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Id por todo el mundo (Octubre Misonero)

Aquella mañana, Jesús salió al encuentro de las mujeres y les dijo que avisasen a sus
hermanos para que fuesen a Galilea, porque allí lo verían. Con esta buena noticia los
discípulos marcharon al monte que Jesús les había indicado. Allí le vieron y al verle le
adoraron. Jesús, entonces, se acercó a ellos y les dijo: «Id, pues, y haced discípulos a
todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».

Esta misión que el mismo Jesús comunicó una vez resucitado y que se ha ido viviendo
de generación en generación, de cristianos a cristianos, es la misma que nosotros
también tomamos ahora. Todos nosotros hemos sido llamados por Jesús para anunciar
su evangelio entre los niños y jóvenes, y todos hemos respondido de forma generosa.
Por este motivo, por ser Jesús el autor de la llamada, es por lo que nos encontramos
reunidos ante su presencia. Para pedirle las fuerzas, el ánimo, la fe y el don necesario
para ser fieles a ese mensaje que un día dio a sus discípulos y que ahora nos comunica a
nosotros: «Id por todo el mundo y haced discípulos a todas las gentes».

Explicación del logo del Año de la Fe

EXPLICACIÓN DE LOGO: Sobre un campo cuadrado, enmarcado, se representa


simbólicamente una barca –imagen de la Iglesia- en navegación sobre olas apenas
insinuadas gráficamente cuyo árbol maestro es una cruz que iza las velas con signos
dinámicos que realizan el monograma de Cristo; el fondo de las velas es un sol que
asociado al monograma hace referencia también a la eucaristía.

Abramos al mundo las puertas de la FE


El Papa Benedicto XVI abre el 11 de octubre el Año dela Fe, en la conmemoración del
cincuentenario de la inauguración del Concilio Ecuménico Vaticano II. Una fecha
importantísima, no solo para el recuerdo, sino para continuar ahondando enla Nueva
Evangelización, al latido del Sínodo que se celebra durante este mes. Con su dibujo,
Patxi nos invita a encontrar enla Palabra, que nos abre el propio Papa, el misterio del
Amor dela Trinidad. Misterio de amor que ha de inspirar siempre nuestras vidas.
En el evangelio dominical nos encontramos con el joven rico, tan modélico y cumplidor
para algunas cuestiones. Sin embargo, tiene un punto débil un tanto problemático para
alguien que admira a Jesús y que puede convertirse en posible seguidor suyo: le gusta
más sumar que restar en aspectos como acumular mandamientos, méritos, prácticas
religiosas y dinero. Era muy rico, luego había sumado grandes cantidades de dinero. Lo
peor es que su posición económica le pudo con el deseo de seguir al Maestro bueno. En
clave de acumular el joven quiere saber cómo conseguir “puntos” para heredar la vida
eterna. Jesús trastoca sus planteamientos y el rico se marcha pesaroso y apesadumbrado.
Su riqueza le puede, le ata, le carga, le imposibilita ser libre para acoger la valiosa
invitación de Jesús en clave de resta, de desprendimiento, de quedarse con lo esencial
que, paradójicamente, es el tesoro más preciado: el de la vida eterna.  Revisar las claves
de nuestra vida puede ser algo fundamental para situarnos adecuadamente para el
seguimiento.

Desátanos, Señor, de lo que más nos cueste para seguirte con valentía, decisión y a
fondo perdido. Que sintamos que nuestra vida es solo tuya para el servicio de tu Reino.

Que la fe sea compañera de vida


Que la fe sea compañera de vida, 
compromiso a convertirnos en un signo vivo
de la presencia de Cristo resucitado en el mundo.
Compartiendo vida... La vida es una oportunidad

La vida es una oportunidad para ser feliz y para hacer que aquello que somos perdure en
el tiempo.
Las oportunidades de darnos y engrandecer nuestro corazón surgen a cada paso, lo malo
es que no siempre las descubrimos y a veces pasan a nuestro lado sin enterarnos.
Cuando tu palabra amable y sensata es motivo de ayuda para otra persona tienes una
oportunidad de sencillez y entrega.
Cuando tus manos pueden acoger el dolor del que sufre tienes una oportunidad para
desarrollar la compasión y solidaridad.
Cuando tus ojos miran de forma limpia a aquel que otros juzgan vives la oportunidad de
creer más allá de lo que ves.
Si tu trabajo te agobia piensa siempre que muchos están peor que tú... si por el contrario
te ayuda a sentirte realizado aprovecha esa oportunidad para dar gracias a Dios por
poder trabajar en aquello que te gusta.
Si la voz que pronuncias es hiriente recibirás heridas, pero si tu voz es cercana recibirás
frecuentemente la oportunidad de la amistad.
Si la vida no te sonríe puedes deprimirte, pero si miras más allá de lo puramente
objetivo quizá descubras la oportunidad de ser mejor y más feliz ¡Dios te lo ofrece a
cada momento!.
Recuerda que la vida es una oportunidad ¡Aprovéchala!

La vida... con humor

- ¿Cuál es el colmo de un astronauta?


- Que su esposa sea una lunatica.

Cambiarme a mi mismo
Frases para el Año de la Fe

Salmo del discípulo que quiere anunciar a Cristo


Aquí estamos, Señor, como tus discípulos en Galilea.
Aquí estamos, Señor, respondiendo a tu llamada.
Aquí estamos, Señor, porque nuestro gozo eres tú.
Aquí estamos, Señor, queremos ser anunciadores de tu Reino.
Aquí estamos, Señor, con la confianza puesta en ti.

Como los discípulos en Galilea...


nuestro deseo es salir a tu encuentro,
porque en medio de nuestra vida
tú ocupas siempre un lugar importante.

Respondiendo a tu llamada...
porque a ti no se te puede decir que no,
porque en nuestra respuesta encontramos el gozo.
Aquí nos tienes, puedes contar con nosotros.
No sabemos si sabremos hacerlo como tú deseas,
pero sabes que la ilusión no nos falta.

Porque nuestro gozo eres tú...


Quien te descubre ya no puede vivir como antes;
quien te ha visto, ya no puede negarte;
quien te ha sentido, ya no puede olvidarte.
Tú eres nuestro gozo,
porque te hemos visto, sentido y descubierto.
Tú eres nuestro gozo,
porque eres la perla preciosa, el tesoro escondido.
Tú eres nuestro gozo,
porque toda nuestra vida tiene sentido desde tu presencia.
Queremos ser anunciadores de tu Reino...
porque te hemos sentido cerca;
porque ahora sabemos qué es lo bueno, lo perfecto;
porque cuando algo tan grande como tú se descubre,
ya no es posible guardar silencio.
Aquí estamos,
porque sabemos que nos necesitas,
y te ofrecemos lo mejor que tenemos, nuestra propia vida,
para que sea instrumento al servicio de tu Reino.

Con la confianza puesta en ti...


Sabemos que no debemos poner toda la confianza
en nuestras propias fuerzas, sino en las tuyas.
Por eso acudimos a ti,
porque si nos falta valentía, tú nos darás coraje;
porque si nos falta fe, tú nos la aumentarás;
porque si nos falta el ánimo, tú nos darás la paciencia;
porque contigo, Señor, cualquier cosa es posible.

Lo que no digo (Oración)

Escucha Señor, por favor, lo que no digo 


No te dejes engañar por mí. 
No te engañen mis apariencias, porque son sólo una máscara, tal vez mil máscaras, que
me da miedo quitarme, aunque ninguna de ellas me represente. Aparento sentirme
seguro, que todo va bien, tanto dentro como fuera; aparento ser la confianza
personificada, poseer la calma como una segunda naturaleza, controlar la situación y no
necesitar de nadie. 
Pero no me creas, te lo ruego Señor. 
Exteriormente puedo aparecer tranquilo; sin embargo, lo que ves es una máscara.
Debajo, escondido, está mi verdadero yo en la confusión, en el miedo, en la soledad. 
Pero lo escondo. No quiero que nadie lo sepa. Me invade el pánico ante el solo
pensamiento de mostrarlo. 
Por eso necesito constantemente crear una máscara que me oculte, una imagen
pretenciosa que me proteja de la mirada perspicaz. Pero precisamente esa mirada es mi
salvación. Mi única salvación. Y yo lo sé. 
Más, cuando viene acompañada de la aceptación del amor, entonces se convierte en lo
único que puede liberarme de mí mismo, del mecanismo de barreras que he levantado;
lo único que puede asegurarme de algo de lo que no logro convencerme a mí mismo: de
que en verdad tengo algún valor.

Pero esto no te lo digo. No tengo valor para ello. Temo que tu mirada no venga
acompañada de la aceptación, del amor. Temo que puedas cambiar de opinión sobre mí,
que no me tomes en serio y que tu sonrisa acabe matándome. Tengo miedo, en el fondo,
de no valer nada, y de que tú te des cuenta y me rechaces.

Entonces sigo con mi juego de pretensiones desesperadas, con apariencia de seguridad


por fuera y con un niño tembloroso por dentro. Exhibo mi desfile de máscaras, y dejo
que mi vida se vuelva una ficción. Te cuento todo lo que no cuenta nada y nada de lo
que en verdad es importante, de lo que me atormenta por dentro.

Por eso, cuando descubras esta rutina, no te dejes engañar por mis palabras Señor:
escucha bien lo que no te digo, lo que quisiera decir, lo que necesito decir, pero no logro
expresar.

No me gusta esconderme, te lo confieso. Me encantaría ser espontáneo, honesto y


sincero, pero tienes que ayudarme. Por favor, tendeme tu mano, aunque parezca ser lo
último que deseo.

Tan sólo tú puedes sacar a la luz mi vitalidad: siempre que eres amable, atento y
solícito, siempre que tratas de comprender, porque me quieres, mi corazón palpita y
renace.

