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Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

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Manual de liquidación
de perjuicios patrimoniales

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Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

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Alejandro Gaviria Cardona

Manual de liquidación
de perjuicios patrimoniales

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Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales
346.03
G283

Gaviria Cardona, Alejandro


Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales / Alejandro Gaviria Cardona
--Medellín: Ediciones UNAULA, 2014
116 p. (Serie Ius et Respublïca)

Incluye bibliografía
ISBN : 978-958-8869-13-1

I. 1. RESPONSABILIDAD CIVIL – LEGISLACIÓN - COLOMBIA


2. DAÑOS Y PERJUICIOS
3. INDEMNIZACIÓN JUDICIAL
4. OBLIGACIONES (DERECHO)
5. VÍCTIMAS

II. Gaviria Cardona, Alejandro

Serie Ius et respublĬca


Ediciones UNAULA
Marca registrada del Fondo Editorial “Ramón Emilio Arcila”

Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales


Alejandro Gaviria Cardona

Primera edición: diciembre de 2014


ISBN: 978-958-8869-13-1

© Universidad Autónoma Latinoamericana


© Alejandro Gaviria Cardona

Hechos todos los depósitos legales


Derechos de autor reservados

Diagramación e impresión
Editorial Artes y Letras s.a.s

Impreso y hecho en Colombia

Universidad Autónoma Latinoamericana UNAULA


Cra. 55 No. 49-51 Medellín. Conmutador: 511 2199 - Apartado 3455
www.unaula.edu.co

[6]
El resarcimiento quiere equilibrar los intereses en
la medida en que han sido perjudicados. Restaurar y
nada más que restaurar el equilibrio comprometido
por mediación de un equivalente pecuaniario. No
puede alargarse más, ya que excedería su función
reparatoria.
Adriano de Cupis

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Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Alejandro Gaviria Cardona


Abogado de la Universidad de Medellín. Especialista en Responsabilidad
Civil y Seguros (Universidad Eafit). Magíster en Derecho Procesal
(Universidad de Medellín). Litigante en Responsabilidad civil y consultor
en la materia. Docente universitario de las asignaturas de Responsabilidad
Civil Extracontractual y Daño Resarcible en la Universidad Autónoma
Latinoamericana. Correo: alejandro.gaviria@unaula.edu.co

[8]
Contenido

Presentación 13
1. Perjuicios Patrimoniales 15
1.1. Daño Emergente 17
1.2. Lucro Cesante 21
1.3. Pérdida de Oportunidad 29

2. Deuda de valor - Deuda de dinero 33

3. Elementos comunes a toda clase de liquidación


de perjuicios patrimoniales 39
3.1. Tiempo 41
3.2. Tasa de interés 46
3.3. Valor histórico 50
3.4. Valor actualizado 51

4. Liquidación de perjuicios patrimoniales 55


4.1. Indexación 57
4.2. Daño Emergente Consolidado 61
4.3. Lucro Cesante Consolidado 63
4.4. Daño Emergente Futuro 64
4.5. Lucro Cesante Futuro 66
4.6. Acrecimiento 68
4.7. Pérdida de Oportunidad 69

5. Ejemplos 73
5.1. 73
a. Daño Emergente Consolidado 73
b. Lucro Cesante Consolidado 73

[9]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

5.2 75
a. Daño Emergente Consolidado 76
b. Lucro Cesante Consolidado 77
c. Lucro Cesante Futuro 79
5.3 80
a. Daño Emergente Consolidado 80
b. Lucro Cesante Consolidado 81
c. Lucro Cesante Futuro 82
5.4. 83
a. Daño Emergente Consolidado 84
b. Lucro Cesante Consolidado 85
c. Lucro Cesante Futuro 85
5.5. 87
a. Lucro Cesante Consolidado 87
b. Lucro Cesante Futuro 89
5.6. 90
a. Daño Emergente Consolidado 90
b. Daño Emergente Futuro 91
5.7. 92
a. Lucro Cesante Consolidado 93
5.8. 93
a. Daño Emergente Consolidado 94
b. Lucro Cesante Consolidado 94
c. Lucro Cesante Futuro 96
5.9. 96
a. Daño Emergente Consolidado 97
b. Lucro Cesante Consolidado (hermano mayor) 98
c. Lucro Cesante Futuro (hermano mayor) 99
d. Lucro Cesante Consolidado (hermano menor) 103
e. Lucro cesante Futuro (hermano menor) 104
5.10. 108
a. Pérdida de Oportunidad por el Daño Emergente
Consolidado 108

[ 10 ]
b. Pérdida de Oportunidad por el Lucro Cesante
Consolidado 109
c. Pérdida de Oportunidad por el Lucro Cesante
Futuro 110

6. Bibliografía 113
6.1. Textos 113
6.2. Páginas Web 114
6.3. Sentencias de la Sala de Casación Civil de la Corte
Suprema de Justicia 114
6.4. Sentencias del Consejo de Estado 115
Presentación

Alejandro Gaviria Cardona me ha confiado la presentación de su


primer libro, editado por el Fondo Editorial de la Universidad Autó-
noma Latinoamericana. La dádiva que me brinda uno de los alum-
nos más cercanos en mi trasegar por la docencia me honra. Soy
conocedor de lo que representa este texto para el autor, un docente
que con enorme compromiso, y siendo fiel a su vocación académica,
ha querido producir un material didáctico de enorme utilidad para
estudiantes y profesionales del derecho en nuestro país. Por esto
he aceptado el ofrecimiento que el escritor me hace para prologar
su obra.
Desde las prácticas que el profesor Gaviria Cardona realizó,
como judicante, en la Sala Civil del Tribunal Superior de Medellín,
recuerdo su interés por indagar y reflexionar sobre las diversas
categorías conceptuales de la responsabilidad contractual y extra-
contractual buscando, en últimas, un posicionamiento serio sobre
una arista importantísima en la aplicación del derecho, como es la
reparación por el daño causado. Esa inquietud profesional ha con-
tinuado, siendo este primer libro el resultado de una labor letrada
emprendida con destacado juicio.
Luego de leer su Manual de liquidación de perjuicios patrimo-
niales, pienso que su obra será de enorme utilidad para todos aque-
llos que busquen derroteros para la cuantificación de esos efectos
resultantes del daño derivado de la responsabilidad. Precisamente,
en un escenario en donde la regulación legal no es suficiente, al
doctrinante le corresponde trazar esos caminos que orienten, ad-
virtiéndose en el libro del profesor Gaviria Cardona un respeto por
unas fuentes que dan cuenta de fórmulas conceptuales que han
sido incorporadas en la jurisprudencia del Consejo de Estado y de
la Corte Suprema de Justicia.
Con independencia de la discrepancia teórica que sostengo en
relación con algunos de los conceptos desarrollados en el Manual,
estoy convencido de la valía asumida por Gaviria Cardona de es-
cribir sobre un tema que tanto interés suscita. Se trata de un au-
téntico estado del arte sobre los baremos más adecuados para fijar
los distintos rubros de la indemnización patrimonial. Nos muestra,
mediante la técnica de casos, cuáles son las posibilidades reales que
tiene la víctima para ser resarcida proporcionalmente frente a los
daños causados, sin que puedan hacerse reconocimientos ilegales
que contribuyan a un enriquecimiento indebido frente al responsa-
ble. La razonabilidad, en este punto, es lo que debe primar, tenien-
do en cuenta los límites y fines esenciales de nuestro Estado social
de derecho, tan bien perfilados en nuestra Constitución Política.
Espero que el lector, al incursionar en el contenido del texto,
pueda aprovechar una auténtica guía, cuyo propósito último consis-
te explicitar unos criterios que contribuyan en una indemnización
integral a favor de la víctima.

Martín Agudelo Ramírez


Medellín, noviembre de 2014
1. Perjuicios patrimoniales

1. Perjuicios Patrimoniales

Siempre que nos encontramos frente a un supuesto de responsabi-


lidad civil, la consecuencia será la indemnización de perjuicios, la
cual comprende, como regla general “todas las consecuencias per-
judiciales derivadas del acto dañoso (y demás circunstancias con-
comitantes o subsiguientes)”1, pese a lo cual, en este texto sólo se
estudiará la liquidación de los perjuicios de carácter patrimonial,
toda vez que los denominados como perjuicios extrapatrimoniales
se cuantifican, usualmente, mediante arbitrio judicial2.
Las tendencias actuales del derecho de responsabilidad propen-
den, más que por buscar un responsable, por resarcir a la víctima;
“es así como se establece no la prioridad de buscar un culpable para
sancionarlo, sino la de comprender y reparar a la víctima del mal
injustamente sufrido”3.
En el ámbito normativo, la noción de daño comprende toda lesión
a un interés tutelado, ya presente, ora posterior a la conducta
generatriz, y en lo tocante al daño patrimonial, la indemnización

1
Von Tuhr, 1984, citado en Duque Gómez, 2001, p. 69.
2
Cfr. Sentencia del 9 de julio de 2010 de la Sala de Casación Civil de la
Corte Suprema de Justicia, Magistrado Ponente: William Namén Vargas,
expediente 11001-3103-035-1999-02191-01, en donde se sostiene que des-
de 1974 la Corte ha considerado que los perjuicios sufridos por daño moral
se cuantifican mediante arbitrio judicial.
3
Gil Botero, 2010, p. 63.

[ 15 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

cobija las compensaciones económicas por pérdida, destrucción o


deterioro del patrimonio, las erogaciones, desembolsos o gastos ya
realizados o por efectuar para su completa recuperación e íntegro
restablecimiento, y el advenimiento pasivo (damnus emergens),
así como las relativas a la privación de las utilidades, beneficios,
provechos o aumentos patrimoniales frustrados que se perciben
o percibirían de no ocurrir los hechos dañosos (lucrum cessans),
esto es, abarca todo el daño cierto, actual o futuro4.

Luego, “el perjuicio patrimonial está dado por las consecuencias


o repercusiones del daño en la esfera económica del reclamante. La
medida de esas consecuencias en su patrimonio determina el alcan-
ce o el valor del derecho que debe ser indemnizado por concepto de
perjuicio patrimonial”5, lo cual comprende tanto el daño emergente
como el lucro cesante. Asimismo, debe diferenciarse si se trata de
un perjuicio pasado o consolidado, o si, por el contrario, se trata de
un perjuicio futuro, entendiendo por perjuicio consolidado el “me-
noscabo o perjuicio ya operado y subsistente en el patrimonio del
damnificado al momento de la sentencia”6; mientras que el perjuicio
futuro “es aquel que todavía no se ha producido, pero que cierta-
mente acaecerá, luego de la sentencia”7.
De acuerdo con lo anterior, lo primero será diferenciar las di-
versas clases de perjuicios patrimoniales que se pueden presentar
como consecuencia de un daño, toda vez que “la directriz del siste-
ma de responsabilidad patrimonial lo constituye en la actualidad el
daño”8, por lo que, y en aras de la precisión, se indica que

4
Cfr. Sentencia de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia,
del 9 de septiembre de 2010, expediente 17-042-3103-001-2005-00103-01,
citada por la sentencia del 17 de noviembre de 2011, Magistrado Ponente:
William Namén Vargas, expediente 11001-3103-018-1999-00533-01.
5
Isaza Posse, 2011, p. 21.
6
Zannoni, 2005, p. 97.
7
Zannoni, 2005, p. 97.
8
Gil Botero, 2010, p. 64. Expone además el autor que la consideración del
daño como el elemento más importante de la responsabilidad tiene su fun-
damento en la misma jurisprudencia del Consejo de Estado: “el daño es el
presupuesto más importante del deber de reparar en el derecho contem-
poráneo. La argumentación que precede encuentra cabal desarrollo en la

[ 16 ]
1. Perjuicios patrimoniales

Puede, de tal modo, afirmarse que el daño emergente consiste


en la sustracción de una utilidad que ya existía en el patrimonio
del damnificado, en tanto que el lucro cesante corresponde a la
frustración de nuevas utilidades que el damnificado habría pre-
sumiblemente obtenido si no se hubiera verificado el hecho ilícito
o el incumplimiento.
Sin embargo, ahondando un poco, se advierte que el daño enten-
dido como empobrecimiento y el daño entendido como la priva-
ción o frustración de un enriquecimiento, participan de un géne-
ro común: daño como privación de una utilidad económica, como
frustración de un beneficio patrimonial considerado con relación
al sujeto9.

Para hacer claridad en los diferentes perjuicios patrimoniales


que se pueden derivar de los diversos daños, se hace necesaria esta
presentación inicial, aunque, se anota, los perjuicios que se deta-
llarán a continuación se pueden presentar tanto por el daño a las
cosas (daño material) como por el daño a las personas (daño perso-
nal).

1.1 Daño Emergente


Por daño emergente se entiende toda pérdida, todo gasto o ero-
gación en que se incurra como consecuencia del daño sufrido por la
víctima.
Este perjuicio puede derivarse de un daño corporal o material.
“En principio, el daño emergente proveniente de la destrucción o
deterioro de una cosa consiste en la disminución del valor económi-
co que sufrió la cosa o la actividad empresarial a causa del hecho
lesivo”10, así como en el valor de reposición o reparación, mientras
que el daño emergente producto de un daño corporal estará confor-
mado por los gastos o desembolsos que se sufraguen como conse-
cuencia del mismo, por ejemplo, los gastos médicos.


jurisprudencia del Consejo de Estado colombiano, en cuanto al papel fun-
damental y prioritario del elemento daño como estructurador del deber re-
sarcitorio”, p. 64, para lo cual se basa en las sentencias del 1 de diciembre
de 2008, expediente 16.472 y 4 de diciembre de 2007, expediente 16.241.
9
Zannoni, 2005, p. 89.
10
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 857.

[ 17 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

En caso de muerte de la víctima directa11, no basta la calidad de


heredero para buscar la reparación del perjuicio. La persona que
puede reclamar la indemnización de este rubro es quien haya efec-
tuado los respectivos desembolsos12, lo cual realizará a través de la
acción personal13.
Lo anterior no obsta para que, en caso de que haya sido la mis-
ma víctima directa quien haya sufrido el daño emergente, y haya
fallecido sin haberlos reclamado, sean sus herederos quienes re-
clamen la indemnización del respectivo rubro, mediante la acción
hereditaria14.

11
Por víctima directa se entiende aquélla sobre la cual recae el daño y sufre
perjuicios como consecuencia de su propio daño. Cfr. Sentencia del 17 de
noviembre de 2012 de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de
Justicia, Magistrado Ponente: William Namén Vargas, expediente 11001-
3103-018-1999-00533-01.
12
Esta persona es conocida como víctima indirecta. Se predica esta calidad
de las personas que sufren perjuicios como consecuencia del daño de la
víctima directa, razón por la cual también se ha denominado como víctima
reflejo o de rebote. Cfr. Sentencia del 14 de enero de 2005 de la Sala de Ca-
sación Civil de la Corte Suprema de Justicia, Magistrado Ponente: Silvio
Fernando Trejos Bueno, expediente 7639, y Sentencia del 18 de mayo de
2005 de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, Magis-
trado Ponente: Jaime Alberto Arrubla Paucar, expediente 14415.
13
La acción personal es mediante la cual, tanto las víctimas directas como
las indirectas, cobran sus propios perjuicios. Cfr. Sentencia del 18 de mayo
de 2005 de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia,
Magistrado Ponente: Jaime Alberto Arrubla Paucar, expediente 14415,
en donde se expuso que la acción personal pertenece “a toda víctima, he-
redera o no del perjudicado inicial, para obtener satisfacción de su propio
daño”. En ese mismo sentido, véase la sentencia del 28 de octubre de 2011
de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, Magistra-
do Ponente: Arturo Solarte Rodríguez, expediente 44001-3193-001-1993-
01518-01.
14
Mediante la acción hereditaria se permite que los herederos de las vícti-
mas (directa o indirecta) cobren los perjuicios que estas sufrieron en vida,
pero que debido a su muerte, no lograron obtener la indemnización. Cfr.
Sentencia del 18 de mayo de 2005 de la Sala de Casación Civil de la Corte
Suprema de Justicia, Magistrado Ponente: Jaime Alberto Arrubla Paucar,
expediente 14415. En ese mismo sentido, véanse las sentencias del 28 de
octubre de 2011 de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Jus-
ticia, Magistrado Ponente: Arturo Solarte Rodríguez, expediente 44001-

[ 18 ]
1. Perjuicios patrimoniales

Este perjuicio puede ser o consolidado o futuro. El daño emer-


gente consolidado o pasado “pudo consistir en una erogación única o
en varias erogaciones periódicas. La indemnización por concepto de
daño emergente consolidado o pasado, más que una indemnización
es un reintegro de gastos efectuados”15. Con relación al daño emer-
gente futuro, y pese a que algún sector de la doctrina considera que
“no son frecuentes, en el plano fáctico, los casos en los que la recla-
mación indemnizatoria incluya daños emergentes futuros, es decir,
daños ciertos que se producirán con posterioridad a la sentencia”16,
es perfectamente posible encontrar supuestos o ejemplos de daños
emergentes futuros: gastos farmacéuticos, tratamientos médicos,
cirugías, acompañantes, bienes que amenazan ruina, entre otros.
“En estos casos, la víctima o reclamante recibe la indemnización en
una suma única anticipada, que se supone producirá un rendimien-
to hasta el momento en que se produzca la erogación correspon-
diente”17, razón por la cual se deberá descontar el interés “durante


3193-001-1993-01518-01, y del 9 de julio de 2010, Magistrado Ponente:
William Namén Vargas, expediente 11001-3103-035-1999-02191-01, en
donde se expuso que “Más exactamente, los herederos de una persona fa-
llecida, obtienen interés sustancial mortis causa en la acción de su cau-
sante por el daño infligido a su esfera jurídica, que ejercen por, en su lugar
y para la herencia, en cuyo caso, el titular de los intereses conculcados
es el de cuius, la reparación concierne a éste y su fallecimiento comporta
la transmisión per ministerium legis de su derecho. Se trata de la acción
correspondiente a la víctima transmitida por la muerte a sus herederos
para resarcir el daño por el detrimento de sus derechos, valores e inte-
reses jurídicamente protegidos, diferente a la personal por el menoscabo
directo, propio e individual experimentado por un sujeto a consecuencia de
la defunción del causante, respecto de cuya indemnización tiene legítimo
interés”.
La última sentencia referida, con relación a la diferencia existente entre
la acción personal y la hereditaria, expuso que “son acciones distintas por
sus titulares, derechos quebrantados y finalidad resarcitoria de daños di-
ferentes; en el primer caso, el heredero ejerce la acción iure hereditatis o
transmitida por causa de muerte, y en el segundo, la propia, iure proprio
respecto de su daño, y el detrimento recae sobre intereses de diversos titula-
res, cuyo contenido y extensión, atañe al menoscabo recibido por cada cual”.
15
Isaza Posse, 2011, p. 23.
16
Zannoni, 2005, p. 342.
17
Isaza Posse, 2011, p. 26.

[ 19 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

el tiempo que transcurrirá desde el momento en que se efectúa el


pago hasta el momento en que se efectuará el gasto”18.
Entonces, el daño emergente consiste en “aquellas erogaciones
efectivamente realizadas o a realizarse que se conexionan con los
daños, en su carácter de costo”19.
Ahora, frente al valor que comprende la indemnización por daño
emergente, debe señalarse que
La cuantificación del daño emergente puede plantearse desde di-
ferentes ángulos: si el objeto dañado solo tiene un valor económi-
co y no afectivo para la víctima, el monto reparable debe ser igual
al valor que comercialmente tenga el mismo bien en el mercado
local. Tratándose de bienes depreciados por el uso (vetustez) y
que solo puedan conseguirse completamente nuevos en el comer-
cio, hay que distinguir: si la víctima tenía el bien para la venta,
será el precio comercial del bien usado lo que deba pagarse, pues,
de haber sido vendido, ese sería el precio recibido por el deman-
dante. Si, por el contrario, el damnificado usaba el bien y no tenía
como fin inmediato enajenarlo, la indemnización deberá liquidar-
se sobre la base de lo que valga un objeto de reemplazo, así haya
que comprarlo nuevo, puesto que la víctima simplemente exige
que se le deje en las mismas condiciones en que se hallaba, es
decir, que pueda seguir usándolo20.

Debe aclararse, además, que lo indicado en el párrafo preceden-


te sólo es predicable frente al daño emergente derivado de un daño
material, toda vez que frente al daño emergente que proviene de un
daño corporal, al tener su origen en la afectación de la integridad
corporal, no es necesario realizar la diferencia señalada por el autor.
Por último, se resalta que el daño emergente deberá ser indem-
nizado aunque no se haya generado, a la fecha, el desembolso, por
ejemplo, por falta de recursos, toda vez que “la reparación en sí
misma no puede ser presupuesto indispensable para una sentencia
condenatoria, puesto que la base jurídica real de la acción indemni-

18
Isaza Posse, 2011, p. 26.
19
Ghersi, 2003, p. 74.
20
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 399.

[ 20 ]
1. Perjuicios patrimoniales

zatoria está fundamentada en una pérdida patrimonial”21. En otras


palabras, aunque la víctima no haya desembolsado suma de dinero
alguna, el responsable deberá indemnizar el daño emergente cau-
sado, atendiendo que este perjuicio debe vincularse a una pérdida
patrimonial y no, exclusivamente, a un desembolso.

1.2 Lucro Cesante


En términos generales, se ha entendido que “el lucro cesante
es la ganancia o utilidad de que se vio privado una persona a conse-
cuencia de un hecho ilícito. Para ser resarcible, esa ganancia frustra-
da debe surgir como una probabilidad objetiva del curso legal de las
cosas y de las circunstancias del caso o negocio jurídico concreto de
que se trate”22, pero además, se requiere que la utilidad privada pro-
viniese de una actividad lícita y no de actividades prohibidas “aun-
que hubiesen éstas (sic) constituido su modus vivendi, por ejemplo: el
contrabando, la explotación de juegos prohibidos, etcétera”23.
El lucro cesante derivado del daño material comprende el bene-
ficio que la víctima obtenía del bien afectado o dañado, por lo que
“se indemniza el período en el cual el bien se encontró inmovilizado
para ser reparado o reemplazado, pues se entiende que una vez su-
cedidos uno de estos dos eventos, el daño en su modalidad de lucro
cesante desaparece”24, aunque también es posible que se busque
la indemnización del período comprendido desde la reparación o
reemplazo, hasta la liquidación o pago del perjuicio, lo cual se hará
por medio de una tasa de interés.
Frente al lucro cesante derivado del daño corporal, debe tenerse
en cuenta que “la incapacidad se valora en cada caso concreto. No
es lo mismo una pérdida de la movilidad de una pierna para una
telefonista que para quien practica un deporte aeróbico”25, lo cual
significa que debe considerarse, en cada caso concreto, la actividad
que desarrollaba la víctima.

21
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 839.
22
Trigo Represas & López Mesa, 2006, tomo V, p. 77.
23
Trigo Represas & López Mesa, 2006, tomo V, p. 226.
24
Yepes Retrepo & Villada Arenas, 2004, p. 114.
25
Yepes Retrepo & Villada Arenas, 2004, p. 115.

[ 21 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Dichas ganancias constituyen el núcleo central de la indemni-


zación que nos ocupa, aunque –bueno es puntualizarlo–, no se
cristalizan necesariamente en lo que la víctima obtenía al día
del delito [entiéndase daño]; sino que pueden variar en sentido
creciente o decreciente, según cuáles (sic) fueren sus condiciones
personales y el estado intelectual o físico en que debía la víctima
desenvolverlas, durante el tiempo que duró o durare la incapaci-
dad para el trabajo y en cuyo lapso dejó o debió dejar de percibir
las ganancias esperadas26.

