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Entre el río y la selva: La historia de un mundo perdido entre el reino de los

dioses y el paganismo

César Wilfredo Chindoy Chindoy- Colombia

Cuando no existían las divisiones y el primer hombre pisó lo que hoy


coloquialmente se conoce como Putumayo y Cauca, se encontró con un enorme río, muy
común en esa parte del mundo; sus aguas cristalinas y turbulentas se hacían camino desde
las montañas hasta un territorio todavía desconocido, ese hombre y las personas que lo
seguían decidieron formar un pequeño asentamiento de 50 habitantes. Aquellos primeros
habitantes tumbaron árboles, exploraron las bondades del territorio que en ese momento
habían descubierto y empezaron a construir sus casas con hojas de iraca y de usupanga.

Mientras la niebla cubría aquel extremo del planeta las personas corrían
apresuradas recogiendo leña para encender el fuego, los niños jugueteaban alrededor del
mismo, mientras se preparaban para la gran ceremonia de los dioses. Una a una las
personas se acercaban al chaman (líder del grupo) para recibir la preciada medicina que
muchos años antes de crearse el primer hombre bajó del cielo en forma de liana para
enseñarle los secretos más profundos de la naturaleza, aquel conocimiento se fue
trasmitiendo de generación en generación. De repente la noche se hizo más densa, cuando
de pronto las personas comenzaron a bailar, a hablar sobre grandes y proféticas visiones
que les habían sido develadas por medio de la medicina. Antes de que el primer rayo de sol
llegara a la tierra el chaman mencionó que faltaba muy poco para que hombres blancos
llegaran a esclavizar a sus varones, violar a sus mujeres y a separar a los niños de sus
familias, por eso decidió dar a su pueblo una solución: llevar a su estirpe a lo más profundo
de la selva para vivir de manera libre antes que esclava, muchos se fueron siguiendo el
rastro dejado por su líder, pero algunos se quedaron para presenciar la transformación total
de su mundo, los que se fueron se convirtieron en gente invisible, los que se quedaron
todavía conservan su sangre en aquel tétrico paraíso. Quien escribe esta pequeña reseña
histórica también desciende de los que se quedaron en este lugar.

Cada mañana los gallos cacarean advirtiendo el regreso del sol, muchas familias
encienden las luces y las velas que fueron puestas a su disposición por el mundo occidental,
se preparan para ir a sus fincas, pequeñas parcelas en las que cultivan comida para su
propia subsistencia, se ponen su ropa de trabajo y se van a cumplir con su estricta jornada,
los niños acompañan a sus padres para aprender a vivir en este mundo, mientras levantan
los machetes para limpiar las parcelas, los padres les cuentan a sus hijos que el mundo
había cambiado muy rápido, claramente el boom de la tecnología en los años 80 y 90 en
todo el planeta generó transformaciones sin precedentes, se dice que antes, los abuelos se
sentaban alrededor de las tulpas en sus tambus cada mañana a darle consejo a sus niños y
nietos para que aprendieran a vivir en equilibrio consigo mismos, con los vecinos y la
naturaleza, además, de haber un líder espiritual que conservaba el secreto de la planta
sagrada que había sido transmitida por los primeros hombres. Ahora todo parece un mito,
aunque, todavía persista el conocimiento de la planta como herencia en algunas familias.

Hace muchos años antes nació en este mundo un pequeño niño llamado Antonino,
hijo de Aniceto y clementina Chindoy, descendientes de los primeros habitantes de ese
territorio, lo que no sabían era que a su hijo le había sido obsequiado un don muy especial,
la facultad y la voluntad de llegar a conocer los secretos de la planta sagrada que aún
subsiste como herencia de los primeros hombres, la siguiente historia hablará sobre su
recorrido en el aprendizaje de la medicina, su encuentro con sus grandes maestros y
consigo mismo.

Era una noche lluviosa, cuando me desperté estaba en casa del taita Cristóbal
Chindoy , el techo de iraca asemejaba a una gran montaña llena de especies vegetales
nativas de la Amazonía, mis padres me llevaron por algunos problemas de salud causados
por el malaire1, él me curó y en algún momento le dijo a mi padre en secreto que tenía el
don de llegar a conocer la planta sagrada de mis ancestros, de eso me vine a enterar años
más tarde cuando había transitado de la adolescencia a la adultez. Hace ya más de 6 años
que los médicos tradicionales que manejan la medicina y conocen del tema me autorizaron
a usar mis habilidades, para servir a las personas que requieren de mi ayuda, soy médico,
porque sano las heridas del alma, conozco una gran variedad de plantas nativas de la región
que tienen propiedades que sanan distintas dolencias que afectan el equilibrio natural del
ser humano.

1
Enfermedad causada por el contacto con ambientes pesados en los que transitan o descansan malos
espíritus, los principales síntomas son: vomito, diarrea y mal estar general. (descripción tomada de la
conversación con el médico tradicional).
En lengua inga

Yakuladulla Sachakuna kankuna: Parlu nukanchipa alpamanda.

