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LA GUERRA FRIA

(E.E.U.U. – U.R.S.S.)

(1947 – 1991)

¿POR QUE SURGE LA GUERRA FRIA?

Entre las principales causas o el cómo surgió la Guerra Fría estuvo la rivalidad de ideologías y
políticas que defendían y deseaban imponer los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Soviética.

Estados Unidos defendía la democracia y el capitalismo, así como, los principios de la propiedad
privada y la libre iniciativa. Sin embargo, por otro lado, Estados Unidos apoyó la imposición de
dictaduras en varios países de Latinoamérica.

Por su parte, la Unión Soviética se basaba en el socialismo, la igualdad económica, la eliminación


de la propiedad privada, y en la capacidad del Estado para cubrir y garantizar todas las
necesidades de los ciudadanos. Este sistema de gobierno fue impuesto en los países que
conformaban a la Europa oriental.

No obstante, existieron otras causas que también generaron la Guerra Fría, como la adquisición de
armas atómicas por parte del gobierno de Estado Unidos, y que alertó a la Unión Soviética que
temía que fuesen utilizadas para un ataque en su contra.

Sin embargo, los antecedentes directos de la Guerra Fría se hallan en la Segunda Guerra Mundial
y en la alianza que debieron hacer los líderes de las potencias occidentales, el británico Winston
Churchill (1874-1965) y el estadounidense Franklin Delano Roosevelt (1882-1945), con el dictador
soviético Iósif Stalin (1878-1953), para hacer frente a las tropas del III Reich alemán, y a las
pretensiones expansionistas de Adolf Hitler (1889-1945).

Esta alianza fue funcional hasta la derrota y división político-territorial de Alemania, cuando las
fuerzas soviéticas ocuparon los territorios de la Europa del Este previamente conquistados por los
nazis. Así se hizo evidente que el conflicto entre las repúblicas capitalistas y el nuevo imperio
soviético era inevitable.

De hecho, una de las principales crisis de la Guerra Fría, el bloqueo de Berlín de 1948-1949 en el
que la Unión Soviética cerró las fronteras de sus dominios a Occidente, dejó bien en claro que el
mundo entero estaba por dividirse en dos bandos enfrentados:

El Bloque occidental o bloque capitalista, controlado por Estados Unidos y el Reino Unido, que
componían los países firmantes del Tratado del Atlántico Norte (que dio origen a la OTAN).

El Bloque del Este o bloque comunista, controlado por la Unión Soviética y que contemplaba a los
países firmantes del Pacto de Varsovia.

¿A QUE SE LE DEBE EL NOMBRE “GUERRA FRIA”?

Se le denomina como Guerra Fría porque EE.UU. y la Unión Soviética, aunque forjaron muchas
tensiones y llegaron en varias ocasiones al borde de la confrontación, nunca se enfrentaron
directamente desde el punto de vista militar, a pesar de que ambas eran las únicas superpotencias
del planeta.

A fines de la Segunda Guerra Mundial, el escritor inglés George Orwell usó «guerra fría» como un
término general en su ensayo You and the Atomic Bomb (en español, «Tú y la bomba atómica»),
publicado el 19 de octubre de 1945 en el periódico británico Tribune. En un mundo amenazado por
la guerra nuclear, Orwell se refirió a las predicciones de James Burnham de un mundo polarizado y
escribió:

Sin embargo, mirando al mundo en su conjunto, desde hace ya muchas décadas la deriva no es
hacia la anarquía, sino hacia el restablecimiento de la esclavitud [...] La teoría de James Burnham
ha sido discutida ampliamente, pero pocos se han parado a sopesar sus implicaciones ideológicas,
esto es, el tipo de visión del mundo, el tipo de creencias y la estructura social que es probable que
se imponga en un Estado inconquistable y en constante situación de «guerra fría» con sus
vecinos.

El mismo Orwell escribió en el The Observer del 10 de marzo de 1946 que «después de la
conferencia de Moscú en diciembre pasado, Rusia comenzó a hacer una guerra fría contra Reino
Unido y el Imperio británico».