Quiero que sepas lo importante que eres para mí y el poder que tienes de hacer emerger
la persona que soy. Basta con que lo quieras. Te lo ruego, escúchame. Mírame. Tan sólo
tú puedes derribar las barreras tras las que me refugio, tan sólo tú puedes quitarme la
máscara, tú puedes liberarme de mi solitaria prisión. ¡No me ignores, por favor, no
pases de largo! Ten paciencia conmigo.  A veces parece que, cuanto más te acercas,
tanto más me rebelo contra tu presencia. Es algo irracional, pero es así, lucho contra lo
que necesito...pero el amor es más fuerte que toda resistencia, y ésta es mi esperanza.
Mi única esperanza. 
Ayúdame a derribar estas barreras con tus manos fuertes y delicadas a la vez, porque un
niño es siempre algo muy frágil.

¿Quién soy yo, te preguntas? 


Soy alguien a quien conoces muy bien.

"Señor, tú me sondeas y me conoces, tú sabes si me siento o me levanto; de lejos


percibes lo que pienso, te das cuenta si camino o si descanso, y todos mis pasos te son
familiares" Salmo 139. 
"Porque tú eres de gran precio a mis ojos, porque eres valioso, y yo te amo...No temas,
porque yo estoy contigo..." Is. 43, 4-5

Contagiando y siendo contagiados


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La misión que tenemos en la red no se debe basar tanto en crear estructuras como en el
contagio.

¿Son malas las estructuras? No. En muchos casos son necesarias, pero no deben ser las
protagonistas de la acción de la Iglesia, ya que la acción la debemos realizar cada uno
de nosotros individualmente. Los santos no fueron estructuras, sino personas que
cumplieron su misión. Esperar que las estructuras sean las protagonistas, es un sutil
engaño del enemigo, ya que acalla las conciencias y nos hace desentendernos de nuestra
responsabilidad.

¿Contagio? El contagio es un mecanismo natural que se da en muchos órdenes de


naturaleza. Podemos pensar en contagios dañinos, como en el caso de las enfermedades,
pero también se contagia la risa o la alegría. El contagio conlleva una serie de fases:
contacto, sorpresa, asimilación y cambio interior. Necesita de un agente contagiante
(nosotros) y un elemento de contagio (la Buena Noticia).

El contagio se realiza de manera natural. Dejemos que se produzca en nosotros para


poder contagiar a otras personas. ¿En Internet? Sí, el contagio no tiene limitaciones en
distancia o tiempo. Un comentario, un video, una imagen que compartamos en las redes
sociales, puede cambiar la vida de muchas personas. ¿A qué esperamos?

El futuro de las redes sociales es ya presente

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¿Cómo unir a 185 personas de 12 países para cantar unidos? ¿Es necesario que se
desplacen durante semanas a un único lugar donde ensayar y preparar la grabación de
un tema musical?

Ya no es necesario. Desde el domicilio de cada uno es posible estar presentes para crear
unidos y vivir una experiencia en común. El futuro, que empieza hoy mismo, nos da la
posibilidad de conformar comunidades que compartamos proyectos y objetivos. Pero,
sobre todo, nos permite colaborar unidos en proyectos reales y consistentes.

Si es posible unir a estas personas para cantar, ¿Por qué no para alabar al Señor? ¿Por
qué no para colaborar en proyectos solidarios? ¿Por qué no para orar unidos?

Estos tipo de trabajo se realiza a base de colaboraciones individuales que se unen en un


único trabajo final, dando resultados que hace unos años podían parecer imposibles. La
metodología es sencilla. Cada cantante tiene un cometido bien definido para grabar
individualmente su contribución. Una vez grabado, se sube a youtube, donde el
coordinador los toma para llevarlos a un sistema de mezcla que realiza el resto.

¡Aprended a conocer a Cristo!

¡Aprended a conocer a Cristo y dejaos conocer por Él!.


Ya sabéis que antes de dar comienzo a su vida pública, Jesús se retiró a orar cuarenta
días en el desierto. Pues bien, queridísimos jóvenes, procurad haced un poco de silencio
también vosotros en vuestra vida para poder pensar, reflexionar y orar con mayor fervor
y hacer propósitos con más decisión.

Hoy resulta difícil crearse ”zonas de desierto y de silencio” porque estamos


continuamente envueltos en el engranaje de las ocupaciones, en el fragor de los
acontecimientos, en el reclamo de los medios de comunicación, de modo que la paz
interior corre peligro y encuentran obstáculos los pensamientos elevados que deben
cualificar la existencia del hombre.

Juan Pablo II

Compartiendo vida... ¿Las apariencias engañan?


Cuando decimos "las apariencias engañan" estamos manifestando la sorpresa de haber
creído que alguien era de una determinada manera y descubrimos que no se corresponde
con la realidad.
Podemos creer, incluso "querer", a personas por sus valores, su forma de ser, su
sinceridad, su claridad en la vida y, con el tiempo, descubrir que bajo esa piel de
cordero se esconde un lobo que nos acecha y desconocemos sus intenciones.
Es entonces cuando decimos "las apariencias engañan, pensé que tal persona no era lo
que en realidad es".
Es en ese momento cuando nos viene la decepción, la duda e incluso el arrepentimiento
por haber creído en esa persona.
Cierto es que esto sucede en la vida y que es una pena que no nos mostremos tal cual
somos por temor a desconocer el interior del otro... pero también es cierto que debemos
hacer una y otra vez el ejercicio de creer en los demás a pesar de que a veces esto
ocurra.
La piel de cordero se la ponen aquellos que desconfían de si mismos, aquellos que
ocultan su verdadero rostro, los que "no se quieren" por dentro y los que caminan por el
mundo insatisfechos.
Sí eres de los que creen que merece la pena ser lo que eres y vivir lo que vives... confía
en que puedes ayudar a que la piel que cubre a los lobos transparenten un corazón
grande con tu testimonio y ejemplo de vida.

La vida... con humor

Que le dijo una gallina deprimida a otra gallina deprimida.


- necesito apollo

Para seguir caminando (Oración)

Déjame entrar Señor que tengo prisa,


que he de volver a un mundo apresurado,
inmerso en la ambición y en el pecado,
huérfano de la luz y de la risa.

Déjame entrar que mi dolor precisa


hacer un alto en el camino andado;
porque tengo, Señor de tan cansado,
el gesto vago y la virtud remisa.

Déjame entrar Señor sólo persigo


pararme un rato, recobrar la calma,
pensar un poco y dialogar contigo.

Soy el mismo de ayer tu viejo amigo


déjame entrar a confortarme el alma
luego, Señor cuando quieras, prosigo.
Amén.

Antonio Trujillo Téllez

Cantando en red

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Youtube se convierte en el espacio de ensayo y colaboración a través del video y del


sonido de cientos de personas. No se si le resultará tan evidente como a mí, pero la
Comunión de los Santos debe ser algo parecido, pero multiplicado por cien mil
millones. Ahora nos toca idear cómo utilizar este tipo de tecnología para evangelizar y
para sentirnos más unidos.
Os dejamos un vídeo realizado por 1752 cantantes de 58 países.

Indicaciones pastorales para el Año de la Fe


Congregación para la Doctrina de la Fe

Introduccion

Con la Carta apostólica Porta fidei, del 11 de octubre de 2011, el Santo Padre Benedicto
XVI ha proclamado un Año de la fe, que comenzará el 11 de octubre de 2012, en el
quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, y
concluirá el 24 de noviembre de 2013, Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del
Universo.
Ese año será una ocasión propicia para que todos los fieles comprendan con mayor
profundidad que el fundamento de la fe cristiana es «el encuentro con un
acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una
orientación decisiva»1. Fundada en el encuentro con Jesucristo resucitado, la fe podrá
ser redescubierta integralmente y en todo su esplendor. «También en nuestros días la fe
es un don que hay que volver a descubrir, cultivar y testimoniar. Que en esta
celebración del Bautismo el Señor nos conceda a todos la gracia de vivir la belleza y la
alegría de ser cristianos»2.

El comienzo del Año de la fe coincide con el recuerdo agradecido de dos grandes


eventos que han marcado el rostro de la Iglesia de nuestros días: los cincuenta años
pasados desde la apertura del Concilio Vaticano II por voluntad del Beato Juan XXIII (1
de octubre de 1962) y los veinte años desde la promulgación del Catecismo de la Iglesia
Católica, legado a la Iglesia por el Beato Juan Pablo II (11 de octubre de 1992).

Según las palabas del Papa Juan XXIII, el Concilio ha querido «transmitir pura e
íntegra, la doctrina, sin atenuaciones ni deformaciones» comprometiéndose a que «esta
doctrina, cierta e inmutable, que debe ser fielmente respetada, sea profundizada y
presentada de manera que corresponda a las exigencias de nuestro tiempo»3. En este
sentido, continúa siendo de crucial importancia la afirmación inicial de la Constitución
dogmática Lumen gentium: «Cristo es la luz de los pueblos. Por ello este sacrosanto
Sínodo, reunido en el Espíritu Santo, desea ardientemente iluminar a todos los hombres,
anunciando el Evangelio a toda criatura (cf. Mc 16,15) con la claridad de Cristo, que
resplandece sobre la faz de la Iglesia»4. Desde la luz de Cristo que purifica, ilumina y
santifica en la celebración de la sagrada liturgia (cf. Constitución Sacrosanctum
Concilium), y con su palabra divina (cf. Constitución dogmática Dei Verbum) el
Concilio ha querido ahondar en la naturaleza íntima de la Iglesia (cf. Constitución
dogmática Lumen gentium) y su relación con el mundo contemporáneo (cf.
Constitución pastoral Gaudium et spes). Alrededor de sus cuatro Constituciones,
verdaderos pilares del Concilio, se agrupan las Declaraciones y Decretos, que abordan
algunos de los principales desafíos de nuestro tiempo.

