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Universidad Nacional Autónoma

de Mexico

Colegio de ciencias y humanidades


Plantel Naucalpan.

Trabajo de investigación:
Aceite de Lorenzo.
Perdida y recuperación de funciones

Equipo: 5
 Juárez Córdova José Eduardo
 García Hernández Fabiola
 Olvera Sánchez Luis Enrique
 González Aquino Giovanni

Maestra: López Flores Nancy Minerva


Materia: Biología III
Grupo: 527
1. Introducción. 2

2. Objetivo. 3

3. Hipótesis. 3

4. Desarrollo. 3

4.1 Recuperación de funciones 3

4.1.1 Melina e impulsos nerviosos 3

4.2 Implicaciones metabólicas 4

4.2.1 Peroxisomas y mitocondrias 4

4.2.2 Degradación de ácidos grasos 5

4.2.2.1 Lipolisis 5

4.2.2.2 Activación y transporte 5

4.2.2.3 Beta oxidación 5

4.2.3 Inhibición enzimática 6

4.3 Implicaciones genéticas 7

4.3.1 Gen mutado 7

5. Conclusiones 7

6. Discusiones 8

7. Cibergrafía. 9
Índice

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1. Introducción:
Lorenzo Odone fue un joven estadounidense que llevaba una vida normal hasta
ser diagnosticado a sus 5 años como enfermo de adrenoleucodistrofia. Esta
enfermedad se presentó inicialmente a modo de alteraciones conductuales como
agresiva o hiperactividad. No obstante, conforme el tiempo pasaba Lorenzo
empezó a sufrir una degeneración psicomotriz relativamente acelerada, dicho
proceso se debió a la naturaleza de la enfermedad, la cual provocaba una
acumulación de ácidos grasos de cadena muy larga (más de 22 carbonos) en el
cerebro, más específicamente sobre las vainas de mielina que recubren los
axones, encargadas de transmitir impulsos eléctricos. Tal acumulación provoco
una desmielinización de la materia blanca del cerebro (Miller, G. 1992). Este
componente del sistema nervioso que se vio afectado es el motivo del “leuco” en
el nombre de la enfermedad porque “leuco” = blanca. (Marc Engelen, et Rachel
Salzman, et Stephan Kemp. 2019).
Mariscal Delgadillo (2006) y algunos colaboradores de la revista científica “Ciencia
médica” determinaron que los ácidos grasos de cadena muy larga (AGCML) que
son acumulados a raíz de la adrenoleucodistrofia, o ALD, son los ácidos
hexacosanoicos (cadena de 26 carbonos) y tetracosanoicos (cadena de 24
carbonos). Estos se suelen acumular en el sistema nervioso central (“destruyendo
las vainas de mielina”), y en glándulas suprarrenales. El que afecte este órgano
explica el “adreno” del nombre, ya que tal palabra significa “hacia o relativo al
riñón”, (Marc Engelen, et Rachel Salzman, et Stephan Kemp. 2019). Esta
afectación a las glándulas suprarrenales provocan una insuficiencia suprarrenal, lo
cual limita la producción de esteroides activos (como el colesterol) que intervienen
en demás procesos biológicos como la regulación de niveles de potasio y sodio o
deficiencias circulatorias (Grossman, B. 2022).
La acumulación de estos AGCML se da debido a por una alteración genética a
nivel peroxisómico que impide la correcta entrada de estos lípidos al peroxisoma,
de modo que el proceso de beta oxidación mediante el cual son convertidos a
ácidos grasos de cadena media (16 carbonos o menos) se ve interrumpido,
provocando una acumulación en el organismo (Mingorance Delgado, 1999).
Para tratar de solucionar esto la familia Odone diseño una dieta especial que
suprimía el consumo de alimentos que contuvieran los AGCML antes
mencionados a la par que introducían un aceite compuesto de ácido oleico (C18:1)
y ácido erúcico (C22:1), los cuales eran monoinsaturados y buscaban contribuir
inhibir la elongación de los AGCML (Miller, G. 1992). Dicho tratamiento llamado
“aceite de Lorenzo” demostró ser capaz de ayudar en cierta medida al susodicho
en el tratamiento de la ALD, mas no le permitió recuperar la totalidad de sus
sentidos. Esta última problemática es la que se tratara de abarcar en el presente
documento.

