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o La OIT reprobaría al régimen de Maduro por su gestión de la pandemia de la COVID-19
o Gobernadores y alcaldes han jugado posición adelantada durante el estado de alarma
o Provea y Acceso a la Justicia: Bajo un estado de alarma el Coronavirus es la excusa para profundizar la
persecución política

La tacha no es el medio idóneo contra un


documento privado
 In Jurisprudencia, Laboral
 junio 13, 2016

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Sala de Casación Social


Tipo de Recurso o demanda: Recurso de Casación.
Sentencia Nº 540        Fecha: 13/06/16 
Comentario de Acceso a la Justicia. La SCS/TSJ estableció que la tacha de documentos
sólo procede contra los documentos públicos.
Decisión: Sin lugar el recurso.
“En el caso sub-lite, el juez de segunda instancia si bien no se limitó al alegato
esgrimido por la parte demandada en la audiencia de apelación, indicó que por tratarse
el medio de ataque propuesto por la parte actora en la audiencia de juicio, de la tacha
de documento privado, a los fines de evidenciar un vicio en el consentimiento, el mismo
no era el mecanismo idóneo. De modo que, la sentencia recurrida se pronunció sobre el
alcance del medio de prueba aludido, y fundamentado en el contenido del  artículo 83 de
la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, que indica de manera taxativa los motivos por los
cuales puede ser solicitada la tacha de falsedad, y motivándose en lo establecido en el
artículo 1.381 del Código Civil, aplicable por remisión del artículo 11 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, concluyó que ninguna de las causales contenidas en las
disposiciones normativas podían subsumirse en los hechos de violencia alegados por la
parte accionante, y por tanto le otorgó eficacia probatoria a las documentales
cuestionadas.
Es trascendental, para la resolución de la presente delación precisar que el  vicio de
incongruencia positiva se verifica cuando el juez extiende su pronunciamiento a alegatos
no formulados en el proceso, es decir, cuando arriba a conclusiones sustituyendo la
carga alegatoria otorgada a las partes en litigio.
No obstante, debe afirmarse que el juez como figura garante de una
efectiva administración de justicia, está obligado a considerar el ordenamiento
jurídico aplicable a los fines de emitir una sentencia ajustada a derecho y enmarcada
dentro de las potestades que la ley le atribuye, todo en atención al principio iura novit
curia, que establece que el juez como conocedor del Derecho no está atado al que le
invoquen las partes, sino que está en la obligación de aplicar las normas idóneas y
conducentes, para la obtención de la verdad material, puesto que las consecuencias
jurídicas previstas en las normas que regulan la materia laboral, no pueden estar
supeditadas al capricho de los justiciables, sino que deben subsumirse al supuesto de
hecho que las contempla, para así tener plena eficacia y lograr el alcance legal
propuesto.
En tal sentido, esta Sala de Casación Social de la reproducción de los argumentos
expuestos por la parte accionante para formular la incidencia de tacha, no logra
constatar que los mismos encuadren dentro de alguna de las causales taxativas
contempladas tanto en el artículo 83 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, como en
las previstas en el artículo 1.381 del Código Civil, careciendo el mecanismo
de defensa ejercido –tacha de instrumentos– de fundamentos que hagan subsumible el
supuesto de la norma a la situación de hecho alegada, tal como ocurre en el presente
asunto, dado que al pretenderse mediante la tacha de instrumentos, el análisis de vicios
en el consentimiento, desnaturalizando el alcance de la misma, es indefectible considerar
que el juez como rector del proceso y garante de la idónea aplicación del derecho, actuó
acertadamente al evidenciar la errónea apertura de la incidencia de tacha por parte del
juzgado de juicio de primera instancia y en aplicación íntegra del principio iura novit
curia, determinó la improcedencia de la tacha de documento privado propuesta por la
parte accionante y le atribuyó valor probatorio a las documentales cuestionadas.
Por los razonamientos expuestos no incurrió la sentencia recurrida en el vicio de
incongruencia delatado y, en consecuencia, se declara la improcedencia de
la denuncia analizada. Así se establece.”
Fuente: http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scs/junio/188269-0540-13616-2016-12-
929.HTML 
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Una de las expresiones utilizadas en los Tribunales para señalar que una solicitud(...)

ABOGADO LOTHAR HAUSER


TEMAS DE DERECHO
sábado, 21 de noviembre de 2015
LA TACHA DE FALSEDAD DE LOS INSTRUMENTOS
PUBLICOS Y PRIVADOS
Eficacia probatoria de los instrumentos públicos y privados reconocidos
El instrumento público hace plena fe, así  entre las partes como respecto de terceros,
primero, de los hechos jurídicos que el funcionario público declare haber efectuado, si
tenía facultades para efectuarlos; segundo, de los hechos jurídicos que el funcionario
público declara haber visto u oído, siempre que este facultado para hacerlo constar y,
tercero, de la verdad de las declaraciones formuladas por los otorgantes acerca de la
realización del hecho jurídico a que se contrae en instrumento (1359 y 1360 Código
Civil).  La Ley necesita atribuir plena  fe a los funcionarios públicos cuando actúan en el
ejercicio de sus atribuciones, e igualmente es necesario que se presuma la buena fe con
que obran los particulares cuando hacen en presencia del funcionario público
declaraciones pertinentes al asunto que quieren hacer constar en él; pero como no es
imposible que funcionario y otorgantes, por culpa, negligencia o ignorancia, incurran en
falsedades, simulaciones o fraudes, la fe atribuida a los instrumentos públicos debe
cesar cuando se compruebe que en su otorgamiento se ha incurrido en tales faltas.
Los instrumentos privados reconocidos o tenidos legalmente por reconocidos, tienen la
misma fuerza probatoria de los instrumentos públicos, así entre las partes como
respectos de terceros, en lo que se refiere al hecho material de las declaraciones, y
hacen fe, hasta prueba en contrario, de la verdad de esas declaraciones. Erga omnes, el
instrumento autenticado es prueba plena de que su otorgante hizo las declaraciones en
él expuestas, y en tanto no se demuestre lo contrario, es fuerza presumir que esas
declaraciones son verdaderas; pero ella no son, ni pueden ser obligatorias sino entre las
partes y sus herederos y causahabientes  (1363 y 1381 del Código Civil).

El otorgante puede, sin embargo, impugnar de falsedad el acto mismo del


reconocimiento; y de igual manera, al serle exigido el reconocimiento por la parte
contraria o por ministerio de Ley, puede impugnar de falso el instrumento privado.
Las enunciaciones estampadas en los instrumentos públicos y privados
No todas las declaraciones constantes en un instrumento público o privado reconocido
deben ser tenidas como verdades comprobadas, pues suele haber en ellos
enunciaciones que tienen una relación directa con el acto y otras que son extrañas a él.
Las primeras son tenidas como verdaderas, por ser presumible que los otorgantes las
estamparon  con pleno conocimiento y deliberada voluntad, pues aquel a quien pudiera
causarle perjuicio se hubiera negado a dejarlas consignar en el instrumento, pero las
otra, de menor importancia por no referirse concretamente al objeto principal del acto
escrito, pudieron ser estampadas sin propósito deliberado de que hiciese plena fe,
pudieron escaparse a la atención y a la intención de los otorgantes; y por ello la Ley no
les acuerda otro efecto que el de poder servir de principio de prueba por escrito. Oca al
discreto discernimiento de  los jueces, en virtud del poder soberano que tienen para
apreciar la intención de las partes contratantes, distinguir las enunciaciones que tengan
relación directa  con el acto, de aquellas que le son extrañas (1361 del Código Civil).
Cómo se anula la eficacia probatoria del instrumento público y privado reconocido
No hay contra la fe del instrumento público sino la tacha de falsedad, pues aunque es de
principio que toda prueba puede ser combatida con cualquier medio de prueba
contraria, la del instrumento público hace excepción al principio, y debe subsistir
invalidable mientras el instrumento no sea declarado falso. Contra la fe del contenido
del instrumento  privado  si se admite prueba en contrario, pero la tacha del
instrumento privado antes de ser reconocido o  la tacha del reconocimiento mismo,
bastan solas para impedir que valga como prueba  o para desvirtuar la fuerza probatoria
de que el reconocimiento lo  invistió.
La falta de solemnidad del acto o el vicio que afecta al instrumento público por
incompetencia del funcionario que lo autoriza.
