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Universidad de Panamá

Estudiante: María Fernanda Coronado

Profesor: Jonathan Riggs

Fecha: 5/9/2022

Código de horario: 3096

Materia: Criminología

Asignación: Investigación sobre antecedente histórico de los sistemas


utilizados en los centro penitenciarios en pro a la rehabilitación de los
privados de libertad.
Introducción

En este trabajo podremos investigar cuales han sido los sistemas utilizados a
través de la historia para rehabilitar a los privados de libertad, con suerte
podremos mencionar los más relevantes ya que carece de esta información tan
importante en nuestro país. Este tema debe ser de gran interés ya que para mi
punto de vista estos centros deberían enfocarse más en la importancia de que
estas personas que cometen delitos se reintegren a la sociedad y no vuelvan a
cometer los mismos errores. Pero para mi concepto estos lugares en nuestro país
se enfocan en la represión de estos mismos o la corrupción.
La existencia y funcionamiento del sistema penitenciario panameño tiene su
base legal en diferentes instrumentos jurídicos, tales como, la Constitución
Política de la República de Panamá; la Ley 55 de 30 de julio de 2003,
mediante la cual se reorganiza el Sistema Penitenciario; y el Decreto
Ejecutivo No. 393 de 25 de julio de 2005, a través del cual se establece el
Reglamento Penitenciario. Adicional a ello, se deben citar otros documentos
como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, las Reglas
Mínimas Para el Tratamiento de los Reclusos, convenios internacionales y
otras leyes nacionales, que si bien es cierto, no fueron concebidas para
regular directamente nuestro sistema penitenciario, ofrecen un marco
general dentro del cual se debe desarrollar, tomando en consideración el
respeto a los derechos humanos y la dignidad de las personas.
Constitución Política de la República de Panamá La Constitución Política es
el instrumento jurídico de mayor jerarquía en el que se cimienta el Sistema
Penitenciario panameño, específicamente en el artículo 28, que señala que
“se funda en principios de seguridad, rehabilitación y defensa social”. En la
mencionada disposición igualmente se prohíbe la aplicación de “medidas
que lesionen la integridad física, mental o moral” de las personas que están
bajo detención, y ordena la capacitación en oficios, como mecanismo para
que se reincorporen útilmente a la sociedad. Señala además, que las
personas menores de edad “estarán sometidas a un régimen especial de
custodia, protección y educación”. El rango jerárquico de la Constitución
Política, determina que los otros instrumentos jurídicos que desarrollen el
tema, no pueden bajo ningún concepto contravenir los principios ahí
establecidos.
Ley 55 de 30 de julio de 2003 o Ley Penitenciaria. Es la normativa que
actualmente regula al Sistema Penitenciario panameño. Fue promulgada el
30 de julio de 2003, y deroga la Ley 87 de 1 de julio de 1941, que hasta esa
fecha, era la que reglaba nuestro sistema penitenciario. La ley 55 de 2003
nace como una respuesta a la necesidad de una legislación moderna que
sustente y oriente las iniciativas, políticas y programas que harán posible
las grandes transformaciones penitenciarias que reclama el país en los
albores de su promulgación. Esta ley introduce el concepto de “servicio
público penitenciario”, como objetivo del Sistema Penitenciario Nacional, y
le otorga una nueva estructura orgánica moderna y más adecuada a la
prestación de este servicio público. Establece los principios generales de la
Carrera Penitenciaria y la Escuela de Formación Penitenciaria, consagra el
régimen de derechos y deberes de los privados o privadas de libertad,
destaca el principio de presunción de inocencia como rector del trato que se
debe dispensar a las personas en detención preventiva. Incorpora el
concepto de separación y clasificación de la población privada de libertad,
de acuerdo a criterios criminológicos y penitenciarios; adopta el sistema
progresivo técnico como fundamento conceptual del tratamiento
penitenciario. Por último, y no menos importante, adopta como
complementarias y supletorias, las recomendaciones de la Organización de
las Naciones Unidas sobre las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los
Reclusos, y el Conjunto de Principios Para la Protección de Personas
Sometidas a Prisión de 1988. Decreto Ejecutivo 393 de 25 de julio de 2005
o Reglamento Penitenciario En este instrumento jurídico se reglamenta el
contenido de la Ley 55 de 2003, tal como se ordena en su artículo 132,
estableciendo los procedimientos de gestión de las instituciones creadas
por ella; se prevén los mecanismos para la separación y clasificación de los
privados de libertad en los centros penitenciarios; el manejo de los
detenidos preventivos y condenados; los mecanismos de traslados y
comisiones fuera y dentro de los establecimientos penales; los conductos
para la tramitación de quejas y recursos administrativos; los procedimientos
y requisitos para la concesión de permisos especiales, libertad condicional y
otros beneficios; los mecanismos para el control y concesión de visitas; así
como el desarrollo de un sistema doble de seguridad, denominado externa
e interna. El Reglamento Penitenciario, al igual que la Ley Penitenciaria, ha
sido elaborado de tal forma, que permita su consulta de manera sencilla al
público penitenciario, ya que explica detalladamente, cómo se debe atender
cualquier actividad penitenciaria.
