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Orientar contiene en sí una acción, de ahí que definirla implique posiciones, intervenciones y
dimensiones éticas que encuadran dicha tarea. La Orientación es una especialidad dentro del campo
de la psicología, y una incumbencia profesional que también concierne a los psicopedagogos. Cada
perfil profesional da su impronta a la modalidad de abordaje, e interviene en distintos campos
(educativo, laboral, económico, políticas públicas, salud, etc.) Que implique una acción la coloca
directamente en relación a la práctica profesional.
Se considera importante entonces el paradigma de la complejidad que plantea Edgar Morin para su
conceptualización. No simplificar, sino dar a cada concepto la multiplicidad de elementos que lo
conforman y nos posibilitan un mejor panorama de comprensión y reflexión.
Algunas consideraciones:
Complexus significa lo que esta tejido junto: en efecto hay complejidad cuando son
inseparables los elementos diferentes que constituyen un todo (lo económico, político,
sociológico, psicológico, mitológico, afectivo), y que existe un tejido interdependiente,
interactivo, inter-retroactivo, entre el objeto de conocimiento y su contexto, entre las partes y el
todo, el todo y las partes, las partes entre ellas (Morín, 1999, p.13-14).
Es el protagonista indiscutible en tanto son sus inquietudes, deseos, movimientos, posibilidades los
que trazan nuestro trabajo.
La subjetividad y el modo de definirla requiere aclarar que nos interesa abordarla desde una
perspectiva des-sustancializadora: Esto implica animarnos a pensar en términos de fluidez y
multidimensionalidad de los procesos y los movimientos de constitución subjetiva, alejándonos de una
concepción esencialista, estática y totalizadora
Esta concepción hace pie en lo relacional, como efectos de los procesos de intercambio, donde lo
intrageneracional e intergeneracional son factores que producen identidad.
Así, siguiendo a estos autores, pensamos lo joven, lo adolescente y lo adulto, como expresiones de un
devenir subjetivo construido por historia, memoria, identificaciones, inscripciones. Devenir, no lugares
estancos o puntos de llegada. La subjetividad se construye en relación con el otro y en la diferencia.
Rascovan sostiene que “la subjetividad no es otra cosa que una producción histórica de las
significaciones imaginarias que instituyen formas de vivir la existencia humana” (2013. Pág. 32). Hace
una diferenciación con lo que llama subjetivación, en tanto la define como la operación crítica que cada
sujeto puede hacer sobre la subjetividad instituída. Es precisamente en ese proceso, donde los sujetos
y las comunidades pueden generar respuestas propias y creativas a los modelos hegemónicos.
Será entonces, el trabajo de la orientación, una apuesta a aquello que el sujeto pueda revisar,
reflexionar, cuestionar para trazar el recorrido de cada momento, considerando todos los aspectos que
hacen a su realidad (política, histórica, educativa, familiar, personal, económica, ecológica, geográfica,
etc.) y cómo se vincula con ella.
Coexisten diferentes proyectos, con objetivos y tiempos diferentes, pero es importante que todos
puedan no solo pensarse, sino sostenerse para llegar a su concreción. He ahí un punto central: No se
trata solo de descubrir, construir, sino también y sobre todo de sostener, con la tolerancia a la
frustración, constancia y placer que eso conlleva.
Existen otras normas que se relacionan con la temática de género, entre ellas la Ley N° 26743 de
Identidad de Género.
La perspectiva de género tiene como uno de sus fines contribuir a la construcción subjetiva y social de
una nueva configuración a partir de la resignificación de la historia, la sociedad, la cultura y la política
desde las mujeres y con las mujeres.
Esta perspectiva reconoce la diversidad de géneros y la existencia de las mujeres y los hombres como
un principio esencial en la construcción de una humanidad diversa y democrática (..). Una humanidad
diversa democrática requiere que hombres y mujeres seamos diferentes de quienes hemos sido, para
ser reconocidos en la diversidad y vivir en la democracia genérica (Lagarde, 1996, p.13)
El lugar del orientador es el lugar de quien acompaña, no desde un lugar ingenuo, sino desde un
bagaje profesional (tanto teórico como práctico) que permitirá esclarecer, destrabar, abrir, abordar
opciones y posiciones posibles en ese recorrido.
Lejos de ser un rol sencillo, implica formación, actualización, y sobre todo la posibilidad de hacer una
lectura e instrumentación de todas las variables que intervienen.
Dada la vinculación de la Orientación con la salud, es un espacio que no está contaminado con los
prejuicios que podrían suponer la falta de salud mental, sino que se asocia con una consulta
esclarecedora para armar proyectos. Por ello es un lugar privilegiado de intervención. Nos da la
ocasión de llegar a una población muy amplia y variada, pudiendo aportar herramientas en relación a
la prevención primaria, y a la posibilidad de abrir caminos trabajando imaginarios que condicionan, en
distintas etapas de la vida de los sujetos, e incluso, a veces reproducen la exclusión.
Desde el concepto de proceso, con sus diferenciaciones: macro, micro y proceso específico, vamos
a delimitar a qué alude cada uno.
Esta población atraviesa cambios diversos, comunes a todos, y particulares a la realidad que transitan,
a saber, retiro o jubilación, en el primer caso, problema físico o fallecimiento de alguien cercano en el
segundo. Aquí hablamos de microprocesos.
Esta primera cuestión, constituye el marco a nuestro trabajo, sobre todo en lo que de común puede
tener esa realidad y en la posibilidad de generar allí un acompañamiento que colabora a los fines de
prevenir situaciones futuras. Prevención primaria en relación a la preparación para las pérdidas y
cambios. Los microprocesos nos abren oportunidades para intervenir, permiten espacios de reflexión
y anticipación.
En estas situaciones puede haber demandas institucionales, explícitas o no, que nos convoquen a
trabajar con un aspecto de la realidad que comienza a ser atendido e interrogado, de modo de
desnaturalizar procesos, ponerlos en revisión y batallar contra nuestras propias representaciones.
Desnaturalizar se convierte en el primer ejercicio de toda crítica, en una tentativa de distanciamiento
de la realidad inmediata. Para comprender la realidad es necesario alejarse de ella, para introducir allí
otras posibilidades y oportunidades.
También las instituciones van mutando, cambian sus formas de organizarse, sus tiempos, los modos
de habitar sus espacios, dejando enormes áreas de vacancia en relación a la comprensión de estos
procesos y cómo ubicarse en ellos para todos los actores que las conforman. Intersticios que como
oportunidades se nos presentan para ser ocupados, pensados, recreados.
proceso específico: del MTO, o abordaje clínico de la orientación. Modo de intervención; quizá el
más conocido desde un imaginario que lo define como “me quiero hacer el test”. La evaluación de lo
que ocurra en ese primer encuentro será la que defina si es o no pertinente llevarlo adelante, cómo,
cuándo, de qué manera.
TEORÍAS PSICOLÓGICAS.
Las teorías psicológicas consideran al individuo como variable fundamental en el proceso de elección.
De esta manera la elección estaría determinada principalmente por las características o
funcionamiento del individuo y sólo indirectamente dirá Crites, por el medio en que vive.
Existen dentro de éstas, dos agrupamientos de los diversos enfoques respecto de la elección; el
primero establece la elección vocacional como un acto puntual, en un momento determinado, el
segundo considera a la elección como un proceso que no tiene lugar a lo largo de una serie de etapas
de desarrollo del individuo.
A. TEORÍA DE RASGOS Y FACTORES: basada en la psicología de las diferencias y el análisis de las
ocupaciones, tiene como supuesto básico adecuar los rasgos personales a los requisitos que exige
una profesión. Considera el rasgo como una característica estable del individuo que actúa prediciendo
sus conductas. Dichos rasgos son susceptibles de ser medidos y cuantificados.
Parsons fue un gran referente de esta teoría, consideró un proceso de tres pasos en la elección
ocupacional de una persona: 1. Clara comprensión y conocimiento de sí mismo (de sus actitudes,
intereses, aptitudes, habilidades, limitaciones, recursos, etc.). 2. Conocimiento de los requisitos y
condiciones del medio laboral. 3. Un verdadero razonamiento de las relaciones entre 1 y 2.
Cuanto mayor sea la coincidencia entre los factores y los requerimientos, mayor satisfacción
encontrará el sujeto en la ocupación elegida.
B. TEORÍAS PSICODINÁMICAS: cada teoría de este grupo propone que el factor más significativo en
la elección vocacional, es una variable motivacional o de proceso. Se diferencia en relación con la
Teoría de Rasgos y Factores, en tanto y en cuanto éstas refieren a características observables del
individuo y no a estados o condiciones inferidos que impulsan un determinado comportamiento.
Psicológicas: toman la propuesta del psicoanálisis relativa a que el individuo se adapta a las
expectativas y costumbres sociales sublimando los deseos e impulsos generados en su naturaleza
biológica. El estudio y el trabajo ofrecen salidas para los impulsos y deseos sublimados (concepto de
sublimación). Freud se refiere a la habilidad para amar y trabajar de manera efectiva, como el
indicador más significativo de un desarrollo psicológico normal.
Si bien la mayoría de las interpretaciones psicoanalíticas de la elección vocacional, sustentan el
supuesto de que el trabajo de uno refleja su personalidad, Meadow reconoce la influencia de otros
factores en la toma de decisión.
Otro aspecto importante a tener en cuenta en este tipo de teorías es el concepto de identificación.
Una de las concepciones que influyeron en las teorías de Orientación Vocacional, proviene de la
“Teoría del Yo” Hartmann (1945) y los aportes de Ginzberg (1951).
Bohoslavsky, R. (1978) estableció una diferenciación entre dos paradigmas a los que denominó:
modalidad actuarial y modalidad clínica. Desde ésta última perspectiva, el instrumento del psicólogo
para llevar adelante el proceso orientador es la entrevista. En esta modalidad, el joven podrá ser
asistido en la medida en que éste tome en sus manos la situación que enfrenta, la comprenda y así,
pueda llegar a una decisión responsable. Cobra una fundamental relevancia, la ética del orientador y el
rol activo y protagónico del sujeto orientado.
Asimismo, hace mención a tres momentos del proceso de elección: Selección, Elección y Decisión.
Basada en la satisfacción de las necesidades: considera como aspectos fundamentales los
deseos y necesidades que estimulan al individuo a preferir determinadas ocupaciones frente a otras.
Atribuye importancia a las primeras experiencias infantiles, y a cómo son satisfechas o no las
necesidades, ya que llevan a hacer especial énfasis en el estudio de quienes son los responsables de
esta interacción: los padres. Roe (1949) llegó a tres estilos de interacción familiar: atención excesiva,
rechazante y aceptación amorosa. Estos estilos emocionales influyen en el futuro, en las relaciones
que el sujeto mantendrá con las personas y los objetos, y muy especialmente en las elecciones
ocupacionales. Según este autor, las primeras experiencias psicosociales tienen incidencia en la
formación de necesidades y la estructuración de la energía psíquica. La manera en la que un individuo
aprende a satisfacer sus necesidades, determina cuáles de sus necesidades específicas, intereses y
actitudes desarrollará. Por esto es que, una modalidad de satisfacción de necesidades mínima, con
demora o escasez de afecto, influyen directamente en las preferencias del individuo.
Basada en el concepto de sí mismo: dentro de este marco conceptual se encuentran las
teorizaciones de Rogers, Super, Tiedeman. El primero postula que el concepto de “sí mismo” se va
desarrollando durante toda la vida del individuo, pasando por diferentes fases: exploratoria, auto-
diferenciación, identificación, desempeño de roles y la de evaluación. Super expresó “la elección de
una ocupación en uno de los mejores momentos de la vida en que un joven es exhortado a expresar
de manera explícita su concepto de sí. A lo largo de la vida el individuo desempeña una variedad de
roles que le proporcionan la oportunidad de descubrir qué es y qué quiere ser. Por ejemplo en el juego
y en el trabajo, pone a prueba sus habilidades y las evalúa en contraste con sus logros y las
reacciones de los otros. Super expresa que a medida que el individuo madura, integra las diversas
imágenes que tiene de sí en un concepto coherente sobre sí mismo, que lucha por conservar y mejorar
a través de todas sus actividades. Trata de seleccionar una ocupación que sea compatible con el
concepto que tiene de sí y que le permita concretarlo al dejarle desempeñar el rol que desee.