El instrumento puede adolecer de falta de forma o del vicio consistente en la
incompetencia del funcionario que lo autorizó, sin que por ello deje de ser cierto su
contenido, y en tal hipótesis, si estuviere suscrito por las partes, será válido como
instrumento privado. Si fuere un instrumento público ad substantiams, tampoco valdrá
como privado. No es falso, sino público imperfecto, y su invalidez como instrumento
público puede ser solicitada por demanda, u opuesta como excepción en la forma
ordinaria, pero no conforme al procedimiento especial  de tacha de falsedad (1355 y
1358 Código Civil).
La falsedad puede ser material o  moral
La falsedad, esto es, la falta de veracidad de un instrumento, puede recaer sobre la
forma extrínseca de éste o sobre el fondo de su contenido, y consiste, por lo tanto, o en
la alteración material, en la cancelación, o en la sustitución indebidas de todo o parte
del texto del instrumento, o en expresarse en  un instrumento materialmente verdadero
declaraciones contrarias a la verdad. En consecuencia la falsedad de un instrumento
puede ser material, cuando ha habido adulteración del texto verdadero, o bien moral o
ideológica, cuando se ha falseado la verdad en las declaraciones hechas por las partes o
por el funcionario público otorgante.
Franmarino Dei Malatesta, partiendo de la verdad en el instrumento, establece una
clara diferenciación entre la falsedad material y la moral o ideológica, a través de tres
condiciones:
1.- Correspondencia entre lo que aparece escrito y lo que se escribió.
2.- Correspondencia de la persona que aparece como firmante, sea como simple
interviniente en el instrumento  o como autora  de él, con la persona que en verdad
firmó y extendió el instrumento.
3.-  Correspondencia de lo que está escrito con lo de lo escrito (expresado o declarado)
resulta como existente, ocurrido  o dicho.
La verdad del instrumento lo determina la presencia de las tres condiciones. La falsedad 
surge de su no aparición, sea singularmente sea en conjunto. La ausencia de las dos
primeras corresponde a la falsedad material, la ausencia de la tercera es indicación de
falsedad  ideológica.
La tacha puede resultar de un juicio penal o ser propuesta en juicio civil
La falsedad material constituye un hecho delictuoso y lesiona, no solo a los particulares,
sino también los intereses sociales en cuanto irroga una grave ofensa a la fe pública. 
Puede ser entonces materia de una acción penal, dirigida principalmente contra el autor
del hecho punible en desagravio de la vindicta  pública, y consecuencialmente contra la
eficacia probatoria del instrumento. Pero los particulares pueden proponer la tacha de
falsedad en juicio civil, como pretensión principal, o incidentalmente en el curso del
proceso en que se pretenda hacer valer el instrumento tachable, y entonces no va 
dirigida contra el autor del hecho punible, sino contra el instrumento, para anular su
valor probatorio.
Motivos de la tacha de los instrumentos públicos
El artículo 1380 del Código Civil señala las causales por las cuales puede tacharse como
falso el instrumento público o el que tenga apariencias de tal, lo cual puede hacerse por
vía principal o incidental., tales causales son las siguientes:
1.- Falsificación de la firma del funcionario. Que no ha habido la intervención del
funcionario público que aparezca autorizándolo, sino que la firma de éste fue falsificada.
2.- Falsificación de la firma de los otorgantes. Que aun cuando sea autentica la firma del
funcionario público, la del que  aparece como otorgante del acto fue falsificada.
3.- El fraude  o la sorpresa acerca de la identidad de la persona. Que es falsa la
comparecencia del otorgante  ante el funcionario, certificada por éste, sea que el
funcionario  haya procedido maliciosamente o que se le sorprendido en cuanto a la
identidad del otorgante.
4.- Las declaraciones que no ha hecho el otorgante. Que aun siendo autentica la firma
del funcionario público y cierta la comparecencia del otorgante ante aquel, el primero
atribuya al segundo declaraciones que éste no ha hecho; pero esta causal no podrá
alegarse por el otorgante que haya firmado el acta, ni respecto de él.
5.- Las alteraciones materiales posteriores al otorgamiento. Que aun siendo cierta la
firma del funcionario y del otorgante, se hubiesen hecho, con posterioridad al
otorgamiento, alteraciones materiales  en el cuerpo de la escritura capaces de modificar
su sentido y alcance.
Esta causal puede alegarse aun respecto de los instrumentos que solo aparezcan
suscritos por el funcionario público que tenga la facultad de autorizarlos.
6.- Constancia falsa del funcionario de la fecha y lugar.  Que aun siendo ciertas las firmas
del funcionario y los otorgantes, el primero hubiera hecho constar falsamente, y en
fraude a la Ley o en perjuicio de terceros, que el acto se efectuó en fecha o lugar
diferente de los de su verdadera realización.
Son taxativas o enunciativas las causales del artículo 1380 del Código Civil
El autor Rivera Morales señala que las causales enunciadas en el artículo en comento,
son enunciativas y no taxativas, indica el autor que en esa enumeración no están todas
las posibles causas de falsedad de un instrumento, lo cual pude verse en el Código Penal
en los artículos 317 al 326, en ellos se tipifican algunas otras como delitos de falsedad
en los actos y documentos; cita Rivera Morales al autor Arminio Borjas “que al igual de
los indicados por modo explicativo en el Código Civil, invalidan la fuerza probatoria de
las escrituras públicas”. Puede por tanto, existir falsedad no solo de los actos  genuinos,
sino también en las copias certificadas, las cuales las cuales según el artículo 429 del
Código de Procedimiento Civil pueden hacer las veces del original, por supuesto,
siempre que sean expedidas por funcionarios competentes con arreglo a las leyes.
No obstante el profesor Cabrera Romero, sostiene que la tacha instrumental, fundada
en causales taxativas y que se sustancia por un procedimiento  especial es exclusiva de
la jurisdicción civil, el citado autor señala que se pueden aducir otras falsedades en el
proceso civil, pero bajo la figura amplia de la impugnación, pues mantener la posición
contraria seria impedir dentro de ese proceso  el derecho a la defensa de la parte
perjudicada por la falsedad.
Ahora bien, para dilucidar el problema en estudio, el Tribunal  Supremo de justicia en
Sala de Casación Civil, ha sostenido reiteradamente la taxatividad de las causales de
tacha de falsedad, para lo cual se trae a colación un extracto de sentencia de fecha 11
de marzo de 2004, Magistrado ponente Jiménez Ramírez, Antonio.
... “En el caso bajo estudio, se observa que el demandante planteó una pretensión de
tacha de documento público, y la sentencia impugnada determinó que no fue
fundamentada en ninguna de las causales contenidas en el artículo 1.380 del Código
Civil.
La Sala considera, que si bien es cierto que la tacha no es el único medio de atacar la
falsedad de un instrumento como el público, pues existen otras vías impugnativas
generales, distintas a la tacha que pueden conducir a la demostración de esa falsedad,
cuando se escoge la vía de la tacha del documento público, sí es necesario
fundamentarla en alguna de las causales taxativas del artículo 1.380 del Código Civil.
 Estas causales del artículo 1.380 del Código Civil, se reitera, son taxativas. Dispone la
referida norma lo siguiente:

(Omissis).
…”Si bien la Sala reconoce la existencia de otros medios impugnativos o de
contradicción de la prueba, distintos a la tacha, para atacar la autenticidad del
documento público, cuando el impugnante escoge la vía de la tacha, debe
fundamentarla en alguna de estas causales taxativas del artículo 1.380 del Código Civil.
Sobre el particular, autorizada doctrina ha señalado lo siguiente:
 “Tanto para los instrumentos públicos como para los instrumentos privados, el CC ha
creado un número de causales taxativas, las cuales fundamentan la tacha de falsedad
instrumental que puede incoarse dentro de la jurisdicción civil...(Omissis).
(Omissis).
