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TEMA 5. EL ABOGADO Y SUS DEBERES PROFESIONALES.

El abogado es el profesional que ejerce la defensa jurídica en un juicio, así como


los procesos judiciales y administrativos ocasionados o sufridos por ella.

¿QUIÉN ES ABOGADO?
En el ejercicio se presentan infinidades de dificultades, el profesional debe tener
la preparación suficiente para enfrentarla, dentro de ella están los problemas complejos
vías chicanas que es la más condenable de todas. Chicanas significa: triquiñuela, arteria,
mentira, enredo y embuste. El profesional del derecho debe enfrentar estas situaciones
aplicando los principios deontológicos.

SU EJERCICIO Y SU FUERZA INTERIOR.


La fuerza que no hallemos en nosotros mismos no se hallará en ninguna parte, ya
que fuera de nosotros están toda clase de sugestiones: el doctrinarismo contradictorio
para sembrar la duda, el sensualismo para perturbar nuestra moral, la crítica para
desorientarnos, el adversario para desconcentrarnos, la injusticia para enfurecernos.
¿Qué pasa cuando se nos plantea un caso y hemos de formar opinión y trazar un plan?:

1( Sentimos que una voz interna nos dice "cuidado! no tengas el atrevimiento de juzgar
sin leer lo que dicen los autores y consultar la jurisprudencia y escuchar el parecer de tu
docto amigo Fulano" y es así como esta voz nos induce a perder el sentido propio a puro
recabar los ajenos.

SITUACIONES Y DIFICULTADES QUE SE PRESENTAN EN LA


PROFESIÓN.

En el ejercicio se presentan infinidades de dificultades, el profesional debe tener la


preparación suficiente para enfrentarla, dentro de ella están los problemas complejos
vías chicanas que es la más condenable de todas. Chicanas significa: triquiñuela, arteria,
mentira, enredo y embuste. El profesional del derecho debe enfrentar estas situaciones
aplicando los principios deontológicos.

Dificultades:
1) La falta de jueces o más bien salas y personal administrativos para el despacho de los
asuntos judiciales. Los tribunales nacionales, principalmente los de los pueblos como
Santiago, La Vega, San Cristóbal, La Romana, Higuey y otros, están abarrotados de
trabajos, es decir, una sola sala contiene miles de expediente pendiente de decisión. Un
solo juez tiene que conocer un listado de hasta 35 audiencias civiles; lo cual es
humanamente imposible atender con calidad.

2) Otra dificultad es una serie de actuaciones absurdas que son exigidos hacer para
tramitación de ciertos servicios. Tal es el caso de la certificación de firmas de un
notario. En ninguna parte de ninguna ley exigen que la firma de un notario haya que
certificarla ante la Procuraduría, sin embargo, los abogados no han sido capaces de
liberarse de esta dificultad.

3) La dificultad más difícil es la que se presenta con los familiares de un cliente que lo
condenaron y sus familiares entendían que saldría en libertad, ya que ellos alegan que es
inocente, entonces deciden no pagar la otra parte de los honorarios convenidos.

¿LA ABOGACÍA ES UN ARTE O UNA CIENCIA?

Desde que Mario Bunge estableció conceptualmente la diferencia entre ciencias


formales y ciencias fácticas, quedó cuando menos afianzado en perspectiva que las
ciencias formales demuestran o prueban, en tanto que las ciencias fácticas verifican,
confirmando o no, hipótesis que en la mayoría de casos son provisionales. La lógica y la
matemática, como ciencias formales, no se ocupan de los hechos sino tratan de entes
ideales. Sus objetos son formas. Son, por tanto, ciencias deductivas; las ciencias
fácticas, a su turno, se refieren a recursos y procesos. El conocimiento fáctico, de esta
forma, es esencialmente probable.

A tenor de lo expuesto, podemos esbozar que el Derecho es esencialmente una


ciencia fáctica. Su campo de acción está constituido por la interacción de diversas
instituciones jurídicas, representadas por las relaciones entre seres humanos. El Derecho
regula declarando intereses, unas veces, y otras, imponiendo conductas en forma
restitutoria o resarcitoria. Es este último segmento el que nos interesa en razón de que es
a través de las decisiones judiciales que se expresa la fuerza coercitiva del Derecho, en
la medida que, muchas veces, impone conductas a las partes involucradas en un
conflicto de intereses.

EL ABOGADO PROFESIONAL LIBERAL E INDEPENDIENTE.


Por su sentido lógico, las profesiones liberales lo son porque se ejercen con
libertad y en la libertad tienen el más importante atributo; esto produce el fenómeno de
que juntamente con el derecho del cliente a ser atendido nazca el del profesional a ser
respetado y que paralelamente a la conveniencia del uno vaya el prestigio del otro. El
arquitecto no trazará los planos que el propietario le mande, ni el médico prescribirá el
tratamiento que el enfermo le pida, si el gusto de quien paga puede perjudicarle o
perjudicar la buena fama del técnico. Pues con el abogado ocurre otro tanto; el abogado
ha de sentirse colocado - siempre y en todo momento- en un grado de superioridad
sobre su defendido -como el confesor, como el tutor, como el gerente-, por eso ha de
huir cuidadosamente de los siguientes peligros:

1 (Del pacto de cuota litis -que la opinión pública por regla general reprueba-. No
es que esta forma de remuneración sea sustancialmente absurda o inmoral; lo que la
hace condenable es que arranca al abogado su independencia, haciéndole partícipe en el
éxito y en la desventura. Procedemos con serenidad sabiendo que lo que se nos premia
es nuestro trabajo, cualquiera que sea su resultado; pero perdemos la ecuanimidad y se
nos nubla el juicio y no distinguimos lo lícito de lo ilícito, si incidimos en la alternativa
de ver perdido nuestro esfuerzo o lograr una ganancia inmoderada. La retribución del
trabajo es sedante; la codicia es hervor, inquietud, ceguera. El abogado que a cada hora
se diga "si gano este pleito, de los diez millones me llevaré cinco", se adapta más a la
psicología de los jugadores que a la de un abogado.

