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Adoración

Guía práctica
En términos generales, la palabra “adoración”
proviene del latín que significa “dar homenaje”,
(AD a -, ORA boca “trayendo la boca”) En sentido
estricto de la palabra, ella denotaba “traer un
beso” o “traer a la boca” a una deidad.
Acompañando de esta expresión de “adoración”,
se podía añadir “devoción” (consagrarse o
realizar un “voto” a la deidad) “alabanza”
(enunciar afirmaciones positivas a la deidad,
habladas o en canto, ya sea a capella o con
instrumentos musicales) y el “servicio” (realizar
actos para agradar a la deidad adorada)
Para la Real Academia Española,
algunas definiciones de “adoración” incluyen:

1. Reverenciar con sumo honor o respeto a un ser,


considerándolo como cosa divina.
2. Reverenciar y honrar a Dios con el culto
religioso que le es debido.
3. Amar con extremo.
4. Gustar de algo extremadamente.
5. Tener puesta la estima o veneración en una
persona o cosa.
Cabe mencionar que todas las actividades
relativas a la “adoración” pueden ser públicas
o privadas, individuales o en grupo, en una
comunidad dirigida por un líder, y en lugares
privados como hogares o lugares públicos
como templos.
¿Qué es adoración en un
sentido bíblico?

La adoración es el ofrecimiento continuo de


pensamiento, sentimiento, palabra y acto, en homenaje
a Dios por lo que Él es, por lo que Él dice y por lo que Él
hace, reconociendo nuestra posición ante Él. La
verdadera adoración tiene como centro a Dios, no al
ser humano que adora. La adoración es la correcta
respuesta humana ante la revelación de Dios.
¿Qué es adoración en un
sentido bíblico?

En la Escritura, el término “adoración” tanto en


el hebreo del Antiguo Testamento, como en el
griego del Nuevo Testamento, sugieren la idea
de “postrarse”, “humillarse”, “arrodillarse” y
“rendirse”.
El término hebreo es “Shakjá” que
significa “postrarse”, “adorar”,
“arrodillarse”, “bajarse”, “dar culto”,
“encorvar”, “humillarse”, “inclinarse”,
“rendirse” y “reverenciar”

Por encima de las formas de expresión de la


adoración, la esencia radica en el reconocimiento de
Dios y de nuestra posición delante de Él. Esto es el
centro de la adoración: el reconocimiento de Dios.

Por tanto, cualquier pensamiento, sentimiento,


palabra o acto realizado en homenaje a Dios
(por lo que Él es, por lo que Él dice y por lo que
Él hace)
en sometimiento, rendición y reverencia a Él
(siendo Él el centro de dicho acto y no nosotros),
es un acto de adoración.
CARACTERÍSTICAS DE LA
LEGÍTIMA ADORACIÓN
01 Tiene como centro a Dios y no al hombre

02 La adoración es ofrecida solamente a Dios

03 El adorador involucra todo su ser

04 El adorador involucra todo su tiempo

05 La adoración debe ser legítima y no un ritual externo

06 La adoración debe ofrecer lo mejor


ALABANZA
Guía práctica
¿Qué es alabanza?
En un sentido literal, la palabra “alabanza” significa
“enunciar afirmaciones positivas sobre una persona,
objeto o idea, ya sea en privado o públicamente”.
La palabra “alabar” proviene del latín “alapari”
que significa “jactarse”.
La Real Academia Española
incluye en su definición de “alabar” o “alabanza”:

1. Elogiar, celebrar con palabras.


2. Jactarse o vanagloriarse.
3. Expresión o conjunto de expresiones
con que se alaba.
¿Qué es la alabanza bíblica?
Aún cuando estrictamente la palabra “alabar” solo indica
“palabras” (y no música o expresiones corporales), la
Escritura amplía a muchas otras formas de expresión en la
alabanza a Dios.

La Biblia indica que la “alabanza” tiene otras formas de


expresión aparte de las propias palabras. Todas estas
expresiones tienen la finalidad de declarar lo que Dios es, lo
que Dios dice y lo que Dios hace. Todas estas expresiones
rinden homenaje a Dios.
04
TÉRMINOS PARA ALABANZA
EN LA ESCRITURA
El término “alabanza” en el Antiguo
Testamento, tiene 4 expresiones
principales: Halal o jalál.- “ser claro”, “brillar”, “hacer
espectáculo”, “alardear”, “aclamar”, “ruido”
Este término se relaciona con las palabras
expresados en la alabanza

Yadá.- “utilizar las manos”, “aclamar”,


“celebrar”
Este término se refiere más a las acciones y
gestos corporales en la alabanza

TÉRMINOS PARA ALABANZA


EN LA ESCRITURA
El término “alabanza” en el Antiguo
Testamento, tiene 4 expresiones
principales: Zamar.- “rasgar”, “tocar cuerdas”, “alabar”,
“cantar”, incluso “ocupar las manos para
podar el mejor fruto”
Este término se refiere a la utilización de
instrumentos musicales y el canto

Jilúl significa “celebración” o “fiesta”.

El término “Eúlogía” que significa “hablar bien”,


“bendecir” o “lisonjear” es un término formal indicado para
la alabanza.

“Épainos” significa “aplaudir”, “magnificar”. “elogiar” y


“poner algo por encima”.

“Aínesis” indica la idea de “contar una historia”, “gratitud”.


“Eujaristía” significa “hablar bien dando gracias”,
“agradecer”
TODA LA CREACIÓN RINDE
ALABANZA A DIOS
La alabanza a Dios no se reserva a los seres humanos.
La Escritura describe de manera poética como la creación
entera alaba a Dios.
El Salmo 148 ilustra esta verdad de manera clara.
Los astros alaban a Dios
(v. 3 “alabadle, sol y luna;
alabadle, vosotras todas,
lucientes estrellas”)
Los ángeles alaban a Dios
(v.2 “Alabadle, vosotros todos sus ángeles…
vosotros todos sus ejércitos”)

Los animales alaban a Dios


(v.10 “… la bestia y todo animal…)
Los seres humanos alaban a Dios
(v.11-13 “Los reyes de la tierra y todos los pueblos, los
príncipes y todos los jueces de la tierra; los jóvenes y
también las doncellas, los ancianos y los niños.
Alaben el nombre del Señor, porque sólo su nombre
es enaltecido. Su gloria es sobre tierra y cielos.”)
La adoración es el centro de la relación del creyente y
Dios, involucrando todas las áreas de su vida, todo el
tiempo de su vida, ya sea en pensamiento, sentimiento,
palabra, etc.

