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¿Mirar hacia atrás?

Creo en Dios padre todopoderoso

Gracias Padre por tu amor, siempre desbordante (Oración)


Padre nuestro que estás en los cielos,
que me pensaste y me amaste desde la eternidad
que me trajiste a la vida, por amor y para amar.

Gracias Padre por tu infinito amor,


porque saberte cerca me llena de confianza
y me anima a vivir con alegría para buscar agradarte.
Tu amor no conoce de límites, ni de razones.

Gracias por ser Padre... por amarnos;


porque siempre tenés los brazos abiertos para recibirnos...
porque el cielo es una fiesta cada vez que volvemos a casa.

Tu amor es incontenible; nada ni nadie lo puede atrapar.


Gracias por tu amor, siempre desbordante...
Te doy gracias Padre, por cuidar de mi vida

Gracias por tenernos en tus brazos…


 Nos diste la vida, y nos la conservás,
porque si hoy estamos vivos es porque nos salvaste miles de veces.
Nos sacaste de la esclavitud y nos hiciste tus hijos…
Gracias porque nos invitás a la confianza,
a llamarte "Abba", papá, papito.

Porque tu providencia siempre nos asiste,


y sabés lo que necesitamos antes de pedirtelo, gracias.
Gracias, porque cuando te demorás en nuestro pedido
es porque nos estás preparando para recibir lo que necesitamos,
pero más todavía, para recibirte a vos.
En cada regalo que nos dás, te das Vos.

Gracias por los padres que nos dieron la vida,


que entre luces y sombras, hicieron lo mejor que pudieron
y hoy somos lo que somos por ellos.

Danos, Padre bueno, un corazón agradecido,


un corazón generoso dispuesto a entregarse,
un corazón grande, donde entren todos.
Enseñános a amar como amas Vos, sin medidas.
Preparanos el corazón, porque nosotros también vamos a ser padres
Que llegado el momento, nuestro amor hable a nuestros hijos
de cómo es el amor del Padre Dios

Palabras de fe...
Vive tus sueños
Congreso Nacional de Pastoral Juvenil (Valencia-España)

El primer Congreso Nacional de Pastoral Juvenil de la historia de España va a tener lugar en


Valencia, del 1 al 4 de noviembre de 2012, organizado por la Conferencia Episcopal Española
con el lema «También vosotros daréis testimonio» (Jn 15, 27). Su convocatoria y preparación
es consecuencia de varios años de trabajo y de los dos últimos planes pastorales de la
Conferencia Episcopal.

Su objetivo principal es descubrir nuevos caminos para evangelizar a los jóvenes y que a su vez
ellos sean testigos del Evangelio en la cultura de hoy.

A pesar de que Cristo es el único que responde a todas las preguntas del ser humano y al
sentido de la vida del joven, la confusión cultural y la hostilidad ambiental hoy es muy grande,
por lo que es necesaria una iniciativa de este tipo. Partimos de que el mensaje que la Iglesia
anuncia responde a todas estas búsquedas y necesidades. Sin embargo, es necesario centrar el
perfil del joven en sus búsquedas, esperanzas y luchas cotidianas para conseguir sus objetivos.
También hemos de enfocar adecuadamente sus faltas de esperanzas, de afecto familiar, la
lucha por conseguir un trabajo, las soledades sufridas, las evasiones, los vacíos hallados en los
falsos caminos.
El Congreso Nacional de Pastoral Juvenil pretende también los siguientes objetivos:

Actualizar la pastoral con jóvenes al lenguaje, la sensibilidad, la psicología y la afectividad de


los jóvenes españoles del siglo XXI.

Impulsar el entusiasmo misionero en un momento de gran secularización de España,


acentuado por la grave crisis moral, social y económica que padecemos.

Promover nuevas expresiones evangelizadoras para educar mejor a los jóvenes en la oración,
la afectividad, el estudio frente al relativismo, la vida pública, el testimonio de los santos y el
ocio, y en los ámbitos de la pastoral universitaria, vocacional, social, escolar, litúrgica y de los
medios de comunicación.

