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UNIVERSIDAD NACIONAL DE PIURA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

TEMA:

EJES ESENCIALES DEL RAZONAMIENTO JURÍDICO

GRUPO:

N° 07

INTEGRANTES:

- CLARA ELVIRA CHIRA PRIETO

- ANTONELLA ELIZABETH TRELLES FRANCO

CURSO:

LÓGICA JURÍDICA

DOCENTE:

DR. DEIVER VILCHERREZ VILELA

FECHA:

24 DE AGOSTO DEL 2022


Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN.............................................................................................................4

CAPÍTULO I: ÉL GÉNERO.............................................................................................5

1. GENEALOGÍA DE GÉNERO...............................................................................5

1.1. Primera Genealogía de Género: tres vertientes terminológicas......................5

1.2. Segunda genealogía del género.....................................................................16

2. EL CONCEPTO DEL GÉNERO.........................................................................20

3. LA CATEGORÍA DEL GENERO.......................................................................22

4. DIFERENCIAS ENTRE GENERO Y SEXO......................................................24

5. ROLES DEL GENERO.......................................................................................25

6. ESPACIOS DEL GENERO.................................................................................26

7. ATRIBUTOS DEL GENERO..............................................................................26

8. DEFINICIONES USADAS POR LA PERSPECTIVA DE GENERO...............26

CAPÍTULO II: LA PERSPECTIVA DE GÉNERO.......................................................29

1. Definición de perspectiva / enfoque de género....................................................29

2. ¿En qué se enfoca una mirada de género?............................................................30

3. ¿Para qué sirve la perspectiva de género?............................................................30

4. Teorías feministas.................................................................................................32

4.1. Teoría liberal.................................................................................................32

4.2. Teoría marxista..............................................................................................32

4.3. Teoría radical................................................................................................33

5. Relaciones de género............................................................................................34

5.1. Tasas de homicidio........................................................................................34

5.2. Violencia contra la mujer..............................................................................35

CAPÍTULO III: LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN EL PERÚ..............................38

1. Elementos de la Perspectiva de Género................................................................38


2. La perspectiva de género en el ámbito institucional............................................39

2.1. Comisión de Justicia de Género....................................................................40

2.2. Sistema Nacional Especializado de Justicia para la Protección y Sanción de


la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar...........................41

3. La transversalización del enfoque de género en las políticas y la gestión pública.


41

3.1. ¿Qué es transversalizar el enfoque de género en las políticas públicas?......42

3.2. ¿Por qué es necesario transversalizar el enfoque de género en las políticas


públicas?...................................................................................................................43

3.3. ¿Qué implica transversalizar el enfoque de género?.....................................43

3.4. Con la transversalización del enfoque de género en las políticas públicas


lograríamos:..............................................................................................................44

4. El Ministerio De La Mujer y Poblaciones Vulnerables........................................45

5. Política Nacional de Igualdad de Género.............................................................46

5.1. Las causas de la discriminación estructural contra las mujeres....................47

5.2. Los efectos de la discriminación estructural en la vida de las mujeres.........49

5.3. ¿Por qué una Política Nacional de Igualdad de Género?..............................51

5.4. Objetivo de la Política Nacional de Igualdad de Género..............................52

5.5. Indicadores:...................................................................................................52

CAPÍTULO IV. LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA CORTE


INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS...................................................54

1. Reparaciones con perspectiva de género..............................................................57

CONCLUSIONES...........................................................................................................59

BIBLIOGRAFÍA Y LINKOGRAFÍA.............................................................................61
INTRODUCCIÓN

En el mundo, el avance de la igualdad de género ha venido significando la utilización de

términos como género, igualdad, transversalización, discriminación, entre otros, que

muchas veces son empleados sin tener la suficiente claridad y precisión sobre su

significado y las implicaciones de los mismos.

Ante ello, la perspectiva o también llamado enfoque de género propone desde una

mirada al pasado, una forma de ver y de transformar la estructura patriarcal de nuestras

sociedades, para lograr la igualdad real entre hombres y mujeres. Sin embargo, existen

jerarquías entre las posiciones de poder y de dominación entre las personas, en las

cuales las mujeres han sido relegadas a posiciones de subordinación tanto material como

simbólica, significando así una menor valoración social.

Es importante establecer los parámetros para poder entender cuáles son las verdaderas

significaciones de estos términos, por ello en el primer capítulo presentamos al género,

como una categoría en la que no solo se analizan sus conceptos, sino también como

vienen siendo representados y diferenciados en una comunidad actual que busca

erradicar la desigualdad social.

La perspectiva de género no es una nueva metodología, por el contrario, viene de

muchos años atrás; sin embargo, sigue en la actualidad generando rechazo o resistencia

en algunos de los sectores de la sociedad. Por ello, en el segundo capítulo de este trabajo

definiremos a grandes rasgos la perspectiva de género, en qué se enfoca y cuál es su

importancia.

4
CAPÍTULO I: ÉL GÉNERO

1. GENEALOGÍA DE GÉNERO

1.1. Primera Genealogía de Género: tres vertientes terminológicas

Una genealogía del género requiere dar cuenta de los múltiples usos del término, que no

se reducen a su trayectoria vinculada con el movimiento feminista y su impacto

académico. El término, como categoría teórico-epistemológica, tuvo otras procedencias

en el siglo XX. Por un lado, la Medicina y la Psiquiatría. Por otro lado, las Ciencias

Sociales. Además, los feminismos.

El uso médico psiquiátrico del término, si bien se basa en la diferenciación género-sexo,

difiere sustancialmente del de las Ciencias Sociales y los feminismos. En estas áreas, el

género se introduce para desnaturalizar los roles, en contraposición a un carácter más

fijo de lo sexual. Mientras que, el uso médico, entenderá al género como estático y al

sexo como ajustable a la medida del primero 1. Esta diferencia y sus implicancias, pasó

mayormente inadvertida para los feminismos y las Ciencias Sociales, siendo revisada en

los 90 por militantes queer2.

1.1.1. Ciencias médico-psicológicas

El Dr. John Money fue el creador de la categoría de género, quien utilizó por primera

vez la noción en su tesis doctoral de 1947. John Money, encargado de la sección de

psiconeuroendocrinología infantil del hospital John Hopkins de Nueva York, inventó la

noción de género, cuando, tomando prestado el término de la gramática, lo utilizó para

1
Soley-Beltrán, Patricia: "¿Citaciones perversas? De la distinción sexo-género y sus apropiaciones" en
Maffia, Diana (ed) Sexualidades Migrantes. Género y Transgénero BsAs: Feminaria, 2003.
2
Chase, Cheryl: "Hermafroditas con actitud" en GTQ El eje del mal es heterosexual. Madrid: Traficantes
de sueños, 2005 [ed.or.1998] y Fausto-Sterling, Anne: Cuerpos sexuados. La política de género y la
construcción de la sexualidad. Barcelona: Melusina, 2006 [ed.or.2000].

5
referirse al estatus social y personal de un individuo, independientemente de sus

órganos sexuales. De esta manera, pretendía abandonar la rigidez que tenía el sexo en el

discurso médico del siglo XIX. Ahora bien, al inventar la noción de género, el Dr.

Money estaba creando el sexo, ya que al privilegiar el estatuto psicológico de la

identidad (género), transformaba en modificable y operable aquello que para el siglo

XIX había sido de una fijeza absoluta: el sexo. De todas maneras, su transformación

estaba supeditada a la normalización; es decir, al ajuste con la identidad psicológica

(género). Es así que realizó, junto a otros médicos, el desarrollo clínico del término, en

función de modificar hormonal y quirúrgicamente el sexo de los niños intersexuales

nacidos con órganos genitales que la medicina considera indeterminados3.

Para John Money, el término "género" designa a la vez el "sexo psicológico" y la

posibilidad de utilizar la tecnología para modificar el cuerpo según un ideal regulador

preexistente de lo que un cuerpo humano (femenino o masculino) debe ser. La noción

de género de Money es el instrumento de una racionalización de lo viviente en la que el

cuerpo es sólo uno de los parámetros. Con esta perspectiva, el Dr. John Money creó

también la noción de "asignación de sexo", considerándola necesaria para los casos de

intersexualidad; es decir, en los que los médicos no pueden indicar "a primera vista" el

sexo del recién nacido. Este médico considera que el sexo debe asignarse lo más pronto

posible, inmediatamente, de manera decisiva e irreversible. El afirma que la identidad

sexo / género es modificable hasta los 18 meses aproximadamente (aunque los

tratamientos hormonales y quirúrgicos prosigan incluso después de la pubertad).

Paralelamente, en 1953 el Dr. Harry Benjamin, en un artículo publicado en el

International Journal of Sexology, Transvestism and Transsexualism, acuñó

científicamente el término "transexual" creado por el divulgador médico David


3
Fausto-Sterling, Anne: Cuerpos sexuados. La política de género y la construcción de la sexualidad.
Barcelona: Melusina, 2006 [ed.or.2000].

6
Cauldwell en 1950. De este modo, complejizó la clasificación de las desviaciones

sexuales, diferenciando entre travestismo y transexualismo. Desde entonces, se

independizó una sexología de la transexualidad, que más recientemente ha empezado a

distinguir también el concepto de transgenericidad. Con el término "transexual"

Benjamín diferenciaba a los pacientes que requerían una operación de cambio de sexo,

de aquellos travestidos.

De este modo, el Dr. Benjamín administró estrógenos y testosterona a pacientes adultos

que no se sentían identificados con el sexo que les fue asignado al nacer. El estudio de

Benjamín fue el primero en presentar datos clínicos de un gran número de pacientes, en

lugar de los estudios de casos individuales que precedieron a su publicación, y allanó el

camino para las teorías de identidad de género que siguieron. Benjamin continuó

desarrollando el concepto de "sexo" que aplicó a sexualidad, libido y actividad sexual,

mientras que "género" pasó a referirse aliado, no sexual del sexo. El término

"transexual" fue ampliamente utilizado en el contexto clínico después de la publicación

de su obra The Transsexual Phenomenon en 1966.

En relación al tratamiento, Benjamin consideraba que la psicoterapia podía ser utilizada

para tratar travestidos pero que era inútil en el tratamiento de transexuales, el grupo al

que consideraba "más perturbado de hombres travestidos". Así pues, Benjamin se

convirtió en un defensor de la intervención quirúrgica en contraste con Cauldwell, quien

no la defendía. En 1958 se había establecido el Gender Identity Research Project en el

centro médico de la Universidad de California, para el estudio de intersexuales y de

transexuales, donde el psico patólogo Robert Stoller discutió y generalizó los hallazgos

del proyecto. Stoller introdujo el término "identidad genérica" en el Congreso

Psicoanalítico Internacional de Estocolmo en 1963. Abrió el camino para el uso

extendido del término "disforia de género" tomado como "el sentido de malestar e

7
incomodidad acerca de la identidad de uno como hombre o mujer que se siente en

oposición al sexo físico de uno".

En principio el género fue entendido como un sentimiento interior que constituye el

sentido de la "identidad nuclear personal". Stoller teorizó dicha convicción interior

como un desarrollo de la temprana infancia difícilmente alterable. Ciertos sujetos

presentaban una discordancia entre su "género" y su "sexo". Dado que la "identidad

nuclear de género" se consideraba inalterable, la única opción viable para aliviar el

sufrimiento de los pacientes era operar anatómicamente, es decir intervenir en el cuerpo

"sexuado" para conseguir la deseada coherencia entre "sexo" y "género". En suma, la

"solución" para la disforia de género que se concibe desde el modelo médico consiste en

tratar el sexo, es decir, cambiar el cuerpo para alinearlo de forma coherente con las

definiciones normativas de género. El término "disforia de género" se acuñó con el

objetivo de clarificar los problemas conceptuales de diagnosis que no habían sido

todavía resueltos después de una complicada historia de usos y definiciones de los

términos travestido, transexual y otros.

"Disforia de género" tiene un alcance más amplio que "transexual" ya que incluye todas

aquellas personas que experimentan ''un profundo disgusto con su rol fisico y sexual".

Desde la década de 1970 la expresión "disforia de género" se convirtió en un término

"paraguas" que incluye transexuales, travestidos y homosexuales afeminados pasivos.

