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María Díaz ID:10138688

Arq. Marcos Blonda

Teoría y Crítica de la Arquitectura

02 junio de 2021

Arquitectura en la era de la ilustración, 1720-1800

La arquitectura moderna comenzó a adquirir forma a finales del siglo XVIII y es

producto de la civilización occidental. En Europa se dieron las revoluciones políticas e industrial

que cambiaron la forma de dirigir las naciones (siendo Francia el lugar donde cambió totalmente)

y el pensamiento premoderno de los seres humanos, dándole un nuevo sentido a la cultura, la

sociedad, religión, el urbanismo, la arquitectura y demás ámbitos. Esta, al igual que toda

arquitectura buscaba el confort y la funcionalidad creando espacios que en la antigüedad no se

habían pensado que existirían hasta el momento.

La arquitectura a través del tiempo permanecía más o menos homogénea para cada

cultura hasta la llegada del XVIII, donde empezaron a aparecer más opciones arquitectónicas.

Esto quedó plasmado en dos iglesias casi paralelamente, Vierzehnheiligen (1742-1770) y Sainte-

Geneviève (1755-1781). Representando la ilusión y la verdad, en sus estilos se ve lo que estos

quieren decir. El primero es completamente una quimera, con un gran derroche decorativo típico

del Barroco y el Rococó. Por el contrario, en Sainte- Geneviève la funcionalidad es lo que se

busca, cosa que se entiende perfectamente al ver sus fachadas y su interior, donde las columnas

son meramente estructurales y las bóvedas no son cáscaras de yeso a pesar de que también

cuenta con elementos clásicos.

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En Inglaterra, en la misma época, el palladianismo toma importancia de la mano de

innumerables arquitectos como Richard Boyle y William Kent. Inspirados por la obra del italiano

Andrea Palladio “I quattro libri dell'Architettura” buscaban replicar lo clásico influyendo en

notablemente en la arquitectura neoclásica. Así, pensaron que las geometrías de los diseños de

Palladlo y “su arquitectura anti barroca englobaba los ideales de equilibrio de la oligarquía whig1

en el poder” (Roth, 1999) llenando al país de esta.

El Rococó en Francia se asoció con la corrupción por lo que se le dio fin con Luis XV y

Luis XVI. Por parte de Denis Diderot meditó sobre la necesidad de un nuevo arte que no

estuviera solamente enfocado en el deleite sino en una función instructiva y edificante. El

creciente descontento por el sistema social y gubernamental, sumado al surgimiento de las

nuevas ideas filosóficas progresistas, mostró la necesidad de “acabar con la influencia corruptora

de la cultura del antiguo régimen, para llegar a la condición natural de la humanidad y crear, a

través del raciocinio, un nuevo orden social, y con él, una nueva arquitectura, funcional y

estructuralmente más pura y expresiva” (Roth, 1999).

De ahí surgieron los ilustradores con su respectivo movimiento La Ilustración. Se rechazó

el concepto de lo sobrenatural o la creencia de una divinidad que dirigía el rumbo de los

acontecimientos como un destino y abogaba fielmente a la razón humana para encontrar la luz de

la verdad. En la arquitectura se necesitaba que se le quitara la ornamentación y solo se mostrara

lo esencial, planteamiento explicado en el libro de Jean-Louis de Cordemoy, posteriormente

desarrollado en el manifiesto de Marc-Antoine Laugier. Para Laugier la esencia de la arquitectura

reside en las columnas, arquitrabe y el frontón.

1
El término whig corresponde al antiguo nombre del Partido Liberal británico.
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Sin embargo, existieron otros pensadores que limitaron la arquitectura únicamente a su

uso, haciendo guiños hacia el modo en que las civilizaciones del pasado la utilizaban a pesar del

desconocimiento sobre esta. El desentierro de Pompeya reveló un fragmento del pasado y abrió

una puerta en la disciplina para seguir sustentando las razones del movimiento. Al querer

geometrizar y simplificar los diseños arquitectónicos las edificaciones mostraban lo que se hacia

dentro de sus paredes con el estilo que estaba plasmado en sus paredes. Esto era considerado una

revolución para la arquitectura del momento.

