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1.

El poder de la fe

La mujer victoriosa es aquella que decide tomar el escudo de la fe para vencer el miedo,
debido a que, “a diferencia de la esperanza, la fe sobrepasa la razón y ayuda a creer con
todo el corazón”.

2. El poder de la verdadera identidad

Una mujer victoriosa vencerá sus inseguridades al conocer y ejercer su verdadera


identidad, que en gran parte está constituida por la personalidad, los dones y talentos. Y
cuando se comprende con plenitud el valor de la identidad singular, la persona aprende a
auto aceptarse, algo que conduce al desarrollo del amor propio.

3. El poder del propósito intencional

La mujer victoriosa “destruirá todo sentimiento de inferioridad al vivir una vida con
propósito”. Conocer la misión o el propósito por la cual se fue creada(o) es fundamental
para “enfocarse en ‘ser’ y no solo en ‘hacer’ actividades” que llenan el calendario de la
vida diaria, quedando insatisfecha al final del día.

4. El poder de las ganas

Para ser una mujer victoriosa no es suficiente el tener propósitos y metas. A esto se le
debe agregar “la determinación, el dinamismo y la disciplina, para permanecer
constantemente enfocada y motivada en los objetivos trazados en el plan de vida, sin
llegar a rendirse”.

5. El poder de la preparación

La preparación “es la acción clave que toda persona exitosa conoce”. Y para ser una
mujer preparada y resplandeciente, Domínguez señala que la organización del tiempo es
la habilidad fundamental para esto.

Para tomar el control del tiempo, a fin de poder alcanzar el máximo potencial de esa
preparación, “hay que aprender a decir ‘no’ para declinar cada invitación o compromiso”
que no ayuda a vivir con propósito.

6. El poder del discernimiento al usar las palabras

El poder de las palabras es inmensurable. Éstas tienden poder para edificar o destruir,
para sanar o herir, maldecir o bendecir.
De acuerdo con Domínguez, la mujer victoriosa “no anda en chismes. Evita con todas sus
fuerzas hablar mal de alguien, debido a que “el chisme es como el cáncer. Por poco que
sea es peligroso”.

7. El poder de la oración

Tras sus experiencias de vida, Domínguez ha comprobado que no existe ningún poder tan
grande como el de la oración.

“La oración nos ayuda a desarrollar una relación con Dios y a sentirlo justo a nuestro
lado”, dice. “La oración nos ayuda a darnos cuenta que no tenemos que hacer todo
mediante nuestras fuerzas, ni llevar nuestras cargas solas”.

8. El poder de la conexión

Para ser una mujer victoriosa hay que deshacerse del aislamiento y la desconexión.

“Todos necesitamos personas que estén a nuestro lado para ayudarnos a levantarnos en
tiempos difíciles, anota la abogada.  “No necesitamos garrapatas en nuestras vidas, pero
sí necesitamos formar conexiones saludables con las personas correctas”.

9. El poder de la gratitud

Una actitud de gratitud, dice Domínguez, es un antídoto inmediato para rechazar


pensamientos y sentimientos que obligan a vivir dentro del sentimiento de la
insatisfacción.

“Numerosos estudios científicos han demostrado que una actitud de gratitud conduce a
vivir de manera más saludable y alcanzar momentos de felicidad”, expresa la abogada en
su libro.

10. El poder de la renovación

Para Domínguez, el poder de la renovación está compuesto por varios minipoderes “que
protegen contra el dañino y constante agotamiento al tratar de ser a toda hora la ‘mujer
maravilla’” para tener “un valor especial” en la sociedad, la familia, etc.

Entre estos minipoderes se encuentran: reorientar la mente para dejar los pensamientos
negativos sobre sí misma atrás; callar la diario los pensamientos por unos pocos
segundos para meditar u orar; rodearse de amigos de calidad; respetarse a sí misma y
evaluar en cada cumpleaños el plan trazado para cada faceta de la vida.

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