El modelo médico ha sido muy criticado por esencializar el transexualismo y la

identidad de género. A pesar de su autopercepción como propagadores de "actitudes

hacia la sexualidad más ilustradas y liberales y científicas", el trabajo de médicos e

investigadores como Benjamin, Money, Stoller, refleja una actitud hacia el género

sumamente tradicional. El médico Shapiro los critica afirmando que "tratar cuestiones

8
de género por medio del cambio de sexo quirúrgico es un poco como acercarse a un

dermatólogo para solucionar el problema del racismo".

La primera reacción crítica a estas teorías proviene de la obra de Susan Kessler y Mc

Kenna (1978) Gender: An ethnometodological approach y posteriormente, de la

emergencia de los movimientos trans e intersex norteamericanos, ya sobre los noventa.

En un primer momento, los movimientos feministas reaccionaron desfavorablemente a

estas nuevas corrientes, considerando que implicaban un retroceso en sus

reivindicaciones4. De allí que, en un principio, las feministas hayan desestimado este

uso del género, como ajeno a su historia y a sus problemáticas. Un caso extremo fue

The Transexual Empire (1979) de Janice Rayrnond, quien criticó duramente a la

transexualidad, calificándola de paso de hombre a mujer fabricada, poniendo el acento

del "ser mujer" en una anatomía, unos cromosomas y una socialización, no compartidos

por los hombres.

1.1.2. Ciencias Sociales

En las Ciencias Sociales, entre las décadas del cuarenta y de los sesenta del siglo XX,

diversos estudios introducen la consideración de la cuestión de género, aunque sin hacer

de ella algo demasiado central ni incorporar explícitamente el término. Pero, incluyen la

reflexión sobre los significados de la diferenciación sexual.

Desde la antropología, cuando la norteamericana Margaret Mead publica Sex and

Temperament in Three Primitive Societies (1935), confirma el peso de la cultura para

determinar no sólo los papeles sexuales sino las conductas y comportamientos externos.

La antropóloga mostró que en todas las sociedades analizadas por ella se hacía

distinción entre aquello que se consideraba propio de los varones y aquello que se
4
En cierto modo, todavía sigue siendo ésta la consideración. Pues aceptar las críticas a la normativídad
binaria ''varón'' / "mujer" implica tener presente la pregunta por "cuál es el sujeto del feminismo" y
"cuáles son sus reivindicaciones". La hipótesis que alienta este trabajo es la de que el feminismo incluye
estos planteos y estas movílizaciones.

9
consideraba propio de las mujeres, pero el tipo de actividades y aptitudes que se

atribuían a unos y otras, como características propias, variaba. De este modo, el sexo

resultaba biológico mientras que el comportamiento de género era una construcción

social. Igualmente, en Male and Female (1949) indagó cómo lo femenino y lo

masculino no son lo mismo para diferentes culturas.

En el campo de la sociología, el funcionalismo norteamericano manifiesta la convicción

de que la familia cumple una función esencial en el desarrollo de la sociedad. Talcott

Parsons (Familia, socialización e interacción, 1955) introduce la idea de que existen

roles sexuales, masculino y femenino, como hay otros tipos de roles en las relaciones

sociales (políticos, laborales, etc.).

Se trata de una fuerte ruptura con las ideas naturalistas que todavía quedaban en la

sociología. Para este sociólogo, es la importancia de las funciones que cumple la familia

en la sociedad lo que hace que sea de naturaleza social la diferenciación de roles

sexuales, lejos de ser motivada por causas puramente reproductivas. Son las

instituciones socializadoras las que fuerzan a los individuos varones y a los individuos

mujeres a interiorizar los roles que se les han destinado respectivamente, de tal manera

que no sean asumidos como imposiciones externas, sino como características de la

personalidad diferenciada de cada uno. El objetivo es la estabilidad social antes que una

mirada crítica sobre su ordenamiento.

Igualmente, en la teoría social europea, los aportes de Claude LéviStrauss con Las

estructuras elementales del parentesco (1949) desde el estructuralismo francés muestran

que las identidades sexuales proceden de la cultura y no de la biología. El autor también

considera que la división sexual del trabajo no es otra cosa que un mecanismo para

construir un estado de dependencia recíproca entre los sexos. Sin embargo, no exploró

las implicancias de esa dependencia. En el mismo año, desde la filosofía existencial,

10
Simone de Beauvoir publica El segundo sexo que, si bien no utiliza el término género,

destaca la separación entre biología y cultura, cuestionando el eterno femenino con que

se cosifica la existencia de las mujeres y mostrando que "ser mujer" es un devenir

histórico. Por tal razón es considerada la mediadora en la apropiación de la categoría

"género" por parte del feminismo.

Como señala Dorma Haraway5, la construcción de lo que podría pasar por una mujer (o

un hombre) se convirtió en un problema para los funcionalistas burgueses y los

existencialistas prefeministas en el mismo período histórico posbélico en el que las

bases sociales de las vidas de las mujeres en un sistema mundial capitalista y dominado

por el hombre estaban siendo reformuladas. Es así que el discurso sobre las diferencias

de sexo y género explotó en la literatura sociológica y psicológica de los EEUU durante

los setenta y los ochenta, plasmado en el debate entre "determinismo biológico" y

"construccionismo social".

1.1.3. Feminismos

Fundamentalmente en los setenta, a medida que las movilizaciones feministas de la

segunda ola impactan en las academias, muchas feministas (incluidas las socialistas y

las marxistas), situadas dentro del entramado binario epistemológico de

naturaleza/cultura, se apropian de la distinción sexo/género para defender la primacía de

cultura-género sobre biología-sexo en una multiplicidad de debates en Europa y en los

EEUU. Las reflexiones sobre las relaciones entre los sexos como relaciones de poder,

fueron primero inteligidas desde el concepto de patriarcado Kate Millet, (1970) hasta

que la antropóloga Gayle Rubin (1975) propone sustituirlo por el, de sistema

sexo/género, buscando integrar en sentido psicomarxista, los dos aspectos de la

sociedad: productivo y reproductivo.


5
Haraway, Donna: Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Madrid: Cátedra, 1995,
[ed.or.1991].

11
Con esta propuesta intenta superar el universalismo y la ahistoricidad en los que se caía

con el término patriarcado. Rubin introduce "sistema sexo/género" para referirse al

conjunto de convenciones en las que se apoya la sociedad para transformar la

sexualidad biológica en productos de la actividad humana y dentro de los cuales se

satisfacen esas necesidades sexuales transformadas. Así, no incorpora género para

sustituir a sexo, sino que éste resulta esencial para el significado de género. De este

modo, biología y cultura hacen un trabajo conjunto que se asienta en la primera. Si bien

la autora disipa cualquier determinismo, mantiene la dicotomía y, en todo caso, el

énfasis biológico, del que quiere suprimir las implicancias socialmente construidas.

La autora enfatiza la historicidad de las vinculaciones sexo/género evitando una

universalidad de su propuesta, aunque, como señala Nicholson: “Esta idea de la relación

entre la socialización y la biología hace posible lo que podríamos llamar la identidad del

perchero". La ventaja de esta posición es que permite abordar tanto las diferencias como

las semejanzas entre las propias mujeres. Si consideramos que el cuerpo es un perchero

común en el que cada sociedad cuelga sus normas de comportamiento y personalidad,

nos explicaremos cómo pueden ser idénticas algunas normas en sociedades diferentes,

mientras que otras son completamente distintas. Sin embargo, afirmar que la identidad

sexual es una construcción social no implica necesariamente dejar de considerarla un

fenómeno universal, como muchas veces sucede.

En el caso de la distinción masculino/femenino, este fundacionalismo consistiría en

pensar que las distinciones elementales de la Naturaleza se manifiestan en la identidad

sexual, un conjunto de criterios comunes a las diversas culturas para distinguir al

hombre de la mujer. Este es el peligro de defender la independencia entre género y sexo:

evitar el determinismo biológico, pero defender la presunción de semejanzas entre las

culturas.

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Por su parte, para la historiadora Joan Scott "el género es un elemento constitutivo de

las relaciones sociales basado en las diferencias que se perciben entre los sexos; y es

una manera primaria de significar las relaciones de poder". Para esta definición Scott

incorpora la perspectiva del poder de Foucault, rescatando su dimensión microfísica,

constitutiva de todas las relaciones sociales. Esta noción del poder se distancia de los

modelos provenientes del ámbito jurídico liberal y del marxismo.

El primero, considera al sujeto soberano por naturaleza, cuya soberanía debería

reconocerse y validarse por la ley. ASÍ, el poder se centraliza y emana de instituciones

positivas tales como el Estado o el sistema jurídico. Foucault abandona la noción de

sujeto autónomo y soberano que posee/cede el poder, para proponer una concepción del

sujeto situado, producto de una relación de poder específica. Al mismo tiempo, Foucault

va a deshacerse del esquema marxista de dominación – revolución según el cual el

poder emana de las estructuras económicas. Perspectiva en la que el poder siempre es

dialéctico y opone grupos antagónicos. Al considerar las operaciones del poder como

"tecnologías", destaca su matiz productivo; por lo tanto, rechaza los modelos de poder

coercitivos y represivos.

Con estas consideraciones, vemos que la segunda parte de la definición de Scott

corresponde a las relaciones significantes de poder. De todas maneras, podríamos

cuestionarle que el género no es el único campo en el cual o por medio del cual se

articula el poder (control diferencial sobre los recursos materiales y simbólicos, o

acceso a los mismos). Habría que articular la dimensión horizontal, microfísica y difusa

del poder (Foucault) con una dimensión vertical institucional que reconoce lugares de

condensación de este, como el Estado.

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En cuanto a la primera instancia de la definición de Scott, en tanto elemento constitutivo

de las relaciones sociales basadas en las diferencias sexuales que se perciben, el género

posee cuatro elementos:

a) los símbolos disponibles culturalmente (evocan representaciones múltiples y a

menudo contradictorias, como las de Eva y María)

b) los conceptos normativos que definen las interpretaciones de los significados de

los símbolos en un intento de limitar y contener sus posibilidades metafóricas

(doctrinas religiosas, educativas, científicas, legales y políticas, que afirman

categórica y unívocamente los significados, como si esas normas fueran

producto del consenso y no del conflicto)

c) la noción de política y las instituciones sociales (sistema de parentesco, mercado

de trabajo, educación, política)

d) la identidad subjetiva.

El aporte de Joan Scott es sumamente integrador de las distintas dimensiones sociales

que abarca el género. Su definición es una de las que ha resultado más instrumental para

la investigación en diferentes disciplinas. En ella considera el planteamiento de Gayle

Rubin pero no reduce el ámbito del género a lo reproductivo, sino que muestra su

pertinencia en toda dimensión de lo social. Sin embargo, también recibe críticas por ser

un planteo tan abarcativo, pues "no se ve la utilidad de capturar en un único vocablo una

multiplicidad de significaciones; en interés de la claridad, sería más conveniente

explicitar aquello que se quiere indicar recurriendo a tantos términos como sean

necesarios".

Un valor inestimable de la propuesta de Joan Scott es el de visibilizar la gran

complejidad del género, resaltando además el carácter analítico y relacional de la

14
categoría, así como la imposibilidad de escindir el género de otras dimensiones

analíticas como la clase y la raza.

Entendemos que las definiciones de Gayle Rubin y de Joan Scott son dos referentes

imprescindibles en una genealogía del género, que han habilitado múltiples trabajos en

la investigación feminista, aunque percibamos sus limitaciones de quedar ancladas en la

biología y en la dicotomía.

Si tenemos en cuenta lo señalado en cada una de las tres vertientes, vemos que en

contraposición con la distinción sexo-género en los protocolos médicos, la utilización

feminista de la distinción desplazó el significado de "género", ya que convirtió en una

categoría sociológica lo que originalmente era una categoría psicológica en el discurso

médico. En éste el género fue principalmente articulado mediante la noción de

"identidad nuclear de género" de Stoller, es decir, "la auto-imagen en relación a la

pertenencia a un sexo específico".