Nukanchi purinakugura tukui kai alpapi, sug kari sarun ,kuna Putumayo y Cauca
sutita, pai tarin atuniakuta, imasa tiadukaskasina kai alpapi, shi iakuta kauridurkarka tukui
imasata jundupi kaskata, shasaiatata kauaridurkarka pai rikugura urai. Shi kari munarin
shipi wasishiringa paipa aillukunawa, paikuna purinkina ashka, shigura kawankuna shi alpa
sumakaskata, shiguramanda ruankuna paikunapa wasikunata iraka pangawa, sukuna
awayashinkuna usupangata.

Mana tutallai tukunkama aillukuna kalpankuna nina pegashingapa, wawakuna


pugllanakurka nina ladulla, taita shurarikunkama. Shiguramanda tukuilla rinkuna shaskinga
ambiwaska paringapa upiandu imasata nukanchipa atuntaitakuna upiaridurkaskasina,
paikuna parladurkanakurka imasata ñaunai ambiwaska urmadukaskata awamanda,
iashashingapa nukanchipa purakunata imasata kausangapa shallan kai alpapi. Ashka
tutaiagura tukuilla takinakurka, pawarinakurka, rimandu imata kawadukaskata ambipi.
Manara punsha tukuksamudukankama taita riman imata pai kawadukaskata: pai riman
tukui pai purakunata nindu: shallamungapakankuna iura gentekuna nukanshita wañushispa,
shimandatan nuka kankunata ninga munani, risunshi sashukuma suma kausangapa. Shi
puncha achka purakuna rinkuna, sukuna mana uiadurkuna kaipi kedarinkuna, shi ridurkuna
kuna mana kawarishiridurkankuna, paikuna kawsanakun sashapi, nukanchi kanchi wawa
shi kedaridurkunapa.

Tukui puncha Atahualpa rigshashidurkan paipa takiwa, shigura ashka purakuna


sindishidurkankuna iura ninata, shi nina ka shuramudu iuragentekuna. Mikunkuna,
shiguramanda rinkuna mikui maskaringapa, shurarinkuna shasamanda traputa, ringapa
tutaiashiringapa paikunapa alpapi. Wawakuna kadurkankuna paipataitakunata katindu,
paikuna atarishinkankama paikunapa macheteta parlankuna wawakunata, imasata
kunagurita tukui kan sug ringcha, ñawnai mana tiarka tukui aparato eléctrico, kuna
tiadukaskasina, ñawnai taitakuna rigchachidurkanakurka manara puncha tukugura, piñanga
wawakunata suma kawsanakushumanda purakunawa, tiarka pariju sug ashka iasha maikan
iashadurkarka nukanshipa ambita. Kunagurita tukui parlu mana kaskasinakuenta kankuna,
kunagurita nukanshi shira rigsinshi nukanshipa ambiwaskata.
Ñawnai kai alpapi rigsharin sug wawashitu pai sutikan Antonino, paipa taita
sutikarka Aniceto Chindoy, paipa mama sutikan Clementina. Paikuna kankuna nukanshipa
atuntaitamanda wawakuna, paipa taitakuna mana iashanakurka paipa wawa iukaskata sug
talento, pai iashangapakarka imasata kan ambiwaskata iankanga. Kai parlu rimangapakan
imasata pai iashaikun ambi iankanga.

Suh tuta tamiakugura, nuka rigsharigura karkani taita Cristóbal Chindoy Pakpi
kawani atun sashasina irakapangata, nukapa taita apawadukarka wairawadumanda, pai
ambiwan, shigura nin nukapa taitata nukasi iashangapakarkani ambiwaska iankangapa. Tin
kan kanshis wata nukata taitakuna niwaskata nikasi tin pudini iankangapa ambiwaskata,
nuka ambidurkani imasamunaska nanaikunata, shimandatan nukata kunagurita suma
iuiashiwan.

Nota: La presente sección, es un fragmento de la historia que quiero contar, me


gustaría transmitir un mensaje que promueva el reconocerse como ser indígena inga,
dentro de un resguardo que ha atravesado múltiples incidentes, pero que se aferra en
preservar la memoria de sus antepasados.

Biografía del autor:

César Wilfredo Chindoy Chindoy, es indígena del pueblo inga, pertenece al


resguardo de Yunguillo ubicado en el centro de la selva putumayense (Colombia), nació el
día 19 de mayo del 2002, sus padres son Sandra Yamileth Chindoy y Antonino Chindoy.
Actualmente es estudiante de los programas de sociología e ingeniería agronómica de la
universidad de Caldas, una de sus grandes pasiones es escribir sobre sus experiencias en su
territorio y algún día le gustaría publicar su propio libro.

Fragmentos de una memoria olvidada.

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