Ley 28 de 1 de agosto de 2005 o Ley de Conmutación de Penas de
Privación de Libertad por Estudio o Trabajo. Esta ley modifica el Artículo 47
del Código Penal de la República de Panamá, que versa sobre la pena de
prisión, adicionando un Capítulo denominado “Conmutación de Penas de
Privación de Libertad por Estudio o Trabajo”, al Título III del Libro Primero
del Código Penal, el cual está integrado por los Artículos 89-A, 89-B y 89-C.
En términos generales, la Ley faculta a la Dirección General del Sistema
Penitenciario, para autorizar la participación de los privados de libertad en
programas de estudio o trabajo, como medidas alternas al cumplimiento de
la pena de prisión, siempre y cuando las actividades autorizadas reúnan
ciertas características, como por ejemplo, cuando se trate de programas
educativos, la formalidad y el provecho académico. De igual manera, en el
caso de programas laborales, debe referirse a trabajo comunitario eficiente
y voluntario. Adicional a ello, el aspirante debe tener un perfil básico, que
consiste en estar cumpliendo una sola condena a órdenes de la Dirección
General del Sistema Penitenciario y haber sido clasificado en alguno de los
períodos del sistema progresivo técnico. A saber: probatorio, de prelibertad
o de libertad vigilada. Este sistema de ejecución penal no aplica para
ciertos delitos como secuestro, tráfico internacional de drogas consumado,
terrorismo, homicidio atroz y algunas modalidades de violación carnal. A los
privados de libertad que participen de este sistema de ejecución penal se
les reconoce un descuento de un día de prisión por un día de trabajo o
estudio, si la pena tiene una duración de entre treinta días a tres años; un
día de prisión por cada dos días de trabajo o estudio, si la pena tiene una
duración de entre tres años hasta diez años; y un día de prisión por cada
tres días de trabajo o estudio, si la pena tiene una duración de entre diez
años hasta la pena máxima, que en nuestro país es de veinte años hasta
tanto entre en vigencia el nuevo Código Penal que aumenta la pena hasta
treinta y cinco años. La Ley 28 de 2005 está reglamentada por el Decreto
Ejecutivo 547 de 30 de noviembre de 2005. Reglas mínimas para el
tratamiento de los reclusos Son un conjunto de medidas adoptadas por el
Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y
Tratamiento del Delincuente, celebrado en Ginebra en 1955, y aprobadas
por el Consejo Económico y Social en sus resoluciones 663C (XXIV) de 31
de julio de 1957 y 2076 (LXII) de 13 de mayo de 1977. Su objetivo no es el
de describir en forma detallada un sistema penitenciario modelo, sino
solamente instituir, los principios y las reglas de una buena organización
penitenciaria y de la práctica relativa al tratamiento de los privados de
libertad, inspirándose en conceptos generalmente admitidos en nuestro
tiempo y en los elementos esenciales de los sistemas contemporáneos más
adecuados. La primera parte de las reglas son concernientes a la
administración general de los establecimientos penitenciarios y es aplicable
a todas las categorías de privados de libertad, criminales o civiles, en
prisión preventiva o condenados, incluso a los que sean objeto de una
medida de seguridad o de una medida de reeducación ordenada por el
juez. Contiene normas generales para el registro, alojamiento, condición de
los locales, higiene personal, ropa y camas, alimentación, ejercicios,
asistencia médica, disciplina y sanciones, medios de coerción, información
y quejas, contacto con el exterior, biblioteca, depósito de pertenencias,
traslados, notificaciones, inspección y el personal penitenciario.
La segunda parte contiene las reglas que no son aplicables más que a las
categorías de privados de libertad a que se refiere cada sección. Contiene
temas como el tratamiento, la clasificación e individualización, los
privilegios, el trabajo, educación y recreo, relaciones sociales y ayuda
postpenitenciaria; alienados y enfermos mentales, detenidos
preventivamente y detenidos por casos civiles. Declaración Universal de los
Derechos Humanos Es un documento acogido y proclamado por la
Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en su
Resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948, partiendo del hecho de
que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e
inalienables de todos los miembros de la familia humana; y que el
desconocimiento y el menosprecio de estos derechos han originado actos
de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad; y que se ha
proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento
de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la
miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias. La
Declaración tiene como ideal común el que todos los pueblos y naciones se
esfuercen, a fin de que tanto los individuos como las instituciones,
inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y
la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por
medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su
reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos
de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su
jurisdicción. Consta de treinta artículos que hablan sobre la igualdad de
condiciones de todos los individuos y la igualdad ante la ley; el derecho a la
vida; la libertad y la seguridad; la proscripción de la esclavitud y las torturas;
el derecho al libre tránsito y a la libre expresión de las ideas, creencias y
culto, entre otros derechos fundamentales.