En la actualidad se puede hacer una analogía con el carácter de una edificación con la

arquitectura hablada. Saber lo que se realizaba o practicaba en un recinto solamente con ver su

forma o los elementos que comprenden la obra era la finalidad del momento, evitando la

ornamentación innecesaria. Al lograr esto se trataba de replicar la arquitectura simplista del

pasado. Aunque, no solo por su forma puede una obra hablarnos sobre lo que pasa dentro de sus

paredes, la disposición de sus elementos, el color y múltiples detalles crean su carácter. Ejemplos

de estos son los edificios gubernamentales, los funerarios, hospitales, bancos y plazas. De aquel

entonces se tiene el cenotafio a Isaac Newton, el cual nunca fue consolidado.

Fig. 1, Cenotafio a Newton, Étienne-Louis Boullée, 1784

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La forma de la ciudad comenzó a ser interesante para algunos arquitectos, siendo un

ejemplo de estos el proyecto de la Ciudad Ideal de Chaux de Ledoux. En Inglaterra se le dio la

tarea de organizar la ciudad de Bath al arquitecto John Wood para que trazara nuevas calles,

plazas y secuencias de espacios urbanos. En el siglo XVII se consideraba a la naturaleza algo a lo

cual se tenía que domesticar, pensamientos que cambiaron en el siglo XVIII con el interés de los

burgueses por incluir en sus propiedades un plan sobre la naturaleza a su alrededor,

maximizando los accidentes geográficos del paisaje.

La planificación de las ciudades fue impulsada por las transformaciones que venían

envueltas con la revolución industrial y las nuevas tecnologías. En esta se indicaban los espacios

públicos y se dividía la ciudad en las distintas clases sociales del momento. Cada sección de los

páramos era puesta con un fin especifico, exaltando los puntos fuertes que la destacaban de las

demás.

El uso de la arquitectura parlante no se quedó solamente en el viejo mundo, sino que fue

adoptado por el modelo republicano en América. El carácter que se quería reflejar era la imagen

de un edificio que enseñara la unión en las mentes de Jefferson y sus compatriotas. Jefferson

quedó encantado con el estilo romano, implementándolo la nueva nación siendo esta la envoltura

de todas las habitaciones que fueron creadas específicamente para cada una de las actividades

gubernamentales que se realizaran reflejando un pueblo que se gobernaba a si mismo con un

sistema republicano.

Para el inicio del XIX arquitectos estadounidenses decidieron tomar partido de los

modelos específicos, con variedad de estilos históricos que rondaban los clasicismos romanos y

griegos, la arquitectura gótica, el estilo egipcio y otras recreaciones exóticas. Se empezó a ser

selectivos para las bases del diseño arquitectónico. Todas estas singularidades de estilos se
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combinaron en perfecto equilibrio hasta formar un todo original. Este eclecticismo fue usado por

los primeros románticos como en algún momento se hizo con el neoclasicismo.

Todos estos aspectos fueron influenciaron por cada uno de los acontecimientos del siglo

XVIII en adelante, al ser una época de revolución que cambió más de un ámbito que forma el

mundo, principalmente en las sociedades y la política. Esta nueva actitud llevó a que los seres

humanos se sintieran capaces de dominar su propio destino, debilitando la presencia religiosa en

la vida de las personas. También, se le daba fin al propósito del arquitecto en construir la cada de

Dios como ambición central. Las razones de girar del mundo ya no se enfocaban en la divinidad,

sino en estudiar y encontrar formas en la que mejorar todo a su alrededor. En este momento

comenzaba la aceleración en las vidas humanas, maximizando los beneficios que se pudieran

obtener con el mínimo trabajo posible.

La arquitectura se volvió una disciplina escasa de ornamentación en la cual

predominaba la funcionalidad y la estructura, donde se buscaron soluciones para las nuevas

edificaciones que aparecieron gracias a los nuevos espacios que se iban formando. De igual

manera, se prestaba atención al crecimiento de la población mientras de adecuaban las ciudades

para estos nuevos fenómenos que comenzaron a surgir. Todo esto diciendo adiós al pensamiento

de la religiosidad como única fuente de trabajo para construir edificios, mientras se le daba paso

a una arquitectura urbanista enfocadas en ideas igualitarias e industriales.

Trabajos citados
Roth, L. M. (1999). Entender la arquitectura: sus elementos, historia y significado. Barcelona,
España: Gustavo Gili, SL.
Scully, V. (1961). Modern Architecture. New York: George Braziller Inc.