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2. Objetivo:
Responder el porque Lorenzo Odone logro recuperar algunos sentidos y
capacidades psicomotrices (visión, oído, movilidad parcial / limitada de
extremidades) gracias al tratamiento de aceite oleico y erúcico recibido, mas no
logro normalizar y/o recuperar otras funciones biológicas como la movilidad
completa de su organismo.
3. Hipótesis:
Si se realiza la dieta que Lorenzo Odone llevo a cabo para el tratamiento de la
ALD y se logra solo una recuperación/normalización parcial mas no se logran
revertir las afectaciones preexistentes en su totalidad; entonces se sabrá que el
padecimiento ha de ser tratado, además del enfoque metabólico, desde un punto
de vista genético, biomolecular e incluso inmunitario para tener una recuperación
optima.
4. Desarrollo
4.1 Recuperación de las funciones
En primer lugar hay que entender y enlistar las funciones que se observaron que
Lorenzo logro recuperar y/o mantener aunque sea de una forma parcial, estas
fueron: Capacidad de parpadear; vocalizar sonidos; ver; movimiento parcial de
cabeza y de dedos; respirar; oler, tragar saliva y demás funciones menores (Miller,
G. 1992).
4.1.1 Mielina e impulsos nerviosos.
Ahora bien, es necesario entender como todas estas funciones se relacionan con
el cerebro, y el sistema nervioso en general, ya que gracias ellos podemos realizar
dichas actividades. El Instituto Nacional de la Salud infantil y Desarrollo Humano
Eunice Kennedy Shriver (NICHD, 2019) menciona que los humanos contienen
alrededor de 100 mil millones de células nerviosas llamadas neuronas, las cuales
tienen un “núcleo” y extensiones conocidas como axones y dendritas. Estas
células se encargan de recibir, procesar y transmitir información mediante
impulsos químicos y/o eléctricos, los cuales son enviados y recibidos de todas las
partes del cuerpo.
La NICHD (2019) destaca como hay “distintos tipos de neuronas”, cada una con
su función específica. Por ejemplo, las neuronas motoras transmiten mensajes del
cerebro a los músculos para generar movimiento (como tragar saliva o mover
extremidades); las neuronas sensitivas detectan luz, sonido, olor, sabor, presión y
calor (responsables de los “5 sentidos básicos”); e incluso hay neuras encargadas
de procesos involuntarios como el latir del corazón, respirar o segregar hormonas.
La comunicación esta altamente especializada y se da en una sola dirección ya
que los impulsos nerviosos se transmiten a través de los axones recubiertos de