Así pues, en el discurso médico sobre transexualismo, el término "género" se utiliza

para referirse a la propia convicción sobre la (in)corrección de la asignación de género.

"Género" es aquí una condición fija e inalterable, pero autónoma del "sexo" biológico.

En contraste, en la teoría feminista el "género" se concibe como maleable y el sexo

biológico como fijo e indiscutible (aunque no determinante de las definiciones

colectivas de la feminidad y la masculinidad). En consecuencia, el uso feminista difiere

del propósito original de la distinción: caracterizar la identidad de género como fija e

indiscutible, y el cuerpo como modificable. Aunque cabe aclarar que tal maleabilidad

del cuerpo no es plástica, sino condicionada por el respeto a la norma de la coherencia

en la identidad sexual.

15
1.2. Segunda genealogía del género

La incorporación del concepto "género" en el feminismo había tenido el objetivo de

develar el androcentrismo de la sociedad y posibilitar su des estructuración. Sin

embargo, un desarrollo estructural de la categoría conllevó la ubicación de un nuevo

centro: la mirada de mujeres blancas burguesas heterosexuales que se arrogaban la

representación de las mujeres. Es decir, un feminismo blanco heterocentrado.

Incluso cuando algunas lesbianas quisieron ser radicales con dicho centro, reprodujeron

por ejemplo su racismo concomitante. Un caso extremo fue el ginecocentrismo de

planteos como el de Mary Daly (1978). El esencialismo de esta postura totalitaria y

centrista fue desmontado principalmente por la crítica de la militante feminista lesbiana

negra Audre Larde.

Una ceguera étnica persistente conllevó la subalternización de diversas "otredades" no

hegemónicas. Particularmente los ochenta fueron marcados por las voces "otras" que se

desgajaban de lo Uno para mostrar, como señala Judith Butler, lo erróneo de suponer

anticipadamente que hay una categoría de "mujeres" que simplemente deba poseer

distintos componentes de raza, clase, edad, etnicidad y sexualidad para que esté

completa.

Entre los setenta y los ochenta, el proceso de críticas postcoloniales que incluyó también

a los feminismos incorporó vertientes étnicas, de opciones sexuales no hétero,

nacionalidades subalternas. Como señala Celia Amorós, la crítica anticolonialista y la

crítica feminista convergieron denunciando tanto el androcentrismo como el

etnocentrismo, como dos modalidades distintas de lo que Seyla Berihabib denomina

16
"universalidad sustitutoria"; es decir, una maniobra fraudulenta por la cual "una

particularidad no examinada" se propone a sí misma como "lo universal"6.

Así surgieron grupos de mujeres "de Color" y "tercermundistas" que denunciaban la

construcción de un centro y de una totalidad cerrada por parte del feminismo, en países

dominantes que habían constituido imperios, principalmente angloparlantes, aunque no

en exclusiva. Para seguir los ejemplos estadounidenses, tenemos el caso de Adrienne

Rich haciendo visible la marginalidad del lesbianismo dentro de la militancia feminista.

Esta puesta en crisis del feminismo blanco heterocentrado fue uno de los síntomas del

agotamiento del proyecto moderno ilustrado con sus relatos fundacionales basados en la

unicidad de un sujeto capaz de controlar su palabra, su pensamiento y su acción;

sostenedor, en consecuencia, de una teleología histórico-política.

Dos clásicos postcolonialistas feministas condensan la multiplicidad de las críticas

descentradoras de los feminismos: All the Women Are White, All the Blacks Are Men,

but Some olUs Are Brave: Black Women's Studies (1982) editado por Gloria HuIl,

Patricia BeIl Scott y Bárbara Smith y This bridge called my back: Writtings by Radical

Women 01 Color (1983) cuyas editorias fueron Gloria Anzaldúa y Cherrie Moraga.

Estos textos han resultado claves para una reflexión del feminismo sobre sí mismo y, en

consecuencia, para un salto cualitativo en la complejización teórica que ya no podrá

desdeñar a los postestructuralismos, incorporando las influencias de las teóricas

postcoloniales, las feministas negras, las epistemólogas feministas de las ciencias

naturales y las pensadoras lesbianas.

Estas posturas feministas serán críticas del binarismo (naturaleza=sexo/ cultura=género)

presente en la primera genealogía. Allí se sostenía de alguna manera la "naturalidad" del


6
Amorós, Celia: ''Feminismo y multiculturalismo" en Amorós, Celia y de Miguel, Ana (eds) Teoria
feminista: de la flustración a la globalización. Vo1.3: De los debates sobre el género al multiculturalismo.
Madrid: Minerva, 2005, pág.218.

17
sexo en contraposición al carácter cultural del género. Esto implica sostener al sexo en

un estadio prediscursivo, anterior a la cultura. La incorporación de las perspectivas

postestructuralistas impide esta consideración. Superarla conlleva, por un lado, incluir

otras implicancias de la noción de poder en Foucault, como es el análisis del Dispositivo

de Sexualidad7. Por otro lado, relacionar otras propuestas postestructuralistas, como la

de Derrida, que va a focalizar principalmente la deconstrucción de los binarismos8.

Uno de los problemas de mantener un concepto de género binario, relacional y global,

es que permite incurrir en la tentación de que una pueda representar a las "mujeres" o

hablar, por ejemplo, en nombre de las de su género. De este modo, resulta fácil

invisibilizar las diferencias al interior mismo de "las mujeres" y las opresiones que allí

también se ejercen. Por lo tanto, plantear de esta manera el concepto, sería ocultar la

crisis de la representación política.

Este contexto de producción, marcado por la crisis de la política de la representación y

el impacto de las teorías postestructuralistas, hará sentir su influencia particularmente en

la década del 90. Tal vinculación implicará un debate sobre la conservación o no del

concepto "género" allí donde se promovía su uso; o la resignificación del mismo a partir

de nuevas reflexiones que suponen el rechazo de la perspectiva dicotómica.

La propia Joan Scott, cuyo texto sobre el género como categoría analítica había sido un

clásico de la primera genealogía, alaba el entrecruzamiento del feminismo con los

postestructuralismos, más allá de Foucault. Ahora defiende una definición de género

que marque la intersección del lenguaje con lo social, de la semiótica con la realidad, al

7
Lauretis, Teresa: Diferencias. Barcelona: horas y Horas, 2000 y Butler, Judith: El género en disputa.
Elfeminismo y la subversión de la identidad. Barcelona: Paidós, 2001 [ed.or.1990]
8
Scott, Joan:"Deconstruir igualdad -versus- diferencia: usos de la teoría posestructuralista para el
feminismo" en Feminaria. Año VII. N° l3. BsAs: noviembre, 1994 [ed.or. 1990], Butler, Judith: Cuerpos
que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del "sexo". BsAs: Paidós, 2002 [ed.or.1993],
Preciado, Beatriz: Manifiesto contrasexual. Prácticas subversivas de identidad sexual. Madrid: Ópera
Prima, 2002.

18
incorporar la desconstrucción derrideana. Aporta entonces, nuevas tareas a los análisis

feministas del género.

Efectivamente, de las diversas críticas postmodernas, son las postestructuralistas las que

han explorado las implicancias de un descentramiento del sujeto moderno que lo vuelve

no coincidente con su propia conciencia. Las propuestas feministas que reconsideran la

categoría de género a la luz de estas revisiones, primero provocaron un estallido

multiplicador de esencias, para resultar luego particularmente fructíferas en los efectos

de desnaturalización. Pero en esta tarea no están solas, sino que convergen con los

movimientos queer y sus producciones teóricas.

Las políticas y teorías queer aluden a todo lo que se aparta de la norma sexual, esté

articulado o no, en figuras identitarias. Si bien queer y feministas se han mirado con

mutua desconfianza, veremos, a través de autoras con la doble pertenencia, que las

problemáticas planteadas tienen íntima relación. Así es que otra pensadora clásica de la

primera genealogía, Gayle Rubin (1989), considera pertinente la distinción teórica entre

los ámbitos de estudios de género y los de sexualidades. Más allá de la distinción

teórica, muchos militantes queer abogan en principio por una fuerte crítica al término

"género", al considerarlo en sí mismo normativo y estructurador de la heterosexualidad

obligatoria.

Por eso suelen estimar que su tema de estudio son las sexualidades y no el género,

plasmado a través de las teorías lésbicas, gay, etc 9. Sin embargo, la riqueza analítica está

en su convergencia, como señala Judith Butler. En esta segunda genealogía, entonces, se

alude a las resignificaciones del género aportadas por los feminismos

postestructuralistas y los movimientos queer.

9
Sedgwick, Eve: Epistemología del armario. Barcelona: Ediciones de la Tempestad, 1998 [ed.or. 1990].

19
2. EL CONCEPTO DEL GÉNERO

El concepto de género surge inicialmente de los debates teóricos feministas 10, en los

años cincuenta, donde a través de los estudios de las mujeres se va a cuestionar la

situación social, política y económica de las mujeres. Posteriormente, por los años

setenta, esos debates van a ser asumidos por los estudios de género, que plantea el

análisis de las desigualdades de mujeres y hombres a partir de su elemento relacional.

El género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales, las cuales se expresan

como relaciones de poder que se dan entre hombres y mujeres. Permite explicar las

desigualdades jerarquizadas que existen entre mujeres y hombres, el cual, denota un

problema social que involucra a cada individuo, así como a las relaciones entre ellos y

el sistema del que forman parte.

Por otro lado, alude a una realidad compleja histórica, social y simbólica que se sustenta

en las diferencias sexuales, funcionando, así como un mandato del ordenamiento social.

En palabras de MARTA LAMAS, el género constituye “(…) una especie de ‘filtro’

cultural con el que interpretamos el mundo, y una (…) armadura con la que

constreñimos nuestras vidas”.

Su funcionamiento y mantenimiento reposa en el proceso de socialización que implica

el aprendizaje e interiorización subjetiva de pautas y guiones que buscan definir la

forma de pensar, sentir y actuar de las personas, a partir de la diferencia sexual con las

que nace cada persona11.

El género (desde el estudio del elemento relacional) permite entenderlo inscrito en un

sistema que funciona desde diferentes dimensiones, que se conoce como SISTEMA DE

10
Su importancia radicó en “(…) evidenciar la fragilidad y falsedad de las explicaciones biologicistas de
la subordinación de la mujer” (Ruiz Bravo 1999: 134), siendo dicha situación producto de las diferencias
construidas social, histórica y culturalmente.
11
(Lagarde 1990, Ruiz Bravo 1999).

20
GÉNERO. Esto se refiere a “(…) un conjunto de elementos que incluye formas y

patrones de relaciones sociales, prácticas asociadas a la vida social cotidiana, símbolos,

identidades, vestimentas, adornos y tratamientos del cuerpo, creencia, argumentaciones,

y otros (…) elementos (…) que hace referencia (…), a una forma culturalmente

especifica de registrar y entender las semejanzas y diferencias (…), entre varones y

mujeres”.

Es necesario resaltar que aún se dan situaciones de discriminación y opresión en función

al sexo de las personas y, por ello “(…) con la perspectiva de género se intenta explorar

los mecanismos que producen y que permiten que sigan reproduciéndose problemas que

resultan de las creencias culturales sobre ‘lo propio’ de los hombres y ‘lo propio’ de las

mujeres, y que generan discriminación para ambos”.

En ese sentido, la incorporación de la perspectiva de género al ámbito de la justicia va

permitir evidenciar situaciones de discriminación, con la finalidad de analizarlas y

contrarrestarlas.

Es importante enfatizar que coincidimos con MARTA LAMAS, quien afirma que “el

enfoque de género constituye un punto de partida y un recurso estratégico para

desnaturalizar concepciones esencialistas sobre las mujeres y los hombres y, por ende,

sobre la inevitabilidad de la desigualdad en sus roles laborales y políticos, sexuales y

afectivos”.

3. LA CATEGORÍA DEL GENERO

En este punto es conveniente explicar qué entendemos por la categoría “género” y cómo

este concepto puede servirnos para un análisis crítico de los derechos humanos. Cuando

hablamos de género, nos estamos refiriendo a las características que social y

culturalmente se atribuyen a varones y mujeres a partir de las diferencias biológicas,

21
constituyendo así lo que se conoce como género masculino y género femenino. Es

conveniente entonces diferenciar el sexo (biológico) del género (construcción social).

