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Objetivos de aprendizaje

Al finalizar el capitulo el alumno será capaz de:


r los antecedentes históricos de la relatividad lingüística.
S C.o»:o - vi debate clásico entre Piaget y Vigotsky sobre el significado del lenguaje egocéntrico,
i* • n-.v-r la hipótesis de la relatividad lingüística y sus implicaciones.
:'i v;¡¡ i raí las pruebas empíricas a favor y en contra de la relatividad lingüística.
j (vnocer cómo el desarrollo de algunos conceptos precede al lenguaje.
3 Conocer el carácter conceptual y prelingüístico de algunas metáforas.

INTRODUCCION para el pensamiento; en su forma más radical,


esta postura asegura que es imposible el pensa­
A poco que se reflexione sobre la cogni­ miento sin lenguaje, e incluso se llega a identifi­
ción humana llaman la atención dos aspectos car el pensamiento con el lenguaje. Para Platón,
que nos definen como especie: el lenguaje y el por ejemplo, el pensamiento era el diálogo del
pensamiento. Como ya se ha mencionado en el alma consigo misma, de manera que, en cierto
capítulo 2, la complejidad formal del lenguaje modo, pensamiento y lenguaje eran considera­
humano, su capacidad combinatoria y su refe- dos idénticos.
rencialidad ilimitada no tienen parangón en el En el siglo xvm, el lingüista y naturalis­
reino animal. Por su parte, el pensamiento hu­ ta Von Humboldt concebía el lenguaje como
mano nos permite categorizar o clasificar obje­ «órgano formador del pensamiento», frente
tos, acciones, eventos y características del mun­ a la concepción del lenguaje como mero ins­
do con una articulación y un detalle únicos. trumento reproductor de la realidad. Por otra
Además, podemos establecer relaciones cau­ parte, una respuesta con menos adeptos, pero
sales entre eventos remotos, evocar el pasado, que merece seria consideración, es que el pen­
planificar nuestra conducta hacia metas lejanas, samiento es independiente del lenguaje e, in­
razonar sobre posibilidades o hipótesis, crear y cluso, que es prioritario, siendo el lenguaje un
utilizar artefactos materiales y sociales extraor­ mero producto derivado de aquél. Por ejemplo,
dinariamente complejos e ingeniosos, etcétera. William James en 7he principies ofpsychology, de
Todo esto nos lleva a una pregunta funda­ 1890, expone su intuición de que ciertas activi­
mental en la psicología, y anteriormente en la dades del pensamiento pueden ser independien­
filosofía, que aún hoy sigue abierta: ¿cuáles son tes del lenguaje y que es posible un pensamiento
las relaciones funcionales entre el pensamiento no verbal sustentado en símbolos no verbales,
y el lenguaje? Esta cuestión ha intrigado a los como las imágenes visuales.
seres humanos, por lo menos desde la Grecia Si acudimos a nuestra intuición, parece ha­
clásica. Una respuesta frecuente es que el len­ ber motivo para darles la razón a ambas pos­
guaje es necesario, al menos en cierta medida, turas. Cuando pensamos en silencio (p. ej., al
90 : PSICOLOGÍA DEL LENGUAJE

resolver un problema o al tomar una decisión), empíricos, como los trabajos de Agnes Thor-
las palabras acuden a la mente como una especie son de la Universidad de Minnesota (Thorson,
de «habla interna» entrecortada y poco gramati­ 1925), en los que se medían los movimientos
cal que parece dar forma a nuestros pensamien­ de la lengua mientras los sujetos tenían pensa­
tos («uhm... qué hago... presento los papeles mientos verbales. Jacobson (1932) comprobó
del Erasmus... es poco dinero... quizá trabajo que el pensamiento se acompaña con frecuen­
antes...»). Pero también podemos tener la ex­ cia de habla encubierta, al detectar actividad
periencia de pensar en forma de imágenes vi­ eléctrica en los músculos de la garganta de los
suales, motoras, auditivas y hasta emocionales. participantes cuando se les pedía que pensa­
Podemos pensar, por ejemplo, en una escena ran en algo determinado. Este tipo de - indios
deportiva, apoyándonos únicamente en imáge­ tendrían continuación más tarde en los . tesis
nes visuales, sin participación del lenguaje. electrom¡ográficos de los fenómenos verbales
Por razones un tanto doctrinales, el conduc- encubiertos.
tismo en las primeras décadas del siglo xx se ¿Quiere esto decir que el pensamiento no
apuntó a la tesis radical de que el pensamien­ puede existir sin el lenguaje o el habla? Ahora
to se reduce al habla. El conductismo supuso podemos contestar categóricamente que no es
una fuerte reacción contra el introspeccionismo así. Hay múltiples evidencias que nos indican
y reivindicó para la psicología el mismo grado que es posible pensar sin la participación del
de objetividad que el de las ciencias naturales y lenguaje (Steinberg, 1993).
experimentales. Esto desplazó el objeto de estu­
dio hacia sólo aquello que podía ser observado y Esposiblcpensarsóloconimágenes. Nues­
medido directamente: la conducta, rechazando, tra experiencia nos indica que es posible pen­
o relegando a un segundo plano, los procesos sar, por ejemplo, en una escena deportiva, apo­
mentales, por ser opacos a la observación. En yándose únicamente en imágenes visuales, sin
este contexto, al pensamiento, como proceso participación del lenguaje.
no observable de forma directa, se lo consideró
un fenómeno carente de interés científico y se Es posible pensar con los músculos para­
lo igualó al lenguaje o habla subvocal. La ¡dea lizados. En un experimento realizado en los
fue desarrollada por el propio Watson (1920), años cuarenta, que hoy sería cuestionable desde
fundador del conductismo. Según él, el lenguaje el punto de vista ético, un equipo de aneste-
no era más que un conjunto de hábitos moto­ siólogos de la Universidad de Utah (Smith et
res de la laringe y la lengua, y el pensamiento al., 1947) demostraron que es posible pensar
consistía simplemente en lenguaje silencioso, y resolver problemas mentalmente mientras se
antes de materializarse en sonido, o sea, un sufre una parálisis completa de los músculos del
lenguaje subvocal. Algunas observaciones irían cuerpo. Aunque el propósito principal era estu­
i
en esa línea. Los niños pequeños expresan sus diar las aplicaciones quirúrgicas de un derivado
i pensamientos en voz alta, como veremos en el
próximo apartado; a medida que crecen, esta
del curare (en concreto, ¿/-tubocurarina), sus
resultados tuvieron importantes implicaciones
i expresión se va internalizando hasta que ya no teóricas y ha sido un trabajo ampliamente ci­
es audible, constituyendo el pensamiento o ha­ tado en la literatura psicolingüística. A riesgo
bla interna subvocal. En el otro extremo de la de su vida, el primer autor, Scott M. Smith, se
vida, muchos ancianos piensan en voz alta y sometió voluntariamente a una inyección intra­
:
necesitan que esa «habla interna» se materialice venosa del derivado curárico para observar en sí
: externamente. Los malos lectores precisan leer mismo las distintas fases de la parálisis muscu­
en voz alta para comprender lo leído; a medida lar y sus efectos sobre la conciencia. El curare
que adquieren pericia lectora, leen en voz más paraliza toda actividad muscular del cuerpo,
baja hasta que finalmente sólo mueven los labios excepto la cardíaca y la del sistema digestivo,
silenciosamente; los buenos lectores ya sólo «ha­ por lo que son necesarias la intubación y la res­
blan» internamente con el pensamiento. piración asistida para evitar la muerte. Cuan­
Este enfoque del habla subvocal tuvo el do el efecto paralizante alcanza su máximo, es
mérito de alentar cierto número de estudios imposible toda respuesta motora voluntaria,
Capítulo 4 B Lenguaje y pensamiento 91

