Está en la página 1de 4

LA

ENDOMETRIOSIS
Y
EL
EJERCICIO

PABLO LÓPEZ
La endometriosis es una enfermedad inflamatoria crónica, dependiente de hormonas,
y ginecológicamente común. Su causa se desconoce, aunque se ha comprobado una
predisposición genética. Afecta al 10-15% de las mujeres en edad fértil, desde la
menarquia (primera menstruación) hasta la menopausia. Ocurre cuando las células del
revestimiento del útero (mucosa del cuerpo uterino, submucosa y las células
glandulares) crecen más allá de la cavidad uterina. Este tejido se puede adherir a
ovarios, intestinos, recto, vejiga y la zona pélvica.

¿Cuáles son sus síntomas?

Esta enfermedad está asociada con dolor pélvico, dispareunia (dolor en las relaciones
sexuales), sangrado abundante o sangrado entre periodos y problemas de infertilidad.
La intensidad de estos síntomas no tiene relación, en algunos casos, con la extensión
anatómica de la enfermedad. Además de estos síntomas, las mujeres con
endometriosis pueden presentar otros síntomas no ginecológicos como son el dolor
abdominal o de espalda, dolor al orinar o defecar o hemorragias. En general los
síntomas son más intensos durante el periodo menstrual.

Endrometriosis: diagnóstico

El diagnóstico basado en los síntomas suele resultar difícil debido a la variabilidad


sintomática. La aceptación por parte de las mujeres de normalidad del dolor menstrual
puede hacer que pasen varios años hasta que la endometriosis sea diagnosticada.

En el examen clínico, la combinación de un útero blando, retroversión uterina y


endurecimiento de fondo de saco indica una alta probabilidad de endometriosis. No
obstante, la prueba gold estándar (criterio de referencia) para el diagnóstico de la
endometriosis es la visualización directa de las lesiones clásicas o sutiles mediante
laparoscopia.

¿Existe algún factor que fomente la endometriosis?

Actualmente la evidencia científica sugiere una influencia entre la dieta y el estilo de


vida como factores que aumentan el riesgo de desarrollar endometriosis.

La exposición crónica a la ingesta de una dieta alta en grasa se ha relacionado con una
mayor inflamación y estrés oxidativo, ambas características de las mujeres con
endometriosis. Por tanto, la dieta es un factor de riesgo altamente modificable en el
desarrollo de la endometriosis.
Endometriosis y deporte

Existe evidencia científica de que una vida activa puede ser un factor limitador del
riesgo de sufrir endometriosis. Un ejemplo es el estudio publicado en 2003 en la
revista American Journal of Epidemiology que concluyó que las mujeres que realizan
actividad física de alta intensidad durante su edad adulta y, en un grado menor,

durante la adolescencia, tienen hasta un 76% menos de posibilidades de desarrollar


endometriosis en una comparativa con mujeres que no realizan ningún tipo de
actividad física.

La enfermedad de endometriosis no es un factor limitante en la práctica deportiva,


pero sí lo son los síntomas que provoca. El dolor abdominal y el dolor de espalda son
limitantes dentro de una práctica deportiva, pudiendo generar malas posturas y
desequilibrios musculares que deriven en lesiones.

Introducir la actividad física bajo supervisión, durante una hora y de manera regular,
puede ayudarnos a disminuir los niveles de estrógenos y, en consecuencia, los
síntomas de la endometriosis.

Podemos incluir actividades como caminar, nadar, bailar, practicar yoga y otras
actividades que permitan a las personas afectadas acceder a todos los beneficios del
deporte: mejora de la autoestima y del estado de ánimo, control de la ansiedad,
mejora de la circulación y la tonificación muscular, y control del peso corporal, entre
otros muchos. Como hemos indicado, la práctica de cualquier deporte puede verse
limitada por los propios síntomas de la enfermedad, todos los casos de endometriosis
son diferentes.

 Estas son algunas de las razones por las que el ejercicio puede ayudar a mejorar los
síntomas de la endometriosis:

 El ejercicio libera endorfinas. Cuando hacemos ejercicio nuestro cerebro libera


“químicos que nos hacen sentir bien” llamados endorfinas. Estas hormonas
naturales funcionan como analgésicos para disminuir el dolor. Sólo se necesitan
unos diez minutos de ejercicio moderado (cualquier ejercicio que te haga sudar
o respirar con dificultad) para que tu cuerpo empiece a producir estas químicas.
 El ejercicio mejora la circulación. El ejercicio moderado hace que nuestro
corazón bombee y mejora el flujo de sangre a nuestros órganos. Esto es
importante porque nuestra sangre lleva oxígeno y nutrientes a importantes
sistemas del cuerpo.
 El ejercicio regular reduce la cantidad de estrógeno en el cuerpo. Como el
objetivo del tratamiento de la endometriosis es reducir los niveles de
estrógeno, el ejercicio regular puede ayudar a mejorar los síntomas de la
endometriosis.
Según las directrices de práctica de ejercicio de la OMS, son las mismas
recomendaciones para personas adultas sanas como para personas adultas con
enfermedades crónicas:

 150-300 minutos semanales de una actividad física aeróbica de intensidad


media,
 O al menos 75-150 minutos semanales de actividad física aeróbica de
intensidad moderada-vigorosa.
 Al menos 2 días a la semana realizar ejercicios de fuerza de intensidad
moderada que impliquen a grandes grupos musculares.
 Reducir niveles de sedentarismo, cambiar horas sedentarias por actividad
física, aunque sea de intensidad ligera.

También podría gustarte