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LIBERTAD DE EXPRESIÓN1

Tu voz cuenta. Tienes derecho a decir lo que piensas, a compartir información y a reivindicar un mundo mejor. También tienes derecho
a estar o no de acuerdo con quienes ejercen el poder y a expresar tus opiniones al respecto en actos pacíficos de protesta.

El ejercicio de esos derechos, sin temor ni interferencias indebidas, es esencial en una sociedad abierta y justa, en la que se pueda
acceder a la justicia y disfrutar de los derechos humanos. Sin embargo, gobiernos de todo el mundo encarcelan a gente de forma
habitual —o peor— sólo por alzar la voz, pese a que casi todas las constituciones nacionales ensalzan el valor de la libertad de
expresión.

Los gobiernos tienen el deber de prohibir aquellos discursos que promuevan el odio e inciten a la violencia, pero, abusando de su
autoridad, muchos silencian la disidencia pacifica con leyes que criminalizan la libertad de expresión. Para ello, se invoca a menudo la
lucha contra el terrorismo, la seguridad nacional o la religión. Además, en los últimos tiempos, las autoridades vienen amenazando la
libertad de expresión con medidas represivas contra activistas, ONG y personas anónimas que ayudan a la población refugiada y
migrante.

La tolerancia de los gobiernos frente a opiniones desfavorables y voces críticas es, con frecuencia, un buen indicador de su respeto
por los derechos humanos en general. Consideramos preso o presa de conciencia a cualquier persona encarcelada sólo por haber
ejercido, de forma pacífica, su derecho a la libertad de expresión, y pedimos su liberación inmediata e incondicional.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN?

El derecho a la libertad de expresión está consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que
describe sus elementos fundamentales como derecho consustancial a todas las personas. Posteriormente, ese derecho ha quedado
protegido en infinidad de tratados internacionales y regionales.

La defensa de la libertad de expresión ha sido siempre parte esencial del trabajo de Amnistía Internacional, y es imprescindible para la
rendición de cuentas de quienes ejercen el poder. Además, la libertad de expresión es inherente a otros derechos humanos, como el
derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión que, sin ella, no podrían realizarse plenamente.

Asimismo, guarda estrecha relación con la libertad de asociación, es decir, el derecho a constituir clubes, sociedades, sindicatos o
partidos políticos con cualquier persona que se desee y afiliarse a ellos; y con la libertad de reunión pacífica, que se concreta en el
derecho a participar en manifestaciones pacíficas o reuniones públicas.

Sin embargo, estas mismas libertades son atacadas reiteradamente por gobiernos que tratan de silenciar las críticas.

Por ejemplo, en Egipto es en extremo peligroso criticar al gobierno. A lo largo de 2018, e invocando toda una retahíla de razones
absurdas, las autoridades detuvieron, al menos, a 113 personas por actos como el envío de tuits, el apoyo a un club de fútbol
concreto, la denuncia de actos de acoso sexual, la edición de películas o la concesión de entrevistas. Las personas detenidas fueron
acusadas de “pertenencia a grupo terrorista” y “divulgación de noticias falsas”. Tras meses de reclusión sin ser juzgadas, las que por
fin comparecieron en juicio lo hicieron ante tribunales militares y fueron condenadas, pese a que el enjuiciamiento de civiles por
militares es, por definición, injusto, tanto en Egipto como en cualquier otro lugar.

LIBERTAD DE PRENSA

Una prensa libre, que informe sobre los asuntos que nos interesan y conforman nuestras vidas, es una de las piedras angulares de
cualquier sociedad respetuosa con los derechos. Sin embargo, en Azerbaiyán, Turquía y Venezuela —por citar sólo algunos países—,
quienes ejercen el periodismo se enfrentan a represión y agresiones.

En junio de 2019, el Parlamento de Tanzania aprobó por la vía rápida el proyecto de Ley sobre Legislación Escrita, que vino a reforzar
aún más la censura, además de otras violaciones de derechos. En la actualidad, sin la ratificación de esa ley, los profesionales del
periodismo trabajan ya sometidos a una estricta ley de medios de comunicación que exige a estos últimos “transmitir o publicar
noticias y cuestiones de importancia nacional según las indicaciones del gobierno”.

En julio de 2019, comenzó en Filipinas el juicio por calumnias contra Maria Ressa, directora ejecutiva del periódico online Rappler.
Ressa, conocida por sus críticas al presidente Rodrigo Duterte, fue detenida en febrero de 2019 por cargos falsos de calumnia, tras
haberse publicado en su portal investigaciones detalladas sobre algunas de los miles de ejecuciones extrajudiciales perpetradas por la
policía y por individuos armados —animados abiertamente por Duterte— durante operaciones de lucha contra la droga. Su caso se
considera, en general, un ataque del gobierno contra la libertad de prensa.

