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Violencia de género: Un acercamiento bíblico y teológico sobre las causas y

las posibles soluciones

En Cumplimiento Parcial a los Requisitos

Para el Grado

De

Maestría en Teología

Por

María Fernanda Casar Marfil

Dallas, Texas

06 de mayo de 2019

i
Southern Methodist University

Perkins School of Tehology

Dallas, TX

Violencia de género: Un acercamiento bíblico y teológico sobre las causas y

las posibles soluciones

María Fernanda Casar Marfil

09 de mayo de 2019

Asesor: Dr. Harold Recinos

Segunda Lectora: Dra. Leticia Guardiola-Sáenz

ii
TABLA DE CONTENIDOS

Dedicatoria y agradecimiento……………………………………………. v

Resumen…………………………………………………………………. vi

Introducción……………………………………………………………… 1

I. Planteamiento del problema ………………………………………… 3

1. Antecedentes…………………………………………………. 3

2. Problema……………………………………………………... 4

3. Preguntas de investigación…………………………………... 6

4. Objetivos de la investigación………………………………… 7

5. Alcance………………………………………………………. 9

II. Metodología………………………………………………………….. 10

1. Teología de la liberación…………………………………….. 11

2. Teología Feminista…………………………………………... 13

3. Investigación de acción participativa………………………... 17

III. Violencia de género y la Iglesia ……………………………………. 20

1. Qué es la violencia de género……………………………….. 20

2. Estadísticas………………………………………………….. 23

3. Análisis de Causas: Familia, sociedad e iglesia ……………. 26

4. Violencia de género a mujeres cristianas…………………… 31

5. Masculinidad y su reconfiguración………………………….. 35

IV. Relación entre violencia de género y hermenéutica

bíblica………………………………………………………………... 40

1. Génesis 1-3…………………………………………………... 42

iii
2. 1 Corintios 14:34-40…………………………………………. 46

3. Efesio 5:21-33……………………………………………….. 50

4. 1 Timoteo 2:11-15…………………………………………… 53

V. Perspectiva teológica: Hacia una nueva dinámica en la relación entre

hombres y mujeres. ............................................................................. 57

1. ¿Cómo enfrentar la violencia de forma constructiva? ………. 58

2. Hacia una nueva dinámica en las relaciones entre hombres y

mujeres a la luz de Gálatas 3:28…………………………….. 61

3. Comunidades de fe como espacios contraculturales en donde

se experimente la equidad y la justicia………………………. 65

4. Estrategias y planes de acción……………………………….. 68

Conclusión…………………………………………………………………… 74

Bibliografía…………………………………………………………………... 76

iv
Dedicatoria y Agradecimiento.
Esta tesis está dedicada a todas las mujeres que han sufrido, a quienes nunca se les dijo lo
valiosas que son. A todas aquellas cuya noche oscura ha sido prolongada, sepan que Dios
las ama y las quiere ver libres, vivas y plenas.
Agradezco a Dios primeramente por abrir la puerta para que alcanzar este logro, y por ser mi
sustento y mi fuerza. Si algo soy y algo puedo alcanzar es por él y para él.
Agradezco a mi familia, a mi amado esposo Josué cuyo amor excede los límites de mi
imaginación. Gracias por impulsarme a cumplir mis sueños, por trabajar a mi lado para
alcanzarlos, por cuidar de nuestros hijos en mi ausencia, por confiar en mí en todo momento,
por amarme de palabra y de hecho, sin ti esto no sería posible. A mi valiente hijo Andrés, sé
que este proceso fue complicado para ti, pero gracias por ser fuerte mi amor. A mi preciosa
hija Zoé, quiero que crezcas sabiendo que puedes lograr cualquier cosa, gracias por tu
paciencia mi amor.
A mi madre Dinorah, por dar siempre una milla extra cuando se trata de apoyarme y bendecir
a mi familia. Este logro es tan tuyo como mío.
A mi padre y hermano, mis suegros, mis cuñados y sus familias. Gracias por sus atenciones
para mí y para familia durante mi ausencia.
Gracias a mi asesor el Dr. Harold Recinos por las enseñanzas de vida, por su corazón tan
humilde y tan lleno de sabiduría. Fue un placer contar con su apoyo y dirección en este
proceso.
Gracias a la directora de programa, Isabel Docampo, por cada momento invertido en hacer
de nuestra experiencia una excepcional, por su empeño en cada detalle y el cariño tan
palpable.
Gracias a mis maestros Dr. Hugo Magallanes, Dr. Carlos Cardoza, Dra. Leticia Guardiola-
Sáenz, Dra. Dennise Dupont, que me guiaron en cada paso, confrontaron mis conocimientos,
me ayudaron a ver las cosas desde una perspectiva diferente y con su ejemplo de humildad y
sabiduría, sembraron en mí el anhelo de algún día poder hacer lo mismo.
Gracias a cada uno de mis compañeras y compañeros, por hacer de este proceso de
aprendizaje uno muy especial. Se convirtieron en parte de mi familia.
Gracias a mis jefes laborales Rodolfo, Amber y Kurt, por creer en mí y apoyarme en mis
salidas, nunca había sentido tanto cariño y tanta fe en mí, como la que ustedes me hacen
sentir.
A quienes cuidaron con tanto amor de mis hijos cuando no estuve, mi gran amiga Cecilia,
Silvia, Gris, Marco, la Hna. Romy y Samantha, mi vecina mágica.
En fin, a todos los que de alguna manera estuvieron cerca, a los que oraron por mí, a los que
lloraron conmigo, GRACIAS.

v
Resumen.

El presente trabajo aborda la problemática de la violencia de género en México y

analiza el lugar que ha tenido la iglesia, los errores que ha cometido, así como los retos que

tiene por delante para ayudar al alivio y la erradicación de la violencia hacia todas las

mujeres. A través de un análisis de las causas de la violencia, se hace una invitación a hacer

uso de una hermenéutica liberadora para interpretar la Biblia y los textos que hablan de la

sujeción de la mujer. Finalmente se presentan una serie de propuestas para lograr que las

iglesias se conviertan en espacios contraculturales que opten por la equidad, la no violencia

y la justicia.

vi
INTRODUCCIÓN.

La fe en nuestros días nos demanda ser contextuales, porque una fe que no hace raíz

en su cultura está destinada a morir. Del mismo modo, una fe que no se interesa por las

grandes problemáticas de la sociedad en la que está inmersa, está destinada a perder el

propósito de su propia existencia.

La presente investigación se enfoca en la violencia de género, debido a que esta es

una de las problemáticas más serias en México. Como veremos más adelante, la violencia en

México ha llegado a niveles exorbitantes, y lamentablemente el grupo social que más la

padece, son las mujeres. No es de sorprenderse que en un país con una cultura altamente

machista y patriarcal, la violencia hacia las mujeres continúe siendo una práctica común, lo

que alarma es que a pesar de todos los avances en leyes y programas de concientización, los

índices de violencia y feminicidios sigan creciendo.

Ahora bien, ¿cuál es el lugar de la Iglesia en todo esto? ¿Es algo que debe

interesarnos? ¿Es algo de lo que estamos hablando y en lo que participamos de manera

activa? ¿Contamos con programas y personas preparadas para atender los casos de violencia

de género? Es parte de lo que este documento pretende explorar. Aun yendo más allá, surgen

preguntas un poco más incómodas, ¿tiene algo que ver la iglesia con la violencia de género?

¿Será que de alguna manera en nuestras comunidades de fe se promueve la violencia hacia

la mujer? ¿De qué manera? Lo que se busca analizar con esta investigación son las causas de

la violencia de género, para revisar si la iglesia está dentro de los actores promotores de la

violencia, y de ser así, su grado de responsabilidad.

Una vez que se describen los diferentes tipos de violencia, se presenta un análisis

sobre la violencia dentro de la Iglesia, ¿tenemos en nuestras congregaciones mujeres que

están padeciendo la violencia doméstica? Aún más, ¿nosotros como iglesia ejercemos algún
1
tipo de violencia contra las mujeres de manera directa o indirecta? Si la respuesta es sí, es

necesario plantear un acercamiento diferente a esta problemática, uno en el que se decida ser

responsable y cambiar para convertirse en la solución.

Esto nos lleva a un asunto polémico, los métodos de interpretación bíblica. ¿De qué

manera nuestra interpretación bíblica sobre el lugar de la mujer, los roles y el comportamiento

esperado de ella, están permeados por una visión androcéntrica y patriarcal? ¿Será que esto

tiene algo que ver con el tipo de violencia que se ejerce al interior de las iglesias? ¿Existe

una manera diferente de hacer las cosas? ¿Podemos ofrecer interpretaciones liberadoras que

vayan de acuerdo con los valores del reino: amor, justicia, libertad, vida y paz?

Si nuestra respuesta es sí, ¿qué podemos hacer para que nuestras iglesias se conviertan

en espacios contraculturales donde se viva una inversión de valores, se promueva una

masculinidad alternativa, la equidad de género, la no violencia y la libertad para todas y

todos? No hay respuestas buenas o malas, pero con certeza podemos afirmar que tenemos

opciones, y este tiempo nos está demandando una respuesta. ¿Puede la Iglesia aportar algo

significativo para la erradicación de la violencia de género? Consideramos que sí, que no

solo se puede hacer algo, sino que es un imperativo.

2
I. Planteamiento del Problema.

1. Antecedentes.

El interés por el tema de esta investigación surge de mi propia experiencia como

mujer, y a partir del contacto con mujeres de diferentes edades, ámbitos sociales, condiciones

económicas, estatus académicos, religiones y profesiones. Escuchar los testimonios de los

diversos tipos de violencia que cada una de ellas ha experimentado, me hizo reflexionar en

las causas de esta problemática social, especialmente a la luz de la Biblia y de la fe cristiana.

Con gran tristeza puedo decir que entre los muchos testimonios que he podido escuchar, no

he visto una diferencia sustancial entre mujeres cristianas y mujeres no cristianas, todo parece

indicar que todas hemos padecido y seguimos padeciendo violencia en alguna de sus

múltiples formas, en los diversos ámbitos en los que nos movemos, incluyendo la iglesia.

Todo esto despertó en mí el interés por investigar con mayor profundidad los aspectos

culturales, sociales, familiares, etc. que coadyuban a la persistencia y al incremento de la

violencia de género, a pesar de los muchos avances que como sociedad hemos logrado.

Con tristeza puedo decir que en mi caminar he conocido mujeres experimentadas, con

altos puestos ejecutivos, que han sido y en algunos casos siguen siendo víctimas de maltrato

y violencia por parte de los hombres que las rodean; mujeres cristianas, con cargos de

liderazgo, mujeres jóvenes con estudios y altos grados académicos, adolescentes y niñas, de

familias con recursos y sin ellos, en fin, los casos son tan diversos, que en realidad no puedo

decir que esto es algo característico de personas que viven en condiciones de pobreza.

Se trata de algo más, algo que es tan fuerte, y en muchas ocasiones tan invisible, que

apenas y podemos notar que la sociedad en la que estamos inmersos ha normalizado que las

mujeres tengan roles muy específicos a cumplir, y cuando alguna decide hacer las cosas

diferente, es casi un hecho que sufrirá. De alguna manera como sociedad mexicana, hemos
3
normalizado el maltrato bajo las excusas más deplorables, y de acuerdo con las cifras más

recientes sobre violencia de género, hemos decidido que esto va a continuar, ya que no solo

las denuncias de violencia sino también los feminicidios siguen creciendo.

Lo interesante en todo esto es que el establecimiento de iglesias evangélicas sigue

avanzando en el país, cada vez son más templos, más denominaciones y más personas las

que deciden caminar abrazando la fe cristiana, pero esto no parece tener ninguna relación con

los problemas que padece la sociedad. En algún punto del camino perdimos el enfoque y

decidimos poner una barrera entre nuestra fe y nuestra realidad, y es el caso de la violencia

de género. Me pregunto ¿cuántas iglesias hablan del tema, crean consciencia y toman

acciones para generar cambios al respecto? ¿Cuántas iglesias incluyen programas de estudio

y/o actividades que se relacionen con este problema social? Es parte de lo que se busca

analizar en esta investigación, porque estamos frente a un problema que toma la vida de una

mujer cada 4 horas1 y no parece ser algo de lo que todos estemos hablando, especialmente en

las iglesias, ¿por qué? Es parte de lo que busco responder en esta investigación, bien

consciente de que no estoy descubriendo el hilo negro y que esto es una propuesta que espero

pueda ser de bendición a muchas iglesias cristianas.

2. Problema.

La situación de la violencia de género es un asunto alarmante a nivel mundial y a

nivel nacional. Todo parece indicar que a pesar de los avances que se han logrado en cuestión

de equidad de género, a nivel de normas internacionales y de leyes nacionales, y de las

muchas campañas de concientización social, no se ha logrado que los índices de violencia

bajen, sino que por el contrario, los índices de violencia y feminicidios siguen al alza. México

1
Marcos Muedano. Imparable, el crimen contra las mujeres; cifras del Inegi. 22/10/17. Artículo disponible
en: https://www.excelsior.com.mx/nacional/2017/10/22/1196308.

4
ha sido catalogado como un país violento para las mujeres por el CELIG (Centro de Estudios

para logro de la Igualdad de Género de la Cámara de Diputados) 2 .Ellos argumentan que una

de las causas principales de este fatídico hecho es que estamos frente a un problema

multifactorial, que ha persistido a través de los años y que ahora está creciendo, gracias a: la

falta de documentación de las diferentes formas de agresión; la cultura de violencia y

discriminación, fruto de los conceptos de inferioridad y subordinación, que permean la

idiosincrasia del mexicano; y a la terrible realidad de que estamos frente a una práctica que

se ha normalizado a nivel social y cultural, y en algunos casos se ha institucionalizado. De

acuerdo con esta investigación, 66.1% de las mujeres mayores de 15 años han sufrido algún

tipo de agresión, y en estos casos el 43.9 % vino de esposos, parejas o familiares, según datos
3
del INEGI. La situación es grave, se habla de que cada hora se violenta a 5 mujeres en

México, de acuerdo con el Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública

(SESNSP).4 Se argumenta que algo que puede explicar el crecimiento de los índices de

violencia es porque vivimos en el país en donde no pasa nada, donde la justicia alcanza solo

a quienes pueden comprarla y en donde los altos niveles de corrupción permiten que los

ministerio públicos y peritos puedan cerrar las carpetas de investigación sin haber impartido

justicia, ya que no se apegan a los protocolos internacionales. De acuerdo con la opinión de

algunos especialistas en el tema de la violencia de género, no existen registros que permitan

dimensionar los asesinatos que se comenten en el país, ya que las autoridades no reportan los

homicidios o, incluso llegan a consignar las muertes como no intencionales o suicidios. Todo

2
Néstor Jiménez. México, país violento para las mujeres: estudio. Periódico La Jornada. 04/07/2018. Artículo
en línea en: https://www.jornada.com.mx/ultimas/2018/07/04/mexico-pais-violento-para-las-mujeres-estudio-
6682.html.
3
Ibid.
4
Efrén Flores. Cada hora se violenta a 5 mujeres en México. Los ataques repuntan en los primeros 4 meses
del año. Periódico en línea: Sin embargo 01 de junio de 2018. Artículo en línea disponible en:
https://www.sinembargo.mx/01-06-2018/3421265.

5
esto nos ha llevado a la penosa cifra de 22 mil 482 asesinatos de mujeres en la última década,

en promedio uno cada 4 horas.5

Hablar de este problema nos lleva al tema de la masculinidad, ya que estos

feminicidios están siendo cometidos por hombres, y esto nos debe llevar a analizar el rol de

los hombres en toda esta dinámica. Es urgente que hablemos de, y reconfiguremos el

concepto de masculinidad, ya que en la mayoría de los países latinoamericanos, este concepto

contiene elementos que están resultando muy nocivos para la relación de género. De alguna

manera, se ha establecido en la mente de la mayoría de los hombres, que por el simple hecho

de serlo, son superiores a la mujer y tienen derecho sobre su vida. El sistema patriarcal

permea toda la configuración de la relación entre hombres y mujeres, y esto es algo que como

iglesia debemos cuestionar porque estamos llamados a ser una comunidad que refleje el reino

de Dios, y vivir bajo esta premisa tiene implicaciones éticas que deben apuntar hacia

relaciones más igualitarias, más justas y más pacíficas.

3. Preguntas de investigación.

La pregunta principal que sustenta esta investigación es: ¿Cuáles son los temas

bíblicos y teológicos que se han manipulado para justificar y apoyar la violencia de género

en las iglesias cristianas evangélicas?

Las preguntas secundarias que derivan de la primera y sirven para el desarrollo de la

investigación son:

• ¿Cuáles son los tipos de violencia de género que más se presentan en México?

• ¿Cuál ha sido el incremento en la violencia de género en los último 10 años?

• ¿Cuáles son algunas de las causas de la violencia de género?

5
Marcos Muedano. Imparable, el crimen contra las mujeres; cifras del Inegi. 22/10/17. Artículo disponible
en: https://www.excelsior.com.mx/nacional/2017/10/22/1196308,

6
• ¿Qué tipo de violencia experimentan las mujeres dentro de las comunidades

cristianas evangélicas?

• ¿Qué tipos de masculinidades se promueven dentro de las comunidades de fe?

• ¿Qué tipo de teologías opresivas que se han generado, sirven de base para la

práctica de violencia explícita e implícita contra las mujeres dentro de las

comunidades de fe?

• ¿Existe alguna relación entre la violencia de género y la hermenéutica bíblica?

• ¿Qué podemos hacer para generar una cultura de equidad y respeto entre hombres y

mujeres dentro de las comunidades de fe?

• ¿Cómo podemos erradicar la visión patriarcal de la masculinidad y la feminidad,

para vivir bajo una visión Cristocéntrica de inclusión y equidad?

4. Objetivos de la investigación.

Parto de la declaración de Severino Croatto que dice que las Iglesias ejercen “un

segundo tipo de violencia”, al referirse a la omisión en contra de la violencia existente.6 Mi

interés es visibilizar la violencia de género, explícita e implícita, que se vive dentro de las

iglesias cristianas evangélicas en México, especialmente en la región del noreste del país. Lo

que busco es destacar las formas en las que las iglesias, consciente o inconscientemente, han

servido para justificar, perpetrar e institucionalizar ciertas prácticas que ponen a la mujer en

una relación dispar con el hombre, y que pueden llegar a justificar la violencia, para luego

proponer una manera en la que las comunidades de fe se conviertan en espacios donde las

mujeres y los hombres puedan ser liberadas (os) de las construcciones sociales impuestas por

6
Severino Croatto. Violencia y desmesura del poder. RIBLA Revista de Interpretación Bíblica
Latinoamericana. No. 2 Violencia y Opresión. San José, Costa Rica (1988). Pág. 9

7
los sistemas y patrones machistas, patriarcales y opresores, mismos que han generado que

México sea uno de los países en donde más se ejerza la violencia de género.