El concepto de género entonces nos ayuda a entender cómo es un varón o una mujer en

una sociedad determinada, o los modelos positivos o negativos que esa sociedad

construye. Estos modelos son los estereotipos que cada vez corresponden menos a

nuestra realidad12; sin embargo, muchas veces encontramos que subyacen en las normas,

prácticas o en la ideología de aquellos que hacen las normas o realizan las prácticas.

Pero, antes de hacer este análisis, revisemos por lo menos tres elementos del concepto

de género.

a) Es una realidad fundamentalmente psico social y simbólica, porque se trata de

lo que nosotros nos representamos (realidad simbólica) a partir de un dato de la

realidad física, es decir, cómo interpretamos un elemento que recogemos del

mundo concreto. Es importante tener presente que no se trata de cualquier dato,

sino de uno absolutamente presente en todas las sociedades conocidas: la

diferencia biológica entre varones y mujeres. Entonces, pasamos al segundo

elemento y es que esta realidad psico social y simbólica se asienta en la variable

sexo.

b) Se asienta en la variable sexo. El sexo de varones y mujeres está referido a una

realidad física, biológica y anatómica que distingue dos criaturas humanas: las

mujeres y los varones, realidad de la cual todos y todas estamos conscientes y

conocemos que existe. Sin embargo, la cuestión está en que este dato de la

realidad al ser interpretado en una sociedad cualquiera genera una serie de


12
Actualmente, la imagen de la mujer ha cambiado y corresponde a una suma de roles en donde ésta se
presenta como esposa, madre, ama de casa, educadora, responsable de los afectos, trabajadora,
profesional exitosa, interesada en el mundo externo con una vida social activa y con un derecho a una
sexualidad plena. Por su parte, los estudios de masculinidad muestran que la revisión masculina se mueve
en base a dos ejes: su relación con la mujer y a la demanda de mayor espacio para la sensibilidad y los
afectos. Para mayor información, véase las investigaciones realizadas por Norma Füller. En:
http://www.idl.org.pe/idlrev/revistas/124/ pag119.htm

22
mensajes referidos al comportamiento que debe seguir una mujer o un varón,

proponiendo uno o más modelos, de lo que éstos deben ser y con ello tenemos el

tercer elemento y es que este dato físico, el sexo, al ser interpretado, genera

actitudes, comportamientos, valores, símbolos y expectativas diversas en la

sociedad.

c) Genera actitudes, comportamientos, valores, símbolos y expectativas diversas

según distintos grupos sociales. Ahora bien, de los estudios realizados en el

campo de las ciencias sociales, la mayor parte de ellos dan cuenta que en el

momento en que estas actitudes y comportamientos se ponen en una jerarquía de

valores sociales, lo femenino se encuentra menos valorado que lo masculino.

El concepto de género entonces alude a “una realidad compleja, fundamentalmente

psicosocial y simbólica que se asienta en la variable sexo y que interactúa con ésta

generando actitudes, comportamientos, valores, símbolos y expectativas diversas según

los distintos grupos sociales”13.

4. DIFERENCIAS ENTRE GENERO Y SEXO

El medio en el que las mujeres y hombres interactúan “(…) no es neutro ni igual, sino

que está organizado en función de relaciones de poder; por ello, se afirma que éste

[medio, contexto o sistema de género] imprime huellas en los cuerpos en función del

sexo”. Las diferenciaciones entre mujeres y hombres son el resultado de una suma de

factores que se producen en un periodo histórico, pero que se presenta como un proceso

“natural” para no ser cuestionado.

Por eso es importante establecer algunas diferencias entre el sexo y el género, con una

finalidad metodológica, pues no podemos afirmar que ambos espacios sean

manifiestamente diferenciados. El SEXO alude a las diferencias biológicas, fisiológicas


13
RUIZ BRAVO, Patricia. Citando a Liuba Kogan En: Ídem, p. 10.

23
y constitutivas de las mujeres y los hombres. El GÉNERO se refiere a la construcción

histórica, psicosocial y cultural de atributos, roles y papeles aprendidos por mujeres u

hombres. Ambos se encuentran íntimamente relacionados (sexo y género), pues el

primero es el espacio físico y simbólico en el que se inscriben los mandatos de género.

En consecuencia, se pueden sintetizar las aproximaciones teóricas de sexo y género,

para fines metodológicos, de la siguiente manera:

SEXO GENERO

Características cromosómicas biológicas Construcción histórica, psicológica,


y fisiológicas. cultural y social.

Esta distinción metodológica nos permite reflexionar e interrogarnos sobre la relación

existente entre los cuerpos sexuados y los seres socialmente construidos. Equiparar el

sexo a la biología y el género a la cultura, como esferas individuales e inconexas ya ha

sido cuestionado por Oackley (1977), quien refiere que resulta necesario deslindar los

‘hechos’, como, por ejemplo, la capacidad de procreación de las mujeres, de los

comportamientos asignados a ella (lavar los pañales, levantarse en la madrugada, o

anteponer su desarrollo personal a la realización de los mandatos de maternidad)”14.

Diferentes autoras/es señalan que el género es una construcción simbólica establecida

sobre los datos biológicos o la diferencia sexual. Es decir, el género constituye todo ese

bagaje (social, cultural, político y psicológico) que se inscribe y actúa en cada persona.

Por tanto, los factores biológicos no deben llevarnos a afirmar oposiciones universales

entre los sexos, sino más bien analizarlos como una categoría relacional y en

construcción.

14
(Oackley, citado por Ruiz Bravo 1999: 135).

24
Establecer categorías universales polarizadas y dicotómicas, obstaculiza el análisis de

las relaciones de poder entre mujeres o entre hombres; así como entre mujeres y

hombres, e impiden desmontar las jerarquías sociales y desigualdades establecidas entre

mujeres y hombres.

5. ROLES DEL GENERO

Los roles de género son el conjunto de normas y pautas que dicta la sociedad -de

acuerdo a su cultura- sobre lo que debe ser el comportamiento masculino y femenino.

Así, tradicionalmente se han diferenciado los roles productivo y reproductivo,

correspondiéndole el primero de ellos al varón y el segundo a la mujer. Así, la figura del

varón era la del proveedor y la de la mujer el ama de casa.

Esta visión dicotómica, cada vez menos se refleja en la realidad; sin embargo, aún

norma la conducta de las personas y pauta sus expectativas. La división social del

trabajo recoge precisamente esta visión antagónica de los roles femeninos y masculinos

y genera una serie de prácticas nocivas, como, por ejemplo: la invisibilización del

trabajo productivo de la mujer, o la ausencia de responsabilidad de los varones respecto

de las tareas domésticas, que no hacen sino reforzar la discriminación.

6. ESPACIOS DEL GENERO

Los roles a los que hemos hecho alusión se actúan en espacios, y estos espacios también

son atribuidos debido al género. Así, la casa es el espacio por antonomasia de las

mujeres, por cuanto es desde ahí donde se gestionan los afectos. Sin embargo, esta

asignación tiene como contrapartida la reclusión de la mujer, restricción de su

movilidad y finalmente la exclusión social.

25
De otro lado, la calle es el espacio de los varones. Es en el espacio público donde ellos

tienen que afirmarse y por tanto les exige asumir mayores riesgos y conductas violentas.

Relacionado con eso está el mundo del trabajo y la participación política.

7. ATRIBUTOS DEL GENERO

Asociado a ello, están las características de la personalidad o atributos de género que se

relacionan con estos roles.

El rol de la mujer se asocia con una femineidad que está delineada por los atributos de

dulzura, debilidad, emoción, sacrificio, renuncia; mientas que el rol masculino se asocia

con la agresividad, fuerza, competencia, razón. Desde pequeños, a varones y mujeres se

les atribuye estas características, a través de una serie de mecanismos que van desde la

manera de vestir, los juegos que realizan y las actividades en las que se desarrollan.

8. DEFINICIONES USADAS POR LA PERSPECTIVA DE

GENERO

a) Sexo: Es el conjunto de características físicas, biológicas, anatómicas y

fisiológicas que definen como varón o mujer a los seres humanos. El sexo está

determinado por la naturaleza. El reconocimiento de la intersexualidad pone en

jaque algunos de estos saberes que sin embargo siguen siendo útiles a la hora de

las conceptualizaciones.

b) Sexismo: Es toda forma de jerarquizar las diferencias entre el varón y la mujer,

otorgándole superioridad a “lo masculino” desde una perspectiva discriminatoria

que lleva consigo prejuicios y produce prácticas vejatorias y ultrajantes para

aquello que no entra en la categoría varón, fundamentada en una serie de mitos

que hablan de la superioridad masculina. Esta idea, la de la superioridad,

naturaliza privilegios que dan poder de acción y decisión a los varones y se

26
sostiene convenciendo al género femenino de que su subordinación y obediencia

son condiciones predeterminadas por la naturaleza.

c) Hegemonía o hegemónico: Ideas o conceptos aceptados universalmente como

naturales, pero que en realidad son construcciones sociales.

d) Desconstrucción: La tarea de denunciar las ideas y el lenguaje hegemónico con

el fin de persuadir a la gente para creer para creer que sus percepciones de la

realidad no son verdad.

e) Patriarcado: Forma de organización social específica basada en la dominación de

unos varones con ejercicio de poder sobre mujeres, niñas, niños y adolescentes.

También sobre otros varones menos jerarquizados de la misma comunidad.

f) Sexualmente polimorfo: Los hombres y las mujeres no sienten atracción por

personas del sexo opuesto por naturaleza, sino mas bien por un

condicionamiento de la sociedad. Así el deseo sexual puede dirigirse a

cualquiera.

g) Heterosexualidad obligatoria: Se fuerza a las personas a pensar que el mundo

está dividido en dos sexos que se atraen sexualmente el uno al otro.

h) Preferencia u orientación sexual: Existen diversas formas de sexualidad

incluyendo homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales y travestis como

equivalentes a la heterosexualidad.

i) Homofobia: El término se basa en la noción de que el prejuicio contra los

heterosexuales tiene sus raíces en el ensalzamiento de las tendencias

homosexuales.

27
CAPÍTULO II: LA PERSPECTIVA DE GÉNERO

1. Definición de perspectiva / enfoque de género

La palabra “perspectiva” hace referencia a una forma de comprender y representar algo

con respecto al ojo de quien observa. Es decir, una perspectiva es una forma de mirar o

de considerar cualquier fenómeno o de asumir un punto de vista. Siendo así, la

perspectiva de género es el acto de aproximarse a una realidad poniendo atención a la

construcción de la categoría de género y sus de poder.

La perspectiva o enfoque de género es un marco de análisis teórico y conceptual que

permite detectar los factores de desigualdad que afectan a los hombres y las mujeres en

los diferentes ámbitos de la vida humana. Ello permite diferenciar entre la condición y

posición de las mujeres respecto de los hombres. En ese sentido, la condición de vida se

refiere a la esfera inmediata de la experiencia de cada persona, tipo de trabajo que

realizan, necesidades cotidianas, etc; y la posición en la sociedad, que más bien está

28
referida al nivel social y económico de las mismas (disparidades salariales, precariedad

en el empleo, participación en toma de decisiones, etc.). Asimismo, permite planificar

acciones que permitan modificar las estructuras en las que se fundan las desigualdades y

que las hacen permanentes.

Según Patricia Ruiz Bravo15, se puede decir que es imperativo conocer este enfoque por

diversas razones, tanto de orden ético como lo es la búsqueda de una sociedad con

igualdad de oportunidades para hombres y mujeres; como de orden académico, conocer

y tratar de comprender la realidad; y de orden político, puesto que el desarrollo no es

solo una cuestión económica, sino que supone también democracia, ciudadanía y acceso

a derechos.

2. ¿En qué se enfoca una mirada de género?

Asumir o aplicar una perspectiva de género implica reconocer distintas cuestiones,

especialmente aquellas relacionadas con las formas en la que se han establecido

nuestros vínculos y sistemas sociales mediante una determinada comprensión sobre el

sexo, el género y la orientación sexual.

