El primer valor que se hace evidente en la película, es la modestia; visible en
la vestimenta de las mujeres. Se aprecia cómo las mujeres y los hombres se acogen a diferentes parámetros culturales a la hora de vestirse. Los hombres portan ropa más reveladora, y en algunos casos más occidental; es permitido que anden con el cabello descubierto, y nunca tienen que esconder su rostro bajo alguna prenda. Sin embargo, las mujeres son requeridas a usar vestimentas que las cubran completamente, además del uso del hiyab para cubrir su cabellera. También dentro del rol de la mujer en el matrimonio hay valores como la obediencia, la fidelidad y la responsabilidad. Ella está obligada a obedecer a su marido en todo momento, bajo amenaza de violencia psicológica y física. También es juzgada mucho más severamente que el hombre en casos de adulterio. Era común oír en la muchedumbre mientras se lapidaba a Soraya, que ella había embrujado al hombre para que tuvieran relaciones extramaritales. También se encuentran las llamadas “obligaciones” de la esposa con su pareja. Esto casi un eufemismo para describir el deber social que tiene ella de satisfacerlo sexualmente. Labores domésticas también quedan relegadas exclusivamente a la mujer. Siendo ejemplo de esto el hombre que al cuya esposa morir, quedó necesitado de alguien que le cocinara y cuidara a su hijo. Concerniente al matrimonio, también se puede destacar el rol del hombre en la familia. Aquí encontramos valores como el liderazgo y la responsabilidad; también está la fidelidad, pero es evidente como se es sumamente flexible con el hombre en este aspecto en las sociedades musulmanas. El hombre tiene que ser proveedor de los recursos que se necesiten. Tiene que “dirigir” a su mujer y a sus hijos, lo que significa que le está permitido el abuso físico de ellos, con tal de asegurar su obediencia en las decisiones que él tome. Al hombre no se le trata de manera estricta en asuntos de adulterio, pudiendo hacer alarde de otras mujeres en público sin que la justicia estatal- religiosa lo sancione. Otro valor presente es el respeto a los muertos en las tradiciones mortuorias islámicas. El viudo no pudo ver el cuerpo de su esposa fallecida por cuanto Sara le recordó que no era permitido por la “tradición”. También está presente el valor de la santidad en las prácticas religiosas como las oraciones. Todos estos valores se encuentran dentro de la teoría objetivistas. Esta teoría dicta que los valores son absolutos. Existen en sí y no para mí, por cuanto dependen del objeto y no del sujeto; aunque sea este último el único capaz de captarlo. Son perfectos y atemporales. Las discrepancias que hay entre las diferentes sociedades no son entre los valores, sino entre los bienes, quienes son portadores de los mismos. Los bienes son imperfectos y perecederos. Para determinar los valores, se utiliza un método apriorístico. Las sociedades islámicas toman como fuente de sus valores morales las normas escritas en el Corán. Según la teología musulmana, debido al carácter sagrado de este libro, es aquí donde está estipulado los lineamientos objetivos para la regulación conductual del ser humano. El valor de la modestia vista en la vestimenta, siguiendo los parámetros de categorización de Scheler; se puede 2
describir como un valor espiritual. Debido a que entra en cuestiones de la estética de
cómo vestir. Los valores presentes en el matrimonio entrarían dentro de la categoría de valor de lo agradable. Por cuanto en estas sociedades, tiene que ver con alcanzar cierta estabilidad económica, así como para satisfacer necesidades sexuales. El respeto en las tradiciones mortuorias se pueden ver dentro de la categoría de valor espiritual. Ya que son valores culturales donde se le da cierta estética a la muerte. Por último la santidad sería un valor religioso. Esta tienen que ver con los sacramentos, con lo que se considera divino y sagrado e intervienen sentimientos como la fe, la beatitud y la piedad. Todos estos valores por cuanto están dentro de un marco cultural sumamente religioso y dogmático; y además están reguladas por textos sagrados dentro de dicha sociedad, oscilan entre la polaridad de bueno-malo, dejando así claro que son normas morales.
Es interesante ver como dentro de las sociedades musulmanas ortodoxas,
existe un férreo sistema normativo machista y patriarcal, que se ve en todas las esferas de dicha cultura incluyendo el Estado. Aunque es visible en la película como se refieren al tiempo anterior a la revolución de 1979, donde existía cierto laicismo en la jurisprudencia estatal; y los crímenes morales tenían castigos mucho más ligeros, como una multa o trabajo comunitario. También resulta pertinente observar cómo esta cultura de la dominancia masculina es perpetuado desde la infancia, donde incluso se producen rupturas en la familia debido a que el padre pone a sus hijos varones en contra de la madre; como fue el caso de Alí. Además también hay mujeres que en vez de rechazar dicho sistema, o por lo menos darse cuenta de la opresión de la que son víctimas; no dudan en participar activamente en prácticas donde el valor de la mujer es nulo frente al del hombre y sus juicios; como la lapidación por adulterio. Toda esta cultura machista se hace presente en la película en frases como “no vales nada mujer” o “las mujeres son culpables y los hombres inocentes”. Todo esto hace preguntar, ¿qué hace falta para que surja una lucha reivindicativa por los derechos de la mujer en los países islámicos?, y nosotros que vivimos en sociedades donde estas prácticas están virtualmente obsoletas; al menos en el ámbito estatal, ¿qué podemos hacer para crear presión y exponer internacionalmente hechos atroces como este? Sin duda hace falta más acción para frenar que estas tragedias ocurran, y que queden impunes los perpetuadores.