Después del Concilio, la Iglesia ha trabajado para que sus ricas enseñanzas sean
recibidas y aplicadas en continuidad con toda la Tradición y bajo la guía segura del
Magisterio. Para facilitar la correcta recepción del Concilio, los Sumos Pontífices han
convocado reiteradamente el Sínodo de los Obispos5, instituido por el Siervo de Dios
Pablo VI en 1965, proponiendo a la Iglesia directrices claras a través de las diversas
Exhortaciones apostólicas post-sinodales. La próxima Asamblea General del Sínodo de
los Obispos, en octubre de 2012, tendrá como tema: La nueva evangelización para la
transmisión de la fe cristiana.

Desde el comienzo de su pontificado, el Papa Benedicto XVI se ha comprometido


firmemente en procurar una correcta comprensión del Concilio, rechazando como
errónea la llamada «hermenéutica de la discontinuidad y de la ruptura», y promoviendo
la que él mismo ha llamado «‘hermenéutica de la reforma’, de la renovación dentro de
la continuidad del único sujeto-Iglesia, que el Señor nos ha dado; es un sujeto que crece
en el tiempo y se desarrolla, pero permaneciendo siempre el mismo, único sujeto del
pueblo de Dios en camino»6.
El Catecismo de la Iglesia Católica, colocándose en esta línea, por un lado se presenta
como un «auténtico fruto del Concilio Vaticano II»7, y por otro intenta favorecer su
acogida. El Sínodo Extraordinario de los Obispos de 1985, convocado con ocasión del
vigésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II y para hacer un balance de
su recepción, sugirió la preparación de este Catecismo para ofrecer al pueblo de Dios un
compendio de toda la doctrina católica y un texto de referencia segura para los
catecismos locales. El Papa Juan Pablo II aceptó esta propuesta como un deseo de
«responder plenamente a una necesidad real de la Iglesia universal y las Iglesias
particulares»8. Redactado en colaboración con todo el episcopado de la Iglesia Católica,
este Catecismo «manifiesta de verdad una cierta ‘sinfonía’ de la fe».9

El Catecismo presenta «lo nuevo y lo viejo (cf. Mt 13, 52), dado que la fe es siempre la
misma y, a la vez, es fuente de luces siempre nuevas. Para responder a esa doble
exigencia, el Catecismo de la Iglesia Católica, por una parte, toma la estructura
"antigua", tradicional, ya utilizada por el catecismo de san Pío V, articulando el
contenido en cuatro partes: Credo; Sagrada Liturgia, con los sacramentos en primer
lugar; el obrar cristiano, expuesto a partir del Decálogo; y, por último, la oración
cristiana. Con todo, al mismo tiempo, el contenido se expresa a menudo de un modo
"nuevo", para responder a los interrogantes de nuestra época»10. Este Catecismo es «un
instrumento válido y legítimo al servicio de la comunión eclesial, y una regla segura
para la enseñanza de la fe»11. Allí se hallan «los contenidos fundamentales de la fe,
sintetizados sistemática y orgánicamente. En efecto, en él se pone de manifiesto la
riqueza de la enseñanza que la Iglesia ha recibido, custodiado y ofrecido en sus dos mil
años de historia. Desde la Sagrada Escritura a los Padres de la Iglesia, de los Maestros
de teología a los Santos de todos los siglos, el Catecismo ofrece una memoria
permanente de los diferentes modos en que la Iglesia ha meditado sobre la fe y ha
progresado en la doctrina, para dar certeza a los creyentes en su vida de fe»12.

El Año de la fe desea contribuir a una renovada conversión al Señor Jesús y al


redescubrimiento de la fe, de modo que todos los miembros de la Iglesia sean para el
mundo actual testigos gozosos y convincentes del Señor resucitado, capaces de señalar
la "puerta de la fe"a tantos que están en búsqueda de la verdad. Esta "puerta" abre los
ojos del hombre para ver a Jesucristo presente entre nosotros «todos los días hasta el fin
del mundo» (Mt 28, 20). Él nos enseña cómo «el arte del vivir» se aprende «en una
relación intensa con él»13. «Con su amor, Jesucristo atrae hacia sí a los hombres de
cada generación: en todo tiempo, convoca a la Iglesia y le confía el anuncio del
Evangelio, con un mandato que es siempre nuevo. Por eso, también hoy es necesario un
compromiso eclesial más convencido en favor de una nueva evangelización para
redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe».14

Por encargo del Papa Benedicto XVI15, la Congregación para la Doctrina de la Fe, de
acuerdo con los Dicasterios competentes de la Santa Sede y con la contribución de la
Comisión para la preparación del Año de la fe16, ha escrito esta Nota con indicaciones
para vivir este tiempo de gracia, las cuales no excluyen otras propuestas que el Espíritu
Santo quiera suscitar entre los pastores y fieles de distintas partes del mundo.

Indicaciones

«Sé en quien he puesto mi confianza» (2 Tm 1, 12): estas palabras de San Pablo nos
ayudan a comprender que la fe «es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios;
es al mismo tiempo e inseparablemente el asentimiento libre a toda la verdad que Dios
ha revelado»17. La fe como confianza personal en el Señor y la fe que profesamos en el
Credo son inseparables, se evocan y exigen mutuamente. Hay un fuerte vínculo entre la
fe vivida y sus contenidos: la fe de los testigos y confesores es también la fe de los
apóstoles y doctores de la Iglesia.

En este sentido, las siguientes indicaciones para el Año de la fe tienen el objetivo de


favorecer el encuentro con Cristo a través de testigos auténticos de la fe y aumentar el
conocimiento de sus contenidos. Se trata de propuestas que tienen la intención de
solicitar una respuesta eclesial ante la invitación del Santo Padre, para vivir en plenitud
este año como un especial «tiempo de gracia»18. El redescubrimiento gozoso de la fe
también ayudará a consolidar la unidad y la comunión entre las distintas realidades que
conforman la gran familia de la Iglesia.

I. En el ambito de Iglesia universal

1. El principal evento al comienzo del Año de la fe será la XIII Asamblea General


Ordinaria del Sínodo de los Obispos, convocada por el Papa Benedicto XVI para el mes
de octubre de 2012 y dedicada Al tema de La nueva evangelización para la transmisión
de la fe cristiana. Durante el Sínodo, el 11 de octubre de 2012 tendrá lugar una solemne
celebración para dar inicio al Año de la fe, en recuerdo del quincuagésimo aniversario
de la apertura del Concilio Vaticano II.

2. En el Año de la fe hay que alentar las peregrinaciones de los fieles a la Sede de


Pedro, para profesar la fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, uniéndose a aquél que
hoy está llamado a confirmar en la fe a sus hermanos (cf. Lc 22, 32). Será importante
también fomentar las peregrinaciones a Tierra Santa, el lugar que tuvo la primicia de
conocer a Jesús, el Salvador, y a María, su madre.

3. Durante este año será útil invitar a los fieles a dirigirse, con particular devoción a
María, imagen de la Iglesia, que «reúne en sí y refleja en cierto modo las supremas
verdades de la fe»19. Por lo tanto, se debería alentar toda iniciativa que ayude a los
fieles a reconocer el papel especial de María en el misterio de la salvación, a amarla
filialmente y a imitar su fe y virtud. Para ello será muy conveniente organizar
peregrinaciones, celebraciones y reuniones en los principales Santuarios.

4. La próxima Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, en julio de 2013,


ofrecerá a los jóvenes una ocasión privilegiada para experimentar el gozo que proviene
de la fe en el Señor Jesús y de la comunión con el Santo Padre, en la gran familia de la
Iglesia.

5. Al respecto, sería conveniente la realización de simposios, congresos y reuniones de


gran escala, incluso a nivel internacional, que favorezcan la comunicación de auténticos
testimonios de la fe y el conocimiento de los contenidos de la doctrina de la Iglesia
Católica. Demostrando que también hoy la Palabra de Dios sigue creciendo y
diseminándose, es importante que se dé testimonio de que en Jesucristo «encuentra su
cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón humano»20 y que la fe «se convierte
en un nuevo criterio de pensamiento y de acción que cambia toda la vida del
hombre»21. Algunos congresos serán especialmente dedicados al redescubrimiento de
las enseñanzas del Concilio Vaticano II.
6. El Año de la fe ofrecerá a todos los creyentes una buena oportunidad para profundizar
en el conocimiento de los principales documentos del Concilio Vaticano II y el estudio
del Catecismo de la Iglesia Católica. Esto vale particularmente para los candidatos al
sacerdocio, en especial durante el año propedéutico o los primeros años de estudios
teológicos, para los novicios y novicias de los Institutos de Vida Consagrada y las
Sociedades de Vida Apostólica, así como para aquellos que se preparan a entrar en una
Asociación o Movimiento eclesial.

7. Este año será una ocasión propicia para acoger con mayor atención las homilías,
catequesis, discursos y otras intervenciones del Santo Padre. Los pastores, personas
consagradas y fieles laicos serán invitados a un renovado compromiso de adhesión
eficaz y cordial a la enseñanza del Sucesor de Pedro.

8. Durante el Año de la fe, en colaboración con el Pontificio Consejo para la Unidad de


los Cristianos, se esperan iniciativas ecuménicas dirigidas a invocar de Dios y favorecer
«la restauración de la unidad entre todos los cristianos», que «es uno de los fines
principales que se ha propuesto el Sacrosanto Concilio Vaticano II»22. En particular,
tendrá lugar una solemne celebración ecuménica para reafirmar la fe en Cristo de todos
los bautizados.