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mielina en forma de impulsos eléctricos, los cuales, mediante neurotransmisores,
se tornan impulsos químicos que llegaran a las dendritas colindantes de modo que
el impulso pueda seguir su curso, tal proceso es conocido como sinapsis. No
obstante este proceso no lo podrían lograr las neuronas por si solas puesto que la
transmisión del impulso eléctrico es extremadamente deficiente en neuronas
descubiertas ya que este se dispersa por todo el tejido neural, perdiendo potencia
y representando un mayor gasto energético. (NICHD, 2019).
Por tales motivos, según Becerril Villanueva (2012) y demás investigadores
mexicanos, es que los organismos complejos como los humanos desarrollaron
células especializadas en fungir como aislantes neuronales, los cuales en nuestro
caso son llamadas células gliales. En este grupo de células tenemos a las células
de Schwann que recubren a los axones de una vaina de mielina, biomolécula
catalogada como lipoproteína al estar formada de ácidos grasos y de proteínas
como el plasmalógeno. Gracias a este recubrimiento es posible que los impulsos
se transmitan correctamente. De hecho, en aquellos tejidos originalmente
recubiertos de mielina y que, debido a diversos factores, perdieron su
recubrimiento, se noto que la intensidad de la señal eléctrica disminuía
drásticamente a tan solo 10 mm. del punto de partida.
Por estos motivos se entienden las graves afectaciones psicomotrices que
padecen aquellos enfermos de ALD, ya que resulta energéticamente inviable
realizar todas las funciones psicomotoras mediante un sistema neuronal
degradado por desmielinización propia de la interacción de la lipoproteína con
AGCML o por la respuesta inflamatoria mediada por citoquinasas.
4.2. Implicaciones metabólicas
4.2.1 Peroxisomas y mitocondrias
Antes de empezar a explicar los procesos metabólicos que se ven afectados por la
ALD es necesario destacar que, a diferencia de los ácidos grasos con cadenas de
menos de 22 carbonos, los AGCML deben de ser degradados en los peroxisomas
celulares, separándose así del resto de ácidos grasos que son degradados en las
mitocondrias (Marc Engelen, et Rachel Salzman, et Stephan Kemp. 2019).
Por tal diferencia es necesario mencionar las diferencias principales entre uno y
otro organelo. En primer lugar ambos organelos están presentes en todas las
células eucariotas, con la única diferencia de que los peroxisomas no se hallan en
los glóbulos rojos. Además ambos organelos realizan funciones similares al
degradar ácidos grasos, no obstante los peroxisomas, al contener complejos multi
enzimáticos, tienen funciones mucho mas variadas como el metabolismo del
peróxido de hidrogeno o la biosíntesis de moléculas como los esteroles y el
plasmalogeno, componente de las vainas de mielina (Salceda Sacanelles, 2008).

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Durante los procesos de degradación de ácidos grasos (beta oxidación), se tiene
por fin obtener acetil CoA necesario para llevar a cabo el ciclo de Krebs y el
posterior transporte de electrones, procesos necesarios para obtener la energía
bioquímica necesaria para realizar las funciones vitales del organismo. No
obstante, además de tener sustratos distintos, la forma en que la energía es
liberada es distinta en ambos organelo: En las mitocondrias se libera energía
química en forma de NADH y FADH, mientras que en los peroxisomas, al no
contar con la cadena de transporte de electrones, ve su energía liberada disiparse
en forma de calor, igualmente necesario para la homeostasis del organismo.
(Salceda Sacanelles, 2008).

4.2.2 Degradación de ácidos grasos


Una vez destacado el motivo por el cual es importante que la degradación de
AGCML se realice en los peroxisomas , ya podemos abordar como habría de
darse el proceso de los lípidos que los contienen si no se estuviese enfermo de
ALD, para determinar que parte del proceso la enfermedad modifica. En primer
lugar tenemos que dicha ruta metabólica se realizarse en 3 etapas principales: La
lipolisis; la activación y transporte de ácidos grasos al interior del organelo; y la
beta oxidación.
4.2.2.1 Lipolisis
Jesús Merino Pérez y María José Noriega Borge (2011) describe a la lipolisis
como un proceso en el que, comúnmente a falta de otras fuentes de energía, los
triglicéridos, principal componente de los lípidos consumidos, son hidrolizados
gracias a la acción de enzimas comúnmente denominadas lipasas a fin de obtener
glicerol y ácidos grasos libres. El glicerol podrá ser usado para diversos fines
anabólicos y/o catabólicos tras ser fosforilado y oxidado. Por otra parte, los ácidos
grasos, biomoléculas de nuestro interés, quedan libres para ser degradadas a fin
de obtener acetil CoA necesario en el ciclo de Krebs.
4.2.2.2 Activación y transporte
Una vez libres los ácidos grasos habrán de abrirse paso a los organelos en los
que han de ser degradados. En el caso de los AGCML, estos tendrían que
ingresar a los peroxisomas y una vez ahí ser “activados” añadiéndosele un Acetil
Co A, gracias al cual podrá ser reconocido por el complejo multi enzimático
encargado de degradarlos. (Santamaría Gómez et Brian Gago, 1999)
4.2.2.3 Beta oxidación
Por último, una vez introducidos los AGCML, y ya unidos a una molécula CoA,
estos habrían de ingresar a un complejo multi enzimático en el cual mediante una
serie de 4 reacciones consecutivas, harba de obtenerse una molécula de acetil