…”Conforme a lo que hemos venido exponiendo, creemos que se pueden aislar varias
ideas. En los procesos de naturaleza civil, el acto de documentación del género
documentos, se puede atacar por la vía de la tacha de falsedad instrumental si el vicio se
subsume en los tipos de los arts. 1.380 y 1.381 CC. Si en dicho acto ha intervenido un
funcionario cuyo dicho merece fe pública, se impugnará mediante el proceso de tacha
de falsedad instrumental, por las causales taxativas que aparecen en el artículo 1.380
CC, y si se trata de un instrumento privado simple, cuya firma se falsificó, y no ha sido
reconocido por el supuesto autor, invocando la causal del ord. 1 del art. 1.381 CC. Otros
aspectos de dichos instrumentos, así como los de los documentos públicos, que no
afecten la autenticidad, también son atacables por el procedimiento de tacha de
falsedad instrumental, si ellos se enmarcan en causas taxativas (Ord. 5, art. 1.380 CC y
Ords. 2 y 3 del art. 1.381 CC). La tacha de falsedad instrumental es un proceso especial,
con términos, actividades probatorias y sistemas de valoración propios, que lo
distinguen de cualquier otro proceso. Cuando en un documento público (que merezca fe
pública) o privado, en cuyas notas de reconocimiento o autenticación provenientes de
funcionarios que merecen fe pública, aparezcan hechos que configuran las causales de
tacha del art. 1.380 CC, necesariamente habrá que acudir al proceso de tacha de
falsedad instrumental, invocando los motivos taxativo...(Omissis).” (Negritas de la Sala.
Cabrera Romero, Jesús Eduardo. Contradicción y Control de la Prueba Legal y Libre,
tomo I, Editorial Jurídica Alva, S.R.L., página 343 y 363)”...
Puede proponerse la tacha de falsedad en vía principal o incidentalmente en juicio
civil.
Establece el artículo 438 del Código de procedimiento Civil, que “la tacha de falsedad se
puede proponer en juicio civil, ya sea como objeto principal de la causa, ya
incidentalmente en el curso de ella, por los motivos expresados en el Código Civil”.
La tacha de falsedad no siempre se propone en el curso de un proceso civil por la parte
que necesite invalidar un instrumento público  presentado por su contraparte en
cualquier estado y grado de la causa, pues sin necesidad de tener que ejercer la acción
penal por falsedad de actos o documentos, la cual en ocasiones no procede, y en la que
se persigue antes el castigo de autor del hecho punible que la invalidación del acto falso,
la Ley permite promover civilmente la tacha como objeto principal de la causa. Es
natural poner a disposición de los particulares esta vía, utilizable cuando se hallen
amenazados o hayan sufrido perjuicio por la existencia de un instrumento falso que no
pudo ser tachado en el curso del juicio en que fue producido, o del cual su poseedor no
haya hecho uso todavía.
No procede en  Venezuela lo que si ocurre en legislaciones foráneas, la potestad del
juzgador de decidir,  sin previa promoción de la tacha incidental, declarar la falsedad
material de un instrumento cuando apareciere manifiesta y  evidente, porque el artículo
11 del Código de Procedimiento Civil les prohíbe iniciar el proceso de oficio “nemo iudex
sine actore” y el 12 eiusdem, les ordena decidir conforme a lo alegado y probado en
autos,  prohibiéndoles  resolver de oficio cuestiones no sometidas a su decisión,
debiendo por el contrario,  decidir conforme a las pretensiones y excepciones deducidas
por las partes.
Formas de ser propuesta la tacha de falsedad en vía principal o incidentalmente
(Artículo 440 Código de procedimiento Civil)
…“Cuando un instrumento público, o que se quiera hacer valer como tal, fuere tachado
por vía principal, el demandante expondrá en su libelo los motivos en que funde la
tacha, expresando pormenorizadamente los hechos que le sirvan de apoyo y que se
proponga probar; y el demandado, en su contestación a la demanda, declarará si quiere
o no hacer valer el instrumento; en caso afirmativo, expondrá los fundamentos y los
hechos circunstanciados con que se proponga combatir la impugnación.
Si presentado el instrumento en cualquier estado y grado de la causa, fuere tachado
incidentalmente, el tachante, en el quinto día siguiente, presentará escrito formalizando
la tacha, con explanación de los motivos y exposición de los hechos circunstanciados
que quedan expresados; y el presentante del instrumento contestará en el quinto día
siguiente, declarando asimismo expresamente si insiste o no en hacer valer el
instrumento y los motivos y hechos circunstanciados con que se proponga combatir la
tacha”...
La tacha de falsedad, cuando se intenta como objeto principal de la causa, debe
proponerse, al igual de los demás juicios civiles ordinarios, por demanda escrita; y
cuando se hace valer incidentalmente, por medio de un escrito de formalización
equivalente a  dicho libelo, pues esta articulación, aunque no es controversia 
autónoma, sino un accesoria de la causa principal para anular un instrumento hecho
valer en ella, se instruye y decide cómo se fuese un juicio ordinario intercalado dentro
del proceso principal, desde luego que son comunes a la demanda y a  la  incidencia de
falsedad las reglas de sustanciación que establece el artículo 442 eiusdem, pero al igual
de las demás incidencias, hace parte del negocio principal, está sometido a la misma
competencia y tiene las mismas fases que este. Tanto en el libelo como en el escrito de
formalización deben llenarse todos los requisitos que establece el artículo   340 del
Código de Procedimiento Civil, , sin otra diferencia que la de enunciar en la explanación
de los motivos fundamentales de la tacha, los hechos circunstanciados que le  sirvan de
apoyo  y que se pretenda probar, pues el tribunal, al abrir a pruebas el juicio o la
incidencia, tiene la facultad de poder desechar de plano la prueba  de aquellos hechos
que, aun probados, sean a su juicio ineficaces para invalidar el instrumento tachado. La
explanación de los motivos es requisito esencial, cuya omisión hace inadmisible la q       
querella y en dicha explanación debe el querellante determinar, si la falsedad
fuere material, las partes falsificadas del instrumento y las alteraciones hechas en su
verdadero texto; y si fuere moral o ideológica, las declaraciones falsas con que hayan
sido sustituidas las verdaderas.
La acción principal de tacha de falsedad puede  ser propuesta por toda persona que
tenga interés en ello y capacidad legal para  obrar en juicio. La tacha incidental solo
incumbe a quienes sean partes legítimas en el  proceso en que se la proponga, pudiendo
intentarlo no solo la contraparte del litigante que produjo el instrumento, sino el mismo
presentante, aun cuando sea el propio autor de la falsedad o algunos de sus herederos
Clases de instrumentos  contra los cuales procede  la tacha de falsedad
La querella puede ser promovida contra toda clase de instrumentos que tengan fuerza
probatoria, sin que sea indispensable que valgan como prueba plena, pues aun los
instrumentos privados puede ser materia de tacha , y que son de tal naturaleza todos
los que no puedan calificarse de públicos. En la tacha incidental se requiere además que
el efecto probatorio del instrumento deba obrar en el juicio que se ventila y en el cual se
haya producido.
Contestación de la demanda y del escrito de formalización de la tacha
La contestación dela demanda de tacha de falsedad se efectuara en la oportunidad y
conforme a los preceptos legales referentes a la contestación de la demanda. Una
diferencia esencial existe, sin embargo, entre la contestación ordinaria  y la de esta clase
de demanda. En aquella el demandado debe declarar si la contradice en todo o en
parte  o si conviene en ella de modo absoluto o con alguna limitación; en esta no
necesita declarar si contradice o no la impugnación de falsedad, sino únicamente si
quiere o no hacer valer el instrumento, pues solo en caso de respuesta afirmativa
continuara su curso la causa, y al efecto el demandado deberá exponer los fundamentos
y los hechos con que se proponga combatir la impugnación.
La contestación relativa a si quiere o no hacer valer el instrumento debe ser categórica y
precisa, sin que se la pueda eludir con evasivas o ambigüedades, pues las respuestas de
esta especie se tendrán como no dadas, es decir, como una negativa a contestar.
El escrito de tacha incidental, si bien puede ser presentado en todo estado y grado de la
causa, porque hay instrumentos tachables cuya presentación procede igualmente en
todo estado y grado de la causa   hasta los últimos informes, debe seguir inmediata y
necesariamente a la producción de dicho instrumento, y no podrá presentarse sino al
quinto día siguiente a aquel en que fue producido. La contraparte del tachante, sin
necesidad de citación, se tendrá por emplazada para el quinto día siguiente a aquel en
que se dé por presentado el escrito de formalización de la tacha.   
La incidencia de tacha debe sustanciarse en cuaderno separado
La  incidencia de tacha debe sustanciarse en cuaderno separado para el mejor manejo
del expediente, y porque no siempre paraliza el curso de la causa principal, y sería harto
embarazoso seguir en un mismo cuaderno dos órdenes distintas de  actuaciones, con
menoscabo de la claridad y de la hilación regular de las diligencias procesales.
