional en las relaciones humanas, aun-
que critica en los románticos el hecho de que pueden realizar bien
el manejo pero no tan bien la comprensión de los impulsos emo-
cionales inconscientes.
Con esto llega a la idea de que, en tanto el hombre ha regula-
do las relaciones externas a través de la ley, se mostró tolerable-
mente logrado; pero que el fracaso emerge cuando se trata de pro-
ducir un método para manejar las tensiones emocionales subyacen-
tes a todas las relaciones humanas , que son justamente las tensio-
nes inconscientes primitivas, las que están siempre presentes como
fundamento de todas las relaciones humanas.
Hace extensivo el alcance de este concepto no sólo al político,
científico o al líder religioso, sino también al filósofo, quien indu-
dablemente cae derrotado cuando aparece el factor impulso emo-
cional como una obstrucción para dichas relaciones humanas.
Luego señala que la peculiaridad de las habilidades técnicas de
tipo mecánico es que todo puede ser fácilmente comunicado, en
contraste con el desarrollo emocional, que no lo es. Ningún méto-
do de comunicación del desarrollo emocional es hasta ahora capaz
de vencer tal limitación, lo cual lleva al curioso resultado de que en
el grupo social el destino del progreso técnico queda en manos de
los dotados técnicamente, pero el destino del desarrollo emocional
queda en manos de los que serían emocionalmente menos desarro-
llados pero estarían miméticamente bien equipados . Habría que tra-
tar de que el progreso de la técnica de la enseñanza del desarrollo
emocional se equipare al de las técnicas de enseñanza de los de-
sarrollos técnicos. Éstos tienen la posibilidad de repetir situaciones
tempranas como modelos; por ejemplo , los métodos de viajar re-
piten los problemas y los estímulos que se presentan al ser humano
en las primeras tentativas de camina r; los métodos modernos de co-
municación repiten en un nivel más complejo los problemas del niño
que empieza a hab lar; las herramientas modernas de destrucción
son la repetición de los aspectos de la destructividad infantil ; las fa--
cilidades modernas para el ocio permiten los tempranos problemas
de la curiosidad y el juego. En la situación del grupo social los pro-
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 161

blemas están creados por el individuo, no por sus avances técnicos


propios, sino por los avances técnicos de las personas que están mu-
cho más dotadas en habilidad que él.
Bion recuerda que en todas las investigaciones hay una preo-
cupación acerca del papel que desempeña la adversidad en produ-
cir la emergencia de la cultura, y un interés recíproco por el papel
que desempeña la facilitación para producir inercia; o alternativa-
mente, en el caso de una civilización que ya se ha desarrollado,
cómo se produce la declinación y la desintegración. Raza y ambien-
te han sido citados como causas fundamentales, pero ninguna ex-
plicación va más allá de una manera de producirse los hechos. Una
raza adaptada puede naturalmente despertar la expectativa de que
producirá aquellos hechos característicos de la sociedad que hemos
clasificado como sociedad civilizada, y la historia parecería apoyar
el punto de vista de que las condiciones difíciles (salvo que sean tan
difíciles que llevan a la extinción de una comunidad) han estado aso-
ciadas con el crecimiento de un alto nivel de civilización.
Más adelante Bion afirma que aquellos miembros de una co-
munidad en quienes el impulso no sea suficientemente fuerte para
compeler a la cooperación de los otros, no sobrevivirán: la socie-
dad como un todo maneja gradualmente sus dificultades objetivas,
los miembros individuales cooperan con las facilidades o las dificul-
tades que todos podemos testimoniar, tal como en los raids aéreos
o cualquier otra situación de peligro similar. La historia de las ci-
vilizaciones que han emergido de esta manera parece haber segui-
do el mismo molde hasta lograr una vida de facilidad, y luego se
desintegran. Para esclarecer sus ideas se refiere a las civilizaciones
que no se desarrollan debido a que poseen facilidades desde su co-
mienzo como agrupación, tal como ha pasado en África. Según Dru-
mond, los africanos no necesitarían trabajar: con la naturaleza tan
hermosa que les rodea sería gratuito trabajar. Pero a pesar de esa
vida aparentemente tan fácil, las comunidades viven con terror unas
respecto de otras, y ante un tercero, que es el traficante de esclavos.
Aclara luego que al usar la palabra ocio no alude simplemente
a una ausencia placentera de trabajo. Da como explicación y ejem-
plo 10 siguiente: en cada serie de oficinas de selección para la guerra,
a través de la prueba del grupo sin líder, llegaría un momento en
que, cuando el oficial testista hubiera congregado a su grupo de can-
didatos y los sometiera a un cuarto de hora o veinte minutos de es-
pera o de demora mientras se efectuaban algunas diligencias admi-
nistrativas, se podía observar cómo se conducían los sujetos. Una
técnica similar es empleada por Bion mismo en los grupos terapéu-
162 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

ticos; el punto clave es que el grupo no tiene nada que hacer en par-
ticular, es decir, hay algo cualitativamente similar a lo que sucede
en una sesión psicoanalítica. Lo que pasa es que las relaciones per-
sonales entre los miembros del grupo se concentran de inmediato
en la observación de cada integrante y en la atención consciente de
otro miembro, si éste lo permite. Igualmente, las comunidades de
ocio, de vacaciones, se fundamentan en la búsqueda de distracción,
de apartar la atención de las cosas que pueden significar una preo-
cupación, pero se podrá ver que durante el ocio es justamente cuan-
do la atención se concentra sobre la cosa de la cual uno quiere apar-
tarse. Bion recuerda que un grupo sin líder se disolverá, y que pue-
de establecerse que si un hombre no logra ser amigo de sus amigos,
tampoco logra ser enemigo de sus enemigos: un grupo que se com-
pone de tales personas, sucumbirá a un subgrupo interno hostil.
En otras palabras, el avance técnico ayuda a producir el ocio
y el ocio es el estado más conducente a la invasión de los impulsos
emocionales inconscientes en las relaciones humanas. El trabajo de
un científico atómico presenta el siguiente dilema: por un lado la
destrucción de la humanidad, por el otro la producción, en virtud
del poder creciente y de la necesidad de restringir la belicosidad en
relación con el ocio. El autor señala que la historia del avance téc-
nico también indica que el problema de las relaciones personales
pronto se impondrá en demanda de una solución.
EDGARDO H. ROLLA

«THE IMAGINARY TWIN» (<<EL MELLIZO


IMAGINARIO» ?

Éste es un trabajo leído en la Sociedad Británica en 1950, pero


publicado en 1967 en su libro Second Thoughts. Relata y extrae con-
clusiones del análisis de tres pacientes, A , B Y e, todos con una pa-
tología grave y con un elemento clínico en común: asociaciones pe-
riféricas y luego centrales sobre la existencia de un hermano melli-
zo, imaginario o real. Mostraban simbolizaciones de la existencia
de ese mellizo, tales como: otro paciente que era visto al salir del
consultorio, dos médicos con una misma especialidad, un cierto rit-
mo entre las asociaciones y las interpretaciones, nombres de pila
iguales , los dos ojos, un microscopio binocular, e inclusive el pro-

2 Leído en la Sociedad Psicoanalítica Británica en 1950; publicado en Second

Thoughts, Londres, W. Heinemann, 1967.


RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 163

pio terapeuta. Señala Bion que estos elementos evolucionaron des-


de una periferia de asociaciones intrascendentes, dichas en forma
casual , en las que distintas situaciones relatadas como hechos rea-
les resultaron no existir en verdad. A esto Bion lo llamó personifi-
cación de las partes disociadas de la personalidad. Un paciente bus-
caba la duplicidad en el analista, manejándolo como un hermano
mellizo para obtener apoyo en sus interpretaciones, lo que consti-
tuía una evasión de la realidad y alivio ante el resentimiento. El de-
sarrollo del tratamiento de los tres pacientes mostró la relación en-
tre este control en la transferencia y la necesidad de controlar el na-
cimiento de un hermano , así como también ejercer control sobre la
pareja parental en coito . En el caso del paciente A, el mellizo era
realmente imaginario y en la fantasía se le había impedido nacer,
lo que estaba confundido con la realidad de la concreta inexistencia
del mismo. Pero al paciente le era útil creer en su existencia, pues
la usaba para aliviarle la ansiedad subyacente de no dejar surgir
afuera y en la transferencia a un analista real y personalizado. Esto
posteriormente resultó estar enlazado con la personificación de la
parte mala del paciente, que éste deseaba tener disociada de sí,
pero que al progresar el análisis surgió como de ayuda al mismo
por proporcionarle el logro de una visión armónica de dos objetos ,
es decir , «binocular», de la realidad y de su Yo. Así llegó al víncu-
lo armónico de la pareja parental entre sí. Sólo después de supera-
da esta etapa pudo el Yo lidiar con tales ansiedades edípicas, orga-
nizarlas y obtener de ellas un sentimiento de esperanza, que hasta
entonces no había sido alcanzado. Destaca Bion que las personifi-
caciones de A eran también tentativas de conectarse con una rea-
lidad merecedora de confianza. En el paciente B, cuya perturba-
ción era mayor , la existencia del mellizo era real. En él surgían las
mismas fantasías que en A , que servían al paciente para ayudarlo
a explorar sus tensiones intrapsíquicas y también la realidad. Tal co-
mo A, mostraba una relación entre su conflicto y la función visual,
cuya evolución hacia el estado «binocular» reveló intensas vicisitu-
des de la etapa edípica, acompañadas también por el surgimiento
compensador de la esperanza. Ya el paciente e no mantenía ma-
yor confianza en la realidad ni tampoco en los mecanismos del Yo
para testearla; decía tener visión doble en un solo ojo, lo que es-
taba igualmente relacionado con ambos padres en coito. Destaca
Bion que es probable que la capacidad de personificar las disocia-
ciones de la personalidad sea de alguna manera análoga a la capa-
cidad de formar símbolos y por ende, relevante para el desarrollo
del Yo, al igual que lo enfatizado por M. Klein en su trabajo «La
164 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del Yo».


Según Bion es de suma importancia el papel que en todos estos pa-
cientes tuvo la visión en sus diferentes aspectos, la cual surgía en
el análisis ligada al desarrollo del intelecto, a la emergencia de la
sexualidad genital y de la situación edípica. La potencia visual y la
visión de estos pacientes representaban la emergencia de una nue -
va capacidad de toma de conciencia para explorar el medio y para
solucionar problemas . En cada caso los pacientes parecían sentir
que la vista, como un nuevo órgano sensorial, traía dificultades para
su manejo, ya que se relacionaba con el aprendizaje en el manejo
de la situación edípica.
Dice Bion que de la misma forma en que problemas del de-
sarrollo vinculados con la agresión oral coexisten con la erupción
de los dientes, a él le resultó imposible interpretar el presente ma-
terial como una manifestación de un desarrollo puramente psicoló-
gico, divorciado de cualquier desarrollo físico coincidente; y quedó
impresionado de la relación entre el desarrollo psíquico y el de-
sarrollo del control ocular. De ser así, dice Bion «... tendríamos que
preguntarnos si tales desarrollos psicológicos surgidos durante el
complejo de Edipo no estarían cronológicamente muy cerca de los
cuatro primeros meses de vida , siendo obvia su importancia para
los puntos de vista de M. Klein sobre el Edipo temprano y, según
mi punto de vista personal, de importancia para la provisión de ra-
zones concomitantes que estarían favoreciendo la instalación tem-
prana de la fase pre-edípica».
PAULO GRIMALDI

«GROUP DYNAMICS . A REVIEW» (<<UNA REVISIÓN DE


LA DINÁMICA DE GRUPO»)3

La tarea que Bion se propone con este trabajo constituye un


complemento de los conceptos de Freud sobre la dinámica grupal.
En Tótem y tabú y en Psicología de las masas, Freud intentó acla-
rar algunas de la dudas que acerca de los grupos plantearon Le Bon
y McDougall. Bion emprende la misma tarea, pero la relaciona con
la obra de M. Klein y sus desarrollos.
Plantea los siguientes conceptos, que integra en una teoría so-

3Publicado en el lnt. J. o[ Psychoan., XXXIII , 2, 1952, págs. 235 y ss.; New


Directions in Psychoanalysis, Londres, Tavistock, 1955; Nu evas direcciones en psi-
coanálisis, Buenos Aires, Paidós, 1965.
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 165

bre los grupos. El grupo no es un simple agregado de individuos.


