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CAUSAS DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR EN BOGOTÁ DISTRITO

CAPITAL EN EL AÑO 2017

GLORIA INES RODRIGUEZ SUSA

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

MAESTRIA EN DERECHOS HUMANOS Y CULTURA DE PAZ

Santiago de Cali, Colombia

2018

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CAUSAS DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR EN BOGOTÁ DISTRITO
CAPITAL EN EL AÑO 2017

GLORIA INES RODRIGUEZ SUSA

Tesis de grado para obtener el título de

MAGÍSTER EN DERECHOS HUMANOS Y CULTURA DE PAZ

Director:

Raúl Fernando Núñez Marín

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

MAESTRIA EN DERECHOS HUMANOS Y CULTURA DE PAZ

Santiago de Cali, Colombia

2018

2
ARTICULO 23 de la Resolución No.
13 del 6 de Julio de 1946, del
Reglamento de la Pontificia
Universidad Javeriana.

“La Universidad no se hace


responsable por los conceptos
emitidos por sus alumnos en sus
trabajos de Tesis. Solo velará
porque no se publique nada
contrario al dogma y la moral
católica y porque las Tesis no
contengan ataques o polémicas
puramente personales; antes bien,
se vea en ellas el anhelo de buscar
la Verdad y la Justicia”.

3
Nota de Aceptación

4
Dedicatoria

A mi padre y madre celestiales por fortalecerme cada día y con su luz


permitirme hallar un horizonte en este proyecto, con la esperanza que se convierta
en una semilla que de los mejores frutos en la construcción de la paz que supera
todo entendimiento (Filipenses 4:7), y redunde en el surgimiento de una nueva
sociedad.

A mi guía espiritual y amigo Jairo Vásquez Figueroa, por enseñarme con su


testimonio de vida que cada logro alcanzado no debe ser para satisfacción
personal, sino también un instrumento en la construcción de una sociedad
distinta.

A mi hijo Javier Fernández, por su apoyo, comprensión, compañía y por ser


mi polo a tierra en los momentos de dificultad que atravesé en la construcción de
este proyecto.

A mis padres que, aunque hoy no están conmigo me enseñaron a amar el


sentido de equidad, de respeto por el otro. Mi madre ejemplo de lucha por los
derechos de sus semejantes, inspiración en este proyecto.

Les dedico este nuevo logro.

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Agradecimientos

Agradezco a Dios todo poderoso por haberme permitido vivir, experimentar,


aprender de personas tan maravillosas como mis profesores, compañeros de grupo,
quienes con sus ejemplos me hicieron apreciar el verdadero valor de los derechos
humanos, más allá de la rigidez de la norma, grandes profesionales y mejores seres
humanos.

Agradezco infinitamente a la Pontifica Universidad Javeriana de Cali por admitirme


en la Maestría en Derechos Humanos y Cultura de Paz, siempre estará en mi corazón.

A la hospitalaria y humanista ciudad de Cali que me abrió sus puertas, me acogió


desde el primer día como una más de sus coterráneas.

A mi director de proyecto Raúl Fernando Núñez Marín, por su paciencia y guía


permanente, al Profesor Freddy Guerrero, por los conocimientos impartidos en las clases
de seminario, útiles en gran manera en la construcción de éste proyecto.

Amigos entrañables como María Fernanda Carvajal, Catalina Rincón, Carolina


Amaya, Olga María Leyva, Deysi Rosero, Cristhian Bedoya, y muchos más… por sus
testimonios de vida en la defensa de los derechos humanos y experiencias compartidas.
Gracias!

A la Dra. Claudia Piedad González por su colaboración en el acceso a la información


base de este proyecto.

Tabla de contenido

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CAPÍTULO I. INTRODUCCIÓN....................................................................................... 9
1.1. Justificación:..................................................................................................... 12
1.2. Planteamiento del problema: ............................................................................ 14
1.2.1. Formulación del problema: ........................................................................ 17
1.3. Objetivos .......................................................................................................... 18
1.3.1. Objetivo general: ....................................................................................... 18
1.3.2. Objetivos específicos: ................................................................................ 18

CAPÍTULO II. MARCO TEÓRICO-CONCEPTUAL Y ESTADO DEL ARTE .................. 19


2.1. Marco teórico-conceptual ................................................................................. 19
2.1.1. Violencia intrafamiliar .................................................................................... 19
2.1.1.1. Violencia física: ...................................................................................... 22
2.1.1.2. Violencia sexual: .................................................................................... 24
1.1.1.3. Violencia psicológica: ............................................................................. 25
1.1.1.3. Violencia económica: ............................................................................. 27
2.2. Estado del arte .................................................................................................... 29

CAPÍTULO III. MARCO LEGAL..................................................................................... 45

CAPÍTULO IV. MARCO


METODOLÓGICO………………………………………………Error! Bookmark not
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4.1. Tipo de investigación: ...................................................................................... 50
4.2. Enfoque y Diseño metodológico:...................................................................... 51
4.2.1. Técnica de recolección de información...................................................... 51

CAPÍTULO V. RESULTADOS Y ANÁLISIS .................................................................. 55


5.1. Condiciones sociodemográficas de las víctimas de violencia intrafamiliar en
Bogotá D.C, en el año 2017 ....................................................................................... 56
5.2. Causas principales que generan la violencia intrafamiliar en Bogotá, en el año
2017 ........................................................................................................................... 71

7
CONCLUSIONES.......................................................................................................... 89
REFERENCIAS: ............................................................................................................ 95
ANEXOS ..................................................................................................................... 100

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CAPÍTULO I. INTRODUCCIÓN

La violencia intrafamiliar ha estado presente en la historia de las sociedades como una


problemática social. El contexto colombiano, y sobre todo, en su capital, Bogotá
comporta este fenómeno social complejamente, y quienes más la resienten son las
mujeres, niños, niñas, adolescentes y adultos o personas mayores, elementos que
permiten comprender no solo el refuerzo de la cultura machista y el sistema patriarcal,
sino también la operatividad del mismo en los entornos privados de las familias a partir
del control, la dominación y el ejercicio del poder, y en ese sentido, es tarea desde la
perspectiva de la Maestría en Derechos Humanos y Cultura de Paz interrogarlo,
comprenderlo y analizarlo a profundidad. De esta manera, la formulación del problema
de investigación que se plantea es el siguiente: ¿Cuáles son las causas de la violencia
intrafamiliar en Bogotá D.C., en el año 2017?

Con la idea de responder a dicho interrogante, se planteó el siguiente objetivo


general del estudio: describir las causas de la violencia intrafamiliar en Bogotá, en el año
2017. De acuerdo al propósito central de la investigación, se desarrollaron 3 objetivos
específicos que se presentan a continuación: el primero, caracterizar las condiciones
sociodemográficas de las víctimas de violencia intrafamiliar en Bogotá D.C, en el año
2017; el segundo, identificar las causas principales que generan la violencia intrafamiliar
en Bogotá, en el año 2017; y el tercero, determinar la causa más frecuente y principal
agresor que genera la violencia intrafamiliar en Bogotá, en el año 2017.

Para poder desarrollar la pregunta, el objetivo general y los objetivos específicos


del estudio, fue fundamental proponer una metodología de investigación en la
recolección de la información, que comporta los siguientes elementos: la investigación
adopta un enfoque cuantitativo, enfoque que permite medir el fenómeno que se investiga,
permitiendo recurrir al tipo de investigación exploratorio y descriptivo, estas cualidades
definen el estudio como novedoso en el contexto bogotano. El diseño metodológico
aplicado es mixto, donde el diseño de datos agregados fue clave en la medida en que se
pudieron recurrir a las fuentes de bases de datos del Centro de Atención Penal Integral

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a Víctimas de Violencia Intrafamiliar (CAPIV), la cual al ser receptora de casos de las
entidades que atienden la violencia intrafamiliar en Bogotá, tiene la base más alimentada
al respecto, pero también, se acudió al diseño documental, los cuales permitieron
contextualizar el análisis desde las fuentes como el País y el Tiempo en el marco del año
de interés de análisis, el 2017. Es clave enunciar, que los elementos explicitados en el
marco conceptual fueron claves para el análisis de la información recolectada y ese
soporte teórico es complementario del proceso de construcción investigativa del
fenómeno de estudio.

De acuerdo a lo anterior, se presenta la estructura de la tesis en términos


capitulares y la forma de presentación. El trabajo de grado se caracteriza por tener 4
capítulos que se expresan de la siguiente forma:

 El Capítulo I., contiene la justificación, el planteamiento del problema y con ello, la


formulación del problema, el objetivo general, que, a su vez, tiene los objetivos
específicos de la investigación.

 El Capítulo II., que contiene el marco teórico-conceptual, en donde se definieron


algunos aspectos fundamentales para el estudio como violencia intrafamiliar,
violencia sexual, violencia psicológica, violencia económica, violencia física, entre
otros. Y posteriormente, se presentó el estado del arte, la cual permite reflejar el
estado actual del tema estudiado y los contextos en que se desarrollan.

 El Capítulo III., explica la metodología de la investigación, donde el enfoque


aplicado es cuantitativo, el tipo es exploratorio y descriptivo, sus diseños son
mixtos, es decir, datos agregados y documental, y que esto fundamenta el proceso
de recolección de la información del mismo.

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 Y, el Capítulo IV., que tiene los resultados, análisis y discusión de la investigación
como tal los cuales se definen a partir de unos Ítems que son: condiciones
sociodemográficas de las víctimas de violencia intrafamiliar en Bogotá D.C, en el
año 2017 y causas principales que generan la violencia intrafamiliar en Bogotá,
en el año 2017.

 Finalmente, se plantean las conclusiones que cierran la investigación que surge


del análisis establecido desde la perspectiva de la Maestría en Derechos
Humanos y Cultura de Paz y las referencias bibliográficas.

En ese sentido, esta investigación presenta su estructura organizada, a partir de


4 capítulos, las conclusiones, la bibliografía y los anexos como elemento soporte del
proceso del estudio como tal.

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1.1. Justificación:

Explicar el por qué y para qué de la realización de esta investigación aplicada


expresa diversos elementos que son fundamentales enunciarlos a continuación:

 El primero de ellos, se relaciona con un tema personal y político en la medida en


que como mujer es clave profundizar investigativamente en temáticas que
impactan a la población fémina, pero, además, porque es necesario visibilizar la
violencia intrafamiliar, pues, si bien, es una forma de violencia que afecta a niños,
niñas, hombres y adultos mayores, no se puede desconocer que las mayores
afectadas del fenómeno son las mujeres, produciendo así una justificación clave
que indica que es necesario ahondar sobre la problemática. Esto indica que, el
impacto social de este estudio es fundamental porque analiza un tema que se ha
normalizado en las prácticas cotidianas familiares, pero que también, se está
denunciando y que visibilizarlo puede captar el interés no solo de las personas
víctimas de violencia y los denunciantes de las mismas, sino de la comunidad en
general en resistir a ella.

 El segundo de ellos, tiene que ver con que el fenómeno de la violencia intrafamiliar
es una problemática social que ha impactado en la historia de las sociedades y
que actualmente, se encuentra trascendido y complejizado en el contexto mundial.
Colombia no es ajena a dicha dinámica, este tipo de violencia se halla presente
en los hogares de colombianos y colombianas, sobre todo en Bogotá, donde
según el Diario El Tiempo (2017), “la mayoría de los casos se denunciaron en este
contexto territorial” (p.3), lo cual permite comprender y motivar relevantemente a
interesarse en profundizar investigativamente en el tema, particularmente, las
causas que generan el fenómeno complejo.

El tercero de ellos, se define a partir de la actividad laboral en la cual hago parte


y que permite reflexionar permanentemente en la necesidad de elaboración y
desarrollo investigativo del tema de la violencia intrafamiliar. Hago parte del equipo

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humano del Centro de Atención penal Integral a víctimas de la Fiscalía en Bogotá
donde se tramitan las noticias recibidas, actos urgentes como capturas, medidas
de protección, asignación de hogares de paso, entre otros, como parte del
restablecimiento del derecho y protección de las víctimas, y en ese sentido, existe
conocimiento de diversas formas de violencia que hacen parte del contexto, pero
con un marcado énfasis en la violencia intrafamiliar, en razón al alto número de
diligencias que se reciben, donde la labor no se centra únicamente en la
elaboración de la documentación dentro relacionada con proceso penal, sino en
el monitoreo a la ruta de atención con la finalidad principal de generar las garantías
al respecto, dentro de tales fines , un laboratorio novedoso al interior de la Fiscalía,
denominado Centro de Atención Penal Integral a Víctimas de Violencia
Intrafamiliar, lugar donde se atiende junto a otras entidades del Estado del orden
nacional y Local los distintos casos, desde la recepción de la denuncia, que no
son pocas, sino que se adelanta el proceso de investigación, valoración médico
legal, asesoría por parte del ICBF, Comisaría de Familia, todo en un mismo lugar,
tendiendo como principal objetivo la atención pronta y efectiva a las víctimas.

 El cuarto de ellos, se acerca a razones académicas en relación a la problemática


de estudio. La Maestría en Derechos Humanos y Cultura de Paz, desde la
Universidad Javeriana Cali, estrecha una invitación a pensar y repensar los temas
sociales, políticos, culturales, económicos y tecnológicos que hacen parte de la
sociedad, y donde el contexto colombiano hace parte. Desde ahí, brinda
herramientas prácticas, teóricas-conceptuales y metodológicas tanto para
acercarse a estas realidades, como también para profundizar investigativamente
en el tema. Este aspecto entonces es sumamente clave en la medida en que el
perfil de la Maestría no se desliga de temáticas de interés de investigación que en
este caso es: la violencia intrafamiliar, por el contrario, motiva a continuar
introduciéndose en el mismo para que permita, tanto visibilizarlos, como también,
inspirar a nuevas investigaciones, con un enfoque más académico, en centrarse
a profundidad en el tema. Es decir, es una justificación, para que otras disciplinas
como la psicología, la sociología, antropología, el trabajo social, los estudios

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interdisciplinares, los estudios de género, fijen su lente investigativo en este tipo
de temáticas que está impactando negativamente en Bogotá y Colombia en
general.

Todas estas razones personales y políticas, el impacto de la problemática a


investigar en el contexto de Bogotá, laboral y académicas, son justificaciones que hacen
parte de un ejercicio de interrogantes los cuales motivan a la realización de este trabajo
de grado. Pero ello no queda allí, existe un reto el cual debe de ser explicitado en este
marco y tiene ver con la necesidad en que el Estado genere tanto las condiciones
necesarias en perspectiva de protección a quienes denuncian, y mejorarlas para quienes
no lo hacen, estos son los impactos que los resultados pueden llegar a generar en el
contexto local bogotano y a nivel nacional. Pero, además, debe de construir políticas y
programas enfocados a la prevención de este tipo de fenómenos o enfoque de
soluciones concretos y que a partir del interés en este estudio se pueda generar al
respecto.

1.2. Planteamiento del problema:

La violencia intrafamiliar es problema de salud pública y una violación de los


derechos humanos de las mujeres, pero a su vez, es fundamental comprenderla como
un fenómeno social complejo y agudo que se viene trascendiendo en la sociedad
contemporánea. Se entiende por violencia intrafamiliar o doméstica, “a aquellos hechos
o agresiones cometidas específicamente por conyugues, ex conyugues, ex convivientes
o personas que hayan procreado hijos en común legalmente reconocidos o no, aunque
no hubieran convivido (Núñez & Carvajal, 2004, p.46, citando al Ministerio de Salud y
Asuntos de Género, p.14), pero también, se comprende por la misma en el marco de la
existencia de “maltrato entre los miembros de una familia. El maltrato puede ser de tipo
físico, psicológico, sexual o económico” (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
-UNICEF-, 2009, p.3). A partir de lo anterior, expresiones de violencias al interior o

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exterior del hogar que comprometan al conyugue y ex conyugue, son entendidos como
violencia intrafamiliar.

De esa manera, se presentan cifran en que el 35% de las mujeres de todo el


mundo han sufrido violencia física y/o sexual por parte de su compañero sentimental o
violencia sexual por parte de una persona distinta a su compañero sentimental en algún
momento de su vida (Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el
Empoderamiento de la Mujer -ONU Mujeres-, 2017). Paralelamente, esta misma entidad
destaca que las mujeres que han sufrido maltrato físico o sexual por parte de sus
compañeros tienen más del doble de posibilidades de tener un aborto, casi el doble de
posibilidades de sufrir depresión y, en algunas regiones, 1,5 veces más posibilidades de
contraer el VIH, en comparación con las mujeres que no han sufrido violencia por parte
de su compañero sentimental (Entidad ONU para la Igualdad de Género y el
Empoderamiento de la Mujer -ONU Mujeres-, 2017). Es decir, aproximadamente se
duplicarían las opciones no solo de ser violentadas, sino también de portar enfermedades
de transmisión sexual a partir de esta problemática.

Pero ello no queda allí, “el 43 por ciento de las mujeres de los 28 Estados
Miembros de la Unión Europea han sufrido algún tipo de violencia psicológica por parte
de un compañero sentimental a lo largo de su vida” (Entidad de la ONU para la Igualdad
de Género y el Empoderamiento de la Mujer -ONU Mujeres-, 2017, p.1). Esto indica que
no solo se revelan en el mundo cifras de agresiones físicas y/o sexuales, las psicológicas
también se hallan trascendidas como fenómeno problemático. Adicionalmente, se estima
que en prácticamente la mitad de los casos de mujeres víctimas de homicidios en todo
el mundo en 2012, el autor de la agresión fue un familiar o un compañero sentimental,
frente a menos del 6% de hombres asesinados ese mismo año. En definitiva, un 70% de
las mujeres en diferentes contextos del mundo ha experimentado situaciones de
violencia dentro de su relación, lo que revela un fenómeno complejo en los que la mujer
se halla atrapada en la sociedad contemporánea (Entidad de la ONU para la Igualdad de
Género y el Empoderamiento de la Mujer -ONU Mujeres-, 2017).

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El contexto colombiano no es ajeno a la realidad de la violencia, sobre todo al
tema de la violencia intrafamiliar, las cifras del fenómeno en cuestión van incrementando
a medida que pasan los años. Casi 81.500 personas que el año pasado llegaron al
Instituto de Medicina Legal como víctimas de lesiones personales recibieron esas heridas
en medio de riñas. La mayoría de afectados por este tipo de violencia son hombres
(49.770), pero el número de mujeres va en aumento: en el año 2016 fueron 31.723
agredidas en peleas (El Tiempo, 2017).

En el 2017, según Medicina Legal, los asesinatos por violencia interpersonal


pasaron de 44,49 por ciento a 67,85, en el caso de los hombres, y de 24,71 por ciento a
40,37 en el de las mujeres. Como por cada dos mujeres asesinadas mueren ocho
hombres, el promedio general de muertes por riñas supera el 60 por ciento (El Tiempo,
2017). “En el 2016, 128 mujeres fueron asesinadas por compañeros sentimentales o
exparejas, y otras 32 por algún familiar, lo cual revela el comportamiento de una violencia
intrafamiliar” (El Tiempo, 2017, p.3). Por tasa (número de casos por cada 100.000
habitantes), el municipio más afectado por este tipo de violencia es Barranca de Upía,
en el Meta, con 654,66. Más de tres veces la tasa nacional, que está en 213,48 por cada
cien mil habitantes (El Tiempo, 2017, p.3).

Adicionalmente, los indicadores que indican la trascendencia que tiene la violencia


intrafamiliar (sin incluir la violencia entre pareja) se registró en el 2016, que, de acuerdo
con estadísticas oficiales de Medicina Legal, 26.473 eventos que fueron puestos en
conocimiento de las autoridades y dieron lugar a exámenes en Medicina Legal. Casi
cuatro de cada diez víctimas tenían menos de 18 años: la mayoría, niños y niñas de entre
10 y 14 años, siendo los padres los principales agresores, revelando entonces que no
solo son mujeres, sino que es más amplio el panorama de la violencia intrafamiliar (El
Tiempo, 2017). Incluso, se reivindica en otras esferas de edades pues, en al menos seis
de cada diez casos de violencia en casa, las víctimas tenían más de 80 años. En el 2016,
se conocieron 1.653 casos de lesiones contra adultos mayores: en 669 casos, el agresor
fue un hijo y en 175, un nieto de la víctima (El Tiempo, 2017).

