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SEDE-BOLÍVAR
PFG-PSICOLOGÍA
Índice
El Hipotálamo
Sustancia negra
Epitálamo
Bulbo raquídeo
Protuberancia anular
El cerebelo
Neuronas de la ME
Introducción
El Hipotálamo
Su posición es, como su nombre indica, inferior a la del tálamo, y algo
más adelantada. Es una colección de núcleos específicos con sus fibras
nerviosas asociadas. Es un centro de integración de varias y muy importantes
funciones de regulación homeostática del organismo. Vincula funcionalmente
el sistema nervioso autónomo con el sistema endocrino; de ahí el carácter
integrador al que acabamos de aludir. De hecho, el hipotálamo conforma el
sistema de integración neuroendocrino por excelencia: el denominado sistema
hipotálamo-hipofisario que, como su nombre indica, está integrado por la
hipófisis o glándula pituitaria (glándula máster del sistema hormonal) y el
hipotálamo. En futuras anotaciones nos referiremos con detalle a este sistema.
El hipotálamo ocupa un nivel intermedio en la jerarquía del control
neurológico y está considerado como un centro integrador de reflejos. Quiere
esto decir que recibe señales de receptores sensoriales internos y, en respuesta,
envía órdenes a través de vías en las que intervienen muy pocas sinapsis para
generar rápidamente las respuestas reguladoras. Como ocurre con otros
reflejos, esas respuestas se producirían con más retraso si interviniesen los
centros superiores del cerebro. Un ejemplo ilustrativo es lo que ocurre con la
señal de frío: la respuesta hipotalámica da lugar a una serie de acciones que
promueven la producción de calor (como la tiritación), a la vez que se reduce
la pérdida de calor corporal disminuyendo notablemente la circulación
periférica al provocar el estrechamiento de los vasos sanguíneos más
superficiales, o sea, aumentando el aislamiento.
Además, el hipotálamo está ubicado cerca del tronco del encéfalo
porque interviene en las funciones básicas que garantizan nuestra
supervivencia y que, por tanto, se realizan de manera involuntaria, sin que nos
demos cuenta. Además de actuar como puente entre el cerebro y el sistema
endocrino, coordina todo lo que se realiza a través del sistema nervioso
autónomo, es decir, el que le envía órdenes a partes del cuerpo para que estas
se adapten a cada situación.
Subtálamo
Es la parte más ventral
del diencéfalo. Se encuentra
entre el tálamo y el
mesencéfalo. La división
más grande del subtálamo es
el núcleo subtalámico que
participa en la integración de
la función motora somática.
Se compone de:
Sustancia negra
Es un micro regulador del
cuerpo estriado a través del
neurotransmisor dopamina.
Cuando mueren neuronas
dopaminérgicas en la sustancia
negra, esta micro regulación
desaparece. Este proceso está
muy vinculado con la aparición
de la enfermedad de Parkinson.
CUERPO ESTRIADO: es la
principal vía de ingreso de datos hacia los ganglios basales. A su vez, el
cuerpo estriado recibe información de la corteza cerebral.
GANGLIOS BASALES: son centros primarios para el control motor
involuntario (postura y tono muscular). También se ha demostrado que están
altamente involucrados en el procesamiento de la emoción y de las funciones
cognitivas.
DOPAMINA: según sus diferentes funciones, las neuronas dopaminérgicas
(que se accionan con el auxilio de la dopamina) pueden clasificarse en
reguladoras de los movimientos, reguladoras del comportamiento emocional y
reguladoras de las funciones relacionadas con la corteza prefrontal, tales como
la cognición, la memoria, el comportamiento y el pensamiento abstracto;
asimismo, con aspectos emocionales, especialmente vinculados con el estrés.
PARKINSON: enfermedad neurodegenerativa crónica que da por resultado un
temblor de reposo, dificultad para iniciar el movimiento (hipoquinesia),
rigidez y dificultades en los reflejos posturales.
Epitálamo
El epitálamo es una relativamente
pequeña estructura que forma parte del
diencéfalo y que puede encontrarse justo por
encima del tálamo y tocando el techo del tercer
ventrículo. Se trata de una estructura
principalmente vinculada al sistema límbico,
siendo relevante en la gestión del instinto y las
emociones.
También se encuentra asociada al sistema neuroendocrino a través de la
glándula pineal, una de las principales estructuras que forma parte del
epitálamo que también forma parte de dicho sistema. Estamos ante una
estructura con una amplia gama de conexiones con el resto de regiones del
encéfalo, incluida el sistema olfativo (teniendo también relación con la
percepción y reacción a los olores) y otras muchas estructuras del encéfalo.