El primer uso del término para describir específicamente la confrontación geopolítica entre la Unión
Soviética y los Estados Unidos de posguerra fue en un discurso de Bernard Baruch, un financiero
e influyente asesor presidencial estadounidense, el 16 de abril de 1947.En el discurso Baruch dijo:
«no nos engañemos: estamos inmersos en una guerra fría». El término fue popularizado por el
columnista Walter Lippmann con su libro The Cold War. Cuando se le preguntó en 1947 sobre la
fuente de la expresión, Lippmann lo remontó a la guerre froide, un término francés de los años
treinta.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el mundo se dividió en dos bloques: el


occidental, que apoyaba el modelo económico del capitalismo y el oriental, que se basaba en el
comunismo.

Bloque occidental:

Por medio del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Estados Unidos formó un bloque integrado
principalmente por países de Europa Occidental, entre estos:

 Francia

 Inglaterra

 Bélgica

 Holanda

 Finlandia

Este grupo defendía la libertad de comercio, el predominio del libre mercado en la economía, la
propiedad privada de los bienes y la mínima intervención del Estado en la economía.

Además, el bloque occidental se respaldaba en la Doctrina Truman, que tenía como función evitar
la expansión del comunismo, y en el Plan Marshall, que impulsaba la reestructuración financiera de
países como Francia, Alemania e Inglaterra.
Bloque oriental:

La Unión Soviética junto con otros países de Europa Oriental realizó el Pacto de Varsovia, donde
se defendía la desaparición de la propiedad privada, de las clases sociales y del mercado. Entre
sus integrantes se encontraban:

 Checoslovaquia

 Yugoslavia

 Polonia

 Rumania

 Vietnam

Este bloque también propuso el control de la economía por parte del Estado y apostaba por un
sistema político de Partido Único. Apoyaba también revoluciones en otros continentes, como
en China y Cuba.

LA REVOLUCION EN CHINA

La Revolución china de 1949 o Revolución Comunista china fue el resultado de la larga guerra civil
china, iniciada en 1927, en la que se enfrentaron los nacionalistas del Kuomintang, encabezados
por el generalísimo Chiang Kai-shek, y los comunistas del PCCh de Mao Zedong, y que se saldó
con la victoria de estos últimos, que instauraron la República Popular China —proclamada en
Pekín el 1 de octubre de 1949 en el territorio de la desaparecida República de China—, más tarde
se establecerían en la isla de Taiwán, donde continuaron con el régimen de la República de China
en Taiwán, conocida durante los dos primeros decenios de la Guerra Fría como la «China
nacionalista» opuesta a la «China comunista».

Comenzó en 1946, después del final de la segunda guerra sino-japonesa, y fue la segunda parte
de la guerra civil china. Fue la culminación del impulso al poder del Partido Comunista de China
después de su fundación en 1921. En los medios chinos, este período se conoce como la guerra
de Liberación (chino simplificado chino tradicional).

LA GUERRA EN COREA

Hace 71 años surgió el conflicto para tener el control total de la península de Corea, el cual a día
de hoy todavía persiste y no se sabe cuándo tendrá fin. Concretamente del 25 de junio de 1950 fue
cuando Corea del Norte atacó a Corea del Sur de manera sorprendente. Este conflicto enfrentó a
comunistas y capitalistas, transcurrió entre 1950 y 1953 y dejó millones de muertos.

El problema viene a raíz de la ocupación japonesa de Corea entre 1910 y 1945. Con el final de la
Segunda Guerra Mundial y el desmantelamiento del imperio japonés, el destino de Corea se
convirtió en la moneda de cambio entre Estados Unidos y la URSS. En 1948, para controlar la
influencia del otro, establecieron dos naciones coreanas separadas y demarcadas por una frontera
en el Paralelo 38. El día anteriormente mencionado las tropas de Corea del Norte, apoyadas por
China y la URSS, cruzaban la frontera mencionada e invadían Corea del Sur que estaba
respaldado por Estados Unidos.

Esta invasión desató el primer enfrentamiento de la Guerra Fría.

Fue la primera vez que Estados Unidos entró en un conflicto a gran escala sin una declaración
oficial de guerra, porque presionó al recién creado Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para
que autorizara el uso de fuerza para ayudar a Corea del Sur. El presidente Henry Truman se
comprometió a enviar efectivos a la causa sin la aprobación del Congreso, que tiene el poder de
declarar la guerra.

El 27 de julio de 1953, Corea del Norte, China y Estados Unidos firmaron el armisticio. Sin
embargo, Corea del Sur se negó a firmarlo y lo mismo hizo con la firma de un tratado de paz
formal. Los combates terminaron, pero la guerra no, técnicamente porque sigue determinando
cuestiones geopolíticas.

