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 Desarrolla una idea. Antes de empezar a escribir tu libro, necesitarás tener una idea.

Es la semilla de la que nace tu libro. Desarrollar un concepto puede en cualquier caso


ser difícil. Las ideas vienen cuando te abres a vivir más experiencias, así que la mejor
manera de tener una idea para un libro es salir y hacer distintas cosas.

 La creación de conceptos puede hacerse de muchas formas. Puedes tener una


idea para un argumento general, la imagen de un ambiente, un resumen para un
protagonista o incluso ideas más pequeñas y menos desarrolladas. No importa lo
duro que sea, cualquier idea puede convertirse en un libro magnífico.

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Averigua más sobre tu concepto. Cuando ya tengas un concepto vago, deberás
averiguar más para obtener más ideas. Por ejemplo, si quieres escribir un libro sobre
niños jugando un videojuego futurista, infórmate yendo a salas recreativas, leyendo
acerca de las últimas novedades en videojuegos y jugando algunos tú mismo. Al realizar
estas actividades podrás ver o experimentar cosas sobre las que la historia puede girar
en torno o incluirlas en ella.

 Desarrolla tu concepto. Con algunas ideas sobre qué puede incluirse en la historia,
deberás desarrollar tu concepto. Hazlo más complejo siguiéndolo hacia su conclusión
lógica, pensando qué podría resultar de un conjunto de circunstancias o qué elemento
puede hacer que la idea sea más compleja. Un concepto más desarrollado te ayudará a
elaborar tu argumento.

 Para nuestra historia de videojuegos, por ejemplo, podríamos desarrollar un


concepto preguntándonos quién creó el videojuego futurista. ¿Por qué lo hacen?
¿Qué les pasa a aquellos que lo juegan?

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Ten en cuenta a tu público lector. Una vez que crees y desarrolles un concepto,
deberás tener en cuenta a tu público lector. ¿Para quiénes escribes este libro? Cada
público tiene diferentes gustos y podría haber experiencias y conocimientos previos
propios de cada sector demográfico. Necesitarás tenerlo en cuenta para entender cómo
continuar con el argumento, los personajes y cómo debe escribirse el libro.

 Trata de crear una publicidad falsa para tu libro. Incluye un resumen, una idea
para la cubierta y el título. Esto te ayudará a pensar en ideas para que el libro sea
más llamativo.
 No te sientas limitado: no hay razón para que un libro sobre niños jugando
videojuegos no pueda ser leído y disfrutado por adultos que nunca los hayan
jugado. En todo caso, si pretendes escribir un libro dirigido a personas que
nunca han experimentado aquello de lo que escribes, necesitarás realizar un gran
trabajo a la hora de describir las experiencias de los personajes y procurar que el
tema sea accesible para todos.

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Elige una estructura. En las primeras etapas para escribir un libro, tienes que organizar
tu argumento. Está bien dejar espacio libre al movimiento cuando empiezas a escribir,
pero escribir una historia sin un rumbo marcado rara vez funciona. El mejor lugar para
empezar es elegir la estructura que te conviene. Las teorías de escritura enseñan que hay
varias estructuras clásicas en las cuales cae la mayoría, pero que no son exclusivas entre
sí y que pueden combinarse. Las dos mayores estructuras son:

 Estructura en actos: la estructura en actos, comúnmente asociada con el teatro y


películas, también pueden aplicarse a las novelas. Según esta teoría, las historias
mejoran cuando se separan en secciones claramente identificables. El número
normal de secciones es tres, aunque dos y cuatro también son comunes. En la
estructura clásica de tres actos, el primer acto presenta a los personajes
principales y secundarios, el marco, el problema que se debe superar y
normalmente parte de la información de trasfondo (este acto suele comprender
aproximadamente el 25% de la historia). El segundo acto avanza y desarrolla el
conflicto de la historia, pero normalmente contiene un punto del argumento
donde el protagonista se enfrenta a un gran contratiempo. Esta es la parte
principal de la historia y normalmente comprende aproximadamente el 50% del
contenido. El tercer acto es la conclusión, donde el héroe se enfrenta al villano y
la historia alcanza el punto cumbre, seguido de la recompensa o al menos una
escena o serie de escenas finales menos emocionantes. Cada uno de estos actos
puede reducirse con frecuencia en tres subsecciones, cada una con su propia
mini historia.
 Monomito, o periplo del héroe: esta teoría de estructura se hizo famosa tras
proponerla Joseph Campbell. Según esta, casi todas las historias con un héroe
pueden reducirse a una serie de arquetipos principales. Empezando por un héroe
llamado a la aventura, aunque inicialmente rehúse llevar la carga. El héroe
recibe ayuda antes de lanzarse al mundo, siempre ha conocido la aventura (en la
cual el héroe se siente perdido y solo en un primer momento). El héroe entonces
se somete a una serie de pruebas, durante las cuales encontrará ayudantes con
frecuencia, al final de las cuales vivirá un importante cambio personal. El héroe
entonces se enfrenta al antagonista principal de la historia y vuelve a casa,
llevando la bendición de su recompensa.