9. En el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización será


establecida una secretaría especial para coordinar las diversas iniciativas sobre el Año
de la fe promovidas por los distintos Dicasterios de la Santa Sede o que de todos modos
sean relevantes para la Iglesia universal. Será conveniente que con tiempo se informe a
esta secretaría sobre los principales eventos que se organicen y también podrá sugerir
iniciativas apropiadas. La secretaría abrirá un sitio especial en Internet, para
proporcionar información útil para vivir de manera efectiva el Año de la fe.

10. Al final de este año, en la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del
Universo, tendrá lugar una Eucaristía celebrada por el Santo Padre, en el que se
renovará solemnemente la profesión de fe.

II. En el ambito de las Conferencias Episcopales 23

1. Las Conferencias Episcopales podrán dedicar una jornada de estudio al tema de la fe,
de su testimonio personal y de su transmisión a las nuevas generaciones, de acuerdo con
la misión específica de los Obispos como maestros y «pregoneros de la fe»24.

2. Será útil favorecer la reedición de los Documentos del Concilio Vaticano II, del
Catecismo de la Iglesia Católica y de su Compendio, en ediciones económicas y de
bolsillo, y su más amplia difusión con el uso de medios electrónicos y modernas
tecnologías.

3. Se espera que se renueve el esfuerzo para traducir los documentos del Concilio
Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica a los idiomas que aún no cuentan con
traducción propia. Hay que alentar iniciativas de apoyo caritativo a las traducciones a
las lenguas locales de los territorios de misión cuyas Iglesias particulares no puede
sostener tales gastos. Esto podrá llevar a cabo bajo la dirección de la Congregación para
la Evangelización de los Pueblos.
4. Los pastores, aprovechando los nuevos lenguajes de la comunicación, se esfuercen
por promover trasmisiones televisivas o radiofónicas, películas y publicaciones, incluso
a nivel popular, accesibles a un público amplio, sobre el tema de la fe, sus principios y
contenidos, así como la importancia eclesial del Concilio Vaticano II.

5. Los santos y beatos son los auténticos testigos de la fe25. Por lo tanto, será
conveniente que las conferencias Episcopales se esfuercen por dar a conocer los santos
de su territorio, usando incluso los medios modernos de comunicación social.

6. El mundo contemporáneo es sensible a la relación entre fe y arte. En este sentido, se


recomienda a las Conferencias Episcopales que, para enriquecimiento de la catequesis y
una eventual colaboración ecuménica, se fomente el aprecio por el patrimonio artístico
que se encuentra en lugares confiados a su cuidado pastoral.

7. Se invita a los docentes de los Centros de estudios teológicos, Seminarios y


Universidades católicas a verificar la relevancia que, en su enseñanza, tienen los
contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica y las implicaciones que se derivan para
sus respectivas disciplinas.

8. Será útil preparar con la ayuda de teólogos y escritores de renombre, subsidios


divulgativos de carácter apologético (cf. 1 Pe 3, 15), para que los fieles puedan
responder mejor a las preguntas que surgen en los distintos contextos culturales. Se trata
de los desafíos de las sectas, los problemas asociados con el secularismo y el
relativismo, y de los «interrogantes que provienen de un cambio de mentalidad que,
sobre todo hoy, reduce el ámbito de las certezas racionales al de los logros científicos y
tecnológicos»26, así como de otras dificultades específicas.

9. Sería deseable revisar los catecismos locales y los subsidios catequísticos en uso en
las Iglesias particulares, para asegurar su plena conformidad con el Catecismo de la
Iglesia Católica27. En el caso de que algunos catecismos o subsidios para la catequesis
no estén en completa sintonía con el Catecismo o que padezcan lagunas, será oportuno
comenzar la elaboración de nuevos catecismos, sirviéndose del ejemplo y la ayuda de
otras Conferencias Episcopales que ya lo hayan hecho.

10. En colaboración con la Congregación para la Educación Católica, competente en


materia, será oportuno verificar que los contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica
estén presentes en la Ratio de la formación de los futuros sacerdotes y en el currículo de
sus estudios teológicos.

III. En el ambito diocesano

1. Se auspicia una celebración de apertura del Año de la fe y de su solemne conclusión


en el ámbito de cada Iglesia particular, para «confesar la fe en el Señor Resucitado en
nuestras catedrales e iglesias de todo el mundo»28.

2. Será oportuno organizar en cada diócesis una jornada sobre el Catecismo de la Iglesia
Católica, invitando a tomar parte en ella sobre todo a sacerdotes, personas consagradas
y catequistas. En esta ocasión, por ejemplo, las eparquías católicas orientales podrán
tener un encuentro con los sacerdotes para dar testimonio de su específica sensibilidad y
tradición litúrgicas en la única fe en Cristo; así, las Iglesias particulares jóvenes de las
tierras de misión podrán ser invitadas a ofrecer un testimonio renovado de la alegría de
la fe que las distingue.

3. Cada obispo podrá dedicar una Carta pastoral al tema de la fe, recordando la
importancia del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica, teniendo en
cuenta las circunstancias específicas de la porción de fieles a él confiada.

4. Se espera que en cada Diócesis, bajo la responsabilidad del obispo, se organicen


eventos catequísticos para jóvenes y para quienes buscan encontrar el sentido de la vida,
con el fin de descubrir la belleza de la fe de la Iglesia, aprovechando la oportunidad de
reunirse con sus testigos más reconocidos.

5. Será oportuno verificar la recepción del Concilio Vaticano II y del Catecismo de la


Iglesia Católica en la vida y misión de cada Iglesia particular, especialmente en el
ámbito catequístico. En tal sentido, se espera un renovado compromiso de parte de los
departamentos de catequesis de las diócesis, que sostenidos por las comisiones para la
catequesis de las Conferencias Episcopales, tienen en deber de ocuparse de la formación
de los catequistas en lo relativo a los contenidos de la fe.

6. La formación permanente del clero podrá concentrarse, particularmente en este Año


de la fe, en los documentos del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia
Católica, tratando, por ejemplo, temas como "el anuncio de Cristo resucitado", "la
Iglesia sacramento de salvación", "la misión evangelizadora en el mundo de hoy", "fe e
incredulidad", "fe, ecumenismo y diálogo interreligioso", "fe y vida eterna",
"hermenéutica de la reforma en la continuidad" y "el Catecismo en la atención pastoral
ordinaria".

7. Se invita a los Obispos a organizar celebraciones penitenciales, particularmente


durante la cuaresma, en las cuales se ponga un énfasis especial en pedir perdón a Dios
por los pecados contra la fe. Este año será también un tiempo favorable para acercarse
con mayor fe y frecuencia al sacramento de la Penitencia.

8. Se espera la participación del mundo académico y de la cultura en un diálogo


renovado y creativo entre fe y razón, a través de simposios, congresos y jornadas de
estudio, especialmente en las universidades católicas, que muestren «cómo entre la fe y
la verdadera ciencia no puede haber conflicto alguno, porque ambas, aunque por
caminos distintos, tienden a la verdad»29.

9. Será importante promover encuentros con personas que «aun no reconociendo en


ellos el don de la fe, buscan con sinceridad el sentido último y la verdad definitiva de su
existencia y del mundo»30, inspirándose también en los diálogos del Patio de los
Gentiles, iniciados bajo la guía del Consejo Pontificio de la Cultura.

10. El Año de la fe será una ocasión para dar mayor atención a las escuelas católicas,
lugares privilegiados para ofrecer a los alumnos un testimonio vivo del Señor, y cultivar
la fe con una oportuna referencia al uso de buenos instrumentos catequísticos, como por
ejemplo el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica o el Youcat.

IV. En el ambito de las parroquias / comunidades / asociaciones / movimientos


1. En preparación al Año de la fe, todos los fieles están invitados a leer y meditar la
Carta apostólica Porta fidei del Santo Padre Benedicto XVI.

2. El Año de la fe «será también una ocasión propicia para intensificar la celebración de


la fe en la liturgia, y de modo particular en la Eucaristía»31. En la Eucaristía, misterio
de la fe y fuente de la nueva evangelización, la fe de la Iglesia es proclamada, celebrada
y fortalecida. Todos los fieles están invitados a participar de ella en forma consciente,
activa y fructuosa, para ser auténticos testigos del Señor.

3. Los sacerdotes podrán dedicar mayor atención al estudio de los documentos del
Concilio Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica, recogiendo sus frutos para
la pastoral parroquial –catequesis, predicación, preparación a los sacramentos, etc.– y
proponiendo ciclos de homilías sobre la fe o algunos de sus aspectos específicos, como
por ejemplo, "el encuentro con Cristo", "los contenidos fundamentales del Credo" y "la
fe y la Iglesia"32.

4. Los catequistas podrán apelar aún más a la riqueza doctrinal del Catecismo de la
Iglesia Católica y, bajo la responsabilidad de los respectivos párrocos, guiar grupos de
fieles en la lectura y la profundización común de este valioso instrumento, con la
finalidad de crear pequeñas comunidades de fe y testimonio del Señor Jesús.

5. Se espera por parte de las parroquias un renovado compromiso en la difusión y


distribución del Catecismo de la Iglesia Católica y de otros subsidios aptos para las
familias, auténticas iglesias domésticas y lugares primarios de la transmisión de la fe. El
contexto de tal difusión podría ser, por ejemplo, las bendiciones de las casas, el
bautismo de adultos, las confirmaciones y los matrimonios. Esto contribuirá a confesar
y profundizar la doctrina católica «en nuestras casas y con nuestras familias, para que
cada uno sienta con fuerza la exigencia de conocer y transmitir mejor a las generaciones
futuras la fe de siempre»33.