Estimación de los números de víctimas

40.000 soldados estadounidenses.

46.000 soldados surcoreanos.

215.000 soldados norcoreanos.

400.000 soldados chinos.

Unos cuatro millones de civiles entre las dos Corea.

En la actualidad las dos Corea están divididas y ha habido intenciones de unificación, pero no ha
habido suerte. En el 2000 ambos países emitieron una declaración conjunta de que harían
"esfuerzos concertados" para reunificarse, y en 2018 tras una cumbre los líderes de los países se
dieron la mano y se abrazaron. Pero poco a poco la esperanza se ha ido perdiendo, porque Corea
del Norte voló una oficina común que servía de embajada entre los países en junio, y en las
últimas horas ambos países se han lanzado misiles aunque no han tocado tierra.

LA REVOLUCION CUBANA Y CRISIS DE LOS MISILES NUCLEARES

La Revolución cubana fue un movimiento revolucionario cubano liderado por Fidel Castro, por el
Movimiento 26 de Julio y sus aliados en contra de la dictadura militar de Fulgencio Batista. La
revolución comenzó en julio de 1953 y continuó esporádicamente hasta que los rebeldes
finalmente derrocaron a Batista el 31 de diciembre de 1958, sustituyendo su gobierno. El 26 de
julio de 1953 se celebra en Cuba como el Día de la Revolución. El Movimiento 26 de Julio se
reformó posteriormente siguiendo las líneas marxistas-leninistas, convirtiéndose en el Partido
Comunista de Cuba en octubre de 1965.

La Revolución cubana fue la primera revolución comunista en el continente americano. La


Revolución Cubana tuvo fuertes repercusiones nacionales e internacionales. Específicamente,
transformó las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, aunque los esfuerzos por mejorar las
relaciones diplomáticas, como el deshielo cubano, cobraron impulso durante la década de 2010.
Inmediatamente después de la revolución, el gobierno de Castro inició un programa de
nacionalización, centralización de la prensa y consolidación política que transformó la economía y
la sociedad civil de Cuba. La revolución también inició una era de intervención cubana en
conflictos extranjeros en África, América Latina, el Sudeste Asiático y Oriente Medio. En los seis
años siguientes a 1959 se produjeron varias rebeliones, principalmente en las montañas del
Escambray, que fueron derrotadas por el gobierno castrista.

El sistema político cubano instaurado luego de la Revolución —considerado por algunas


organizaciones como Amnistía Internacional como "autoritario y restrictivo" se ha mantenido en el
poder a pesar de las sanciones internacionales de los países alineados con los Estados Unidos y
la caída del bloque socialista. El gobierno cubano ha sido acusado por sus detractores de violar
derechos como la libertad de expresión y la libertad de circulación, entre otros.

La crisis de los misiles de Cuba fue el conflicto diplomático entre los Estados Unidos, la Unión
Soviética y Cuba en octubre de 1962, generado a raíz de la toma de conocimiento por parte de
Estados Unidos de la existencia de bases de misiles nucleares de alcance medio del ejército
soviético en Cuba. En Rusia se la denomina Crisis del Caribe (en ruso: Карибский кризис,
Karíbskiy krizis), mientras que en Cuba se la llama Crisis de octubre.

Fue una de las mayores crisis entre ambas potencias durante la Guerra Fría donde, en opinión de
numerosos expertos, más cerca se estuvo de una guerra nuclear, junto al Bloqueo de Berlín, los
ejercicios Able Archer 83 y el derribo del Vuelo 007 de Korean Air. Solo dos veces en la historia se
ha alcanzado una condición de defensa (DEFCON) de nivel 2 en Estados Unidos.

La crisis abarca el período comprendido entre el descubrimiento de los misiles balísticos de


alcance medio R-12 y R-14 de la Unión Soviética (15 de octubre de 1962) hasta el anuncio de su
desmantelamiento y traslado de vuelta a la Unión Soviética (28 de octubre de 1962), aunque a
otros niveles se extendió hasta noviembre de 1962 e incluso enero de 1963 en sucesivas
minicrisis.

LA INVASION SOBIETICA A AFGANISTAN

El día de Navidad de 1979 se produjo lo que se percibió mundialmente como una masiva,
sorpresiva y sumamente eficiente invasión de Afganistán por parte de la Unión Soviética. El bloque
occidental vio esta intervención como un descarado acto de agresión por parte de un Estado
totalitario. Desde la perspectiva de Moscú, sin embargo, se trataba de una aportación limitada de
tropas, a solicitud del gobierno comunista afgano, para acabar con una situación de guerra civil
abierta provocada por rebeldes tribales e islamistas; se trataba pues de un acto fraterno de
solidaridad socialista.