Al analizar las definiciones y


los términos tanto para
“adoración” como para
“alabanza”, podemos distinguir:

La alabanza es la expresión de una o varias de las


cualidades de Dios, o de los dichos de Dios o de las
obras de Dios. La alabanza es la manera de exteriorizar
y declarar lo que Dios es, lo que Dios dice y lo que Dios
hace. Sin lugar a dudas, la alabanza forma también
parte importante en la vida de adoración del creyente.
“LA ADORACIÓN ESPONTÁNEA”

“Con manos limpias e inocentes camino,


Señor, en torno a tu altar,”
(Salmos 26:6)

“Llegaré entonces al altar de Dios, del Dios de mi


alegría y mi deleite, y allí, oh Dios, mi Dios, te alabaré al
son del arpa” (Salmos 43:4)
EL SER HUMANO, DESDE EL PRINCIPIO FUE
CREADO POR DIOS CON EL PROPÓSITO DE
TENER COMUNIÓN CON ÉL.

CADA ENCUENTRO ESTABA SELLADO CON EL


LEVANTAMIENTO DE ALTARES; DONDE EN FORMA
SENCILLA, PERO PROFUNDA; EXPRESABAN SU FE Y
OBEDIENCIA COMO LA MEJOR OFRENDA QUE SE
LE PODÍA TRIBUTAR A DIOS
Pautas
A D O R A C I Ó N

principales
La manera de adorar en la vida de los primeros
E S P O N T A N E A

habitantes de esta tierra se llevaba a cabo sin

reglas establecidas, desarrollando una vida de

adoración basada en la obediencia y la fe

La forma más primitiva de adoración fueron la

construcción de altares como expresión de

gratitud y reconocimiento del único Dios

Verdadero
1 2
A D O R A C I Ó N

Caminaban y Él era su
paseaban todos proveedor (Gen.
los días con Dios 2:8,9).
(Gen.3:8; 4:9).

LA PRIMERA FAMILIA
SOBRE LA TIERRA
(Génesis 2 y 3)
La adoración de nuestros padres: 3 4
Adán y Eva era muy sencilla:
Él era su paz y Él los hizo sin
tranquilidad pecado, por eso
(Gen.2:10-20). Dios estaba cerca
de ellos (Gen.2:21-
25).
A D O R A C I Ó N

Obedecer lo más natural


como expresión de
adoración
(Gen. 2:16,17).
No podemos dudar de Dios. (Gen.3:1-4).
Adorar es obedecer. (Gen.3:11).
La adoración es algo personal.
(Gen.3:12,13).
LAS OFRENDAS
A D O R A C I Ó N

DE CAÍN Y ABEL
(Génesis 4)

La ofrenda que adora a Dios, siempre


vienen de un corazón que lo ama.
Caín.

Trajo cualquier ofrenda, ya que


no buscaba agradar a Dios. (v.3).

Buscaba que Dios lo reconociera. (v.7a).

Venía acompañada de una vida de pecado. (v.7b).


Abel.

Lo primero es para Dios. (v.4).

Lo mejor es para Dios. (v.4).

Exaltaba el Nombre de Dios. (Heb.11:4).

Era acompañada por una vida de fe.


(Heb.11:4)
LOS ALTARES

En el mundo pagano el altar era principalmente una mesa donde se llevaba sacrificio
y ofrenda a un dios para convencerlo de que éste aceptara estar con ellos.
El altar judío era más bien una señal de que Dios estaba presente con ellos. El altar
era un testimonio de que Dios, a pesar de la bajeza humana, era capaz de
relacionarse con ellos en forma personal. El altar representa entonces, el punto de
reunión entre Dios y el hombre, representando así la presencia de Dios con ellos

El primer altar levantado por Noé

En tiempos de Noé, la adoración


seguía siendo simple y sencilla, como
resultado de una relación continua
entre Dios y su familia (Génesis 8:15);
la obediencia seguía siendo el
elemento principal en la adoración.
El levantamiento de un altar a Jehová Dios era símbolo de:

1. La Presencia Divina (Génesis 9:9).

Simboliza un Dios presente (Génesis 17:7)


Simboliza un Dios Misericordioso (Éxodo 21:13-14, 1º de Reyes 2:28)
Simboliza un Dios Relacional (Génesis 15)
Simboliza un Dios Inmutable (Levítico 6:13)
Simboliza un Dios que escucha la oración (Éxodo 39:38)
2. Cuidado Divino (Génesis 9:10-11).

3. Provisión Divina (Génesis 9:3)


Era de suma importancia de que estuviera hecho.


Podía ser hecho de roca no labrada, montón de tierra o el metal más barato
como el bronce. Esto era con el fin de resaltar que la grandeza del altar
viene de Dios y no del altar mismo, evitando así la idolatría al altar y
promoviendo la adoración a Dios. (Éxodo 20:24, Deuteronomio 27:2-6)

01. 02.
A D O R A C I Ó N

El fuego: Dios actuando


Representación física de Se encendía

Datos la presencia divina. milagrosamente

importantes
(Levítico 9:24)

De los altares.

03. 04.
Dios Eterno Ministerio
El fuego era perpetuo El fuego se mantenía
(Levítico 6:13) encendido por la
dedicación de los
sacerdotes
(Levítico 6:12-13)
ABRAHAM, EL PADRE DE LA FE: UN
EJEMPLO DE ADORACIÓN
Cuando uno cree en Dios, la obediencia
es inmediata.

Ninguna prueba había sido más severa


que la descrita en Génesis 22. Dios le
ordenó, “Toma ahora tu hijo, tu único,
Isaac, a quien amas, y vete a tierra de
Moriah, y ofrécelo allí en holocausto
sobre uno de los montes que yo te
diré.” (Génesis 22:2).
Abraham no vio en el monte Moriah un lugar para sacrificar a su
hijo, sino un lugar donde ofrecer adoración al Dios que le
prometió hacer de él una nación grande y de bendición. Su
incuestionable obediencia al confuso mandato de Dios, le dio a
Dios la gloria que Él merece y es un ejemplo para nosotros de
cómo glorificar a Dios.
Algo para recordar
La adoración nace de un corazón que ama a Dios, y que es precisamente ahí,
donde de forma personal y pública consagra su vida al Señor.
La vida devocional de cada persona es el altar que levantamos cada
mañana para adorar a nuestro Dios.
Su Espíritu Santo, fuego milagroso bajado del cielo, da testimonio a nuestra
vida de que somos hijos de Dios. Por lo tanto, somos responsables de que el
fuego del altar se mantenga encendido constantemente.
El verdadero Adorador desarrolla en su vida íntima con Dios, una vida de
obediencia y fe que le permite en todo tiempo y circunstancia ser la ofrenda
de olor grato que exalta el Nombre de Dios.
“ADORACIÓN
CEREMONIAL”