Ahora, es probable que pese a la pérdida de capacidad laboral,


la víctima continúe percibiendo sus ingresos, caso en el cual la in-
demnización no se deberá a título de lucro cesante, sino a título
de perjuicios fisiológicos27. Esta misma situación puede predicarse
frente a eventos en los cuales la víctima, al momento de los hechos
dañosos, no contaba con una fuente de ingresos.
De otro lado, se debe diferenciar si la víctima directa sobrevi-
vió al evento dañoso, o si, por el contrario, falleció. Si la víctima
directa no falleció, es ella la única que puede reclamar la indem-
nización por concepto de lucro cesante28. Por el contrario, si murió,
se deberá señalar la causa del deceso. Si falleció por causa ajena al
daño, el responsable no deberá indemnizar los perjuicios derivados
de la muerte, pero sí los causados hasta la muerte. Si falleció como

26
Trigo Represas & López Mesa, 2006, tomo V, p. 227.
27
Trigo Represas & López Mesa, 2006, quienes plasman que “la indemniza-
ción no será de la incapacidad laboral, porque no se han visto menguados
los ingresos ni la capacidad de generarlos por parte de la víctima. El daño
aquí será un daño fisiológico, es decir, lo resarcible es la privación de la po-
sibilidad de que la víctima continúe llevando adelante una vida normal”,
tomo V, p. 233.
28
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su
Indemnización, 1999, quien plantea: “en este caso, solo el directamente
perjudicado tiene derecho a reclamar indemnización del lucro cesante ge-
nerado por su incapacidad, pues si pudieran hacerlo también los terceros,
el responsable se vería abocado a una nueva demanda por parte del propio
lesionado. El pago hecho a los familiares no podría ser propuesto como
excepción por el demandado, ya que el lesionado podría alegar que era él
quien estaba devengando el ingreso, el cual, una vez recibido, bien podría
utilizarlo como mejor le pareciera, y que sus parientes tendrían mecanis-
mos legales para exigirle el cumplimiento de sus obligaciones alimenta-
rias para con ellos”, p. 516.

[ 22 ]
1. Perjuicios patrimoniales

consecuencia del daño, las víctimas indirectas podrán reclamar el


lucro cesante, el cual “estará constituido por el derecho a recibir lo
que dejará de aportar el fallecido, no es suficiente que se demues-
tre la capacidad productiva del causante, es necesario que se de el
daño por la privación del beneficio que se recibía, no en calidad de
heredero, sino en calidad de perjudicado o beneficiario al no seguir
recibiendo el mismo”29. Asimismo, se debe diferenciar el momento
del fallecimiento. Si es instantáneo, se ha entendido que la víctima
directa no sufre lucro cesante, y serán las víctimas indirectas quie-
nes, en ejercicio de la acción personal, accedan a la indemnización
de sus propios perjuicios30; ahora, si la víctima directa sobrevive
por un lapso, y fallece sin haber reclamado la indemnización, serán
sus herederos quienes, en ejercicio de la acción hereditaria, cobren
los perjuicios sufridos en vida por la víctima directa, y, además,
mediante la acción personal, cobrarán sus propios perjuicios en ca-
lidad de víctimas indirectas.
En este punto debe aclararse que en caso de fallecimiento de la
víctima directa, lo que se indemniza no es la pérdida de la vida en
sí misma, sino los perjuicios sufridos por las víctimas indirectas
como consecuencia del fallecimiento de la víctima directa; es decir,
se indemniza a todas las personas que dependían del occiso o se
beneficiaban con sus ingresos, y de esta forma se genera “la ficción
según la cual, desde el punto de vista económico, no se produjo el

29
Gil Botero, 2010, p. 178. Téngase en cuenta, además, que si la víctima fallece
no como consecuencia del hecho dañoso que se está investigando sino por una causa
ajena, la indemnización por lucro cesante sólo se deberá hasta su fallecimiento: “si la
muerte de la víctima incapacitada se debe a fuerza mayor o caso fortuito,
los herederos que suceden al demandante inicial sólo podrán cobrar el
lucro cesante que se genere entre el momento en que surja la incapacidad
y aquel en que se produzca el fallecimiento. En este caso el causante de la
incapacidad nada tiene que ver con el deceso del incapacitado y, antes bien,
por esas situaciones del azar, la muerte del lesionado le favorecerá al dismi-
nuir notoriamente la duración del perjuicio”. Cfr. Tamayo Jaramillo, De la
Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su Indemnización, 1999, p. 272.
30
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007. Expone el au-
tor que “tratándose de muerte instantánea, la víctima directa no sufre
perjuicios por lucro cesante”, tomo II, p. 989.

[ 23 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

fallecimiento. Es la vuelta de las cosas al status quo ante”31, lo cual


implica dejar a las víctimas, en la medida de lo posible, en el estado
o en la situación en que se encontraban antes de la ocurrencia del
daño.
Al igual que el daño emergente, el lucro cesante puede, al mismo
tiempo, revestir dos modalidades: consolidado y futuro, en donde
el lucro cesante consolidado “corresponde a la cantidad de dinero
dejada de percibir por la víctima o por el reclamante desde el mo-
mento en que se produjo el daño, hasta el momento en que se efec-
túa la liquidación”32, mientras que el lucro cesante futuro “es aquel
que estima el juez que se habrá de producir, con probabilidad –y no
como mera conjetura–, en el patrimonio del damnificado con poste-
rioridad a la sentencia liquidataria de los daños. Se trata de lucro
cesante futuro con relación a esa sentencia”33.
Para poder analizar a cabalidad el lucro cesante, se hace
necesario reconocer la presencia de varios elementos que lo
configuran:

- Duración: Este ítem responde a la pregunta ¿Por cuánto tiem-


po se privó de la utilidad? Frente a un daño material el plan-
teamiento es: ¿Cuánto tiempo se demoró la reparación o el
reemplazo del bien? Tratándose de un daño corporal, respon-
dería al interrogante: ¿Por cuánto tiempo estuvo incapacita-
do?34 Eventualmente será necesario establecer la edad de las
personas y recurrir a las tablas de vida probable, lo cual ocu-
rrirá, básicamente, cuando la incapacidad sea definitiva o en
caso de fallecimiento de la víctima directa, en donde además,

31
Henao, 1998, p. 285.
32
Isaza Posse, 2011, p. 37. Asimismo, Javier Tamayo Jaramillo, en su texto
Tratado de Responsabilidad Civil, expone que “es mucho más fácil estable-
cer el lucro cesante pasado, pues el juez ya tiene conocimiento del período
durante el cual se ha generado el daño. No ocurre lo mismo en relación con
el lucro cesante futuro, pues siempre dejará un margen de incertidumbre
que debe ser llenado por el juez acudiendo para ello al sentido común, los
indicios y a la equidad”, tomo II, p. 842.
33
Zannoni, 2005, p. 338.
34
Isaza Posse, 2011, p. 30.

[ 24 ]
1. Perjuicios patrimoniales

la vida probable de una persona, dependerá de la edad de la


víctima y de su género35.
Debe indicarse que el lucro cesante comprende dos períodos:
“de un lado, el tiempo transcurrido entre el día de la ocurren-
cia del daño y aquel en que el bien haya sido o debido ser
reparado o reemplazado. Del otro, el período durante el cual
la víctima se vio privada de la utilidad que le hubiera pro-
ducido el dinero que invirtió en la reparación o reemplazo si
esa suma hubiera sido colocada a un interés corriente”36, aun-
que, se aclara, pese a que se haya predicado con ocasión del
lucro cesante que se deriva de un daño material, también es
procedente frente a aquel perjuicio que se deriva de un daño
corporal. Ahora, el primero es propiamente el lucro cesante
derivado de la afectación al bien, mientras que el segundo es
una simple consecuencia de la privación de los medios con los
cuales se reparó o reemplazó el bien dañado. Se itera, este
perjuicio a que se ha hecho alusión es procedente frente a lu-
cros cesantes que cesaron con anterioridad al momento de la
liquidación o del fallo, razón por la cual, sobre ese valor total,
es procedente fijar un interés puro o lucrativo, a título de lucro
cesante.
Cuando el lucro cesante se originó como consecuencia de un
daño corporal, el parámetro de duración será la duración de la
incapacidad, si la víctima directa sobrevivió; la duración efec-
tiva del perjuicio, cuando la víctima directa fallece por conse-
cuencia ajena o diversa al daño corporal; o la vida probable,
cuando ha fallecido como consecuencia del daño. Ahora, frente
a la incapacidad, debe resaltarse que si la víctima se niega
deliberadamente a recibir tratamiento o atención médica, será
de su exclusivo resorte el lucro cesante “pues no es razonable
su negativa a la intervención quirúrgica”37. Se insiste, si para

35
Isaza Posse, 2011, p.31. Ver también Tamayo Jaramillo, Tratado de Res-
ponsabilidad Civil, 2007, que plantea “es preciso distinguir entre los de-
mandantes que mientras vivieran habrían requerido de los auxilios de la
víctima y los que solo los habrían necesitado durante cierto período de su
vida”, tomo II, p. 1010.
36
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 843.
37
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 899.

[ 25 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

la afección corporal sufrida por la víctima existe un tratamien-


to médico y ésta se niega a recibirlo, el lucro cesante no se
le imputará al responsable, y será la víctima quien corra y
asuma sus consecuencias, a menos que el mismo entrañe un
riesgo para su salud o vida.
- Ingresos: Consiste en la utilidad o beneficio que reportaba el
bien o la actividad lucrativa desarrollada por la víctima.
Dentro de esta clase de perjuicio “no ha sido aceptado para
ningún efecto, la indemnización de las meras expectativas
económicas o ganancias dudosas-especulativas (v.gr. los in-
gresos que habría recibido el menor fallecido cuando luego de
varios años de estudio, que seguramente realizaría de acuerdo
con los planes de sus padres, sería un prestigioso médico ci-
rujano)”38, toda vez que el concepto lucro cesante “correspon-
de, entonces, a la ganancia frustrada, a todo bien económico
que, si los acontecimientos hubieran seguido su curso normal,
habría ingresado ya o lo haría en el futuro, al patrimonio de
la víctima”39. Es suficiente con la acreditación del ejercicio de
una actividad lucrativa de carácter lícito, toda vez que si no se
demuestra el nivel de ingresos, se acude al decreto oficioso de
pruebas o al salario mínimo legal mensual vigente, el último
empleo, lo devengado por una persona en un cargo similar,
entre otros40.
Asimismo, debe resaltarse que hay autores de la talla de Ja-
vier Tamayo Jaramillo, que consideran que “la existencia de
un ingreso al momento del hecho lesivo solo sirve para cuan-
tificar el perjuicio, pero es intrascendente en cuanto a la de-
mostración de la existencia del mismo”41, lo cual implica que,

38
Ariza Vesga, 2005, p. 59.
39
Sentencia del 4 de diciembre de 2006 de la Sección Tercera de la Sala de
lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, Consejero Ponente:
Mauricio Fajardo Gómez, citada en Isaza Posse, 2011, p. 28.
40
Gil Botero, 2010, p. 178.
41
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 369.

[ 26 ]
1. Perjuicios patrimoniales

aunque la víctima, al momento del hecho dañoso, no tenga


una fuente de ingresos, deberá ser indemnizada por concep-
to de lucro cesante42, toda vez que “el salario devengado por
la víctima al momento de ocurrir su daño solo constituye un
factor, útil mas no indispensable, para la cuantificación del
monto indemnizable”43.
De otro lado, téngase en cuenta que la Sala de Casación Civil
de la Corte Suprema de Justicia ha considerado que aunque
no se logre probar la cuantía de los ingresos, la indemnización
por lucro cesante debe ser reconocida, atendiendo que, en esos
eventos, debe el juez decretar pruebas de oficio o acudir al sa-
lario mínimo legal mensual vigente
en aquellos casos en los que, a raíz de las peculiaridades
propias que éste ofrece, se carece de la prueba directa que
permita establecer, sin mayores tropiezos, la respectiva re-
muneración pecuniaria –por ejemplo, cuando se tiene certe-
za de que la víctima ejercía actividades lícitas lucrativas, no
en desarrollo de una relación laboral o de una contratación
semejante, sino de una gestión independiente–, como lo ha
dicho la Corte, se tornaría inviable sostener, a rajatabla, que
la víctima ‘no las hubiera realizado, o que no se causó o per-
cibió la respectiva contraprestación’; es claro ‘que resultaría
abiertamente contrario a la equidad que –por las resaltadas
dificultades de tipo probatorio– se negara a los afectados la
indemnización a que ciertamente tienen derecho de conformi-
dad con las normas que regulan el tema, contenidas, princi-
palmente, en los artículos 1613, 2341, 2343 y 2356 del Código
Civil’; desde luego que ‘hay casos en que sería injusto no con-
cretar el valor de la indemnización so pretexto de que a pesar
de estar demostrada la existencia del daño, su cuantificación
no ha sido posible, pues, ante esta circunstancia, el juez […]
ha de acceder a criterios de equidad que le impiden soslayar
los derechos de las víctimas’44.

42
Sobre este punto ya nos referimos con anterioridad.
43
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 913.
44
Cfr. Sentencia de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Jus-
ticia del 6 de agosto de 2009, Magistrado Ponente: César Julio Valencia
Copete, expediente 11001-31-03-011-1994-01268-01.

[ 27 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Igualmente, se resalta el hecho de que, si los ingresos provie-


nen de una relación laboral, se deberán incrementar en un
porcentaje equivalente al veinticinco por ciento (25%) del mis-
mo, el cual corresponde a las prestaciones sociales45.
Asimismo, en caso de fallecimiento de la víctima directa, del
valor hallado hasta el momento, es necesario descontar el va-
lor que ésta dedicaba a su propia manutención o sostenimien-
to46, el cual, de no establecerse en un valor diferente, se ha
calculado en un veinticinco por ciento (25%)47.
- Pérdida de capacidad laboral: Consiste, propiamente, en la
afectación de la víctima, a raíz de su lesión, para el normal
ejercicio o desarrollo de sus actividades diarias. Esta pérdida
de capacidad laboral debe ser analizada en concreto frente a la
situación particular de la víctima48.
Debe aclarase que este elemento sólo se predica del lucro ce-
sante derivado de un daño corporal. Ahora, frente a su impor-
tancia, debe resaltarse que la doctrina lo señalaba como sufi-

45
Isaza Posse, 2011, p. 34. Resalta la autora que dicho rubro sólo se incre-
menta en caso de existir relación laboral de la víctima, pero en caso con-
trario no será adecuada su adición: “en los casos en que la víctima no tenga
la condición de asalariado, se deben tomar los ingresos sin incluir el factor
prestacional como un elemento adicional”, p. 37.
46
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, quien expone
que “es lógico suponer que haya una serie de gastos personales en los que
la víctima misma invierte parte de lo que devenga, razón por la cual tales
sumas deberán ser tenidas en cuenta al momento de fijar el contenido del
daño”, tomo II, p. 1005.
47
Isaza Posse, 2011, p. 34 y 35.
48
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007. Plantea el
autor que “ocurre a veces que la víctima, pese a sufrir solo un mínimo
grado de incapacidad fisiológica, pierde, sin embargo, toda posibilidad de
desempeñarse laboralmente dentro de su profesión […] Por el contrario,
puede suceder que una incapacidad más o menos grave no tenga inciden-
cia alguna en el desempeño profesional de la víctima […] Para obviar se-
mejante dificultad, en principio autores y tribunales han aceptado la solu-
ción consistente en considerar las reales repercusiones patrimoniales que
en cada caso concreto haya tenido la incapacidad total o parcial sufrida
por el lesionados [sic]” (lo expresado en corchetes no hace parte del texto
original), tomo II, p. 921 y 922.

[ 28 ]
1. Perjuicios patrimoniales

ciente para la configuración de un lucro cesante, toda vez que


no requieren del ejercicio de una actividad lucrativa49: “hay
lugar a indemnización por lucro cesante laboral por el solo he-
cho de la pérdida de la capacidad fisiológica o psicológica de
la víctima, independientemente de que ésta hubiese efectiva-
mente perdido ingresos con motivo de la incapacidad”50.
Ahora, si la víctima directa fallece, la pérdida de capacidad
laboral equivaldrá al ciento por ciento (100%).
De otro lado, debemos preguntarnos: ¿qué hacer cuando la
pérdida de capacidad laboral es igual o superior al cincuen-
ta por ciento (50%)? ¿La liquidación de la indemnización de
perjuicios deberá realizarse con base en la efectiva pérdida de
capacidad laboral de la víctima directa o con base en el ciento
por ciento (100%), atendiendo su nueva situación de invalidez,
de conformidad con las normas de seguridad social? Frente a
este punto, y en aras de una verdadera indemnización inte-
gral, la pérdida de capacidad laboral que debe ser tenida en
cuenta es del ciento por ciento (100%).

1.3 Pérdida de Oportunidad


La pérdida de oportunidad consiste en la “pérdida de la posibi-
lidad de un beneficio probable futuro, integrante de la facultad de
actuar del sujeto en cuyo favor de la esperanza existe. Privarlo de
esa esperanza conlleva un daño aun cuando pueda ser dificultoso
estimar la medida de ese daño, porque lo perdido, lo frustrado, en
realidad es la chance y no el beneficio esperando [sic] como tal”51.

49
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 913,
quien, al referirse a la ausencia de ingresos por parte de la víctima esta-
blece que “en tales circunstancias hay lugar a la indemnización del lucro
cesante, pues éste se halla representado en la pérdida de la capacidad
productiva, lo que a la larga le suprimirá a la víctima la facultad potencial
de obtener un ingreso futuro. En resumen, la existencia de lucro cesan-
te proveniente de lesiones o muerte de una persona se demuestra con la
prueba de la pérdida de capacidad productiva”, tomo II, p. 802.
50
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 913.
51
Trigo Represas & López Mesa, 2006. Lo expresado en corchetes no hace
parte del texto original, tomo V, p. 84.

[ 29 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Cuando estamos en presencia de una pérdida de oportunidad, la


víctima sólo contaba con la esperanza o de obtener un beneficio o
de evitar un perjuicio, pero sólo eso; es decir, la víctima debe estar
reducida a una situación de posibilidad u oportunidad, toda vez que
si la víctima tenía más que una esperanza, si hay certeza acerca de
la causación del perjuicio, el perjuicio causado no será pérdida de
oportunidad sino propiamente la situación final presentada: daño
emergente o lucro cesante. Por el contrario, si la víctima no tenía
ni siquiera la más mínima posibilidad, no habrá ningún perjuicio
para indemnizar, toda vez que el perjuicio es hipotético o eventual,
lo que implica que sólo existe en cabeza de la víctima, pero no hay
certeza de su ocurrencia.
En ese orden de ideas, la pérdida de oportunidad o pérdida de
chance alude a todos aquellos eventos en los cuales una persona
se encontraba en situación de poder conseguir un provecho, de ob-
tener una ganancia o beneficio o de evitar una pérdida, pero ello
fue definitivamente impedido por el hecho de otro sujeto, aconte-
cer o conducta que genera, por consiguiente, la incertidumbre de
saber si el efecto beneficioso se habría producido o no, pero que al
mismo tiempo da lugar a la certeza consistente en que se ha cer-
cenado de modo irreversible una expectativa o una probabilidad
de ventaja patrimonial; dicha oportunidad perdida constituía, en
sí misma, un interés jurídico que si bien no cabría catalogar como
un auténtico derecho subjetivo, sin duda facultaba a quien lo ha
visto salir de su patrimonio –material o inmaterial– para actuar
en procura de esperar el acaecimiento del resultado que deseaba,
razón por la cual la antijurídica frustración de esa probabilidad
debe generar para el afectado el derecho a alcanzar el correspon-
diente resarcimiento52.

En otras palabras, la pérdida de oportunidad es indemnizable


“cuando implica una probabilidad suficiente de beneficio económico
que resulta frustrado por el responsable, pudiendo valorársela en
sí misma aun con prescindencia del resultado final incierto, en su
intrínseco valor económico de probabilidad”53.

52
Cfr. Sentencia del 21 de marzo de 2012 de la Subsección A de la Sección
Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Esta-
do, Consejero Ponente: Mauricio Fajardo Gómez, radicación 54001-2331-
000-1997-02919-01.
53
Trigo Represas & López Mesa, 2006, tomo V, p. 88.

[ 30 ]
1. Perjuicios patrimoniales

La pérdida de oportunidad debe ser incierta en cuanto a la situa-


ción final esperada o que se pretendía evitar, pero absolutamente
cierta en cuanto a que se truncó la posibilidad, “es así que la pér-
dida de la chance es resarcible cuando importa una ‘probabilidad
suficiente’ de obtener un beneficio económico que resulta frustrado
por culpa ajena, no siendo indemnizable si representa una posibi-
lidad general y vaga”54, toda vez que el perjuicio sería meramente
hipotético.
La pérdida de oportunidad constituye, entonces, una particular
modalidad de daño caracterizada porque en ella coexisten un ele-
mento de certeza y otro de incertidumbre: la certeza de que en
caso de no haber mediado el hecho dañino el damnificado habría
conservado la esperanza de obtener en el futuro una ganancia
o de evitar una pérdida para su patrimonio y la incertidumbre,
definitiva ya, en torno de si habiéndose mantenido la situación
fáctica y/o jurídica que constituía presupuesto de la oportunidad,
realmente la ganancia se habría obtenido o la pérdida se hubiere
evitado55.

Al momento de indemnizarse este perjuicio, no se puede perder


de vista que lo indemnizable no es la situación final esperada (la
obtención del beneficio o la evitación del perjuicio) sino la mera pér-
dida de la oportunidad, “la oportunidad difuminada como resultado
del hecho dañoso no equivale a la pérdida de lo que estaba en juego,
sino a la frustración de las probabilidades que se tenían de alcanzar
el resultado anhelado, probabilidades que resultan sustantivas en
sí mismas y, por contera, representativas de un valor económico

54
Trigo Represas & López Mesa, 2006, tomo V, p. 92, quienes, además, con-
sideran que “para que una chance sea resarcible debe haberse tratado de
una chance probable de efectivizarse”, p. 101. De otro lado, Cfr. Sentencia
del 21 de marzo de 2012 de la Subsección A de la Sección Tercera de la
Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, Conseje-
ro Ponente: Mauricio Fajardo Gómez, radicación 54001-2331-000-1997-
02919-01.
55
Cfr. Sentencia del 21 de marzo de 2012 de la Subsección A de la Sección
Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Esta-
do, Consejero Ponente: Mauricio Fajardo Gómez, radicación 54001-2331-
000-1997-02919-01.

[ 31 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

incuestionable”56; es decir, la pérdida de oportunidad configura un


perjuicio totalmente autónomo de la situación benéfica esperada o
del perjuicio que se pretendía evitar.

56
Cfr. Sentencia del 21 de marzo de 2012 de la Subsección A de la Sección
Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Esta-
do, Consejero Ponente: Mauricio Fajardo Gómez, radicación 54001-2331-
000-1997-02919-01.

[ 32 ]
2. Deuda de valor, deuda de dinero

2. Deuda de valor, deuda de dinero

S ea lo primero indicar que “en las obligaciones dinerarias, como


su nombre lo indica, el deudor se obliga a pagar un determinado
número de unidades monetarias, en tanto que en las de valor debe
pagar una prestación específica diferente de dinero, pero que, final-
mente, se puede traducir en el pago de una cantidad monetaria”57.
Todo asunto de responsabilidad civil, en el fondo, consiste en
una obligación en la cual el responsable es el deudor, la víctima
el acreedor, y el objeto es la indemnización, la cual no consiste, en
principio, en una suma de dinero sino en un valor, pese a que, co-
múnmente, está destinada a ser pagada en dinero58.
El valor viene medido por su finalidad, que consiste en que el
deudor repare a la víctima. El objeto es tratar de dejar a la víctima
en la situación más cercana posible a la que se encontraba antes de
sufrir el daño, aunque, en la mayoría de los casos, se logre pagando
una suma de dinero. Ahora, será sólo con la sentencia definitiva, el

57
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 701.
58
Cfr. Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, quien en-
tiende que todo supuesto de responsabilidad desencadena una deuda de
valor: “la obligación de indemnizar, derivada de la responsabilidad civil
extracontractual, engendra siempre una deuda de valor”, y además “tam-
bién se considera deuda de valor la indemnización de perjuicios que debe
pagar el deudor contractual como consecuencia de su incumplimiento tar-
dío o defectuoso, así se trate de obligaciones dinerarias”, tomo II, p. 703.