C. TEORÍAS EVOLUTIVAS: se destacan por considerar a la elección como un proceso que avanza a
través de distintas etapas. Las elecciones implicadas en la elección de una ocupación se toman en
distintos momentos de la vida de un individuo, constituyendo un proceso continuo que comienza en la
infancia y termina en los primeros años de la edad adulta. Se pueden mencionar como referentes
importantes de este enfoque a Ginzberg (1951) y a Super (1953).
Ginzberg y sus colegas, fueron los primeros en catalogar el desarrollo vocacional como un proceso
que culmina en la elección vocacional. Se trata de una serie de decisiones en el transcurso de los años
(perspectiva longitudinal). Identificaron cuatro factores cuya interacción incide en la elección
vocacional: 1. Los valores de las personas. 2. Los factores emocionales. 3. El nivel y tipo de
educación. 4. Las presiones ambientales.
Super propuso que se diera énfasis a la naturaleza psicológica de la elección vocacional. Le dio
especial importancia al autoconocimiento y la autoaceptación. Sugiere el término “desarrollo” en vez de
elección, para poder poner de relieve el carácter procesual. A medida que el individuo madura
vocacionalmente, atraviesa una serie de estadios, cada uno de los cuales corresponde a una fase en
el desarrollo del concepto del yo. Teniendo en cuenta el éxito en las tareas evolutivas de cada estadio
de la vida, el individuo puede ser más o menos maduro vocacionalmente. Etapas delimitadas por el
autor: -Etapa de crecimiento (Nacimiento-14 años); - Etapa de exploración (15-24. Subetapas: a)
Tentativa (15-17), b) Transición (18-21), c) Ensayo (22-24)); - Etapa de establecimiento; - Etapa de
sostenimiento; - Etapa de declinación.
D. TEORÍA DE LA TOMA DE DECISIONES: este tipo de teorías utiliza modelos de decisión para
conceptualizar el proceso de elección. Si bien las teorías referidas a estos modelos han sido
formuladas en economía y disciplinas relacionadas, han adquirido un uso corriente en psicología
vocacional. Gelatt (1962) propone un modelo de toma de decisión, toma dos características que
poseen todas las decisiones: 1- hay un individuo que debe tomar una decisión, y 2- hay dos o más
cursos de acción de los cuales debe elegir uno basándose en la información que tiene de ellos. Esta
decisión puede ser “terminal” (final) o “investigativa” (requiere de información adicional). Ésta última se
convierte en un ciclo que implica la recolección de información y la toma de decisión, ya que el
resultado de esta, puede proporcionar nuevos datos que servirían para modificar el resultado final.
Este ciclo se repite hasta arribar a una decisión terminal. El componente más importante de este
proceso es la estrategia utilizada para considerar y elegir entre posibles cursos de acción. Tres
grandes instancias: 1) Estimación de las probabilidades de éxito; 2) la conveniencia de éstos
resultados determinada por los sistemas de valores del individuo, y 3) la selección de una conducta
determinada aplicando un criterio evaluativo. La decisión final tendrá en cuenta la suma de valores
positivos que ha encontrado en su recorrido.
Álvarez González expresa al respecto que: los enfoques de toma de decisiones desbordan lo
puramente vocacional y son susceptibles de extrapolarse a cualquier situación de la vida real de
individuo. Por ello sería interesante que se integraran, como un objetivo curricular y prioritario en el
proceso educativo.
Trabajo Práctico N° 3
Hace falta ver a la complejidad, allí donde ella parece estar, por lo general, ausente, como ser en la
vida cotidiana. Allí cada uno juega varios roles sociales, tiene una multiplicidad de identidades, de
personalidades en sí mismo, un mundo de fantasmas y de sueños. No es solamente la sociedad la que
es compleja, sino también cada átomo de mundo humano.
El paradigma de simplicidad
Pone orden en el universo y persigue al desorden. El orden se reduce a una ley. El principio de
simplicidad o bien separa lo que está ligado o bien unifica lo que es diverso. Tomemos como ejemplo
al hombre: a sus dos realidades, la biológica y la cultural, el paradigma de simplificación las desune, o
reduce la más compleja a la menos compleja.
Con esta concepción, el conocimiento científico devela la simplicidad escondida detrás de la aparente
multiplicidad y el aparente desorden de los fenómenos.
La dicotomía no era posible hasta que nos dimos cuenta que el desorden y el orden, siendo enemigos
uno del otro, cooperaban de alguna manera, para organizar al universo. Entonces, un orden
organizacional (remolino) puede nacer a partir de un proceso que produce desorden (turbulencia). De
allí la teoría del origen del universo como una explosión, un big-bang. El universo comienza como una
desintegración, y es desintegrándose que se organiza. Es en el curso de esa agitación calórica intensa
que se van a formar las partículas y que ciertas partículas van a unirse unas a otras. Esta agitación, el
encuentro al azar, son necesarios para la organización del universo.
Introducimos aquí una idea compleja porque debemos unir a dos nociones que, lógicamente,
parecieran excluirse: orden y desorden. La aceptación de la complejidad es la aceptación de una
contradicción, la armonía está ligada a la desarmonía.
Auto-organización
Si concebimos un universo en el cual lo que se crea, se crea no solo en el azar y el desorden, sino
mediante procesos autoorganizadores, donde cada sistema crea sus propios determinantes y sus
propias finalidades, podemos comprender la autonomía, y comenzar a comprender que quiere decir
ser sujeto.
Ser sujeto es ocupar el lugar del “yo”, una posición en la cual cada uno se pone en el centro de su
mundo para poder tratarlo y tratarse a sí mismo. Eso es el egocentrismo. La complejidad individual es
tal que, al ponernos en el centro de nuestro mundo, ponemos a los nuestros: es decir a nuestros
padres, nuestros hijos, nuestros conciudadanos, y somos incluso capaces de sacrificar nuestras vidas
por los nuestros. Por lo tanto, ser sujeto, es ser autónomo, siendo al mismo tiempo, dependiente.
Complejidad y completad
Cuando aparece una contradicción en un razonamiento, no significa un error, sino el hallazgo de una
capa profunda de la realidad, que no puede ser traducida a nuestra lógica. Por eso es que la
complejidad es diferente de la completud. Implica tener sentido de la solidaridad y del carácter
multidimensional de toda realidad.
Esto nos lleva a la idea de que toda visión unidimensional, especializada, parcial, es pobre. Es
necesario que sea religada a otras dimensiones; de allí la creencia de que podemos identificar la
complejidad con la completud.
Llegamos a los instrumentos que nos permitirán conocer el universo completo. Esos instrumentos son
de naturaleza racional.
La razón corresponde a una voluntad de tener una visión coherente de los fenómenos, de las cosas y
del universo. Aquí también podemos distinguir entre racionalidad y racionalización.
La racionalidad es el juego, el dialogo incesante entre nuestro espíritu, que crea las estructuras
lógicas, que las aplica al mundo y que dialoga. Cuando ese mundo no está de acuerdo con nuestro
sistema lógico, hay que admitir que nuestro sistema es insuficiente. La racionalidad no tiene la
pretensión de englobar la totalidad de lo real dentro de un sistema lógico, pero si tiene la voluntad de
dialogar con aquello que lo resiste.
Necesidad de macroconceptos
Hacia la complejidad
Este provendrá del conjunto de nuevos conceptos, nuevas visiones, nuevos descubrimientos y nuevas
reflexiones que van a conectarse y reunirse. El principio de la complejidad, se fundará sobre la
predominancia de la conjunción compleja.
Los principios del pensamiento complejo, serán necesariamente los principios de distinción, conjunción
e implicación.
En función de estos interrogantes, y de la lectura del material anexo señalado, se elabora un programa
de Orientación Vocacional, y cuando se elabore el fututo proyecto de O.V, se realizaran encuentros
con el personal directivo, profesores, padres y representantes de alumnos, para consensuar, ajustar y
ver la viabilidad del proyecto.
En estos tipos de programas la metodología de trabajo es grupal, pero las técnicas. Algunas de ellas
son:
- Grupos operativos.
- Grupos de reflexión.
- Talleres.
En función del tiempo, recursos y necesidades, la tarea grupal no excluye la incorporación de algunas
técnicas de exploración, como asimismo la realización de entrevistas individuales en los casos que así
se requieran.
Gavilán incluye dentro del microproceso al proceso específico, por tal se entiende a la acción de los
orientadores vocacionales, pero para aquellos sujetos que necesitan una intervención más personaliza
en el momento de la elección. El proceso especifico, se procede cuando: 1) el sujeto ya ha realizado
una experiencia institucional educativa de orientación vocacional; 2) es la primera vez que se incluye
en el proceso de orientador c) había realizado un estudio pero luego lo abandono.
El proceso específico permite comprender, como en ocasiones (1 y 3) no son suficientes las primeras
acciones realizadas; Entonces se procede a realizar intervenciones más profundas y personal.
En el proceso específico de la orientación es necesario tener en cuenta el marco referencial del
orientador, y en función de aquel, la elaboración de estrategias de abordaje.
Los momentos del proceso específico, no son estaticos sino que interactúan entre sí. Reconocemos
los siguientes:
1. Entrevista inicial: esta es la principal herramienta de trabajo del orientador. Permite establecer el
pre-diagnostico sobre el grado de orientabilidad del sujeto, por tal se entiende al compromiso del
sujeto con su situación de elección; tendremos que plantearnos cuál es la problemática que trae el
orientado a la entrevista y cuáles son sus impedimentos. El pre-diagnostico posibilita construir una
hipótesis del sujeto, acerca de sus vínculos pasados y actuales, pero siempre centrándose en los
vínculos futuros.
El objetivo de este primer encuentro es “descifrar”: ¿Cómo llega el sujeto al proceso de orientación,
qué busca de la Orientación Vocacional, cuáles son los verdaderos motivos de la demanda?
2. Entrevista de profundización: se apunta a vínculos aspectos en relación con sus identificaciones,
fantasías, proyecciones que vayan apareciendo durante el transcurso de las primeras entrevistas.
Tratar de rastrear cuales son aquellos factores que actúan como obstaculizador en los procesos de
elección y selección, tanto en el ámbito educacional como educativo y/o laboral. Esta entrevista tiene
como objetivo tratar de vincular lo no dicho de la historia personal del sujeto con su posicionamiento en
el presente. Se trata entonces, de investigar y explorar todas aquellas situaciones de la historia
personal, escolar y social que pueden interferir en la situación de elección.
3. Entrevista de esclarecimiento: tiene como objetivo descifrar los motivos por los cuales el orientado
no puede elegir; cuales son las identificaciones que obstaculizan el aquí y ahora de la elección; y los
mecanismos que implementan para no tomar decisiones
4. Entrevista de administración de técnicas de exploración: en este punto, es de resaltar que no
existen técnicas específicas de orientación vocacional. No obstantes se reconocen ciertas técnicas que
puedan brindar datos importantes en la lección de la carrera.
Dentro de esta administración se reconocen técnicas objetivas (interpretación de números) y técnicas
proyectivas (psicodinámicas, tales como el TAT, el TRO, el de Phillipson y el psd de Rorscharch, que
apuntan al conocimiento del inconsciente). Estas técnicas ganan relevancia a través del análisis del
dato y en función de una historia personal y su situación presente.
Las técnicas de orientación vocacional se administran de acuerdo con la modalidad del proceso:
Individual-grupal
Etapa evolutiva
Duración del proceso.
Áreas a explorar: inteligencia, intereses, aptitudes.
Personalidad: objetivas y proyectivas.
5. Entrevistas de información: el rol del orientador es también brindar al orientado, a través de
diversas estrategias movilizadoras, caminos alternativos para buscar información.
6. Entrevistas de integración y síntesis: es el momento del proceso en el cual el orientador verbaliza
aspectos no hablado por el orientado, pero de gran significación en su conflictiva elección, y brida el
espacio para que el orientado reflexione sobre sus dudas en la elección.
En esta última etapa del proceso, se incluyen numerosos aspectos. Dentro de los cuales
reconocemos: la situación demandante, los caminos transitados, los obstáculos encontrados, las
vivencias del sujeto, los interrogantes y las respuestas alcanzadas.
En este nivel, la autora retoma como referencia las influencias de las teorías psicodinámicas de la
elección. Estas han tomando conceptos fundamentales del psicoanálisis para pensar la orientación.
