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Trabajo de Investigación Final
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INTRODUCCIÓN
En este momento, como trabajo de investigación final, nos ha tocado referirnos sobre lo que
es la aplicación de la Ley 224-84 y las Reglas Mínimas denominadas Reglas Nelson
Mandela, en los Modelos Penitenciarios Dominicanos.
En la República Dominicana, está en vigencia la Ley 224 del 26 de junio del año 1984,
sobre Régimen Penitenciario, en virtud de la cual se tiene los fundamentos del sistema
progresivo en lo que al tratamiento penitenciario se refiere, pero solamente desde el punto
de vista legislativo, porque en la práctica, es una ley muerta, por la ausencia de una política
penitenciaria eficaz.
Esta ley es bastante amplia consta de 27 capítulos y 107 artículos, y era muy avanzada para
la época en que fue puesta en vigencia, sobre todo si se toma en consideración que la
misma recoge, casi en su totalidad, los proyectos del Dr. Jaime del Vale Allende,
elaborados alrededor del 1962, los cuales contemplan gran parte de las llamadas reglas
mínimas para el tratamiento penitenciario, aprobadas en el congreso de la Organización de
las Naciones Unidas de 1955.
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DESARROLLO
c) Las Cárceles: En estos establecimientos deben estar las personas que aun no han
sido condenados, es decir, presos preventivos.
Además, esta legislación específica que el régimen penitenciario tendrá carácter progresivo
y constará de tres períodos:
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a) Salidas temporales.
c) Libertad Condicional.
Igualmente, establece una separación tanto entre los reclusos mayores y menores de 21
años, así como aquellos que hayan cometido delitos de sangre, y contra el sexo. También
serán tomados en cuenta factores como la personalidad del recluso, naturaleza del delito,
duración de la pena.
En cuanto al ingreso de los reclusos a los establecimientos carcelarios, esta solo será
posible en virtud de una orden emanada de autoridad judicial competente.
En lo referente a los egresos o salidas de la prisión, son varias las causas que la determinan:
a) Cumplimiento de la condena.
b) Libertad Condicional.
c) Indulto o Amnistía.
d) Salidas temporales.
Igualmente, se establece el trabajo en sus dos vertientes, o sea, como parte del proceso de
rehabilitación y como medio para que el recluso pueda disponer de ingresos que le sirvan
para mejorar las condiciones personales y las de su familia. En todos los casos, el trabajo
será obligatorio, al igual que la asistencia a los centros de instrucción que existirán en las
cárceles.
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En cuanto a la comisión de Vigilancia, Evaluación y Sanción, está formada por el Director
del Penal, el Secretario, un Psiquiatra y un Visitador Social, así como cuantas demás
personas se requieran. Esta comisión tendrá a su cargo las labores de tratamiento,
adaptación, permisos, y sanciones de los reclusos a su cargo. También resolverá sobre el
avance o retroceso de los reclusos sometidos al tratamiento.
b) Talento humano;
Del mismo modo que es inútil una nueva edificación si no se implementa una gestión
penitenciaria con talento humano capacitado en el manejo de la
administración penitenciaria, profesionales de la salud que comprendan la condición del
privado de libertad y Agentes entrenados en Vigilancia y Tratamiento Penitenciario (VTP),
formados por la Escuela Nacional de Administración Penitenciaria (ENAP).
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En ese mismo orden, la Ley 224-84 sobre Régimen Penitenciario Dominicano ordena en su
artículo 95 que el personal a cargo de los centros penitenciarios y de los internos, deberá ser
un recurso humano especializado, profesional, idóneo y capaz para llevar a cabo la ardua
tarea de cumplir con esta misión social establecida por la Ley.
Se puede decir que, el legislador se inspiró en estas carreras especiales cuando en el articulo
6 de la Ley41-08 de Función Pública, le brinda al Presidente de la República la facultad de
crear a través de reglamentos complementarios, carreras administrativas especiales en
aquellos órganos de la Administración Pública Central y en las entidades descentralizadas,
previo estudio y opinión favorable del Ministerio de Administración Pública.
