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INSTITUTO DE POSGRADOS EN CIENCIAS PENALES

Y POLITICA CRIMINAL DE BAJA CALIFORNIA

LICENCIATURA EN DERECHO

ENSAYO SOBRE LA EJECUCION DE SENTENCIAS EN


EL SISTEMA EJECUTORIO

Presenta:
ALUMNA: Elizabeth Borquez Carrillo
Grupo: 714

Tijuana, B.C., a 15 de noviembre de 2023.

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ENSAYO SOBRE LA EJECUCION DE
SENTENCIAS EN EL SISTEMA EJECUTORIO

INTRODUCCION

El presente ensayo tiene como finalidad comparar brevemente los cambios más
visibles en el sistema penitenciario antes y después de la reforma Constitucional
del 2008 en la que se estableció la creación del Sistema Procesal Penal
Acusatorio.

Veremos el contraste del enfoque que existía antes respecto a la finalidad de las
penitenciarias, de la pena misma y de cómo se veía al sentenciado y
conoceremos cuál es el fin actual que busca el proceso penal.

Destacaremos que en el pasado las penitenciarías eran meramente vistas como


cárceles para cobrar una venganza al delincuente, mientras que hoy en día son
llamados centros de reinserción social.

DESARROLLO

En el pasado, a pesar de los muchos cambios sociales que se vivieron en


México en el siglo XX, los sistemas de ejecución de las penas eran muy distintos
a lo que conocemos hoy en día y completamente obsoletos, pues ni siquiera
existía una clasificación penitenciaria sino hasta el año de 1971, con la Ley de
Normas Mínimas sobre Readaptación Social de Sentenciados, y considerándose
éste el cambio más significativo en la historia penitenciaria antes de la reforma
del 2008, es decir, el cambio más significativo en 37 años.

No obstante, esta ley por muchos años fue más que nada una ilusión, pues la
poca capacidad estructural y de sistema que existía en esos tiempos, causaba el

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hacinamiento de presos y no se podían mantener divididos los sentenciados de
los procesados, y mucho menos se podía hablar de una reinserción social real.

En cuanto a las autoridades competentes antes de la reforma, el Poder Ejecutivo


era el encargado de ejecutar las sanciones, regulándose por la Ley de Normas
Mínimas de Sobre la Readaptación Social de los Sentenciado, lo cual lo
realizaba por conducto de la SSP. Esta situación era similar tanto en el ámbito
federal como el local.

Sin embargo, había un tercio de Estados en las que ya existían algunas


reformas al respecto, y en vez de darle las facultades de ejecutar las sentencias
al Poder Ejecutivo, las trasladaban al Poder Judicial para que cumpliera y
vigilara las resoluciones.

También como un antecedente primordial tenemos la propuesta del Código


Federal de Ejecución de Sentencias, la cual recomendaba que el objetivo de
todo el sistema penal debe ser lograr el éxito de la reintegración del preso a la
sociedad por diferentes vías: educación, trabajo, educación y básicamente
higiene personal. Para garantizar un trato adecuado, se distinguen diferentes
tipos de centros de detención según la situación jurídica y las circunstancias
personales del detenido.

Otra gran distinción de esta propuesta fue la creación de un cuerpo encargado


de la solución de los problemas relativos a la ejecución de penas privativas y de
restricción de la libertad, de la vigilancia en la aplicación de dichas penas y del
respeto a los derechos de los internos. La creación de esta Comisión de
Ejecución de Sentencias tiene las ventajas de ser a la vez un órgano experto en
derecho e íntimamente ligado a la vida penitenciaria.

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Ahora bien, ya que contamos con los antecedentes principales que dieron origen
a nuestro actual sistema de ejecución de sentencias, procederemos a
comprender los conceptos básicos de la misma.

Primero que nada, una sentencia es una decisión de un juez o tribunal que pone
fin a un juicio o procedimiento penal. Declara o reconoce el derecho o razón de
cada parte que obliga a la otra parte a hacer dicha declaración y cumplirla.

Si bien, la sentencia es el inicio del mundo de la ejecución penal, la ejecución se


refiere al momento en que se realiza lo que el juez ordenó en la misma, lo que
contiene dicha resolución.

Por otra parte, tenemos también el concepto de impugnación, que hace


referencia a la parte procesal en que se ataca una decisión que vulnera los
derechos del procesado. Tiene la finalidad de que la sentencia sea revisada para
que se revoque o se modifique, aunque muchas veces también puede
confirmarse.