Reglas de sustanciación de la tacha de falsedad
…Artículo 442 del Código de procedimiento Civil.  “Si por la declaración de que se insiste
en hacer valer el instrumento, deba seguir adelante el juicio de impugnación o la
incidencia de tacha, se observarán en la sustanciación las reglas siguientes:
1º Tanto la falta de contestación a la demanda de impugnación como la falta de
contestación al escrito de tacha, producirán el efecto que da este Código a la
inasistencia del demandado al acto de la contestación.
2º En el segundo día después de la contestación, o del acto en que ésta debiera
verificarse, el Tribunal podrá desechar de plano, por auto razonado, las pruebas de los
hechos alegados, si aún probados, no fueren suficientes para invalidar el instrumento.
De este auto habrá lugar a apelación en ambos efectos, si se interpusiere dentro del
tercer día.
3º Si el Tribunal encontrare pertinente la prueba de alguno o de algunos de los hechos
alegados, determinará con toda precisión cuáles son aquellos sobre los que haya de
recaer la prueba de una u otra parte.
4º Cuando se promoviere prueba de testigos se presentará la lista de éstos con
indicación de su domicilio o residencia, en el segundo día después de la determinación a
que se refiere el número anterior.
5º Si no se hubiere presentado el instrumento original, sino traslado de él, el Juez
ordenará que el presentante manifieste el motivo de no producir el original y la persona
en cuyo poder esté, y prevendrá a ésta que lo exhiba.
6º Se prohíbe hacer que el funcionario y los testigos que hubieren intervenido en el acto
del otorgamiento, rindan declaraciones anticipadas, y, caso de hacerse, no se admitirán
en juicio.
7º Antes de proceder a la evacuación de las pruebas promovidas por las partes, y sin
pérdida de tiempo, el Tribunal se trasladará a la oficina donde aparezca otorgado el
instrumento, hará minuciosa inspección de los protocolos o registros, confrontará éstos
con el instrumento producido y pondrá constancia circunstanciada del resultado de
ambas operaciones.
Si el funcionario y los testigos instrumentales, o alguno de ellos, residieren en la misma
localidad, los hará comparecer también el Juez ante dicha oficina para que, teniendo a la
vista los protocolos o registros y el instrumento producido, declaren con precisión y
claridad sobre todos los hechos y circunstancias referentes al otorgamiento.
Si la oficina estuviere fuera del lugar del juicio, y el funcionario y los testigos o alguno de
ellos residieren en ese lugar, se dará comisión al Juez de mayor categoría en primera
instancia, de dicha localidad, para las operaciones y declaraciones expresadas. Si fueren
distintos el lugar de la oficina y el de la residencia del funcionario y los testigos, o de
alguno de ellos, se darán las respectivas comisiones a los jueces locales.
En todo caso, tanto el funcionario como a los testigos, se les leerán también los escritos
de impugnación o tachas y sus contestaciones, para que declaren sobre los hechos
alegados en ellos, haciéndose las correspondientes inserciones en los despachos que se
libren.
8º Las partes no podrán repreguntar al funcionario ni a los testigos; pero podrán indicar
al Juez las preguntas que quieran que se les haga, y el Juez las hará si fueren
pertinentes, en términos claros y sencillos.
9º Si alguna de las partes promoviere prueba de testigos para demostrar coartada, no
será eficaz si no deponen en absoluta conformidad cinco testigos, por lo menos, que
sepan leer y escribir, mayores de toda excepción, y de edad bastante para conocer los
hechos verificados en la época del otorgamiento del instrumento.
Las partes, y aun los testigos, podrán producir instrumentos que confirmen o contraríen
la coartada y que pueden obrar en el ánimo de los Jueces, quienes, en todo caso,
podrán darla como no probada, aun cuando la afirme el número de testigos que se deja
indicado, si por las circunstancias del caso no la consideraren los Tribunales
suficientemente demostrada.
10° Si alguna de las partes promoviere experticia para la comparación de firmas o letras,
los instrumentos con que se haga la comparación deben ser de los indicados en el
artículo 448.
11°  Cuando por los hechos sobre que versare la tacha, cursase juicio penal de falsedad
ante los Jueces competentes en lo criminal, se suspenderá el procedimiento civil de la
tacha hasta que haya terminado el juicio penal, respetándose lo que en éste se
decidiere sobre los hechos; pero conservará el Juez civil plena facultad para apreciarlos
cuando el proceso penal concluyere por muerte del reo, por prescripción de la acción
pública, o por cualquier otro motivo legal que impidiera examinar en lo criminal el fondo
del asunto.
Sin embargo, no se decretará la suspensión cuando el Tribunal encuentre que la causa o
algunos de sus capítulos pueden decidirse independientemente del instrumento
impugnado o tachado, caso en el cual continuará la causa civil.
12° Si el funcionario y los testigos instrumentales sostuvieren sustancialmente la
autenticidad del instrumento y de los hechos del otorgamiento, no serán suficientes
para desechar sus dichos cualesquiera divergencias en pormenores, o faltas de
recuerdo, si hubieren transcurrido algunos años, o si la edad hubiere podido debilitar la
memoria de los declarantes.
Si todos, o la mayor parte de los testigos instrumentales y el funcionario, sostuvieren
sustancialmente la autenticidad del instrumento, sólo podrá desecharse éste cuando
resulte, sin duda posible, una prueba concluyente de la falsedad.
En caso de duda se sostendrá el instrumento, sin que valga por sí solo a desvirtuarlo el
desconocimiento que de su firma hiciere el funcionario que lo autorizó, si se prueba que
ésta es auténtica.
13°  En la sentencia podrá el Tribunal, según el caso y sus circunstancias, ordenar la
cancelación en todo o en parte, o la reforma o renovación del instrumento que declare
falso en todo o en parte; y, además de las costas, impondrá indemnización de perjuicios
a quien hubiere impugnado o tachado el instrumento con temeridad.
14° El Tribunal notificará al Ministerio Público a los fines de la articulación e informes
para sentencia o transacción, como parte de buena fe, conforme a lo dispuesto en el
artículo 132 de este Código.
15° Cualquiera transacción de las partes necesitará para su validez, además del informe
del Ministerio Público, la aprobación del Tribunal, si éste no la encontrare contraria a la
moral o al orden público.
16° Si se hubiere dictado sentencia firme, civil o penal, que reconozca la autenticidad de
un instrumento público, no podrá abrirse nuevo debate sobre ella, respetándose la
ejecutoria”…
La extensa disposición legal que precede, refunde en dieciséis reglas los preceptos y las
formalidades que deben ser observadas en la sustanciación del juicio de impugnación o
de la incidencia de la tacha, desde que el adversario de la parte tachante de o deba dar
su contestación, hasta que se pronuncie la sentencia que haya de recaer acerca de la
validez o de la falsedad del instrumento tachado.
Para la mejor comprensión conviene distinguir en el procedimiento de la tacha, tres
periodos diferentes:
1 El anterior a la evacuación de las pruebas
2 El de la evacuación de las pruebas
3 el de la sentencia de la tacha.
Se entiende el primero de estos periodos, desde el día de la contestación de la demanda
o del escrito de formalización de la tacha, hasta aquella en que deba procederse a la
evacuación de las pruebas, periodo dentro del cual, conforme a lo dispuesto en las ocho
primeras y en la numero catorce de las reglas citadas, el tribunal:
1 Apreciara la contestación
2 Podrá desechar de plano la prueba de los hechos alegados
3 Determinara cuales son los hechos sobre que ella haya de recaer
4 notificara al Ministerio Publico a los fines de la articulación e informes para sentencia
o transacción.