La perspectiva de género parte del reconocimiento de la valoración cultural de las

diferencias anatómicas; valoración establecida por medio de normas especialmente

rígidas e internalizadas durante el proceso de socialización.16

Implica considerar que no hay una correspondencia necesaria entre la diferencia sexual

y las atribuciones o representaciones sociales construidas en torno a dicha diferencia. Es

decir que, una cosa es la constitución físico-biológica, y otra muy distinta son los

valores que se atribuyen a esa diferencia. La perspectiva de género considera que la

predisposición y las características físico-biológicas no son condición suficiente para


15
RUIZ BRAVO, Patricia. “Una aproximación al Concepto de Género”. En: Igualdad de oportunidades y
política. Lima: Idea Internacional y Transparencia. 2008, p.6 y ss.
16
Mata Lamas (1996)

29
provocar un comportamiento, y mucho menos una personalidad con exclusiva según el

sexo. 

3. ¿Para qué sirve la perspectiva de género?

Esta perspectiva ayuda a comprender más profundamente tanto la vida de las mujeres

como la de los hombres y las relaciones que se dan entre ambos. Este enfoque cuestiona

los estereotipos con que somos educados y abre la posibilidad de elaborar nuevos

contenidos de socialización y relación entre los seres humanos. El empleo de esta

perspectiva plantea la necesidad de solucionar los desequilibrios que existen entre

mujeres y hombres, mediante acciones como:

a) Redistribución equitativa de las actividades entre los sexos (en las esferas de lo

público y privado).

b) Justa valoración de los distintos trabajos que realizan mujeres y hombres,

especialmente en lo referente a la crianza de las hijas e hijos, el cuidado de los

enfermos y las tareas domésticas.

c) Modificación de las estructuras sociales, los mecanismos, las reglas, prácticas y

valores que reproducen la desigualdad.

d) El fortalecimiento del poder de gestión y decisión de las mujeres.

La importancia de la aplicación de la perspectiva de género radica en las posibilidades

que ofrece para comprender cómo se produce la discriminación de las mujeres y las vías

para transformarla.

Además, es necesario entender que la perspectiva de género mejora la vida de las

personas, de las sociedades y de los países, enriqueciendo todos los ámbitos

productivos, es decir, no se limita solamente a las políticas focalizadas a favor de las

mujeres.

30
La incorporación de la perspectiva de género en la medicina ha permitido entender que

los síntomas de ciertas enfermedades, o los efectos secundarios de algunos

medicamentos son diferentes en las mujeres que en los hombres.

Al igual que con la medicina, la incorporación de la perspectiva de género permite

mejorar el desarrollo científico, tecnológico, urbano, etc., es decir sus beneficios van

mucho allá de la esfera política.

4. Teorías feministas

El concepto de género, que es piedra angular de este enfoque surge en el debate de la

teoría feminista, que busca responder el porqué de la situación subordinada de la mujer

en la sociedad.

Según Encarna Bodelón17, los argumentos principales de las diversas corrientes de la

teoría política feminista son los que nombraremos a continuación.

4.1. Teoría liberal

Según esta teoría, el tratamiento de las mujeres en las sociedades contemporáneas viola

los principios del liberalismo político de libertad e igualdad. La discriminación sexual

es injusta puesto que niega a las mujeres la igualdad de derechos que les permitiría

perseguir sus propios intereses. La justicia requiere la igualdad de oportunidades y la

misma consideración para todos los individuos independientemente del sexo. El sexo es

meramente un accidente, una característica no esencial de la naturaleza humana. La

causa de la subordinación de las mujeres es la injusta discriminación legal y de otros

tipos. Por ello, lo que se busca es la igualdad en la vida pública, y su objetivo será la

eliminación de la discriminación sexual, especialmente en las áreas de la vida pública y

17
BODELÓN, Encarna, La igualdad y el movimiento de mujeres: propuestas y metodología para el
estudio del género. Working Paper N° 148. Barcelona: Universidad Autónoma de Barcelona. 1998, p.20.

31
el mercado laboral. Los mecanismos para lograrlo serán las acciones positivas o de trato

preferente.

4.2. Teoría marxista

De acuerdo con las feministas marxistas, la experiencia histórica de las mujeres está

marcada por desigualdades estructurales. La localización de las causas últimas de la

subordinación de las mujeres es en la vida material, concretamente en las relaciones de

producción y de reproducción. La asimetría que se observa en las formaciones sociales

patriarcales entre hombres y mujeres, entre lo masculino y lo femenino, no se llama ni

opresión, ni subordinación, sino explotación. La experiencia femenina individual está

determinada por condicionamientos económicos y políticos, que hacen de dicha

experiencia un elemento precario. El problema central no es la igualdad de derechos,

sino la desigualdad social, que se genera en el ámbito político y económico.

Combatir dicha desigualdad supone generar estructuras políticas y sociales que aborden

esa desigualdad social. La igualdad requiere un tratamiento diferente para los grupos

oprimidos o que sufren desventajas sociales. No se busca eliminar la diferencia per se,

sino su significación subordinante.

4.3. Teoría radical

Considera que la biología femenina es la base para la división sexual del trabajo y por

tanto, es de relevancia política. La causa básica de la subordinación de las mujeres es el

patriarcado, un conflicto sexual que los hombres han resuelto a su favor, controlando los

cuerpos, la sexualidad y los procesos reproductivos de las mujeres, por encima de otros

factores como la jerarquía, la clase o la raza en relación a la opresión de las mujeres. La

opresión no puede erradicarse reformando leyes y haciendo que hombres y mujeres

compartan por igual las responsabilidades que antes se adjudicaban en función del sexo,

ni compartiendo en pie de igualdad las instituciones políticas y económicas, sino

32
mediante una reconstrucción radical de la sexualidad, promoviendo nuevos valores para

las mujeres basados en la valoración de su cultura. Recogiendo lo aportado por estos

desarrollos teóricos, los estudios de género evidencian que las categorías “mujer” y

“varón” son productos culturales que las sociedades elaboran y en las que socializan a

sus miembros, de manera tal que éstos aprenden las formas de ser, sentir y actuar que

son socialmente valoradas.

5. Relaciones de género

Las relaciones tanto intergénero como intra-género obedecen a patrones de

masculinidad y feminidad a través de los cuales se relacionan hombres y mujeres y que

implican develar las relaciones desiguales que se dan, y que de una u otra manera van a

dar cuenta de la posición diferente de unos y otras en la sociedad. Así, los diferentes

roles desempeñados por mujeres y varones en la vida social, combinados con sus

diferentes biologías, van a ser determinantes en los patrones de salud y enfermedad

desarrollados por éstos. Así, por ejemplo, se reconoce que hay una mayor esperanza de

vida de las mujeres frente a los varones que enfrentan las mismas condiciones

socioeconómicas; sin embargo, a pesar de esta mayor longevidad de las mujeres, éstas

reportan mayores niveles de enfermedad y estrés que los varones, con lo cual su calidad

de vida es peor. El siguiente cuadro nos ilustra de qué manera las diferencias de género

impactan en la vida de hombres y mujeres de manera diferenciada18

5.1. Tasas de homicidio

A nivel mundial son más los homicidios relacionados a actividad criminal, desigualdad

económico y conflictos de género que a conflictos armados y al terrorismo, juntos, tal

como lo señala el Estudio Mundial sobre Homicidios de 2019 publicado por la Oficina

de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Este estudio pretende apoyar en
18
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD - ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA
SALUD. Informe Mundial sobre la violencia y la salud. Washington, D.C. 2002, p. 8.

33
temas de prevención e intervención las cuales buscan reducir las tasas de homicidio en

diversas regiones a nivel mundial. Asimismo, este informe señala ejemplos importantes

de intervenciones comunitarias efectivas que han logrado impactar áreas afectadas por

la violencia, pandillas y crimen organizado19.

Por otro lado, el informe mostró que el número total de personas que sufrieron una

muerte violenta como consecuencia de un homicidio aumentó significativamente en

comparación con el último cuarto de siglo, de 395.542 en 1992 a 464.000 en 2017. No

obstante, cabe destacar que la población mundial ha aumentado más rápido que el

incremento de muertes por homicidio, es decir que el riesgo de ser víctima por esta

causa ha disminuido de manera constante. En ese sentido, para el año 1992 se registró

una tasa mundial de 7,2 y para el año 2017 una de 6,1.

América Latina tiene la mayor tasa de asesinatos registrando 17,2 por cada 100 mil

habitantes, seguido de África (13), Europa (3), Oceanía (2.8) y Asia (2.3); y los únicos

cuatro países del mundo con tasas de homicidio de más de 40 personas por cada 100 mil

habitantes están en esta región El Salvador (62,1), Venezuela (57), Jamaica (57) y

Honduras (41.7).

De acuerdo con el Estudio Global de Homicidios 2019 indica que las intervenciones

efectivas para contrarrestar esta problemática, requiere una comprensión integral de sus

causas y de los factores que impulsan este delito, dentro de los cuales se destacan la

desigualdad, el desempleo, conflictos de género, consumo de sustancias psicoactivas y

la presencia de la delincuencia organizada. Asimismo, este estudio señala la importancia

de un modelo de gobierno centrado en el estado de derecho, el control de la corrupción

y la inversión en el desarrollo socioeconómico, incluida la educación, como elementos

fundamentales para reducir la tasa de homicidios a nivel mundial.  

19
UNODC, 2019

34
5.2. Violencia contra la mujer

Cuando se habla de una violencia no letal, tal como la que se da al interior de la familia,

las mujeres soportan abrumadoramente la carga y esta es infringida esencialmente por

los varones.

A nivel global, se estima que 736 millones de mujeres, alrededor de una de cada tres, ha

experimentado alguna vez en su vida violencia física o sexual por parte de una pareja

íntima, o violencia sexual perpetrada por alguien que no era su pareja (el 30% de las

mujeres de 15 años o más). Las tasas de depresión, trastornos de ansiedad, embarazos

no planeados, infecciones de transmisión sexual e infección por VIH son más altas en

las mujeres que han experimentado este tipo de violencia en comparación con las que no

la han sufrido, así como muchos otros problemas de salud que pueden durar incluso

después de que la violencia haya terminado.

La mayor parte de la violencia contra las mujeres es perpetrada por sus maridos o

parejas íntimas o por parte de sus exmaridos o parejas. Más de 640 millones de mujeres

de 15 años o más han sido objeto de violencia de pareja (el 26% de las mujeres de 15

años o más).

De las que han mantenido una relación, casi una de cada cuatro adolescentes de 15 a 19

años (24%) ha experimentado violencia física y/o sexual por parte de su pareja o

marido. 

En 2018, se estima que una de cada siete mujeres ha experimentado violencia física y/o

sexual por parte de su pareja o marido en los últimos 12 meses (el 13% de las mujeres

de 15 a 49 años). 

A nivel mundial, la violencia contra las mujeres afecta de forma desproporcionada a los

países y regiones de ingresos y medios bajos. El 37% de las mujeres de entre 15 y 49

35
años que viven en países clasificados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible como

"menos desarrollados" han sido objeto de violencia física y/o sexual por parte de su

pareja en su vida.

A nivel global, alrededor de 81,000 mujeres y niñas fueron asesinadas en el 2020, unas

47,000 de ellas, (es decir, el 58%), a manos de sus parejas o familiares. Esto equivale a

una mujer o niña asesinada cada 11 minutos por personas que conocen. En el 58% de

todos los homicidios cometidos por las parejas intimas y/o en el contexto familiar, la

víctima fue una mujer o niña.

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) detalló que el 54,8 % de

mujeres fue víctima de violencia psicológica, verbal o sexual por parte de su compañero

o pareja20.

De acuerdo con el informe del INEI, el 50,1% de mujeres mayores de 18 años sufrió

violencia psicológica por parte de su compañero. Mientras que el 27,1% padeció

agresiones físicas por parte de estos y el 6%, lamentablemente, fue víctima de

violencia sexual.