por nimia que sea (un movimiento de ojos, un vo de los niños inmersos desde un principio en
parpadeo, etc.). Una vez que los efectos des­ una lengua de signos era mejor y, en muchos
aparecieron, Smith informó de que en ningún casos, indistinguible del de los niños con audi­
momento había perdido la conciencia ni la ca­ ción normal.
pacidad de pensar. Esto pudo confirmarse al re­
cordar Smith los distintos estímulos que el resto La comprensión precede a la producción
del equipo le había ido presentando durante la en el desarrollo del lenguaje. En el proceso
sesión. Incluso pudo resolver mentalmente al­ normal de adquisición del lenguaje, los niños
gunos tic los problemas que le plantearon en es­ pueden comprender frases que aún no son
tallo de parálisis. De esta forma, quedaba claro capaces de producir. Por ejemplo, un niño de
que el pensamiento podía existir en ausencia de l año de edad, que se encuentra en la fase de
cualquier i ' idad, por inapreciable que fue­ producción de palabras aisladas, puede enten­
ra. de los misados asociados a los órganos del der oraciones como «pon la galleta en la mesa»
habla. o «pon la pelota en la silla». Es decir, los proce­
sos de comprensión llevan un importante ade­
Pensamiento en personas con graves tras­ lanto sobre los de producción lingüística, lo que
tornos del lenguaje. Hay personas que han significa que un niño puede comprender, tener
nacido sin la capacidad de hablar, pero pueden conceptos e ideas, es decir, procesos de pensa­
pensar. Otras han nacido con la capacidad de miento, sin tener todavía habla propia.
hablar, pero una enfermedad neurodegenera­
tiva los ha privado completamente del habla, Es posible pensar una cosa y hablar sobre
sin afectar apenas a los procesos de pensamien­ otra. En ocasiones nos sorprendemos a noso­
to. El ejemplo más llamativo es el de Stephen tros mismos manteniendo una conversación in­
Hawking, uno de los tísicos contemporáneos sustancial con una persona y, al mismo tiempo,
más brillantes, postrado desde hace décadas en pensando sobre lo que vamos hacer 2 horas más
una silla de ruedas, sin capacidad de habla ni tarde. Si el habla tuviera que ser siempre, y de
de conducta motora alguna, como consecuen­ forma inevitable, la base del pensamiento, esto
cia de la esclerosis lateral amiotrófica. Gracias no sería posible.
a movimientos residuales de sus dedos, puede
pronunciar conferencias mediante un sintetiza- Todas las evidencias descritas indican que
dor de voz y es obvio que su mente lleva a cabo es posible el pensamiento sin la participación
procesos de pensamiento al máximo nivel de obligatoria del habla externa, pero esto no sig­
abstracción. También puede existir pensamiento nifica que el lenguaje no cumpla ningún papel
sin lenguaje en los niños sordos (Furth, 1981). en el pensamiento, ya que es posible que alguna
Durante los años sesenta, en Estados Uni­ forma de lenguaje interno intervenga en todos
dos hubo muchos niños sordos, hijos de padres estos casos.
oyentes, que recibieron una inadecuada estimu­
lación lingüística, porque los progenitores no
aprendieron el lenguaje de los signos al albergar LENGUAJE Y PENSAMIENTO EN EL NINO:
la esperanza de que sus hijos pudieran apren­ PIAGET FRENTE A VIGOTSKY
der el inglés. Paradójicamente, los niños sordos
hijos de padres sordos tuvieron un desarrollo Un terreno muy apropiado para estudiar las
lingüístico mejor, al emplear el lenguaje de los relaciones entre pensamiento y lenguaje es el
signos desde el principio. Esta situación llevó a estudio del desarrollo cognitivo. Los psicólogos
Hans Furth a comparar el desarrollo cognitivo han vuelto la mirada hacia el momento en que
de estos dos grupos de niños, como describe en tanto el lenguaje como el pensamiento comien­
su libro de 1966, Pensamiento sin lenguaje: im­ zan a formarse en sus primeras etapas del desa­
plicaciones psicológicas de la sordera. Furth señaló rrollo del niño, con la esperanza de comprender
que las evidencias obtenidas a través de varios mejor la naturaleza de su relación. En este sen­
estudios no mostraban grandes diferencias en­ tido, son conocidas las posiciones divergentes
tre ambos grupos, si bien el desarrollo cogniti- de dos de las grandes figuras que se han ocupa-
92 PSICOLOGÍA DEL LENGUAJE

