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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Bicentenaria de Aragua


Escuela de Psicología
FEE 7BL Legislación Laboral

Relación de Trabajo y la Tercerización

Prof. Roberto Chaviedo María Teresa Avancine


C.I. 15.297.547
Sección 1

San Joaquín de Turmero, Marzo de 2021


Relación de Trabajo y la Tercerización

En Venezuela la Constitución vigente (CRBV) (1999), contiene


disposiciones que fungen de precedentes a la prohibición de la tercerización
que ahora fue incluida en el texto de la Ley Orgánica del Trabajo, los
Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT).
En el artículo 94 de la CRBV se puede ver, que hacen referencia a la
figura del intermediario o contratista y a la simulación o fraude, con la
intención de desconocer o desaplicar la legislación laboral, en este sentido,
en dicho artículo se determina:

“La ley determinará la responsabilidad que corresponda a la persona


natural o jurídica en cuyo provecho se presta el servicio mediante
intermediario o contratista, sin perjuicio de la responsabilidad solidaria
de éstos. El Estado establecerá, a través del órgano competente, la
responsabilidad que corresponda a los patronos o patronas en
general, en caso de simulación o fraude, con el propósito de
desvirtuar; desconocer u obstaculizar la aplicación de la legislación
laboral”.

Así mismo, en la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las


Trabajadoras (LOTTT) (2012), se detalla ampliamente la prohibición de la
tercerización, cuyo propósito es evitar la simulación o el fraude en la relación
de trabajo y castigar a los patronos que incurran en la práctica de la
tercerización.
Sin embargo, pese a que ya existía esta prohibición, son muchos los
empleadores del sector privado que están utilizando otras formas de
relaciones jurídicas distintas a la relación de trabajo, utilizando la
subcontratación. Por tanto, se sabe bien difundido y socializado los
beneficios que proporciona la tercerización sobre todo para los empresarios.
(Polo, Zeitoune, Luz y Vasquez, 2017. p.151). Existen controversias al
respecto, ya que un punto de vista considera que sólo pueden ser plausibles
de tercerización las actividades secundarias (también llamadas subsidiarias,
accesorias, periféricas, complementarias, ajenas, entre otras) de
determinada actividad principal, para lo cual resultará una instancia decisiva
fijar criterios a la hora de definir cuales pertenecen al núcleo principal cuáles
no. (Basualdo, Morales, xxxx).
Si la empresa tiene necesidades especiales por falta de una plantilla fija, o
por problemas de infraestructura, suelen recurrir a la subcontratación. La
decisión de tercerizar tiene que ver con la evaluación por parte de la
empresa respecto de que un tercero podría realizar determinadas tareas con
mayor eficiencia, debido a determinados factores a tener en cuenta.
(Basualdo, Morales, xxxx).
Este conjunto de factores complejos se traduce en la existencia de una
variedad de formas jurídicas que puede adquirir la tercerización, Ermida
Uriarte y Orsatti (2011), citados en Basualdo, Morales, (xxxx), definen cuatro:

“1.- La subcontratación en sentido estricto: fue definida como la


operación mediante la cual una empresa confía en otra, el suministro
de bienes o servicios, y esta última se compromete a llevar a cabo el
trabajo por su cuenta.
2.- La intermediación laboral: definida como la interposición de un
empleador aparente entre el trabajador y el verdadero usuario o
beneficiario de su trabajo.
3.- el suministro de mano de obra temporal: es realizado por medio de
empresas dedicadas a emplear trabajadores que serán puestos a
disposición de otra empresa, quien definirá y supervisara las tareas
realizadas por el personal suministrado.
4.- La contratación de trabajadores autónomos: es la forma jurídica
que habilita la mayor precariedad, ya que los trabajadores no quedan
encuadrados en el régimen laboral”.

En estos casos, existen diferentes tipos de contratos, que habilitan


convenios de colaboración o cooperación entre las partes. En este sentido,
los tribunales laborales en Venezuela, han sentado abundante jurisprudencia
que permite establecer diferencias precisas entre el contrato de trabajo con
otros contratos, entre los cuales se destacan los siguientes:
Contrato de comisión
Este tipo de contrato mercantil está regulado por el Código de Comercio
de Venezuela, que define la palabra comisionista de la siguiente forma:

Art. 376: Comisionista es el que ejerce actos de comercio en su propio


nombre por cuenta de un comitente.

Cabe resaltar que el contrato entre el comitente y el comisionista es un


contrato de mandato. Partiendo de los supuestos anteriores, el comisionista
actúa en nombre propio, como si fuese el propio comitente, si bien está
obligado a seguir órdenes e instrucciones.