BALANCE EN LA APLICACIÓN DE LA NUEVA LEGISLACIÓN


PENITENCIARIA EN PANAMÁ La Ley penitenciaria anterior se promulgó
en 1941, siete años precedentes a la Declaración Universal de los
Derechos Humanos y dieciséis años antes de la adopción de las Reglas
Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos. Esto significa que ya, en
materia de derechos humanos, para la década de los cincuenta, nuestra
Ley penitenciaria mantenía un atraso importante. Por otro lado, la referida
Ley se mantuvo vigente por seis décadas, encontrándose a su paso con
todo tipo de problemas dada su obsolescencia. Entre los más importantes
se destacan el incremento vertiginoso de la población penitenciaria,
especialmente a partir de 1990, cuando se duplicó de 5,000 a 11,000; las
variaciones en la calidad y modalidad de los delitos como consecuencia del
auge tecnológico y la importación de modelos delictivos de otros países; la
inadecuación de los modelos de administración, seguridad y tratamiento; y
la insuficiencia de recursos humanos, materiales, económicos e
infraestructura. La eclosión de estos problemas ocurrió en 1996 con los
denominados “Sucesos de la Cárcel Modelo”. Como consecuencia de esta
nueva realidad, se fija una política de Estado, orientada a modernizar
nuestro sistema, la cual se visualiza en atención a un diagnóstico
penitenciario nacional. De sus resultados, se instituyeron planes concretos
dentro de los cuales figuró el más importante, siendo este la creación de la
nueva ley penitenciaria. Definitivamente este es un paso que tiene como
efecto un balance positivo. A sólo cuatro años de haberse aprobado, éstos
son los cambios más significativos: 1. Mayor eficiencia y eficacia en el
proceso de gestión: De un modelo administrativo vertical, donde se
centralizaba totalmente la toma de decisiones en la figura del Director
Nacional, se pasó a un modelo administrativo circular, en el cual, la toma de
decisiones del Director General se sustenta en la asesoría y orientación de
tres organismos colegiados: el Consejo de Política Penitenciaria, el Consejo
Técnico y las Juntas Técnicas. Además, las tareas relacionadas al
funcionamiento de la Institución se distribuyen por áreas temáticas, en once
departamentos, los cuales cubren las áreas de administración, salud,
seguridad, tratamiento y administración. 2. Mejor definición de los procesos
de tratamiento y rehabilitación: La ley 55 de 2003 determina que nuestro
sistema penitenciario se fundamenta en un sistema progresivo técnico. Con
ello, pone de relieve que toda actuación del servidor público penitenciario,
no importa el área temática donde se desempeña, debe ir orientada a la
rehabilitación del privado condenado, basada en técnicas científicamente
validadas. 3. Realce del respeto a los derechos humanos y la dignidad de
las personas: La Ley penitenciaria coloca la relación con los privados/as de
libertad dentro del marco del derecho público, define los deberes y
derechos, tanto de los servidores públicos penitenciarios como de la
población privada de libertad, y orienta toda su actuación en esa dirección.
4. Mayor alcance en el proceso de reinserción social: Con el nuevo
ordenamiento jurídico se adecuó el sistema de reinserción social, al
desarrollar programas específicos para ese fin. Dentro de los más
importantes se destacan: a) Libertad condicional: Programa mediante el
cual, las personas condenadas que han cumplido 2/3 parte de la pena,
pueden ser puestos en libertad bajo ciertas condiciones de vigilancia, tales
como: el reporte cada 15 o 30 días, la tenencia de un puesto de trabajo; el
compromiso de no portar armas ni involucrarse en nuevos hechos
delictivos, y otros. b) Permisos laborales y de estudio: Permite a los
privados de libertad que han cumplido la mitad de la pena aplicar para un
permiso de trabajo o de estudio, fuera del centro penitenciario, si cumplen
con ciertos requisitos como ser delincuentes primarios, baja severidad de la
pena, interés personal, condición psicológica estable y otros. c)
Conmutación de pena por trabajo o estudio: Programa mediante el cual los
privados/as de libertad condenados/as, que realizan trabajos de tipo
comunitario, o que estudian durante el cumplimiento de su condena,
pueden descontársele días de su condena a razón de 1 día por cada día de
trabajo o estudio, para las penas menores de tres años; 1 día por cada dos
días de trabajos o estudios, para las penas entre 3 y 10 años; y 1 día por
cada tres días de trabajo o estudio, para las penas mayores a 10 años. Por
supuesto, los que aplican deben reunir ciertas características legales y
psicológicas para poder favorecerse de este sistema. d) Permisos
especiales de salida: Consisten en la concesión de permiso para que la
persona privada de libertad tenga una salida vigilada o no, del centro
penitenciario, para cumplir con diversos asuntos de índole académica,
familiar, social o de tratamiento. Los permisos varían, desde aquellos para
atender eventos familiares relevantes como fallecimientos, asistencia a
actividades académicas, actividades culturales o recreativas, hasta
permisos permanentes en razón de que la persona se encuentre en fase
terminal de una enfermedad. e) Tabla progresiva de permisos de salida: Es
una modalidad de permisos que se conceden en forma escalonada,
mediante una tabla, a aquellas personas condenadas que trabajan dentro
de las instalaciones del centro penitenciario. Los permisos se inician con
una salida al mes y van aumentando progresivamente, cada tres meses,
hasta alcanzar un máximo de 4 permisos al mes, desde el viernes hasta el
domingo.