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En cuanto a violencia de pareja, Forensis revela que se atendieron 50.707 casos
el año pasado, casi 3.500 más que en 2015. En 86 de cada 100 casos, la víctima fue una
mujer; de ellas, las más afectadas (44 %), las de edades entre 20 y 30 años. Según las
estadísticas, el 45 % de las mujeres agredidas tenían una relación con el agresor en el
momento del ataque, mientras que 3 de cada 10 casos fueron cometidos por exparejas
(El Tiempo, 2017). Elementos de causa principal como el machismo (47,29 por ciento),
los celos (35,85) y el consumo de alcohol y drogas (15,51) fueron señalados por las
mujeres como los factores desencadenantes de la agresión (El Tiempo, 2017). “La
mayoría de los casos se denunciaron en Bogotá (12.888) y Antioquia (5.101 casos)” (El
Tiempo, 2017, p.3).

En virtud de lo anterior, comprendiendo la forma en que se ha trascendido la


violencia intrafamiliar en Colombia, especialmente, en Bogotá, que revela cifras
alarmantes del fenómeno, es fundamental generarse la siguiente formulación del
problema que permita profundizar en la génesis del fenómeno de estudio, cuestionando
sus principales causas al respecto.

1.2.1. Formulación del problema:


¿Cuáles son las causas de la violencia intrafamiliar en Bogotá D.C., en el año
2017?

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1.3. Objetivos

1.3.1. Objetivo general:

 Describir las causas de la violencia intrafamiliar en Bogotá, en el año


2017.

1.3.2. Objetivos específicos:

 Caracterizar las condiciones sociodemográficas de las víctimas de


violencia intrafamiliar en Bogotá D.C, en el año 2017.

 Identificar las causas principales que generan la violencia intrafamiliar en


Bogotá, en el año 2017.

 Determinar la causa más frecuente y principal agresor que genera la


violencia intrafamiliar en Bogotá, en el año 2017.

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CAPÍTULO II. MARCO TEÓRICO-CONCEPTUAL Y ESTADO DEL ARTE

2.1. Marco teórico-conceptual

En el proceso de construcción teórica del fenómeno de estudio, es necesario


elaborar algunas aproximaciones conceptuales que permitan comprender de manera
compleja las particularidades y realidades propias a las que se puede acercar. Ello
contribuye a establecer un detallado y peculiar proceso análisis de la información que
deviene de todo un recorrido metodológico y la caracterización de los resultados,
teniendo unas conclusiones definitivas que son orientadas desde el marco conceptual.
En ese sentido, teniendo en cuenta la coherencia del estudio, se plantea la definición de
conceptos tales como: violencia intrafamiliar, violencia física, violencia sexual, violencia
psicológica, entre otros.

2.1.1. Violencia intrafamiliar

La violencia intrafamiliar es un fenómeno social que ha sido legitimado por


décadas. A pesar de su extensión y gravedad, no se le ha dado la importancia que
merece, en gran parte porque hasta hace muy poco el espacio de lo familiar había sido
reconocido como un espacio que pertenece a la intimidad, lo privado, y que en ese
sentido, la forma en que comporta la convivencia y la manera en que se tramitan los
conflictos familiares no salen de dicho contexto, puesto que, es la concepción y práctica
de la cultura machista que ha generado estos simientes en los entornos familiares,
cerrados, limitados, contexto en el que nadie ni nada tenía lugar, solo entre el agresor/a
y víctima, y los comportamientos violentos se llegan a legitimar como herramientas útiles
para educar, mantener el control, forma de dominación, incluso como mecanismo válido
para resolver sus conflictos (Caicedo, 2005).

19
La violencia intrafamiliar entonces se manifiesta como una forma de violencia que
se expresa al interior del hogar entre el agresor y su relacionamiento directo con las
personas que son o han tenido vínculo con el mismo, entendiéndolo así como “aquellos
hechos o agresiones cometidas específicamente por conyugues, ex conyugues, ex
convivientes o personas que hayan procreado hijos en común legalmente reconocidos o
no, aunque no hubieran convivido” (Núñez & Carvajal, 2004, p.46, citando al Ministerio
de Salud y Asuntos de Género, p.14), pudiendo ser de “tipo físico, sexual o psicológico”
(Núñez & Carvajal, 2004, p.46), o también la combinación de esta tipología de hechos al
interior del hogar. El comportamiento de la violencia intrafamiliar ha demostrado que no
surge por el nivel educativo en las personas y la condición socioeconómica de las
familias, por lo que se podría pensar, que se trata de un fenómeno en el que intervienen
aspectos culturales, circunstanciales e históricos, propios a los sujetos implicados en la
problemática (Núñez & Carvajal, 2004).

De todas maneras, es fundamental pensar, que no en todos los contextos la


génesis de la violencia intrafamiliar no refiere estrictamente al nivel educativo y a la
condición socioeconómica, si bien existen países en donde las familias han podido
convivir pacíficamente, el tema educativo y el tema socioeconómico es muy
preponderante en otros contextos, y se constituyen en diversos de elementos que
justifican este tipo de violencia. La violencia intrafamiliar es un fenómeno complejo, en el
que interactúan diversos factores: biológicos, sociales, culturales y económicos, como se
revisará más adelante en los modelos explicativos de la violencia. Además, es un
problema de interés de diferentes profesiones y áreas del conocimiento: la salud pública,
la justicia penal, los servicios sociales, la educación, las organizaciones de derechos
humanos y los medios de comunicación entre otros (Vargas, 2014).

Toda esta expresión de la violencia intrafamiliar se entrelaza con prototipos y


formas de comportamiento machistas que calan en la sociedad actual, y donde el
contexto colombiano, se reproducen constantemente, pues, “la violencia dentro de la
familia, entonces, ha sido considerada como «funcional» porque reforzaba los roles de

20
poder y relaciones jerárquicas y de fuerza que se dan en la misma, así como en algunos
casos se legitiman patrones de crianza violentos, como parte del proceso educativo de
niños y niñas” (Caicedo, 2005, p.73).

Adicionalmente, es fundamental reconocer que:

La violencia intrafamiliar, precisamente, permite observar en la intimidad de la agresión,


a hombres y mujeres, adultos/as y jóvenes, divididos en una lucha violenta por la
adquisición o preservación de un espacio de poder, por una oportunidad para el ejercicio
de la autoridad, por un instante de dominio de las circunstancias, de los recursos o de los
sentimientos: claro está que en medio de una intensa e infortunada manifestación de las
inseguridades, dolores, frustraciones y deseos de control de cada quien (Caicedo, 2005,
p.73, Gómez, 2003, 4).

Esto quiere decir que los patrones del patriarcado y el comportamiento machista
al interior del hogar son reproducidos, lo que afecta profundamente a las familias,
especialmente, a las víctimas agredidas, y una de sus manifestaciones al interior de ellas
es la violencia intrafamiliar. El dominar, controlar, asumir e instrumentalizar, son formas
en que se ejerce esta problemática y que no todo el tiempo son interpretadas como un
problema al interior del hogar, pues, la figura autoritaria, machista y controladora, en
muchos de los casos se ha normalizado, e incluso, se justifica, siendo muy complejo en
la medida en que no se puede negar la aceptación de estas expresiones de violencia
intrafamiliar en el contexto actual. La violencia doméstica o intrafamiliar se origina en el
autoritarismo y machismo, también puede originarse en las defectuosas relaciones entre
la pareja y puede proyectarse también a otros miembros de la familia. El maltrato verbal
puede caracterizarse por un lenguaje sexista ofensivo a las mujeres y niñas/os
haciéndoles sentir desvalorizados/as y con baja autoestima (Gudiño & Jácome, 2010).
Adicionalmente, “la VIF (violencia intrafamiliar) es una violencia con profundas raíces
históricas y culturales, que afecta principalmente a las mujeres, los niños, las personas
con discapacidad y adultos mayores” (Vargas, 2014, p.33), éstos como quienes la
resienten, siendo víctimas de distintas agresiones (físicas, económicas, psicológicas,
sexuales), o sufriendo las consecuencias de este tipo de hechos.

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Es por eso, que es importante comprender que parte de los comportamientos de
la violencia intrafamiliar tienen consecuencias complejas, múltiples y variadas,
presentándose no sólo en el campo de la salud, sino también, en el plano jurídico,
político, económico y social. Al costo incalculable de dolor y sufrimiento personal de las
víctimas, se agrega el deterioro en la calidad de vida, la pérdida de años de vida
saludable, trastornos en la integridad física, psicológica, social y económica. Además,
deja lesiones físicas, deteriora las relaciones familiares, disminuye la participación social
de las víctimas, altera la condición mental produciendo depresión, ansiedad y
somatización que afecta el desempeño en el trabajo y en el funcionamiento social. Estos
efectos pueden presentarse a corto, mediano o largo plazo y su intensidad puede ser
leve, moderada o severa. Asimismo, la violencia intrafamiliar puede presentarse como
un suceso esporádico o ser un fenómeno crónico. Es decir, los efectos pueden ser
profundamente negativos, generando no solo un alteramiento y tensión al interior del
hogar, sino también en su cotidianidad y los contextos en que habitúa la persona
agredida (vínculo familiar, amigos, estudio, entre otros) (Vargas, 2014).

Así pues, la violencia intrafamiliar se expresa bajo diferentes maneras o tipos de


violencias como físico, la sexual, psicológica, económica, las cuales son fundamentales
describirlas:

2.1.1.1. Violencia física:

La violencia física es una forma de instrumentalización coactiva y coercitiva de la


fuerza y la dominación en virtud del otro o la otra a quien se pretende ejercerla. En el
ámbito familiar, la violencia física se caracteriza por la utilización de la fuerza física
(golpes, pellizcones, empujones, tirones de pelo, golpes de puño, cachetadas, golpes
con instrumentos, quemaduras, negligencia y pasividad, encierro forzado, intento de
ahogo o ahorcamiento, entre otras maneras o acciones físicas) en forma sistemática y
prolongada en el tiempo por parte de los/las adultos/as responsables, en este caso el
conyugue o ex conyugue con quien puede vivir o no vivir en el mismo lugar, para la

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regulación de la organización familiar (disciplinamiento y control) ocasionándose algún
tipo de daño en la “víctima” ya sea físico y/o psicosocial (Molas, 2000). Frente a ello, se
comprende como toda acción “que produce daño a la integridad física de una persona,
adulta o menor de edad, y que se manifiesta mediante la acción del agresor contra el
cuerpo de la víctima” (Loli, 2007, p.126), pues, el ejercicio de la violencia física al estar
representada por el empleo de la fuerza física, realizada en forma de golpes, empujones,
patadas y lesiones, provocadas con distintos objetos o armas corto pulsantes en
capacidad de generar heridas leves o graves, en ocasiones, puede terminar en suicidios
u homicidios y se manifiesta por la aparición de hematomas, magulladuras, moretones,
heridas, fracturas, dislocaciones, cortes, pinchazos, lesiones internas, asfixia o
ahogamiento (Portal Web Mi Compañero, 2018).

Este elemento es sumamente complejo por las formas de intimidación, temor y


miedo que genera la violencia física. No es descabellado afirmar que consecuencia de
la violencia física en el marco mismo de la violencia intrafamiliar el actor victimario genere
en la persona victima la muerte. Todo ello es posible en la medida en que el contexto de
la situación en particular lo genere y lo permita, pero para que esta dinámica se presente
deben de haber acontecido ciertas prácticas o acciones de violencia física que
paulatinamente se han trascendido y se ha elevado la gravedad de las acciones de
violencia y agresión física. Frente a ello, es importante reconocer que:

Las características de la dinámica familiar en las situaciones de violencia favorecen el


ocultamiento de la problemática siendo muy poco común la consulta directa y el pedido
de ayuda directo. Excepto en las situaciones de violencia física grave o en las de abuso
sexual grave, donde el propio daño ha obligado a la familia a realizar una consulta
médica, psiquiátrica, psicológica o jurídica, en la mayoría de los casos, la identificación
de las situaciones de violencia se ha realizado a partir de la detección de problemas en
algunas de las áreas de la vida cotidiana de la víctima (Molas, 2000, p.7).

Teniendo en cuenta lo anterior, el ocultamiento de la violencia física es la


consecuencia misma del miedo, la zozobra y el temor que genera el control y la

23
dominación que se origina. Cuando la misma se expone a alguna consulta médica o
demanda, es a partir de ello en donde se entiende que la misma no solo tiene un
antecedente, sino que también unos niveles en términos de agresiones que poco a poco
han ido generando una gravedad mucho mayor.

2.1.1.2. Violencia sexual:

Es toda acción que implica amenazas o intimidaciones que afectan la integridad y


la libertad sexual. Su expresión más grave es la violación sexual, aunque ello no justifica
que las formas de violencias sexual no tengan su gravedad, por el contrario, tiene gran
relevancia por los impactos no solo físicos, sino mentales en la persona, y esto se ve
representado, en algunas ocasiones, con los acercamientos íntimos no deseados que se
constituyen en formas de violencia sexual. También está considerada cualquier forma de
contacto sexual o erotización con un niño o niña, mujer, hombre o adulto mayor sin su
consentimiento se asume en dicha perspectiva (Loli, 2007).

Pero ello no queda allí, en el marco de la violencia intrafamiliar, la violencia sexual


es muy expresiva en la medida en que es una acción que se manifiesta de forma agresiva
y forzada, donde se le obliga a una persona a tener contacto sexual, siendo el único
interés, el de denigrar, humillar, ultrajar y tener el control de dicha persona. El acoso, el
abuso sexual, la violación y el incesto son distintas manifestaciones del mismo fenómeno
complejo (Portal Web Mi Compañero, 2018). En reafirmación de dicha perspectiva,
Vásquez, Alarcón & Amarís (2008) comprenden esta forma de violencia como en la
necesidad de “obligar a una persona a realizar actos o conductas sexuales en contra de
su voluntad. Con esto se busca una conducta dirigida a degradar, expresar dominio y
ejercer poder” (p.189).

Se considera como víctima de abuso sexual a aquellas personas que por la etapa
del desarrollo en la que se encuentran, por el tipo de vínculo que mantienen con el

24
agresor o por sus condiciones psicológicas o físicas (minusválidos, deformación física,
limitación de escucha, incapacidad para comunicarse verbalmente o ancianos) no se
hayan en condiciones (en acuerdo con el sistema de normas del social-histórico) de
consentir, en forma libre y responsable, sobre su participación en las actividades
sexuales a las que son sometidos, y por el contrario, se aprovechan de dichas
condiciones que para el agresor son fundamentales para ejercer violencia sexual. De
igual manera, esto no indica que estas personas con estas particularidades no puedan
consentir, en forma libre y responsable con la persona que ellas quieran o expresen
emociones para que ello sea posible, no obstante, la violencia sexual también recae en
personas como éstas (Molas, 2000).

Incluso, al tener sentimientos con el actor, que es agresor, y que vive o no convive
con la pareja, el mismo o la misma, pero que expresa más en mujeres afectadas por esta
situación, donde el victimario tiene la posibilidad de ejercer violencia intrafamiliar a través
de la violencia sexual, puesto que la “sexualidad es considerada como una obligación de
la esposa, y por lo tanto la violencia relacionada con la misma no es denunciada. Los
ciclos de violencia son los típicos: el padre maltrata a la madre y hasta a los hijos”
(Vásquez, Alarcón & Amarís, 2008, p.195). Es decir, se normalizan ciertas prácticas de
violencia sexual como en la relación sexual, y en su efecto, se constituye en una forma
de agresión y humillación que silenciadamente las mujeres conviven. Si la pareja, actor
agresor, está obligando o forzando a tener relaciones sexuales, presionado para que
realice actos sexuales que no desea o que usted considera humillantes, está ejerciendo
violencia sexual en contra de la persona víctima, aunque no se lo diga al actor agresor
(Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia -UNICEF-, 2009).

1.1.1.3. Violencia psicológica:

Se puede comprender este concepto como toda acción u omisión que cause daño
emocional en las personas, y que se manifiesta mediante ofensas verbales, amenazas,

25
gestos despreciativos, indiferencia, silencios, descalificaciones, ridiculizaciones, y
además, que afecta a cualquier persona sin importar condición étnica, estrato, edad
específica, entre otras características sociodemográficas o socioculturales, y que
evidentemente, puede bloquear constantemente proyectos o planes de vida de los
mismos (Loli, 2007).

En función de lo anterior, también es importante reconocer que la violencia


psicológica comporta de la siguiente manera:

(…) es toda acción que cause dolor, perturbación emocional, alteración nerviosa o
disminución de la autoestima de la mujer o del familiar agredido. También es la
intimidación o amenaza sobre otro miembro de la familia, infundiendo miedo o temor a
sufrir un mal grave contra su persona o contra la de ascendientes, descendientes o afines
hasta el segundo grado. En el ámbito de la salud los síntomas de la Violencia psicológica
son: Baja autoestima, desmotivación, ansiedad, intento de suicidio, estrés, bulimia,
insomnio, cansancio, falta de ánimo, negligencia, abandono, desnutrición (Espinoza &
Garcés, 2009, p.24, citando a Ardoya, 1995).

Frente a ello, las características de la violencia psicológica se pueden explicitar en


lo siguiente:

 Primero que la violencia psicológica se expresa a partir de manifestaciones


verbales.

 Segundo, la violencia psicológica comporta a partir de acciones u omisiones los


cuales tienen un impacto en la persona afectada.

 Tercero, que quienes han sufrido mayormente este tipo de violencias son las
mujeres, pero no se descartan otros grupos de edades, sobre todo cuando su
condición es más vulnerable que otros.

26
 Y cuarto, las consecuencias generadas en relación a la violencia psicológica
además de impactar negativamente en un tema de autoestima en la persona que
evidentemente tiene que ver con su completo bienestar físico y mental sus
implicaciones pueden ser complejas de lo que parece, pues, el tema emocional
juega un papel preponderante, como también, lo social puesto que, las actividades
que la persona agredida ejerce se pueden ver afectadas, como el colegio, el
trabajo, la relación con la familia, amigos, entre otros contextos y espacios de
socialización permanente de las personas en las relaciones humanas.

Así pues, la violencia psicológica constituye una problemática para las personas
quienes la viven porque dicha experiencia de afectación no es la mejor en sus vidas,
pero también, porque puede ser una traba para sus proyecciones de vida, ya que la
misma ha tenido afectaciones a la dignidad. De esta manera, es clave comprenderla
como un conjunto de comportamientos que producen daño emocional a un miembro de
la familia, donde el actor agresor/a es conyugue o ex conyugue, el mismo que se va
acentuando y consolidando con el tiempo (insultos, amenazas, hostigamiento, posesión,
etc.). Su objetivo es intimidar y/o controlar a la víctima, quien sufre una progresiva
debilitación psicológica y presenta cuadros depresivos que en su grado máximo pueden
desembocar en suicidio (Espinoza & Garcés, 2009, citando a Fairman, 2005).

1.1.1.3. Violencia económica:

Este tipo de violencia es muy frecuente en las prácticas cotidianas de los hogares,
pero también es frecuente, pero acallada. La “violencia económica cuando el proveedor
principal utiliza el dinero para ejercer control sobre los demás integrantes de su hogar”
(Mateus, 2009, p.10).

27
Generalmente, quien es el principal actor quien utiliza el dinero es el hombre,
aunque ello no justifica que la mujer sea quien genere recursos económicos al interior
del hogar, pero es el hombre que en términos generales ha relegado a los demás
integrantes de la familia, en participar en la utilización del mismo. De todas maneras, no
se puede negar, que este tipo de violencias puede ser vividas, en relación de las
afectaciones como víctimas, a cualquier persona, sin edad, sexo, género, estrato y etnia
especifica. En muchas familias es el marido o pareja quien trabaja fuera del hogar para
traer el dinero. En estos casos, si la pareja o marido, a pesar de tener dinero, no le da
suficiente para cubrir las necesidades mínimas de la familia, convivan o no (pues, en el
marco de la violencia intrafamiliar el actor agresor puede ser un conyugue o ex conyugue,
ya que, lo que los une son los hijos que hacen parte de la conformación familiar), o la
controla por medio del dinero, controla todo lo que gasta o lo que usted gana, le prohíbe
trabajar o le prohíbe tomar decisiones de cómo se gastará el dinero de la casa, está
viviendo violencia económica (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia -UNICEF-
, 2009).

