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Durante 1958, el lingüista, fonólogo y teórico literario ruso Roman Jakobson, presentó su
teoría de la información articulada en torno a los factores de la comunicación, a saber:
(emisor, receptor, referente, canal, mensaje y código). Además y en línea con el modelo de
Karl Bühler, Jakobson dedujo la existencia de seis funciones del lenguaje: la expresiva, la
apelativa, la representativa, la fática, la poética y la metalingüística.1
Toda comunicación tiene un nivel de contenido (lo que decimos) y un nivel relacional (a quién
y cómo lo decimos), de forma que el último clasifica al primero y es, por tanto, una
metacomunicación. Eso significa que toda comunicación incluye, además del significado de las
palabras, más información sobre cómo el que habla quiere ser entendido y que lo entiendan y
cómo el primero va a ver su relación con el receptor de la información. Así pues, no sólo
transmitimos datos, sino también un tipo de relación con nuestro interlocutor. Por ejemplo, el
comunicador dice: «Cuídate mucho». El nivel de contenido en este caso podría ser evitar que
pase algo malo y el nivel de relación sería de amistad-paternalista.
La naturaleza de una relación depende de la gradación que los participantes mantengan con
las secuencias comunicacionales entre ellos: cuando emisor y receptor inician una
comunicación en que cada uno interpreta su propio comportamiento como mera relación ante
el otro, además cada uno cree que su conducta es causa de la conducta del otro, algo que no
es así, porque el proceso es más bien cíclico (no solo causa-efecto).
Las personas utilizan dos modalidades de comunicación: la comunicación digital (símbolos
lingüísticos y/o escritos, de carácter principalmente lingüístico y abstracto: lo que se dice) y la
analógica (lenguaje no verbal, de tipo no lingüístico y que incluye contenido y contexto: lo que
se quiere decir).
Los intercambios comunicacionales pueden ser tanto simétricos como complementarios: esto
depende de si la relación entre las personas está basada en intercambios igualitarios (conducta
reciproca), o de si está basada en intercambios aditivos en donde uno y otro se complementan
produciendo un acoplamiento reciproco de la relación. Una relación complementaria presenta
algún tipo de autoridad como padre e hijo, mientras que una relación simétrica es la que
presenta series de iguales condiciones (entre hermanos o amigos).45
El código: es el sistema de signos y reglas de combinación de los mismos con que se codifica el
mensaje que sirve para transmitir una información o fuente según un sistema simbólico
comprensible o descifrable para el emisor y el receptor, quienes deben compartir un grado
similar de conocimiento del mismo para que la transmisión tenga éxito. En el ejemplo
anteriormente citado, podría ser la escala Réaumur de temperaturas, que consigna un
intervalo de ochenta grados, o la Celsius, cuyo intervalo es cien grados, o la Fahrenheit, que lo
tiene de 120 grados; la información sería la misma, pero cada código la cifraría con distintos
números según el código empleado. Y, asimismo, el parte meteorológico se haría en el código
del idioma que compartieran meteorólogo y público.
El canal: Es el medio físico a través del cual discurre el mensaje; por ejemplo, en el caso de la
parte meteorológica, el aire por el que se retransmiten las ondas de radio y el sonido de la
televisión y los nervios auditivos del oído.
La señal emitida es la intensidad de la transmisión una vez sale del emisor, siempre más
intensa y menos modificada o distorsionada que la señal recibido.
El ruido es cualquier elemento físico (sordera, opacidad del canal que provoca debilitamiento
de la señal, interferencias, poca intensidad de la señal, excesiva intensidad de la señal,
adulteración de la señal, recorte de la señal) o psíquico (mal o pobre conocimiento del código,
distracción) que provoque una distorsión en la percepción y comprensión del mensaje. Por lo
general provoca una fuga o pérdida de información y se combate mediante la redundancia.
La redundancia es la cantidad de veces que se repite el mensaje o partes del mensaje para que
se refuerce la intensidad de la transmisión, proporcionando un margen para que las pérdidas o
distorsiones del mensaje producidas por el ruido no impidan que este se transmita
enteramente.
El destinatario: Es la persona que descifra la señal recibida portadora del mensaje por medio
de un receptor o perceptor recipiendiario de la misma que lo recibe pero no lo descifra (el
televisor, por ejemplo); el destinatario es el receptor verdadero que lo descifra e interpreta (el
personaje que ve y escucha el parte meteorológico) usando el mismo código que el emisor.
Véase también
Biosemiótica
Ciencias de la información
Comunicación
Comunicación humana
Ciencias de la comunicación
Comunicación no verbal
Comunicación intercultural
Comunicación publicitaria
Comunicación técnica
Hermenéutica
Información
Lenguaje
Lingüística
Mensaje
Pragmática
Semiótica
Sociología de la comunicación
Telecomunicaciones
Teoría de la información
Zoosemiótica
Referencias
https://elpais.com/cultura/2017/08/30/babelia/1504113649_995953.html
Paul Watzlawick, Janet Helmick Beavin y Don D. Jackson, Teoría de la comunicación humana.
Interacciones, patologías y paradojas, Barcelona, Herder, 1985 https://primeravocal.org/wp-
content/uploads/2011/05/Watzlawick-Paul-Teoria-De-La-Comunicacion-Humana3.pdf
Archivado el 7 de septiembre de 2012 en Wayback Machine.
https://utncomunicacionprofesional.files.wordpress.com/2012/04/modelos-de-
comunicacion.pdf
Bibliografía
Janet Beavin, Don Jackson y Paul Watzlawick (1991). Teoría de la comunicación humana.
Barcelona: Editorial Herder.