Es por todo lo anterior, que se hace necesario la elaboración de un Reglamento que venga a
ser el marco normativo que regule todo el régimen laboral penitenciario sustentado en los
principios rectores que sostienen el sistema de función pública de acuerdo a la ley, tales
como el mérito ante la ley, la igualdad de acceso a la Función Pública, la estabilidad en los
cargos de carrera, la equidad retributiva, la flexibilidad organizacional, la irrenunciablidad
y la tutela judicial.
Sin lugar a dudas, Republica Dominicana exhibe unos avances considerables con el Nuevo
Modelo Penitenciario que han traspasado las fronteras, imponiendo un Modelo de Gestión
Penitenciaria que ha venido a constituirse en un paradigma para Iberoamérica y el mundo.
Todo esto, ha hecho posible que nuestro país se encuentre recibiendo el reconocimiento de
organismos de la comunidad internacional tales como la ONU, a través del ILANUD, la
OEA y diversos países que se han acercado para tomar lo mejor de nuestra experiencia, ya
que hemos trabajado en un modelo que dignifica la integridad de los internos y humaniza el
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proceso de tratamiento, para lograr la mejor reinserción social y así prevenir los niveles de
reincidencia criminal.
Como ejemplo de esto, en el 2011 pude intercambiar criterios e impresiones con una
delegación desde Panamá que vino a conocer las mejores prácticas promisorias de la
experiencia dominicana en materia penitenciaria, y así implementarlas en aquella nación.
En ese momento, se desarrolló un recorrido por diferentes Centros de Rehabilitación y
Corrección como Najayo Mujeres de cara a que puedan adquirir las habilidades y destrezas
gerenciales para gestionar y liderar los centros penitenciarios panameños. En aquel
encuentro me acompañó la Jefa de Tratamiento Penitenciario de Panamá y coordinadora de
la Defensoría del Pueblo en materia penitenciaria, Sharon Díaz.
Tal parece que el impacto que ha tenido la exportación de nuestra reforma penitenciaria
hacia Panamá ha tenido tanto éxito que hace unos meses la Clínica Internacional de
Derechos Humanos y Resolución de Conflictos de la Escuela de Derecho de la Universidad
de Stanford, Los Ángeles, se acercó a mi persona a los fines de asesorarles en el tema de la
Reforma Penitenciaria dominicana, para ellos retomar un proyecto orientado a Panamá de
la Universidad de Harvard, tarea que nos encontramos realizando.
En tal sentido, se hace imperioso traer a colación que uno de los aspectos más relevantes
que se trabajó con ellos es el relacionado al sistema de concurso público, formación y
transparencia que ha demostrado nuestro país en términos de gestión del personal
penitenciario.
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de los temas en agenda del MAP es precisamente, el tópico de las carreras especiales, en
este caso, la Carrera Penitenciaria.
Vale decir que, las anteriormente mencionadas Reglas de Ginebra, aprobadas durante el
Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente, ha sido tal vez el instrumento más conocido en materia penitenciaria, y quizás
el único que hace especial énfasis al tema de la Gestión de personal y educación del mismo,
al mismo tiempo que formula recomendaciones en torno a la selección y formación del
personal penitenciario, así como del estatuto del personal y condiciones de servicios.
En todo caso, es necesario que el personal seleccionado sea de carácter civil y siempre
ajeno a cualquier influencia partidista, para así evitar que este proceso de
profesionalización se vea mermado por el clientelismo o interrumpido por los cambios de
gobiernos, y se pueda instaurar la cultura de la profesionalización como una especie de
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continuidad de Estado dentro de los lineamientos de la política penitenciaria del Estado
dominicano.