5 Ordenara lo conducente para hacer consignar el instrumento original objeto de la
tacha, si antes no hubiere sido producido 
6 Dispondrá lo que sea necesario para que  en la Oficina en que apareciere  haber sido
otorgado el instrumento, se haga la confrontación de este con los protocolos  o registro
respectivos
7 Que el funcionario y los testigos instrumentales declaren sobre los hechos y
circunstancias referentes al otorgamiento
La contestación a la demanda o al escrito de formalización de la tacha
A tenor de lo dispuesto en la primera regla, la falta de contestación a la demanda de
impugnación como la falta de contestación al escrito de formalización de la tacha,
produce los mismos efectos que la inasistencia del demandado al acto de contestación,
de modo que deberá tenerse a dicha parte por confesa en cuanto no sea contraria a
derecho la impugnación del tachante, si en el término probatorio nada probare que lo
favorezca.  Esa falta de contestación, así sea por inasistencia al acto en que debió darse
esta, por negativa a contestar o por ser ambigua, evasiva o ininteligible la respuesta
dada, debiera lógicamente considerarse como una manifestación tacita de que no se
quiere hacer valer el instrumento tachado, puesto que la contestación de la tacha debe
ser una categórica declaración de querer o no hacerlo valer. Pero puesto que, según lo
dispuesto en el artículo 362 del Código de Procedimiento Civil, la confesión ficta por
falta de contestación, es una presunción iuris tantum de que el demandado conviene en
todas y cada una de las pretensiones del actor, la confesión ficta en el caso de la tacha,
debe equivaler al reconocimiento tácito de que el instrumento es falso por los motivos y
en virtud de los hechos expuestos por el promovente de aquella.  El legislador, con
sobrada razón, solo ha querido atribuir este efecto a la falta de contestación, porque él
no impide continuar el juicio o la incidencia de tacha, y la parte confesa queda en
libertad de defenderse y combatir la impugnación, lo cual no sucedería si debiera
interpretarse la no contestación como una declaratoria de no querer hacer valer el
instrumento, pues, como se ha visto, la consecuencia de tal manifestación es dar por
terminada la incidencia, y por desechado en el respectivo proceso el instrumento
tachado.
Admisión o rechazo de la prueba ofrecida y el decreto judicial dictado al efecto
Conforme a lo dispuesto en las reglas 2 y 3 del artículo 442 del Código de Procedimiento
Civil, el tribunal en el segundo día después de la contestación y con vista a la
explanación hecha en ella de los motivos de la tacha y de los hechos circunstanciados en
que estos se apoyan, podrá, en auto razonado, desechar de plano la prueba de tales
hechos, cuando ellos a su parecer, aun estando probados, no bastarían a invalidar el
instrumento. Conviene advertir la diferencia que existe entre los motivos de la falsedad,
es decir, los argumentos de hecho que deban ser comprobados, y los hechos mismos
que los apoyen y que constituye las prueba de aquellos motivos, porque es muy
importante la consecuencia de esta distinción. Los motivos son los fundamentos de la
demanda o de la incidencia, y el juez no puede reconocer, ni considerar otros que los
alegados por el querellante: los hechos, aun sin ser indicados por la parte interesada,
pueden resultar comprobados en autos como resultado de las diligencias inquisitorias
que el juez tiene el deber de practicar de oficio (Carlos Lessona, Prueba Escrita numero
414). Es por ello que, si el tribunal considera absolutamente ineficaces los motivos
alegados, aun  cuando llegasen a ser comprobados por los hechos aducidos con tal fin,
puede desde luego prescindir, por impertinente, de la evacuación de la prueba ofrecida,
desechándola de plano.  
Recursos contra el decreto que desecha de plano las pruebas ofrecidas
El auto en el cual el tribunal declara desechada la prueba de los hechos alegados, como
todas las decisiones que niegan las admisión de una prueba, causa gravamen irreparable
por la definitiva, y es apelable libremente si se interpusiere dentro del tercer día, e
incluso, si fuere el caso, casación. Esta apelación hace excepción a la regla que consagra
el artículo 298 del Código de Procedimiento Civil, pues debe ser intentada, no dentro de
los cinco días siguientes, sino dentro del tercer día, como se indicase retro.
Pruebas admisibles en el procedimiento de tacha de falsedad
Si el tribunal hallare pertinente la prueba de todos o de alguno de los hechos alegados,
determinará con toda precisión cuales son aquellos sobre los que haya de recaer la
prueba de una u otra parte.
Son admisibles toda clase de prueba en el procedimiento de tacha de falsedad
En el texto del artículo 442 el Código de Procedimiento Civil, solo se hace mención
expresa de la admisibilidad de la testimonial, la escrita, la experticia y  la inspección
judicial, sin embargo el 395 eiusdem, determina la libertad de medios de prueba, salvo
cuando alguna especial circunstancia no se oponga a su admisión. Así no serían
pertinentes las posiciones juradas y el juramento decisorio, cuando conforme al
interrogatorio o a la formula haya de intimarse al autor de la falsedad, que declare
contra sí mismo, máxime cuando la falsedad instrumental es un delito (1408 Código
Civil).
Lapso probatorio
No determina el legislador la duración de los lapsos de promoción y evacuación de las
pruebas, y debe entenderse, por lo tanto que ventilándose en juicio ordinario la
demanda en tacha de falsedad, y sustanciándose la incidencia del mismo modo que
aquella, los expresados lapsos serán de 15 y 30 días respectivamente, como en el
procedimiento ordinario. Conviene observar, sin embargo, que el primero de dichos
lapsos no comienza a correr a raíz de la contestación de la tacha, sino a partir del tercer
día de despacho siguiente a ésta, pues, dentro de las otras dos es que debe el tribunal
desechar de plano la prueba o determinar los hechos sobre los cuales la admite (regla
2). También se establece otra excepción en la regla 4, respecto de la promoción de la
prueba de testigos, ordenándose que la lista de éstos con indicación de su domicilio o
residencia, debe ser presentada en el segundo día después del decreto que determine
los hechos admisibles aprueba, y no dentro de los quince días del lapso de promoción.
Notificación al Ministerio Publico
Al Ministerio Público e le notifica antes de dar comienzo a la práctica de las diligencias
de la actividad probatoria los fines de que intervenga en ella como parte de buena fe, y
la consignación de informe para la sentencia o transacción. La falta de notificación del
Ministerio Público deviene en nulidad de lo actuado
Aprobación del Ministerio Publico de la transacción
La transacción entre las partes está sujeta a la homologación del tribunal para su
validez, sin embargo, conviene observar que para homologar el tribunal requiere el
informe del Ministerio Público, el cual, si bien no es vinculante para el juzgador, toda
vez que éste debe atenerse a la prohibición de transacciones y conciliaciones , tal como
lo dispone los artículos 256  y 258 del Código de procedimiento Civil, la regla 15 exige la
presentación del mismo, de manera que la presentación de tal informe es obligatorio
para la transacción.
Diligencias que han de practicarse de oficio antes de procederse a la evacuación de las
pruebas
Antes de que se deba proceder a la evacuación de las pruebas  promovidas por las
partes, y por consiguiente, dentro del primero de los tres periodos de la sustanciación
de la tacha, incumbe al tribunal practicar de oficio ciertas diligencias indispensables para
verificar si son o no fundados los motivos de impugnación aducidos. Tres son esas
diligencias de inquisición a saber:
1 las relativas a hacer exhibir el instrumento original  objeto del juicio o de la incidencia,
caso de no haber sido presentado sino en copia, y averiguar el motivo de no haber sido
producido el original.
2 Las relativas a la confrontación de dicho instrumento con los correspondientes
asientos hechos en los protocolos o registros en la oficina en que aquel fue otorgado.
3  Los relativos a que el funcionario y los testigos instrumentales, teniendo a la vista los
expresados protocolos o registros, declaren sobre todos los hechos y circunstancias
referentes al otorgamiento.
Exhibición del instrumento original
se prevé en la regla 5, la hipótesis de que no hubiese sino presentado en instrumento
original, sino una copia autentica de él, y ora se trate de la falsedad material de la copia
o de la ideológica del propio título original, el juez deberá ordenar al preséntate que
manifieste el motivo no haber producido sino un traslado del original, y que indique la
persona en cuyo poder se encuentra éste o la oficina o lugar en que repose, como si
cursara, verbigracia, en un expediente judicial, administrativo o si hubiese sido
incorporado a un legajo de comprobante  de alguna oficina de registro. Siempre será
necesario conocer y apreciar las razones por las cuales el presentante ha tenido que 
utilizar una copia o traslado, y cualquiera que sea el motivo fundamental de la tacha, la
confrontación, del original y de la copia producida, será una medida de la más elemental
previsión.
Inspección de los protocolos y registros para confrontarlo con  el instrumento original
impugnado
A la mayor brevedad, antes de procederse a la evacuación de las pruebas, el tribunal
ordenara practicar una inspección de los protocolos o registros del instrumento público,
a fin de hacer la confrontación de éste con aquellos. Deberá al efecto trasladarse a la
oficina correspondiente, si esta se hallare en el lugar del asiento del tribunal, y levantar
el acta o las actas que fueren necesarias, en que se deje constancia de todos y cada na
delos pormenores de la operación practicada; pero si la oficina estuviese fuera del lugar
del juicio, se comisionara para  los mismos efectos al juez  de mayor categoría en
primera instancia de la localidad expresada.