También tenemos una lista de derechos que tienen los sentenciados, protegidos
principalmente en la Ley sobre Normas Mínimas para la Readaptación de los
Sentenciados, enfocada primordialmente en que el tratamiento que se les da a
los internos sea individualizado e incluya diversas ciencias y disciplinas que son
importantes para la reinserción social del sujeto, que es el principal fin del
proceso penal, teniendo en cuenta sus circunstancias personales, casos y
costumbres indígenas y su hogar, para que pueda afinar sus penas en la
institución judicial, centros más cercanos a su domicilio de origen, excepto
cuando se trate ce casos de delincuencia organizada, que requieren medidas
especiales de seguridad.

El lugar donde se produce la prisión preventiva es diferente y completamente


separado del lugar utilizado para revocar las sentencias. Las mujeres están
encerradas en lugares diferentes a los de los hombres. Si es necesario, los
menores infractores son internados en instituciones distintas de las destinadas a

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adultos. El tratamiento se basa en los resultados de las pruebas de personalidad
realizadas al recluso, que deben actualizarse periódicamente. Se intenta iniciar
un test de personalidad del detenido en cuanto se recibe sentencia, en cuyo
caso se envía copia del test a la autoridad competente de la que depende.

Otros puntos sumamente importantes y que están fundamentados en la


legislación tanto federal como en las locales es que cualquier pena consistente
en tortura o trato cruel utilizando violencia innecesaria en perjuicio del detenido
está totalmente prohibida.

Por otro lado, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos constituye,


junto con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, son las principal
es herramientas base en la defensa de los derechos de las personas detenidas y
condenadas. Así también, las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los
Reclusos (o Reglas de Tokio), adoptadas en 1955, que conforman principios y
reglas para una buena organización penitenciaria y el tratamiento de los
reclusos.

Como he mencionado anteriormente, en la actualidad, la finalidad principal del


sistema penal radica en reinsertar en la sociedad al recluso, por lo tanto,
además de las reglas locales, nacionales e internacionales existente, es de gran
importancia la existencia de órganos encargados de vigilar que se respeten los
derechos de las personas privadas de su libertad como pena, dentro del cual
teníamos primeramente a la Secretaría de Seguridad Pública.

No obstante, el desarrollo de los derechos humanos en las prisiones, aunque


sigue el camino de su predecesora, la pena capital, está evolucionando creando
nuevos métodos de control social en vez de incrementar los métodos de castigo
más duros.

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De modo que contrario a lo que se acostumbraba en el pasado, la reforma del
18 de junio de 2008 pretendió crear una nueva cultura penitenciaria en la que
los reclusos tengan un órgano colegiado denominado Consejo Técnico
Interdisciplinario que ayude al proceso de reinserción a la sociedad. Y no sólo
eso, sino que también implementa a un guardia perteneciente al Poder Judicial
llamado juez de ejecución de sentencias, para comprobar que se alcancen las
metas y objetivos de la reintegración de las instituciones penitenciarias.

En otro orden de ideas, en lo que respecta a los mecanismos que tenían los
sentenciados para exigir el cumplimiento de sus derechos, antes de la reforma,
los presos solo podían solicitar audiencias al mismo poder Ejecutivo para
atender quejas de sus propios abusos. En contraste, ahora, pueden pedirle
audiencia y modificaciones a sus penas a un juez de ejecución de sentencias,
quien visitará con frecuencia los centros de reinserción social (cárceles), y podrá
modificar la duración y extinguir las penas y medidas de seguridad.

Existen tres categorías de jueces especializados en ejecución de sentencias: el


primero de ellos con competencia territorial en determinado Distrito Judicial; el
segundo especializado en justicia de adolescentes del estado, y es itinerante.
Cada juzgado de ejecución está integrado por su juez y su secretario.

CONCLUSION

Aunque queda un gran camino por recorrer, vemos que nuestro país se dirige
adonde debe, pues hemos creado conciencia de que no solo se busca el castigo
y la venganza, sino que el objetivo es reducir por completo o en la mayor medida
posible el delito y su reincidencia, y esto se va a lograr buscando reeducar,
reinsertar al delincuente.

Sabemos que hay delitos que parecen “imperdonables”, pero también es por
esta razón que radica la importancia de la clasificación penitenciaria, para que

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cada preso pueda cumplir sus penas de acuerdo a lo que le corresponde y con
respeto a sus derechos humanos.

REFERENCIA

Santacruz Fernández, R., Santillán Huerta, E. y Santacruz Morales, D. (2014).


LA EJECUCION DE SENTENCIAS EN EL SISTEMA EJECUTORIO, Benemérita
Universidad autónoma de Puebla.

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