Podemos afirmar a todas luces que la piedra angular de una prisión es la esfera humana, es
decir, nos referimos a los dos sectores representados en un recinto: los privados de libertad
y el personal penitenciario que presta un servicio social. En esta ocasión, tratamos de
centrar nuestro interés en el desarrollo integral del segundo sector, porque en la medida que
puedan capacitarse dentro de la profesionalización de la carrera, así mismo será el servicio
de calidad que brindarán a su cliente ciudadano, en este caso, los internos privados de
libertad. No obstante, es menester afirmar que el cliente final del servicio público y social
que dan las prisiones, lo constituye la sociedad, que es el colectivo que aguarda por la
reinserción y rehabilitación plena de aquel ciudadano en conflicto con la Ley.
Para lograr el respeto a los derechos fundamentales, el Estado debe ponerse a disposición
de los internos, ya sea por una obligación de hacer y no hacer, es decir, de garantizar y
respetar derechos, derivándose de éstos, acciones positivas y negativas.
En este sentido, podríamos decir que las acciones positivas serian brindar alimentos
adecuados, condiciones dignas, trato igualitario, condiciones para su aseo personal y las
negativas sería el hecho de no someterlos a torturas, tratos crueles, inhumanos y degrada
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Según lo establecido por las reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos y la ley 224
de 1984, encontramos como derechos de los reclusos:
• A un trato igualitario.
• Todo recluso tiene derecho de interponer sus quejas ante el alcalde o quien haga sus veces
cada vez que se considere que ha habido víctima de una arbitrariedad y de no ser atendída a
presentarla ante la Dirección General de Prisiones.
• Derecho a salida luego del cumplimiento de un tercio de la pena y sujeto a las condiciones
en la ley.
• Al aseo personal, para lo que deberán existir instalaciones adecuadas para tales fines.
• A vestimenta uniforme sin que en ningún caso sea degradante o humillante. Fuera del
establecimiento el recluso usara sus ropas personales y en caso de no tener, deberá
proporcionárseles.
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• A salir diariamente al patio o dependencias al aire libre por un plazo no inferior de una
hora.
• A recibir visitas de sus parientes, abogado, amigos con la frecuencia que dispongan los
reglamentos.
• Derecho de asistir al lecho de enfermedad grave o funerales de algún pariente del recluso,
siempre que fuese autorizado por el director del establecimiento.
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• Derecho de todo recluso encausado (o preventivo) a que se le presuma inocente debiendo
ser tratado en consecuencia.
• Derecho del recluso preventivo, a usar, si es su deseo, sus propias prendas de vestir y ropa
de cama. Así como también a ser atendido por su propio médico y su dentista.
• Derecho de todo recluso egresado a recibir asistencia y protección moral y material a fin
de poder desarrollar normalmente su vida en libertad.
Las personas privadas de libertad, gozan de casi todos los derechos que le son conferidos al
ser humano, con excepción de algunos como lo es la libertad, el derecho a elegir y ser
elegido, entre otros. Decimos esto, porque no resulta coherente, que el mismo Estado
encarnado en los miembros de seguridad de los centros penitenciarios, se conviertan en los
que avasallan y atropellan los derechos humanos de los internos.
Expresamos esto porque durante varios años hemos visto que han seguido siendo
inobservados los derechos de los reclusos, persisten las violaciones a derechos humanos por
parte de los agentes, llamados a poner el orden y mantener la paz dentro de los centros.
Durante el año 2009 la Oficina Nacional de Defensa Pública presentó una serie de
denuncias por maltratos y violación a los derechos de los internos, como lo fue la de la
Oficina Nacional de Defensa Publica del Departamento Judicial de Puerto Plata, contra las
autoridades del Centro de Corrección y Rehabilitación San Felipe, Puerto Plata, ante las
quejas remitidas por los familiares de internos en el Centro, en fecha 30 de junio del 2009,
quienes alegaban violación a los derechos fundamentales, y temiendo la posibilidad de
represalias en contra de sus familiares y ellos mismos, pidieron conservar la
confidencialidad de su identidad, y ante previa verificación de estos hechos se procedió a
formalizar la denuncia por los siguientes aspectos:
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a) Maltrato físico por los agentes penitenciarios (Violación al Derecho a la Integridad
Física, artículos 31 de las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos1 y 5
de la Ley 224-84).