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CoA libre que se exportaría a la mitocondria para realizar el ciclo de Krebs, así
como un acido graso con una longitud de 2 carbonos menos en relación a su
tamaño inicial. En tal proceso se forma en simultaneo peróxido de hidrogeno. No
obstante, dicho proceso se interrumpe una vez que la cadena de ácidos llega a
los 8 carbonos, momento en el cual es liberada a la mitocondria para que se
termine de oxidar. (Jesús Merino Pérez et María José Noriega Borge 2011)
Una vez relatado el proceso, ya se puede entender porque no se da
correctamente: la fase de activación y transporte de los ácidos grasos no se da
correctamente debió a una alteración genética que impide la correcta síntesis de la
proteína transportadora dependiente de ATP conocida como ALDP (subfamilia D,
miembro 1). Tal enzima es la encargada de introducir otra muy importante: la
lignoceril CoA ligasa, enzima encargada de unir las moléculas de CoA a los
AGCML (García Pellicer, 1996). Es decir, el proceso mal funciona debido a la
incapacidad de marcar y reconocer los sustratos por el complejo enzimático
debido a que la lignoceril CoA ligasa no entra al peroxisoma y, por consiguiente,
no hace su trabajo.
4.2.3 Inhibición enzimática
El apartado anterior permitió evidenciar como se daba la acumulación de ácidos
grasos debido a la falla genética que presenta la enzima del peroxisoma
encargada de marcar los AGCML. No obstante esto se daba así porque las dietas
que Lorenzo tenia hasta antes de detectarse la enfermedad contenían dichos
lípidos, los cuales al no ser degradados se acumulaban. No obstante, aun
excluidos de la dieta del pequeño, los Odone notaron como la concentración de
dichos lípidos no disminuía.
Lo que paso es que el cuerpo por si mismo se encarga de generarlos ya que les
resulta necesarios. Más específicamente, para la generación de ácidos C:22 y
C:24, ácidos que resultan indispensables para la formación de esfingolípidos, en
particular galacto esfingolípidos (componentes principales de la mielina que
recubre los axones), no obstante, como no se pueden degradar aquellos
saturados o de cadenas más largas, dicha acumulación resulta perjudicial (Cassis,
2015).
Por tales motivos resultaba necesario impedir que dichos ácidos se siguieran
sintetizando. Los Odone idearon el aceite de Lorenzo con tal fin, aun si esto
representaba impedir parcialmente la síntesis de biomoléculas necesarias para la
regeneración de las vainas de mielina. En este caso se logró mediante una
inhibición competitiva al añadir nuevos ácidos grasos monoinsaturados s la dieta
del infante: Ácido oleico y ácido erucico (Miller, G. 1992).
Se dice que es una inhibición competitiva porque, tanto los AGCML como los
ácidos antes mencionadas competían por ocupar los sitios activos de las enzimas
encargadas de elongar (aumentar de tamaño) las cadenas de carbono (Stanley