“…y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para


“Por tanto, nadie os
juzgue en comida o en
bebida, o en cuanto
días de fiesta, luna
hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer
nueva o días de
esto último. En esa voluntad somos santificados reposo, todo lo cual
mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha es sombra de lo que
una vez para siempre” (Hebreos 10:9-10) ha de venir; pero el
cuerpo es de Cristo”
(Colosenses 2:16,17)
Dios instituyó en forma precisa, en días precisos
fiestas donde esperaba que su pueblo le adorara en
alegría y santidad. Cristo es el cumplimiento fiel de
cada fiesta judía. Él es quien nos permite entrar al
gozo del Señor, por medio de su vida, muerte,
resurrección, segunda venida y el establecimiento de
su reino en la tierra y en el cielo
Las fiestas de Israel son más que una serie de
celebraciones culturales. Son fiestas ordenadas
por Dios en las que Él formó un calendario
profético donde se destaca la figura del Mesías.
Cada fiesta marca un aspecto del plan de
Salvación que sería usado para que su hijo
Jesucristo cumpliera perfectamente la voluntad
de Dios en la salvación de la humanidad. Estas
fiestas fueron figuras de lo que se había de
completar perfectamente en Cristo Jesús.
1 LA IMPORTANCIA
DEL DÍA DE REPOSO
“Acuérdate del día de reposo”
(Éxodo 20:8)

“Shabat” en Hebreo significa literalmente “descanso”. Nos recuerda al Dios Creador (Lv. 23: 3,4).La
palabra sábado no viene del hebreo sino del griego. Los griegos dieron nombre a los días de la semana
con los nombres de sus dioses. Sábado estaba dedicado a Saturno dios de la agricultura y la cosecha.
Por lo tanto Shabat no debe traducirse como “sábado” sino como
reposo o descanso.

Dios es el más grande trabajador que existe y ha existido.


En el séptimo día Dios completó lo que había hecho y descansó de toda


obra que había hecho. Bendijo ese día y lo santificó. ¿Por qué?

Porque en él reposó de toda la obra que había hecho (Gen.2:3).


Porque es para bendición de nuestro cuerpo. Dios hizo el día de reposo
para el hombre, y no al hombre para el día de reposo (Mc.2:27).
Porque es para bendición de nuestra alma y espíritu.
Todo adorador necesita un día especial de la semana para dedicarse
al área espiritual.
Necesita estar en comunión con Dios. Le es útil para recuperar fuerzas, energías
desgastadas, y renovar con mayor profundidad y fuerza su relación con Dios

Todo verdadero adorador adora al único Dios los siete días de la semana; pero
siempre es saludable apartar uno en forma especial para el desarrollo
y fortalecimiento de la fe.

Hebreos en su capítulo 4.
Relaciona el descanso relatado en el libro de Génesis, al descanso que tiene el
hombre que ha puesto su fe en Cristo, y de esta manera ha encontrado salvación en
Él:

“…pero no les aprovechó el oír la Palabra, por no ir acompañada de fe en los que la


oyeron. Pero los que hemos creído entramos en el reposo” (v. 2 y 3)

“Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como


Dios de las suyas” (v. 10)

Así pues, vemos también al “Día de Reposo” como la promesa de Dios en Cristo para
la salvación de la humanidad. Nuestro “Día de Reposo” es la Fe en Jesús.
FIESTAS DE
ADORACIÓN Y
SANTIDAD
Existen 7 fiestas
principales que el pueblo
de Israel debía celebrar:
2. La fiesta de los panes sin levadura ‫( תֹו ּצמ‬hag ha-matzah)

Esta fiesta nos recuerda un Dios Santo. El segundo día de la fiesta se


comenzaba celebrando con panes sin levadura. Celebrar la pascua con
panes sin levadura, es vivir sin pecado en agradecimiento a lo que Dios
hizo por nosotros, ya que no escatimó el darnos a su primogénito hijo
y con Él todas las cosas (Rom.8:32).
Representa la Santidad de la vida de Cristo en su ofrenda a Dios por
nuestro pecado.

3. La fiesta de las primicias o gavillas. ‫( ביכורים‬bikkurim)

Esta fiesta nos recuerda que Dios entregó lo mejor y de la misma forma, el desea que
nosotros le entreguemos lo primero y lo mejor a Él. Era una fiesta agrícola que
señalaba el comienzo de la siega de la cebada, ofrendando los primeros frutos,
meciéndolos ante el Señor.

Representa a Cristo como la Primicia en su Resurrección. Él es la


primicia de resurrección de los que duermen en él (1ª Cor.15:20)
Dar las primicias es un acto de adoración (Pr.3:9).
Si Cristo es la “Primicia Santa”, La Iglesia, que es Su Cuerpo, también es
una “Primicia Santa” para Dios (Rom.11:16).
4. La fiesta de Pentecostés. ‫( םיֻע בׁש גה‬hag shavuoth)

La fiesta de Pentecostés o fiesta de las Semanas, nos recuerda a un Dios proveedor.


Tenía lugar siete semanas después de la fiesta de los primeros frutos (Lv. 23: 15-21; Dt.
1: 69). Las siete semanas representaban cincuenta días; de ahí el nombre de
Pentecostés (cincuenta) que recibió más tarde. En su origen tenía un sentido
fundamental de acción de gracias por la cosecha recogida, pero pronto se le añadió
un sentido histórico: se celebraba en esta fiesta el hecho de la alianza y el don de la
ley. Recordando la entrega de los mandamientos en el Sinaí. Era una fiesta santa,
llena de alegría y gratitud.

Representa el descenso del Espíritu Santo.


El libro de los Hechos coloca la llegada del Espíritu Santo sobre los apóstoles
(Hch. 2: 1.4). Es a partir de este gran acontecimiento, Pentecostés se convertiría
también en la fiesta cristiana de gran trascendencia (Hch. 20: 16; 1 Cor. 1: 68)

Señala a la Iglesia como el fruto recogido por la acción de Dios en Cristo. La


Iglesia es la cosecha de Dios en Cristo Jesús. (Heb. 13:15)
5. La fiesta de las trompetas. ‫( ראש השנה‬rosh ha shanah)

La fiesta de las trompetas. “Tocad la trompeta ante la luna nueva, la luna plena de
nuestra festividad, porque es un precepto para Israel, una ordenanza del Dios de
Jacob“(Salmos 81: 4,5). Esta fiesta nos recuerda un Dios que anuncia su venida y su
juicio. Tiene lugar en el primer día del séptimo mes, que es el mes de Tishri. Entre los
judíos, se refiere más comúnmente como «Rosh HaShana», el año nuevo judío. Esta
fiesta marca también el final de la época de la cosecha. Las últimas cosechas son
levantadas. La celebración llama a la meditación, el auto-examen y el arrepentimiento.
Es el primero de los días de oración, penitencia y humillación
que terminan con el día de la expiación

Representa el llamado al día del juicio (Mt. 25:31-34).


