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Concepto y evolución

Quienes trataron en primer lugar sobre factores de la comunicación fueron el ingeniero y


matemático Claude E. Shannon y el sociólogo Warren Weaver en su The mathematical Theory
of Communication, Urbana: The University of Illinois Press, 1949, y el inventario entonces se
limitaba a seis elementos que intervenían en la transmisión de un mensaje o información:
fuente, transmisor, señal, ruidos, receptor y destinatario. Este esquema fue luego ampliado
con más elementos: emisor, código, mensaje, canal, redundancia, señal (emitida y recibida),
situación y contexto. Shannon se encargó de los aspectos cuantificables del proceso, mientras
que Warren Weaver expandió este esquema al señalar que los problemas de comunicación se
podían analizar en tres niveles: técnico, semántico (referido al significado e interpretación del
mensaje) y pragmático (sobre las consecuencias de la comunicación en el comportamiento de
las personas).

Durante 1958, el lingüista, fonólogo y teórico literario ruso Roman Jakobson, presentó su
teoría de la información articulada en torno a los factores de la comunicación, a saber:
(emisor, receptor, referente, canal, mensaje y código). Además y en línea con el modelo de
Karl Bühler, Jakobson dedujo la existencia de seis funciones del lenguaje: la expresiva, la
apelativa, la representativa, la fática, la poética y la metalingüística.1

Posteriormente, investigadores californianos de la Escuela de Palo Alto adoptaron una postura


muy crítica respecto al modelo de la comunicación, porque consideraban que no conseguía
abarcar el complejo universo de la comunicación humana, repleto de interacciones.2 Paul
Watzlawick, Janet Helmick Beavin y Don D. Jackson definieron en 1967 (en un trabajo
traducido en 1985 con el título Teoría de la comunicación humana. Interacciones, patologías y
paradojas) cinco axiomas de la comunicación humana, que pueden resumirse así:3

Es imposible no comunicar. En la interacción humana, toda conducta tiene el valor de un


mensaje. Como no existe la no conducta ni la anticonducta, tampoco existe la no comunicación
y siempre estamos comunicando.

Toda comunicación tiene un nivel de contenido (lo que decimos) y un nivel relacional (a quién
y cómo lo decimos), de forma que el último clasifica al primero y es, por tanto, una
metacomunicación. Eso significa que toda comunicación incluye, además del significado de las
palabras, más información sobre cómo el que habla quiere ser entendido y que lo entiendan y
cómo el primero va a ver su relación con el receptor de la información. Así pues, no sólo
transmitimos datos, sino también un tipo de relación con nuestro interlocutor. Por ejemplo, el
comunicador dice: «Cuídate mucho». El nivel de contenido en este caso podría ser evitar que
pase algo malo y el nivel de relación sería de amistad-paternalista.

La naturaleza de una relación depende de la gradación que los participantes mantengan con
las secuencias comunicacionales entre ellos: cuando emisor y receptor inician una
comunicación en que cada uno interpreta su propio comportamiento como mera relación ante
el otro, además cada uno cree que su conducta es causa de la conducta del otro, algo que no
es así, porque el proceso es más bien cíclico (no solo causa-efecto).
Las personas utilizan dos modalidades de comunicación: la comunicación digital (símbolos
lingüísticos y/o escritos, de carácter principalmente lingüístico y abstracto: lo que se dice) y la
analógica (lenguaje no verbal, de tipo no lingüístico y que incluye contenido y contexto: lo que
se quiere decir).

Los intercambios comunicacionales pueden ser tanto simétricos como complementarios: esto
depende de si la relación entre las personas está basada en intercambios igualitarios (conducta
reciproca), o de si está basada en intercambios aditivos en donde uno y otro se complementan
produciendo un acoplamiento reciproco de la relación. Una relación complementaria presenta
algún tipo de autoridad como padre e hijo, mientras que una relación simétrica es la que
presenta series de iguales condiciones (entre hermanos o amigos).45

Los once elementos

La fuente es la información o contenido en bruto que será transportada y transmitida en el


mensaje codificado. Por ejemplo, la distribución de temperaturas mínimas de un país para un
parte meteorológico. Hay varios tipos de fuente: por la naturaleza generativa de sus mensajes,
puede ser aleatoria o determinista. Por la relación entre los mensajes emitidos, puede ser
estructurada o no estructurada (caótica). Su incertidumbre se cuantifica mediante la entropía
de Shannon.

El emisor: Es quien recoge la información o fuente y mediante un código elabora el mensaje y


lo emite o transmite a través de un transmisor. Este emisor puede ser físico o una máquina. En
el ejemplo anterior, sería el meteorólogo y el transmisor sería la cámara.

El código: es el sistema de signos y reglas de combinación de los mismos con que se codifica el
mensaje que sirve para transmitir una información o fuente según un sistema simbólico
comprensible o descifrable para el emisor y el receptor, quienes deben compartir un grado
similar de conocimiento del mismo para que la transmisión tenga éxito. En el ejemplo
anteriormente citado, podría ser la escala Réaumur de temperaturas, que consigna un
intervalo de ochenta grados, o la Celsius, cuyo intervalo es cien grados, o la Fahrenheit, que lo
tiene de 120 grados; la información sería la misma, pero cada código la cifraría con distintos
números según el código empleado. Y, asimismo, el parte meteorológico se haría en el código
del idioma que compartieran meteorólogo y público.

