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Coordinación:
Jorge Baldoni
ISBN: 978-987-3665-33-2
ISBN 978-987-3665-33-2
Energía 3
1. El concepto de energía 3
1.1 La energía no puede ser creada ni destruida 4
1.2 Cambio de estado de un sistema y variación de energía 4
1.3 ¿Cómo puede ganar o perder energía un sistema? Trabajo (W) y Calor (Q) 5
1.4 Energía, calor y trabajo: Entalpía (H) 5
1.5 La energía es la capacidad de realizar trabajo 7
1.6. ¿Qué ocurre con la porción de energía “inútil”? Entropía (S) 7
1.7. ¿Cómo relaciona la termodinámica estos cambios de energía? 7
1.8 ¿Es posible revertir un proceso espontáneo? 8
El individuo como sistema termodinámico- leyes de la termodinámica 9
2. Bioenergética 9
2.1 La célula y la energía química 10
2.2 El ATP es un intermediario energético 10
3. Metabolismo celular 12
3.1 Catabolismo y anabolismo 13
3.2 El ATP como molécula integradora 13
4.Enzimas 15
4.1 Características de las enzimas 17
4.2 Clasificación de las enzimas 19
4.3 Reconocimiento del sustrato 19
4.4 Cinética enzimática 21
4.4.1. Factores que afectan la cinética enzimática 21
4.4.2. Efecto de la concentración de sustrato sobre la cinética enzimática 22
4.4.3. Efecto de la temperatura sobre la cinética enzimática 25
4.4.4. Efecto del pH sobre la cinética enzimática 26
5. Inhibición de la actividad enzimática 28
5.1 Inhibición reversible 28
5.2 Inhibición competitiva 29
5.3. Inhibición no competitiva 30
5.4 Inhibición irreversible 31
6. Regulación de la actividad enzimática 33
6. 1. Regulación de la actividad catalítica 34
6.2. Regulación de la síntesis de enzimas 40
6.3. Regulación de la degradación de enzimas 40
6.4 Multimodulación 41
Biología Celular
ENERGÍA
Al caracterizar a un ser vivo tenemos en cuenta sus funciones vitales básicas: autoconservación,
autorregulación y autoperpetuación. La autoconservación se lleva a cabo mediante un conjunto de pro-
cesos complejos en los que se obtiene y transforma energía. En este fascículo analizaremos las bases de
estos procesos y cómo se regulan, lo que permite la continuidad de la vida. De este modo, analizaremos
los conceptos fundamentales sobre energía, las leyes que permiten interpretar sus transformaciones y
cómo éstas operan en los seres vivos.
1. El concepto de energía
El concepto de energía es fundamental en las ciencias naturales. Sin embargo, no es de fácil defin -
ción. Es de uso frecuente, no sólo en las distintas ramas de la ciencia, sino en los distintos aspectos de la
sociedad humana. Por ejemplo, todos tenemos “conciencia” de la necesidad de la energía: un automóvil
requiere energía para circular, requerimos energía para caminar, etc. También sabemos que la nafta sumi-
nistra la energía para que el automóvil funcione o que los alimentos son indispensables pues proporcionan
la energía necesaria para mantener nuestras funciones; o que el sol nos da energía en forma de luz y calor.
La física define a la energía como la causa capaz de producir un trabajo. Esta energía puede ser poten-
cial, cuando un objeto almacena energía por su posición (un coche parado, una célula nerviosa en reposo);
cinética, cuando existe movimiento (el automóvil en movimiento, el espermatozoide en movimiento),
calórica (por ejemplo, desprendimiento de calor durante el trabajo muscular), eléctrica (por ejemplo, el
pasaje de iones a través de una membrana) o química (por ejemplo, la existente en las uniones de átomos
y moléculas).
La rama de la ciencia que estudia los cambios energéticos del universo es la termodinámica, término
griego que significa “movimiento del calor”. Este campo de estudio se ocupa solo de los aspectos macros-
cópicos de un sistema: temperatura, presión, volumen, trabajo, calor, desorden, etc. A partir de este marco,
se analizan fundamentalmente los cambios de energía que acompañan a un proceso en particular, en un
sistema determinado. No requiere del conocimiento acerca del contenido de energía del sistema sino de la
variación que se produce entre un estado inicial, antes del cambio, y un estado final, luego del cambio; lo
que se designa mediante la letra griega Δ (delta). Debe considerarse, además, que la termodinámica puede
suponer que un sistema es todo el universo o bien una parte de él, que se separa en forma teórica para
su estudio del entorno que lo rodea.
aislado, si no permite intercambio alguno con ese entorno (por ej. un termo)
cerrado, permite el intercambio de energía pero no de materia (por ej. una pila electroquímica)
abierto, si permite el intercambio energía y materia (por ej. el cuerpo humano)
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Bioenergética y Enzimas
Cualquiera sea el sistema que se considere –gaseoso, líquido o sólido– la cantidad total de energía que
gana o pierde al cambiar de un estado definido a otro estado definido es la misma, independientemente del
camino seguido. Si por ejemplo se considera un sistema y se produce un cambio del estado A al estado B,
al invertirse el cambio del estado B al A, independientemente del camino seguido, la variación de
energía debe ser la misma. Si llamamos EA y EB a los respectivos valores de la energía del sistema en
los dos estados considerados, la variación de energía cuando se pasa del estado A al B será:
Δ E = EB – EA
De acuerdo con lo expresado, si una piedra cae de la cima de una montaña desde una cierta altura,
liberando energía, se requerirá de una cantidad de energía equivalente para volverla a poner en la cima,
lo que será independiente de si se la lleva rodando por un camino o se la levanta mediante una grúa.
Análogamente, si se quema glucosa mediante una llama hasta convertirla en dióxido de carbono y agua,
liberará la misma cantidad de energía que cuando el proceso se realiza en una célula. De igual manera, la
cantidad de energía necesaria para formar glucosa por medios químicos, será idéntica a la que requiere
una célula vegetal para fabricarla. Esto último es una ventaja para el experimentador, pues permitirá, por
ejemplo, medir la energía que se produce al quemar glucosa, externamente, mediante el uso de un dispo-
sitivo adecuado, y ésta será la misma que se libera cuando la célula la degrada. Por supuesto, no será lo
mismo quemar o fabricar una sola molécula de glucosa que muchas; la energía del sistema dependerá de
la cantidad de sustancia que contiene y si la cantidad de sustancia cambia, la energía del sistema variará
también proporcionalmente.
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Biología Celular
1.3 ¿Cómo puede ganar o perder energía un sistema? Trabajo (W) y Calor (Q)
Cuando un sistema cambia de un estado a otro puede perder o ganar energía bajo dos formas: calor
y trabajo. Esa ganancia o pérdida de energía la hará a expensas del entorno. La física define el trabajo
mecánico, simbolizado por la letra W, como una magnitud (con unidades de energía) resultante de la apli-
cación de una fuerza a través de una distancia dada. Matemáticamente, esto se expresa como el producto
de la fuerza por el desplazamiento.
A su vez, este producto tiene un signo (positivo o negativo) dependiendo de la coincidencia o no entre
el sentido de aplicación de la fuerza y el sentido del desplazamiento. Por ejemplo, cuando empujamos
un objeto pesado el sentido de aplicación de la fuerza coincide con el sentido del movimiento del objeto.
Más generalmente, en un sistema determinado el trabajo, por convención, se considera positivo si es
realizado por el sistema y negativo si es realizado por el entorno sobre el sistema.
El calor, una de las formas de energía, se transmite de un cuerpo a otro cuando existe una diferencia de
temperaturas entre ambos. El calor se designa con la letra Q, siendo positivo cuando es absorbido desde
entorno y negativo (-Q), si se desprende del sistema hacia el entorno.