El epitálamo está configurado por un conjunto de estructuras de gran
importancia para el ser humano. Al margen de las estrías medulares, fibras
nerviosas que establecen conexiones con otras regiones del cerebro, podemos
encontrar dos grandes estructuras, las cuales son las más relevantes y
conocidas del epitálamo.
Epífisis o glándula pineal. Se trata de
un elemento conocido desde hace la
antigüedad (concretamente las
primeras informaciones que se han
hallado al respecto datan del siglo III
antes de Cristo), proponiendo
Descartes la existencia en ella de
espíritus animales relacionados con las
emociones.
Situado por encima de la
superficie dorsal del tálamo. Por núcleos habernulares mediales y laterales, la
glándula y el tallo pineal, y la estría medular.
Inervada por el sistema nervioso autónomo y estando conectada con
otros núcleos como los septales, la glándula pineal es una importante
estructura cerebral reguladora del sistema neuroendocrino, participando en
funciones como la regulación de la energía y la sexualidad.
Uno de los aspectos más importantes de la glándula pineal es el hecho
de que es la encargada de secretar melatonina a partir de la serotonina, cuando
la iluminación es inexistente o muy baja. De este modo la epífisis es
imprescindible en la regulación de los ritmos circadianos y del sueño y la
vigilia.
Bulbo raquídeo
El bulbo raquídeo es una estructura del
sistema nervioso que se encuentra localizada
después del puente o protuberancia con la
cual se une a través de la unión ponto
medular. Además, presenta relación con la
médula espinal, al conectarse con ella al
nivel del foramen magnum.
En el bulbo raquídeo se pueden
encontrar conexiones nerviosas tanto
motoras como sensoriales, pasando a través de él los diferentes tractos
nerviosos. Se trata de un núcleo neurovegetativo, encargándose del
mantenimiento y funcionamiento de los órganos de forma automatizada y
ajena a la consciencia.
El correcto funcionamiento del bulbo raquídeo es vital para los seres
humanos. Literalmente, dado que la destrucción o cese del funcionamiento de
esta área provoca la muerte.
Protuberancia anular
El cerebelo
El cerebelo es una estructura que
conforma el 10% del volumen total del
encéfalo, aproximadamente. Está
especializado en el control de los
movimientos, de las integraciones
sensitivomotoras y del equilibrio
corporal. Esta parte del encéfalo se
encuentra bajo los hemisferios
cerebrales, envolviendo el tronco del
encéfalo por su parte dorsal.
Lo que une el cerebelo al resto del encéfalo son tres tractos llamados
pedúnculos cerebelosos. Tiene múltiples conexiones con diferentes partes del
córtex cerebral que envían información sobre los movimientos del cuerpo.
Junto con los ganglios basales, interacciona con el sistema sensoriomotor,
coordinando y modulando su actividad.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la médula espinal no es
simplemente una especie de conducto por la que viajan nervios de todas las
partes del cuerpo en dirección al cerebro y viceversa; su composición y sus
funciones son más complejas de lo que parecen, e incluso es posible encontrar
elementos similares entre esta parte del sistema nervioso y el encéfalo. Por
ejemplo, en ambas estructuras encontramos un envoltorio de meninges,
líquido cefalorraquídeo y una diferenciación entre materia blanca y materia
gris.
Las funciones de la médula espinal son:
Conducir los impulsos nerviosos que llegan desde los órganos de los
sentidos hacia el cerebro, y llevar las respuestas elaboradas en el
cerebro hasta los órganos efectores.
Realización de actos reflejos. La médula espinal elabora una respuesta
refleja ante un estímulo sin la participación del cerebro.
Organización macroscópica externa e interna
Macroscópicamente, desde el punto de vista anatómico, el Sistema Nervioso
Central está formado por 2 zonas: el Encéfalo y la Médula Espinal, de las
cuales salen todos los nervios de nuestro organismo, que constituyen el
Sistema Nervioso Periférico. Éstas dos zonas se pueden diferenciar por los
huesos que las protegen, el Encéfalo está contenido por los huesos del cráneo,
mientras que la médula espinal lo está por las vértebras (columna vertebral).
Tanto el encéfalo como la médula espinal están cubiertos por membranas, las
meninges, que contienen el líquido cerebroespinal, que actúa como un
protector del sistema nervioso. Y están suspendidos en el líquido
cerebroespinal.