6. Será conveniente promover misiones populares y otras iniciativas en las parroquias y


en los lugares de trabajo, para ayudar a los fieles a redescubrir el don de la fe bautismal
y la responsabilidad de su testimonio, conscientes de que la vocación cristiana «por su
misma naturaleza, es también vocación al apostolado»34.

7. En este tiempo, los miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las


Sociedades de Vida Apostólica son llamados a comprometerse en la nueva
evangelización mediante el aporte de sus propios carismas, con una renovada adhesión
al Señor Jesús, fieles al Santo Padre y a la sana doctrina.

8. Las comunidades contemplativas durante el Año de la fe dedicarán una particular


atención a la oración por la renovación de la fe en el Pueblo de Dios y por un nuevo
impulso en su transmisión a las jóvenes generaciones.

9. Las Asociaciones y los Movimientos eclesiales están invitados a hacerse promotores


de iniciativas específicas que, mediante la contribución del propio carisma y en
colaboración con los pastores locales, se incorporen al gran evento del Año de la fe. Las
nuevas Comunidades y Movimientos eclesiales, en modo creativo y generoso,
encontrarán los medios más eficaces para ofrecer su testimonio de fe al servicio de la
Iglesia.
10. Todos los fieles, llamados a reavivar el don de la fe, tratarán de comunicar su propia
experiencia de fe y caridad35, dialogando con sus hermanos y hermanas, incluso de
otras confesiones cristianas, sin dejar de lado a los creyentes de otras religiones y a los
que no creen o son indiferentes. Así se espera que todo el pueblo cristiano comience una
especie de misión entre las personas con quienes viven y trabajan, conscientes de haber
«recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos»36

Conclusion

La fe «es compañera de vida que nos permite distinguir con ojos siempre nuevos las
maravillas que Dios hace por nosotros. Tratando de percibir los signos de los tiempos en
la historia actual, nos compromete a cada uno a convertirnos en un signo vivo de la
presencia de Cristo resucitado en el mundo»37. La fe es un acto personal y comunitario:
es un don de Dios, para vivirlo en la gran comunión de la Iglesia y comunicarlo al
mundo. Cada iniciativa del Año de la fe busca favorecer el gozoso redescubrimiento y
el renovado testimonio de la fe. La indicaciones aquí ofrecidas tienen el objetivo de
invitar a todos los miembros de la Iglesia a comprometerse para que este año sea una
ocasión privilegiada para compartir lo más valioso que tiene el cristiano: Jesucristo,
Redentor del hombre, Rey del Universo, «iniciador y consumador de nuestra fe» (Heb
12, 2).

Dado en Roma, en la Sede de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 6 de enero


de 2012, Solemnidad de la Epifanía del Señor.

William Cardenal Levada

Prefecto

Luis Ladaria F., S.I.

Arzobispo titular de Thibica

Secretario

____________________________

1 BENEDICTO XVI, Carta Encíclica, Deus caritas est, 25 de diciembre de 2005, n. 1.

2 IDEM., Homilía en la Fiesta del Bautismo del Señor, 10 de enero de 2010.

3 JUAN XXIII, Discurso durante la solemne apertura del Concilio Vaticano II, 11 de
octubre de 1962.

4 CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, Constitución dogmática Lumen gentium,


n.1.

5 Las Asambleas Ordinarias del Sínodo de los Obispos han tratado los siguientes temas:
La preservación y el fortalecimiento de la fe católica, su integridad, vigor, desarrollo,
coherencia doctrinal e histórica (1967); El sacerdocio ministerial y la justicia en el
mundo (1971); La evangelización en el mundo moderno (1974); La catequesis en
nuestro tiempo (1977); La familia cristiana (1980); La penitencia y la reconciliación en
la misión de la Iglesia (1983); La vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el
mundo (1987); La formación de los sacerdotes en las circunstancias actuales (1991); La
vida consagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo (1994); El Obispo: servidor del
Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo (2001); La Eucaristía: fuente y
cumbre de la vida y la misión de la Iglesia (2005); La Palabra de Dios en la vida y
misión de la Iglesia (2008).

6 BENEDICTO XVI, Discurso a la Curia Romana, 22 de diciembre de 2005.

7 IDEM., Carta apostólica Porta fidei, n. 4.

8 JUAN PABLO II, Discurso di clausura de la II Asamblea Extraordinaria del Sínodo


de los Obispos, 7 de diciembre de 1985, n. 6. El mismo Pontífice, en la fase inicial de
este Sínodo, durante el Ángelus del 24 de noviembre de 1985, dijo: «La fe es el
principio basilar, es el quicio, el criterio esencial de la renovación que pretendió el
Concilio. De la fe se deriva la norma moral, el estilo de vida, la orientación práctica en
cada una de las circunstancias».

9 IDEM., Constitución apostólica Fidei depositum, 11 de octubre de 1992, n. 2.

10 Ibíd., n. 3.

11 Ibíd., n. 4.

12 BENEDICTO XVI, Carta apostólica Porta fidei, n. 11.

13 IDEM., Discurso a los participantes en el Encuentro promovido por el Pontificio


Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, 15 de octubre de 2011.

14 IDEM., Carta apostólica Porta fidei, n. 7.

15 Cf. Ibíd., n. 12.

16 Dicha Comisión, constituida en la Congregación para la Doctrina de la Fe por


mandato del Santo Padre Benedicto XVI, cuenta entre sus miembros a los Cardenales
William Levada, Francis Arinze, Angelo Bagnasco, Ivan Dias, Francis E. George,
Zenon Grocholewski, Marc Ouellet, Mauro Piacenza, Jean-Pierre Ricard, Stani?aw Ry?
ko y Christoph Schönborn; a los Arzobispos Luis F. Ladaria y Salvatore Fisichella; y a
los Obispos Mario del Valle Moronta Rodríguez, Gerhard Ludwig Müller y Raffaello
Martinelli.

17 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 150.

18 BENEDICTO XVI, Carta apostólica Porta fidei, n. 15.

19 CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, Constitución dogmática Lumen


gentium, n. 65.

20 BENEDICTO XVI, Carta apostólica Porta fidei, n. 13.


21 Ibid., n. 6.

22 CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, Decreto Unitatis redintegratio, n. 1.

23 Las indicaciones que se ofrecen a las Conferencias Episcopales valen también, en


modo análogo, para los Sínodos de obispos de las Iglesias patriarcales y arzobispales
mayores y para las Asambleas de Iglesias sui iuris.

24 Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium, n. 25.

25 Cf. BENEDICTO XVI, Carta apostólica Porta fidei, n. 13.

26 Ibid., n. 12.

27 Cf. JUAN PABLO II, Constitución apostólica Fidei depositum, n. 4.

28 Cf. BENEDICTO XVI, Carta apostólica Porta fidei, n. 8.

29 Ibíd., n. 12.

30 Ibíd., n. 10.

31 Ibíd., n. 9.

32 Cf. BENEDICTO XVI, Exhortación apostólica post sinodal Verbum Domini, 30 de


septiembre de 2010, nn. 59-60 y 74.

33 IDEM., Carta apostólica Porta fidei, n. 8.

34 CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, Decreto Apostolicam actuositatem, n. 2.

35 Cf. BENEDICTO XVI, Carta apostólica Porta fidei, n. 14.

36 CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, Constitución pastoral Gaudium et spes,


n. 1.

37 BENEDICTO XVI, Carta apostólica Porta fidei, n. 15.

Frases para el Año de la Fe


Congreso Nacional de Pastoral Juvenil (Valencia)

El primer Congreso Nacional de Pastoral Juvenil de la historia de España va a tener


lugar en Valencia, del 1 al 4 de noviembre de 2012, organizado por la Conferencia
Episcopal Española con el lema «También vosotros daréis testimonio» (Jn 15, 27). Su
convocatoria y preparación es consecuencia de varios años de trabajo y de los dos
últimos planes pastorales de la Conferencia Episcopal.

Su objetivo principal es descubrir nuevos caminos para evangelizar a los jóvenes y que
a su vez ellos sean testigos del Evangelio en la cultura de hoy.

A pesar de que Cristo es el único que responde a todas las preguntas del ser humano y al
sentido de la vida del joven, la confusión cultural y la hostilidad ambiental hoy es muy
grande, por lo que es necesaria una iniciativa de este tipo. Partimos de que el mensaje
que la Iglesia anuncia responde a todas estas búsquedas y necesidades. Sin embargo, es
necesario centrar el perfil del joven en sus búsquedas, esperanzas y luchas cotidianas
para conseguir sus objetivos. También hemos de enfocar adecuadamente sus faltas de
esperanzas, de afecto familiar, la lucha por conseguir un trabajo, las soledades sufridas,
las evasiones, los vacíos hallados en los falsos caminos.

El Congreso Nacional de Pastoral Juvenil pretende también los siguientes objetivos:

* Actualizar la pastoral con jóvenes al lenguaje, la sensibilidad, la psicología y la


afectividad de los jóvenes españoles del siglo XXI.

* Impulsar el entusiasmo misionero en un momento de gran secularización de España,


acentuado por la grave crisis moral, social y económica que padecemos.
* Promover nuevas expresiones evangelizadoras para educar mejor a los jóvenes en la
oración, la afectividad, el estudio frente al relativismo, la vida pública, el testimonio de
los santos y el ocio, y en los ámbitos de la pastoral universitaria, vocacional, social,
escolar, litúrgica y de los medios de comunicación.

* Afrontar la nueva pastoral juvenil desde unas bases teológicas fuertes, en las
perspectivas de los aniversarios del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia
Católica.