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Oiseth, 2022). Dicho sistema empezaría en la estearil CoA, enzima encargada de
formar ácido oleico, y terminaría en la enzima elongasa C:26. Con cada reacción
la cadena se alargaría un par de carbonos más. Asimismo, mediante diversos
experimentos se logro observar cómo dicho sistema se decantaba por actuar
sobre ácidos grasos monoinsaturados sobre aquellos saturados, alcanzado su
tope de actividad con el ácido erucico, es decir, en el C26:1 (Botham Kathleen,
2016)
4.3 Implicaciones genéticas.
4.3.1 Gen mutado
Ahora bien, desde el enfoque metabólico hemos visto las consecuencias y como el
tratamiento de Lorenzo Odone trata de aminorarlas y/o revertirlas con
poco/mediano éxito. No obstante, solo hemos rozado superficialmente la causa del
problema: la alteración del gen encargado de sintetizar la ALDP dentro de la
secuencia de ADN. Recordando que, al ser producto de una mutación, este mal
puede presentarse de forma aleatoria en cualquier organismo aun si no se tiene
registro de ascendía enferma de dicho padecimiento ya que suele originarse como
resultado de un error durante la replicación y/o transcripción de ADN. (Botham
Kathleen, 2016)
García Pellicer y otros colaboradores (1996) hallaron que, más específicamente, la
ALD se debe a la mutación recesiva del gen ABCD1 ubicado en la zona q28 del
brazo largo del cromosoma X. Estos mismos investigadores hicieron notar que el
que este ubicado en el cromosoma x y sea de carácter recesivo resulta ser un
factor fundamental a la hora de manifestar el padecimiento, puesto que así solos
los varones lo manifiestan a edades tempranas si es que llegasen a heredar un
cromosoma mutado porque, al no tener otro cromosoma X de carácter dominante,
no hay nada que inhiba la aparición de dicha enfermedad. La mutación de dicho
gen sería la responsable de la incapacidad del organismo de introducir la lignoceril
CoA ligasa al peroxisoma.

5. Conclusión
En conclusión observamos que la hipótesis resulta ser, desafortunadamente,
cierta, puesto que el aceite de Lorenzo, al menos por si solo, no logra ser un
tratamiento de recuperación completamente efectivo para la adrenoleucodistrofia,
ya que, aun habiéndose logrado avances en el enfoque metabólico, tal tratamiento
se limita a tal punto. El aceite se ve incapaz de atacar la causa primordial del
padecer, de modo que a lo sumo actúa como un alivio parcial de síntomas y/o
afectaciones a sentidos que no se hallan perdido totalmente como es el caso del
movimiento pequeñas extremidades o de acciones involuntarias como tragar,
respirar o recibir luz por los ojos para ver.

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El que estas acciones aun puedan realizarse puede deberse a un esfuerzo
energético exacerbado por parte del sistema nervioso a fin de poder transmitir el
impulso nervioso con la suficiente intensidad para aun ser perceptible por ciertas
extremidades, sin que, debido a la distancia recorrida, este pierda completamente
su intensidad y se torne inútil. Tal hipótesis explicaría por qué Lorenzo era capaz
de mover un poco el cuello, los parpados y los dedos de las manos, ya que al ser
zonas relativamente cercanas al cerebro, los impulsos nervioso no habrían de
recorrer tanta distancia, ni se necesitaría de un gran impulso debido a que son
zonas ciertamente pequeñas. Si llegase a ser esto cierto, se explicaría porque
otras acciones más complejas y demandantes como caminar o vocalizar palabras
correctamente le resultan imposibles: su cuerpo no logra generar el suficiente
impulso eléctrico como para levarlas a cabo en su condición.
6. Discusión
En paralelo a lo ya visto, estudios recientes han hecho notar como el aceite de
Lorenzo resulta ser un tratamiento extremadamente inviable si se busa usar como
cura de sintomatología porque, además de no atacar la causa genética del
padecer, desatiende diversas implicaciones de la enfermedad ajenas a los campos
ya mencionados.
Por ejemplo, Marta López Ubreda y demás investigadores argentinos (2017)
destacan como además de la acumulación de AGCML, la ALD provoca una
respuesta inmunitaria en la que se da una inflamación cerebral mediada por
citoquinasas que impiden el correcto desarrollo y comunicación neuronal, misma
que, además, también puede resultar perjudicial a las vainas de mielina.
Otro punto a tener en cuenta son los posibles efectos secundarios que el aceite de
Lorenzo puede tener al incluir ácido erucico como base de la dieta. García Pellicer
y otros científicos (1996) notaron como, aquellos tratados con dicho aceite, suelen
desarrollar trombocitopenia (sangrado superficial e interno abundante tras
pequeños roces/cortes debido a la falta de plaquetas) y linfocitopenia
(padecimiento inmunitario en el cual el cuerpo no responde correctamente ante
patógenos al ver reducida la cantidad de glóbulos blancos en sangre).
Y por último, el tratamiento al realizar al inhibición competitiva ya relatada, resulta
afectar colateralmente la síntesis de plasmalogenos y esfingolípidos (Botham
Kathleen M. (2016). Esto se une a la incapacidad del aceite de reparar las vainas
de mielina mediante la reutilización y/o segregación de colesterol, proceso que a
pesar de seguir siendo probado experimentalmente por la Sociedad Max Planck
(2021) en ratones arroja resultados prometedores. En conjunto ambas
circunstancias impiden la correcta reparación de las vainas de mielina necesaria
para la transmisión de señales nerviosas.