Durante los conflictos, la represión puede empeorar, como ha sido el caso de Myanmar, donde unos periodistas que investigaban la
muerte de varios hombres y niños rohinyás a manos de las fuerzas de seguridad, fueron detenidos y encarcelados, aunque más tarde
quedaron en libertad gracias a la presión internacional.

LIMITES A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

1
Adaptado de https://www.amnesty.org/es/what-we-do/freedom-of-expression/
La libertad de expresión abarca toda clase de ideas, incluidas aquellas que puedan considerarse profundamente ofensivas. El derecho
internacional protege la libertad de expresión, aunque hay casos en los que, de conformidad con ese mismo derecho, es legítimo
limitarla cuando viola los derechos de otras personas o promueve el odio e incita a la discriminación y la violencia.

No obstante, siempre que se restrinja la libertad de expresión, ha de hacerse de conformidad con la ley, y las limitaciones en cuestión
deben proteger algún interés público o los derechos de otras personas, y ser claramente necesarias para ese fin.

En 2018, Amnistía Internacional publicó una investigación en la que demostraba cómo en la plataforma Twitter proliferan la violencia y
los abusos contra las mujeres, a menudo impunemente. En lugar de ser una plataforma en la que las mujeres puedan expresarse con
libertad y en la que se dé fuerza a su voz, Twitter lleva a las mujeres a la autocensura en sus publicaciones y limita su interacción.
Como empresa, Twitter está incumpliendo su obligación de respetar los derechos de las mujeres en Internet, al no investigar de
manera adecuada y transparente las denuncias de violencia y abusos y responder a ellas.

LA FRONTERA DIGITAL

El mundo digital permite que un número mucho mayor de personas tengamos acceso a la información que necesitamos, incluida
aquélla que pone en entredicho a gobiernos y empresas. La información es poder, e Internet ofrece la posibilidad de empoderar de
manera significativa a los 7.000 millones de personas que hay en el mundo.

Pero, a menudo, la libertad de expresión depende aún de la riqueza, de los privilegios y del lugar que ocupamos en la sociedad. Rara
vez son las personas ricas y poderosas las que se ven limitadas a la hora de expresar sus opiniones. De manera similar, quien tiene
un ordenador portátil con banda ancha dispone de un acceso a la información mucho mayor que quien se ve obligado a recorrer varios
kilómetros hasta un cibercafé.

Cada vez es más habitual que ciertos Estados intenten limitar las comunicaciones digitales con cortafuegos o —como en el caso de
Egipto, Sudán y Zimbabue, entre otros— que respondan a las protestas de la calle clausurando Internet. Por su parte, Irán, China y
Vietnam han intentado desarrollar sistemas que les permitan controlar el acceso a la información digital. En la región de Cachemira, en
el norte de India, la respuesta a casi cualquier disturbio es suspender Internet y las comunicaciones móviles. En Amnistía Internacional
estamos buscando continuamente nuevas formas de evitar el bloqueo de nuestro sitio web en China.

Los gobiernos utilizan también peligrosas y sofisticadas tecnologías para leer el correo electrónico privado de activistas y periodistas, y
encender por control remoto la cámara o el micrófono de sus ordenadores para grabar en secreto sus actividades. En 2014, Amnistía y
una coalición de organizaciones de derechos humanos y tecnología lanzaron Detekt, una sencilla herramienta que permite a los y las
activistas explorar sus dispositivos para detectar spyware de vigilancia.

ACTIVIDADES DE APLICACIÓN DEL CONOCIMIENTO

1. ¿Qué es la libertad de expresión?


2. ¿Con que otros derechos se relaciona?
3. ¿Cuándo se considera que una persona esta “presa de conciencia”?
4. ¿Por qué es importante la libertad de expresión?
5. ¿Cuáles son los límites de la libertad de expresión?
6. ¿Qué es la libertad de prensa?
7. ¿Cómo se restringe la libertad de expresión en los medios digitales?
8. ¿Cuáles son las oportunidades y los riesgos de expresarse a través de las redes sociales?
9. ¿Consideras que en Colombia hay libertad de expresión?
10. ¿Qué países menciona el texto son violatorios de la libertad de expresión y porque? ¿Qué otros países conoces
limitan la libertad de expresión y por qué? (dos ejemplos)

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