El canal: Es el medio físico a través del cual discurre el mensaje; por ejemplo, en el caso de la
parte meteorológica, el aire por el que se retransmiten las ondas de radio y el sonido de la
televisión y los nervios auditivos del oído.

El mensaje: Es la información ya elaborada mediante un código, transmitida por el emisor y


recibida por el receptor: un parte meteorológico.

La señal emitida es la intensidad de la transmisión una vez sale del emisor, siempre más
intensa y menos modificada o distorsionada que la señal recibido.

El contexto es lingüístico y consiste en los mensajes anteriores y posteriores al enviado que


hacen posible su comprensión completa, así como el marco de referencia, el universo de
discurso y las implicaciones y presuposiciones necesarias para que sea interpretado
correctamente. Así, cuando el meteorólogo hablase de "mal tiempo" el agricultor lo
interpretaría de distinta manera que el ciudadano que quiera irse de pícnic, pero ambos
correctamente porque disponen de marcos de referencia conformes a sus intenciones.
La situación es extralingüística y consiste en el tiempo, el espacio y el ambiente que rodea a la
transmisión del mensaje: su marco espacio-temporal.

El ruido es cualquier elemento físico (sordera, opacidad del canal que provoca debilitamiento
de la señal, interferencias, poca intensidad de la señal, excesiva intensidad de la señal,
adulteración de la señal, recorte de la señal) o psíquico (mal o pobre conocimiento del código,
distracción) que provoque una distorsión en la percepción y comprensión del mensaje. Por lo
general provoca una fuga o pérdida de información y se combate mediante la redundancia.

La redundancia es la cantidad de veces que se repite el mensaje o partes del mensaje para que
se refuerce la intensidad de la transmisión, proporcionando un margen para que las pérdidas o
distorsiones del mensaje producidas por el ruido no impidan que este se transmita
enteramente.

El destinatario: Es la persona que descifra la señal recibida portadora del mensaje por medio
de un receptor o perceptor recipiendiario de la misma que lo recibe pero no lo descifra (el
televisor, por ejemplo); el destinatario es el receptor verdadero que lo descifra e interpreta (el
personaje que ve y escucha el parte meteorológico) usando el mismo código que el emisor.

Análisis modernos de los factores de la comunicación

La Escuela de Palo Alto, la hermenéutica y la teoría social de la acción comunicativa de Jurgen


Habermas han estudiado profundamente las implicaciones que posee la teoría de la
comunicación en las sociedades humanas y las numerosas dificultades que la obstaculizan. Las
discrepancias no resueltas en la puntuación de las secuencias comunicacionales pueden llevar
a impases interaccionales, en los que los participantes se hacen acusaciones mutuas de locura
o maldad. Las discrepancias de puntuación tienen lugar en todos aquellos casos en que por lo
menos uno de los comunicantes no cuenta con la misma cantidad de información que el otro,
pero no lo sabe. Estos casos de comunicación patológica constituyen círculos viciosos que no
se pueden romper a menos que la comunicación misma se convierta en el tema de
comunicación (metacomunicación). Pero para ello tienen que colocarse afuera del círculo. Se
observa en estos casos de puntuación discrepante un conflicto acerca de cuál es la causa y cuál
el efecto, cuando en realidad ninguno de estos conceptos resulta aplicable debido a la
circularidad de la interacción.

Otros análisis inciden en el ámbito de la comunicación de masas y política, como el conductista


de Harold Dwight Lasswell, o el de Wilbur Schramm6

Véase también

Biosemiótica

Ciencias de la información

Comunicación

Comunicación humana

Ciencias de la comunicación

Comunicación no verbal
Comunicación intercultural

Comunicación publicitaria

Comunicación técnica

Factores constituyentes del evento comunicativo

Funciones del lenguaje

Hermenéutica

Información

Lenguaje

Lingüística

Mensaje

Pragmática

Semiótica

Sociología de la comunicación

Telecomunicaciones

Teoría de la información

Zoosemiótica

Referencias

https://elpais.com/cultura/2017/08/30/babelia/1504113649_995953.html

Paul Watzlawick, Janet Helmick Beavin y Don D. Jackson, Teoría de la comunicación humana.
Interacciones, patologías y paradojas, Barcelona, Herder, 1985 https://primeravocal.org/wp-
content/uploads/2011/05/Watzlawick-Paul-Teoria-De-La-Comunicacion-Humana3.pdf
Archivado el 7 de septiembre de 2012 en Wayback Machine.

«comunicación y proceso educativo» |url= incorrecta con autorreferencia (ayuda). Consultado


el 24 de junio de 2022.

The International View (en inglés)

Axiomas de Watzlawick https://utncomunicacionprofesional.wordpress.com/material-de-


estudio/

https://utncomunicacionprofesional.files.wordpress.com/2012/04/modelos-de-
comunicacion.pdf

Bibliografía

Janet Beavin, Don Jackson y Paul Watzlawick (1991). Teoría de la comunicación humana.
Barcelona: Editorial Herder.

Armand y Michele Mattelart (1997). Historia de las teorías de la comunicación. Barcelona:


Paidós.
Christian Baylon y Xavier Mignot (1996). La comunicación. Madrid: Cátedra.

Claude E. Shannon y Warren Weaver (1949). The mathematical Theory of Communication.


Urbana: The University of Illinois Press.

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