[ 33 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

acuerdo conciliatorio o la transacción, que la obligación pase de ser


una deuda de valor a una deuda de dinero.
En materia contractual, la obligación originaria puede ser de
dinero o de valor, aunque, tratándose de obligaciones de valor, es
posible, en ocasiones, que la reparación se logre a través de hechos
que sitúan a la víctima en la situación previa al daño, es decir,
siendo una obligación de valor, la reparación se efectúa a través de
una obligación de valor, y esto se logra, precisamente, a través de
la reparación in natura59.
El concepto de deuda de valor fue creado para hacerle frente a
la pérdida de valor adquisitivo de la moneda desde el día que se
causa el daño hasta el día del pago final60. Debe tenerse en cuenta
que el responsable no debe dinero sino que el responsable debe un
valor que viene medido o definido por la palabra reparar, por ello,
la deuda de valor debe convertirse a dinero, a valores monetarios
del día de la sentencia y no a valores monetarios del día del daño. El
concepto deuda de valor se inventó para que fuera el responsable,
y no la víctima, quien corriera con las consecuencias de la pérdida
del valor adquisitivo de la moneda. La sentencia es la que liquida el

59
Por reparación in natura se entiende aquella que busca reparar el per-
juicio mediante actuaciones tendientes a dejar a la víctima en idénticas
condiciones a las que se encontraba antes de la ocurrencia del daño. Cfr.
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, quien plantea
que “la reparación puede ser con dinero o, a falta de éste, tratando de
dejar a la víctima en las mismas condiciones de hecho que tenía antes
de ocurrrir el daño. En este último caso, se podrá suprimir la situación
ilícita, reparar el objeto dañado o reemplazarlo por uno de igual calidad”,
y además, que “la forma más perfecta de reparar el perjuicio consite en
dejar a la víctima en las mismas condiciones en que se encontraba antes
de ocurrir el hecho dañoso”, tomo II, p. 676.
60
“La admisión de las deudas de valor en la jurisprudencia se remontan a
una sentencia del Tribunal del Reich alemán de 1921 donde se dispuso que
era necesario que se evaluara el perjuicio sufrido no al momento del hecho,
sino al momento de pronunciarse la sentencia, para evitar la depreciación
monetaria”. Lee todo en: Deuda de valor | La guía de Derecho http://de-
recho.laguia2000.com/parte-general/deuda-de-valor, recuperada el 19 de
octubre de 2013.

[ 34 ]
2. Deuda de valor, deuda de dinero

daño y se hará con valores de ese día, aunque se ordene continuar


indexando, lo cual tendrá como base el monto de la sentencia61.
Debe aclararse, además, que cuando es la víctima quien repara
su propio perjuicio, haciendo una inversión de dinero, a partir de
ese momento se tiene como deuda de dinero, y debe pagarse lo que
ella pagó actualizado monetariamente, aunque surge un perjuicio
adicional: lucro cesante por el dinero que tuvo que invertir para
reparar el perjuicio, tal y como se ha indicado con antelación.
Se itera, “cuando, a consecuencia de un hecho ilícito, la víctima
pierde una suma de dinero (por ejemplo lucro cesante por incapaci-
dad laboral), la deuda es de valor y no dineraria, pues el responsa-
ble no tiene la obligación de pagar idéntica suma de dinero, sino la
de poner a la víctima en las mismas condiciones económicas en que
se hallaba al momento de ocurrir el daño”62.
Ahora, tal y como se indicó, el momento en el cual la deuda de
valor se convierte en deuda de dinero es cuando se efectúa la corres-
pondiente liquidación de perjuicios63, lo cual se puede presentar en
diversos momentos:

- Conciliación o transacción, en donde son las mismas partes


quienes regulan la obligación indemnizatoria y determinan
las condiciones de pago.

61
“Las obligaciones de valor no están sujetas a la depreciación de la moneda,
como sí ocurre con las obligaciones en dinero. Esto es así pues en las deudas
de valor dicho monto en dinero se fija al momento del efectivo pago”. Lee
todo en: Deuda de valor | La guía de Derecho http://derecho.laguia2000.
com/parte-general/deuda-de-valor, recuperada el 19 de octubre de 2013.
62
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 702.
63
“Las obligaciones de dar sumas de dinero se rigen por el principio nomi-
nalista receptado en el art. 619 del Código Civil (C.C.), según el cual el
deudor cumple su obligación entregando al acreedor la cantidad de signos
monetarios correspondientes al valor numérico establecido en la obliga-
ción, con prescindencia absoluta de las alteraciones del poder adquisitivo
de la moneda. En cambio, en las obligaciones de valor la entidad del cré-
dito se cuantifica al tiempo del pago, mediante un proceso de valuación
que consiste en traducir en dinero la magnitud económica de aquel valor”.
Se aclara que la norma referenciada obedece al Código Civil Argentino.
Tomado de http://www.cartapacio.edu.ar/ojs/index.php/ctp/article/viewFi-
le/62/60, recuperado el 19 de octubre de 2013.

[ 35 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

- Sentencia judicial. Debe aclararse que la sentencia que se tie-


ne en cuenta es la sentencia definitiva, lo cual dependerá de
la instancia de que se trate, e, incluso, de la sentencia sus-
titutiva que se dicta en marco del recurso extraordinario de
casación.

Dicho esto, debe tenerse en cuenta que desde el momento en


el cual se causa el daño, hasta el momento del pago, transcurre
un lapso de tiempo durante el cual se pueden presentar diversas
situaciones:

- Transformación del daño, el cual empieza siendo futuro, luego


se transforma en consolidado, consolidado y futuro, e inclu-
so, con el paso del tiempo, el perjuicio que pudo ser futuro se
convierte en pasado o consolidado. El parámetro para definir
cuáles perjuicios son consolidados y cuáles son futuros es la
sentencia, la conciliación o transacción.
- Variación intrínseca del perjuicio: El perjuicio mismo puede
agravarse o disminuir. Esta situación deberá ser tenida en
cuenta por el juez al momento de fallar64, siempre que proven-
ga o sea consecuencia de la conducta del presunto responsa-
ble65, y que no se vulneren instituciones procesales, tales como
la congruencia y el derecho de contradicción o de defensa.
En estos eventos, para que la indemnización sea completa,
se deben tener en cuenta las condiciones particulares en que
se halla el damnificado y la magnitud del daño resarcible tal
como se encuentre al momento de dictar sentencia y no sim-
plemente en la fecha en que se produjo el menoscabo, toda
vez que es factible que entre uno y otro instante la materia-
lización del perjuicio sufra alguna variación o que sus efectos
se extiendan en el tiempo66.

64
Rodríguez, 1983, citado en Duque Gómez, 2001, p. 502.
65
Yepes Retrepo & Villada Arenas, 2004, p. 126.
66
Cfr. Sentencia de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Jus-
ticia del 18 de diciembre de 2012, Magistrado Ponente: Ariel Salazar Ra-
mírez, expediente 05266-3103-001-2004-00172-01.

[ 36 ]
2. Deuda de valor, deuda de dinero

- Variación del valor monetario con el que se cuantifica el daño.


Este punto no tiene relación con el daño mismo en su entidad,
tiene que ver, exclusivamente, con la pérdida del valor adqui-
sitivo de la moneda, lo cual no constituye ni configura un daño
adicional67 y es corregido mediante la indexación, toda vez que
ésta “solo tiene como finalidad permitirle a la víctima obtener
la reparación del daño que sufrió y no la de indemnizar un
daño diferente de este”68.

67
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p, 707.
68
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 708.

[ 37 ]
3. Elementos comunes a toda clase de liquidación de perjuicios...

3. Elementos comunes a toda clase


de liquidación de perjuicios patrimoniales

L a indemnización de perjuicios debe comprender todos los perjui-


cios sufridos por la víctima, pero “no ha de ir más allá, no se ha de
traducir en un beneficio para el perjudicado, no ha de percibir más
de lo que perdiere como consecuencia del daño, o por la privación de
los frutos dejados de percibir”69, lo que en última instancia significa
que la indemnización debe ser integral, pero nunca debe ser una
fuente de enriquecimiento para las víctimas70, toda vez que “la in-
demnización de daños tiene por objeto reponer –en la medida de lo
posible– las cosas a su estado anterior, sin convertirse en fuente de
lucro para el damnificado y correlativamente en un factor de expo-
liación para el dañador, lo cual ocurre cuando éste se ve compelido
a indemnizar un daño total o parcialmente inexistente”71.

69
Borrel Macia, 1958, citado en Duque Gómez, 2001, p. 177.
70
De Cupis, Adriano. El Daño, Teoría General de la Responsabilidad Civil.
Bosch S. A., Barcelona, 1996, p. 753, citado por Ariza Vesga, 2005, p. 59.
Véase también Gil Botero, 2010, p. 133, quien entiende que la reparación
integral es un principio de vieja data en la responsabilidad, y además, hace
alusión al aforismo “se debe indemnizar el daño causado, todo el daño cau-
sado y nada más que el daño causado”. Debe aclararse, igualmente, que,
atendiendo los planteamientos de Javier Tamayo Jaramillo, en ciertos
eventos la indemnización de perjuicios se puede llevar a cabo a través de
una restauración, la entrega de un objeto de las mismas cualidades, entre
otros. Cfr. Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjui-
cios y su Indemnización, 1999, p. 263.
71
Trigo Represas & López Mesa, 2006, tomo V, p. 73.

[ 39 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Así, dentro de los procesos de Responsabilidad Civil, el concepto


de reparación se encuentra circunscrito al resarcimiento del daño
cierto y efectivamente causado a la víctima, bien sea pasado, pre-
sente o futuro, lo cual adquiere una trascendencia especial tra-
tándose de la tasación de los perjuicios de orden patrimonial. La
regla general indica que la condena por el daño material causado,
conformado por el daño emergente y el lucro cesante, procede en
la medida en que se haya acreditado dentro del proceso, prue-
ba o pruebas fehacientes sobre la existencia de los mismos y su
cuantía72.

Entonces, “quien reclama la indemnización debe probar feha-


cientemente su existencia”73, además de su cuantía74, aunque, de
conformidad con la sentencia75 del 5 de octubre de 2004 de la Sala
de Casación Civil de la Corte de Suprema de Justicia, expediente
6975, se ha contemplado, en ocasiones, “la utilización del principio
de equidad por parte de los jueces para la valoración de los daños
materiales irrogados, cuando quiera que se encuentre plenamente
acreditada la existencia del daño, pero su cuantificación exacta no
haya sido posible dentro del trámite procesal”76.

72
Ariza Vesga, 2005, p. 59.
73
Trigo Represas & López Mesa, 2006, tomo V, p. 78.
74
Gil Botero, 2010, p. 133. Considera el autor que “una cosa es la existencia
del daño y otra es la cuantificación del perjuicio”. En ese mismo sentido,
ver Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, quien indi-
ca que “la víctima debe demostrar que el demandado le produjo un daño.
Esa prueba se descompone en dos instancias: demostración de la existen-
cia del daño y demostración de su cuantía”, tomo II, p. 800.
75
Citada por Ariza Vesga, 2005, p. 55.
76
Ariza Vesga, 2005, p. 55, aunque el autor aclara que el uso de dicho prin-
cipio no se puede constituir en una fuente de enriquecimiento para la
víctima. Ver también Gil Botero, 2010, p. 149; Tamayo Jaramillo, De la
Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su Indemnización, 1999, p. 385;
y artículo 16 de la Ley 446 de 1998, el cual expresamente reza “Dentro de
cualquier proceso que se surta ante la Administración de Justicia, la valo-
ración de daños irrogados a las personas y a las cosas, atenderá los prin-
cipios de reparación integral y equidad y observará los criterios técnicos
actuariales”. Ver también Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad
Civil, 2007, que expone “el criterio de equidad solo sería aplicable cuando
al juez no le queda duda de la existencia del daño y simplemente tenga
dificultades para determinar su valor”, tomo II, p. 822.

[ 40 ]
3. Elementos comunes a toda clase de liquidación de perjuicios...

Precisamente, debe resaltarse que, “dentro del daño, también su


liquidación es aspecto primordial”77, para lo que se requiere tener
“en cuenta es el interés que el bien dañado o destruido satisfacía en
la esfera patrimonial del damnificado”78, para de esta forma buscar
una verdadera indemnización integral.
De otro lado, se aclara, el éxito de la liquidación de los perjui-
cios patrimoniales dependerá, en gran medida, de la comprensión
y aplicación de los elementos teóricos del daño79, razón por la cual
es necesario precisar el alcance de ciertos elementos que estarán
presentes durante toda la liquidación.

3.1. Tiempo
Consiste en la duración del perjuicio, el cual debe ser expresa-
do en meses. Tratándose de un perjuicio consolidado, atenderá al
tiempo durante el cual se causó el perjuicio; por el contrario, si es-
tamos frente a un perjuicio futuro, equivaldrá al tiempo durante el
cual, o en el cual, se causará la afectación.
Si el perjuicio causado fue un daño emergente consolidado, bien
sea que se derive de un daño corporal o un daño material, se deberá
determinar el momento del desembolso o del gasto para poder esta-
blecer el tiempo. Frente a un daño emergente futuro, el tiempo se
fijará por la pregunta: ¿en cuánto tiempo se hará el desembolso?, lo
cual establecerá la duración.
Si el perjuicio sufrido por la víctima fue un lucro cesante conso-
lidado derivado de un daño material, la fijación del tiempo estará
determinada por la duración de la reparación o el lapso durante el
cual la víctima estuvo privada del bien, si la vía era el reemplazo.
Ahora, según se indicó en lo relativo al lucro cesante, deberá tener-
se en cuenta, además, la fecha en la cual se efectuó la reparación,
para de esa forma poder establecer la duración del lucro cesante
por la privación del medio80. Si lo causado fue un lucro cesante futu-

77
Henao, 1998, p. 283.
78
Zannoni, 2005, p. 92.
79
Henao, 1998, p. 284.
80
En este punto se remite al lector a lo expuesto en relación con la duración
del lucro cesante, en el primer capítulo de esta obra.

[ 41 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

ro, se deberán responder los mismos interrogantes, pero en futuro:


¿cuánto tiempo demorará la reparación o el reemplazo?
Frente a un lucro cesante derivado de un daño material, el tiem-
po de la indemnización debe comprender todo el lapso que haya
durado la inmovilización del bien, o el tiempo que haya tardado la
reposición del bien, aunque debe aclararse, este período será sólo el
necesario para la reparación o el reemplazo del bien: “el lucro ce-
sante por inmovilización del bien dañado solo abarca lo que normal-
mente tarda en el medio local una reparación o reemplazo de las
mismas características”81; es decir, si la víctima decide libremente
retardar la reparación o reemplazo del bien, ese período no estará
comprendido dentro de la indemnización de perjuicios, toda vez que
ésta sólo será por el período que normalmente demora el reemplazo
o la reparación, salvo que dicha decisión se deba a la ausencia de
recursos, toda vez que ese retardo no le es atribuible a la víctima y
no procede por su libre decisión82.
De otro lado, y con relación al lucro cesante consolidado deri-
vado de un daño corporal, se deberá establecer, en primer lugar,
si la víctima directa sobrevivió o falleció. Si sobrevivió, el tiempo
estará determinado por la duración de la incapacidad, a menos
que la víctima se niegue deliberadamente a recibir tratamiento o
atención médica, pues en este caso será de su exclusivo resorte el
lucro cesante “pues no es razonable su negativa a la intervención
quirúrgica”83, salvo que el mismo entrañe un riesgo para su salud o
vida. Si falleció, la duración dependerá de la causa de la muerte: si
el deceso es por causa ajena al daño causado por el responsable, el
tiempo será el lapso durante el cual sobrevivió, es decir, el tiempo
transcurrido desde el daño hasta la muerte. Ahora, si falleció como

81
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 843.
82
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, quien expone
que “en este caso el responsable está obligado a pagar la totalidad del
lucro cesante, puesto que su culpa es la única causa del daño y, por tanto,
el retardo en la reparación no le es imputable a la víctima. En conclusión,
aunque la reparación se hubiera podido efectuar en menos tiempo de ha-
ber existido el dinero suficiente para pagarla, en este caso el causante del
daño debe pagar el lucro cesante que afecte la totalidad del período de
inmovilización del bien”, tomo II, p. 844.
83
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 899.

[ 42 ]
3. Elementos comunes a toda clase de liquidación de perjuicios...

consecuencia del daño causado por el responsable, deberá determi-


narse el momento de la muerte. Si es simultánea al evento dañoso,
las víctimas indirectas cobrarán lucro cesante mediante la acción
personal y será desde el fallecimiento hasta la liquidación, salvo
que alguna de las víctimas indirectas pierda su derecho con antela-
ción, como por ejemplo, por cumplir la mayoría de edad o los vein-
ticinco años84. Ahora, si el fallecimiento es posterior al momento en
el cual se causó el daño, se liquidarán dos lucros cesantes: uno que
cobrarán los herederos de la víctima directa mediante el ejercicio de
la acción hereditaria, que comprenderá desde el momento del daño
hasta la muerte de la víctima directa, y, otro desde la muerte hasta
el momento de la liquidación, a menos que alguna de las víctimas
indirectas pierda su derecho con antelación, tal como se indicó an-
teriormente, que será cobrado por la víctimas indirectas a través de
la acción personal.
Frente al lucro cesante futuro que se origina por un daño corpo-
ral, se debe analizar, nuevamente, si la víctima directa sobrevivió o
falleció. Si sobrevive, el tiempo que se tendrá en cuenta dependerá
de la clase de lesión o secuela: si es transitoria, el tiempo será el
establecido para la recuperación, o, en otras palabras, el tiempo du-
rante el cual estará incapacitada la víctima directa, descontándole
el período ya liquidado por el lucro cesante consolidado. Si la secue-
la es de carácter permanente, el período de la indemnización será
el tiempo de vida probable para una persona del mismo sexo85 y de
la misma edad de la víctima al momento de la liquidación. En este
punto el liquidador tiene la opción de hallar la vida probable a la
fecha del daño, pero deberá descontarle el tiempo ya liquidado por

84
La Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia ha sostenido
que, frente a los hijos, el lucro cesante se percibe hasta que cumplan los
25 años y no hasta la mayoría de edad. Cfr. Sentencias del 9 de julio de
2010, Magistrado Ponente: William Namén Vargas, expediente 11001-
3103-035-1999-02191-01; del 18 de diciembre de 2009, expediente 05001-
3103-010-1998-00529-01, y demás sentencias referenciadas en éstas, tales
como la sentencia de 22 de marzo de 2007, del 18 de octubre de 2001, del 5
de octubre de 2004 y del 30 de junio de 2005.
85
Esta información es importante, toda vez que según las tablas de vida pro-
bable expedida por la Súper Intendencia Financiera, las mujeres tienen
una expectativa de vida mayor a la de los hombres.

[ 43 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

concepto de lucro cesante consolidado. Además, lo expresado hasta


el momento es procedente, salvo que la víctima se niegue delibera-
damente a recibir tratamiento o atención médica, pues en este caso
será de su exclusivo resorte el lucro cesante “pues no es razonable
su negativa a la intervención quirúrgica”86, a menos que el mismo
entrañe un riesgo para su salud o la vida.
Si la víctima directa falleció, en primer lugar se deberá indicar
que si el deceso no es consecuencia del daño, la liquidación como
tal no sufrirá ninguna variación, toda vez que el deceso se presentó
antes de la liquidación y, por lo tanto, no se liquidará este rubro,
atendiendo que no fue causado por el responsable. De otro lado,
puede ocurrir que el deceso se presente luego de liquidada y pagada
la indemnización. En este caso, serán los herederos de la víctima
quienes deberán reembolsarle al responsable lo pagado en exceso87.
Si el fallecimiento es consecuencia del daño, varios puntos deberán
ser tenidos en cuenta.
El punto de partida será hallar la vida probable para una per-
sona del mismo sexo88 y de la misma edad de la víctima directa. El
liquidador podrá optar por una de varias opciones: hallar la vida al
momento del daño, para lo cual deberá descontar todo el tiempo ya
liquidado por concepto de lucro cesante consolidado; hallar la edad
al momento de la muerte, lo que exige descontar el tiempo transcu-
rrido desde el deceso hasta la liquidación, atendiendo que ya se li-
quidó durante el lucro cesante consolidado; y, por último, proyectar
la edad que la víctima directa tendría al momento de la liquidación,
para de esta forma no tener que descontarle ningún período.
En segundo lugar, es necesario “individualizar a cada uno de los
destinatarios de la indemnización”89, para de esta forma no enri-
quecer o empobrecer a ninguna de las víctimas indirectas, es decir,
para evitar que se pague más o menos de lo realmente debido. Debe

86
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 899.
87
Este punto ha generado discusiones, pero, debido a que no es el tema de
estudio, se dejará para una ocasión posterior.
88
Esta información es importante, toda vez que según las tablas de vida pro-
bable expedida por la Súper Intendencia Financiera, las mujeres tienen
una expectativa de vida mayor a la de los hombres.
89
Henao, 1998, p. 295.

[ 44 ]
3. Elementos comunes a toda clase de liquidación de perjuicios...

tenerse en cuenta que en estos casos el tiempo de la indemnización


será la vida probable de las víctimas, o el tiempo que le falte para
cumplir la mayoría de edad o los veinticinco años, según el caso90.
Cuando muere la víctima directa es necesario, además, compa-
rar el tiempo de vida probable del occiso con el tiempo durante el
cual el beneficiario recibiría el apoyo económico del causante. Una
vez se establezcan los valores se debe utilizar el menor valor, toda
vez que la víctima indirecta sólo recibiría el beneficio durante este
lapso91.
Para esta labor se deberá fijar la edad de la víctima directa y de
las víctimas indirectas, para lo que se exige “probar las fechas de
nacimiento y de muerte de la persona que auxiliaba económicamen-
te a sus deudos, así como la fecha de nacimiento de las personas
que recibían la ayuda económica”92, lo cual se logra a través de los
registros civiles de nacimiento y de defunción.
Se insiste, para hallar el tiempo de un perjuicio futuro, o se acu-
de a las tablas de vida probable, o se establece el tiempo durante el
cual el afectado tendrá el derecho, o simplemente será el tiempo en

90
Cfr. Sentencia de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justi-
cia del 9 de julio de 2012, Magistrado Ponente: Ariel Salazar Ramírez, ex-
pediente 11001-3103-006-2002-00101-01, en donde se indicó que “el rubro
correspondiente al hijo habrá de pagársele hasta que cumpla los 25 años
de edad, pues ese es, por regla general, el momento en que cesa la obliga-
ción legal de los padres de proporcionar alimentos congruos a sus hijos”.
Además, con relación a este tema, cita las sentencias del 17 de noviem-
bre de 2011, expediente 11001-31-03-018-1999-00533-01, 22 de marzo de
2007, 18 de octubre de 2001, 5 de octubre de 2004, 30 de junio de 2005 y 18
de diciembre de 2009, expediente 05001-3103-010-1998-00529-01. Véase,
además, la sentencia del 4 de octubre de 2007 de la Sección Tercera del
Consejo de Estado, citada por Gil Botero, 2010, p. 183 y 184. En ese mis-
mo sentido, consúltese Isaza Posse, 2011, p. 32.
91
Cfr. Sentencia de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Jus-
ticia del 9 de julio de 2012, Magistrado Ponente: Ariel Salazar Ramírez,
expediente 11001-3103-006-2002-00101-01, en donde se expuso que “si a
la luz de las estadísticas la muerte de Luis Estévez Farfán de todos modos
hubiera ocurrido antes que la de su esposa, la obligación alimentaria ha-
bría cesado con ese hecho; de ahí que hasta ese preciso instante proceda la
indemnización del lucro cesante respecto de la demandante”.
92
Henao, 1998, p. 285.