Declaración del funcionario público y los testigos instrumentales del acto de
otorgamiento
El juez ordenara que se haga declarar de oficio al funcionario y a los testigos
instrumentales, pero no se permitirá dar testimonio anticipado a solicitud de parte. En
consecuencia, el tribunal de la causa, si practicase por sí mismo la inspección y
confrontación que se señalase en el punto anterior, o bien el juez comisionado, cuando
éste sea el caso, deberán constituirse en la oficina en que se hallen los protocolos o
registros respectivos para hacer comparecer al funcionario y a los testigos
instrumentales que hubieren autorizado el instrumento tachado, a fin de que, con vista
de él, y de los protocolos y registros, e impuestos de los escritos de impugnación y sus
contestaciones, que le serán leídos, declaren con precisión y claridad sobre la
efectividad o ficción del otorgamiento, si están o no exactamente transcritas las
declaraciones hechas por los otorgantes, si son auténticas o falsificadas las firmas todas
que autorizan el título, o solamente algunas, si los hechos de que han dado fe pasaron o
no como aparecen referidos, si encuentran o no alteraciones hechas en el cuerpo del
instrumento o en el texto de los protocolos y registros y sobre todo aquello, en fin, que
puedan informar en relación con el otorgamiento y con los hechos alegados en la
demanda o escrito de tachay en sus contestaciones. Las partes podrán estar presentes,
pero no repreguntar por si mismas al funcionario y a los testigos instrumentales,
debiendo para ello valerse del juez, indicándoles las preguntas que quieren hacer, y las
cuales serán formuladas por dicho magistrado con sencillez y claridad, caso de juzgarlas
pertinentes.
En estos actos, deberá procederse como en toda declaración de testigos, de  manera
que éstos serán examinados por separado, en el día y hora  prefijado,  bajo juramento y
llenándose, en fin, todas las demás formalidades y requisitos que la Ley prescribe al
efecto.  
No habrá de tomarse en cuenta, las declaraciones que el funcionario público y los
testigos instrumentales hubieren rendido anticipadamente. A uno y otro les esta
prohibido declarar en tales condiciones, fuera del juicio.
Las declaraciones con vista al instrumento tacha y a  los protocolos y registros, no son
posible sino cuando el funcionario y todos o alguno de los testigos instrumentales  se
hallan en la misma localidad que la oficina en que ha de hacerse la confrontación; pero
aun cuando haya de prescindirse en ellas del requisito de deponer ante  los deponentes
los protocolos y el titulo impugnado, siempre se les deberá tomar, librando despacho   o
exhorto al juez de sustanciación  de  más categoría en primera instancia del lugar en que
residan el funcionario y los testigos de cuyo examen se trate.
La prueba de testigos
La prueba de la tacha por medio de testigos debe ser promovida, según lo señalado
anteriormente, al segundo día después del decreto que  en que se determinen los
hechos sobre que haya de recaer la prueba admisible, con indicación de su domicilio o
residencia de las personas que han de ser  llamadas a declarar.
La admisibilidad de la prueba testimonial en los juicios o en las incidencias de tacha de
falsedad  pudiera parecer contraria al principio que sanciona el artículo 1387 del Código
Civil, según el cual no debe admitirse las prueba de testigos para  para probar lo
contrario de una convención contenida en instrumentos públicos o privados o lo que la
modifique, ni para justificar lo que se hubiese dicho antes al tiempo o después de su
otorgamiento, aunque se trate en ellos de un valor menor de dos mil bolívares; pero no
lo es, y así se reconoce con solo pensar que de lo que se trata es de probar con testigos
la falsedad del título, los hechos materiales de falsificación o las adulteraciones de la
verdad que aparezcan en el instrumento, pero de ninguna manera de suplir una prueba
testifical para desvirtuar el valor  de la escrita.
Prueba de testigos, la coartada
Tal como se ha explicado, respecto de las formalidades que han de llenarse en el
examen oficioso del funcionario público y los testigos instrumentales, es aplicable el
examen de los testigos presentados por las partes. En la regla 9 se dictan sin embargo,
ciertas disposiciones especiales relativas al valor y al número de testigos, cuando esta
prueba tenga por objeto demostrar coartada. Siempre que se quiera, en efecto para
acreditar inculpabilidad, probar que en el momento  en que se perpetro o ejecutó el
hecho delictuoso indebido de que se trate, se estaba ausente del lugar en que se
supone haberse cometido, se hace una prueba indirecta, harto peligrosa e insegura, por
expuesta a errores y por prestarse a complacencias poco comprometedoras por parte
de los declarantes, por lo que el  legislador, para admitirla en materia de tacha, exige
que los testigos, a más de contestes, esto es, de resultar conforme en sus dichos, sepan
leer y escribir, sean mayores de toda excepción, de edad bastante para poder conocer
los hechos verificados  en la época del otorgamiento del instrumento de que se trate, y
en número de cinco por lo menos. Pero es tan grande y tan fundada la desconfianza que
dicha prueba inspira al legislador, que, aun en el caso de que se le haya evacuado con
resultado positivo para el promovente, porque los testigos hayan afirmado la coartada,
se deja al juez en libertad de darla por no probada, si otras circunstancias constantes en
autos obstan, a su juicio, para considerarla  suficientemente probada.
Prueba escrita
Independientemente del valor probatorio que la ley reconoce en los juicios e 
incidencias de tacha  a la inspección de los protocolos y registros, y a su comprobación
con el instrumento impugnado, así como a las de éste con su original, si se tratase de la
tacha de una copia, las partes pueden, al promover alguna experticia, producir
instrumentos de comparación indubitados, y tanto las partes, como los testigos de la
coartada alegada por alguna de aquellas, pueden exhibir instrumentos que confirmen o
contraríen la referida coartada. Además de estos, pueden las partes todo tipo de
instrumentos públicos y privados, en apoyo de los motivos de tacha y de sus demás
alegaciones pertinentes.
Ahora bien, podrán las partes a su vez tachar de falso los instrumentos a tal efecto
producidos? La respuesta es sí.  La tacha de falsedad promovida como pretensión
principal es un juicio civil ordinario en que las partes pueden tener la necesidad de
tachar algún instrumento que obre en él, y no habiendo precepto expreso que la vede,
es natural  que se le dé curso a la incidencia respectiva. Pero puede haber duda respecto
de si en una tacha incidental, que no es un juicio civil ordinario autónomo, sino una
mera incidencia surgida en el curso de un juicio principal, puede promoverse otra
incidencia de tacha.
Experticias
La experticia es una de las pruebas más socorridas en esta clase de procedimiento, pues
en materia de falsificación de firmas, imitación de  letras y otras falsedades materiales
semejantes, en que se requiere cotejar escritos diversos, nada se haya tan indicado
como solicitar el dictamen de personas  con conocimientos especiales, el cual permite al
juez formar un concepto acertado sobre la verdad o inexactitud de los hechos que se
trata de esclarecer.
En  la regla  10 se dispone que los instrumentos de comparación que se pretende
producir, sea de los en el artículo 448 del Código de procedimiento Civil, se califican
como indubitados, esto es, instrumentos sobre cuya procedencia, firma y escritura no
haya discusión entre las partes, y pueden servir al tenor de lo establecido en la
disposición legal citada,  a que ha lugar  en los casos de reconocimiento de instrumentos
privados.
Las presunciones e indicios
Las presunciones hominis de que no le es posible prescindir el juez cuando tiene que
apreciar declaraciones de testigos, son, por consiguiente, admisibles  en materia de
tacha, tanto más cuanto que los  informes periciales y los indicios que arrojen los actos
de inspección de registros y protocolos de confrontación de éstos con el título
impugnado y de copias y originales, , rara vez constituye pruebas directas, sino meras
presunciones simples, que el tribunal deberá estimar soberanamente, y que, cuando
componen, según su criterio, la plena prueba base de su convicción y de su fallo, son
una apreciación de hechos no censurables en casación.
Suspensión del procedimiento de tacha
En el curso de impugnación o de la incidencia de tacha pueden sobrevenir, antes de la
sentencia, la terminación del procedimiento por transacción de las partes o su
suspensión, por cursar sobre los  mismos hechos a que él se contrae, el correspondiente
juicio penal  ante los jueces competentes en esa materia.
I Transacción de las partes, requisitos de validez
Se dispone en la regla 15  que la transacción respecto de la tacha es permitida entre las
partes, pero que requiere para su validez, además del  informe del  Ministerio Público, la
aprobación del tribunal, que no la dará cuando,  a  su parecer, fuere aquella contraria a
la moral o al orden publico.
