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El primer material que utilizó el hombre para dibujar fue una rama carbonizada de sauce, de vid
o de nogal: el carboncillo. Un medio primitivo usado por los griegos, los romanos, los artistas de
la Edad Media y del Renacimiento con el que proyectaban y dibujaban sus murales.
El lápiz de carboncillo comprimido es un carboncillo duro que es ideal para hacer líneas más
oscuras. El carboncillo comprimido también viene en blanco para ayudar a realzar los detalles.
Los carboncillos blandos son ideales para suavizar y crear difuminado en toda la pieza. Sin
embargo, estos son unos de los carboncillos más sucios con los que se puede trabajar.
Los carboncillos en polvo se usan para dar un aspecto más claro y para dar tono a áreas más
grandes. Sin embargo, generalmente este tiende a ensuciarlo todo, debes tener cuidado.
Ahora que conoces un poco más sobre la técnica del carboncillo, llegó el momento de echar a
volar tu imaginación y dibujar. ¡Tú puedes...!
Manos a la obra…
Te presentamos algunos dibujos, que puedes imitar.
Recuerda…
Los dibujos al carboncillo son bastante oscuros, lo que puede hacer que los detalles y
los reflejos sean difíciles de ver en la sombra. Asegúrate de que tu área de trabajo
esté bien iluminada para que puedas distinguir los detalles fácilmente.