Uno de estos es la sublimación, Freud definió a la capacidad sublimatoria, como aquella actividad
psíquica que desvía el camino de su meta principal, a saber, la satisfacción de los deseos sexuales;
para recorrer un camino no sexual, pero que otorga satisfacciones emparentadas. Otro concepto
importante es el de identificación. Estas juegan un rol muy significativo a lo largo del desarrollo
psíquico, pero particularmente, resaltamos la función que cumple en la adolescencia. En este sentido,
la manera que el sujeto haya logrado en sus identificaciones (positivas y negativas), influirá
notablemente en sus posteriores elecciones. Es el orientador quien debe develar el significado de las
mismas en relación con su futuro proyecto.
El término de encuadre, es otros de los conceptos aportados por la teoría psicoanalítica, que consiste
en el mantenimiento de ciertas constantes y variables en el proceso. Las constantes serian: ámbito,
horarios, honorarios (en el caso que sea privado), rol del orientador y el orientado.
El recorrido que se lleva a cabo dentro de los parámetros del encuadre no es lineal y dependen de la
estructura de la personalidad, historia personal, contención familiar, posibilidad social, etc.
Por su parte, la noción de imaginario social. El término “imaginario” en este contexto, no significa
ficticio, ilusorio, especular; sino una disposición de formas nuevas, y no disposición determinada, sino
determinante. Las diversas formas de sociedad que conocemos están destinadas esencialmente a la
creación imaginaria.
Estas formas, creadas por cada sociedad, hacen que exista un mundo en el cual la sociedad se
inscribe y se da lugar. Mediante ellas es como se constituye un sistema de normas, de instituciones,
de valores, de orientaciones y finalidades de la vida, tanto colectiva como individualmente.
En el imaginario de estas formas se encuentran siempre las significaciones sociales, creadas por la
sociedad y que las instituciones encarnan. El imaginario social actúa independientemente de los
sujetos, pero no es sin ellos, es decir, los necesita para materilizarse.
La magnitud del imaginario social tiene relación con el grado de influencia que ejerce sobre las
diferentes individualidades, es un momento histórico y en una cultura determinada.
En estas concepciones el “imaginario social” es una categoría explicativa que supone una diferencia
fundamental: lo real-racional versus lo real-inventado.
Fue C. Castoriadis, quien se ha detenido a definir la naturaleza y las características de la “institución
imaginaria de la sociedad”, en el sentido anteriormente señalado. El autor, distingue entre el imaginario
social “efectivo”, de imaginario social “radical”. El primero es el que mantiene unido a la sociedad, es
un legitimador de un orden existente, es en definitiva, lo instituido. En cambio, el segundo tiene la
capacidad de transformar el universo de las significaciones mediante novedosas propuestas
imaginarias; es decir, es lo instituyente.
Desde la Orientación Vocacional, se resalta el carácter “inventado”, que sitúa frente a los procesos
reales como su opuesto, pero que, paradójicamente, provoca modificaciones en la realidad, de igual
modo que lo hacen dichos procesos reales. Así, señalamos que algunos conjuntos sociales imaginan,
fantasean y sostienen que acontencen cosas que, en realidad, no suceden. Esto pasa con supuestas
situaciones respecto al empleo, al economía, las ocupaciones futuras, los saberes que serán exigidos,
las capacidades necesarias, etc.
De este modo, la “realidad” (construcción primordial que también implica procesos imaginarios) y el
“imaginario social” (en cuento construcciones básicamente inventadas y no reales pero con
consecuencias reales) abren un campo de análisis e investigación prolífico y muy abarcativo para
nuestros propósitos.
En el ejercicio de nuestras actividades académicas, institucionales, privadas, y en el marco de esta
disciplina-interdisciplina específicamente abocada a la Orientación Vocacional, se han observados
cambios significativos en el campo de las elecciones vocacionales debió al cambio de las
significaciones sociales.
Por último, el término “prevención”, entendido como las acciones especificas que realiza cualquier
orientador, dado que la prevención es el objetivo principal de la Orientación Vocacional.
La autora, plantea cuatros aspectos para referirse a la prevención. Ellos son: la historia, los niveles, su
rol dentro de la Psicología Preventiva, y la orientación vocacional desde el enfoque preventivo.
Respecto a la historia de la prevención, Gavilán señala que es importante tener en cuenta que la
misma, y los conceptos relacionadas a ella; es mucho más amplia y antigua de lo que se refleja en la
bibliografía existente sobre el tema; tal como lo evidencia en los manuales de psicopatología,
psiquiatría, salud pública, medicina preventiva, psicología comunitaria, psicología preventiva, etc.
La historia de la prevención siempre ha sido y continua siendo, la historia de la lucha contra la
enfermedad y cualquier clase de sufrimiento.
En cuanto a los niveles de prevención, la autora retoma los aportes de Caplan, quien ubica en sus
trabajos referidos a la prevención tres niveles: primaria, secundaria y terciaria.
De denomina prevención primaria a un concepto que incluye a la comunidad, e implica las estrategias
que se llevan a cabo en una población para evitar que aparezcan determinadas situaciones anómalas.
La prevención primaria ve a la persona como un representante de una comunidad, por ello su
tratamiento no solo esta determinado por las necesidades de las personas en cuestión, sino
principalmente por su relación con el problema comunitario. Desde sus inicios se ha considerado como
el verdadero accionar preventivo el que se lleva adelante en el nivel primario, enmarcando lo que se ha
dado a llamar la “atención primaria de la salud”. Por tal se entiende, a una estrategia de desarrollo en
salud, postulando los cuatro pilares del bienestar colectivo: educación, salud, trabajo y vivienda, dentro
de un clima de libertad, responsabilidad y derecho. Contempla la estructuración de servicios
necesarios, esenciales para el crecimiento de la comunidad; constituye una decisión política. Se trata
de una concepción orientada a lograr la salud con y para la comunidad, esto supone tanto el bienestar
físico, como psíquico y social.
La prevención secundaria, son las acciones que se llevan a cabo para reducir un trastorno o
disminuirlo.
La prevención terciaria, se lleva adelante para tratar de reducir en la comunidad o población las
consecuencias derivadas de los padecimientos físicos, psíquicos y sociales, y estimular en los
individuos sus propias competencias. La prevención terciaria trabaja sobre el problema ya instalado y
sus consecuencias.
La Orientación Vocacional Ocupacional desde el enfoque preventivo, entiende a la prevención como la
capacidad que posee el ser humano y su grupo social para anticiparse, con diferentes estrategias, a
situaciones que puedan provocar diversos tipos de daños, posibilitando así crear y fortalecer los
conocimientos, aptitudes, habilidades y valores que ayudaran a impedir o minimizar el daño.
La Orientación Vocacional, desde la perspectiva de la prevención, es un proceso integrador que se da
a lo largo de toda la vida, e interviene en diferentes manera de acuerdo con el nivel de acción
preventiva (primaria, secundaria, terciaria). Si bien cada una de estas intervenciones tienen sus
objetivos específicos, debemos decir que lo fundamental, y más abarcativo, es la prevención primaria
en orientación, que debería incluirse en forma sistemática a partir del ingreso del alumno al sistema
educativo formal:
Apuntando al ejercicio de roles.
Recociendo sus intereses.
Promoviendo autonomía.
Logrando el reconocimiento y aceptación de los otros iguales y diferentes.
Favoreciendo el conocimiento.
El análisis de las tres categorías del modelo teórico ocupacional tiene lugar importante dentro de la
Orientación Vocacional, no solo por las teorías ya existentes, que le dan un sustento conceptual, sino
además, la realización de múltiples investigaciones empíricas. La conjugación entre ambas, dieron los
fundamentos necesarios para aplicar la Orientación Vocacional en las múltiples realidades: educativas,
culturales, laborales y personales.
Esto se desprende, de los campos y saberes, que deben tenerse en cuenta en el proceso de
orientación vocacional ocupacional.
Sobre los “campos” hay distintas conceptualizaciones, pero una de las más novedosas y complejas es
la que aporto P: Bourdieu (1988). Este califica al campo como un espacio de lucha, donde los distintos
contendientes tratan de defender y apropiarse de un material cultural y simbólico que se constituye por
el objeto apetecido por los diferentes agentes sociales. Aquí, unos tratan de mantener la dominación
del campo, y otros tratan de cuestionarlo y de reemplazarlo por el juego del poder y la estrategia.
Por otra parte, C. Geertz nos plantea que además, la relación entre campo, disciplina, multidisciplina y
poder. En donde el campo, es en sí mismo es una poderosa fuerza disciplinar: asertiva, demandante,
incluso coercitiva.
Si bien estas definiciones de campo son importantes por su definición, Gavilán sostiene que deben
completarse con la definición de campo desde el punto de vista institucional; Enfoque que permite
poner la atención en el conjunto de prácticas que los actores realizan, y que revelan acuerdos y
contratos que no se basan solo en luchas por el poder del campo. Desde este enfoque se reconocen
diferentes tipos de campos, ellos son:
1. Campo Educativo: comprende el estado de educación en que se encuentra cada grupo poblacional
y etario, grado de desarrollo, inserción en el sistema formal o no formal de enseñanza, nivel de
deserción, accesibilidad, posibilidades de capacitación, grado de formación de recursos humanos,
calidad e inequidad educativa. Y también, como se instrumentan las respuestas a las diferentes
demandas, que estrategias se utilizan para poder incluir a todos los sujetos desde la diversidad
personal, social, étnica, cultural, en el que el logro de los objetivos educacionales y en las posibilidades
de orientación educativa y laboral.
Desde este campo podemos observar como el Estado formula y aplica las diferentes políticas
educativas en el orden nacional, provincial y municipal para dar respuesta a la igualdad de
oportunidades; y como se articula con las diferentes propuestas desde el sistema privado,
organizaciones no gubernamentales, fundaciones y actividades de la comunidad, que colabora,
compiten y forman parte del campo
2. Campo de la Salud: alude al conjunto de programas, acciones, estrategias y objetivos tendientes a
lograr un relativo estado de bienestar físico, psíquico y social y no solo en ausencia de enfermedad. La
autora modifica el término “completo” por “relativo”, debido que el primero, significa asumir una
posición utópica.
El campo de la salud incluye la promoción, la prevención y la asistencia para el mejoramiento de la
calidad de vida. Comprende, además, el mejoramiento del medio ambiente, la higiene, la vivienda y la
salubridad.
Las acciones realizadas en esta campo dependen de las acciones gubernamentales operativizadas en
el ámbito provincial y municipal, a través de los hospitales y los servicios de alta y mediana
complejidad, centro de salud, centro de atención primaria de la salud, planes y programas. Muy
especialmente a aquellos que se dedican a la prevención en poblaciones vulnerables (adultos
mayores, embarazadas, lactantes). Es este sentido, es fundamental incluir dentro de esta campo las
problemáticas psicosociales (dependencia a las drogas, sida, embarazos adolescentes, anorexia, etc.)
por el deterioro que causan en la salud mental de estos grupos poblacionales.
Las acciones generadas en salud se articulan además con todas las acciones generadas por
organizaciones no gubernamentales y las estrategias colectivas de las propias comunidades.
3. Campo laboral-económico: corresponde al estado en que se encuentran todas las actividades
relacionadas con lo laboral: inserción, desocupación, precarización, inestabilidad, reconversión, etc.
El campo de trabajo muestra el estado en el que se encuentra la división del trabajo: el desarrollo
productivo, la inversión capital, la proliferación y destrucción de ocupaciones, las nuevas ocupaciones
y destrucción de ocupaciones, las nuevas ocupaciones, la cultura del trabajo, los procesos de
integración y desintegración de las ocupaciones, la legislación laboral, empresarial, y las políticas de
intervención del Estado.
Demos considerar además las regulaciones de convenciones colectivas de trabajo, las relaciones
sindicales/laborales, etc. Dentro de este campo son fundamentales la importancia la seguridad y
salubridad en el trabajo, el conocimiento de cómo responden las empresas ante la discapacidad
laboral producida en el servicio.
Para poder comprender este campo, es necesario además, tener en cuenta las diversas instituciones
del Estado: Ministerio del Trabajo, secretaria, sindicatos, y los programas y planes de trabajo de
organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, y de extensión universitaria, que capacitan y
ofrecen diversas alternativas o programas compensatorios a la problemática laboral actual.