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Elige tu tipo de conflicto. Ahora te recomendamos pensar sobre el tipo de conflicto que
quieres para tu historia. Este puede ayudarte a desarrollar el argumento, además de
llevarte a otras historias similares para inspirarte. Hay muchas teorías sobre los tipos de
conflicto en las historias, pero las fuentes principales son:

 El hombre contra la naturaleza: es una historia donde el protagonista se enfrenta


a algún fenómeno natural. Un ejemplo serían las historias donde el protagonista
se pierde en la jungla o su antagonista es un animal. Un ejemplo de este tipo de
historia sería la novela 127 horas.
 El hombre contra lo sobrenatural: es una historia donde el protagonista se
enfrenta a criaturas como fantasmas y demonios, el mismo Dios u otros entes
que no son de este mundo. El resplandor es un buen ejemplo de este tipo de
conflicto.
 El hombre contra el hombre: es el conflicto de historia más básico, donde el
protagonista se enfrenta a otra persona. El mago de Oz es un ejemplo clásico.
 El hombre contra la naturaleza: en este tipo, el protagonista se enfrenta a las
reglas de una sociedad o normal sociales. Un ejemplo sería la novela Fahrenheit
451.
 El hombre contra sí mismo: es una historia donde el protagonista se enfrenta a
sus demonios internos o su propio conflicto interno. Un ejemplo sería El retrato
de Dorian Gray.

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Toma en cuenta tus temas. Tanto si es intencionado o no, tu historia acabará teniendo
un tema, de qué va la historia. Mientras escribes sobre este, acabarás haciendo alguna
declaración acerca de lo que piensas al respecto. Piensa sobre los temas en tu libro o que
podrías incluir y lo que quieres decir acerca de ellos. Puede ayudarte a desarrollar el
argumento a través de la creación de situaciones que representen tus ideas.

 Dune de Frank Herbert, por ejemplo, no trata sobre un chico que intenta
vengarse de su familia. Trata sobre los peligros del imperialismo y Herbert deja
claro que cree que los poderes de Occidente se han enredado totalmente en una
situación a la que no pertenecen y que no esperan controlar.

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Planifica tus giros del argumento. Los giros del argumento son puntos de cambio en
la historia, acontecimientos importantes que cambian el camino que el personaje debe
seguir. Necesitarás planificar qué serán e intentar separarlos uniformemente. Hay cierto
giro de argumento que sirve para convencer al personaje de embarcarse en su aventura.
Es un punto en el que el protagonista tira por la borda todos sus planes para enfrentarse
a su problema y se produce una especie de punto álgido que provoca a la batalla final.

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Resume. Una vez que sepas adónde vas y cómo llegarás, escríbelo. Será tu guía y es
necesario para que el proceso de escritura sea fluido. Escribe lo básico de cada escena,
su objetivo, los personajes que intervienen en la escena, dónde están, qué piensan y
sienten, etc. También deberás escribir cada minúsculo detalle de la secuencia de
acontecimientos para cada escena. Esta es la mejor manera de prevenir el bloqueo que
puede incapacitar al escritor, ya que podrás cubrir lo básico de una escena incluso si
crees que no es perfecta.

 Elige el número de personajes. Mientras planificas tu libro, piensa en cuántos


personajes quieres incluir. ¿Quieres que sea el mínimo posible para crear un sentimiento
minimalista, solitario? ¿O quieres incluir una amplia cantidad de personajes que sirvan
para crear un mundo dentro de tu libro? Esto es importante, ya que necesitarás crear
bien tus personajes entre sí para lograr un equilibrio.

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Equilibra tus personajes. Nadie es bueno, perfecto en todo y sin defectos (en el mundo
de la crítica literaria se le denomina un “Mary Sue” y créenos: nadie la quiere sino tú).
Darles a tus personajes auténticas pruebas y defectos los hará más realistas y ayudará a
los lectores a identificarse con el personaje. Recuerda: tus lectores tienen defectos, así
que tus personajes también deberán tenerlos.

 Los defectos de tus personajes te darán el espacio necesario para mejorarlos a lo


largo de la historia. Es lo que hace que una historia sea buena: que tu personaje
pase por desafíos que le hagan mejor persona al final. Eso es lo que quieren leer
tus lectores, ya que les ayuda a creer que también pueden ser mejores personas
una vez superada su lucha.