La intervención, eso sí, contaba con una gran ventaja de partida. En realidad, Afganistán estaba
lleno de asesores militares soviéticos a todos los niveles desde al menos un año antes. Por
ejemplo, en marzo de 1979 se había enviado por avión todo un batallón de paracaidistas vestidos
como soldados afganos a la base de Bagram, cerca de Kabul, junto con helicópteros de transporte
y ataque. En abril, el general Alexei Yepishev y diez altos mandos más recorrieron el país para
evaluar la situación. En mayo, en plenos disturbios, un grupo de cincuenta oficiales y soldados del
Ministerio del Interior (Grupo Zenit) al mando del coronel Grigory Boyarinov (jefe del Dpto. de
Operaciones Especiales del KGB) marcharon a Kabul camuflados como ingenieros para proteger
la embajada y entraron como asesores en ministerios. En agosto, nada menos que el jefe del
Ejército de Tierra, Ivan Pavloskii, junto con sesenta mandos, recorrió Afganistán durante varias
semanas. Desde el 9 de diciembre el 154.º Batallón Independiente de fuerzas Spetsnaz protegía el
palacio presidencial y al presidente; estaba formado por tropas de las repúblicas soviéticas de Asia
con la idea de limitar el impacto “visual”; llegó a ser conocido como el “batallón musulmán”. Desde
antes, además, había asesores militares en los ministerios y en las unidades afganas hasta nivel
de batallón.

Estos hombres desmontaron desde dentro, justo antes de la invasión, la capacidad defensiva del
ejército afgano. Por ejemplo, en los batallones acorazados aconsejaron desmontar las baterías de
los carros de combate para “prepararlos para su almacenamiento en invierno”, dejándolos así
inoperativos para la acción inmediata. Entre el 3 y el 16 de diciembre, otros dos batallones (dos
aerotransportados del 345. Regimiento Independiente) fueron estacionados en Bagram, la principal
base aérea del país, cerca de Kabul. El presidente afgano Hafizullah Amin que, como su
antecesor, había solicitado la llegada de fuerzas soviéticas, estaba al tanto de parte de la
operación, pero pensaba que venían en su ayuda y no para derrocarle.

Las primeras unidades de la 108.º División Motorizada montaron un puente de pontones (sería
sustituido por uno fijo de acero en 1982) sobre el Amu Daria en Termez a las 16.30 horas de Kabul
del 25 de diciembre; a las 17.00 horas del día siguiente ocupaban Kabul, donde ya el día anterior
había aterrizado la 103.º División Aerotransportada de Guardias, que contaba con apoyo blindado
en forma de 31 cañones de asalto ASU-85 y 320 APC ligeros BMD-1.
El 28 de Diciembre la 5.ª División Motorizada, que partió más al oeste, desde Kushka en
Turkmenistán, ocupaba Herat, cerca de la frontera con Irán, mientras que tropas aerotransportadas
habían ocupado la cercana base aérea de Shindand.

Quince días después, a mediados de enero, todos los principales núcleos urbanos, bases y
aeropuertos e instalaciones eléctricas estaban bajo control soviético sin resistencia militar.

Otras fuentes indican que participaron además elementos de las 201, 360, 357 MRD (División de
Infantería Motorizada, o más bien mecanizada por sus transportes).

En general, y con estas ventajas de partida, la operación fue bien planeada y ejecutada, aunque se
produjeron disfunciones por secretismo. Por ejemplo, en la operación Tormenta 333, nombre en
clave del asalto (27 diciembre de 1979) al palacio de Tajbeg, cerca de Kabul, donde residía el
presidente afgano, se dieron simultáneamente tres operaciones soviéticas que desconocían las
otras dos. Por un lado, un intento de envenenar a Amin que se frustró por la intervención de un
médico también soviético Anatoli Alexéiev, enviado en ayuda con urgencia por el embajador, que
no sabía nada de los designios de la KGB. Y al tiempo, el asalto al palacio de un fuerte contingente
de 700 efectivos de las fuerzas especiales soviéticas de tres unidades diferentes y vestidos con
uniformes afganos y trozos de sábana en el brazo como señal de reconocimiento, que combatieron
con el batallón afgano de la guardia presidencial, lo destruyeron y asesinaron al presidente Amin y
su hijo. El resto de Kabul quedó bajo completo control soviético en pocas horas.