4. Campo de las políticas sociales: estas son un conjunto de estrategias que apuntan a lograr
resultados esperados sobre sectores o segmentos sociales discriminados según recortes. Luego, hay
políticas variadas para abarcar los distintos sectores problemáticos que conforman, especialmente, el
mundo de la pobreza y la indigencia, sin olvidar otras áreas sociales relacionadas a ellas.
Dichas políticas sociales son llevadas adelante tanto por instituciones específicas que integran el
Estado nacional, provincial y municipal, como por las diversas organizaciones sociales de la
comunidad.
Se espera que en el campo de las políticas sociales el área exclusivamente pública y correspondiente
al Estado. Pero cada vez más van ocupando un espacio significativo las organizaciones sociales que
surgen de las mimas sociedad, tales como las ONGs, fundaciones, asociaciones, redes sociales.
Por último, la autora refiere a la noción de los saberes, y encarar a los mismos implica referirnos, al
valor de las nociones de disciplina, interdisciplina, transdisciplina, que reside en la capacidad para
abordar separada y conjuntamente, una serie de problemas respecto a un objeto de estudio en común.
Gavilán define a los saberes específicos como aquello que se centran únicamente en lo disciplinar, y
saberes ampliados, a aquellos conjuntos de conocimientos donde se articulan diversas disciplinas es
nuevos espacios de saber; En otros términos, la interdisciplina alude al encuentro entre especialistas
para abordar un mismo problema de investigación. En este sentido, la disciplina refiere a un delimitado
y recordado objeto de conocimiento y de prácticas de algún área de la realidad; Mientras que la
interdisciplina propone un mayor acercamiento a enfoques vinculados con objetos de conocimiento
más complejo e interrelacionados; en esta dirección, tanto la interdisciplina como la transdisciplina no
niega ni anula a la disciplina, por el contrario, permite que varias disciplinas trabajen conjuntamente.
El origen de los saberes así como también de sus prácticas de la transdisciplina se reconduce a el
paradigma de la complejidad, especialmente en las últimas etapas de la modernidad, en donde
surgieron nuevas problemáticas y objetos de conocimientos que exigen vínculos y contactos cada vez
más estrechos entre disciplinas distintas. La transdisciplina se la puede definir como una etapa de
fusión y difusión, donde varias disciplinas se amalgaman y construye un objeto de conocimiento en
común.
Las disciplinas que acompañan al enriquecimiento del objeto de estudio de la Orientación Vocacional
son: Ciencias de la Educación, Economía, Cs Políticas, etc.
La transdisciplina reconoce el aporte de las interdisciplinas como de las unidisciplinas, pero que estas
no son bastas para resolver las problemáticas complejas. Este ir más allá de lo “uni”, permite pensar
realidades en sus múltiples facetas desde una perspectiva unificadora y global. El supuesto
epistemológico señala que el todo es más que la suma de sus partes, y que ya no basta con sumar e
integrar partes para alcanzar el todo, sino que además, y principalmente, hay que considerar enfoques
totalizadores, “macro”, que superen las fragmentaciones habituales.
La transdisciplina abre nuevos campos de saberes y practicas antes desconocidos. Se construyen
objetos, métodos y técnicas que permiten investigar y realizar productos originales totalizadores,
complejos y globales. Sin embargo estas adquisiciones no invalidan el desarrollo inter y
unidisciplinarios. Antes bien, todos ellos, en paralelo e interacción, constituyen modos especificaos de
desarrollo de los campos de saber.
Trabajo Práctico N° 4
Factores que inciden en las elecciones educativas y ocupacionales de adolescentes y jóvenes con
discapacidad visual
Se pueden distinguir factores intrínsecos y extrínsecos, no obstante están articulados.
1) Factores intrínsecos: operan en los mismos sujetos, y se refieren al posicionamiento frente a la
propia discapacidad que se vincula con los intereses, motivaciones y preferencias prevalentes.
a) Factores relativos al posicionamiento de los sujetos frente a su discapacidad
En el caso de disminuidos visuales leves se observa una perspectiva subjetiva que niega o rechaza la
discapacidad, de modo que los factores que suelen orientar sus elecciones no difieren drásticamente
de otros adolescentes videntes. Como consecuencia suele aparecer la resistencia o rechazo a usar las
ampliaciones de los textos, o a recibir un trato diferencial en las tareas, o el uso de anteojos.
Cuando se trata de personas ciegas o con disminución visual profunda, aparece una mayor aceptación
de ellos mismos y de sus progenitores, que a veces se traduce en una sobreprotección que puede
obstaculizar el desempeño de una vida autónoma o independiente.
b) Factores vinculados con las expectativas del futuro educativo y/u ocupacional
-Distorsiones en la información que disponen los adolescentes: se acentúa con la escasa o nula
consideración de las propias posibilidades, cuando la perspectiva subjetiva es de negación o rechazo
de la discapacidad. Suelen aparecer al comienzo elecciones fantaseadas relacionadas con la
identificación con otros significativos (elecciones poco realistas).
-Inquietudes/temores: muchas veces exacerbados por las dificultades que supone el desplazamiento
hasta los lugares de estudio o trabajo, el tránsito dentro de las mismas instituciones, el reconocimiento
de las instalaciones. Estos aspectos se relacionan con la perspectiva y consecuente conducta de los
padres; y con las características de las instituciones en relación con las adaptaciones necesarias.
-Interrelación con pares y docentes: se ve obstaculizada por cuestiones inherentes a los sujetos, pares
y docentes. En el primer caso, aparecen dificultades para comunicar las necesidades ligadas a la
discapacidad, más acentuadas cuando hay una actitud de negación. En el segundo, hay un
desconocimiento por parte de los docentes de tales necesidades y consecuentes adaptaciones. Y en
el tercero, también se desconocen las necesidades específicas de sus compañeros.
2) Factores extrínsecos: refiere a las características de los contextos educativos, laborales y sociales
en general, que pueden facilitar u obstaculizar el proyecto que se puede formular a partir de su
articulación con los intrínsecos.
a) Factores vinculados a la disponibilidad de procesos de orientación
En la mayoría de las escuelas de enseñanza común se carece de programas de este tipo o bien, las
acciones desplegadas son insuficientes o inadecuadas a las necesidades de personas con
discapacidad visual.
b) Factores relativos a las adaptaciones académicas
Remite a las modificaciones o ajustes necesarios para favorecer los estudios de las personas con
discapacidad visual, que permiten acceder al mundo educativo en equidad de oportunidades:
-Colaboración de los docentes: el alumno precisa de un personal docente formado y competente, con
capacidad de respuesta y adaptación a las necesidades que se presentan en el aula. A su vez, la falta
de implicación de los docentes se refleja en su ausencia de flexibilidad para adaptar materiales y
contenidos.
Además, los alumnos con discapacidad no deben ser minimizados frente a posturas paternalistas, ni
tampoco ser forzados a una igualdad que ignore sus necesidades específicas. Es fundamental que
toda la comunidad educativa esté comprometida con la diversidad, fomentando una comunicación
fluida, bidireccional, basada en la colaboración y el respeto. A veces sucede que los apoyos son
excesivos, cuestión que obtura las potencialidades que tienen los jóvenes para desarrollar actividades
por sí solos.
-Adaptaciones de acceso a los contenidos de la enseñanza: remite a adaptaciones metodológicas (por
ejemplo la transmisión oral) y a los materiales necesarios (textos ampliados, escritura en sistema
braille, etc.)
-Adaptaciones de acceso físico: mobiliario adaptado, iluminación adecuada.
-Adaptaciones de acceso a la comunicación, al estudio y al desempeño laboral: sistema de escritura
braille, lupas, grabadoras, recursos tiflotecnológicos, etc.
c) Factores relativos al conocimiento de las barreras en carreras universitarias inherentes a la
ausencia/disminución de la visión
Las intervenciones orientadoras con sujetos con discapacidad visual desde un enfoque preventivo,
deben ser dobles: en primer lugar, lograr que el sujeto aprenda a elegir, elaborando un proyecto de
vida educativo, laboral, social, personal u otro. Por otro lado, se debe trabajar para que el sujeto pueda
elaborar internamente los conflictos personales para aprender a elegir y realizar una opción viable,
teniendo en cuenta las posibilidades como las limitaciones que acarrea su déficit visual para concretar
su proyecto.
d) Factores relativos a la presencia/ausencia de autodeterminación. Las decisiones inducidas
La autodeterminación refiere a tener la capacidad de actuar como impulsor de la propia vida. Para la
Orientación es ineludible que la persona con discapacidad pueda alcanzarla, ya que es lo que les
permitirá tomar decisiones siendo conscientes de sus capacidades y limitaciones, para plantearse
objetivos personales, educativos y/o laborales.
Cabe aclarar, que el nivel de información de los padres sobre la discapacidad de su hijo incide en la
confianza en sus posibilidades y en la proyección de expectativas favorables para su futuro. Esto suele
conducir a profundizar la sobreexigencia y exposición a situaciones en las que no se reconocen las
verdaderas limitaciones (por ejemplo, el deseo de que sus hijos sigan sus profesiones u ocupaciones).
Suele suceder que los sujetos, en el proceso de Orientación, tomen por primera vez, la palabra
respecto de sus deseos e intereses.
e) Factores relativos a las dificultades enfrentadas en el trayecto educativo pasado
Suele suceder que por ejemplo, en materias que requieren uso del pizarrón, los sujetos se pierdan o
dispersen en la dinámica de la clase, generándose desinterés por dicha área de conocimiento. Esto
puede reflejarse en las elecciones que recaen en carreras de otros contenidos.
f) Factores relativos a la disponibilidad de equipos de Orientación. Transición a los estudios superiores
y al mundo del trabajo
Remite a la disponibilidad de Equipos de Orientación Escolar en las escuelas secundarias o si desde
algún espacio de la institución, se brinda algún tipo de apoyo o asesoramiento en relación a los
proyectos de vida, una vez que egresen. Son pocas las escuelas que cuentan con ellos, y las que
cuentan realizan actividades como: responder a las urgencias; intervenciones informales y no
planificadas. Además se tiende a concebir a la Orientación como un hecho puntual que se realiza al
final de la escolarización y no como un proceso que se da a lo largo de la vida del sujeto.
Marco teórico
El modelo teórico-operativo parte de considerar el estudio de la realidad, para su construcción
conceptual. Este modelo permite asentarse en una estructura conformada por ejes (proceso-
prevención e imaginario), campos (salud-educación-trabajo-políticas sociales) y saberes (disciplinarios,
interdisciplinarios y transdisciplinarios), cuya articulación permite abordar la complejidad de la realidad.
El eje proceso permite pensar los modos en que se desarrollan las existencias a lo largo del tiempo,
así como las influencias que ese recorrido histórico individual, grupal, institucional, social, comunitario,
etc., tiene sobre las formas en que se decide, elige, se instalan deseos o se desarrollan condiciones de
supervivencia. Nada puede interpretarse en la orientación como algo aislado; luego vendrán las
situaciones puntuales, pero esta mirada del proceso permite comprehender la complejidad de la
realidad. También garantiza el poder hablar de orientación a lo largo de la vida, aun cuando puedan
reconocerse momentos especiales, en los que su necesidad e importancia se hacen más presentes en
el consciente individual o colectivo. Ahí es cuando puede diferenciarse tres niveles de este eje: macro,
micro y específico.
El microproceso, como corte significativo dentro de un continuum, permite pensar la excarcelación
como un momento clave en el que la orientación puede acompañar al joven en un proceso de “volver a
elegir”, optar por un proyecto diferente. Con este propósito se intenta construir herramientas que
permitan a los jóvenes desatar procesos de reflexión, estableciendo condiciones de posibilidad para la
elaboración de proyectos de vida que optimicen las posibilidades de reinserción comunitaria luego de
la excarcelación.
El eje prevención remite a la capacidad del ser humano y de su grupo social para apropiarse de
herramientas de utilidad vital frente a la amenaza de distintos tipos de daño, creando y/o fortaleciendo
conocimientos, actitudes, habilidades y valores que los ayuden a impedirlo o reducirlo. La prevención,
en el marco de esta propuesta, se entiende como un proceso activo de crear condiciones que
promuevan una mejor calidad de reinserción luego del egreso carcelario, en beneficio personal,
familiar y de la comunidad a la que pertenecen.