La opinión del Ministerio Publico es meramente informativa, y sus conclusiones no
vinculan al juez, quien puede libremente adoptarlas o apartarse de ellas, pues, como es
sabido, el Ministerio Publico no es en el juicio  sino una parte de buena fe.
II Suspensión del procedimiento civil de tacha por cursar juicio penal
En materia de falsedad, la jurisdicción civil debe ceder  ante la penal, cuando haya un
delito que juzgar y un culpable a quien castigar, pues si, en esa hipótesis,
cursare primero el juicio civil de tacha  para invalidar el instrumento, y se incoare
posteriormente la acción penal para determinar la culpabilidad del autor del hecho
punible,  ocurrirá un dualismo jurisdiccional, más que inútil, dañoso. En la demanda de
impugnación de un instrumento, la circunstancia de haber un juicio penal, pendiente
sobre los hechos fundamentales de la tacha de falsedad demandada,  es decir, de existir
una cuestión prejudicial que reclamare ser resuelta en un proceso distinto, haría
prosperar la cuestión previa correspondiente, y determinaría la suspensión del 
procedimiento hasta que aquella cuestión fuere resuelta.  Pero como pudiera suceder
que el juicio penal  no se instaurare sino después de pasada la oportunidad procesal de
alegar la cuestión previa  o que la tacha  hubiere sido propuesta por vía incidental, el
legislador al tenor de lo dispuesto en la regla 11, dispone la suspensión del
procedimiento civil de la tacha, cuando quiera que aparezca  comprobada la existencia
del juicio penal. Esa suspensión es de orden público,  y el tribunal deberá decretarlas de
oficio, si la cuestión previa no fuere o no pudiere ser opuesta oportunamente en el
juicio principal de falsedad, o si las partes se abstuvieren de solicitarla.
Una excepción comporta, sin embargo, el precepto de suspensión referido; pues si el
tribunal encontrare que la causa o alguno de sus capítulos  pueden decidirse 
independientemente del instrumento impugnado o tachado, deberá continuar el
procedimiento. Esta excepción, como se ve, es referente a la hipótesis de seguirse  la
tacha incidentalmente, pues cuando la impugnación del instrumento material de juicio
penal de falsedad se hace por acción principal, como este proceso no podrá en ningún
caso sentenciarse con independencia del instrumento tachado, porque sobre su
falsedad o validez  debe recaer precisamente el fallo definitivo, es obvio que dicho
procedimiento de tacha deberá paralizarse  necesariamente en todo caso hasta la
terminación del juicio penal.
 Influencia de la sentencia recaída en el juicio penal sobre la apreciación que de los
hechos haya de hacer el juez civil al fallar en el procedimiento de la tacha
La determinación que haya recaído respecto de los hechos materia del juicio penal de
falsedad ha de ser respetada por el juez civil al fallar sobre la tacha. Seria absurdo que
pudiera apreciarlos de manera distinta, y que fueran dictadas sobre el mismo punto dos
decisiones contradictorias,  porque  es precisamente para evitarlo  que el procedimiento
civil se paraliza hasta la terminación de la causa penal
Mas como no siempre la sentencia que pone término a ésta recae  sobre el fondo del
asunto, el juzgador civil conserva en tal hipótesis su plena facultad de apreciación. De
las diversas especies de sentencia que pueden recaer  en el juicio penal, las
condenatorias, las absolutorias, de sobreseimiento y de suspensión del procedimiento,
ponen termino a la instancia, pero no todas versan sobre el fondo del asunto. Las dos
primeras siempre deciden sobre él, pues la condenatoria es una declaración judicial de
que está comprobado el cuerpo del delito, esto es, de que existe la falsedad del 
instrumento impugnado; la absolutoria la declaración irrevocable  de no existir la
expresada falsedad. Las de sobreseimiento, con excepción de las que dan por
comprobadas la cosa juzgada  y las que declaran la   irresponsabilidad del agente  por
haber ejecutado el hecho en estado de locura o imbecibilidad, no examinan ni deciden
si está o no demostrada la falsedad, o el sobreseimiento por la extinción de la acción
penal, por la  muerte del imputado, la prescripción de la acción penal, amnistía o indulto
y la prescripción de la acción penal, el juez civil al decidir la tacha podrá apreciar
libremente los  hechos.
La sentencia
Concluido el término de pruebas, si el tribunal  para pronunciar sentencia no está
obligado a atenerse a la decisión que sobre los hechos de la tacha haya dictado l
autoridad judicial competente en la penal, podrá apreciarlos soberanamente, pero sin
que pueda dejar de ceñirse  a  los preceptos legales al efecto establecidos en la regla 12
del artículo 442 del Código de procedimiento Civil, a saber:
I Que las declaraciones del funcionario y de todos o la mayor parte de los testigos
instrumentales, contestes en sostener sustancialmente la autenticidad del instrumento
y de los hechos del otorgamiento, no pueden desecharse, aun cuando se advierta en
ellos divergencias en pormenores, siempre que las circunstancias del caso, como la
avanzada edad de los declarantes, el largo tiempo transcurrido desde que ocurrieron los
hechos declarados u otras análogas, puedan explicar  las faltas de recuerdo y las
contradicciones sobre detalle.
II  Que  contra el valor probatorio de tales declaraciones no puede prevalecer sino una
prueba concluyente de la falsedad
III Que en todo caso de duda se debe sostener la autenticidad del instrument6o,  sin que
valgan en tal hipótesis para pronunciar su falsedad, ni aun el desconocimiento de que su
firma hiciere el funcionario que lo autorizó, cuando se hubiere probado de algún modo
la autenticidad de la misma. 
Estas reglas de apreciación son lógica consecuencia de la fe que, por necesidad y
conveniencia social, merece el instrumento público, en favor de cuya autenticidad y la
verdad de las declaraciones  que contiene, existe una presunción que no admite otra
prueba que la plena y concluyente de la falsedad. Si sobre esta última hay dudas, o si el
funcionario público y los testigos instrumentales ratifican, aunque solo sea
sustancialmente la verdad de lo que sus firmas acreditan al pie del título tachado, la
impugnación de falsedad no puede, ni debe prosperar. Es mayor el peligro común de
hacer fácil y corrientemente invalidable de la fe del instrumento público, que el de
declarar autentico un título, de que no hay sino sospechas, por más grandes que sean,
de la falsedad  moral o material que se le imputa.
La naturaleza de la tacha de falsedad y la trascendencia  de sus efectos han obligado en
todo tiempo a los legisladores a proclamar la necesidad de pruebas más claras y más
evidentes que en los otros delitos. El legislador venezolano ha demostrado igual
preocupación en las reglas apuntadas.
Determinaciones que pueden ser consecuencia del fallo que declare con lugar la tacha:
La cancelación, reforma y renovación del instrumento tachado
La sentencia que declare con lugar la tacha  podrá dictar o no, según las circunstancias
del caso, las  medidas necesarias  para la cancelación en todo o en parte, o la reforma o
la renovación del instrumento a que ella se contraiga. No  será potestativo del tribunal
acordar o no las referidas providencias cuando hubiere sido solicitada por las partes y
aparecieren como una consecuencia necesaria de la decisión sobre la tacha. Si no se las
hubiere solicitado, el juez apreciara si hay o no necesidad de que las decrete de oficio, y
si el caso  lo autoriza para hacerlo.
Conforme a lo establecido en el artículo 1922  del Código Civil,  cuando fuere
ejecutoriado el fallo que ordene la cancelación, reforma o renovación del acto declarado
falso total o parcialmente, se le deberá registrar, como se hace con las sentencias firmes
que pronuncian la nulidad, resolución, rescisión o renovación de un acto registrado,
estampándose además la nota de referencia correspondiente al margen del acto
materia de dicho fallo. Ello bastara sin duda alguna, para que el título aludido no
produzca erga omnes otros efectos que los declarados en la sentencia registrada, pues
no sería posible de otra manera la ejecución de ésta, si la parte condenada  a otorgar un
nuevo título reformado o renovado se negase a hacerlo, o no lo pudiere a pesar de su
voluntad. 
Condenación en costas y en la correspondiente indemnización de perjuicios
pronunciada contra el litigante que hubiere impugnado el instrumento con temeridad
Cualquiera que haya de ser la decisión sobre la tacha, el tribunal deberá atenerse,
respecto de la condenación encostas del juicio o de la incidencia, a lo dispuesto en el
artículo 274 del  Código de Procedimiento Civil, pero impondrá además la
correspondiente indemnización de perjuicios a quien hubiere impugnado o tachado el 
instrumento por temeridad.