Lo que se plantea es que las iglesias pueden y deben ser lugares que vivan bajo los

lineamientos del Manifiesto del Reino de Dios7, es decir, bajo la línea de enseñanzas de Jesús

que están plasmadas en el Sermón del Monte. Hablamos de espacios que sea contraculturales,

que apuesten por el amor, la justicia, la paz y la vida, y que sean capaces de cuestionar las

interpretaciones bíblicas convencionales, que han servido para mantener un sistema de

privilegios solo para unos cuantos. Se trata de preguntarnos ¿y qué si…? ¿Qué si existe una

forma distinta en la configuración de la relación entre hombres y mujeres? ¿Qué si

reinterpretamos aquellos textos bíblicos que ponen a la mujer en segundo plano, a la luz de

las enseñanzas y prácticas de Jesús? ¿Qué pasaría si lográramos derribar la construcción

social de los roles de género, con el único propósito de hacer de esta sociedad una cada vez

más justa? ¿Sería válido? Yo creo que no solo es válido, sino necesario y urgente. Las

comunidades de fe tenemos que ser esa luz que se pone en lo alto para alumbrar la habitación,

ser capaces de señalar injusticias y de proponer prácticas que reflejen el corazón del

ministerio de aquel a quien seguimos. Ese carpintero que cuestionó y desafió la configuración

de la sociedad de su tiempo, y le dio preponderancia a la liberación y dignificación de los

grupos marginados de la sociedad. Como seguidores de ese humilde y poderoso ser, debemos

ir tras sus huellas, con la mente y el corazón abiertos a descubrir perspectivas, métodos y

formas que hagan de este mundo, uno mejor.

7
Brian Maclaren, El Mensaje secreto de Jesús. Estados Unidos: Editorial Betania, Grupo Nelson (2006). Pág.
126

8
5. Alcance.

La presente investigación aspira a constituirse en un documento que académicamente

aporte a la construcción teológica feminista, latinoamericana y wesleyana, y al mismo tiempo

que sirva como una propuesta de programa que se pueda implementar en las diferentes

comunidades de fe, de corte cristiano y evangélico. Esta doble visión tiene su fundamento en

la certeza de que lo académico no nos debe separar de la práctica de la fe, sino que debe

servir de enlace entre los temas de investigación y sus propuestas, y las prácticas que ayuden

a hacer que nuestra fe sea relevante y pertinente en su contexto.

9
II. Metodología.

Para la realización de esta investigación haré uso de 3 metodologías. La primera es la

Teología de la Liberación (TL) cuyo método consiste en partir de la realidad, es decir, de la

experiencia de los que sufren, para después como un segundo acto, poder hacer una reflexión

basada en las Escrituras sobre dicha realidad. El método, como se profundizará más adelante

es “ver, jugar y actuar”.

Además de la teología de la Liberación, haré uso de la metodología de las Teologías

Feministas (TF), que consiste en un método inductivo, que al igual que la TL parte de la

experiencia de opresión de las mujeres y de una hermenéutica feminista que le hace preguntas

que antes no se habían hecho al texto bíblico, y que plantea una nueva epistemología cuyo

propósito es “deconstruir el núcleo patriarcal de las tradiciones bíblicas y elaborar un discurso

político alternativo, una reconceptualización de lo femenino y de lo justo.”8 El fin del uso de

esta metodología es mostrar un camino alterno a todas aquellas interpretaciones bíblicas que

han sustentado, de manera implícita o explicita, el dominio del hombre sobre la mujer.

Finalmente haré uso del Método de la Investigación de Acción Participativa (IAP),

ya que considero que este converge con la metodología de la TL, pues ambas parten de la

realidad y buscan su transformación política y social, y como las TF, pretende generar

cambios estructurales. Es aquí donde pretendo hacer una interconexión entre el pensar y el

actuar de nuestra fe, un análisis que no se quede en la visibilización del problema, sino que

nos lleve a una propuesta de transformación práctica.

8
Consuelo Vélez. Teología de la mujer, feminismo y género. Theologica Xaveriana 140 (2001). Pag. 548

10
1. Teología de la Liberación.

La TL surge a partir de 1959, en medio de los procesos de revolución y liberalización

de los estados latinoamericanos. Un evento que marca el inicio de su desarrollo es el Concilio

Vaticano II, que de acuerdo con Alfonso Ibañez, “… significará la apertura de la Iglesia al

mundo, queriendo compartir las penas y alegrías, los dolores y esperanzas, del hombre

contemporáneo.”9 La década de los sesentas estará marcada por lo que Gustavo Gutiérrez

llama “Un hecho mayor’: la irrupción de los pobres en la escena pública, donde los ausentes

de la historia se hacen presentes a través de sus diversas formas de toma de conciencia,

organización social y lucha política.” 10

Teología de la liberación es entonces, una forma nueva de percibir a Dios en los

pobres de este mundo, y de concebir el mal en las estructuras que mantienen a la mayoría en

la precariedad y la ignominia. Es una manera de redescubrir el gran pecado (la pobreza) que

esclaviza a la humanidad y que genera una serie de consecuencias opresoras, que se

acrecientan entre los débiles, los marginados, aquellos que no tienen voz y que en muchos

casos son invisibles. En palabras de Jon Sobrino:

“Y desde esta realidad primaria de la cruz y de la muerte hemos aprendido a ver en


su verdadera realidad la masiva e inocultable pobreza, como aquello que acerca realmente a
la muerte: la muerte lenta que generan las omnipresentes estructuras de injusticia y la muerte
rápida y violenta cuando los pobres quieren, simplemente, dejar de serlo.” 11

Sin duda alguna, la TL irrumpe en la historia del desarrollo de la teología para

denunciar a las teologías clásicas o tradicionales por estar lejos de su contexto y de la gente.

Este salto en el desarrollo del pensamiento bíblico y teológico provocó que la Iglesia en

9
Alfonso Ibáñez. Gustavo Gutiérrez: al Dios de la vida y la liberación humana. Guadalajara, México:
Espiral, Red de Revistas Científicas de América Latina. (2003). Pág. 16. Ibáñez compara los desafíos de la
teología progresista europea con los de la teología de la liberación latinoamericana.
10
Ibid. Pág. 16
11
Jon Sobrino. El principio de la Misericordia. Bajar de la cruz a los pueblos crucificados. San Salvador:
Editorial: Sal Terrae (1992). Pág.17.

11
Latinoamérica, se convirtiera en una iglesia con producción teológica propia, que con el paso

del tiempo, sería el punto de partida para el desarrollo de otras teologías que propondrán una

relectura de la Biblia desde el punto de vista de quienes nunca antes habían tenido la

oportunidad de ser escuchados. Entonces surge una pregunta, ¿será que este es el camino que

el cristianismo debe andar para seguir con vida? ¿Será momento de volver a releer la escritura

con los lentes del evangelio de Jesús de Nazareth?

Aunque el desarrollo de la TL es vasto y difícil de abarcar en un espacio tan pequeño,

podríamos resumir sus grandes aportes de la siguiente manera. 1) La TL es un “acto segundo”

que nace en la praxis, en el contacto con los pobres y oprimidos y que trata de dar respuesta

a la pregunta ¿cómo demostramos a los “no persona” que Dios es su padre y tiene interés en

ellos? 12 Lo primero que ocurre es el encuentro con el prójimo, con ese que no tiene muchas

opciones y que vive oprimido en uno o más ámbitos de los que conforman al ser humano. De

ese encuentro es que surge la reflexión y la formulación teológica.

2) La TL es la opción preferencial por los pobres. Significa que sin importar los

cambios que se produzcan en la historia y en las estructuras sociales, la TL busca estar

siempre del lado de los pobres de nuestro mundo y ser su voz, aunque estos cambien de

rostro. En palabras de Juan José Tamayo:

“La espiritualidad de la TL es encuentro con el Dios de los pobres que lleva


derechamente a la opción por los pobres como experiencia radical de sentido, actitud
espiritual y compromiso ético en la lucha contra la pobreza y la injusticia. Es la espiritualidad
vivida en el mundo de la marginación, donde se descubren dimensiones de Dios que no se
encuentran en otros lugares de la religión o de la existencia humana, como la gratuidad, la
solidaridad, el compartir, la compasión, etc. Es una espiritualidad anti imperial como lo
fueran la de Jesús de Nazaret y la de Pablo.” 13

12
Alfonso Ibáñez. Gustavo Gutiérrez: al Dios de la vida y la liberación humana. Guadalajara, México:
Espiral, Red de Revistas Científicas de América Latina. (2003). Pág. 18
13
Juan José Tamayo. Desafíos de la Teología Latinoamericana de la liberación al primer mundo. Red
Mundial de Comunidades Eclesiales de Base (2010). Pág. 23

12
La TL entiende que si es que Dios toma partido, lo hace en favor de los pobres, los

vulnerables, los menospreciados, los que nadie estima, ni valora. Quienes son tratados con

injusticia y son incapaces de defenderse. En esa descripción entran grupos de la sociedad

como las mujeres, los niños y los ancianos; grupos minoritarios como etnias indígenas o

nativas y/o migrantes; personas despreciadas como las personas en situación de calle, las

mujeres que trabajan en la industria sexual, la comunidad LGBTQI; los invisibles del mundo,

gente que es explotada sexualmente, desaparecidos, personas que son usadas en las industrias

criminales (trata, drogas, armas, venta de órganos, etc.); en fin, un sin número de personas y

grupos sociales caben dentro de la descripción.

Cuando la TL surgió, lo hizo para defender a los vulnerables de su tiempo, quienes

eran explotados y despojados a través de estructuras de poder que buscaban mantener el

“estatus quo” (a cada quién en su lugar). A los ricos ganando mucho y a los pobres muriendo

de hambre. Es por ello que la TL ha levantado su voz y lo sigue haciendo, pero ahora en otros

contextos y en otros terrenos de lucha.

Como se mencionó anteriormente, la TL abrió la puerta para que otras voces se

pudieran expresar. Gracias a la denuncia de los males promovidos y sostenidos por las

estructuras de poder (incluyendo a la iglesia misma), se dio pie a que diversas voces

expresaran su inconformidad, sus dudas y propuestas. Es en medio de todas estas denuncias,

revueltas y transformaciones, donde el rol de la mujer que por siglos fue marginado, fue

concebido por vez primera a través de las teologías feministas.

2.2 Teologías Feministas.

Nancy Bedford hace una remembranza histórica de la evolución de la TL hacia las

teologías feministas. Ella menciona que mientras que Monseñor Romero tomó el axioma de

Ireneo “la gloria de Dios es que el hombre viva” y lo transformó a: “la gloria de Dios es que
13
el pobre viva”; Elizabeth Johnson fue más allá al decir, “la gloria de Dios es que la mujer,

todas las mujeres, en todos lados, vivan en plenitud”.14

A través de las TF surge una significativa crítica a la TL, una en donde se cuestiona

la importancia (o descuido) que se ha dado a la liberalización de las mujeres, quienes por

siglos y en muchas culturas, han sido objeto de opresión y violencia. Las TF buscan

“desarticular el sexismo” presente en hombres y mujeres, a la luz de una relectura bíblica

desde una perspectiva feminista. Ese sexismo está presente en casi todas las culturas y se

traduce en altas cifras de violencia e inequidad alrededor del globo, pero lo más desalentador,

es que las formas de opresión que siguen vivas se dan especialmente entre las mujeres pobres

y las que pertenecen a ciertos grupos étnicos marginalizados. De ahí que Nancy Beadford

afirme que es necesaria una crítica que vaya más allá de la denuncia por la inequidad sexual:

“El análisis feminista de la realidad no puede completarse si no se realiza en conjunción con

la crítica al racismo, el clasismo, el colonialismo y el imperialismo.” 15

De acuerdo con Consuelo Vélez, la reflexión teológica sobre la mujer ha tenido

distintas etapas. La primera etapa sería la de la Teología de la mujer o de la feminidad. Esta

es considerada la etapa inicial, situada alrededor de la década de los 50. Es una reflexión

ahistórica cuyo principal interés es promover la igual dignidad entre hombre y mujer. 16 El

segundo momento es la teología feminista y sus propuestas hermenéuticas. Se da en la década

de los 60, se considera una teología contextual y consiste en hacer “una crítica de la sociedad

patriarcal y de todas las normas, tradiciones y estereotipos que de ella se derivan. Parte del

sufrimiento real de la mujer causado por una visión androcéntrica y propone la revisión

14
Nancy E. Bedford. Mirar más allá de Babilonia: La teología como teoría crítica para la gloria de Dios.
Cuaderno de Teología 23 (2004). Pág. 4-5.
15
Ibid. Pág. 11.
16
Consuelo Vélez, “Teología de la mujer, feminismo y género,” Theologica Xaveriana 140 (2001). Pag. 546.

14
radical de todas esas formas de opresión”17. De esta manera la teología feminista propone

dos métodos para la tarea de la reflexión teológica: el método inductivo, que parte de la

experiencia de opresión generalizada de la mujer y la hermenéutica feminista. Esta última

tiene como meta deconstruir el núcleo patriarcal de las tradiciones bíblicas y elaborar un

discurso político alternativo, una reconceptualización de lo femenino y de lo justo en

términos retóricos. Se busca detectar el uso de la Biblia como arma en contra de las mujeres,

para hacer un alto en el camino, una relectura y una reinterpretación del texto con el único

fin de llevar liberación.18 Algunos de los principales aportes de la interpretación feminista

son: visibilizar el hecho de que la mayoría de las traducciones que tenemos son

androcéntricas, por lo que debemos leer bajo una actitud de sospecha; desmenuzar los textos

bíblicos, para encontrar su adscripción ideológica a la política patriarcal; darle valor y poder

al contexto y situación sociocultural de la persona que lee. De esta manera se genera el

Modelo Crítico de interpretación feminista de liberación, que consiste en 4 momentos: 1)

Sospecha ideológica; 2) Reconstrucción histórica; 3) Evaluación teoética; 4) Imaginación

creativa.19 El tercer momento en el progreso de la teología feminista viene con la Teología

Feminista Latinoamericana, que a su vez tienen tres etapas en donde se pueden observar la

influencia del contexto económico, político, eclesial y teológico. Las etapas son por décadas:

setentas, ochentas y noventas. En los ochentas comienza por haber una participación más

grande de la mujer en la lectura de la Biblia y una especial atención a las mujeres de la Biblia,

pero no hay lenguaje inclusivo. En la siguiente década se da un diálogo más abierto sobre la

mujer y su quehacer teológico. Las mujeres se incluyen en la teología, y comienza el interés

17
Consuelo Vélez, “Teología de la mujer, feminismo y género,” Theologica Xaveriana 140 (2001). Pág. 547.
18
Ibid. Pág. 548
19
Ibid. Pág. 553

15
por hacer teología y relectura del texto bíblico desde la mujer, feminizar la teología y a Dios

mismo, y confrontar los textos patriarcales y discriminadores de la mujer. En la última década

se busca reconstruir la teología. Se propone acoger el cuerpo y lo cotidiano; hay un rechazo

ante la exclusividad de la mujer a la entrega marital; se trabaja la fiesta, la alegría, el goce

del cuerpo y la sexualidad; se utilizan teorías de género en el análisis bíblico; se asume el

término feminista y se propone hablar de Dios en términos asexuados.

De esta manera podemos ver que las TF han tenido su propio proceso de construcción

y evolución, un proceso en el que ha primado la liberación y la dignificación de la mujer, y

esto ha implicado una deconstrucción de los métodos en la hermenéutica bíblica, y una serie

de propuestas que nos pueden ayudar a una construcción más justa en la relación entre

hombres y mujeres, una que al final del día, se traduzca en una mejor calidad de vida para

las mujeres, con mejores oportunidades y en la disminución en los índices de la violencia de

género y de feminicidios.

Las TF parten entonces del mismo método de la TL “ver, juzgar y actuar”, es decir,

hacen uso de un método inductivo que parte de la realidad y la experiencia de las mujeres;

pero también desarrollan y hacen uso de una hermenéutica feminista que consiste en hacer

una relectura de la Biblia que deconstruya la perspectiva patriarcal que permea las tradiciones

bíblicas, y que ha servido de base para sustentar las estructuras de dominación (los hombres

sobre las mujeres, los aristócratas sobre los pobres, los libres sobre los esclavos, etc.), para

entonces elaborar una interpretación alternativa libre de lo que Elisabeth Schussler Fiorenza

llama “Kyriarcado”20, y de los efectos que ha tenido en las interpretaciones bíblicas

tradicionales y en las prácticas de la vida cristiana.

20
El término se refiere a la dimensión de opresión que viene con las estructuras de poder que acompañan la
dimensión de género.

16
Esta hermenéutica feminista nos permite presentar alternativas a las maneras

tradicionales de abordar las relaciones entre hombre y mujer, y entre el ser humano y su

entorno. Replantearnos nuestras concepciones sobre la jerarquía divina y el orden de Dios

respecto a los roles, podría sentar las bases para construir relaciones más sanas y más justas,

y esto podría devenir en tener sociedades menos violentas y más abiertas a la participación

de las mujeres en todos los aspectos de la vida humana.