20
Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2020

36
CAPÍTULO III: LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN EL

PERÚ

1. Elementos de la Perspectiva de Género.

La Corte Suprema en el fundamento 10 del Acuerdo Plenario 1-2011 21 ha señalado los

elementos del enfoque de género, que implica:

a) Reconocer las relaciones de poder basadas en sexo, que en general es favorable a

los varones, que, si bien la ley señala igualdad de trato entre hombres y mujeres,

existe discriminación hacia la mujer.

b) Determinación histórica, reconocer que las relaciones de poder no son

espontáneas, sino históricas, sociales y dinámicas, que van cambiando con el

tiempo, que la discriminación que existió antes no es igual a la de ahora por la

presencia de las mujeres en el ámbito de producción, político, laboral,

económico entre otros.

c) Presencia en todos los espacios sociales, reconocer que las circunstancias de

desigualdad y discriminación ocurre en todos los espacios sociales, públicos e

internos.

d) Articulación con otras discriminaciones, reconocer que no todas las

discriminaciones se viven igual, que existen situaciones sociales como la clase,

la etnia, grupo social, edad, discapacidad entre otros que exponen más a la

discriminación.

21
Fundamento 10 del Acuerdo Plenario 1-2011 de la Corte Suprema 1-2011/CJ-116, VII Pleno
Jurisdiccional de las Salas Penales. En:
https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/10b3e2004075b5dcb483f499ab657107/
ACUERDO+PLENARIO+N%C2%B0+1-2011.pdf?
MOD=AJPERES&CACHEID=10b3e2004075b5dcb483f499ab657107

37
En tal sentido, la perspectiva de género va a permitir reconocer estos elementos, y sobre

todo nos hará entender que la discriminación y la violencia -a razón de los patrones

culturales del androcentrismo- es común en nuestra cultura y sociedad.

2. La perspectiva de género en el ámbito institucional.

El Tribunal Constitucional en la sentencia del Expediente 1479-2018-PA/TC-Lima ha

señalado que “la desaparición de las desigualdades es un desafío social y es un objetivo

cuyo cumplimiento involucra principalmente al Estado, pero también a todos sus

integrantes en conjunto. En ese sentido, la perspectiva de igualdad de género, entendido

como una nueva mirada a la desigualdad y a la situación de vulnerabilidad de las

mujeres, se presenta como una herramienta metodológica que necesariamente debe ser

empleada en el ámbito institucional (y también en el ámbito privado), ya que ayuda a la

materialización de las medidas públicas adoptadas para lograr una real igualdad en

derechos entre hombres y mujeres, y porque también constituye un instrumento ético

que dota de legitimidad a las decisiones institucionales que se tornen en aras de alcanzar

una sociedad más justa e igualitaria.22”

Siendo así, el Tribunal Constitucional ha definido a la perspectiva de igualdad de género

como una nueva forma de análisis que evidencia cómo es que determinados hechos o

situaciones afectan de manera distinta a los hombres y a las mujeres, es decir, un

análisis con sensibilidad de género y motivado por lograr la equidad entre hombres y

mujeres.

Es por ello que se considera que la adopción de la perspectiva de igualdad de género en

el ámbito institucional supone un proceso de cambio en la acostumbrada forma de

ejercer la función y el servicio público, que origina, además, ajustes en las estructuras

22
Fundamento 9 de la Sentencia del Tribunal Constitucional del Exp. N° 01497-2018-PA/TC-LIMA. En:
https://tc.gob.pe/jurisprudencia/2019/01479-2018-AA.pdf

38
institucionales, así como la flexibilización en los procedimientos y prácticas rígidas

diseñados para el funcionamiento estatal. De ahí que, por ejemplo, la adopción del

enfoque de género en el ámbito de la administración de justicia supondría la creación de

una jurisdicción y fiscalía especializadas, así como exigiría de un análisis con

perspectiva de género presente en el razonamiento que sustenta las decisiones de jueces

y fiscales al momento de impartir justicia y perseguir e investigar el delito.

En ese sentido, para adoptar el enfoque de género en la administración de la justicia, el

Estado ha creado: Comisión de Justicia de Género y el Sistema Nacional Especializado

de Justicia para la Protección y Sanción de la Violencia contra las Mujeres e Integrantes

del Grupo Familiar.

2.1. Comisión de Justicia de Género

El Poder Judicial instituyó como política transversal la incorporación del enfoque de

género en todos sus niveles y estructuras organizacionales, mediante el Acuerdo de Sala

Plena N° 141-2016, de fecha 21 de julio de 2016. Asimismo, creó la Comisión de

Justicia de Género con la misión de liderar este proceso en la administración de justicia.

Cabe mencionar que la Comisión de Justicia de Género asume como equivalentes los

términos ‘perspectiva de género’ y ‘enfoque de género’, pues sigue lo planteado por la

doctora Marcela Huaita, quien refiere que “la perspectiva o enfoque de género es un

marco de análisis teórico y conceptual que permite detectar los factores de desigualdad

que afectan a hombres y mujeres en los diferentes ámbitos de la vida humana”; así lo ha

manifestado en el documento “PENSANDO EN GÉNERO: MARCO CONCEPTUAL

PARA LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA CON ENFOQUE DE GÉNERO” 23.

23
https://peru.unfpa.org/sites/default/files/pub-pdf/PODER%20JUDICIAL%20publicacion_pensando
%20en%20g%C3%A9nero.pdf

39
En tal sentido, incorporar la perspectiva de género en la administración de justicia es un

mecanismo para erradicar las desigualdades que afectan el pleno ejercicio de los

derechos de las mujeres por su condición de tal, promoviendo la equidad entre mujeres

y varones.

2.2. Sistema Nacional Especializado de Justicia para la Protección y

Sanción de la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo

Familiar.

Por otro lado, el Poder Ejecutivo, mediante Decreto Legislativo 1368, publicado el 29

de julio de 2018, en el diario oficial El Peruano, ha creado el Sistema Nacional

Especializado de Justicia para la Protección y Sanción de la Violencia contra las

Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar; cual está integrado por el Poder Judicial, el

Ministerio Público, la Policía Nacional del Perú, el Ministerio de Justicia y Derechos

Humanos y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. La competencia de

dicho Sistema es conocer las medidas de protección y las medidas cautelares que se

dicten en el marco de la Ley N° 30364 “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la

violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar”; así como para conocer

los procesos penales que se siguen por la comisión de los delitos de feminicidio,

lesiones, violación sexual y actos contra el pudor en menores.

3. La transversalización del enfoque de género en las políticas y la

gestión pública.

Como se afirmó anteriormente, las entidades públicas tienen la responsabilidad de llevar

a cabo las acciones necesarias que promuevan y garanticen la igualdad entre mujeres y

hombres, desarrollando políticas que contrarresten las situaciones negativas que ignoran

40
la presencia de la mujer en el desarrollo social, invisibilizando con ello sus intereses y

necesidades.

Las políticas públicas para la contratación de servidoras/es y su acceso a cargos

directivos; el impulso de prácticas, valores, actitudes y comportamientos equitativos,

garantizando el derecho a la no discriminación y el ejercicio pleno de los derechos de

las mujeres, etc., constituyen ejemplos de acciones que las entidades públicas deben

desarrollar bajo sus propias competencias funcionales24.

Para la orientación de estas acciones el Perú cuenta con la Ley N° 28983, Ley de

Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres, que establece el marco

normativo, institucional y de políticas públicas para garantizar a mujeres y hombres el

ejercicio de su derecho a la igualdad, dignidad, libre desarrollo, bienestar y autonomía,

impidiendo la discriminación en todas las esferas de la vida, derechos fundamentales

consagrados en la Constitución Política del Perú (Artículo 2°, numeral 2):

“Toda persona tiene derecho: A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado

por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de

cualquier otra índole”.

3.1. ¿Qué es transversalizar el enfoque de género en las políticas

públicas?

Es el proceso de examinar las implicaciones que tiene para mujeres y hombres cualquier

acción planificada, incluyendo legislación, políticas o programas en todas las áreas y en

todos los niveles. Permite hacer de las necesidades e intereses de ellas y ellos una

dimensión integrada en el diseño, implementación, monitoreo y la evaluación de

24
Decreto Supremo N° 027-2007-PCM. Define y establece las Políticas Nacionales de obligatorio
cumplimiento para las entidades del Gobierno Nacional

41
políticas y programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales, de manera

que se beneficien igualitariamente.25

La transversalización del enfoque de género implica pues que, en cada entidad pública,

las personas responsables del diseño, implementación, monitoreo y evaluación de

cualquier intervención pública, tengan siempre presente el impacto que estas acciones

van a tener en la vida de mujeres y hombres, orientándolas además hacia resultados de

igualdad entre ellas y ellos.

3.2. ¿Por qué es necesario transversalizar el enfoque de género en las

políticas públicas?

Las situaciones de desigualdad entre mujeres y hombres, en diferentes ámbitos del

desarrollo humano, corroboran la persistencia de tratos diferentes y discriminatorios que

afectan especialmente a las mujeres quienes afrontan las mayores desventajas y

limitaciones para el acceso y control de recursos para su progreso, tales como

oportunidades de educación, capacitación, participación y decisión, propiedad, créditos,

etc. Asimismo, en su rol tradicional de principales responsables del cuidado y las tareas

del hogar, están expuestas a la realización de dobles o triples jornadas (laborales,

domésticas, comunales) que las privan de un recurso fundamental para la ampliación de

sus oportunidades: el tiempo.

Si las políticas públicas no aplican el enfoque de género que les permita identificar las

necesidades e intereses diferenciados de cada grupo, corren el riesgo de mantener las

desigualdades existentes entre mujeres y hombres en lugar de lograr resultados de

igualdad de género.

25
Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. (1997). En Plan Nacional de Igualdad de Género
(PLANIG) 2012-2017 (pp. 13 - 14). Lima: MIMP.

42
3.3. ¿Qué implica transversalizar el enfoque de género?

a) Reconocer que existe una desigualdad social y económica entre mujeres y

hombres y que las políticas públicas son un instrumento fundamental para el

logro de la igualdad entre ellas y ellos garantizando las mismas oportunidades y

el ejercicio efectivo de derechos.

b) Reconocer la diversidad del sujeto mujer y del sujeto hombre e introducir en el

análisis la interseccionalidad de las múltiples y simultáneas discriminaciones

que pueden sufrir las personas: género, etnia, lengua materna, raza, clase y

orientación sexual, etc.

c) Reconocer que debe analizarse cómo los problemas y sus causas afectan a

mujeres y hombres de manera diferenciada y que las políticas necesariamente

deben considerar no sólo estas diferencias, sino especialmente las desigualdades

que se han construido sobre ellas para revertirlas a través de las políticas y todas

las intervenciones públicas.

d) Monitorear y evaluar permanentemente el impacto de las políticas públicas en el

logro de la igualdad entre mujeres y hombres

3.4. Con la transversalización del enfoque de género en las políticas

públicas lograríamos:

a) Cerrar las brechas de género existentes en los diferentes ámbitos del desarrollo

social y económico productivo. Es el Estado a través de todas sus entidades el

encargado de generar las políticas, metodologías, herramientas, asistencia

técnica y otras intervenciones que contribuyan a este fin.

b) Asignación de recursos (humanos y presupuestales) para el cumplimiento de las

políticas de igualdad de género, evidenciando la relación causal entre

presupuesto, intervenciones y resultados de igualdad de género.

43
c) Contar con evaluaciones más finas sobre los efectos e impactos de estas políticas

en la vida de mujeres y hombres a corto, mediano y largo plazo, en relación al

avance en materia de igualdad de género.

d) Rediseñar y reorientar las estrategias e intervenciones públicas introduciendo los

elementos y hallazgos de los diagnósticos y análisis de género.

e) Que la acción del Estado, en todos los sectores y niveles de gobierno, a la par

que logra sus objetivos y metas en el marco de sus competencias, logre también

resultados para la igualdad de género.