Jesús recogerá “la última cosecha”. Al tocar la trompeta el Señor


resucitará a los que creyeron en Él (1ª Cor.15:52).
6. El día de la expiación. ‫( רפּכ םוי‬yom kippur)

La fiesta del perdón o la fiesta de la expiación nos recuerda un Dios


Misericordioso y Justo. La palabra expiación significa «cubrir» el pecado, y
por tanto, «eliminar», «borrar», «cubrir». La eliminación del pecado realiza la
reconciliación entre el hombre y Dios. Dios proveyó el Día de la Expiación para
evitar su ira por los pecados ya cometidos y garantizar su presencia con su
pueblo. Quizás esta es la razón por lo que los rabinos Judíos lo llamaron el
«Día» o el «Gran Día».
Jehová Dios es un Dios santo que no permite el pecado en su presencia.
Todas las ofrendas juntas no podían proveer expiación total por todos los
pecados.
Con este sacrificio especial (Yom Kippur) Dios proveyó por una completa
expiación de todos los pecados cometidos durante el año (Lev. 16:33).

Sin embargo, el sacrificio de expiación en este día tan especial no cubre todos los
pecados de una vez por todas, porque tuvo que ser repetido anualmente.
Jesús es nuestro Sumo Sacerdote. Entró una vez
y para siempre en la misma presencia de Dios.
El escritor de Hebreos dice: “Por tanto, teniendo
un gran sumo sacerdote que traspaso los cielos,
Jesús el Hijo de Dios,…” (Heb.4:14).
Jesús es el Sacrificio Perfecto:
El Cordero anunciado. Juan el bautista nos anuncia, que Dios nos ha
enviado al Cordero perfecto que quita los pecados del mundo (Juan 1:29).

El Cordero de reconciliación. La muerte de Jesucristo es el cumplimiento


de todo lo que fue representado en el sistema expiatorio del Antiguo
Testamento. Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo
(2ª Cor. 5:1)

El Cordero redentor. El sacrificio de Jesucristo garantiza nuestra «eterna


redención.» Lo que el imperfecto sacrificio de los animales no puede hacer,
Jesucristo lo hizo de una vez por todas para todos los que en Él creen.

El Cordero sustituto. Cristo nos representó en Su muerte.


Él es nuestro sustituto. «Uno murió por todos» (2ª Cor. 5:14).

El Cordero esperado. En Isaías 52:15 hace referencia a Su segunda venida.


«Así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán


ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado
y entenderán lo que jamás habían oído».

7. La fiesta de los tabernáculos. ‫( תוֻּכס‬sukot).

Nos recuerda al Dios Presente, que nos promete habitar en su


Presencia. Es la séptima y última fiesta del año, comenzaba el décimo
quinto día del séptimo mes; poco después de la conmemoración de las
trompetas y del gran día de la expiación. Los trabajos de la cosecha y
vendimia habían concluido, el reposo había llegado.

Lo que representa
Es el comienzo de una nueva vida.
Los judíos al salir de Egipto habitaron en enramadas o cabañas. La fiesta simboliza el
tránsito temporal en cabañas temporales, hasta el establecimiento en una tierra
prometida por Dios. El creyente en Cristo recuerda que su habitación está en Dios y no en
este mundo.

Es una fiesta de unidad.


El comienzo de la construcción de estas enramadas los llevó a hacerlo en unidad. Los
hombres buscan horcones, los adolescentes buscan vigas, las mujeres traen ramas de
toda clase de árbol encontrado para construir sus habitaciones pasajeras. Hacen sus
chocitas, sus cabañitas, sus ranchitos o sus enramadas para vivir una vida en común. No
había distinción entre ricos y pobres, todos hacían tabernáculos y celebraban.
La promesa de habitar en la eternidad con Dios es para todo creyente sin distinción.
Es una fiesta de gozo.
Levítico 23:40 dice: “Y tomaréis el primer día ramas con fruto de árbol hermoso,
ramas de palmeras, ramas de árbol frondoso, y sauces de los arroyos, y os
regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios por siete días»

Es una fiesta de reposo, una fiesta de paz.


«Pero a los quince días del mes séptimo, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra,
haréis fiesta a Jehová por siete días; el primer día será de reposo, y el octavo será
también día de reposo» (Lev.23:39).
Es una fiesta de gloria.
«Y se congregaron con el rey todos los varones de Israel, para la fiesta solemne del mes
séptimo»(2º Crónicas 5:3). Después de reunirse, nada menos que con el rey Salomón en
la fiesta de los tabernáculos, y después de cantar grandes melodías a Dios, se les puso
un alto a los cantores, «porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios» (2
Crónicas 5:14)

Es una fiesta de redención eterna.


Jesús ha llegado para restaurar el templo de Dios, el templo del Espíritu Santo y para
restaurar nuestro Sukot, nuestro cuerpo, trayendo esperanza a nuestra vida. Que a
decir verdad, es un tabernáculo muy ligero “Porque sabemos que si nuestra morada
terrestre, este tabernáculo (Sukot) se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa
(Sukot) no hecha de manos, eterna, en los cielos” (2ª Cor. 5:1; Hebreos 8:1-2; Apocalipsis
13:6; 15:5). Este tabernáculo celestial bajará a la tierra (Apocalipsis 21:1-3).
LOS UTENSILIOS
DE LA
HABITACIÓN DE
DIOS
EN EL LUGAR
SANTÍSIMO
1 El arca del pacto

El Arca de la Alianza, también conocida como Arca del


Testimonio, era el objeto más sagrado del pueblo de Dios.
Contenía una copia del libro de la Ley, aproximadamente 3,7
kg. de maná y la vara de Aarón que reverdeció (Números
17.10). Jesús es el cumplimiento perfecto del arca del pacto;
Él es la palabra encarnada, El pan del cielo, y la máxima
autoridad venida del Cielo, Él es el Señor de señores.

2 El propiciatorio:

Era aquí donde Jehová Dios hablaba con Moisés y con el sumo
sacerdote Aarón comunicándole sus órdenes (Éxodo 25:22; Núm.
7:89; Lv.16:2). Allí no podía entrar nada sucio, porque se estaba
delante del Dios Santo. El propiciatorio del Arca encaminaba al
pueblo hacia el “Cordero de Dios”, Que borra nuestros pecados y que
nos lleva a un encuentro con Dios.
EL LUGAR SANTO
1 Altar del incienso.

Dios le dijo a Moisés que quemara incienso perpetuamente


sobre el altar. Es Jesús quien aboga por nosotros
perpetuamente. La vida de Jesús fue una vida de oración
permanente, el siempre se retiraba a solas para hablar con el
Padre, y ahora el está sentado a la diestra del Padre
intercediendo por nosotros.
2 La mesa de los
panes de la
proposición

Una mesa es para comer juntos; una mesa nos habla de


comunión. El Señor dijo: “…entraré a él, y cenaré con él, y
él conmigo” (Ap. 3:20). El Señor, cuando quería que su
pueblo tuviera comunión, lo reunía en fiestas, y luego ellos
tenían que intercambiarse regalos y tenían que comer
juntos.
3 El candelero de oro

Jesús es sin duda el candelero de oro; labrado a martillo. Trayendo a la memoria


su sufrimiento en la cruz. Y por este sufrimiento, constituirse en esa luz que
brilla y disipa toda oscuridad aquí en la tierra (Juan 8:12). Él es quien bautiza
con Espíritu Santo (Juan 1:33).
EN EL ATRIO
1 El altar de Bronce.