2 (De la persona a quien se ama. ¿Quien resiste a la súplica del ser amado?, ¿qué no
podrán hacer sobre nuestra alma sus ojos tristes, su voz quebrada y sobre todo sus
lágrimas de cocodrilo?. Recordemos que el enamoramiento es rendimiento, pleitesía,
encadenamiento y servidumbre; y el que padece tan graves minoraciones de su albedrío,
nada puede dirigir ni de nada puede responder. (Ya CUPIDO sólo por ser ciego es un
peligro, ¡si además vistiera toga sería un desastre!).
3 (De la familia. La franca libertad con que se inmiscuyen en nuestra vida hermanos,
abuelos, tíos o sobrinos, les faculta en caso de pleito para fiscalizar cada uno de nuestros
actos -¿Por qué no presentas una denuncia?, ¡a mi me parece que eso es un delito!, ¡yo
en tu lugar haría más duro ese escrito y si por mi fuera promovería un incidente!- y si a
eso le sumamos que no hay hora fija para escuchar la consulta, ni facilidad para desistir
de la defensa... y le agregamos además el asunto del cobro de los honorarios por
servicios. Todo hay que decirlo: hay parientes comedidos y prudentes que respetan la
libre iniciativa tanto y más que un extraño; pero, son la excepción. Por eso mejor que
digan que "en casa del herrero hay cuchillo de palo".

4 (Del sueldo. El abogado que percibe un salario fatalmente ha de verse obligado a


defender cuanto le manden, con lo que al dimitir la libertad se pone en riesgo la
integridad. Nunca es tan austero ni tan respetado un abogado como cuando rechaza un
asunto por no parecerle justo; ¿y puede hacerlo quien recibe una retribución fija?,
¿cómo justificaría la percepción de los salarios percibidos?. -Los abogados que sirven
en las grandes empresas o en las instituciones oficiales saben muy bien los conflictos de
conciencia que se padecen y aun las situaciones violentas que se atraviesan, teniendo
que defender todo lo que gustan pleitear quienes pagan- ([23]).

5 (De la política. El abogado -como todo ciudadano- ha de tener en materia política su


opinión y su fe; mas conviene educar a la juventud -contrariamente a lo que con
nosotros se hizo- en la alta conveniencia de separar el foro de los negocios públicos.
Que la política sea una carrera ya está superado y a los políticos concierne, pero que sea
un medio para que los abogados hagan carrera es un concepto bárbaro. Raro y poco fácil
es que quienes se afilien bajo una bandera, acatan una jefatura y buscan un porvenir -y
esto es más lamentable- no sufran cuando menos una deformación de juicio que les haga
ver buenas todas las causas que benefician a su credo y perversas cuantas lo
contradigan; esto sin contar con los compromisos, presiones y acosos que el partidismo
hace gravitar sobre el abogado, y sin contar tampoco con la frecuente complicación que
se produce entre asuntos forenses e intereses políticos.

LA DEONTOLOGÍA EN EL PROFESIONAL DEL DERECHO.


La deontología es la disciplina que se ocupa de los deberes de los profesionales. En el
caso de los abogados se trata de una multiplicidad de deberes como son aquellos
consigo mismo, con la sociedad, con la profesión, con los clientes, con los colegas, con
los jueces, con la entidad gremial. Es aquella parte de la ética profesional que se ocupa
de los deberes morales de los abogados, de los deberes de estos servidores del derecho.

Analizar y valorar la moral del abogado y su actuación en el ejercicio profesional en


relación con los principios deontológicos y su relación con los clientes, colegas y demás
personajes del proceso jurídico.

EL ABOGADO, SUS DERECHOS Y PRIVILEGIOS.


Implica el análisis de tres aspectos, ellos son:

a) Obligatoriedad y Monopolio del Ministerio de Abogado


La ley exige la presencia del abogado para la representación de la parte civil.
b) Libertad para el ejercicio profesional
c) Protección de que goza
d) Inmunidad Parlamentaria

LA MORAL INDIVIDUAL DEL ABOGADO.


Al estudiar el derecho debemos pensar en actuar en el sentido del deber y moralmente lo
que debemos y tenemos que hacer, actuando en base a nuestro principios éticos. A veces
las leyes son buenas y crean algunas dificultades, cuando un abogado aconseja a su
cliente debe guardarse de interpretar la ley en términos de moralidad.

La Moral Interna del Derecho

El derecho se emplea para regular la conducta de los hombres. No habrá un sistema


jurídico, mientras no existan normas que puedan ser seguidas por las personas que
tengan capacidad para ello. Quienes elaboran las leyes tratan de regular la conducta en
gran escala y ello requiere normas generales.

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