4. El Ministerio De La Mujer y Poblaciones Vulnerables

El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), se constituye en el ente

rector en las políticas nacionales y sectoriales sobre mujer, estableciendo entre sus

competencias funcionales la “promoción y fortalecimiento de la transversalización del

enfoque de género en las instituciones públicas y privadas, políticas, planes, programas

y proyectos de Estado”.26

En esa medida, el MIMP como organismo del Poder Ejecutivo, diseña, establece,

ejecuta y supervisa políticas nacionales y sectoriales sobre la mujer, asumiendo la

rectoría respecto de ellas (LOPE. Artículo 22º, Numeral 22.2 y LOF. MIMP Artículo

2º). Es así que el MIMP se estructura en dos viceministerios:

a) Viceministerio de la Mujer y,

b) Viceministerio de Poblaciones Vulnerables.

El Viceministerio de la Mujer se organiza en tres direcciones generales:

a) La Dirección General de Igualdad de Género y no Discriminación, responsable

de las políticas públicas en materia de igualdad de género y no discriminación.


26
Decreto Legislativo N° 1098. Aprueba la Ley de Organización y Funciones del Ministerio de la Mujer
y Poblaciones Vulnerables.

44
b) La Dirección General de Transversalización del Enfoque de Género, encargada

de diseñar y evaluar la transversalización del enfoque de género en el diseño y

gestión de las políticas públicas nacionales y subnacionales.

c) La Dirección General Contra la Violencia de Género, encargada de diseñar y

evaluar la gestión de las políticas públicas para prevenir, atender, sancionar y

erradicar la violencia de género en sus diferentes manifestaciones.

La Dirección General de Transversalización del Enfoque de Género (DGTEG) como

autoridad técnico normativa que dirige, coordina, controla y evalúa en el ámbito

nacional la transversalización del enfoque de género en el diseño y gestión de las

políticas públicas, tiene la responsabilidad de diseñar, implementar y evaluar la ruta

crítica para la construcción de los procesos de transversalización del enfoque de género

al interior de las entidades del Estado.

5. Política Nacional de Igualdad de Género

En el Perú, con la aprobación de la Política Nacional de Igualdad de Género (PNIG), se

ha dado un nuevo e importante paso en la tarea de eliminar los obstáculos que impiden

45
que las mujeres ejerzan sus derechos en igualdad y libres de discriminación. La PNIG se

aprobó a través del Decreto Supremo N° 008-2019-MIMP, del 4 de abril de 2019.

Bajo la conducción del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), la

PNIG es de obligatorio cumplimiento para todas las entidades de la administración

pública, en el marco de sus competencias, señaladas en el art. 1 del Texto Único

Ordenado de la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General (D.S. N°

004-2019-JUS)

5.1. Las causas de la discriminación estructural contra las mujeres

a) Asignación desigual de roles

 Desigual organización social del cuidado, que sigue siendo responsabilidad

femenina y sin remuneración (30,7% de mujeres de 14 años a más no tiene

ingresos propios frente al 19,7 % de hombres27).

 Distribución desigual del uso del tiempo (las mujeres trabajan semanalmente

9 horas con 15 minutos más que los hombres28) que se ha convertido en la

principal causa para que la jornada laboral remunerada de las mujeres sea

menor a la de los hombres (ellas en promedio ganan 21% menos que sus

pares masculinos29). En el caso de las niñas, limita su desempeño escolar y

su tiempo de juegos.

b) Normas y cultura institucional que refuerzan la situación de inferioridad o

subordinación de las mujeres

 La transversalización del enfoque de género en la gestión pública todavía

es débil y es poca la presencia de mujeres en los puestos directivos en el

27
Perú: brechas de género 2021. Avances hacia la igualdad de mujeres y hombres. INEI. Noviembre,
2021, p. 38.
28
Ibidem, p. 41.
29
Ibidem, p. 91.

46
Estado en todos sus niveles (el 37,7% de integrantes del Gabinete son

mujeres, frente al 62,3% de hombres30).

c) Patrones socioculturales discriminatorios (roles, espacios, atributos) que

privilegian lo masculino sobre lo femenino

 Reproducción de estereotipos a través de la familia y de la formación

educativa. Se fomenta en las mujeres carreras que son prolongación de lo

doméstico (por ejemplo, en el sector público, el 55 % de mujeres ocupa

cargos como enfermeras o profesoras de educación inicial y primaria31).

 Tolerancia de la sociedad a la violencia y la desigualdad, tal como lo 5

expresa la Encuesta Nacional de Relaciones Sociales32. En ella, el 44,3 %

de la población de 18 años a más mencionó estar de acuerdo que si las

mujeres descuidan a sus hijas/os merecen una forma de castigo. El 20,4 %

manifestó que “aunque haya maltrato, una mujer siempre debe estar con

su esposo o pareja”. Además de otras respuestas que expresan que existe

una naturalización de la violencia de género contra las mujeres33.

 Percepción de la desigualdad y la discriminación en los ámbitos público y

privado, en los que no se considera la discriminación como un problema,

como es el caso del ámbito empresarial, donde las mujeres están poco

representadas en los cargos directivos o reciben menores salarios. Todavía

se cree que las mujeres no tienen la misma capacidad que los hombres en

determinados trabajos: 19 % de entrevistadas/os respondió que prefiere

tener como jefe a un hombre que a una mujer.

30
Ibidem, p. 35.
31
SERVIR, 2018
32
INEI, 2015
33
IPSOS, 2018

47
 Refuerzo de los estereotipos y roles de género a través de los medios de

comunicación, que los normalizan, cosifican los cuerpos femeninos y hay

una ausencia del enfoque de género en los programas. El 75 % de las

noticias sobre la violencia de género son enfocadas como hechos

policiales y no sensibilizan a las/os espectadores respecto a que es una

violación de los derechos humanos de las mujeres34.

5.2. Los efectos de la discriminación estructural en la vida de las mujeres

a) Vulnera su derecho a una vida libre de violencia, lo que se expresa en el acoso

sexual en el espacio público; acoso político en el ejercicio de sus funciones

políticas; hostigamiento sexual en el ámbito laboral; violencia física, psicológica

o sexual en el hogar (62,2 % de mujeres fueron víctimas de violencia, ejercida

alguna vez por el 8 esposo o compañero 35); pero también las niñas la sufren en

los centros educativos. La trata con fines de explotación sexual y/o laboral es,

asimismo, otro grave problema. El feminicidio que es la violencia extrema que

acaba con la vida de las mujeres.

b) Vulnera su derecho a la salud sexual y reproductiva. En una encuesta del INEI

(2017), el 11,5 % de mujeres señaló que el esposo es el que decidió sobre el

cuidado de su salud. No es de extrañar, entonces, que un 20,9 % de mujeres

utilice métodos tradicionales. El 13,4 % de mujeres entre 15 y 19 años ya estuvo

alguna vez embarazada, especialmente del área rural, con menor educación y

mayor pobreza. A pesar que altos porcentajes de madres y padres de familia y

docentes están de acuerdo con que se enseñe la educación sexual integral, esta

todavía es mínima. Otra expresión de desigualdad en este aspecto es la

mortalidad materna que asciende a 68 por cada 100 000 nacidos vivos, situación

34
Consejo Consulvo de Radio y Televisión (Concortv), 2018.
35
ENDES, 2018.

48
que se agrava cuando no se garantiza el derecho a información de las mujeres en

salud sexual y reproductiva.

c) Vulnera su derecho al acceso y participación de las mujeres en espacios de toma

de decisiones. Es baja su participación a niveles de elección popular, no hay

ninguna mujer gobernadora regional, y solo el 2,6 % ocupa una alcaldía en más

de 1 800 gobiernos municipales (2018). No obstante que las mujeres representan

el 46,9 % de afiliadas en las organizaciones políticas, a nivel directivo, su

participación solo alcanza el 24,4 % (JNE).

d) Vulnera sus derechos económicos y sociales. En la educación, las mujeres

rurales son las que más ven sus derechos afectados; por ejemplo, el 89,3 % de

mujeres urbanas culmina sus estudios 9 secundarios o superiores, en el campo

solo lo logra el 52 %36; una de las razones que señalaron para no continuarlos fue

el problema económico. En la educación Superior Tecnológica, si bien las

mujeres representan el 54 % del total de la población estudiantil, las carreras que

más siguen son enfermería técnica, contabilidad, administración de empresa,

farmacia (Censo Escolar 2018). En la Educación Técnico Productiva, de acuerdo

a esta misma fuente, las mujeres ascienden al 64,8 %, pero las opciones

profesionales de su preferencia son peluquería, confección textil, cómputo y

asistente de panadería y pastelería. Todo ello va a significar que tengan menos

ingresos, una mayor presencia en el campo informal y menos acceso a la

tecnología. A esto se agrega que las mujeres trabajan menos horas en el sector

laboral, pues deben responder a las exigencias que demanda tener la mayor

responsabilidad en las tareas domésticas y la crianza de las/os hijos. Un 31,5 %

36
INEI, 2018.

49
de mujeres no tiene ingresos propios. El 75,1 % de mujeres que trabajan lo

hacen en el sector informal37.

5.3. ¿Por qué una Política Nacional de Igualdad de Género?

Como hemos visto, las mujeres viven diversas desigualdades que se expresan en

distintas formas de discriminación y exclusión. En este sentido, la Política se propone:

a) Cambiar patrones socioculturales discriminadores que se manifiestan en las

costumbres, creencias religiosas y prejuicios, de tal manera que mujeres y

hombres vivan en una situación de igualdad de derechos y de oportunidades.

b) El transformar estos patrones va a cambiar las erradas creencias sobre la

desigualdad de las mujeres por su capacidad reproductiva, para llevar a la

certeza que tienen las mismas potencialidades para crear y transformar la

cultura.

c) Modificar la división sexual del trabajo, que asigna roles y espacios

diferenciados a mujeres (trabajo reproductivo) y a los hombres (trabajo

productivo), y dar una misma valoración a la labor que realizan como personas,

integrantes de una comunidad.

d) Cambiar normas y la cultura institucional de manera que valore a las mujeres en

toda su capacidad y aporten al desarrollo de nuestra sociedad, de forma que

todas/os gocen de las condiciones de vida imprescindibles en una democracia

con justicia

5.4. Objetivo de la Política Nacional de Igualdad de Género

Abordar las causas y los efectos de la discriminación estructural contra las mujeres en

su diversidad, que históricamente ha generado que enfrenten situaciones de desigualdad

y de subordinación.

37
INEI, 2017.

50
a) Reducir la violencia hacia las mujeres.

b) Garantizar el ejercicio de los derechos a la salud sexual y reproductiva de las

mujeres.

c) Garantizar el acceso y participación de las mujeres en espacios de toma de

decisiones.

d) Garantizar el ejercicio de los derechos económicos y sociales de las mujeres.

e) Reducir las barreras institucionales que obstaculizan la igualdad en los ámbitos

público y privado entre hombres y mujeres.

f) Reducir la incidencia de los patrones socioculturales discriminatorios en la

población.

5.5. Indicadores:

La Política Nacional de Igualdad de Género incluye indicadores que medirán los

objetivos prioritarios y tienen como meta el 2030:

51
52
CAPÍTULO IV. LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA

CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

El año 2017, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH o Corte) emitió

una publicación con el objeto de dar a conocer las principales líneas jurisprudenciales

en diversas temáticas de género y colocó especial énfasis a la situación de las mujeres y

su tratamiento en la jurisprudencia interamericana.

La Corte emitió diversas resoluciones desde una perspectiva de género, donde abordó

los roles y estereotipos asignados a las mujeres. Asimismo, abordó la violación de

derechos específicos de la Convención Americana, como la vida (artículo 8), integridad

personal (artículo 5), la vida privada (artículo 11) y acceso a la justicia (artículo 8 y 25).

A continuación, se presentan algunos extractos emitidos por la Corte IDH referente a un

análisis desde la perspectiva de género.