2.3 Investigación de Acción Participativa.

Uno de los retos más grandes para la teología en la actualidad tiene que ver con lograr

que nuestros presentes aportes teológicos tengan el suficiente peso científico-sociológico, y

al mismo tiempo tengan la consistencia teológica que se requiere para ser considerados dentro

de esta disciplina. Virginia R. Azcuy desarrolló un ensayo muy interesante sobre el desarrollo

teológico y la inequidad de género, y algo que menciona es que el conocimiento tiene un

desafío ético muy grande, “que las ciencias sean capaces de proponer contenidos de verdad

aptos para transformar positivamente las relaciones de género.”21 Hay una necesidad real de

que el diálogo interdisciplinario entre la Teología y otras ciencias responda a los retos de este

tiempo “… porque la teología está llamada a un diálogo más profundo con las otras

disciplinas para hacerse más apta en su lectura de lo real y en su anuncio de la salvación en

esta historia.”22

Bajo este argumento es que tomo la aportación de Consuelo Vélez, la incorporación

de la investigación de acción participativa, como una buena opción para dicho objetivo. La

autora plantea una serie de características que dejan ver los puntos donde se intersecan el

21
Virginia Azcuy. Teología e inequidad de género: Diálogo, interpretación y ética en el cruce de disciplinas.
Puntos de Encuentro. Foro sobre Teología y Género. Buenos Aires: Instituto Universitario ISEDET (2005).
Pág. 46
22
Ibid. Pág. 45

17
método de investigación participativa y la metodología de la teología de la liberación (la base

de las teologías feministas y contextuales). Por ejemplo ambas buscan, “además de producir

conocimiento, transformar la realidad investigada.”23 y las dos metodologías siguen la forma

“desde dentro” y “desde abajo”. Un aspecto muy importante de la metodología de la acción

participativa, al asumirla como metodología para hacer teología, es que toda realidad humana

es un lugar teológico.24

La IAP es investigación en el sentido de que se encarga del proceso de estudio de la

realidad con rigor científico, y al mismo tiempo es acción porque invita y promueve el actuar,

pero no de una forma simple y superflua, sino un actuar que devenga en un cambio social

estructural. De esta manera, la IAP busca conocer la realidad para poder transformarla. Como

lo dice Ana Mercedes Colmenares:

“La IAP constituye una opción metodológica de mucha riqueza, ya que, por una parte,
permite la expansión del conocimiento, y por la otra, genera respuestas concretas a
problemáticas que se plantean los investigadores y coinvestigadores cuando deciden abordar
una interrogante, temática de interés o situación problemática y desean aportar alguna
alternativa de cambio o transformación.” 25

Lo interesante es observar los puntos en común con las dos metodologías antes

mencionadas. Las tres metodologías sirven para hacer un análisis de la realidad presente, y

ofrecer una serie de propuestas para intentar dar solución, o al menos pasos para llegar a la

solución de la problemática observada. Vélez nos propone a la IAP como método para llevar

a cabo el primer momento de la teología de la liberación (la mediación socioanalítica), pero

ellas nos invitan a tener mucho cuidado, ya que es vital darle primacía a la fe y a las

23
Olga Consuelo Vélez Caro. El quehacer teológico y el método de investigación acción participativa. Una
reflexión metodológica, Theologica Xaveriana, vol. 67, núm. 183, enero-junio (2017). Pág. 5
24
Ibid. Pág. 10
25
Ana Mercedes Colmenares. Investigación-acción participativa: una metodología del conocimiento y la
acción. Voces y Silencios: Revista Latinoamericana de Educación, Vol. 3, No. 1, 102-115 ISSN: 2215-8421.
(2012). Pág. 103, 104

18
experiencias con Dios, para que podamos hablar verdaderamente de teología. Algunos de los

ejemplos que usa para ver la clara conexión entre la IAP y la metodología de TL, son las

teologías contextuales. Entre ellas menciona las teologías feministas, afro, amerinidias,

ecológicas, interculturales o de pluralismo religioso, queer y postcoloniales. Nos dice que la

articulación entre las teologías contextuales y el método de IAP es muy evidente, tanto en su

punto de partida como en que buscan conciliar la ruptura epistemológica entre pensar y

actuar.26

De esta manera, una reflexión teológica a partir de la IAP puede ser una buena opción

para nuestros futuros aportes teológicos, sin embargo, debemos reconocer que tiene

limitaciones. Debemos interpretar el objeto de la reflexión desde el aspecto formal teológico,

desde la fe, las Sagradas Escrituras, la tradición27, y yo añadiría la experiencia y la razón.

26
Olga Consuelo Vélez Caro. El quehacer teológico y el método de investigación acción participativa. Una
reflexión metodológica, Theologica Xaveriana, vol. 67, núm. 183, enero-junio (2017). Pág. 17
27
Ibid. Pág. 21

19
III. Violencia de género y la Iglesia.

1. Qué es la violencia de género.

La Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida libre de violencia define a la

violencia de género como “todo lo que se haga en contra de las mujeres, solo porque son

mujeres y que causa algún daño a su persona, a sus posesiones, a su cuerpo, o lo que le

provoca la muerte, sin importar si el daño se hace a propósito o por olvido.” 28 Lo

mencionamos desde el inicio. Hoy por hoy, contamos con diversas leyes internacionales

como “La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la

mujer” y “La Convención Interamericana para Sancionar y Erradicar la violencia contra la

Mujer”, sin embargo, algo está pasando que los índices de violencia siguen creciendo

alrededor del globo.

La ley nos dice que, “La violencia contra la mujer existe cuando una persona abusa

del poder que tiene sobre ella”.29 Entre las formas más comunes de violencia contra la mujer

podemos encontrar al menos 6 que están tipificadas en este documento:30

1) Violencia Psicológica: ocurre cuando el agresor daña la autoestima de una mujer, a

través de insultos, impedir su libre movilidad, o elegir por ella.

2) Violencia Física: es cuando el agresor golpea a una mujer con su propio cuerpo o con

cualquier tipo de objeto.

3) Violencia Patrimonial: se refiere al daño que ocurre cuando a una mujer se le quitan

o dañan sus pertenencias.

28
Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia. Organismo Mexicano Promotor del Desarrollo
Integral de los discapacitados visuales IAP. México: Julio (2018). Pág. 4
29
Ibid, pág. 6
30
Ibid, Pág. 6

20
4) Violencia Económica: Cuando una persona controla o le quita el dinero a una mujer

y también cuando, al realizar el mismo trabajo que un hombre, se le paga menos por

el solo hecho de ser mujer.

5) Violencia Sexual: Cuando una persona obliga a una mujer a hacer cualquier tipo de

acto sexual.

6) Cualquier acción que dañe de cualquier manera a una mujer, también es considerada

como violencia.

El Protocolo para la Atención de la Violencia Política contra las Mujeres en Razón

de Género, cita la LGAMVLV y contiene los tipos de violencia antes mencionados, pero

además menciona las cinco modalidades o ámbitos donde ocurre la violencia:31

1) Violencia familiar: acto abusivo de poder u omisión intencional, dirigido a dominar,

someter, controlar o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial,

económica y sexual a las mujeres, dentro o fuera del domicilio familiar, cuyo agresor

tenga o haya tenido relación de parentesco por consanguinidad o afinidad, de

matrimonio, concubinato o mantengan o hayan mantenido una relación de hecho.

2) Violencia laboral y docente: se ejerce por las personas que tienen un vínculo laboral,

docente o análogo con la víctima, independientemente de la relación jerárquica, y

consiste en un acto o una omisión en abuso de poder que daña la autoestima, salud,

integridad, libertad y seguridad de la víctima, e impide su desarrollo y atenta contra

la igualdad. Esta incluye el hostigamiento sexual.

31
Protocolo para la atención de la violencia política contra las mujeres en razón de género. Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación. México (2017). Pág. 31

21
3) Violencia en la Comunidad: son los actos individuales o colectivos que transgreden

derechos fundamentales de las mujeres y propician su denigración, discriminación,

marginación o exclusión en el ámbito público.

4) Violencia Institucional: son los actos u omisiones de las y los servidores públicos de

cualquier orden de gobierno que discriminen o tengan como fin dilatar, obstaculizar

o impedir el goce y ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, así como su

acceso al disfrute de políticas públicas destinadas a prevenir, atender, investigar,

sancionar y erradicar los diferentes tipos de violencia.

5) Violencia feminicida: es la forma extrema de violencia de género contra las mujeres,

producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado,

conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad

social y del Estado y puede culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta

de mujeres.

Como hemos visto, la violencia de género tiene diversas características y puede ir

desde palabras hirientes, pasar por el control y la manipulación de la vida de una mujer, hasta

llegar a la muerte. El margen es amplio y por eso es necesario que conozcamos las formas en

las que la violencia se ejerce, para que podamos estar preparados para combatirla.

En el Protocolo se habla de un tipo de violencia que la Ley no contempla, pero que

definen los autores Krook y Restrepo como: “Violencia Simbólica”. Aunque esta definición

se utiliza para hablar de la violencia política contra las mujeres, me pareció interesante el

término, porque creo que se puede aplicar para hablar del tipo de violencia que se vive en las

iglesias.

22
“Violencia Simbólica: Se caracteriza por ser una violencia invisible, soterrada, implícita, que
opera al nivel de las representaciones y busca deslegitimar a las mujeres a través de los
estereotipos de género que les niegan habilidades para la política”.32

¿Será acaso que en las iglesias experimentamos un tipo de violencia “invisible,

soterrada e implícita”? Es una de las preguntas que pretendo responder en la presente

investigación. Basta por ahora ser conscientes que dentro de nuestras iglesias se vive la

violencia contra las mujeres, gran parte de esta violencia ocurre en los hogares y va desde lo

emocional hasta lo físico, sin embargo, dentro de nuestras comunidades de fe existen ciertas

manifestaciones de violencia que no han sido señaladas y que en este documento se pretende

visibilizar, para que se tomen acciones que hagan de nuestras iglesias zonas seguras en donde

las mujeres puedan ser verdaderamente liberadas.

2. Estadísticas.

Las estadísticas nos hablan de un alto grado de violencia contra la mujer en México.

El diario “El País” reporta que en México mueren más de 7 mujeres al día, y que en la última

década han sido asesinadas 23,800 mujeres en nuestro país. Lo peor del caso es que de esa

alarmante cifra, solo el 10% de los casos ha obtenido una sentencia de condena.33

En la estadística obtenida de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las

Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016, acerca de la situación de la violencia que

enfrentan las mujeres en México, se presenta información muy relevante respecto a la

violencia que ejercen las parejas en contra de las mujeres. En el documento se nos dice que:34

32
Protocolo para la atención de la violencia política contra las mujeres en razón de género. Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación. México (2017). Pág. 32
33
El País. ¿Cuántos feminicidios más puede soportar México? 07/03/18.
https://elpais.com/internacional/2018/03/07/mexico/1520414016_971998.html
34
Comunicado de Prensa Núm. 588/18 22 de Noviembre de 2018. “Estadísticas A Propósito Del Día
Internacional De La Eliminación De La Violencia Contra La Mujer (25 De Noviembre)” / Datos Nacionales.
INEGI. http://www.beta.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2018/violencia2018_Nal.pdf.

23
• De las mujeres que han enfrentado violencia por parte de esposo o novio, a lo largo

de su relación de pareja (19.1 millones), en el 64.0% de los casos se trata de violencia

severa y muy severa.

• Se estima que anualmente cada mujer perdió 30 días de trabajo remunerado y 28 días

de trabajo no remunerado a causa de la violencia por parte de su pareja.

• El costo estimado por días de trabajo perdidos por las mujeres, entre octubre de 2015

y octubre de 2016, asciende a 4.4 mil millones de pesos.

La situación es compleja, la violencia está tan normalizada que la mayoría de las

mujeres ha experimentados algún tipo de violencia en sus relaciones de pareja, lo que nos

habla de una cultura de violencia.

“Este indicador da cuenta de la extensión del problema y, de acuerdo con los datos de
la ENDIREH 2016, 43.9% de las mujeres de 15 años y más ha enfrentado violencia por parte
de su pareja, esposo o novio actual o último, a lo largo de su relación de pareja (19.1
millones). Esta situación se ha mantenido en niveles similares durante los últimos 10 años”.35

35
Comunicado de Prensa Núm. 588/18 22 de Noviembre de 2018. “Estadísticas A Propósito Del Día
Internacional De La Eliminación De La Violencia Contra La Mujer (25 De Noviembre)” / Datos Nacionales.
INEGI. http://www.beta.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2018/violencia2018_Nal.pdf.

24
La tabla nos indica la frecuencia con que las mujeres mayores de 15 años son

violentadas por sus parejas, así como los tipos de violencia que sufren. Como podemos

observar, los tipos de violencias varían dependiendo del estado civil de la mujer, por ejemplo

las mujeres separadas, divorciadas o viudas tienen los niveles más altos en violencia

emocional, económica, física y sexual.

Por otro lado, casi la mitad de todas las mujeres casadas experimentaron violencia

emocional y económica; y un 27% de las mujeres solteras experimentan la violencia

emocional en sus relaciones. Esto nos deja ver que la mayoría de las mujeres en México

experimentan violencia de parte de sus parejas, y esto refleja que la violencia de pareja y

doméstica está normalizada al grado que, del total de mujeres mayores de 15 años que están

en una relación, el 43.9% de ellas experimentan violencia en cualquiera de sus formas.

El estudio demuestra la terrible problemática de la violencia de pareja, así como el

tipo de severidad de la violencia, y destaca lo siguiente:36

• El 43.0% padeció violencia severa. En este conjunto se ubican las mujeres con

violencia física y/o sexual de manera eventual, con daños físicos y/o emocionales

severos (cortadas, quemaduras o pérdida de dientes, hemorragias o sangrado,

problemas nerviosos, angustia o miedo, tristeza, aflicción o depresión e insomnio).

• A nivel nacional, 64 de cada 100 mujeres que han padecido violencia de pareja a lo

largo de su relación, sufrieron violencia severa y muy severa.

• 13 entidades se ubican por encima de la media nacional en la proporción de mujeres

en situación de violencia severa y muy severa: Aguascalientes, Guanajuato, San Luis

36
Comunicado de Prensa Núm. 588/18 22 de Noviembre de 2018. “Estadísticas A Propósito Del Día
Internacional De La Eliminación De La Violencia Contra La Mujer (25 De Noviembre)” / Datos Nacionales.
INEGI. http://www.beta.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2018/violencia2018_Nal.pdf.

25
Potosí, Coahuila de Zaragoza, Estado de México, Tabasco, Jalisco, Chiapas,

Querétaro, Veracruz de Ignacio de la Llave, Hidalgo, Tlaxcala y Morelos. Sobresalen

Aguascalientes con el 70.1%, Coahuila de Zaragoza con 67.2%, Guanajuato con

67.8%, Estado de México con 66.6% y San Luis Potosí con 67.2%.

• Es importante señalar que la violencia que ejercen las parejas, esposos, novios, ex-

novios, ex-parejas o exesposos contra las mujeres en México es severa y muy severa

en el 64.0% de los casos. Esto equivale a 12.2 millones de mujeres, de las cuales 8.2

millones se encuentran en situación de violencia severa y 4.0 millones en situación

de violencia muy severa y, en consecuencia, la vida de estas mujeres ha estado o sigue

estando en riesgo inminente.

3. Análisis de Causas: Familia, sociedad e iglesia.

De acuerdo con Evangelina García Prince, todas las sociedades construyen una

estructura simbólica, una manera de percibir y vivir la vida, de acuerdo con el género. Es

decir, organizan sus funciones y actividades de acuerdo con lo que consideran que cada

género debe hacer, y esto a su vez se relaciona con el sexo de cada ser humano. La asignación

de roles se hace en función del género y permea toda la organización de la sociedad. 37

“El orden de género estructura las identidades, relaciones, tareas y posiciones de lo


femenino y lo masculino en las instituciones, las organizaciones, los grupos y la subjetividad
personal”.38

De esta manera, ha sido muy sencillo relegar a la mujer al ámbito privado,

principalmente por su rol reproductivo que incluye el cuidado y la crianza de los hijos, así

como las actividades propias del cuidado del hogar. Por su parte, al hombre le fue asignado

37
Evangelina García Prince. Guía 1. ¿Qué es género? Conceptos básicos. Material inédito del Diplomado
Básico en Políticas Públicas y Género de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, México (2013).
Pág. 6
38
Íbid. Pág. 6,7

26
el ámbito público en su rol de proveedor, lo que le dio autonomía, poder y la exclusividad

para la toma de decisiones.

Elsa Beatriz Aguera nos dice que todos los pueblos a través de todas las eras han

dejado registro de las formas en las que se dan las relaciones humanas, pero particularmente

las relaciones de pareja. Ella afirma que:

“Estas vivencias se inscribieron en los libros sagrados, en iconografías, en la filosofía,


la antropología, en poemas, en leyendas, en novelas u otros géneros literarios, incluso se
transmitieron en las tradiciones orales. Cualquiera haya sido la forma de acuñarlas, estas han
ejercido su influencia en la cultura. Las creencias y valores de la cultura occidental han tenido
profundas raíces en el lenguaje religioso o en mitos que, en la actualidad, son parte del
imaginario social.39

Podemos decir que hay un factor de organización social que está presente en toda

civilización y agrupación humana, el factor sexual. Este ha venido a definir los roles y

actividades de hombres y mujeres de acuerdo con la concepción sobre lo “natural”, cuya base

es biológica. Esto nos da un esbozo para poder analizar la causa de la violencia contra las

mujeres, la cuestión de la diferencia, y la subjetividad en la percepción de dichas diferencias.

Esto es parte de lo que se considera como factor fundamental en el Protocolo:

“Por su parte, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la


Violencia contra la Mujer parte del reconocimiento de que la violencia contra las mujeres es
una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y
hombres, constituye una violación a los derechos humanos y, por tanto, una ofensa a la
dignidad humana.”40

Como veníamos comentando, las diferencias físicas y biológicas dieron lugar a que

las personas con el suficiente poder e influencia, determinaran cuál de los dos géneros era el

39
Elsa Beatriz Agüero. En búsqueda de relaciones igualitarias. Puntos de Encuentro. Buenos Aires: Instituto
Universitario ISEDET (2005). Pág. 171
40
Protocolo para la atención de la violencia política contra las mujeres en razón de género. Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación. México (2017).

27
más fuerte, inteligente, racional, en resumen, el mejor candidato para tomar el control sobre

el otro.

“La diferencia sexual y reproductiva entre unos y otras se ha traducido en una relación
de poder que otorga la creencia de que el género/ sexo masculino tiene mayor jerarquía. Esto
ha configurado un orden social conocido como sistema patriarcal, cuya premisa básica
descansa en la supuesta superioridad de los varones, con sus correspondientes privilegios,
frente a la inferioridad de las mujeres.” 41

Ahora bien, si a estos argumentos le agregamos la legitimización a través de las

Sagradas Escrituras, tenemos el combo perfecto para la formación de sociedades patriarcales

que tengan los elementos necesarios para constituirse en sociedades que violenten y opriman

a las mujeres y que tengan un aparato estatal, social, económico, político y religioso de

respaldo.

La Iglesia por ejemplo, tiene una serie de pasajes bíblicos que (dependiendo de la

interpretación) justifican el que la mujer esté en un nivel inferior por cuestión de orden

divino, y que como consecuencia de esto, se establezca que la mujer debe vivir sujeta a una

autoridad masculina. Algunos de los pasajes que más se utilizan para fundamentar esta

creencia son:

• Génesis 2:21-23 - La mujer como segunda creación. El pasaje más comúnmente

tomado dice: “Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y

mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la

costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo

entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será

llamada Varona, porque del varón fue tomada.”. Puesto que el primero en ser creado

fue Adán, y regularmente se contempla más este relato de la creación, se concluye

41
Protocolo para la atención de la violencia política contra las mujeres en razón de género. Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación. México (2017). Pág. 35.

28
que Eva literalmente fue sacada de la costilla de Adán, y por consiguiente es inferior

a él.

• Génesis 3:6 y 3:16 - Otro de los pasajes más usados es el de la caída. “Y vio la mujer

que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable

para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido,

el cual comió así como ella.” Gn 3:6. Y “A la mujer dijo: Multiplicaré en gran

manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será

para tu marido, y él se enseñoreará de ti.” Gn 3:16. Con este episodio se argumenta

que la mujer es culpable de las consecuencias de la caída, y por supuesto, se le ve

como merecedora del castigo: “tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de

ti”. ¿Será eso lo que revela el pasaje? Es parte de lo que analizaremos en el siguiente

capítulo, por ahora basta enfatizar que para muchos pastores y líderes de la iglesia

protestante en México, esta continúa siendo una creencia común que se cree y se

fomenta entre los varones.