Frente a ello, es interesante culminar con la siguiente referencia en relación a la


violencia económica y las implicaciones en términos de su génesis:

(…) individuos viven sumergidos en una cultura patriarcal, en la que las relaciones de
poder entre los géneros son estructuradas por situaciones que proporcionan a los
hombres el control y el dominio en el hogar, por ser éste el que suministra a los miembros
de la familia los recursos económicos y la alimentación, mientras que a las mujeres les
toca permanecer en el hogar, garantizar el orden del mismo, al tiempo que deben
mantener sexualmente satisfecho al esposo, porque de lo contrario éste puede buscar
otra pareja para satisfacer sus necesidades (Vásquez, Alarcón & Amarís, 2008, p.185).

Esto quiere decir entonces, que tanto para la violencia económica en el marco de
la violencia intrafamiliar, como también para otras tipologías que comportan alrededor de
él, evidentemente la génesis del fenómeno problemático radica en el sistema patriarcal

28
y machista que genera prototipos de comportamiento, sobre todo en los hombres, que lo
reproducen al interior del hogar. Evidentemente, la violencia económica es una forma de
violencia compleja y aguda por las formas de dependencias que tienen las familias
alrededor de los recursos económicos. Así pues, las personas afectadas “mantienen con
el agresor generalmente una relación de subordinación y dependencia económica”
(Vásquez, Alarcón & Amarís, 2008, p.205). La violencia económica se relaciona
profundamente con el abuso del dominio financiero en el hogar. El/la maltratador/a
controla el dinero, toma las decisiones sobre su uso e incluso llega a impedir que la otra
persona trabaje, generando limitantes que se entrelazan con otras formas de violencia,
como la psicológica (García, 2018).

2.2. Estado del arte

En el marco de la construcción investigativa del fenómeno de estudio es pertinente


establecer una búsqueda de estudios-investigaciones y artículos que hayan analizado la
temática sobre violencia intrafamiliar, para tener no solo un panorama claro en relación
a lo que se indaga y las posibilidades de ahondar de forma específica en la investigación,
sino que también permite tener una perspectiva más integral a partir del conocimiento de
estos y a partir de ahí, construir la presente investigación. Importante resaltar que más
allá del contexto, internacional, nacional o local a nivel Bogotá D.C., esta investigación
plasmará el avance de los estudios y artículos desde los menos recientes, hasta los más
recientes. En ese sentido, se presentan de la siguiente manera:

Vásquez, Alarcón y Amarís en el año 2008, en Colombia, elaboraron un artículo,


donde el objetivo principal conocer la situación de violencia intrafamiliar que se presenta
en el barrio Las Flores de la ciudad de Barranquilla, y a partir de esto analizar la
efectividad de la protección institucional con bases en la legislación sobre violencia
intrafamiliar. La metodología es cuantitativa y el tipo descriptivo, el cual permitió recurrir
a dos técnicas las cuales fueron la encuesta, grupos focales y la entrevista
semiestructurada. La población estuvo conformada por una muestra de 384 hombres y
mujeres, de la comunidad educativa conformada por padres de familia, estudiantes,

29
profesores y directivos de seis instituciones educativas públicas y privadas ubicadas en
el barrio Las Flores de la ciudad de Barranquilla; siete funcionarios de: Comisarías de
familia, inspectores de policía, juez de familia, educadores de familia; veinticuatro
pobladores del barrio, entre los que se encuentran: líderes comunales, miembros de
asociaciones de padres de familia y madres (Vásquez, Alarcón & Amarís, 2008). Los
hallazgos explicitaron que:

(…) los comportamientos de violencia intrafamiliar (VIF) que se presentan en el barrio Las
Flores se deben al hecho de que los individuos viven sumergidos en una cultura
patriarcal, en la que las relaciones de poder entre los géneros son estructuradas por
situaciones que proporcionan a los hombres el control y el dominio en el hogar, por ser
éste el que suministra a los miembros de la familia los recursos económicos y la
alimentación, mientras que a las mujeres les toca permanecer en el hogar, garantizar el
orden del mismo, al tiempo que deben mantener sexualmente satisfecho al esposo,
porque de lo contrario éste puede buscar otra pareja para satisfacer sus necesidades
(Vásquez, Alarcón & Amarís, 2008, p.185).

Posteriormente, se pudo hallar que los reportes de Medicina Legal en el 2005,


indican que el principal agresor es el padre, seguido por la madre, y en tercer lugar el
padrastro. También se encontró que las mujeres no toleran pasivamente la agresión, ni
la aceptan como método de interacción válido; por el contrario, cada día más mujeres en
el barrio las Flores de la ciudad de Barranquilla se acompañan mutuamente y se brindan
apoyo para intentar solucionar de forma intuitiva esta problemática (Vásquez, Alarcón &
Amarís, 2008). Adicionalmente, “en este estudio se encontró que el principal tipo de
violencia en el barrio Las Flores es el físico, seguido por el psicológico, que consiste
principalmente en maltrato verbal, celos, amenaza de abandono y muerte” (Vásquez,
Alarcón & Amarís, 2008, p.194).

Por otra parte, se hallaron índices mínimos de violencia sexual; ello entonces no
indica que no se presente este tipo de violencia en el marco mismo de la violencia
intrafamiliar, sino que la sexualidad es considerada como una obligación de la esposa,

30
y, por lo tanto, la violencia relacionada con la misma no es denunciada. Los ciclos de
violencia son los típicos: el padre maltrata a la madre y está a los hijos (Vásquez, Alarcón
& Amarís, 2008). Además, la no denuncia en razón del miedo se origina en los
sentimientos de la víctima, incluyéndole la falta de apoyo de las autoridades a las que
les corresponde el trámite, donde también favorece la determinación de iniciar el trámite
o desistir de él (Vásquez, Alarcón & Amarís, 2008). En conclusión, se expresa que:

La violencia intrafamiliar en el barrio las Flores es una problemática que se presenta por
ciclos, en la que el agresor pasa a ser víctima: el padre golpea a la madre, ésta al hijo y
éste cuando crece golpea al padre, y de esta forma se termina el ciclo y aumentan los
índices de violencia. También se presentan ciclos respecto a los episodios violentos: el
agresor ofende a la familia y luego vuelve a ser un miembro tranquilo y confiable, para
después de un tiempo volver a agredirlos por períodos de tiempo cortos, pero de gran
intensidad en cuanto al daño psicológico (Vásquez, Alarcón & Amarís, 2008, p.205).

Y finalmente, indican las autoras que:

Las causas principales de violencia intrafamiliar son el alcoholismo, la drogadicción y los


celos. Estos en sí mismos son consecuencias de otras situaciones que caracterizan a
este sector, como por ejemplo, el desempleo, la pobreza, la resquebrajamiento de la
estructura familiar y el machismo, que estereotipa a los individuos (Vásquez, Alarcón &
Amarís, 2008, p.205).

En el año 2008, Aguilera, Pérez, y Ortiz, elaboró una investigación donde su


propósito central radica en identificar si el personal de Enfermería del Hospital General
Las Heras del departamento de Tupungato, Mendoza, desde el 21/12/07 hasta 15/02/08
cuenta con las herramientas necesarias para el abordaje de casos de Violencia
Intrafamiliar. En la metodología explican que el Tipo de estudio es cuantitativo, el
universo es Personal de enfermería del Hospital General Las Heras, la técnica e
instrumento para la recolección de datos es la encuesta cerrada estructurada y anónima.

Posteriormente, sus hallazgos muestran que “la mayoría del personal del Hospital
Gral. Las Heras de Tupungato, no ha recibido capacitación en el último año” (Aguilera,

31
Pérez & Ortiz, 2008, p.80). También, se observó que el “42,85% del personal profesional
de enfermería del Hospital Gral. Las Heras, no recibió ningún tipo de capacitación sobre
violencia intrafamiliar en el último año. Al igual que el 37,21% del personal auxiliar
tampoco realizó capacitación alguna” (Aguilera, Pérez & Ortiz, 2008, p.81). Además, se
evidencia que el 52,38 % del personal profesional de enfermería del Hospital Gral. Las
Heras están dispuestos a recibir capacitación, el 9,52% de los auxiliares no está
dispuesto a capacitarse, Entre los enfermeros, profesionales, está el 9,53% que no desea
capacitarse. Mientras que los auxiliares 28,57 % se predispone a la capacitación
(Aguilera, Pérez & Ortiz, 2008). En la investigación se indica que un “80% de los
enfermeros del Hospital Gral. Las Heras están dispuestas a capacitarse sobre la temática
de violencia intrafamiliar. Debido a que creen que es de suma importancia tener los
conocimientos del tema y la debida instrucción para abordarlo” (Aguilera, Pérez & Ortiz,
2008, p.89).

La tesis concluye en que el personal de enfermería del Hospital Gral. Las Heras
de Tupungato no poseen los conocimientos o herramientas necesarias para la detección,
abordaje y seguimiento de casos de violencia intra-familiar. Se pudo observar que el
mismo no se encuentra capacitado para valorar factores de riesgo o situaciones de
vulnerabilidad en el tema de violencia, requisitos fundamentales para que estos casos
puedan ser evaluados e intervenidos por el equipo interdisciplinario correspondiente, y
así realizar el diagnóstico y estrategias adecuadas, lo que fundamenta la hipótesis de
nuestro trabajo (Aguilera, Pérez & Ortiz, 2008).

Mateus, en Colombia, en el año 2009, elaboró un trabajo de grado para optar al


título de Magíster en Política Social, su propósito es describir y analizar el proceso de
implementación de las intervenciones en prevención de la violencia intrafamiliar,
gestionadas durante el periodo 2004-2008 en este sector de la ciudad de Bogotá, con el
propósito de detectar los aciertos, los obstáculos y las nuevas oportunidades en su
gestión. Mateus, recurre a la metodología cualitativa, donde a partir del diseño

32
etnográfico se aplican entrevistas semiestructuradas aplicadas a los funcionarios
responsables del nivel operativo. En los resultados se describe que:

(…) el concepto de prevención de la VIF es entendido como la resignificación social y


cultural del ser femenino; como la transformación de aquellos imaginarios que ubican a
la mujer en una posición de obediencia y subordinación frente al hombre. Las acciones
preventivas se asumen como estrategias que favorecen el empoderamiento de las
mujeres en el ámbito familiar, haciéndolas conscientes del respeto que merecen por parte
de los demás integrantes de su hogar y del valor trascendental del papel que
desempeñan, bien sea como abuelas, madres o hijas, el cual debe ser reconocido y
retribuido (Mateus, 2009, p.51).

Adicionalmente, es clave destacar que, aunque la población atendida pertenece a


distintos estratos socioeconómicos y sectores de la localidad, la mayoría de los reportes
provienen de las UPZ de El Rincón y Tibabuyes, en donde se considera se ha intervenido
cerca del 80% de sus habitantes por los altos índices de maltrato, violencia sexual y
abandono a la infancia que allí se registran (Mateus, 2009). Paralelamente, explicitan
que:

De acuerdo con los testimonios recolectados, los eventos de salud mental con mayor
reporte en la localidad están relacionados con el consumo de sustancias psicoactivas,
conducta suicida y depresión, reconocidos como factores de riesgo para la VIF. Desde la
Intervención psicosocial se concibe la prevención como el conjunto de acciones que
permiten la reducción de dichos factores. Por medio de su identificación y atención
terapéutica, se considera que es posible impedir la ocurrencia de agresiones y maltratos
al interior de los hogares (Mateus, 2009, p.57).

De esta manera, explican que, en el caso específico de la Intervención psicosocial,


resultan insuficientes cinco visitas domiciliarias para identificar y además abordar los
factores que ponen en riesgo de violencia a las familias, como son el consumo de
sustancias psicoactivas, la conducta suicida y otros trastornos de salud mental que

33
requieren un control terapéutico más amplio, pues, implica un proceso de
acompañamiento que perdure en el tiempo y permita evidenciar los cambios
significativos (Mateus, 2009).

En conclusión, se puede resaltar que al describir y analizar el proceso de


implementación de dichas intervenciones a partir de las funciones designadas por el
enfoque de la gerencia social –gestión de operaciones, control de gestión y coordinación
interinstitucional–, el estudio detecta importantes problemas que limitan su desarrollo
como por ejemplo el tema de las accesorias psicosociales que son muy limitadas y no
garantizan las transformaciones necesarias en la población atendida para evitar y
sancionar socialmente el maltrato. También, los procesos formativos realizados por
medio de ciclos de talleres, conversatorios y charlas de sensibilización, no contemplan
el desarrollo de estrategias de seguimiento y motivación. Y finalmente, en algunos casos,
las capacitaciones ofrecidas por las entidades a los agentes operativos deben ser
costeadas por los profesionales o no se otorgan con la frecuencia adecuada, reduciendo
la posibilidad de llevar a cabo una labor en la localidad acorde con los logros jurídicos y
políticos alcanzados a nivel nacional o distrital (Mateus, 2009).

En el mismo año, 2009, una Investigación previa a la obtención del Título de


Licenciado en Psicología, elaborado por Espinoza, en Guayaquil, Ecuador, donde a nivel
general se pretendió determinar la existencia de violencia intrafamiliar en niños de 5to
año de EGB en un centro educativo del Ecuador, y la incidencia de la misma en la
adaptación escolar y desarrollo académico. En la metodología se explica que el estudio
es cuantitativo, basado en el diseño sondeo, aplicando un cuestionario para la población
que estuvo compuesta por: profesores, directivos, padres/representantes y estudiantes
de 5to año de educación general básica.

Los resultados muestran que el 73.2% de los encuestados contestó que sus
padres nunca los ignoran y el 10.4% que rara vez. Esto nos indica que la mayor parte de
los alumnos son tomados muy en cuenta por sus padres. Sin embargo, existe un 9.8 %

34
que señala que algunas veces son ignorados por sus padres, y un porcentaje acumulado
del 6.6% de alumnos que perciben que generalmente no son tomados en cuenta
(Espinoza & Garcés, 2009). “El 82.5% de los alumnos indica que nunca han sufrido de
falta de alimentación, vestido o cuidados en términos generales. Un porcentaje del 11.5%
lo ve como una realidad palpable que sucede por negligencia y/o falta de recursos
económicos” (Espinoza & Garcés, 2009, p.82). Adicionalmente, “el 61,7% de los padres
no cae en críticas, humillaciones ni burlas hacia sus hijos. El 7,7% lo hace rara vez, y el
30,6 % suele hacerlo con cierta frecuencia” (Espinoza & Garcés, 2009, p.87). En el
41,5% de los casos los padres no gritan a sus hijos cuando les llaman la atención, un
17,5% lo hace rara vez, mientras que el 22,4% algunas veces. El 18,6% lo utiliza
generalmente como recurso para reprender a sus hijos cuando se portan mal o no tienen
el desempeño que ellos esperan en la escuela (Espinoza & Garcés, 2009).

Incluso, afirman los autores que el 80,3% de los padres no tiene esta costumbre
y sabe manejar situaciones difíciles, de stress e ira sin recurrir a alguna acritud que
implique o demuestre violencia. El 9,8% de los casos lo hace algunas veces, y el 4,9 %
lo tiene como costumbre (Espinoza & Garcés, 2009). La mayoría de los niños (60.7%)
no tiene miedo a sus padres y se sienten cómodos con el ambiente familiar, sin embargo,
hay un porcentaje muy elevado (30%) de niños que les temen a sus padres por diferentes
circunstancias (Espinoza & Garcés, 2009). La tesis concluye en que:

Al analizar la problemática de investigación Violencia Intrafamiliar y su incidencia en la


Adaptación Escolar y el Desarrollo Académico, en los diferentes ámbitos se detectó que
un gran número de familias, están atravesando una situación violenta, la misma que si
no es tratada oportunamente va acrecentándose de forma desproporcionada en las
Escuelas Fe y Alegría: “ Forrest La Ross y Nuestra Escuela”, lo cual repercute en la
autoestima y auto concepto de sí mismo y en la forma de reaccionar agresivas y violentas
para resolver los problemas (Espinoza & Garcés, 2009, p.211).

También, es fundamental tener en cuenta que la investigación indica lo siguiente:

35
Por la escasa comunicación al interior de la familia un buen número de padres no conoce
la situación emocional de su hijo y menos como se siente en la escuela, lo que se
evidenció en los resultados obtenidos. La violencia física y la negligencia en las familias
constituyen algunos motivos por las cuales algunos chicos dejan a su familia,
exponiéndose a muchos abusos y a explotación sexual (Espinoza & Garcés, 2009,
p.211).

En la esfera internacional, 2011, Rivadeneira, en su tesis de Grado de Magíster


en Medicina Forense, que tiene como propósito determinar los efectos de la violencia
intrafamiliar en el rendimiento académico de las y los estudiantes del Bachillerato del
Instituto Superior Vicente León de la ciudad de Latacunga, en el año lectivo 2010 – 2011.
El tipo de investigación se define como exploratoria, descriptiva y explicativa, y a partir
de ello, el diseño aplicado fue No Experimental en su forma de investigación Descriptiva-
Comparativa por cuanto busca identificar, describir y analizar las características de la
violencia intrafamiliar en relación al rendimiento académico, asistencia o ausentismo
escolar y calificaciones de conducta de los estudiantes, aplicando encuestas.

Los resultados muestran que “la mayoría de los estudiantes no tienen una relación
abierta de confianza y comunicación con sus padres, aspecto que sin duda influye en el
bajo rendimiento académico por encontrarse clasificada como un tipo de violencia
intrafamiliar de carácter sicológico” (Rivadeneira, 2011, p.76). Adicionalmente, afirma
que la falta de dinero (29,69%), la prepotencia (28,13%) y el alcoholismo (27,34%) son
los factores más frecuentes como causantes de la violencia en el hogar. Sin embargo,
los malos entendidos y el uso de algún tipo de droga (14,85%) también son causa de
irrumpir en la tranquilidad de la familia (Rivadeneira, 2011). “El 85.94% de los estudiantes
indican que quienes inician la violencia en su familia son Padre o la Madre y el 14.06%
expresan que son los Hermanos/as, Abuelos o el mismo estudiante quienes inician la
violencia” (Rivadeneira, 2011, p.78).

36
Posteriormente, se deduce en que “el 38.28% de la población encuestada
manifiesta haber sido agredida físicamente, el 47.66% dice ser maltratada de forma
verbal a través de discusiones o insultos, de manera sicológica el 14.06%” (Rivadeneira,
2011, p.80). Paralelamente, argumenta que el 60.16% de los estudiantes considera que
quienes deben ayudarles para mejorar el rendimiento son los profesores y los familiares.
El 14.84% dicen que el DOBE y el Juzgado de la Niñez y Adolescencia son los indicados
para ayudarles a mejorar su rendimiento. Sin embargo, el 25% manifiestan que todos
deberían contribuir en el mejoramiento de su rendimiento académico en perspectiva de
ser más integrales en donde la familia, la escuela y entidades institucionales sean los
actores que se hallen al servicio de los estudiantes como tal (Rivadeneira, 2011). En
conclusión, se halló que:

Se identifica que la agresión física y verbal es el tipo de violencia intrafamiliar que se


presenta con mayor frecuencia; se caracteriza por la formación educativa de los padres
que se encuentra del nivel primario hacia abajo; además la prepotencia, el alcoholismo y
la mala situación económica desencadenan las discusiones y agresiones que recaen en
los jóvenes estudiantes tienen del Bachillerato del Instituto Superior Vicente León
(Rivadeneira, 2011, p.91).

Además, lo siguiente:

Los aspectos críticos que se determinan en los estudiantes víctimas de violencia


intrafamiliar son, la asistencia normal a la institución, pero no ingresan a clases, su
comportamiento conductual es incierto pero aceptable, demuestran tristeza, irritabilidad
con sus compañeros, el record está por debajo de la media que es 14, lo que demuestra
la falta de interés en las clases (Rivadeneira, 2011, p.91).

