0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
5 vistas2 páginas
Este documento resume la teoría de los discursos sociales propuesta por Eliseo Verón, en la que todo fenómeno social es entendido como un proceso de producción de sentido. Explica que los discursos sociales incluyen no solo lenguaje sino también imágenes, sonidos y otros significados en contextos comunicativos. Además, describe que los discursos deben analizarse considerando sus condiciones de producción y reconocimiento, es decir, otros discursos relacionados y cómo son interpretados. Finalmente, enfatiza la necesidad de delimitar una unidad
Este documento resume la teoría de los discursos sociales propuesta por Eliseo Verón, en la que todo fenómeno social es entendido como un proceso de producción de sentido. Explica que los discursos sociales incluyen no solo lenguaje sino también imágenes, sonidos y otros significados en contextos comunicativos. Además, describe que los discursos deben analizarse considerando sus condiciones de producción y reconocimiento, es decir, otros discursos relacionados y cómo son interpretados. Finalmente, enfatiza la necesidad de delimitar una unidad
Este documento resume la teoría de los discursos sociales propuesta por Eliseo Verón, en la que todo fenómeno social es entendido como un proceso de producción de sentido. Explica que los discursos sociales incluyen no solo lenguaje sino también imágenes, sonidos y otros significados en contextos comunicativos. Además, describe que los discursos deben analizarse considerando sus condiciones de producción y reconocimiento, es decir, otros discursos relacionados y cómo son interpretados. Finalmente, enfatiza la necesidad de delimitar una unidad
Problemáticas Éticas y políticas II – Sociedad, Cultura y Comunicación II (E.O.I)
Curso: 5to año Profesor: Pablo Ferreyra – Damián Lobos Año: 2022
Guía Nº 7 ANALIZANDO DISCURSOS
Si decdimos que 'todo fenómeno social es un proceso de producción de sentido'. ¿Qué significa esto? Elíseo Verón es el semiólogo argentino que nos propone pensar en una teoría sobre la producción de sentidos que se pone en juego en toda sociedad. Verón considera que todo hecho social, al menos en algún aspecto, representa un proceso de producción de sentido social. Producir sentido implica generar textos, es decir, materia significante. Por ejemplo, el comer chocolate no sólo involucra la mera práctica de ingerir algo sino un montón de otros sentidos: el 'darse un gusto a uno mismo', el cariño al regalar una tableta a otro, etc. Todo fenómeno social, entonces, puede leerse por el sentido que está representando. La producción de sentido no significa la intención que tiene una persona cuando dice algo, cuando hace algo, cuando transmite un mensaje. Toda producción de sentido es social, nunca directamente individual. Todos los textos y todas las prácticas son significantes socialmente: forman parte de discursos sociales más amplios. ¿Pero qué es un discurso social? Nos referimos a discursos sociales cuando analizamos no sólo la lengua sino también las imágenes, los sonidos y todo aquello que significa en una situación comunicativa. Pensemos, por ejemplo, en la posición de las cámaras en la televisión y los efectos que producen las imágenes por ellas captadas. No será lo mismo si en una marcha de estudiantes la cámara enfoca panorámicamente a los grupos que si se detiene en una o varias caras. El efecto de sentido será distinto en cada caso. Los planos generales suelen ubicar, describir, mostrar el espacio general en el que suceden las cosas. Los planos medios suelen cortar las imágenes en la cintura, el pecho o por arriba de las rodillas y consiguen un efecto en el que predomina la figura humana. El plano corto, en cambio, permite detallar los rasgos, es mucho más emotivo. Entonces, si en la marcha la cámara capta la totalidad del grupo con un plano largo estará mostrando si hay mucha o poca gente. Al contrario si toma el primer plano, estará mostrando, por ejemplo, las caras enojadas de los participantes. Recordemos que estas imágenes son discursos y como tales son producidos socialmente. Lo importante no es la intencionalidad del camarógrafo al ubicar el plano, sino qué significan esas imágenes en el entramado social. El sujeto 'productor de sentidos' es entendido en términos de su lugar social, lugar que podemos designar como 'las condiciones de producción de los discursos'. Condiciones de producción y reconocimiento Todo proceso significante se explica a partir de las condiciones de producción. Un texto determinado debe analizarse desde sus condiciones de producción. Por condición de producción entendemos el conjunto de textos que se encuentran en circulación en la sociedad. Pensemos en una publicidad sobre productos de limpieza. Ya sabemos que el fin de la publicidad será vender el producto. Pero ¿cuáles son los significados sociales que aparecen en la publicidad? Estas publicidades suelen estar atravesadas por un conjunto de significados