do de la cuestión: L.cv Vigotsky y Jean Piaget


(Fig. 4-1).
Suele pensarse en el «debate» entre estos au­
tores sobre la prioridad del lenguaje (Vigotsky)
o del pensamiento (Piaget) durante el desarro­
llo evolutivo, pero se debe señalar que, aunque
fueron contemporáneos -ambos nacieron en
1896-, el contraste de sus ideas se produjo de
forma diferida e indirecta, por dos razones: la
gran barrera lingüística y política que separaba
entonces a la Unión Soviética del mundo occi­
0
Figura 4-1. Los psicólogos Lev Vigotsky
3
an
dental en las primeras décadas del siglo xx, y la Piaget (B).
muerte prematura de Vigotsky a los 38 años de
edad. Vigotsky publicó su obra más influyen­ lenguaje no es más que la manifestaci» el
te, Pensamiento y lenguaje, en ruso en 1934, y desarrollo ontogenético, de la función .n »li-
no fue traducida al inglés hasta 1962, mucho ca y tiene un papel subordinado al desai olio de
después de su muerte. En su libro, Vigotsky co­ las estructuras cognitivas.
mentó la obra de Piaget (1923) El lenguaje y el Para Vigotsky, en cambio, pensamiento y
pensamiento en el niño, y Piaget no respondió lenguaje son, en un principio, procesos inde­
hasta 25 años más tarde de la muerte del ruso, pendientes, con orígenes separados, hasta que,
cuando leyó por primera vez su obra. Piaget lo aproximadamente a la edad de 2 o 3 años, se
'amentaba así: establece la unión entre ambos. Antes existe
No puede ser más que con pena que un un pensamiento prelingüístico, sin palabras,
autor descubre, veinticinco años después de su y un lenguaje preintelectual sin pensamiento,
publicación, el trabajo de un colega desapare­ que siguen caminos distintos. A partir de un
cido durante ese tiempo, sobre todo si se tiene momento dado, los dos caminos se juntan y el
en cuenta que contenía tantos puntos de inte­ pensamiento se hace verbal, y el habla, racional.
rés inmediato para él que podían haber sido Se produce la conexión entre el pensamiento y
discutidos personalmente y en detalle. Aun­ el lenguaje, en un proceso en el que tiene un
que mi amigo A. Luria me había mantenido papel clave la progresiva internalización del ha­
al tanto de la posición simpatizante, y crítica a bla egocéntrica.
la vez, de Vigotsky hacia mi obra, nunca pude
El «debate» entre los dos autores se centra
leer sus escritos o ponerme en contacto con
precisamente en el lenguaje egocéntrico del niño,
él; y hoy al leer su libro lo lamento profunda­
\ ' estudiado por ambos aunque por razones dis­
mente, ya que de haber sido posible un acerca­
miento podríamos haber llegado a entender­ tintas. Cualquiera que esté familiarizado con
nos sobre una cantidad de puntos (reedición un jardín de infancia o un aula de preescolar,
i de 1981, pág. 37). sabe que son habituales las situaciones en que
$
niños y niñas están enfrascados en una activi­
Ambos autores defendían posiciones teó­ dad individual (p. ej., jugando con plastilina),
ricas distintas sobre la relación entre el pensa­ mientras resuena un parloteo de monólogos si­
i miento y el lenguaje. El interés fundamental de multáneos. Se trata del lenguaje egocéntrico, es
Piaget se centraba en las etapas del desarrollo decir, una forma de habla que, aunque se pro­
de la inteligencia en el niño, y no le prestaba nuncia en voz alta, no tiene finalidad de comu­
i
;
excesiva atención al lenguaje ni a las relaciones nicación. Generalmente, los niños hablan sobre
entre pensamiento y lenguaje. Para Piaget, el lo que están haciendo, sin aparente intención
lenguaje no era sino una consecuencia, un re­ de decirlo a nadie.
flejo de la evolución del pensamiento infantil. Ambos autores asignan papeles muy diferen­
Este pensamiento evoluciona y madura desde tes al lenguaje egocéntrico. Piaget contrapone
una forma de relación con el entorno de tipo este lenguaje egocéntrico al lenguaje social,
sensoriomotor, hasta la aparición de la función cuyo objetivo es comunicarse con los demás.

simbólica y de las representaciones mentales. El Para él, el lenguaje egocéntrico es una manifes-
:
i
Capítulo 4 B Lenguaje y pensamiento 93

tación más del egocentrismo, una característica do se nutre del lenguaje, pero no se identifica
de la inmadurez cognitiva del niño, ya que éste con él; pensamos con ¡deas que aparecen como
se coloca en el centro del mundo y es incapaz un todo y que luego traducimos en frases y pa­
de descentrar su punto de vista y ponerse en el labras en un orden secuencial. Vigotsky ejem­
lugar del otro. El niño no trata verdaderamen­ plificaba:
te de ponerse en lugar del que escucha, ni de
Cuando deseo comunicar el pensamiento
adaptar su mensaje a las necesidades de infor­
de que hoy he visto un chico descalzo co­
mación del oyente. En la medida en que el niño rriendo calle abajo con una camisa azul, no
evoluciona y va superando su egocentrismo, el veo cada elemento por separado: el chico, la
ler uaje e éntrico pierde importancia has- camisa, su color azul, su carrera, su falta de
¡ue (•' .mente desaparece hacia los 6 o zapatos. Concibo todo eso en un pensamiento
IOS de ; :. dejando paso al lenguaje social. [...] En la mente del hablante, el todo se pre­
• \'¡!<¡it ' lenguaje egocéntrico es el mero senta de una vez, pero en el habla tiene que
i «.jo del amiento egocéntrico, un estadio ser desarrollado de forma sucesiva (Vigotsky,
ajero de'.1 .volución cognitiva. 1962, p. 150).
Desde el ¡«unto de vista de Vigotsky, en
cambio, el lenguaje egocéntrico desempeña El habla egocéntrica es observable en los ni­
un papel clave en la génesis del pensamiento. ños, pero el habla interna postulada por Vigots­
Entiende que es una forma necesaria de transi­ ky es difícil de estudiar, ya que, por definición,
ción desde el habla externa al habla interna, que se trata de un fenómeno mental encubierto. El
estaría en la base del pensamiento del adulto. autoinforme y las entrevistas clínicas pueden
El lenguaje egocéntrico del niño se va interna­ proporcionar algunos datos, pero muy indi­
lizando, haciéndose progresivamente más ínti­ rectos y mediatizados por la introspección, un
mo y privado, al tiempo que desempeña una método de dudoso valor científico. En cierta
función primordial en la regulación y el control medida, el habla interna de Vigotsky está re­
de la propia conducta (Wclsh, 1986). El habla lacionada con el «flujo del pensamiento» (the
egocéntrica y el habla interna siguen siendo for­ stream of thought), postulado por William Ja­
mas de lenguaje, pero formalmente mucho más mes para caracterizar los procesos de la concien­
elípticas que el lenguaje social o comunicativo. cia, cuando pensamos o estamos ensimismados.
Así, en ambos casos se elimina la mención del La diferencia es que James no le daba especial
sujeto, situándose el foco en el predicado. protagonismo al lenguaje (James, 1890). Las
Vigotsky considera que el lenguaje egocén­ modernas técnicas de neuroimagen, como las
trico no significa ausencia completa de propó­ de resonancia magnética funcional, podrían
sito de comunicación, ni tampoco indica que el darnos pistas sobre el habla interna o sobre el
hablante no sea consciente de la presencia y el flujo del pensamiento. Cuando se registra la
punto de vista del oyente. La falta de comuni­ actividad cerebral de un individuo en estado
cación se debe, simplemente, a que el lenguaje de reposo, es decir, cuando no se le pide rea­
egocéntrico y el lenguaje social cumplen fun­ lizar ninguna tarea experimental concreta, se
ciones diferentes. Gracias al primero, el niño observa una actividad neuronal masiva en la
vocaliza su pensamiento y le sirve de guía en denominada red «en modo por defecto»: cor­
sus actividades. Esta vocalización desaparece tezas temporal medial, frontal medial, parietal
en la medida en que se va convirtiendo en len­ inferior y cingulada posterior, entre otras. De
guaje interno. De esta forma, «el habla interna hecho, cuando se le pide a los participantes que
equivale en gran medida a pensar, no con pala­ realicen una tarea concreta, como, por ejemplo,
bras sino con el significado de éstas» (Vigots­ comprender el lenguaje, se desactiva gran par­
ky, 1962, p. 149). Para el autor ruso, el habla te de la red por defecto (Buckner et al., 2008).
interna o privada tiene una estructura propia Evidentemente, el cerebro de una persona que
distinta del habla externa. Se trata de una visión «no está haciendo nada» sí está haciendo algo:
sobre la función del habla en el pensamiento recuerda episodios, planea metas, fantasea o
mucho más sofisticada que la del habla subvo­ sueña despierta, explora los puntos de vista de
cal propuesta por los conductistas. El significa- los demás, siente emociones y, sin duda, activa
94 PSICOLOGÍA DEL LENGUAJE