• 1 Timoteo 2:11-15 - El pasaje dice: “La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.

Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar

en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue

engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. Pero se

salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con

modestia.”. Esta porción de la Palabra se usa para justificar los roles de la mujer

dentro de la iglesia y en el hogar. Pablo retoma el pasaje anterior del Génesis para

justificar que las mujeres estén un lugar de subordinación debido al pecado, y con

ello se refuerza la idea de que las mujeres fueron las causantes de la caída, para

entonces decir que las mujeres no deben ejercer el pastorado, ni el liderazgo frente a
29
un hombre. Curiosamente existe la creencia de que, si en la obra no hay un hombre

que pudiera desempeñar las funciones pastorales y de liderazgo, entonces sí se

recomendaría que lo haga una mujer, pero en tanto haya un hombre capaz de hacerlo,

las mujeres no deben participar de esas funciones, ya que “no es el diseño original de

Dios.”42 Además de lo anterior, se refuerza la idea de que parte de ese diseño original

de Dios, es que las mujeres engendren hijos, esta es su verdadera vocación y su

ministerio debe ser primero con sus hijos.

• Efesios 5:22-24 - La sujeción de la mujer al varón. “Las casadas estén sujetas a sus

propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como

Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como

la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en

todo.”. Creo que el pasaje habla por sí mismo, para muchos cristianos (hombres y

mujeres) este pasaje resulta casi dogmático a la hora de hablar del orden en el hogar.

Se tiene la creencia de que el diseño original es que los hombres deben ser la cabeza

de la mujer y del hogar, y que las mujeres deben vivir sujetas en todo a sus maridos.

Por supuesto que los maridos deben amar y respetar a sus esposas, pero el pasaje se

toma como normativo y aplicable a todas las familias en todos los rincones de la tierra

y en todas las edades. Más adelante abordaremos el pasaje con una lente hermenéutica

de sospecha, para tratar de darle otro sentido a las mismas palabras, uno en donde se

tome en cuenta el primer versículo del pasaje (someteos unos a otros en el temor de

Dios), el contexto, el género literario, etc.

42
Notas tomadas de la experiencia de dar clases en el Seminario. Estos son los argumentos que más he
escuchado de algunos de mis alumnos varones, al momento de abordar temas referentes al feminismo
teológico, pasajes bíblicos del NT, y conversaciones respecto a equidad de género.

30
Hasta aquí algunos ejemplos de cómo la Iglesia, consciente o inconscientemente,

ha legitimado una de las causas más importantes de la violencia de género, la desigualdad

entre hombre y mujer. Claro que no podemos dejar del lado el contexto en el que la Biblia

fue escrita, pero debemos ser conscientes de los tiempos en los que vivimos, debemos

preguntarnos de dónde vienen esas interpretaciones, y hacer una evaluación para ver si

como iglesia estamos incurriendo en un tipo de violencia simbólica, en la que enseñamos

a las futuras generaciones que los roles están definidos por diseño natural y que a pesar

de que mucha de esa desigualdad fue consecuencia del pecado original, seguimos

creyendo que por eso no vale la pena luchar. ¿Acaso eso provocaría que muchos de los

que hoy están en una posición de privilegio la pierdan? ¿A quién sirve o beneficia que al

día de hoy sigamos pugnando en pro de ese tipo de interpretaciones? ¿Es coherente con

el carácter de Dios, y con la manera en la que vemos a todo el texto bíblico, pensar que

el lugar de las mujeres está en la sumisión? Es parte de lo que debemos pensar y

reformular.

4. Violencia de género a mujeres cristianas.

Como hemos mencionado, la violencia contra la mujer es tan amplia y variada, que

pensar que esta no se vive dentro de las comunidades cristianas resultaría en una inocencia

casi culpable para todos los que de alguna manera trabajamos dentro de la iglesia. Las

grandes preguntas serían ¿por qué se vive la violencia de género en los matrimonios

cristianos? ¿Qué conceptos son los que llevan a un varón cristiano a pensar que su esposa es

merecedora de violencia? ¿Podríamos decir que el machismo está tan arraigado que a veces

es casi imperceptible? Aun con todo, la casa no es el único lugar en donde las mujeres

cristianas experimentan la violencia. ¿La violencia doméstica es el único tipo de violencia

31
que viven las mujeres cristianas, o experimentan la violencia simbólica de parte de la iglesia

como institución?

En realidad no puedo hablar por todas las mujeres cristianas, pero al menos puedo

mencionar algo de lo que he colectado a través de mi experiencia interactuando con mujeres

de diferentes edades, nivel de estudios y posición socioeconómica, dentro de la Iglesia

Metodista de México. Me quiero concentrar en este sector, ya que hablar de las experiencias

de mujeres de otras denominaciones o tradiciones cristianas sería muy vasto para el propósito

de este documento.

En alguna ocasión escuché la historia de una mujer maravillosa que superó una vida

llena de violencia. Su contexto no era muy favorable, se unió a su pareja a los 17 años y al

poco tiempo tuvo una hija con una serie de dificultades en la salud. Desde el inicio de su

unión su pareja comenzó a ejercer violencia en su contra. Como en muchos casos, la violencia

fue exponencial, cada vez más frecuente y más grave. Inició con gritos e insultos, y terminó

con un trágico episodio en el que casi le quita la vida. Esta valiente mujer estudió hasta la

secundaria y tuvo que hacerse cargo (sola) de la crianza de su pequeña, así como de todas las

atenciones que requería su condición de salud. Su pareja la violentaba de manera psicológica,

física, económica y sexual, y a pesar de ser una mujer cristiana sentía que eso es lo que le

había tocado vivir y que no había salida. Gracias a Dios, sus autoridades en la Iglesia supieron

asesorarla bien. Le mostraron que la violencia no es algo que le agrade a Dios y la ayudaron

en los momentos de mayor dificultad. Una vez que ella tomó la decisión de separarse, ellos

la apoyaron e hicieron que su comunidad fuera un refugio en medio de la tempestad. Lo

interesantes es que a esta mujer le tomó 12 años darse cuenta que podía vivir otra realidad, a

pesar de que durante ese tiempo ya asistía a la Iglesia. Su vida tuvo que estar al borde de la

32
muerte para salir de ahí, y la iglesia tuvo que vivir de cerca una experiencia como esta para

comenzar a hablar del tema en su comunidad.

En otra ocasión conocí a una mujer joven, de aproximadamente 35 años, que

experimentó violencia en cada etapa de su relación, desde el noviazgo. Lo interesante de su

caso es que ella nunca tuvo la confianza de hablar del tema ni con su familia, ni con sus

líderes espirituales por miedo y culpa. Ella sentía que nadie le iba a creer, porque su esposo

era uno en casa y otro fuera de ella. Al ser un profesionista de renombre y ella una mujer que

se quedó trunca en sus estudios, sentía que no iba a ser creíble su historia. Recuerdo cuando

me contó la razón por la que nunca acudió a sus pastores y líderes de la Iglesia para hablar

del tema. Ella me dijo que no tenía la confianza para hacerlo, sus líderes eras distantes y

lejanos, además pensó que ellos nunca le iban a creer, y al ser un tema del que poco o nada

se habla dentro de la Iglesia, sintió que era el lugar menos indicado para encontrar ayuda a

su situación. Una mujer cristiana, joven, madre de tres hijos, de un nivel socioeconómico

medio alto, ha vivido por más de 10 años una pesadilla en su matrimonio. Pensó muchas

veces en terminar con todo, pero el temor de perder a sus hijos, de no tener cómo mantenerlos,

de no contar con el apoyo de su familia o comunidad de fe, la hizo esperar por mucho tiempo

para tener el valor de hablar de lo que estaba pasando.

Finalmente quiero hablar de mis estudiantes mujeres del Seminario. Tengo 7 años de

ser maestra en el Seminario Metodista Juan Wesley, y a través de esos años he visto pasar a

varias generaciones. He conocido a muchas jóvenes con la firme convicción de servir a Dios,

la mayoría de ellas dentro del ministerio pastoral, y algunas otras en misiones o en ministerios

de justicia social. Al hablar de su experiencia en el Seminario recuerdo que en algunas

ocasiones, varias de ellas se acercaron para pedirme consejo, pues en las asignaciones del

33
ministerio práctico solían ponerlas en el ministerio de niños, y no les daban la oportunidad

de predicar en los cultos dominicales o de ayudar en la impartición de los sacramentos.

Esto me llevó a interesarme en conocer cuántas mujeres habían pasado por el

seminario desde su creación y cuántas de ellas habían terminado y estaban ejerciendo el

ministerio pastoral dentro de mi conferencia, mi sorpresa fue que eran pocas. Algunas de las

que concluyeron sus estudios, terminaron por casarse con estudiantes y aceptar que sus

esposos fueran los que tuvieran el nombramiento como pastores titulares, mientras que ellas

quedaron en la posición de esposas del Pastor. Para las que decidieron ejercer el pastorado la

situación no fue muy favorecedora, pues muy pocas lograron llegar a las “iglesias grandes”

de la conferencia. La mayoría de las mujeres pastoras atienden iglesias pequeñas, algunas en

municipios lejanos o rancherías, lo que implica que reciben bajos salarios y que les es difícil

atender a todas las actividades en donde se toman las decisiones importantes sobre el porvenir

de la Conferencia.

Por último, debo mencionar que la Iglesia Metodista de México, desde su creación,

solo ha tenido dos mujeres con el título de Obispa, la primera fue la Pbra. Graciela Ávarez

Delgado, en la Conferencia de México, en el período de 1990 a 1998, y la segunda la Pbra.

Raquel Balbuena Osorio, quien fue electa el año pasado (2018) en la Conferencia Anual del

Sureste.43 En nuestra conferencia, la Conferencia Anual Oriental, nunca ha sido electa una

mujer como obispa y apenas hace 2 años fue electa por primera vez una pastora para ocupar

el cargo de Superintendente de un Distrito, la Pbra. María de Jesús González. Esto nos habla

de la falta de equidad en la estructura de la IMMAR, y de que aún en nuestros días parece

43
El Evangelista Mexicano. Nuevos Obispos. (2018) https://elevangelistamexicano.org/2018/07/15/nuevos-
obispos/.

34
existir un tipo de violencia simbólica dentro de la institución, que impide que las mujeres

prosperen en sus carreras ministeriales y lleguen a importantes posiciones de liderazgo.

En cada caso hemos podido percibir varios de los tipos de violencia a los que se

enfrentan algunas mujeres cristianas. Cada ejemplo mencionado forma parte de la Iglesia

Metodista de México, y en cada uno se pueden observar distintos trasfondos familiares,

económicos, sociales y educativos, sin embargo, en todos se aprecia alguna de las facetas de

la violencia de género. Esto nos debe llevar a cuestionar la importancia que la iglesia le da a

esta problemática social. Como iglesias, ¿estamos preparados para trabajar con mujeres que

sufren violencia? ¿Tenemos proyectos y/o programas establecidos que promuevan la

dignificación y la liberación de la mujer? ¿Estamos conscientes de que nuestras iglesias

consienten la violencia simbólica? ¿Consideramos que los ejemplos anteriores son

preocupantes y que deben llevarnos a generar cambios? En todo este tema, ¿qué papel juega

la construcción de la masculinidad? ¿Es algo importante? Es parte de lo que abordaremos en

la siguiente sección.

5. Masculinidad y su reconfiguración.

Una de las partes medulares de la reflexión sobre lo que la Iglesia puede hacer

respecto al tema de la violencia de género tiene que ver con la revisión de nuestros conceptos

de masculinidad. De nada sirve que abordemos la crítica situación de los altos índices de

violencia que sufren las mujeres en México, incluidas las mujeres cristianas que se congregan

en nuestras comunidades de fe, si no hacemos una reflexión respecto a la manera en la que

está configurada la masculinidad en nuestra sociedad, cultura, religión y en general, en toda

nuestra cosmovisión.

Ángel Román, quien desarrolla un interesante artículo sobre la configuración del

poder en las relaciones de género, nos dice que:


35
“La construcción de sociedades equitativas y justas requiere no solo cuestionar el
sistema como un todo social, sino, sobre todo, analizar críticamente los distintos espacios de
poder que, históricamente, permiten la existencia de sociedades androcéntricas y
patriarcales.”44

¿Cuáles son las figuras que por años han permitido la existencia y permanencia de

sociedades androcéntricas y patriarcales? ¿Ha sido la Iglesia Cristiana (en general) una de

esas figuras? De ser así, y considerando que uno de los factores más importantes para que se

dé la violencia de género es el fomento de las relaciones desiguales, ¿consideramos que es

necesaria una reconfiguración de los conceptos de las masculinidades dentro de la Iglesia?

Para ello debemos comenzar por definir las masculinidades, pero ¿por qué hablamos

de masculinidades en plural? Porque se considera que existe una forma de masculinidad

hegemónica, que es la que se ha promovido por las diferentes instituciones, y que tiene una

raíz patriarcal que rechaza cualquier otro tipo de manifestación masculina, que no vaya de

acuerdo con el concepto ya establecido. Conell lo define de la siguiente manera:

“El modelo hegemónico de masculinidad que, con sus variaciones, prevalece en


nuestras sociedades enseña y exige de los hombres que sean duros, dominantes, racionales,
exitosos, violentos”.45

Este tipo de masculinidad está presente en las estructuras androcéntricas y patriarcales

que a su vez, están presentes en la familia, la sociedad, el estado, la iglesia, etc. De alguna

manera, nos han vendido la idea de que ser un verdadero hombre tiene que ver con ejercer

poder sobre otros, y en ese juego salimos perdiendo las mujeres, los niños y adolescentes, los

ancianos y hasta los hombres que no encajan dentro de esa definición. Afortunadamente,

desde hace años se han desarrollado reflexiones sobre las masculinidades alternativas.

44
Ángel Eduardo Román-López Dollinger. Masculinidades y relaciones de poder. Pistas socio-teológicas
para la construcción de masculinidades alternativas. En: Chávez Quispe, J. C. y Román-López Dollinger,
A.E. (eds). Poder(es) en contexto. Lecturas teológicas, socioculturales y de género en torno al poder. La Paz,
Bolivia: ISEAT. (2016). Pág. 157
45
R. W Conell. La Organización de la masculinidad. En T. Valdes y J. Olavarría (Eds.), Masculinidad/es:
poder y crisis, Ediciones de la Mujer (pp. 31-48). Santiago de Chile: ISIS Internacional; FLACSO. Pag.33

36
“Por su parte, las masculinidades alternativas se refieren a todas aquellas formas de
‘ser hombre’ que no buscan imponerse, sino más bien tratan de rescatar las sensibilidades
más profundas de los hombres”.46

Pensar en las masculinidades alternativas abre la puerta a un mundo con una

concepción diferente de la vida. Con la liberación de la masculinidad, los hombres tienen la

posibilidad de mostrarse más humanos, sin que esto afecte de alguna manera su virilidad. Si

bien es cierto que en esta época que nos tocó vivir el concepto de masculinidad ha cambiado,

y cada vez son más los hombres que logran romper con las formas de masculinidad

hegemónica, también es cierto que muchos siguen considerando que son los herederos del

poder en las relaciones de pareja, y en general en las relaciones familiares. La cuestión aquí

es que la masculinidad hegemónica impone cargas difíciles de llevar a hombres y mujeres, y

discutir el tema para redefinir los conceptos es algo que resultará en una liberación tanto para

hombres como para mujeres. Como lo dice Román, hacer esto es verdaderamente urgente…

“Asimismo es necesario que los hombres comprendamos que construir


masculinidades alternativas, que interpelen el modelo de masculinidad hegemónica actual,
no solamente es posible sino necesario y urgente, no solo para que las mujeres no sigan siendo
víctimas de nuestro sistema, sino sobre todo para que los mismos hombres nos podamos
liberar y ser felices.”47

Ahora bien, volvamos al lugar que tiene la Iglesia en todo esto. La Iglesia, así como

la familia y la escuela, forma parte de las instituciones que ayudan al desarrollo de la

masculinidad, y tristemente, estas tres instituciones han servido para fomentar la

masculinidad hegemónica. ¿De qué manera? En la Iglesia se promueve un sistema jerárquico

en el que el hombre está en la cabeza, y a él se le otorga el poder y la responsabilidad sobre

46
R. W Conell. La Organización de la masculinidad. En T. Valdes y J. Olavarría (Eds.), Masculinidad/es:
poder y crisis, Ediciones de la Mujer (pp. 31-48). Santiago de Chile: ISIS Internacional; FLACSO. Pág. 38
47
Ángel Eduardo Román-López Dollinger. Masculinidades y relaciones de poder. Pistas socio-teológicas
para la construcción de masculinidades alternativas. En: Chávez Quispe, J. C. y Román-López Dollinger,
A.E. (eds). Poder(es) en contexto. Lecturas teológicas, socioculturales y de género en torno al poder. La Paz,
Bolivia: ISEAT. (2016). Pág. 162

37
la mujer y los hijos. Para justificar esta estructura se usa la Biblia, con pasajes como los que

se mencionaron en el apartado 3 de este capítulo, pero volvemos a lo mismo, los pasajes se

toman de manera literal y se deja de lado el contexto en el que fueron escritos, el significado

de las palabras y conceptos, y la consistencia que dicha interpretación puede tener con el

ministerio y mensaje de Jesús. Como lo menciona Román, “Hay muchos textos bíblicos que,

cuando no se reflexionan críticamente, justifican las masculinidades machistas.”48 Esto es lo

que ha sucedido por años y es justamente lo que este documento pretende traer a la luz, para

generar una reflexión respecto a lo que enseñamos y vivimos en las comunidades de fe, que

de alguna manera incentiva (directa o indirectamente) la violencia de género. Con esto no se

pretende descalificar a la Biblia por ser machista, esto sería un error porque la Biblia es un

libro vivo que habla de manera poderosa a través de sus páginas y que sigue estando vigente.

Lo que debe cambiar es la manera en la que nos aproximamos al texto y lo interpretamos, así

como la forma en la que enseñamos a las futuras generaciones cómo deben ser las relaciones

de género. No debemos olvidar que el contexto en el que la Biblia fue escrito fue uno en el

que no muchas mujeres tenían participación en la vida pública, pero eso no significa que ese

haya sido el plan original de Dios y su actual voluntad. En la Biblia podemos encontrar

modelos de masculinidades construidas sobre la base del Jesús histórico, humano, compasivo

y sensible, que sin dejar de ser judío, nos mostró la diferencia entre las prácticas culturales y

las enseñanzas del reino.

