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FUNDACIÓN SAN FRANCISCO DE CURIMÓN.

COLEGIO ASSUNTA PALLOTA


JAVIERA GALLEGOS VILLARROEL
LENGUA Y LITERATURA

Dentro de la historia (homodiegético).  Fuera de la historia (heterodiegético).  PA


El narrador es parte de la acción o mundo El narrador no es parte del mundo narrado. 
narrado. 
Narrador Narrador testigo Narrador omnisciente  Narrador de
protagonista  conocimiento relativo
Desempeña el rol Relata la historia de Lo conoce todo: pensamientos, Tiene conocimiento
principal en el relato, otro en primera acciones, etc. y narra en tercera restringido, describe
narra en primera persona persona actos, pero no
persona pensamientos, narra en
tercera persona
El otro día invité a mi Un padre y su hijo fueron a Un padre con su hijo fue
El otro día fuimos a hijo a pescar. Creo pescar. El niño estaba muy a pescar. El niño miraba
pescar con mi papá. que le encantó, entusiasmado. Desde el bote el agua del río, quizá
El agua del río era porque el agua podía observar a los salmones podía ver los peces al
muy clara y podía ver estaba muy clara y él que nadaban en el fondo. Esto le fondo. Después metió
los peces en el fondo. pudo mirar los peces provocó el deseo de nadar como los pies al agua, pero los
Metí los pies al agua y al fondo. Quiso un pez y se sacó los zapatos. El sacó casi de inmediato,
estaba muy helada. meter los pies al padre le advirtió que el agua enrojecidos.
agua a pesar de que estaba helada, pero el niño metió
le advertí que estaba los pies de todas formas y los
helada. sacó de inmediato, enrojecidos y
temblorosos. De verdad pudo
sentir el frío hasta los huesos.
FUNDACIÓN SAN FRANCISCO DE CURIMÓN.
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JAVIERA GALLEGOS VILLARROEL
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Reconocer el tipo de narrador según grado de conocimiento de la historia (Protagonista – Testigo –


Omnisciente – Objetivo u de Conocimiento relativo) y su focalización PA

1.- Uno tiene la angustia, la desesperación de no saber qué hacer con la vida, de no tener un plan, de
encontrarse perdido, sin brújula, sin luz a donde dirigirse.

NARRADOR

2. - Implantaron los postes verticales en las bases de albañilería que servían para sostenerlos, y luego
hicieron que cada reo, por turno, se echara de espaldas cerca de su travesaño horizontal. Éste se ponía
debajo de la cabeza, y se ataban con finas ramitas de mimbre los brazos del hombre al madero. Las manos
quedaban aseguradas mediante un largo clavo de cobre martillado a través de la palma, para que no fuera
posible liberarse. Luego, con sogas y una polea se alzaban hombre y madero hasta que el travesaño
encajaba en el rebajo preparado en el poste vertical.

NARRADOR

3. - "Pepe vuelve a entrar a los pocos momentos. La dueña, que tiene las manos en los bolsillos del mandil,
(...) lo llama con una voz seca, cascada; con una voz que parece el chasquido de un timbre con la
campanilla partida."

NARRADOR

4. - " Entre la oscuridad y la niebla vislumbro una pequeña plaza. Como en pleno campo, me apoyo extenuada
contra un árbol. Mi mejilla busca la humedad de su corteza. Muy cerca, oigo una fuente desgranar una sarta de
pesadas gotas. La luz blanca de un farol, luz que la bruma transforma en vaho, baña y empalidece mis manos, alarga
a mis pies una silueta confusa, que es mi sombra. Y he aquí que, de pronto, veo otra sombra junto a la mía. Levanto
la cabeza."

NARRADOR

5. – A diario, muchas veces, sentado ante mi escritorio, toco el dolor y la pérdida como quien toca la
electricidad con las manos desnudas, pero no muero. No sé cómo se produce este milagro.

NARRADOR

6. – "El patio, de noche, estaba oscuro y únicamente lo alumbraban de modo ambiguo los resplandores que salían
por las puertas del salón de baile; al fondo estaba el depósito de los licores, dos o tres cuartuchos destinados a usos
menores y una pared de escasa altura, límite último de la casa de canto y baile de doña María de los Santos."

NARRADOR

7. - “La lluvia fría caía sobre mi cabello, me molestó en un principio, luego me sentí regocijada”.

NARRADOR

8.- “Estábamos todos juntos cuando repentinamente Armando salió a buscar algo indeterminado, volvió de
madrugada, feliz sin decir nada”

NARRADOR

9.- El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en
que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna,
y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de
pájaros.

NARRADOR
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10.- […] Algunos invitados se apartaron del baile y la fiesta, para enterarse de cierta información que se PA
estaba filtrando, bastante pasada la medianoche, de manera confidencial, que se relacionaba con el secuestro
de tres hombres, llamados claves en las filas del Partido comunista. Nattino, Guerrero y Parada habían
desaparecido y ningún organismo civil ni militar reconocía tenerlos.
El departamento sucumbía inundado de vapores humanos, música, humo de cigarrillos. Tres de la mañana.
Carreras en la calle. Carmen.
Entra sin mirar a nadie y se interna por el pasillo hasta un dormitorio. […] -¡Muertos!¡Degollados! ¿Acaso no
entienden las palabras? Prolongado sollozo entre los brazos de Carlos, quien la acunaba como a una niña que
lo ha perdido todo. […]

NARRADOR

11.- “Parecía venir huyendo. Traía una porción de lodo en las zancas, que ya ni se sabía cuál era el color de sus
pantalones. Lo vi desde que se zambulló en el río. Apechugó el cuerpo y luego se dejó ir corriente abajo, sin manotear,
como si caminara pisando el fondo. Después rebasó la orilla y puso sus trapos a secar. Lo vi que temblaba de frío. Hacía
aire y estaba nublado. Me estuve asomando desde el boquete de la cerca donde me tenía el patrón al encargo de sus
borregos.”

