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Joel Diaz Suero B92632

Análisis sobre “La lapidación de Soraya”

El primer valor que se hace evidente en la película, es la modestia; visible en


la vestimenta de las mujeres. Se aprecia cómo las mujeres y los hombres se acogen
a diferentes parámetros culturales a la hora de vestirse. Los hombres portan ropa más
reveladora, y en algunos casos más occidental; es permitido que anden con el cabello
descubierto, y nunca tienen que esconder su rostro bajo alguna prenda. Sin embargo,
las mujeres son requeridas a usar vestimentas que las cubran completamente,
además del uso del hiyab para cubrir su cabellera.
También dentro del rol de la mujer en el matrimonio hay valores como la obediencia,
la fidelidad y la responsabilidad. Ella está obligada a obedecer a su marido en todo
momento, bajo amenaza de violencia psicológica y física. También es juzgada mucho
más severamente que el hombre en casos de adulterio. Era común oír en la
muchedumbre mientras se lapidaba a Soraya, que ella había embrujado al hombre
para que tuvieran relaciones extramaritales. También se encuentran las llamadas
“obligaciones” de la esposa con su pareja. Esto casi un eufemismo para describir el
deber social que tiene ella de satisfacerlo sexualmente. Labores domésticas también
quedan relegadas exclusivamente a la mujer. Siendo ejemplo de esto el hombre que
al cuya esposa morir, quedó necesitado de alguien que le cocinara y cuidara a su hijo.
Concerniente al matrimonio, también se puede destacar el rol del hombre en la familia.
Aquí encontramos valores como el liderazgo y la responsabilidad; también está la
fidelidad, pero es evidente como se es sumamente flexible con el hombre en este
aspecto en las sociedades musulmanas. El hombre tiene que ser proveedor de los
recursos que se necesiten. Tiene que “dirigir” a su mujer y a sus hijos, lo que significa
que le está permitido el abuso físico de ellos, con tal de asegurar su obediencia en
las decisiones que él tome. Al hombre no se le trata de manera estricta en asuntos de
adulterio, pudiendo hacer alarde de otras mujeres en público sin que la justicia estatal-
religiosa lo sancione. Otro valor presente es el respeto a los muertos en las tradiciones
mortuorias islámicas. El viudo no pudo ver el cuerpo de su esposa fallecida por cuanto
Sara le recordó que no era permitido por la “tradición”. También está presente el valor
de la santidad en las prácticas religiosas como las oraciones.
Todos estos valores se encuentran dentro de la teoría objetivistas. Esta teoría
dicta que los valores son absolutos. Existen en sí y no para mí, por cuanto dependen
del objeto y no del sujeto; aunque sea este último el único capaz de captarlo. Son
perfectos y atemporales. Las discrepancias que hay entre las diferentes sociedades
no son entre los valores, sino entre los bienes, quienes son portadores de los mismos.
Los bienes son imperfectos y perecederos. Para determinar los valores, se utiliza un
método apriorístico. Las sociedades islámicas toman como fuente de sus valores
morales las normas escritas en el Corán. Según la teología musulmana, debido al
carácter sagrado de este libro, es aquí donde está estipulado los lineamientos
objetivos para la regulación conductual del ser humano. El valor de la modestia vista
en la vestimenta, siguiendo los parámetros de categorización de Scheler; se puede
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describir como un valor espiritual. Debido a que entra en cuestiones de la estética de


cómo vestir. Los valores presentes en el matrimonio entrarían dentro de la categoría
de valor de lo agradable. Por cuanto en estas sociedades, tiene que ver con alcanzar
cierta estabilidad económica, así como para satisfacer necesidades sexuales. El
respeto en las tradiciones mortuorias se pueden ver dentro de la categoría de valor
espiritual. Ya que son valores culturales donde se le da cierta estética a la muerte.
Por último la santidad sería un valor religioso. Esta tienen que ver con los
sacramentos, con lo que se considera divino y sagrado e intervienen sentimientos
como la fe, la beatitud y la piedad. Todos estos valores por cuanto están dentro de un
marco cultural sumamente religioso y dogmático; y además están reguladas por
textos sagrados dentro de dicha sociedad, oscilan entre la polaridad de bueno-malo,
dejando así claro que son normas morales.

Es interesante ver como dentro de las sociedades musulmanas ortodoxas,


existe un férreo sistema normativo machista y patriarcal, que se ve en todas las
esferas de dicha cultura incluyendo el Estado. Aunque es visible en la película como
se refieren al tiempo anterior a la revolución de 1979, donde existía cierto laicismo en
la jurisprudencia estatal; y los crímenes morales tenían castigos mucho más ligeros,
como una multa o trabajo comunitario. También resulta pertinente observar cómo esta
cultura de la dominancia masculina es perpetuado desde la infancia, donde incluso
se producen rupturas en la familia debido a que el padre pone a sus hijos varones en
contra de la madre; como fue el caso de Alí. Además también hay mujeres que en vez
de rechazar dicho sistema, o por lo menos darse cuenta de la opresión de la que son
víctimas; no dudan en participar activamente en prácticas donde el valor de la mujer
es nulo frente al del hombre y sus juicios; como la lapidación por adulterio. Toda esta
cultura machista se hace presente en la película en frases como “no vales nada mujer”
o “las mujeres son culpables y los hombres inocentes”. Todo esto hace preguntar,
¿qué hace falta para que surja una lucha reivindicativa por los derechos de la mujer
en los países islámicos?, y nosotros que vivimos en sociedades donde estas prácticas
están virtualmente obsoletas; al menos en el ámbito estatal, ¿qué podemos hacer
para crear presión y exponer internacionalmente hechos atroces como este? Sin duda
hace falta más acción para frenar que estas tragedias ocurran, y que queden impunes
los perpetuadores.

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