[ 45 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

el cual se tenga establecido para realizar el desembolso; mientras


que para establecer el tiempo de duración de un perjuicio consolida-
do se acude a una simple resta de fechas93, en donde la fecha final
será la fecha de la liquidación, mientras que la fecha inicial será la
fecha en que se causó el daño o el perjuicio, así:

Año Mes Día


Fecha final: 2013 07 28
Fecha inicial: 2009 04 06
04 03 22

Entonces, entre un daño ocasionado el 6 de abril de 2009, y su


liquidación que se llevó a cabo el 28 de julio de 2013, han transcu-
rrido cuatro años, tres meses y veintidós días, lo cual, tal y como se
anotó anteriormente, debe ser expresado en meses, así:
Los años se deben multiplicar por 12: 4 x 12 = 48
Los meses se multiplican por 1: 3 x 1 = 3
Los días se dividen entre 30: 22 / 30 = 0,73
Luego, entre el 6 de abril de 2009 y el 28 de julio de 2013 han
transcurrido 51,73 meses.
Debe aclararse que la precitada resta de tiempo no tiene en cuen-
ta el día inicial, por lo que en ocasiones será necesario adicionár-
selo, lo cual dependerá de la clase de perjuicio. Si, por ejemplo, se
trata de un lucro cesante que se sufrió desde el mismo día del daño,
se le deberá adicionar, pero si se trata de un daño emergente no,
toda vez que el perjuicio vale lo mismo durante todo el día en que
se causó, y su variación se presentará desde el día siguiente, por
lo que, se itera, no se debe adicionar el día que la resta descuenta.

3.2. Tasa de interés


Este elemento establece una relación entre dos cantidades, se
expresa en términos porcentuales, y se relaciona con el tiempo, por
ejemplo 2% mensual.

93
Cadavid Gómez & Arenas Gallego, 2009, p. 272.

[ 46 ]
3. Elementos comunes a toda clase de liquidación de perjuicios...

En nuestro caso, acudimos al interés civil, el cual también reci-


be el nombre de interés puro o lucrativo, que asciende al seis por
ciento (6%) anual, pero, atendiendo que los factores actuariales en
la indemnización de perjuicios comprenden el tiempo en meses, es
necesario que la tasa de interés se exprese en un valor mensual.
Sobre este tema debe señalarse que la Corte Suprema de Justi-
cia y el Consejo de Estado tienen opiniones disímiles, toda vez que
el valor asumido por la primera equivale al 0,5% mensual94, suma
que se obtiene de dividir la tasa anual en el número de meses del
año, así: 6 / 12 = 0,5%. Por el contrario, el Consejo de Estado ha
fijado el valor de la tasa de interés en un 0,4867% mensual95, toda
vez que considera que la tasa del 6% anual es un interés efectivo
anual96, y requiere ser convertido en una tasa nominal mensual, lo
que se realiza con la siguiente fórmula
{[(1 + i)^(1/n)] – 1} x 100, en donde se busca hallar el interés que
produce un peso en determinado tiempo, así:
i: Tasa de interés, que en este caso equivale al 6%.
n: Es el período para el cual se desea hallar la respectiva tasa de
interés, que en nuestro caso corresponde a un mes de los doce que
tiene el año.
1: Toda vez que queremos encontrar el interés sobre un peso, el
cual se añade en principio, y posteriormente se deduce, para de esa
forma hallar, en efecto, el interés.

94
Cfr. Sentencia del 17 de noviembre de 2011 de la Sala de Casación Civil
de la Corte Suprema de Justicia, Magistrado Ponente: William Namén
Vargas, expediente 11001-3103-018-1999-00533-01.
95
Cfr Sentencias del 31 de enero de 1997, Consejero Ponente: Ricardo Ho-
yos Duque, expediente 9849; del 19 de junio de 1997, Consejero Ponente:
Daniel Suárez Hernández, expediente: 11875; del 31 de enero de 1997,
Consejero Ponente: Juan de Dios Montes Hernández, expediente: 11361;
del 22 de mayo de 1997, Consejero Ponente: Juan de Dios Montes Hernán-
dez, expediente: 11338; del 22 de mayo de 1996, Consejero Ponente: Jesús
María Carrillo Ballesteros, expediente: 11301; del 26 de septiembre de
1996, Consejero Ponente: Daniel Suárez Hernández, expediente: 10658.
De otro lado, Enrique Gil Botero, en su texto tantas veces referenciado
anteriormente, así lo expone.
96
Sobre la diferenciación entre las diversas clases de intereses ver Pérez
Ardila, 2005, p. 321 a 328.

[ 47 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

100: Atendiendo que para poder realizar la suma el porcentaje


se debe eliminar, para hallar la tasa de interés, deberá ser añadido.
Precisado lo anterior, se tiene que la fórmula es
{[(1 + 6%)^(1/12)] – 1} x 100
{[(1,06)^(0,08333)] – 1} x 100
{[1,0048673554] – 1} x 100
{0,0048673554} x 100
0,4867%
En aras de una verdadera indemnización integral, en este texto
se acudirá al valor señalado por el Consejo de Estado, toda vez que
lo contrario permitiría que a la víctima se le pagara una indemni-
zación superior a los perjuicios sufridos.
De otro lado, se aclara que esta clase de interés es compatible
con la indexación o corrección monetaria, toda vez que el interés
civil no comprende el elemento inflacionario, sólo está conformado
con la utilidad o beneficio que reporta un capital97; por el contrario,
el interés comercial es incompatible con la indexación, atendiendo
a que está conformado, además de la utilidad, con el elemento infla-
cionario o la desvalorización de la moneda98. Luego, cuando ya se ha
indexado el capital, sólo procede la condena al pago del interés puro
o lucrativo, y no del interés comercial, el cual contiene un elemento
correspondiente a la depreciación monetaria.
Ahora, aunque este elemento es tenido en cuenta en todas las
liquidaciones de perjuicios, se hace necesario aclarar que sólo serán
adicionados en los perjuicios consolidados, y no a los futuros, “pues
éste todavía no se ha producido al momento del fallo, y su indemniza-
ción anticipada exige, por el contrario, un descuento a favor de quien
se adelante a pagar un daño cierto pero aún inexistente”99; es decir,

97
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 304.
98
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 306 y Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabili-
dad Civil, 2007, tomo II, p. 726.
99
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 357.

[ 48 ]
3. Elementos comunes a toda clase de liquidación de perjuicios...

mientras que a los perjuicios consolidados o pasados se les adiciona


el interés, a los futuros se les descuenta100.
Frente a los lucros cesantes, debe precisarse que son incremen-
tados atendiendo a que “si la víctima hubiera recibido a tiempo sus
ingresos, no solo se habría protegido de la desvalorización de la
moneda, sino que también habría obtenido un interés puro o lu-
crativo”101; en otras palabras, tratándose del lucro cesante no basta
con que a la víctima se le entregue una suma de dinero actualizada,
sino que, además, requerirá que dicha suma sea incrementada con
el interés puro o lucrativo, de lo contrario, la indemnización no será
verdaderamente integral102.
De otro lado, se señala que los intereses “no se generan automá-
ticamente desde la ocurrencia del hecho lesivo, sino desde cuando
la víctima efectivamente ha tenido una disminución patrimonial,
bien sea por lucro cesante o bien por daño emergente”103, lo cual sig-
nifica que no basta la causación de un daño para poderse exigir la
indemnización de perjuicios, se requiere que, en efecto, la víctima
haya sufrido un perjuicio como consecuencia de ese daño.
Ahora, cuando ya se ha terminado el proceso jurisdiccional y se
ha establecido la indemnización en una suma determinada y con-
creta, pero además se ha indicado el momento de su pago efectivo,
si el deudor responsable no cumple con lo indicado en la sentencia o

100
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 944.
101
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 872.
102
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, quien indica
que la situación del lesionado que recupera su salud antes del fallo requie-
re de un análisis especial, para lo cual plantea que “primero se toma el
valor que al momento de la liquidación tenga el salario que estaría deven-
gando la víctima si no hubiera ocurrido el accidente. A ese salario actuali-
zado se le aplica un interés ‘escalonado’ desde cuando comenzó hasta cuan-
do terminó la incapacidad; ello nos dará el lucro cesante consolidado. Luego,
a ese capital por lucro cesante consolidado, que se debe desde cuando cesó
la incapacidad, se le adiciona un interés fijo del 6% mediante la utilización
de la fórmula (1 + i)n y la tabla 1, desde el día en que cesó la incapacidad
hasta aquel en que se haga la liquidación”, tomo II, p. 929 y 931.
103
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 357.

[ 49 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

en el acuerdo de pago, deberá, sobre el monto acordado o señalado


por el juez, intereses moratorios sobre todo el capital104.

3.3 Valor histórico


Es el valor del perjuicio al momento en el que se causó. Fren-
te a un daño emergente ocasionado por un daño material, el valor
histórico estará conformado por el valor de la reparación o del re-
emplazo, según el caso. Si el daño emergente proviene de un daño
corporal, serán los gastos o erogaciones que se debieron sufragar
como consecuencia del daño, como por ejemplo: valor de las terapias
físicas, de los medicamentos, entre otros.
Tratándose del lucro cesante derivado de un daño corporal, el
punto de partida será el ingreso de la víctima directa, aunque “la
cifra base a la que se haya llegado para el momento de la muerte
se debe actualizar, porque ella refleja lo que ganaba el occiso para
la fecha de su muerte, pero no lo que habría estado ganando en el
momento de la sentencia o de la conciliación”105, lo cual se logra a
través de la indexación.
Otra opción posible que evitaría tener que indexar un valor
histórico, sería establecer el ingreso de una persona en ese mismo
cargo, con la misma experiencia, aptitudes, habilidades y demás
circunstancias de la víctima para el momento de la liquidación, lo
cual, se insiste, implicaría hallar un valor ya actualizado, y no sería
necesario indexar el valor histórico.
Si el perjuicio a indemnizar es un lucro cesante ocasionado por
un daño material, el valor histórico será la utilidad que, al momen-
to del daño, reportaba el bien, aunque, según se indicó anterior-
mente, también es posible fijar la utilidad del bien al momento de
la liquidación, lo cual implicaría hallar un valor ya actualizado, y
no sería necesario indexar el valor histórico.
Frente al segundo lucro cesante al que se ha hecho referencia,
estará conformado por el valor del lucro cesante consolidado, toda
vez que a esta suma será a la que se le deba adicionar el interés.

104
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 357.
105
Henao, 1998, p. 290.

[ 50 ]
3. Elementos comunes a toda clase de liquidación de perjuicios...

3.4 Valor actualizado


Debe tenerse en cuenta que el perjuicio, cronológicamente ha-
blando, “es posterior al hecho dañoso o eventos damni. Es decir que,
desde la perspectiva que señala el orden temporal de los aconteci-
mientos, el daño es un efecto, un posterius”106.
Se tiene entonces que el valor actualizado consiste en el valor
del perjuicio en un momento determinado, el cual, tratándose de
un daño emergente originado en daño material o corporal, y de un
lucro cesante causado por un daño material, se obtiene luego de
indexar el valor histórico o de hallar un valor de reemplazo107, que
consistirá en determinar el valor presente del desembolso, repara-
ción o reemplazo del bien o en la utilidad que reporte actualmente
un bien de las mismas características.
Si el perjuicio a liquidar es un lucro cesante que se haya causado
por un daño corporal, no basta con establecer el valor actualizado108
mediante indexación o valor de reemplazo109, sino que se requiere,
además, siempre que el ingreso provenga de una relación laboral110,
incrementarle un porcentaje equivalente a las prestaciones socia-
les, el cual se ha conocido como el factor prestacional111. Este va-
lor se ha establecido en un monto equivalente112 al veinticinco por
ciento (25%) del ingreso. La razón consiste en que los trabajadores

106
Zannoni, 2005, p. 95.
107
Ghersi, 2003. Entiende el autor que en estos casos es posible recurrir a un
“valor de sustitución”, p. 75.
108
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, quien plantea
“la primera tarea del fallador consiste en determinar el ingreso laboral
mensual promedio que tenía o podía tener la víctima al momento de ocu-
rrir su lesión. El paso siguiente es el de actualizar monetariamente el
valor de dicho ingreso para finalmente obtener el valor total del lucro ce-
sante pasado”, tomo II, p. 925.
109
Ghersi, 2003. Entiende el autor que en estos casos es posible recurrir a un
“valor de sustitución”, p. 75.
110
Isaza Posse, 2011, p. 34. Entiende la autora que “en los casos en que la
víctima no tenga la condición de asalariado, se deben tomar los ingresos
sin incluir el factor prestacional como un elemento adicional”, p. 37.
111
Henao, 1998, p. 292.
112
Henao, 1998, p. 292; Isaza Posse, 2011, p. 34.

[ 51 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

no devengan únicamente su salario, sino que, además, reciben sus


prestaciones sociales y demás factores que, sin llegar a ser presta-
ciones sociales, incrementan sus ingresos113. Lo anterior, sin perjui-
cio del salario integral, el cual, por incluir el factor prestacional, no
deberá ser incrementado114.
De otro lado, se debe diferenciar si la víctima directa sobrevivió
al evento dañoso, o si, por el contrario, falleció. Si la víctima directa
no falleció, es ella la única autorizada a reclamar la indemnización
por concepto de lucro cesante115. Por el contrario, si falleció, y quie-
nes pretenden reclamar la indemnización del lucro cesante median-
te la acción personal son las víctimas indirectas, es necesario que
al valor obtenido hasta el momento se les descuente el porcentaje
del ingreso que la víctima directa dedicaba a su propia subsisten-
cia. Este rubro se ha conocido como gastos personales y, tradicio-
nalmente, se ha establecido en un veinticinco por ciento (25%) del
ingreso, previa adición del factor prestacional, a menos que logre
establecerse en un valor diferente116.
Igualmente, debe establecerse cuál era el monto que la víctima
directa destinaba a cada una de las víctimas indirectas, en caso de
ser posible. De lo contrario, se ha acudido al criterio de la sociedad
conyugal o patrimonial y de los alimentos que se deben por ley,
en donde la mitad será para la pareja117, y la otra mitad para los

113
Sentencia del 4 de octubre de 2007 de la Sección Tercera del Consejo de
Estado, citada por Gil Botero, 2010, p. 183 y 184.
114
Isaza Posse, 2011, p. 37.
115
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su
Indemnización, 1999, quien plantea “en este caso, solo el directamente
perjudicado tiene derecho a reclamar indemnización del lucro cesante ge-
nerado por su incapacidad, pues si pudieran hacerlo también los terceros,
el responsable se vería abocado a una nueva demanda por parte del propio
lesionado. El pago hecho a los familiares no podría ser propuesto como
excepción por el demandado, ya que el lesionado podría alegar que era él
quien estaba devengando el ingreso, el cual, una vez recibido, bien podría
utilizarlo como mejor le pareciera, y que sus parientes tendrían mecanis-
mos legales para exigirle el cumplimiento de sus obligaciones alimenta-
rias para con ellos”, p. 516.
116
Isaza Posse, 2011, p. 34.
117
Es posible que una persona tenga al mismo tiempo esposa y compañera
permanente, caso en el cual se dará aplicación a lo establecido en el régi-
men de seguridad social integral.

[ 52 ]
3. Elementos comunes a toda clase de liquidación de perjuicios...

alimentarios por partes iguales118, quienes, según se ha indicado


anteriormente, reclamarán la indemnización mediante el ejercicio
de la acción personal.
Finalmente, se indica que cuando la víctima ha optado por un
valor de reemplazo la indexación no será procedente119.

118
Cfr. Sentencia de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Jus-
ticia del 9 de julio de 2012, Magistrado Ponente: Ariel Salazar Ramírez,
expediente 11001-3103-006-2002-00101-01. Además, esta sentencia, con
relación al tema que se viene tratando, cita las sentencias del 15 de abril
de 2009 y 4 de septiembre de 2000, expediente 5260.
119
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 418.

[ 53 ]
4. Liquidación de perjuicios patrimoniales

4. Liquidación de perjuicios patrimoniales

E
l artículo 283 del Código General del Proceso exige que al mo-
mento de realizar una indemnización de perjuicios se de aplicación
a lo que ha denominado “los criterios técnicos actuariales”120. Preci-
samente, ese será el tema de estudio en este capítulo.
Antes de empezar, se hace necesario precisar que no se puede
confundir perjuicio consolidado con daño emergente, ni perjuicio
futuro con lucro cesante, toda vez que “cada una de estas catego-
rías tiene operatividad autónoma, de modo que puede existir daño
emergente actual y futuro y, también, lucro cesante actual y futu-
ro”121.
Luego, es usual que los perjuicios se causen mediante una suma
única o periódica, y que además sean pasados o futuros, por lo que,
según se indicará, se suele confundir perjuicios periódicos con lucro
cesante y sumas únicas con daño emergente, error que trataremos
de evitar en el desarrollo de este capítulo.

120
El texto completo de la norma citada es: “En todo proceso jurisdiccional
la valoración de daños atenderá los principios de reparación integral y
equidad y observará los criterios técnicos actuariales”. De otro lado, se
resalta que el artículo 16 de la Ley 446 de 1998, también se refería al uso
de los criterios técnicos actuariales: “Dentro de cualquier proceso que se
surta ante la Administración de Justicia, la valoración de daños irrogados
a las personas y a las cosas, atenderá los principios de reparación integral
y equidad y observará los criterios técnicos actuariales”.
121
Zannoni, 2005, p. 98.

[ 55 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Es posible que en determinado momento se presente un daño


emergente que deba ser sufragado mediante diversas cuotas, lo
cual implica que habrá que realizar una liquidación para cada pago
o desembolso122. Asimismo, es factible que los daños emergentes se
deban desembolsar de forma periódica “como cuando se paga una
pensión mensual para un tratamiento de fisioterapia. En este caso,
la liquidación se hará de la misma forma que para el lucro cesante
pasado y sucesivo”123.
Igualmente, con relación al lucro cesante también es posible que
se presente bajo dos modalidades: o que se presente “de un solo
golpe”124 o de forma periódica. En el primer evento, estamos frente
a la liquidación de una suma única, la cual se liquida mediante la
fórmula establecida para el daño emergente, y en el segundo, frente
a una suma periódica, las cuales podrán ser pasadas o futuras, que
se liquidan, propiamente, con las fórmulas del lucro cesante. Lo ex-
presado por Javier Tamayo Jaramillo frente a esta situación aplica
tanto para el lucro cesante derivado de daños materiales como de
daños corporales, aunque únicamente se refiera a daños materiales

Cuando el lucro cesante se produce de un solo golpe, es decir se


genera todo el mismo día, la indemnización se liquida conforme
los principios estudiados para el daño emergente pasado, pues se
trata de una suma única pasada. Piénsese, por ejemplo, en las
utilidades que deja de percibir el organizador de un espectáculo
que se debe suspender por culpa del demandado.

122
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, quien expone
que “puede ocurrir que las reparaciones o reemplazos se efectúen en fe-
chas distintas. Entonces habrá que hacer liquidaciones por separado, to-
mando el factor correspondiente al número de meses transcurridos desde
cuando se efectuó cada una de ellas”, tomo II, p. 870.
123
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007. Expone ade-
más que “el daño emergente futuro puede producirse en una fecha única,
o diferirse día a día. Ocurre lo primero cuando, v. gr., un año después de
la liquidación del daño, la víctima debe someterse a una intervención qui-
rúrgica cuyo costo se paga en una sola fecha. Ocurrirá lo segundo cuando
la víctima debe hacer desembolsos periódicos por un tratamiento que se
prolonga en el tiempo”, tomo II, p. 901.
124
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 421.

[ 56 ]
4. Liquidación de perjuicios patrimoniales

Pero el caso anterior es excepcional, y lo que de ordinario ocurre


es la inmovilización de la cosa dañada que por sí sola genera un
lucro cesante día tras día hasta que la cosa sea reparada, reem-
plazada, o se pague el valor de la indemnización125.

4.1 Indexación
“El patrón mayoritariamente utilizado por la jurisprudencia y
recomendado por la doctrina para efectos de la indexación es el del
índice de precios al consumidor, llamado también índice del alza
en el costo de la vida”126, lo cual, incluso, ha llevado a su consa-
gración legal dentro del nuevo Código Contencioso Administrativo,
Ley 1437 de 2011, en su artículo 187, que expresamente indica: “las
condenas al pago o devolución de una cantidad líquida de dinero
se ajustarán tomando como base el Índice de Precios al Consumi-
dor”127, aunque, se anota, esta medición no siempre permite una
verdadera indemnización integral, toda vez que este valor se ob-
tiene “con base en el precio de ochenta o cien artículos de consumo
y puede suceder que ese índice sea superior o inferior a la fluctua-
ción de precios que afectó el tipo de bienes del que el dañado hace
parte”128.
Este rubro no requiere de solicitud expresa en la demanda para
poder ser reconocido, sin que ello implique vulneración del princi-
pio de congruencia, debido a que la indexación no comprende un
elemento adicional sino que se corresponde con un criterio de equi-
dad y justicia, y además porque “si la actualización del dinero con
base en el índice de precios al consumidor es una de las formas de

125
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 421.
126
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 715.
127
Debe precisarse que esta norma no es nueva, toda vez que el anterior Có-
digo Contencioso Administrativo consagraba una disposición similar, en
su artículo 178, el cual señalaba: “La liquidación de las condenas que se
resuelvan mediante sentencias de la jurisdicción en lo contencioso admi-
nistrativo deberá efectuarse en todos los casos, mediante sumas líquidas
de moneda de curso legal en Colombia y cualquier ajuste de dichas con-
denas sólo podrá determinarse tomando como base el índice de precios al
consumidor, o al por mayor”.
128
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 717.

[ 57 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

realizar la indexación y, de hecho, la más usual de ellas, entonces


no tiene ningún sentido afirmar que el reajuste de la moneda no fue
solicitado”129, lo cual permite concluir que su reconocimiento proce-
de, incluso, de manera oficiosa.
Asimismo, este valor ha sido considerado por nuestra jurispru-
dencia130 como un hecho notorio, lo cual implica que no requiere de
prueba, y, además, ha considerado que procede de forma oficiosa:
En todo caso, la naturaleza de la indexación no es resarcitoria
ni hace parte del objeto de la pretensión, sino que es una simple
variación de las condiciones externas del perjuicio, debido a la
depreciación que sufre el dinero en el tiempo por la incidencia de
ciertos factores de la economía; por lo que el juez está facultado
para decretarla aun de oficio, pues lo contrario supondría la acep-
tación de una situación inequitativa en contra del acreedor131.

De otro lado, debe anotarse que la indexación propende por una


decisión justa y evita dilaciones injustificadas del proceso

129
Cfr. Sentencia de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Jus-
ticia del 18 de diciembre de 2012, Magistrado Ponente: Ariel Salazar Ra-
mírez, expediente 05266-3103-001-2004-00172-01. Ver también Tamayo
Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, quien expone que “si
se acepta, como lo hacemos nosotros, que la depreciación monetaria no
constituye un daño distinto del perjuicio inicialmente sufrido, podrá com-
prenderse entonces con facilidad que el juez, al aplicar oficiosamente la in-
dexación, no falla ultra o extra petita, pues la corrección monetaria se re-
fiere simplemente a la cuantificación monetaria del contenido de un daño
cuya reparación se pidió desde un principio. Porque si la depreciación mo-
netaria fuera un daño diferente, habría que pedir la indexación desde el
inicio y, en consecuencia, su aplicación oficiosa estaría prohibida”, tomo II,
p. 722.
130
Cfr. Sentencia de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justi-
cia del 28 de octubre de 2011, Magistrado Ponente: Arturo Solarte Rodrí-
guez, expediente 44001-3193-001-1993-01518-01.
131
Además de la sentencia previamente referenciada, ver también Senten-
cias del 18 de diciembre de 2012, Magistrado Ponente: Ariel Salazar Ra-
mírez, expediente: 05266-3103-001-2004-00172-01; y del 13 de mayo de
2010, Magistrado Ponente: Edgardo Villamil Portilla, expediente: 73319-
3103-002-2001-00161-01, ambas de la Sala de Casación Civil de la Corte
Suprema de Justicia.

