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Fisiopatología del sistema inmunitario:

Hipersensibilidad tipo III y IV:

Hipersensibilidad tipo III o mediada por anticuerpos que se encuentran formando inmunocomplejos:

Los complejos inmunitarios son estructuras formadas por la unión no covalente entre el antígeno y el
anticuerpo. Entre sus características tenemos que: involucra cualquier isotipo de inmunoglobulinas,
pueden ser de distintos tamaños, pueden formarse en la circulación o en los tejidos, pueden variar de
estructura y composición, son potencialmente activadores del complemento. Estas características
confieren al complejo inmunitario propiedades biológicas definidas pudiendo ser fisiológicas o
fisiopatológicas.

Aunque cualquier antígeno que este unido a un anticuerpo puede llamarse un inmunocomplejo, el termino
en el contexto de la inmunopatologia por lo general se usa para describir complejos multimoleculares de
anticuerpos y antígenos solubles.

Características: antígenos solubles que forman agregados (complejos inmunes, CI), varias moléculas de
Ac y Ag solubles poco degradados, CI se depositan en tejidos y activan al complemento, órganos
afectados: vasos, piel, articulaciones, riñón y pericardio.

Los factores que favorecen en depósito de complejos inmunitarios:

1. Tamaño y el peso molecular del complejo inmune, mientras más grande, entre mayor peso
molecular tiene una mayor predisposición de alojarse en los tejidos.
2. La carga eléctrica del tejido, lo favorece, ya que aquellos tejidos con carga eléctrica va a
favorecer el sedimento de la carga eléctrica opuesta al tejido.
3. Flujo turbulento o lento, más común en vasos pequeños.
4. Estado previo del tejido, como aquello previamente lesionados o inflamados.
5. Déficit de receptores Fc de Ig y receptores para los fragmentos del complemento, disminuyen la
eliminación de los inmunocomplejo (IC) disminuyendo así la fagocitosis, lo que hace que
permanezcan en torrente sanguíneo.
6. Depósitos previos de IC favorecen el depósito de otros.

Las proteínas del complemento, específicamente las deficiencias de los receptores ubicados en células
como el eritrocito (receptor CR1) puede conllevar a reducir la eliminación de esos complejos inmunes
que se forman durante el curso de una respuesta inmunitaria. Al no estar presente estos complejos
inmunes permanecen en torrente sanguíneo y pueden alojarse en los tejidos.
Otro factor que favorece el depósito de complejos inmunitarios es el tipo de isotipo o inmunoglobulina, la
inmunoglobulina M por ser pentamerica en condiciones solubles tiene una fuerza de unión muy alta a los
epitopos que pueden estar disponibles en la superficie de un tejido, favoreciendo entonces que estos CI se
sedimenten en los tejidos.

Los CI se forman de manera natural durante la respuesta inmunitaria, al inicio de la respuesta hay muy
poca cantidad de anticuerpos y exceso de antígeno, al transcurrir la respuesta inmunitaria hay cantidades
comparables de antígenos y anticuerpos, y en la respuesta avanzada hay una mayor cantidad de
anticuerpos y poco antígeno porque en teoría la gran mayoría de los antígenos fueron eliminados con
diversos mecanismos efectores de la inmunidad.

Los anticuerpos pueden activar el complemento por distintos mecanismos y pueden favorecer el deposito
de las proteínas C1 del complejo C1 y con ello activar el complemento y finalmente el complejo de
ataque a membrana.

De esos CI que se forman durante la respuesta inmunitaria, uno de los más patogénicos son los complejos
grandes que se desarrollan en las fases intermedias, son más dañinos ya que al ser más grandes son más
difíciles de eliminar del torrente sanguíneo. Por el contrario los CI más pequeños son mucho más fácil de
eliminar. Nuestras células tienen receptores fc que se van a unir a la región fc de la Ig favoreciendo la
fagocitosis y posterior destrucción de esta. Estos pueden en cantidades considerables activar el
complemento. Y nuestras células de defensa también tienen receptores para proteínas del complemento lo
cual puede ocasionar la eliminación a través de esta interacción entre proteína de complemento-receptor
anclado a membrana de nuestra célula.

Enfermedades mediadas por inmunocomplejo: Lupus, glomerulonefritis postestreptococica, poliartritis


nudosa, artritis reactiva y enfermedad del suero.