¿Qué ocurre con la energía total de un sistema (también llamada energía interna del sistema) cuando
éste sufre un cambio de estado?
Una consecuencia natural de la Primera Ley de la Termodinámica es que, si el sistema está aislado,
la energía interna que contiene debe permanecer constante. Si por el contrario el sistema no está aislado,
y puede intercambiar energía con su entorno, deberá cumplirse que la variación de energía del sistema al
pasar de un estado a otro sea idénticamente igual al intercambio de energía entre el sistema y su entorno.
Aceptando que las únicas formas de producir ese intercambio son el calor y el trabajo, resulta:
ΔE=Q-W
de manera tal que la energía total del sistema más su entorno permanezca sin variación alguna. La
expresión anterior suele presentarse como la formulación matemática de la Primera Ley de la Termodi-
námica.
Los sistemas materiales en cualquiera de sus estados (gaseoso, líquido o sólido) están constituidos por
átomos y moléculas en continuo movimiento. Según el estado en que se encuentren los átomos y molécu-
las el movimiento será mayor o menor; es decir tendrán distinta energía cinética, la que podemos sentir de
una forma que llamamos calor. Es necesario destacar que la materia no contiene calor propiamente dicho
sino que tiene energía en distintas formas, y esta energía puede transferirse de un sistema a otro en forma
de calor. La transferencia de calor será de un cuerpo a otro y se realizará siempre en forma espontánea del
cuerpo más caliente al más frío.
Si se entrega calor, los átomos y moléculas que constituyen el sistema en estudio tienden a separarse
produciendo una expansión, es decir, un aumento de volumen. Esto ocurre con la mayoría de los sistemas
materiales los que al calentarse tienden a expandirse y al enfriarse se contraen. En la construcción de
viviendas, por ejemplo, al realizarse una estructura de concreto, se deja un espacio libre para permitir la
expansión, de lo contrario se produce un resquebrajamiento o rajadura.
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Bioenergética y Enzimas
Cuando la expansión (es decir, el aumento de volumen) se realiza contra una fuerza exterior que se
opone a la misma (como por ejemplo la presión exterior), y si consideramos que la presión exterior es
constante, el sistema, al recibir calor y expandirse, efectuará un trabajo que será igual al producto de la
fuerza (que, expresada por unidad de superficie, es la presión P) multiplicada por la distancia (la variación
de volumen ΔV) y según la Primera Ley de la Termodinámica:
ΔE = QP - W ó ΔE = QP - P ΔV
Estas expresiones indican que la variación de energía producida en el sistema al absorber una deter-
minada cantidad de calor del entorno estará equilibrada por el trabajo efectuado por el sistema el entorno.
Otra forma de expresarlo es que la cantidad de calor absorbido por el sistema es:
QP = ΔE + P ΔV (1)
Si por otro lado el sistema absorbe calor, pero sin que exista variación de volumen, no efectuará
trabajo alguno.
ΔV = 0 y por lo tanto Δ E = QV
Es decir que el sistema incrementará su energía en una magnitud proporcional al calor que absorba.
Si por el contrario el sistema perdiera calor hacia el entorno, disminuiría la energía del mismo en forma
proporcional.
Cuando un sistema absorbe calor se dice que el proceso es endotérmico y si por el contrario libera
calor es exotérmico.
La variación de energía de un sistema depende, segn vimos, del estado inicial y final del mismo y no
de la condición previa ni del camino por el cual se realizó el proceso; si reemplazamos en la ecuación
(1) ΔE por E2 – E1 y ΔV por V2 –V1 (donde 1 y 2 indican los estados inicial y final, respectivamente,
de nuestro sistema, siempre considerando la presión como constante):
donde el término E + PV representa el contenido calorífico, o entalpía, del sistema y se designa con
la letra H; de ello se desprende que:
QP = H2 – H1 = ΔH
Esto significa que el aumento o disminución del contenido calorífico de un sistema será igual al calor
absorbido a presión constante: ΔH = ΔE + P ΔV y si no se efectúa trabajo alguno ΔH = ΔE
El término ΔH se utiliza generalmente para expresar la variación de calor en las transformaciones
de energía. Así una ΔH positiva (+) indicaría un cambio exotérmico y una ΔH negativa (–) un cambio
endotérmico.
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Biología Celular
De acuerdo con la teoría del big-bang, el universo está en constante expansión. Al expandirse, aumen-
ta el desorden y tiende, en miles de millones de años, al caos. Toda organización, desde la estructura inter-
na de un átomo, la asociación de los mismos en moléculas, y de allí a las estructuras celulares, requerirá
de energía pues deberá de alguna manera oponerse a la tendencia al desorden.
Como la energía total del universo es constante, es la porción de energía disipada como calor (“in-
útil”) la que aumenta el desorden. Ese desorden se conoce con el nombre de entropía y se designa con la
letra S.
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Bioenergética y Enzimas
En los ejemplos anteriores, para revertir la situación del gas, será necesario el aporte de energía ex-
terna, es decir del entorno, de manera tal que mediante la ejecución de un trabajo se pueda comprimir el
gas. Al mismo tiempo, se producirá una cantidad equivalente de calor, con el consiguiente aumento de
temperatura.
Esta cantidad de calor no podrá ser convertida en trabajo, sino que será liberada al entorno y con-
tribuirá a aumentar el desorden. Durante mucho tiempo se intentó convertir este excedente de energía
calórica en trabajo construyendo una máquina adecuada a tal fin, con lo cual se tendría una máquina per-
fecta. Ahora se sabe que es imposible; el primer intento fue la máquina a vapor, en la que una parte de la
energía térmica obtenida a partir de un combustible adecuado se transformaba en energía mecánica capaz
de mover unas paletas en el agua, pero parte de dicha energía se perdía irremediablemente como calor.
En toda máquina construida, ya sea a vapor, térmica, eléctrica, etc., siempre existe una porción de calor
irrecuperable que se pierde en el entorno.
Los conceptos termodinámicos expresados hasta aquí (energía, entropía, entalpía, endotérmico, exotér-
mico, endergónico, exergónico) permitirán al lector comprender con mayor claridad su aplicación a
los procesos biológicos que se desarrollarán a lo largo del curso.
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Biología Celular
2. Bioenergética
Los seres vivos tienen un elevado grado de orden molecular que se sostiene por un necesario aporte
de energía cuya fuente primordial es el Sol. Las transformaciones y cambios que sufre esa energía en los
organismos vivos son estudiados por una rama de la Biología que se denomina Bioenergética. Ésta se basa
en lo establecido por las Leyes de la Termodinámica.
Las Leyes de la Termodinámica se aplican a todos los sistemas, incluidos los sistemas vivientes.
Según la 1º Ley de la Termodinámica, la energía total del sistema (por ej. una célula) y de su
entorno permanecen constantes. Esto signi ica que el sistema no puede crear energía, sino que
solamente puede transformarla de un tipo a otro. Es decir que los seres vivos absorben de su entorno
un tipo de energía, parte de la cual resulta “útil”, y devuelven al entorno una cantidad equivalente de
energía en una forma menos utilizable para el sistema. El tipo de energía útil para la célula se
denomina energía libre, como de inimos anteriormente, y será aquella capaz de realizar un trabajo en la
célula (por ejemplo, transportar moléculas, contraer músculos o sintetizar proteínas), mientras que la
energía no utilizable para la célula consiste principalmente en energía calórica, que devuelve a su
entorno y que en él se distribuye azarosa-mente.