A nivel mundial, en el año 2012, se elaboró una tesis doctoral denominada


“violencia intrafamiliar: características descriptivas, factores de riesgo y propuesta de un
plan de intervención”, presentada por González, de la Universidad Complutense de
Madrid, Facultad de Psicología, que tiene como propósito central establecer las
características descriptivas de los menores que emiten este tipo de comportamientos en
el ámbito familiar; (2) la prevalencia de las agresiones emitidas por los menores y los

37
padres y, (3) la presencia de variables clínicas que permitan predecir la conducta violenta
del menor. El diseño del presente estudio es descriptivo exploratorio, de corte transversal
y carácter prospectivo de un solo grupo constituido por una muestra incidental, donde el
instrumento fue la entrevista. Los participantes del presente estudio fueron pacientes que
acudieron a la Clínica Universitaria de Psicología de la Universidad Complutense de
Madrid con el fin de recibir asistencia psicológica por encontrarse en una situación
relacionada con la violencia ascendente. En total 114 menores fueron sometidos al
proceso de evaluación completo en la Clínica Universitaria de Psicología desde 2007
hasta enero de 2012.

Los resultados principales destacan que:

(…) en relación al tipo de comportamientos violentos emitidos por los menores en el


contexto familiar, cabe destacar que el 99,1% de la muestra (n= 113) reconoció haber
emitido conductas agresivas a nivel verbal. En cuanto a los comportamientos agresivos
a nivel físico, destaca que el 72,8% (n= 83) y el 60,5% (n= 69) informó de haber emitido
conductas agresivas dirigidas a objetos y a personas (en este caso a los padres),
respectivamente. Por último, el 66,6% (n= 76) informó de haber emitido conductas
agresivas por omisión (González, 2012, p.330).

Frente a ello, se puede decir que evidentemente existen prácticas cotidianas que
se expresan en los menores entrevistados en diversidades de actos que comportan una
forma de agresión al interior del hogar. Posteriormente, la autora afirma que el mayor
porcentaje estuvo constituido por aquellos menores que no informaron de haber causado
ningún tipo de lesión en sus padres (71,1%; n= 81). Sin embargo, de aquellos menores
que sí reconocieron la presencia de daños, el 15% (n= 17) informó de haber provocado
cortes o contusiones leves frente al 2,6% (n= 3) que informaron de cortes o contusiones
graves (González, 2012). Adicionalmente, se resalta que:

En cuanto al tipo de comportamientos agresivos emitidos por los padres en la interacción y/o en
presencia de los menores cabe destacar que, el 94,3% (n= 84) de éstos reconoció haber
observado comportamientos agresivos a nivel verbal en los padres. En cuanto a las conductas

38
agresivas a nivel físico, el 39,2% de los menores (n= 35) informó de haber observado a sus padres
emitiendo comportamientos agresivos físicos dirigidos a objetos frente al 60,6% (n= 54) que
observó a sus padres emitir estos comportamientos violentos físicos dirigidos a personas. En
relación a las conductas violentas por omisión, el 39,3% (n= 35) informaron de haberlas
presenciado en el caso de sus padres. Por último, en cuanto a la combinación de este tipo de
comportamientos, el 39,3% (n= 35) informó de haber observado en sus padres conductas violentas
a nivel verbal y física hacia objetos, frente al 56,1% (n= 50) que observó conductas agresivas
verbales y físicas dirigidas a personas (González, 2012, p.335).

En síntesis, la tesis doctoral concluye que:


Un amplio porcentaje de menores reconoce emitir conductas violentas a nivel verbal, por omisión
(retirada de atención) y físico (dirigidas tanto a objetos como a personas). Por tanto, es posible
afirmar que existe una variedad importante tanto en la tipología y como en la emisión de
comportamientos violentos por parte de los menores hacia sus padres. La frecuencia de las
discusiones que incluyen comportamientos violentos por parte de los menores hacia sus padres
suelen ser, de forma mayoritaria, de entre 1 y 5 al mes. Existe una generalización del
comportamiento violento emitido por los menores a otros contextos. La amplia mayoría, pese a
emitir comportamientos violentos físicos dirigidos a sus padres, no genera en éstos lesiones,
aunque si se dan en un porcentaje reducido de padres (28,9%) (González, 2012, p.414).

Díaz, Fornaris y Segredo, en el año 2013, elaboraron un artículo en Cuba, cuyo


propósito es identificar la presencia de violencia en las familias de los estudiantes de
enfermería de primer año de la Escuela de Formación Emergente de Enfermería, así
como determinar la relación entre el agresor y los tipos de violencia intrafamiliar. Su
metodología demuestra que se realizó una investigación descriptiva de corte transversal.
El universo estuvo constituido por 101 estudiantes de la sede del municipio Cotorro. La
muestra fue de 72 estudiantes que reconocieron la presencia de violencia intrafamiliar
en sus hogares. Se utilizaron métodos teóricos de revisión documental y métodos
empíricos de grupos focales y encuesta. Los resultados explican que “existe violencia
intrafamiliar en la mayoría de los hogares de los estudiantes estudiados, donde los
padres y las madres son los agresores fundamentales” (Díaz, Fornaris y Segredo, 2013,
p.113). Y finalmente, las conclusiones manifiestas por la investigación definen que las
manifestaciones de violencia intrafamiliar más representadas fueron el abuso emocional
y la agresión física (Díaz, Fornaris y Segredo, 2013).

39
Otra de las investigaciones halladas en el ámbito internacional es la de Baader
Bade en el año 2014, tesis para optar al grado de Magíster en Psicología, mención
Psicología Clínica Infanto Juvenil en la Universidad de Chile, Facultad de Ciencias
Sociales, Facultad de Medicina, Departamento de Psicología, que tiene como finalidad
entender cuáles son los significados otorgados por los niños a las experiencias de
violencia intrafamiliar a las que han estado, o se encuentran actualmente expuestos, y
por otra, cómo se organiza el desarrollo psicológico de los mismos. En la metodología,
se recurre a la cualitativa. El estudio cuenta por su parte con un diseño de estudio de
casos. La muestra de la presente investigación fue seleccionada de manera deliberada
e intencional, puesto que los niños participantes fueron elegidos respecto del grado en
que cumplían con los criterios o atributos establecidos previamente. Con respecto a los
criterios de inclusión, todos los niños fueron derivados al Programa de Intervención Breve
desde Tribunales de Familia de Valparaíso, producto de una medida de protección
decretada por violencia intrafamiliar. Posteriormente, se aplicaron entrevistas para
dialogar con los sujetos seleccionados.

Los resultados afirman que:

Según la significación de los propios niños, en cinco de los seis casos ha existido o existe
violencia entre los padres. De estos cinco casos, en cuatro la violencia es cruzada (tanto
de su padre hacia su madre como viceversa) y en una es ejercida por parte del padre
hacia la madre. De los cinco casos, en tres de éstos la violencia es de tipo verbal, y en
otros dos es tanto verbal como física (Baader, 2014, p.85).

Otro de los resultados tiene que ver con que:

De un total de seis niños, tres de éstos reconoce que ha existido o existe violencia en
contra de ellos mismos. De los tres casos, una niña refiere que la violencia ejercida en su
contra ha sido física y psicológica, un niño reconoce que ha sido sólo psicológica, y
finalmente, un último niño refiere que ha sido descuidado por la madre (Baader, 2014,
p.85).

40
Paralelamente, se destaca que:

En relación a la violencia entre los padres, dos niñas coinciden al señalar que dicha
violencia es en parte ocasionada por el consumo de alcohol del padre. También es
posible apreciar que los niños significan como motivo de violencia entre los padres a las
diferencias de pensamientos entre los mismos, a dificultades de índole económicas, a
problemas personales del padre y a la dificultad de los progenitores para hablar (Baader,
2014, p.85).

En conclusión, se puede resaltar que, en relación a la identificación de los tipos


de violencia intrafamiliar manifiestos por los niños como presentes en su familia, es
posible apreciar que, de un total de seis, cinco de éstos hace alusión a la violencia entre
sus padres, es decir, a violencia en la pareja (Baader, 2014). Posteriormente, se concluye
en que al respecto de quién ejerce la violencia y quién la recibe, en cuatro de los cinco
casos los niños señalan que ésta es cruzada. Si bien, esto se contradice y/o tensiona
con las perspectivas y posiciones de violencia de género, en dónde se señala que en la
gran mayoría de los casos la violencia es del hombre hacia la mujer (Holt et al, 2008;
Lizana, 2012), sí se condice con lo propuesto por la presente investigación, en tanto
plantea la importancia de considerar que la violencia en la pareja puede ser ejercida por
parte de cualquiera de sus miembros, pues, se cualquier persona se halla vulnerable en
una condición particular a este tipo de violencia y que las causas son multidimensionales
como las económicas, psicológicas, verbales entre otras (Baader, 2014).

En el mismo año, Vargas en Bogotá, Colombia, elaboró una tesis y su propósito


central es analizar las experiencias de violencia intrafamiliar en la vida de las y los
jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá; para mejorar
la comprensión de este fenómeno. A partir de la metodología cualitativa, se recurre a la
fenomenología descriptiva para el proceso investigativo, donde es a partir de la entrevista
en que se profundiza en la recolección de la información con los estudiantes de interés

41
y el muestreo se definió en una técnica de muestreo no probabilístico, la bola de nieve,
la cual consistió en seleccionar al azar a los jóvenes estudiantes.

Los principales hallazgos destacan que existen experiencias adversas vividas en


el ámbito familiar se relacionan con situaciones de negligencia, abuso emocional,
maltrato físico, consumo de alcohol de algún miembro de la familia, muerte de un familiar
cercano, contacto sexual abusivo y la presencia de trastorno psiquiátrico en algún
miembro cercano de la familia, los cuales se constituyen en la representación de la
violencia intrafamiliar (Vargas, 2014). También, en otros de los jóvenes hubo la
experimentaron el fallecimiento de la madre durante la adolescencia (uno a los 12 años
y el otro a los 15 años), evento doloroso y crítico para ellos por ser la madre la principal
defensora frente del maltrato infligido por sus padres y encontrar en ellas un apoyo
incondicional para enfrentar las demás situaciones adversas que les comprometía la
vivencia de la violencia intrafamiliar (Vargas, 2014).

Incluso, la mayoría de los jóvenes convivieron con padres consumidores de


alcohol. El padre de una de las estudiantes además del consumo de alcohol fue
consumidor de marihuana. Las y los participantes no manifestaron si la madre era
consumidora de alguna sustancia psicoactiva, sólo hicieron referencia al consumo del
padre, aspectos dicientes de la causa del problema (Vargas, 2014). “Otra de las
experiencias adversas, fue el hecho de haber vivido en la infancia con familiares con
trastorno mental” (Vargas, 2014, p.96). Adicionalmente, todos los jóvenes estudiantes
“expresaron en sus narraciones el haber sido testigos de violencia –física, emocional,
económica y sexual – hacia sus madres. La expresión a la violencia de pareja es
considerada actualmente como una forma de maltrato psicológica para las hijas y los
hijos” (Vargas, 2014, p.96). El maltrato económico se vivenció como negligencia, por
mala distribución del ingreso familiar, gastando los padres buena parte del salario en el
consumo de alcohol o invirtiéndola en otras mujeres, dejando muchas de las necesidades
básicas insatisfechas. Algunas personas llegaron a sentir hambre durante su infancia,
por la falta de apoyo económico de los padres, por esta razón tres de los padres fueron
demandados por alimentos en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Vargas,
2014).

42
En conclusión, se puede resaltar lo siguiente:

Los hallazgos encontrados permiten ampliar la comprensión del problema del maltrato en
la infancia, más allá de los datos estadísticos. Aparecen narraciones muy concretas que
permiten identificar la persistencia del modelo patriarcal como un factor desencadenante
del maltrato, unido a éste se encuentra el consumo de alcohol, la aceptación de las
madres del rol estereotipado de ser mujeres y madres, sin muchas transformaciones en
su pensamiento, que hacen que reciban el maltrato infligido por sus esposos de una
manera pasiva y transmitiéndoles a sus hijas/os unos patrones culturales y unas
creencias firmemente arraigadas de lo que se espera de ser hombre o mujer (Vargas,
2014, p.118).

Car Silva, en 2016, en su artículo de investigación, tiene como propósito


establecer una breve revisión –desde la historia del derecho– de los esfuerzos que en
materia legislativa ha hecho en Chile por visibilizar la violencia de género desde el
advenimiento de la democracia, haciendo hincapié en que el esfuerzo hecho ha tenido
un éxito relativo en materia de violencia contra la mujer, y sólo en sus aspectos más
íntimos de la vida. Sus principales hallazgos evidencian que luego de la llegada de la
democracia a Chile en el año 1991, mediante la ley 19.023 se crea el Servicio Nacional
de la Mujer, como un organismo destinado a promover la igualdad de oportunidades
entre hombres y mujeres, Servicio que entre otras cosas se ha dedicado a visibilizar la
necesidad de lograr la equidad entre hombres y mujeres también en el ámbito de la
familia (Car Silva, 2016). Adicionalmente, expresan que en el proceso del
establecimiento de la ley Nº 19.325 en el artículo 1º de la ley, la violencia intrafamiliar es
entendida como:

Se entenderá por acto de violencia intrafamiliar, todo maltrato que afecte la salud física o
psíquica de quien, aun siendo mayor de edad, tenga respecto del ofensor la calidad de
ascendiente, cónyuge o conviviente o, siendo menor de edad o discapacitado, tenga a su
respecto la calidad de descendiente, adoptado, pupilo, colateral consanguíneo hasta el
cuarto grado inclusive, o esté bajo el cuidado o dependencia de cualquiera de los
integrantes del grupo familiar que vive bajo un mismo techo (Car Silva, 2016, p.22).

43
Este marco, no solo tiene una concepción definitoria de un hecho victimizante
presente en el contexto chileno, sino que también se constituye en un reconocimiento de
la visibilidad del fenómeno como tal. Evidentemente, el proceso ha marcado la necesidad
de seguir generando mecanismos legales que tengan un carácter sancionatorio en
función de la violencia intrafamiliar, y por eso, concluye la autora en que:

(…) en la actualidad, existen dos proyectos en el Congreso que pretenden crear un


concepto de “violencia de género”, en la que nuestro ordenamiento jurídico proteja más
integralmente a las mujeres en espacios públicos y privados. Desde la llegada de la
democracia, ha tomado 26 años mirar hacia adentro, ver lo más privado de nuestros
hogares, de nuestras camas para reconocer la violencia. Lo que queda ahora es mirar a
la calle y detener allí la vulneración (Car Silva, 2016, p.30).

Teniendo en cuenta las investigaciones adelantadas hasta el momento, las cuales


se pudieron hallar, que tienen diferentes características en tiempos, momentos y
contextos, desde los años 2008 hasta las más actual que es el 2014, pero también,
algunos países en donde se han elaborado los estudios, como México, Ecuador,
Venezuela, Chile, Cuba y Colombia, particularmente, en Bogotá y Barranquilla, son
fundamentales para tener en cuenta en términos conceptuales, metodológicos y sus
delimitaciones en términos investigativos, aportando significativamente al propio. Un
elemento adicional aquí, es que estas investigaciones y/o estudios han sido abordados
desde la Medicina, la Psicología y la Enfermería, no obstante, es fundamental plantear
que ninguna de las investigaciones aborda el fenómeno complejo de la violencia
intrafamiliar desde la perspectiva de los Derechos Humanos y la Cultura de paz y desde
esta lógica comprender la perspectiva de Oyarzún (2017) sobre los derechos de las
humanas, refiriéndose a las mujeres como las históricamente más violentadas y
cosificadas en el marco de las relaciones desiguales entre hombres y mujeres. Es decir,
es importante otras miradas acerca de la problemática, pero en esta ocasión, la
diferencia radica en la perspectiva de conocimiento de la Maestría en Derechos
Humanos y Cultura de Paz, la cual introduce elementos distintos de análisis que
permitirán ampliar y ahondar más en el estudio, sobre todo de comprender las causas

44
de la temática en Bogotá en el último año, incluso, valorando que existen ejercicios de
coyuntura de instituciones oficiales como la Fiscalía Bogotá, pero es inexistente un
ejercicio académico al respecto de la realidad para analizar las causas entre enero y
diciembre del 2017. Adicionalmente, pese a que ha habido esfuerzos por entender las
causas del fenómeno complejo, solo se especifica delimitadamente en un grupo o
comunidad en particular, lo cual también hace novedosa este trabajo de investigación,
permitiéndola definir como Exploratoria y Descriptiva.

45
CAPÍTULO III. MARCO LEGAL

Frente al proceso de construcción investigativa, es clave exponer algunos


aspectos de marco legal o normativo del contexto colombiano que hablan acerca de la
violencia intrafamiliar. El mismo se toma a partir de un documento del Ministerio de
Justicia de Colombia, del 2014 denominado “Guía Pedagógica para Comisarías de
Familia sobre el procedimiento para el abordaje de la violencia intrafamiliar con enfoque
de género.

REFERENTE DISPOSICIONES PRINCIPALES


Ley 82 de1993 Se expiden normas para apoyar de manera especial a la mujer cabeza de familia.
Concepto de familia y su protección especial.

Ley 294 de 1996 Desarrolla el artículo 42 de la Constitución Política y dicta normas para prevenir,
modificada remediar y sancionar la violencia intrafamiliar. Concepto de familia y sus integrantes.
parcialmente por la Señala los principios para su interpretación. Política de protección a la familia.
Ley 575 de 2000
Ley 599 de 2000, Código Penal Colombiano, en sus artículos 229, 230 y 230 A, tipificó los delitos de
modifica- da Violencia Intrafamiliar, Maltrato, mediante restricción de libertad física y Ejercicio
parcialmente por la arbitrario de la custodia de hijo menor de edad.
Ley 1142 de 2007
Decreto 652 de 2001 Por el cual se reglamenta la Ley 294 de 1996 reformada parcialmente por la Ley 575 de
2000.
Decisiones, deberes, intervención del Defensor de familia y del Ministerio Público.
Informalidad de la petición de medida de protección, término para presentar la petición
de medidas de protección, corrección de la petición y deber de información, término
y trámite de la audiencia e inasistencia de las partes, criterios para adelantar la
conciliación y medidas de protección, prueba pericial, arresto, cumplimiento de las
medidas de protección, sanciones por incumplimiento y trámite de apelación.
Ley 823 de 2003 Por la cual se dictan normas sobre igualdad de oportunidades para las mujeres en
los ámbitos público y privado.
Ley 906 de 2004 Por cual se expide el Código de Procedimiento Penal. Derechos de las víctimas.
modifica- da Competencia de los jueces penales municipales.
parcialmente por la
Ley 1142 de 2007
Ley 882 de 2004 Por medio de la cual se modifica el artículo 229 de la Ley 599 de 2000.
Delito de Violencia intrafamiliar.
Ley 1098 de 2006 Por la cual se expide el Código de la Infancia y la Adolescencia.
Protección integral y perspectiva de género.
Misión de las Comisarías de Familia: prevenir, garantizar, restablecer y reparar los
derechos de los miembros de la familia conculcados por situaciones de violencia
intrafamiliar, y las demás establecidas en la citada Ley.

46
REFERENTE DISPOSICIONES PRINCIPALES
Decreto 4840 de Por el cual se reglamentan los arts. 52, 77, 79, 82, 83,
2007 84, 86, 87, 96, 98, 99,100, 105, 111 y 205 de la ley 1098
de 2006.
Creación, competencia y funciones.

Ley 1257 de 2008 Por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de
violencia y discriminación contra las mujeres, se reforman los Códigos Penal, de
Procedimiento Penal, la Ley 294 de 1996 y se dictan otras disposiciones. Definición
de violencia contra la mujer, concepto de daño contra la mujer, principios de
interpretación, derechos de las víctimas de violencia deberes de la familia y la
sociedad, medidas de sensibilización y prevención, medidas de protección, medidas de
atención.
Decreto 164 e 2010 Crea una Comisión Intersectorial denominada "Mesa Interinstitucional para Erradicar
la Violencia contra las Mujeres".

Decreto 4463 de Reglamenta el artículo 12 de la Ley 1257 de 2008. Define acciones para promover
2011 el reconocimiento social y económico del trabajo de las mujeres, imple- menta
mecanismos para hacer efectivo el derecho a la igualdad salarial y desarrollar
campañas de erradicación de todo acto de discriminación y violencia contra las
mujeres en el ámbito laboral.