Contrato de obras
El Código Civil de Venezuela establece una definición de esta modalidad
de contrato en los siguientes términos:

Artículo 1.630.- El contrato de obras es aquel mediante el cual una


parte se compromete a ejecutar determinado trabajo por sí o bajo su
dirección, mediante un precio que la otra se obliga a satisfacerle.
Según esta definición, se confunde a menudo el Contrato de Obra de
naturaleza civil con el contrato de trabajo para una obra determinada
establecido en el Art 63 de la LOTTT:

El contrato para una obra determinada deberá expresar con toda


precisión la obra a ejecutarse por el trabajador o trabajadora.
El contrato durará por todo el tiempo requerido para la ejecución de la
obra y terminará con la conclusión de la misma.
Se considerará que la obra ha concluido cuando ha finalizado la parte
que corresponde al trabajador o trabajadora dentro de la totalidad
proyectada por el patrono o la patrona.
Si dentro de los tres meses siguientes a la terminación de un contrato
de trabajo para una obra determinada, las partes celebran un nuevo
contrato para la ejecución de otra obra, se entenderá que han querido
obligarse, desde el inicio de la relación, por tiempo indeterminado.
En la industria de la construcción, la naturaleza de los contratos para
una obra determina da no se desvirtúa, sea cual fuere el número
sucesivo de ellos.

Contrato de sociedad
El contrato de sociedad se define, según lo establecido en el Código Civil,
como:

Artículo 1.649.- El contrato de sociedad es aquel por el cual dos o más


personas convienen en contribuir, cada uno con la propiedad o el uso
de las cosas, o con su propia industria, a la realización de un fin
económico común.

En el contrato de sociedad los socios no están subordinados entre sí.


En el contrato de sociedad por la naturaleza del contrato, los socios
participan tanto de las ganancias como de las pérdidas en los términos
libremente pactados.
Ahora bien, los autores Polo, Zeitoune, Luz y Vasquez, (2017), definen la
tercerización como:

“Es una técnica innovadora de administración, que consiste en la


transferencia a terceros de ciertos procesos complementarios que no
forman parte del giro principal del negocio, permitiendo la
concentración de los esfuerzos en las actividades esenciales a fin de
obtener competitividad y resultados tangibles”.(p.151).

En este sentido, la tercerización, o también llamada outsourcing o, más


comúnmente, subcontratación, es una práctica habitual en aquellas
empresas que asumen un proyecto u ofrecen servicios que exigen
necesidades que, por costes o por cualquier otra cuestión, la compañía no
puede cubrir. En este sentido, el derecho laboral busca que esta figura
contractual no sea utilizada de forma tal que restrinja los derechos del
trabajador y, por consiguiente permita que el empresario se aproveche
ilegítimamente de lo que le correspondería al trabajador. (Polo, Zeitoune, Luz
y Vasquez, 2017. p.151).
En este orden de ideas, se tiene que en la LOTTT, en su Artículo 47 ha
sido incluida una definición sobre tercerización:

“A los efectos de esta Ley se entiende por tercerización la simulación


o fraude cometido por patronos o patronas en general, con el
propósito de desvirtuar, desconocer u obstaculizar la aplicación de la
legislación laboral. Los órganos administrativos o judiciales con
competencia en materia laboral, establecerán la responsabilidad que
corresponda a los patronos o patronas en caso de simulación o fraude
laboral, conforme a esta Ley.”

Una vez más, queda clara la prohibición de tercerizar en el país, por lo


tanto los patronos y las patronas deben tener cuidado al utilizar esta práctica
para beneficios de las empresas.
Para el Dr. Carballo (2013), plantea que la simulación y fraude en el
contrato de trabajo: “son aquellas dirigidas a distorsionar los caracteres
esenciales de dicha relación con la intención de que -prima facie- se le
atribuya una naturaleza disímil, generalmente civil o mercantil” (p. 169). Es
decir, que se busca disfrazar el contrato de trabajo, de esta manera negar la
existencia de la relación jurídico-laboral y con ello evadir el cumplimiento de
las obligaciones legales y asegurar la improcedencia de las sanciones.
Por otro lado, Hernández y Richter (2002) definen las relaciones
triangulares como: “todas aquellas relaciones jurídicas que involucran a un
trabajador que presta servicios cuyos productos no son recibidos
materialmente por su empleador, sino por un tercero con el cual éste ha
pactado la entrega de tales productos” (p. 41). Por su parte, De la Garza
(2005) refiere que:

Se trata de aquellas circunstancias en las cuales una empresa


encarga a otra la realización de parte de su proceso, ya sea
externalizando o incluso dentro de la misma empresa y que las
personas que elaboran esa parte del proceso, en la vía de los hechos
tienen menores derechos sociales que aquellos que se quedaron en la
empresa inicial (p. 24).
Cada día es más notorio, decirse que es una práctica común el hecho de
que las empresas recurran a terceros para la prestación de servicios. Esta
práctica se evidencia de manera más notoria con la marcada tendencia de la
globalización y la flexibilización laboral, observándose la desfragmentación
de las empresas en la búsqueda de la competitividad y, con ello, la aparición
de estrategias para desregular o hacer fraude a la Ley. Es allí donde
aparecen las “relaciones triangulares”.
Hernández y Richter (2005) plantean que en Venezuela se presentan
cinco tipos de relaciones triangulares:

1.- Contratos de obras propiamente dichos: en los cuales la empresa


contratante o propietario de la obra, encarga al contratista la ejecución
de una obra determinada (a parte de ella), especificando las
características de la obra y fijando un tiempo para su ejecución y un
pago, siendo la obligación del contratista ejecutar la obra tal cual como
se ha pactado entre las partes, organizando el proceso de trabajo,
aportando (todo o en partes) los materiales necesarios, pudiendo
contratar personal, trabajando a su libre accionar sin recibir órdenes
del contratante.
2.- Contratos de obra para la ejecución de partes: se parece a la
modalidad anterior, con la diferencia de que ya no se trata de la
ejecución de una obra propiamente dicha, sino que se contrata a una
empresa para que ejecute partes del proceso. Por ejemplo, fabricar los
envases en que venden los productos que elaboran.
3.- Contratos de servicios: la empresa contratante encarga a una
empresa la ejecución de determinados servicios que se llevan a cabo
dentro o fuera del ámbito espacial de la empresa, tales como
vigilancia, limpieza, jardinería, mantenimiento de equipos, servicios de
contaduría, asesorías, entre otros.
4.- Contratación de personas a través de intermediarios: los
intermediarios contratan trabajadores actuando en nombre propio, sin
embargo, el beneficiario es otra persona natural o jurídica, quien no
participa en la dirección ni en la gestión en la realización de las
actividades.
5.- Contratación a través de las Empresas de Trabajo Temporal (ett):
estas empresas están encargadas de contratar trabajadores para
suministrarlos a un tercero por tiempo temporal, siendo que éste
último no tiene ninguna relación laboral con los trabajadores
contratados. No obstante, ésta figura legal ya ha sido desestimada de
la normativa jurídica venezolana.

Estos mecanismos de triangulación se han extendido de manera


generalizada, al punto de que hoy en día es muy raro encontrar que en una
gran empresa los servicios de vigilancia, jardinería, mantenimiento de
máquinas, equipos e instalaciones, entre otros, sean propios de la entidad de
trabajo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Basualdo, V. y Morales, D. (2014). La tercerización laboral. 1era. Edición


Siglo Veintiuno Editores. Buenos Aires
Revisado en:
https://books.google.co.ve/books?id=VN-
_DwAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=Tercerizaci%C3%B3n+laboral&hl=es-
419&sa=X&redir_esc=y#v=onepage&q=Tercerizaci%C3%B3n
%20laboral&f=false
Consultado: 08/03/2021

Carballo, C. (2001). Delimitación del Contrato de Trabajo. Universidad


Católica Andrés Bello. Caracas.

Carballo, C. (2013). “Breves comentarios en torno al régimen de la


tercerización en la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y
las Trabajadoras”. En Jornadas LOTTt Evaluación del primer año de
vigencia. Magaly Vásquez (Coordinadora). Caracas: UCAB.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Gaceta Oficial Nro.


5.453 extraordinario del 24 de marzo de 2000.

Hernández Álvarez, O. (2005). “El derecho mercantil y el derecho del


trabajo: Fronteras y espacios de concurrencia”. En Gaceta Laboral,
enero-abril, vol. 11, Nº 01, pp. 51-73.
Hernández, O. y Richter, J. (2002). El trabajo sin tutela en Venezuela.
Nuevas y viejas formas de desprotección laboral. UCV Caracas:
Impresora Gráfica Nacional.

Ley orgánica del trabajo, los trabajadores y las trabajadoras (2012). Gaceta
Oficial Nro. 6.076 Extraordinario del 7 de mayo de 2012
Revisado en
https://oig.cepal.org/sites/default/files/2012_leyorgtrabajo_ven.pdf
Consultado 18/02/2021

Polo, F., Zeitoune, R., Luz, M. y Vasquez, N. (2017). El fenómeno de la


Tercerización del Trabajo y su repercusión en la salud del
trabajador de salud. In Crescendo Institucional.
Revisado en:
file:///F:/Downloads/Dialnet-
ElFenomenoDeLaTercerizacionDelTrabajoYSuRepercusio-
6042331.pdf
Consultado: 08/03/2021

Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo (1999). Gaceta Oficial Nº 5.292


de
fecha 25 de enero de 1999
Revisado en:
http://www.ilo.org/dyn/travail/docs/2031/Reglamento
Consultada: 20/02/2021

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