La finalidad esencial del altar era la de ser el lugar donde se


ofrecía los sacrificios y se vertía la sangre, la única que hacía expiación
sobre el altar por las almas (Levítico 17:11; ver también Hebreos 9:22):
“Sin derramamiento de sangre no se hace remisión”. El altar nos habla
de Cristo; los sacrificios nos hablan de Cristo, el sacerdote nos habla de
Cristo. El conjunto de lo que sucedía en el altar nos presenta la cruz.
2 La fuente de Bronce (Lavacro)

Era usada para lavarse en ella, lo que Aarón y sus hijos debían hacer cada
vez que entraban al altar para ofrecer un sacrificio. En Juan 13 el Señor
Jesús mismo nos muestra la significación de la Fuente de Bronce. Al
celebrar la ultima cena con sus discípulos, Él se levanta de la mesa y se pone
a lavar los pies de ellos. Pedro no quería que lo hiciese con él, pero Jesús le
dice: «El que esta lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues todo está
limpio» (v.10).
“ADORACIÓN ORAL
(LOS SALMOS)”
“A Jehová cantaré en mi vida; a mi Dios
cantaré salmos mientras viva” (Salmos 104:33)
ADORACIÓN:
ESCUCHAR Y ELEVAR NUESTRO CORAZÓN
EN MELODÍAS LLENAS DE LA PALABRA
INSPIRADA POR DIOS

1.- INTRODUCCIÓN
Los Salmos (‫ְּת ִה יִל ים‬, Tehilim), son el conjunto de cinco libros de poesía
religiosa hebrea que forma parte del Tanaj judío
(Antiguo Testamento cristiano).
La Biblia hebrea lo denomina tehillim o sefer tehillim, forma plural del
nombre tehillah que significa “himno” o “alabanza”. También se le
conoce como “Alabanzas” o “Salterio”, dado que nuestra palabra
“salmo”, proviene del griego “psalmoi” que significa “poema para ser
cantado con acompañamiento musical”
Los hebreos dividían sus escritos sagrados (el AT o Tanaj) en tres partes:

-La Ley (Torah)


-Los Profetas (Nebi’im)
-los Escritos (Kethubim); esta ultima incluía los tres libros poéticos: Salmos,
Proverbios y Job; los cinco rollos o Megilloth: Cantares, Rut, Lamentaciones,
Eclesiastés y Ester, y los libros históricos de Daniel, Esdras, Nehemías y
Crónicas.
Como se consideraba que Salmos era el más importante de los Escritos, ese
título a menudo designaba a todo el grupo.

Por esta razón los hebreos se referían con frecuencia a las tres divisiones de
sus escritos sagrados como:
«La Ley, Los Profetas y Los Salmos» (Luc. 24: 44).

Los Salmos no se originaron


como la literatura se origina en
nosotros; los Salmos fueron
originados en la adoración de un
pueblo, no de una sola persona;
fueron escritos y organizados en
un transcurso de tiempo de más
de 1000 años.
Algunos de los autores del Libro de los Salmos son:
El rey David, Asaf, los hijos de Coré, Salomón,
Hemán, Etán y Moisés.
Algunos Salmos son anónimos.
Los Salmos aparecen en el original hebreo
agrupados en cinco libros o colecciones que el
antiguo pueblo de Israel empleaba en su adoración.
Muchos de ellos emplean un orden alfabético.
Las subdivisiones serían las siguientes, separadas
cada parte por una Doxología: Salmos 1 al 41;
Salmos 42 al 72; Salmos 73 al 89; Salmos 90 a 106
y Salmos 107 a 150.
Se usan algunas expresiones para dar a
entender el tema del Salmo:

mizmor (salmo)
sir (cantos)
tefillah (oraciones)
tehillah (himnos o cantos de alabanza)
miktam (traducido como “poema para
inscripción” o “protección”)
maskil (“trozo hecho con sabiduría” o
“experiencias”)
siggayon (lamentación)

También se usan algunas expresiones para dar


instrucciones musicales del Salmo:

neginot (acompañamiento de cuerdas)

nehilot (acompañamiento de flautas)


alamot (acompañamiento de voces, literalmente significa *doncellas)
gitit (significado desconocido. Probablemente instrumento de Gat)
ajelet-sahar (literalmente “sierva de la mañana”. Puede ser la indicación a un
tono musical en específico
mahalat (significa “enfermedad”. Puede ser un tono triste o melancólico)
sélah (puede significar *pausa o *elevar o intensificar)
seminit (octava *probablemente una octava más abajo)
mut-labén (literalmente “la muerte de un hijo”) Probablemente era una
melodía ya conocida sobre la cual se cantaba el salmo.
TODAS ESTAS INDICACIONES SOBRE EL TEMA Y LA
FORMA EN QUE DEBÍA SER INTERPRETADO
DETERMINADO SALMO, NOS ENSEÑAN LA
CAUTELA Y LA EXCELENCIA CON LA CUAL ERAN
ELABORADOS LOS CANTOS QUE SERVÍAN TANTO
PARA LA ADORACIÓN PERSONAL COMO PARA LA
ADORACIÓN COLECTIVA EN EL PUEBLO DE ISRAEL.
CLASIFICACIÓN DE LOS
SALMOS
Nos interesa clasificar los 150 salmos de
una manera que nos ayude a
entenderlos mejor. En el libro de Los
Salmos encontramos oraciones de varios
géneros, nacidas de las más diversas
situaciones de vida, individuales o
colectivas. Para comprender mejor un
Salmo, tendremos que remontarnos al
acontecimiento inicial que lo motivó.
Solamente conociendo esa situación
podremos entender, porque un Salmo
expresa alegría o rebelión, esperanza o
desilusión, dolor o paz profunda.
ESQUEMA DE LOS SALMOS
Himnos Salmos Individuales Salmos Colectivos Salmos Reales
Himnos de Salmos de Súplica. Súplicas Colectivas. Salmos Didácticos.
Alabanza. Salmos de Acción de Acción de Gracias Liturgias.
Himnos de la Gracias. Colectivas. Exhortaciones
Realeza del Señor. Salmos de Confianza Colectiva. Proféticas.
Cánticos de Sión. Confianza. Salmos Históricos.
Salmos
Sapienciales.
1. Los Himnos.
Son cantos de alabanza, de triunfo o de gozo, donde se celebra
en adoración desinteresada al Dios Creador y Salvador que
obra maravillas en la historia y en la vida del pueblo. No
contienen peticiones o ruegos. Comienza por una invitación a la
alabanza y en el desarrollo se ofrecen los motivos por los que
Dios ha de ser glorificado incluyendo a veces largos relatos de
sus hazañas.
A) Himnos de Alabanza.