Decreto 4796 de Reglamenta parcialmente los artículos 8, 9, 13 y 19 de


2011 la Ley 1257 de 2008.
Medidas de Atención en Salud: Definiciones de medidas de atención y situación
especial de riesgo, guías, protocolos y Plan decenal de salud pública.

Decreto 4798 de Reglamenta parcialmente la Ley 1257 de 2008.


2011 Se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y
discriminación contra las mujeres, se reforman los Códigos Penal, de Procedimiento
Penal, la Ley 294 de 1996 y se dictan otras disposiciones.

Decreto 4799 de Se reglamentan parcialmente las Leyes 294 de 1996, 575 de 2000 y 1257 de 2008.
2011 Competencias de las Comisarías de Familia, la Fiscalía General de la Nación, los
Juzgados Civiles y los Jueces de Control de Garantías. Imposición de las medidas de
protección. Derecho de las mujeres a no ser confrontadas con el agresor, incumplimiento
de las medidas de protección por parte del agresor, notificaciones, medidas de protección
y conciliación. Definición de lineamientos técnicos por parte del Ministerio de Justicia y del
Derecho.

47
REFERENTE DISPOSICIONES PRINCIPALES
Ley 1542 de 2012 Se reforma el artículo 74 de la Ley 906 de 2004, Código de Procedimiento Penal.
Se suprime del numeral 2, del artículo 74 de la Ley 906 del 2004, modificado por
el artículo 108 de la Ley 1453 de 2011, las expresiones: violencia intrafamiliar (C.
P. artículo 229) e inasistencia alimentaria (C. P. artículo 233).
En consecuencia, la pena privativa de la libertad por la comisión del delito de
violencia intrafamiliar será la vigente de cuatro (4) a ocho (8) años con los
aumentos previstos en el artículo 33 de la Ley 1142 de 2007, que modificó el
artículo 229 de la Ley 599 de 2000, Código Penal.
Se adiciona al artículo 74 de la Ley 906 de 2004, el siguiente parágrafo: En todos
los casos en que se tenga conocimiento de la comisión de conductas relaciona-
das con presuntos delitos de violencia contra la mujer, las autoridades
judiciales investigarán de oficio, en cumplimiento de la obligación de actuar con
la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra las
mujeres consagrada en el artículo 7° literal b) de la Convención de Belém do
Pará, ratificada por el Estado colombiano mediante la Ley 248 de 1995. Se
adiciona un inciso al numeral 4 del artículo 38 A de la Ley 599 del 2000, del
siguiente tenor: Para la verificación del cumplimiento de este presupuesto, en
los delitos de violencia intrafamiliar, la decisión del juez de ejecución de penas
y medidas de seguridad deberá ser precedida de un concepto técnico favorable
de un
equipo interdisciplinario de Medicina Legal.

Decreto 2733 de 2012 Se reglamenta el artículo 23 de la Ley 1257 de 2008. Requisitos para la
procedencia de la deducción.

Decreto 2734 de 2012 Se reglamentan las medidas de atención a las mujeres víctimas de violencia.
Criterios, condiciones y procedimiento para el otorgamiento de las medidas de
atención definidas en el artículo 19 de la Ley 1257 de 2008.

Resolución No. 459 de Se adopta el protocolo y modelo de atención integral en salud para víctimas
2012 de violencia sexual.

Ley1639 de 2013 Se fortalecen las medidas de protección a la integridad de las víctimas de


crímenes con ácido y se adiciona el artículo 113 de la Ley 599 de 2000.

Decreto 1930 de 2013 Adopta la Política Pública Nacional de Equidad de Género y se crea la comisión
intersectorial.

48
REFERENTE DISPOSICIONES PRINCIPALES
Resolución No. 163 de 2013 Por la cual se establecen los lineamientos técnicos en materia
de competencias, procedimientos y acciones relacionadas con
las funciones de la atención a las víctimas de la violencia basada
en género, por parte de las Comisarías de Familia y otras
autoridades administrativas con funciones jurisdiccionales.

Resolución 2013 No. 1895 de Por la cual se asignan recursos para la financiación de las
medidas de atención a las mujeres víctimas de violencia, de que
tratan los literales a) y b) del artículo 19 de la Ley 1257 de 2008,
para la vigencia fiscal 2013.

Ley 1719 de 2014 Por la cual se modifican algunos artículos de las Leyes 599 de
2000, 906 de 2004 y se adoptan medidas para garantizar el
acceso a la justicia de las víctimas de violencia sexual, en especial
la violencia sexual con ocasión del conflicto armado, y se dictan
otras disposiciones. Capítulo V: Atención en Salud.
Capítulo VII: Fortalecimiento de la política de derechos sexuales y
reproductivos, salud sexual y reproductiva, equidad y violencia
basada en género. Sistema unifica- do de información sobre
violencia sexual. Comité de
Seguimiento.

Fuente: Ministerio de Justicia de Colombia, 2014. Guía Pedagógica para Comisarías de Familia
sobre el procedimiento para el abordaje de la violencia intrafamiliar con enfoque de género.

El presente marco normativo es un reconocimiento al fenómeno de los distintos


escenarios y experiencias de violencias que comportan en los hogares colombianos,
donde no solo existe unos referentes normativos que sancionan la violencia en contra de
la mujer por el hecho de ser mujer, sino que también, existe un avance en los referentes
sancionatorios que protege a la mujer, reconoce que es víctima de violencia intrafamiliar
y que es un proceso en que el Estado colombiano debe de generar las condiciones no
solo en el avance normativo, sino también, en el avance sancionatorio, la mitigación y la
eliminación del fenómeno, así como en los mecanismos de protección para las víctimas.

49
CAPÍTULO IV. MARCO METODOLÓGICO

4.1. Tipo de investigación:

Teniendo en cuenta el planteamiento del problema, la pregunta y los objetivos de la


investigación (general y los específicos), esta investigación se denomina Exploratorio y
Descriptivo. Ello porque, en el primero, se realizan cuando el objetivo es examinar un
tema o problema de investigación poco estudiado, del cual se tienen muchas dudas o no
se ha abordado antes. Es decir, cuando la revisión de la literatura reveló que tan sólo
hay guías no investigadas e ideas vagamente relacionadas con el problema de estudio,
o bien, si deseamos indagar sobre temas y áreas desde nuevas perspectivas (Hernández
Sampieri, 2014). Es decir, cuando su versión de construcción y revisión teórica en el
campo académico del internacional y a nivel local (Bogotá) es inédita, aspecto que fue
ampliamente contrastado en el Estado del Arte con las investigaciones que se pudieron
hallar en relación al tema, siendo entonces novedoso, no solo para la fecha, sino también
desde la mirada de la Maestría en Derechos Humanos y Cultura de Paz.

Adicionalmente, el aspecto se Descriptivo se adopta en esta investigación en


perspectiva de las propiedades, las características y los perfiles de personas, grupos,
comunidades, procesos, objetos o cualquier otro fenómeno que se someta a un análisis
y la violencia intrafamiliar es un fenómeno que encaja sobre dicha tipología de
investigación porque es un fenómeno complejo presente en la sociedad que puede ser
analizada y comprendida. Es en últimas, la posibilidad que genera la recolección de
información de manera independiente o conjunta sobre los conceptos o las variables a
las que se refieren, porque, su objetivo no es indicar cómo se relacionan éstas
(Hernández Sampieri, 2014). Esto es clave en la medida en que intenta describir las
causas de la violencia intrafamiliar en Bogotá, en el año 2017, invitando entonces a
generar comprensión y análisis desde esta perspectiva.

50
4.2. Enfoque y Diseño metodológico:

En función del tipo de investigación Exploratorio y Descriptivo, es necesario plantear un


proceso metodológico de comprensión y análisis del fenómeno de estudio, que apoyado
en el campo de la investigación social se le denomina enfoque Cualitativo puesto que
intenta “obtener las perspectivas y puntos de vista de los participantes (sus emociones,
prioridades, experiencias, significados y otros aspectos más bien subjetivos). También
resultan de interés las interacciones entre individuos, grupos y colectividades”
(Hernández Sampieri, 2014, p.8).

Por eso, se acude al diseño metodológico de la investigación científica


denominado como: Documental. Este diseño posibilita la opción de recolectar de
manera eficaz y fluida la información cualitativa a partir de fuentes secundarias en que
se han edificado los datos, archivos, consolidados y demás elementos que permitan
establecerles su posterior análisis, pues, se constituyen en documentos generados en la
época y disponibles en archivos públicos y privados (notas periodísticas,
correspondencia oficial, reportes y, en general, publicaciones del gobierno municipal o
estatal; diarios personales, etcétera) (Hernández Sampieri, 2014).

4.2.1. Técnica de recolección de información

Frente la técnica asignada para la investigación con enfoque cualitativo y de diseño


documental, la revisión de archivo se constituye en la herramienta o técnica clave para
la recolección de los datos. “En la recolección de documentos, registros, materiales y
artefactos, un punto muy importante es que el investigador debe verificar que el material
sea auténtico y que se encuentre en buen estado” (Hernández Sampieri, 2014, p.416),
los cuales pueden ser físicos y/o electrónicos. Y por eso, es importante plantearse
algunos criterios de especificación para indagar nuestro fenómeno de estudio:

51
 En primer lugar, se tuvieron en cuenta aquellos documentos productos de la
Fiscalía en Bogotá, que tiene consolidados en relación a los casos que se
evidencian en la ciudad, específicamente, sobre el tema de violencia intrafamiliar.

 En segundo lugar, se recurrió al de atención penal Integral a Victimas de la


Fiscalía, que si bien, se halla al interior de la Fiscalía, aporta las bases de datos
en relación a las características sociodemográficas, causas, actores, motivos,
entre otros, uno de los pilares de la presente investigación, información que se
consolidó a partir de gráficos porcentuales para su efectivo análisis. Teniendo en
cuenta que la base de datos reveló solo casos denunciados de Violencia
Intrafamiliar, se procesó, consolidó y sistematizó la información de acuerdo a
rangos de edad, para permitir generar un reconocimiento de las edades por
grupos etarios en donde se distingan menores de edad, jóvenes mayores de edad,
adultos a partir de los 27 años y personas mayores.

 En tercer lugar, se tuvieron en cuenta la revisión de archivo de prensa de El País,


El Tiempo y Semana en el seguimiento y documentación de la problemática,
aportando análisis que complementan el ejercicio de la investigación, donde el
manejo de la misma estuvo orientado en apoyar el análisis de la información y el
impacto que tiene, unido a las bases conceptuales aportadas.

 En quinto lugar, se recurrieron a textos, documentos y archivos en general de las


instituciones de Bogotá, como también, a nivel nacional, con la finalidad central
de mejorar la comprensión del fenómeno de estudio y profundizar en ello.

52
4.3 consideraciones éticas del trabajo de grado “causas de la violencia
intrafamiliar en Bogotá 2017”

La confianza es la base de la investigación ética, aunque este trabajo de grado tiene


como fuente información secundaria, no por ello la dignidad y el bienestar de las
personas cuya información se pueda ventilar en el proyecto es una preocupación menor.
El manejo de la información responsable por la protección de los derechos y el bienestar
de los sujetos.
Cabe hacer unas precisiones sobre las consideraciones éticas en el trabajo de grado
denominado “Causas de la Violencia Intrafamiliar en Bogotá año 2017, cuyos
principales aspectos son:
1. La información que es la columna vertebral de éste trabajo se obtuvo de dos
fuentes principales La Coordinación del Centro de Atención Penal Integral a
Victimas (CAPIV) de Bogotá, en cabeza de la Dra. CLAUDIA PIEDAD
GONZALEZ, y la UNIDAD DE ARMONIA FAMILIAR DE BOGOTA, Adscrita a la
Dirección de fiscalías de Bogotá, bajo la tutela de la Dra. Carmen Torres Malaver,
cuyas autorizaciones hacen parte de los anexos de éste trabajo
2. En el orden nacional la información suministrada se debe sujetar a lo dispuesto
por la Ley 1581 de 2012, especialmente lo previsto en sus artículos 4º., los
principios por los que se rige art. 7º; Sobre los derechos de los niños, niñas y
adolescentes; art. 13 sobre personas responsables del tratamiento de la
información y art. 18º. Sobre deberes de los encargados del tratamiento de la
información.
3. De igual manera en el manejo de la información suministrada para el trabajo
“Causas de la Violencia Intrafamiliar en Bogotá año 2017” se deben tener en
cuenta los parámetros de la Ley 1712 de 2014, especialmente en su artículo 18
respecto de la información exceptuada por daño de derechos a personas
naturales o jurídicas y su artículo 19 sobre información exceptuada por daño a
los intereses públicos. De igual forma protegerá las garantías y derechos
reconocidos para las partes e intervinientes en el marco del proceso penal,
especialmente las descritas por los artículos 15 y 29 de la Constitución Política y
los artículos 7 y 11 de la Ley 906 de 2004 (Código de Procedimiento Penal).
4. Se debe asegurar la custodia de la información suministrada, adoptando como
medidas tendientes para ello, el registro y trazabilidad de las personas que
accedan a estos datos y/o ejerzan su tratamiento.
5. Se deben tenor como marco normativo los cinco principios que sustentan el
derecho a la intimidad, como son:
a. El principio de libertad: según el cual, los datos personales de un individuo, solo
pueden ser registrados o divulgados con el consentimiento libre, previo, expreso
o tácito del titular, a menos que el ordenamiento jurídico le imponga la obligación

53
de revelar dicha información, en aras de cumplir un objeto constitucionalmente
legítimo.
b. Principio de finalidad: La obtención y recopilación de datos debe someterse a la
realización de una finalidad legítima, previamente establecida, como en el
presente caso: la elaboración de un trabajo de grado.
c. Principio de necesidad: la información personal que deba ser objeto de
divulgación, se limita estrechamente a aquella que guarda relación de conexidad
con la finalidad pretendida mediante su revelación.
d. Principio de veracidad: los datos personales que se puedan revelar, correspondan
a situaciones reales. Se prohíbe la divulgación de datos falsos.
e. Principio de integridad: La información que sea objeto de divulgación debe
suministrarse de manera completa. Se prohíbe La divulgación de información
incompleta, fraccionada.
Adicionalmente para la elaboración del presente trabajo hay prohibición expresa para
revelar datos personales como direcciones, teléfonos, fotografías que hagan relación con
casos que se hayan investigado o se investiguen, en especial aquella que se refiera a
personas consideradas potencialmente más vulnerables como: Niños, embarazadas,
personas privadas de la libertad, personas con discapacidad mental, personas en
condiciones de vulnerabilidad económica, o información que pueda conducir a trato
discriminatorio.
La utilización de la información base de este trabajo está sujeta a expresa prohibición
para divulgar nombres, lugares, fechas y datos específicos contenidos en las denuncias
e investigaciones recibidas en el CAPIV y la Unidad de Armonía Familiar de Bogotá.
Cordialmente,

54
CAPÍTULO V. RESULTADOS Y ANÁLISIS

55
5.1. Condiciones sociodemográficas de las víctimas de violencia intrafamiliar en
Bogotá D.C, en el año 2017

Teniendo en cuenta que el propósito central de este trabajo de grado es describir las
causas de la violencia intrafamiliar en Bogotá, en el año 2017, se plantea entonces en
este apartado desarrollar una de sus finalidades específicas, y tiene que ver con
caracterizar las condiciones sociodemográficas de las víctimas de violencia intrafamiliar
en dicho contexto capitalino de Colombia.

Es importante tener en cuenta que, el resultado, procesamiento, consolidación y


sistematización de la información, se logró a partir del suministro de los datos aportados
por el Centro de Atención Penal Integral a Víctimas (CAPIV), el cual es la instancia que
recibe gran parte de la información de las diferentes dependencias y autoridades locales
en Bogotá para efectos de fenómenos de violencias, en especial la violencia intrafamiliar,
problemática social del interés de la investigación propuesta en el marco del desarrollo
de la tesis para optar por el título de Magíster en Derechos Humanos y Cultura de Paz.
De modo que, es fundamental tener en cuenta que, por temas de reservas a la identidad
de las víctimas desde el Centro de Atención Penal Integral a Víctimas (CAPIV) no se
aportaron todos los datos que permitan ampliar el análisis de la información. No obstante,
se hallarán edades, sexo, nivel educativo y actividades de las víctimas en el marco de la
presente caracterización.

A partir del suministro de datos, se puede afirmar que el total de las denuncias por
el delito de Violencia Intrafamiliar de hechos ocurridos en Bogotá, en el periodo
comprendido entre el 1 de enero de 2017 hasta 31 de diciembre de 2017, son 31.177,
lo que implica que se trata de un fenómeno de violencia de gran trascendencia en el
contexto capitalino, y que evidentemente, cifras que son preocupantes no solo para las

56
instituciones o entidades encargadas de su investigación y judicialización, sino también,
para la misma academia puesto que dicho reporte es sumamente revelador en la medida
en que la violencia intrafamiliar se da en el ámbito privado, lo que ha dificultado la
posibilidad de dimensionar el problema, en sus verdaderas proporciones, donde ciertos
comportamientos violentos ejecutados por el perpetrador/a o agresor/a incluso se han
legitimado como herramientas útiles para educar, mantener el control, forma de
dominación, atemorizar, y a su vez, paradójicamente, validado por los victimarios/as para
resolver sus conflictos (Caicedo, 2005).

Este fenómeno social se ha consolidado como el de “mayores dimensiones que


enfrenta Colombia. Es a la vez un delito contra la familia tipificado como tal en la
legislación vigente y se constituye por otra parte en una de las violaciones más comunes
a los Derechos Humanos” (Vázquez, 2008, p.31). Se expresa en muchos casos “cuando
se dan condiciones sociales que incrementan la vulnerabilidad de este núcleo como son
la pobreza, las migraciones, las problemáticas de origen étnico y racial y los conflictos
armados, además de unas relaciones de género inequitativas y desiguales” (Lafaurie,
2013, p.103).

“La violencia dentro de la familia, entonces, ha sido considerada como «funcional»


porque reforzaba los roles de poder y relaciones jerárquicas y de fuerza que se dan en
la misma, así como en algunos casos se legitiman patrones de crianza violentos, como
parte del proceso educativo de niños y niñas” (Caicedo, 2005, p.73). Esto indica la
máxima representación de la posibilidad de replicar y perpetuar la violencia intrafamiliar
en presentes y futuras generaciones al interior de las familias, pues, al observar, sus
padres o madres o principal agresor/a ejercer violencia sobre un miembro de la familia,
es una manera de formar o inculcar valores que luego se verán replicados al interior de
sus propias familias, en el momento que decidan tener una pareja o formar una familia.

57
Adicionalmente, esta cifra presentada es reveladora y tensionante a los ojos de la
sociedad bogotana y el mensaje en las familias, puesto que, la familia es una entidad
social histórica, no en vano es considerada como la primer institución formadora de seres
humanos, donde inculca valores, experiencias, vivencias, conocimientos, entre otros
aspectos, que se consideran importante para el comportamiento y la convivencia de las
generaciones no solo en la capital de Colombia, territorio objeto de ésta investigación,
sino también en la sociedad en su conjunto, siendo sumamente preocupante, porque
partir de las experiencias familiares se conformar los distintos tipos de violencia que
caracterizan la violencia que caracterizan la violencia intrafamiliar.

Esto se puede confirmar con el siguiente postulado:

(…) Para la familia, puesto que es causa de desintegración familiar, quienes viven y
crecen en el círculo de la violencia, tienden a repetir estos patronos de conducta en su
vida adulta; los niños y niñas que sufren la violencia intrafamiliar en el hogar, serán en el
futuro abusadores o abusados (Gómez, 2015, p.21).

Paralelamente, es necesario resaltar que, los 31.177 casos de violencia


intrafamiliar en Bogotá no se constituyen en un hecho menor para la realidad de quienes
son víctimas del mismo, para la ciudad bogotana y sus habitantes, los impactos de la
misma tienen una escala a nivel de la sociedad. Por eso, es necesario reconocer lo
siguiente:

Las consecuencias para la sociedad, también son negativas, ya que como


tradicionalmente se dice, la familia es la base de la sociedad, y si la violencia intrafamiliar
es causa de desintegración familiar, la sociedad sufre en sus bases más profundas, este
desgaste que en sus cimientos provoca la violencia doméstica. Nadie escapa a este
flagelo, tanto en el área urbana como rural, en familias de clase alta, media y baja, en
pobreza y pobreza extrema, la violencia no discrimina y se hace presente en muchos
hogares (Gómez, 2015, p.22).