La fuerza con que la URSS entró en Afganistán, denominada oficialmente “Contingente Limitado
de Fuerzas Soviéticas” (sic), era adecuada para enfrentarse a una posible (finalmente
desarticulada) resistencia organizada del ejército afgano. Incluía dos divisiones mecanizadas
(enseguida tres), una división aerotransportada, varias brigadas independientes (motorizadas, de
asalto aéreo), las fuerzas extra añadidas propias de una unidad tipo ejército, y un sólido
componente aéreo. Sin embargo, este contingente, cifrable en unos 90 000 hombres a lo sumo
(solo unos 61 800 en unidades combatientes, claro está) era por completo inadecuado para
guarnecer todo el país y además montar ofensivas contra la guerrilla, aún contando con los 40 000
hombres que todavía no habían desertado del ejército regular afgano.

El Estado Mayor soviético tomó como modelo operacional sus previas intervenciones en Hungría
(1956) y Checoslovaquia (1968) (Operación Danubio), sin tener en cuenta que penetraban con
efectivos muy limitados en un país mucho mayor que aquellos, sumido en plena guerra civil, sin
estructuras de Estado, sin buenas comunicaciones y con una milenaria tradición de resistencia
exitosa contra invasores extranjeros. El “modelo checo” para aplastar una insurrección popular
urbana y educada se iba a revelar como desastrosamente engañoso en Afganistán.

LA CAIDA DEL MURO DE BERLIN

Al finalizar la II Guerra Mundial, tras la división de Alemania, Berlín también quedó dividida en
cuatro sectores de ocupación: soviético, estadounidense, francés e inglés. Las malas relaciones
entre los comunistas y los aliados fueron creciendo hasta llegar al punto en que surgieron dos
monedas, dos ideales políticos y, finalmente, dos alemanias.

En 1949, los tres sectores occidentales (estadounidense, francés y británico) pasaron a llamarse
República Federal Alemana (RFA) y el sector oriental (soviético) se convirtió en la República
Democrática Alemana (RDA).

Berlín quedó dividida y se crearon 81 puntos de paso entre las dos zonas de la ciudad.

El Muro de Berlín acabó por convertirse en una pared de hormigón de entre 3,5 y 4 metros de
altura, con un interior formado por cables de acero para aumentar su resistencia. En la parte
superior colocaron una superficie semiesférica para que nadie pudiera agarrarse a ella.
Acompañando al muro, se creó la llamada "franja de la muerte", formada por un foso, una
alambrada, una carretera por la que circulaban constantemente vehículos militares, sistemas de
alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24 horas
del día. Tratar de escapar era similar a jugar a la ruleta rusa con el depósito cargado de balas. Aun
así, fueron muchos los que lo intentaron.

En 1975, 43 kilómetros del muro estaban acompañados de las medidas de seguridad de la franja
de la muerte, y el resto estaba protegido por vallas.

La caída del muro vino motivada por la apertura de fronteras entre Austria y Hungría en mayo de
1989, ya que cada vez más alemanes viajaban a Hungría para pedir asilo en las distintas
embajadas de la República Federal Alemana. Este hecho, motivó enormes manifestaciones en
Alexanderplatz que llevaron a que, el 9 de noviembre de 1989 el gobierno de la RDA afirmara que
el paso hacia el oeste estaba permitido.

Ese mismo día, miles de personas se agolparon en los puntos de control para poder cruzar al otro
lado y nadie pudo detenerlos, de forma que se produjo un éxodo masivo.

Al día siguiente, se abrieron las primeras brechas en el muro y comenzó la cuenta atrás para el
final de sus días.

Una vez liberados, familias y amigos pudieron volver a verse después de 28 años de separación
forzosa.