Afrontar la nueva pastoral juvenil desde unas bases teológicas fuertes, en las perspectivas de
los aniversarios del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica.

Consulta su web y sigue el Congreso aunque no puedas estar en Valencia.

Sin ti (Oración)

En medio de la sombra y de la herida


me preguntan si creo en Ti. Y digo:
que tengo todo, cuando estoy contigo,
el sol, la luz, la paz, el bien, la vida.

Sin Ti, el sol es luz descolorida.


Sin Ti, la paz es un cruel castigo.
Sin Ti, no hay bien ni corazón amigo.
Sin Ti, la vida es muerte repetida.

Contigo el sol es luz enamorada


y contigo la paz es paz florida.
Contigo el bien es casa reposada
y contigo la vida es sangre ardida.

Pues si me faltas Tú, no tengo nada:


ni sol, ni luz, ni paz, ni bien, ni vida.
Bienaventurado si, en aquello que haces, no eres negativo: verás que hay muchas cosas
positivas en ti.

Bienaventurado si, en lo que realizas, eres inconformista: porque experimentarás que la


mano de Dios te empuja a superarte a ti mismo.

Bienaventurado si, en tu camino, no vives de espaldas a los demás: comprobarás que


Dios te rodea con gente que te quiere.

Bienaventurado si, en lo que piensas, no buscas solamente tu beneficio personal:


alcanzarás felicidad promoviendo el bienestar de los demás.

Bienaventurado si, allá donde trabajas, vas al fondo de las cosas: porque contribuirás a
perfeccionar la creación del mismo Dios.

Bienaventurado si, en las pequeñas cosas de cada día, te mejoras y potencias a los
demás: descubrirás que la santidad se talla con pequeños golpes.

Bienaventurado si, aún mirando al cielo, eres consciente de que tú puedes hacer algo por
la tierra: te dará satisfacción el sembrar el amor de Dios en medio de los hombres.

Bienaventurado si, observando el mundo que te rodea, no te conformas con ser un mero
autómata y pides ayuda de las alturas: tus fuerzas lejos de disminuir, serán inagotables
por la presencia divina.

Bienaventurado si, ante tantas situaciones de miseria, tu corazón no se endurece: Dios


recordará las veces en que fuiste sensible.

Bienaventurado si, en la soledad que te acecha, descubres la comunión con Dios y con
tantos hombres y mujeres que te han precedido, sentirás en propia carne el secreto de
aquellos que murieron con esperanza: Jesucristo.

Bienaventurado si, a pesar de los tropiezos, te mantienes en pie: te darás cuenta que la
fidelidad es más auténtica cuando se prueba con las dificultades.

Bienaventurado si, contemplando los santos de madera, no te confundes con lo


auténticamente importante: hay que tener buena madera para ser un buen santo.
Bienaventurado si, contemplando a los santos, no te desanimas: ellos también –en
muchos sentidos- fueron como tú, de carne y hueso.

Bienaventurado si, rezando ante los santos, no miras demasiado arriba: ellos vivieron
comprometidos en la cruda realidad de aquí abajo.

Bienaventurado si, pensando en los santos, no los ves demasiado lejos: porque forman
parte de nuestra gran familia. La familia de los hijos de Dios.

Bienaventurado si, les das movimiento a los santos: porque lejos de estar muertos son
motor para nuestra vida, ejemplo para nuestras obras, aliento para nuestras palabras.

Bienaventurado si, lejos de parecerte un imposible, descubres que la santidad puede


cambiar tu vida: el Espíritu encontrará contigo un aliado perfecto para construir el reino
de Dios en la tierra.

Bienaventurado si, lejos de sentirte un bicho raro, te ves original: Dios te hará ser luz en
la oscuridad y punto de referencia en una sociedad donde se confunde todo.

Bienaventurado si, en la Eucaristía, encuentras una fuente para tu sed y alimento para tu
hambre, porque edificarás tu vida en los mismos cimientos que los santos levantaron su
propia existencia: el amor de Cristo.

Compartiendo vida... El Huracán Sandy

Llevamos unos días oyendo hablar en los medios sobre el Huracán Sandy.

