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POESÍA Y TEATRO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

Poesía. Dámaso Alonso

Dos miembros de la generación del 27 que no salieron al exilio como hizo la mayoría de sus compañeros van a
ejercer un papel importante en la poesía posterior. Se trata de Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre. Su magiste-
rio es esencial, por lo que partimos del análisis de dos de sus poemas.

1. Sabemos que Hijos de la ira (1944) es la obra capital de la llamada «poesía desarraigada». El poema que vas
a leer refleja a la perfección el tono de protesta angustiada que caracteriza a este tipo de poesía. Como curio-
sidad te señalamos que en la primera edición la censura obligó a suprimir el título de este poema.

La injusticia

¿De qué sima te yergues, sombra negra? He sentido la espina de tus podridos cardos,
¿Qué buscas? el vaho de ponzoña de tu lengua
Los oteros, y el girón de tus alas que arremolina el aire.
como lagartos verdes, se asoman a los valles El alma era un aullido
que se hunden entre nieblas en la infancia del mundo. y mi carne mortal se helaba hasta los tuétanos.
Y sestean, abiertos, los rebaños,
mientras la luz palpita, siempre recién creada, Hiere, hiere, sembradora del odio:
mientras se comba el tiempo, rubio mastín que duerme no ha de saltar el odio, como llama de azufre,
a las puertas de Dios. de mi herida.
Heme aquí:
Pero tú vienes, mancha lóbrega, soy hombre, como un dios,
reina de las cavernas, galopante en el cierzo, tras tus corvas soy hombre, dulce niebla, centro cálido,
pupilas, proyectadas pasajero bullir de un metal misterioso que irradia
como dos meteoros crecientes de lo oscuro, la ternura.
cabalgando en las rojas melenas del ocaso,
flagelando las cumbres Podrás herir la carne
con cabellos de sierpes, látigos de granizo. y aun retorcer el alma como un lienzo:
no apagarás la brasa del gran amor que fulge
Llegas, dentro del corazón, bestia maldita.
oquedad devorante de siglos y de mundos,
como una inmensa tumba, Podrás herir la carne.
empujada por furias que ahíncan sus testuces, No morderás mi corazón,
duros chivos erectos, sin oídos, sin ojos, madre del odio.
que la terneza ignoran. […] Nunca en mi corazón,
Hoy llegas hasta mí. reina del mundo.

Dámaso Alonso, Hijos de la ira

a. El poema tiene forma de apelación lírica. ¿A quién va dirigida? ¿Por qué crees que el autor ha elegido esta
forma?

b. Formula el tema que aquí trata Dámaso Alonso. ¿Coincide con las preocupaciones de la poesía desarraiga-
da? ¿Qué estado emocional del poeta descubre este tipo de poesía? Relaciónalo con las circunstancias his-
tóricas concretas.
Editorial Casals, S. A.
POESÍA Y TEATRO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX
Poesía. Dámaso Alonso

c. En este poema podemos diferenciar varias partes. Señálalas y justifica tu respuesta. ¿En qué rasgos forma-
les se refleja tal división?

d. Como has estudiado, el lenguaje de la poesía desarraigada es un lenguaje desgarrado, violento. ¿Es así en
nuestro poema? Señala elementos concretos.

e. Analiza el léxico. ¿Con qué se asocia connotativamente la injusticia?

f. Desde el punto de vista métrico, la forma elegida es el versículo. En él, como ya sabes, el ritmo surge sobre
todo de las repeticiones, paralelismos, anáforas… Señala todos los elementos que determinan el ritmo del
poema.

g. Observa el uso que se hace de figuras retóricas y explica su valor expresivo:

1) símiles:

2) personificaciones:
Editorial Casals, S. A.
POESÍA Y TEATRO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX
Poesía. Dámaso Alonso

3) metáforas (observa cómo algunas son vecinas a la técnica surrealista):

h. Explica el significado de los siguientes versos:

«soy hombre, como un dios,


soy hombre, dulce niebla, centro cálido,
pasajero bullir de un metal misterioso que irradia
la ternura.»

i. Dámaso Alonso es, además de poeta, uno de los más importantes estudiosos de nuestros clásicos. Ese cono-
cimiento y la admiración que siempre les profesó, lleva a que la huella de éstos se haga notar. Lee atenta-
mente la última parte del poema y compárala con los siguientes versos de Quevedo.

Cerrar podrá mis ojos la postrera


sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera
Mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía.

j. Teniendo en cuenta lo que hemos visto, haz una valoración del poema.
Editorial Casals, S. A.

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CURSO: FECHA: NOTA:

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