1) De observación
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2) De tratamiento
Los miembros del personal penitenciario quedan sujetos a la obligación de seguir, antes de
ser nombrados y durante el desempeño de su cargo, los cursos de formación y de
actualización que establezca la Escuela Nacional Penitenciaria (ENAP). En función de las
necesidades que se desprenden del cumplimiento de la Ley 224 sobre Régimen
Penitenciario, se establece una relación del personal para laborar en un Centro aplicable a
la estructura organizacional de un Centro Penitenciario prototipo.
Director/a
Subdirector/a Administrativa
Médico
Enfermero(a)
Maestro(a)
Asistente Jurídico
Psicólogo(a)
Encargado de Taller
Odontólogo(a)
Supervisor(a) de Servicios
Encargado(a) de área
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Encargados de Área La responsabilidad del encargado de área es asegurar el buen
funcionamiento y organización de un área concreta de trabajo asignada. Esta área,
con independencia de que esté relacionada con un espacio físico del establecimiento o una
actividad o servicio, tendrá asignados un número concreto de recursos humanos de los
cuales también será responsable.
De vigilancia interior
De traslados o conducciones
Estos Agentes mantienen un contacto permanente con la población interna y por tanto
la interacción con los internos/as será su función básica.
Agentes de vigilancia exterior y perimetral: Control exterior del perímetro de los centros
penitenciarios. En el desempeño de sus funciones estos Agentes harán uso de armas de
fuego y por lo tanto deberán extremar el cuidado en el uso de las mismas.
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Funcionamiento de un centro penitenciario
a) un horario regimental
Horario Regimental del Centro Con el fin de normalizar al máximo el estilo de vida en los
establecimientos penitenciarios, la Dirección del Centro determinará dos modalidades
distintas de horario general: uno de lunes a viernes, y otro de fin de semana. Los días
festivos se regirán por el horario de fin de semana. En dicho horario se contemplarán unas
franjas horarias diferenciadas que permitan realizar las diferentes acciones de control,
suministro de alimentos, distribución de actividades formativas/lúdicas, descanso y tiempo
libre de los internos/as.
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• Descanso: Se deberá respetar un mínimo de ocho horas diarias de descanso nocturno para
los internos/as, que sólo podrán ser interrumpidas por orden del Director/a o del Supervisor
de Servicios. En lo referente a participación en actividades y talleres productivos, en el
horario de festivo o de fin de semana no se realizará ninguna de estas actividades, por lo
que estas franjas horarias quedarían destinadas a otras necesidades, como turnos de
comunicaciones, asistencia a actos religiosos, etc. Los apartados de control de presencia,
alimentación y descanso no se verán afectados por el tipo de horario.
Horario Regimental
El artículo 13 de la ley 224 expresa que "El régimen penitenciario aplicable a los
condenados por sentencias definitivas, en aquellas penas que por su duración lo permitan,
tendrá un carácter progresivo y contará de tres periodos fundamentales:
1.- De observación
2.- De tratamiento
3.- De prueba
El período de observación
El Art. 14 de la Ley 224 expresa que "Durante el período de observación que durará entre
diez y treinta días se mantendrá al recluso en dependencia separada del resto de la
población penal que se encuentre en otros períodos de tratamientos, y se efectuará el
estudio de su personalidad, de su medio social y de sus antecedentes personales, para
determinar la sección o establecimiento a que deba ser destinado y la naturaleza del
tratamiento que sea conveniente aplicarle".
