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TEMA 1: LA NARRATIVA EN EL PRIMER TERCIO DEL

SIGLO XX. PRINCIPALES AUTORES Y OBRAS.


LA GENERACIÓN DEL 98 Y LOS NOVECENTISTAS.

1- LA NOVELA DEL MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL 98.


1.1 El Modernismo
Se caracteriza por su gran renovación estética, sobre todo en la poesía, pero se
extiende también a la prosa y la novela.

En este movimiento destacan los siguientes temas y actitudes:


- Sensualidad, idealización y estilización de la realidad.
- Evasión de lo cotidiano.
- Atmósfera de nostalgia y melancolía.

➔ En las Sonatas, de Valle Inclán, y Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez,


encontramos la cima de la prosa modernista.

1.2 La Generación del 98


CARACTERÍSTICAS

EN RELACIÓN CON LOS TEMAS Y LA IDEOLOGÍA


Las inquietudes de este grupo se centran en el tema de España en general y el de
Castilla en particular. Se defendía el retorno a la tierra, al paisaje y, de hecho,
Unamuno afirma que “paisaje es patria”. La tierra se concreta en el paisaje de
Castilla, porque en ella ven la raíz de España. Presentan un amor dolorido por España
y una sensibilidad avivada por el “Desastre del 98”. Por un lado, manifiestan una
actitud crítica ante el atraso, decadencia y falta de ideales de España; pero pronto
deriva en una visión de una España eterna, en cuyo paisaje empobrecido y gentes
humildes se reconoce lo castizo e intemporal.

Muestran una curiosidad mental por lo extranjero e interés por una europeización,
que no se contradice con el amor por España. Sin embargo, con el tiempo dominará
en ellos la exaltación casticista. Y Unamuno llega a hablar de la “españolización de
Europa”.
➔ El afán por conocer y exaltar lo castellano y español lleva a los autores a
desear viajar por los pueblos y aldeas de España.

La historia se concibe como fuente donde buscar los valores permanentes, las
verdades, la esencia de España. En este sentido, un concepto muy interesante,
creado por Unamuno, es el de “intrahistoria”: rechazan la historia escrita por
historiadores; les interesa el pensamiento y el sentimiento del pueblo, que con su
trabajo diario construye la realidad histórica profunda. En esa vida intrahistórica,
silenciosa y contínua está la sustancia del progreso, la verdadera tradición.

El sentido de la vida aparece como problema existencial, de forma que se producen


las interrogaciones sobre el sentido de la vida, sobre el destino del hombre. Los
autores del 98 sufren un desasosiego y angustia vital, que se reflejan en los paisajes.
Por lo que respecta a lo religioso, en su juventud se caracterizan por su heterodoxia y
escepticismo, aunque con el tiempo algunos, como Azorín y Maeztu, modifican sus
actitudes.

EN RELACIÓN CON LOS MODELOS LITERARIOS, LA CONSTRUCCIÓN LITERARIA Y EL


LENGUAJE.
➔ Existe un entusiasmo por Larra y por los poetas primitivos: Berceo, el
Arcipreste de Hita, el Marqués de Santillana y Jorge Manrique.

Se innovan los géneros, especialmente el ensayo, la novela y el teatro. Ante todo, el


grupo del 98 configuró el ensayo moderno. De este modo, le dan una flexibilidad que
le permitía recoger por igual la reflexión literaria, histórica o filosófica, la visión lírica
del paisaje, la expresión de lo íntimo, etc. Aportan novedades técnicas a la novela y
pretenden una renovación del teatro, en el que, exceptuando a Valle Inclán, tuvieron
poco éxito.

Hay una notable renovación de la lengua literaria, de manera que se oponen al estilo
literario anterior y cuidan la forma de expresión. En un principio, coincide con la
típicamente modernista, pero pronto se aprecia una voluntad de ir de las “ideas” al
fondo: esta será la primera nota común del “lenguaje generacional”.

➔ Presentan un estilo antirretórico y sobrio, aunque con numerosos matices.

Tienen un estilo subjetivo, en el que domina una visión sentimental de las tierras y las
gentes. Todo ello desemboca en un gusto por la descripción de carácter subjetivo, de
viejas ciudades o de los pequeños pueblos, o de la naturaleza áspera del yermo
castellano, que muestran los estados de ánimo del autor.

El lenguaje es muy rico y cuidado, con términos tomados de los clásicos españoles;
pero por un gusto especial por las palabras tradicionales y “terruñeras”, que recogen
en los pueblos o desentierran de la literatura antigua.

AUTORES
Baroja, Azorín y Maeztu, que constituyeron el “Grupo de los Tres” a través de un
manifiesto. También están: Unamuno y, aunque de pertenencia más discutible al
Grupo son, Antonio Machado y Valle Inclán, aunque parte de sus obras compartan la
preocupación por España. En Machado esta preocupación no se hace patente hasta
1912, con Campos de Castilla. Y Valle Inclán evoluciona desde el Modernismo hasta
una literatura crítica basada en la deformación, pero sus presupuestos ideológicos y
estéticos están lejos del Grupo del 98.

