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En relación a los documentos administrativos, la Sala Político Administrativa

del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nº 00298, de fecha 05/03/2008,


Expediente Nº 2002-1016, en el caso Constructora El Milenio, C.A. Vs. Fundación
Fondo Nacional de Transporte Urbano “FONTUR”, estableció:

“Ello así, dicha actuación encuadra dentro de la categoría de los


denominados “documentos administrativos”, que al emanar de un
órgano de la Administración Pública contiene una declaración de
voluntad, conocimiento y certeza, gozando de una presunción de
veracidad, legitimidad y autenticidad, hasta prueba en contrario (Véase,
entre otras, decisión N° 6556 del 14 de diciembre de 2005).

Visto entonces que el documento administrativo, según la doctrina de


esta Sala, se configura como una tercera categoría de prueba
instrumental que no puede asimilarse al documento público previsto en
el artículo 1.357 del Código Civil, como sí a los documentos privados
reconocidos o a los tenidos legalmente por reconocidos, “sólo en
lo que concierne a su valor probatorio, dado que en ambos casos, se
tiene por cierto su contenido, en tanto que las declaraciones efectuadas
en dichos instrumentos no sean objeto de impugnación a través de
cualquier género de prueba capaz de desvirtuar su veracidad” (Véase
sentencia N° 00497 del 20 de mayo del 2004, caso Alida Magalis
Sánchez), aunado al hecho de que la contraparte no trajo a los autos
medio de prueba alguno que permitiera desvirtuar la referida
presunción, a juicio de esta Sala debe otorgarse pleno valor probatorio
a la documental. Así se decide.

En este sentido, este Tribunal aprecia que las actuaciones que integran el
expediente administrativo gozan de pleno valor probatorio, de conformidad con el
artículo 1.357 del Código Civil, en concordancia con los artículos 432 y 506 del
Código de Procedimiento Civil, son instrumentos públicos administrativos, por cuanto
gozan de pleno valor probatorio, salvo prueba en contrario, en virtud de la fe pública
que el legislador le reconoce, razón por la cual deben tomarse como fidedignos, toda
vez que surgieron de actos del poder público. Así se establece.
PRUEBAS CONSIGNADAS EN SU NOMBRE EL EXPEDIENTE JUDICIAL
*****
En tal sentido, se ha establecido que las copias o reproducciones
fotográficas, fotostáticas o por cualquier otro medio mecánico claramente inteligible,
de los instrumentos públicos y los privados reconocidos o tenidos legalmente por
reconocidos, se reputaran como fidedignas siempre que: a) se trate de copias de
documentos públicos o privados reconocidos (no simplemente privados), b) sean
producidas con la demanda, su contestación o en el lapso de promoción de pruebas,
c) no hayan sido impugnadas por la contraparte dentro de los lapsos establecidos, y
d) sean legibles. (Vid. Sentencias de la Sala Nros. 06051 del 02 de noviembre 2005,
caso: Gustavo Adolfo Quintero Torrado Vs. C.V.G. Bauxilum, C.A.; y, 617 del 13 de
mayo de 2009; caso: Mercedes Matilde Mendoza Zambrano Vs. Universidad del
Zulia (LUZ).

En ese mismo orden de ideas, la Sala Político Administrativa del Tribunal


Supremo de Justicia ha reiterado que el pronunciamiento en cuanto a las pruebas
desplegadas por los intervinientes, son el resultado del juicio analítico efectuado por
el Juzgador respecto de las condiciones de admisibilidad que han de reunir aquéllos
fotostátos, es decir, de las reglas de admisión de los medios de pruebas
contemplados en el Código de Procedimiento Civil, atinentes a su legalidad y
pertinencia; ello porque sólo será en la sentencia definitiva cuando el Juez de la
causa las puede apreciar al valorarlas y establecer los hechos, y si su resultado
incide o no en la decisión que ha de dictar en relación al fondo del asunto planteado.

Entonces tenemos que, los instrumentos anteriormente descritos promovidos


por la parte querellante, gozan de pleno valor probatorio, conforme a lo establecido
en el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil, por ser documentos públicos
administrativos emanados de una autoridad pública, y toda vez que no fueron
tachados ni impugnados por la parte querellada dentro de los lapsos legales
previstos por el legislador. Así se decide.

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