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LAS SALES DE LA VIDA.

REPERTORIO
II

LAS SALES DE LA VIDA.


REPERTORIO
Lluis Roda i Fàbregas
Diplomado en Homeopatía y
en Osteopatía Mecánica, Visceral y Cráneosacral

Editorial Médica Jims, S. L.


III

Primera edición: 2011


Reservados todos los derechos
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ISBN: 978-84-95062-52-9
Depósito legal: B.7598-2011
Copy right: Lluis Roda i Fàbregas

Impreso en España por Gramagraf SCCL


IV

EL REPERTORIO. EL METODO DE REPERTORIZACION DE LAS SALES

Repertorio tiene su origen latino en repertos que significa reproducir.

El repertorio es un índice de síntomas ordenados de forma práctica indicando el grado rela-


tivo de los medicamentos. De ese modo se facilita su selección en la práctica. El apartado de re-
pertorización facilitará la labor de búsqueda de un remedio teniendo en cuenta la totalidad de los
síntomas del paciente. Para seleccionar un buen remedio es necesario conocer con claridad los
síntomas del paciente
Los síntomas más importantes en la repertorización de las sales son los que llamamos sín-
tomas generales y sintomas mentales de un paciente, ya que éstos son propios de las sensa-
ciones del hombre, es decir de la realidad más próxima del Yo.
Cuando oigamos decir a un paciente: estoy peor en una habitación caliente o bien no so-
porto el frio o estoy mejor acostado; se está refiriendo a todo su ser, lo que hace que el síntoma
sea de gran valor para buscar un remedio. En cambio cuando dice: me duele el brazo o la ca-
beza o me sale sangre del ano; ya no se está refiriendo a si mismo, sino a una parte de su
cuerpo, que por razones de supervivencia separa de su Yo. En este caso, el síntoma adquiere
un valor anecdótico si no va acompañado de manifestaciones generales o mentales.
Veamos un ejemplo. Llega a la consulta un paciente con dolor de cabeza; le preguntaremos
que es lo que le incrementa o le disminuye el dolor. Nos dice que el ruido agrava su malestar.
En este caso buscaremos cuales son las sales cuya carencia da lugar a que los síntomas, el dolor
de cabeza en este caso, se agravan por el ruido en el apartado de síntomas generales, utili-
zando como síntoma principal la agravación, es decir el ruido.
Si buscamos en el apartado de síntomas generales, veremos que las dos sales cuya caren-
cia provoca un empeoramiento por el ruido son ferrum phophoricum y kalium phosphoricum, y
en el apartado de cabeza observamos que las cefaleas que empeoran por el ruido son las de los
pacientes que carecen de natrum phosphoricum y ferrum phosphoricum. La elección es simple,
el remedio que cubriría los dos síntomas expuestos: ruido y dolor, será ferrum phosphoricum y
sería el primero a tener en cuenta en la prescripción.
En muchos casos la separación del Yo y del Mí, no está tan clara; en la consulta podemos
oír expresiones como: me arrancaría el brazo del dolor que tengo o me desenroscaría la cabeza
para aliviar mi dolor. Estas manifestaciones conllevan una respuesta del Yo agresiva y otra del
Mí: la cabeza o el brazo.
En estos casos buscaríamos en al apartado mentales: irritabilidad, en la que aparecen síli-
cea, natrum phosphoricum, natrum sulphuricum y kalium phosphoricum. En el caso del dolor de
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cabeza el único remedio que palía la irritabilidad con dolor de cabeza es kalium phosphoricum,
y por consiguiente será el primer remedio a tener en cuenta.
Algunas veces no existen síntomas del Yo ni modalidades; en tal caso buscaremos el remedio
que más se aproxime a la sensación de dolor que advierte el paciente. Por ejemplo: dolor ardiente
en la base de los párpados; en este caso buscaremos en el índice de ojos: dolor ardiente, y al
aparecer este síntoma podremos observar que la sal que lo cubre es kalium muriatricum.
Los resultados serán más eficaces cuando mayor sea el numero de síntomas que conozca-
mos de un paciente, por lo tanto intentaremos, a través de un interrogatorio exhaustivo, conocer
el mayor numero de sus síntomas.
Podría ocurrir que el remedio, aunque escogido correctamente no funcione como esperá-
mos; en este caso es muy posible que el paciente haya relatado síntomas provocados por me-
dicamentos ingeridos anteriormente, intoxicaciones alimentarías e incluso alteraciones provo-
cadas por sus propias prótesis artificiales.
Veamos un ejemplo. Una paciente viene a la consulta con un fuerte dolor de cabeza y una
tensión cervical; su comportamiento es exigente, rayando la histeria, está inquieta y apremia por
una solución rápida. En el interrogatorio no existe, aparentemente, ninguna causa física, ni emo-
