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Deontología jurídica
La Deontología Jurídica comprende las reglas del deber y, como tal, tiene la misión
de regular el proceder correcto y apropiado del abogado en su ejercicio profesional.
Esta función la realiza desde el ámbito de los llamados Códigos Deontológicos que
regulan toda la actividad de la Abogacía, los que a su vez se nutren,
indiscutiblemente, de la Moral y la Ética.
Ética
La ética es una ciencia y, como tal, explica las cosas por sus causas. Según el
origen etimológico de la palabra ética, la misma proviene del griego éthos (morada)
o éthos (hábitos, costumbres). Tiene o presenta un contenido más neutro que moral.
La ética es ciencia por su carácter eminentemente racional. Por lo que se dice que
la ética no es producto de la emoción o del instinto, como tampoco es resultado de
la intuición del corazón, y mucho menos de la pasión. Además, la ética se identifica
como una ciencia práctica, porque está diseñada para realizarse en la vida práctica.
Secreto profesional
Horarios adecuados
La lealtad está basada en los valores de justicia, verdad y honradez. Es obvio, quien
contrata los servicios de un abogado necesita sentir que éste le será fiel desde el
principio, que no lo va a abandonar o traicionar, y que siempre utilizará toda su
imaginación, creatividad e inteligencia para contrarrestar los argumentos del
litigante opositor.
En el capítulo quinto del título vigésimo primero del Código Penal para el Distrito
Federal, quedan descritos y sancionados los “Delitos de abogados, patronos y
litigantes”, destacando, entre otros, el conocido como “chicana” o simulación, esto
es, aquella forma de actuar que va en contra del deber de lealtad, de la verdad, de
la justicia y de la seguridad jurídica.
El abogado debe saber que cuando se vulnera el derecho de uno solo, se agravia y
pone en peligro el derecho de todos.
-Frente al cliente
El abogado debe obrar con probidad y buena fe. El que abusa de su impunidad,
inventa o desnaturaliza los hechos, trunca o falsifica documentos, invoca
mistificando la doctrina o el derecho es sólo un mercader de palabras, de mentiras
y de injurias.
El abogado debe saber derecho, pero principalmente debe ser un hombre recto.
El abogado tiene la libertad para aceptar o rechazar los asuntos en que se solicite
su patrocinio sin necesidad de expresar el motivo de su resolución. No debe aceptar
un asunto en que haya de sustentar tesis contrarias a sus convicciones o cuando
no esté de acuerdo con el cliente en la forma de plantearlo o desenvolverlo.
Ligado a esta obligación se encuentra el derecho que el abogado tiene para hacerse
cargo de la defensa de un acusado, cualquiera que sea su opinión personal y
habiéndola aceptado, debe emplear en ella todos los medios lícitos por el mejor
resultado de su gestión.
Deberes entre los abogados
Entre los abogados debe haber fraternidad y respeto recíproco, sin que influya en
ellos la animadversión de las partes; deben ser caballerosos con sus colegas y
facilitarles la solución de inconvenientes momentáneos cuando por causas que no
les sean imputables, como ausencia, duelo o enfermedad o fuerza mayor, estén
imposibilitados para prestar sus servicios.
El abogado no debe interpretar como falta de confianza del cliente que le proponga
a la intervención de otro letrado en el asunto que le ha encomendado; pero podrá
rechazar la colaboración propuesta cuando tenga motivo para hacerlo, sin
necesidad de expresar éste. Si el primer abogado objetara la colaboración, el
segundo se abstendrá de intervenir; pero si el primero se desligara del asunto, podrá
aceptarlo el segundo.
Referencias:
EB19_N159_P67-75.pdf;js (usal.es)
6689-6023-1-PB (1).pdf
Por otro lado, la ética, más amplia en su alcance, aborda cuestiones morales
fundamentales y principios universales que se aplican a diversas situaciones. La
ética profesional se extiende más allá de los códigos específicos para abordar
dilemas éticos más amplios en distintas profesiones. Asimismo, la ética personal
influye en las decisiones diarias, influyendo en la interacción con los demás y en la
construcción de una sociedad basada en valores compartidos.
En el ejercicio diario de sus funciones, los abogados enfrentan dilemas éticos que
requieren reflexión y toma de decisiones cuidadosa. La ética legal proporciona un
marco más amplio que abarca no solo las responsabilidades profesionales, sino
también cuestiones morales más generales relacionadas con la justicia y la equidad.
Asimismo, la ética en el ámbito legal no solo se aplica a los profesionales del
derecho, sino que también se extiende a la administración de justicia en su conjunto.
Pese a todo esto la duda que surge es, ¿para qué sirve?, una duda razonable a mi
criterio, pues como jóvenes no entendemos que representa el ser abogado,
creemos que el hecho de cobra una tarifa alta es necesaria solo por el hecho de
tener un título es justo y profesional de nuestra parte solo por defender a la persona,
o otorgar una asesoría, sin importarnos si merece una verdadera justica; la
deontología nos permite entender que como abogados debemos poseer una ética
íntegra, ya que trabajaremos con personas no con culpables o con inocentes sino
con personas que no piden discreción respeto y justicia sea cual fuese el delito, es
ahí cuando entran los mandamientos y todo lo visto en deontología que pese a tus
emociones y criterio de juzgar, desde un ámbito humanista, primero debe ir tú ética
y tu criterio profesional, para la persona puesto que los sentimientos juegan un papel
fundamental en este tipo de situaciones en los cuales la ética sobre la verdad y la
justicia debe prevalecer en favor de las personas para las que trabajas así como tu
criterio de imparcialidad y equidad para cualquier persona que necesite de tu
trabajo.