La 2º Ley de la Termodinámica permite explicar qué ocurre con la energía devuelta por la célula a su
entorno. Esta ley establece que los procesos químicos y físicos tienden a aumentar la entropía del sistema
más su entorno. Es decir que en todo proceso aumenta el desorden del universo, tendiendo a alcanzar un
valor máximo. Pero anteriormente caracterizamos a la célula como un sistema que posee un elevado gra-
do de orden molecular ¿y entonces? Lo que ocurre es que la energía disipada hacia el entorno, aumentan
la entropía o desorden del mismo. Dicho de otro modo, las células mantienen su orden a expensas de
aumentar el desorden o caos de su entorno.
¿Podemos considerar a la célula como un sistema que extrae energía libre del medio? Sí, y además
es un sistema muy eficaz, ya que la eficacia con que convierte esa energía en trabajo es superior al de las
máquinas construidas por los humanos. Las estructuras de transformación de la energía que posee la cé-
lula están constituida por moléculas orgánicas relativamente frágiles e incapaces de resistir temperaturas
elevadas o corrientes eléctricas intensas.
La energía que la célula toma de su entorno se acumula en forma de energía química (energía con-
tenida en los enlaces químicos entre los átomos que constituyen las moléculas), o un trabajo osmótico
como ocurre en el transporte de materiales hacia el interior de la célula, o un trabajo mecánico como
ocurre en la contracción muscular o en la locomoción.
Estos conceptos nos permiten afirmar que la célula es un sistema químico isotérmico y constituye un
sistema abierto.
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Bioenergética y Enzimas
La energía libre que utiliza la célula para los distintos tipos de trabajo celular, independientemente
de la forma en que la obtiene, se almacena en forma de energía química. Como vimos antes, la energía
química es aquella contenida en los enlaces que unen a los átomos al constituir moléculas. Al romperse
un enlace químico, la forma de energía que se libera es también energía química.
¿Todas las células obtienen del entorno el mismo tipo de energía?
La respuesta es no. Teniendo en cuenta el tipo de energía que las células obtienen de su entorno, las
podemos clasificar básicamente en dos grandes grupos.
El primer grupo lo constituyen las células autotróficas fotosintéticas, que fabrican compuestos
químicos (su alimento) a partir de la energía lumínica. Estas células se caracterizan por utilizar como
principal fuente de energía a la luz solar. La energía lumínica es absorbida por un pigmento denominado
clorofila y es transformada en energía química, que es utilizada en distintos trabajos dentro de la célula.
El segundo grupo lo conforman las células heterotróficas (aquellas que no sintetizan directamente sus
alimentos), que aprovechan del entorno la energía química contenida en diferentes moléculas orgánicas
ricas en energía, como la glucosa. La energía contenida en estas moléculas es utilizada posteriormente en
diversos tipos de trabajo celular.
Si bien estos dos grupos celulares difieren en la forma de energía tomada del entorno, ambos la acu-
mulan en forma de energía química en un compuesto químico denominado ATP.
El ATP actúa como el transportador de energía química más importante en las células de todas las es-
pecies vivientes.
El ATP tiene un papel central en el metabolismo de las células. Su estructura y características se han
desarrollado en el fascículo 2.
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Biología Celular
Como vimos, el enlace entre el segundo y el tercer grupo fosfato es un enlace rico en energía, lo que
significa que necesita el aporte de mucha energía para establecerse y que al romperse libera a su vez gran
cantidad de energía. El aporte energético para la formación del ATP proviene de la energía libre obtenida
por la célula de su entorno, la que entonces queda recuperada como energía química en este tercer enlace
fosfato del ATP. La energía liberada al producirse la ruptura de este enlace se utiliza en los distintos tipos
de trabajos celulares. Esto explica el concepto de intermediario energético del ATP, ya que lo podemos
considerar como un transportador de energía hacia los distintos puntos celulares en donde es requerida
para realizar algún tipo de trabajo celular.
Lo primero que debemos recordar es que se libera una buena cantidad de energía que será utilizada
convenientemente por la célula en distintos trabajos. El otro producto de esta ruptura química es el ADP
(adenosina difosfato), que es la molécula en que se convierte el ATP al perder su tercer grupo fosfato. La
regeneración del ATP se consigue con la fosforilación del ADP, la que requiere una molécula de ácido
fosfórico y energía suficiente para formar el enlace.
NH2
NH2
N C
N C C N
C N O- O- HC
O- O- O- HC C CH
C CH O P O P O CH2 N N
O P O P
-
O P O CH2 N N O-
O O O
+
O O O O -
O P O
H
H H
H + O
ENERGÍA
OH OH
OH OH
Fig. 2. Esquema de la ruptura del ATP y su conversión en ADP más fosfato, con la consecuente liberación
de energía. La doble flecha indica la bidireccionalidad de esta reacción química.
Se ha demostrado que dentro de todas las células existe una concentración relativamente constante
de ATP, ADP y AMP (adenosina monofosfato). Asimismo se observa que en una célula con un
metabolismo muy activo, la concentración de ATP supera ampliamente la de ADP.
Si repasamos lo explicado anteriormente, nos daremos cuenta que cuando la célula consume ATP, se
genera ADP, y que al tomar del entorno energía libre, ese ADP es fosforilado a ATP, y así sucesivamente.
Es decir que se genera un ciclo, denominado ciclo del ATP, en donde se entiende claramente su papel de
intermediario energético.
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Bioenergética y Enzimas
´ ´ ´
Fig. 3. Esquema que representa el ciclo del ATP. La energía contenida en el ATP es utilizada para dis-
tintos trabajos celulares como los indicados en la figura, generándose ADP. Este es fosforilado y forma
ATP a partir de la energía útil obtenida por la célula del entorno.
3. Metabolismo celular
El metabolismo intermediario, o metabolismo celular, puede definirse como el conjunto de reacciones
bioquímicas que ocurren en el interior de una célula. Estas reacciones ocurren de manera ordenada, eficaz
y específica debido a que cada una de ellas está catalizada por enzimas
¿De dónde proviene la energía necesaria para que ocurran procesos endergónicos en las células?:
Proviene del ATP, transformándose en ADP.
¿Qué compuesto capta la energía libre producida en una reacción exergónica?:
El ADP, transformándose en ATP.
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Biología Celular
De estas dos respuestas surge el papel de intermediario común del ATP, ya que brinda la energía
contenida en su enlace fosfato rico en energía que se utiliza en los procesos endergónicos, y es regenerado
a partir de la energía liberada de los procesos exergónicos, la que se utiliza en la fosforilación del ADP.
De esta manera, el ATP realiza el acoplamiento energético de estos dos tipos de reacciones que ocurren
en el metabolismo celular.
Si repasamos lo que vimos sobre el metabolismo, veremos que conceptualmente hablamos de cuatro
tipos de procesos:
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Bioenergética y Enzimas
1) el ATP conecta todas las reacciones del metabolismo celular a modo de intermediario energético,
2) los procesos catabólicos son exergónicos (es decir, liberan energía) mientras que los anabólicos son
endergónicos (es decir, requieren energía).
Fig. 4. Esquema que relaciona los procesos anabólicos y endergónicos con los catabólicos y exergónicos
en el metabolismo celular.
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Biología Celular
4. Enzimas
Las enzimas tienen en su mayoría composición proteica, aunque también se han encontrado molécu-
las de ARN, conocidas como ribozimas, con capacidad catalítica.
Actúan como catalizadores biológicos aumentando la velocidad con que ocurren ciertas reacciones
químicas e intervienen en la interconversión de distintos tipos de energía.
En el inicio de todos los procesos químicos –ya sea endergónicos o exergónicos–,se requiere cierta
energía de activación, que es la cantidad mínima de energía necesaria para que se lleve a cabo una deter-
minada reacción química. A medida que la temperatura aumentase acelera la velocidad de las reacciones
químicas por incremento del número de choques entre las moléculas implicadas. Pero en los seres vivos
este aumento no puede ser indefinido, debido a que las proteínas en general son funcionales en un rang
de temperatura óptimo. Las enzimas disminuyen la energía de activación de las reacciones químicas.