Denomina grupo de trabajo a un aspecto de la actividad mental de
un grupo que tiende a un objetivo con métodos racionales y en re-
lación con la realidad. El término «grupo de trabajo» se refiere a
la actividad mental con las características anteriormente detalladas,
no a las personas que la promueven . Esta actividad de grupo de tra-
bajo coexiste en ocasiones con un comportamiento fuertemente
emocional que la perturba , y el grupo adquiere una estructura apa-
rentemente caótica . Bion sugiere que esto es el resultado de la reac-
ción del grupo a un supuesto básico que domina la conducta grupal.
El supuesto básico de dependencia es el primero que Bion des-
cribe. El grupo se reúne para ser sostenido por un líder del cual de-
pende para su protección y alimentación material y espiritual.
El segundo supuesto es el de apareamiento. Se hace evidente
cuando en un grupo dos personas monopolizan la conversación y es
independiente del sexo de las mismas y del contenido de lo conver-
sado . El resto del grupo se mantiene aparte y no evidencia senti-
mientos de exclusión; más bien lo que predomina es un aire de es-
peranza. Ideas como «el casamiento es una solución de problemas
neuróticos» o «el año o el mes próximo se presentará más favora-
ble», etc. , son expresiones comunes en el grupo. Los sentimientos
de esperanza son centrales y es esencial que el líder del grupo sea
venidero; una persona o una idea que salvará al grupo de senti-
mientos de odio , destructividad o desesperación , propios o de otro
grupo. Obviamente , esta esperanza mesiánica nunca debe cum-
plirse .
El tercer supuesto básico es que el grupo se ha reunido para
luchar contra algo o para huir de algo. A este estado mental Bion
lo denomina grupo de ataque y fuga. El líder es todo aquél o aque-
llo que apoye la agresión o la evitación .
La característica central de todo supuesto básico es que la par-
ticipación en cualquiera de ellos es instantánea, inevitable e instin-
tiva (Bion no postula la existencia de un instinto gregario). Requie-
re lo que Bion denomina «valencia», término tomado de la física y
que en este contexto es utilizado para expresar una capacidad para
la combinación involuntaria e instantánea de un individuo con otros,
a fin de compartir y actuar emocionalmente bajo un supuesto bási-
co. En cambio, para participar en la actividad mental de grupo de
trabajo se requiere entrenamiento, experiencia o desarrollo men-
tal. Las funciones de grupo de trabajo están siempre interpenetra-
das por un supuesto básico de los descritos .
Bion da una imagen sumamente plástica , cambiante y de inte-
166 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

racción del grupo. Su concepción de supuestos básicos y actividad


mental de grupo de trabajo no supone un encuadre rígido , sino todo
lo contrario. Todo supuesto básico incluye la existencia de un líder
(persona, idea, objeto inanimado). Toda nueva idea que llevaría a
la evolución es vivida siempre, como amenaza, y el grupo de su-
puesto básico tiene siempre una incapacidad para tolerarla.
La función de grupo de trabajo mantiene un contacto con la
realidad; los supuestos básicos son peligrosos en la medida en que
el grupo intenta volcarlos a la acción.
Concluye planteando que los supuestos básicos surgen como
formulaciones secundarias a una escena primaria extremadamente
primitiva, elaborada en un nivel de objetos parciales y asociada con
la ansiedad psicótica y los mecanismos de disociación e identifica-
ción proyectiva descritos por M. Klein como característicos de la
posición paranoide-esquizoide.
DARía SOR

«NOTES ON THE THEORY OF SCHIZOPHRENIA»


(<<NOTAS SOBRE LA TEORÍA DE LA ESQUIZOFRENIA»)4

El trabajo se refiere al uso que el paciente esquizofrénico hace


del lenguaje ; trata también de la naturaleza de las relaciones de ob-
jeto esquizofrénicas que es lo más relevante en esta enfermedad.
Bion enfatiza que la evidencia de las interpretaciones debe ser bus-
cada en los actos , en las asociaciones del paciente y en la contra-
transferencia , la cual desempeña un papel importante en estos aná-
lisis.
«Lenguaje esquizofrénico»: es usado de tres maneras, como
modo de actuar, como medio de comunicación y como modo de
pensamiento. El esquizofrénico demuestra preferencia por la acción
en las mismas oportunidades en que otros pacientes usarían el pen-
samiento. Recíprocamente, si tiene un problema cuya solución de-
pende de la acción, recurre al pensamiento omnipotente como for-
ma de transporte. El lenguaje es usado como modo de actuar para
dividir sus objetos, intentando, por ejemplo, disociar la mente del
analista entre dos pensamientos o posibilidades interpretativas al
mismo tiempo incompatibles entre sí. Así no le permite al terapeu-
ta optar y quedar integrado dentro de una sola posición elegida. El

4 Publicado en el/nt. J. of Psychoan., XXXV , 2, 1954, págs. 113 y ss. ; Revista

Uruguaya de Psicoanálisis, 11, 1-2, 1957, págs. 185 y ss.


RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 167

lenguaje es un modo de pensamiento para el esquizofrénico; no pue-


de usar sustantivos ni verbos por una dificultad en el manejo de los
símbolos, debida a su gran disociación. Los pensamientos verbales
dependen de la elaboración de la posición depresiva; por otro lado,
el pensamiento verbal agudiza la consciencia de la realidad psíqui-
ca y por lo tanto de la depresión relacionada con la destrucción y
la pérdida de objetos buenos, con el paralelo reconocimiento in-
consciente de la existencia de perseguidores internos. De modo que
el paciente siente que hay una relación de causa-efecto entre la po-
sición depresiva y el pensamiento verbal, se asusta mucho del aná-
lisis y muestra todos los signos de no querer tener nada que ver con
su capacidad embrionaria de pensamiento verbal y de preferir que
esta actividad quede en el analista o, lo que es más correcto decir,
de sentir al analista como más capaz de guardarla consigo sin de -
sastres.
«Desarrollo de la capacidad de pensamiento verbal»: hay una
constante lucha contra los propios objetos internos. El paciente se
siente encerrado a veces dentro del analista , dentro del análisis o
dentro de su propio estado mental de locura que es donde están las
palabras. Debido al intenso splitting y a la destrucción del lengua-
je, el paciente tiene una gran incapacidad para unir las palabras en
forma adecuada, así como para poder escucharlas bien; posee la
consciencia de que a pesar de sus deseos la comunicación está per-
turbada intensamente a raíz de la crueldad y la hostilidad de los ob-
jetos malos que dirigen ataques al intercambio verbal, ataques del
mismo tipo que los que dirige hacia el coito de los padres, ya sea
sexual o verbal. En este estado el paciente nunca será capaz de pro-
gresar a menos que vuelva a su estado mental anterior, pero no se
atreve a regresar por miedo a verse aprisionado y sin esperanzas de
recuperación. De ahí que recurra de nuevo a la identificación pro-
yectiva para empujar las palabras dentro del analista. La falta de
la capacidad de pensamiento verbal lo hace sentirse como si estu-
viera loco; pero esta sensación de locura es diferente de la real cons-
ciencia de locura que viene unida al sentimiento de depresión y que
sólo puede surgir si el paciente reintroyecta y recupera el estado
mental anterior dentro del cual había capacidad de pensamiento
verbal.
Existe en el paciente una tendencia a volver a la desintegra-
ción violenta por intolerancia a la posición depresiva, a los perse-
guidores internos y al pensamiento verbal.
«Realización de la locura»: sólo cuando el paciente reintroyec-
ta la capacidad para el pensamiento verbal que estaba disociada, se
168 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

da cuenta de su realidad psíquica; se da cuenta de que tiene aluci-


naciones e ilusiones y puede sentir incapacidad para comer y difi-
cultad para dormir. Dirigirá poderosos sentimientos de odio hacia
el analista y lo acusará de haberlo llevado a la locura ; inclusive tra-
tará de movilizar a la familia . El terapeuta tendrá que esforzarse
por mantenerse en pugna contra los tratamientos bioló gicos (elec-
troshock) y contra la cirugía. La etapa más difícil ocurre cuando el
pánico empieza a disminuir y el paciente mismo sugiere que se sien -
te mejor, lo que deberá ser evaluado en su real dimensión para evi-
tar que esto sea usado con el fin de demorar la investigación en de-
talle de las ramificaciones del mal.
«Resultados»: la curación tendrá sus características particula-
res y existirá una forma propia de ajuste a la realidad. No será del
mismo tipo que la curación lograda con pacientes menos perturba-
dos. No se alcanzará curación alguna si el analista no logra que el
paciente se dé cuenta de la gravedad de su estado.

P AULO G RIMALD I

«LANGUA GE AND THE SCHIZOPHRENIC» (<<LENGUAJE


y ESQUIZOFRENIA»)5

El artículo consta de seis ítem s y está ejemplificado con mate-


rial clínico obtenido de seis pacientes . En la «Introducción», Bion
expresa que el trabajo se refiere al uso que el paciente esquizofré -
nico hace del lenguaje y a la relac ión que esto tiene con la te oría y
la práctica de su análisis.
A partir de artículos de Freud y desarrollando ideas de Klein ,
sugiere algunas hipótesis. En primer lugar, considera dudoso que
el paciente esquizofrénico haya aprendido a incluir las cualidades
sensoriales además de la cualidades «placer» y «dolor». Sugiere que
el paciente ha realizado ataques destructivos contra los órganos sen-
soriales y la «conciencia adscrita a ellos». El paciente psicótico no
habría llegado a instituir satisfactoriamente el principio de realidad,
dado que no ha alcanzado a est abilizarse en la posición depresiva.
Las partes del Yo atacadas son las que sirven para establecer
contacto con la re alidad externa e interna. Bion sugiere que dichas
funciones yoicas (1. Atención; 2. Notación; 3. Un tránsito impa r-

s Publicado en N ew Di rections in Psychoa nalysis, Londres. Tavistock , 1955.


págs. 220 y ss.; Nuevas direcciones en psicoanálisis, loe. cit.
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 169

cial del juicio; 4. Una nueva función confiada a la descarga moto-


ra, afectada ahora a la acción; 5. Restricción de la acción por me-
dio del proceso de pensamiento, que se desarrolló de la ideación)
son en realidad aspectos del desarrollo o establecimiento de lo que
él llama pensamiento verbal. Todo ataque al pensamiento verbal
implica un ataque a las cinco funciones yoicas, ya que él mismo es
el corolario de dichas funciones .
Considera, asimismo, que los trastornos del pensamiento ver-
bal son un aspecto importante de la psicosis, especialmente de la
esquizofrenia. Los ataques al pensamiento son ejemplos de los me-
canismos descritos por Klein al estudiar las posiciones paranoide-
esquizoide y depresiva. El sadismo oral, anal, etc ., que se utiliza
para atacar al Yo, es el mismo que se emplea en los ataques al cuer-
po de la madre o a los progenitores. Uno de los rasgos prominen-
tes de estos ataques son las disociaciones del Yo, realizadas cruel-
mente. Este mecanismo de disociación del Yo es activo, y no una
consecuencia de la disociación de los objetos; es utilizado para ma-
nejar o satisfacer la voracidad, como una determinación de ser tan-
tas personas como se pueda, a fin de lograr satisfacción indefinida-
mente .
Concluye la «Introducción» con consideraciones sobre la téc-
nica que exige el tratamiento de estos pacientes. Bion expresa que
durante mucho tiempo analítico la única evidencia sobre la que pue-
de basarse una interpretación está proporcionada por la contratrans-
ferencia , y que no hay otra clase de indicios que permitan interpre-
tar. Destaca este aspecto porque, según cree, el paciente psicótico
«actúa», tratando de librarse de la cordura mediante la identifica-
ción proyectiva.
«Lenguaje esquizofrénico»: el lenguaje es utilizado por el es-
quizofrénico de tres maneras: como método de acción, como mé-
todo de comunicación y como modo de pensamiento.
Bion considera primero el lenguaje como modo de acción . El
mismo puede ser utilizado al servicio de la identificación proyectiva
(en la cual las palabras son empleadas como cosas o como partes
disociadas del Yo) o al servicio de la disociación del objeto .
En este capítulo y en el siguiente, «Desarrollo de la capacidad
para el pensamiento verbal», Bion trata los otros dos usos del len-
guaje y las dificultades inherentes para el paciente psicótico. Tanto
el uso del lenguaje como modo de pensar, cuando su utilización
como método de comunicación, se ven muy afectados cuando el pa-
ciente se acerca a la integración depresiva. La disociación previa di-
ficulta el proceso de simbolización y por lo tanto el uso de verbos
170 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

y sustantivos. La posición depresiva involucra un incremento de la


capacidad de simbolización y el desarrollo del pensamiento verbal.
Este último , a su vez, aumenta el conocimiento de la realidad psí-
quica y enfrenta al paciente con el dolor de la depresión. Esta fase
es de suma importancia, porque el paciente intenta un retroceso a
la fase anterior , siguiendo el principio de placer; trata de evitar el
dolor , rechaza la «cordura» y el conocimiento de su «locura». De-
muestra hacia el pensamiento verbal la misma actitud que hacia su
potencia y su capacidad de trabajo y amor.
«Reconocimiento de la insania»: el autor señala que a raíz de
lo mencionado, el paciente pasa por un derrumbe esquizofrénico
que puede, incluso , requerir internación; los sentimientos de odio
hacia el analista, que lo ha llevado a reconocer su insania , son muy
intensos.
En «Algunos desarrollos subsiguientes» y en «Resultados»,
Bion recapitula lo dicho a través de más ejemplos clínicos y enfati-
za la importancia que puede tener la determinación de evitar el do-
lor; el paciente ataca a su Yo y a su capacidad emb rionaria de pen-
sar. Esto trae como consecuencia, cuando los ataques son logrados,
una vivencia de desastre interno, de que la muerte ha sobrevenido .
SERGIO AIZENBERG