PROYECCIONES DEL SISTEMA PENITENCIARIO PANAMEÑO


La Ley penitenciaria panameña tiene sólo cuatro años y medio de haberse
puesto en ejecución. Dos años después, en el 2005, se promulgó el
Reglamento Penitenciario, un instrumento conformado por 371 artículos
que desarrollan detalladamente la Ley. Durante este lapso se han tenido
avances en su cumplimiento que podemos situar en un 15%, tomando en
consideración que es una Ley moderna, proyectada para ejecutarse
plenamente en cincuenta años. Un 15% de avance se puede catalogar
como bueno, y creemos que la tarea más difícil ya está siendo superada, la
cual consiste en hacer cambiar los esquemas mentales del servidor público
penitenciario, puesto que, cuando hay cambios, generalmente se
encuentran tres tipos de reacciones. La primera y mayoritariamente
aceptada, es el rechazo. La segunda, es la apatía, que también es muy
común y por último, la menos sentida, la de respaldo al cambio. A estos
obstáculos, hay que agregar la falta de recursos humanos, económicos y
materiales. Sin embargo, esta situación se puede superar en la medida que
exista interés de parte de quienes tienen la responsabilidad de implementar
los conceptos establecidos en la nueva Ley, que orientan a un cambio
integral en nuestro sistema penitenciario. Dentro de las proyecciones del
sistema penitenciario está pues, acelerar el nivel de ejecución de la Ley,
mediante la capacitación del personal existente y la contratación de nuevo
personal. Así como, la sustitución de la seguridad policial por seguridad
civil, en lo que respecta a los perímetros internos de los penales y usar a la
policía nacional solo para la seguridad externa. Para estas tareas se cuenta
con la recién creada Academia de Formación Penitenciaria, cuya misión
fundamental es la de formar a todo el personal penitenciario que laborará
en los diferentes centros penitenciarios. De igual manera se está llevando a
cabo la construcción de nuevas infraestructuras con características
penitenciarias, para reemplazar las antiguas construcciones que, en algún
momento fueron estructuras para otros fines, que se amoldaron a las
necesidades de alojar personas privadas de libertad. Las medidas
implementadas permitirán lograr los objetivos propuestos con una visión
clara fundamentada en principios científicos que alcancen una efectividad
en la rehabilitación y reinserción social de los/las privados/as de libertad.