Ribozimas
En los años ochenta, Thomas Cech y Sidney Altman, de la Universidad de Yale, describieron la
existencia de moléculas de ARN con capacidad catalítica: se las denominó ribozimas.
Desde entonces se han encontrado ribozimas participando en los procesos de maduración del
ARN y la síntesis de proteínas.
Este descubrimiento echó por tierra el dogma de que todas las enzimas son proteínas.
Por lo tanto, podríamos concluir que los catalizadores aceleran las reacciones químicas al disminuir
la energía de activación (Figura 5).
Aquellas moléculas sobre las que actúan las enzimas reciben el nombre de sustratos y aquellas que
resultan de dicha acción reciben el nombre de productos; esto se puede esquematizar por la ecuación que
se describe a continuación:
E
S P
En un principio los enzimas fueron designadas añadiendo el sufijo -asa a continuación del nom-
bre de su sustrato, por ejemplo la enzima arginasa cataliza la hidrólisis de la arginina a ornitina
y urea, pero con el paso del tiempo este sistema resultó insuficiente. En la actualidad, se utiliza
un sistema que divide a las enzimas en seis clases principales (óxido-reductasas, transferasas,
hidrolasas, liasas, isomerasas, y ligasas) que a su vez se ramifican en subclases de acuerdo al tipo
de reacción en el que participan.
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Bioenergética y Enzimas
Nivel energético de
los estados de transición
sin catalizador (A) y con
catalizador (B)
Fig. 5. Valores relativos de energía de activación en una reacción que transcurre en presencia (1) o
ausencia (2) de un catalizador. Observar también el cambio total de energía al pasar de sustratos a
productos (3).
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Biología Celular
Las enzimas son catalizadores producidos por los seres vivos, que logran acelerar más de un millón
de veces las reacciones químicas en los sistemas biológicos.
La enzima más difundida en los sistemas biológicos por su gran capacidad catalítica es la anhidrasa
carbónica que participa en la hidratación del dióxido de carbono (CO2). Cada una de estas enzimas puede
hidratar 105 moléculas de CO2 por segundo y de esta manera esta reacción es 107 veces más rápida que la
misma reacción en ausencia de catalizador.
Además de incrementar la velocidad de las reacciones químicas, las enzimas son altamente específi-
cas, esto quiere decir que participan de una determinada reacción química reconociendo y actuando sobre
un sustrato en particular, por lo que es necesaria la existencia de una gran variedad de enzimas en un ser
vivo de modo que catalicen los procesos bioquímicos propios de los procesos vitales.
Los peroxisomas son organelas que tienen una función importante en la detoxificación. Su nom-
bre se debe a que son capaces de formar y descomponer peróxido de hidrogeno (H2O2 ), para
lo cual contienen en su interior diversas enzimas oxidativas.
El H2O2 es tóxico para la célula y los peroxisomas poseen entre sus enzimas a la catalasa que
convierte H2O2 en O2 y H2O.
Este proceso se evidencia al agregar agua oxigenada en una herida. Se observa rápidamente un
burbujeo debido al oxígeno liberado por acción de la catalasa.
Se genera de esta manera un ambiente rico en O2 que es hostil para bacterias anaerobias que
podrían causar infecciones.
Al igual que otros catalizadores no biológicos, las enzimas poseen las siguientes propiedades:
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Bioenergética y Enzimas
Un poco de historia
Hace miles de años, en el antiguo Egipto, en Troya y Babilonia, se utilizaban procesos de fer-
mentación para la fabricación de pan, quesos, vino y cerveza. En todos ellos participan enzimas.
Por otra parte, las palabras en alemán e inglés para pan (Brot-bread) y cerveza (Bier-beer), de-
rivan de una misma antigua raíz germánica, que tendría su origen en el proceso de fermentación.
En nuestro continente una primera información sobre la aplicación de enzimas proviene de Her-
nán Cortés, al señalar que las poblaciones mesoamericanas tiernizaban sus carnes dejándolas
envueltas durante la noche en hojas de papaya (ricas en la enzima papaína).
A partir del siglo XIX, el conocimiento se sistematizó a través de investigaciones científicas
- En 1857 Louis Pasteur comunicó que las células de levadura contenían un principio, al que se
llamó fermento, que les permitía transformar azúcar en alcohol.
- En 1876 Wilhelm Kûhne propuso la denominación enzima, término derivado de las palabras
griegas “en” y “zyme” (en levadura).
- En 1897, el químico alemán Eduard Buchner, comprobó que las enzimas podían ser extraídas
de las células de levadura y ser usadas independientemente de las células.
- En 1912, el científico alemán Leonor Michaelis y la primera médica canadiense Maud Menten
estudiaron los procesos de cinética enzimática. Con ello dieron el puntapié inicial para el análisis
matemático de las reacciones en donde intervienen las enzimas.
- La naturaleza proteica de las enzimas recién se pudo confirmar en 1926 cuando el bioquímico
estadounidense, James B. Sumner aisló la ureasa. Pocos años después, John Howard Northop,
concluyó que las enzimas actuaban como catalizadores, facilitando la ocurrencia de las reaccio-
nes químicas.
- La ribonucleasa, una enzima descubierta en 1938 por el bacteriólogo estadounidense René
Jules Dubos, fue sintetizada por científicos estadounidenses en 1969. Dicha síntesis permitió
identificar aquellas áreas de la molécula que son responsables de sus funciones químicas, e hizo
posible sintetizar enzimas especializadas con propiedades de las que carecen las sustancias na-
turales.
A partir de todas estas investigaciones se empezaron a extraer y obtener enzimas diversas, lo que
hizo posible su empleo en varias ramas de la industria (fabricación del papel, industria textil,
alimenticia, farmacéutica).
Por otro lado, el conocimiento del mecanismo de acción de las enzimas ha permitido estudiar
complejos procesos celulares.
El diagnóstico, tratamiento y pronóstico de enfermedades diversas se ha favorecido con el desa-
rrollo de métodos para determinar la presencia y actividad de las enzimas presentes en muestras
biológicas diversas. Asimismo muchos de esos métodos emplean enzimas, como las técnicas de
Enzimoinmunoensayo (ELISA) para diagnóstico de HIV, Hepatitis, etc., lo que asegura alta espe-
cificidad y sensibilidad en las determinaciones
Todo este potencial se ha visto ampliado por las técnicas de ingeniería genética que han hecho
posible la producción de algunas enzimas en grandes cantidades.
En este último tiempo, la biotecnología enzimática ha adquirido un interés considerable. Así, por
ejemplo, ha permitido el uso de enzimas para degradar derrames de sustancias contaminantes.
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Biología Celular
En algunas enzimas, la parte proteica por sí sola posee actividad catalítica y por esta característica se
las clasifica como enzimas simples. Otras enzimas están asociadas a sustancias de naturaleza no proteica,
y la parte proteica no es activa en la actividad catalítica; son enzimas conjugadas. La parte proteica recibe
el nombre de apoenzima y los otros componentes no proteicos, que en la mayoría de los casos interac-
cionan con la apoenzima de modo transitorio, reciben el nombre de cofactores enzimáticos y pueden ser
de distintos tipos:
Enzimas
Ion inorgánico
El primer paso en el proceso catalítico es la unión entre la enzima y el sustrato, con la consiguiente
formación de un complejo enzima-sustrato. En todos los casos, la región de aminoácidos de la enzima
que interacciona con el sustrato recibe el nombre de sitio activo y es allí donde se produce el proceso
catalítico, generando o rompiendo enlaces según sea el caso.