«DEVELOPMENT OF SCHIZOPHRENIC THOUGHT»


«<DESARROLLO DEL PENSAMIENTO
ESQUIZOFRÉNICO» )6

En este trabajo Bion centraliza su atención en otras caracterís-


ticas de la personalidad psicótica y de la parte psicótica de la per-
sonalidad, estudia la diferencia entre esta parte psicótica y la no psi-
cótica y las consecuencias que surgen de la misma. Cree que los dis-
turbios del esquizofrénico provienen de la interacción entre su am-
biente y su personalidad, aunque en este trabajo se extiende sólo
sobre este último componente? Considera que la parte psicótica de
la personalidad posee cuatro rasgos fundamentales: el predominio
de los impulsos destructivos hasta un punto tal que llegan a invadir
a los impulsos amorosos y los convierten en sadismo ; el odio a la

6 Publicado en el Int. J. of Psychoan., XXXVII , 3, 1956, págs. 344 y ss.; Re-


vista Uruguaya de Psicoanálisis, II, 1-2, 1957, págs. 178 y ss.
7 El factor ambiental es examinado con más detalle en «Ataques al vínculo»,
(nota del compendiador).
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 171

realidad externa e interna que se extiende a todos los aspectos de


la psiquis que ayudan a reconocerlas; el miedo constante a una an i-
quilación inminente; y la formación precipitada y prematura de re-
laciones de objeto entre las cuales la principal es la transferencia y
cuya fragilidad contrasta con la tenacidad con la cual se mantiene.
Hay una hiperactiva identificación proyectiva con el analista
como objeto , y resultan estados dolorosos y confusionales. Los ins-
tintos de vida y de muerte luchan por expresarse: todas las activi-
dades , entre ellas las mentales , son mutiladas, pero atormentado
por estas mutilaciones y por sus estados confusionales, el esquizo-
frénico se esfuerza por restaurar sus restringidas relaciones, con lo
que la restricción y la expansión se suceden alternativamente. Por
todo ello, la progresión de la posición paranoide-esquizoide a la de-
presiva es muy diferente en el esquizofrénico en comparación con
la de una personalidad no psicótica. Básicamente la diferencia esen-
cial entre ambas personalidades es el despliegue sádico de la iden-
tificación proyectiva, desde el principio de la vida, contra el Yo y
contra todo aquel aparato de percepción consciente que sea activa-
do por las exigencias del principio de realidad, aparato que está Ín-
timamente relacionado con el pensamiento verbal y que es recorta-
do en pequeños fragmentos y luego expulsado , con lo que se crea
entre las partes separadas un abismo muy difícil de salvar, que deja
al paciente con la sensación de no estar ni vivo ni muerto . La falta
de un aparato de percepción de la realidad impide que el enfermo
pueda escaparse de este estado , dentro del cual se siente encerra-
do. Las partículas expulsadas son sentidas como objetos reales ex-
ternos mezclados con partes del Yo , grotescas , con vida indepen-
diente e incontrolada, que amenaza desde afuera; son sentidas como
cosas y usadas como un prototipo de ideas que luego devendrán pa-
labras. Para él , las palabras son las cosas reales que designan: el pa-
ciente no simboliza sino que iguala .
El individuo no psicótico y la parte no psicótica de la persona-
lidad usan la represión , al paso que el psicótico y la parte psicótica
usan la identificación proyectiva, de modo que no hay un incons-
ciente ni un mundo de sueños, sino que éste es reemplazado por el
mundo de objetos que ordinariamente son los accesorios de los sue-
ños y en donde el paciente se mueve. La identificación proyectiva
masiva le impide introyectar una base firme de objetos buenos, con-
dición para el inicio del pensamiento verbal, y que sólo se formaría
si hubiera un estado de introyección y asimilación suave de las im-
presiones sensoriales. Cuando el esquizofrénico quiere asimilar una
interpretación , pensar o traer de vuelta lo expulsado , recurre a la
172 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

identificación proyectiva dada vuelta y por el mismo camino . De


ahí que no puede sintetizar sus objetos: sólo los puede aglomerar
y comprimir. Como las partículas expulsadas contienen fragmentos
de la percepción consciente de impresiones sensoriales, su introyec-
ción hace vivir a los sentidos como dolorosamente comprimidos,
hasta un punto inaguantable. Surgen entonces alucinaciones tácti-
les, auditivas y visuales muy dolorosas. También la depresión y la
ansiedad sufren el mismo proceso y se vuelven tan intensas que el
paciente, aunque logre asomarse a la posición depresiva, se ve obli-
gado a abandonarla a través del uso de la identificación proyectiva
de sus angustias depresivas dentro del terapeuta u otros objetos , y
recurre para este fin a un manejo cuidadoso de la situación analíti-
ca, destinado a provocar sentimientos depresivos en el analista. El
tratamiento no tendrá éxito mientras no sean vistos y elaborados es-
tos aspectos, principalmente en cuanto a los ataques destructivos al
Yo y a la sustitución de la represión por la identificación proyecti-
va. Bion considera que en todo paciente neurótico agudo hay una
personalidad psicótica que debe ser tratada antes como tal, para
que la terapia tenga éxito.
PAULO GRIMALDI

«DIFFERENTIATION OF THE PSYCHOTIC FROM THE


NON-PSYCHOTIC PERSONALITIES» (<<DIFERENCIACIÓN
ENTRE PERSONALIDADES PSICÓTICAS y NO
PSICÓTICAS»)R

El autor se propone demostrar que la diferencia entre ambos


tipos de personalidad estriba en que en la psicótica se expulsan es-
cisiones diminutas de la personalidad, y estos fragmentos penetran
en los objetos.
Bion llega a esta conclusión después de pacientes estudios ana-
líticos con esquizofrénicos, y cita tres trabajos que facilitan el es-
clarecimiento de este tema: 1) el de Freud, «Formulaciones sobre
los dos principios del acaecer psíquico»; 2) la descripción de
M. Klein de los ataques sádicos en la fase paranoide-esquizoide; y
3) el examen de la identificación proyectiva de esta misma autora.
Deduce que, por identificación proyectiva, el paciente siente
que una parte de su personalidad es proyectada en un objeto, don-

" Publicado en el lnt. J. o[ Psychoan., XXXVIII. 3-4, 1957, págs. 266 y ss.
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 173

de se instala como un perseguido, con lo cual la psiquis queda empo-


brecida .
Enumera diversos mecanismos emp leados por la personalidad
esqu izofrén ica: 1) preponderancia de instintos destructivos que lle-
gan a convertir el amor en sadismo; 2) odio a la realidad interna y
externa; 3) miedo a la aniquilación; y 4) relaciones objetales pre-
maturas y débiles en continuo conflicto entre los instintos de vida
y de muerte.
En cuanto a la transferencia, lo que sucede hace que el vínculo
con el analista sea prematuro, precipitado y muy dependiente.
Como consecuencia de la interrelación entre los mencionados ins-
tintos de vida y de muerte , se establecen dos corrientes de fenóme-
nos: 1) el splitting de la personalidad con la proyección de los frag-
mentos dentro del analista (estados confusionales); y 2) mutilacio-
nes de las actividades mentales con la consiguiente relación restrin-
gida.
Se deduce entonces que la personalidad esquizofrénica llega a
fragmentaciones mínimas y que se destruye especialmente la parte
encargada de tomar consciencia de la realidad .
Bion se refiere a estadios de la posición paranoide-esquizoide
asociados con el comienzo del pensamiento verbal. También extien-
de mucho más la función y la importancia del pensamiento acep-
tando la clasificación de las funciones del Yo que según Freud ha-
cen concreta una parte de la personalidad , pero cree que el Yo no
se ret ira totalmente de la realidad, sino que su contacto con ésta se
halla encubierto por el predominio de una fantasía omnipotente en-
caminada a destruir ya sea la real idad o la consciencia de la misma.
De este hecho depende justamente la existencia de una perso-
nalidad no psicótica paralela a la personalidad psicótica, pero os-
curecida por ésta.
Otra modificación que Bion introduce es la idea de que el re-
tiro de la realidad es una ilusión y no un hecho para el paciente,
quien actúa como si su aparato perceptor pudiera ser escindido en
diminutos fragmentos, y éstos proyectados dentro de los objetos .
En pacientes bastante enfermos como para ser clasificados Como
psicóticos , existe aún una parte no psicótica de la personalidad.
Junto alodio hacia la realidad están las fantasías de ataque sá-
dico al pecho que existen en el niño psicótico. El psicótico realiza
un splining en fragmentos diminu tos de sus objetos y de toda aque-
lla parte de la personalidad que le hace tomar consciencia de la rea-
lidad que odia . En la fantasía del paciente estas partículas yoicas ex-
pulsadas llevan una existencia independiente e incontrolada. En
174 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

consecuencia , se siente rodeado por objetos bizarros y los usa para


obtener pensamientos. Pero la primitiva matriz de ideografías de la
que surge el pensamiento , contiene dentro de sí eslabones entre una
ideografía y otra. Éstos son atacados de manera tal que los objetos
no pueden tomar contacto y dejan intactas sus cualidades intrínse-
cas y con capacidad de producir un nuevo objeto mental. En eta-
pas posteriores se ve el resultado de estos ataques de splitting en la
negación de la articulación como principio para la combinación de
palabras: «Como consecuencia, el paciente se mueve ahora no en
un mundo de sueños sino en un mundo de objetos que comúnmen-
te constituyen el mobl aje de los sueños».
Bion estudia luego varios casos clínicos que ejemplifican su teo -
ría, y llega a la conclusión de que no puede existir un progreso real
en el tratamiento de pacientes psicóticos mientras no se haya dado
la suficiente importancia a la naturaleza de la divergencia entre la
personalidad psicótica y la no psicótica, y en particular al papel de
la identificación proyectiva en la parte psicótica como sustituto de
la regresión de la parte neurótica.
NORBERTO SCHLOSS BERG

«ON ARROGANCE» (<<SOBRE LA ARROGANCIA»)9

Bion se propone estudiar el papel que desempeñan la arrogan-


cia, la curiosidad y la estupidez cuando aparecen en cierto tipo de
pacientes. Una característica es que se manifiestan en forma disper-
sa y aparentemente sin relación entre sí. Señala que según su punto
de vista, cuando en una personalidad predomina el instinto de vida,
el orgullo se transforma en autorrespeto , mientras que si predomi-
na el instinto de muerte, el mismo se transforma en arrogancia. De
ahí que cuando aparecen los elementos mencionados - arrogancia,
...curiosidad y estupidez- en un paciente , nos encontramos frente a
una situación de desastre psicológico.
La emergencia de algunos de estos elementos indica al analista
que debe investigar profundamente la situación del paciente y estar
dispuesto a enfrentarse con resistencias más intensas que lo habi -
tual. La situación es muy compleja y difícil, porque la actividad ana-
lítica en sí misma (el mero acto de analizar) es vivida por el pacien-
te como la curiosidad, que es uno de los elementos de la catástrofe
psicológica que teme . El analizar se transforma en un importante