El eje imaginario social supone evaluar aquello que posibilita u obstaculiza las representaciones de
futuro en las comunidades, instituciones o individuos con los que se trabaja; invita al desafío de
trabajar sobre los imaginarios que operan en jóvenes en contexto de encierro.
La orientación tiene que ver con distintos campos, y es preciso articularlos, ya que cada uno de ellos
está atravesado por los demás. Avanzar en los saberes interdisciplinarios supone anular el
mecanismo de la omnipotencia disciplinar y progresar hacia una mirada de los problemas en forma
contextualizada y no fraccionándolos en partes. Finalmente, con la transdisciplina, se espera integrar
más sistemáticamente a las disciplinas y sus actores a través de un marco conceptual común,
buscando no sólo construir explicaciones de la realidad como totalidad, sino como fundamentos de una
praxis integral.
La propuesta
1) Fundamentación
La mayoría de los jóvenes proceden de contextos de pobreza y marginación, que implican
desigualdades sociales, educativas y laborales que conducen a escasas oportunidades vitales. Existe
un circuito carcelario: el encarcelamiento no es aislado, responde a trayectorias de vida vulnerables, a
instancias selectivas que colocan a los jóvenes como “productores de riesgo” en detrimento de su
condición de sujetos de derechos.
Además, la mayoría de ellos carece de un proyecto personal al momento de su excarcelación, o lo
piensan esporádicamente; transitan el duro cotidiano atravesados por un único deseo/objetivo: salir del
lugar de encierro. Frente a la ausencia de espacios que posibiliten plantearse el “después de este
lugar” es frecuente que vuelvan a entrar en conflicto con la ley.
El proceso de reinserción socio-comunitaria y familiar es difícil y se encuentra desesperanzado desde
el imaginario social que los estigmatiza. Los aportes de la disciplina de Trabajo Social son muy
valiosos para la construcción de redes institucionales, barriales, organizacionales que permitan
inscribir a los jóvenes en espacios de posibilidad, aprendizaje, de creación colectiva, que abran paso a
una movilidad social ascendente con el horizonte de transformar algunas de las situaciones que
condujeron al encierro. Poco podrán solos; la familia, los amigos, etc. necesitan estar incluidos, de
modo que puedan constituirse como red de apoyos para la concreción de los proyectos. Además, si no
se abordan las imágenes que los otros tienen de ellos, los estigmas se fortalecen.
La orientación entonces trabaja la idea de volver a elegir quién, qué, de qué manera ser; del mismo
modo que con qué y con quiénes contará en esa nueva elección. Busca problematizar la identidad
individual, familiar y social; mover aspectos estereotipados que reducen la autonomía; reconocer de
otra manera la realidad de su contexto; convocar la ayuda y mirada de los de afuera, para desafiar
estrategias de supervivencia hegemónicas que amenazan con mantenerlos en un sector de alta
vulnerabilidad psicosocial, sociopenal y exclusión social.
2) Objetivos generales
-Contribuir a la construcción de proyectos de vida viables y saludables para favorecer la reducción de
sus grados de vulnerabilidad, ampliar el acceso a sus derechos y así fortalecer su autonomía.
-Revisar y construir interdisciplinariamente estrategias de orientación de carácter integral, apropiadas
para contextos de encierro.
Objetivos específicos
-Favorecer el reconocimiento y problematización de la realidad personal, vincular y familiar para
construir alternativas viables de proyectos de vida.
-Analizar críticamente los factores que facilitan u obstaculizan la elaboración de los mismos.
-Favorecer la construcción de espacios de reconocimiento propio y de los otros, desde una lógica de
protagonismo y posiciones activas.
-Movilizar estrategias de vida personal, vincular e institucional.
-Fomentar el conocimiento de recursos educativos, laborales, deportivos, comunitarios que operen
como red de apoyos para su inserción social.
-Acompañar a los referentes vinculares de los jóvenes en el proceso de excarcelación, para propiciar
su constitución como sujetos de derecho.
3) Metodología
-Dispositivo grupal: técnicas de taller, el cual incluirá diferentes técnicas, musicoterapéuticas, lúdicas,
psicodramáticas, collage, confección de afiches, etc.
-Dispositivo individual: entrevistas clínicas operativas como espacio de elaboración de los temas
trabajados en los talleres, y de acompañamiento personalizado y colaboración en el proceso de
elección de proyectos futuros. Además el entrevistador podrá seleccionar técnicas auxiliares para la
exploración psicológica.
-Relevamiento de información en cuatro campos: entrevistas y fuentes online. Los datos se
sistematizaran con el fin de elaborar un banco de datos accesible a los jóvenes y sus familias, y que
les permitan entrar en contacto con referentes claves para una efectiva inserción social.
4) Actividades
-Primera etapa
Capacitación inicial del equipo sobre las particularidades del contexto de encierro, los destinatarios del
proyecto, la concepción de la Orientación Educativa y Ocupacional, sus alcances y el aporte
interdisciplinario.
Difusión, sensibilización y presentación del proyecto: la realización y sostenimiento del proyecto
depende en gran medida de la colaboración e interacción con los actores institucionales del servicio
penitenciario. Incluye: entrevistas con directivos del programa “Jóvenes adultos”, de la unidad
penitenciaria, confección del listado de posibles participantes, reunión con los equipos técnicos de ese
programa.
-Segunda etapa
Capacitación de proceso y supervisión del equipo extensionista, que incluye: reuniones de
planificación de actividades; encuentros de supervisión.
Trabajo directo con los participantes del Proyecto: jornada inaugural de presentación e inscripción;
talleres de orientación educativa y ocupacional; taller de musicoterapia; entrevistas individuales;
jornada de cierre.
Trabajo con los referentes vinculares de los participantes: encuentro grupal y entrevistas individuales
con familias/referentes vinculares.
Articulación con organizaciones e instituciones colaboradoras: con el Patronato de Liberados;
relevamiento de recursos sociales, laborales, educativos, de salud, etc.; entrevistas a referentes de
áreas de desarrollo social, salud, educación y trabajo; sistematización de datos y diseño de un gráfico
con información accesible a los jóvenes.
-Tercera etapa: evaluación y elaboración de Informe Final.
Cabe aclarar que si bien la intervención se realizó exitosamente, no deja de ser puntual y acotada.
Todas las acciones necesarias para volver un rumbo deseado que les permita incluirse en el sistema
social, exceden las posibilidades de un proyecto de extensión. Hay que descentrarse de los sujetos
individuales, y centrarse en las formaciones culturales, las representaciones sociales, etc. “Volver a
elegir”, “hacer las cosas bien”, “tener otra oportunidad” son deseos inalcanzables si no hay trabajo
articulado e intersectorial, si no se articula con decisiones políticas y operativas.
Trabajo Práctico N° 5
López Bonelli se propone fundamentar sus puntos de vista sobre las múltiples posibilidades de
intervención del entrevistador en orientación vocacional con enfoque dinámico. En el caso de la O.V se
impone un sinnúmero de intervenciones con el objeto de ayudar a resolver, en un tiempo adecuado a
la tarea, la elección vocacional; es por ello que, en la selección de técnicas es necesaria tener una
actitud coherente con la teoría que fundamenta cada enfoque.
El propósito del autor es revisar entre las técnicas e intervenciones posibles, aquellas que no son
compatibles con la orientación vocacional.
Si bien el campo psicológico de la entrevista es configurado por el entrevistado, el rol del entrevistador
en orientación vocacional debe ser considerado como esencialmente activo en la medida en que su
participación asume distintos aspectos: informar, asesorar, sugerir, señalar, interpretar. Se distingue en
este sentido, de la pasividad y neutralidad adscriptas al analista tradicional. La actividad del orientador
se manifiesta de manera flexible desde la primera entrevista, la cual asume un carácter de no directivo
y devuelve al entrevistado constantemente su propia capacidad de decisión, de manera que tome
consciencia de que es él y no el entrevistador el centro de las decisiones.
En las entrevistas de esclarecimiento, el entrevistador no solo refleja el sentimiento, señala, interpreta
cuando es necesario, sino también sugiere, confirma rectifica; en cuanto a la rectificación y
confirmación, son intervenciones que forman parte de la actividad del orientador y facilitan las
funciones yoicas relacionadas con la adaptación, discriminación, sentido de realidad. Por otro lado, en
relación a la interrogación lo que plantea López Bonelli es que no es importante ella en si misma sino
el modo en que se interroga; interrogar significa explorar y descubrir nuevos significados. En cuanto a
la actividad de carácter informativo, puede darse al finalizar el proceso a modo de esclarecimiento
cognitivo, hay situaciones en las que el esclarecimiento intelectual es necesario; el límite de este
esclarecimiento es la medida en que facilita o no la toma de consciencia. La actividad del orientador
como transmisor de información no consiste solo en transmitir datos, sino más bien en suscitar la
búsqueda independiente de información, en muchos casos fuera de la consulta. Otras posibles
intervenciones están relacionadas al humor y a la dramatización, utilizando el role playing.
Por último, dentro de la actividad del orientador cumple un papel muy importante el encuadre; este
último consiste en la transformación de ciertas variables en constantes, con el objeto de que pueda
darse el libre juego de la entrevista enmarcada por las constantes que tienen que ver con el proceso
técnico. El encuadre es el facilitador de la tarea.
Reflejo
La técnica de reflejo suele ser eficaz en distintos momentos del proceso de entrevistas en orientación
vocacional. En dicha técnica el psicólogo intenta expresar con palabras nuevas no tanto el contenido,
sino las actitudes esenciales y la emoción predominante. Se dirige a la raíz emocional de la conducta.
Puede definirse el reflejo como una intervención esclarecedora del significado emocional consciente de
la conducta.
La técnica creada por Rogers propone: 1) la conducción del individuo hacia la madurez y adaptación 2)
ir a las raíces emocionales de la conducta 3) dirigirse a la situación inmediata en busca de cambios.
En la aplicación de la técnica rogeriana a la consulta vocacional se pueden distinguir a su vez una
serie de pasos: 1) el estudiante viene por ayuda 2) la situación está estructurada desde el principio. El
llegara a decidir 3) se da fundamental importancia a la actitud del psicólogo, eminentemente receptiva
4) se busca aceptar, reconocer y aclarar lo negativo, lo positivo para que el sujeto pueda asumir 5) el
reconocimiento por parte del “cliente” de que la relación debe terminar.
Este enfoque parte de algunos conceptos centrales que fundamentan y distinguen esta técnica de
otras. Una de las nociones claves es la confianza en que el ser humano tiene la capacidad, latente o
manifiesta, de comprenderse a si mismo y de resolver sus problemas de modo satisfactorio. Otra
noción, es la no directividad, vinculada con el concepto de psicoterapia “centrada en el cliente”, esta
noción se inspira en una actividad incondicionalmente positiva.
El reflejo del sentimiento es uno de los recursos más importantes para Rogers. Esta técnica conduce a
que el sujeto pueda asumir sus sentimientos e ideas como parte de su propia personalidad, actúa al
modo de un espejo en el que pueda reflejarse, es por ello que el psicólogo no puede ir más allá de lo
expresado por el sujeto. La eficacia del reflejo es diversa, reside en enseñar a confiar en los propios
sentimientos que se han clarificado, lo que conduce a la clarificación de ideas y experiencias. Rogers
va a distinguir entre el reflejo inmediato, el sumario y el terminal; en el primero de ellos, la intervención
consiste en expresar lo que el entrevistado muestra explícitamente con sus conductas verbales y no
verbales. El entrevistador elabora un mensaje con los materiales aportados por el estudiante sin ir más
allá, expresándolo co nuevas palabras; el segundo, es una síntesis de sentimientos y actitudes
manifestados en distintas conductas del entrevistado a lo largo de una entrevista; el ultimo, se propone
resumir los aspectos más importantes de toda la hora de consulta, suele ser el más útil en primeras
entrevistas. Se trata de reformular el relato de manera de poner en evidencia lo más significativo del
material y ayudar a percibir lo esencial, cargado emocionalmente de lo accesorio.
Las posibilidades de la técnica rogeriana en orientación vocacional son múltiples, sin embargo no
puede considerarse el único aporte, ya que al no tener en cuenta los aportes inconscientes deja caer
un pesado telón sobre uno de los aspectos fundamentales de la actividad psíquica limitando la
comprensión de los motivos profundos siempre presentes en la raíz misma de la conducta de elección.
