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Para Bourhis, Dubé y Jacob (2005), tanto como para otros autores (Koh,
Kim, Butler & Bock, 2007; Bieber et al., Collins & Margaryan, 2004; Cross,
Laseter, Parker & Velásquez, 2006; Allen, Ure & Evans, 2003), los cambios
transformativos debidos a la globalización y la revolución del conocimiento, está
forzando a las organizaciones a innovar constantemente y crear nuevas
capacidades que les permitan enfrentar la presión por mejorar el desempeño. Una
de esas innovaciones son las comunidades virtuales (CV), las cuales son una
manera innovadora de crear y compartir el conocimiento de la organización.
Gabriel Valerio Ureña
Una comunidad virtual puede ser tan solo un grupo de unos cuantos
amigos, que interactúa a través de una lista de correos electrónicos para organizar
su partido semanal de futbol; o bien unos cuantas centenas o miles de personas
que pertenecen a una organización internacional, y que trabajan alrededor de un
tema científico a través de una plataforma tecnológica que pone a disposición de
la comunidad chats, foros, videoconferencia y audioconferencias, calendarios,
sistemas de aprendizaje en línea, herramientas estadísticas, encuestas, y quizás
otras herramientas.
Autor Definición
Jones y Rafalei (2000) Los públicos virtuales son espacios mediados por
computadora delineados de manera simbólica,
cuya existencia es relativamente transparente y
abierta, que permite a un grupo de individuos
atender y contribuir a un conjunto similar de
interacciones interpersonales mediadas por
computadora.
Más que las bases de datos, las redes informales continúan siendo la forma
más importante de transferencia de conocimiento. Las comunidades de práctica
son un tipo de ambiente de aprendizaje informal que las empresas están utilizando
para proveer a sus trabajadores de entrenamiento, administrar el conocimiento y
lograr que el trabajo se haga. Estas comunidades han existido en las ámbitos
laborales desde hace siglos, sin embargo, es hasta apenas recientemente que se
le ha reconocido como un ambiente viable para lograr el aprendizaje
organizacional y la resolución de problemas (Allen, Ure & Evans, 2003).
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Otra definición importante que hacer, según Giglioli et al. (2005), son los
criterios que permiten que se asignen roles dentro de la comunidad. Algunos
criterios que pueden usarse son número de mensajes en los foros, número de
años de experiencia en el área de dominio, atributos específicos del CV, etc. Esto
lleva a la necesidad de tener una clara definición de los roles, sin embargo el autor
propone el hecho de definir alguna simbología para identificar claramente cada
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uno de los roles, como un reconocimiento. En el caso de las comunidades que son
patrocinadas o apoyadas por las empresas se podría incluso establecer un
sistema de recompensa, para los miembros que aportan más a la comunidad.
Roles de Expertos del tema Son los que mantienen el dominio del
dominio de conocimiento de la comunidad o la
conocimiento práctica. Sirven como eje central del
conocimiento tácito especializado
para la comunidad y sus miembros.
importancia estratégica en la
organización.
A este respecto Giglioli et al. (2005) comenta algo muy importante, una
comunidad virtual puede no necesariamente necesitar un ambiente lleno de
herramientas tecnológicas o funcionalidad específicas. El correo electrónico puede
ser suficiente para una comunidad virtual. ELEX presenta una serie de
recomendaciones sobre las funcionalidades tecnológicas que debe tener una
comunidad virtual. Las comunidades virtuales requieren ambientes estructurados,
con áreas de discusión (foros) y áreas de comunicación donde puedan ser
fácilmente estructurados para que los grupos y subgrupos trabajen en discusiones;
requieren áreas para compartir recursos y documentos; herramientas para emitir
votos (encuestas con seguimiento estadístico); áreas de preguntas frecuentes;
archivos de ligas de hipertexto; herramientas de interacción sincrónica, tales como
cuartos de chat. En resumen los ambientes para las comunidades virtuales
incluyen sistemas de groupware (trabajo en grupo), y todas aquellas relacionadas
con el aprendizaje colaborativo soportado por computadoras.
Giglioli et al. (2005), presenta los 13 factores de éxito de Wenger para las
comunidades de práctica y recomienda que se analice cómo las herramientas
tecnológicas pueden apoyar a su cumplimiento:
Cross et al. (2006) proponen que a través del análisis de redes se puede
lograr la evaluación y mejoramiento de una comunidad de práctica. Según los
autores, con el análisis de redes se puede identificar puntos donde la conectividad
necesita ser reducida y puntos donde ésta debe mejorarse. Los autores, después
de presentar su investigación con 15 comunidades de práctica, concluyen que el
análisis de las redes puede ayudar a tener comunidades que crean valor tanto
para los miembros de la comunidad como para la organización en si. Esto gracias
a que permiten hacer visibles interacciones que suelen ser invisibles a los líderes,
facilitando que éstos tomen decisiones mejor informados. Algunas de las métricas
que Cross y su equipo midieron fueron: a) flujo de información en la red, b) nivel
de conciencia de las relaciones, c) empleo de la información d) salidas importantes
(nuevos productos), e) creación de valor en la red, f) efectividad de la conectividad
de la red, g) resolución de problemas, h) nivel de energía en la red, i) satisfacción
individual.
En resumen… ¿Cuáles son los elementos clave para evitar el fracaso de una
comunidad virtual promovida por una empresa?
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Gabriel Valerio Ureña
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