Más información en http://www.cnpj2012.es/

Actividades y documentación para el Año de la fe

Actividades y documentación para el Año de la fe de acuerdo a las Indicaciones


Pastorales de la Congregación para la Doctrina de la Fe:

Carta Apostólica en forma de "Motu Proprio" Porta fidei


Del Sumo Pontífice Benedicto XVI con la que se convoca el Año de la fe

Indicaciones para el Año de la Fe


El Año de la fe desea contribuir a una renovada conversión al Señor Jesús y al
redescubrimiento de la fe

25 frases de la “Porta fidei”


Para los que no han tenido oportunidad de leer completa la “Porta Fidei” este es un
magnifico resumen

El papel de los medios de comunicación en la transmisión de la fe


XI Encuentro de Comunicadores Sociales organizado por la Delegación de Pastoral de
Medios de Comunicación del Arzobispado de Madrid y el Consejo de Laicos de
Madrid. 26 mayo 2012

Año de la Fe: ser más osados en el anuncio del Evangelio y ampliar la cooperación
misionera
Discurso del Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el
Cardenal Fernando Filoni, ante la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias
(OMP). 7 mayo 2012

Nota doctrinal acerca de algunos aspectos de la evangelización


Congregación para la Doctrina de la Fe. 3 de diciembre de 2007

Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización


Mons. Rino Fisichella es el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la
Nueva Evangelización

Especial: Misión Metrópolis


Una iniciativa del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización
Metrópolis de la fe
Entrevista al arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la
promoción de la Nueva Evangelización

Los medios de comunicación social en la transmisión de la fe


XI Encuentro diocesano de Comunicadores Sociales organizado por la Delegación de
Pastoral de Medios de Comunicación Social y el Consejo de Laicos de Madrid

Inauguración del Sínodo sobre la nueva evangelización

El evento, que reúne a 262 prelados, tiene como la finalidad encontrar medios para
proclamar el Evangelio.

Ciudad del Vaticano • El papa Benedicto XVI inauguró el domingo, con la celebración
de una solemne misa en la plaza de San Pedro, el sínodo sobre la "nueva
evangelización", que reúne a 262 arzobispos, obispos, superiores generales de
congregaciones y patriarcas llegados de todo el mundo.

Desde la plaza de la basílica de San Pedro, en el Vaticano, el Papa recordó que el


Concilio Vaticano II, inaugurado hace 50 años, fue la "expresión más universal y el
impulso más autorizado" del dinamismo espiritual y pastoral del siglo XX.

Su aniversario se celebrará el jueves, al mismo tiempo que se inaugura el "Año de la


Fe".
Al principio de la ceremonia, Benedicto XVI proclamó dos nuevos Doctores de la
Iglesia.
Ambos, teólogos admirados por sus ideas y actores de la evangelización en su época,
eran ya santos: el español Juan de Ávila (1499-1569) y la alemana Hildegarda de
Bingen (1098-1179).

Este sínodo de tres semanas de duración es una de las grandes prioridades del Papa:
tratará de encontrar los medios para anunciar el Evangelio en países tradicionalmente
cristianos, donde los fieles se alejan de las iglesias.
http://www.milenio.com

Cuenta conmigo, Señor (Octubre Misionero)


Señor, hazme instrumento de tu paz,
donde haya odio ponga amor,
donde haya ofensa perdón,
donde haya error ponga yo verdad.

El mundo necesita hombres,


que no se guíen por dinero, bienestar y poder.
CUENTA CONMIGO, SEÑOR.

El mundo necesita hombres


que pongan al hombre como centro
de las personas, de los grupos, de la sociedad.
CUENTA CONMIGO, SEÑOR.

El mundo necesita que el amor


sea el motor de sus acciones,
el motor de su historia.
CUENTA CONMIGO, SEÑOR.

El mundo necesita hombres


que hagan fraternidad donde estén,
que se dejen de palabrería y ayuden a solucionar
los problemas concretos de los hermanos.
CUENTA CONMIGO, SEÑOR.

El mundo necesita hombres


que lo den todo por el evangelio:
alma, vida y corazón,
y se pongan sin reservas al servicio de los demás.
CUENTA CONMIGO, SEÑOR.

El mundo necesita hombres


que anuncien con su palabra y con su vida
que el único salvador, que la única libertad
está en Jesús de Nazaret.
CUENTA CONMIGO, SEÑOR.

Compartiendo vida... ¡Sorprenderse!

La sorpresa nos llega cuando algo inesperado llama a nuestra puerta sin esperarlo,
cuando algo que creíamos imposible se hace realidad o cuando algo que creíamos que
nunca seríamos capaces de realizar es realizado.
Me sorprendo cuando veo gente a mi lado altruista, cuando somos capaces de darnos a
los demás sin esperar recompensa, cuando descubro que aquello por lo que tanto he
luchado es una realidad que que envuelve.
Me sorprendo cuando descubro el amor verdadero en un gesto o una palabra, cuando
miro a los demás sin etiquetas ni falsos juicios que han tamizado mi mirada durante
tiempo.
Me admira la gente sencilla, aquella que se equivoca al hablar y que se confunde con
frecuencia pero que en su corazón no alberga rencores ni odio.
Me sorprendo cuando me miro en el rostro de los otros buscando lo mejor que tienen
por dentro de forma que pueda acoger esos modelos que me muestran como ejemplo
para mi vida.
Me sorprende la Palabra de Dios que me hace una llamada siempre nueva y duradera.
Me sorprende la vida a cada paso, con sus momentos buenos y menos buenos,
alentándome siempre a seguir los pasos de Jesús y orientándome a ser cada día un poco
mejor.

La vida... con humor

¿Que es una bodega?


La mamá de los bodeguitos...

La vida es un jardín
Testimonio - Universidad y nueva evangelización

Agustín del Agua nos presenta "Cristianismo, Universidad y Cultura" una publicación
de la Subcomisión Episcopal de Universidades.
VER VIDEO

 Testimonio - Universidad y nueva evangelización

Rasgos del misionero

El misionero es un discípulo de Cristo: Sabe que antes de ser apóstol es preciso


ser discípulo, es decir, ha tenido un encuentro vivo, personal con Jesús resucitado y
vive cotidianamente en unión con El en la oración y los sacramentos, principalmente
la Eucaristía y la Reconciliación. Porque “no se puede anunciar a quien no se
conoce”.
El un contemplativo: que transmite no sólo conceptos y doctrinas, sino su
experiencia personal de Jesucristo y de los valores de su Reino.  Por ello, el
misionero vive profundamente en comunión con Jesucristo, sabe encontrar en medio
de la acción, momentos de “desierto” donde se encuentra con Cristo y se deja llenar
por su Espíritu. 

Es dócil al Espíritu Santo: se deja inundar por el Espíritu Santo para hacerse más
semejante a Cristo, y se deja guiar por El. Acoge dócilmente sus dones, que lo
transforman en testigo valiente de Cristo y preclaro anunciador de su Palabra. Sabe
que no es él quien obra y habla, sino que es el Espíritu Santo el verdadero
protagonista de la misión.

Vive el misterio de Cristo “enviado”. El misionero vive en íntima comunión con


Cristo, hasta tener sus mismos sentimientos:  está impregnado del Amor del Padre, y
obedece su voluntad hasta las últimas consecuencias. Se sabe enviado por Cristo a
cumplir su misión, y acompañado constantemente por El. 

Tiene a María como Madre y Modelo: Su espiritualidad es profundamente


mariana. La Madre del Resucitado es también su Madre, y es para él modelo de
fidelidad, docilidad, servicio, compromiso misionero.

Vive la pobreza y el “éxodo misionero”: el sentido de “salir de la tierra” para el


misionero, no implica únicamente el “salir geográfico”, sino que misionero sabe que
debe abandonar su comodidad y su seguridad para “remar mar adentro”,  para ir a
las situaciones y lugares donde Cristo lo quiera enviar. Debe abandonar sus propios
esquemas, sus ideas preestablecidas para abandonarse en las realidades que la
evangelización le presenten. La pobreza misionera no hace referencia únicamente a
la pobreza material, sino al abandono a la voluntad de Dios y a los caminos que El le
presente.

Vive la misión como un compromiso fundamental: el misionero es un


comprometido en el seguimiento de Jesús y en la lucha por su Reino liberador y
universal. El misionero ha dicho “sí” a Dios, y no se hecha atrás ni retacea en su
entrega.

Ama a la Iglesia y a los hombres como Jesús los ha amado: Lo primero que
mueve al misionero es el amor por los hombres, a quienes quiere llevar a Cristo. El
misionero es el hombre de la caridad, el “hermano universal”, que lleva a Cristo a
todos los hombres, por cuyos problemas se interesa, para quienes siempre está
disponible, y a quienes trata siempre con ternura, compasión y acogida. 

El verdadero misionero es el santo:  La llamada a la misión deriva de la llamada a


la santidad. La santidad es un presupuesto fundamental y una condición insustituible
para realizar la misión salvífica de la Iglesia. No bastan los métodos, los
conocimientos, la capacidad de oratoria, si no están sustentados por el testimonio de
vida cristiana y de santidad del misionero.

Porque anochece ya (Oración)


Porque es tarde, Dios mío,
porque anochece ya,
y se nubla el camino.
Porque temo perder
las huellas que he seguido,
no me dejes tan solo
y quédate conmigo.

Porque he sido rebelde


y he buscado el peligro
  e investigué curioso
las cumbres y el abismo
perdóname Señor
y quédate conmigo.

Porque ardo en sed de ti


y en hambre de tu trigo,
ven siéntate a mi mesa,
dignate ser mi amigo.
¡Qué rápido cae la tarde...!
¡Quédate conmigo!

Y Dios creó a los catequistas....