Señalamiento
Consiste en la verbalización de aquello que, sin ser consciente, no está explícito en el mensaje del
entrevistado. Puede asumir distintas formas; el entrevistador actúa estimulando el desarrollo, llamando
la atención sobre componentes significativos de esa experiencia, muestra relaciones peculiares,
subraya eslabones de una secuencia de hechos, sugiere sentimientos e ideas relacionados con el
material ya aportado a fin de llegar a cuestiones más profundas, etc. Constituye un trabajo previo a la
interpretación. Suele ser el modo más frecuente de intervención en la orientación vocacional.
Interpretación
Se la define como una hipótesis sobre las relacione so significados de las actitudes. En sentido estricto
se trata de hacer consciente lo inconsciente. Implica la verbalización de contenidos inconscientes, el
análisis de las defensas y las resistencias a reconocer como propios dichos contenidos, como también
el análisis de las motivaciones más profundas de la conducta.
Resulta de importancia radical preparar la interpretación. En la más rigurosa concepción analítica, una
interpretación solo puede formularse cuando el entrevistado está en condiciones de captarla y de
manejar la angustia adicional que puede desencadenar la interpretación.
Ficha de cátedra, “El proceso específico individual en el marco del modelo teórico
operativo de la orientación”
Importancia del contexto macrosocial actual. Características del macroproceso:
Se producen profundas transformaciones políticas, económicas, tecnológicas y socio culturales.
Es un período de transición en la historia de la humanidad: somos generaciones atravesadas por el
pasaje de un milenio a otro.
Desaparecen los grandes proyectos colectivos, se acentúa el individualismo, se diseminan los
ideales colectivos.
Se exalta el consumo y la importancia de lo corporal, se valora el culto a la liberación personal sobre
la base de acciones individuales.
La lógica del instante, la cultura del zapping, la necesidad de la satisfacción en la inmediatez, son
rasgos predominantes de la sociedad actual.
Jóvenes que finalizan la educación media. El tránsito de una etapa a otra. Un corte en el
microproceso.
En este contexto, la situación para estos jóvenes supone pensar la elección de una carrera en el
marco de un proyecto personal más amplio. Implica transitar una crisis, un reacomodamiento que
conlleva a la reconstitución de representaciones vinculadas al presente y al proyecto futuro cuyos
efectos tienen fuerte implicancias en la constitución subjetiva de los procesos identificatorios. Es
imprescindible apelar a abordajes interdisciplinarios, con marcos teóricos flexibles que posibiliten
intervenciones orientadoras acordes a las problemáticas que se presentan, considerando diversidades
culturales, diferencias de género, de capacidades y discapacidades, etc.
Hay una gran importancia de las etapas evolutivas, la constitución de la identidad personal, influencia
del entorno familiar, de los procesos educativos en el sistema formal. Otros factores de influencia en la
constitución de la subjetividad. El sujeto que demanda orientación es portador de una historia intra e
intersubjetiva, una historia de vínculos y de identificaciones que ha ido configurando un sujeto social,
en interacción con la familia, la escuela, otras instituciones y la sociedad. Es un sujeto atravesado por
procesos identificatorios en los que se ha ido gestando el “ideal del yo”. Procesos estructurantes que
generan un particular modo de “ser y hacer” en el mundo, una particular manera de relacionarse
consigo mismo, con los objetos y con otros sujetos. Es un sujeto que vive la crisis vocacional de modo
singular.
En este sentido, la elaboración de un proyecto, la elección de un estudio o trabajo, moviliza y actualiza
todos los entretejidos inter e intrasubjetivos en un proceso continuo. Decidir qué hacer no surge de
forma aislada en un determinado momento. Se trata de un proceso en desarrollo, en el que cada etapa
del mismo adquiere su significado en relación a la que le precede y a la que le sucede. El proceso
orientador adquiere un carácter eminentemente preventivo, en tanto promueve aprendizajes de vida,
tendientes a la búsqueda de un sentido, un significado de sí mismo en relación a los otro y lo otro. Se
promueven aprendizajes vinculados con la autonomía en la toma de decisiones, la capacidad de
renuncia y tolerancia al a frustración, la capacidad para postergar gratificaciones inmediatas, la
disposición para preguntarse y preguntar, la posibilidad de integrar aspectos positivos y negativos de sí
mismo y de la realidad.
Secuencias del proceso específico.
Entrevistas iniciales o primeras entrevistas
Permiten conocer la demanda del sujeto, sus preocupaciones manifiestas, la situación que atraviesa.
Se identifican las ansiedades predominantes a fin de visualizar el grado de orientabilidad. Se formula el
encuadre de trabajo.
Entrevistas de profundización
El propósito es conocer la historia personal del orientado, sus trayectos educativos y/o laborales.
Reconocer el posicionamiento familiar o del contexto vincular significativo para el orientado en relación
a la elaboración de su proyecto personal. Reconocer identificaciones predominantes y fantasías
respecto de su proyecto de vida. Rasgos de su personalidad. Visualizar tensiones de
dependencia/independencia. Grado de autonomía en la toma de decisiones. Grado de
autoconocimiento o conocimiento de sí mismo. Reconocimiento del contexto de la realidad en la que
está inserto.
Entrevistas de examen psicológico
Su propósito es explorar a través de pruebas proyectivas y técnicas específicas y no específicas
diferentes aspectos de la personalidad. Conocer su posicionamiento en relación al proceso. Se
exploran intereses y aptitudes en relación al proyecto personal.
Algunos instrumentos de exploración de la personalidad necesarios para ajustar el diagnóstico de
orientabilidad:
-Test de Frases incompletas
-Desiderativo Vocacional
-Test de Apercepción Temática de Murray
-Rendimiento Intelectual: Test de Wechsler
-Test de Aptitudes Diferenciales
Entrevistas de esclarecimiento
Se trata de identificar y señalar cuáles son los facilitadores u obstaculizadores en el proceso. Se
redefine el encuadre de trabajo. Es imprescindible realizar una devolución de lo que el orientador
observó durante las primeras entrevistas y las entrevistas de exploración, a fin de re-situar el proceso
con el propósito de focalizar en la conflictiva de elección.
Entrevistas centradas en la información
Se corrigen distorsiones respecto de la información que tiene el joven. Se amplía la información en
relación a las posibilidades educativas y/o laborales a las que puede acceder. Se aplican técnicas
específicas para trabajar la información. Se orienta a realizar entrevistas con profesionales y
estudiantes y a concurrir a instituciones de interés a fin de tener un contacto directo con los ámbitos de
estudio.
Diferentes procedimientos y técnicas para trabajar la información: Técnica de Relaciones Objetales
(realidad ocupacional); Imágenes ocupacionales; Juegos con diccionarios y juegos de carreras;
Materiales impresos, Materiales informatizados; Entrevistas telefónicas; Entrevistas y encuentros
presenciales; Paneles; Mesas redondas; Talleres; Monografías profesionales; Videos; Películas;
Recorridos virtuales
Entrevistas de integración y síntesis
Supone una integración de todos los aspectos vistos y profundizados durante el proceso. Una
autoevaluación por parte del orientado de su recorrido hasta su decisión final. El orientador puntuará
los aspectos más significativos en relación a lo verbalizado y a lo no verbalizado por el orientado.
Además, se aclararán todas las dudas dejando abierta la posibilidad de otra entrevista si fuera
necesario, a elección del orientado.
Trabajo Práctico N° 6
Muller, “Orientación Vocacional”. Cap. 4: Grupos operativos en orientación vocacional
Las consultas en OV son numerosas e insistentes en ámbitos institucionales. En este contexto, es
indispensable que el orientador conozca e instrumente la dinámica grupal. Todos aprendemos desde y
por lo social, lo incorporamos a partir de nuestra inserción en un sistema de relaciones familiares,
constituyendo lo que Riviere designó como “grupo interno”.
La personalidad se constituye “desde otros”, comenzando por el ámbito presubjetivo, preexistentes a
todo sujeto y predeterminantes. Para hallar sentido de estructuras psicopatológicas o sintomáticas,
hemos de reconocer la presencia de “novelas familiares” o mitos.
Pichón-Rivère ha elaborado un marco conceptual que denominó “epistemología convergente”. Nos
señala los ámbitos inclusivos de estudio del sujeto: psicosocial, socio-dinámico, institucional y
comunitario. El término sujeto hace referencia a subjetivo, y también a sujetado: es resultante de
innumerables relaciones, expresiones de deseos de otros, es un producto social.
Un grupo es un conjunto de personas que comparten normas, presentan relaciones estructurales
(roles) y dinámicas (conflictos), en procura de objetivos comunes. Puntualmente los grupos operativos,
pensados desde el Esquema Conceptual Referencial y Operativo de Riviere, implican una mutua
representación interna, un interjuego de roles constantes espacio-temporales, y el compartir una tarea
explicita, elaborando las ansiedades y resistencias ante la tarea explicita. El líder principal es la tarea.
2) La historia o génesis
Cada rol jugado en el grupo dependerá de la sobredeterminación disposicional. Aquí influyen la
compulsión a la repetición, las estereotipias defensivas, el miedo y la resistencia a los cambios. Pero
también el estilo perceptivo y del aprendizaje, la construcción del objeto de aprendizaje y de los
vínculos. Cada integrante aporta sus representaciones internas de la red de vínculos, con la impronta
de su mundo imaginario.
Para comprender el acontecer grupal lo tomaremos como un texto expresado con un argumento
explícito y un sentido implícito legible a diversos niveles: la tarea; los vínculos grupales y los vínculos
con el equipo de coordinación. Lo implícito obedece a las leyes del inconsciente: desplazamiento,
condensación, dramatización y simbolización. La tarea del coordinador será aprender a observar y
escuchar lo grupal y a “traducir” la lectura grupal. La misma se realiza desde un lugar teórico
existencial.
Hay diferentes momentos observados en el trabajo grupal operativo, atendiendo al papel del
coordinador:
a) Pretarea: Se explora a los demás, se desestructuran los estereotipos defensivos. Surge la ansiedad
confusional y el supuesto básico es el de dependencia, sólo el coordinador sabe. Es un paso previo
que implica aprender, confundirse, reconocer el no saber y la necesidad del otro. El discurso es
imaginario, se proyectan fantasías. Las defensas son: la evitación, la negación, racionalización,
impostura o “como sí”. Predomina lo fóbico. El coordinador puede temer y evitar la tarea, tener
sensación de esta en falta, perder el tiempo o tratar de centrarlo todo en sí. El mismo explicitará las
tareas grupales, el encuadre y las reglas fundamentales. Interpreta las ansiedades y la transferencia.
El paso a la tarea grupal requiere de un duelo: renunciar a etapas anteriores de aprendizaje y la
aceptación de una reparación parcial del objeto simbólico.
b) Tarea o momento dinámico: Se dosifica la competencia, se reconoce la cooperación y se pasa a la
productividad. Se procede disociando. El supuesto básico es el de ataque y fuga: se proyecta lo
negativo, se lo escinde y aparta, huyendo del objeto fobígeno. Se producen polarizaciones y
antagonismo. Se acrecientan las defensas obsesivas. El coordinador espera que madure el dilema, lo
señala, introduce la información necesaria para resolverlo. En este momento se discriminan mejor los
roles y el encuadre
c) Problema: Se entra a la posición depresiva, se acepta la ambivalencia, se integran posibilidades, se
perciben vías de solución. Se produce el diálogo por reconocimiento reciproco y descentración. Ante la
ansiedad depresiva, la elaboración creativa del proyecto ayuda a resolverla. Se logran insights y se
proyecta hacia el futuro; se producen decisiones. El coordinador resume lo trabajado y la tarea se
cumple en niveles de dramatización y conceptualización
Papel del coordinador. Es el co-pensor, ayuda al grupo a cumplir la tarea. Sus intervenciones no son
directivas; plantea el encuadre, esclarece los malentendidos, señala, interpreta, propone consignas y
puede proporcionar información. Su actitud es no-normativa. Su posición es de atención flotante.
Tolera los existentes y emergentes. Procura integrar los distintos datos estableciendo relaciones, para
percibir el sentido que transmite el “texto” grupal. Sintetiza, conceptualiza y transmite sus conclusiones.
Relaciona las secuencias grupales y establece hipótesis a verificar. Sus intervenciones unen la
temática con la dinámica. También deberá seleccionar los puntos críticos significativos que surgen del
grupo y cuidar en sus verbalizaciones la finalidad actual y prospectiva de la OV.
