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Júpiter Urbano

La música de Júpiter era pegajosa, como toda la música urbana de hoy tenía ese componente
sensual que la juventud de todo el mundo adora…”Dale con el culo, menea, chica menea,” era lo
más suave que se podía escuchar en sus canciones. Toda una respuesta a la hipócrita
idiosincrasia chilena, repleta de valores incomprobables y de prohibición tácita y macabra a
todo lo que fuese seducción. Su fama no era poca, en spooty Five ya superaba el millón de
reproducciones y muchos decían que era cuestión de tiempo para que se convirtiera en una
estrella de la música urbana. Es por esto que no llamó a nadie la atención que tuviese una
oportunidad en la televisión, aún cuando los jóvenes de hoy prácticamente no ocupan ese nicho
para expresarse, había cierto interés en verlo cantar por primera vez en un programa en vivo.
Cuando salió al escenario su público se desbordó con sólo verlo… “Deja que te entierre mi
puñal…eres un carnaval, menea lo que tienes pa mostral” era su mejor manera de lograr ganar
el aprecio de sus fans que estaban como poseídos como por una fiesta báquica. Una vez que
salió del escenario, su presentación había causado tal impacto que era trending topic en redes
sociales y sus seguidores en Instagram habían aumentado de cien mil a cuatros cientos mil en el
lapso de un par de horas. Su último hit “deja que te ladre en ese culo” era record de
reproducciones en youtube y ya se habían contactado con su representante varias disqueras que
le prometían colaboraciones con los más grandes artistas del momento. Todo parecía ir de
buena manera para Júpiter Urbano, su primer disco oficial sería lanzado el próximo mes e
incluso había obtenido un suculento adelanto para promocionar los temas principales como
videos de alta calidad. Sus fans crecían en Chile y en todo el mundo, así que contrató una
productora para que organizara su primera gira planetaria. Sus conciertos en Latinoamérica
batieron todos los records de ventas e incluso los recintos se llenaron en lugares tan distantes
como Barcelona y Moscú. ”Deja mi fuego se inyecte en esos cachetes…todo lo que quiero es
gozar de lo que tienes”…todo Rusia cantaba en español las melodías tan poco románticas de
este vendedor de ilusiones sensuales. De vuelta en Chile fue esperado en el aeropuerto por más
de una decena de periodistas, que se abalanzaron sobre él, como si estuvieran ante John Lennon
o Paul Mcartney. Incluso algunos fans que se colaron en el lugar y que lograron evadir las vallas
de acceso, sufrieron heridas menores y desmayos en medio de aquel tumulto. Júpiter era
portada de diarios y revistas, y hasta era invitado a late shows norteamericanos, un muchacho
de Puente Alto, conocido en Chile por ser de estracción baja, triunfaba como el príncipe de la
música actual y al parecer nada podía detener su acceso a la cúspide del movimiento. Su disco
“calles elementales” fue triple disco de oro y no paró de venderse hasta en los lugares más
increíbles de la tierra. Tenía romances y vida de lujo, excesos de alcohol y de drogas por algunas
temporadas, pero esto no parecía influir demasiado en su creatividad, siempre vestido de Gucci
con lentes oscuros y zapatillas de caña alta, no parecía haber una cima que Júpiter no pudiera
tocar; era como un verdadero planeta infernal que atrapaba todo lo que se ponía en su órbita
con su magnetismo ilógico. La música urbana no parecía decaer en todo el continente, a tal
punto que se levantaba una piedra y aparecía un nuevo artista que entregaba nuevas formas de
seducción para la juventud a través de la música. Sin embargo su fama no decaía y seguía siendo
el número uno en las listas de hits a nivel sudamericano y mundial..” Deja que te muestre lo que
dura esto tan duro” era la nueva melodía que incitaba a las multitudes a seguir adorándolo de
manera plena y cómplice. Su segundo disco no tardó en aparecer, “La agonía de la calle” se coló
al número uno rápidamnte como la espuma de un gran vaso de cerveza y su popularidad se
volvió in sostenible, a tal punto de tener que refugiarse en una mansión muy alejada de la
ciudad para no sufrir el real acoso de sus desbordados fans.