La Biblia nos ofrece diversos ejemplos en los que, a través de una relectura del texto,

podemos observar a Dios dándole la vuelta al estatus quo y a las construcciones establecidas

48
Ángel Eduardo Román-López Dollinger. Masculinidades y relaciones de poder. Pistas socio-teológicas
para la construcción de masculinidades alternativas. En: Chávez Quispe, J. C. y Román-López Dollinger,
A.E. (eds). Poder(es) en contexto. Lecturas teológicas, socioculturales y de género en torno al poder. La Paz,
Bolivia: ISEAT. (2016). Pág. 168

38
sobre las relaciones de género. Ángel Román nos presenta un ejemplo bíblico en donde

podemos observar que se da un vuelco a las repuestas machistas y patriarcales cotidianas, y

al hacerlo se abre la puerta a una concepción de masculinidades alternativas. El ejemplo está

basado en Mateo 1:18-25 y se enfoca en José, quien al momento de saber que su prometida

María estaba embarazada, y después de la visita del Ángel, decide: salvar de la muerte

cultural y social a María y asumir la responsabilidad de ser el padre del bebé de su futura

esposa, algo que deja ver una masculinidad alternativa, que rompe con los modelos

patriarcales tradicionales de esa época.49 Este ejemplo nos muestra la importancia de estar

abiertos a las masculinidades alternativas, puesto que no solo resultan en beneficio de las

mujeres, sino también de los hombres.

Caminar hacia la redefinición de la masculinidad en lo cotidiano, a través de las

mismas Escrituras, es el camino que debemos seguir si queremos que nuestra sociedad

mexicana, catalogada como machista y violenta, se transforme. Cierro con esta porción del

trabajo de Román, que me parece clave en la construcción de sociedades cada más

equitativas.

“… para lograr construir nuevas masculinidades, es necesario que los mismos hombres nos
demos cuenta y aceptemos que las mismas no solo son necesarias para poder ser felices, sino
urgentes, pues los modelos actuales de ‘ser hombre’ están generando cada vez más víctimas
(y no solo mujeres), algunas de ellas mortales. Callar frente a estas situaciones, aunque no
nos consideremos victimarios, nos hace cómplices de un sistema que, aparentemente, nos
beneficia de forma directa o indirecta de las relaciones de género inequitativas.”50

49
Ángel Eduardo Román-López Dollinger. Masculinidades y relaciones de poder. Pistas socio-teológicas
para la construcción de masculinidades alternativas. En: Chávez Quispe, J. C. y Román-López Dollinger,
A.E. (eds). Poder(es) en contexto. Lecturas teológicas, socioculturales y de género en torno al poder. La Paz,
Bolivia: ISEAT. (2016). Pág. 174
50
Íbid, Pág. 181

39
IV. Relación entre violencia de género y hermenéutica bíblica.

“Como tierra que pide ser arada, así es la Biblia para las mujeres. Biblia, tierra difícil,
con partes endurecidas, a veces pantanosas…pero con innumerables lugares fértiles que
pueden ser trabajados. Descubrir la fecundidad liberadora del texto bíblico es la tarea de
mujeres y varones que creen que es posible recrear las relaciones sociales de género. Hay
que trabajar la Biblia como se trabaja la tierra: con ahínco, determinación, sabiduría y
placer.”51

La interpretación bíblica es un tema complejo. La diversidad en los resultados de la

tarea hermenéutica ha generado una inmensa variedad de denominaciones cristianas, que al

no encontrar espacio para las diferencias, optan por iniciar un “nuevo movimiento” con una

interpretación distinta. El tema de la visión sobre la mujer es uno de los que más polémica

ha generado a través de los años, y aunque hoy por hoy la mayoría de las iglesias cristianas

tienden a ver con buenos ojos el desarrollo, empoderamiento y ministerio de la mujer, siguen

existiendo interpretaciones bíblicas que ponen de manifiesto la vigencia de una visión

androcéntrica y patriarcal que por muchos años ha regido nuestra hermenéutica bíblica. De

ahí que es tan importante para la hermenéutica bíblica feminista y liberadora, el uso continuo

de la hermenéutica de la sospecha. Sospecha ante “textos, interpretaciones, tradiciones,

traducciones y métodos exegéticos”52.

Ahora bien, algo vital es que nosotros podamos definir nuestro propio Método de

Interpretación, uno que pueda ser consistente al momento de acercarnos a cualquier texto

bíblico. El modelo que yo desarrollé tiene el nombre de: “Modelo Jesús de Nazareth: amor,

equidad, justicia y lucha”. Este modelo parte de la realidad del sufrimiento y la opresión, de

quienes viven en situación de vulnerabilidad. Es un modelo que basado en la vida de Jesús

de Nazareth, interpreta las Escrituras de forma comunitaria, con la clara intención de llevar

51
Nancy Cardoso Pereira. Pautas para una hermenéutica feminista de la liberación. RIBLA Revista de
Interpretación Bíblica Latinoamericana. No. 25 ¡Pero nosotras decimos! Quito, Ecuador (1997). Pág. 5
52
Íbid, Pág. 6

40
amor, libertad, justicia y paz a todos los lugares que carecen de estos elementos, y a todos

los grupos de la sociedad que no han podido experimentar la realidad del Reino de Dios en

sus vidas. En este proceso se hace una lectura de sospecha en comunidad, que cuestiona las

interpretaciones que se han dado por siglos, tomando como base el factor de la liberación.

Esto quiere decir que si una interpretación comúnmente aceptada termina por oprimir a unos

a costa del bienestar de otros, entonces no se puede tomar como una sana interpretación, y

tiene que ser sometida a un estudio crítico, para su relectura y reinterpretación. Se busca por

sobre todas las cosas, que las enseñanzas extraídas del texto bíblico sean mensajes liberadores

e inclusivos, y nunca mensajes de miedo y culpa para mantener el control del estado de las

cosas y de las personas.53

A este modelo de interpretación, quiero agregar un aspecto importante que tomo del

autor Severino Croatto, quien nos habla de cómo los profetas atacaron con mucho ahínco a

quienes ejercían lo que él llama “un segundo tipo de violencia”. Esta violencia consistía en

proteger a los que al estar en el poder, oprimían a otros generando como consecuencia la

desprotección total del oprimido.54 Lo interesante es que a pesar de que en la Biblia

encontramos un sinfín de actos violentos contra muchos grupos de la sociedad, la constante

es la denuncia en contra de estos actos, “Ahora bien, es esta violencia la que en los textos

bíblicos no se generaliza sino que es denunciada y criticada en referencia a sus actores

específicos.”55 Dios no está a favor de ningún tipo de violencia y mucho de menos de aquella

que va dirigida a los grupos de personas que viven en situación de vulnerabilidad.

53
Modelo Hermenéutico Personal. Tarea del curso de maestría Hermenéutica Bíblica Latinx. 2018 con la Dra.
Leticia Guardiola-Sáenz.
54
Severino Croatto. Violencia y desmesura del poder. RIBLA Revista de Interpretación Bíblica
Latinoamericana. No. 2 Violencia y Opresión. San José, Costa Rica (1988). Págs. 18, 19
55
Ibid., Pág. 15

41
Entonces, para el desarrollo del presente capítulo tomaré los 4 pasajes bíblicos (de los

que hablé en el capítulo anterior) que han servido para justificar la posición desigual de la

mujer frente al hombre, la cuestión de la sujeción, así como el tema de los roles de género y

la autoridad de las mujeres, para leerlos bajo la lente hermenéutica del Modelo Jesús de

Nazareth: amor, equidad, justicia y lucha, que hace uso del elemento de la sospecha, la

interpretación en comunidad y que opera bajo la premisa de que la violencia es más

denunciada que aprobada en la Biblia.

1. La mujer como complemento del hombre y como culpable de la caída. Génesis

1- 3.

Comencemos por el tema de la Creación. En Génesis podemos encontrar dos relatos

sobre la creación del hombre y la mujer. “Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de

Dios lo creó varón y mujer los creó” Gn 1:27 (RV60). Este primer relato nos habla de la

creación de la humanidad en términos generales. La palabra “hombre” del hebreo ‫ָ ָֽהאָ דָ ם‬

(ha’adam) se traduce como humano o humanidad. Aquí observamos que Dios en realidad

creó a la humanidad y entonces se especifica que ‫( זָָכָ ֥ר‬zajar) varón y ‫( נְ קֵ ָָבָ֖ה‬neqabá) hembra,

los creó.56

A los dos se les creó a imagen y semejanza de Dios, en un mismo momento, por lo

que la premisa de que la mujer es como una segunda creación viene sobrando, pues es

evidente que ambos fueron creados bajo las mismas reglas en el mismo espacio y tiempo. La

cuestión es que, este no es el relato más usado cuando hablamos sobre la creación del hombre

y la mujer. El más usado es el segundo relato: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el

56
Gustavo Robles C. Violencia de género y Biblia. Santiago, Chile: Comunidad de Fe Rey de Gloria. Pág. 1
http://www.radioarmonia.cl/inicio/images/pdfs/Violencia-de-Genero-y-Biblia.pdf

42
hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.” Gn 2:18. En este verso vemos que Dios

decide que no es bueno que ‫“ ָ ָֽהאָ ָ ֖דם‬ha’adam”: ser humano (o humanidad) esté solo, y desde

mi perspectiva esto nos habla de una cualidad de Dios impresa en el ser humano, es un ser

social por naturaleza. “El ser humano es un ‘ser social’, necesita existir en relación a los de

su misma especie.”57 Esta es la razón por la que Dios decide darle ‫ ָ ֵעֵָ֖֖זֶר ָכְ נֶגְ ָ ֽדֹו׃‬, “ezer kenegdo”,

que traducido es “ézer”: ayuda, auxilio, rescate, apoyo, y “kenegdo”: complemento, sociedad

igualitaria, compañerismo.58

Ahora bien, es válido resaltar en este momento, que el mismo vocablo “ézer” es usado

en el A.T. en los momentos en los que el hombre acude a Dios pidiendo ayuda, esa es la clase

de ayuda de la que habla el texto. No estamos hablando de un simple complemento dentro

del combo, no es que la mujer haya existido para facilitar el cumplimiento del propósito del

hombre como centro de la creación, sino que “ambos constituyen ese ‘apoyo mutuo e idóneo’

que les potenciará como núcleo social fundamental.”59

Hasta aquí podemos y debemos hacer una reflexión respecto a las maneras

tradicionales de interpretar el texto, no estoy diciendo que vamos a descubrir el hilo negro,

sino que debemos estar abiertos a reinterpretar de tal manera que podamos llevar amor,

libertad, vida y justicia donde no hay. Que las mujeres tengamos por certeza que no fuimos

creadas con el propósito de ser un accesorio para el hombre, es un mensaje liberador, saber

que Dios estaba pensando en nosotras desde el inicio de los tiempos nos hace sentir amadas,

deseadas y libres.

57
Gustavo Robles C. Violencia de género y Biblia. Santiago, Chile: Comunidad de Fe Rey de Gloria. Pág. 2
http://www.radioarmonia.cl/inicio/images/pdfs/Violencia-de-Genero-y-Biblia.pdf
58
Ibid. Pág. 2
59
Ibid. Pág. 2

43
Ahora bien, este no es el único pasaje cuya interpretación mete en problemas a las

mujeres en el Génesis. “Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y

mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla

que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán:

Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque

del varón fue tomada.” Gn 2:21-23. Este pasaje se ha usado comúnmente para reafirmar la

creencia de que la mujer fue una segunda creación, diseñada para ser complemento del

hombre, es decir que su único propósito era que el hombre no estuviera solo, vivir para

servirlo. Sin embargo, si ponemos atención en el idioma original, y si buscamos que nuestra

interpretación lleve amor, libertad, justicia y vida, entonces seremos capaces de ver más allá

de lo que nos han enseñado.

“Es necesario aclarar que la expresión hebrea ‫( צֵ לָע‬tselá') posee variadas acepciones
en el Ant. Testamento hebreo: costado, soporte, ladera, estructura. Y de las 40 veces que es
usada en el texto bíblico veterotestamentario, solo en Gn.2:21 se ha traducido como
"costilla", por el solo hecho de que le antecede el numeral cardinal femenino ‫'( אֶ חָ ד‬ejad), pero
aun así el significado general de la expresión tselá está relacionada con la labor de edificación
o construcción y expresa la composición o parte importante de algo que se edifica o
construye.”60

Como muchos pastores suelen predicar en las bodas, esta narración en donde se

expresa que la mujer salió de un costado, puede verse como un simbolismo para entender

que la mujer está en igual posición que el varón, en cuanto a valor y dignidad. Dios invirtió

amor, tiempo y dedicación para la creación de cada uno, y esto es algo que no podemos perder

de vista.

Ahora quiero hablar del pasaje de la caída y de sus consecuencias, ya que estos versos

son usados para legitimar la visión de la subordinación y sujeción de la mujer frente al

60
Gustavo Robles C. Violencia de género y Biblia. Santiago, Chile: Comunidad de Fe Rey de Gloria Pág. 2
http://www.radioarmonia.cl/inicio/images/pdfs/Violencia-de-Genero-y-Biblia.pdf

44
hombre. Sabemos que la serpiente se acercó a Eva y la tentó a comer del fruto del árbol de la

ciencia del bien y del mal, pero pocas veces pensamos en lo que eso implica…

“En el contexto social del texto, la mujer estaba relacionada con el mundo de la casa
(campesina), sabía lo que era bueno para comer, tomó del fruto lo comió lo compartió con su
marido. En el texto ella aparece relacionada con una sabiduría relacionada a la vida
cotidiana.”61

¿Qué pasaría si por un momento dejamos de ver a Eva como ingenua, como alguien

que se dejó engañar fácilmente y la vemos como alguien con hambre y necesidad de encontrar

sabiduría? Por supuesto que no con eso pretendo decir que hizo bien, porque la Biblia es clara

al respecto, pero la reprensión no fue solo para Eva sino para los tres (Adán, Eva y la

Serpiente) y eso nos habla de la responsabilidad que cada uno tuvo en el acto. La mujer no

es la culpable de la caída, cada ser humano ha sido dotado con la capacidad de decidir lo que

hace o deja de hacer, si para Dios es claro ¿por qué no lo es para nosotros?

Finalmente abordemos el pasaje de las consecuencias del pecado. Hemos escuchado

que la sujeción de la mujer hacia el varón es parte del orden natural divino, pero quiero poner

sobre la mesa la posibilidad de que pensemos que esto fue y sigue siendo, consecuencia del

pecado. “A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor

darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.” Gn 3:16.

Este pasaje tan comúnmente utilizado para fundamentar esta creencia, en realidad está sacado

de contexto, pues esta declaración surge en el momento de las sentencias por la

desobediencia.

“El contexto del pasaje nos habla que Dios está enunciando las caóticas consecuencias
del pecado y caída de la humanidad, en el caso de la mujer, se le declara que como
consecuencia del pecado, ella sufrirá el ser dominada brutalmente por el varón, ya que la
expresión mashal: dominar, ejercer poder, poner bajo vasallaje, vencer y conquistar, es

61
Diego Paneluisa. Devocional 30 día de Génesis. 3° día: La Biblia y la violencia hacia la mujer- repensar lo
femenino: Diálogos a partir de Génesis 3. Pág. 3
http://www.micahnetwork.org/sites/default/files/doc/library/devocional_-_3o_dia_genesis_3.pdf

45
empleada frecuentemente en un sentido de dominación, señorío y hasta bélico en el Ant.
Testamento hebreo.”62

Si esta es una evidente consecuencia del pecado, así como la degradación de nuestra

tierra, ¿por qué hemos de hacer una doctrina a partir de este texto? ¿Dónde queda el ejemplo

de vida de Jesús y sus enseñanzas? ¿Dónde queda nuestra labor de llevar libertad, amor, vida

y justicia? Queda claro que podemos acercarnos al texto con amor y respeto, sin quitar nada

de él, pero con la firme intención de hacer de nuestras interpretaciones unas que de verdad

reflejen el amor de Dios por su pueblo y su mundo.

2. 1 Corintios 14:34-40.

Para hablar del pasaje de Corintios, es necesario que comencemos por enmarcar el

contexto en el que estas cartas fueron escritas. Hay mucho que necesitamos clarificar antes

de definir el texto como normativo para todas las edades y culturas.

“En la época de las cartas a los corintios no existía una jerarquía eclesiástica que
determinara las respuestas. Tampoco había una unanimidad espontánea dentro de la iglesia
local. Las definiciones se iban forjando a través de acciones conflictivas y las interpretaciones
contrarias que éstas suscitaban.”63

La comunidad en Corinto estaba rodeada de muchas incertidumbres, e iba

aprendiendo a base de prueba y error. A través de los conflictos que se suscitaban, se

establecían las doctrinas y acciones para mantener viva la fe en dicha comunidad. Podemos

decir que la gran mayoría de los puntos de discusión estaban relacionados con su entorno

social, económico y político. Por ejemplo, algunos de los temas que se debatían estaban

relacionados con la igualdad o diferencia entre judíos y griegos, esclavos y libres, pobres y

ricos y por supuesto mujeres y hombres. La situación no era simple, estamos frente a una

62
Gustavo Robles C. Violencia de género y Biblia. Santiago, Chile: Comunidad de Fe Rey de Gloria. Pág.3
http://www.radioarmonia.cl/inicio/images/pdfs/Violencia-de-Genero-y-Biblia.pdf
63
Irene Foulkes. Conflictos en Corinto: Las mujeres en una iglesia primitiva. RIBLA Revista de
Interpretación Bíblica Latinoamericana. No. 15 Por manos de mujer. San José, Costa Rica, (1993). Págs. 108

46
comunidad que alberga todo tipo de personas, procedentes de diferentes contextos y con igual

necesidad de seguir a Jesús, pero que se encuentran con situaciones que no saben cómo

manejar, pero donde se entiende es que este espacio al que llaman “Iglesia” se rige por valores

ajenos al mundo. Si algo quedó claro para ellos, es que Jesús y el movimiento que inició,

trastornó la manera de concebir y vivir la fe, por lo tanto, lo que sucedía adentro debía ser

distinto a lo que se vivía afuera de una forma u otra.

Ahora bien, regresemos al tema que nos atañe. La posición de las mujeres era una

dimensión de los diversos conflictos que se estaban discutiendo en la comunidad de Corinto.

Sabemos que en ese tiempo la mayoría de las mujeres (sobre todo aquellas que no contaban

con estabilidad económica o posiciones de poder) estaban relegadas a una vida de

dependencia, a nivel económico, material, social, psicológico, etc. Sin embargo, lo que ellas

encontraron al interior de las comunidades de fe, fue una especie de libertad que les permitía

salir de la oscuridad, para convertirse en protagonistas al tener la oportunidad de ser

portadoras del evangelio y de servir de manera activa al interior de sus comunidades.