cional, ni química que haya podido desencadenar dicha anomalía. Ha ido a varios médicos y se
siente resentida con todos ellos porque no le han solucionado su problema, y la única respuesta
que ha conseguido es que vaya al psiquiatra. El dolor apareció hace unos 7 meses, y al preguntar
sobre cambios hechos en esta época, la única cosa destacable es la colocación de un diu. Le
aconsejamos que se lo quite y que regrese pasado un mes. En la siguiente visita nos dice que
la tensión cervical y los dolores han desaparecido, y le preguntamos por las características de
su menstruación y nos comenta que se irrita mucho y que solo la calma comer. Le prescribimos
ferrum phosphoricum 6DH. Nos dice en la siguiente visita que el hambre ha desaparecido y tam-
bién la irritabilidad después de la menstruación. El estudio del problema en su totalidad hará que
podamos dar con la solución, así que antes de prescribir un remedio valoraremos todos los po-
sibles aspectos desencadenantes.
Otro ejemplo. Paciente de 68 años que se queja de pequeños dolores en articulaciones, la-
grimeo profuso de los ojos, dolores y sensación de arena en los mismos, no aparecen síntomas
generales pero aparece un sueño de repetición: agua. La experiencia homeopática nos indica un
remedio con claridad: Alium Cepa «cebolla», pero antes de prescribirlo le preguntamos por sus
aficiones. Le gusta trabajar la tierra y tiene un pequeño terreno donde cultiva varias clases de ver-
duras. Le preguntamos si come mucha cebolla, su mujer salta de la silla y tercia en la conver-
sación diciendo que toda la casa apesta a cebolla y a ajo, debido a que todos los días se come
dos cebollas con la ensalada, y no contento con ello tiene que prepararle un ajo-aceite para
acompañar las comidas. Parece que el motivo está claro: intoxicación de cebolla y ajo, y no pres-
cribimos ninguna sal pero recomendamos una dieta exenta de ajo y cebolla. Pasado un tiempo
el paciente se encuentra mejor, y las molestias han ido desapareciendo. La mujer nos llama para
darnos las gracias; su habitación ya no huele a cebolla y su marido se encuentra mucho mejor.
Estos dos ejemplos se han expuesto para que tengamos en cuenta todas las posibilidades
desencadenantes, para que no nos dejemos llevar por la necesidad que tienen algunos pacien-
tes de tomar remedios o por nuestra impaciencia por darlos.
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Se expone a continuación un conjunto de tablas que denominamos repertorio, en las que los
síntomas se han clasificado en 39 grupos, y en cada uno de ellos se indican los síntomas in-
cluidos en el grupo y las 12 sales, y en los casos de prescripción de las distintas sales de los que
se tiene experiencia, en la casilla correspondiente al síntoma y a la sal se han asignado los va-
lores númericos 1, 2 ó 3, que representan la intensidad de la manifestación sintomatológica: el
valor 3 cuando se trata de manifestaciones muy intensas, el valor 2 cuando se trata de una in-
tensidad menor y el valor 1 en los casos de muy poca intensidad.
Por ejemplo, en la primera línea de la relación de síntomas mentales aparece sensación
de abandono y se señala el valor 1 tanto en la casilla de silicea como en la de magnesia phos-
phorica, lo que significa que la prescripción de cualquiera de las dos sales en pacientes que ma-
nifiesten el síntoma de sentir una sensación de abandono es apropiada y experimentada en
casos en los que el síntoma es de poca intensidad (valor 1).
Además de las indicaciones numéricas descritas, aparece sombreada en gris la casilla co-
rrespondiente a la sal magnesia phosphorica, y en este caso y en todos los que la casilla apa-
rece sombreada, debe interpretarse que las experiencias obtenidas al prescribirla como sal
coinciden con las obtenidas como remedio homeopático, lo que significa que en estos casos la
prescripción de la sal responde a las funciones de similitud y de complementariedad definidos
anteriormente (véanse las páginas 1 y 2).
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NOTA DEL AUTOR

La utilización de las sales tisulares, como se ha expuesto en el


texto, requiere conocer su identidad y tener experiencia práctica; y
una forma de aumentar tanto el conocimiento como la experiencia,
puede ser el intercambio de informaciones entre profesionales.

Para ello, el autor invita a los lectores a que se pongan en contacto


con él, para analizar y debatir toda información que estimen de
utilidad en la prescripción de las sales tisulares.

El correo electrónico del autor es: salesdelavida@hotmail.com


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