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LA PROHIBICION DEL INCESTO Y SUS ORIGENES.

Adán Hernández Cruz.


El incesto es un tema de debate que ha girado en boca de muchas disciplinas a lo largo del tiempo, su
prohibición se ha dado en varias culturas calificándolas de prácticas que carecen totalmente de
moralidad, pero también ha habido sociedades en las que el incesto se da de una forma contradictoria
hacia sus mismas prohibiciones. Esto anterior genera la cuestión de saber realmente en que se basa la
prohibición del incesto, de donde surge, y donde podemos trazar un origen.

La propuesta que se hace a continuación se basa en que la religión es el motor del cual muchas
instituciones, comportamientos, prácticas y obtención de conocimiento se han derivado, al menos en
algún grado, de esta; Pues bien es ideal hablar de la prohibición del incesto para regresar finalmente a
la religión; Durkheim nos dirá el origen de la prohibición del incesto, se encuentra en la ley de la
exogamia, dicha ley prohíbe a las personas de un mismo clan unirse sexualmente, esta prohibición, no
se basa entonces en la unión por parentezco consanguíneo, sino acá el parentezco se dará de una forma
eminentemente social, personas organizadas en un clan que de acuerdo a sus estándares son parientes
por compartir algo en común: un tótem. Es decir, la exogamia prohibía unirte a personas de tu clan por
compartir un tótem: un hombre con tótem de un lobo, no puede unirse a una mujer portadora del
mismo. A partir de aquí y por los mismos sistemas de clasificaciones en clanes primarios, secundarios,
uterinos y agnaticios, la ley de la exogamia se va complejizando y expandiendo increíblemente,
recordemos que Durkheim habla tanto de las tribus australianas, pero también hará uso de otras formas
de exogamia en diferentes sociedades: árabes, iroqueses, hebreos, entre el islam, etc. Solo para poner
un breve ejemplo de esta clasificación de la exogamia vemos a los Tlinkits, en América del Norte, una
fratría dividida en dos grupos que a su vez se divide cada uno de ellos en cinco clanes con un tótem
diferente, prohíbe a miembros de un mismo grupo unirse sexualmente entre ellos, aveces sólo entre
algunos, limitando así las posibilidades para encontrar esposo o esposa; lo mismo se ve entre los New
Norcia, en la Australia Occidental, otro tipo de ley exogámica donde se trata de explicar limites en las
edades de los clanes para que un abuelo no se emparente con sus nietos, el traslado de las mujeres de
un clan con un tótem diferente para vivir en el clan del esposo, donde aunque los hijos mantengan un
tótem de la madre serán educados en territorio diferente, y por lo tanto la ley de la exogamia debe
transformarse; en fin se pueden dar demasiados ejemplos, basta con decir que la ley de la exogamia se
manifiesta como la explicación a la prohibición del incesto, producto del totemismo como sistema
religioso primordial.

Del clan surge el totemismo, como una expresión de la sociedad, que va a representar precisamente al
clan, lo mismo que sucede con la religión; el Tótem, compartido por los miembros de un clan, posee
el poder de simbolizar a toda esa sociedad, y es considerado un antepasado divinizado, este antepasado
puede ser un animal, algún astro dentro de la bóveda celeste, o incluso plantas y vegetación, como sea,
aquellos que poseen un tótem en particular tienen derecho a poseer ese poder, cualidades y
características que dicho antepasado portaba; por esta razón, aquellos animales, plantas y objetos
asociados al tótem de un clan, puede considerarse sagrado, y por lo tanto no se pueden consumir; lo
que está fuera de estos objetos son cosas mundanas, o en otras palabras, profanas: aquí entra el tabú.
Se define a aquello que no se puede tocar por ser considerado sagrado, so pena de un castigo grave
infringido por un poder divino al cual se le carga el tabú, aveces incluso la misma sociedad toma el
papel de juez para juzgar al profano que tocó el tabú, incluso con la muerte. En este sentido del tabú y
del tótem, se hace evidente desde una postura religiosa el porqué del tabú del incesto; En un clan, una
persona portadora de un tótem al tener el poder y las características de dicho tótem, igualmente es una
representación del tótem humanizada, un dios en sí mismo, es el tótem en vida, y por lo tanto los
aspectos corporales de esta persona se enaltecen, uno de estos elementos es la sangre.

La sangre ha adquirido un tabú religioso como una manifestación del tótem, por ello, toda
manifestación de sangre ha quedado bajo prohibición de ser tocada; las mujeres juegan un papel muy
importante en la prohibición del incesto, pues su sangre se considera sagrada, se ha hecho todo un tabú
social alrededor de la sangre menstrual así como en el parto, aislando a las mujeres de todo contacto
con los hombres, con el suelo, y con el mundo en general; entre los judíos se expresa al apartar a las
mujeres al no tener contacto con ellas por 7 días en esos periodos, y en muchos otros lugares
encontramos ejemplos similares: quemar todos los utensilios que use la mujer, su ropa, apartarlas del
sol, de los hombres y que no se volteen ni a ver, en fin, tomar a una mujer por esposa equivale tomar
la sangre de un mismo tótem, y por lo tanto no es bueno, por ello, tomar a otra mujer de otro clan con
otro tótem es lo ideal, pues su tótem no tiene el mismo valor ritual y religioso como el propio.

Hay quienes objetarán que esta explicación es una excusa para justificar la opresión de la mujer en las
sociedades desde tiempos inmemoriales, sin embargo, hay que recordar también que para Durkheim
la sociedad constituye los comportamientos y pensamientos de una persona inmiscuida en una
comunidad que le somete estos pensamientos y creencias, mismos que se naturalizan y llegan a ser
acomodados, naturalizados y normalizados como ciertos, pues la sociedad impone ideas que se
manifiestan desde el momento de nacer, sin embargo es un debate abierto que permite otras posturas;
por el otro lado, no hay que negar que las postura de que en la religión se encuentra el origen de la
prohibición del incesto desde la ley exogámica que plantea Durkheim es coherente hacia su análisis de
la religión como un hecho social del cual se pueden entender otros hechos sociales desde una
retrospectiva hacia las formas más primarias de las instituciones sociales.

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