ALGUNOS DE LOS MODELOS DE SISTEMAS UTILIZADOS EN PANAMÁ


 Sistema de Comunidad: No se trata propiamente de un sistema.
Antiguamente sólo se puso en práctica la idea de que era necesario recluir
en las prisiones al que cometía un delito. La idea era la de privar de la
libertad al que delinquía con el objeto de imponerle un castigo y separarlo
de la sociedad con la cual se había hecho incompatible.
Se sabe que la vida en común de los encarcelados da pábulo a la
perpetración de graves delitos. En los penales hay gente de toda
preparación para la perversidad; de esto resulta que los menos versados en
el crimen aprenden de sus compañeros nuevas formas de delincuencia. En
el sistema de comunidad se mezcla al presidiario condenado por
reincidencia con el delincuente ocasional y aquellos que por primera vez
pisan los umbrales del presidio, sin importar tampoco el tipo de delito
cometido. Sin embargo este sistema que tanto daño ha causado, sigue
imperando, aunque fue condenado en la Conferencia Internacional de
Francfort, celebrada en el año 1846, porque habla producido desastrosos
resultados.
 Sistema de Clasificación: Como se comprobó que el sistema de comunidad
dejaba a los presidiarios dentro de una escuela del crimen y de vicio, se
ideó modificar este sistema haciendo la clasificación de los penados,
separando y seleccionado a los reclusos de acuerdo con determinadas
condiciones y circunstancias. Este nuevo sistema hace la separación entre
delincuentes contra la propiedad y entre delincuentes contra las personas, y
de cada uno de los delitos análogos a los anteriores, se clasifica según su
naturaleza y la mayor o menor gravedad de cada uno; dentro de cada uno
de estos grupos se forman otros en que se clasifican por edades,
caracteres temperamentales, educación, profesión y demás factores que
influyen en la comisión del hecho delictuoso. El sistema de clasificación
aunque revela un paso de progreso y ciertos puntos de contacto con
sistemas más recientes, tampoco resuelve el problema.
 Sistema celular o de aislamiento: Consiste en dar a cada recluso una celda
individual. Según este sistema a un recluso se le puede dejar aislado
determinado tiempo, según parezca conveniente, de acuerdo a una
gradación aplicada según su comportamiento. Siguieron este sistema la
Prisión de Gante y los postulados de Howard, hasta cierto punto, pero
donde tuvo mayor aplicación fue en los Estados Unidos de Norteamérica,
donde se originaron los famosos sistemas Filadélfico y de Auburn. El
sistema celular tampoco resolvía el interrogante que se proponían los que
luchaban por el mejoramiento de las prisiones. Todos pensaban que el
aislamiento celular diurno y nocturno impuesto con vigor quebranta
profundamente la salud física y mental de los reclusos. Este sistema
tampoco favorece la adaptación del delincuente a la vida social. Por el
contrario, en lugar de vigorizar su sentido social lo debilita al colocarlo en
una atmósfera moral artificial, exenta de los peligros y tentaciones que
asediarán al penado en cuanto vuelva a la vida de libertad. Puede suceder,
y sucede de hecho, que individuos que por haberse adaptado a la celda, se
conducen en la prisión de un modo ejemplar, delinquen otra vez, faltos de
resistencia, apenas se han puesto de nuevo en contacto con el medio social
exterior.
 Sistema Filadélfico: Su principal característica es el aislamiento celular. Es
decir, que los reclusos se encuentran cada uno dentro de su celda,
totalmente separados de los demás durante las veinticuatro horas del día.
Su nombre se debe a que tomó esta característica de la prisión de Walnust