La cuestión es que cuando esta dinámica comenzó a traspasar las esferas eclesiales y

llegó al hogar, comenzó la resistencia y la lucha por mantener el estatus quo. Pablo por su

parte, entra en la escena para tratar de mediar en cada situación de conflicto, generalmente

poniéndose del lado de los esclavos, de los pobres, de los desfavorecidos, sin embargo, en el

caso de las mujeres la situación es diferente.64 Con todo esto, si nosotros somos capaces de

leer entre líneas sus palabras, seremos capaces de ver cosas que no son tan evidentes respecto

al papel de las mujeres en las Comunidades de Fe del primer siglo. Finalmente tenemos que

resaltar que en esta comunidad queda evidenciado que los dones el Espíritu Santo no estaban

64
Irene Foulkes. Conflictos en Corinto: Las mujeres en una iglesia primitiva. RIBLA Revista de
Interpretación Bíblica Latinoamericana. No. 15 Por manos de mujer. San José, Costa Rica, (1993). Pág. 110

47
limitados a los hombres, sino que operaban en ambos géneros por igual y como no tenían una

jerarquía definida, es entonces que Pablo expresa sus palabras.

Volviendo al tema de leer entre líneas, las palabras del apóstol en 1 Co 11:2-16, nos

dejan entrever la posibilidad de que las mujeres participaban de manera pública en los cultos

en la oración y la profecía. El contexto del pasaje es sobre cómo deben ataviarse las mujeres

cuando ejercen alguna de estas dos acciones en el culto. Foulkes nos menciona que en ese

momento existían prácticas culticas a la diosa Isis, que se habían extendido hasta Corinto, en

las que las mujeres solían tener la cabellera suelta, algo que alarmó a los varones de la

comunidad; también menciona que esto pudo haber sido consecuencia de la influencia de las

mujeres carismáticas del sector apocalíptico de la iglesia, que no creían en la resurrección

futura, sino que ya en ese momento estaban viviendo una nueva era en la que eran semejantes

a los ángeles asexuados, y por lo mismo estaban dejando las prácticas morales y culturales

de su tiempo.65 Cualquiera que haya sido el caso, el ministerio de las mujeres existía. “Es

importante observar que el ministerio mismo de las mujeres no fue cuestionado, sino que se

tomó por sentado que ellas continuarían como protagonistas en el culto.”66

Sobre 1 Co 14:34-40 solo podemos especular, ya que en el NT con Jesús y con el

inicio de la Iglesia, podemos ver una fuerte participación de las mujeres. Entonces, pareciera

que los mensajes de Pablo, como el que aparece en este pasaje, quedan fuera de tono, sin

embargo, analizaremos este pasaje a la luz del Modelo Hermenéutico Jesús de Nazareth.

Imaginemos por un momento la situación de la iglesia en Corinto. Ya explicamos

algunos aspectos importantes del contexto de esta comunidad. Hemos visto cómo a través de

65
Irene Foulkes. Conflictos en Corinto: Las mujeres en una iglesia primitiva. RIBLA Revista de
Interpretación Bíblica Latinoamericana. No. 15 Por manos de mujer. San José, Costa Rica, (1993). Pág. 112
66
Ibid. Pág. 113

48
las negativas de Pablo, podemos entrever que la participación femenina era un hecho, pero

hagamos un alto en el camino, esto era completamente revolucionario para su época. Estamos

ante dos contextos: judío y greco-romano, y ambos llevan en su ADN el kyriarcado y el

androcentrismo. Esto no se supera fácilmente y para muestra basta una vista a Latinoamérica,

pero dentro de las comunidades brillaba una luz que buscaba dejar las construcciones sociales

y religiosas de lado, para dar lugar al extendimiento del Reino.

Ahora volvamos al pasaje, Pablo les dice que no está permitido a las mujeres hablar,

sino que deben estar sujetas. ¿Hace referencia a las palabras de Jesucristo? No, hace

referencia a la Ley pero ¿qué no era ese uno de los motivos de mayor conflicto en la Iglesia

Primitiva? ¿Es que olvidamos tan pronto que uno de los obstáculos contra los que más

luchaban era contra las corrientes judaizantes, que pretendían mantener la Ley vigente aun

para los gentiles? Considero que resulta evidente que estamos frente a una exhortación

meramente cultural. Por supuesto que escandalizó a los hombres de esa comunidad y de esa

época ver a las mujeres al frente liderando la oración, hablar en lenguas y dar palabras

proféticas.

“Las mujeres estaban obligadas por esta norma social que definía como “indecorosa”
su participación en el diálogo abierto dentro de la asamblea, a desistir de este ejercicio de su
libertad en Cristo. Un golpe más duro recibieron de parte de Pablo cuando vieron que él apeló
a la ley judía para apoyar esta instrucción (v. 34). En otros momentos las mujeres habían oído
un mensaje distinto en cuanto a la esclavitud de la ley y la liberación de sus limitaciones
mediante la fe en Cristo (cp. Ga. 3.28; 5. 1).”67

¿Qué pasaría si leyéramos ese pasaje con los lentes de los evangelios, con los lentes

de Jesús de Nazareth? ¿Será que podemos encontrar en ese mensaje el factor humano y

cultural, más que el factor divino y espiritual? Me parece que sí y con todo, el pasaje no

67
Irene Foulkes. Conflictos en Corinto: Las mujeres en una iglesia primitiva. RIBLA Revista de
Interpretación Bíblica Latinoamericana. No. 15 Por manos de mujer. San José, Costa Rica, (1993). Pág. 115

49
pierde su valor pues más allá de centrarnos en los aspectos culturales, debemos enfocarnos

en el centro del mensaje que es una exhortación para hacer las cosas con decencia y orden.

Esta era una comunidad naciente con una fe viva, que experimentaba un fuerte avivamiento

espiritual, por lo tanto el llamado a mantener el orden era fundamental para no caer en el

emocionalismo y perder el sentido de las cosas, y ese continúa siendo un mensaje aplicable

para nuestros días.

3. Efesios 5:21-33.

El pasaje de Efesios es uno de los más predicados en los enlaces matrimoniales, ya

que a los ojos de muchos, parece contener la estructura ideal del matrimonio y el rol que le

ha sido asignado a cada parte, sin embargo, para poder entender el mensaje de esta porción

de las Escrituras, primero debemos aclarar varias situaciones. De acuerdo con el autor Marcus

J. Borg, los temas centrales de esta carta son: “la unidad con Cristo”: Ef 2:11-20; 4:4-6; “la

armadura de Dios”: Ef. 6:12-17; y los “deberes conyugales” Ef. 5:21-6:9.68 Dentro de esta

última sección, se encuentra el pasaje que nos interesa trabajar.

El contexto del pasaje tiene relación con la iglesia que nació y creció en la ciudad de

Éfeso, y con un aspecto que es conocido por muchos académicos, existen dudas sobre la

paternidad literaria de Pablo en diversas cartas como Colosense y Efesios, entre otras. Estas

dos epístolas cuentan con una sección de “Deberes familiares y sociales”, que algunos

consideran que sus autores fueron posteriores a Pablo y esto es debido a que, aunque tiene la

misma estructura que las siete cartas genuinas de Pablo, difieren en material y estilo, por

ejemplo los enunciados suelen ser más largos que en las cartas genuinas.69

68
Marcus J. Borg. Evolution of the word. The New Testament in the order the books were written. Australia:
Harper Collins (2012). Pág. 740
69
Ibid. Pág. 745

50
Por otro lado, el contenido es distinto a lo que Pablo escribe en Filipenses, Gálatas y

Filemón, especialmente en asuntos referentes a los roles de hombres y mujeres, y la relación

entre libres y esclavos. De esta manera, debemos saber que estamos ante un texto que quizá

no fue de la autoría de Pablo, sino de alguna escuela posterior que procuró seguir su línea de

enseñanzas, pero que finalmente adoptó criterios ajenos a los valores del Reino, para

delimitar las relaciones humanas. De hecho, Irene Foulkes señala que la sección de los

“Códigos Domésticos” se compone de una serie de instrucciones conocidas por los filósofos

griegos sobre las relaciones de la casa, y que lo que el autor hace, es cristianizar o redimir

esta práctica cultural para convertirla en una práctica común para las iglesias de ese tiempo.70

Sin importar cómo haya sido que esta lista de deberes para marido y mujer, hijos y padres y

amos y esclavos, haya llegado a nuestras manos, el punto es que la tenemos dentro de la

Biblia y constituye uno de los baluartes en la forma en la que construimos las relaciones

familiares. ¿Será acaso que podemos darle una lectura alternativa que lleve amor, libertad,

justicia y vida para todos los que la leen? Considero que sí.

Lo primero que debemos señalar y que no podemos perder de vista, es el contexto en

el que se enmarcan todas las relaciones que se describen en el pasaje: “Someteos unos a otros

en el temor de Dios.” Ef. 5:1. De ahí partimos y no podemos olvidar que el primer llamado

es que la sujeción sea mutua. El término en griego “hupotasso” que traducido es “sumisión”,

“se refiere a un término militar que se refiere a la obediencia basada en un sistema de cadena

de mando.”71 La sumisión es un valor del Reino de Dios, que significa seguir el ejemplo de

Jesús de Nazareth que dio su vida por amor. Ahora bien, lo interesante es lo que continúa:

70
Irene Foulkes. Pablo, ¿un militante misógino? RIBLA Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana.
No. 20. San José, Costa Rica (1995). Pág. 165
71
Los Efesios. Comentario Bíblico Gratuito. Pág. 133
http://www.freebiblecommentary.org/pdf/spa/VOL08B_spanish.pdf

51
“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es

cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su

Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus

maridos en todo.” Ef. 5:22-24. El versículo 22 se refiere a las mujeres, lo interesante de este

pasaje en particular es que, al menos aquí, no estamos hablando de un imperativo para las

mujeres, sino para los hombres.

“5:22 “casadas estén sujetas” No hay verbo en el texto Griego del v. 22. Es suplido
del v. 21 (el cual es uno de cinco PARTICIPIOS PRESENTES describiendo la vida llena del
Espíritu). En este contexto no es un mandamiento, sino un PARTICIPIO PRESENTE
PASIVO. El único mandamiento fue dirigido hacia los esposos en el v. 25 (IMPERATIVO
PRESENTE ACTIVO). Los esposos deben de actuar en amor de sacrificio que se tienen así
mismo para sus esposas, quienes se sujetan voluntariamente.”72

Cierto que el autor hace una comparación entre Cristo y la Iglesia, y el marido y la

mujer, pero nuevamente lo hace en el contexto de la mutua sujeción y de la entrega total por

amor, no del establecimiento de una jerarquía inamovible en las relaciones familiares y

sociales.

Existen varias formas de verlo, podemos centrarnos en la enseñanza de los deberes,

dejando de lado el contexto en el que esto fue escrito y pensar que esto se debe aplicar de

manera literal y absoluta en todas las etapas del desarrollo del cristianismo; podemos

demeritar lo que aquí está escrito al cuestionar la paternidad paulina y al argumentar que este

texto en realidad no muestra al Pablo de Romanos, Gálatas y 1° Corintios, que siempre

incluyó a mujeres dentro del ministerio y que mostró tenerles la confianza y el respeto tal, de

hacerlas sus colegas, diaconisas e incluso apóstolas 73. O también, podemos ver este texto

como uno de inspiración divina, escrito por seres humanos, que escribieron desde su realidad

72
Los Efesios. Comentario Bíblico Gratuito. Pág. 134
http://www.freebiblecommentary.org/pdf/spa/VOL08B_spanish.pdf
73
Romanos 16:1-24 (RV60).

52
y contexto, y admitir el alto contenido cultural sin descartar la enseñanza fundamental: en la

nueva vida en Cristo la mutua sujeción es un valor fundamental.

“El pedido del autor de la carta a los Efesios, al exhortar a los maridos que amen a
sus esposas como Cristo amó a la Iglesia, trastoca el orden establecido y supera con creces
la exigencia que les imponían las buenas costumbres. Lamentablemente la historia enfatizó
una costumbre propia de la época, la sumisión de las mujeres, y la estableció como norma,
mientras que olvidó lo realmente importante, que las relaciones entre los cónyuges están
llamadas a realizar el amor pascual. El amor de Cristo a la Iglesia, es modelo de la entrega
incondicional que llega hasta dar la vida”74

¿Podemos hacer de este texto uno que lleve libertad, amor, justicia y vida a las

familias de hoy? ¿Será que si enfatizamos la mutua sujeción podemos combatir las relaciones

desiguales, que son el comienzo de toda relación violenta?

4. 1 Timoteo 2:11-15.

Elsa Tamez menciona que en la primera carta a Timoteo, podemos observar al menos

cuatro preocupaciones que el autor trabajó a lo largo de la carta. La primera tiene que ver con

las enseñanzas que se estaban esparciendo en ese tiempo y que, de acuerdo con el texto, no

iban acorde al Evangelio (1 Tim 6-7); la segunda, la creciente cantidad de personas

adineradas dentro de la congregación; la tercera, la continua participación de las mujeres; y

la cuarta, la opinión de la sociedad grecorromana sobre los cristianos, y que la comunidad de

fe siguiera los deberes sociales establecidos75.

Resulta peculiarmente fascinante la diferencia que vemos aquí, entre el Pablo que

escribió a los Gálatas y “el Pablo” que escribe a Timoteo. Nuevamente nos enfrentamos a la

posibilidad de que este texto no haya sido escrito por Pablo, sino por una escuela paulina

posterior, y esto debido a que el vocabulario y estilo son muy diferentes, el tono es distinto y

74
Andrea Sánches y Ángela Sierra. El matrimonio ámbito salvífico para la pareja y la familia. Universidad
de San Buenaventura, Bogotá. Facultad de Ciencias Humanas y Sociales. (2014). Pág. 385
75
Elsa Tamez. I Timoteo ¡Qué problema! Las Cartas Pastorales. Una relectura desde América Latina. Revista
Pasos (2002). Pág. 3

53
los temas pertenecen a una generación posterior que está en “un proceso de

institucionalización”, como lo menciona Marcus J. Borg 76.

“La situación es bastante compleja. Pareciera que a los ojos del autor esta comunidad
eclesial se le está saliendo de las manos, por un lado, los ricos se están imponiendo cada vez
más en la comunidad, y las novedades teológicas extrañas a la tradición están resultando muy
atractivas, especialmente para las mujeres. Por otro lado, pareciera que la herencia paulina
de una comunidad de iguales (Gá. 3.28) sigue muy presente en mujeres y esclavos, lo cual le
está causando problemas frente a la sociedad patriarcal grecorromana.”77

Este es el contexto que enmarca la escritura de la epístola. Estamos ante un proceso

en el que la Iglesia está adaptándose a su entorno y realidad para poder coexistir de manera

más pacífica con su entorno.

Ahora bien, hay algo que debemos cuestionarle al texto al mandar a las mujeres

aprender en silencio, a no enseñar, ni ejercer dominio, ¿será que se manda porque de hecho

ya se estaba haciendo? Es decir, ¿será que el autor está lanzando una prohibición ante algo

que ya era una práctica? ¿Ocupaban las mujeres lugares de liderazgo en la enseñanza y

predicación? Me parece que contemplarlo es una posibilidad. No olvidemos que tanto Jesús

como Pablo incluyeron mujeres en sus ministerios, y como lo vimos en el pasaje anterior,

esta fue una de las cualidades contraculturales de las primeras comunidades de fe.

Entonces, si esto era algo que ya sucedía ¿por qué la prohibición? ¿Estaría

relacionada, como lo que dice Elsa Tamez, con las enseñanzas heréticas del momento? Todo

parece indicar que algunas mujeres, especialmente las más adineradas, estaban participando

acaparando las posiciones de liderazgo y estaban comenzando a tomar las riendas del futuro

de la comunidad.

76
Marcus J. Borg. Evolution of the word. The New Testament in the order the books were written. Australia:
Harper Collins (2012). Pág. 800
77
Elsa Tamez. I Timoteo ¡Qué problema! Las Cartas Pastorales. Una relectura desde América Latina. Revista
Pasos (2002). Pág. 5

54
“Es muy probable que en 1 Tm la posición de las mujeres ricas más que la de los
hombres fuese bastante importante y más numerosa que la de los varones ricos. Esto se
percibe por el tono con que ellas son tratadas al inicio (2.9-12), y al final, -con las viudas
jóvenes que probablemente contaban con familia y recursos- (5.11-14).”78

También es una posibilidad considerar que algunas de las mujeres influyentes de esa

comunidad participaron de algunas de las enseñanzas heréticas del momento, y por tal razón

el autor consideró que era momento de tomar una decisión radical, cortar de tajo con una

práctica que no era bien vista por la sociedad en la que estaban inmersos. En realidad, no

podemos saber a ciencia cierta qué fue lo que llevó al autor a escribir de forman tan dura en

contra de las mujeres. Lo que sí sabemos, es que ese mensaje está dirigido para un conjunto

de comunidades en específico y que no se puede hacer de este texto uno normativo, mucho

menos ahora, que hemos visto todos los efectos negativos que ha tenido al interior de la

iglesia.

Este texto ha servido en muchas ocasiones para discriminar y violentar a las mujeres

de la iglesia. Bajo el estandarte de seguir la “sana doctrina”, se ha excluido a muchas mujeres

del ministerio, del liderazgo, de la enseñanza, entre otros y se les ha relegado a la tarea de ser

madres, como si ese fuera su único propósito en la vida. Ahora sabemos que ese tipo de

interpretaciones le quedan debiendo a nuestro Señor Jesús, e incluso al apóstol Pablo, que se

encargó de advertirnos en una de sus primeras cartas (Gálatas 3), que en Jesús estamos bajo

un nuevo pacto en el que ya no hay más diferencias entre hombres y mujeres, entre esclavos

y libres, y entre judíos gentiles. Además, debemos volver a nuestro Modelo Hermenéutico

Jesús de Nazareth, ¿este mensaje lleva amor, libertad, vida y justicia a las mujeres? Si la

respuesta es no, entonces debemos acercarnos al texto con una sospecha ideológica ¿a quién

78
Elsa Tamez. I Timoteo ¡Qué problema! Las Cartas Pastorales. Una relectura desde América Latina. Revista
Pasos (2002). Pág. 11

55
sirve y/o beneficia que creamos que las mujeres deben permanecer en el ámbito privado, y

que no puedan ejercer ningún tipo de liderazgo en la iglesia o el mundo? ¿Será acaso que

podemos ver un rasgo más de la humanidad presente en el texto bíblico? ¿Entonces qué

hacemos con este pasaje? Tal y como lo plantea Elsa Tamez, podemos verlo como una carta

que presenta una serie de preocupaciones y un ejemplo de respuesta ante los desafíos, que no

es óptimo. Como dice el comentarista bíblico Bob Utley, debemos tomar muy en cuenta los

aspectos culturales y preguntarnos si nuestra interpretación está queriendo silenciar la obra

del Espíritu Santo en nuestros días.79

“El problema que enfrentamos las mujeres de hoy no es 1Tm y Tito ‘su carta
gemela’, sino la tradición eclesial posterior que eligió deliberadamente asumir su línea
verticalista y no otra línea más democrática e inclusiva, presente en la mayoría de los
escritos novotestamentarios.”80

Tenemos un reto por delante, ¿seremos capaces de sobrepasar los obstáculos de las

interpretaciones androcéntricas y patriarcales que han dominado la hermenéutica bíblica,

para ofrecer interpretaciones cada vez más liberadoras, llenas de amor, vida y justicia?