9 Publicado en el/nI. J. of Psychoan., XXXIX, 2-4, 1958, págs. 144 y ss.


RESUMENES DE LA OBRA DE BION 175

elemento de la regresión . En estados como los descritos el fin im-


plítico del análisis - perseguir la verdad hasta sus últimas conse-
cuencias- es vivido como la exigencia de poseer la capacidad para
contener los aspectos disociados y proyectados (split-off aspects) de
otras personalidades. Esto provoca irrupciones de envidia y odio.
Para ilustrar lo que quiere decir, el autor presenta material de
un paciente al cual no había tomado como psicótico y que manifes-
taba signos de arrogancia, curiosidad y estupidez, a los que consi-
deró como una respuesta terapéutica inadecuada. Luego se le hizo
claro que eran mecanismos psicóticos: la comunicación verbal que
Bion intentaba mantener era vivida por el paciente como un ata-
que de un objeto interno muy persecutorio, el cual no le permitía
su modo de comunicación, que era la identificación proyectiva.
Como conclusión, el autor señala que, para algunos pacientes,
el rechazo por parte
, del analista del empleo normal de la identifi-
cación proyectiva conduce a una situación catastrófica, porque se
destruye un vínculo importante. Este rechazo de la identificación
proyectiva queda asociado a la existencia de un Superyó primitivo,
el cual rechaza precisamente tal medio de comunicación. La guía
para detectar este desastre está dada por referencias aisladas a la
curiosidad, la arrogancia o la estupidez.
SERGIO AIZENBERG

«ON HALLUCINATION» (<<SOBRE LA ALUCINACIÓN»)lO

Trata de las detalladas observaciones que el autor hizo sobre


las alucinaciones y los estados confusionales en pacientes esquizo-
frénicos , así como de la relación existente entre estas manifestacio-
nes, el proceso del soñar y los mecanismos de negación y represión.
Todo el material de este trabajo deriva de la aplicación práctica de
sus teorías sobre la diferenciación entre las partes psicóticas y no
psicóticas de la personalidad. También trata de la diferenciación en-
tre los términos splitting y disociación, y la conexión que ambos tie-
nen con las partes psicóticas y no psicóticas .
Bion enfatiza la importancia del examen detenido de las sesio-
nes, que permite detectar la frecuencia con que surgen alucinacio-
nes cuidadosamente encubiertas. Observó que el paciente suele usar
un mismo órgano de los sentidos tanto para percibir como para ex-
pulsar un objeto sentido como indeseable y hostil, el cual deviene

10 Publicado en el lnt. 1. of Psychoan., XXXIX, 55, 1958, págs. 341 y ss.


176 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

el contenido de estas alucinaciones y es uno de los elementos cons-


tituyentes del objeto bizarro del esquizofrénico . Mencion a la fre-
cuencia con que suelen aparecer los movimientos musculares, en
ocasiones casi imperceptibles, semejantes a un automatismo . bi-
zarro, que acompañan a la expulsión del objeto hostil.
Señala que el esquizofrénico vive bajo la urgencia de desem-
barazarse de dolorosos sentimientos de envidia y de odio, así como
de un objeto igualmente envidioso y hostil que es sentido como que
le quita el sexo y la vida. El paciente procura forzar todo ello den-
tro del analista, quien por eso es vivido como peligroso. La aluci-
nación surge cuando para poder absorber la cura desde el terapeu-
ta, el paciente pasa a extraer tales elementos hostiles del analista y
vuelve a proyectarlos en el ambiente, usando con un doble sentido
algún órgano de la percepción. Con todo, Bion destaca que este pro -
ceder está al servicio .de un deseo de curación y es una actividad
creativa.
Sostiene por ello que la actividad alucinatoria es una tentativa
de tratar con partes peligrosas de la personalidad sentidas como to-
talmente independientes de cualquier control y que vuelven impo-
tente al paciente para la recuperaci ón de logros externos y de un
agradable estado mental. Un hecho importante que señala es la im-
periosa necesidad de liberar al aparato psíquico del objeto hostil,
que toma todo y nada da, y de un incremento de estímulos tan do-
loroso que el paciente siente que sólo la descarga motora, a veces
violenta, propia del principio de placer, es el método eficaz para for-
zar una salida y procurar algún alivio. Pero, a causa de los proce-
dimientos destructivos y altamente fragmentadores ocasionados por
un splitting secundario, el esquizofrénico se crea una situación muy
compleja, donde el alivio es apenas transitorio, la reparación del
Yo es casi imposible y donde la depresión consecuente alcanza una
intensidad tan peligrosa que si su fuente no es dilucidada a tiempo,
el paciente volverá a usar reiterados spliuings secundarios con el pe-
ligro de homicidio o suicidio.
P AULO GRIMALDI

«ATTACKS ON LINKING» (<<ATAQUES AL VÍNCULO»)l1

Es un estudio más sobre la parte psicótica de la personalidad,


que abarca también aspectos de las personalidades psicóticas y rea-

Publicado en el Int. J. of Psychoan ., XL , 5-6, 1949, págs. 308 y ss.; Revista


11

Uruguaya de Psicoanálisis, VII , 4, 1965, págs. 355 y ss.


RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 177

liza una profundización mayor sobre la estructura del Superyó del


esquizofrénico , el uso que hace el psicótico borderline de la identi-
ficación proyectiva y las formas y cualidades del soñar esquizofré-
nico. Se refiere específicamente a los ataques destructivos a todo
aquello que tenga la función de vincular una cosa con la otra; lo ata-
cado principalmente es la capacidad del analista de comprender al
paciente , el lenguaje verbal y la relación entre sectores de la mente
del paciente consigo mismo. Señala la sensación de catástrofe in-
terna semejante a la locura que tienen estos enfermos, la que corre
paralela con la necesidad de mantener exteriormente una aparien-
cia equilibrada. En la parte psicótica hay preeminencia de vínculos
que aparecen como lógicos, casi matemáticos, pero nunca como
emocionalmente razonables , bajo los cuales sobreviven apenas , des-
pués de la catástrofe interna , relaciones perversas, crueles , estéri-
les asociadas con la arrogancia, la estupidez y la ausencia total o
casi total de la curiosidad. El ataque al vínculo es sobre todo hecho
contra una función , más que contra un objeto , pecho, pene o men-
te , que provee tal función. Menciona Bion la existencia de grados
normales de identificación proyectiva, la cual , con la identificación
introyectiva, constituye el mecanismo usado por el pensamiento em-
brionario para el desarrollo de un Superyó y de un psiquismo nor-
males. En el psicótico hay dos factores que se combinan para cau-
sar la enfermedad: la disposición congénita a una destructividad pri-
maria, y el ambiente en donde hay una madre incapaz de realizar
su función de recibir , contener y modificar el splitting y la proyec-
ción de las violentas emociones del niño. Esta relación es interna-
lizada en el Superyó que así no se desarrolla, y pasa a ser hostil a
) su vez a las identificaciones introyectivas , destruyendo, en la tera-
pia , el progreso en cualquier dirección y todo vínculo con el tera-
peuta, odiando , atacando y sosteniendo una constante oposición,
muchas veces veladamente, a las interpretaciones, impidiendo la in-
vestigación tranquila, continuada, creando y agravando una situa-
ción muy difícil de solucionar, en la que se repite la detención , si
no la destrucción , del desarrollo. Los pacientes en tales condicio -
nes son refractarios , y Bion señala que ello no tiene que ver con la
resistencia típica ; el ataque se hace a las bases de la relación crea-
tiva del tratamiento, o sea a la comunicación verbal y al acopio de
experiencias psicoanalíticas que tiene el terapeuta, que son frag-
mentadas, diluidas minuciosamente y luego desparramadas por me-
dio de técnicas como la del tartamudeo y la de una manera peculiar
de soñar en la que, antes de la aparición de los sueños propiamente
dichos, hay un período de aparente no soñar pero que más bien
178 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

está compuesto por sueños tan desprovistos del componente visual


y tan minuciosamente fragmentados que se hacen invisibles, como
lo son las partículas invisibles de una continuidad , y constituyen el
contenido de lo que Bion llama alucinaciones visuales invisibles.
En el esquizofrénico hay envidia y ataques a sí mismo y al ana-
lista cuando ambos pueden trabajar juntos para hacer que el pa-
ciente se sienta mejor, lo que lleva a que el sentimiento placentero
de ser comprendido esté constantemente fragmentado y expulsado.
La relación placentera puede llegar a ser introducida dentro del pa-
ciente y ahí convertida en cosas muertas que no dan vida sino que
lo asesinan , hecho que lo pone en una disyuntiva que lo lleva a de-
jar el tratamiento: si todo está muerto ya no podrá seguir y si hay
vida, el paciente sufrirá la envidia por el buen vínculo analítico.
Como método de negación de estas fantasías surgen tentativas de
mantener y conservar el contacto con la realidad externa.
Las consecuencias del ataque al vínculo son que dejan al pa-
ciente desprovisto del estado mental necesario para el estableci-
miento de una relación mental satisfactoria, que es la represen-
tante interna de los padres en coito o transferencialmente de la
.pareja paciente-analista. Este vínculo creador es transformado en
una sexualidad hostil y destructiva que vuelve estéril a la pareja
parental en la fantasía y a cualquier otra pareja que la represen-
te . La interpretación es también sentida como la propia percep-
ción visual del coito entre los padres, envidiablemente fructífero
o temidamente destructor. Por eso existe un implícito odio a la
emoción y a la realidad externa y, por extensión, odio a la vida
misma. Otro vínculo fuertemente atacado es la capacidad de com-
prensión y juicio, que también es expulsada; se sienten dudas so-
bre el juicio o esclarecimiento que las interpretaciones puedan
contener: en la fantasía de este tipo de pacientes, dichas interpre-
taciones estarían dándole una falsa y deliberada ayuda para enlo-
quecerlo y destruir vorazmente su Yo. El paciente trata de forzar
su sentimiento de maldad dentro del analista y por eso llega a sen-
tir que la maldad del analista es un hecho y que las interpretacio-
nes son procesos malévolos y asesinos ; clínicamente tal ataque
hostil se expresa por la aparición de movimientos musculares a ve-
ces casi imperceptibles.
El ataque al vínculo es así un sinónimo del ataque que el pa-
ciente hace a la tranquilidad del analista y a la tranquilidad entre
diferentes aspectos de sí mismo, y abarca múltiples formas , que in-
cluyen los acting-out, los actos delictivos y las amenazas de suici-
dio. La inminente amenaza de un objeto interno altamente destruc-
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 179

tivo lleva a la incapacidad para lograr la posición depresiva y sus


consecuencias.
PAULO GRIMALDI

EXPERIENCES IN GROUPS (EXPERIENCIAS EN


GRUPOS) 12

A partir de la observación de lo que sucede en un grupo, sin


ideas preconcebidas y sobre la base del trabajo efectuado con gru-
pos terapéuticos, Bion esboza algunas teorías para explicar los fe-
nómenos que se presentan a diario en todo grupo .
Estas observaciones, las teorías y la técnica resultantes de ellas
son lo que nos presenta en este complejo libro, donde revisa y dis-
cute también los conceptos de Freud, Me Dougall y Le Bon.
El gran hallazgo de Bion es el de haber descubierto que el gru-
po forma una totalidad psicológica que tiene expresión, y que esta
totalidad puede ser interpretada y modificada por el terapeuta.
El grupo es descrito como un interjuego entre necesidades in-
dividuales, m entalidad grupal (expresión anónima de la opinión in-
dividual) y cultura del grupo (su estructura momentánea, su orga-
nización y tarea).
Existen dos actividades en el grupo ; la primera es racional y
consciente , depende de la voluntad de los miembros y de la coope-
ración entre ellos para la realización de la tarea; la segunda activi-
dad mental desarrollada por el grupo es irracional e inconsciente,
emocionalmente intensa y originada en forma instantánea e invo-
luntaria. Generalmente estas dos actividades mentales se contrapo-
nen; raramente la segunda estimula a la primera.
Bion explica la segunda actividad mental del grupo como pro-
veniente de procesos que denomina supuestos básicos (sb) , y des-
cribe e ilustra tres . Los supuestos básicos que definen y caracteri-
zan la mentalidad y la cultura grupales son el sb de dependencia,
el sb de ataque-fuga y el sb de apareamiento.
Los supuestos básicos definen configuraciones emocionales, es
decir , combinaciones específicas de amor, odio y miedo, y cada su-
puesto báSIfu tiene determinadas características o, mejor dicho, el
grupo que actúa en uno (cualquiera) de los tre s, tiene determina-