Street en Filadelfia, que fue la primera en establecer un sistema celular.
Otra característica es la de que cada recluso trabaja dentro de su celda, en
donde se les proporcionan todas las facilidades para que lo haga. Las
únicas visitas que recibe son las del sacerdote, de las autoridades del
establecimiento y las del médico o enfermero. Los escritores que defienden
este sistema conceptúan que la soledad ejerce una acción continua en el
ánimo del penado, pues este recoge su espíritu, reconoce sus extravíos, y
en presencia de sí mismo y de su falta, se convence de que aquel
prolongado suplicio no será tolerable para él mientras no quede en paz con
Dios y con su conciencia. Otros autores en cambio, ven en este sistema
graves inconvenientes, llegando Ferri a calificarlo como "una de las
aberraciones del siglo XX". La declaración del Congreso Internacional
Penitenciario reunido en Bruselas en 1900, es favorable a este sistema. Tal
declaración manifiesta que los resultados del sistema no son peores sino
mejores que los resultados de la prisión en común, pero que debe huirse de
caer en el extremo en que con frecuencia se incurre, de construir hasta
para los asesinos y ladrones, celdas con tales comodidades que
constituyen un ultraje a la pobreza del trabajador honrado y aún al de la
clase media y que quitando, unido a ciertos refinamientos de alimentación y
cuidado, a la pena lo que tiene de castigo, han llevado a algunos a delinquir
para gozar de comodidades y cuidados superiores a los que tendrían en la
vida social. Otras ventajas que se aducen en favor de este sistema son: a)
imposibilidad de recibir visitas no autorizadas; b) inexistencia de evasiones
o movimientos colectivos; c) escasa necesidad de recurrir a medidas
disciplinarias; d) se prescinde de personal técnico y solo se requiere un
número mínimo de guardias; el fácil mantenimiento de la higiene; f) efecto
intimidatorio respecto de la colectividad y el delincuente. Los inconvenientes
que tiene este sistema son: -Impide la readaptación de los reclusos a la
vida social. - Es un sistema caro, porque hay que adaptar las celdas de
manera que cada recluso tenga todos los implementos necesarios para su
trabajo, impidiéndole el uso de herramientas e implementos comunes.
 El trabajo se convierte en una actividad monótona que puede producir
choques emocionales causantes de enfermedades mentales. El recluso no
aprende a trabajar en equipo y precisamente para readaptarlo a la vida
social, esta es una circunstancia de gran valor, porque la industria moderna
requiere cada vez más de unidades de producción en serie. c.2) Sistema de
Aubum Representa una modificación del sistema Filadélfico y fue aplicado
por primera vez en la cárcel de Sing Sing. Consiste en mantener a los
reclusos totalmente aislados durante la noche, pero durante el día trabajan
en equipo bajo la regla del absoluto silencio. La prohibición absoluta de que
los presos hablen mientras están en compañía para el trabajo, es el mayor
defecto de este sistema.
 Sistemas Progresivos: Inglaterra se lleva el orgullo de haber fundado los
sistemas más racionales y correctos en materia penitenciaria. Cuando este
país no vela satisfecha sus necesidades ni con el Sistema Filadélfico ni con
el Sistema de Auburn, tuvo que pensar en resolverlas por su propia
iniciativa. Al efecto sacó del sistema Filadélfico las medidas que fuera más
conveniente aplicar, e hizo lo mismo con el sistema de Auburn y creó así un
sistema ecléctico, que denominó Sistema Progresivo.
 El Sistema Progresivo comprende tres aspectos: La reforma de
Maconechie, la Servidumbre Penal Inglesa y el Régimen Irlandés o de
