En primer lugar, se dio el caso del programa Hablando Huevadas, ya que uno de los

conductores de dicho programa se dirigió a un joven que pertenecia a un equipo de

futsal hablando mal acerca de las personas con habilidades especiales. Asi mismo
la
 En segundo lugar, interactuar con otro grupo de personas implica tener respeto

mutuo, asumir significados y afirmar juicios de valor. Como lo señala Cuenca (2015) “De

alguna forma y en cierta medida, vivir con otros supone aceptar acuerdos y acatar

directrices, lo que no ha sido, es, ni será sencillo, porque ello expresa restricciones a los

comportamientos de los individuos que, por lo menos, puedan incomodar.” (p.3). Es decir,

que mientras una persona se encuentre en interacción con otro grupo de personas, debe

limitarse al momento de realizar acciones, o decir ciertas palabras que puedan afectar

directa o indirectamente a la integridad de los demás individuos. De la misma manera,

Cuenca (2015) afirma que “ser parte de convivencia con otros no solo nos otorga unas

cosas, también nos exige otras poniéndonos condiciones […] una moral en este sentido es

un sistema de exigencias recíprocas que están expresadas en un tipo de oraciones de

deber.” (p.2). Por ello, desde este sentido se enfatiza y exige el respeto mutuo por las

demás personas, sin importar su condición de vida o la situación por la que este

atravesando.

ARGUMENTO 3:

En tercer lugar, el ejercicio del derecho a la libertad de expresión tiene sus límites y

no puede transgredir el respeto ni la integridad de las personas y para ello es fundamental

entender los límites éticos y su fin. Giusti (2007) afirma que “La ética, en fin, se ocupa de la

bondad o la maldad de las acciones humanas, y se vale para ello de una metodología

estrictamente valorativa o prescriptiva, que se refiere en última instancia a lo que debería

ser, a la mejor manera de vivir.” (p.22). Esto refiere que es posible la censura moral de parte

de la sociedad frente a este tipo de conductas y espectáculos, pues sus comentarios son

ofensivos y no contribuyen positivamente a una mejor manera de vivir. Asimismo, Giusti

(2007) se plantea la interrogante “¿Frente a qué debemos ser tolerantes y frente a qué no?

Porque una cosa es tolerar la diferencia y otra cosa es tolerar el caos, una cosa es tolerar la

diversidad y otra es tolerar la tiranía. ¿Cuál debe ser el límite de lo tolerable? ¿La
intolerancia? ¿Debemos tolerar siempre la intolerancia? ¿O debemos ser intolerantes con

los intolerantes?” (p.82). Es por ello, la importancia de comprender que, al hacer uso de la

libertad expresión siempre existirán ciertos límites éticos que debemos respetar y como

sociedad no debemos tolerar su vulneración.