58
De acuerdo con lo anterior, a partir de la revelación de la cifra de violencia
intrafamiliar en Bogotá D.C, los impactos en las víctimas en la ciudad capitalina por lo
que tiene como génesis, pero también por sus consecuencias, es fundamental reconocer
entonces las edades en que se presenta la problemática1.

Figura 1. Edad de las víctimas de violencia intrafamiliar entre enero – diciembre 2017.

EDAD
949, 3%

10110, 32% 7749, 25%

12369, 40%

ENTRE 0-17 ENTRE 18-26 ENTRE 27-49 ENTRE 50-66

Fuente: Elaboración propia (2018). Caracterización: Edad. Gráfico Circular 3D, Figura 1.

En el marco de la interpretación de la figura #1, se entiende que el grupo de edad


en donde más se presentan los casos de violencia intrafamiliar en Bogotá es entre 27 a
49 años, representados en un 40%, en cifras absolutas de 12.369. En segundo lugar, se
hallan con un total de 10.110 casos, representados en un 32%, las edades entre 50 a 66
años. En tercer lugar, se encuentran con un 25% de los casos y con cifras absolutas de
7.749 las edades entre 18 a 26 años específicamente. Y, en cuarto lugar, con 949 casos,

1
Teniendo en cuenta que la base de datos reveló 31.177 casos denunciados de Violencia
Intrafamiliar, se procesó, consolidó y sistematizó de la información de acuerdo a rangos de edad,
para permitir generar un reconocimiento de las edades por grupos etarios en donde se distingan
menores de edad, jóvenes mayores de edad, adultos a partir de los 27 años y personas mayores.
59
representando un 3% en la gráfica Circular 3D, entre los 0 a 17 años de edad. Sin
embargo, es preciso resaltar que la información suministrada por el CAPIV y la Dirección
Seccional de Fiscalías de Bogotá, hace especial énfasis en las víctimas de la violencia
directa, no entra en el detalle de los efectos de la violencia indirecta, respecto de aquellos
que están en un escenario de agresiones en su cotidianidad. En este contexto, con
frecuencia los menores son utilizados como instrumentos de agresión contra el otro,
haciendo daño a un niño le hacen daño al oponente, lo que deja huellas en la persona
cuyo alcance no se ha medido aún.

Es preciso resaltar que la incorporación de instrumentos internacionales como la


CIDN fueron recogidos en la Ley 12 del 22 de enero de 1991, que consagra la doctrina
de la protección integral de niños y niñas, que los determina no como objetos de
protección sino sujetos de derechos, incorporados posteriormente a la constitución de
1991 en los artículos 5, 42, 43, 44 y 45, que obliga a privilegiar los derechos
fundamentales de los menores por encima de cualesquier otro derecho, es vulnerada a
diario en el marco de la violencia intrafamiliar, cuando son utilizados como armas de
guerra contra el oponente, padre, madre, tíos abuelos, o incluso, se les induce a tomar
partido en la confrontación, llegando incluso a enfrentar responsabilidades de tipo penal,
ante la jurisdicción de menores en algunos casos.

De la caracterización de los menores como instrumentos de guerra se deriva un


tipo penal autónomo, en el marco de la violencia económica cual es la Inasistencia
alimentaria contemplada como tal en el art. 322 del CPC, que alcanza igualmente cifras
abrumadoras, pero cuyos efectos pueden ser materia de otras investigaciones.

A raíz del comportamiento en edades de la violencia intrafamiliar en la capital del


país, es importante comprender dos elementos fundamentales:

60
 En primer lugar, la violencia intrafamiliar es un fenómeno social transversal a las
edades como lo expresa la figura #1. Este elemento es complejo en la medida en
que, personas de especial protección como niños y niñas, mujeres y adultos
mayores se hallan preocupantemente expuestas a este fenómeno de violencia en
la sociedad bogotana, implicando entonces una violación de decenas de
mecanismos legales nacionales e internacionales sobre protección a estas
poblaciones en forma particular.

 Por otro lado, la concentración de los casos de violencia intrafamiliar, en su gran


mayoría, se hallan en un grupo de edades entre los 27 a 49, indicando entonces
que son personas activas y con edad para trabajar, cifra que sin embargo, no se
ha tomado en cuenta para medir el impacto que la violencia intrafamiliar pueda
tener en la economía, en la alta o baja productividad, en la satisfacción con lo que
hacen y su desarrollo personal y laboral, cual es el grado de afectación que
representan para esta franja los hechos vividos y denunciados en el marco de la
violencia intrafamiliar. Es entonces que, la violencia intrafamiliar, precisamente,
permite observar en la intimidad de la agresión, a hombres y mujeres, adultos/as
y jóvenes, divididos en una lucha violenta por la adquisición o preservación de un
espacio de poder, por una oportunidad para el ejercicio de la autoridad, por un
instante de dominio de las circunstancias, de los recursos o de los sentimientos:
claro está que en medio de una intensa e infortunada manifestación de las
inseguridades, dolores, frustraciones y deseos de control de cada quien (Caicedo,
2005, citando a Gómez, 2003).

 Y, por último, no se quedan atrás, aquellos casos que impactan negativamente en


una población con edad mayor, donde muchos de ellos y ellas son personas
mayores o adultas mayores, lo cual pueden llegar a ser una condición particular
de vulnerabilidad y que tiene cifras elevadas en ese sentido. Lo complejo es que
personas con estas edades, entre 55 a 66 años, suelen ser personas que se hallan

61
en posiciones de dependencia por sus condiciones económicas o de salud,
algunos con limitaciones físicas o mentales y que definitivamente, los hace más
vulnerables en el marco de la violencia intrafamiliar.

En cuanto a la vulneración de los derechos de los adultos mayores en el marco


de la violencia intrafamiliar, no obstante, la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, preceptúa la prohibición de cualquier forma de afectación contra la dignidad
humana, discriminación, maltrato en cualquier de sus formas, su vulneración se hace
más evidente en el marco de la violencia intrafamiliar donde son víctimas de dos formas
de violencia: el abandono y el despojo de los bienes que consiguieron con el fruto de su
trabajo. El abuso de las personas mayores constituye una violación de los derechos
humanos y una de las causas importantes de lesiones, enfermedades, pérdida de
productividad, aislamiento y desesperación (García Araneda, N. 2006).

Dicha violencia existe en todo el mundo y muy a menudo no se denuncia, así como
acarrea costos económicos y humanos. Los costos directos se asocian con la prevención
e intervención como prestación de servicios a través de programas preventivos,
educativos, investigación, etc. Los costos indirectos son la menor productividad, el
desmejoramiento de la calidad de vida, el dolor y sufrimiento emocional, la pérdida de
confianza y autoestima, discapacidades y muerte (García Araneda, N. 2006).

La persona mayor consciente tiene el derecho a la autodeterminación,


autodeterminación que es desconocida en muchos casos por familiares y cuidadores,
quienes en actúan a espaldas de las decisiones que los adultos mayores toman, cuando
están en condiciones de decidir por cuenta propia.

En esta franja con el ánimo de prevenir y controlar la violencia en contra de los


adultos mayores se expidió la Ley 1850 del 2017, donde reglamenta los centros de

62
protección denominados “Hogar Día”, Centros de protección Social con cargo al
presupuesto estatal, modifica el art. 229 del CP, Violencia Intrafamiliar, y establece
delitos autónomos como art. 230 del CP, maltrato mediante la restricción de la libertad
Física, Art. 229 A “Maltrato por descuido, art. 34 A, que adiciona la Ley 1251 del 2008,
por la cual se dictan normas para la protección del adulto mayor, se establecen
igualmente la creación de las rutas de atención al adulto mayor con la combinación de
esfuerzos públicos y privados. Pero como era de esperarse su implementación apenas
empieza y los resultados están por verse.

El sexo, es otra de las variables de las condiciones sociodemográficas las cuales


se pudieron hallar en el marco de la recolección de la información y se presenta a
continuación:

Figura 2. Sexo de las víctimas de violencia intrafamiliar entre enero – diciembre 2017

SEXO

6777, 22%

24400, 78%

FEMENINO MASCULINO

Fuente: Elaboración propia (2018). Caracterización: Sexo. Gráfico Circular 3D, Figura 2.

Se puede interpretar a partir de la figura #2, que el sexo con la mayoría de los
casos de violencia intrafamiliar en condición de víctima en Bogotá es el femenino con un

63
78%, indicando que su total es de 24.400; mientras que, en el caso masculino, representa
un 22% con un valor absoluto de 6.777.

Mediante la Ley 248 del 29 de diciembre de 1995, se incorporan los principios


contenidos en la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra la mujer suscrita en la ciudad de Belén Do Para, Brasil, el 9 de junio de
1994, que da Legitimidad constitucional a los mecanismos internacionales de protección
de los derechos humanos de la mujer, en los que se determina que la violencia contra
la mujer constituye una vulneración a los derechos humanos de ella, vulneración que
debe ser atacada en el ámbito público y privado. Como efecto de ello se promulga la Ley
294 de 1996, en la que se incorporan principios fundamentales de dicho instrumento.

A su turno la Ley 1257 de 2008, la cual se dictan normas de sensibilización,


prevención y formas de violencia y discriminación contra las mujeres, se reforman los
códigos penales, de procedimiento penal y la Ley 294 de 1996, ratificando que la
violencia contra la mujer al interior del núcleo familiar es también una violación a los
derechos humanos como la vida, la salud, la dignidad, el derecho a no ser sometido a
tratos crueles o torturas, la no discriminación. Por lo tanto, el respeto a la vida privada de
las personas no puede servir de excusa para dichas vulneraciones.

No obstante, se resiente en las mujeres del contexto bogotano el fenómeno


problemático de la violencia intrafamiliar, contrastados con que “la VIF (violencia
intrafamiliar) es una violencia con profundas raíces históricas y culturales, que afecta
principalmente a las mujeres, los niños, las personas con discapacidad y adultos
mayores” (Vargas, 2014, p.33).

Este elemento es importante señalarlo, ya que, es el reflejo de una problemática


que tiene su génesis en el carácter de la cultura patriarcal presente en las prácticas

64
cotidianas como el machismo, en donde es la mujer la que siente este fenómeno y que
el contexto bogotano no es la excepción. Esta realidad del patriarcado, se expresa bajo
la relación de poder directa entre los hombres y las mujeres en las que los hombres, que
tienen intereses concretos y fundamentales en el control, uso, sumisión, opresión,
objetualización, dominación y cosificación de las mujeres, llevan a cabo efectivamente
sus intereses. Esta relación de poder provoca desigualdad entre los dominadores: los
hombres y los subordinados: las mujeres (Cagigas, 2006). La cultura machista lleva
consigo el sentido de supremacía de la posesión del hombre sobre la mujer, considerada
como inferior, a la cual, entre otras cualidades se le asigna la docilidad y el sometimiento
al varón, especialmente dentro del matrimonio o de la convivencia en pareja, y es cuando
esa convivencia se rompe, cuando la mujer sufre más el peligro de que terminen con su
vida (Quintanilla, 2004).

La violencia intrafamiliar afecta de manera negativa la vida de miles de mujeres


en Bogotá, lo que trae efectos en su desarrollo personal, profesional, laboral. De igual
forma, es importante señalar que este fenómeno complejo no solamente recae en
mujeres, en el periodo en estudio la cifra de hombres que denunciaron fue de por 6.777
y aunque los hombres tradicionalmente guardaban silencio, en el periodo estudiado
vemos que están denunciando, y por eso, se comprende la violencia intrafamiliar como
una problemática que transversaliza el sexo como tal, por lo que las cifras globales tienen
vocación de crecimiento. En la revisión de archivo se pudo hallar que cuando los hombres
denuncian, algunos se muestran indignados y otros, por su parte, avergonzados. No son
muy descriptivos, como suelen ser las mujeres, y se limitan a decir que la pareja fue la
violenta. Es importante resaltar que existe una idea generalizada que solo las mujeres
son víctimas de este tipo de violencia, en el momento que el hombre la sufre no es tan
expresivo, generando desigualdad en el acceso a la justicia, lo cual dificulta más la
posibilidad que el hombre acuda a la justicia como, que deposite su confianza en ella
porque tiene el convencimiento que no va a ser tratado con equidad e imparcialidad. (El
Tiempo, 2017).

65
Paralelamente a lo anterior planteado, es importante entonces reconocer que:

En este orden de ideas, si bien la mayor parte de denuncias por violencia intrafamiliar
que ingresan al sector justicia son de mujeres víctimas de maltrato, se debe reconocer
que también los hombres, aunque sea estadísticamente en menor porcentaje, son
víctimas de violencia intrafamiliar, en cualquiera de sus manifestaciones; algunas más
otras menos, pero sufren vejámenes, dolor y sufrimiento al igual que las mujeres (Gómez,
2015, p.22).

A partir de la trascendencia del fenómeno de violencia intrafamiliar llego a la


expedición de la Ley 294 de 1996, que desarrolla el art. 42 de la Constitución nacional,
el cual afirma la vocación de la familia (sin discriminar el tipo de familia), como eje
fundamental de la sociedad.

La Ley 294 de Violencia intrafamiliar, sus posteriores reformas abrieron espacios


institucionales hacia la creación de redes de apoyo, de rutas de atención a víctimas de
la violencia intrafamiliar, a la que acuden en su mayoría mujeres, lo que ha traído dos
efectos a destacar por un lado la visibilización del impacto real de la conducta a nivel
social, en casos extremos la agudización de los ciclos de violencia por parte del
maltratador a la víctima, llegando incluso al feminicidio como forma de retaliación
extrema.

En la situación concreta de los hombres, aunque la cifra de los que denuncian va


en incremento, es un porcentaje mucho más bajo del que representan las mujeres que
denuncian, sin embargo, lo que representa la Violencia intrafamiliar para ellos no se
aleja mucho de la realidad que viven las mujeres, donde se entremezclan los
sentimientos de fracaso, dolor, ira, sentimientos de culpa, con un agravante que se funda
en una concepción machista, lo que les impide buscar ayuda, trabajar aspectos que
puedan ayudarles a resolver el conflicto o incluso a ver la ruptura de una relación de una
manera natural, sin que ello deje comprometida seriamente su virilidad. Surge entonces
el temor por la vergüenza y la pérdida que puede ello representar de la posición de

66
privilegio que la sociedad le ha otorgado tradicionalmente desde la cultura patriarcal, lo
que genera la dificultad para expresarse libremente al respecto.

En ese sentido, se comprende que:

Es importante acotar que los roles que socialmente se asignan a los sexos, hacen que
se tenga la concepción de que el hombre es fuerte, viril, no llora, no siente dolor y aguanta
más, ello impide que tenga la entereza de denunciar cuando es víctima de violencia
doméstica, ya que las burlas y comentarios desacreditándolo como hombre, serán en
muchos casos más dolorosas para él, en su condición de hombre, que la misma violencia
de que es víctima. Es pues, ese rol asignado a lo masculino, el que en muchas ocasiones
impide que los hombres se atrevan a denunciar, y de esta cuenta las estadísticas no
reflejan la realidad sobre la violencia intrafamiliar contra el sexo masculino (Gómez, 2015,
p.22).

Adicionalmente, el nivel educativo es otro de los elementos resultantes de las


condiciones sociodemográficas de las víctimas de violencia intrafamiliar en Bogotá,
revelando lo siguiente:

Figura 3. Nivel educativo de las víctimas de violencia intrafamiliar entre enero – diciembre
2017

NIVEL EDUCATIVO

8199, 26% 9001, 29%

5477, 18%
7000, 22%

1500, 5%

BASICA PRIMARIA BACHILLER TECNICO TECNOLOGICO PROFESIONAL

Fuente: Elaboración propia (2018). Caracterización: Nivel educativo. Gráfico Circular 3D, Figura 3.

67
Frente a los resultados expuestos, se puede interpretar lo siguiente: primero, que
el nivel educativo con la mayor cifra de quienes son víctimas de violencia intrafamiliar
son quienes tienen formación Básica Primaria, expreso en un 29% de los casos,
representado en 9001. Segundo, con un total de 8199, representado en un 26%, son los
estudios Profesionales. Quienes se encuentran en el tercer lugar son aquellas personas
que se hallan en una formación Bachiller con 7000 casos, representando un 22%. El
cuarto lugar es para quienes se encuentran en una formación Tecnológica con 5477
casos, representando el 18%. Y finalmente, quienes se encuentran en el nivel educativo
de básica primaria, representan 1500 y porcentualmente se encuentran con un 5%.

A partir de lo anterior, es necesario comprender y analizar que se contrastan los


datos en que el comportamiento de la violencia intrafamiliar ha demostrado que no surge
por el nivel educativo en las personas y la condición socioeconómica de las familias, por
lo que se podría pensar, que se trata de un fenómeno en el que intervienen aspectos
culturales, circunstanciales e históricos, propios a los sujetos implicados en la
problemática (Núñez & Carvajal, 2004). No obstante, es importante resaltar que esta
problemática afecta todos los niveles educativos del contexto bogotano, pero de manera
más preponderante a son quienes se encuentran en Básica Primaria, Profesionales,
Bachiller y Tecnológica. Esto permite pensar incluso, que al menos en las tres últimas,
las víctimas, tanto hombres como mujeres se dedican a actividades que reflejan sus
formaciones.

68
Figura 4. Actividades de las/os afectadas/os de las víctimas de violencia intrafamiliar entre
enero – diciembre 2017.

150,
ACTIVIDAD DE AFECTADAS/OS
180, 1%
100,0%
100, 0% 100, 0% 100, 0%
181, 1% 1% 90, 0% 88, 0%
100, 0% 100, 0% 98, 0% 50, 0%
300, 1% 200, 1% 100, 0%
350, 2% 200, 1%
320, 1% 200, 1%
400, 2% 4000, 19%
400, 2%
500, 2%
700, 3%
800, 4% 3000, 14%

900, 4%

900, 4%
2000, 9%
1386, 6%

1500, 7% 2000, 9%

SIN ESPECIFICAR OFICIO AMA DE CASA EMPLEADA DE BANCO


VENDEDORA AMBULANTE RECEPCIONISTA DE HOTEL ADMINISTRADORA DEL COMERCIO AL POR MENOR
ACTIVIDADES RELACIONADAS CON LA CARPINTERIA RECICLADOR CARPINTERIA
COMERCIANTE CONDUCTOR ENFERMERIA
EBANISTA MEDICINA ABOGADA
VIGILANTE ASISTENTE ADMINISTRATIVA MENSAJERIA
ARCHIVISTA MINERO SOLDADOR
MESERO PINTORES ESCULTORES
ALBAÑISTA ESTILISTA ARTES MUSICALES
PESQUEROS CAJERO TOPOGRAFIA
ESTUDIANTE UNIVERSITARIO COCINERA CONTADURIA

Fuente: Elaboración propia (2018). Caracterización: Actividades de las/os afectadas/os. Gráfico Circular 3D,
Figura 4.

Las principales actividades a las cuales se dedican las víctimas de violencia


intrafamiliar en Bogotá son las siguientes: sin especificar oficio con 4000 casos con un
19%; ama de casa con 3000 con un 14%; empleada de banco con 2000 con un 9%;
vendedora ambulante con 2000 con un 9%; recepcionista de hotel con 1500 con un 7%;

69
administradora del comercio al por menor con 1386 con un 6%; actividades relacionadas
con la carpintería con 900, representado en un 4%; reciclador con 900 en un 4%;
carpintería con 800, expreso en 4%; y finalmente, comerciante con 700 evidenciado en
la gráfica con un 3%.

A partir de lo anterior, se puede comprender que las víctimas de esta violencia


expresan un número significativo de los casos a partir de actividades que tienen que ver
preponderantemente con el hogar, como también de labores formales e informales,
reflejando entonces que, las víctimas, donde la mayoría son mujeres, y no se excluyen
a los hombres del análisis, tienen actividad que les genera ingreso de alguna manera, es
decir, la mayoría de las mujeres están trabajando, consiguiendo ingreso, no obstante,
son quienes sufren las violencias intrafamiliares manifiestas en el ámbito privado.