LA DISOLUCION DE LA U.R.S.S. (1991)

La disolución de la Unión Soviética o la disolución de la URSS (en ruso: распа́д Сове́тского


Сою́за, romanización raspád Sovétskogo Soyúza) fue la desintegración de las estructuras políticas
federales y el Gobierno central de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que
culminó con la independencia de las quince repúblicas de la Unión Soviética entre el 11 de marzo
de 1990 y el 26 de diciembre 1991. El Tratado de Belavezha (en ruso: Беловежские соглашения,
en bielorruso: Белавежскія пагадненні, en ucraniano: Біловезькі угоди) fue un acuerdo firmado el
8 de diciembre de 1991 principalmente por los presidentes de la RSFS de Rusia, de la RSS de
Ucrania y del Sóviet Supremo de la RSS de Bielorrusia (Borís Yeltsin, Leonid Kravchuk y Stanislav
Shushkévich, respectivamente) en la reserva natural de Belovézhskaya Puscha. La firma del
Tratado fue comunicada por teléfono al presidente de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov por
Stanislav Shushkévich. Estos acuerdos declararon la disolución oficial de la URSS —al poner fin a
la vigencia del Tratado de Creación de la URSS (1922)— y el establecimiento de Estados en las
antiguas Repúblicas de la Unión Soviética. La disolución del Estado socialista más grande del
mundo también marcó el fin de la Guerra Fría.

En resumen, en 1991 la Unión Soviética, que era la superpotencia del bloque socialista, se
derrumbó económica y territorialmente debido a las reformas llevadas a cabo por Mijaíl Gorbachov
en vista del colapso económico de la Unión Soviética. Conocidas como la perestroika, consistían
en pasar rápidamente de una economía planificada socialista a una economía de capitalismo de
Estado similar a China; a ellas se oponía, sin embargo, la parte más conservadora del Partido
Comunista. Este rápido intento de transición provocó la dislocación del entramado industrial y
agrícola de la URSS: el país virtualmente se paralizó, la inflación se disparó y aumentó la pobreza
y las consiguientes protestas sociales se canalizaron a través del nacionalismo.

La desintegración de la Unión Soviética está claramente relacionada con el contexto surgido tras el
fin de la Guerra Fría y la disolución de otros países del bloque oriental, como la disolución de
Yugoslavia y la disolución de Checoslovaquia. A diferencia de Checoslovaquia, no fue una
disolución totalmente pacífica y prueba de ello es la existencia todavía de conflictos latentes, como
los de Abjasia, Osetia del Sur, Nagorno Karabaj, Transnistria, Chechenia o Crimea. Pero, a
diferencia de Yugoslavia, tampoco degeneró en una guerra abierta, como fueron las guerras
yugoslavas.

Se calcula que tras la disolución de la Unión Soviética se produjeron alrededor de 4 millones de


muertes prematuras en Rusia. Rusia experimentó el mayor descenso de la esperanza de vida en
tiempos de paz de la historia. La pobreza se disparó: a finales de los años 90, el número de
personas que vivían por debajo del umbral internacional de pobreza pasó del 3% en 1987-88 al
20%, es decir, unos 88 millones de personas. Sólo el 4% de la región vivía con 4 dólares al día o
menos, pero en 1994 esta cifra se disparó hasta el 32%. La delincuencia, el consumo de alcohol y
drogas y los suicidios se dispararon tras la caída de la URSS.

Durante la última parte de los años 1980 se agudizaron ciertos problemas económicos y, en un
lapso relativamente corto, la economía de la Unión Soviética sufrió drásticos cambios. Con el fin de
dejar de lado el estancamiento económico, el líder soviético Gorbachov inició un proceso de
apertura política (glásnost) y reestructuración económica (perestroika) en el que había sido un
Estado totalitario unipartidista. Las Revoluciones de 1989 llevaron a la caída de los Estados
socialistas aliados a la Unión Soviética, del llamado bloque del Este, e incrementaron la presión
sobre Gorbachov para implementar una mayor democracia y autonomía para las repúblicas
constituyentes de la Unión Soviética.

Bajo el liderazgo de Gorbachov, el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) introdujo


elecciones directas, formó una nueva legislatura central y puso fin a la prohibición de partidos
políticos. Las legislaturas de las repúblicas soviéticas empezaron a promulgar leyes que
disminuyeron el control del Gobierno central y ratificaron su soberanía. En 1989 Mijaíl Gorbachov
declaró que los países miembros del Pacto de Varsovia podrían resolver libremente su porvenir.6

El 15 de marzo de 1990 Gorbachov fue elegido presidente de la Unión Soviética en el III Congreso
de los Diputados del Pueblo de la Unión Soviética. Gorbachov propuso la firma de un Nuevo
Tratado de la Unión para así salvar al país de la crisis. A pesar de los resultados del referéndum
de la Unión Soviética de 1991, Ucrania y Armenia, entre otras repúblicas, exigieron su
independencia mientras el resto apoyó el Nuevo Tratado de la Unión. El 11 de julio de 1990,
durante la celebración del XXVIII Congreso del PCUS, Borís Yeltsin anunció su baja en el
Partido.13 En las elecciones presidenciales de junio de 1991 Borís Yeltsin, presentándose como
independiente, saldría elegido presidente de la RSFS de Rusia.