12 Londres, Tavistock , 1959; Buenos Aires, Paidós, 1963. Contiene la reimpre-


sión de «Intragrupal Tensions in Therapy», «Experiences in Groups» y «Group
Dynamics. A Review».
180 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

das características. Cabe destacar que el grupo siempre actúa en


uno de los tres supuestos básicos y que éstos se alternan pero nun -
ca coexisten.
Cada sb tiene su tipo de líder, que no es más que función del
sb en actividad en ese momento. En el sb de dependencia, losmiem-
bros del grupo esperan que el líder les resuelva sus problemas, y
otros miembros, vistos como rivales del líder , son suprimidos. Ellí-
der asume características de deidad, y el grupo depende y se apoya
en él.
El líder del sb de lucha-fuga (sb en el cual el grupo ataca o se
defiende de un perseguidor) tiene características de caudillo; el lí-
der del sb de apareamiento es de tipo mesiánico y, como tal, «aún
no ha nacido». El líder puede ser, en cada caso, una persona , un
objeto, o incluso una idea.
El «grupo de trabajo», ligado a la primera actividad mental del
grupo descrita más arriba, está influido intensamente por el grupo
de supuesto básico, muchas veces en forma tal que predomina el
grupo de supuesto básico frente a actividades mentales más elabo-
radas.
Los miembros de un grupo de trabajo actúan y se apoyan, por
otra parte, en un supuesto básico para suprimir la actividad de los
otros dos.
Bion nos habla de prototipos de sus tres supuestos básicos, que
denomina protomentales, es decir, que constituyen una matriz en la
cual lo físico y lo psíquico están aún indiferenciados. Por ejemplo,
aplicando este concepto a enfermedades físicas, pone a prueba sus
posibilidades de utilización como concepto con un valor predictivo,
es decir, para prever o predecir situaciones.
Cada individuo tiene un cierto grado de disposición para en-
trar en combinación con el grupo y actuar en los supuestos básicos .
Bion llama valencia a esta disposición.
El grupo evoluciona y oscila de un supuesto básico a otro con
cierto ritmo que no es de ningún modo regular. Pero con todo es
posible señalar ciertas secuenci as y matices en el desarrollo y la evo-
lución del grupo. El grupo bajo el supuesto básico de dependencia
puede elegir como líder a su miembro más enfermo en forma es-
pontánea, y luego oscila entre el reconocimiento del trastorno en
el líder y la creencia de que el líder es efectivamente un líder del
cual se puede depender. El grupo puede también tratar de sobre-
ponerse a esta oscilación disruptiva absorbiendo grupos externos.
Frente a la exigencia de desarrollo aparecen resistencias en el gru-
po que pueden inclusive llevar a un cisma; este cisma ten drá lugar
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 181

entre dos subgrupos, uno que apela a la tradición como opuesta al


avance , y otro que, aparentemente apoyando al progreso , se hace
tan dogmático que deja de conquistar nuevos miembros. Tales son
algunas de las vicisitudes que Bion describe en la evolución del
grupo.
Estas y otras consideraciones determinan también una técnica
para la terapia del grupo. Dicha técnica puede resumirse así: a) el
terapeuta no dirige al grupo ni especifica su propia función; b) in-
terpreta los fenómenos que observa como un acontecimiento glo-
bal del grupo o de partes del mismo en función de un todo.
EUZABETH T ABAK DE BIANCHEDI

«A THEORY OF THINKING» (<<UNA TEORÍA DEL


PENSAMIENTO»)13

Es éste un trabajo fundamental de Bion en el cual expresa sus


ideas sobre el pensamiento. Él mismo define los alcances de su teo-
ría : se trata de un sistema extraído de la experiencia emocional, des-
tinado a ser usado por los psicoanalistas, quienes deben experimen-
tar los hechos que se aproximan a esta teoría en un número signi-
ficativo de casos.
Los pensamientos pueden ser clasificados, desde el punto de
vista de su evolución , en preconcepciones (modelo: la expectativa
innata de un pecho) y concepciones, resultantes de la conjunción en-
tre las preconcepciones y una realización que se aproxime a ellas.
Si bien las concepciones están asociadas a experiencias satis-
factorias , Bion restringe el nombre de «pensamientos» para las con-
junciones de preconcepciones con frustraciones (vividas como no
pecho o pecho malo interno). .
Si hay capacidad para tolerar la frustración y se suceden las ex-
periencias de satisfacción, dicho «pensamiento» primitivo (que es-
taba muy asociado al objeto malo y era en sí una «cosa mala») evo-
luciona y se transforma en pensamiento . Se desarrolla el aparato
para pensar, el cual a su vez posibilita esta evolución y de este modo
«la frustración tolerada se hace más tolerable».
Si no se soporta la frustración o se suceden experiencias nega-
tivas con la realidad , las concepciones que se originan serán «la idea
de un pecho malo» o «de la no existencia en un pecho». Estos pen-

13 Publicado en el lnt. J. of Psychoan., XLIII , 4-5, 1962, págs. 306 y ss. ; Re.
vista de Psicoanálisis, XXII , 1-2, 1965, págs. 1 y ss.
182 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

samientos quedan detenidos en su evolución, permanecen indife-


renciados de la «cosa en sí misma» y son vividos como objetos con-
cretos «malos» (elementos beta) que no asumen la función que les
asignó Freud a los pensamientos: controlar la tensión y postergar
la descarga; por el contrario, son sentidos como algo dañino que
debe ser evacuado.
Se perturba así el desarrollo y la función del «aparato para pen-
sar» y se hipertrofia el mecanismo de la identificación proyectiva .
El aparato debe funcionar para liberarse de estos «pensamientos-
objetos malos».
La teoría de la existencia de un «aparato para pensar los pen-
samientos» es una de las ideas más cautivantes y avanzadas de Bion.
Es este aparato el que determina que el «pensamiento» primitivo
(asociado a la «cosa en sí») evolucione y adquiera los caracteres
cada vez más abstractos del pensamiento.
Esto constituye un aspecto importantísimo de su teoría, pues
sienta el concepto de que no basta tener pensamientos: éstos deben
ser «pensados» para ser utilizados como tales , y este «pensar» es
consecuencia del buen funcionamiento del «aparato destinado a ma-
nipularlos» .
Bion expone luego sus ideas acerca de la función alfa, que ope-
rando sobre los datos de la experiencia sensorial obtenidos por el
órgano «consciencia» los transforma en «elementos alfa», con los
cuales el psiquismo adquiere capacidad de soñar y de estar cons-
ciente o inconsciente.
Destaca después la importancia patológica de una ruptura en
el interjuego que por medio de la identificación proyectiva ocurre
entre la consciencia rudimentaria del lactante y la reverie (ensueño)
de la madre. Si la madre no puede tolerar las proyecciones del niño,
éste queda identificado con un objeto desprovisto de la capacidad
de comprensión.
Los pensamientos originados y luego tratados por el «aparato»
pueden ser traducidos en acciones y constituyen vehículos de comu-
nicación.
Bion destaca finalmente la importancia de las concepciones, los
pensamientos y las verbalizaciones para la trascendente función de
correlación, pues facilitan la conjunción de diferentes series de da-
tos. Esta conjunción debe ser armónica. Si fracasa en la comunica-
ción interna de un sujeto, éste sufre de «inanición mental», análo-
ga a la inanición alimentaria, y tiene hambre de poseer la «verdad».

JULIO A. GRANEL
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 183

LEARNING FROM EXPERIEN CE (APRENDIENDO


DE LA EXPERIENCIA)14

«El pensar», dice Bion, «es la función a través de cuyo ejerci-


cio aprendemos de la experiencia» . Con el fin de investigar profun-
damente este postulado, y ayudado por sus conocimientos de filo-
sofía y matemática, produce un enfoque que sirve de instrumento
en la tarea psicoanalítica.
Comienza por explicar los términos función y factor, que utili-
zará constantemente en su trabajo , delimitando a la vez el área en
que utiliza estos términos. Sabe bien que toda explicación será una
falsificación de la realización o experiencia emocional, pero que es
básicamente necesaria para efectuar la transmisión de su teoría.
En primer lugar sostiene que para aprender de la experiencia,
la función alfa debe operar sobre la captación de la experiencia emo-
cional e impresiones sensoriales; los elementos alfa surgen de las im-
presiones de la experiencia o recuerdos, mientras que los elemen-
tos beta son hechos no digeridos, imposibles de rep rimir, suprimir
o aprender. Una de sus ideas más originales es la distinción entre
la creación de pensamientos y el pensar.
La función alfa crea elementos alfa que son aptos para la for-
mación de pensamientos oníricos, modelos inconscientes y pensa-
mientos inconscientes de vigilia. Éstos , a su vez, contribuirán a for-
mar el «aparato para pensar». Ejemplifica con valioso material clí-
nico que aclara el significado de los términos que utiliza, y espe-
cialmente acentúa la importancia de la «barrera de contacto» como
una valla formada entre el consciente y el inconsciente por la ad-
herencia de elementos alfa.
Más adelante se refiere a la identificación proyectiva, término
kleiniano que involucra el procedimiento de descargar la psique del
incremento de estímulos y que está íntimamente conectado con el
origen del pensar. Insiste en la noción de ensueño o reverie como
el estado anímico que está abierto a la recepción de cualquier emo-
ción del objeto amado y que puede por lo tanto recibir las identi-
ficaciones proyectivas.
Pero toda teoría carece de efectividad sin una notación cientí-
fica adecuada que permita transmitirla con precisión y sin pérdidas
ni falsificaciones enla connotación. Para ello propone una notación
para representar la experiencia emocional que incluye tres factores
inherentes al vínculo entre objetos, y que son amor, odio y cono-

14 Londres , W. Heinemann , 1963; Buenos Aires , Paidós , 1966.


184 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

cimiento (L, H Y K). El analista debe decidir cuál de ellos, ya sea


con signo positivo o negativo , representa con mayor precisión el vín-
culo entre los objetos en cuestión.
Bion se preocupa de profundizar el estudio de la teoría klei-
niana del intercambio entre las posiciones esquizo-paranoide y de-
presiva, y su relación con la experiencia emocional en el apren-
dizaje.
Plantea el problema de pensar considerando que los «pensa-
mientos» son epistemológicamente anteriores al pensar, y que el
pensar tiene que ser desarrollado como un método o aparato que
se ocupe de los pensamientos.
Introduce también el término «hecho seleccionado» , tomado
de Poincaré, y lo'define como un hecho que da coherencia a los ob-
jetos de la posición esquizo-paranoide e inicia así la posición de-
presrva .
Termina el libro explicando la relación K (conocer) y -K (me-
nos conocer). Dice que en K es posible la particularización y con-
cretización de lo abstracto y general, pero que no lo es en - K por-
que lo abstracto y general son sentidos como volviéndose cosas en
sí mismas. En - K lo particular es despojado de sus cualidades y
como producto final se tiene despojo y no abstracción. En cambio,
en K lo particular puede generalizarse y hacerse abstracto .
NORBERTO SCHLOSSBERG