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Conoce a tus personajes. Una vez que tengas un personaje equilibrado, conócelo.
Piensa cómo reaccionaría en diferentes situaciones (aunque esas situaciones nunca
aparezcan en tu libro). Piensa qué le hace alcanzar los diferentes estados emocionales,
cuáles son sus esperanzas y sueños, qué le hace llorar, quién es la persona más
importante para él o ella y por qué. Conocer estos detalles de tus personajes te permitirá
entender mejor cómo reaccionarán ante las situaciones que les pongas, haciéndolos más
constantes y realistas.

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Evalúa a tus personajes. Una vez que hayas avanzado lo suficiente en el progreso de
desarrollo del personaje, te recomendamos alejarte y evaluar a tus personajes. Asegúrate
de que sean realmente importantes para el argumento y si no lo son, quizá debas
considerar suprimirlos. Tener demasiados personajes, especialmente personajes que se
distinguen entre sí, puede confundir a los lectores y perjudicar tu obra.

 Visualiza tu ambiente. Piensa en dónde tendrá lugar tu libro, el estilo


arquitectónico, la disposición de las ciudades, el aspecto de su naturaleza, etc. Luego,
escríbelo todo. Esto te permitirá antes que todo ser coherente en tus descripciones y
también crear ambientes más detallados, ricos y realistas.

 Puedes decirle a alguien que el cielo es verde, solo tienes que hacerle creer
diciéndole cómo el atardecer cambió del verde pálido de una hoja a un verde
más rico que hace que todo parezca gris antes de que la oscuridad lo convierta
en un color casi iridiscente como el de las plumas de los cuervos. Haz que lo vea
explicándoselo lo mejor que puedas.

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Ten en cuenta la logística. Digamos que vas a escribir sobre un grupo de aventureros
que intenta llegar a una ciudad legendaria al otro lado de una montaña. Está muy bien.
El problema es que requiere mucho tiempo atravesar una montaña. Es obligatorio que
ocurran cosas durante la travesía y no deberás hacerlos cruzar en dos días como si no
fuera nada. Si tienen que cruzar un continente a pie, tendrás que distribuir el tiempo en
tu argumento para ello.

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Entiende los sentidos. Necesitarás apelar a todos los sentidos de tus lectores si quieres
que se sumerjan plenamente en el texto. No les digas simplemente lo que comen tus
personajes. Diles cómo la salsa de la carne emerge al morderla, el sabor de la mezcla de
grasa y humo del fuego. No les digas simplemente que una campana situada sobre la
cabeza de tu personaje estaba sonando. Diles que el sonido era tan alto que perforaba
cada pensamiento solo hasta que se percataba de que el sonido persistía.

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Elige tu método de escritura. Piensa cómo quieres escribir tu libro. Con el desarrollo
de la tecnología, el número de opciones es cada vez mayor. Necesitarás elegir el método
que más te convenga teniendo en cuenta que puede afectarte a la hora de publicar tu
trabajo.

 Puedes escribir un texto con bolígrafo y papel, escribir en una máquina de


escribir, en una computadora o usar un programa informático que grabe tu voz
mientras hablas y que lo convierta en texto escrito. Cada método funciona de
una forma para cada persona.

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Busca tu lugar de escritura. Necesitarás un espacio amplio que te permita trabajar sin
interrupciones. Deberá alojar el medio de escritura que hayas elegido, ser cómodo y sin
distracciones. Las opciones más comunes suelen incluir la sala de estar, el despacho o la
biblioteca.

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Cubre tus comodidades. Para estar seguro de no distraerte mientras escribes, deberás
tener todo lo que puedes necesitar. Mucha gente desarrolla algo específico
imprescindible para escribir, por ejemplo, una comida en particular o sentarse en una
silla concreta. Asegúrate de cubrir estas necesidades antes de continuar.

 Comprende tus hábitos de escritura. Conócete a ti mismo y cómo escribes.


¿Escribes mejor a una hora específica del día o en un sitio específico? Tal vez escribas
mejor después de leer el libro de otra persona. Saber cómo escribes puede decirte cómo
proceder y qué evitar. Podrás elaborar tu horario de escritura dependiendo de los hábitos
que sabes que tienes.

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Escribe a la misma hora. Una vez que decidas qué momento del día es el mejor para ti
y tengas una especie de horario de escritura, mantén fijo ese horario. Fija una hora solo
para escribir y escribe siempre durante esa hora. Puedes usarlo para escribir libremente
o planificar tu novela, pero siempre deberás usar esa hora para escribir. Esto te ayudará
a acostumbrarte y ser más productivo.

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Supera el bloqueo del escritor. A veces puede resultar difícil escribir, pero no debes
parar e ignorar el problema, porque suele conducir a libros inacabados. Haz cosas que te
inspiren y sigue trabajando, aunque sea más lento y mucho más difícil. Siempre tendrás
la opción de volver a una parte más adelante, cuando te sientas más inspirado.

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