retazos de habla interna. Toda esa actividad in­ máximo la actividad cooperativa de grupo. Es
terna tiene un enorme coste metabólico, como sorpréndeme que luego no se hayan replicado
indican las técnicas de neuroimagen, e involu­ estos estudios en condiciones más controladas.
cra una gran red cerebral. Pero ¿se incluyen en
esta red por defecto las áreas relacionadas con
el lenguaje? La respuesta es: aparentemente, no. PRIORIDAD DEL LENGUAJE:
LA RELATIVIDAD LINGÜÍSTICA
Si el habla interna desempeñase un papel domi­
nante en el pensamiento, tendría que aparecer RE! Planteamiento de Sapir-Whorf
una activación significativa en las áreas de Bro­
ca y/o de Wernicke, y no es así. La hipótesis de la relatividad lingüísi; ¡.
La ciencia avanza cuando obtiene datos que Pendida por Whort y Sapir en el prima a*
permiten apoyar o refutar unas teorías frente a del siglo xx. postula, en su formulación •MS
otras, y los datos cobran su verdadero sentido radical, un verdadero determinismo ii’ ,a¡-ni-
cuando se sitúan dentro de un marco teórico. co sobre la cognición humana. La hipos , d-, de
Un valor añadido de las concepciones piage- la relatividad lingüística también se denomina
tiana y vigostkiana es que hacen predicciones hipótesis de Sapir-Whorf o, más comunmen­
opuestas que pueden ser comprobadas empíri­ te, hipótesis whorfiana, dado que Whort fue
camente. Así, la primera sostiene que el lengua­ quien la articuló, la defendió apasionadamente
je egocéntrico se debe a la falta de socialización; y la popularizó. La idea central es que las ca­
de modo que cuanto menos «social» sea una racterísticas particulares de la lengua materna
[nación, más probabilidades habría de que determinan la estructura de los procesos de
íél apareciera, en detrimento del lenguaje pensamiento. Nuestra lengua afectaría el modo
nunicativo. Vigotsky predice lo contrario: el en que recordamos las cosas v la manera en que
10 utiliza únicamente el lenguaje de que es percibimos el mundo, pensamos sobre el mun­
paz, usa el habla egocéntrica en el contexto do e, incluso, actuamos sobre él. La idea tiene
jocial y, cuando se atenúan las condiciones so­ implicaciones filosóficas y prácticas: en última
ciales, la frecuencia del lenguaje egocéntrico de­ instancia, la «naturaleza» humana sería tan va­
bería también disminuir. Vigotsky llevó a cabo riable como la propia variedad de las lenguas, y
j! una serie de experimentos en los que restringía algunos matices conceptuales propiciados por
; el contexto social del niño: lo situaba junto con algunas lenguas serían intraducibies a otras.
i
■ otros niños sordomudos, con extranjeros que Esta idea relativista subyace a algunas creencias
hablaban otra lengua, con desconocidos, o los populares como que el alemán es la lengua de
dejaba solos en la sala (Dale, 1980). En todos la filosofía o que los matices de la poesía sólo se
los casos, el lenguaje egocéntrico disminuía mantienen en su lengua original.
significativamente en frecuencia. Parece que el ¿Cómo llegó Whorf a esta propuesta? Es inte­
hecho de sentirse escuchado y acompañado es resante considerar brevemente su biografía para
importante para que el niño produzca lenguaje entender la génesis de sus argumentos. Whorf
1 egocéntrico. Por desgracia, la falta de detalles no era un lingüista profesional, sino un ingenie­
\ metodológicos hace difícil interpretar apropia­ ro químico que trabajó de inspector de incen­
damente los experimentos de Vigotsky. dios en una compañía de seguros la mayor parte
:
Es difícil comparar los datos de ambos auto­ de su vida. Sus creencias religiosas lo llevaron a
res, porque proceden de ámbitos muy distintos. estudiar la Biblia en su versión hebrea, con el fin
j
Muchos de los estudios de Piaget se realizaron de desvelar significados ocultos que, según él, no
en la Maison des Petits del Instituto Rousseau se apreciaban en las traducciones occidentales.
de Ginebra, un jardín de infancia muy orien­ Posteriormente, este interés por las diferencias
tado hacia el trabajo individual y poco favo­ lingüísticas lo llevó a estudiar de forma autodi­
recedor del trabajo de grupo. Los estudios de dacta las lenguas amerindias y a aproximarse a la
i
: Vigotsky, por el contrario, se inscriben en el Universidad de Yale, donde trabó amistad con
:
marco de la Unión Soviética nacida de la re­ el profesor de lingüística Edward Sapir, quien