Organización microscópica. La
médula espinal está dividida en dos
regiones principales: la substancia
blanca y la substancia gris. La
substancia blanca está compuesta por
los axones de las diferentes neuronas,
que pueden ser aferentes (van hacia el
cerebro) o eferentes (vienen del
cerebro) (Diagrama).
Teniendo como marco de
referencia las comisuras y la cisura, la
substancia blanca de la médula se
puede subdividir en cordones anteriores (localizados entre las comisuras
anterior y lateral anterior), cordones laterales (localizados entre las cisuras
laterales tanto anterior como posterior) y cordones posteriores (localizados
entre las comisuras laterales posteriores y la comisura posterior).
La substancia gris de la médula debe su nombre a la concentración de
los núcleos de las neuronas en la médula espinal. A simple vista, esta
substancia tiene una forma de H, de donde las dos prolongaciones anteriores
(más cortas y gruesas) se llaman astas anteriores; las dos posteriores (más
largas y delgadas), astas posteriores; las astas laterales son un pequeño
conjunto de neuronas colocadas en la región media lateral que dan origen a las
neuronas del sistema autónomo simpático y la parte central (parte horizontal
de la H) se llama comisura gris.
Un segmento nervioso tipo está constituido por tres sectores
fundamentales: aferente (sensitivo), eferente (motor) e intercalado (de
asociación). El sector sensitivo está constituido por la neurona sensitiva que es
del tipo monopolar pues tiene su cuerpo en el ganglio espinal y un axón que se
bifurca en dos ramas, una de las cuales se une al receptor periférico y la otra
va hacia la médula espinal entrando por la comisura lateral posterior. El sector
motor lo constituyen las neuronas que controlan los músculos periféricos, por
tal motivo llamadas motoneuronas.
Las neuronas intercalares forman las astas posteriores de la médula, la
comisura gris y parte de las astas anteriores. Este sector intercalar es muy
complejo pudiendo interconectar segmentos medulares y es un sector reciente
en la evolución filogenética.
Un nervio raquídeo está compuesto por las ramas aferentes de los
sensores y los axones de las motoneuronas. La raíz dorsal de los nervios es por
lo tanto sensitiva y la raíz ventral o anterior es motora. Los nervios se agrupan
en la parte cervical y lumbar formando los plexos que llevan su nombre.
Neuronas de la ME
La médula espinal y el cerebro en conjunto forman el sistema nervioso central
(SNC). La médula espinal coordina los movimientos y las sensaciones del
cuerpo. Incluye neuronas y fibras nerviosas largas llamadas axones. Los
axones de la médula espinal transportan señales que descienden del cerebro (a
lo largo de vías descendentes) y que ascienden hacia el cerebro (a lo largo de
vías ascendentes). Muchos de los axones de estas vías están cubiertos por
vainas de una sustancia aislante llamada mielina, que les da un aspecto
blanquecino; por lo tanto, la región donde se encuentran se llama “materia
blanca".
Varios tipos de células realizan las funciones de la médula espinal, incluyen:
Las neuronas motoras grandes tienen axones largos que controlan los
músculos esqueléticos del cuello, torso y miembros.
Las neuronas sensoriales, llamadas células ganglionares de la raíz
dorsal y cuyos axones forman los nervios que transportan información
desde el cuerpo hasta la médula espinal, se encuentran inmediatamente
fuera de la médula.
Las interneuronas espinales, que están completamente dentro de la
médula espinal, ayudan a integrar la información sensorial y a generar
señales coordinadas que controlan los músculos.
Las glías, o células de soporte, son mucho más numerosas que las
neuronas en el cerebro y la médula espinal y cumplen muchas funciones
esenciales.
Un tipo de célula glial, el oligodendrocito, crea las vainas de mielina
que aíslan a los axones y mejoran la velocidad y confiabilidad de la
transmisión de señales nerviosas.
Otras glías encierran a la médula espinal como la llanta y los rayos de
una rueda, proporcionando compartimientos para los tractos de fibras
nerviosas ascendentes y descendentes.
Los astrocitos, células gliales grandes con forma de estrella, regulan la
composición de los fluidos que rodean a las células nerviosas. Algunas
de estas células también forman el tejido de la cicatriz después de una
lesión.
Otras células más pequeñas, llamadas microglías, también se activan en
respuesta a lesiones y ayudan a eliminar los productos de desecho.
Conclusión
Anexo
Tálamo
Medula espinal
Medula Espinal
Bibliografía
Drián Triglia (Barcelona, 1988) Graduado en Psicología por la
Universitat de Barcelona