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Bioenergética y Enzimas
Es indispensable que se mantenga la estructura tridimensional terciaria de la enzima para que sea ca-
talíticamente activa. Los aminoácidos que forman el sitio activo no son una porción consecutiva y lineal
de la estructura primaria sino que generalmente se encuentran alejados unos de otros y representan una
pequeña porción del total de aminoácidos. Las uniones que se forman entre las enzimas y los sustratos
son débiles y se realizan por enlaces electrostáticos, enlaces de hidrógeno, fuerzas de van der Waals e
interacciones hidrofóbicas. Esto determina que la unión enzima-sustrato sea reversible y que la enzima se
recupere al final de la reacción .
La disposición espacial de los aminoácidos del sito activo de cada enzima permitirá la interacción
con el sustrato. Se han planteado dos modelos que describen el modo de interacción entre la enzima y el
sustrato.
Modelo de llave-cerradura: es ejemplificado con una metáfora que fue establecida en el año 1890 por
Emil Fischer, la cual compara el reconocimiento entre la enzima y el sustrato con una llave y su cerradura.
Este modelo establece la existencia de una total complementariedad entre el sitio activo de la enzima y el
sustrato sobre el cual actúa. (Figura 7 a).
Modelo de ajuste inducido: en este caso se postula que la complementariedad entre el sitio activo de
la enzima y el sustrato se alcanza solo luego de la interacción entre ellos, o sea, hay un reconocimiento
dinámico que involucra una modificación apreciable de los sitios activos de algunas enzimas al unirse
con sus sustratos. Esto puede compararse con los cambios que sufre un guante al ponerle la mano en
su interior. (Figura 7 b).
En la actualidad se han encontrado ejemplos que apoyan tanto a uno como al otro modelo indicando
que distintas enzimas pueden actuar a través de distintos mecanismos.
E S E S
20
Biología Celular
La cinética enzimática es un área de estudio de la química que estudia la velocidad de las reaccio-
nes catalizadas por enzimas. En estas reacciones químicas se puede medir la cantidad de moléculas de
producto formadas por unidad de tiempo como así también la cantidad de moléculas de sustrato que se
transforman en un tiempo determinado. Entonces, si en una reacción en la que a partir de un determinado
sustrato “S” se está formando un producto “P”, se mide la aparición de “P” en cada minuto y con estos
datos se realiza un gráfico, se observará que en la primera parte de la curva aumenta la velocidad de la
reacción de modo lineal. Esto se debe a que en estas condiciones iniciales, la cantidad de sustrato es
suficiente y no es un factor limitante; por lo tanto la enzima puede trabajar a su mayor capacidad. La ve-
locidad obtenida en esta parte de la curva, expresada como la variación de sustrato en función del tiempo,
se denomina velocidad inicial.
Producto
∆P ∆P/∆t = velocidad
∆t
Tiempo (minutos)
Fig. 8. Curva de actividad enzimática en función del tiempo. La velocidad (V) de la reacción se calcula
por (∆P) es decir, el número de moléculas de sustrato (S) que se convierten en producto (P) por
unidad de tiempo (∆t).
Luego de un tiempo, la velocidad va disminuyendo ya que cada vez hay menos sustrato y, por lo
tanto, es menos probable su interacción con la enzima. Esta tendencia termina por alcanzar un estado
de equilibrio en el cual la velocidad de formación de producto es cero y la curva se mantiene constante.
La velocidad de las reacciones químicas catalizadas por enzimas pueden ser afectadas por distintos
factores, tales como: concentración de sustrato, concentración de enzima, temperatura y pH, además de
la presencia de inhibidores. Es por esta razón que al estudiar el efecto de uno de estos factores los demás
deben permanecer constantes.
21
Bioenergética y Enzimas
En este caso, sólo se varía la concentración de sustrato y se mantienen constantes los demás factores
enumerados en el párrafo anterior. Para la mayoría de las enzimas, la velocidad “V” varía con la concen-
tración de sustrato “S”, en la forma que se muestra en la Figura 9. Por lo tanto, usando una determinada
concentración de enzima se observa que a bajas concentraciones de sustrato, la velocidad aumenta de
modo proporcional al aumento de la concentración de sustrato; pero cuando la concentración de sustrato
es alta, tiende a alcanzarse una velocidad máxima, que solo podrá ser aumentada, aumentando la con-
centración de enzima. En 1913, el bioquímico alemán Leonor Michaelis (1875-1949) y la investigadora
canadiense Maud Menten (1879-1969) propusieron un modelo para explicar esta cinética postulando la
existencia de un complejo enzima-sustrato (ES). Sobre la base de esta consideración, a altas concentracio-
nes de sustrato, todos los sitios activos de las enzimas están ocupados y por lo tanto la velocidad alcanza
un máximo. Ese estado en el cual todos los sitios activos están ocupados y se ha alcanzado la velocidad
máxima se conoce como saturación. La constante o coeficiente de velocidad denominada k caracteriza la
afinidad de la enzima (E) por el sustrato (S). Es una constante de proporcionalidad entre la velocidad de
reacción y la concentración de los reactivos.
k1 k3
E+S ES E+P
k2
Una enzima “E”, se combina con el sustrato “S” formando el complejo “ES”, con una constante de
velocidad k1. Este complejo “ES” puede seguir dos caminos: se puede disociar, generando nuevamente
“E” y “S”, con una constante de velocidad k2 o puede formar el producto con la consiguiente recupera-
ción de la enzima con una constante de velocidad k3.
Teniendo en cuenta este modelo, la velocidad de la reacción catalizada enzimáticamente será igual
al producto entre la concentración del complejo “ES” y k3.
V = k3 [ES]
Sin embargo, la concentración del complejo “ES” no se conoce, de modo que debe ser reemplaza-
do por expresiones formadas por variables conocidas. Mediante un desarrollo matemático, Michaelis y
Menten dedujeron una ecuación que relaciona la velocidad de la reacción “V”, con la concentración de
sustrato “S” y que concuerda con los datos experimentales:
V= V [S] (1)
max
[S] + Km
La constante Km es el valor de la concentración de S para el cual la velocidad Vo alcanza un valor
igual a la mitad de su valor máximo Vmax.
22
Biología Celular
Vmax./2
[Sustrato]
Km
Fig. 9. Efecto de la concentración de sustrato sobre la cinética enzimática. Observar cómo se pueden
obtener los valores de Km y Vmax a partir del gráfico. El valor máximo Vmax corresponde a la satura-
ción, cuando todas las enzimas estarían unidas al sustrato.
Además de la ecuación de Michaelis-Menten se deduce una relación numérica importante para el caso
particular en el cual la velocidad de la reacción sea la mitad de la velocidad máxima:
Reordenando:
[S] + Km = 2 [S]
Simplificando
Km = 2 [S] - [S]
Entonces:
Km = [S]
23
Bioenergética y Enzimas
Fosforilación
Como veremos más adelante, la fosforilación (adición de un grupo fosfato) es la primera trans-
formación que la glucosa experimenta, cualquiera sea su destino metabólico ulterior.
la fosforilación de la glucosa es catalizada también por otra enzima denominada glucoquinasa.
La glucoquinasa posee una a inidad mucho menor por la glucosa (Km= 2.10-2 M) que la
hexoquinasa, de manera que sólo actúa cuando la glucosa es abundante.
A las concentraciones normales de glucosa sanguínea la hexoquinasa está completamente sa-
turada. En situaciones de emergencia, cuando la concentración de glucosa sanguínea se eleva
mucho, como en la diabetes, la glucoquinasa se manifiesta activa de modo significativo.
Cuando una enzima no tiene una especificidad estricta, es decir que puede actuar sobre más de un
sustrato, el valor de Km permite indicar sobre cuál de ellos tendrá mayor afinidad y actuar en forma
preferencial.