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7. Cibergrafía:

Becerril Villanueva et al. (2012). “Los efectos conductuales modulados por las
citocinas” en Salud Mental. México: Año X. Vol. 35. Núm. 5. Recuperado de:
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252012000500008

Botham Kathleen M. (2016). “Biosíntesis de ácidos grasos y eicosanoides” en


Harper. Bioquímica ilustrada. EEUU: McGraw Hill. 30 edición. Recuperado de:
https://accessmedicina.mhmedical.com/Content.aspx?
bookid=1814&sectionid=127363289
García Pellicer, J. et al. (1996). “Aceite de lorenzo en el tratamiento de la
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Año XXVI. Vol. 20, Núm. 1, pp. 1-7. Recuperado de:
https://www.sefh.es/revistas/vol20/n1/1_7.PDF
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Cassis, L. (2015). Los esfingolípidos y el cerebro. Recuperado de:
http://www.connectingthegrowingbrain.com/es/los-esfingolipidos-y-el-cerebro-
cuando-los-amigos-se-convierten-en-enemigos/
Instituto Nacional de la Salud infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver
(2019). ¿Cuáles son las partes del sistema nervioso? Maryland. Recuperado de:
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Lopez Ubreda, M. et al. (2017) “Adrenoleucodistrofia ligada al X: presentación de
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Merino Pérez, J. et Noriega Borge, M. J. (2011). Vías metabólicas de degradación.
Cantabria: Universidad de Cantabria: Recuperado de:

2
https://ocw.unican.es/pluginfile.php/879/course/section/967/Tema%25204B-Bloque%2520I
-Vias%2520Degradacion%2520Lipidos.pdf

Miller, G. (1992). Lorenzo Oil’s. EE.UU: Universal Pictures. 135 min.


Mingorance Delgado, A. et al. (1999). “Adrenoleucodistrofia ligada al cromosoma
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Salceda Sacanelles, R. (2008). “Peroxisomas: organelos polifacéticos.” En Revista
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Santamaría Gómez, E. et Brian Gago, R. (1999). “Adrenoleucodistrofia ligado al
cromosoma x. A propósito de dos casos en Costa Rica” en Neuroeje. Costa Rica:
Año XXIII, Vol. 13, Núm. 2, pp. 30-32. Recuperado de:
https://www.binasss.sa.cr/revistas/neuroeje/v13n2/art3.pdf
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Alemania: Sociedad Max Planck. Recuperado de:
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Stanley Oiseth et Lindsay Jones et Evelin Maza. (2022). Inhibición Enzimática
Reversible. Recuperado de: www.lecturio.com/es/concepts/inhibicion-enzimatica/

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