Después de una invitación gozosa a cantar, alegrarse,


celebrar a Dios, se motiva a la alabanza, al reconocimiento de
la grandeza de Dios, sus obras prodigiosas en la naturaleza o
en la historia, su benevolencia especial con su pueblo.
Podemos reunir en este tipo, los siguientes salmos: 8; 19, 1-7;
100; 103; 104; 105; 111; 113; 114; 117; 135; 136; 145; 148; 150.

Son de fácil comprensión y abren nuestro corazón a una


oración profunda, que celebra la bondad de Dios en la
creación y en nuestra historia.
Estos salmos ensalzan a Dios
como Rey, celebran su
Señorío sobre el mundo y
sobre el pueblo escogido.
Dios es alabado como Señor
de la creación (29) y el
universo (24) Rey de las
naciones (47) y de su pueblo
(68). De este tema tratan los
salmos siguientes: 29; 47; 68;
B) Himnos de la Realeza 93; 96; 97; 98; y 99.
del Señor (Salmos del Reino).
C) Cánticos de Sión
El motivo de estos salmos es celebrar la ciudad de Jerusalén (llamada también
Sión, centro del culto y de la fe del pueblo judío). Ensalza la Ciudad Santa, como
el lugar privilegiado en donde Dios se da a conocer.

Podemos reconocer en estos cánticos una dimensión histórica, o sea la


Jerusalén que fue siempre el centro del culto hebreo (recordemos a María, José
y Jesús que suben a Jerusalén cada año) y una dimensión escatológica, por la
cual la ciudad toma un significado universal de «ciudad mesiánica», «La Iglesia»,
«Reino de Dios», al cual afluirán todos los pueblos.
Seguramente el más conocido de estos cánticos es el salmo 122: «Que alegría
cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor». Otros salmos de esta clase: 46;
48; 76; 84; 132.

2. Salmos
Individuales
La mayoría de los salmos pertenecen a esta clase: Son oraciones que
un individuo hace a Dios, expresando su súplica, agradecimiento o su
confianza en el poder del Eterno. Aunque su origen nace de oraciones
personales, también se expresaban comunitariamente, eran parte de
la oración de todo el pueblo en el culto, en un marco claramente
litúrgico.
A) Salmos Individuales de Súplica.

Son oraciones donde el salmista se ve en apuro e


invoca a Dios para que le ayude. Suelen comenzar por
una invocación breve o por un recuerdo apenas
esbozado de las bondades divinas. Luego viene la
descripción de las desgracias que aquejan al
suplicante quien a veces deja sonar sus quejas,
lamentaciones y gritos. Algunas veces está enfermo
(88, 102), otras veces se siente perseguido, pecador,
etc. Dentro de estas situaciones hay peticiones de
perdón (51). Algunos salmos piden vivir la alianza sin
aclarar nada sobre su situación (25; 26; 119).
Dentro de esta agrupación toman importancia los llamados
«salmos penitenciales», un grupo de salmos que usamos mucho en la Iglesia
para expresar nuestros sentimientos de arrepentimiento y de penitencia.
Podemos incluir en este género los salmos: 3,15; 6; 7; 10; 13;17; 22; 25; 26; 28; 31; 35;
36; 38; 39; 42; 43; 51; 54; 55; 57; 59; 61; 63; 64; 69; 70; 86; 88; 102; 109; 120; 130; 140;
141; 142; 143

Para nuestra oración este tipo de salmos son una fuente inagotable de
inspiración, en los momentos de dolor, agravio, tristeza, etc.

El salmista no limita su oración a pedir favores, sino que teje sus peticiones con
sentimientos de alabanza, seguridad y confianza en Dios, y normalmente
termina con una oración de abandono en el Señor o de acción de gracias.
B) Salmos Individuales
de Acción de Gracias.
La introducción es muy semejante a la de los himnos, a la que
sigue una narración de los motivos para dar gracias (una
situación penosa que se ha resuelto, un ataque o persecución
superada, etc.) añadiendo una oración de súplica. Luego sigue el
relato de la acción divina salvadora. Concluyen con la acción de
gracias propiamente dicha y actos de confianza en el poder de
Dios.
Predomina en ellos el sentimiento de alabanza y agradecimiento que
consiste en reconocer la bondad y superioridad de Dios, que ha
intervenido maravillosamente en lo que el salmista le pidió y
reconocer al mismo tiempo la propia fragilidad y pobreza espiritual.

En esta categoría ponemos los salmos:


9; 10, 30; 34; 40; 41; 92; 107; 116; 138.
C) Salmos Individuales
de Confianza.

Como el nombre lo indica, el salmista se pone a la presencia


de Dios, desbordando sus sentimientos de confianza en su
bondad, justicia y poder. Contrapone sus palabras de fe, de
piedad y amor a Dios, frente a las palabras blasfemas o
insultantes de los impíos. Se alegra de haber confiado en
Dios y muestra su apego a la ley y al templo.
Son de este tipo los salmos: 4; 11; 16; 23; 27; 62; 121; 131

Para nuestra oración, los salmos de confianza son muy


importantes: Con ellos pacificamos nuestro interior, nos
abandonamos en el Señor, y ratificamos nuestra seguridad en
Dios, contra las falsas seguridades que ofrece el mundo.
3. Salmos Colectivos.

Son oraciones donde el


protagonista no es el individuo,
sino el «nosotros», «la nación», «el
pueblo elegido».
A) Súplicas o Lamentaciones Colectivas.

Son los salmos que brotan de una situación de guerra, hambre, peste, sequía,
destierro u opresión, que padece todo el pueblo. En tales circunstancias la
comunidad acude al santuario, para exponer sus quejas y pedir liberación.

Podemos clasificar como súplicas colectivas los siguientes Salmos:12; 4; 58; 60;
74; 77; 79; 80; 82; 85; 90; 94; 106; 108; 123; 126; 137

Para la oración cristiana, estos salmos son muy actuales: nos urgen a salir de
nuestro individualismo. Cuando oramos nos sentimos parte de una comunidad,
nos proponen orar en nombre de todo el pueblo, tomando conciencia de la
realidad que nuestro pueblo está sintiendo y sufriendo.
B) Acción de Gracias Colectiva.

Es todo el pueblo que en estas oraciones


recuerda, admirado, los favores que acaba de
recibir y agradece por el poder de Dios
desplegado a favor de su pueblo (124) y de todos
los pueblos (67). Es muy claro aquí más que en los
salmos individuales, el tono litúrgico de los
«sacrificios de acción de gracias», usuales en
todo el culto bíblico. Podemos catalogar aquí los
salmos: 65; 66; 67; 118; 124

C) Salmos Colectivos de Confianza Colectiva.