Así por ejemplo la hexoquinasa, enzima que cataliza la fosforiliación de glúcidos de 6 átomos de
carbono (hexosas) a partir de ATP tiene diferentes valores de Km para diferentes sustratos:
HEXOSA Km (M)
Esto significa que la concentración de sustrato necesaria para alcanzar la mitad de la velocidad máxi-
ma, es igual a la Km de la enzima. Por lo general, las Km de las enzimas varían en un amplio rango que
va desde concentraciones de 10-6 hasta 10-1 en unidades de molaridad (M) pero ¿cuál es el significado
bioquímico de la Km? En realidad la importancia fisiológica es enorme ya que cuando una enzima tiene
un valor muy pequeño de Km para un determinado sustrato significa que con una concentración muy baja
de dicho sustrato se puede alcanzar la saturación de la enzima. Es decir, cuanto menor sea el valor de
la Km mayor será la afinidad de la enzima por su sustrato y viceversa. El estudio de los valores de Km
puede aportar datos de suma utilidad para la evaluación de la importancia fisiológica de una enzima y el
funcionamiento celular.
24
Biología Celular
Vmax./2
[Sustrato]
Km
Fig. 10. Efecto de la concentración de sustrato sobre la cinética enzimática. Observar cómo se pue-
den obtener los valores de Km y Vmax a partir del gráfico.
Como es común para todas las reacciones químicas, a bajas temperaturas, la velocidad de reacción
también es baja, pero se incrementa a medida que la temperatura se eleva ya que se favorece la probabi-
lidad de choques entre las sustancias involucradas.
Pero para las reacciones en las que participan enzimas, luego de una determinada temperatura en
la cual se alcanza la mayor actividad (temperatura óptima) la actividad va disminuyendo ya que se ven
afectadas uniones entre aminoácidos que mantienen la estructura terciaria de esa proteína (enzima) y,
como vimos, esta estructura juega un rol crítico en la actividad biológica de la enzima. De esta manera,
podemos concluir que a bajas temperaturas las enzimas se encuentran inactivas y a altas temperaturas se
desnaturalizan. Cada enzima tendrá una temperatura óptima que en la mayoría de los casos será coinci-
dente con la fisiológica (Figura 10).
La mayoría de las enzimas pierde su actividad a temperaturas cercanas a los 60 °C, aunque existen
otras que tienen temperaturas óptimas cercanas a los 72 °C, como el caso de las enzimas de ciertas
bacterias termófilas que viven en aguas termales de temperaturas superiores a los 70 °C.
25
Bioenergética y Enzimas
Fig. 11. Efecto de la temperatura sobre la actividad enzimática. La temperatura óptima indicada puede
variar según el organismo en estudio.
Recordemos que las enzimas son proteínas; los monómeros que las constituyen son los aminoácidos
y estos últimos poseen la capacidad de actuar captando o liberando protones de acuerdo al pH del me-
dio en el que se encuentren (comportamiento anfotérico). Al tomar o ceder protones se afecta la carga
neta del aminoácido y esto produce atracciones y repulsiones que modifican la estructura terciaria de la
enzima, incluyendo la estructura tridimensional del sitio activo. Esto lleva a que la actividad enzimática
se encuentre modulada por el pH y en muchos casos puede considerarse como un mecanismo de control
ejercido por la célula. Además debemos considerar que cada enzima tendrá una estructura primaria carac-
terística, la cual determina su especificidad biológica, y es por esta razón que la sensibilidad al pH varía
según la composición de aminoácidos de la proteína en estudio (Figura 11).
Otro punto a tener en cuenta son las posibles variaciones de cargas producidas en el sustrato como
consecuencia de la modificación del pH del medio. En muchos casos, en la interacción entre el sitio ac-
tivo de la enzima y el sustrato participan grupos con carga neta positiva o negativa que son importantes
tanto en el reconocimiento como en la estabilización de la unión. Si estas cargas son modificadas, se verá
afectada la capacidad de unión entre la enzima y el sustrato.
26
Biología Celular
a) Tripsina c) Colinesterasa
Actividad enzimática
Actividad enzimática
6 8 10 4 6 8 12
pH pH
b) Pepsina
d) Papaína
Actividad enzimática
Actividad enzimática
2 4 6 4 6 8
pH pH
Fig. 12. Efecto del pH sobre la actividad enzimática. a) La tripsina muestra su mayor actividad (pH
óptimo) a valores cercanos a 8, y al modificar ese pH la actividad disminuye. b) La pepsina tiene un pH
óptimo de 2 y al ir hacia valores más básicos, la actividad enzimática va disminuyendo. c) La colines-
terasa no tiene un único valor de pH en el cual alcance su máxima actividad. Esta enzima es altamente
estable a valores de pH mayores que 7 y su actividad disminuye al pasar a medios ácidos. d) La papaí-
na sin embargo, muestra una total insensibilidad a las variaciones de pH.
Enzimas en lisosomas
Los lisosomas son organelas que digieren los materiales incorporados por endocitosis ya que po-
seen en su interior alrededor de 50 enzimas hidrolíticas diferentes. Estas últimas son un ejemplo
de enzimas que actúan a pH ácido ya que el interior del lisosoma posee un pH de 5,0. Esta acidez
es posible mediante el funcionamiento de una bomba de protones presente en la membrana del
lisosoma.
Si la membrana del lisosoma se rompiera, las enzimas escapadas no afectarían a los demás com-
ponentes celulares, debido a que se inactivarían al tomar contacto con el citosol, cuyo pH es 7,2.
27
Bioenergética y Enzimas
En este caso, el inhibidor se fija a la enzima dando por resultado una pérdida de la actividad que puede
ser analizada utilizando la relación de Michaelis-Menten.
La inhibición reversible puede ser de dos tipos: competitiva y no competitiva.
Fig. 14. Esquemas que representan las inhibiciones reversibles (competitiva y no competitiva).
28
Biología Celular
Fig. 15. Un inhibidor competitivo disminuye la afinidad de la enzima por su sustrato (>Km) pero
no altera la Vmáx, ya que ésta se alcanza de todos modos a concentraciones elevadas de sustrato.
29
Bioenergética y Enzimas
Fig. 16. En la inhibición no competitiva, no se modifica la afinidad de la enzima por el sustrato (Km
no varía), pero la Vmáx disminuye notablemente.
30
Biología Celular
Es provocada por sustancias que producen un cambio permanente en la molécula de enzima, lo que
resulta en una pérdida definitiva de su actividad. En estos casos, la ecuación de Michaelis-Menten resulta
inaplicable.
Hay bacterias que secretan enzimas que son capaces de romper la estructura química de diversos
antibióticos dejándolos sin efecto. De esta manera estas bacterias se convierten en resistentes a
estos antibióticos y se deben buscar alternativas de tratamiento. Un ejemplo son las betalacta-
masas que hidrolizan a las penicilinas.
Hoy en día hay microorganismos que sintetizan enzimas que inactivan a casi todos los antibió-
ticos generando un problema serio en el sistema de salud.
Como ejemplo de este tipo de inhibidores podemos citar al plomo (Pb) y varios compuestos de mer-
curio (Hg) y arsénico (As), altamente tóxicos para la célula humana.
Los venenos órgano-fosforados, muy utilizados como insecticidas, producen inhibición irreversible
de la acetilcolinesterasa, enzima fundamental para la función del sistema nervioso. La molécula alterada
no vuelve a recuperar su actividad normal.
Otro ejemplo notable es el de la penicilina, el antibiótico de uso más generalizado, que inhibe en for-
ma irreversible a enzimas del ensamblaje de la pared de la célula bacteriana. Como las células humanas
son de tipo eucarionte y carecen de pared, no se ven afectadas.