En ese sentido, este tipo de violencias evidentemente las resienten víctimas, sobre
todo las mujeres que representan una gran mayoría, en su contexto de trabajo formal o
no formal, porque sufren diferentes impactos que la violencia intrafamiliar pueda
comportar o impactar porque la persona afectada siente que se deteriora las relaciones
familiares, disminuye la participación social de las víctimas, altera la condición mental
produciendo depresión, ansiedad y somatización que afecta el desempeño en el trabajo
y en el funcionamiento social, incluso, generando una deserción en el ámbito laboral por
dicha causa (Vargas, 2014).

70
5.2. Causas principales que generan la violencia intrafamiliar en Bogotá, en el
año 2017

En el marco mismo de describir las causas de la violencia intrafamiliar en Bogotá, en el


año 2017, es fundamental, en este apartado, identificar las causas principales (tipos y
características) que generan la violencia intrafamiliar en Bogotá, en la fecha establecida.
Frente a ello, esta información que se interpretará y analizará desde las fuentes
secundarias de información que posibilita este ejercicio, evidentemente, se desarrollarán
los análisis de las causas mismas del fenómeno como tal, para luego tipificar los hechos
victimizantes en específicos, es decir, se identifica y analiza la violencia sexual, la
violencia psicológica y la violencia física. Adicionalmente, el capítulo reconocerá el
principal agresor para tener un panorama del mismo en el contexto de la capital de
Bogotá para el año en cuestión.

Teniendo en cuenta lo anterior, se expone la siguiente figura:

Figura 5. Causas de la violencia intrafamiliar entre enero – diciembre 2017.

CAUSAS DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR


3110, 10% 750, 2%

14797, 48%
12520, 40%

VIOLENCIA SEXUAL VIOLENCIA ECONÓMICA VIOLENCIA PSCOLÓGICA VIOLENCIA FÍSICA

Fuente: Elaboración propia (2018). Identificación de causas de violencia intrafamiliar: Causas de la violencia
intrafamiliar. Gráfico de Anillo, Figura 5.

71
Frente a los resultados expuestos en la presente grafica de caracterización de las
condiciones sociodemográficas de las víctimas reportadas, es fundamental exponer los
siguientes elementos de interpretación y análisis al respecto del comportamiento del
fenómeno:

I. En primer lugar, se puede describir que la cifra más elevada en el marco de la


violencia intrafamiliar en el contexto de Bogotá-Colombia es la violencia
económica, correspondiente al 48%, explicitado en 14.797. Este fenómeno
complejo se revela en la medida en que se da la “violencia económica cuando el
proveedor principal utiliza el dinero para ejercer control sobre los demás
integrantes de su hogar” (Mateus, 2009, p.10). De igual manera, aunque se
reconoce principalmente que, en el nivel educativo, tanto hombres como mujeres
se han estado formando, la mayoría son mujeres, ejercen labores, pero no se
puede desconocer que las cifras apuntan a las mujeres como las principales
víctimas, siendo la violencia económica la mayor causal comportando en el marco
de la violencia intrafamiliar en Bogotá D.C. Así pues, negativamente, este
fenómeno complejo se expresa porque los individuos, y no aislados a la realidad
la población en Bogotá, viven sumergidos en una cultura patriarcal, en la que las
relaciones de poder entre los géneros son estructuradas por situaciones que
proporcionan a los hombres el control y el dominio en el hogar, por ser éste el que
suministra a los miembros de la familia los recursos económicos y la alimentación,
siendo éste factor motivador central de denuncia por parte de denuncia (Vásquez,
Alarcón & Amarís, 2008).

II. En segundo lugar, se encuentra con un 40%, correspondiente a 12.520 en el


marco de una de las tipológicas víctimas de violencia intrafamiliar,
específicamente se refiere a la violencia psicológica. “Esta se refiere a la
realización de actos degradantes, humillaciones, desvalorización, trata desigual,
amenazas contra ella o hijos, destruir objetos, mancillar su autoestima con

72
palabras ofensivas o degradantes” (Gómez, 2015, p.14). Estas expresiones,
seguramente se han vivenciado en mujeres y hombres, niños, niñas,
adolescentes, adultos y personas mayores, los cuales no se hallan exentos de ser
impactados por una realidad de violencia como ésta. Un elemento que es
fundamental tener en cuenta en la de este tipo de violencia en particular, que hace
parte de una de las formas de violencias de la violencia intrafamiliar, es que se
expresa tan contundentemente en los bogotanos y bogotanas y en el panorama
general se puede llegar a percibir como insignificante, sin mayor relevancia, y por
el contrario, tiene impactos negativos profundos “mediante expresiones o
actitudes que humillan o avergüenzan a quien la padece, causan inestabilidad
emocional, daño psicológico que no es percibido a simple vista y en caso no ser
tratado por profesionales, ahí permanece haciendo mayor daño” (Gómez, 2015,
p.15). Algo que es necesario destacarlo es que paralelo a los aspectos netamente
psicológicos se encuentra el factor cultural, las costumbres y tradicionales formas
de relacionarse hombres y mujeres que se transmiten de generación en
generación y que influyen en el entramado de relaciones familiares e incluso en
las formas de solucionar los conflictos que surgen en el natural desenvolvimiento
de tales relaciones, de ahí a que expresiones de violencia intrafamiliar como la
psicológica se hallan presentes en los hogares de los bogotanos y bogotanas
(Vázquez, 2008).

III. En tercer lugar, se halla la violencia física con 10%, correspondiente a 3.110 casos
en el marco mismo de la violencia intrafamiliar en el contexto capitalino del país.
Este fenómeno de violencia, pese a que ocupa el tercer lugar, no quiere decir que
sea el menos importante; es preciso recordar que la violencia física se presenta a
partir de ejercicio de la fuerza física por parte de la persona agresora, para
conseguir que se haga algo que no se desea, o se deje de hacer algo que se
quiere hacer; son acciones violentas que dañan físicamente a la persona, pero
que pueden en un momento dado, llegar a causar la muerte (Gómez, 2015). En
ese sentido, ser violentadas de esa manera deja secuelas, así como las
psicológicas, las físicas tienen su trascendencia marcada para toda la vida. Por

73
otro lado, este fenómeno complejo de violencia intrafamiliar, es decir, la violencia
física se presenta en virtud de las condiciones que el patriarcado genera para que
las mismas se presenten, y esto se afirma porque las cifras justifican más mujeres
que hombres en términos generales sufren la violencia intrafamiliar, pero también
porque “las mujeres han aprendido a creer que merecen ser violentadas física,
psicológica sexual y verbalmente y que además son culpables de tales
violaciones” (Vázquez, 2008, p.36). En definitiva, son víctimas y el perpetrador/a
nuevamente las/os revictimiza.

IV. En cuarto lugar, se pudo encontrar la violencia sexual representada


porcentualmente en un 2%, y que, en términos numéricos absolutos, corresponde
a 750 casos denunciados específicamente. En Bogotá, la violencia intrafamiliar
contra las mujeres resulta ser una problemática de amplias dimensiones, aspecto
que requiere un especial abordaje desde las diferentes instituciones. La ciudad es
el principal escenario del país en cuanto a violencia de pareja y violencia contra
niñas, niños y adolescentes, y muestra altos índices de violencia sexual
intrafamiliar, pese a ocupar el último lugar, pues no se analiza su ponderación,
sino la trascendencia del hecho, pues, con solo uno que suceda, es sumamente
preocupante y alterante (Lafaurie, 2013). La violencia sexual se define como todo
acto sexual, como la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o
insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar
de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra
persona, independientemente de la relación de esta con la víctima, en cualquier
ámbito, incluido el hogar, aspectos que se detallarán en líneas posteriores del
análisis de la presente información (Ruíz, 2015).

V. Y, en quinto lugar, es importante reconocer que la causa intrafamiliar más


frecuente en Bogotá para el año 2017 no es sólo una, son dos, tanto la psicológica,
como también, la económica, la cual se reconoce bajo las cifras que expresan que
una representa el 40% y la otra el 48% respectivamente. Este panorama coloca

74
en relieve un asunto fundamental y es que, si bien han bajado las cifras de
violencia física en el marco de la violencia intrafamiliar, otras formas de violencia
con porcentajes preponderantemente más altos, se imponen alrededor del
fenómeno complejo, en donde la violencia económica y psicológica están
comportando. Esto incluso puede recaer en el análisis de las distintas leyes o
mecanismos legales que tienen rigurosidad con la violencia física, de modo que,
los actores agresores se previenen, prefieren evitar agredir físicamente, pero
generan violencia a través de otras formas y es un elemento que en el marco de
la frecuencia de estos tipos de violencia es importante resaltarlo, ya que, la
violencia económica como la psicológica agreden tan fuerte a la víctima como si
fuese la violencia física, comprendiendo sus diferencias e implicaciones al
respecto. Es decir, ninguna es menos importante que la otra, todas las violencias
tienen un efecto.

Habiendo comprendido y complejizado las causas de la violencia intrafamiliar, se


plantea a continuación el análisis específico de cada una de ellas desde sus tipologías.
La primera de ellas es la violencia sexual:

Figura 6. Violencia sexual de las víctimas de violencia intrafamiliar entre enero – diciembre
2017.

VIOLENCIA SEXUAL

300,
40%
450,
60%

ABUSO SEXUAL TOCAMIENTO EN PARTES INTIMAS

Fuente: Elaboración propia (2018). Identificación de causas de violencia intrafamiliar: violencia sexual. Gráfico
Circular 2D, Figura 6.

75
A partir de los elementos explícitos al respecto de la figura 6, es importante
recordar que el comportamiento de la violencia intrafamiliar en Bogotá, los cuales son
750 casos y que representa el 2% del total de las otras tipologías de causas que
comportan en el contexto, y que definitivamente, la violencia sexual está reflejando, por
un lado, que el abuso sexual tiene un mayor número de casos, específicamente 450 que
constituyen el 60%; y por otro lado, el tocamiento en partes íntimas se halla en el segundo
lugar con 300 casos y que refleja porcentualmente el 40%.

Así pues, se comprende entonces que estas expresiones en las que comporta la
violencia sexual, primero, con un número de casos muy elevados en términos de las
personas quienes están siendo afectadas por esta característica de violencia
intrafamiliar, y segundo, porque la violencia sexual es asumida como cualquier forma de
contacto sexual o erotización con un niño o niña, mujer, hombre o adulto mayor sin su
consentimiento se asume en dicha perspectiva, y esto hace que el tocamiento y el abuso
sexual se introduzca en el análisis como parte de características de violencias que están
teniendo un impacto en el contexto bogotano (Loli, 2007).

Adicionalmente, el tocamiento en partes íntimas y el abuso sexual en particular


son formas de violencia sexual las cuales contradice las voluntariedades de la persona
en relación a su disposición para con la otra persona, es decir, son involuntarias por las
personas y eso las constituye como víctimas. Es por eso que, Vásquez, Alarcón & Amarís
(2008) comprenden esta forma de violencia como una forma de “obligar a una persona
a realizar actos o conductas sexuales en contra de su voluntad. Con esto se busca una
conducta dirigida a degradar, expresar dominio y ejercer poder” (p.189).

Es importante tener en cuenta, de todas maneras, que no fueron evidentes otros


tipos de registros que hacen parte de la violencia sexual como, por ejemplo, la violación
sexual, la cual es una expresión de la violencia misma, que hace parte de la violencia
intrafamiliar, pero que no deja de sorprender por su ausencia, aunque no quiere decir
que en otros años anteriores no hayan ocurrido.

76
Posterior al análisis de la violencia sexual, es importante también desarrollar un
ejercicio del mismo, pero de la violencia psicológica. A continuación, se presenta en la
figura #7.

Figura 7. Violencia psicológica de las víctimas de violencia intrafamiliar entre enero –


diciembre 2017.

VIOLENCIA PSICOLÓGICA
700, 6% 200, 2% 50, 0%
650, 5%
120, 1%
1800, 14% 6000, 48%

3000, 24%

VIOLENCIA PSICOLÓGICA AMENAZAS HUMILLACIONES


RIDICULIZACIONES INDIFERENCIA POSESIÓN
OFENSA O MALTRATO VERBAL INFIDELIDAD RIVALIDAD

Fuente: Elaboración propia (2018). Identificación de causas de violencia intrafamiliar: violencia psicológica.
Gráfico Circular 3D, Figura 7.

Teniendo en cuenta los resultados de la figura 7, es importante reconocer lo


siguiente:

 Primero, que, en el marco de la violencia psicológica, una de sus formas las cuales
tiene mayor número de casos, 6000 en total y que representa el 48% de la gráfica,
son las amenazas. Este elemento es totalmente importante en la medida en que
las amenazas se constituyen en una forma de intimidación y cosificación del otro
o de la otra y que genera un debilitamiento mental en la persona, pero también, le
construye un temor al respecto, generando incluso la posibilidad de bloquear
constantemente proyectos o planes de vida de los mismos, puesto que, se halla
expuesta a unos condicionamientos que en su propia realidad (Loli, 2007).

77
 Segundo, las humillaciones que tienen como valor absoluto 3000 casos. Esta
forma de agresión, es tan fuerte como la física y los impactos psicológicos son
bastante complejos porque es una acción que causa dolor en la persona afectada
o agredida por los actos de humillación, que al igual que las ridiculizaciones que
expresa 1800 casos, explícito en un 14%, generan así no solo una perturbación
emocional, sino también un alteración nerviosa que afecta negativamente su
autoestima y sus actividades cotidianas, incluso, hasta su autonomía (Espinoza &
Garcés, 2009, citando a Ardoya, 1995).

 Tercero, las ofensas o maltrato verbal, el cual representa el 7% de los casos con
un valor absoluto de 700, tiene consecuencias muy graves en la persona afectada
en la medida en que las expresiones verbales agresivas impactan en la
autoestima colocándola baja, pero también, generando desmotivación, estrés y
otras formas de incomodidad en la persona víctima de este hecho en particular y
que aunque sea uno de los hechos los cuales tienen menos representación
porcentual en relación a otros, evidentemente, no deja de ser importante en la
medida en que son tendencias que cada vez se van trascendiendo en el contexto
bogotano y que reconocerlo es fundamental (Espinoza & Garcés, 2009, citando a
Ardoya, 1995).

 Cuarto, la posesión aparece como un elemento fundamental de análisis con 650


casos, representado con un 5%, y este aspecto es importante remarcarlo porque
la posesión es una forma territorial de apoderarse del otro u otra persona con la
intencionalidad de mimetizar no solo su autonomía como persona, sino también
su manera de pensar y sentir, de modo que, la cosificación es la expresión de la
posesión donde su propósito central es intimidar y/o controlar a la víctima, quien
sufre una progresiva debilitación psicológica y presenta cuadros depresivos que
en su grado máximo pueden desembocar en suicidio (Espinoza & Garcés, 2009,
citando a Fairman, 2005).

78
 Aspectos como la indiferencia, la infidelidad y la rivalidad, son elementos que en
proporciones porcentuales menores hicieron parte del comportamiento mismo de
la violencia psicológica en Bogotá, no dejan de ser importante puesto que son
otras formas de acciones o hechos victimizantes los cuales hacen parte de las
realidades propias de las víctimas de violencia intrafamiliar, donde ya se ha
reafirmado, la mayoría son mujeres y mujeres jóvenes y adultas. De modo que,
en sus cotidianidades se hallan expuestas a enfrentar estas formas de convivencia
que recaen negativamente en ellas porque genera afectaciones en sus realidades
como personas, como trabajadoras o estudiantes, y que, en términos de salud, es
clave tener en cuenta que también afecta la salud mental.

A continuación, se presentará el análisis de la violencia económica, como otro de


los elementos fundamentales que se expresan en la violencia intrafamiliar:

Figura 8. Violencia económica de las víctimas de violencia intrafamiliar entre enero –


diciembre 2017.

VIOLENCIA ECONÓMICA
800, 5%

6000, 41%
7997, 54%

CONTROL DEL DINERO DEPENDENCIA ECONOMICA NEGACION AL APORTE DE ALIMENTACION

Fuente: Elaboración propia (2018). Identificación de causas de violencia intrafamiliar: violencia económica.
Gráfico Circular 3D, Figura 8.

79
Frente a los resultados expuestos se puede interpretar lo siguiente: primero, que
la negación al aporte de alimentación se expone disparadamente como el mayor hecho
de violencia económica con 7997 casos, representando un 54%. Segundo, se halla la
dependencia económica como otro de los elementos que expresa 6000 casos, donde
porcentualmente representa el 14%. Y, por último, el tercero, es el control del dinero,
donde existen 800 casos y representan el 5%.

Evidentemente, las primeras reflexiones que genera la violencia económica, como


una de las formas de violencia intrafamiliar, y que en ese marco ocupa el primer lugar
con 14797 casos, es muy diciente en la medida en que es un fenómeno de violencia
demasiadamente recurrente en los hogares del contexto bogotano, bien sea ex conyugue
o no. A la vez, al ser las mujeres las mayores víctimas de violencia intrafamiliar permite
entender entonces que uno de los principales hechos los cuales sufren es el de violencia
económica, donde la negación al aporte de alimentación, la dependencia económica y el
control del dinero, son hechos o acciones de violencia o agresiones que son más
tendientes de comportar en el hombre, pues, ocurre la “violencia económica cuando el
proveedor principal utiliza el dinero para ejercer control sobre los demás integrantes de
su hogar” (Mateus, 2009, p.10).

Frente a ello, es necesario reconocer que si la pareja pese a tener dinero, no le


da suficiente para cubrir las necesidades mínimas de la familia, convivan o no, o la
controla por medio del dinero, controla todo lo que gasta o lo que gana, le prohíbe trabajar
o le prohíbe tomar decisiones de cómo se gastará el dinero de la casa, está viviendo
violencia económica, y estas características son dicientes en el gráfico anteriormente
presentado porque son realidades cotidianas las cuales las resienten mucho más
mujeres que hombres, pero también, porque se ha elevado al punto de que fractura
mucho más relaciones al interior de la familia (Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia -UNICEF-, 2009).

80
Posterior al análisis de la violencia económica, es importante dar paso a la
violencia física, la cual es otra de las formas de violencia en el marco de la violencia
intrafamiliar. Ella se presenta a continuación:

Figura 9. Violencia física de las víctimas de violencia intrafamiliar entre enero – diciembre
2017.

VIOLENCIA FÍSICA

510, 16%
900, 29%
700, 23%
50, 2%
200,
6% 400, 13%
150, 5%
200, 6%

PUÑOS GOLPES CON INSTRUMENTOS ENPUJONES


ARUÑONES AHOGAMIENTO CACHETADA
ENCIERRO FORZADO PELLIZCONES

Fuente: Elaboración propia (2018). Identificación de causas de violencia intrafamiliar: violencia física. Gráfico
Circular 3D, Figura 9.

A partir de esta forma de violencia, se pueden resaltar los siguientes elementos:

 Primero, que los pellizcos son una de las formas de la violencia física que se están
presentando en los hogares con 900 casos y que representa el 29%.

 El segundo, son los golpes con instrumentos, los cuales son 700 en términos
absolutos y porcentualmente son el 16%.

 Tercero, con 510 casos aparecen los puños, lo cual representan el 16%.

81
 Cuarto, los aruñones y el ahogamiento representan 200 casos con un 6%, como
también, las cachetadas con un 5%, explícito en 150 casos.

 Y en quinto lugar, con representaciones porcentuales menores, se halla el


encierro forzado son 50 casos con un 2%.

Evidentemente, la violencia física es una forma de agresión que está comportando


con diversas modalidades de hechos al interior de las familias. Pese a que no se justifica
la violencia física en ninguna de sus formas, como también, cualquier expresión de
violencia, es fundamental reconocer que cada situación particular de agresión es más
trascendida, desde pellizcones, aruñones, hasta ahogamientos, los puños o los golpes
con objetos, los cuales representa la manera en que al interior de los hogares se están
presentando los conflictos.