En estos salmos todo el pueblo


declara que Dios es su única
seguridad, meditando en lo que ha
hecho para con su pueblo, en medio
de la necedad de los pueblos que
siguen falsos dioses. Son de este tipo
los salmos: 115; 125; 129.
4. Salmos Reales.
Inicialmente usados para la consagración de reyes o para ceremonias reales, con
la caída de la monarquía son reutilizados en sentido mesiánico. Un pequeño
número de salmos se llaman con este nombre, porque tienen como tema y
situación original la persona del rey, su entronización (2; 72; 110), su matrimonio
(45), su victoria en la guerra (18; 21), o simplemente un oráculo de bendición y
victoria (20).
Sabemos que el rey tenía en Israel una función sagrada y era el
intermediario entre Dios y su pueblo. La personalidad que del rey
destacan estos salmos pues se refiere, sí al histórico, pero en
sentido pleno hablan y cantan al Mesías, o Cristo; por lo que
también son conocidos como salmos mesiánicos.

Jesús mismo refiere a su persona algunos versículos de estos


salmos. En esta categoría ponemos los salmos: 2; 18; 20; 21; 45; 72;
89; 101; 110; 132.

De todas las categorías, quizás estos salmos reales son los más
áridos en la oración cristiana actual. Sin embargo, los podemos
hacer materia de oración pensando que estamos ensalzando y
alabando la realeza de Cristo.

Salmos Didácticos.
Se trata de composiciones destinadas a la enseñanza. Se caracterizan
por varios elementos formales que ayudan a hacerlos más didácticos
y fácilmente memorizables: siguen un orden alfabético (Acrósticos)
en la primera letra de algunos versos (cf. Sal 9-10; 25; 34; 37; 111; 112; 119;
145), tratan de la Ley o de la ética israelita.
Salmos Litúrgicos.
Aunque, como sabemos, todos los salmos tienen carácter de culto y
su ambiente natural era la liturgia, denominaremos «liturgias» en
especial a unos salmos que muestran las celebraciones que se hacían
en la puerta del Templo de Jerusalén, en un estilo coral, dentro del
culto del templo.
Catalogamos en este género los salmos: 15; 24 y muchos de los
salmos de alabanza coral, que eran cantados en las liturgias
colectivas.
Salmos de Exhortaciones
Proféticas.
Los llamamos así porque se parecen mucho al estilo y formas de los
profetas: con ocasión de alguna reunión del pueblo, un profeta toma
la palabra para acusar a los impíos o enseña como alejarse de ellos.
Son los salmos: 14; 50; 52; 53; 75; 81; 95
Salmos Históricos.
Hay tres salmos que se clasifican así porque toman la historia
del pueblo como una enseñanza para la vida. Estos salmos son:
78; 105; 106
Salmos Sapienciales
Estos salmos, en forma poética, enseñan a reflexionar sobre la
experiencia de vida concreta, dirigen en el camino de la vida.
Sus temas característicos son: los caminos de la felicidad, la ley,
los principios de conducta moral, el problema de la retribución,
etc. En general son salmos escritos después del exilio. Con este
tema sapiencial son los salmos: 1; 19, 8-14; 37; 49; 73; 91; 112; 119;
127; 128; 133; 139. Para nuestra oración cristiana, estos últimos
salmos se pueden utilizar para momentos de reflexión y
meditación sobre la vida.
¿Qué aprendemos
de esto?
En toda la colección se exalta a Dios como la solución de
todos los problemas humanos, como el Todo en todos:
nuestra esperanza, nuestra confianza y nuestra fortaleza;
nuestro triunfo encarnado en el Mesías, cuya llegada trae
redención y da lugar al reino universal y eterno de justicia.

El Libro de los Salmos enseña a la Iglesia a adorar a Dios de muy diversas maneras. Unas veces
clama desde el abismo del pecado y la miseria, y le alaba por la gracia y la salvación recibida de
su poderosa mano. Otras veces pide justicia y venganza contra los enemigos que la oprimen. O
bien muestra su gozo y su júbilo por el dulce reinado de su Dios, cuya gloria culminó en Cristo.
Este himnario inspirado por Dios encierra una
gran riqueza espiritual, lleva a la Iglesia al
aprendizaje de los más grandes valores morales;
enseñándole a orar, a cantar, a pedir, a
lamentarse, a postrarse en adoración; pero sobre
todo le enseña a tener una relación intima,
honesta, constante y profunda con Dios.

Nuestra adoración debe de reflejar a Dios y Su Gloria.


Mientras más nos asombramos en los hechos de Dios, mas
nos esforzamos en que el texto de los que cantamos tenga
fundamento en sus palabras. Debemos proclamar su gloria
a los cuatro vientos, no sólo con calidad artística; sino con
una vida que en medio de toda circunstancia; sabe buscar,
confiar, depender, obedecer y adorar al único Dios
verdadero.

Sesión 9. “La Música


y la Adoración”
“La palabra de Cristo more en abundancia en ustedes,
enseñándose y exhortándose unos a otros, en toda
sabiduría, cantando con gracia en sus corazones al
Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales”
(Colosenses 3:16)
"La música es un regalo
divino. Ella nos permite, como
de ninguna otra forma, poder
alabar todo lo que Dios es,
dice y hace, en un acto de
adoración"

El enorme valor de la música como


medio de expresión de un
pensamiento o sentimiento
Examinar la Escritura y saber que la
Algo para música ha acompañado la vida de

recordar
adoración del hombre desde sus
orígenes
Reconocer la gran responsabilidad
de ocupar sabiamente la música
con el propósito de rendir
adoración a Dios
1.- LA MÚSICA

La música (del griego: μουσική [τέχνη]


– mousikē [téchnē], «el arte de las
musas») es, según la definición
tradicional del término, el arte de
organizar sensible y lógicamente una
combinación coherente de sonidos y
silencios utilizando los principios
fundamentales de la melodía, la
armonía y el ritmo.
Según la Real Academia de la Lengua Española:

1. Melodía, ritmo y armonía, combinados.


2. Sucesión de sonidos modulados para recrear el oído.
3. Concierto de instrumentos o voces, o de ambas cosas a la vez.
4. Arte de combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumentos, o de
unos y otros a la vez, de suerte que produzcan deleite, conmoviendo la
sensibilidad, ya sea alegre, ya tristemente.

Jean-Jacques Rousseau, la definió como «Arte de combinar los sonidos de una


manera agradable al oído». La definición más habitual en los manuales de
música se parece bastante a esta: «la música es el arte del bien combinar los
sonidos en el tiempo«.
2.- LA MÚSICA COMO UN LENGUAJE

A lo largo de la historia, la música ha


formado parte esencial en el desarrollo de
la cultura. No es exagerado otorgar a la
música un papel primario e indispensable
en la expresión de sentimientos, ideas o
pensamientos del ser humano. No por
nada, grandes personajes se han referido
a la música como el “lenguaje universal”
2.- LA MÚSICA COMO UN LENGUAJE

La música tiene una capacidad


excepcional de transmitir un mensaje; la
música es capaz de comunicar
pensamientos y sentimientos como
ningún otro arte puede hacerlo. Puede
llevarnos desde una agónica
desesperanza, hasta la más profunda paz
interior; desde una agitada expresión de
movimiento, hasta la quietud y dulzura de
notas suaves.
2.- LA MÚSICA COMO UN LENGUAJE

Nos expresa alegrías y penas; victorias y derrotas. La


música explora con delicia cada rincón que el alma
humana pudiera expresar. La música expresa tantos
temas, cual el ser humano es capaz de vivir.