La reacción de Arthus, es una reacción experimental que cursa con la formación de inmunocomplejo, en
ella se inyecta localmente un antígeno lo cual va a ocasionar la formación de complejos inmunes locales
que generaran la activación del complemento, al activarse el complemento se van a producir fragmentos
que van a ser reconocidos por receptores en la superficie del mastocito y ocasiona que se desgranulen, al
hacerlo inducen a una inflamación local. Es una clase local de hipersensibilidad tipo III, se desarrolla al
cabo de unas pocas horas y alcanza un máximo entre las 4 y las 10 horas.

Clasificación de la hipersensibilidad tipo III:

 Tipo de antígeno: exógenos (microorganismos infeccioso) o endógenos (autoinmunidad).


 Origen de los inmunocomplejo: In situ (extravascular) o circulantes (dentro de la circulación
sanguínea).
 Enfermedades mediadas por inmunocomplejo: localizadas (artritis, vasculitis) o sistémicas
(depósitos de CI en muchos órganos).

Patogenia de la enfermedad localizada:

Un ejemplo es la artritis reumatoide, se desarrolla en el contexto de una enfermedad autoinmunitaria pero


que se menciona en este caso ya que cursa con la formación y depósito de CI en la membrana articular, lo
que ocasiona la activación del complemento y la destrucción y posterior fibrosis del tejido articular.

La glomerulonefritis postinfecciosa es otro ejemplo y se debe a depósitos de complejos inmunitarios


circulantes que se alojan en la membrana basal glomerular y ocasiona la destrucción de esta por la
activación del complemento y la atracción de otras células de defensa como los neutrófilos que van a
coadyuvar en el daño del tejido. En el daño por hipersensibilidad tipo II hay complejos inmunes pero no
macromoleculares si no pequeños complejos inmunes que se deben a la unión de un antígeno específico a
la membrana basal e interaccionan con unos anticuerpos que de igual forma activan el complemento y
causan daño del tejido.

Patogenia de la enfermedad sistémica:

Un ejemplo de esta es la basculita, aquí los complejos se van a localizar en la pared de los vasos
sanguíneos, activan el complemento, generan la atracción de otros leucocitos (los fragmentos C3a y C5a
del complemento) y finalmente se causa la lesión tisular, por liberación de enzimas lisosomales.

Hipersensibilidad tipo IV o independiente de anticuerpos, mediada por células:

Específicamente esta mediada por los linfocitos TCD4 TH1. Estas células son los jefes de SI y cooperan
con otras células mediante la producción de citoquinas, favoreciendo la activación de otras células de
defensa como los macrófagos, linfocitos TCD8, los cuales van a eliminar el agente infeccioso, sin
embargo estas mismas células en condiciones patológicas pueden producir citoquinas de igual forma y
activar a otras células de defensa que van a dañar nuestros propios tejidos.

Los mecanismos de lesión mediadas por los linfocitos: las CPA presentan antígenos a los linfocitos T los
cuales una vez activados y diferenciados llaman a otras células de defensa como los macrófagos los
cuales se activan produciendo lesión tisular. Por su parte los linfocitos TCD8 por mecanismos de
citotoxicidad directa pueden destruir células infectadas por virus pero de activarse de manera anormal
pueden ocasionar destrucción y muerte celular de células propias no infectadas.
La hipersensibilidad tipo IV se conoce como una respuesta retardada debido a que la reactivación de
células de memoria y la expansión de las mismas requieren tiempo, pero la respuesta de hecho es
acelerada en comparación con la respuesta de células T primaria que ocurre al momento de la
sensibilización.

Subtipos de hipersensibilidad tipo IV: todo depende de las células mediadoras que participen.
Características de la hipersensibilidad tipo IV:

 Conocida como hipersensibilidad mediada por células


 Daño tisular mediado por linfocitos T y macrófagos.
 Requiere un retraso para la activación de los linfocitos T.
 Ocurre 1 a 3 días después del contacto con el antígeno.
 Implica una fase de sensibilización y una efectora.

Fase de sensibilización: consiste en la presentación del AG por parte de las CPA, este Ag son procesados
y presentados al LTCD4 el cual se diferencia el linfocito TH1.

Fase efectora: inicia cuando los linfocitos ya diferenciados cooperan con otras células mediante la
liberación de citoquinas como el interferón Gamma que favorece la activación de las células y con ello la
expresión de otras moléculas.

Tras una sensibilización previa el antígeno al introducirse al tejido es procesada por células presentadoras
de antígenos locales, un linfocito TH1 efecto reconoce al antígeno y libera citoquinas que actúan en el
epitelio vascular, la convocación de linfocitos T, fagocitos, líquidos y proteínas al sitio de entrada del
antígeno es la causa de una lesión visible.

