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TRABAJO PRÁCTICO Nº1

Textos asignados:
 Piñón, H. (2008). “Proyectar es construir”
 Silvestre, M. V. y Solari, C. (2019). “Exploraciones en el campo de la constructividad:
arquitecturas de Rafael Iglesia y Solano Benítez”

Las lecturas designadas nos permiten indagar sobre que es la arquitectura y como se construye.
A lo largo del tiempo estos conceptos se definieron de diversas maneras, el paso de la arquitectura
clasicista a la moderna es radical debido a que se pasa de un modo de proyectar basado en la
autoridad del tipo arquitectónico y en el sistema de los órdenes clásicos, a una práctica subjetiva
encaminada a construir una arquitectura sin ningún instrumento de control, solo el sentido que
posee al autor.
Hoy en dia, nuestro propósito es entender que la construcción de la obra es parte del proyecto,
que no se puede resignar el análisis constructivo en pos de una imagen final si no que se debe
articular la forma arquitectónica con el oficio de la construcción. La construcción material es un
instrumento para concebir, no determina la solución, sino que contribuye al conjunto de sistemas
que conforman el edificio y lo convierte en arquitectura. Se habla de representar la construcción
para decidir la apariencia teniendo en cuenta la lógica constructiva de la forma y los criterios que
rigen su organización interna.
Una obra arquitectónica requiere un estudio amplio que afecte constantemente al proyecto y su
producción, el hacer-pensar que nos obliga a detenernos en los detalles, en las búsquedas
formales y espaciales para dejar de lado el concepto escenográfico de la obra.
La construcción de la arquitectura, es una práctica sumamente subjetiva que tiene base en el
contexto en el que se produce y en la experiencia de quienes la lleven a cabo. Es esta subjetividad
la que hace posible la exploración de los recursos disponibles al momento de proyectar una obra,
entendiendo que no es la materia la que prefigura una forma arquitectónica si no que es parte del
proceso constructivo. Conocer, estudiar, indagar que materiales tenemos disponibles y cuáles son
sus propiedades, donde nos emplazamos y cuáles son los recursos humanos con los que
contamos, nos dan el pie de pensar lo constructivo como parte del todo y no como mera solución
al objeto arquitectónico proyectado. En las obras de Solano Benítez y de Rafael Iglesia queda en
evidencia como la imagen final de las obras responde a un estudio cauteloso de los recursos que
responden fielmente a la búsqueda del proyecto, los materiales elegidos, los modos de
disponerlos articulado con el programa son los que definen el lenguaje arquitectónico final.
La arquitectura se da en el encuentro de dos lógicas constructivas: la material y la formal. Se habla
de representar la construcción para decidir la apariencia teniendo en cuenta la lógica constructiva
de la forma y los criterios que rigen su organización interna. El procedimiento constructivo que se
utiliza en un edificio no determina por si solo la imagen del objeto, debido a que se tienen que
incorporar además los requisitos de la organización interna y espacial del objeto.
Entonces, entendemos que mientras mejor construimos mejor será el producto arquitectónico, es
decir, mientras más nos detengamos en los detalles, en los materiales, en el programa mejor serán
utilizados los recursos disponibles y por lo tanto serán más fieles al proyecto.

Marino, Aurelia M-4122/1


Balzaretti, Giorgina B-3493/2

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