A su paso por Haití ha dejado más de 60 muertos y unos 30 desaparecidos, igualmente miles
de personas están refugiadas en albergues públicos porque han perdido sus casas.

Ahora el Huracán se acerca a la gran potencia internacional de EEUU. Es curioso comprobar la


diferencia existente entre la información y la "sorpresa" que han recibido los haitianos, a los
que una vez más el huracán ha azotado duramente sin posibilidad de desplazarse si prepararse
para ello... y las tareas de evacuación que han desarrollado los neoyorquinos para que el
huracán no se cobre vidas humanas en su país.
Recuerdo cuando el tsunami arrasó Haití y la conmoción internacional que produjo por la
cantidad de muertes que hubo y descubro la enorme diferencia de que un huracán de estas
dimensiones llegue a una gran potencia mundial.

Los neoyorquinos se han preparado para la embestida, la ciudad está paralizada esta noche a
la espera de la llegada de Sandy. Entras en internet y puedes ver en directo -viaon line- el
oleaje del mar y el silencio que espera intrigado el desenlace de su paso por la gran ciudad.

Cámaras ocultas vigilan expectantes desde diferentes ángulos para ofrecernos "en directo" a
Sandy soplando a más de 280 km por hora.

Los estragos que puede dejar a su paso no son buenos para nadie... pero me interroga la gran
diferencia en la que me siento una simple espectadora mediatizada por la economía de los
países.

Nada más que quiero expresar eso... mi sorpresa. 

Ahora seguiré conectada on line con la web en la que veo una ciudad fantasma con sus gentes
refugiadas en preparados y esmerados refugios temporales. Los carteles de Manhattan se
tambalean, la bolsa de Wall Streett se paraliza, los transportes públicos están cerrados y las
calles desérticas...

Rezo para que esta noche Sandy no se cobre más vidas humanas en EEUU pero siento una vez
más que Haití no pudiera "prepararse" para el Huracán... Aquí lo dejo.

Esperaré (Oración)

Esperaré a que crezca el árbol


y me dé sombra,
pero abonaré la espera con mis hojas secas.

Esperaré a que brote el manantial


y me dé agua,
pero despejaré mi cauce
de memorias llenas de lodo.
Esperaré a que apunte
la aurora y me ilumine,
pero sacudiré mi noche
de postraciones y sudarios

Esperaré a que llegue


lo que no sé y me sorprenda,
pero vaciaré mi casa de todo lo enquistado.

Y al abonar el árbol,
despejar el cauce,
sacudir la noche
y vaciar la casa,
la tierra y el lamento se abrirán a la esperanza.

Estoy en ello es un cortometraje documental producido por Cáritas Española cuyo rodaje y
postproducción se han desarrollado entre finales del 2011 y principios de este 2012 en varias
ciudades españolas. El documental, cuenta la historia de seis participantes del programa de
empleo de Cáritas que representan a miles de personas que día a día afrontan situaciones muy
complejas y que ponen en valor la esperanza, el esfuerzo, la valentía de seguir adelante pese a
las dificultades.

¡Quiero ver desde la fe!

“¡Quiero ver desde la fe!”, bien podría ser el grito de Bartimeo. Necesitamos esas gotas que
transformen nuestra mirada. Las gotas de la fe, que Jesús es el único que puede
administrarnos. Nosotros tenemos que estar abiertos para que la fe impregne el “tarro” de
nuestra vida.
Miramos a veces de una manera desenfocada o distorsionada. La fe nos da una nueva
oportunidad de afrontar la realidad sin cegueras ni miopías. Bartimeo tanto gritó y expresó su
fe que el deseo le llevó a una mirada nueva. La fe nos conduce a una aventura que se estrena
cada día, cuando pasamos de la ceguera de nuestro egoísmo y de nuestros intereses y dejamos
que la vida se nos manifieste a través dela Palabra de Jesús.

“¿Dónde venderán esas gotitas tan fenomenales que ha dibujado Patxi?”. No se venden. Son
regalo. Están en cada uno. Desde el bautismo en adelante, hemos recibido litros y litros de
gotas. Aprovechémoslas y contagiemos a otros la luz que brota de la fe y que nos aleja de la
oscuridad.