PÍO BAROJA
Es el gran novelista de esta Generación, que concibe la novela como una realidad
porosa y permeable en la que cabe todo. Sus novelas son fragmentarias, incompletas
y abiertas; con mezcla de acción y reflexión.

En él el tono agrio y pesimista es constante. El tema principal de su obra es la


protesta contra la sociedad, a la que critica por su hipocresía, sus injusticias y su
aburguesamiento. Frente a la hipocresía, Baroja manifiesta una sinceridad total en
sus ideas; frente a las injusticias, muestra ternura por lo marginal y frente al
aburguesamiento, encuentra como única salida la acción. Las consecuencias de esta
actitud serán:
- Escepticismo absoluto en los aspectos religiosos y éticos del ser humano,
reflejado en sus personajes tristes, descontentos y desesperados.
- Una presencia importante de la acción. Muchas de sus novelas son un cúmulo
de episodios en los que la aventura es el argumento central.

En su estilo predominan los párrafos cortos, el léxico y la sintaxis sencillos. Los


personajes son descritos de un modo rápido pero expresivo.

➔ Entre sus títulos se puede citar La busca (1904), El árbol de la ciencia (1911) y
Zalacaín el aventurero (1909).
MIGUEL DE UNAMUNO
Es el escritor más peculiar del 98 por su carácter crítico e independiente. Su
inquietud y angustia se muestran en todos los temas que aborda, de forma que su
producción literaria está impregnada de contenido filosófico e ideológico. Por ello,
sus novelas son una proyección de sus inquietudes personales. Toda su obra posee
un sentido unitario y dialéctico, basado en su preocupación por España y por la
existencia de la muerte, la relación entre Dios y los hombres, la eternidad, la nada, la
razón y la fe.

Sus novelas están dominadas por un tono reflexivo, llenas de monólogos y diálogos,
sin apenas referencias temporales y espaciales. Se trata de una novela peculiar, a la
que Unamuno llamó “nivola”.

➔ De su producción se puede destacar Amor y Pedagogía (1902), Niebla (1914) y


San Manuel Bueno, mártir (1933).

JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ, AZORÍN


Es el escritor del detalle, pues desarrolla una técnica descriptiva sutil, en la que prima
la sencillez, la brevedad de las frases, la sensación de orden y pulcritud. Pretende que
sus novelas sean un reflejo delicado y lírico de lo esencial de la realidad. La
preocupación por el tiempo que pasa se percibe en una prosa triste, melancólica y
fluida, que parece querer apresar lo sustancial de las cosas.

En sus obras aparece un hilo argumental muy simple, con una confesión
autobiográfica y reflexiones sociales y la visión sentimental del paisaje. Sus
personajes son idealistas y meditabundos.

➔ Sus títulos más conocidos son La voluntad (1902) y Confesiones de un filósofo


(1904). Sus obras, a pesar de tener una intención novelística, se acercan más al
ensayo, son descripciones de ambientes y personajes sin un argumento central
sólido.

Otros novelistas de la época dignos de mención, además de los ya citados, son:


Concha Espina, en la tendencia realista; Felipe Trigo, en la novela erótica; y
Wenceslao Fernández Flores, en la tendencia humorística.
2- LA NOVELA DEL NOVECENTISMO (AUTORES).
Algunos críticos denominan novecentistas y Generación del 14 a novelistas como
Pérez de Ayala, Gabriel Miró y Ramón Gómez de la Serna. Otros opinan que no son
más que continuadores del Modernismo.

2.1 Gabriel Miró


Es el más fiel continuador del Modernismo. Acumula en sus obras sensaciones e
idealización del paisaje.

➔ Destacan sus obras Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso.

2.2 Ramón Pérez de Ayala


Combina a la perfección el simbolismo modernista con la actitud intelectual
novecentista en sus novelas más importantes: Belarmino y Apolonio y El curandero de
su honra.

3- LA NOVELA VANGUARDISTA: RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA.


Es una novela de experimentación, una nueva novela que rompe ataduras con la
existente entonces, jugando con la realidad y la fantasía, con las estructuras y la
sintaxis.

Ramón Gómez de la Serna es su representante. A su visión del mundo como un


territorio desordenado, sin jerarquía de valores, el escritor propone un modo de
orden posible a través de la literatura, pero se trata de una literatura libre,
configurada por la greguería. Él mismo dio la fórmula de la greguería: Humor +
Metáfora = Greguería, siendo esta una sentencia ingeniosa y breve que surge de un
choque casual entre el pensamiento y la realidad.

La imagen en que se basa la greguería puede surgir de una forma espontánea, pero
su formulación lingüística es muy elaborada, pues recoge sintética, ingeniosa y
humorísticamente la idea que quiere transmitir: “La luna el ojo de buey de la
noche”; “El polvo está lleno de viejos y olvidados estornudos”.

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