Adicionalmente, es importante tener en cuenta que los números de casos colocan


en tela de juicio el comportamiento de estos hechos victimizantes en la medida en que
están ocurriendo en forma sistemática y prolongada en el tiempo por parte de los/las
adultos/as responsables, en este caso el conyugue o ex conyugue con quien puede vivir
o no vivir en el mismo lugar, para la regulación de la organización familiar, con fines
particulares de disciplinamiento y control, ocasionándose algún tipo de daño en la
“víctima” ya sea físico y/o psicosocial (Molas, 2000).

Pero ello no queda allí, la trascendencia misma de la violencia física en ese


sentido, es que puede llegar a tener secuelas en los contextos en donde la víctima
habitúa, como por ejemplo, la familia, el trabajo, la escuela, la universidad, las amistades,
entre otros, porque son señales de restricciones, pero también, una forma de generar
esas rupturas por el ocultamiento de la vergüenza que como persona víctima puede tener
por la forma de instrumentalización coactiva y coercitiva (Vargas, 2014).

82
Teniendo como referencia el análisis especifico de cada violencia intrafamiliar, a
continuación, se analizará el presunto agresor:

Figura 10. Presunto agresor de las víctimas de violencia intrafamiliar entre enero –
diciembre 2017.

Presunto agresor discriminado por sexo

7200, 23%

23971, 77%

Hombres Mujeres

Fuente: Elaboración propia (2018). Identificación de causas de violencia intrafamiliar: presunto agresor
discriminado por sexo. Gráfico Circular 2D, Figura 10.

Del análisis de la información recaudada se desprende que al discriminar el total


de victimariopas que es de 31.177 por sexo, el mayor número corresponde a hombres
en un total de 23.971 lo que representa un porcentaje del 77%. A su turno las mujeres
7.200 para un 23%. Estas cifras colocan al hombre como el máximo infractor en materia
de violencia intrafamiliar, independientemente del tipo de unión de que se trate de unión
marital de hecho, matrimonio civil, separación, etc. Las implicaciones en que sea, en la
mayoría de los casos, hombre el presunto agresor, quiere decir que se ratifica no solo la
tendencia en que la mujer es víctima, sino también la existencia de una cultura patriarcal
y machista en Bogotá. La violencia dentro de la familia, ha sido considerada como
funcional porque refuerza los roles de poder y relaciones jerárquicas y de fuerza que se

83
dan en la misma, elemento que es importante tenerlo en cuenta porque hace parte de la
forma en que las mujeres, y en general, las víctimas de violencia intrafamiliar se
encuentran viviendo sus propias realidades, pues, aunque, la tendencia marca
mayoritariamente hombres, no se puede negar que existe un número importante de
mujeres que ejerce la misma (Caicedo, 2005).

Se evidencia que las manifestaciones de violencia comienzan con episodios de


violencia psicológica como insultos, humillaciones, frases hirientes, actitudes
despectivas, golpes con instrumentos físicos, abuso y tocamiento en partes íntimas,
hacen énfasis en la forma en que las víctimas han vivenciado la violencia intrafamiliar, y
a su vez, afianzan la posición dominante del hombre.

Por ejemplo, el uso de coerción o amenazas, para condicionar el comportamiento


de los demás miembros de la familia a sus exigencias. Las posturas que con frecuencia
asume el hombre frente a su pareja, el victimario frente a su pareja son impedirle tomar
decisiones importantes, despertar los sentimientos de culpa en su pareja y esto son
efectos psicológicos que genera la violencia intrafamiliar. Los individuos que viven
sumergidos en una cultura patriarcal, en la que las relaciones de poder entre los géneros
son estructuradas por situaciones que proporcionan a los hombres el control y el dominio
en el hogar, por ser éste el que suministra a los miembros de la familia los recursos
económicos y la alimentación, le da privilegios y libertades para ejercer la violencia
intrafamiliar, siendo sumamente negativo para quienes son víctimas, puesto que, no
solamente implica la posibilidad de que las cifras se mantengan y aumenten en el tiempo,
sino que el fenómeno social de la violencia intrafamiliar tengan más efectos en otros tipos
de fenómenos de violencia y se constituya en una problemática social más compleja de
comprender y resolver (Vásquez, Alarcón & Amarís, 2008).

Habiendo reconocido el sexo especifico del presunto agresor y la tendencia del


mismo, es importante reconocer las edades de los mismos:

84
Figura 11. Edades de los presuntos agresores de las víctimas de violencia intrafamiliar entre
enero – diciembre 2017.

Edades de los presuntos agresores

3300, 11%
6072, 19%

21805, 70%

Entre 20 y 30 años Entre 31 a 50 años De 51 años hacia arriba

Fuente: Elaboración propia (2018). Identificación de causas de violencia intrafamiliar: presunto agresor
discriminado por sexo. Gráfico de Anillo, Figura 11.

De los 31.177 infractores discriminados por rangos de edad, el grafico arroja que
6.072 que corresponde al 19% están entre los 20 y 30 años; mientras que 3.300 de los
presuntos agresores corresponden al 11% tienen más de 51 años; y, finalmente, 22.035
que equivalía al 22.03% estaban entre los 31 y 50 años de edad; lo que significa que los
infractores están por debajo de los 50 años en su mayoría, es decir personas jóvenes y
adultas, en etapa productiva, y que al reconocer que la mayoría son hombres, permite
entonces entender que evidentemente ser victimario de este tipo de fenómenos sociales
está por encima de cualquier edad, pero también, que edades previas a la tercera edad,
son las edades en donde más se frecuenta la problemática en el contexto de la capital
de Colombia en el año 2017.

85
Incluso, estos elementos permiten comprender las complejidades del
comportamiento de la violencia intrafamiliar ejercida mayoritariamente por hombres en la
medida en que:

La violencia doméstica afecta los derechos de las mujeres, porque esta suele ser el
resultado de una relación de dominación física o psíquica, fundada en la discriminación
de la mujer. Estos actos producen vulneraciones a los derechos de la víctima, en especial
a su derecho a la integridad personal. Así, la violencia física supone la producción de
golpes o maltratos que pueden llegar a constituir una forma de trato cruel, degradante o
inhumano y generar lesiones graves y permanentes. La violencia psíquica o moral puede
producirse gracias a la generación de miedo, amenazas, burlas degradantes o cualquier
otra forma de maltrato psicológico (Huertas, 2012, p.3).

Evidentemente, estas formas o tipologías de violencia intrafamiliar identificadas y


analizadas muestran el panorama de la forma en que ocurre en Bogotá, donde permite
afirmar entonces que no son casos aislados, que son sistemáticos y que ocurren en el
tiempo como las gráficas sustentan, pero también que tienen consecuencias
significativamente negativas en el clima familiar y la estructura misma, donde los hijos la
resienten. Este elemento es importante enmarcarlo en la medida en que fenómenos de
violencia como la violencia intrafamiliar, el maltrato, el trabajo infantil y los efectos del
conflicto armado (desplazamiento, tomas armadas y masacres, entre otras) son
mencionadas por un gran porcentaje de los niños y niñas desvinculadas de grupos
armados a partir de un estudio elaborado por la Defensoría del Pueblo como elementos
presentes en su vida antes del reclutamiento y que incidieron en su decisión de ingresar
a los grupos armados. Lo anterior pone de relieve la importancia de abordar la
problemática de la vinculación desde una perspectiva amplia que incluye la promoción
de los derechos universales de los niños y niñas y la protección integral de quienes han
visto vulnerados sus derechos (Defensoría del Pueblo, 2006).

Incluso, es necesario reconocer que muchas de las personas, especialmente, los


niños, niñas y adolescentes, que no solamente presencian las violencias intrafamiliares
al interior de sus hogares, sino que son víctimas directas, como por ejemplo, la violencia
económica, evidentemente, marcan una tendencia en lo que puede desembocar como

86
consecuencia de este tipo de situaciones que cotidianamente enfrentan, la referencia
aquí es para la posibilidad de recaer en situaciones de violencia urbana o delincuencia
las cuales son importantes enmarcarlas como elementos significativos los cuales pueden
llegar a generar:

En muchos casos, la violencia urbana es una situación endémica impulsada por distintos
factores sociales, económicos y políticos. Comprende un amplio espectro de expresiones
y formas de violencia que van desde la violencia de género, pasando por aquella basada
en pandillas y hasta los conflictos étnico-religiosos y el terrorismo. A diario los residentes
urbanos tienen que lidiar de manera directa con asuntos como la violencia intrafamiliar,
la expansión del consumo de sustancia psicoactiva, la extorsión, en ocasiones con
protestas sociales y disturbios debido al hacinamiento, la falta de acceso a servicios
básicos o fuentes legales de ingreso, así como la falta de voz para incidir sobre los
asuntos públicos que los afectan al e igual que por la subordinación a “poderes de hecho”
que se ejercen por medio de oscuras alianzas entre actores armados extralegales y
oficiales (Pérez, 2014, p.2).

Esto quiere decir entonces, que la violencia intrafamiliar es uno de los fenómenos
complejos que permitiría reproducir, crear o perpetuar otros tipos de violencia o
problemáticas en un contexto como Bogotá, y que en el tiempo ello se vuelve insostenible
en la medida en que la tendencia se acrecienta a que se fortalezcan otras dinámicas o
realidades de violencia que comportan en la ciudad, sin desconocer que existen otros
factores de riesgo sociales, culturales, económicos y políticos que en el entorno están
generando también tensión y tendencias. Pero ello no solo es con las violencias urbanas,
evidentemente, el contexto nacional de Colombia ha tenido la experiencia de aun
presenciar el conflicto armado. Esta realidad es importante reconocerla en que así como
también las dinámicas mismas de la violencia intrafamiliar inciden para que los niños,
niñas y adolescentes recaigan en reclutamiento de grupos delincuenciales urbanos, es
importante no omitir la posibilidad de que también puedan ser los mismos actores
armados como parte de un conflicto armado como tal, puesto que:

Es importante destacar que uno de los factores que genera que los NNA se involucren
en el conflicto, es la violencia intrafamiliar, ésta actúa en desequilibrio sobre dos ejes

87
principales, el género y la edad, siendo las mujeres, los niños y los ancianos las
principales víctimas de la violencia dentro de la familia (Gutiérrez & Ordoñez, 2014, p.16).

La fractura del tejido familiar propiciado por la violencia intrafamiliar es una


generadora de exposiciones de riesgo que, en los niños, niñas y adolescentes, se
constituye la familia más que en un factor protector, un factor de riesgo que los expone
a contextos de violencia como el conflicto armado.

88
CONCLUSIONES

A partir del ejercicio de construcción investigativo, que implicó la interpretación y análisis


de los resultados, es fundamental exponer las principales conclusiones del estudio que
tiene como propósito central describir las causas de la violencia intrafamiliar en Bogotá,
en el año 2017.

Frente a la caracterización de las condiciones sociodemográficas de las víctimas


de violencia intrafamiliar en Bogotá D.C, en el año 2017, en los cuales se destacaron los
siguientes elementos:

 En primer lugar, reconocer que en la capital de Colombia existe una cifra elevada
de violencia intrafamiliar, específicamente, estamos hablando de 31.177 en el año
2017, entre el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2017 hasta 31 de
diciembre. Esta realidad es compleja en la medida en que permite evidenciar no
solamente las situaciones que las personas víctimas de la violencia intrafamiliar
deben enfrentar en su cotidianidad, sino que responde a un contexto que carece
de medidas para contener el fenómeno, no hay políticas claras de tipo preventivo
y la legislación penal que debe ser considerada la última ratio, está como el primer
y único mecanismos para hacerle frente a esta problemática.

 En segundo lugar, las edades de las personas víctimas en que se presenta la


violencia intrafamiliar son entre rango, de mayor a menor, entre 27 a 49 años,
representados en un 40%, en cifras absolutas de 12.369. Posteriormente, con un
total de 10.110 casos, representados en un 32%, las edades entre 50 a 66 años.
Adicionalmente, con un 25% de los casos y con cifras absolutas de 7.749 las
edades entre 18 a 26 años. Y, finalmente, con 949 casos, representando un 3%
entre los 0 a 17 años de edad. Este panorama demuestra la transversalidad de
las edades en las que se manifiesta el fenómeno complejo de violencia
intrafamiliar, pero también, la concentración de la misma en edades adultas y que
se hallan activas para trabajar o estudiar, y tener los impactos de un tipo de

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violencias como éstos, afecta y limita muchos de los espacios en los que las
víctimas interaccionan y que son mayoritariamente mujeres, pero también, es la
expresión de la cultura patriarcal presente en los espacios privados del contexto
bogotano. De todas maneras, no se mimetiza la importancia en que, en edades
de menores de edad y personas mayores, evidentemente, el fenómeno de
violencia intrafamiliar tenga un impacto negativo, pues, es la máxima expresión
en la reafirmación del fenómeno de violencia en cualquier edad especifica.

 En tercer lugar, se destaca que 78%, representado en 24.400 casos de víctimas


de violencia intrafamiliar las cuales son mujeres, mientras que un 22%
explícitamente 6.777 casos, son hombres. De ahí a que es importante reconocer
que aún continúan presente las dinámicas y cultura patriarcal en las realidades
contextuales de las familias bogotanas, efectos que los resienten muchas más
mujeres que hombres, aunque no se desconoce la trascendencia de la cifra de
casos en hombres como víctimas de este fenómeno, reivindicándose entonces las
realidades desiguales entre ambos y a su vez, la reproducción de las violencias
en virtud de las mujeres como tal. Sin embargo, la tendencia de que el efecto de
la violencia intrafamiliar continúe siendo contra las mujeres ratifica el marco
histórico del patriarcado y el machismo que cosifica y controla la mujer desde el
hombre, asimilándola y reduciéndola al campo de lo privado y que la cifra ofrece
contraste al menos desde el número de casos, contrasta al menos desde el
número de casos.

 En cuarto lugar, los niveles educativos, como básica primaria, secundaria, los
estudios tecnológicos y profesionales no se salvan del fenómeno de violencia
intrafamiliar, incluso, son quienes tienen formación en básica primaria y con
estudios profesionales los niveles educativos donde la problemática más
comporta, y ello significa, que sin interesar la formación educativa, la violencia
intrafamiliar se introduce, elemento que es clave destacarlo, sobre todo, porque
se comprende que la violencia intrafamiliar se presenta en hombres y mujeres,

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son las mujeres quienes más sufren de este fenómeno complejo, pero además,
que son personas formadas y no formadas, pues, lo refleja sus actividades en sus
cotidianidades, tales como ama de casa, empleada de banco, vendedora
ambulante, recepcionista de hotel administradora del comercio al por menor, entre
otras actividades, implicando entonces comprender que evidentemente, son
personas quienes se hallan en una dinámica de vida con ocupaciones específicas
y que las implicaciones de la violencia intrafamiliar puede llegar a generar las
rupturas de esas realidades cotidianas, pero también, rupturas al interior de sus
familias.

Frente a los elementos conclusivos de las causas de la violencia intrafamiliar en


el contexto de Bogotá en el año 2017, se expresa lo siguiente:

 En quinto lugar, las principales causas de la violencia intrafamiliar que se hallan


presente en el contexto capitalino son: violencia sexual (750 casos, un 2%),
violencia económica (14797 casos, un 48%), violencia psicológica (12520 casos,
un 40%), violencia física (3110 casos, un 10%). Esto indica evidentemente, no
solo la trascendencia de los casos, sino las elevadas cifras en cada una de los
hechos vicitimizantes que ha impactado en muchos de los hogares del contexto
Bogotá en el año 2017 y que se ha convertido en una de las expresiones de
violencia en donde las mujeres que más la resienten, pero que también, preocupa,
pues, tanto se hallan expuestas a realidades complejas, y a su vez, se refuerzan
estas problemáticas en el tiempo.

 En sexto lugar, es importante reconocer que la violencia sexual se expresa bajo


dos tipos de hechos victimizantes: el abuso sexual tiene un mayor número de
casos, específicamente 450 que constituyen el 60% y el tocamiento en partes
íntimas con 300 casos y que refleja porcentualmente el 40%. Las situaciones de
violencia sexual reducen a la víctima en una situación compleja en términos

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psicológicos, pero también físicos. Las secuelas del impacto generan
desconfianza, pero también, heridas palpables que puede generar en la persona
otro tipo de afectaciones, como las rupturas en relaciones humanas por el tema
de la desconfianza y la invasión a su libertad sexual.

 En séptimo lugar, la violencia psicológica es fundamental complejizarla en la


medida en que comporta a partir de las amenazas, humillación, maltrato verbal,
ofensas, posesión, rivalidad, indiferencias, infidelidad, entre otros, los cuales
tienen un efecto en la tranquilidad de la persona quien sufre de este tipo de
violencia en particular, crea o profundiza desconfianzas y tiene un efecto en la
salud mental de la persona, generando debilitamiento mental, el bloqueo en sus
actividades o planes de vida, el impacto negativo en su autoestima, la
autodeterminación, estrés, incomodidad, intimidación, incluso, hasta cuadros
depresivos por las implicaciones como consecuencia de la violencia psicológica
en virtud de las víctimas, y que en niños, niñas y adolescentes, puede ser más
complejo porque a sus edades empiezan a vivenciar experiencias de violencias
que luego se ven reflejados en la posibilidad de ser más agresivos, más
desconfiados, afecta el rendimiento académico, pueden ser reclutados en el
contexto de violencia urbana en Bogotá, elementos que no reconocerlos,
desencadenan en otras formas de violencias y fortalece otras ya enraizadas en la
ciudad.

 En octavo lugar, en el marco de la violencia económica, hechos o acciones que


hacen parte de la misma y que fueron visibles para que se expresara este tipo de
violencia fueron 3 específicamente: la negación al aporte de alimentación,
dependencia económica y control del dinero. Este tipo de acciones son complejas
porque tienen que ver con la sostenibilidad económica del hogar, pero también
con la posibilidad de autonomía que tienen las personas en relación a los gastos
del hogar, y en ese sentido, el efecto es mucho mayor puesto que se viola esa
posibilidad. Adicionalmente, es una manera de subsumir y dominar, donde gran

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parte de los responsables son hombres, y es desde ahí, en donde a la mujer, que
la mayoría es joven y tiene una actividad particulares económicamente hablando,
debe empezar a generar ingresos porque no existen las condiciones específicas
de sus conyugues o ex conyugues, por ejemplo, y lo que da cuenta de ello es la
Figura 4, en donde se evidencian las actividades económicas que ejercen las
mujeres que denuncian algún tipo de violencia intrafamiliar y que al ser víctimas,
también consiguen ingresos a partir de sus trabajos, cuando de alguna manera
no es garantizado el ingreso económico por parte de su conyugue o exconyugue
y aunque sea ella quien aporte económicamente al hogar, se resiente en la
economía familiar la ausencia del aporte económico de la pareja o expareja. Pero
también, es una violación de derechos a niños, niñas y adolescentes, quienes
dependen del aporte económico y que ven trabada esta posibilidad de
beneficiarse de él por la negación al aporte o al control del mismo, elemento que
es fundamental resaltar y que da lugar a otro tipo penal autónomo: Inasistencia
alimentaria.

 En noveno lugar, la violencia física como los pellizcos, golpes con objetos, puños,
aruñones, ahogamiento, el encierro forzado y demás, son las características
principales de hechos que suceden a partir de este tipo de violencia.
Evidentemente, cada tipo de hecho es particular, pero las secuelas físicas y
psicológicas que ello contrae puede volverse imborrables para quienes son
víctimas. Generalmente, son los conyugues o ex conyugues con fines de
regulación de la organización familiar, imponiendo disciplina y control y la
generación de miedo y dominación, los cuales son complejos porque son
realidades a diario que enfrentan las mujeres que viven en Bogotá.

 Y por último, en décimo lugar, es importante reconocer que la causa de violencia


intrafamiliar no es univoca, no es solo una, sino que el comportamiento de la
misma expresa que son dos: la violencia económica y la violencia psicológica.
Estas formas de violencia comportan prevalentemente o mucho más en términos

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frecuentes en la medida en que son otras formas de violencia las cuales quizá no
tienen mayores implicaciones legales frente a los presuntos agresores, siendo
incluso más conciliadoras en una salida negociada y con la posibilidad de que se
perpetúen en el tiempo.

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