Cuando Dios creó el mundo, un día antes de darlo por terminado, Dios encomendó a
sus ángeles la tarea de recorrer de nuevo el mundo y ver si faltaba algo por hacer.
Un ángel llamado Juan, le contestó: “Señor, mil veces nos has enviado a ver si
faltaba algo, ya te hemos dicho que todo quedó muy bien.” Y Dios se fue a dormir.

A la mañana siguiente, Dios madrugó más de lo normal, y aún en pijama se asomó a


la ventana y vio que el hombre estaba talando bosques, matando focas, robando a
sus empleados, e inventando armas para pelear por el petróleo, antes aún de
descubrirlo. Dios mandó a sus ángeles bajar a la tierra a indagar que había hecho
mal y corregirlo.

Muchos días después, los ángeles subieron a Su presencia.

“Señor, te tenemos que dar una mal noticia. Toda tu obra ha quedado perfecta salvo
una cosa: el corazón del hombre se rasga con cada palabra que pronuncian otros
hombres, y en cada grieta se cuelan unos sentimientos extraños que Tú no creaste y
que el hombre mismo les ha puesto nombre: odio, celos, rencores, ambición…”

“Nosotros hemos cerrado sus heridas con Tus palabras y con Tus sentimientos, pero
no basta con cerrarlas una vez; se vuelven a abrir continuamente, el corazón del
hombre te ha quedado algo olvidadizo y frágil. Habría que estar todo el día a su
lado.”

Un ángel propuso: “Sólo cabe una solución, has de destruirlo y volverlo a crear de
nuevo, mejorando su corazón; el de los elefantes te quedó muy bien, podrías
copiárselo.”

Dios contestó: “No sería mala idea si no les hubiese cogido ya tanto cariño, y hasta
tengo escogido de entre ellos algunos para grandes misiones. Creo que es mejor
solución la que dijiste antes: que haya ángeles en medio de ellos, constantemente
cerca, para cerrar sus heridas y sanarles el corazón y para hablarles de mi y de
nuestro proyecto común, a todas horas, en toda ocasión, a tiempo y a destiempo. Id
todos, ¡Quedáis sin trabajo en el cielo! 

Y ASÍ FUE COMO DIOS CREO A LOS CATEQUISTAS…

Compartiendo vida... La envidia es un peligro que nos acecha


¿Qué es la envidia sino el desear ser como otro, tener lo que tienen otros o vivir
añorando lo que  no tenemos y vemos en los otros?
La envidia es una palabra fea y nunca reconocida dentro de nosotros mismos. 
Si nos preguntan ¿eres una persona envidiosa? siempre responderemos: No.
La envidia se camufla de múltiples formas, a veces toma color de falsa amistad para
conseguir estar al lado de aquel a quien, en el fondo, envidiamos. Adopta formas de
cercanía cuando lo que existe detrás es una búsqueda de intereses ocultos. Hace que
deseemos lo que nunca conseguiremos... porque la envidia solo lleva a
infravalorarnos en la gran riqueza que somos.
¡Qué dañina es la envidia cuando se instala en nuestro interior! ¡Cuanto mal puede
hacer el hecho de no querer a los demás por lo que son sino por lo que podemos
conseguir de ellos! ¡Que pena llegar a mirar al otro con ojos envidiosos que
obstaculizan el gran regalo que nos hace con su vida!
Lo contrario de la envidia es la "acogida" el valorar y alegrarnos de los dones que
las personas tienen y que ponen al servicio de los demás de forma generosa. ¡Eso sí
nos dará vida siempre!
La envidia puede sorprendernos en cualquier momento porque a veces confundimos
el amor con la posesión, la belleza con la idolatría y la generosidad con el orgullo.
"La mente tranquila es vida para el cuerpo, pero la envidia corroe hasta los
huesos".
(Proverbios 14:30)

La vida... con humor

Porque metieron al rompecabezas a la cárcel?


- porque estaba armado

Soy huella y pisotón


Soy barro (Oración)

Señor, soy barro, bien lo sabes; frágil y maleable como él.


A veces me rompo, pero tú con amor de Padre,
recompones los fragmentos, y me das una forma nueva.
Vuelves a poner dentro de mí
tu imagen y la energía imensa de tu amor,
que me hace sentir tan fuerte y capaz de todo.
Esa es mi riqueza, mi único valor.
No permitas que el barro lo ensucie, Señor
porque es un regalo a compartir.
Que así sea!

Que los niños se acerquen…


Patxi nos propone con su dibujo que hagamos a los niños felices acercándose a la
“FE”, a la amistad con Jesús, a una posibilidad nueva de colorear la existencia con
amor y con esperanza, con esa alegría que provoca el encuentro y el estar con Él.

La ilusión, el deseo de Jesús, es que los pequeños, los que no cuentan, los que están
en la cuneta de la vida, puedan encontrarse con Él y dedicarse a su amistad. Amistad
que transforma y lanza a horizontes nuevos, los horizontes del Amor, basados en las
bienaventuranzas.

Al iniciar el curso catequético pedimos por todos los padres y madres, educadores,
catequistas, por todos los que anuncian y transmiten la buena noticia a los más
pequeños: “un tesoro en vasijas de barro”, que merece la pena dar a conocer, para
que ellos vivan en esa “FE”-LICIDAD.
http://blogs.21rs.es/kamiano/2012/10/02/que-los-ninos-se-acerquen/#more-1918

Domingo XXVII del Tiempo Ordinario

Una vez más vemos a los fariseos planteando una pregunta a Jesús. No es
curiosidad, ni deseo de saber la verdad sobre algo, se trata, como siempre, de poner
una trampa a Jesús, para después atacarle o intentar desprestigiarlo ante la gente.
Esta vez la pregunta es la siguiente:”¿Es lícito el divorcio? Ellos lo tenían admitido,
fundándose en palabras de Moisés. Aunque para ellos, sólo el hombre podía
divorciarse. Nunca la mujer podía tomar la iniciativa.
Jesús no desea entrar en polémicas, porque ha adivinado la mala intención que les
guía. Lo resume diciendo que la voluntad de Dios es que los esposos no se separen,
y casen de nuevo con otra persona. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el
hombre.

Hoy día, en nuestra sociedad se ha hecho tan connatural el hecho de divorciarse, que
no se le da ninguna importancia. Se separan y divorcian los matrimonios con una
facilidad que no puede menos de llamar la atención. Yo no sé si se puede hacer caso
a las estadísticas, pero éstas dicen que el 50% de las parejas, de un tiempo a acá, se
separan y se juntan con otra persona (Se casen por lo civil o simplemente conviven
en pareja).

Este tema del divorcio no es para despacharlo en una homilía de seis minutos; pero
trataré de decir una palabra. Para mí es claro que la indisolubilidad (el “para
siempre”) del matrimonio pertenece al ideal del Evangelio. El ser para siempre, sería
lo deseable, porque el amor, a imitación del amor de Dios, debe ser para siempre, si
es verdadero amor.

Pero también hay que tener en cuenta, lo que no es lo ideal, sino lo real, lo que dice
la experiencia, la vida. Y que no se puede negar, ni escamotear. Voy a intentar
explicarme breve y claramente, sin que mis palabras tengan que ser necesariamente
compartidas. Quede claro que a quien piense en contrario, yo lo respeto
absolutamente.

Hay circunstancias en la vida, en que por la debilidad humana u otros motivos, el


amor en una pareja se termina, se rompe, desaparece. Y, a veces, de manera
irreversible. En tal caso, la pareja deber separarse para no vivir constantemente en
un infierno de mal entendimiento, de falta de amor, de reproches mutuos o de riñas
interminables. Incluso por bien de los hijos, si los hay. En tal caso, la Iglesia
oficialmente no permite nuevo matrimonio, porque como dice el evangelio de hoy,
sería adulterio.

Pero se puede dar el caso de que una de las partes, no culpable de la situación de
ruptura, se vea abocada, siendo inocente, a no poder recomponer su vida con otra
persona. Hay muchos casos de abandono de la pareja decidido unilateralmente, sin
consentimiento  ni culpa de la otra parte.  En ese caso, y a favor de la parte inocente,
pienso que la iglesia, debería ejercer su condición de “madre”, permitiéndola
volverse a casarse por la iglesia. Se ha roto el ideal del matrimonio, pero se da paso
a la misericordia. Lo cual no significa que la iglesia admita el divorcio generalizado,
sino que, en algunos casos como el expuesto, y tras un estudio serio de cada caso,
podría permitirlo.

Algunos dicen que la iglesia no puede hacerlo, que no tiene poder. Yo creo que lo
tiene, y a lo largo de la historia lo ha demostrado. Véase lo que se llama el
“privilegio paulino”, el “privilegio petrino”, o la dispensa por matrimonio no
consumado. Si en otro tiempo la iglesia pudo crear estas excepciones, ¿por qué
ahora no puede hacer otras?

Bien, repito que este tema no es para tratarlo exhaustivamente en unos minutos, y
que mi opinión no tiene porqué ser aceptada por todos. Resumiendo: el matrimonio
de por sí es indisoluble, para siempre; pero en algunos casos, en favor de la persona
no culpable de la ruptura, sería deseable que se pudieran  hacer excepciones,
permitiéndola casarse por la iglesia, si lo desea y es creyente.

La vida... con humor

¿Cuál es el animal más viejo del mundo?


La vaca porque aún se ve en blanco y negro!