31
Bioenergética y Enzimas
Las enzimas son una herramienta molecular altamente especializada con diversas aplicaciones
en las que se explota su especificidad y efectos catalíticos.
- Usos científico
Son utilizadas para el análisis secuencial de ARN y ADN. También en la síntesis de materiales
biológicos y no biológicos para investigación.
- Usos industriales
Los procesos industriales las emplean para la síntesis de productos en gran escala y bajo costo.
En fechas recientes han despertado gran interés para el tratamiento de residuos.
- Usos médicos
El tratamiento de las enfermedades ocasionadas por defecto de una enzima mediante la aplica-
ción de la misma, todavía se halla en estudio. Se las utiliza por ejemplo para la disolución de
coágulos sanguíneos (estreptoquinasa).
Un tema de relevante interés es la determinación de enzimas en el laboratorio clínico con fines
diagnósticos. Las determinaciones se pueden realizar en diversos materiales biológicos, pero
más frecuentemente en el plasma sanguíneo.
Las enzimas pueden ser específicas del plasma o no específicas. Entre las primeras se encuentran
las que participan en el proceso de coagulación de la sangre, y son de interés clínico especial-
mente cuando su actividad está disminuida.
Las no específicas del plasma son las que no tienen una función definida en él. Se encuentran en
concentraciones un millón de veces menor que en los tejidos, sus sustratos no están en la sangre.
Pueden ser extracelulares o de secreción (amilasa, lipasa, pepsinógeno). Aparecen en el plasma
por pasaje desde la glándula productora hacia el intersticio, o cuando su producción está muy
aumentada. Por ejemplo, en procesos obstructivos e inflamatorios del pánc eas.
Otro grupo lo forman las enzimas intracelulares, cuyo aumento en la sangre es índice de daño
tisular. Por ejemplo:
CPK, GOT y LDH: la magnitud y persistencia de su incremento en el suero son
de valor diagnóstico y pronóstico de infarto de miocardio.
Fosfatasa alcalina: de interés para el diagnóstico de enfermedades óseas
(raquitismo, sarcoma osteoblástico, enfermedad de Paget) y hepáticas (procesos obstructivos,
hepatoma).
Fosfatasa ácida: elevada en casos de carcinoma prostático.
GOT y GPT: además de su utilidad para evaluar daño cardíaco, por estar am-
pliamente distribuidas en el tejido hepático son indicadoras de la funcionalidad de este órgano
(se elevan en el suero de pacientes con hepatitis) así como también las enzimas GGT y 5’Nu.
La investigación de isoenzimas puede ser de gran utilidad para localizar el proceso patológico
identificando el ó gano dañado.
La forma H4 de LDH es específica de músculo cardíaco y por lo tanto índice de necrosis del
miocardio. Lo mismo ocurre con la fracción MB de CPK (que tiene tres isoenzimas diméricas BB
en cerebro, MB en corazón y MM en músculo esquelético).
32
Biología Celular
ENZIMAS PATOLOGÍAS
Adenosina Deaminasa (ADA) Infecciones (Tuberculosis)
Alanina aminotransferasa (GPT o ALT) Enfermedades hepáticas y cardíacas
Aldolasa Enfermedades musculares
Amilasa Enfermedades pancreáticas
Aspartato aminotransferasa (GOT o Enfermedades hepáticas y cardíacas
AST)
Colinestarasa (pseudocolinestarasa) Intoxicación organofosforada aguda
Creatin Kinasa (CK o CPK) Enfermedades cardíacas y musculares
Enzima Convertidora de Angiotensina Sarcoidosis
Fosfatasa ácida Enfermedades prostáticas
Fosfatasa alcalina Enfermedades hepáticas y óseas
Gamma-Glutamyltransferase (GGT) Enfermedades hepáticas, monitoreo de rehabili-
tación alcohólica
Lactato Deshidrogenasa (LDH) Enfermedades hepáticas, cardíacas y daño
cerebral
Lipasa Pancreatitis
5’ Nucleotidasa Enfermedades hepáticas
Las características de la vida que hemos estudiado se deben en gran medida a la existencia de meca-
nismos de regulación de las enzimas, que contribuyen en forma fundamental a la homeostasis. De esta
manera, se controla la gran cantidad de vías metabólicas que ocurren simultáneamente en la célula. Pen-
semos que en ellas participan más de un millar de enzimas distintas.
La afinidad (valor de Km) de cada enzima por su sustrato parece permitir una eficaz integración
metabólica.
La sensibilidad a algunos factores ambientales como el pH y la temperatura tienen un potencial regu-
lador importante así como también las concentraciones locales de sustrato y cofactores, y las inhibiciones
reversibles clásicas.
Sobreañadidos a estas propiedades catalíticas comunes a las enzimas en general, existen otros meca-
nismos más específicos de regulación.
33
Bioenergética y Enzimas
34
Biología Celular
• Sistemas multienzimáticos
E1 E2 Ei
A B C Y Z
(-)
Fig. 18. Los sistemas multienzimáticos constituyen una de las principales estrategias de biorregulación
de todas las células. A = primer sustrato; Z = producto final; B, C, Y = sustratos / productos interme-
dios; E1, E2, Ei = enzimas.
• Efectos alostéricos
Las propiedades cinéticas de muchas enzimas no pueden explicarse por el modelo de Michaelis-Men-
ten. Así ocurre con las llamadas enzimas alostéricas o reguladoras, cuya velocidad de reacción puede
representarse en una gráfica sigmoidea.
A bajas concentraciones de sustrato la velocidad es baja, cuando la concentración de sustrato au-
menta, la velocidad aumenta en forma marcada. Esta cinética es congruente con la presencia de dos o
más subunidades polipeptídicas (proteína oligomérica) y en consecuencia dos o más sitios de unión del
sustrato. Entre las subunidades existe una relación tal que hace que la unión de una molécula de sustrato
35
Bioenergética y Enzimas
en un sitio activo produzca un cambio conformacional de la enzima. Este cambio se transmite a las otras
subunidades facilitando la aptitud para recibir más sustrato. Este efecto se denomina cooperatividad res-
pecto de la concentración del sustrato. La molécula de sustrato no actúa solamente como tal, sino también
como modulador que acelera la actividad catalítica.
Estas enzimas también pueden ser reguladas por otros modificadores diferentes del sustrato capaces
de activarlas (modulador positivo, disminuye Km ó aumenta Vmáx) o inhibirlas (modulador negativo,
aumenta Km ó disminuye Vmáx)
Cuando el modulador es el sustrato, el efecto se llama homotrópico, si el agente modificador es dis-
tinto del sustrato, se dice que es heterotrópico.
Estos efectos pueden coexistir para una misma enzima y se explican por la existencia de otros sitios,
además del sitio activo, a los cuales se unen específicamente moléculas capaces de modificar la actividad.
En resumen:
Para estas enzimas, el fenómeno de fijación de ciertas sustancias en un sitio puede ocasionar cambios
en la conformación y actividad de otro sitio. Este fenómeno se denomina alosterismo (allo = otro o va-
rios, stereos = conformación). Las enzimas que presentan este comportamiento se denominan alostéricas,
y las sustancias que causan el efecto se llaman efectores alostéricos, ya sea que se trate de inhibidores,
aceleradores o de los propios sustratos.
Se han formulado dos modelos para explicar el alosterismo: modelo concertado y modelo secuencial.
Posiblemente ocurre un modelo intermedio. Ambos se basan en considerar un cambio conformacional
producido por el sustrato (Figura 19).
Modelo concertado: inicialmente las distintas subunidades de la proteína existen en dos conformacio-
nes distintas que están en equilibrio entre sí, antes de unirse con el sustrato.
Modelo secuencial: la fijación inicial de una molécula de sustrato a un sitio activo de cierta subunidad
induce cambios de conformación en ésta, los cuales provocan, a su vez, cambios de conformación en la
otra subunidad.