ELEMENTS OF PSYCHOANALYSIS (ELEMENTOS


DEL PSICOANÁLISIS)I5

En Elementos del psicoanálisis continúa Bion la línea de inves-


tigación iniciada en Aprendiendo de la experiencia. Recalca la im-
portancia de la exactitud en la observación y puede considerarse
este libro como la exposición de un método acerca de cómo reali-
zar la observación, lo original del libro es que propone un ordena-
miento del material que el analista recoge, en distintas categorías
que no implican en sí teorías psicoanalíticas y corresponden a los
que Bion denomina «elementos del psicoanálisis». Representa esto
por dos coordenadas: un eje vertical y otro horizontal. El eje ver-
tical, AH, representa el grado de complejidad creciente del pensa-
miento; el eje horizontal, 1-6, los distintos usos con que se puede
utilizar el pensamiento (ver Tabla, cap. I1I).
" Londres, W. Heinemann, 1963; Buenos Aires, Hormé , 1966.
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 185

Continente-contenido ('? 0") es un símbolo usado para carac-


terizar la identificación proyectiva. La considera un elemento del
psicoanálisis. Otro elemento está dado por el mecanismo Ps ~ D
que constituye una oscilación entre las posiciones paranoide-esqui-
zoide, Ps, fragmentación y dispersión, y D, integración caracterís-
tica de la posición depresiva. Para el autor la formación del pensa-
miento y el desarrollo de una capacidad para pensar depende del
mecanismo citado Ps ~ D, Y de una forma básica de la identifica-
ción proyectiva en la cual lo que se proyecta es sentido como reci -
bido por un objeto que lo introyecta, relación y 0". Esclarece es-
tos conceptos como un ejemplo que puede considerarse como un
modelo; el vínculo existente entre la madre y el lactante es equipa-
rable a la relación existente entre el analista y el paciente.
También señala Bion que los pensamientos y el pensar pueden
considerarse como parte de la situación edípica. En la narrativa del
mito, el enigma atribuido a la Esfinge es una expresión de la curio-
sidad del hombre dirigida a sí mismo. Esta curiosidad tiene en el
mito de Edipo el mismo status que en los mitos del Edén y de la
Torre de Babel: es un pecado, con sus respectivos castigos . En el
mito de Edipo, éste, al proseguir la indagación, sufre el castigo con
la ceguera y el exilio; en el mito del Edén, la curiosidad por probar
el fruto prohibido es también castigada con el exilio; en la Torre de
Babel, la curiosidad del hombre por acercarse al cielo supone la
fragmentación y dispersión del lenguaje con la confusión correspon-
diente. Bion considera, en la narrativa del mito de Edipo, una se-
rie de elementos que puede vincular al eje horizontal de la Tabla.
Así «1» corresponde al pronunciamiento del oráculo y lo incluye
como una hipótesis definitoria. La considera una preconcepción en
cuanto es un «enunciado no saturado», que se satura por el desarro-
llo de la narrativa del mito. «2» representa a Tiresias, una hipótesis
que se sabe falsa pero que se mantiene como una barrera contra la
verdad; tendría el significado de la resistencia. «3» representa el re-
gistro del mito, una realización que cumple la función que Freud
atribuyó a la notación . «4» representa a la Esfinge que estimula la
curiosidad. Tiene el significado que Freud atribuyó a la atención,
donde el estímulo por la curiosidad implica una amenaza. «5», en
la Tabla la indagación , puede representarse por Edipo, que prosi-
gue con la investigación triunfando sobre las amenazas. En última
instancia simboliza el instrumento investigador de la actividad cien-
tífica.
Finalmente, el autor enfatiza algo ya señalado en trabajos an-
teriores y que se refiere a la perspectiva reversible. Toma como mo -
186 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

delo el ejemplo conocido de la psicología experimental: una lámina


puede representar para un observador un florero; para otro signi-
ficará dos perfiles. Un mismo observador podrá apreciar una ima-
gen pero con un esfuerzo de acomodación observará también la
otra; relaciona esto con el insight pues lo vincula con la perspectiva
y el punto de vista del observador. Cuando el paciente puede mo-
dificar su punto de vista (en el ejemplo citado puede ver la segunda
imagen), ha logrado insight, que se manifiesta al tener la perspec-
tiva de lo que dice, pero al tener además otra perspectiva. En la
experiencia clínica puede suceder que el vínculo entre analista y pa-
ciente sea solamente el hecho mecánico de la concurrencia a la se-
sión, pero hay una divergencia total entre el punto de vista de la
perspectiva del paciente y el que tiene el terapeuta. El paciente pue-
de realizar un rechazo silencioso y constante de las ideas implícitas
en la interpretación que hace al terapeuta, aunque aparente un to-
tal acuerdo con éste. A esto llama Bion revertir la perspectiva. El
conflicto existe entre acercarse a K, conocimiento, o quedarse en
- K, tener un falso conocimiento. Considera que el paciente pro-
cede así para eludir el dolor, pudiendo llegar a formar una coraza
reforzada por delirios y alucinaciones para revertir la perspectiva.
Esta situación de revertir la perspectiva por parte del paciente,
Bion la vincula a la situación edípica: el conflicto entre - K YK está
representado en la Tabla por los usos 2 y 5 respectivamente; 2, Ti-
resias, que mantiene una hipótesis falsa, y 5, Edipo, que satisface
la curiosidad pese a las amenazas que ello supone.
SILVIa LUMERMANN

«THE GRID» (<<LA TABLA»)16

La finalidad de este trabajo es desarrollar un método o instru-


mento útil para pensar acerca de los problemas que surgen en el
transcurso de la práctica psicoanalítica. No es un método para apli-
car en la situación analítica misma, ni tampoco un método de re-
gistro de sesiones. Tiene relación con la tarea de la sesión y sirve
para desarrollar la capacidad intuitiva del analista.
La Tabla que reproducimos en el capítulo Ill es el instrumen-
to que Bion elaboró para cumplir con esta tarea.
La Tabla tiene dos ejes: uno vertical, ordenado desde la A has-
ta la H, y otro horizontal, numerado 1, 2, 3,... hasta n.

16 Trabajo inédito, 1964.


RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 187

El eje vertical clasifica un enunciado o formulación de acuerdo


con el grado de complejidad que ha logrado en su desarrollo gené-
tico.
El eje horizontal se refiere a la utilización que se hace de un
enunciado.
Bion aclara el significado que tiene el término «enunciado» . In-
cluye desde un sonido, gesto, mueca, palabra, hasta una construc-
ción teórica muy elaborada. Es todo suceso que forma parte de la
comunicación entre analista y paciente o de cualquier personalidad
. .
consigo misma .
Un mismo enunciado puede ser ubicado en cualquiera de los
casilleros del eje horizontal, según el uso al cual esté destinado .
La columna 1 es subtitulada «hipótesis definitoria». Los enun-
ciados ubicados en esta columna son aquéllos que han sido ligados
en función de un hecho seleccionado en una conjunción constante
(Hume). Elementos considerados previamente como no relaciona-
dos son reconsiderados como constantemente conectados y con co-
herencia. Son significantes, aunque todavía no adquirieron signifi-
cado . Es a través de la delimitación en una definición (conjunción
constante de elementos dispersos) cómo se posibilita el próximo
paso en el aprendizaje de un significado.
La columna 2 categoriza un enunciado, de cualquier tipo que
sea, cuya intención es impedir un enunciado válido en el contexto
en -que es formulado que llevaría a una modificación de la persona-
lidad y de su perspectiva. Corresponde a los fenómenos conocidos
en psicoanálisis como resistencia.
La columna 3 contiene los enunciados que son empleados para
registrar un hecho. Cumplen la función descrita por Freud en «For-
mulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico», como no-
tación y memoria.
En la columna 4 se ubican los enunciados cuya función es ase-
gurar la repetición de una conjunción constante. La conjunción cons-
tante ha sido ya experimentada, y por nuevas repeticiones se facilitá -
la función de la atención. En este sentido un enunciado ubicado en
esta columna difiere en su uso de otro ubicado en la columna 1.
Los enunciados de la columna 5 son utilizados para investigar
o indagar en lo ignorado.
En la columna 6, que lleva como subtítulo el término «acción»,
se ubican aquellos enunciados que se asemejan a una descarga mo-
triz destinada a liberar «al aparato mental del acrecentamiento de
estímulos» (Freud, «Formulaciones sobre los dos principios del
acaecer psfquico»).
188 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

Las dos primeras hileras del eje genético son consideradas por
Bion en forma conjunta. Los elementos beta y los elementos alfa
denotan objetos que son desconocidos y pueden por lo tanto no
existir. Bion los propone con el propósito de hacer posible el dis-
cutir , el hablar o el pensar sobre algo , antes de saber qué es.
Los elementos beta comprenden fenómenos muy arcaicos que
no pueden ser considerados como pensamientos; constituyen los ob-
jetos bizarros descritos por Bion.
Los elementos alfa son considerados como los que permiten
formar pensamientos oníricos.
La hilera C incluye los sueños y otros posibles sistemas orga-
nizados de pensamientos oníricos, y los mitos , que Bion caracteriza
como formas primitivas de un modelo .
La hilera D , subtitulada preconcepción, representa un enun-
ciado no saturado, pero tal característica no es privativa de esta hi-
lera sino que todas las hileras , con excepción de la A, pueden fun-
cionar como preconcepciones que buscan la experiencia emocional
que las sature.
En cuanto a la ubicación de un enunciado en las hileras G o
H, Bion considera que desde el punto de vista de la práctica psi-
coanalítica, es muy poco probable que un analista descubra algo
que pueda ser ubicado en estas hileras, según el riguroso estándar
de un método científico aceptado , pero piensa que es fructífero que
dichas categorías existan.
Bion plantea también en este trabajo su concepto de «trans-
formación». Según él, todo enunciado es una transformación de una
experiencia emocional , a la que representa por el signo O.
Diferencia el proceso de transformación del producto termina-
do de la transformación. Al proceso de transformación en la mente
del paciente lo representa por el signo Tp a (transformación pacien-
te alfa), y al producto final o resultado del proceso por el signo Tpf
(transformación paciente beta).
En el analista ocurre algo similar, que Bion denomina Taa
(transformación analista alfa) y Ta~ (transformación ana lista beta) .
Toda interpretación es considerada por él como un enunciado, y
por lo tanto como una transformación. Piensa que en la interpre-
tación psicoanalítica existe algo peculiar a la práctica psicoanal íti-
ca, y espera que la Tabla pueda conducir a una comprensión más
profunda de la misma. Con tal objetivo , ubica conceptualmente la
interpretación psicoanalítica en la Tabla.
Bion resume, de la siguiente forma, la tarea del analista como
observador en la situación analít ica: «El analista se ocupa de hacer
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 189

observaciones sobre la conducta en la cual se destacan varios com-


ponentes: la génesis y el uso de los enunciados , la naturaleza de los
enunciados como una transformación, el proceso por el cual la
transformación se efectúa (Tpa) , el producto final de la transfor-
mación (Tpp), invariantes, y la categorización de la transformación
en la Tabla».
Finalmente , a través de un ejemplo clínico, elabora y discute
estos conceptos, así como también las características del objeto psi-
coanalítico (enunciado-transformación-teoría que liga una conjun-
ción constante).
Afirma también que la Tabla puede ser usada en lo que llama
el «juego psicoanalítico». Éste consiste en categorizar arbitraria-
mente un enunciado e indagar sus posibles desarrollos y consecuen-
cias en la Tabla . Por ejemplo, una interpretación que se piensa
correcta (D 3 , D 4 , D s) en la columna D 1 , y luego preguntarse qué
estaría excluyendo tal interpretación.
Este trabajo resume algunos temas tratados por Bion en su li-
bro Elementos del psicoanálisis y anticipa otros , tratados más am-
pliamente en Transformaciones .
DARía SOR ·

TRA NSFORMATIONS (TRA NSFORMAC/ONES)17

El objetivo de Bion en este libro es lograr «que el analista ten -


ga una captación firme y durable de la realidad de la experiencia
analítica y de las teorías hacia las que se aproxima».
Aplicando la Teoría de las Transformaciones trata de esclare-
cer una cadena de fenómenos para comprender el proceso por el
cual se alcanza a través de las teorías psicoanalíticas - los enuncia-
dos del paciente y del analista- la representación de una experien-
cia emocional. Al decir del autor, esto no está relacionado con la
teoría sino que es un enfoque crítico de la práctica psicoanalítica.
Tanto la creación artística como la geometría y la matemática
tienen cualidades que permanecen «invariantes» (el aspecto inalte-
rado de una transformación). Del mismo modo ocurre con el psi-
coanálisis: el trabajo del psicoanalista es la transformación de una
realización, la experiencia original entre analista y paciente , en una
serie de interpretaciones. Éstas ponen de manifiesto 13s invariantes
de dicha experiencia. El conjunto de técnicas analíticas constituyen