Nunca temas a las sombras

Aborto Cero, un clamor en Madrid

La certeza absoluta en el triunfo final fue la característica de la gran manifestación


que tuvo lugar este domingo 7 de octubre en Madrid convocada por Derecho a Vivir
y otras organizaciones provida bajo el lema Aborto Cero.
Con origen en la Puerta del Sol y final en La Cibeles, miles de personas corearon
gritos y consignas en esa línea, a las que se unieron otras ciudades españolas
sumadas durante el fin de semana a la iniciativa, que tienen un objetivo claro: "Ni
con el anterior Gobierno ni con el actual renunciamos a defender la vida de los niños
no nacidos", que son asesinados en España a razón de uno cada cinco minutos.
"Vida Sí, vida sí, vida sí, aborto no, aborto no!", "España, protege al no nacido", "Si
no es un niño no estás embarazada", "Sí a la Vida, aborto cero"... los manifestantes
expresaron así durante todo el recorrido su voluntad de estar en la calle y en las
instituciones hasta conseguir revertir por completo la tragedia del aborto.
http://www.religionenlibertad.com

Nuevo Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española

El Plan Pastoral se desarrolla dentro del período en el que se conmemora el 50º


aniversario de la apertura y de la clausura del Concilio Vaticano II. Asimismo, el
Año de la fe, convocado por Benedicto XVI, será ocasión propicia para volver sobre
el Concilio. Por ello, el Plan prevé que en los próximos años se vuelva a impulsar la
recepción de la herencia conciliar, mostrando la riqueza de su enseñanza en
continuidad con la Tradición viva de la Iglesia. En este sentido, el Plan Pastoral
recoge como acción culminante del quinquenio la celebración, en el año 2015, de un
Congreso que conmemore el 50º aniversario del Concilio.

El Plan está dividido en cuatro partes y en su introducción recoge el compromiso de


los obispos a “acoger fielmente la llamada de Benedicto XVI a retomar con nuevo
empeño el compromiso a favor de la Nueva Evangelización”.

Eres el Dios de la fe (Oración)

Sólo en la noche profunda de la fe,


cuando callan la mente y la boca,
en el silencio total y en la Presencia Total,
dobladas las rodillas y abierto el corazón,
sólo entonces aparece la certeza de la fe,
la noche se trueca en medio día,
y se comienza a entender al Inteligible.

Mientras tanto, tenuemente vamos vislumbrando tu figura


entre penumbras, huellas,
vestigios, analogías y comparaciones.

Pero cara a cara no se puede mirar.


Eres el Dios de la Fe.

...Si yo soy el río, y tú el mar,


¿cuándo voy a descansar en Ti?

Te aclamo y reclamo,
te afirmo y confirmo.

Te exijo y necesito,
te añoro y te anhelo,

¿Dónde estás?

Aquel a quien nunca alcanzarán los silogismos;


Aquel que es para ser acogido, asumido, vivido.

Aquel al que se le "entiende" de rodillas,


en la fe, entregándose.

Eres el Dios de la Fe.

Ignacio Larrañaga

La Nueva Evangelización

La consigna está en la calle. Ha sido lanzada en numerosas ocasiones por el Papa y está
siendo coreada por todo el episcopado del mundo. La consigna es la nueva
evangelización. Tal consigna es de perenne actualidad para los seguidores de Jesús,
pues no tenemos otra misión.

La nueva evangelización significa dos cosas. Obviamente, y en primer lugar, significa


que de nuevo hay que volver a evangelizar, puesto que la secularización se está
decantando en occidente como una galopante descristianización. Los valores del
evangelio, tales como el amor, la fraternidad, la igualdad, la solidaridad... han cedido
estrepitosamente ante el empuje de nuevos valores como el progreso, la eficacia, el
éxito, el consumo... Pues aunque los valores cristianos siguen en la boca, hace tiempo
que ya no están en el corazón. No son los que nos mueven cada día, sino los que
dejamos que nos conmuevan en días señalados y contados con los dedos de una mano.
Pero la nueva evangelización significa también, y sobre todo, que hay que evangelizar
de nuevo, de una manera nueva, con nuevos métodos y metas y estrategias, para no
incurrir en los errores del pasado. Nuestra meta no es otra cristiandad, sino el reino de
Dios. Y eso nada tiene que ver con la ocupación del mundo, sino con la presencia en el
mundo. No se trata de bautizar una cultura o un territorio, ni de avalar la unidad europea
o americana, sino de bautizar al que crea, es decir, al que quiera asumir y compartir el
mensaje de Jesús. Para emprender la hermosa tarea de la nueva evangelización, hay que
tener muy presente la sabia decisión del primer concilio de la Iglesia, en Jerusalén, de
no cargar más que con lo estrictamente evangélico. La sabiduría apostólica en discernir
el mensaje cristiano del evangelio del imprescindible vehículo cultural judío debería ser
un objetivo muy claro para no lastimar ni desfigurar el evangelio, lastrándolo con las
adherencias que le ha puesto la historia y posiblemente otros condicionantes ajenos.

Hay que volver a la raíz, para recuperar toda la savia del evangelio, sin quedarse en el
tiempo, ni en aquel tiempo, ni en ningún tiempo pasado, pues por ahí andan acechando
los demonios del fundamentalismo. No se puede retroceder hasta la cristiandad, ni
siquiera a la primitiva Iglesia, en todo caso, hay que volver a Jesús. Pero tampoco se
puede echar por la borda todo el pasado, como si nada hubiera pasado. Porque han
pasado muchas cosas. Lo importante es recuperar la memoria, para conservar toda la
fragancia de la tradición, desprendiéndose de los malos olores del tradicionalismo, que
no es más que apego desordenado al pasado y miedo a seguir adelante.

Hay que conservar las virtudes cristianas, la fe en Pedro y Pablo, la esperanza de los
mártires, la pobreza de Francisco y Domingo, la profunda vivencia de Teresa y Juan de
la Cruz, la caridad de S. Vicente de Paul, de la Madre Teresa... Pero teniendo el máximo
cuidado de no canonizar como virtudes cristianas lo que no son sino estrategias y
argucias mundanas asumidas equivocadamente por algunos cristianos.

La nueva evangelización debe orientarse en el único sentido posible, el del evangelio:


sal, levadura, luz... Sal que preserve de la corrupción, pero que no desvirtúe la vida
cristiana como un bacalao; levadura que levante y dé sabor a la masa, sin pretender
amasar todo el pan; luz que ilumine, que no se esconda bajo la mesa, o en la sacristía o
en la intimidad de la conciencia, sino que disipe las tinieblas, para que se vea, y no para
que nos luzcamos, y mucho menos para que deslumbremos o ceguemos a los demás.

Luis G Betes

Recibe, Señor (Oración)

Recibe, Señor, nuestros miedos


y transfórmalos en confianza.

Recibe, Señor, nuestro sufrimiento


y transfórmalo en crecimiento.

Recibe, Señor, nuestro silencio


y transfórmalo en adoración.
Recibe, Señor, nuestras crisis
y transfórmalas en madurez.

Recibe, Señor, nuestras lágrimas


y transfórmalas en plegaria.

Recibe, Señor, nuestra ira


y transfórmala en intimidad.

Recibe, Señor, nuestro desánimo


y transfórmalo en fe.

Recibe, Señor, nuestra soledad


y transfórmala en contemplación.

Recibe, Señor, nuestras amarguras


y transfórmalas en paz del alma.

Recibe, Señor, nuestra espera


y transfórmala en esperanza.

Recibe, Señor, nuestra muerte


y transfórmala en resurrección.

La vida es un ratico (Video_Juanes)

VER VIDEO

La vida es un ratico
Que cambie todo pero no el amor
Es la mision mas grande que tenemos tu y yo
En esta vida que aprender, entender y saber
Porque estos tiempos son difíciles y es mas escasa la verdad

Que cambie todo pero no el amor


Nuestra familia es mas importante ya lo se
Y la debemos proteger y volver a tejer
Porque estos tiempos son difúíciles y es mas escasa la verdad
Porque estos tiempos son dificiles
Si estamos sentados tan lejos el uno del otro
Porque estos tiempos son dificiles
Y estamos atados de manos y corazón
No dejemos que se nos acabe que
Todavia hay muchas cosas por hacer
No dejemos que se nos acabe que
La vida es un ratico, un ratico nada mas
No dejemos que se nos acabe que
Vienen tiempos buenos y los malos ya
Se van, se van, se van
Quedate tu....

Que cambie todo pero no el amor


Es todo lo que yo te pido, no te pido mas
Dame la mano por favor no me dejes caer
Porque estos tiempos son dificiles y es mas escasa la verdad

Porque estos tiempos son dificiles


Y estamos sentados tan lejos el uno del otro
Porque estos tiempos son dificiles
Si estamos atados de manos y corazon

No dejemos que se nos acabe que


Todavia hay muchas cosas por hacer
No dejemos que se nos acabe que
La vida es un ratico, un ratico nada mas
No dejemos que se nos acabe que
Vienen tiempos buenos y los malos ya
Se van, se van, se van

No dejemos que se nos acabe que


Todavia hay muchas cosas por hacer
No dejemos que se nos acabe que
La vida es un ratico, un ratico nada mas
No dejemos que se nos acabe que
Vienen tiempos buenos y los malos ya
Se van, se van, se van
Quédate tu..

La vida... con humor

¿Que le dice un chinche a otro chinche?


Te quiero chincheramente.

Hay nubes en el horizonte (Oración)


Señor, hay nubes en el horizonte.
El mar está agitado.
Tengo miedo.

El recelo me paraliza la sangre.


Manos invisibles me tiran hacia atrás.
No me atrevo.

Una bandada de oscuras aves


está cruzando el firmamento.
¿Qué será?

Dios mío, di a mi alma:


Yo soy tu Victoria.

Repite a mis entrañas:


no temas yo estoy contigo.
Amén!

Ignacio Larrañaga
Mensaje que da da Benedicto XVI  a los jóvenes, animándoles a no tener
miedo y ser firmes en la fe, aun cuando se les persiga , se les discriminen o
ataquen la dignidad humana...
Un buen mensaje para que nuestros alumnos lo conozcan ¿no crees?

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