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Contexto internacional: Era post-Guerra Fría y Nueva Guerra Fría

Mapa del mundo en Guerra Fría en 1980, en tonos de rojo los aliados de la Unión
Soviética y otros países comunistas, y en tonos de azul los Estados Unidos y sus
aliados capitalistas; los puntos rojos significan guerrillas comunistas y los
puntos azules guerrillas anticomunistas.
Este párrafo es un extracto de Era post-Guerra Fría.[editar]
La era posterior a la Guerra Fría (actualmente llamado en la actualidad periodo
entre-guerras frias) es el período posterior al final de la Guerra Fría el 25 de
diciembre de 1991. Debido a que la Guerra Fría no fue una guerra activa sino más
bien un período de tensiones geopolíticas marcadas por guerras indirectas, existe
un desacuerdo sobre el final oficial de este conflicto y la subsiguiente existencia
de la era posterior a la Guerra Fría. Algunos académicos afirman que la Guerra Fría
terminó cuando se firmó el primer tratado mundial sobre desarme nuclear en 1987 o
el fin de la Unión Soviética como superpotencia en medio de las Revoluciones de
1989, pero realmente terminó con la disolución de la Unión Soviética en 1991. A
pesar de esta ambigüedad, el fin de la Guerra Fría simbolizó una victoria de la
democracia y el capitalismo, dando un impulso a Estados Unidos y a las potencias
mundiales emergentes, China e India. La democracia se convirtió en una forma de
autovalidación colectiva para los países que esperaban ganarse el respeto
internacional: cuando la democracia se consideraba un valor importante, las
estructuras políticas comenzaron a adoptar ese valor.
Este párrafo es un extracto de Nueva Guerra Fría.[editar]
Nueva Guerra Fría, Segunda Guerra Fría o Guerra Fría 2.0 (en inglés: New Cold War,
también referida como Cold War II, Cold War Redux o Cold War 2.0) son términos
utilizados —como paralelismo a la Guerra Fría entre 1945 y 1991— para designar lo
que se interpreta como un conflicto político, ideológico, informativo, social y
militar en el siglo xxi, lo cual terminó la llamada era post-Guerra Fría. Desde
esta visión, se verían las tensiones entre potencias como estructuradas dentro de
grandes bloques de poder geopolíticos opuestos; en uno se encontraría Occidente y
la OTAN (liderado principalmente por Estados Unidos y Reino Unido de Gran Bretaña e
Irlanda del Norte , en el que la Unión Europea tendría un papel de poder blando) y
el otro (Oriente) estaría formado por un lado por China y por otro lado por Rusia
(partidarios del poder duro, y que podrían ocasionalmente tener intereses similares
o ir por separado, según el caso). Se incluyen acciones propias de guerra híbrida
(como los ciberataques) y guerras subsidiarias (como Libia, Siria, Ucrania o Irán).
La rivalidad además de geopolítica también sería de carácter económico, militar,
cultural y tecnológico.

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