 En la sentencia emitida en el CASO I.V. VS. BOLIVIA la Corte reconoció que


“la libertad y autonomía de las mujeres en materia de la salud sexual y
reproductiva ha sido históricamente limitada, restringida o anulada con base en
estereotipos de género negativos o perjudiciales (…). Ello debido a que se ha
asignado social y culturalmente a los hombres un rol preponderante en la
adopción de decisiones sobre el cuerpo de las mujeres y que las mujeres son
vistas como el ente reproductivo por excelencia. (…) el fenómeno de la
esterilización no consentida está marcado por estás secuelas de las relaciones
históricamente desiguales entre las mujeres y los hombres”38 (2016:81).
 En el CASO VELIZ FRANCO Y OTROS VS. GUATEMALA 39, la Corte IDH
señaló que “(…) las mujeres víctimas de homicidio por razones de género con
frecuencia presentan signos de brutalidad en la violencia ejercida contra ellas,
así como signos de violencia sexual (…) en casos de violencia contra la mujer
las obligaciones generales establecidas en los artículo 8° y 25° de la Convención

38
36Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso I.V. vs. Bolivia. Sentencia de 30 de noviembre de
2016 (Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas). Disponible en:
www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_329_esp.pdf
39
37Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Veliz Franco y otros vs. Guatemala. Sentencia de
19 de mayo de 2014 (Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas). Disponible en:
http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_277_esp.pdf

53
Americana se complementan y refuerzan para aquellos Estados que son parte
(…) de la Convención Belem do Pará” (2014: 63-65).
 En atención a la situación de las mujeres que son detenidas o arrestadas, la Corte
IDH estableció que aquellas “(…) no deben sufrir discriminación, y deben ser
protegidas de todas las formas de violencia o explotación”, dicha discriminación
incluye “la violencia dirigida contra la mujer porque es mujer o afecta en forma
desproporcionada”, y abarca (…) actos que infligen daños o sufrimientos de
índole física, mental o sexual, amenazas de cometer estos actos, coacción y otras
formas de privación de la libertad. En ese sentido, la ineficacia judicial frente a
casos individuales de violencia contra las mujeres propicia un ambiente de
impunidad que facilita y promueve la repetición de los hechos de violencia en
general y envía un mensaje según el cual la violencia contra las mujeres puede
ser tolerada y aceptada, lo que favorece su perpetuación y la aceptación social
del fenómeno (…) Dicha ineficacia o indiferencia constituye en sí misma una
discriminación de la mujer en el acceso a la justicia. Por ello, cuando existen
indicios o sospechas concretas de violencia de género, la falta de investigación
por parte de las autoridades de los posibles móviles discriminatorios que tuvo un
acto de violencia contra la mujer, puede constituir en sí misma una forma de
discriminación basada en género”40 (2014: 81-99).
La Corte IDH también se pronunció en diferentes sentencias respecto a los roles y

estereotipos asignados a las mujeres.

a) Así en el CASO GONZALES Y OTRAS (CAMPO ALGODONERO) VS.


MÉXICO, resaltó que “(…) el estereotipo de género se refiere a una
preconcepción de atributos o características poseídas o papeles que son o
deberían ser ejecutados por hombres y mujeres respectivamente. (…) es posible
asociar la subordinación de la mujer a prácticas basadas en estereotipos de
género socialmente dominantes y socialmente persistentes, condiciones que se
agravan cuando los estereotipos se reflejan, implícita o explícitamente, en
políticas y prácticas, particularmente en el razonamiento y el lenguaje de las
autoridades (…) La creación y uso de estereotipos se convierte en una de las
causas y consecuencias de la violencia de género en contra de la mujer” 41
42
(2009: 102, 2015: 69).

40
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Espinoza Gonzales vs. Perú. Sentencia de 20 de
noviembre de 2014 (Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas). Disponible en:
http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_289_esp.pdf
41
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso González y otras vs. México. Sentencia de 16 de
noviembre de2009 (Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas). Disponible en:
http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_205_esp.pdf
42
40Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Velásquez Paiz y otros vs. Guatemala. Sentencia
de 19 de noviembre de 2015 (Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas). Disponible en:
http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_307_esp.pdf

54
Finalmente, en cuanto a la violencia contra la mujer la Corte en reiterada jurisprudencia

ha remarcado que ésta constituye una forma de tortura. Así lo ha expresado en los

siguientes casos:

 PENAL MIGUEL CASTRO CASTRO VS. PERÚ, donde se concluye “(…) que
los actos de violencia sexual a que fue sometida una interna bajo supuesta
inspección vaginal dactilar constituyeron una violación sexual que por sus
efectos constituye tortura” (2006: 107).
 ROSENDO CANTÚ Y OTROS VS. MÉXICO, consideró que “(…) la violación
sexual, al igual que la tortura, persigue entre otros, los fines de intimidar,
degradar, humillar, castigar o controlar a la persona que la sufre. La violación
sexual (…) se produjo en el marco de una situación en la que los agentes
militares interrogaron a la víctima y no obtuvieron respuesta (…) [quedando]
probado que el presente caso tuvo la finalidad específica de castigo (…)” (2010:
39).
 MASACRES DE RÍO NEGRO VS. GUATEMALA afirmó que “(…) durante el
conflicto armado las mujeres fueron particularmente seleccionadas como
víctimas de violencia sexual (…), las violaciones masivas tenían un efecto
simbólico (…) ya que representan los valores que deben ser reproducidos en la
comunidad” (2012: s/p).
 MASACRES DE EL MOZOTE Y LUGARES ALEDAÑOS VS. EL
SALVADOR, la Corte “considera que es inherente a la violación sexual el
sufrimiento severo de la víctima, y en términos generales, la violación sexual, al
igual que la tortura, persigue, entre otros, los fines de intimar, degradar,
humillar, castigar o controlar a la persona que la sufre. (…) durante los
conflictos armados las mujeres y niñas enfrentan situaciones especificas de
afectación a sus derechos humanos, como lo son los actos de violencia sexual, la
cual en muchas ocasiones es utilizada como medio simbólico para humillar a la
parte contraria o como un medio de castigo y represión (…)” (2012: 62).
 FAVELA NOVA BRASILIA VS. BRASIL, se reconoce que “la violación
sexual de una mujer que se encuentra detenida o bajo la custodia de un agente
del Estado es un acto especialmente grave y reprobable, tomando en cuenta la
vulnerabilidad de la víctima y el abuso de poder que despliega el agente.
Asimismo, la violación sexual es una experiencia sumamente traumática que
puede tener severas consecuencias y causa gran daño físico y psicológico, que
deja a la víctima “humillada física y emocionalmente”, situación difícilmente
superable por el paso del tiempo, a diferencia de lo que acontece en otras
experiencias traumáticas” (2017: 65).
En tal sentido, las autoridades estatales deben iniciar de oficio y sin dilación, una

investigación seria, imparcial y efectiva una vez que tomen conocimiento de los hechos

que constituyen violencia contra la mujer. Asimismo, “(…) esta obligación de investigar

55
debe tomar en cuenta el deber de la sociedad de rechazar la violencia contra las mujeres

y las obligaciones del Estado de erradicarla y de brindar confianza a las víctimas en las

instituciones para su protección”42 (Corte IDH 2012: 97).

1. Reparaciones con perspectiva de género.

Una de las facultades de la Corte consiste en establecer medidas reparatorias luego de

haber determinado la violación de uno o más derechos. Progresivamente, ha

incorporado una perspectiva de género en materia de reparaciones durante los últimos

años. En este sentido, en el caso Campo Algodonero, la Corte precisó por primera vez

que las reparaciones deben ser adoptadas desde una perspectiva de género, teniendo en

consideración que la violencia produce impactos diferenciados en hombres y mujeres 43.

Además, ha establecido que en las reparaciones se debe contemplar no sólo el derecho

de la víctima a obtener una reparación, sino que también se debe incorporar dicha

perspectiva, tanto en su formulación como en su implementación44.

En los casos de violencia sexual, desapariciones forzadas, masacres, entre otros, restituir

al estado de cosas anterior puede resultar imposible, inadecuado o insuficiente. Por esta

razón, en dichos casos se procede con las medidas reparatorias tales como la

indemnización, la rehabilitación y la no repetición. Para ello, la Corte, por un lado, toma

en cuenta las formas de violencia específicas que sufren las mujeres y el contexto en la

que se enmarcan para la determinación del monto indemnizatorio; por otro lado, elabora

medidas preventivas que tienen como objetivo eliminar la desigualdad estructural que

posibilita la violencia de género45. De manera específica, en los casos concernientes a

43
Corte IDH. Caso Gonzáles y otras (“Campo Algodonero”) vs. México. Sentencia del 16 de 2009,
párrafo 451 https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_205_esp.pdf
44
Corte IDH. Caso I.V. vs. Bolivia. Sentencia del 30 de noviembre del 2016, párrafo 326
http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_329_esp.pdf
45
Clérico, Laura y Celeste Novelli (2014) La violencia contra las mujeres en las producciones de la
comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Estudios Constitucionales, Año 12, Nº 1, pp.
15-70 https://scielo.conicyt.cl/pdf/estconst/v12n1/art02.pdf

56
mujeres, “se ha dispuesto constantemente que medidas, como la investigación, la

capacitación a funcionarios estatales y la implementación de programas de educación en

derechos humanos, tengan una perspectiva de género” 46. Esto muestra que, si bien las

reparaciones por violaciones de los derechos de las mujeres tienen como objetivo, en

parte, reparar el daño ocasionado a la víctima en el caso concreto, las medidas

establecidas por la Corte también buscan transformar la situación de violencia

generalizada contra la mujer; por lo que, tienen un efecto tanto restitutorio como

correctivo.

CONCLUSIONES

1. El concepto de género fue utilizado por primera vez en el ámbito de la medicina,

y es a lo largo del tiempo que se fue desarrollando, el mismo que a raíz de las

investigaciones, se ha demostrado que lo que determina la identidad y el

comportamiento masculino o femenino, no es el sexo biológico; sino las

expectativas sociales y las experiencias sobre el hecho de ser hombre o mujer.

2. El género como un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en

las diferencias que se distinguen hombre y mujer es una forma primaria de


46
Salmón, Elizabeth (2019). Introducción al Sistema Interamericano de Derechos Humanos (p. 345)
Lima: Fondo Editorial PUCP.

57
relación en cuanto al poder, que en la actualidad han sufrido distintas

variaciones debido a las transformaciones históricas y socioculturales.

3. El género hace referencia a los atributos sociales y las oportunidades asociadas a

ser hombre o mujer, y las relaciones entre mujeres y hombres, niñas y niños. En

ese sentido, estos atributos, oportunidades y relaciones se establecen y se

aprenden en la sociedad, son específicos al contexto o tiempo, y pueden

cambiar.

4. La perspectiva de igualdad de género es, pues una nueva forma de análisis que

evidencia cómo es que determinados hechos o situaciones afectan de manera

distinta a los hombres y a las mujeres; es un análisis de sensibilidad motivado

para lograr la equidad entre hombres y mujeres.

5. La perspectiva de género atiende de manera importante a las relaciones de poder

y las condiciones de desigualdad que atraviesan cualquier esfera de la vida

social. Y es que, en sus orígenes, la perspectiva de género fue asumida por los

movimientos que buscaron la igualdad de oportunidades para las mujeres, así

como el cuestionamiento de los sistemas que estaban generando oportunidades

distintas entre unas personas y otras.

6. Los elementos del enfoque de género son: reconocer las relaciones de poder

basadas en sexo, la determinación histórica, la presencia en todos los espacios

sociales y la articulación con otras discriminaciones.

7. De acuerdo con el Tribunal Constitucional, la perspectiva de igualdad de género

es una nueva forma de análisis que evidencia cómo determinados hechos o

situaciones afectan de manera distinta a los hombres y a las mujeres; dicho

análisis de sensibilidad se realiza motivado para lograr la equidad entre hombres

y mujeres.

58
8. Transversalizar el enfoque de género en las políticas públicas, debe ser

entendido como el proceso de examinar las implicaciones que tiene para mujeres

y hombres cualquier acción planificada, incluyendo legislación, políticas o

programas en todas las áreas y en todos los niveles, para que permita hacer de

las necesidades e intereses de ellas y ellos una dimensión integrada en el diseño,

implementación, monitoreo y la evaluación de políticas y programas en todas las

esferas políticas, económicas y sociales, de manera que se beneficien

igualitariamente.

9. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha incorporado la perspectiva de

género en su jurisprudencia con la finalidad de brindar una protección específica

a los derechos de las mujeres. Los fallos de la Corte son sumamente relevantes,

dado que son vinculantes; es decir, de obligatorio cumplimiento, para los

Estados que son parte de esta.

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59
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