[ 58 ]
4. Liquidación de perjuicios patrimoniales

La indexación o corrección monetaria del monto indemnizable en-


cuentra una doble justificación: de un lado, permite aplicar una
verdadera justicia, pues es lógico pensar que con el paso del tiem-
po la moneda se vaya envileciendo y su poder adquisitivo lleve a
que la reparación sea incompleta y refleje en forma inadecuada
el daño realmente sufrido. Por otro lado, facilita la descongestión
en la administración de justicia, puesto que ya los demandados
actúan con cierta prudencia y no dilatan los procesos en forma
innecesaria y carente de argumentos. En efecto, la mayoría de
las veces el demandado sostenía un proceso durante varios años,
seguro de que en caso de serle adversa la sentencia, la indemni-
zación sería mínima habida cuenta de la desvalorización de la
moneda132.

Ahora, frente a las reparaciones por deudas de valor no hay dis-


cusión frente a su indexación, pero con relación a las deudas de
dinero, “la obligación, en principio, solo se circunscribe a lo pactado,
salvo mora del deudor, en cuyo caso cabe la indexación”133; es decir,
tratándose de las deudas de valor no cabe duda de la operancia de
la corrección monetaria, pero en lo referente a las deudas de dinero,
en principio sólo se deberá lo pactado, con prescindencia de la ind-
exación, atendiendo la literalidad de la obligación.
Por último, debe indicarse que la indexación, además de la des-
valorización de la moneda, comprende, asimismo, la revaloriza-
ción134, pese a que sea más usual el primer fenómeno.
En esta materia se aplica la siguiente fórmula135

Va = Vh x _if_
ii
En donde,
Va: Es el valor actualizado, es decir, ya indexado.
Vh: Es el valor histórico.

132
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 282.
133
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 702.
134
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 282.
135
Gil Botero, 2010, p. 182.

[ 59 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

if: Es el índice final, es decir, el índice de precios al consumidor


vigente al momento de la liquidación, de la sentencia, de la conci-
liación o transacción.
Ii: Es el índice inicial, es decir, el índice de precios al consumidor
que se encontraba vigente al momento de la causación del daño o
del perjuicio, el cual, “tratándose de obligaciones dinerarias, la co-
rrección monetaria se aplica desde el día en que comience el incum-
plimiento. Por el contrario, cuando se trata de deudas de valor y de
responsabilidad extracontractual, se calculará desde el momento
de la ocurrencia del daño”136.
En este punto debe aclararse que la variación del índice de pre-
cios al consumidor es certificado por el Departamento Administra-
tivo Nacional de Estadística –Dane–, mes a mes, aunque lo realiza
mes vencido, lo cual significa que en el mes de enero certifica el ín-
dice de diciembre, en el mes de diciembre certifica el de noviembre,
y así sucesivamente, razón por la cual, al momento de realizarse la
liquidación se deberá indicar esta situación y abrir la posibilidad
de una nueva actualización monetaria que comprenda el primer
día del mes siguiente a la liquidación hasta el momento efectivo del
pago.

Por ejemplo:
Una persona, el 1 de enero de 2010 devengaba la suma de
$1.500.000. ¿A cuánto equivale esa suma el 30 de septiembre de
2013?
Para ello se requieren los índices de enero de 2010 (índice inicial)
y el de septiembre de 2013 (índice final).

Va = 1.500.000 x (114,23 / 102,70)


Va = 1.500.000 x 1,112268744
Va = 1.668.404

Luego, $1.500.000 al 1 de enero de 2010 equivalen a $1.668.404 el


20 de septiembre de 2013.

136
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 290.

[ 60 ]
4. Liquidación de perjuicios patrimoniales

4.2. Daño Emergente Consolidado


En esta materia se aplica la siguiente fórmula137:

Dec = Va x (1 + i)n
En donde,
Dec: Equivale al valor que queremos hallar, es decir, al daño
emergente consolidado.
Va: Es el valor actualizado, el cual se definió en el capítulo an-
terior.
i: Corresponde a la tasa de interés mensual, el cual, según lo
dicho en el capítulo anterior, siempre equivaldrá a 0,4867%.
n: Es el tiempo durante el cual se causó el perjuicio.

Debe indicarse que, en primer lugar, se realizan las operaciones


fijadas sobre la derecha, y finalmente, se multiplica el resultado
obtenido por el valor actualizado.

Por ejemplo:
La reparación de un vehículo siniestrado el pasado 30 de octubre
de 2012 tuvo un costo de $2.350.000. Dicho dinero fue sufragado el
3 de noviembre de 2012. ¿Cuánto vale ese daño emergente al 30 de
septiembre de 2013?
En primer lugar se debe actualizar el valor del desembolso, para
lo que se requieren los índices de septiembre de 2013 (índice final)
y de noviembre de 2012 (índice inicial).
Va = 2.350.000 x (114,23 / 111,72)
Va = 2.350.000 x 1,022466881
Va = 2.402.797.

En segundo lugar es necesario fijar el tiempo transcurrido desde


el desembolso hasta la liquidación:

137
Isaza Posse, 2011, p. 24.

[ 61 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Año Mes Día


2013 09 30
2012 11 03
00 10 27

Se tiene entonces que han transcurrido 10 meses y 27 días, lo


que, expresado en meses, equivale a 10,9 meses.

Dec = 2.402.797 x (1 + 0,4867%)^10,9


Dec = 2.402.797 x 1,004867^10,9
Dec = 2.402.797 x 1,054347
Dec = $2.533.382

El daño emergente por valor de la reparación asciende a


$2.533.382.
Frente a la procedencia del interés, se señala que “tradicional-
mente, y en buen derecho, la jurisprudencia acepta que cuando ha
existido daño emergente y no es posible demostrar lucro cesante
originado por ese daño, se presume un lucro cesante equivalente
al interés legal que hubiera ganado el capital que se inmoviliza
a causa del daño”138. En este punto se precisa que, pese a que el
autor se refiere expresamente al daño emergente, la apreciación es
extensiva a cualquier clase de perjuicio, como por ejemplo, un lucro
cesante consolidado que se haya agotado con antelación a la fecha
de la liquidación, toda vez que a dicho valor se le deberá reconocer
el interés desde el momento en que se agotó el perjuicio, hasta la
liquidación del mismo.
Finalmente, debe tenerse en cuenta que esta fórmula, tradicio-
nalmente, ha sido vinculada, de forma exclusiva, al daño emergente
consolidado, lo cual no es del todo acertado, toda vez que es perfec-
tamente posible que un lucro cesante consolidado se presente bajo
esta modalidad, cuando, por ejemplo, un artista deja de obtener
la utilidad que le proporcionaría un evento como consecuencia del
daño.

138
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 794.

[ 62 ]
4. Liquidación de perjuicios patrimoniales

En otras palabras, recuérdese que el lucro cesante se puede


presentar bajo dos modalidades: de forma periódica o “de un solo
golpe”139. En el primer evento, estamos frente a una suma periódi-
ca, que se liquida, propiamente, con las fórmulas del lucro cesante,
mientras que en el segundo nos encontramos frente a la liquidación
de una suma única, la cual se liquida mediante la fórmula estable-
cida para el daño emergente.

4.3 Lucro Cesante Consolidado


En esta materia se aplica la siguiente fórmula140:

Lcc = Va x (1 + i)n - 1
i
En donde,
Lcc: Equivale al valor que queremos hallar, es decir, lucro cesan-
te consolidado.
Va: Es el valor actualizado, el cual se definió en el capítulo an-
terior.
i: Corresponde a la tasa de interés mensual, el cual, según lo
dicho en el capítulo anterior, siempre equivaldrá a 0,4867%.
n: Es el tiempo durante el cual se causó el perjuicio.

Debe indicarse, también, que en primer lugar se deben realizar


las operaciones fijadas sobre la derecha, y finalmente, se multiplica
el resultado obtenido por el valor actualizado.

Por ejemplo:
Una persona estuvo incapacitada por cuatro meses contados
desde el daño hasta la fecha de la liquidación (30 de septiembre
de 2013). Sus ingresos ascienden, a la fecha de la liquidación, a
$1.750.000, producto de una relación laboral.
Toda vez que los ingresos se obtuvieron mediante un valor de
reemplazo, no es necesario indexarlos. De otro lado, atendiendo la

139
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 421.
140
Isaza Posse, 2011, p. 39; Gil Botero, 2010, p. 183.

[ 63 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

relación laboral, se debe iniciar con la adición a los ingresos del


factor prestacional, el cual equivale al 25%.
1.750.000 x 25% = 437.500 + 1.750.000 = 2.187.500
El tiempo de la privación de la utilidad, según se indicó, fue de
cuatro meses.
Lcc = 2.187.500 x [((1 + 0,4867%)^(4) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 2.187.500 x [((1,004867)^(4) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 2.187.500 x [(1,019610588 – 1) / 0,4867%]
Lcc = 2.187.500 x [0,019610588 / 0,4867%]
Lcc = 2.187.500 x 4,029296866
Lcc = $8.814.087
Luego, el lucro cesante consolidado asciende a la suma de
$8.814.087.
Por último, se aclara que esta fórmula ha sido vinculada, tra-
dicionalmente, al lucro cesante consolidado, lo cual no es del todo
acertado, toda vez que es perfectamente posible que un daño emer-
gente se presente bajo esta modalidad cuando, por ejemplo, los afec-
tados con el daño han debido sufragar, de forma periódica, diversos
gastos, tales como medicamentos, tratamientos médicos, gastos de
enfermería, entre otros. Luego, atendiendo la periodicidad de los
gastos, para su liquidación se ha acudido a la fórmula fijada para el
lucro cesante consolidado.

4.4. Daño Emergente Futuro


En esta materia se aplica la siguiente fórmula141:

Def = Va x 1 ó Va
(1 + i)n (1 + i)n
En donde,
Def: Equivale al valor que queremos hallar, es decir, al daño
emergente futuro.

141
Isaza Posse, 2011, p. 26.

[ 64 ]
4. Liquidación de perjuicios patrimoniales

Va: Es el valor actualizado, el cual se definió en el capítulo an-


terior.
i: Corresponde a la tasa de interés mensual, el cual, según lo
dicho en el capítulo anterior, siempre equivaldrá a 0,4867%.
n: Es el tiempo en el cual se causará el perjuicio.
Debe indicarse que, en primer lugar, se deben realizar las opera-
ciones fijadas sobre la derecha y, finalmente, se multiplica el resul-
tado obtenido por el valor actualizado.
Por ejemplo: Una persona debe realizarse una intervención qui-
rúrgica en tres años, la cual tiene un costo, a la fecha de la liquida-
ción, de $5.500.000.
En primer lugar se deben convertir los años en meses, para lo
cual se multiplica por doce, así:
3 x 12 = 36
Con este valor se procede a reemplazar los datos en la respectiva
fórmula.
Def = 5.500.000 / (1 + 0,4867%)^36
Def = 5.500.000 / 1,004867^36
Def = 5.500.000 / 1,190992508
Def = 4.617.997

El daño emergente futuro que deberá pagar el responsable por


concepto de la referida cirugía equivale a $4.617.997.
Finalmente, debe tenerse en cuenta que esta fórmula, tradicio-
nalmente, ha sido vinculada, de forma exclusiva, al daño emergente
futuro, lo cual no es del todo acertado, toda vez que es perfectamen-
te posible que un lucro cesante futuro se presente bajo esta moda-
lidad cuando, por ejemplo, un artista dejará de obtener la utilidad
que le proporcionaría un evento como consecuencia del daño.
En otras palabras, tal y como se indicó anteriormente, el lucro
cesante se puede presentar bajo dos modalidades: de forma periódi-
ca o “de un solo golpe”142. En el primer evento, estamos frente a una
suma periódica, que se liquida, propiamente, con las fórmulas del

142
Tamayo Jaramillo, De la Responsabilidad Civil. De los Perjuicios y su In-
demnización, 1999, p. 421.

[ 65 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

lucro cesante, mientras que en el segundo nos encontramos frente


a la liquidación de una suma única, la cual se liquida mediante la
fórmula establecida para el daño emergente.

4.5. Lucro Cesante Futuro


En esta materia se aplica la siguiente fórmula143:

Lcf = Va x (1 + i) - 1
n

i x (1 + i)n
En donde,
Lcf: Equivale al valor que queremos hallar, es decir, al lucro ce-
sante futuro.
Va: Es el valor actualizado, el cual se definió en el capítulo an-
terior.
i: Corresponde a la tasa de interés mensual, el cual, según lo
dicho en el capítulo anterior, siempre equivaldrá a 0,4867%.
n: Es el tiempo en el cual se causará el perjuicio.

Debe indicarse, también, que en primer lugar se deben realizar


las operaciones fijadas sobre la derecha y, finalmente, se multiplica
el resultado obtenido por el valor actualizado.
Por ejemplo:
Una mujer, consecuencia de una defectuosa intervención quirúr-
gica, sufrió una lesión que le generó una pérdida de capacidad labo-
ral del 100% por el resto de su vida. Había nacido el 30 de septiem-
bre de 1981. Sus ingresos mensuales, al momento de la liquidación,
ascenderían a $2.700.000 por medio de un contrato de prestación
de servicios. Se pide realizar la liquidación al 30 de septiembre de
2013.
En primer lugar es necesario encontrar la edad de la vícti-
ma al momento de la liquidación para poder determinar su vida
probable

143
Isaza Posse, 2011, p. 40; Gil Botero, 2010, p. 183.

[ 66 ]
4. Liquidación de perjuicios patrimoniales

Año Mes Día


2013 09 30
1981 09 30
32 00 00

A la fecha de la liquidación la víctima directa tenía 32 años. Al


remitirnos a la tabla de vida probable expedida por la Superinten-
dencia Financiera144 en el año 2010, se encuentra que la expectativa
de vida para una mujer de 32 años es de 53,4 años. Este valor debe
ser convertido a meses, así:
53,4 x 12 = 640,8
Ahora, toda vez que los ingresos se obtuvieron mediante un va-
lor de reemplazo, no es necesario indexarlos. Asimismo, atendiendo
que dicho rubro no se obtenía producto de una relación laboral, no
debe ser adicionado con el factor prestacional.
Lcf = 2.700.000 x [((1 + 0,4867%)^(640,8) – 1) / (0,4867% x (1 +
0,4867%)^(640,8))]
Lcf = 2.700.000 x [((1,004867)^(640,8) – 1) / (0,4867% x
(1,004867)^(640,8))]
Lcf = 2.700.000 x [(22,448158866 – 1) / (0,4867% x 22,448158866)]
Lcf = 2.700.000 x [21,448158866 / 0,109255189]
Lcf = 2.700.000 x 196,3124961
Lcf = 530.043.740
Entonces, el lucro cesante futuro asciende a la suma de
$530.043.740.
Por último, se aclara que esta fórmula ha sido vinculada, tradi-
cionalmente, al lucro cesante futuro, lo cual no es del todo acertado,
toda vez que es perfectamente posible que un daño emergente se
presente bajo esta modalidad, cuando, por ejemplo, los afectado con
el daño deberán sufragar, de forma periódica, diversos gastos, tales
como: medicamentos, tratamientos médicos, gastos de enfermería,
entre otros.

144
Resolución 1555 del 30 de julio de 2010.

[ 67 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

4.6. Acrecimiento
Tratándose de sumas periódicas es posible que alguna o algunas
de las víctimas indirectas pierdan su derecho con anterioridad a las
otras, caso en el cual los valores dejados de percibir deberán acre-
centar los dineros de las otras víctimas
En efecto, de no haber ocurrido el hecho dañino, y una vez llega-
das las hijas a la mayoría de edad o a la edad de establecerse, lo
normal es que la pareja hubiera mejorado su nivel de vida porque
el dinero que se otorgaba a las hijas acrece inmediatamente el di-
nero de la pareja. Es decir, si se considera que los padres colabo-
ran normalmente con sus hijos hasta la mayoría de edad o hasta
la edad en que se establecen, se debería también considerar que a
partir de dicho momento los padres incrementarían sus ingresos
netos como pareja, porque naturalmente aquella suma de dinero
no debe desaparecer145.

Lo contrario, es decir, prohibir el acrecimiento, violaría la regla


de la indemnización integral o “plena del daño”146.
En este punto es necesario hacer hincapié, toda vez que la in-
demnización integral es el norte que guía la obligación resarcitoria,
en palabras de Enrique Gil Botero “desde la Constitución Política
de 1991 y, concretamente en el año 1998, con la expedición de la
Ley 446 de esa anualidad, en Colombia se estableció desde la pers-
pectiva del derecho de daños, sin importar cuál sea la fuente de su
generación, la obligación de que la reparación del perjuicio lo sea
de forma “integral””147, lo cual, se aclara, no permite desconocer la
congruencia que debe guardar la sentencia con las pretensiones del
demandante148; es decir, sólo en caso de que el demandante solicite
el acrecimiento, el juez lo podrá reconocer, pero en caso de que lo

145
Henao, 1998, p. 301. Se aclara que pese a que el autor se refiere a un acre-
cimiento por la pérdida del derecho de unas hijas, es extensiva o aplicable
a todas las situaciones similares.
146
Henao, 1998, p. 302.
147
Gil Botero, 2010, p. 134.
148
En este punto debe resaltarse que, además, según Enrique Gil Botero,
“ante la violación de derechos humanos, el postulado de la reparación in-
tegral debe primar sobre cualquier restricción relacionada con aspectos
de índole procesal dirigidos a evitar pronunciamientos judiciales extra o
ultra petita”. Gil Botero, 2010, p. 141.

[ 68 ]
4. Liquidación de perjuicios patrimoniales

solicite, el juez no podrá rechazar su reconocimiento argumentado


ausencia de regulación legal, toda vez que el postulado consagrado
en el artículo 16 de la Ley 446 propende, precisamente, por una
verdadera indemnización integral, y ésta sólo será posible en la me-
dida en que entre las diferentes víctimas indirectas se acrezcan.
En otras palabras, en aras de lograr una verdadera indemniza-
ción integral no es posible permitir que en cuanto las víctimas in-
directas pierdan su derecho, el responsable se vaya exonerando de
la indemnización, sino que, por el contrario, estas víctimas deberán
acrecer a las demás:
Cuando el período indemnizable de los hijos termine porque se
supone que ya han empezado a trabajar, el porcentaje de indem-
nización que les corresponde acrezca la indemnización del cónyu-
ge sobreviviente, pues se entiende que la carga económica de éste
en realidad no disminuye. A ello debe agregarse que si el esposo
y padre no hubiera fallecido, el posible remanente que resultase
después de que un hijo se hubiere independizado se invertiría en
el resto de la familia. Normalmente, cuando un hijo deja de ser
una carga económica para sus padres, el resto del grupo familiar
se beneficia en la medida en que su nivel económico aumenta. Es
esa la época de viajar, de brindarle universidad a otros hijos que,
de otra forma, no habrían tenido oportunidad de hacerlo149.

En este punto debe indicarse que para el acrecimiento no se ha


establecido una fórmula en particular, sino que, frente a cada uno
de los parámetros indemnizatorios fijados, debe analizarse, en de-
talle, si es o no procedente el acrecimiento. En caso afirmativo, lo
que cambia son las variables y la víctima con derecho a la indem-
nización.

4.7. Pérdida de Oportunidad


Lo primero que se debe tener en cuenta en este punto, de acuer-
do con lo indicado anteriormente, es que lo indemnizable es la opor-
tunidad perdida, no la situación final esperada o que se pretendía
evitar150.

149
Tamayo Jaramillo, Tratado de Responsabilidad Civil, 2007, tomo II, p. 1014.
150
Trigo Represas & López Mesa, 2006, quienes entienden que “cuando de
cuantificar la indemnización por pérdida de chance se trata, lo primero

[ 69 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Lo resarcible por este concepto es esa oportunidad misma, y no


el total de la ganancia o provecho perdido o del detrimento que
se pretendía evitar; el objeto de la indemnización es una probabi-
lidad y la adecuada compensación por la pérdida de la misma se
corresponde con la apreciación en dinero del porcentaje de posi-
bilidades de que la oportunidad respectiva se hubiere concretado.
En consecuencia, tratándose de eventos en los cuales se accede
a la reparación de la pérdida de un chance, lo indicado no puede
ser el reconocimiento, en favor de la víctima, del valor total de la
ventaja de la cual fue privado o del deterioro patrimonial que no
pudo evitar a raíz del hecho demandado, sino tener en cuenta que
la oportunidad desaparecida tenía un valor y que es éste el que
debe ser restablecido151.

Entonces, la indemnización de la pérdida de oportunidad debe


partir del análisis de las posibilidades reales que tenía la víctima
de obtener el beneficio o de evitar el perjuicio, para luego cuantifi-
carlas, para lo que, incluso, se ha acudido a la equidad152.
El juez debe propender porque la indemnización se corresponda
con las oportunidades o probabilidades que tenía la víctima, y, ade-
más, tener en cuenta la situación final que se pretendía obtener o
evitar153, para luego entrelazar ambos conceptos; en otras palabras,

que debe puntualizarce es que lo resarcible es la chance misma y no el


total de la ganancia u oportunidad perdida”, tomo V, p. 100.
151
Cfr. Sentencia del 21 de marzo de 2012 de la Subsección A de la Sección
Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Esta-
do, Consejero Ponente: Mauricio Fajardo Gómez, expediente 54001-2331-
000-1997-02919-01.
152
Cfr. Sentencia del 21 de marzo de 2012 de la Subsección A de la Sección
Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Esta-
do, Consejero Ponente: Mauricio Fajardo Gómez, expediente 54001-2331-
000-1997-02919-01, en donde la Corporación, para fijar la cuantía de una
pérdida de oportunidad, acude, de forma expresa, a la equidad, para lo que
se fundamenta en el artículo 16 de la Ley 446 de 1998.
153
Cfr. Sentencia del 21 de marzo de 2012 de la Subsección A de la Sección
Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Esta-
do, Consejero Ponente: Mauricio Fajardo Gómez, expediente 54001-2331-
000-1997-02919-01, que expuso “es la oportunidad perdida el daño que
realmente se repara, en proporción al monto de la indemnización que pro-
cedería si se dispusiere la reparación con referencia al beneficio perdido”.

[ 70 ]
4. Liquidación de perjuicios patrimoniales

deberá el juez, en primer lugar, determinar cuántas posibilidades


tenía la víctima, luego fijar el monto de la indemnización que se
hubiera reconocido si no estuviéramos en presencia de una pérdida
de oportunidad sino de un perjuicio pleno, para finalmente, del va-
lor liquidado, reconocer única y exclusivamente el porcentaje de las
posibilidades que real y efectivamente tenía la víctima: “el objeto de
la indemnización es una probabilidad y la adecuada compensación
por la pérdida de la misma se corresponde con la apreciación en
dinero del porcentaje de posibilidades de que la oportunidad respec-
tiva se hubiere concretado”154.

154
Cfr. Sentencia del 21 de marzo de 2012 de la Subsección A de la Sección
Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Esta-
do, Consejero Ponente: Mauricio Fajardo Gómez, expediente: 54001-2331-
000-1997-02919-01, en donde, además, se expuso que “la indemnización
por pérdida de oportunidad deberá ser inferior a la indemnización del per-
juicio pleno, toda vez que la pérdida de oportunidad se indemniza propor-
cionalmente de acuerdo con el número de probabilidades que existiese de
presentarse el beneficio o de evitarse el perjuicio”.