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Procedimiento para el cumplimiento de la fase de observación El procedimiento de la fase
de observación se centra principalmente en la actuación de los profesionales del Equipo
Técnico que se regirán por el protocolo básico de observación. Después de haber concluido
el Protocolo de ingreso a través de la entrevista realizada por el profesional del Equipo
Técnico y de completar la Ficha de Ingreso, el interno/a quedará ingresado/a durante 10 a
30 días en el Pabellón de Observación. A partir de este momento será cada uno de los
componentes del Equipo Técnico y Multidisciplinar quienes darán paso a la
implementación del Protocolo unificado a través de las entrevistas y observación
pertinentes.
1. Estudio de la personalidad
Para realizar este estudio será necesaria la intervención de los miembros del Equipo de
Tratamiento: Psicólogo, Trabajador Social , Abogado o Jurista-criminólogo, Maestros y
Educadores.
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1. Entrevista con el Asistente Social, en base al Protocolo Unificado de tratamiento, y
entrevista especializada.
4. Entrevista y valoración por parte del equipo educativo de centro, para la evaluación del
nivel escolar y trayectoria laboral del interno/a.
Período de tratamiento
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• La reinserción social de la persona privada de libertad mediante el entrenamiento en
habilidades sociales y personales.
Los programas que se lleven a cabo en los Centros Penitenciarios deben enmarcarse en las
siguientes categorías:
• Programas terapéuticos
• Ficha de ingreso Es un registro manual, nominal que se inicia en el área del Subdirector
Tratamiento cuando llega el ingreso. La ficha contempla los datos esenciales del interno/a y
una exploración general pero completa de la misma. La finalidad de la ficha de ingreso es
la obtención de los datos generales más importantes del interno/a para poder determinar si
existen problemas de interés que se deban atender desde el primer momento, con el fin de
actuar sobre los mismos si fuera necesario. Otro objetivo fundamental es poder ubicar al
interno/a en Fase de Observación junto con los demás internos/as.
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• Protocolo Unificado del Interno/a Este protocolo incluye la información de cada uno de
los profesionales que componen el Equipo Técnico y cada uno de los informes: Informe
Psicológico Informe Social Informe Criminológico
Art. 20.- En las penitenciarías, presidios, cárceles y centros abiertos funcionará una
comisión formada por el director del penal, el secretario, un psiquiatra, un visitador social y
cualquier otra persona que preste servicio en un departamento del penal, quienes se
reunirán una vez al mes y tratarán sobre el progreso, tratamiento, adaptación, permisos y
sanciones de los reclusos que se encuentren en el penal. Podrá ser convocada una reunión
que no sea en la fecha señalada cuando el caso lo amerite. Los miembros de la Comisión de
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vigilancia, evaluación y sanción tienen voz y voto, a excepción del secretario, quien es el
secretario del penal.
a) El Director/a
c) El Subdirector/a de Seguridad
d) El Subdirector Administrativo
e) El Psiquiatra
f) El Trabajador Social
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el Juez de la Ejecución de la Pena, instituido por la Ley No. 76/02 que establece el Código
Procesal Penal.
El artículo 437 del Código Procesal Penal expresa: "El Juez de la ejecución controla el
cumplimiento adecuado de las sentencias condenatorias y resuelve todas las cuestiones que
se suscitan durante la ejecución". El Juez de la Ejecución de la Pena tiene jurisdicción
territorial dentro del Departamento Judicial para el que ha sido nombrado.
CONCLUSIÓN
Todo estos sistemas pasado y en la actualidad lo que se vive en república dominicana, solo
me queda opinar que el tratamiento penitenciario consiste en el conjunto de actividades
directamente dirigidas a la consecución de la reeducación y reinserción social de los
penados.
EL tratamiento pretende hacer del interno una persona con la intención y la capacidad de
vivir respetando la Ley penal, así como de subvenir a sus necesidades. A tal fin, se
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procurará, en la medida de lo posible, desarrollar en ellos una actitud de respeto a sí
mismos y de responsabilidad individual y social con respecto a su familia, al prójimo y a la
sociedad en general.
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