Coherencia entre tu fe y tu vida

A veces, te sentirás cortado, porque no ves que haya coherencia entre tu fe y tu vida. Te
parece que crees por un lado y vives por otro. Percibe en esa situación molesta no una
tentación para abandonar, sino una llamada a personalizar y profundizar tu fe.

Mientras exista esa separación es que tu fe no es suficientemente viva y personal. Cuando


examines tu fe, no te quedes sólo sopesando el cumplimiento de sus exigencias, que podrías
caer en un simple voluntarismo dejando de lado a Dios.

Bucea más adentro, y encuentra en tu interior la viveza de tu apertura a Dios, experimenta


cómo “sólo Él basta”, acógelo revelado en Jesucristo y pide al Espíritu que, con tu vida,
confieses a Dios como Padre y a Jesús como Señor. Una fe así, no lo dudes, se verificará en el
amor.

Algunos recordaréis cuando poníamos diapositivas (de las de verdad).


¿Recordáis la que liábamos con el casette, el proyector de filminas y los famosos carros
de diapositivas que siempre se nos enganchaba en plena proyección?
Pues bien, menos mal que la técnica ha avanzado y ahora no se nos engancha el carro de
diapositivas pero se nos bloquea el ordenador siempre justo cuando más lo necesitamos.
Aquí os dejo un "clasico" de la pastoral "El pez sin samaritano" en versión digital.
Con este video iniciamos la serie "Videos de siempre..." en la que iremos colgando
diferentes montajes presentes en la red "desde siempre".
Esta claro que pueden cambiar las formas pero el mensaje siempre es el mismo.
Libro privilegiado para el Año de la Fe

El año de la fe deberá expresar un compromiso unánime para redescubrir y estudiar los


contenidos fundamentales de la fe, sintetizados en el Catecismo de la Iglesia Católica (Porta
fidei, no. 11).

Si de lo que se trata es de reavivar e infundir una nueva linfa a la fe de los creyentes en Cristo,
el Catecismo es el camino seguro para conseguirlo. En él se resume y expresa la fe de toda la
Iglesia desde sus orígenes hasta nuestros días. En él hallamos:

la fe que profesamos (credo) la fe que celebramos (liturgia) la fe que vivimos (moral) la fe que
rezamos (oración)

En nuestro tiempo, en el que los contenidos objetivos de la fe cristiana son muchas veces
devaluados, sometidos a crítica destructiva, preteridos, ha llegado el momento de apuntar el
zoom sobre la fe en toda su riqueza de doctrina, fruto de veinte siglos de reflexión y de vida.

¡Un año entero para ello hará mucho bien a toda la comunidad de la iglesia!

Benedicto XVI propone elCatecismo, en este Año de la Fe, "como un verdadero instrumento de
apoyo a la fe, especialmente para quienes se preocupan por la formación de los cristianos, tan
importante en nuestro contexto cultural" (Porta fidei, no. 12).

En las parroquias, en las escuelas privadas o públicas, el Catecismo brinda un apoyo


insustituible para la enseñanza de la fe a los niños y jóvenes. Un cierto vaciamiento de la fe
objetiva, que hoy se presiente en muchas iglesias particulares, tal vez sea debido a que se ha
dejado de lado una referencia explícita al Catecismo de la Iglesia Católica.

Quizás en estos últimos decenios se ha incubado y luego desarrollado el peligro de dar


preferencia a los métodos, a la pedagogía, a los sentimientos, sobre los contenidos.
El Año de la Fe puede ayudar a la catequesis, también a la de adultos, a conseguir un
equilibrio, una armonía entre pedagogía y teología, entre el contenido de la fe y las formas de
comunicarlo a los demás. El papa Ratzinger ha invitado a la Congregación para la Doctrina de la
Fe a que, redacte una Nota con la que se ofrezca a la Iglesia y a los creyentes algunas
indicaciones para vivir este año de la fe de la manera más eficaz y apropiada, ayudándoles a
creer y evangelizar (Porta fidei, no. 12).