Efectos de la sentencia firme civil o penal que declare la autenticidad del instrumento
La ejecutoria del fallo recaído en el juicio de impugnación o en la incidencia de tacha,
que declare la autenticidad del título tachado, solo produce efectos entre las partes
litigantes.
La ley no señala nada acerca de los efectos de la sentencia que declare la autenticidad
del instrumento tachado con relación a los terceros, sin embargo, pienso que aplican a
dichas sentencias  los principios de derecho común relativos a la cosa juzgada.
La tacha de falsedad de los instrumentos privados
Artículo 443 del Código de Procedimiento Civil.  …”Los instrumentos privados pueden
tacharse por los motivos especificados en el Código Civil. La tacha deberá efectuarse en
el acto del reconocimiento o en la contestación de la demanda, o en el quinto día
después de producidos en juicio, si antes no se los hubiese presentado para el
reconocimiento, o en apoyo de la demanda, a menos que la tacha verse sobre el
reconocimiento mismo.
Pasadas estas oportunidades sin tacharlos, se tendrán por reconocidos; pero la parte,
sin promover expresamente la tacha, puede limitarse a desconocerlos en la oportunidad
y con sujeción a las reglas que se establecen en la Sección siguiente. En el caso de
impugnación o tacha de instrumentos privados, se observarán las reglas de los artículos
precedentes, en cuanto les sean aplicables”...
Los documentos privados antes de ser reconocidos o de deberse  tener por reconocidos,
o después de haberlo sido, son susceptibles de tacha como los instrumentos públicos, 
pero la diferencia de los efectos que producen aquellos antes, o después del
reconocimiento, establece consecuencialmente diferencia en el modo, tiempo y materia
de la tacha, según se la deba proponer antes o después de haber sido reconocidos.
El instrumento privado no reconocido carece en absoluto de valor probatorio: el
reconocido o tenido legalmente por reconocido tiene entre las partes y respecto de
terceros, la misma fuerza probatoria que el público en  lo referente al hecho material de
las declaraciones y constituye una presunción iuris tantum   de la verdad de esas
declaraciones, porque solo hace fe de tal verdad hasta prueba en contrario. Así pues, si
la tacha del instrumento público es necesaria y forzosa, porque ella es el único medio
posible  para desvirtuar el valor probatorio de éste, la de los instrumentos privados no
reconocidos es voluntaria, porque ella solo   constituye uno de los medios utilizables
para impedir que lleguen a adquirir fuerza probatoria, como que la parte a quien se le
oponga o a quien se le exija su reconocimiento,  puede optar entre proceder
directamente a tacharlos, por vía principal   o incidental, o limitarse a desconocerlos de
la manera que la ley establece al efecto (444 Código de Procedimiento Civil) . cuando al
instrumento privado reconocido legal o voluntariamente, siendo, como es, idéntico en
sus efectos probatorios al instrumento público en lo que se refiere al hecho material de  
las declaraciones, no dejara de  hacer fe de tal hecho sino se prueba su falsedad, vale
decir, si su tacha no versa sobre el reconocimiento mismo. La tacha en este caso, como
la del instrumento público, es necesaria. En cambio, para demostrar la inexactitud o
falta de verdad de  las declaraciones  que  contiene, la tacha no es admisible sino se
impugna de  falso el acto  del reconocimiento o si no se basa la impugnación en que
después del reconocimiento se han hecho alteraciones materiales en el cuerpo de la
escritura, porque una vez aceptada la verdad del reconocimiento, se podrá admitir toda
clase  de prueba en contrario de la verdad de las declaraciones hechas, pero no de que
se las hizo falsamente. Pueden no ser verdaderas, pero no falsas.
Conforme a esas razones,  que no son sino argumentos deducidos del texto del artículo
1363 del Código Civil, el artículo 1381 del mismo Código establece que:
…” Sin perjuicio de que la parte a quien se exija el reconocimiento de un instrumento
privado se limite a desconocerlo, puede también tacharlo formalmente con acción
principal o incidental:
1º Cuando haya habido falsificación de firmas.
2º Cuando la escritura misma se hubiere extendido maliciosamente, y sin conocimiento
de quien aparezca como otorgante, encima de una firma en blanco suya.
3º Cuando en el cuerpo  de la escritura se hubiesen hecho alteraciones materiales
capaces de variar el sentido de lo que firmó el otorgante.
Estas causales no podrán alegarse, ni aun podrá desconocerse el instrumento privado,
después de reconocido en acto auténtico, a  menos que se tache el acto mismo del
reconocimiento o que las alteraciones a que se refiere la causal 3º se hayan hecho
posteriormente a éste”...
La simulación, el fraude y el dolo en que hubieren incurrido los otorgantes de un
instrumento
La simulación, el fraude y el dolo en que hubieren incurrido los otorgantes de un
instrumento,  sea este público o privado, no darán en ningún caso motivo a la tacha del
mismo, porque no implican falsedad. Los actos son simulados porque  tienen una
apariencia diferente de la realidad, y porque en ellos contrastan las declaraciones y
formas extrínsecas con lo que constituye la verdadera intención  y la  voluntad de las
partes respecto de la sustancia o lo intrínseco del acto mismo. En la simulación hay por
lo tanto, una verdad encubierta, pero ese acto en que se la encubre, es verdadero o
autentico, pero no falso. De la misma manera, el dolo, o sea, las maquinaciones o
medios engañosos conque una persona sorprende  o induce a  error el consentimiento
de otra, y el fraude, o sea, los medios ilícitos puestos en práctica para eludir el
cumplimiento de obligaciones legales o contractuales, vician el acto en que ocurren,
pero no le quitan su autenticidad, ni lo hacen falso. Sería por consiguiente absurdo
autorizar el procedimiento de tacha para invalidar un acto autentico, cuando la ley pone
a disposición de los interesados acciones y recursos ordinarios para comprobar la
simulación, el fraude y el dolo en  que se haya incurrido al otorgar dicho acto. 
Ventajas del procedimiento de negación o desconocimiento de la firma sobre el
relativo a la tacha
Rara vez y solo por especiales razones de conveniencia excepcional, preferirá la parte
interesada el procedimiento de tacha del instrumento privado no reconocido, al más
sencillo y menos aventurado de negar o desconocer dicho instrumento, o de declarar, si
fuere el caso, que no conoce la firma de su causante, pues en el primer procedimiento,
independientemente del peligro  de sucumbir en la demanda y de  ser condenado al
pago de las costas y de los perjurios, el querellante tiene la carga de la prueba, en tanto
que en el segundo, la carga de la prueba corresponde al que exige y necesita el
reconocimiento
Oportunidad en que  debe efectuarse la tacha del instrumento privado
Debe realizarse al quinto día después de ser producido en el juicio, siempre que  no
haya sido producido en el libelo de la demanda, o que antes de ser  exhibido para
hacerlo valer en juicio, no le hubiere sido presentado a dicha parte para su
reconocimiento. La primera hipótesis impone la necesidad de la tacha en  la
contestación de la demanda, y la segunda, la de proponerla en el acto del
reconocimiento. La oportunidad del quinto día será siempre utilizable aunque el
instrumento hubiere sido reconocido por su otorgante, porque en tal caso la tacha no
podrá versar sino sobre el reconocimiento mismo.
El señalamiento de esas oportunidades supone que no se trata sino de la tacha
incidental. Si la impugnación se hiciere en vía principal, es claro que el interesado podrá
intentar su demanda sin sometimiento  a oportunidad especial alguna.
Si la partea quien se le opone  en juicio un instrumento privado no reconocido,
renunciando a la opción que le da la ley entre tacharlo o desconocerlo, dejare de  hacer
uso oportunamente de uno u otro recurso, el tribunal tendrá por reconocido el
instrumento.
En  la promoción del juicio de impugnación o de la incidencia de tacha de los
instrumentos privados, así como en la sustanciación de uno y otro  procedimiento,
deberán ser observadas las reglas relativas a la tacha de los instrumentos públicos, con
las únicas excepciones ya expuestas, referentes a la procedencia y oportunidad de su
promoción, y las de aquellas reglas que por la naturaleza de los instrumentos privados
hace evidentemente inaplicables a su impugnación.

lothar hauser a la/s 00:57


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