:

i volución, donde se exaltaba el sentido de la co­
lectividad y en cuyas escuelas se potenciaba al
lo ayudó a desarrollar su planteamiento relati­
vista. A pesar de que nunca fue un académico
Capítulo 4 S Lenguaje y pensamiento 95

profesional, llegó a ser un experto en lingüística Otros ejemplos citados por Whorf se refie­
comparada, publicando varios artículos sobre ren a la lengua de los indios hopi, en la que
las lenguas de América muy apreciados por los era un gran experto. Según él, en esta lengua
profesionales de su tiempo. Es esta familiari­ no existen palabras ni formas gramaticales para
dad con las lenguas indígenas la que lo llevó a referirse al tiempo; lingüísticamente no existen
plantearse que las diferencias en vocabulario y el pasado, el presente o el futuro, por lo que el
sintaxis entre lenguas deben inducir diferencias concepto de tiempo que puede tener un hopi
conceptuales a veces irreductibles. sería muy distinto del de un inglés o un espa­
En algunos pasajes, Whorf se acerca a una ñol. Su sentido de la duración iría más ligado
especie de determinismo lingüístico; es decir, las al tiempo subjetivo que al tiempo como una
cai- goií.i > > conceptos del pensamiento están dimensión física del mundo e independiente de
d. terminad.! ' por las categorías que proporcio- las personas. En palabras de Whorf, sería muy
i; • ia lengua que uno habla. Uno de los textos difícil que dos físicos, uno inglés y otro hopi, se
más citados de Whorf dice: entendieran entre sí dadas las enormes diferen­
cias que separan ambas lenguas. Por su parte, la
Diseccionamos la naturaleza según las lí­
neas que nos marca nuestra lengua materna. lengua de los hopi es mucho más articulada que
I as clases y categorías que aislamos del mundo las lenguas indoeuropeas a la hora de expresar
de los fenómenos no las encontramos ahí sim­ movimientos. Así, los verbos de movimiento
plemente porque estén delante de cualquier disponen de una serie de prefijos que expresan
observador; al contrario, el mundo se presenta de forma obligatoria distinciones finas de mo­
como un Ilujo caleidoscopio) de impresiones vimientos en onda, aleteo, zigzag, helicoidal,
que espera ser organizado por nuestras mentes giro, etc. Por supuesto, en inglés o castellano
y, sobre todo, por nuestros sistemas lingüís­ también se pueden expresar esos movimien­
ticos. 1.a forma peculiar en que dividimos la tos, pero sólo opcionalmente y empleando una
naturaleza, la organizamos en conceptos y le
oración (p. ej., «caminaba haciendo eses»). En
atribuimos significados depende, en gran me­
dida, del hecho de que formamos parte de un cambio, en hopi, el hablante está obligado a
acuerdo para organizaría de este modo, un elegir un prefijo verbal (al igual que lo estamos
acuerdo que vale para toda nuestra comuni­ nosotros con los sufijos de tiempo verbal) y, por
dad de hablantes y que se halla codificado en lo tanto, se debe prestar atención necesariamen­
los esquemas de nuestra lengua. Por supuesto, te a la forma del movimiento.
se trata de un acuerdo implícito y no declara­
do, pero sus términos son absolutamente obliga­
torios; no es posible hablar sin someternos a la □ Críticas iniciales a la relatividad
organización y clasificación de datos decretada whorfiana
por ese acuerdo (Whorf, 1940, pp. 213-214).
Las críticas a la relatividad de Whorf no se
hicieron esperar y fueron especialmente furi­
Whorf proporciona algunos ejemplos de bundas por parte de las teorías «universalistas»
cómo la lengua determinaría el modo de pensar del lenguaje, que enfatizan las similitudes en­
de sus hablantes. Así, mientras que el inglés tie­ tre las lenguas al postular un origen biológi­
ne un único término para referirse a la nieve, los co común para todas ellas (p. ej., Lenneberg,
esquimales disponen en su lengua (inuit) de un 1967). En primer lugar, las observaciones de
gran número de palabras para designar la nieve Whorf sobre las peculiaridades lingüísticas no
en sus distintas variedades y situaciones: nieve siempre fueron precisas. Por ejemplo, en rela­
que cae, nieve que está en el suelo, nieve dura ción con la lengua inuit de los esquimales, no
• y compacta, nieve a medio derretir, bloque de es exacto que tenga decenas de nombres para
nieve, etc. De esta manera, los esquimales ve­ la nieve; según ya había observado el antropó­
rían y entenderían el mundo de forma muy dis­ logo Boas varios años antes, en inuit hay sólo
tinta en lo que se refiere a la nieve, un elemento cuatro lexemas o raíces distintas para la nieve, y
omnipresente en su vida diaria. Sus conceptos los términos restantes son combinaciones entre
y formas de pensar al respecto serían completa­ esos lexemas. Si se compara con el inglés, éste
mente diferentes de las de un inglés. tiene un único lexema (‘snow’), pero, a través
96 PSICOLOGÍA DEL LENGUAJE

de combinaciones con otros, despliega una gran las formas de las hojas; los decoradores tienen
variedad de significados y matices: snowflake, varios términos para referirse a los distintos to­
snowstornV, ‘snowdrift’, ‘snowfalf, ‘snowbalT, nos de malva; los impresores utilizan distintos
‘snowcapped’, ‘snow bank\ ‘snow cornice’, nombres para los tipos de letras. Esto no tiene
‘snovv house, snow man, etc. Además, los es­ nada de extraordinario [...] ¿A alguien se le ha
quiadores se inventan combinaciones nuevas ocurrido decir sobre los impresores las mismas
para comunicar matices importantes en su de­ memeces que se dicen de los esquimales en ¡os
porte: ‘powdcr snow’ (nieve polvo), ‘ílaky snow’ malos libros de lingüística?» Por supu ,io, los
(nieve escamosa) y otras. Incluso la lengua de significados de las palabras varían enor li­
un país semidesértico, como España, tiene bas­ te de unas lenguas a otras, pero, el hecT i uc
tantes palabras al respecto: nieve, aguanieve, un idioma no disponga de un término un
nevada, nevero, avalancha, alud, etc. Parece ser, determinado sentido o matiz, no qui; . ir
como detalla Martin (1986), que las cuatro raí­ que no pueda acercarse a él a través de <. !0-