Cierro con la siguiente frase de Elsa Tamez, que me parece un buen parámetro para

definir si una interpretación bíblica debe ser normativa o no.

“Tomando en cuenta lo anterior, hemos de asumir que todo texto que sugiere o exige
la esclavitud, la explotación, la sumisión o la discriminación, va contra la voluntad misma de
Dios, y que por lo tanto no es normativo.”81

79
I y II Timoteo y Tito. Comentario Bíblico Gratuito. Pág. 48
http://www.comentariobiblicogratuito.org/
80
Elsa Tamez. I Timoteo ¡Qué problema! Las Cartas Pastorales. Una relectura desde América Latina. Revista
Pasos (2002). Pág. 14
81
Elsa Tamez. Pautas hermenéuticas para comprender Ga 3:28 y 1 Co 14:34. RIBLA Revista de
Interpretación Bíblica Latinoamericana. No. 15 ¡Por manos de mujer! San José, Costa Rica (1993). Pág. 17

56
V. Perspectiva teológica: Hacia una nueva dinámica en la relación entre

hombres y mujeres.

Hasta ahora hemos hecho un breve análisis sobre la violencia de género en

México, y nos hemos concentrado en algunas de las que consideramos las causas más

habituales de la violencia en contra de las mujeres. El fin es visibilizar algunas de las

prácticas nocivas que como sociedad y como iglesia cometemos con frecuencia, para

entonces explorar la posibilidad de hacer las cosas de manera diferente. Hemos observado

los tipos de violencia, cómo los alarmantes índices de violencia y feminicidio siguen

subiendo, y con tristeza hemos señalado que las mujeres cristianas no son la excepción a

la regla, ya que dentro de algunas casas cristianas se da la violencia en contra de la mujer.

Esto nos ha llevado a reflexionar que cambiar las prácticas machistas y

patriarcales presentes en nuestra sociedad, es un camino largo en el que el despertar de la

consciencia en hombres y mujeres será la clave para la transformación. De ahí la

importancia de empezar con los de casa. Estoy firmemente convencida de que las iglesias

debemos ser comunidades contraculturales que enseñen, vivan y promuevan los valores

del Reino, de ahí surge la necesidad por hacer que las iglesias pongan atención a esta

problemática social, para que como comunidad podamos pensar en estrategias que

generen cambios al interior, y que resulten en una esperanza de vida para todas las

mujeres que el día de hoy siguen experimentando alguna de las formas de violencia.

Afuera de la iglesia existen diversos movimientos que están trabajando

arduamente en la visibilización del problema, así como en propuestas para su

erradicación, y eso es justo lo que este documento pretende hacer. No basta con denunciar

que la Iglesia y las enseñanzas que ha generado y transmitido sobre la relación entre

hombres y mujeres, están plagadas de interpretaciones androcéntricas y patriarcales. Más


57
que amor y libertad, se han promovido relaciones desiguales y jerarquización, las cuales

han servido para legitimar de manera directa e indirecta, la violencia doméstica y la

violencia simbólica al interior del sistema y la estructura de la iglesia. Hace falta proponer

puntos de encuentro y acción, que en forma teórica y práctica, ayuden a que nuestras

iglesias cuestionen las interpretaciones tradicionales sobre los pasajes que han generado

desigualdad entre hombres y mujeres, y así se conviertan en espacios redentores que

brinden amor, libertad, paz, vida y justicia a todas las mujeres, adolescentes y niñas que

hoy sufren violencia.

Una vez más quiero destacar que esta es una propuesta que bajo ninguna

circunstancia plantea ser “la solución”, sino una alternativa, ya que estoy consciente que

cada iglesia es diferente y coexiste en un entorno distinto. Lo que aquí se plantea son solo

pautas de inicio para la creación de programas desarrollados por las diversas

comunidades de fe.

1. ¿Cómo enfrentar la violencia de género de forma constructiva?

Asumir nuestra responsabilidad como iglesia frente al tema de la violencia de género

es un imperativo. No podemos permanecer por más tiempo con nuestros ojos cerrados ante

una situación que está cobrando más de siete vidas diarias. Tampoco podemos pensar que

esta situación es ajena a nosotros, o excusarnos bajo el argumento de que esto es a lo que

Jesús se refería al hablar de las señales antes del fin, porque aun si así fuera, nuestra

responsabilidad como pueblo de Dios es seguir el ejemplo de Jesús y levantar nuestra voz en

contra de la injusticia. Debemos ser conscientes que somos responsables, en donde quiera

que estemos y cualquiera que sea nuestra posición, de luchar porque nuestras comunidades

de fe sean un oasis para todos los que sufren, especialmente para los grupos vulnerables de

la sociedad, como las mujeres. También somos responsables de hacer una revisión en las
58
enseñanzas que se promueven sobre las relaciones de género al interior de nuestras

congregaciones. Tal y como lo menciona la teóloga María Pilar Aquino, nuestra tarea debe

ir más a allá de la reflexión teórica, tiene que convertirse en una compasión que nos mueva

a la acción.

“Esta actitud (la solidaridad entrañable) no se entiende solo como disposición objetiva
para aliviar el dolor y el sufrimiento de otros, sino como genuina inclinación compasiva hacia
quienes les es arrebatada la vida concreta, hacia su propio dolor, y carga sobre sí, su suerte y
su destino. Combina el hecho – el alivio a la miseria- con la fuente de donde brota la actitud
compasiva: las entrañas, condensando en un solo acto la realidad y la fuente, el hecho y el
seguimiento, la compasión y la pasión por otro.”82

Lo primero que debemos hacer es quitar los estigmas que le han sido impuestos a las

teologías feministas, entender que ellas nos proporcionan la metodología necesaria para

desenmascarar interpretaciones bíblicas con una alta carga de androcentrismo y

preguntarnos, ¿esta interpretación promueve los valores que Jesús promovió, o incurre en un

pecado social? En palabras de Virginia R. Azcuy:

“Desde la mirada ético-teológica, toda inequidad puede ser entendida como inequidad
o pecado social y está llamada a ser erradicada o transformada. La tarea de la teología
consiste, en este caso, sobre todo en un esfuerzo de interpretación tanto de la situación real
como de los caminos constructivos de nuevas relaciones sociales de equidad.” 83

Las TF nos ayudan a darle el nivel de importancia que requieren ciertas problemáticas

sociales que han trascendido las fronteras de la iglesia, para llamarlas por lo que son: pecado.

Además, no podemos dejar de lado las muchas contribuciones teóricas del feminismo secular,

que han dado lugar al debate sobre la inequidad en todas sus formas. Todo esto nos da el

marco para pensar en soluciones constructivas.

82
María Pilar Aquino. Nuestro clamor por la vida. Teología latinoamericana desde la perspectiva de la
mujer. Costa Rica, Editorial DEI (1992). Pág. 183,184
83
Virginia Azcuy. Teología e inequidad de género: Diálogo, interpretación y ética en el cruce de disciplinas.
Puntos de Encuentro. Foro sobre Teología y Género. Buenos Aires: Instituto Universitario ISEDET (2005).
Pág. 47

59
“En este sentido, las iglesias están llamadas a mirar el feminismo con mejores ojos.
Más allá de los puntos de vista diferentes o los temas de confrontación, rehusar el diálogo so
pretexto de asegurar los principios cristianos está lejos de aportar soluciones: en el medio,
está la vida de las mujeres.”84

Para enfrentar la violencia de manera constructiva tenemos que iniciar por construir

relaciones cada vez más equitativas, y para lograrlo tenemos que cambiar la forma en la que

vemos al hombre y a la mujer. El feminismo, la teoría crítica del feminismo y las teologías

feministas, nos brindan herramientas muy importantes para el análisis de la vida, las

relaciones y la fe, desde una perspectiva que traspasa las visiones masculinas comunes.

Si queremos construir relaciones equitativas necesitamos un acercamiento bíblico que

nos permita sospechar de las interpretaciones tradicionales, y entender que al hacerlo no

estamos cayendo en una herejía, pero al no hacerlo, estamos cayendo en un pecado social.

Considero que la clave para la construcción de relaciones equitativas tiene su raíz en la ética

del Reino. Basta con mirar el ejemplo de Jesús quien amó a las mujeres, las dignificó, liberó,

sanó, restauró y exaltó en un contexto social y religioso mucho más misógino que el nuestro.

Las consecuencias que tenía para un hombre acercarse a una mujer extranjera, no fueron

suficientes para detenerlo de enseñarle verdades fundamentales del Reino85, así como su

grande amor que no excluye a nadie.

“La teología política feminista tendría entonces que proponer la basileai como una
categoría política de equidad de género fundamentada en la propuesta de Jesús de Nazaret,
quien empoderó a las mujeres de su tiempo contra un sistema político imperial que las
desautorizaba, anulaba, excluía y utilizaba sus cuerpos violentados para humillar a los
pueblos conquistados, demostrándoles a los hombres su incapacidad de proteger a las
mujeres, a los niños y a las tierras”86

84
Virginia Azcuy. Teología e inequidad de género: Diálogo, interpretación y ética en el cruce de disciplinas.
Puntos de Encuentro. Foro sobre Teología y Género. Buenos Aires: Instituto Universitario ISEDET (2005).
Pág. 48
85
Pasaje Bíblico de la Mujer Samaritana, Juan 4:1-42
86
Marilú Rojas. Teología Feminista Decolonial en Abya Ayala. XXXVII Congreso “Mujeres y Religión”.
Madrid (2017). Pág. 8

60
Como lo menciona Marilú Rojas, Jesús fue en contra del sistema político de su tiempo

para hacer actos de liberación en favor de las mujeres en más de una ocasión, y al hacerlo,

nos estaba dando una gran enseñanza a todos: los hombres no son el centro de la creación, ni

los redentores de la misma. Él vino a demostrar que no siempre avala las construcciones

sociales y que su Reino es uno más virtuoso.

Recordar en todo tiempo que las enseñanzas de Jesús son la clave para interpretar la

Biblia y para definir nuestra ética cristiana, serán esenciales para la transformación de

nuestras dinámicas en las relaciones entre hombres y mujeres. Si queremos que la situación

de violencia cambie, es necesario que redefinamos las construcciones que hemos hecho sobre

masculinidad y femineidad, para que nuestras interacciones se traduzcan en: una iglesia más

preocupada y ocupada en llevar amor, libertad y justicia, y en una sociedad cada vez más

equitativa, menos violenta y con igualdad de oportunidades para todas y todos.

“Basta leer los evangelios para darnos cuenta de que él no solo no despreció nunca a
ninguna mujer, fuera cual fuera la condición social de la misma sino que además luchó contra
las injusticias de su tiempo en defensa de la mujer, exponiéndose ante las miradas machistas
de los demás. Poco le importó que una prostituta le lavara los pies con perfume. No es de
extrañar, entonces, que el maestro tuviera entre sus seguidores a un gran número de
mujeres.”87

2. Hacia una nueva dinámica en las relaciones entre hombres y mujeres a la luz de

Gálatas 3.

Como lo analizamos en el capítulo anterior, existe un pasaje bíblico que nos puede

ayudar a trazar el camino a seguir para generar una nueva dinámica en las relaciones entre

hombres y mujeres, y para redefinir nuestros conceptos sobre masculinidad y femineidad,

basándonos en las mismas Escrituras.

87
Francisco Sánchez. Violencia contra la mujer. Protestante Digital. 23/11/2015 Artículo disponible en:
http://protestantedigital.com/qfamilia/37948/Violencia_contra_la_mujer

61
“En la conocida enseñanza baustimal de Ga 3:27,28 Pablo resume el carácter
radicalmente igualitario de la comunidad cristiana: ‘los que habéis sido bautizados en
Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no
hay varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.’”88

La epístola a los Gálatas fue una de las primeras cartas escritas por Pablo, y a pesar

de las diferentes posturas sobre la fecha exacta en la que se escribió, la mayoría de los

académicos estarán de acuerdo en que precede a las cartas dirigidas a Corinto, Timoteo

y Tito.

Al leer la epístola, podemos dar cuenta de que la comunidad estaba experimentando

algunos conflictos, especialmente en las formas de concebir el evangelio. Hay tensión

entre Pablo y los judaizantes, quienes promovían la imposición de la ley a los cristianos

gentiles. De esta manera, Pablo redacta una carta cuyo objetivo principal es hablar sobre

la libertad de la esclavitud.

“Por eso es que en esta carta se habla vehementemente sobre la libertad alcanzada en
Cristo. La ley y la circuncisión eran para Pablo elementos que esclavizaban y
discriminaban a otros. La fe, en cambio liberaba de toda esclavitud y marginación.” 89

Ahora bien, aunque algunos podrán argumentar que el apóstol se estaba refiriendo

únicamente al tema de la circuncisión, la realidad es que el tema de la libertad va más

allá de eso, y a través de sus palabras podemos entender que la libertad que nos otorga la

fe trasciende las esferas físicas y corporales, y apunta hacia la justicia que debe permear

las cuestiones del orden social y sexual en el nuevo pacto que inaugura Jesucristo.

Lo interesante es que en esta nueva manera de vivir, se rechazan los privilegios que

la sociedad y sus estructuras le han otorgado a unos sobre otros, pues aquí quienes

88
Irene Foulkes. Pablo, ¿un militante misógino? RIBLA Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana.
No. 20. San José, Costa Rica (1995). Pág. 158
89
Elsa Tamez. Pautas hermenéuticas para comprender Ga 3:28 y 1 Co 14:34. RIBLA Revista de
Interpretación Bíblica Latinoamericana. No. 15 ¡Por manos de mujer! San José, Costa Rica (1993). Pág. 12

62
gozaban de ellos (hombres, judíos y libres) están al mismo nivel de aquellos que se

consideraban indignos, y que por lo mismo eran marginados (mujeres, gentiles y

esclavos).

Otro detalle que debemos resaltar es que en Gálatas podemos observar a un Pablo que

no está preocupado por los formalismos sociales, más bien está preocupado porque la

comunidad no se pierda en los requisitos judaizantes que se están queriendo imponer.

Entre líneas podemos observar que estamos frente a un Pablo que, sin ignorar las

diferencias entre los miembros de la comunidad, ha decidido mandar “que en la iglesia

es posible – es necesario- superar esa disparidad de oportunidad, de poder y de acceso a

los bienes del evangelio.”90

Esto va a acorde con la praxis del apóstol, a quien vemos en el libro de los Hechos

interactuar e incluir a hombres y mujeres en su ministerio. También va de acuerdo con la

manera en la que Pablo menciona y agradece a quienes junto con él trabajan en la obra

del Evangelio. Un ejemplo de esto se encuentra en Romanos 16, en donde incluye a varias

mujeres como: Priscila (colaboradora), María (mujer muy trabajadora), Junias (pariente

y compañera, muy estimada entre los apóstoles), Trifena, Trifosa y Pérsida (trabajadoras

del ministerio), a la madre de Rufo, a quien considera como propia, y a Julia.91

¿Entonces qué hacemos con los pasajes que se atribuyen a Pablo y que parecen ser

contrarios a lo que aquí argumentamos? Me parece a mí que lo más saludable que

podemos hacer, tal y como se mencionó en el capítulo anterior, es ver dichos pasajes en

90
Irene Foulkes. Pablo, ¿un militante misógino? RIBLA Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana.
No. 20. San José, Costa Rica (1995). Pág. 158
91
Romanos 16:1-15 RV60

63
su contexto y entender que existieron motivaciones muy específicas para que fueran

escritos, pero que de ninguna manera pretenden ser normativos.

No así con el pasaje de Gálatas, que habla de manera general de lo que debe ser la

nueva vida en Cristo.

“En síntesis, Ga. 3.28 es una declaración fundante que da la pauta global del contenido
de la nueva creación en Cristo en cuanto a la dignidad de todo ser humano. Esta
afirmación contradice la posición de toda institución o persona que margina a la mujer.”92

Si partimos de la interpretación anterior, entonces debemos hacer un análisis sobre la

manera en la que hemos definido los roles de género a la luz de las Escrituras, y pensar

si es necesario un replanteamiento de estos conceptos. Lo que se pretende es ir en contra

de la estructura familiar que pone al hombre como jefe de familia, basado en textos

bíblicos que, como hemos analizado, pertenecen a un tiempo y contexto histórico

específico, para entonces optar por un modelo de igualdad y mutualidad.

Este modelo considera que, para contrarrestar los gérmenes de la violencia de género,

debemos buscar la mutualidad y las relaciones simétricas. Debemos ser capaces de decir

“no más” a la estructura de relación asimétrica y jerárquica en donde el hombre está a la

cabeza y detenta todo el poder, mientras que la mujer está en una posición de sumisión y

subordinación.

Ya hemos explicado que en la nueva vida en Cristo debemos desechar los efectos del

pecado, y esto incluye la subordinación de la mujer hacia el hombre. Pero entonces, ¿qué

proponemos? En palabras de Estela Somoza:

“Por el hecho de que tanto el hombre como la mujer son portadores de la imagen de
Dios y la reflejan, cada uno de ellos complementa al otro. Se promueven relaciones de

92
Elsa Tamez. Pautas hermenéuticas para comprender Ga 3:28 y 1 Co 14:34. RIBLA Revista de
Interpretación Bíblica Latinoamericana. No. 15 ¡Por manos de mujer! San José, Costa Rica (1993). Pág. 17

64
género no jerárquicas, en las que los derechos y la autoridad sean iguales para ambos,
con una subordinación mutua.”93

Necesitamos redefinir las relaciones de género y llevarlas a un punto en el que

exista una flexibilización de roles y funciones que se definan de acuerdo con las

capacidades de cada persona, y no de acuerdo con su género. Las negociaciones deben

ser a nivel simétrico y la toma de decisiones debe ser producto de dicha negociación, en

la que ambas partes se someten uno al otro para llegar a un acuerdo. El manejo del dinero

se debe hacer de acuerdo con las capacidades de la pareja. Los derechos sexuales y

reproductivos deben ser equitativos y definidos en consenso. La participación en la

crianza debe ser equitativa y vista como una responsabilidad que deber ser igualmente

compartida. Estos son solo algunos ejemplos de cómo podemos y debemos redefinir los

conceptos de masculinidad y femineidad, así como los roles de género, partiendo de una

interpretación bíblica, liberadora y justa.

3. Comunidades de fe como espacios contraculturales en donde se experimenten la

equidad y la justicia.