Pero existe un dicho famoso que señala “todo lo que sube tiene que bajar” y el vuelo eterno de
Ícaro no pudo mantenerse. Algunos señalan que fue el excesivo consumo de drogas, lo que mató
su exhorbitante creatividad, otros más duchos en temas amorosos señalan que fueron las
mujeres quienes chuparon todo su talento y su dinero como una especie de Gran Gatsby que fue
decayendo hasta desaparecer de los primeros puestos y de la escena pública. Se desarrollaron
bastantes crónicas de su vida en el futuro, la farándula lo tomó como fetiche de la derrota
cultural del gpebero urbano e incluso tuvo reveses policiales que no hicieron de su vida algo
mejor.Conoció a Cony, otra artista urbana con poco nombre que intentó sacarlo a flote, pero
esto tampoco resultó demasiado bien, su suerte parecía estar echada y la prensa ni sus fans ya
se acordaban de él.No se puede decir que su vida se transformó en una tragedia, más bien
podría decirse que llevó una vida relativamente normal durante mucho tiempo ya que la fama le
había dejado derechos de autor y un par de sus discos más famosos todavía le reportaban
regalías.Algunos colaboradores no lo abandonaron, siguió intentando crear y creer en él pero la
magia ya no estaba de su parte. Ël no lo llamaba maldición ni destino, era algo que podía llegar a
comprender con un cierto grado de paciencia y de creatividad, lo cierto es que se fue haciendo
más sombrío y más inestable y no se veía más que un vacío sostenido en sus ojos lúgubres y
pecaminosos. Un resurgimiento moral lo llevó a cambiar su estilo hacia canciones con letras más
moderadas, y fue acusado de puritanismo barato con ideales de ambigua redención. Lo cierto es
que todo este artilugio no era del todo sincero y en su mente sentía una nueva traición a su
espíritu de artista, esta vez realizado por él mismo. El mundo no se volvió más indulgente, y la
industria de la música jamás ha querido apuntar hacia el moralismo, por lo que el camino
seguido lo hizo retroceder a un lugar que no era merecido a la gente con tlento genuino, esta
regresión lo llevó a considerarse un traidor de sus ideales esenciales.Más adelante en el tiempo
recibió la propuesta de un famosa editorial para escribir sus memorias, pero laa venta del libro
fue tan baja, que no pasó de la primera edición.Decidió comenzar a ver un médico psiquiatra
que le recomendó un grupo de amigos, que lo condujo por el camino de los fármacos
depresores, todo se apagó en él, incluso la cierta cantidad de vida que en él aún quedaba. Con el
paso de los años su salud mental se fue deteriorando, fue diagnosticado con trastorno bipolar
entre otras cosas debido a sus arranques de furia y su falta de estabilidad producto de una
ansiedad salvaje e inhóspita. Un tiempo despés fue internado por primera vez en una clínica
psiquiátrica y si bien logró salir recuperado, se volvió un paciente frecuente de aquel lugar. Hubo
un momento e nque yano pudo seguir pagando los costosos tratamientos que esos lugares
ofrecían y fue derivado al hospital psiquiátrico local de donde ya no pudo salir jamás, hasta el
día de hoy continúa recluido, su edad es avanzada y su imagen es la de un hombre que ha
perdido toda esperanza. Todo aquello que resiste se decía, aún es bueno, todo aquello de lo que
uno no se arrepiente es ennoblecedor, por esta razón a veces genera melodías que se ecuchan
en aquel reducto olvidado, voces que si bien no son trágicas, ya no poseen magia más que las
que se dan en la ultratumba de las almas sin cobijo ni redención.

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