NARRADOR

12.- El Gato sonrió al ver a Alicia.


Parecía tener buen carácter, consideró Alicia; pero también tenía unas uñas muy largas y un gran número de
dientes, de forma que pensó que convendría tratarlo con el debido respeto.
– “Minino de Cheshire”, empezó algo tímidamente, pues no estaba del todo segura de que le fuera a gustar el
cariñoso tratamiento; pero el Gato siguió sonriendo más y más. “¡Vaya! Parece que le va gustando”, pensó
Alicia, y continuó: “¿Me podrías indicar, por favor, hacia dónde tengo que ir desde aquí?”.
– “Eso depende de a dónde quieras llegar”, contestó el Gato.

NARRADOR

13.- “Por primera vez he visto un cadáver, es miércoles, pero siento como si fuera domingo porque no he ido a
la escuela y me han puesto este vestido de pana verde que me aprieta en alguna parte (…) No he debido
traer al niño, no le conviene este espectáculo. A mi misma, que voy a cumplir treinta años, me perjudica este
ambiente enrarecido por la presencia del cadáver (…) Vine. Llamé a los cuatro guajiros que se han criado en
mi casa. Obligé a mi hija Isabel a que me acompañara. Así el acto se convierte en algo más familiar, más
humano, menos personalista y desafiante que si yo mismo hubiese arrastrado el cadáver por el pueblo hasta
el cementerio”

NARRADOR

14.- Metafóricamente Weigel se volvió mi adicción. Y demonios. Tantas adicciones habiendo en este jodido
mundo, sustituí la droga por una persona. Por ella. Por alguien que tarde o temprano se iría, se alejaría,
desaparecería de mi vida con murmullos. Creí encontrar la felicidad, y así fue. La encontré, porque a su lado
mis sonrisas se pintaban de sinceridad, de honestidad y aclamaban el amor puro que nunca quise sentir,
aunque tener los pies sobre la tierra era algo que no me olvidaba de tener en cuenta. Siempre estuvo
presente, y así sería. Líneas paralelas. Eso somos Weigel y yo. Tan juntos en una misma dirección y tan
separadas que nunca se encuentran.

NARRADOR
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PA
15.- «Sherlock Holmes tomó el frasco de la esquina de la repisa de la chimenea y sacó su jeringuilla
hipodérmica de su fino estuche de tafilete. Insertó la delicada aguja con sus dedos largos, blancos y nerviosos,
y se remangó la manga izquierda de la camisa. Durante breves instantes, sus ojos se posaron pensativos en el
musculoso antebrazo y en la muñeca, cubiertos ambos de puntitos y cicatrices de las innumerables
punciones. Por último, clavó en la carne la punta afilada, presionó hacia abajo el minúsculo émbolo y se dejó
caer hacia atrás, hundiéndose en el sillón forrado de terciopelo y exhalando un largo suspiro de satisfacción.»
NARRADOR

16         “Todos los ojos le miraban. Notó Daniel, el Mochuelo, en sí, las miradas de los demás, con la misma
sensación física que percibía las gotas de la lluvia. Pero no le importó. Casi sintió un orgullo tan grande como
la tarde que trepó a lo alto de la cucaña al sacar de su bolsillo la moneda reluciente, con el agujerito en medio ,
y arrojarla sobre la arpillera.”
 
NARRADOR
 
17       “Luke y Hasley no eran el claro ejemplo de las almas gemelas, tampoco el prototipo de la relación
perfecta que todos soñaban, para nada. Sin embargo, ambos le pusieron definición a lo que ellos dos crearon,
porque una etiqueta le quedaba demasiado pequeña a lo suyo”.
 
Narrador
 
18         Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de
recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de
veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por
un lecho de piedras pulidas. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados
plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos
inventos. Primero llevaron el imán. Cuando la gente se asombraba de ver que los objetos metálicos se movían
solo, el gitano que hacía la demostración respondía «Las cosas tienen vida propia, todo es cuestión de
despertarles el ánima.»
 
Narrador
 
19. “Cuando Gregorio Samsa despertó aquella mañana luego de un agitado sueño, se encontró en su cama
convertido en un insecto monstruoso. Estaba echado sobre el córneo caparazón de su espalda y al levantar
un poco la cabeza, contempló la figura convexa de su oscuro vientre (…).”

Narrador

20. Fue entonces cuando se torció el tobillo [...] Cayó en mala posición: el empeine del pie izquierdo cargó con
todo el peso del cuerpo. Al pronto sintió un dolor agudísimo; pensó que se había roto el pie. Con alguna
dificultad, sentado en el césped, se quitó la zapatilla y el calcetín, comprobó que el tobillo no estaba hinchado.
El dolor amainó en seguida, y Mario se dijo que con suerte el percance no revestiría mayor importancia. Se
puso el calcetín y la zapatilla; se incorporó; caminó con cuidado: una punzada le desgarraba el tobillo.

Narrador

21. Una relación falsa entre dos científicos se topa con la irresistible fuerza de la atracción. Olive Smith es una
doctoranda de tercer año que no cree en las relaciones amorosas duraderas, pero su mejor amiga, Ahn, sí, y
por eso Olive se ha metido en un lío monumental. A Ahn le gusta el exnovio de Olive, pero jamás daría el
primer paso porque es una buena amiga. A Olive no le va a resultar nada fácil convencerla de que ha pasado
página, puesto que los científicos necesitan pruebas. Por eso, como cualquier mujer con un mínimo de amor
propio, se deja llevar por el pánico y besa al primer hombre con el que se encuentra para que Ahn la vea.

Narrador

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