Crofton.
La Reforma de Maconechie Alejandro de Maconechie, Capitán de la Marina
inglesa, fundó en el año 1840 en 1a Colonia Penitenciaria de la Isla de
Norkfolk, una prisión disciplinaria. Su doctrina se podría resumir así: Toda
reforma penitenciaria, para que sea provechosa debe hacerse en armonía
con las leyes de la sabia naturaleza; la esperanza- debe ser la ambición de
los penados. La idea de que mañana volverán a la sociedad limpios de todo
pecado, llevando como nuevas armas para luchar con la vida, artes y
oficios aprendidos en el establecimiento correccional, hará que ellos tengan
fé y esperen el mañana observando buen comportamiento. El estímulo fue
en este nuevo sistema de prisiones, la medida quizá más eficiente y que dió
los mejores resultados. Para hacer que la esperanza la fueran convirtiendo
en realidad, creó un maravilloso sistema de marcas o vales destinados a
representar el premio que los reclusos merecían por su buen
comportamiento, por su trabajo y por su adelanto en todo sentido. Pudo
suprimir las condenas restringidas a determinado tiempo, para ser
sustituidas con la obligación de ganar cierto número de vales, moneda para
comprar la libertad. Dentro de su colonia convirtió de hecho la libertad en
precio de la actividad, el estudio, el trabajo, la buena conducta y demás
factores similares de perfecta rehabilitación. En la prisión o Colonia de
Maconechie no eran necesarios los castigos corporales acompañados de
tormentos y dolores; el mayor tormento consistía en quitarles los vales
ganados a golpe de consagración.
 Sistema de Servidumbre Penal. Se inició este nuevo sistema en 1864, que
consiste en dividir el tiempo de condena en tres períodos: el primero es la
prisión celular, al reo se le aísla
 en una celda particular de día y de noche; este período dura un año, sin
poder bajar de nueve meses y durante este tiempo puede el recluso ser
condenado u obligado a un trabajo cualquiera. El segundo período es el de
aislamiento individual durante la noche y de trabajo en común durante el
día, pero sin el régimen de silencio, aunque la conversación es
minuciosamente observada por los vigilantes o directores. Al llamado tercer
período pasan los que han permanecido en los establecimiento c trabajo y
han demostrado una verdadera corrección; es el período llamado de la
libertad condicional, y el preso que lo adquiere puede salir del
establecimiento penal con licencia y ocuparse en los trabajos que quiera,
pero en todo caso bajo la vigilancia de la autoridad y si su comportamiento
fuera denota que su arrepentimiento y corrección no son suficientes por
malos manejos comprobados, se le retira la licencia, para hacerlo volver a
la prisión en común y aún la celular, hasta obtener nuevas pruebas de
completo mejoramiento.
 Sistema Irlandés o de Crofton. Este consta de cuatro periodos: el primero
llamado penal dura como el sistema de servidumbre, de 9 a 12 meses, y
este se sub-divide en dos tiempos: el primero es de aislamiento absoluto, y
después de separación relativa. El segundo período llamado "período de
reforma" es de separación nocturna y trabajo común; consta de cuatro
grados y en el superior el preso deja de vestir el uniforme del
establecimiento y es destinado a servicios de confianza. El paso de uno a
otro grado se obtiene por el sistema de vales, como en el régimen de
servidumbre, pero se diferencia en que el que no progresa retrocede y no
puede permanecer estacionario. El tercer periodo llamado de "prisión
intermedia" es el que caracteriza el sistema; durante este período el recluso
hace su vida fuera del establecimiento penal en trabajos que le proporciona