[ 71 ]
5. Ejemplos

5. Ejemplos

5.1. El pasado 15 de febrero de 2008, una persona en calidad de


pasajero de un vehículo automotor sufre una lesión en su integri-
dad, lo cual le genera una incapacidad de cuatro meses, pasados los
cuales se recupera totalmente. La persona, al momento de la lesión,
devengaba la suma de $980.000 en virtud de una relación laboral.
Los gastos médicos ascendieron a la suma de $5.800.000, los que
fueron sufragados por el SOAT. Se requiere realizar la liquidación
de los perjuicios al 30 de septiembre de 2013.
Solución:
a. Daño Emergente Consolidado
En primer lugar, atendiendo a que los gastos médicos fueron su-
fragados por el SOAT, no se le permite a la víctima directa buscar
la indemnización de dicho rubro, toda vez que frente a esa clase de
perjuicios, en materia de seguros, rige el principio indemnizatorio,
lo cual le imposibilita al afectado buscar que el perjuicio se le resar-
za en dos ocasiones.
b. Lucro Cesante Consolidado
Frente al lucro cesante, lo primero que debe realizarse es incre-
mentar el factor prestacional que, según se indicó anteriormente,
equivale al 25%, y luego la respectiva indexación.
980.000 x 25% = 245.000, este valor equivale al factor prestacio-
nal, el cual debe adicionársele al salario, así:
980.000 + 245.000 = 1.225.000, rubro este que deberá ser indexa-
do desde el 15 de febrero de 2008 hasta el 30 de septiembre de 2013,

[ 73 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

para lo cual debemos remitirnos, según se señaló, al índice de pre-


cios al consumidor que certifica el Dane.
Se tiene entonces que el IPC de febrero de 2008 fue 95,27 (índice
inicial) y el de septiembre de 2013 fue 114,23 (índice final).
Va = 1.225.000 x (114,23 / 95,27).
Va = 1.225.000 x 1,199013331
Va = 1.468.791
Este es el monto que la víctima directa dejó de percibir durante
su incapacidad, la cual, se recuerda, duró cuatro meses, luego:
Lcc = 1.468.791 x [((1 + 0,4867%)^(4) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.468.791 x [((1,004867)^(4) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.468.791 x [(1,019610588 – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.468.791 x [0,019610588 / 0,4867%]
Lcc = 1.468.791 x 4,029296866
Lcc = $5.918.195
Lo dejado de percibir por la víctima directa durante los cuatro
meses que duró su incapacidad ascendió a la suma de $5.918.195.
Sobre este valor deberán reconocerse intereses, toda vez que ese
dinero, en cabeza de la víctima, hubiese producido, al menos, el
interés legal del 0,4867% mensual.
Para ello se debe aplicar la fórmula del daño emergente conso-
lidado, para lo cual se requiere determinar el tiempo transcurrido
desde el momento en el cual termina la incapacidad hasta la liqui-
dación del perjuicio, así:
Año Mes Día
Fecha de liquidación 2013 09 30
Fecha del accidente 2008 02 15
5 7 15

Ha transcurrido un período de cinco años, siete meses y quince


días. Esta información debe ser convertida a meses:
Los años se multiplican por 12: 5 x 12 = 60
Los meses se multiplican por 1: 7 x 1 = 7
Los día se dividen entre 30: 15 / 30 = 0,5

[ 74 ]
5. Ejemplos

Se tiene entonces que el tiempo equivale a 67,5 meses. En este


caso no procede la adición de un día, toda vez que se trata de esta-
blecer el período transcurrido desde el momento en el cual termina
la incapacidad hasta la liquidación del perjuicio. Es decir, atendien-
do a que se tiene la duración de la incapacidad (cuatro meses) no
se hace necesario adicionarle el día, toda vez que los cuatro meses
lo incluyen. Y frente al período adicional, se debe hallar desde el
día siguiente en que termina la incapacidad, razón por la cual, se
insiste, no se debe adicionar con el día que la resta de tiempos, por
sí misma, excluye.
A este período de tiempo se le debe descontar el período ya
liquidado de los cuatro meses que duró la incapacidad, así:
67,5 – 4 = 63,5.
Lcc = 5.918.195 x (1 + 0,4867%)^(63,5).
Lcc = 5.918.195 x (1,004867)^(63,5)
Lcc = 5.918.195 x 1,361115858
Lcc = 8.055.349
El valor total de la indemnización por concepto de lucro cesante
al que tiene derecho la víctima directa asciende a $8.055.349.

5.2 El pasado 28 de febrero de 2008, una persona, al transitar


por la vía pública, es impactada por un bulto de cemento que lo
lesiona en su cabeza, lo que le genera una pérdida de capacidad la-
boral permanente del 45%. A la fecha de la liquidación, en un cargo
similar al de la víctima, un trabajador devengaría $1.500.000 en
virtud de una relación laboral.
Estuvo incapacitada desde el mismo día del accidente hasta el
15 de mayo de 2008. Los gastos médicos ascendieron a la suma de
$9.300.000, que fueron sufragados en dos cuotas iguales, siendo la
primera el 30 de marzo de 2008 y la segunda el 15 de mayo de 2008.
La víctima era un hombre que había nacido el 30 de marzo de 1989.
Se requiere realizar la liquidación de los perjuicios al 30 de sep-
tiembre de 2013.
Solución:

[ 75 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

a. Daño Emergente Consolidado


Iniciemos en primer lugar con el daño emergente consolidado, el
que, debido a que el pago se realizó en dos cuotas, exige que cada
uno se liquide por separado como un único daño emergente, y final-
mente totalizamos el resultado de cada uno.
Para ello se debe hallar el tiempo transcurrido desde cada des-
embolso (fecha en la cual se causó el perjuicio) y la fecha de la li-
quidación, así:
Año Mes Día
2013 09 30
2008 03 30
5 6 00

Se tiene entonces que desde el primer desembolso han trans-


currido cinco años y seis meses, valores que deberán convertirse a
meses, lo cual arroja como saldo sesenta y seis meses.
Antes de proceder a realizar la fórmula establecida para el daño
emergente, es necesario actualizar el valor desembolsado, el cual
fue de $4.650.000, con los respectivos índices de septiembre de 2013
(fecha de la liquidación) y marzo de 2008 (fecha de pago)
Va = 4.650.000 x (114,23 / 96,04)
Va = 4.650.000 x 1,18940025
Va = 5.530.711
Sobre este valor se aplica, ahora sí, la fórmula del daño emergente
Dec = 5.530.711 x (1 + 0,4867%)^66
Dec = 5.530.711 x (1,004867)^66
Dec = 5.530.711 x 1,377737738
Dec = 7.619.869
El primer daño emergente ascendió a la suma de $7.619.869
Frente al segundo desembolso se toman las siguientes fechas:

Año Mes Día


2013 09 30
2008 05 15
5 4 15

[ 76 ]
5. Ejemplos

Se tiene entonces que desde el segundo desembolso han trans-


currido cinco años, cuatro meses y quince días, valores que deberán
convertirse a meses, lo cual arroja como saldo 64,5 meses.
Antes de proceder a realizar la fórmula establecida para el daño
emergente, es necesario actualizar el valor desembolsado, el cual
fue de $4.650.000, con los respectivos índices de septiembre de 2013
(fecha de la liquidación) y mayo de 2008 (fecha del pago).
Va = 4.650.000 x (114,23 / 97,62)
Va = 4.650.000 x 1,17014956
Va = 5.441.195
Sobre este valor se aplica, ahora sí, la fórmula del daño emergente
Dec = 5.441.195 x (1 + 0,4867%)^64,5
Dec = 5.441.195 x (1,004867)^64,5
Dec = 5.441.195 x 1,367740409
Dec = 7.442.142
El segundo daño emergente ascendió a la suma de $7.442.142, el
cual, sumado con el primero, arroja un saldo de $15.062.011, suma
que corresponde al daño emergente que deberá sufragar el respon-
sable.
b. Lucro Cesante Consolidado
Frente al lucro cesante, atendiendo a que el valor actualizado
se halló mediante un valor de reemplazo, no es necesario indexar.
Debido a que sus ingresos provenían de una relación laboral, será
necesario incrementarlo por el factor prestacional, el cual, de no
indicarse un valor, será equivalente al 25% de los ingresos, así:
1.500.000 x 25% = 375.000 + 1.500.000 = 1.875.000
Debido a que la víctima directa no falleció, no se deben descontar
los gastos personales.
Cuando una persona se encuentra incapacitada, su pérdida de
capacidad laboral durante ese período equivale al 100%, toda vez
que no pudo laborar. Es por lo anterior que en el presente caso la li-
quidación por lucro cesante consolidado comprenderá dos períodos:
desde el accidente hasta cuando cesa la incapacidad, y desde que
cesa la incapacidad hasta el momento de la liquidación.

[ 77 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Es necesario determinar el período que transcurrió desde el ac-


cidente hasta el 15 de mayo de 2008, fecha en la cual terminó su
incapacidad.

Año Mes Día


2008 05 15
2008 02 28
0 02 17+1

Se tiene entonces que el primer lucro cesante se causó por un


período de dos meses y dieciocho días. Estos valores deberán con-
vertirse a meses, lo cual arroja como saldo 2,6 meses.
Lcc = 1.875.000 x [((1 + 0,4867%)^(2,6) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.875.000 x [((1,004867)^(2,6) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.875.000 x [(1,01270351833 – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.875.000 x [0,01270351833 / 0,4867%]
Lcc = 1.875.000 x 2,610133209
Lcc = $4.894.000
El lucro cesante por el primer período asciende a la suma de cuatro
millones ochocientos noventa y cuatro mil pesos m/l ($4.894.000 m/l).
Para el lucro cesante causado desde que cesó la incapacidad
hasta la fecha de la liquidación, deberá tenerse como referente la
pérdida de capacidad laboral sufrida por la víctima, toda vez que
será este porcentaje el equivalente sobre el ingreso el que le será
entregado, mensualmente, por concepto de lucro cesante:
1.875.000 x 45% = 843.750
El valor actualizado para el segundo lucro cesante equivaldrá a
la suma de $843.750, pero además de hallar el valor actualizado, es
necesario determinar el período que transcurrió desde que culminó
la incapacidad hasta el momento de la liquidación de los perjuicios.

Año Mes Día


2013 09 30
2008 05 15
05 04 15

[ 78 ]
5. Ejemplos

Se tiene entonces que el segundo lucro cesante se causó por un


período de cinco años, cuatro meses y quince días. Estos valores
deberán convertirse a meses, lo cual arroja como saldo 64,5 meses.
Lcc = 843.750 x [((1 + 0,4867%)^(64,5) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 843.750 x [((1,004867)^(64,5) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 843.750 x [(1,367740409 – 1) / 0,4867%]
Lcc = 843.750 x [0,367740409 / 0,4867%]
Lcc = 843.750 x 75,55792254
Lcc = $63.751.997
El lucro cesante por el segundo período asciende a la suma de
sesenta y tres millones setecientos cincuenta y un mil novecientos
noventa y siete pesos m/l ($63.751.997 m/l), para un total de sesenta
y ocho millones seiscientos cuarenta y cinco mil novecientos noven-
ta y siete pesos m/l ($68.6445.997 m/l).
c. Lucro Cesante Futuro
Frente al lucro cesante futuro, el valor actualizado es el mismo
que usamos para la liquidación del segundo lucro cesante conso-
lidado, pero el tiempo será su vida probable expresada en meses,
para lo cual es necesario determinar la edad de la víctima directa
al momento de la liquidación.

Año Mes Día


2013 09 30
1989 03 30
24 06 00

A la fecha de la liquidación la víctima directa tenía veinticuatro


años y seis meses. Al remitirnos a la tabla de vida probable expedi-
da por la Superintendencia Financiera155 en el año 2010, se encuen-
tra que la expectativa de vida para un hombre de veinticuatro años
es de 56,1 años.
Al analizar la referida documentación se encuentra que los va-
lores asignados son para años exactos, es decir, para alguien que

155
Resolución 1555 del 30 de julio de 2010.

[ 79 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

acaba de cumplir veinticuatro años, pero no figura el valor para al-


guien que tiene veinticuatro años y seis meses de vida. Es por lo an-
terior que es necesario, de la vida probable de la víctima, descontar
el tiempo ya vivido de su vida probable, es decir, para el presente
caso, de los 56,1 años que tiene de vida probable nuestra víctima,
se deben deducir los seis meses que ya vivió de su expectativa de
vida, así:
56,1 x 12 = 673,2 – 6 = 667,2
Lcf = 843.750 x [((1 + 0,4867%)^(667,2) – 1) / (0,4867% x
(1 + 0,4867%)^(667,2))]
Lcf = 843.750 x [((1,004867)^(667,2) – 1) / (0,4867% x
(1,004867)^(667,2))]
Lcf = 843.750 x [(25,51804206 – 1) / (0,4867% x 25,51804206)]
Lcf = 843.750 x [24,51804206 / 0,1241963107]
Lcf = 843.750 x 197,4136101
Lcf = 166.567.734
El lucro cesante futuro equivale a la suma de ciento sesenta y
seis millones quinientos sesenta y siete mil setecientos treinta y
cuatro pesos m/l ($166.567.734 m/l).

5.3 El pasado 7 de abril de 2006, una persona, al transitar por la


vía pública, es impactada por un bulto de cemento que lo lesiona en
su cabeza, lo que le genera una pérdida de capacidad laboral per-
manente del 64%. Al momento del accidente la víctima devengaba
la suma de $1.500.000 y era independiente.
Estuvo incapacitada desde el mismo día del accidente hasta el
5 de enero de 2007. Los gastos médicos ascendieron a la suma de
$28.700.000, que fueron sufragados por el responsable. La víctima
era una mujer que había nacido el 30 de julio de 1973. Se requiere
realizar la liquidación de los perjuicios al 30 de septiembre de 2013.
Solución:
a. Daño Emergente Consolidado
Con relación al daño emergente, atendiendo que fue el mismo
responsable quien lo sufragó, no se debe liquidar porque ya fue pa-
gado.

[ 80 ]
5. Ejemplos

b. Lucro Cesante Consolidado


Ahora, frente al lucro cesante se han planteado dos posibles so-
luciones disímiles: la primera expone que el monto a indemnizar
equivale a la pérdida de capacidad laboral sufrida por la víctima, en
este caso, del 64%; la otra solución plantea que, cuando la pérdida
de capacidad laboral es igual o superior al 50%, la indemnización
deberá realizarse con el 100% de los ingresos156, toda vez que la
lesión fue tan grave que la víctima obtiene el derecho a la pensión,
siempre que se reúnan los demás requisitos157. Esta segunda co-
rriente es la que se adopta en el presente texto.
Precisado lo anterior, lo que procede es realizar la respectiva
actualización del ingreso, para lo cual se requiere encontrar los res-
pectivos índices, siendo el final el del mes de la liquidación (sep-
tiembre de 2013), y el inicial el del mes del daño (abril de 2006).
Va = 1.500.000 x (114,23 / 86,10)
Va = 1.500.000 x 1,326713124
Va = 1.990.070
Al ser independiente la víctima directa, no hay lugar a incre-
mentar dicho valor con el factor prestacional. Igualmente, al estar
viva la víctima directa, se impide que dicho rubro sea descontado
con los gastos personales.
A continuación debemos hallar el tiempo total transcurrido des-
de el momento del daño (7 de abril de 2006) hasta la fecha de la
liquidación (30 de septiembre de 2013).

Año Mes Día


2013 09 30
2006 04 07
07 05 23+1

156
Esta posición ha sido adoptada por el Consejo de Estado. Cfr. Sentencia
del 11 de febrero de 2009 de la Sección Tercera de la Sala de lo Conten-
cioso Administrativo del Consejo de Estado, Consejero Ponente: Myriam
Guerrero de Escobar, expediente: 54001-23-31-000-1993-08025-01(14726).
Igualmente, esta providencia cita la sentencia del 30 de agosto de 2007,
expediente 15724, Consejero Ponente: Ramiro Saavedra Becerra.
157
Los cuales atañen a semanas cotizadas, fidelidad al sistema, entre otros.

[ 81 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

El tiempo durante el cual se ha causado lucro cesante consoli-


dado es de siete años, cinco meses y veinticuatro días158, el cual,
expresado en meses, asciende a 89,8.
Recuérdese que durante la incapacidad la pérdida de capacidad
laboral es del 100%, al igual que cuando la pérdida de capacidad
laboral es igual o superior al 50%, por lo que ambos períodos no
presentan ninguna diferencia que amerite que se liquiden de forma
independiente, tal y como ocurrió en el ejemplo 5.2.
Luego, debido a que hemos hallados las dos variables requeri-
das por la fórmula del lucro cesante consolidado, procedemos a su
reemplazo:

Lcc = 1.990.070 x [((1 + 0,4867%)^(89,8) – 1) / 0,4867%]


Lcc = 1.990.070 x [((1,004867)^(89,8) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.990.070 x [(1,546503322 – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.990.070 x [0,546503322 / 0,4867%]
Lcc = 1.990.070 x 112,2875122
Lcc = $223.460.009

El lucro cesante consolidado equivale a la suma de $223.460.009

c. Lucro Cesante Futuro


Para el lucro cesante futuro, debido a que ya hallamos el valor
actualizado, solo resta encontrar el valor del tiempo durante el cual
se indemnizará dicho perjuicio, para lo cual debemos encontrar la
vida probable de la víctima directa, toda vez que, estando viva, es
la única que lo puede reclamar.
Para ello se requiere encontrar la edad al momento de la liqui-
dación.

Año Mes Día


2013 09 30
1973 07 30
040 02 00

158
Tal y como se indicó en el capítulo 3.1., para esta clase de perjuicio es ne-
cesario adicionar un día.

[ 82 ]
5. Ejemplos

A la fecha de la liquidación la víctima directa tenía cuarenta


años y dos meses. Al remitirnos a la tabla de vida probable expedi-
da por la Superintendencia Financiera159 en el año 2010, se encuen-
tra que la expectativa de vida para una mujer de cuarenta años es
de 45,7 años.
Al analizar la referida documentación, se encuentra que los valo-
res asignados son para años exactos, es decir, para alguien que aca-
ba de cumplir cuarenta años, pero no figura el valor para alguien
que tiene cuarenta años y dos meses de vida. Es por lo anterior que
es necesario, de la vida probable de la víctima, descontar el tiempo
ya vivido de su vida probable, es decir, para el presente caso, de
los 45,7 años que tiene de vida probable nuestra víctima, se deben
deducir los dos meses que ya vivió de su expectativa de vida, así:
45,7 x 12 = 548,4 – 2 = 546,4
Lcf = 1.990.070 x [((1 + 0,4867%)^(546,4) – 1) / (0,4867% x (1 +
0,4867%)^(546,4))]
Lcf = 1.990.070 x [((1,004867)^(546,4) – 1) / (0,4867% x (1,004867)^(
546,4))]
Lcf = 1.990.070 x [(14,19483612 – 1) / (0,4867% x 14,19483612)]
Lcf = 1.990.070 x [13,19483612 / 0,06908626739]
Lcf = 1.990.070 x 190,9907225
Lcf = 380.084.907
Por concepto de lucro cesante futuro se causó un perjuicio que
asciende a la suma de $380.084.907

5.4. Una persona es arrollada por un vehículo el 3 de marzo de


2009, quien fallece de forma inmediata. Los gastos fúnebres fue-
ron asumidos por su esposa el mismo día de la muerte, y sumaron
$3.800.000
La víctima directa había nacido el 7 de noviembre de 1981 y era
el encargado de velar por su hogar, el cual se encontraba conforma-
do por él y su esposa, quien había nacido el 14 de marzo de 1992. Al
momento del accidente la víctima directa se encontraba trabajando
producto de una relación laboral, pero a la liquidación, una persona

159
Resolución 1555 del 30 de julio de 2010.

[ 83 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

en ese cargo devengaría $1.200.000. Se pide liquidar al 30 de sep-


tiembre de 2013.
Solución:
a. Daño Emergente Consolidado
El daño emergente será cobrado por su esposa, en calidad de
víctima indirecta, mediante la acción personal, para lo cual se debe
hallar el período comprendido desde el desembolso (3 de marzo de
2009) y la fecha de la liquidación (30 de septiembre de 2013), así
como los respectivos índices de dichas fechas.
El índice del mes de marzo de 2009 fue de 101,94, mientras que
el de septiembre de 2013 fue de 114,23.

Año Mes Día


2013 09 30
2009 03 03
04 06 27

El período durante el cual se liquidará el daño emergente con-


solidado será de cuatro años, seis meses y veintisiete días, lo que,
expresado en meses, equivale a 54,9 meses.
Va = 3.800.000 x (114,23 / 101,94)
Va = 3.800.000 x 1,120561114
Va = 4.258.132
El valor desembolsado por gastos funerarios, a la fecha de la
liquidación, asciende a 4.258.132
Dec = 4.258.132 x (1 + 0,4867%)^54,9
Dec = 4.258.132 x (1,004867)^54,9
Dec = 4.258.132 x 1,305453089
Dec = 5.558.792
La indemnización por daño emergente consolidado será de
$5.558.792; atendiendo a que fue la esposa la encargada de sufra-
gar este rubro, será ella quien, en su calidad de víctima indirecta,
mediante la acción personal, cobrará este rubro.

[ 84 ]
5. Ejemplos

b. Lucro Cesante Consolidado


Debido a que la víctima directa falleció de forma instantánea,
será la víctima indirecta (esposa) quien, mediante la acción perso-
nal, cobrará sus propios perjuicios por concepto de lucro cesante.
Toda vez que se ha establecido el monto que recibiría la víctima
directa al momento de la liquidación, no procede la indexación de
sus ingresos, aunque, por la relación laboral, se deberá incrementar
por las prestaciones sociales.
1.200.000 x 25% = 300.000 + 1.200.000 = 1.500.000
A este valor se le deben descontar los gastos personales, que,
según la regla general, ascienden al 25%, así:
1.500.000 x 25% = 375.000
1.500.000 – 375.000 = 1.125.000
Para liquidar el daño emergente consolidado fue necesario ha-
llar el tiempo transcurrido desde el momento en el cual se desem-
bolsó el dinero por gastos funerarios hasta la liquidación, por lo que
no será necesario volverlo a hallar, toda vez que son equivalentes,
aunque se le deberá adicionar un día, debido a que el lucro cesante
se sufrió desde el momento de la muerte, mientras que el valor
desembolsado por daño emergente sufre variaciones desde el día
siguiente.
Lcc = 1.125.000 x [((1 + 0,4867%)^(54,93) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.125.000 x [((1,004867)^(54,93) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.125.000 x [(1,30564325 – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.125.000 x [0,30564325 / 0,4867%]
Lcc = 1.125.000 x 62,79910613
Lcc = $70.648.994
El lucro cesante consolidado asciende a $70.648.994
c. Lucro Cesante Futuro
Para el lucro cesante futuro el valor actualizado es el mismo que
se utilizó para el lucro cesante consolidado.

[ 85 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Frente a la duración, es necesario hallar la vida probable tanto


de la víctima directa como de la indirecta, para utilizar el tiempo
menor160.
Para la víctima directa, mediante una ficción, se proyectará la
edad que tendría al momento de la liquidación, para poder realizar
una adecuada comparación frente a la víctima indirecta.
Año Mes Día
2013 09 30
1981 11 07
31 10 23

A la liquidación, la víctima directa tendría treintaiún años, diez


meses y veintitrés días, lo que, al analizar la vida probable, arroja
un valor de 49,4 años. A dicho valor se le deberá descontar el tiempo
ya vivido, así:
49,4 x 12 = 592,8 – 10,77 = 582,03.

Año Mes Día


2013 09 30
1992 03 17
21 06 16

A la liquidación, la víctima indirecta tenía veintiún años, seis


meses y dieciséis días, lo que, al analizar la vida probable, arroja
un valor de 64,2 años. A dicho valor se le deberá descontar el tiempo
ya vivido, así:
64,2 x 12 = 770,4 – 6,53 = 763,87
Al comparar las dos vidas probables, se tiene que es menor la de
la víctima directa, por lo que, se insiste, será este valor con el que
se trabaje.

160
Se utiliza la menor debido a que si la vida probable de la víctima directa es
menor que la de la indirecta, sólo por el tiempo de su vida probable, tendrá
a su cargo la manutención del hogar; mientras que si la de la indirecta es
menor, sólo por ese tiempo podrá solicitarle a la directa la colaboración
económica.