ces señaladas por Boas fueron infladas a siete quios o combinaciones de otras palabi , 10
por Whorf, y después se fue exagerando más y se ha visto para el caso de la nieve c . m. js.
más a medida que la cuestión se abordaba desde Curiosamente, el español es rico en o rminos
los medios escritos, hasta llegar a un centenar, para identificar los distintos resultados que
por ejemplo, en un editorial del New York Ti­ pueden obtenerse cortando una materia con
mes. En palabras de Pinker (1995), el asunto un cuchillo (Crystal, 1994): rodaja, rebanada,
’e las palabras esquimales sobre la nieve llega cortada, loncha, corte, filete, tajada, lonja, etc.;
luestros días como una de las tantas «leyen- muchas lenguas tienen un único o, a lo sumo,
urbanas» que circulan de boca en boca y dos vocablos para todos ellos, pero sus hablan­
: todo el mundo acepta sin más, pese a su tes podrían expresar tales matices, o aproximar­
encía de base real (junto a otras como que se a ellos, utilizando otras palabras: rebanadas
do aprovechamos el 10 % de nuestro cerebro, (cortes de pan), lonchas (cortes de embutidos),
que se puede manipular fácilmente la voluntad filetes (cortes de carne), etcétera.
humana a través de mensajes subliminales o Aunque Whorf no fuese totalmente riguroso
que las espinacas son ricas en hierro). Tampoco en sus observaciones, y a veces aventurase in­
i f los hopi tienen una falta absoluta de referen­ terpretaciones excesivas de sus datos, la relati­
t tes temporales, como pensaba Whorf. Estudios vidad lingüística constituye una buena teoría,
posteriores más rigurosos han puesto de relieve ya que es falsable. Es decir, sus predicciones son
que la lengua hopi tiene tiempos verbales, uni­ suficientemente explícitas como para que pue­
dades temporales, metáforas sobre el tiempo, dan someterse a análisis empíricos con resulta­
etc. (Malotki, 1983). dos favorables o desfavorables para la teoría. El
! En segundo lugar, la interpretación que hace trabajo pionero de Carmichel et al. (Recuadro
Whorf de los datos es también dudosa. El hecho 4-1) parecía dar la razón a una versión modera­
i de que una lengua tenga un vocabulario más da de la hipótesis relativista: las etiquetas verba­
i i rico que otra sobre ciertos aspectos del mun­ les modifican el recuerdo de estímulos visuales,
do, no implica necesariamente que determine pero se trata de una tarea que nos dice más so­
el pensamiento del hablante; al menos no en la bre el funcionamiento de la memoria que sobre
forma radical que Whorf planteaba. No es de las diferencias conceptuales determinadas por
í extrañar que el árabe tenga más palabras que el diferencias lingüísticas. Ai fin y al cabo, dichos
español para referirse a «camello» o que las len­ autores no compararon hablantes de diferentes
i! guas australianas tengan multitud de términos lenguas.
i para «arena» o «agujero». Como refiere Pullum Un terreno especialmente propicio para ve­
(1991) en su trabajo El gran fraude del vocabu­ rificar la hipótesis whorfiana es el de la codifi­
i lario esquimal y otros ensayos irreverentes sobre el cación y memoria de los colores. Se parte de la
estudio del lenguaje (en inglés), «los criadores de base de que la luz es un fenómeno físico que se
i caballos tienen varios nombres para las razas, presenta a través de un continuo de longitudes
; los tamaños y las edades de los caballos; los bo­ de onda, desde el rojo al violeta. Por otra parte,
*
tánicos usan diferentes nombres para designar el sistema visual humano es también el mismo
¡¡i
BIBLIOTECA F. PSICOLOGIA
u:-::vh?.S!OAO complutense
Capítulo 4 M Lenguaje y pensamiento 97

Recuadro 4-1. El lenguaje modula el recuerdo visual

Uno de los primeros trabajos que demostraron de forma empírica la influencia del lenguaje
sobre los procesos perceptivos y de memoria es el experimento, ya clásico, de Carmichael, Hogan
y Walter (1932). Se presentó a los participantes una serie de dibujos esquemáticos, uno por vez,
¡unto con una etiqueta verbal (un nombre). Cada dibujo era suficientemente ambiguo para que
• Ir? nuuieran asociar dos etiquetas distintas. Por ejemplo, uno de ellos consistía en dos círculos
¡rufi'- ■ una linea horizontal que podía estar asociado a la etiqueta «gafas» o bien a «pesas».
•¡antes se dividieron en dos grupos; a ambos se les administraron los mismos dibujos,
na etiqueta distinta en cada grupo.
;nsistía en dibujar de memoria cada
dibuje •s fielmente posible al original. Estímulo Recuerdo

S; robó que, aunque era una tarea per­ Pesas


ceptiva /:c memoria visual, ésta se veía muy
influida p- r la etiqueta que había acompañado a
cada dibujo en su presentación inicial. Así, en el
ejemplo, cuando se asoció con la etiqueta «ga­
00-CX3
Gafas
fas», los círculos se dibujaron ovalados con una
línea curva entre ambos; cuando se asoció con
la etiqueta «pesas», los círculos se dibujaron re­
dondos con una gruesa línea recta en el centro,
00-00
como se muestra en la figura 4-2. Era como si Rgura 4_2. Ejemplos de estímulos (izquierda) úsa­
los sujetos, en lugar de copiar directamente del ¿os en e| experimento de Carmichael et al. (1932)
recuerdo visual, «copiaran» de su representación y ejemplos de respuestas (derecha) moduladas por
mental del concepto transmitido por la palabra, las etiquetas verbales.

para todos y, en consecuencia, la percepción de bien que los hablantes de otra lengua que sí los
los colores debería ser universal (salvo en los distingue?
daltónicos). Por lo tanto, la división del espec­ En un trabajo con hablantes de casi un cen­
tro luminoso en colores no es arbitraria, sino tenar de lenguas, Berlín y Kay (1969) encon­
que se basa en la fisiología de la visión y su sis­ traron que los participantes de todas ellas eran
tema de detectores retiñíanos. Sin embargo, las bastante consistentes al clasificar los colores más
lenguas difieren en la riqueza de su vocabula­ básicos o focales. Sólo difería el número de co­
rio para los colores. De hecho, algunas lenguas lores nombrados. Según los autores sólo hay 11
sólo tienen nombres para alguno de los colores colores básicos: negro, blanco, rojo, amarillo,
primarios, mientras que otras disponen de un azul, verde, marrón, violeta, rosa, naranja y gris.
repertorio de decenas de términos cromáticos. En su análisis translingüístico, Berlín y Kay ob­
Lo importante es que estas diferencias de vo­ servaron que las denominaciones de los colores
cabulario obligarían a clasificar los colores de no se reparten de forma arbitraria entre las len­
formas diferentes. Por ejemplo, si los hablantes guas, sino que existe una jerarquía predecible.
de una lengua tuviesen nombres para el azul y Si una lengua sólo tiene dos términos de color,
para el amarillo, pero no para el verde, estarían éstos serán para nombrar el blanco y el negro, lo
obligados a clasificar los objetos verdes como que incluye también los colores claros y oscu­
azules o como amarillos o, quizás, a considerar ros, respectivamente. Si sólo tiene tres términos,
que no tienen color. La pregunta clave es: si una éstos serán blanco, negro y rojo. Si tiene cuatro
lengua no tiene etiquetas verbales para distin­ términos, serán una de estas dos combinaciones:
guir entre dos colores, ¿pueden los hablantes de los tres anteriores + verde o los tres anteriores
esa lengua percibir las diferencias entre esos dos + amarillo. Con cinco términos, se incluyen el
colores, memorizarlos y reconocerlos igual de verde y el amarillo, además de los anteriores.
98 PSICOLOGÍA DEL LENGUAJE

