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Guerra Fría

Introducción:
Podemos entender la Guerra Fría como una partida de ajedrez. Dos enemigos
muy fuertes y que se llevan muy mal se enfrentan con un sólo objetivo:
conquistar todo el tablero. En nuestra metáfora, el tablero es el mundo, las
fichas son los ejércitos y las casillas los países. La partida la ganará aquel que
consiga capturar más casillas.

Antecedentes.
Los antecedentes de la Guerra Fría datan de inicios del siglo XX, según
algunos autores en la competencia entre el Imperio Ruso y los Imperios
Occidentales por la hegemonía política y económica, en lo que tuvo mucho
que ver la Primera Guerra Mundial.
De hecho, fue en 1917 cuando inició el enfrentamiento entre capitalismo y
comunismo, en el marco de la guerra civil rusa y la posterior Revolución de
Octubre que depuso el gobierno de los zares e instauró en su lugar la primera
nación socialista de la historia. Los Estados Unidos intervinieron en dicho
conflicto, a favor del Movimiento Blanco y en contra del Ejército Rojo
revolucionario.
Sin embargo, los antecedentes directos de la Guerra Fría se hallan en la
Segunda Guerra Mundial y en la alianza que debieron hacer los líderes de las
potencias occidentales, el británico Winston Churchill (1874-1965) y el
estadounidense Franklin Delano Roosevelt (1882-1945), con el dictador
soviético Iósif Stalin (1878-1953), para hacer frente a las tropas del III Reich
alemán, y a las pretensiones expansionistas de Adolf Hitler (1889-1945).
Esta alianza fue funcional hasta la derrota y división político-territorial de
Alemania, cuando las fuerzas soviéticas ocuparon los territorios de la Europa
del Este previamente conquistados por los nazis. Así se hizo evidente que el
conflicto entre las repúblicas capitalistas y el nuevo imperio soviético era
inevitable.
De hecho, una de las principales crisis de la Guerra Fría, el bloqueo de Berlín
de 1948-1949 en el que la Unión Soviética cerró las fronteras de sus dominios
a Occidente, dejó bien en claro que el mundo entero estaba por dividirse en
dos bandos enfrentados:

 El Bloque occidental o bloque capitalista, controlado por Estados


Unidos y el Reino Unido, que componían los países firmantes del Tratado del
Atlántico Norte (que dio origen a la OTAN).

 El Bloque del Este o bloque comunista, controlado por la Unión


Soviética y que contemplaba a los países firmantes del Pacto de Varsovia.

Desarrollo.
La Guerra Fría inició al poco tiempo de finalizar la Segunda Guerra Mundial
en el año 1945, y concluyó con el fin de la Unión Soviética en 1991 tras la
crisis económica que devino por la gran adquisición de armamento y la caída
del Muro de Berlín en el año 1989.

El desacuerdo en el reparto de Alemania entre las potencias vencedoras de la


Segunda Guerra Mundial provocó la escisión del mundo occidental en dos
bloques: uno comunista liderado por la URSS, y otro capitalista dominado por
Estados Unidos.
Ambos bloques mantuvieron una tensa relación que amenazaba con el
desencadenamiento de un tercer gran conflicto.
Sin embargo, entre los dos países no se originó ninguna guerra o
enfrentamiento directo y, una de las causas de mayor peso fue el temor a
desencadenar una batalla nuclear, por ello este conflicto se denomina como
Guerra Fría.
Guerras Subsidiarias.
Algunas guerras subsidiarias de esta época fueron: la guerra civil griega,
la guerra de Corea, la guerra de Vietnam, la revolución cubana, la guerra civil
del Líbano, la guerra civil de Angola, la guerra afgano-soviética, la guerra del
Golfo y la guerra civil de Guatemala.
Fin de la guerra

Fin de la Guerra Fría


La Guerra Fría culminó formalmente con el desplome de la Unión Soviética
en 1991, luego de años de crisis y de una merma significativa en su influencia
internacional.
Ya en los últimos años de la década de 1980 su capacidad de inyectar
recursos e influencia en las naciones socialistas del Este de Europa había
sufrido numerosos embates. Además, muchos de sus antiguos aliados
ideológicos comenzaron de un modo u otro la transición hacia el libre
mercado.
Los procesos de cambio y restructuración emprendidos durante el mandato
de Mijaíl Gorbachov (1931-), conocidos como perestroika (restructuración) y
glásnost (apertura) intentaron atajar el derrumbe económico y social del
coloso soviético, pero al mismo tiempo fueron interpretados como un
reconocimiento internacional del fracaso comunista.
En ese período, muchas de las naciones que conformaban la URSS
comenzaron sus respectivos procesos de independencia, desmembrando la
nación luego de 73 años de existencia.
El capitalismo, pues, emergió triunfal de la Guerra Fría, así como la cultura
norteamericana.
Carlos E. Sosa Cuevas #604

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