17 Londres. W. Heinemann. 1965.


190 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

«transformaciones de experiencias psicoanalíticas en una interpreta-


ción».
Distintas teorías psicoanalíticas implican distintas transforma-
ciones y por consiguiente distintos significados en la medida en que
las constantes son distintas. Determinando sus invariantes y la na-
turaleza de sus relaciones , Bion se propone encontrar lo esencial
del psicoanálisis.
Durante el transcurso de un análisis hay situaciones de violen-
cia y cambio dadas de tal manera que se pueden configurar una «eta-
pa pre-catastrófica» y una «post-catastr ófica», pudiéndose determi-
nar las invariantes en ambas etapas . Bion distingue:
1. La operación total, que incluye el acto de transformar y el
producto terminado . Esto es designado con el signo «T».
2. El proceso de transformación, designado con el signo
«Ta».
3. El producto terminado, signo «T~».
También debemos diferenciar la transformación manifiesta en
el paciente y la del analista. T(paciente)a: los procesos por los cua-
les se efectúa el cambio de la realización a Típacientejñ, que es el
producto terminado presentado al analista. Desde el punto de vista
del terapeuta: T(analista)a y T(analistajp.
Todo esto constituye para Bion una función de la personalidad
en el proceso de ser representada. Reemplazando estos signos por
sus categorías correspondientes en la Tabla, logramos una fórmula
resultante de haber ligado los elementos de la experiencia psicoa-
nalítica en una conjunción constante. En ésta podemos encontrar
la evidencia que al conducirnos al significado, o sea a «saturar el
elemento no saturado» de la fórmula, permita comprender el tipo
de series de transformaciones del paciente. Esto será una hipótesis
provisoria que permite investigaciones ulteriores.
El origen de los ciclos de transformación es el O. Es la reali-
zación de la cual parten las transformaciones de analista y pacien-
te. Es un hecho básico del cual sólo tenemos la representación fe-
noménica, pues en su esencia es incognoscible; es la cosa en sí misma.
El O debe ser un hecho que esté a disposición del analista y
del analizado, de manera que sea susceptible de ser transformado
por ambos, en cualquier situación analítica. Las transformaciones
T(paciente)a y T(analista)a están bajo la influencia de L (amor),
H (odio) y K (conocimiento). Suponiendo que el analista tiene en
cuenta la contratransferencia, T(analista)a y Tíanalistajf están li-
bres de ser distorsionados por L y H. En cambio, T(paciente)a y
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 191

T(paciente W están siempre sujetos a distorsión, cuya naturaleza


será el objeto a esclarecer a través de la interpretación psicoanalí-
tica. Es decir, es el O de la transformación que el analista efectúa
en su pasaje de la observación a la interpretación.
El analista transforma O de acuerdo con las reglas de la comu-
nicación verbal, pero el paciente puede hacer transformaciones que
parecen una comunicación verbal pero que en realidad constituyen,
por ejemplo, una alucinación auditiva, visual o táctil. Bion se pre-
gunta si estudiando las invariantes es posible descubrir las reglas
que gobiernan las distintas transformaciones.
Al aplicar la teoría de las transformaciones se destacan los ele-
mentos que siempre deben estar presentes en una conjunción cons-
tante, pero no supone que haya relación de causalidad entre éstos.
Al dejar de lado la teoría de la causalidad lineal, Bion intenta evi-
tar las obstrucciones que ésta provoca para la observación de la con-
junción constante de fenómenos.
La teoría de la causalidad, aunque útil, es «falaz». La intole-
rancia a la depresión determina que un paciente proponga una ca-
dena de causalidad para racionalizar y negar un sentimiento de per-
secución, evitando la coherencia. La idea de causa es empleada aquí
para destruir el contacto con la realidad externa.
Otra perturbación grave para el conocimiento es la incapaci-
dad para tolerar un no-significado. Investiga Bion cómo las asocia-
ciones de un paciente están dirigidas a obtener evidencia de signi-
ficado y de emoción pero no a descubrir lo que es el significado.
De la misma manera el aprendizaje por la experiencia está per-
turbado cuando predomina la intolerancia a la «no-cosa» y la idea
de que una representación es una «no -cosa-en-sí-misma» .
Las transformaciones ocurren en una experiencia emocional
cuyo modelo adecuado - según Bion- es la violencia en la encru-
cijada de Tebas, con lo cual establece la inevitable vinculación de
la teoría de las transformaciones con una invariante de las teorías
psicoanalíticas: las del complejo de Edipo.
O, que es la realidad última e incognoscible, puede ser repre-
sentado por cualquier formulación de una transformación . O es in-
cognoscible porque K, L Y H son adecuados para las transforma-
ciones de O, pero no para O. El lenguaje corriente, el arte, la mú-
sica, el psicoanálisis, son métodos de comunicación y transforma-
ciones de O. Tratamos con transformaciones, conocidas, amadas u
odiadas . Pero siempre son intermediarias entre O y T. La realidad
esencial no puede ser conocida, tiene que ser «sida», o sea «deve -
nida». Le preocupa a Bion cómo hacer la interpretación, para pa-
192 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

sar del «conocer» los fenómenos al «ser». «La interpretación tiene


que hacer algo más que aumentar el conocimiento», pues debe ob-
tener que O , como representante de la realidad última de la cosa
en sí misma, «se encarne» en la persona del analizado.
Bion destaca las interpretaciones que efectúan esa transición
del «conocer acerca de O» hacia el «devenir O». Porque el «saber
acerca de O» implica un vínculo K con transformaciones de O. Se
\0 debe distinguir de\ proceso pOI e\ cua\ "O es devenida». En este
caso, algo es ganado «del infinito vacío y sin formas».
Hay una diferencia profunda en tre «ser O», «devenir O» y «es-
tar en rivalidad con O».
Las interpretaciones que involucran devenir O son rechazadas
con odio y temor, pues hay peligro de que durante esta transfor-
mación, en lugar de hacerse O manifiesto y cognoscib le en una en-
carnación o corporización, la persona sienta que «es O»; en este
caso está cerca la megalomanía o las actuaciones peligrosas.
Devenir O -proceso que determina el surgimiento de poten-
cialidades- se desarrolla a través de transformaciones muy dolo-
rosas, por lo que habitualmente se prefiere el «saber» antes que el
«devenir».
JULIO A. GRANEL

«CATASTROPHIC CHANGE» (<<CAMBIO


CATASTRÓFICO») 18

A través de diferentes descripciones , Bion muestra una misma


configuración en contextos muy distintos. La configuración que
ejemplifica es la relación de un continente , representado por el sig-
no S?, y de un contenido , representado por el signo cJ', en sus múl-
tiples posibilidades de vinculación.
Bion utiliza el término «cambio catastrófico» en otros trab ajos
para señalar una conjunción constante de hechos que pueden ser ob-
servados en diversos campos , como son: la men te , el grupo, la se-
sión psicoanalítica, la sociedad , etc. Estos hechos se caracterizan
por la violencia, la invariancia y la sub versión del sistema cada vez
que una relación continente-contenido enfrenta una situación de
cambio y crecimiento.
Una palabra puede ser vista como el continente de un signifi-

IXArtículo inédito, transcrito en el Scieruijic Bulletin 01 the Britisñ Psychoa-


nalytical Society, 5, 1966.
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 193

cado y, como tal ser adecuada o no; , un significado puede ser tan
nuevo que no encuentre una palabra que lo contenga; o un conte-
nido emocional tan intenso , que la persoria que intenta expresarlo
no logra hacerlo con palabras adecuadas y termina balbuceando.
La relación entre palabra y significado es una de las áreas donde
puede investigarse la relación continente-contenido en sus modali-
dades comensal, simbiótica y parasitaria. También es posible inves-
tigarla en la relación del analizado con las palabras del analista, en
su vínculo con el tratamiento, con su familia, trabajo, etcétera.
Bion describe tres vínculos entre continente-contenido: el vín-
culo es comensal cuando continente y contenido conviven sin in-
terrelación; simbiótico , cuando la relación existe y es mutuamente
beneficiosa; y parasitaria, cuando continente y contenido se despo-
jan mutuamente de vitalidad y de significado. En este caso el re-
sultado de la asociación será mutuamente destructivo.
Bion encuentra aplicable el modelo continente-contenido
también a situaciones grupales, a la historia de los descubrimien-
tos científicos y de los movimientos religiosos, así como a múlti-
ples situaciones de la relación psicoanalítica. Insiste en la impor-
tancia de detectar esta configuración en el consultorio, en la con-
ducta del paciente, en su relato; la voracidad y la envidia pueden
tomar formas tan diferentes que no es posible dar reglas para de-
tectar estos sentimientos, discernibles en la relación del analiza-
do con la interpretación en el uso que hace de las palabras, pro-
pias o del analista, en sus acting out, etcétera. La personalidad en-
vidiosa, que funciona como un continente hostil, no soporta una
idea nueva; la exprime de significado, o la idealiza a tal punto que
ésta pierde todo valor como factor de crecimiento o de cambio.
Lo mismo puede suceder en el grupo; el genio, el místico , el por-
tador de una idea nueva, provoca en la parte estable y organiza-
da del grupo reacciones que son evitativas u hostilmente opuestas
al cambio que las ideas proponen. El grupo puede expulsar al ge-
nio , o deificarlo; puede absorberlo al Establishment de modo que
la fuerza disruptiva de sus ideas no amenace la estabilidad y es-
tructura del grupo. También es función del Establishment hacer
accesible la idea nueva al resto del grupo. Esto se logra, en los
grupos científicos, mediante la formulación de leyes; en los gru-
pos religiosos, con el dogma; esta transformación de las ideas nue -
vas en formulaciones que las contienen, implica una limitación de
las mismas, pero al mismo tiempo esta formulación permite su su-
pervivencia y transmisión.
En este sentido, Bion sugiere representar la idea mesiánica por
194 RÉSÚMENES DE LA OBRA DE BION

el signo «o» (cero) y suponer que ésta tiene una contraparte , la ver-
dad absoluta. No es necesario un pensador para que exista. La fal-
sedad es la característica del pensamiento dentro de un individuo,
o del pensamiento en un continente . De esto se deduce que todo
pensamiento, tal como se lo conoce , es falso; el problema es deter-
minar el grado y naturaleza de la falsedad. La ment ira es una fal-
sedad asociada con «moralidad» y pertenece al tipo de vínculo pa-
rasitario entre el pensamiento «o» y el pensador.
En este artículo se tratan también temas tan importantes como
el pensamiento y la acción como métodos conflictivos en el terreno
analítico; la megalomanía y el temor a la misma en relación con la
idea mesiánica ; y la necesidad de separar los fines sensoriales , aso-
ciados con deseos y recuerdos, de los fines de la investigación psi-
coanalítica.
EUZABETH T ABAK DE BIANCHEDI

«NOTES ON MEMORY AND DESIRE» (<<NOTAS SOBRE


LA MEMORIA Y EL DESEO»)19

En este corto artículo , Bion se refiere a la necesidad de que el


analista suprima la memoria y el deseo activos. Esto lo puede ha-
cer mediante un entrenamiento y ejercicio voluntarios. El analista
que trabaja con memoria y deseo está obstaculizado , y la sesión se
convierte en la observación de lo ya ocurrido (recuerdo) o de lo
que ocurrirá (deseo) , en lugar de lo que está ocurriendo. Sería pre-
ferible durante la observación analítica no ocuparse de las impre -
siones sensoriales o de los objetos de los sentidos, pues éstos cons-
tituyen un obstáculo para la intuición que el analista tiene de la rea-
lidad psíquica con que debe manejarse. «Lo único importante en
cualquier sesión es lo desconocido , y nada debe impedirnos intuir-
lo». Bion nos habla de un estado que se experimenta en cada se-
sión, al que llama evolución, estado que comparte con los sueños
la característica de estar totalmente presente o inexplicable y súbi-
tamente ausente. La evolución se asemeja a la memoria; sólo pue-
den diferenciarse a través de la experiencia. Una diferencia es que
la evolución surge como una totalidad y de manera espontánea, .
mientras que la memoria, más cercana a la experiencia sensorial,
es buscada activamente por el sujeto y aparece en forma fragmen-