Con seis, se añade el azul, y con siete, se añade percepción. Los resultados mostraron un claro
el marrón. Con más de siete, entran en juego el efecto «whorfiano»: el espacio subjetivo de los
violeta, el naranja, el rosa y el gris. Es decir, hay angloparlantes se distorsionaba, exagerando las
un patrón universal en la denominación de los distancias perceptivas en la zona intermedia, es
colores que está determinado por el número de decir, en el límite -para ellos- entre el azul y el
las categorías cromáticas; justamente lo contra­ verde, mientras que las distancias en los larahu-
rio que predice la hipótesis relativista. mara eran más uniformes, lis decir, los anido-
Eleanor Rosch Heider (Heider, 1972) traba­ parlantes percibían ciertos colores más <í;. .timos
jó con nativos de la tribu dani de Papua-Nueva entre sí que los tarahumara, porque en i¡ : se
Guinea, quienes sólo disponen de dos nombres nombran de forma diferente; así pues, T-
para los colores: ‘mili’ para el blanco v los co­ cepción era de tipo categórica.
lores claros, y ‘mola* para el negro y los colo­ Un trabajo bastante citado, publiv ido en
res oscuros. Heider les enseñó a poner nuevos Nuture, es el de DavidofF, Oavies y K »n
nombres a otros colores y comprobó que po­ (1999), en el que se comparan anglojuri.m-
dían aprender y recordar mejor los colores fo­ tcs con nativos berinmo, una de las múltiples
cales o básicos (un rojo rojo) que los otros (un tribus de Papua-Nueva (¡niñea, todavía en la
rojo desvaído, un rojo amarillento). Como los Edad de Piedra. Gracias al procedimiento habi­
dani no tenían nombres para ninguno de estos tual en el que se usa la carta estándar de colores
colores, las diferencias nos hacen pensar en ra- de Munsell, que los ordena por matices de tonos
ones fisiológicas. Abunda en esta ¡dea el hecho y saturación, los autores pudieron establecer las
* que los niños de 3 años también prefieren los categorías cromáticas de los berinmo observan­
lores básicos. do cómo nombraban los distintas muestras de
El hecho de que existan importantes restric- color. Según esto, los berinmo tienen sólo cinco
bnes biológicas hacia unas zonas del espectro vocablos para los colores; no establecen la dis­
cromático frente a otras, ha llevado a algunos tinción entre el azul y el verde, porque agrupan
autores a cuestionarse la idoneidad de los co­ ambos colores bajo un mismo término (‘nol’),
lores como banco de pruebas de la relatividad pero, por el contrario, tienen una distinción
lingüística (Pinker, 1993). Si aparecen diferen­ (‘nol’ frente a Vori) que no existe en inglés o
cias en el procesamiento, éstas podrían deberse castellano (para nosotros serían diferentes ma­
a causas fisiológicas y no a causas lingüísticas. tices de un marrón verdoso). Sometieron a ha­
Pese a ello, algunos trabajos más recientes han blantes del inglés y nativos berinmo al mismo
conseguido identificar efectos lingüísticos sepa­ procedimiento experimental que usó Heider
rados de los biológicos. con los dani: se presenta brevemente un color y,
Kayy Kempton (1984) compararon hablan­ tras un intervalo de 30 segundos, el participan­
tes del inglés con hablantes del tarahumara, te debe reconocerlo entre dos colores; la tarea
una lengua uto-azteca del norte de México. es más difícil cuanto más parecidos se perciban
El inglés distingue entre azul y verde, pero el estos dos últimos. Como estímulos, se usaron
tarahumara, no: tiene un término, ‘siyóname’, colores dentro del continuo azul-verde y del
que incluye a ambos colores. La predicción de continuo ‘nol-wor’. Los datos revelaron, sin lu­
la hipótesis de Sapir-Whorf es que los colores gar a dudas, que los angloparlantes recordaban
intermedios entre azul y verde serán discrimi­ y discriminaban mejor los estímulos cuando és­
¡ nados mejor por los angloparlantes que por los tos cruzaban las categorías azul/verde que las de
; tarahumara. Como estímulos se usaron ocho ‘nol/wor’, mientras que a los berinmo les suce­
•i
colores dentro del continuo azul-verde. La téc­ día al revés. Así pues, era evidente que la forma
nica consistió en la comparación de tríadas: de en que cada lengua codifica los colores influye
un conjunto de tres colores se pregunta por el sobre el modo en que éstos son percibidos y re­
! que es más distinto del grupo. Se utilizan múl­ cordados por los hablantes. Otros experimentos
tiples combinaciones de tríos con todos los con ambos grupos de individuos extendieron el
estímulos y así se puede calcular la «distancia» estudio a nuevas categorías de colores, algunas
-! perceptiva entre los colores. Esta técnica se ha inexistentes en las dos lenguas (verde tipo 1
i usado con fiabilidad en muchos campos de la frente a verde tipo 2). Sus hallazgos llevaron a
;
i
Capítulo 4 8 Lenguaje y pensamiento 99

estos autores a poner en duda la universalidad A Bickerton le asombra que el número de