La hipersensibilidad tipo IV está asociada a la formación de granulomas. Luego de la presentación del


antígeno a los linfocitos diferenciados durante la fase de sensibilización, se liberan interleuquinas como
en interferón gamma que genera la atracción de las células de defensa principalmente monocitos que
salen del torrente sanguíneo y se alojan en el tejido formando esa lesión.

Los granulomas se forman cuando la activación continúa de macrófagos, es decir de los monocitos que
salieron del torrente sanguíneo y ahora alojados en el tejido se conocen como macrófagos comienzan a
adherirse estrechamente unos con otros adoptando una forma epitelioide y a veces se fusionan para
formar células gigantes multinucleadas, las cuales desplazan a las células tisulares normales, formando
nódulos palpables y liberan concentraciones altas de enzimas líticas que destruyen el tejido circundante.
La respuesta granulomatosa puede dañar los vasos sanguíneos, lo cual a su vez lleva a necrosis tisular
extensa.

Test de mantoux: se utiliza para saber si una persona esta sensibilizada a micobacterium, se administra de
manera intradérmica en la región anterior del brazo. La lesión de reacción tisular se ve horas después por
lo menos 48 a 72 horas. Un diámetro mayor a 10mm es positiva y menor a 5mm es negativa.
Ejemplos de enfermedades mediadas por hipersensibilidad de tipo IV: diabetes mellitus tipo I, esclerosis
múltiple, artritis reumatoide, enfermedad de Crohn, neuropatía periférica y sensibilidad por contacto.

Diabetes mellitus tipo 1: cursa con la destrucción de las células beta del páncreas. Es el responsable de
aproximadamente un 10% de los casos. Se caracteriza por: destrucción autoinmune de las células beta,
pérdida progresiva de las células beta, comienza en la infancia (6 a 12 años), predisposición genética y
factores ambientes. Se da por una reacción cruzada de los receptores TCDR, el linfocito TCD4 se
“equivoca” y activa a otras células de defensa al reconocer péptidos microbianos, y estas células causan
daño a nivel de las células del páncreas.

Esclerosis múltiple: el daño se produce a nivel de la mielina y es debido al linfocito TCD4 “mala
conducta” que se activa frente a la proteína básica de mielina y posteriormente ocasiona la activación
otras células como los CD8 o los linfocitos B que van a producir mecanismos efectores que generan los
daños y el proceso inflamatorio a nivel del SNC.

Artritis reumatoide: es una enfermedad autoinmune que cursa hipersensibilidad tipo III y tipo IV, en el
caso de esta última son los linfocitos TH1 y TH17 los que están principalmente involucrados a nivel de la
articulación, esto en conjuntos con los CI mediados por los linfocitos B. ambos mecanismos interactúan
para producir el daño y la inflamación.

Enfermedad de Crohn: se debe a varias alteraciones, una de ella son los defectos en la barrera del tejido
epitelial que permite la entrada de componentes bacterianos de la flora comensal presente en el tejido,
esos componentes bacterianos son presentados de forma errónea a los linfocitos TCD4 locales y al
hacerlos estos se activan e inducen la activación de otras células como los macrófagos, que producen
citoquinas que finalmente dañan el tejido.

Enfermedad celiaca: es una enteroparia autoinmune inducida por la exposición al gluten (conjunto de
proteínas contenida en la harina de los cereales, fundamentalmente el trigo. Está formado por las
proteínas llamadas gluteninas y gliadinas). Las gliadinas ingresan al tejido epitelial del intestino delgado y
en el interior por la acción de la transglutaminasa tisular se convierte en una gliadina desaminada. Se debe
a una presentación anormal por parte de las células presentadoras locales que tienen la presencia de estos
complejos mayor de histocompatibilidad modificados y la presencia de estas moléculas hacen que se
presente de forma inadecuada esta gliadina a los linfocitos T locales y una vez presentado estos se activan
e inducen a otras células a ocasionar daño a nivel del epitelio de intestino delgado. Reduce la capacidad
del intestino para absorber los alimentos.
Dermatitis por contacto: el daño ocurre en la epidermis, se caracteriza por prurito, eccema, eritema,
vesículas, ampollas en su fase aguda y por costras y piel liquenificada y gruesa durante su fase crónica.
Puede ser causada por contacto con metales, cosméticos o plantas.

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