asociados a una determinada idea de mujer (ama de casa 'moderna'), una imagen de hogar (vinculado, muchas veces, con una familia tipo en la cual la mujer lava los platos) y el sentido de limpieza que plantea (el producto saca todas las bacterias). Todo fenómeno social está formado por paquetes textuales. Al leerlos podemos comprender nuestra cultura, nuestra sociedad, los sentidos que subyacen a nuestros modos de comunicarnos. Verón asegura, entonces, que sólo a través de los textos se puede analizar una cultura. La teoría de los discursos sociales de Verón busca reconstruir las cadenas de sentidos de los textos. Para reconstruir los sentidos es preciso buscar 'huellas' y 'marcas' capaces de guiarnos hasta las condiciones sociales de producción y de reconocimiento. Por condiciones de reconocimiento entendemos las condiciones de lectura de esos textos, sus posibles interpretaciones. De este modo, para analizar un texto significante es necesario relevar otros textos que hacen posible su existencia (condiciones de producción) y las interpretaciones que el texto despierta (condiciones de reconocimiento). Pensemos en una remera en tanto texto. De la remera como objeto podemos decir si es linda o fea, si nos gusta o no. Pero si reconstruimos las condiciones de producción de esa remera, podemos ampliar nuestra mirada y decir en qué lugar fue confeccionada, si se usó mano de obra nacional o extranjera, qué tipo de telas 1 se utilizaron, también nos dice algo si tiene la leyenda de una banda de música, etc. De igual modo, si reconstruimos las condiciones de reconocimiento, podemos plantear qué tipo de personas la compraron, por qué, en dónde se vendió en mayor cantidad, entre otros interrogantes. El análisis de las condiciones de producción y reconocimiento revelan los sentidos que conllevan los fenómenos sociales y qué otros discursos circulan en su interior. Podríamos hacer este mismo ejercicio con una película. Deberíamos pensar inicialmente en las huellas que surgen en las condiciones de producción: ¿es una película nacional? ¿los actores en qué otras películas trabajaron? ¿la película es una nueva versión de un clásico del cine nacional de otra década? Luego, debemos pensar en algunas posibles condiciones de reconocimiento: ¿qué público la fue a ver? ¿cómo la tildó la crítica? ¿ganó premios internacionales? ¿fue un éxito de taquilla o un fracaso? Estos son algunos de los interrogantes que podemos hacernos para analizar las condiciones de producción y de reconocimiento de estos discursos. Cuando hablamos de discursos sociales hablamos de cadenas significantes infinitas porque toda producción puede examinarse como resultado de determinadas condiciones de reconocimiento. A la vez, las condiciones de reconocimiento se comprenden a la luz de determinado proceso de producción. Por eso la teoría de los discursos sociales plantea que la semiosis social es infinita. De esta forma, en tanto los discursos fluyen también lo hacen sus interpretaciones en condiciones de reconocimiento. El aspecto histórico-social del discurso Sería imposible analizar todas las circulaciones de discursos sociales realizadas a lo largo de la historia, incluso dentro del propio contexto actual. Por eso, para analizar un discurso social debemos extraer una unidad mínima de la red discursiva. De esta manera, un recorte remite a condiciones históricas y sociales de producción y permite el análisis. Por ejemplo, si queremos analizar los discursos de los jóvenes con respecto a las nuevas tecnologías, tomando como eje el uso de las redes sociales, será pertinente que delimitemos qué períodos queremos estudiar: ¿el surgimiento de las primeras redes sociales? o ¿el uso actual de los sitios más importantes? También deberíamos ver qué aspectos nos interesa y a qué tipo de jóvenes nos referimos: de qué provincias, pertenecientes a qué sector social, si viven en ciudades o no, la edad, formación, etc. Deberíamos buscar información acerca de quiénes produjeron dichas redes, de qué forma y en qué ámbitos circulan ¿Todos los jóvenes las usan de la misma manera? Esos recortes, seguramente, nos permitirán reconstruir muchas situaciones acerca de cómo algunos jóvenes en la actualidad se relacionan y expresan a través de estos soportes. Así, reconstruimos las condiciones históricas y sociales de ese discurso. Un discurso es más que el análisis de textos. Un discurso no puede pensarse como una secuencia encerrada en sí misma, siempre hay que relacionarlo, vincularlo, ponerlo en juego con otros discursos a los cuales está remitiendo. Las 'huellas' y 'marcas' de otros discursos nos permiten hacer esta operación. Volviendo al ejemplo, comprender el uso de las redes sociales y lo que efectivamente sucede en ellas, nos aporta algo más que los mensajes que podamos leer en sus publicaciones. Nos brinda información respecto a los vínculos, a los modos de identificarse de ciertos grupos de jóvenes, del uso de las nuevas tecnologías, entre otras cuestiones.