Es por ello que el estudio de la música, además de


ser una ciencia, un arte y un deleite para el alma;
resulta ser un privilegio para quienes han sido
dotados con la capacidad de entenderla, enseñarla,
crearla y ejecutarla. ¡Vaya regalo que Dios le ha
Es hermoso!!!
hecho a la humanidad con la música!
3.- LA MÚSICA: UN
MEDIO E INSTRUMENTO
PARA ADORAR A DIOS
Al entender todo lo que la música nos permite para la expresión de
emociones y pensamientos, es necesario recordad que la música debe ser
un medio y no un fin en sí misma; es decir, la música es el medio que nos
permite llegar a expresar lo que nosotros deseamos. La correcta expresión
de lo que deseamos es el propósito o fin de la música que ejecutamos.
La música resulta ser entonces, con su belleza y poder inherentes, un
“facilitador” de la comunicación entre los hombres y Dios.

Además de la expresión, la música tiene un poderoso efecto


didáctico. Es sorprendente darse cuenta de la facilidad de aprender
frases completas o ideas a través de cantos. Lo que se canta es
fácilmente aprendido. A lo largo de la historia de la Iglesia, las
grandes verdades de la fe cristiana han sido enseñadas y recordadas
a través del canto.
Es necesario entonces hacer énfasis en la importancia que la música
tiene para la vida de adoración y alabanza de la Iglesia.
Es un grande privilegio, pero así mismo, una gran responsabilidad
de la Iglesia, la selección de lo que se canta en los servicios
de adoración en nuestras congregaciones.

Las decisiones en cuanto a la música en la Iglesia deben ser


decisiones guiadas en Dios, tomadas con mucha sabiduría y
cumpliendo con un propósito bien claro y definido. La música como
un acto de adoración y como medio para la alabanza a Dios debe ser
una decisión muy valorada en la Iglesia, y no tomada a la ligera.
4.- LA MÚSICA A TRAVÉS DE LA BIBLIA

A lo largo de la Biblia existen frecuentes


referencias a la música.
Tan sólo mostraremos algunas de ellas
para entender cuan importante papel
tiene la música dentro de las Escrituras.

a) La música en la vida social e histórica de Israel

En Génesis 4:20 tenemos la primera referencia. Se menciona a “Jubal”


como “padre de todos los que tocan arpa y flauta”. La tradición lo
menciona como el primer músico.

En Génesis 31:27 Labán reclama la huída de su yerno Jacob de su tierra,


diciéndole que él quería despedirlo “con alegría y con cantares, con
tamborín y arpa”. Aquí vemos que la música en ocasiones sociales ya era
utilizada de manera habitual desde la época de los patriarcas (1800 a.C.
aproximadamente).
En Éxodo 15 encontramos el “cántico e Moisés” con el cual celebra
la salida de Egipto por mano de Dios. Las mujeres acompañaron con
panderos y danzas. En el 2do. De Crónicas 20:28 vemos cómo
Josafat viene a Jerusalén con “salterios, arpas y trompetas a la casa
de Jehová” para celebrar una victoria militar sobre Amón, Moab y
Seir. Aquí vemos la música como celebración de victorias militares.
En Isaías 5:12 menciona que “en sus banquetes hay arpas, vihuelas,
tamboriles, flautas y vino…”
En el 2do. de Samuel 19:35 se hace referencia a la “voz de los cantores y las
cantoras” como parte de los banquetes reales. La música era parte
esencial de banquetes reales.
El Salmo 45 es un buen ejemplo de un cántico nupcial. Sin lugar a dudas en la
historia del pueblo de Israel, las celebraciones matrimoniales eran acompañadas
con cantos.
En el 2do de Samuel 1:17-27 encontramos un cántico compuesto por David en
motivo de la muerte de Saúl y Jonatán. La música formaba parte de las
ocasiones fúnebres. Un milenio después, esta práctica sigue presente en
tiempos de Jesús.
En Mateo 9:23 se narra “a los que tocaban flautas” en la
muerte de una muchacha que Jesús resucitó aquel día.

“Toma arpa y rodea la ciudad, oh ramera olvidad; haz buena


melodía, reitera la canción, para que seas recordada”.

En Isaías 23:16, el profeta nos narra que aún las rameras


utilizaban música para seducir a los hombres.
b) La música en la vida religiosa del pueblo de Israel

Como es bien sabido, los encargados de las actividades litúrgicas


tanto en el Tabernáculo de Dios en el desierto, como en el Templo de
Salomón fueron los descendientes de Leví. Dios apartó a esta tribu
para que le sirviera (Números 8:14). Uno de los descendientes de Leví
fue Aarón. Aarón y sus hijos fungieron como sacerdotes, mientras que
los demás descendientes de Leví fueron designados a auxiliarle en
muchas labores con respecto al tabernáculo y al templo, incluida
dentro de estas muchas actividades, la música y los cantos de
adoración y alabanza ceremonial.
El libro de los Números en su capítulo 10 nos habla en particular
del uso de las trompetas en la vida religiosa del pueblo de Israel.
Nos explica la función de convocación y de alarma que estas
tenían. En tiempos de guerra, con ellas se anunciaba la batalla.
También eran tocadas en las fiestas solemnes, en los sacrificios y
en fechas importantes de su calendario litúrgico.
Las trompetas fungían como señal o aviso de eventos
importantes en el pueblo de Israel. Los levitas, hijos de Aarón
eran quienes tenían responsabilidad sobre ellas.
El primer libro de Crónicas en los capítulos 15, 16 y 25, nos hablan
detalladamente de la organización que David estableció para la
música y los coros de los levitas en preparación para el templo
que Salomón había de construir. Con respecto a la música, aún
no se ha podido determinar el estilo exacto de música que en los
servicios de adoración se ejecutaba. No se ha conservado ningún
sistema de notación identificable. Los expertos indican que por
la forma en como están escritos los Salmos, estos eran cantados
de forma antifonal por dos coros (o un coro y la congregación)
Era una música de sonidos monofónicos (una línea melódica sin
armonía) con modalidad (se refiere al uso de varias secuencias de notas
musicales dentro de cierta escala, cada una de ellas con su propia
función) También contenía improvisaciones (elevaciones en la
interpretación dada la destreza del intérprete). En cuanto al ritmo los
estudiosos consideran que tenía un patrón más complejo de estructura
que el de la música actual y occidental. La escala ocupada era diatónica,
pero a veces usa intervalos de cuatro tonos, tonos enteros
o medios tonos.
Los instrumentos utilizados se pueden dividir en 3 grupos principales:

Instrumentos de cuerdas

Instrumentos de viento

instrumentos de percusión.

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