Publicado en el Psychoanalytic Forum, 1I, 3, 1967; Revista de Psicoanálisis,


19

XXVI, 3, 1969.
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 195

taria . Evitando la memoria y el deseo, el psicoanalista podrá ela-


borar su técnica sobre la base de intuir la evolución, y no sobre la
base de una experiencia recordada de teorías generalizadas.
ANA G. DE KAPLAN

SECOND THOUGHTS 20-21

Este libro es una recopilación hecha por Bion de sus trabajos


sobre psicoanálisis de 1950 a 1962, muchos de los cuales ya son co-
nocidos por el lector actualizado en sus obras: «Notas sobre la teo-
ría de la esquizofrenia», «Desarrollo del pensamiento esquizofréni-
co», «Diferenciación entre las personalidades psicóticas y no psicó-
ticas», «Sobre la alucinación», «Sobre la arrogancia» , «Ataques al
vínculo» y «Una teoría del pensamiento». Por primera vez desde su
lectura en 1950 en la Sociedad Británica se publica su trabajo sobre
«El mellizo imagínario-'". A lo largo del libro los párrafos están nu-
merados para que el lector pueda volver a ellos fácilmente cuando
en el comentario se los vuelve a ver desde otro prisma y ya con el
uso de su conocida Tabla , la que está también impresa en este li-
bro. Todos los trabajos mencionados aparecen aquí en su forma ori-
ginal. Como ya dijimos al final se encuentra quizá la parte princi-
pal de la obra, un comentario muy original en su estilo y desarro-
llo, pues incluye un re-pensar (second thoughts) sobre tópicos nue-
vos y antiguos, aun que Bion enfatiza mucho el tema relacionado
con la memoria y el deseo , y no tanto sus ya conocidos puntos de
vista sobre el psicoanálisis en general. Cuestiona así la naturaleza
y el valor del registro o comprobación psicoanalítica de las sesio-
nes. Al discurrir sobre las dificultades de cómo hacer accesibles y
disponibles para otros las intuiciones psicoanalíticas, Bion utiliza es-
tos trabajos y las interpretaciones dadas en el momento, como ele-
mentos de ilustración , considerando con algún detalle el carácter de
las afirmaciones hechas en el curso de la práctica diaria.

20 Londres, W. Heinemann, 1970; Volviendo a pensar, Buenos Aires, Hormé,


1970.
21 La traducción literal significaría «Segundos pensamientos», conceptualmente
el sentido que más se le acerca es el de repensar, vuelto a ver, reexaminar, que no
alcanzan a cubrir los matices existentes . Por ello preferimos dejar el título en el ori-
ginal inglés (nota del compendiador),
22 No se comentarán en este resumen cada uno de los temas centrales de estos
trabajos, pues ya aparecen en otra parte del presente libro. Por eso nos dedicare-
mos aquí mayormente al contenido del comentario (nota del compendiador].
196 RESÚMENES DE LA OBRA DE BION

De este modo menciona el cambio que se produjo en su punto


de vista desde la época en que escribió estos trabajos hasta 1967,
fecha de publicación del presente libro. Señala que , para aquéllos
que deseen leerlos tal como fueron escritos originalmente , no ha-
brá inconvenientes en enmiendas, correcciones o modificaciones
conceptuales, y que podrán hacerlo sin preocuparse por sus opinio-
nes actuales, que no van en desmedro de lo enunciado entonces y
por ende no se antagonizan entre sí, sino que añaden a estos temas
antiguos nuevas perspectivas . Dice: «Siempre he pensado que tales
informes se prestan a la objeción de que la narración y las inter-
pretaciones dadas son meramente dos maneras diferentes de decir
la misma cosa, o dos cosas diferentes predicadas acerca del mismo
hecho. Con el paso de los años , esa sospecha se ha convertido en
certeza». En su opinión , el informe «contemporáneo» y el punto
de vista «histórico» deben ser considerados como los elementos que
pro veen al analista de una visión «binocular» del material con que
tiene que manejarse . Agrega: «He intentado formular esta convic-
ción en tres libros: Aprendiendo de la experiencia, Elementos del psi-
coanálisis y Transformaciones, cada uno de los cuales profundiza
algo más en el tema y hace un poco más precisas las formulaciones».
Bion no considera que su narrativa deba proponerse ser una do-
cumentación de lo que el paciente o él hayan dicho . Tampoco cree
que merezca considerarse como «hechos reales» (sic) de lo ocurri-
do: y esto porque no atribuye a la memoria la importancia que se
le suele dar. Comenta: «La existencia de deformaciones involunta-
rias está tan bien demostrada por el mismo psicoanálisis, que es ab-
surdo conducirse como si nuestros informes estuvieran de algún
modo exentos de los rasgos a que aluden nuestras propias compro-
baciones. La memoria nace de la experiencia sensorial, y sólo a ella
se adapta. Dado que el psicoanálisis se ocupa de una experiencia
que no es sensorial - ¿piensa alguien que la ansiedad tiene forma ,
color u olor?-, los registros basados en la percepción de lo que es
. sensorial sólo registran los hechos sin importancia psicoanalítica.
Por consiguiente, en cualquier relato de una sesión, aunque se efec-
túe inmediatamente después de la misma o aunque sea obra de un
maestro, no debemos considerar a la memoria como otra cosa que
una comunicación gráfica de una experiencia emotiva. Aunque en
el momento de escribir los relatos que figuran en este libro yo los
creí fácticamente correctos (excluyo las alteraciones efectuadas y re-
conocidas, en homenaje a la discreción) deben ser considerados
ahora formulac iones verbales de imágenes sensoriales, elaboradas
para comunicar de una manera lo que probablemente es comuni-
RESÚMENES DE LA OBRA DE BION 197

cado de otra ... Si esta revaluación parece severa, agregaré que a me-
nos que se la considere esencial dejará de haber progresos en la ta-
rea psicoanalítica; hay que considerarla el punto de partida para
una nueva actitud hacia el trabajo ciennfico-P.
PAULO GRIMALDI

ATTENTlON A ND INTERPRETATlON (ATENCIÓN


E INTERPRETA CIÓNl4

En este libro , el último publicado por Bion hasta la fecha , el


lector encontrará un nuevo desarrollo de las ideas ya planteadas en
Elementos del psicoan álisis y Transformaciones. Uno de los temas
centrales del mismo es el de la dificultad de observar, evaluar, in-
terpretar y comunicar adecuadamente experiencias emocionales que
no son sensoriales; en la experiencia psicoanalítica, donde el obje-
to de investigación es el inconsciente o la realidad psíquica, esta di-
ficultad se presenta en grado extremo .
La realidad psíquica , de cuya existencia no dudamos, no es ac-
cesible a los órganos de los sentidos. La angustia, el amor, el odio,
el miedo, no se pueden ver, oír o tocar; sin embargo, los recono-
cemos. Bion propone utilizar el verbo «intuir» para referirse al con-
tacto con la realidad psíquica, ya que los verbos ver , oír, entender,
no son los más apropiados para describir esta captación . La con-
ciencia, definida por Freud como «el órgano sensorial para las cua-
lidades psíquicas», está encargada de esta función .
El desarrollo de la capacidad intuitiva , como una manera de
captar y tomar contacto con la realidad psíquica del paciente, está
obstruido cuando lo que se debe captar son las transformaciones de
la parte psicótica de la personalidad.
La alucinosis, que es el modo de funcionamiento de la parte
psicótica de la personalidad (tan intolerante a la frustración y a la
ausencia de objeto que sustituye la realidad externa por la evacua -
ción de sus sensaciones) puede ser experimentada por el analista.
Para exper imentarla debe participar de ella, y para participar de
ella debe realizar lo que Bion llama un «acto de fe», poniéndose en
el estado ment al apropiado para captarlas . Este acto de fe (<<F»)
está relacionado con un voluntario renunciamiento a la memoria ac-

23 Las citas cont enidas en este resume n fueron extraídas de la versión en espa-
/
ñol de Second Thoughts, Volviendo a pensar, op. cit.
24 Londres, Tavistock, 1970.
198 RESÚME NES DE LA OBRA DE BION

tiva y al desear, inclusive un renunciar al comprender; este estado,


difícilmente lograd o sin esfuerzo y disciplina , permite al analista
«devenir» , en parte , los fenómenos de la realidad psíquica de su pa-
ciente.
Otro problema tratado en det alle en este libro es el del místico
y el grupo, en sus versiones narrativas - véase , por ejemplo , algu-
nos aspectos de la historia de Jesú s y el grupo de sus seguidores-
y teóricas -en términos de continente-contenido-; la persona ex-
cepcional, el genio , místico o mesías, el portador de la idea genial
mística o mesiánica, es tratado por el grupo-continente de diferen-
tes modos , según los sentimientos que primen en el vínculo entre
ambos. La interrelación entre el místico y el grupo será siempre dis-
ruptiva para el grupo o una parte de él; y el grupo tratará de evitar
la disrupción con técnicas más o menos hostiles al genio y sus ideas.
El tema puede ser reformulado en términos de continente y conte-
nido en sus distintos vínculos: comensal, simbiótico y parasitario .
La mentira es un estado mental opuesto a la evolución de cual-
quier idea nueva que promueva, provoque o amenace provocar
cambio, crecimiento o evolución. El mentiroso es un verdadero ene-
migo del análisis, aunque más de uno utilice al análisis como esce-
nario y al analista como espectador de las mentiras que fabrica. La
mentira, para la cual un pensador es absolutamente esencial (a di-
ferencia del pensamiento verdadero que no requiere un pensador
que lo formule), puede ser vista como el resultado de múltiples frag-
mentaciones de la envidia, creciendo cada uno de los fragmentos a
modo de crecimiento canceroso. La envidia es envidia de los obje-
tos que estimulan el crecimiento , y se manifiesta como la tendencia
a inhibir y frenar los estímulos hacia el crecimiento y el desarrollo .
En síntesis , se trata de un libro sumamente interesante , cada
uno de cuyos capítulos estimula al lector, psicoanalista o no , a pen-
sar con un enfoque o vértice diferente sobre problemas ya conoci-
dos, o a plantearse preguntas en áreas hasta ese momento no cues-
tionadas .
ANA G. DE KAPLAN
León Grinberg, Daría Sor y Elizabeth Tabak de Bianchedi acome-
tieron hace dieciocho años la difícil tarea de escribir un libro titula-
do «Introducción a las ideas de Bion», Ahora, con el correr de los
tiempos, han ampliado el mundo de su conocimiento sobre Bion y
han tratado de escribir esta «Nueva introducción a las ideas de
Bion». Es un libro en el que se corrigen y amplían ulteriores desarro-
llos, al mismo tiempo que se añaden nuevos temas. Entre los nue-
vos trabajos consideran los últimos artículos sobre «La Tabla»,
«Cesura», los seminarios de Río de Janeiro y Nueva York, su trilo-
gía A Memoir of the Future, sus autobiografías y algunos artículos
como «Evidencia», «Turbulencia emocional» y otros.
Para algunos, Bion es un revolucionario dentro del campo del
psicoanálisis, para otros es discutido y controvertido, quizás por la
originalidad de su pensamiento que choca contra lo que podríamos
llamar el psicoanálisis «tradicional». Difícil de captar e incluso de en-
tender quizás haya sido necesario un libro como el que presenta-
mos, que sin ser nunca un sustituto de toda su amplia y compleja
obra, sí ayuda para, y nunca mejor dicho, «introducirnos» en su pen-
samiento.
Siguiendo el trabajo de Bion desde sus inicios, se ve cómo sus
ideas se han ido, como en todo pensador, desarrollando, creciendo,
transformándose para ofrecernos, no un final acabado, sino unos
textos que incitan como él dijo «a la curiosidad», al afán de saber
más.
TECNIPUBLlCACIONES, S. A., ha considerado que presentar una
edición corregida y ampliada por los mismos autores que hicieron
la primera introducción era necesaria, no sólo por la complejidad
del pensamiento bioniano, sino porque los citados autores han se-
guido trabajando incansablemente para lograr un mejor conoci-
miento de un autor como el Dr. Wilfred R. Bion y así aportarnos una
mayor visión de su amplio trabajo.

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