biológica de los colores básicos y a defender una conceptos incorporados en la gramática sea tan
relatividad lingüística fuerte. limitado y que, además, éstos sean compartidos
por la mayoría de las lenguas, lo cual apoyaría
la tesis universalista del lenguaje que él defien­
■ Resurgimiento de la relatividad
de. Así, algunos conceptos, como el tiempo, el
lingüística: propuestas neowhorfianas
espacio, la causalidad, la posesión o la cantidad
la valoración científica de la relatividad están gramatical izados en casi todas las lenguas,
uhorfiana ha sufrido muchos altibajos a lo lar- mientras que otros conceptos, que a priori po­
•" del tiempo, pero en las últimas décadas la drían parecer igualmente importantes, no apa­
hipótesis ha experimentado un resurgimiento recen gramatical izados en ninguna lengua del
notable, impulsada por psicólogos y lingüistas mundo. Por ejemplo, las distinciones comesti­
¡Kovvhorhanos, como George Lakoff, Melissa ble/no comestible, amistoso/hostil, peligroso/
Bowcrman, John Lucy, Alfred Bloom o Stephen seguro o agradable/desagradable, sin duda de
I.cvinson. Los neowhorfianos aseguran que los gran valor biológico o adaptativo, están ausen­
efectos relativistas hay que buscarlos en las dife­ tes en todas las gramáticas.
rencias gramaticales más que en las diferencias Si bien es cierto que hay un sesgo bastante
. léxicas entre los idiomas. Estamos acostumbra­ universal en cuanto a las distinciones concep­
dos a considerar que el significado lingüístico re­ tuales incorporadas en la gramática, también
side en los elementos léxicos o palabras de conte­ hay algunas excepciones notables. Por ejemplo,
nido (nombres, verbos, adjetivos), mientras que unas pocas lenguas como el turco o el quechua
la gramática sería un sistema de organización y el aimara en Sudamérica incorporan en la gra­
formal o estructural del lenguaje. Sin negar este mática el grado de evidencia de lo que se afir­
carácter estructural, lo cierto es que los elemen­ ma. Así, en quechua los verbos incluyen afijos
tos gramaticales, como los afijos y las palabras que especifican si el hablante conoce el evento
funcionales (preposiciones, determinantes, pro­ de primera mano, si se lo han contado o si lo
nombres, conjunciones, verbos auxiliares, etc.), ha supuesto. Por lo tanto, la gramática obliga
también tienen una importante carga semán­ al hablante de quechua a juzgar y a declarar
tica. Más aun, establecen vínculos o relaciones la evidencia de los eventos, lo cual no ocurre
conceptuales, no meramente formales, entre los en español u otras lenguas indoeuropeas. Pero
elementos léxicos, de modo que constituyen una incluso cuando se consideran los conceptos
especie de semántica de orden superior. Veamos «universalmente» gramatical izados, las lenguas
lo que afirma el lingüista Derek Bickerton sobre difieren mucho en el grado de articulación de
la gramática con ejemplos adaptados al español: esos conceptos, como se aprecia en los ejemplos
de la tabla 4-1.
Las relaciones que los elementos gramati­
Estas diferencias gramaticales dentro de un
cales pueden expresar incluyen la localización
relativa (encima, debajo, sobre, junto a), el dominio conceptual determinado son especial­
tiempo relativo {antes, después, mientras y los mente importantes para los neowhorfianos por
afijos temporales de los verbos), la cantidad varias razones. En primer lugar, el procesamien­
relativa {mucho, muchos, poco, pocos y el sufijo to de los términos gramaticales es automático,
de plural -s), la dirección relativa (hacia, des­ es decir, no implica esfuerzo o coste cognitivo
de, hasta, a través, derecha, izquierda, arriba, adicional. En segundo lugar, el procesamiento
abajo), la familiaridad relativa {el/la para cosas gramatical es obligatorio; por ejemplo, en es­
que el interlocutor reconocerá y un/una para pañol no es posible utilizar nombres sin una
cosas que no reconocerá), la posibilidad rela­
marca morfológica de cantidad (singular/plu­
tiva (quizá, acaso, podría), la contingencia re­
ral) o sin estar acompañados de un indicador
lativa (a menos que, aunque, porque), así como
una variedad de relaciones como la posesión de familiaridad (determinado/indeterminado),
(de, mió, tuyo), agencia (por), propósito (para), y los verbos necesariamente incluyen, entre
necesidad (tiene que, hay que), existencia (es), otras, marcas morfológicas de tiempo (pasado/
no existencia (no, nadie, nunca), y así sucesiva­ presente/futuro), de persona (hablante/inter­
mente (Bickerton, 1990, p. 55). locutor/otra persona) o de cantidad (singular/
100 PSICOLOGÍA DEL LENGUAJE

Tabla 4-1. Algunas diferencias gramaticales entre el inglés y el español

Diferencias Ejemplos

Género en nombres y adjetivos Español: marca morfológica El amigo/la amiga

Inglés: ausencia de marca The friend

Número en los verbos Español: singular y plural Sacudo/sacuden


morfológicos

Inglés: singular y plural sólo I shake/they shake


en el pronombre

Pronombres de proximidad Español: tú/usted Tú escribes/usted escr.¡


o estatus
Inglés: you You write/you vvrite

Cópulas para estado y rasgo Español: ser/cstar María está dormida/Mar < es
guapa

Inglés: to be Maria is slept/Maria is hand-


some

Preposiciones de contacto Español: en Lápiz en el vaso/lápiz en ia mesa


de superficie y de contenedor
Inglés: in/on Pencil in the glass/pencil on the
table

emostrativos y pronombres Español: este-ese-aquel/aqui- Este libro/ese libro/aquel libro


de distancia ahi-alli

Inglés: this-that/here-there This book/that book

Expresiones de irrealidad, posibilidad, Español: morfología del modo Es posible que Juan venga/Juan
duda, deseo, creencias, etc. subjuntivo viene
f
Quizá te sorprenda/Sé que te
sorprende
No creo que salga a la calle/No
saldrá a la calle

Inglés: ausencia de morfología It is possible that John comes/


del modo subjuntivo John comes
Maybe it surprises you/l know it
surprises you
I don't thing he will go out/He
will not go out

i
plural). Por lo tanto, las diferencias entre dos limitan al momento del habla o tienen conse­
i lenguas en alguno de estos elementos grama­ cuencias más duraderas sobre la memoria y el
:
ticales implican que los hablantes respectivos pensamiento en general.
deberán realizar conceptualizaciones algo di­ Curiosamente, muchas de las investigaciones
ferentes de modo obligatorio y automático realizadas por los neovvhorfianos comparan los
cuando codifican verbalmente un determinado efectos cognitivos de las diferencias gramatica­
hecho o situación. Una cuestión sobre la que les entre inglés y español, las dos lenguas do­
volveremos más adelante es si estas diferencias minantes en Estados Unidos. A continuación
de codificación determinadas por la lengua se veremos algunas de ellas.

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