la administración del mismo o los patronatos o sociedades de amparo, pero
tiene la obligación de dormir en la prisión. Este período viene a ser la
transición entre la condena y la libertad y se puede pensar que es una pena
meramente moral. El cuarto periodo: "libertad condicional". En este periodo,
a medida que la condena se acorta y se aproxima la libertad, el recluso se
acerca, mediante su buen comportamiento a personas honradas, las cuales
le proporcionan trabajo al notar el mejoramiento y al ver que el delincuente
de ayer es el obrero y trabajador de hoy. Este sistema ha merecido elogios.
Lucha por la reforma y por devolver al delincuente curado a la sociedad.
 Régimen de Elmira. Este es el sistema que según varios penalistas, puede
considerarse el más adecuado. Consiste en un reformatorio para adultos y
su primer ensayo se hizo en los Estados Unidos (Nueva York). Los métodos
puestos en práctica en este régimen tienden a desarrollar a los penados
físicamente, a vigorizarlas mentalmente, a mejorarlos moralmente, a
enseñarles a obedecer y a dominar su carácter y darles un oficio en
armonía con sus inclinaciones. Es una aplicación más correcta del sistema
progresivo que tiene la mayor influencia en el régimen de Elmira. Como
medios para sus fines de corrección, este régimen tiene los siguientes
postulados: Un gimnasio con prescripción médica Escuela, biblioteca, salón
de lectura.
 Educación religiosa. Una organización militar enseñada por un oficial no
penado y que adiestra a los reclusos en toda clase de ejercicios militares.
Escuelas profesionales donde se enseña gran número de artes, todos bajo
la dirección de un maestro. Un sistema monetario de marcas o vales. Los
penados se dividen en tres clases o grados: primero, segundo y tercero. El
primero es el superior; al ingreso en la institución los reclusos son
colocados en el segundo grado. Para pasar de un grado a otro es preciso
obtener cierto número de marcas que son la recompensa de la aplicación y
de la buena conducta. A los pertenecientes al primer grado, después de
seis meses de haber llegado, si han obtenido buena nota en los exámenes,
el Consejo de Directores puede concederles la libertad condicional bajo
palabra. El libertado en estas condiciones es puesto en libertad en cuanto
ha encontrado una colocación que satisfaga a su superintendente. Si
durante seis meses la conducta del liberado es buena y el Consejo de
Directores cree que puede permanecer definitivamente libre sin infringir la
ley, su liberación se convierte en definitiva. Si el liberado infringe las
condiciones fijadas para su liberación o comete algún nuevo delito, es
reintegrado al reformatorio mediante un mandamiento del Secretario del
Consejo de Directores. Los resultados obtenidos en Elmira han
determinado en los Estados Unidos un movimiento favorable a la creación
de instituciones análogas y se han construido gran número de reformatorios
cuyo régimen y organización recuerdan el de Elmira.
Conclusión

Para mi concepto los sistemas utilizados hoy en día son los mismos utilizados
hace muchos años atrás y por lo menos en nuestro país hemos podido observar
que no está funcionando y debemos encontrar alguna solución para cumplir el
verdadero propósito y compromiso que se tiene con los privados de libertad y el
futuro de cada uno de ellos. Este tema debe ser un tema de mucho interés ya que
es parte de nuestra sociedad yo por lo que he podido investigar y en base a
sucesos hechos en los centros de mi país puedo concluir en que no se le toma a
relevancia que tiene.

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