El 12 de junio de 1990 el Congreso de los Diputados del Pueblo de la RSFS de Rusia aprobó la
Declaración de Soberanía Estatal de la RSFS de Rusia. El 16 de julio la Rada Suprema de la RSS
de Ucrania aprobó la Declaración de Soberanía Estatal de Ucrania.15 En 1991 se reconoció la
independencia de Estonia, Letonia y Lituania.

Las crecientes reformas políticas llevaron a un grupo de miembros del Gobierno y el Comité de
Seguridad del Estado (KGB), encabezado entonces por Vladímir Kriuchkov, a intentar un golpe de
Estado para derrocar a Gorbachov y volver a establecer un régimen central autoritario en agosto
de 1991. Si bien fue frustrado por las protestas populares recogidas por Borís Yeltsin, el intento de
golpe aumentó el temor de que las reformas fueran revertidas. La mayoría de repúblicas soviéticas
empezaron a declarar su independencia absoluta.

El 8 de diciembre de 1991 los presidentes de las repúblicas soviéticas de Rusia (Yeltsin), Ucrania
(Leonid Kravchuk) y Bielorrusia (Stanislav Shushkévich) se reunieron en secreto firmando el
Tratado de Belavezha por que se disolvía la Unión Soviética y se remplazaba por una forma de
unión voluntaria conocida como la Comunidad de Estados Independientes (CEI). El 21 de
diciembre en Almá-Atá (Kazajistán), los presidentes de 11 de las 15 repúblicas de la Unión
Soviética (salvo Georgia y los Estados bálticos) ratificaron la creación de la CEI mediante la firma
del Protocolo de Almá-Atá. Cada vez más impotente frente a los eventos, Gorbachov renunció a su
cargo y la Unión Soviética dejó de existir formalmente el 26 de diciembre de 1991. El Soviet
Supremo reconoció al día siguiente la extinción de la Unión; Rusia asumió los compromisos y la
representación internacional del desaparecido Estado, y fue reconocida como el Estado sucesor
de la Unión Soviética en el derecho internacional.

Impacto económico tras la desintegración de la Unión Soviética: Como ya se ha indicado, durante


la última parte de los años 1980 se agudizaron ciertos problemas económicos en la URSS y, en un
lapso relativamente corto, la economía de la Unión Soviética sufrió drásticos cambios. Tanto en la
URSS como en la mayor parte de países independientes, se instauraron políticas de transición
relativamente rápida al capitalismo. Bajo esas políticas todos ellos experimentaron severas
contracciones de sus economías.

Este colapso posterior a la disolución de la URSS ha recibido varias interpretaciones. Es cierto que
en algunos sectores relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación, fuera
de las aplicaciones militares, estaban relativamente poco desarrolladas. Esto afectaba
particularmente a las telecomunicaciones y el tratamiento de la información. Muchos países
tardarían prácticamente una década en recuperar los niveles previos existentes en los últimos
años del régimen socialista.
ANEXOS
BIBLIOGRAFIA

Andrés Vela Actualizado a 31 de agosto de 2022 · 13:57

Anderson, Jon Lee (1997). «Che Guevara. Una vida revolucionaria». Barcelona: Anagrama. ISBN
84-339-2572-0.

ALEXIEV, A. (1988): Inside the Soviet Army in Afghanistan.R-3627-A. May 1988. Prepared for the
US Army. Manuscrito RAND. Approved for Public Release.

Bianco, Lucien (1999). Los orígenes de la revolución china 1915-1949. Barcelona: Bellaterra. ISBN
978-84-7290-117-9.

Editorial Etecé Última edición: 5 agosto, 2021

JOSÉ ANTONIO DONOSO 02/11/2022 - 18:02 CEST

"Significado de Guerra Fría". En: Significados.com.

Leffler, Melvin P. (2008). La guerra después de la guerra. Estados Unidos, la Unión soviética y la
Guerra Fría

Orwell, George (2013). «La bomba atómica y usted».

Unitips (12 noviembre de 2021). Guerra Fría: causas y consecuencias.

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