[ 86 ]
5. Ejemplos

Lcf = 1.125.000 x [((1 + 0,4867%)^(582,03) – 1) / (0,4867% x (1 +


0,4867%)^(582,03))]
Lcf = 1.125.000 x [((1,004867)^(582,03) – 1) / (0,4867% x
(1,004867)^(582,03))]
Lcf = 1.125.000 x [(16,87560053 – 1) / (0,4867% x 16,87560053)]
Lcf = 1.125.000 x [15,87560053 / 0,08213354776]
Lcf = 1.125.000 x 193,2900862
Lcf = 217.451.387
La víctima indirecta tiene derecho a recibir, por concepto de lu-
cro cesante futuro la suma de $217.451.387
5.5. El 5 de junio de 2007 una persona, en un centro comercial, al
apoyarse sobre una baranda defectuosa, sufre una aparatosa caída
del quinto piso, quien fallece como consecuencia de la lesión el 29
de mayo del año siguiente. Durante el período previo estuvo inca-
pacitado.
La víctima directa había nacido el 17 de octubre de 1973 y era
el encargado de velar por su hogar, el cual se encontraba confor-
mado por él y su madre, quien nació el 9 de diciembre de 1952. Al
momento del accidente la víctima directa se encontraba trabajando
producto de una relación laboral, pero actualmente, una persona en
ese cargo devengaría $1.200.000; se pide liquidar al 30 de septiem-
bre de 2013.
Solución:
a. Lucro Cesante Consolidado
El lucro cesante consolidado debe liquidarse, de forma indepen-
diente, durante dos períodos: desde el accidente hasta la muerte
de la víctima directa, y desde su muerte hasta el momento de la
liquidación, toda vez que en ambos se utilizan variables diferentes.

Año Mes Día


2008 05 29
2007 06 05
00 11 24+1

Desde el accidente hasta la muerte han transcurrido once meses y


veinticinco días, lo cual, expresado en meses, equivale a 11,83 meses.

[ 87 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Debido a que se ha establecido el monto que recibiría la víctima


de estar viva al momento de la liquidación, no procede la indexa-
ción de sus ingresos, aunque, por la relación laboral, se deberá in-
crementar por las prestaciones sociales.
1.200.000 x 25% = 300.000 + 1.200.000 = 1.500.000
El lucro cesante consolidado que se liquidará por el primer pe-
ríodo, atendiendo que durante dicho lapso la víctima directa se
encontraba con vida, no requiere que los gastos personales sean
descontados.
Lcc = 1.500.000 x [((1 + 0,4867%)^(11,83) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.500.000 x [((1,004867)^(11,83) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.500.000 x [(1,059118491 – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.500.000 x [0,059118491 / 0,4867%]
Lcc = 1.500.000 x 12,14680325
Lcc = $18.220.205
El lucro cesante por el primer período asciende a $18.220.205,
valor que será cobrado por los herederos mediante la acción heredi-
taria. Para el período comprendido desde la muerte hasta la liqui-
dación si es indispensable que de los ingresos se descuenten los gas-
tos personales, que, según la regla general, ascienden al 25%, así:
1.500.000 x 25% = 375.000
1.500.000 – 375.000 = 1.125.000
Para el tiempo se toma como fecha final la fecha de la liquida-
ción, y la inicial será la fecha de la muerte.

Año Mes Día


2013 09 30
2008 05 29
05 04 01

El tiempo del segundo lucro cesante consolidado fue de cinco


años, cuatro meses y un día, que, expresado en meses, equivale a
64,03 meses.
Lcc = 1.125.000 x [((1 + 0,4867%)^(64,03) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.125.000 x [((1,004867)^(64,03) – 1) / 0,4867%]

[ 88 ]
5. Ejemplos

Lcc = 1.125.000 x [(1,364622864 – 1) / 0,4867%]


Lcc = 1.125.000 x [0,364622864 / 0,4867%]
Lcc = 1.125.000 x 74,91737497
Lcc = $84.282.047

El segundo lucro cesante consolidado asciende a la suma de


$84.282.047, el cual será cobrado por la víctima indirecta mediante
la acción personal.
b. Lucro Cesante Futuro
Para el lucro cesante futuro no es necesario hallar nuevamente
el valor actualizado, por cuanto es el mismo usado en el segundo
lucro cesante consolidado.
Con relación al tiempo, el usado es el tiempo menor que resulte
de comparar la vida probable tanto de la víctima directa como de la
indirecta, aunque, atendiendo que la víctima indirecta es la madre
de la víctima directa, es apenas obvio que su vida probable es infe-
rior a la de su hijo.

Año Mes Día


2013 09 30
1952 12 09
60 09 21

A la liquidación, la víctima indirecta tendría sesenta años, nue-


ve meses y veintiún días, lo que, al analizar la vida probable, arroja
un valor de veintisiete años. A dicho valor se le deberá descontar el
tiempo ya vivido, así:
27 x 12 = 324 – 9,7 = 314,3
Halladas las variables, se procede a reemplazar los valores en
la fórmula.
Lcf = 1.125.000 x [((1 + 0,4867%)^(314,3) – 1) / (0,4867% x (1 +
0,4867%)^(314,3))]
Lcf = 1.125.000 x [((1,004867)^(314,3) – 1) / (0,4867% x
(1,004867)^(314,3))]
Lcf = 1.125.000 x [(4,59968404 – 1) / (0,4867% x 4,59968404)]

[ 89 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Lcf = 1.125.000 x [3,59968404 / 0,02238666222]


Lcf = 1.125.000 x 160,7959241
Lcf = 180.895.415
La víctima indirecta tiene derecho a recibir, por concepto de lu-
cro cesante futuro la suma de $180.895.415

5.6. Durante una intervención quirúrgica una mujer es lesiona-


da por el médico tratante, generándole una enfermedad por insufi-
ciencia venosa. Para el tratamiento de su lesión se requiere el uso
periódico de unas medias elásticas (medias con gradiente de pre-
sión) en la pierna izquierda, las cuales le fueron ordenadas desde
el 6 de noviembre de 2006. Dicha receta se realizó por una duración
indeterminada.
La víctima debe adquirir las medias de forma periódica, lo que
realiza cada tres meses. El valor de las medias, al 6 de noviembre
de 2006, era de $23.000; la víctima directa nació el 7 de marzo de
1948. Se pide liquidar los perjuicios al 30 de septiembre de 2013.
Solución:
a. Daño Emergente Consolidado
En el presente caso nos centraremos en la liquidación del daño
emergente, el cual, por presentar una modalidad periódica, se li-
quida a través de las fórmulas del lucro cesante, tanto consolidado
como futuro.
En primer lugar debemos hallar el valor que la víctima ha gas-
tado en la adquisición de las medias, para lo cual procedemos a
actualizar la suma de $23.000 (valor de las medias) desde el 6 de
noviembre de 2006 hasta la fecha de la liquidación (septiembre 30
de 2013). Los índices a utilizar serán los correspondientes de las
precitadas fechas:
Va = 23.000 x (114,23 / 87,67)
Va = 23.000 x 1,30295426
Va = 29.968
A la fecha de la liquidación, los $23.000 que la víctima directa
gastó en las medias equivalen a $29.968.

[ 90 ]
5. Ejemplos

Ahora debemos encontrar el tiempo transcurrido desde el pri-


mer desembolso (noviembre 6 de 2006) hasta la liquidación (sep-
tiembre 30 de 2013).

Año Mes Día


2013 09 30
2006 11 06
06 10 24

El período durante el cual se ha causado lucro cesante consolida-


do es de seis años, diez meses y veinticuatro días, lo que expresado
en meses equivale a 82,8 meses. Ahora, atendiendo que el gasto es
trimestral, el tiempo total transcurrido desde la fecha en la cual le
ordenaron el uso de las medias hasta la liquidación debe dividirse
entre 3.
82,8 / 3 = 27,6
Una vez hemos hallado los valores exigidos por la formula, pro-
cedemos a efectuar su reemplazo:
Dec = 29.968 x [((1 + 0,4867%)^(27,6) – 1) / 0,4867%]
Dec = 29.968 x [((1,004867)^(27,6) – 1) / 0,4867%]
Dec = 29.968 x [(1,143396669 – 1) / 0,4867%]
Dec = 29.968 x [0,143396669 / 0,4867%]
Dec = 29.968 x 29,46305097
Dec = $882.949
El valor a reconocer por daño emergente consolidado equivale a
$882.949
b. Daño Emergente Futuro
Frente al daño emergente futuro, el valor actualizado que se usó
para liquidar el daño emergente consolidado es el mismo, por lo
que no será necesario actualizar su valor. Para hallar su duración
es necesario determinar la edad de la víctima directa, para poder
establecer su vida probable, que será el tiempo durante el cual re-
querirá de las citadas medias.

[ 91 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Año Mes Día


2013 09 30
1948 03 07
65 06 23

A la liquidación, la víctima directa tendría sesenta y cinco años,


seis meses y veintitrés días, lo que, al analizar la vida probable,
arroja un valor de 22,7 años. A dicho valor se le deberá descontar el
tiempo ya vivido, así:
22,7 x 12 = 272,4 – 6,77 = 265,63
Al igual que en el daño emergente consolidado, atendiendo a que
el gasto es trimestral, es necesario que la vida probable de la vícti-
ma directa se divida entre tres.
265,63 / 3 = 88,54
Una vez hemos hallado los valores exigidos por la fórmula, pro-
cedemos a efectuar su reemplazo.
Def = 29.968 x [((1 + 0,4867%)^(88,54) – 1) / (0,4867% x (1 + 0,4867%)
^(88,54))]
Def = 29.968 x [((1,004867)^(88,54) – 1) / (0,4867% x (1,004867)
^(88,54))]
Def = 29.968 x [(1,537071398 – 1) / (0,4867% x 1,537071398)]
Def = 29.968 x [0,537071398 / 0,007480926493]
Def = 29.968 x 71,79209667
Def = 2.151.466
Por concepto de daño emergente futuro se ha causado la suma
de $2.151.466

5.7. El pasado 9 de julio de 2012 un bus que se dirigía a la ciudad


de Santa Marta fue impactado por un tractocamión, lo que ocasionó
que varios de sus pasajeros sufrieran lesiones, entre ellos un artista
que para el día 13 de julio de 2012 tenía una presentación, por la
que le pagarían $6.700.000 en la misma fecha del evento.
Como consecuencia del accidente no pudo llegar a su presenta-
ción, razón por la cual sus honorarios no le fueron cancelados. Se
pide liquidar los perjuicios al 30 de septiembre de 2013.

[ 92 ]
5. Ejemplos

Solución:
a. Lucro Cesante Consolidado
Atendiendo a que la suma que se reclamará es una suma única
pasada se procederá a realizar la respectiva liquidación con la fór-
mula establecida para el daño emergente consolidado.
En primer lugar debemos encontrar el tiempo durante el cual se
causó el perjuicio. La fecha que se tomará como inicial será la fecha
en la cual se iba a realizar el pago, y no la fecha del accidente, toda
vez que el lucro cesante se presentó tan sólo el 13 de julio de 2012.

Año Mes Día


2013 09 30
2012 07 13
01 02 17+1

Desde el momento que se causó el lucro cesante hasta la liqui-


dación han transcurrido un año, dos meses y dieciocho días, lo que
expresado en meses equivale a 14,6 meses.
En segundo lugar, debemos actualizar el valor que le sería su-
fragado a la víctima directa por concepto de honorarios, para lo cual
requerimos los índices de julio de 2012 y de septiembre de 2013.
Va = 6.700.000 x (114,23 / 111,32)
Va = 6.700.000 x 1,026140855
Va = 6.875.144
Hallados los valores, procedemos a reemplazar en la fórmula:
Lcc = 6.875.144 x (1 + 0,4867%)^14,6
Lcc = 6.875.144 x (1,004867)^14,6
Lcc = 6.875.144 x 1.073458672
Lcc = 7.380.183
Por concepto de lucro cesante consolidado se cancelará la suma
de $7.380.183

5.8. El 5 de abril de 2009 un vehículo tipo taxi es impactado por


un bus, mientras se encontraba estacionado, causándole serias ave-
rías, al punto que no se puede movilizar. Su propietario no posee

[ 93 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

los medios económicos para sufragar la reparación, pero aporta una


cotización, con fecha del 15 de abril de 2009, en donde se indica que
el valor de la reparación es de $13.562.000, y que el tiempo estimado
de entrega es de un mes y medio. Adicionalmente, para poder reali-
zar la cotización tuvo que pagar una grúa, por valor de $150.000, los
cuales sufragó el mismo día de la inspección al vehículo.
Los ingresos netos que le reportaba dicho bien a su propietario
(que era el mismo conductor), al momento del daño, ascendían a la
suma de $1.850.000 mensuales, aproximadamente. Se pide realizar
la liquidación al 30 de septiembre de 2013.
Solución:
a. Daño Emergente Consolidado
Se han causado dos daños emergentes: el valor de reparación
del bien y el costo de la grúa. Frente al primero, pese a no haberse
sufragado, se tiene la prueba del valor a una fecha determinada
(fecha de la cotización) y será sobre este valor que se realizará la
liquidación. Ahora, con relación al valor de la grúa, atendiendo a
que se sufragó el mismo día de la cotización del vehículo, es posible
sumar ambos valores y liquidarlos como una suma única.
13.562.000 + 150.000 = 13.712.000
La fecha que se tomará como inicial es la fecha de la cotización,
mas no la fecha del accidente, toda vez que a esa fecha no se tiene
un valor preciso del perjuicio.

Año Mes Día


2013 09 30
2009 04 15
04 05 15

Desde el momento en que se causó el daño emergente hasta la


fecha de la liquidación han transcurrido cuatro años, cinco meses y
quince días, lo que expresado en meses equivale a 53,5 meses.
Ahora, los índices que se utilizarán serán los del mes de abril de
2009 (fecha de la cotización y del pago) y el de septiembre de 2013
(fecha de la liquidación).

[ 94 ]
5. Ejemplos

Va = 13.712.000 x (114,23 / 102,26)


Va = 13.712.000 x 1,117054567
Va = 15.317.052
La base para liquidar el daño emergente equivale a $15.317.052
Dec = 15.317.052 x (1 + 0,4867%)^53,5
Dec = 15.317.052 x 1,004867^53,5
Dec = 15.317.052 x 1,296609658
Dec = 19.860.238

El valor del daño emergente causado asciende a la suma de


$19.860.238; este valor comprende el costo de la reparación y el va-
lor de la grúa.
b. Lucro Cesante Consolidado
Frente al lucro cesante consolidado, se ha causado desde el día
del accidente, inclusive, razón por la cual habrá que adicionarle un
día al resultado final así:

Año Mes Día


2013 09 30
2009 04 05
04 05 25+1

El tiempo transcurrido desde el accidente hasta la liquidación es


de cuatro años, cinco meses y veintiséis días, lo que expresado en
meses equivale a 53,87 meses.
La producción neta del vehículo debe ser actualizada a la fecha
de la liquidación, para lo que se usarán los índices de abril de 2009
(fecha accidente) y septiembre de 2013 (fecha de la liquidación)
Va = 1.850.000 x (114,23 / 102,26)
Va = 1.850.000 x 1,117054567
Va = 2.066.550
El valor que se tendrá como base para el lucro cesante consoli-
dado es de $2.066.550
Al hallar los valores procedemos a reemplazarlos en la respecti-
va fórmula:

[ 95 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Lcc = 2.066.550 x [((1 + 0,4867%)^(53,87) – 1) / 0,4867%]


Lcc = 2.066.550 x [((1,004867)^( 53,87) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 2.066.550 x [(1,29894101 – 1) / 0,4867%]
Lcc = 2.066.550 x [0,29894101 / 0,4867%]
Lcc = 2.066.550 x 61,42202793
Lcc = $126.931.692
El lucro cesante consolidado que se ha causado a la fecha de la
liquidación es de $126.931.692
c. Lucro Cesante Futuro
Ahora, debe tenerse en cuenta que también se causará lucro ce-
sante futuro durante el tiempo que dure la reparación que, según
la cotización, es de 1,5 meses. Para este cálculo, el valor usado como
base en el lucro cesante consolidado es compatible, por lo que lo
usaremos en esta fórmula:
Lcf = 2.066.550 x [((1 + 0,4867%)^(1,5) – 1) / (0,4867% x (1 +
0,4867%)^(1,5))]
Lcf = 2.066.550x [((1,004867)^(1,5) – 1) / (0,4867% x (1,004867)^(1,5))]
Lcf = 2.066.550 x [(1,007309376 – 1) / (0,4867% x 1,007309376)]
Lcf = 2.066.550 x [0,007309376 / 0,004902574731]
Lcf = 2.066.550 x 1,490925973
Lcf = 3.081.073
El valor del lucro cesante futuro asciende a la suma de
$3.081.073

5.9. El 24 de diciembre de 2008, la familia Montoya Henao, en un


viaje de placer a la ciudad de Santa Marta, decide rentar un kayak,
en el cual viajarán tres de sus miembros.
Durante el viaje, debido a los fuertes vientos y el mar de leva, la
embarcación sufre un volcamiento. De los tres ocupantes sólo uno
fue rescatado y, a la fecha, los dos restantes continúan desapare-
cidos.
Las labores de búsqueda se suspendieron oficialmente el 21 de
enero de 2009.
Desde el 19 de diciembre de 2008, el IDEAM le advirtió a la Capi-
tanía de Puerto de Santa Marta sobre los vientos y la marea, por lo

[ 96 ]
5. Ejemplos

que le solicitó prohibir el zarpe de embarcaciones menores en toda


la región. Pese a lo anterior, por parte de la Capitanía de Puerto se
permitió que el referido kayak zarpara.
El hermano mayor era el encargado de la manutención de sus
padres, toda vez que estos no contaban con un trabajo estable, y
sólo esporádicamente realizaban labores remuneradas. Él había
nacido el 15 de febrero de 1981. Su madre el 14 de febrero de 1954 y
su padre el 25 de abril de 1950. La víctima directa, al momento del
desaparecimiento devengaba $1.200.000, producto de una relación
laboral.
El hermano menor, se encontraba casado y tenía un hijo, el cual
había nacido el 5 de junio de 2006. Su esposa nació el 29 de agosto
de 1987 y la víctima directa había nacido el 7 de septiembre de 1985.
Era el encargado de velar por su hogar y al 24 de diciembre de 2008
devengaba la suma de $1.450.000, producto de una relación laboral.
Como consecuencia de la desaparición, sus familiares iniciaron
el procedimiento de declaración de muerte presunta por desapare-
cimiento el pasado 4 de diciembre de 2011 (a la fecha no hay fallo).
El abogado que contrataron cobró unos honorarios de $5.000.000,
los cuales le fueron cancelados por adelantado el 5 de diciembre de
2011. Dicho dinero fue sufragado por la madre. Se pide realizar la
liquidación al 30 de septiembre de 2013 (fecha del fallo).
Solución:
a. Daño Emergente Consolidado
En primer lugar se liquidará el daño emergente, para lo cual se
requiere del índice de diciembre de 2011 (fecha del pago) y de sep-
tiembre de 2013 (fecha de la liquidación):

Va = 5.000.000 x (114,23 / 109,16)


Va = 5.000.000 x 1,046445584
Va = 5.232.228

Además, es necesario fijar el tiempo transcurrido desde el des-


embolso hasta la liquidación:

[ 97 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Año Mes Día


2013 09 30
2011 12 05
01 09 25

El tiempo durante el cual se debe liquidar el daño emergente


consolidado es de un año, nueve meses y veinticinco días, lo que,
expresado en meses, equivale a 21,83 meses.
Dec = 5.232.228 x (1 + 0,4867%)^21,83
Dec = 5.232.228 x 1,004867^21,83
Dec = 5.232.228 x 1,11180953
Dec = 5.817.241
El daño emergente consolidado será cobrado por la madre en
su condición de víctima indirecta, mediante la acción personal, y
asciende a $5.817.241.
b. Lucro Cesante Consolidado (hermano mayor)
Antes de iniciarse la liquidación del lucro cesante, se aclara que
los perjuicios derivados de la desaparición de las víctimas directas
serán liquidados de forma independiente, empezando por el herma-
no mayor y culminando con el menor.
En primer lugar, se debe encontrar el valor con base en el cual
se liquidará el lucro cesante consolidado, para lo que se procede a
actualizar sus ingresos con los índices de diciembre de 2008 (fecha
del evento dañoso) y septiembre de 2013 (fecha de la liquidación),
adicionarle el factor prestacional y descontarle los gastos persona-
les, aunque no haya fallecido. Atendiendo que su estado actual de
desaparecido le impide continuar gastando la parte de su salario
que destinaba a sí mismo, es necesario realizar la deducción.
Va = 1.200.000 x (114,23 / 100,00)
Va = 1.200.000 x 1,1423
Va = 1.370.760
1.370.760 x 25% = 342.690 + 1.370.760 = 1.713.450
1.713.450 x 25% = 428.363
1.713.450 – 428.363 = 1.285.088

[ 98 ]
5. Ejemplos

El valor actualizado con el cual se liquidará el lucro cesante es


de $1.285.088
Ahora, es necesario encontrar el tiempo transcurrido desde el
momento de la desaparición hasta la liquidación, período en el cual
se causó el lucro cesante consolidado:
Año Mes Día
2013 09 30
2008 12 24
04 09 06+1

Desde de la desaparición han transcurrido cuatro años, nueve


meses y siete días, lo que, expresado en meses, equivale a 57,23
meses. Con estos valores se procede a reemplazar los valores en la
fórmula:
Lcc = 1.177.252 x [((1 + 0,4867%)^(57,23) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.285.088 x [((1,004867)^( 57,23) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.285.088 x [(1,32030501 – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.285.088 x [0,32030501 / 0,4867%]
Lcc = 1.285.088 x 65,8115903
Lcc = $84.573.685
El lucro cesante consolidado asciende a la suma de $84.573.685,
el cual, atendiendo que no se establecieron valores o porcentajes
que la víctima directa destinaba a cada uno de sus progenitores,
será distribuido por partes iguales.
84.573.685 / 2 = 42.286.842
Cada una de las víctimas indirectas, por concepto de lucro cesan-
te consolidado tiene derecho a $38.738.413
c. Lucro Cesante Futuro (hermano mayor)
Para el lucro cesante futuro el valor actualizado es el mismo que
se utilizó para el lucro cesante consolidado, aunque será dividido
entre dos, atendiendo que no se fijó un monto o valor específico que
destinara a cada uno de ellos:
1.285.088 / 2 = 642.544

[ 99 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Frente a la duración, es necesario hallar la vida probable tanto


de la víctima directa como de la indirecta, para utilizar el tiempo
menor161.
Para la víctima directa, mediante una ficción, se proyectará la
edad que tendría al momento de la liquidación, para poder realizar
una adecuada comparación frente a la víctima indirecta

Año Mes Día


2013 09 30
1981 02 15
32 07 15

A la liquidación, la víctima directa tendría treinta y dos años,


siete meses y quince días, lo que, al analizar la vida probable, arro-
ja un valor de 48,4. A dicho valor se le deberá descontar el tiempo
ya vivido, así:
48,4 x 12 = 580,8 – 7,5 = 573,3.

Año Mes Día


2013 09 30
1954 02 14
59 07 16

A la liquidación, la víctima indirecta (mamá) tendría cincuenta


y nueve años, siete meses y diecisés días, lo que, al analizar la vida
probable, arroja un valor de 27,9 años. A dicho valor se le deberá
descontar el tiempo ya vivido, así:
27,9 x 12 = 334,8 – 7,53 = 327,27
Al comparar las dos vidas probables, se tiene que es menor la de
la víctima indirecta, por lo que, se insiste, será este valor con el que

161
Se utiliza la menor debido a que si la vida probable de la víctima directa es
menor que la de la indirecta, sólo por el tiempo de su vida probable, tendrá
a su cargo la manutención del hogar; mientras que si la de la indirecta es
menor, sólo por ese tiempo podrá solicitarle a la directa la colaboración
económica.