Es común que en una vía metabólica la enzima que cataliza la primera etapa sea alostérica.
+ activador
Actividad enzimática
+ inhibidor
[Sustrato]
Fig. 19. Las curvas representan la actividad enzimática en presencia de activador (modulador positivo)
o de inhibidor (modulador negativo).
36
Biología Celular
Fig. 20. Esquema que representa el cambio de conformación de la enzima ante un modulador negativo
(M-) o un modulador positivo (M+).
• Modificación covalente
- Reversible
Algunas enzimas son reguladas por adición o sustracción de grupos unidos covalentemente.
La modificación ás frecuente consiste en la fosforilación y desfosforilación (proceso de unión o
eliminación de fosfatos) ejercida a su vez por otras enzimas (quinasas y fosfatasas) en presencia de ATP
(Figura 20).
El ejemplo clásico lo constituye la enzima fosforilasa, involucrada en la degradación del glucógeno.
Esta enzima se encuentra con baja actividad en el músculo en estado de reposo. Se activa por adición de
fosfato, que se une al hidroxilo de las moléculas de serina de la enzima. Así se promueve la glucóge-
nolisis y consecuente liberación de glucosa que proporciona la energía que requiere el trabajo muscular.
La forma activa, a su vez, se desactiva por eliminación de los grupos fosfato.
La ventaja de este tipo de regulación por enzimas interconvertibles radica en el hecho de que se pue-
de ejercer a corto plazo, variando la proporción de enzima activa, sin necesidad de remover la estructura
proteica total.
37
Bioenergética y Enzimas
Fig. 21. Representación de la fosforilación y desfosforilación catalizada por otras enzimas (quinasas y
fosfatasas) en presencia de ATP.
- Irreversible
Algunas enzimas se sintetizan en forma de precursores inactivos y son activadas a un tiempo y en
un lugar fisiológicamente apropiado. Las enzimas digestivas muestran este control (pepsina, tripsina,
quimotripsina).
Por ejemplo, el tripsinógeno se sintetiza en el páncreas y es activado por la rupura irreversible de un
enlace peptídico en el intestino delgado formando la enzima activa tripsina, que participa en la degrada-
ción de las proteínas ingeridas.
Si este tipo de enzima fuera sintetizada en una forma activa dentro de la célula, sería potencialmente
autodestructora, desencadenando su acción proteolítica contra cualquiera de las otras proteínas. De hecho,
la enfermedad pancreatitis (en ocasiones mortal) tiene por causa la liberación prematura de tripsina y
quimotripsina en el páncreas.
Los precursores enzimáticamente inactivos de las enzimas proteolíticas se denominan zimógenos.
Carecen de sitio activo y la ruptura irreversible de uno o más enlaces peptídicos se traduce en una nueva
conformación mediante la cual los residuos del sitio activo adoptan nuevas posiciones óptimas para la
catálisis (Figura 21).
Este tipo de control se encuentra también en la secuencia de reacciones enzimáticas que llevan a la
coagulación de la sangre.
38
Biología Celular
Fig. 22. Esquema que representa el pasaje de la forma inactiva de una enzima (zimógeno) a la forma
activa por pérdida de una secuencia de aminoácidos.
Compartimentalización
Las células eucariontes alojan en su interior una gran variedad de enzimas. Éstas catalizan un número
extremadamente elevado de reacciones pertenecientes a diferentes vías metabólicas. Es evidente entonces
que el funcionamiento coordinado requiere de algún modo la distribución de diferentes enzimas.
La localización de los procesos metabólicos en el citosol o en organelas, facilita su regulación.
Así, por ejemplo, muchas de las enzimas asociadas al núcleo, están involucradas en el mantenimiento,
renovación y utilización del material genético.
La mayoría de las enzimas de la mitocondria forman parte de las vías que promueven la obtención
de energía. Enzimas asociadas a ribosomas, promueven la síntesis proteica. Los lisosomas contienen
enzimas que catalizan la destrucción hidrolítica de materiales de desecho. Por último, las enzimas micro-
somales son responsables de la biosíntesis de hormonas y del metabolismo de ciertas drogas.
Isoenzimas
En un organismo pluricelular, y también en cada una de sus células, pueden existir distintas varieda-
des de una misma enzima con la misma actividad catalítica. Estas diferentes formas estructurales de una
enzima se denominan isoenzimas.
Una de las mejor estudiadas es la lacticodeshidrogenasa (LDH) que participa en el metabolismo ener-
gético y posee cinco isoenzimas.
39
Bioenergética y Enzimas
La distribución de las cinco formas es característica en cada tejido, y sus proporciones relativas cam-
bian en ciertos estados patológicos. Las moléculas de LDH son tetrámeros formados por las asociaciones
posibles de dos cadenas polipeptídicas (M y H): M4 (predomina en músculo); M3H1; M2H2; M1H3 y
H4 (predomina en corazón).
Aunque las cinco variedades catalizan la misma reacción global, poseen distinto valor de Km, adap-
tándose a los requerimientos específicos de la célula que las produce.
El descubrimiento de las isoenzimas ha abierto un importante capítulo de la bioquímica, con implica-
ciones en enzimología básica, genética y clínica médica.
Otras enzimas como la creatinfosfoquinasa (CPK) y la fosfatasa alcalina (FOH) comparten esta pro-
piedad.
El recambio enzimático provocado por la degradación de las enzimas no ha sido muy estudiado. Sin
embargo, el recambio proteico de las células es una característica reconocida en varios experimentos
nutricionales y hormonales.
La presencia o ausencia de sustratos y cofactores puede alterar la conformación de las enzimas ha-
ciéndolas más o menos susceptibles a su degradación. Esto ha sido comprobado para ciertas enzimas
como la triptofano-oxidasa, cuya velocidad de degradación se ve marcadamente disminuida en
presencia de sustrato, siendo éste un efecto de mucha mayor significación que el de una probable
inducción.
40
Biología Celular
6.4 Multimodulación
Los distintos tipos de regulación pueden coexistir en una enzima dada, lo que ha originado el concep-
to de multimodulación.
Los procesos de regulación catalítica y genética (que veremos más adelante) se pueden integrar en
una misma vía metabólica.
Recordemos que la regulación catalítica modifica la velocidad a la que actúan las enzimas preforma-
das, activándolas o inhibiéndolas. Por lo tanto, es un mecanismo rápido, a corto plazo. Son ejemplo de
este proceso la inhibición por producto final y la activación por sustrato
En cambio la regulación genética es un mecanismo más lento ya que promueve una variación en la
cantidad de las enzimas que contiene la célula. Esto ocurre por modificación de la expresión de los
genes que las codifican. Así aumenta el número de moléculas de enzima por inducción de su síntesis o
disminuye por represión de la misma.
La enzima multimodulada con más mecanismos es la fosfofructoquinasa animal, enzima alostérica
que cataliza uno de los primeros pasos de la ruta de la glucólisis, en la respiración celular. En ella están
descritos unos diez sitios específicos de unión de efectores positivos que la activan y negativos que la
inhiben. Pensemos que esta enzima se ubica en un punto clave de las vías de obtención de la energía con-
tenida en las moléculas de glucosa, energía que será luego transportada por el ATP. Por lo tanto, su regu-
lación es crucial ya que, en gran medida, de ella dependen los niveles de ATP que aseguran la vida celular.
INHIBICIÓN (-)
ACTIVACIÓN (+)
E1 E2 Ei
A B C Y Z
Proteínas (Enzimas)
ARNm
Fig. 23. Esquema que representa los dos tipos de regulación, catalítica y genética, que pueden coexistir
en una misma enzima.
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Bioenergética y Enzimas
BIBLIOGRAFÍA
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