En la sociedad en que vivimos se entrecruzan los cristianos con hermanos en la fe, que ahora
son indiferentes y viven al margen de ella; con hombres y mujeres de otras religiones, o que no
son creyentes, aunque busquen sinceramente y de corazón la verdad. En este año de la fe, es
importante para todos tomar en las manos el Catecismo de la Iglesia Católica, leerlo,
reflexionarlo, dejar que la verdad y belleza de la fe que en él se expresa echen raíces en el
corazón y florezcan en frutos de luz, de conversión y renovación, de gozo y de paz. A los no
creyentes la lectura del Catecismo puede constituir una llamada amorosa de Dios.

Danos tu paz (Oración)

Señor, danos aquella paz extraña


que brota en plena lucha
como una flor de fuego;

que rompe en plena noche


como un canto escondido;

que llega en plena muerte


como el beso esperado.

Danos la paz de los que andan siempre,


desnudos de ventajas,
vestidos por el viento de una esperanza madura.

Aquella paz del pobre


que ya ha vencido el miedo.

Aquella paz del libre


que se aferra a la vida.

La paz que se comparte


en igualdad fraterna
como el agua y la Hostia, amén.

Pedro Casaldáliga

San Judas Tadeo (28 octubre)

Judas Tadeo aparece último en la lista de los doce Apóstoles de Jesucristo (Mateo 10,3 Marcos
3,18). No sabemos cuando ni como entró a formar parte de los discípulos. Lucas le llama
"Judas de Santiago" (Hechos 1,13). Juan aclara: "Judas, no el Iscariote" (Juan 14,22). Esta
distinción es necesaria dado a que el Judas Iscariote fue quien traicionó a Jesús.

El Apóstol Judas Tadeo, "el hermano de Santiago", era probablemente el hermano de Santiago
el Menor. No sabemos nada de la vida de San Judas Tadeo después de la Ascensión del Señor y
la venida del Espíritu Santo.

San Judas es conocido principalmente como autor de la Carta de su nombre en el Nuevo


Testamento. Carta probablemente escrita antes de la caída de Jerusalén, por los años 62 al 65.
En ella, San Judas denuncia las herejías de aquellos primeros tiempos y pone en guardia a los
cristianos contra la seducción de las falsas doctrinas. Habla del juicio que amenaza a los
herejes por su mala vida y condena los criterios mundanos, la lujuria y "a quienes por interés
adulan a la gente". Anima a los cristianos a permanecer firmes en la fe y les anuncia que
surgirán falsos maestros, que se burlarán de la Religión, a quienes Dios, en cambio, les tiene
reservada la condenación.

Llevas un gran tesoro en una vasija de barro

Llevas un gran tesoro en una vasija de barro. Que la conciencia de tu arcilla no disminuya tu
capacidad de sorpresa y asombro: “jamás un pueblo a tenido un dios tan cercano a él”, así
reflexionaba el pueblo de Israel, pensando en el camino salvador de Dios en su propia historia.
Tan cercano, que es más íntimo a ti que tú mismo. En él vives, te mueves y existes. Él está en el
origen de tu ser, en el inicio de tu fe y en el comienzo de tu compromiso evangelizador.

A su llamada creadora debes tu existencia como persona, como creyente y como


evangelizador o monitor: Por tu mérito no puedes apuntarte ningún tanto en este sentido,
pero tu capacidad te viene de Dios.
No te preguntes por qué te ha llamado. Si miras a tu alrededor encontrarás a gente mejor que
tú, más preparada, con más gancho. Y, sin embargo, ahí estás tú. Dios te ha llamado y te da
miedo. Hasta le puedes decir: “mira que no sé hablar”. Pero Él te responderá siempre: “venga,
no temas, que yo estoy contigo”. Su llamada te fortalece y te da el ánimo que necesitas.

Las llamadas son diferentes. No todos somos llamados para lo mismo. Pero todos tenemos la
responsabilidad de que no falte la respuesta a ninguna de ellas. Ningún evangelizador debe ser
indiferente: la responsabilidad es de todos.

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