Hemos estado hablando de la gran necesidad que nuestra sociedad tiene de que las

iglesias se conviertan en espacios en donde la gente pueda experimentar una contraposición

de valores, en donde pueda experimentar el amor, la libertad, la justicia, la paz y la equidad.

La gran pregunta es ¿qué podemos hacer para generar una cultura de equidad y respeto entre

hombres y mujeres dentro de las comunidades de fe?

Para responder, primero debemos aceptar que como iglesia hemos caído en un terrible

bache, hemos decidido seguir algunas interpretaciones bíblicas que privilegian la

Estela Somoza. Familia, género y creencias religiosas. Puntos de Encuentro. Foro sobre teología y género.
93

Buenos Aires: Instituto Universitario ISEDET (2005). Pág. 226

65
masculinidad, y al hacerlo hemos promovido que se mantengan las condiciones que propician

la violencia de género. Quizá por comodidad o miedo, nos hemos mantenido al margen de la

discusión y no hemos querido levantar nuestra voz en contra de la injusticia, o quizá hemos

querido creer que estamos obedeciendo la Palabra de Dios. Más ahora que hemos analizado

la situación, que hemos dado cuenta de los peligros de quedarnos callados y de los terribles

efectos de nuestro silencio, no podemos ser más indiferentes.

“en qué medida nuestras formas de comprensión y de lenguaje refuerzan las


desigualdades de género; de qué manera nuestro discurso teológico y eclesial debe hacerse
más comprometido al transmitir contenidos e imágenes promotoras de una mayor equidad en
las relaciones entre varones y mujeres.” 94

Las comunidades de fe debemos reflexionar sobre el tema, pero también debemos

actuar, y lo podemos hacer al trazar planes de acción y proyectos que ayuden a la erradicación

de la violencia de género. La enseñanza debe ser nuestro primer método de prevención. Si ya

hemos visto que una situación fundamental para la violencia es la inequidad, debemos

trabajar por desaprender los conceptos tradicionales sobre la sujeción de la mujer al varón,

para reaprender que en Cristo no hay más diferencia, que esa situación desigual fue producto

del pecado y que como parte de la nueva creación, debemos ir en contra de todas las

enseñanzas que suscitan la discriminación, la desigualdad y la injustica. Ahora debemos

pararnos sobre las interpretaciones liberadoras que promueven la libertad, el amor y la

justicia para todas y todos, en todos los ámbitos de la vida.

“La religión puede servir a menudo de herramienta para oprimir a la mujer. La tarea
de la comunidad de fe consiste en afirmar el potencial liberador de la religión.”95

94
Virginia Azcuy. Teología e inequidad de género: Diálogo, interpretación y ética en el cruce de disciplinas.
Puntos de Encuentro. Foro sobre Teología y Género. Buenos Aires: Instituto Universitario ISEDET (2005).
Pág. 59
95
Las Iglesias dicen “No” a la violencia contra la mujer. Plan de acción para las iglesias. Federación luterana
mundial. Departamento de Misión y Desarrollo. Oficina de la Mujer en la Iglesia y la Sociedad. (2002). Pág.
10

66
Debemos asumir que dentro de nuestras congregaciones existen mujeres que están

siendo víctimas de violencia y abordar el tema desde el púlpito, en las escuelas dominicales,

en grupos pequeños, a nivel conferencia y de todas las formas posibles. Necesitamos decirles

a las mujeres que la violencia no es plan de Dios y no es tolerable bajo ninguna circunstancia.

También debemos pensar en los victimarios como responsables de sus actos, pero

también como víctimas de un sistema kyriarcal y machista que ha impuesto una masculinidad

hegemónica en todas las instancias de la sociedad, e iniciar procesos en los que podamos

reeducar a los hombres en el tema de las masculinidades alternativas, el ejemplo de Jesús de

Nazareth y la ética cristiana, pue estos demandan que vayamos por encima de la norma.

“Comunidad de fe, la iglesia inicia la tarea afirmando la imagen de Dios en el hombre


y la mujer, y aseverando que comparten la responsabilidad y el privilegio de ser mayordomos
de toda la creación.”96

Para ser efectivos, necesitamos equipos que estén preparados para tratar con víctimas

de abuso, hacer las alianzas necesarias con ministerios, organizaciones e instancias

gubernamentales que trabajen en pro de la justicia para las mujeres, e incluso desarrollar

manuales sobre cómo abordar el tema, qué hacer y qué no hacer, a dónde dirigirse en casos

de emergencia, etc.

También necesitamos poner atención especial en los niños afectados directamente por

la violencia doméstica, ayudarlos a sanar y a redefinir su modelo familiar, para que realmente

refleje nuestra fe. La atención hacia los niños debe ser muy especial, tenemos que verlos

como la futura generación de la iglesia, por lo tanto, la enseñanza contracultural debe iniciar

desde la infancia. Necesitamos educar a nuestros pequeños de tal forma que puedan superar

los vicios de la inequidad de género a la luz de las Escrituras, bajo una lente hermenéutica

Las Iglesias dicen “No” a la violencia contra la mujer. Plan de acción para las iglesias. Federación luterana
96

mundial. Departamento de Misión y Desarrollo. Oficina de la Mujer en la Iglesia y la Sociedad. (2002). Pág. 9

67
feminista, para que crezcan sabiendo que la desigualdad y la jerarquización son producto del

pecado, y que como hijos de Dios debemos buscar la justicia en nuestras relaciones y entorno.

“Si se pretende erradicar la violencia contra la mujer y los niños, hombres y mujeres
deben combatirla juntos. Ambos deben preguntarse ¿Qué significa esto para mí y cómo debo
pensar, comportarme y responder de modo que la violencia pueda disminuir?”97

Se trata de hacer de nuestras comunidades de fe, espacios en donde las mujeres que

han experimentado violencia, y la siguen padeciendo, puedan encontrar un lugar en donde se

sientan seguras, donde sean liberadas de la culpa, el miedo, el rechazo y el dolor, y donde se

sepan amadas, dignas de respeto y con el derecho de vivir libres de violencia.

4. Estrategias y Planes de Acción.

“Comunidad de fe, nosotros, la iglesia, deberíamos unirnos a los esfuerzos seculares para
analizar qué lleva a un hombre a ser violento, por qué las mujeres son incapaces de sustraerse
del ciclo de la violencia y de qué manera la iglesia, instrumento de Dios, podría poner fin a
la perpetuación de la violencia.”98

¿Será que la Iglesia puede hacer una contribución importante para la erradicación de

la violencia? Considero que no solo puede, sino que debe hacer algo. Mientras buscaba

información sobre los distintos acercamientos de la iglesia hacia el tema de la violencia de

género, encontré algunos interesantes planes de acción que a continuación describiré. Cada

uno de ellos fue creado en un contexto muy específico, pero todos tienen algo en común,

buscan la oportuna intervención de la iglesia en esta problemática social, y la redefinición de

muchas de las enseñanzas que la iglesia ha promovido, con el propósito de hacerla participe

de los procesos de liberación en las relaciones de género.

97
Las Iglesias dicen “No” a la violencia contra la mujer. Plan de acción para las iglesias. Federación luterana
mundial. Departamento de Misión y Desarrollo. Oficina de la Mujer en la Iglesia y la Sociedad. (2002). Pág. 8
98
Ibid. Pág. 9

68
4.1 “Las Iglesias dicen: ‘No’ a la violencia contra la Mujer”.

El primer documento que revisaremos es el que desarrolló la Federación Luterana

Mundial, a través del Departamento de Misión y Desarrollo, en la Oficina de la Mujer en la

Iglesia y la Sociedad. Este es un plan de acción para todas las iglesias luteranas, llamado:

“Las Iglesias dicen: ‘No’ a la violencia contra la Mujer”. El documento fue publicado en el

año 2002, y a pesar de que han pasado17 años desde su creación, es un plan que ofrece un

planteamiento muy acertado sobre la situación.

Su contenido se compone por una introducción, tres capítulos y una conclusión. El

primer capítulo, “Llamar al pecado por su nombre” hace alusión al pecado de la violencia de

género, y toca las cuestiones relativas a la interpretación bíblica de algunos de los pasajes

que ya hemos mencionado. El segundo capítulo analiza los diferentes tipos de violencia. El

tercer capítulo habla sobre la transformación de la Iglesia y de la Sociedad, y plantea una

serie de “medidas positivas que se pueden tomar” para erradicar la violencia a nivel

estructural y cultural; un análisis de los efectos de la modernización y de la mundialización

de la economía; y finalmente plantea la interesante hipótesis de que si cambiamos la manera

en la que nos acercamos a la Biblia y las interpretaciones tradicionales sobre las relaciones

de género y los roles, daremos pasos firmes hacia una solución real. También presenta una

serie de prácticas que la iglesia puede poner en marcha, para coadyuvar en el alivio de este

padecimiento social.

El documento concluye de la siguiente manera:

“El presente documento es una invitación a las iglesias para que tomen medidas
positivas y afirmativas a fin de aportar vida en toda su plenitud a las mujeres y aprovechar
los diversos dones que Dios les ha dado para enriquecer la vida y fortalecer el testimonio de
la iglesia. Las mujeres siempre han sido fieles a la iglesia. Pero la iglesia como institución
¿ha sido solidaria con ellas, como lo fue Jesús en su vida y ministerio? La iglesia siempre ha

69
participado, e incluso encabezado, muchas acciones liberadoras. La eliminación de la
violencia contra la mujer podría ser una más.”99

Al final, en los anexos se incluyen herramientas prácticas para la ayuda de las

víctimas, para quienes las asisten, para crear redes de solidaridad masculinas, para dar

acompañamiento espiritual, y la resolución del Consejo de la FML sobre el tema de la

violencia de género.

4.2 Restaura. Poniendo fin a la violencia contra la mujer.

El segundo documento fue tomado del sitio de internet:

www.restoredrelationships.org, que pertenece a una alianza cristiana que opera en Reino

Unido, apoyada por el arzobispo de Canterbury, cuyo propósito principal es:

“contribuir a la capacitación de la Iglesia proveyendo la información necesaria para


confrontar el problema de violencia doméstica dentro de la Iglesia y en su comunidad.
Igualmente, intentamos apoyar a la iglesia para que sea un lugar seguro, un santuario para las
víctimas y/o sobrevivientes de violencia doméstica, proveyendo información relevante y
datos de otras fuentes de recursos.”100

El documento inicia con un breve estudio sobre la definición de la violencia de

género, así como sus formas, causas, estadísticas y un directorio de servicios de atención

locales e internacionales. Continúa con una sección sobre cómo debe responder la iglesia

ante esta problemática, y en ella se incluye “El Decálogo en contra de la violencia

doméstica.” Una declaración a través de la cual, la iglesia se compromete a señalar la

violencia y trabajar para su erradicación. La tercera sección incluye datos prácticos sobre

cómo trabajar con víctimas de violencia, qué hacer y qué no hacer y algunas de las leyes en

Reino Unido sobre el abuso doméstico. La cuarta sección cubre el aspecto teológico, en un

99
Las Iglesias dicen “No” a la violencia contra la mujer. Plan de acción para las iglesias. Federación luterana
mundial. Departamento de Misión y Desarrollo. Oficina de la Mujer en la Iglesia y la Sociedad. (2002). Pág.
49
100
Restaura. Poniendo fin a la violencia doméstica. Manual para las iglesias. Documento disponible en:
https://www.restoredrelationships.org/ Pág. 2

70
pequeño cuadro mencionan los pasajes más usados para la opresión de las mujeres, y ofrecen

una interpretación alternativa que brinda libertad y justicia. Terminan con una sección que

incluye recursos para trabajar el tema.

4.3 Guía de Acción Pastoral contra la Violencia de Género.

El tercer documento fue elaborado por la Comisión de Familia, de la Alianza

Evangélica Española. Este es un documento mucho más amplio que se divide en tres grandes

partes. La primera se enfoca en las definiciones de la violencia de género, el marco legal, los

tipos de violencia, el perfil del maltratador y los mitos sobre la violencia de género. La

segunda parte desarrolla un modelo de actuación para los agentes pastorales, que incluye los

indicadores de las víctimas que sufren violencia, los derechos de las víctimas y la propuesta

del modelo de actuación, en donde se despliegan las herramientas necesarias para abordar el

tema, o en caso de ser necesario, cómo referirlo. La tercera parte contiene los apuntes

pastorales, es aquí en donde se plantea y desarrolla la necesidad de que las iglesias cambien

los discursos y las interpretaciones masculinizantes de la Biblia, para ofrecer alternativas a

la construcción de las relaciones de género.

4.4. Principios y Acciones para la Construcción de Políticas de Género.

El último documento fue producido por la Red Miqueas, una comunidad cristiana de

organizaciones, académicos, ministerios, iglesias y denominaciones, que se han

comprometido con el desarrollo de la misión integral. De la Consulta Regional sobre Misión

Integral, relaciones de género y violencia hacia la mujer, que se llevó a cabo en Salinas,

Ecuador, del 27 de septiembre al 01 de octubre del 2010, se desprende este documento.

Se compone de cuatro secciones. La primera contiene las definiciones sobre género,

teoría de género y masculinidad. La segunda establece los principios de la Red frente a la

violencia de género. De entre ellos podemos destacar el siguiente:


71
“Promovemos la recuperación bíblico-teológica de la imagen del hombre y la mujer
según el diseño original de Dios. Como parte del sacerdocio universal, el hombre y la mujer
tienen la responsabilidad compartida en la mayordomía de la creación y también en el
ejercicio del poder de manera equilibrada, consensuada y reflexiva.”101

La tercera sección habla de las líneas de acción, en donde se promueve la realización

de diagnósticos situacionales, campañas de sensibilización y concientización, así como

propuestas a nivel pastoral, educacional y de participación política. La última sección es un

glosario de los términos utilizados.

4.5 Reflexión Final.

Como hemos visto, en estos cuatro ejemplos de planes de acción dirigidos a las

Iglesias, existen diversas actividades que podemos realizar para combatir la violencia de

género desde nuestras comunidades de fe. Al analizar el contenido de estos documentos, nos

damos cuenta de que cualquiera que sea nuestra línea de acción, tenemos que promover un

cambio en la manera en la interpretamos la Biblia, y debemos realizar un esfuerzo por

reestructurar las enseñanzas que se dan respecto a las relaciones y los roles de género.

También hemos notado que debemos hacer mancuerna con alianzas, redes y otros

ministerios, organizaciones de las sociedad civil organizada y organismos gubernamentales.

Si realmente queremos aportar a la solución de esta terrible problemática social, necesitamos

entender que la iglesia sola no será capaz de resolver el asunto, se necesitan todos los

esfuerzos posibles.

Finalmente, cierro con una actitud positiva, al descubrir que somos muchos (dentro

del cuerpo de Cristo) los que estamos interesados en que esta situación cambie, y el hecho de

que ya exista un camino recorrido en cuanto a estrategias y planes de acción, resulta

Consulta Regional sobre Misión Integral, relaciones de género y violencia hacia la mujer. Principios y
101

Acciones para la Construcción de Políticas de Género. Red Miqueas. Salinas, Ecuador, (2010). Pág. 2

72
reconfortante y esperanzador. Las iglesias podemos contribuir para la erradicación de la

violencia, aunque esto signifique entrar en un proceso de desaprendizaje y reaprendizaje.

73
CONCLUSIÓN.

En el primer capítulo planteamos los aspectos que motivaron esta investigación. La

creciente violencia en México, así como la experiencia de vivir la violencia de género en

carne propia y de manera muy cercana en familiares, amigas, conocidas, maestras y

discípulas. De esta manera concluimos que el tema es significativo y requiere la atención de

iglesias, teólogos y académicos para la propuesta de posibles soluciones.

En el segundo capítulo se habló sobre la metodología empleada para esta

investigación, y se concluye que la Teología de la Liberación, que da pie al nacimiento de

las Teologías Feministas, en conjunto con la Investigación de Acción Participativa, nos

brindan las herramientas necesarias para abordar el tema de la violencia de género desde una

perspectiva socioanalítica, con el suficiente peso que requiere una aportación teológica seria.

El tercer capítulo habla sobre la realidad de la violencia de género, los altos índices

de violencia y feminicidios en contra de las mujeres. Concluimos que la violencia de género

no discrimina condición social, académica, o religiosa, está presente en nuestra sociedad y

en nuestras iglesias. También entendemos que las causas de normalización de la violencia

son varias y están sumamente arraigadas a las dinámicas familiares, sociales e institucionales.

Descubrimos que las mujeres cristianas también padecen violencia, y que lamentablemente

esa violencia no solo ocurre en casa, dentro de las congregaciones las mujeres

experimentamos la violencia simbólica. Comprendemos que un factor esencial para que se

genere la violencia, tiene que ver con el concepto de masculinidad hegemónica, lo que nos

muestra la imperiosa necesidad de cuestionar y redefinir dicho concepto, haciendo uso del

desarrollo de las masculinidades alternativas.

En el cuarto capítulo abordamos el tema de la hermenéutica bíblica y cómo es que

esta rama de la teología ha estado cautiva por los hombres por siglos. De ahí que las
74
relaciones de género estén cubiertas por un velo androcéntrico y patriarcal, que necesita ser

quitado con las hermenéuticas feministas y con la sospecha ideológica. Concluimos que toda

interpretación tiene que ser revisada y filtrada por el lente del evangelio, el que revela a Jesús

de Nazareth y los valores del Reino. A través de la revisión de 4 pasajes bíblicos que han

servido para institucionalizar la opresión y la subordinación de la mujer, se propusieron

pautas para hacer una relectura que ofrezca libertad, amor, justicia y vida. Finalmente se

concluye que cualquier interpretación que promueva la opresión debe ser cuestionada y

replanteada, y que los pasajes desarrollados en este capítulo, no deben verse como

normativos, sino como pasajes enmarcados en un contexto específico y con un alto contenido

cultural y social de la época.

El capítulo cinco presenta una serie de propuestas que apuntan a la construcción de

relaciones equitativas entre hombres y mujeres, como un mecanismo para erradicar la

violencia. Para ello se propone la lectura de Gálatas 3:28 como una que sí puede tomarse

como normativa, ya que presenta las bases para la liberación de las relaciones de género. Se

concluye que las iglesias deben ser comunidades contraculturales en donde las mujeres

puedan encontrar libertad y justicia, y para ello se presentan 4 ejemplos de planes de acción

para las iglesias, en los que podemos encontrar elementos para el desarrollo de planes de

acción propios.

Concluimos que la violencia de género es un tema que se debe hablar y trabajar, y

que las iglesias tenemos una ardua tarea por delante en la reconfiguración de nuestros

conceptos sobre las relaciones de género, en la erradicación de la violencia al interior de

nuestras denominaciones y/o comunidades de fe, en la redefinición de las masculinidades, y

en la promoción de los valores del Reino. ¿Estaremos a la altura de dicho reto? Mi esperanza

es que sí.
75
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