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Modernismo Racionalista
Modernismo Racionalista
MODERNISMO
el Modernismo, es una actitud vital de rebeldía y renovación que alcanza a la política, la realigión y la estética.
Supone una actitud neorromántica por el rechazo al entorno y a las normas sociales y morales que coartan la
libertad del ser humano, por la repugnancia a la hipocresía y al materialismo, y por la defensa del espiritualismo,
de la belleza y del subjetivismo
Surge por diversas razones, entre las que destaca la influencia de la revolución industrial que marca un antes y un después en las ciudades y en el
arte de los edificios que se transforman.
Se denomina modernismo a una amplia corriente artística y literaria que buscaba la renovación creativa a finales del siglo XIX y principios del XX.
El modernismo floreció durante un periodo de rápido cambio social y tecnológico en Europa, en un momento en el que se
aceleraban la industrialización, la producción en masa y la urbanización.
Economía
En el siglo XIX, la distribución comercial y la producción en masa de artículos se expandió para responder a las cada vez
mayores poblaciones urbanas de Europa. La estética modernista, asociada al lujo, creció de manera explosiva en la
publicidad y pudo verse muy pronto en todo el continente. Muchos y variados productos modernistas se comercializaron
pensando en consumidores de clase media con aspiraciones modernas y rentas disponibles.
En Londres, fue un comerciante quien creó uno de los nombres con los que se conocería el modernismo: el estilo Liberty.
Los grandes almacenes británicos Liberty & Co., fundados por Arthur Lasenby e 1875, fueron uno de los comercios más
exitosos e influyentes de artículos modernistas.
Después de su rápida expansión, Liberty se convirtió en un punto de venta para muchos artistas modernistas de la Europa
continental. Encargaba vidrio, joyas, muebles y objetos de plata y metal a sus propios diseñadores fijos, y sus coloridos
tejidos fueron especialmente populares.
Las ferias comerciales, especialmente las ferias de muestras mundiales, fueron escaparates importantes del estilo
modernista. En 1900, la Exposición Universal de París marcó el punto culminante del modernismo y promocionó Francia
como centro principal del movimiento. A la feria asistieron millones de visitantes y miles de expositores.
En la segunda mitad del siglo XIX aumentan las imitaciones de estilos clásicos hasta llegar casi a aahogar todo
espiritu creativo. El estilo Juventud o Modernismo, que empieza a inciarse en los últimos años del siglo
antepasado, se preocupa por establecer un nuevo y legítimo sentimiento estilístico que no tome prestado nada.
En su creación imperan las formas orgánicas y libres, necesidades prácticas sin olvidar la ornamentación y la
experimentación con figuras onduladas y geometría distinta o compleja.
Cultura y religión
Se caracteriza por su rechazo al historicismo académico de finales del siglo XIX, así como por su voluntad de
llevar el arte a todas las facetas de la vida. Sienten especial predilección por la línea y sus valores expresivos, a lo
que añaden cierta tendencia a la abstracción
La llegada del arquitecto Antoni Gaudí marco una historia realmente diferente a este arte que
posiciona al país como uno de los símbolos de este arte.
En ese momento, este arte fue una disciplina completamente renovada. El uso de la línea curva y
la asimetría ya hemos comentado que adquirieron gran protagonismo.
Entre estas obras podemos destacar a la Sagrada Familia, de Barcelona, la que es la obra
inacabada de Gaudí que ha sido muchas veces restaurada; el Antiguo Economato Militar es
uno de los mejores exponentes del modernismo de Melilla; la casa Batlló es otro elemento
importante que también es obra de Gaudí; la escalera del famoso Hotel Tassel de Bruselas,
Bélgica, es la primera síntesis mundial del modernismo en arquitectura.
Religión
Modernismo en religión
En la religión cristiana, como modernismo se denominó al movimiento religioso de carácter
intelectual que, a finales del siglo XIX, propuso la puesta a tono de la doctrina de Jesucristo
con los tiempos que corrían en términos filosóficos y científicos.
En este sentido, afirmaba que los contenidos religiosos no tenían por qué ser leídos al pie de
la letra, sino que favorecían una interpretación de ellos subjetiva y sentimental, en
consonancia con la historia.