El coordinador está sobresaltado por “escenas temidas”. Los conflictos frente a la tarea se relacionan
así con los conflictos personales. Estas manifestaciones bloquean la instrumentación de conductas
alternativas ante los conflictos y paralizan la operatividad del orientador. Algunas de estas escenas
son: fantasía de tener que saber o solucionar todo; la rivalidad y pelea con el consultante; el pánico a
reconocer su propia ignorancia; el temor al desborde emocional del paciente; el rechazo; el ser
abandonado por el paciente; la inclusión de los afectos y de lo corporal y el temor al silencio del
orientado.
El rol del observador. La observación no es ingenua, es sostenida por un marco referencial teórico-
técnico. Es un rol cooperante, que amplía la posibilidad de registrar y reflexionar acerca del acontecer
del grupo. Parte de lo fenoménico y aprende a percibir para leer un sentido. La observación puede
desarrollarse con distintos estilos:
-Distorsionante: Hay una identificación masiva con algunos integrantes, queda atrapada en lo
manifiesto.
-Descriptiva: Se registra lo verbal, lo temático manifiesto
-Significativa: Se registra lo implícito, el sentido latente.
El observador puede ser participante o no participante.
Es conveniente que el grupo de OV esté integrado por al menos cinco miembros y un máximo de 12.
García, Robles, Rojas, Torelli (2008), “El trabajo con grupos”. Caps. II, III y IV. Buenos
Aires, Espacio Editorial.
Capítulo 2: Espacio grupal
El presente capitulo abordara los principales conceptos teóricos que constituyen las premisas básicas
de las que debemos partir en la intervención del campo grupal. El ECRO (Esquema conceptual,
referencial y operativo) es una perspectiva de nociones y conceptos de la realidad, que servirá de
marco de referencia para la praxis. Se trata de un conjunto de pre-supuestos epistemológicos,
teóricos y metodológicos que implícita o explícitamente explican aquello que decimos y hacemos.
Consideramos que la comunicación humana será el medio que dará cuenta de dicho esquema en la
dinámica grupal. Al iniciar el trabajo con grupos, la búsqueda de significados y representaciones que
portan las/os actores requerirá la confrontación de puntos de convergencia y divergencia para lograr
desde la heterogeneidad grupal, la mayor homogeneidad en la tarea tendiente a la mayor
productividad.
El proceso de comunicación se desarrolla en paralelo con el de aprendizaje, entendido según Ana
Quiroga "... modalidad con la que cada sujeto organiza y significa el universo de su experiencia, su
universo de conocimiento"
Según la concepción tradicional, siempre hay uno que enseña y otro que aprende. Desde esta
perspectiva, el planteo de la interacción horizontal entre enseñanza y aprendizaje moviliza estructuras,
ansiedades de quedar desnudo, sin status frente al estudiante.
Partimos de que aprendes no es solo la acumulación de información o contenidos, sino el manejo de
los conocimientos como instrumentos para indagar y actuar sobre la realidad, transformándola.
Desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje con modalidad de grupos operativos, nos involucra a
tal punto que la/el coordinadora/or de la tarea grupal debe aprender a obrar co-pensado con su equipo
de estudiantes y de trabajo. Para eso, la organización y planificación de la enseñanza impone romper
con estereotipos que se vienen repitiendo a lo largo de la actividad docente y que sirvan como defensa
de la ansiedad, pero que obstaculizan el proceso.
Adherimos a la concepción del aprendizaje como un proceso de apropiación de la realidad.
Entendiendo por proceso una acción en el tiempo, donde se van logrando cambios de conducta en el
sujetos, tendientes a ratificar o rectificar modelos aprendidos en un "aprender aprendiendo".
Apropiación que se refiere a no perder contacto con la realidad, que se muestra como un fenómeno a
investigar hasta descubrir su esencia.
La operatividad del modelo que venimos desarrollando requiere de conceptos básicos para la
implementación en los talleres con técnicas participativas.
Es necesario dar cuenta del concepto de sujeto social, como protagonista de su propio aprendizaje.
Hablar de este sujeto como protagonista significa pensar en el compromiso que adquiere el sujeto
durante el proceso de formación de su vida.
Estamos introduciéndonos en el concepto del sujeto como relacional, como emergente, configurando
un sistema vincular-social a partir del interjuego entre necesidad y satisfacción. Ahora bien, estamos
hablando de dialéctica intersubjetiva. ¿Por qué el grupo es fundante den el proceso de aprendizaje?
La tarea en tanto organizador es principio de gestación, desarrollo y configuración de la estructura
grupal. Por lo tanto, no hay vínculos ni grupo sin tarea. El sentido del grupo es el hacer, el obrar, el
producir, el trabajar. Es decir, la praxis como actividad dirigida a un fin. Comprendiendo la praxis como
complejidad, como multiplicidad de rasgos. Cuando hablamos de grupo operativo, hablamos de un
conjunto de reglas y procedimientos que ordenan y dan sentido a la acción, a la operación. Apuntamos
a potencializar la eficacia interna del proceso grupal que aunque no se despliegue, su desarrollo está
latente.
Kesselman habla del "misterio de los grupos". Ese misterio podrá ser develado, quizás, a través de la
tarea de coordinación pertinente durante un proceso de indagación de ese sistema de relaciones
multidimensional. Dicho proceso está poblado de contradicciones y determinantes sociales e históricos
y además, en el encuentro de sus integrantes, aparecen multiplicidad de necesidades y un interjuego
dialectico entre mundo interno y mundo externo. La técnica de grupo operativo es sustancial para el
tratamiento de esa multiplicidad y diversidad, ya que esas necesidades es interrelaciones entran en
contradicción, dando lugar al desarrollo en el que, seguramente, emergerán conflictos y situaciones a
resolver. Esta técnica amerita una reflexión, un análisis de ese acontecer, de la interacción de sus
participantes con relación a sus necesidades.
La técnica de grupo operativo como dispositivo incluye un encuadre: tiempo, espacio, roles; es un
instrumento que dirige su acción a la elaboración y disminución de las ansiedades básicas que se
presentan ante toda tarea. Según Adamson, hay diferentes fases en el proceso de conformación y
desarrollo de un grupo. Se establecen tres tipos de relaciones: El vínculo individuo-grupo, el vínculo
grupo-coordinador/a y vinculo tarea-grupo.
En la primera fase: El tipo de vínculo grupo-individuo se caracteriza por una acentuada defensa del
individualismo definida por la afirmación de una negación. "Yo no soy vos". El grupo espera recibir los
nutrientes de parte del/la coordinador/a y de los compañeros/as también. Al observar la relación del
grupo con el/la coordinador/a, el grupo establece una relación de dependencia y hostilidad. Tiende a
ser excluido/a por el grupo y, en caso de permanecer, pasa a prescindir del/la mismo/a. En relación a
la información recibida, el grupo en esta fase la considera como un "cuerpo extraño", por ellos lo
intelectual queda momentáneamente postergado.
En la segunda fase: la relación grupo-individuo se sintetiza en la afirmación "yo soy vos". Se identifican
a través de los problemas, gustos, dificultades, objetivos, dando lugar al "somos todos iguales". El/la
coordinador/a es visto como diferente al grupo. Si bien este último es visto como diferente, el grupo
intenta que este sea uno/a más de ellos/as. La relación entre la clase y el grupo, ya los integrantes no
reciben la clase, sino que "son la clase"
En la tercera fase: El vínculo grupo-individuo se manifiesta la expresión "yo soy como vos"; el grupo
reconoce la diferencia en la semejanza, se re conocen los limites propios y los del otro/a. Aparece una
síntesis y superación de las fases anteriores. Si bien ahora el/la coordinador/a es integrado/a al grupo,
lo hace acompañando al grupo en el cumplimiento de una tarea, desde su rol diferenciado.
Capítulo 3: Rol del/la coordinador/a de grupos
La función del/la coordinador/a dentro de un grupo es definida como "co-pensor/a", rol que implica una
clara posición ideológica en términos de aprendizaje. Trabaja junto al grupo y no para ni por el grupo.
Ejerce su rol democráticamente, facilitando la comunicación entre los/las miembros y propiciando la
resolución de los obstáculos que se interponen entre el grupo y sus objetivos. En tal sentido la
conducta del/la coordinador/a es complementaria a la de los/las integrantes del grupo en tanto supone
una diferencia máxima en dicha interacción.
Buena parte de la tarea del coordinador consiste en intervenir desde el vector comunicación, aunque
es sumamente importante no confundir con un moderador. Un buen coordinador es capaz de leer los
procesos intersubjetivos, detecta los límites que limitan la producción grupal, alienta y estimula la
capacidad creativa de sus miembros y promueve favorables condiciones para que el grupo aborde el
objeto de conocimiento.
Entre las funciones, le corresponde mantener las condiciones del encuadre dentro del grupo. Bleger
define al encuadre como el "conjunto de condiciones contantes dentro de las cuales se desarrolla el
proceso, que es de carácter variable"
Se requiere del/la coordinador/a un alto desarrollo de su actitud psicológica, lo que implica: la
capacidad de continencia del otro/a y de sí mismx; el desarrollo de la distancia optima; estructura de
demora y posibilidad de formular hipótesis. La continencia es entendida como la posibilidad de
albergar al otro dentro de sí, alojando sus afectos, ansiedades, proyecciones y fantasías, para
devolvérselas de manera que puedan ser reconocidas y elaboradas por el sujeto. La distancia óptima
fue descripta como el punto intermedio entre la cercanía total que supone indiscriminación con el otro y
la excesiva distancia que implica escasa repercusión afectiva. La estructura de la demora alude a la
capacidad de postergación de la respuesta por parte del coordinador/a de modo de procesar la
información e intervenir cuando resulta oportuno en términos de operatividad.
Al instalar el encuadre, el/la coordinador/a establece el inicio de la reunión grupal, dándose lugar al
primer momento temporal de la reunión: la apertura. Estas pueden ser abiertas, cerradas o
semiabiertas.
• Aperturas cerradas: sueles ser aperturas en las que se proponen juegos de integración u otros,
centrándose toda la tarea técnica en tal intervención, que prioriza la acción.
• Aperturas abiertas: Son aquellas que el/la coordinador se permite ser "pasivo/a", aunque en tales
casos está más activo que nunca, haciendo explicito lo implícito.
• Aperturas semiabiertas: El/la coordinador/a integra elementos de las aperturas cerradas y abiertas,
manejando alternativamente
La tarea del/la coordinador/a está orientada por una unidad de trabajo, entendida como la relación
entre tres elementos: el existente, la intervención y el nuevo emergente. El existente grupal es lo dado,
lo que se dice; es aportado por los/las portavoces y constituyen los primeros emergentes que deberán
ser descifrados. El existente grupal es devuelto al grupo en la intervención del coordinador que tiene
carácter de hipótesis y su finalidad es hacer explícito lo implícito. La eficacia de la intervención no se
mide por un criterio de verdad sino por el de operatividad, hay que ver lo que produce. El circuito
espiralado se completa con el emergente que es un acontecimiento nuevo, sintético y creador que
modificará los acontecimientos ulteriores.
Los emergentes son expresados, vehiculizados, a través de los/as portavoces, quienes no son
conscientes de la significación grupal que tienen sus palabras. El emergente es un signo, un
significante que se asocia a un significado.
En el ejercicio de su rol, el coordinador/a deberá conocer aspectos vinculados a la transferencia y
contratransferencia que derivan de sus funciones.
Respecto a la modalidad con la que cada coordinador/a ejerce su rol, rescatamos los aportes de
Brichetto, quien describe siete estilos de ejercer el rol de coordinador/a: Protector/a o paternalista;
Autocrítico/a o autoritario/a; Demagógico/a o seductor/a; Dependiente o autoritario/a invertido/a;
evitador/a o guitarrero/a; abandónico o Laissez-faire; Acompañante-copensor/a o democrático/a.
A partir de nuestras experiencias con los grupos hemos podido observar algunas características y
efectos de los tres tipos de coordinación más frecuentes en grupos: los estilos autoritarios, permisivo
(o laissez-faire) y democrático.
El/la coordinador/a autoritario/a interrumpe, da su opinión personal, utiliza frases tales como "no es mi
problema", pone distancia excesiva; dice "no" antes de iniciar sus intervenciones, no valora opiniones y
saberes, no deja hablar, limita, no fomenta la comunicación, intimida. Genera un clima hostil, provoca
confusión; estimula la rebeldía; genera violencia, impotencia o bronca.