[ 100 ]
5. Ejemplos

se trabajará con relación a la mamá. Para el padre debe realizarse


el mismo análisis:

Año Mes Día


2013 09 30
1950 04 25
63 05 05

A la liquidación, la víctima indirecta (papá) tendría sesenta y


tres años, cinco meses y cinco días, lo que, al analizar la vida proba-
ble, arroja un valor de 20,5 años. A dicho valor se le deberá descon-
tar el tiempo ya vivido, así:
20,5 x 12 = 246 – 5,17 = 240,83
Al comparar las dos vidas probables se tiene que es menor la de
la víctima indirecta, por lo que será este valor con el que se traba-
jará con relación al papá.
Ahora, atendiendo que no se indicó el valor o porcentaje que la
víctima directa destinaba a cada una de las víctimas indirectas,
se tiene que el valor asignado a cada uno de ellos es equivalente o
igual. Además, cuando una de las víctimas indirectas pierda su de-
recho, su cuota acrecerá a la de la otra, es decir, una vez que el papá
de la víctima directa pierda su derecho (pasados 240,83 meses), la
madre de la víctima directa se beneficiará con su cuota, toda vez
que el total del ingreso del desaparecido será destinado para ella,
así:

Valor actualizado (Va) Tiempo (n)


Papá $ 642.544 240,83
$ 642.544 240,83
Mamá
$ 1.285.088 86,44

Veamos: El valor actualizado que la víctima directa destinaba


a la manutención de su hogar era de $1.285.088, el cual, según se
indicó, se destina, en principio, en partes iguales a cada uno de los
padres:
1.285.088 / 2 = 642.544

[ 101 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

El padre de la víctima directa dependería de él durante 240,83


meses. Durante ese tiempo tiene derecho a recibir la mitad del sa-
lario; pero durante ese mismo tiempo, la mamá también recibirá la
mitad del salario.
Una vez el padre pierda el derecho, se debe determinar el tiempo
durante el cual la mamá recibirá el total del salario; para ello, de
la vida probable seleccionada para ella, se debe deducir o descontar
el tiempo durante el cual recibió la mitad del sueldo junto con el
padre:
327,27 – 240,83 = 86,44; es decir, durante 86,44 meses la mamá
recibirá todo el salario.
Con estos valores se procede a reemplazar en la fórmula del lu-
cro cesante futuro, de forma individual, para cada una de las vícti-
mas indirectas:
Lcf = 642.544 x [((1 + 0,4867%)^(240,83) – 1) / (0,4867% x (1 + 0,4867%)^
(240,83))]
Lcf = 642.544 x [((1,004867)^(240,83) – 1) / (0,4867% x (1,004867)
^(240,83))]
Lcf = 642.544 x [(3,2196623 – 1) / (0,4867% x 3,2196623)]
Lcf = 642.544 x [2,2196623 / 0,01567009641]
Lcf = 642.544 x 141,6495624
Lcf = 91.016.076
El lucro cesante futuro sufrido por el padre asciende a
$91.016.076, el cual reclamará en su condición de víctima indirecta
mediante la acción personal.
Durante el primer período, la madre tiene derecho al mismo va-
lor por concepto de lucro cesante futuro, el cual reclamará mediante
la acción personal en su calidad de víctima indirecta. De otro lado,
la mamá, además, tiene derecho a un lucro cesante futuro adicio-
nal, según se indicó, que comprenderá el período en cual se encuen-
tra sola, es decir, sin su esposo.
Lcf = 1.285.088 x [((1 + 0,4867%)^(86,44) – 1) / (0,4867% x (1 + 0,4867%)
^(86,44))]
Lcf = 1.285.088 x [((1,004867)^(86,44) – 1) / (0,4867% x (1,004867)
^(86,44))]

[ 102 ]
5. Ejemplos

Lcf = 1.285.088 x [(1,521479182 – 1) / (0,4867% x 1,521479182)]


Lcf = 1.285.088 x [0,521479182 / 0,00740503918]
Lcf = 1.285.088 x 70,42220431
Lcf = 90.498.730
La mamá, durante el segundo período, tiene derecho a
$90.498.730 por concepto de lucro cesante futuro, al cual se le adi-
ciona el valor del lucro cesante futuro indicado anteriormente, así:
90.498.730 + 91.016.076 = 181.658.800
El total del lucro cesante futuro al cual tendrá derecho la mamá
asciende a la suma de $181.658.800, que serán reclamados median-
te la acción personal en su condición de víctima indirecta.
d. Lucro Cesante Consolidado (hermano menor)
Con relación al hermano menor, nuevamente iniciaremos con el
lucro cesante consolidado, para lo que se debe encontrar el valor con
base en el cual se liquidará el lucro cesante consolidado. Para ello
se procede a actualizar sus ingresos con los índices de diciembre
de 2008 (fecha del evento dañoso) y de septiembre de 2013 (fecha
de la liquidación), adicionarle el factor prestacional y descontarle
los gastos personales, aunque no haya fallecido. Atendiendo a que
su estado actual de desaparecido le impide continuar gastando la
parte de su salario que destinaba a sí mismo, es necesario realizar
la deducción:
Va = 1.450.000 x (114,23 / 100,00)
Va = 1.450.000 x 1,1423
Va = 1.656.335
1.656.335 x 25% = 1414.084 + 1.656.335 = 2.070.419
2.070.419 x 25% = 517.605
2.070.419 – 517.605 = 1.552.814
El tiempo no se debe hallar, toda vez que es el mismo que se
utilizó en la fórmula del lucro cesante consolidado del hermano ma-
yor, es decir, 57,23 meses, que es el tiempo transcurrido desde el
momento del accidente hasta la liquidación. Con estos valores se
procede a reemplazar los valores en la fórmula.
Lcc = 1.552.814 x [((1 + 0,4867%)^(57,23) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 1.552.814 x [((1,004867)^( 57,23) – 1) / 0,4867%]

[ 103 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Lcc = 1.552.814 x [(1,32030501 – 1) / 0,4867%]


Lcc = 1.552.814 x [0,32030501 / 0,4867%]
Lcc = 1.552.814 x 65,8115903
Lcc = $102.193.179
El lucro cesante consolidado asciende a la suma de $102.193.179;
atendiendo a que no se establecieron valores o porcentajes que la
víctima directa destinara a cada uno de los reclamantes, será dis-
tribuido por partes iguales:
102.193.179 / 2 = 51.096.590
Cada una de las víctimas indirectas, por concepto de lucro cesan-
te consolidado tiene derecho a $51.096.590
e. Lucro cesante Futuro (hermano menor)
Para el lucro cesante futuro, el valor actualizado es el mismo
que se utilizó para el lucro cesante consolidado, aunque se aclara,
dividido entre dos, atendiendo a que no se fijó un monto o valor es-
pecífico que destinara a cada uno de ellos:
1.552.814 / 2 = 776.407
Frente a la duración, es necesario hallar el tiempo al que tiene
derecho la víctima indirecta y la vida probable de la víctima directa,
para utilizar el tiempo menor162.
Para la víctima directa, mediante una ficción, se proyectará la
edad que tendría al momento de la liquidación, para poder realizar
una adecuada comparación frente a la víctima indirecta:

Año Mes Día


2013 09 30
1985 09 07
28 00 23

162
Se utiliza la menor debido a que si la vida probable de la víctima directa es
menor que la de la indirecta, sólo por el tiempo de su vida probable tendrá
a su cargo la manutención del hogar; mientras que si la de la indirecta es
menor, sólo por ese tiempo podrá solicitarle a la directa la colaboración
económica.

[ 104 ]
5. Ejemplos

A la liquidación, la víctima directa tendría veintiocho años y


veintitrés días, lo que, al analizar la vida probable, arroja un valor
de 52,3. A dicho valor se le deberá descontar el tiempo ya vivido, así:
52,3 x 12 = 627,6 – 0,77 = 626,83.
Con relación al hijo, se ha entendido que, tratándose de un hijo
menor de edad, tendrá derecho a reclamar lucro cesante hasta que
cumpla los veinticinco años de edad, por lo que debemos determi-
nar, en primer lugar, su edad al momento de la liquidación para
poder determinar cuánto tiempo le falta para cumplir veinticinco
años, y ese será el tiempo al que tiene derecho. Así:

Año Mes Día


2013 09 30
2006 06 05
07 03 25

A la liquidación, el hijo tiene siete años, tres meses y veinticinco


días, lo que, expresado en meses, equivale a 87,83 meses. Luego, si
el hijo tiene derecho a veinticinco años, debemos determinar cuánto
tiempo le falta para cumplir dicha edad, para lo cual convertimos
veinticinco años en meses y le descontamos el tiempo ya vivido:
25 x 12 = 300 – 87,83 = 212,17
Se tiene entonces que el hijo tiene derecho a reclamar lucro ce-
sante durante 212,17 meses.
Al comparar los dos valores, se constata que es menor la de la
víctima indirecta, por lo que será este valor con el que se trabajará
con relación al hijo.
Para la esposa debe realizarse el mismo análisis:

Año Mes Día


2013 09 30
1987 08 29
26 01 01

[ 105 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

A la liquidación, la víctima indirecta tendría veintiséis años, un


mes y un día, lo que, al analizar la vida probable, arroja un valor de
59,3 años. A dicho valor se le deberá descontar el tiempo ya vivido,
así:
59,3 x 12 = 711,6 – 1,03 = 710,57
Al comparar las dos vidas probables, se evidencia que es menor
la de la víctima directa, por lo que, se insiste, será este valor con el
que se trabajará con relación a la esposa.
Atendiendo a que no se indicó el valor o porcentaje que la víc-
tima directa destinaba a cada una de las víctimas indirectas, el
valor asignado a cada uno de ellos es equivalente o igual. Además,
cuando una de las víctimas indirectas pierda su derecho, su cuota
acrecerá a la de la otra, es decir, una vez que el hijo de la víctima
directa pierda su derecho (pasados 212,17 meses), la esposa de la
víctima directa se beneficiará con su cuota, toda vez que el total del
ingreso del desaparecido será destinado para ella, así:

Valor actualizado (Va) Tiempo (n)


Hijo $776.407 212,17
$776.407 212,17
Esposa
$1.552.814 414,66

Veamos: El valor actualizado que la víctima directa destinaba


a la manutención de su hogar era de $1.552.814, el cual, según se
indicó, se destina, en principio, en partes iguales a cada una de las
víctimas indirectas:
1.552.814 / 2 = 776.407

El hijo de la víctima directa dependería de él durante 212,17 me-


ses. Durante ese tiempo tiene derecho a recibir la mitad del salario;
pero durante ese mismo tiempo, la esposa también recibirá la mi-
tad del salario.
Una vez el hijo pierda el derecho, se debe determinar el tiempo
durante el cual la esposa recibirá el total del salario; para ello, de la
vida probable seleccionada para ella, se debe deducir o descontar el
período durante el cual recibió la mitad junto con el hijo:

[ 106 ]
5. Ejemplos

626,83 – 212,17 = 414,66; es decir, durante 414,66 meses la esposa


recibirá todo el salario.
Con estos valores se procede a reemplazar en la fórmula del lu-
cro cesante futuro, de forma individual, para cada una de las vícti-
mas indirectas:
Lcf = 776.407 x [((1 + 0,4867%)^(212,17) – 1) / (0,4867% x (1 + 0,4867%)
^(212,17))]
Lcf = 776.407 x [((1,004867)^(212,17) – 1) / (0,4867% x (1,004867)
^(212,17))]
Lcf = 776.407 x [(2,801420487 – 1) / (0,4867% x 2,801420487)]
Lcf = 776.407 x [1,801420487 / 0,01363451351]
Lcf = 776.407 x 132,1220948
Lcf = 102.580.519
El lucro cesante futuro sufrido por el hijo asciende a $102.580.519,
el cual reclamará en su condición de víctima indirecta mediante la
acción personal.
Durante el primer período, la esposa tiene derecho al mismo va-
lor por concepto de lucro cesante futuro, el cual reclamará mediante
la acción personal en su calidad de víctima indirecta. De otro lado,
la cónyuge, además, tiene derecho a un lucro cesante futuro adicio-
nal, según se indicó, que comprenderá el período en cual se encuen-
tra sola, es decir, sin su hijo.
Lcf = 1.552.814 x [((1 + 0,4867%)^(414,66) – 1) / (0,4867% x (1 + 0,4867%)
^(414,66))]
Lcf = 1.552.814 x [((1,004867)^(414,66) – 1) / (0,4867% x (1,004867)
^(414,66))]
Lcf = 1.552.814 x [(7,487649491 – 1) / (0,4867% x 7,487649491)]
Lcf = 1.552.814 x [6,487649491 / 0,03644239007]
Lcf = 1.552.814 x 178,248079
Lcf = 276.786.113
La esposa, durante el segundo período tiene derecho a
$276.786.113 por concepto de lucro cesante futuro, al cual se le adi-
ciona el valor del lucro cesante futuro indicado anteriormente, así:
276.786.113 + 102.580.519 = 379.366.632

[ 107 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

El total del lucro cesante futuro al cual tendrá derecho la esposa


asciende a la suma de $379.366.632, que serán reclamados median-
te la acción personal en su condición de víctima indirecta.

5.10. El día 12 de octubre de 2005 una persona sufrió un acciden-


te de tránsito. Como consecuencia del mismo fue llevada a un hos-
pital en el cual fue dada de alta luego de una revisión superficial.
Al regresar a su vivienda, el afectado empezó a sufrir de dolores de
cabeza que no se calmaban con la medicación indicada; en vista de
ello, fue llevado nuevamente al Hospital el 20 de octubre de 2005,
en la madrugada. El médico lo revisó en horas de la tarde, quien
recomendó que se le realizara un TAC. El resultado del examen se
obtuvo en la noche y el neurocirujano lo revisó en la mañana del
día siguiente, quien diagnosticó meningitis y ordenó su hospitaliza-
ción. La víctima falleció el 22 de octubre de 2005 como consecuencia
de una meningitis post traumática.
Se tiene que la atención médica brindada fue extemporánea.
También se precisa que se conocen casos en que, aunque el trata-
miento sea oportuno, no es posible obtener la curación del paciente.
Se logra establecer que las oportunidades del paciente de recupe-
rarse, de haber recibido una atención oportuna, serían del 85%.
La víctima directa velaba por su hogar. Se encontraba vincula-
do laboralmente a una compañía. A la fecha de la liquidación una
persona en el mismo cargo devengaría $850.000. Había nacido el 3
de marzo de 1979. Se encontraba casado con una mujer que nació el
5 de octubre de 1982. Los gastos funerarios fueron sufragados por
su esposa el mismo día de la muerte, y ascendieron a $3.675.000: se
pide liquidar al 30 de septiembre de 2013.
Solución:
a. Pérdida de Oportunidad por el Daño Emergente Consolidado
En primer lugar se liquidará el daño emergente consolidado,
para lo cual debemos actualizar el dinero sufragado con los respec-
tivos índices de septiembre de 2013 (fecha de la liquidación) y de
octubre de 2005 (fecha del pago):
Va = 3.675.000 x (114,23 / 83,95)
Va = 3.675.000 x 1,360690887
Va = 5.000.539

[ 108 ]
5. Ejemplos

Igualmente, es necesario fijar el tiempo transcurrido desde el


desembolso hasta la liquidación:

Año Mes Día


2013 09 30
2005 10 22
07 11 08

El período para el daño emergente consolidado es de siete años,


once meses y ocho días, lo que, expresado en meses, equivale a 95,27
meses.
Dec = 5.000.539 x (1 + 0,4867%)^95,27
Dec = 5.000.539 x 1,004867^95,27
Dec = 5.000.539 x 1,588125476
Dec = 7.941.483
Atendiendo a que nos encontramos frente a una situación de
pérdida de oportunidad, del valor liquidado, sólo se reconocerá el
porcentaje equivalente a la posibilidad que tenía el paciente de cu-
rarse: 85%.
7.941.483 x 85% = 6.750.261
Entonces, el daño emergente consolidado asciende a $6.750.261
b. Pérdida de Oportunidad por el Lucro Cesante Consolidado
Para el lucro cesante consolidado, atendiendo a que el paciente
ingresó al hospital desde el 20 de octubre de 2005, será esta la fecha
inicial en la liquidación, y no la fecha de la muerte.

Año Mes Día


2013 09 30
2005 10 20
07 11 10+1

Para la liquidación del lucro cesante consolidado se usará un


tiempo de siete años, once meses y once días, lo que, expresado en
meses, equivale a 95,37 meses.
Frente a los ingresos, atendiendo que se logró fijar el ingreso
que obtendría al momento de la liquidación, no es necesario actua-

[ 109 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

lizarlo, pero sí deberá incrementarse con el factor prestacional y


descontarse los gastos personales:
850.000 x 25% = 212.500 + 850.000 = 1.062.500
1.062.500 x 25% = 265.625
1.062.500 – 265.625 = 796.875
Con estos valores se procede a reemplazar en la fórmula:
Lcc = 796.875 x [((1 + 0,4867%)^(95,3) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 796.875 x [((1,004867)^(95,3) – 1) / 0,4867%]
Lcc = 796.875 x [(1,588356813 – 1) / 0,4867%]
Lcc = 796.875 x [0,588356813 / 0,4867%]
Lcc = 796.875 x 120,8869555
Lcc = $96.331.793
A este valor, debido a que nos encontramos frente a un caso de
pérdida de oportunidad, se le aplicará el porcentaje de posibilida-
des que tenía el paciente de recuperarse: 85%.
96.331.793 x 85% = 81.882.024
Luego, el lucro cesante consolidado asciende a la suma de
$81.882.024
c. Pérdida de Oportunidad por el Lucro Cesante Futuro
Para el lucro cesante futuro el valor actualizado es el mismo que
se utilizó para el lucro cesante consolidado.
Frente a la duración, es necesario hallar la vida probable tanto
de la víctima directa como de la indirecta, para utilizar el tiempo
menor163. Para la víctima directa, mediante una ficción, se proyec-
tará la edad que tendría al momento de la liquidación, para poder
realizar una adecuada comparación frente a la víctima indirecta.

163
Se utiliza la menor debido a que si la vida probable de la víctima directa es
menor que la de la indirecta, sólo por el tiempo de su vida probable, tendrá
a su cargo la manutención del hogar; mientras que si la de la indirecta es
menor, sólo por ese tiempo podrá solicitarle a la directa la colaboración
económica.

[ 110 ]
5. Ejemplos

Año Mes Día


2013 09 30
1979 03 03
34 06 27

A la liquidación, la víctima directa tendría treinta y cuatro años,


seis meses y veintisiete días, lo que, al analizar la vida probable,
arroja un valor de 46,5 años. A dicho valor se le deberá descontar el
tiempo ya vivido, así:
46,5 x 12 = 558 – 6,9 = 551,1

Año Mes Día


2013 09 30
1982 10 05
30 11 25

A la liquidación, la víctima indirecta tiene treinta años, once


meses y veinticinco días, lo que, al analizar la vida probable, arroja
un valor de 55,4 años. A dicho valor se le deberá descontar el tiempo
ya vivido, así:
55,4 x 12 = 664,8 – 11,83 = 652,97
Al comparar las dos vidas probables, se tiene que es menor la de
la víctima directa, por lo que, se insiste, será este valor con el que
se trabaje:
Lcf = 796.875 x [((1 + 0,4867%)^(551,1) – 1) / (0,4867% x (1 + 0,4867%)
^(551,1))]
Lcf = 796.875 x [((1,004867)^(551,1) – 1) / (0,4867% x (1,004867)
^(551,1))]
Lcf = 796.875 x [(14,52247804 – 1) / (0,4867% x 14,52247804)]
Lcf = 796.875 x [13,52247804 / 0,07068090062]
Lcf = 796.875 x 191,3172855
Lcf = 152.455.962

[ 111 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

A este valor, debido a que nos encontramos frente a un caso de


pérdida de oportunidad, se le aplicará el porcentaje de posibilida-
des que tenía el paciente de recuperarse: 85%.
152.455.962 x 85% = 129.587.568
Luego, el lucro cesante futuro asciende a la suma de $129.587.568

[ 112 ]
5. Ejemplos

Bibliografía

Textos
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la cuantificación del daño material dentro de sentencias por res-
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(4 ed.). Medellín: Fondo Editorial Universidad de Medellín.
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Colombia.
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versidad.
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Bogotá: Grupo Editorial Ibañez.
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juicios y su indemnización (Vol. 4). Bogotá, Colombia: Temis.
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recuperada el 19 de octubre de 2013.
http://derecho.laguia2000.com/parte-general/deuda-de-valor, recupe-
rada el 19 de octubre de 2013.

Sentencias de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de


Justicia
Sentencia del 4 de septiembre de 2000, expediente 5260.
Sentencia del 18 de octubre de 2001.
Sentencia del 5 de octubre de 2004.
Sentencia del 14 de enero de 2005, Magistrado Ponente: Silvio Fernan-
do Trejos Bueno, expediente 7639.
Sentencia del 18 de mayo de 2005, Magistrado Ponente: Jaime Alberto
Arrubla Paucar, expediente 14415.
Sentencia del 30 de junio de 2005.
Sentencia de 22 de marzo de 2007.
Sentencia del 15 de abril de 2009.
Sentencia del 6 de agosto de 2009, Magistrado Ponente: César Julio
Valencia Copete, expediente 11001-31-03-011-1994-01268-01.
Sentencia del 18 de diciembre de 2009, expediente 05001-3103-010-
1998-00529-01.
Sentencia del 13 de mayo de 2010, Magistrado Ponente: Edgardo Villa-
mil Portilla, expediente: 73319-3103-002-2001-00161-01.

[ 114 ]
5. Ejemplos

Sentencia del 9 de julio de 2010 de la Sala de Casación Civil de la Corte


Suprema de Justicia, Magistrado Ponente: Willliam Namén Vargas,
expediente 11001-3103-035-1999-02191-01.
Sentencia del 9 de septiembre de 2010, expediente 17-042-3103-001-
2005-00103-01.
Sentencia del 28 de octubre de 2011, Magistrado Ponente: Arturo So-
larte Rodríguez, expediente 44001-3193-001-1993-01518-01.
Sentencia del 17 de noviembre de 2011, Magistrado Ponente: William
Namén Vargas, expediente 11001-3103-018-1999-00533-01.
Sentencia del 9 de julio de 2012, Magistrado Ponente: Ariel Salazar
Ramírez, expediente 11001-3103-006-2002-00101-01.
Sentencia del 17 de noviembre de 2012, Magistrado Ponente: William
Namén Vargas, exp. 11001-3103-018-1999-00533-01.
Sentencia del 18 de diciembre de 2012, Magistrado Ponente: Ariel Sa-
lazar Ramírez, expediente: 05266-3103-001-2004-00172-01.

Sentencias del Consejo de Estado


Sentencia del 22 de mayo de 1996, Consejero Ponente: Jesús María
Carrillo Ballesteros, expediente: 11301.
Sentencia del 26 de septiembre de 1996, Consejero Ponente: Daniel
Suárez Hernández, expediente: 10658.
Sentencia del 31 de enero de 1997, Consejero Ponente: Ricardo Hoyos
Duque, expediente: 9849.
Sentencia del 31 de enero de 1997, Consejero Ponente: Juan de Dios
Montes Hernández, expediente: 11361.
Sentencia del 22 de mayo de 1997, Consejero Ponente: Juan de Dios
Montes Hernández, expediente: 11338.
Sentencia del 19 de junio de 1997, Consejero Ponente: Daniel Suárez
Hernández, expediente: 11875.
Sentencia del 4 de diciembre de 2006 de la Sección Tercera de la Sala
de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, Consejero Po-
nente: Mauricio Fajardo Gómez.

[ 115 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales

Sentencia del 30 de agosto de 2007, expediente 15724, Consejero Po-


nente: Ramiro Saavedra Becerra.
Sentencia del 4 de octubre de 2007 de la Sección Tercera del Consejo
de Estado.
Sentencia del 4 de diciembre de 2007, expediente 16.241.
Sentencia del 1 de diciembre de 2008, expediente 16.472.
Sentencia del 11 de febrero de 2009 de la Sección Tercera de la Sala
de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, Consejero
Ponente: Myriam Guerrero de Escobar, expediente: 54001-23-31-000-
1993-08025-01(14726).
Sentencia del 21 de marzo de 2012 de la Subsección A de la Sección
Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Es-
tado, Consejero Ponente: Mauricio Fajardo Gómez, radicación: 54001-
2331-000-1997-02919-01.

[ 116 ]
Manual de liquidación de perjuicios patrimoniales
Se imprimió en la Editorial Artes y Letras S.A.S
para el Fondo Editorial UNAULA en diciembre de 2014.
En su elaboración se utilizó papel Propalibros beige 70 g
en páginas interiores y Propalcote 150 g para carátula.
Fuente tipográfica: Century Schoolbook 10.5 puntos

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