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La intermediación aparece como figura relevante para el derecho del trabajo, cuando
sujetos ofrecen en el mercado la fuerza de trabajo, para que la empresa que contrate dicho
servicio pueda utilizarla para el desarrollo de sus actividades económicas. Conviene analizar
el caso de los call center, de manera simplificada, para ejemplificar esta situación; por un
lado, se encuentran las empresas que contratan a trabajadores para que presten el servicio, y,
por otro lado, están las empresas que contratan a estos intermediarios. Así las cosas, el
contrato de trabajo se desarrolla entre la empresa intermediaria y los trabajadores, sin
embargo, el trabajo se realiza en beneficio de la empresa contratante. Sobre este tipo de
contratos existen confusiones acerca el elemento de la bilateralidad y la subordinación,
teniendo en cuenta que hay una pluralidad de sujetos en la parte empleadora. No obstante,
esta no es la única manera en que se presenta la intermediación. Entonces es necesario revisar
como la legislación laboral ha clasificado esta figura y de qué manera ha regulado la
responsabilidad de los empleadores en cada una.
De acuerdo con el artículo 35 del Código Sustantivo del Trabajo, son simples
intermediarios “las personas que contraten servicios de otras para ejecutar trabajos en
beneficio y por cuenta exclusiva de un empleador”, en otras palabras, el empleador delega a
una persona ya sea natural o jurídica para que realice contratos laborales en nombre del
empleador. En este caso el contrato de trabajo solo de desarrolla entre el empleador y el
trabajador, y el intermediario queda exento de la responsabilidad sobre el trabajador. Sin
embargo, el numeral 3 del citado artículo, establece una excepción en la cual el intermediario
si será responsable: “El que celebrare contrato de trabajo obrando como simple intermediario
debe declarar esa calidad y manifestar el nombre del empleador. Si no lo hiciere así, responde
solidariamente con el empleador de las obligaciones respectivas”. De esta manera, si el
intermediario no establece de manera expresa su condición de simple intermediario, este será
solidariamente responsable junto con el empleador con respecto a las obligaciones frente al
trabajador.
Por otro lado, las agencias de empleo se encuentran reguladas por el Decreto 3115 de
1997, en el cual se da a entender que este tipo de intermediación laboral consiste en una
actividad organizada que permite poner en contacto a oferentes y demandantes en el mercado
laboral. En este caso la agencia de empleo solo recibe como contraprestación una comisión
de intermediación y no hace parte de la relación laboral, por lo que no tiene responsabilidad
sobre la seguridad social del trabajador.
Por su parte, la Ley 50 de 1990, en los artículos 71 y siguientes regula a las empresas
de servicios temporales (EST). Sobre estas, la ley dispone que “Es empresa de servicios
temporales aquella que contrata la prestación de servicios con terceros beneficiarios para
colaborar temporalmente en el desarrollo de sus actividades, mediante la labor desarrollada
por personas naturales, contratadas directamente por la empresa de servicios temporales, la
cual tiene con respecto de éstas el carácter de empleador” (Ley 50 de 1990. Art. 71.). Son tres
los sujetos que se pueden identificar: trabajador en misión, EST, y empresa usuaria. De las
diferentes formas de intermediación esta es una de las que resulta más interesante de
observar, ya que en la realidad es usada algunas veces como método para evadir
responsabilidades. Con respecto a esto, la ley establece que la EST cumple con el rol de
empleador en el contrato de trabajo, por lo que esta tiene responsabilidad sobre las
obligaciones sociales relativas al trabajador. Esto a su vez, va acorde a la idea de que la
empresa usuaria solo tiene un papel de beneficiaria, ya que no posee ningún vínculo jurídico
entre el trabajador en misión y ella, por lo que la responsabilidad generalmente recae sobre la
EST. A pesar de esto, la Corte Suprema de Justicia se ha referido a los casos en los cuales las
EST pretenden funcionar como simples intermediarios, siendo una fachada en donde la
empresa usuaria termina siendo el verdadero empleador. Sobre estos casos, la Corte en
sentencias como la número 69297 del 15 de agosto de 2018, establece la responsabilidad
solidaria entre la EST y la empresa usuaria, dado que, si bien quién actuaba como empleador
era la empresa usuaria, no era posible exonerar a la EST de responsabilidad ya que esto sería
atribuirle el rol de simple intermediario, lo cual no va acorde con la naturaleza de este tipo de
empresa. Así las cosas, cuando se presente una violación a los derechos del trabajador y la
empresa de servicios temporales no cumpla su rol correctamente, el trabajador podrá
demandar tanto a la EST, como a la empresa usuaria.
Estas son, pues, las principales formas de intermediación laboral que la legislación ha
regulado. Sin embargo, esta figura no siempre se utiliza en el marco de la ley, por lo que hay
ciertas prácticas de intermediación laboral que resultan ilegales. Hay que tener en cuenta
algunas disposiciones para saber cuándo se configura una intermediación laboral ilegal. De
acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más específicamente en la
recomendación 198, un elemento que indica la relación de trabajo es la integración del
trabajador dentro de la organización de la empresa. Lo opuesto a esto, es la externalización de
actividad, en los cuales un contratista presta un servicio en favor de otro, usando su propia
estructura empresarial para el desarrollo de dicha actividad, de lo cual no nace una relación
de trabajo. Teniendo en cuenta estos aspectos, un ejemplo de intermediación laboral ilegal, es
cuando una empresa (A), buscando una externalización de actividades, realiza una
colaboración empresarial con un contratista (B) para el desarrollo de una actividad; sin
embargo, este contratista no cuenta con una estructura empresarial real, sino que solo provee
de trabajadores a la empresa A, de la cual los trabajadores si utilizan su estructura para llevar
a cabo sus tareas. Con esta práctica, la empresa A busca evitar la carga de tener el papel de
empleador, bajo el argumento de una externalización de actividades. De acuerdo con la Corte
Suprema de Justicia (M. P. Clara Cecilia Dueñas Quevedo), en este caso se configura una
simple intermediación ilegal, con la que, a través de una fachada de tercerización o
externalización de actividades, se intentaba evadir la responsabilidad por parte del verdadero
empleador.
Referencias:
Así se configura una simple intermediación laboral ilegal | Ambitojurídico.com. (s. f.)
Recuperado 11 de febrero de 2021, de https://www.ambitojuridico.com/noticias/laboral/asi-
se-configura-una-simple-intermediacion-laboral-ilegal