El/la coordinador/a permisivo/a utiliza frases como "si quieren empezamos" "cuando quieran", entre
otras. Su posición corporal es muchas veces sentado/a hacia atrás, está como ausente, no ofrece
ayuda, improvisa; deja todo abierto y sin resolver. Genera en el grupo la sensación de desinterés; nada
le importa; ausencia de compromiso, etc.
El/la coordinador/a democrático/a suele adoptar una posición corporal plástica; se sienta hacia
adelante, sostiene la mirada, hace pausa, deja hablar, pregunta "qué les parece" "qué más"; promueve
acuerdos; reconstruye desde la pluralidad; devuelve las preguntas y genera otras; conduce; es
horizontal. Su actitudes genera en el grupo el sentirse "habilitados/as", contenidos/as, genera calidez.
Con respecto a las intervenciones del/las coordinador/a, diremos que utiliza, básicamente,
señalamientos, interpretaciones, silencios, interrogaciones e informaciones.
La interrogación es un recurso muy utilizado en la actividad grupal, así como en la entrevista. Consiste
en la formulación de preguntas que orientan al grupo hacia el tratamiento pertinente de la temática. Se
trata por lo general de la utilización de preguntas abiertas, para que a partir de un proceso inductivo, la
respuesta sea deducida por el grupo. El suministrar información permite aclarar errores conceptuales.
La interpretación consiste en una lectura de los aspectos latentes de una situación grupal, y su
utilización requiere no solo de un sólido entrenamiento teórico y técnico, sino también de un celoso
cuidado y respeto por el/la otro/a. Los silencios son utilizados ante situaciones de bloqueo o para
vencer mecanismos defensivos. Puesto que suelen producir una intensa movilización, su utilización
requiere también de un sólido entrenamiento.
Finalmente diremos que es necesario trabajar sobre el significado que adquieren las palabras e ideas,
para evitar sobreentendidos que conducen a malentendidos y que obturan la comunicación grupal.
Capítulo 4: Rol del/la observador/a de grupos
Extensa bibliografía da cuenta de la observación como técnica de recolección de información- En el
campo grupal dicha étnica nos sirve para recopilar aquellos indicadores que surgen del mismo, los
cuales no solo se encuentran mediatizados por los símbolos lingüísticos, sino también por
representaciones actitudinales.
La observación como técnica de intervención grupal tiene un objetivo y una guía de observación. Debe
plantearse un objetivo de observación y basarse en un marco teórico determinado. Ello no descarta
que la acción sea llevada a cabo con creatividad y flexibilidad.
El/la observador/a es uno/a de los/as integrantes del equipo de coordinación de grupos. Participa de la
planificación de las actividades o debe estar informado previamente al encuentro grupal sobre el
diagnostico grupal y los objetivos del mismo.
La función del observador implica tanto un registro de datos como una labor interpretativa de esos
datos. Ante la pregunta ¿Qué miramos? La respuesta siempre habrá de depender del objetivo de la
observación.
La utilización de esta técnica implica el compromiso de todos los sentidos posibles, ya que no se trata
de un mirar, escuchar o percibir ingenuo o un "observar espontáneo", sino de un mirar, escuchar y
sentir consciente. Considero prudente, entonces, tener en cuenta que la/el observadora/or se incorpora
al ejercicio del rol de observación del campo grupal con un bagaje de información y de pre-conceptos
que inciden en la objetividad de las tareas. Hace a una actitud profesional conocer esto con
anticipación para que las hipótesis que se elaboren sean perfectibles.
La vista
La mirada sobre el contexto donde se establece el grupo
El/la observador/a debe proponerse conocer donde está ubicado/a mirando. Ello implica la descripción
de: la infraestructura edilicia (Si el espacio permite la tarea grupal con relación a metros y números de
participantes); La descripción de la organización e institución (Actividades que realiza la institución,
historia de la apertura de la grupalidad, vinculación con la institución); Coyuntura en la que se
establece la tarea grupal (El contexto histórico en el cual se desarrolla la actividad grupal).
La escucha
La escucha interna del/la observador/a
Es valioso que la persona que oficie de observador/a tenga o quiera emprender una práctica de
escucha interior. Un ejercicio simple consiste en reconstruir cómo transcurrió el día antes de llegar al
grupo. Estas apreciaciones cognitivas sobre lo que se observó auditivamente en demasía y lo que se
obvió, deben figurar en las crónicas para saber en que situación se encontraba el/la observador/a ese
día y pulir desde allí las hipótesis elaboradas.
Las sensaciones
La observación de las sensaciones compete exclusivamente al registro de lo interpretativo en el plano
grupal. El integrante del grupo que vehiculiza estos indicadores generalmente es el/la portavoz.
Registro en la observación
La observación debe tender a un registro lo más objetivo posible, pero aquellos aspectos o cuestiones
que son inherentes a la persona del/la observador/a deben ser registrados de modo de poder
discriminar cuanto pertenece al campo de los descriptivo y cuanto al campo de lo interpretativo.
La forma de registrar varía de acuerdo a quien observa; si bien nosotros sugerimos a los fines
didácticos dividir la crónica grupal en dos campos, uno descriptivo y otro inferencial.
Elizalde describe cuatro estilos de observar: descriptivo, evaluativo, erudito e imaginativo.
• Descriptivo: Es aquel estilo que pone énfasis en la mera descripción, sin realizar una evaluación e
interpretación de lo observado.
• Evaluativo: Tendencia a juzgar.
• Erudito: Aportación de información innecesaria con afán de saberlo todo.
• Imaginativo: Distorsión de la realidad.
Aspecto descriptivo
Información detallada, clara y precisa de lo efectivamente observado en función de los objetivos que
guían la tarea.
Aspecto inferencial
Discriminación de lo efectivamente observado, de lo que simultáneamente se infiere acerca de lo
observado. Es importante explicitar las inferencias y describir los observables en los que se basan.
Aspecto valorativo
Los elementos valorativos deben incorporarse al registro de modo tal que aporten información de
calidad. De este modo, las adjetivaciones tenderán a ser descriptivas y no evaluativas.
Aspecto contextual
Deben explicitarse las circunstancias que rodean el proceso observado, tales como: quienes, donde,
cuando, en qué momento y bajo qué condiciones se produce la situación observada.
Evaluación grupal
¿Hay grupos buenos y grupos malos?
La evaluación es entendida como un proceso de reflexión que se fundamenta en diferentes
modalidades sistemáticas de recolección, análisis e interpretación de información.
La construcción grupal, su dinámica, no tiene apreciaciones valorativas de orden moral, simplemente
"es". El grupo es, y en ese ser, va atravesando diferentes etapas que hacen que el equipo coordinador
lo acompañe respetando los tiempos grupales.
Con el objetivo de que el taller sea un espacio de aprendizaje compartido, algunas hipótesis o dudas
registradas en la crónica deben ser "devueltas al grupo".
La devolución debe fundamentarse sobre marcos teóricos y empíricos. No es una interpretación
cerrada sobre el proceso grupal, lo que se construye son diferentes hipótesis que el/la observador/a
pone a consideración del grupo.
La observación es un tipo de versión, una mirada, un punto de vista, una apreciación de los diferentes
procesos por los que atraviesa el grupo. No es solo una, puede haber otras miradas con relación a una
misma dinámica, ya que ella depende del/la observador/a.
Devolución del proceso grupal
El equipo coordinador puede hacer una devolución de los trabajado al finalizar cada reunión. Es el
momento en donde el rol del/la observador/a parece tomar mayor relevancia que el rol coordinador, ya
que su función al inicio del proceso aparece para el grupo como inquietante.
La intervención en el campo de lo grupal plantea límites y muchas veces se podrían cometer excesos
no intencionales, en los cuales se coloca a los/as participantes en situaciones confusas que generan
obstáculos de difícil resolución. Por lo tanto, la conciencia ética debe atravesar como prioridad esta
forma de trabajo, desde la planificación, hasta la evaluación.
El análisis de las consultas de adolescentes relativas a los problemas de OV, revela q gran parte de
los conflictos se refieren a la carencia de información con respecto a su futuro.
Los recursos y técnicas de q se vale el psicólogo para satisfacer esta necesidad se engloban bajo la
denominación genérica de Información ocupacional.
• Transmitir información
• Corregir las imágenes distorsionadas q ya tiene el adolescente sobre el mundo adulto. Las fallas o
déficit de información obedecen a factores:
a) Intrapersonales: características de personalidad, de la edad q atraviesa, factores cognitivos,
afectivos, etc.
b) Interpersonales: la distorsión surge de los trastornos en los procesos de identificación con otros
significativos, cuyas características son desplazadas a las profesiones o actividades q ejercen.
El adolescente posee información, pero ésta se halla distorsionada y por lo tanto la tarea de
esclarecimiento debe estar necesariamente integrada con el suministro de nueva información. El
psicólogo clínico tendrá q operar simultáneamente sobre ambas fuentes de error: los conocimientos de
q carecen el adolescente y las actitudes y ansiedades q distorsionan la información q posee.
Los prejuicios del adolescente y la distorsión de las imágenes de la realidad ocupacional derivada de
aquellos expresan no sólo las características personales de quien consulta sino q son a la vez
emergentes del contexto social del cual forma parte el adolescente.
La estructura ocupacional de una determinada comunidad es internalizada por sus miembros bajo la
forma de imágenes ocupacionales q guardan una relativa correspondencia con la estructura del orden
institucional producción. Esta imagen se desarrolla posiblemente de un modo inconsciente en los
diferentes ámbitos de socialización tanto informales (familia, grupo de pares) como formales (escuela,
colegio, universidad), los q son por lo tanto vehiculizadores de la relación global individuo-sociedad.
El suministro de información se relaciona tanto con “lo externo” como con “lo interno”; por eso los
objetivos de la información no consisten solamente en brindar información: deberán tener en cuenta
simultáneamente qué informar, quién es el sujeto al q se debe informar, cuál es su historia personal,
cuáles son los motivos de las distorsiones q presenta, de sus conocimientos parciales, prejuiciosos y
distorsionados; cómo informar, cuánto informar y cuándo llevar a cabo esta tarea.
Quién será el receptor de la información: el adolescente posee más información de la q cree. Su paso
por el secundario le ha brindado un contacto parcial y teórico con las distintas áreas del conocimiento
científico. Cómo informar: la información deberá suministrarle en lo posible de modo tal q exija la
participación activa del adolescente mediante el análisis, la síntesis y la integración de los
conocimientos q se le suministren. En cuanto a Qué informar, el adolescente necesita conocer:
II-. La información debe incluir la relación existente entre las distintas actividades.
IV. La información debe centrarse en las carreras, entendidas como medios para acceder a actividades
científicas, técnicas y profesionales: cuál es la organización de las carreras, sus objetivos generales y
específicos, los ciclos q abarca (introductoria, básico, de especialización); organización académica
(espacio, tiempo, roles, tareas), contenidos básicos de las materias, requisitos para el ingreso,
permanencia y egreso, etc.
Nora Sturm define el rol del psicólogo en la tarea de información: “El psicólogo q realiza la tarea de
información como parte del asesoramiento vocacional ayuda al adolescente a acercarse a la realidad
en forma paulatina y metódica, asesorándolo en la construcción de un marco de referencia sobre
bases objetivas, poniendo orden en sus conocimientos, promoviendo la destrucción de viejos
esquemas estereotipados y distorsionados acerca de las profesiones, ayudándolo a valorizar sus
experiencias anteriores para q pueda utilizarlas en la construcción de nuevas pautas para el futuro”.
Para el desempeño de este rol se requiere q el psicólogo posea información exhaustiva sobre la
organización de los ciclos superiores de enseñanza, así como sobre las ocupaciones y relaciones
entre las mismas. Es evidente q el psicólogo no puede disponer de todos los conocimientos
necesarios. Por lo tanto, su tarea consistirá en suministrar la información q considere necesaria,
esclareciendo las distorsiones q esta información diera lugar y en vincular al adolescente con otras
fuentes de información para suplir las carencias de información del profesional. Estas fuentes son de
naturaleza oral (profesionales universitarios, profesores, estudiantes de la carrera) y de naturaleza
escrita (libros, artículos, guías, monografías, folletos y recortes periodísticos).